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Prioridades en educación (parte 2)

Por: Veronica Spross de Rivera.

 

La semana anterior comentamos la importancia de que tanto la UNE como el partido VAMOS propongan y ejecuten un plan de educación que transforme la formación de los niños y jóvenes. Enfatizamos que no podemos continuar con el mismo sistema si deseamos resultados distintos. Desde Empresarios por la Educación se ha venido compartiendo un conjunto de prioridades, que esperamos trasciendan a un acuerdo mínimo en la agenda educativa.

Las prioridades en educación que no deben faltar en el plan de gobierno 2020-2024 se han agrupado en cinco ejes: 1) Inversión en el desarrollo de la primera infancia; 2) Fortalecimiento de la profesión docente; 3) Mejoramiento de los aprendizajes y desarrollo de competencias; 4) Formación relevante para jóvenes; y 5) Fortalecimiento de la gestión del Ministerio de Educación.

En cuanto a la formación relevante para jóvenes, es urgente continuar con la reforma de la secundaria. Entre las acciones sugeridas se encuentran: a) Ampliar la cobertura de básicos y diversificado con esquemas novedosos, incluyendo modalidades flexibles, becas para jóvenes del área rural en centros educativos; b) Fortalecer las competencias de matemática y lenguaje en los jóvenes, para lo cual la tecnología es una herramienta de gran valor; c) Lograr que, en el largo plazo, las pruebas de graduandos sean vinculantes con la promoción de los mismos.

Es también necesario que los jóvenes adquieran aprendizajes relevantes para el emprendimiento y el empleo, promoviendo el desarrollo de competencias tecnológicas, interpersonales y socioemocionales, todas ellas alineadas a la innovación y a las necesidades de contratación de talento en el mercado laboral. Asimismo, debe impulsarse una formación para los jóvenes vinculada al potencial competitivo de las regiones respectivas.

En el eje 5 se incluyen las acciones tendientes a fortalecer la gestión del Ministerio de Educación. Se ha incluido la política de infraestructura escolar, que promueve el involucramiento del gobierno municipal y otros actores para el mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura de los centros educativos. También se plantea ampliar el programa de remozamiento de los centros educativos, con participación de los padres de familia, para lograr mayor impacto y sostenibilidad.

Otra prioridad para la próxima administración es garantizar en tiempo de los programas de apoyo, logrando que todos los centros educativos cuenten con organización de padres y fortaleciéndoles en su acción. Además, asegurar que los fondos de los programas de apoyo lleguen en tiempo a los centros educativos.

Se propone establecer un sistema moderno de gestión de recursos humanos, que tome en cuenta las mejores prácticas e implemente políticas para la selección de docentes con base en la meritocracia, otorgando en el proceso de oposición mayores valores a la calidad de profesor y asegurando que los incentivos sean acordes a los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Finalmente, se recomienda un esquema de financiamiento sustentable alineado a un plan de largo plazo y el fortalecimiento de las direcciones departamentales, pues tienen una gran responsabilidad en el nivel regional y local.

Fuente del artículo: https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/07/18/guatemala-y-sus-circunstancias/

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El humanismo actual: verdad, bien y justicia

Por: Beatriz Villareal.

La revisión y adecuación del concepto de humanismo es necesaria ante las complejidades que han surgido en el contexto social originado por la acelerada transformación y agresión a la naturaleza causada por el progreso económico y tecnológico y la supremacía ideológica de la insolidaridad, porque hacen más difícil la construcción de espacios comunes para una convivencia social armoniosa, ante fenómenos como las migraciones y las guerras locales, nacionales o tri nacionales como es el terrible caso de Yemen en África. Este contexto hace necesario a replantearse la fundamentación del significado del humanismo. El vigente se basa en la ideal de bienestar  básicamente material como el lugar común  para todos en el mundo. Pero no lo es realmente, exhibe profundas fisuras y rasgos que le dan fecha de defunción al acercarse cada vez más a la destrucción de la base natural que lo vio nacer.

Es así porque la problematización de esta definición planteada recientemente por E. Lledó (2018)  considera que si del dinero empleado en guerras, destrucción y ausencia de solidaridad se utilizara en investigaciones sobre los problemas esenciales de la vida, la faz del mundo sería mucho mejor. Es necesaria la construcción de un nuevo paradigma del humanismo. Su significado es útil al pensamiento y a la toma de conciencia, aunque por ahora no lo es a  la acción. Que se piense y se pronuncie el nuevo contenido permite saber que están ahí, comprometiéndonos, y haciendo posible la creación de situaciones que hagan posible esta nueva definición, visión filosófica y conceptual. Requiere de una educación emocional e intelectual para vencer un mundo  lleno de ideología del poder, de competitividad, agresión y fanatismo económico que no pueden desprenderse fácilmente  de estos lastres.

Para Lledó en la educación  se encuentra la imprecisa frontera donde coinciden la teoría y la praxis  y donde ambos dominios se interfieren. Ya que pareciera que las humanidades han quedado al margen de los intereses concretos e inmediatos de las personas ante los avances de la ciencias y de la tecnología. En educación conceptos como la verdad o el bien son tan imprescindibles en el contexto cultural, al igual que los elementos físicos, para sostener y hacer posible la vida en común, los ideales humanos, la posibilidad de comunicación y la inteligencia. Son respuestas a problemas planteados por las demandas de un humanismo renovador en la incesante tarea de modificación y revisión ante las condiciones cambiantes de la humanidad.

Para la nueva concepción humanista la verdad como primer término es uno de los conceptos esenciales para que se pueda desarrollar la sociedad. El lenguaje establece los elementos que la hacen válida. Son las personas las que tienen que establecer los nuevos fundamentos  y trazar las nuevas fronteras. Antes, la verdad sólo servía a la clase poderosa y era un conglomerado ideológico sobre el cual esta clase se apoyaba. Con la democracia, se supone, en teoría, al ser todos iguales, nadie puede detentar para sí le discurso del poder ni nadie posee el privilegio de la verdad. La verdad es un bien común, un bien para construir en el diálogo con la tradición literaria y con la tradición del lenguaje en el que vivimos y estamos con los otros, sin que nadie, por la autoridad derivada de su poder,  se arrogue el privilegio y del derecho de poseerla.

Desde la filología el significado de las cosas y la filosofía con los seres y las cosas, la verdad como fundamento de las relaciones humanas brotó de una necesidad democrática histórica que descubrió un horizonte de referencias en las que los seres humanos pudieron iluminar la fuerza y seguridad de sus afirmaciones. La verdad como resultado del proyecto de creatividad humana se convirtió en un reflejo, en una referencia e impulsora y prolongadora de un territorio mental que encontraba el cauce para deslizarse y avanzar en el conocimiento. La verdad a través de las palabras señala los pasos fundacionales de este humanismo. El amor por la vida de la filosofía, la ciencia y la literatura  fueron el inicio de las aspiraciones teóricas y prácticas que dieron origen a la ciencia y a la cultura.

El bien es otro de los conceptos de la vida humana. Es una idea muy sutil por las diferentes formas bajo las que aparece. Descubre todo lo que organiza a todas las formas de ser. Expresa lo que es y en su búsqueda se afirma, se sostiene y realiza el dinamismo de existir. Aristóteles lo definió en la Ética a Nicómaco como aquello hacia lo que todo aspira. Para Lledó es el indicador que señala el último y más completo horizonte de referencia de toda realidad. Tiene sus raíces en la afirmación más real y firme de la existencia.

Y la justicia, es una forma de bien repartido en una sociedad para que ésta pueda cohesionarse sin desgarrar el tejido colectivo. No hay palabra alguna que no tenga su origen en la sustancia misma del ser humano. Las palabras de la cultura como el bien o la verdad son el territorio de la libertad. Por lo que el autor propone el placer y la necesidad que se tiene de pensar de nuevo estas palabras clásicas dentro de la tradición cultural y de la pedagógica para redescubrir esos territorios y renovar estos conceptos.

Fuente del artículo: https://www.horizontegt.com/beatriz-villarreal/2018/12/26/el-humanismo-actual-verdad-bien-y-justicia-beatriz-villarreal

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Debemos enfocarnos en la educación

Por: Brenda Sanchinelli Izeppi.

 

Este país está tan inmerso en los conflictos políticos y la corrupción gubernamental, que por estar pensando en arreglar los clavos del momento nunca se planifica para el futuro. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI aún no exista una sociedad totalmente incluyente?, más bien pareciera que cada día es más grande la desigualdad e injusticia social en este país.

Conforme pasa el tiempo las personas se vuelven cada vez más superficiales debido a todos los distractores que existen en la actualidad; ese rollo de las redes sociales, la obsesión por tener dinero, la tecnología, statu quo, entre otros, hacen cada vez más olvidar el hecho que todos los seres humanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.

En Guatemala existen varias situaciones que están profundamente arraigadas por generaciones, y que nos colocan muy lejos de poder ser una sociedad incluyente. La problemática en cuanto al tema de la exclusión social es extensa, pero si pudiésemos escoger tan solo un aspecto para empezar a cambiar este escenario y que este pudiera incidir en todo lo demás, sin duda alguna deberíamos enforcarnos en la educación.

Todos los expertos coinciden en que debe “cambiarse la educación para cambiar al mundo”. Sin embargo, en Guatemala la educación pública no ha recibido reformas ni cambios significativos en sus programas desde la década de 1950, esto provoca una brecha enorme entre los estudiantes de escuelas públicas y los de centros educativos privados de alto nivel.

Invertir en educación es un gran desafío para el país, ya que cuando los niños crecen y se desenvuelven en la sociedad existe una notoria disparidad de conocimientos y oportunidades. Es increíble ver las diferencias abismales entre un niño educado en una escuela rural, a uno que la recibió en un “colegio VIP”. Parecieran personas que viven en dos planetas diferentes. En cuanto al dominio de idiomas, tecnología, aprendizaje de matemáticas, cultura general, ciencias, arte, etcétera.

La educación no debería ser sinónimo de poder adquisitivo, sino un derecho inalienable del ser humano de recibir conocimientos de alto nivel que le permitan desarrollarse como una persona completa. Y esto, obviamente, ayudará también al desarrollo de nuestro país.

Sumado a programas obsoletos, escuelas que se caen a pedazos, maestros incompetentes y comodones, nos encontramos con niños que llegan a la escuela con grandes deficiencias nutricionales, por lo que su aprendizaje se limita en gran manera debido a que no cuentan con un desarrollo cerebral adecuado para poder asimilar los conocimientos.

Una propuesta para solucionar esta problemática puede ser homogeneizar todos los programas de educación —tanto publica cómo privada—, de modo que todos los estudiantes tengan los mismos conocimientos y que esto no dependa del poder adquisitivo de los padres.

Otra alternativa es que indistintamente de la ubicación de la escuela, el idioma oficial en que se impartan las clases sea el español y el inglés, como un segundo idioma obligatorio. También puede impartirse el idioma nativo de la región, pero como una lengua adicional. No debemos olvidar que el idioma oficial de Guatemala es el español. De esta manera los niños van a tener más oportunidades de instruirse y tener una macrovisión del país.

La educación debe ser una política de Estado prioritaria en la cual debe invertirse un mayor porcentaje del Presupuesto General de la Nación. Así que, el próximo presidente debe enfocarse en este aspecto y hacer un cambio significativo en su gestión.

 

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Fraude electoral y bullying racista en Guatemala

Ollantay Itzamná

Las recientes elecciones generales en Guatemala fueron denunciadas como fraude, y desconocidas en sus resultados preliminares, por Thelma Cabrera, maya mam, ex candidata a la Presidencia de la República por el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP). “Denunciamos fraude electoral, y no aceptamos los resultados…”, anunció MLP, luego de enumerar acciones fraudulentas en las diferentes etapas del proceso electoral, al siguiente día de las votaciones (17 de junio).

“Indios, deberían agradecer y aceptar resultados, les dieron el 4º lugar”

El rechazo y descalificaciones al MLP por denunciar el fraude electoral fueron inmediatos. Opinadores, profesionales, ciber activistas…, acusaron a Cabrera y al MLP de “irresponsables”, “malagradecidos”, “desestabilizadores”… Incluso indígenas profesionales llamaron a indígenas del MLP a “respetar las reglas electorales y celebrar el histórico 4º lugar que habían obtenido”.

Los “haters” (personas que odian) en las redes sociales no desperdiciaron los instantes para descargar toda su artillería racista y misógina contra los “indios malagradecidos”. Los mensajes eran nítidos para Cabrera y las insumisas comunidades del MLP: “Se les permitió participar en nuestra fiesta electoral. Respeten las reglas… Están desestabilizando nuestro sistema y tranquilidad democrática”.

Pasaron las horas. La Embajada norteamericana, ni los finqueros de Guatemala, pudieron parar la viralización en las redes sociales de las evidencias captadas por celulares de las evidencias de fraude. Muy a pesar del reiterado “clamor” de la misión de Observación Electoral de la OEA en Guatemala: “en Guatemala no hubo fraude”, el TSE tuvo que aceptar “su fracaso profesional”, ordenar el reconteo de votos “acta por acta”, colocar nuevamente en cero los resultados electorales en su sitio web, aceptar las renuncias de sus funcionarios….

El TSE y los grupos de poder del país hacen el teatro del “reconteo de votos” no porque hayan experimentado una metanonía democrática, sino porque, ahora, “temen” la constatada sublevación democrática indocampesina en las urnas (que cobra una incipiente aceptación urbana). “No es lo mismo organizar el banquete electoral sin la participación indígena, que con el MLP dentro”.

Una cosa distinta es “vencer/someter” militarmente a indios apolíticos desorganizados. Otra muy diferente es “derrotar en las urnas” a millones de “indios” que comienzan a despertar políticamente y a “votar por ellos mismos”.

Hubo fraude, pero fue una indígena quien denunció

“No se puede hablar de fraude cuando sólo son acciones fraudulentas. Son errores. Imprecisiones técnicas. Esperemos el reconteo. Aún no es fraude”, repiten opinadores y ciber analistas.

Un vergonzoso regateo lingüístico con tal de “no reconocer” que a indígenas y campesinos del MLP, también les asiste la razón. O quizás porque su “esperanza laboral” está centrada en el cambio de turno en la “administración pública”.

¿Cuál habría sido la actitud de estos y otros colegas si el o la denunciante hubiese sido un colega blanco y profesional? ¿Le hubiesen aplicado bullying con la misma intensidad?

Pero, para “desgracia” de los integrantes privilegiados de la cultura oficial del país, Thelma Cabrera sólo cursó hasta 6º grado de primaria. Y, aún así, Cabrera y el MLP se dieron cuenta del fraude electoral, ahora en etapa de revisión. Un hater, en las redes sociales, decía: “Cabrera denuncia fraude porque en 6 años de escuela no aprendió a contar números”. Ahora, ¿quién es el que no sabe contar?

¿Qué es un fraude electoral entonces?

Dícese fraude electoral: “a la intervención ilícita en un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales ya sea aumentando la cantidad de votos del candidato favorecido, disminuyendo las de los candidatos rivales, o ambas…”. Así definen fraude electoral hasta los diccionarios más elementales.

Fraude se refiere a las acciones ilícitas antes de las votaciones, durante las votaciones, en el computo y digitalización de datos. Son acciones que están orientados no sólo a modificar los resultados de las votaciones, sino también a impedir que se realice el proceso electoral.

Fraude electoral significa limitar la publicidad de algún partido. Trasladar personas el día de las votaciones. Entregar papeletas marcadas. Colocar en las papeletas los logos de partidos en tamaños diferentes. Impedir la presencia de fiscales electorales en los recintos. No entregar copia de actas a los fiscales… Modificar los resultados de las actas al momento de digitalizar…

Si bien, ni la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) de Guatemala, ni el Código Penal, conceptualizan el fraude electoral, sin embargo, en la legislación comparada, como la de Colombia, se define  el fraude electoral como acciones ilícitas referidas a todo el proceso electoral. La LEPP, por única vez, refiere a fraude en su Art. 93º al abordar causales para la cancelación de partidos políticos.

Considerando esta conceptualización lato sensum (sentido amplio), y conociendo las evidencias de fraude electoral denunciadas, más la aceptación del TSE para reconteo de votos, es simplemente el machismo, el clasismo o el racismo el que obnubila la mente a cuantos aún no aceptan la triste y dura realidad del fraude electoral en Guatemala. Muy a pesar de la confesión de parte del TSE.

En este sentido, el problema entonces, ya no es el fraude electoral, sino la falsa conciencia de la ciudadanía plena cuya noción de “democracia” se ancla en el funcionamiento del ritual electoral. Y, si este ritual cae, entonces, irremediablemente el país cae en la dictadura, según los ciudadanos plenos. Eh aquí la razón del por qué se niega a aceptar el fraude electoral denunciado por “profetas indeseados”.

Ollantay Itzamná

Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

https://ollantayitzamna.wordpress.com/

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Guatemala, indígenas y campesinos no aceptan los resultados electorales

Guatemala, el pasado domingo 16 de junio, realizó elecciones generales para Presidente, diputados y gobiernos municipales. Participaron 19 candidatos presidenciales. De ellos, 3 eran indígenas mayas.Los resultados preliminares anunciados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), indican que Guatemala deberá ir a una segunda vuelta electoral porque ninguno de los 19 candidatos consiguió el 50% más uno del total de votos válidos.

Este país centroamericano que aún vive en la nostalgia del teatro de la “lucha contra la corrupción”, no pudo evitar en las urnas que dos de los candidatos “contrarios” a la lucha contra la corrupción llegasen a la segunda vuelta.

Y así fue. En dos meses más, Guatemala deberá elegir a Sandra Torres del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), o Alejandro Giammattei del partido VAMOS (del círculo militar), Ambos señalados por actos de corrupción y financiamiento ilícito. ¿Una maldición criolla?, se preguntan internautas en las redes.

Indígenas y campesinos crearon su propia organización política

Para dicho proceso electoral, muy al filo de los plazos establecidos, venciendo todas los obstáculos, comunidades indígenas y campesinos organizados en “resistencia”, a nivel nacional, lograron crear e inscribir su organización política, denominado Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP).

Entre los planteamientos del MLP están: lucha frontal contra la corrupción (anulación de la inmunidad y el secreto bancario para altos funcionarios públicos), convocatoria a un proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional, y la revisión de los contratos de privatización.

Para encabezar dicha agenda política eligieron en asamblea a una indígena maya mam, Thelma Cabrera, como candidata a la presidencia. Y, en cuestión de semanas, Cabrera y MLP se convirtieron en un “fenómeno” político (nunca antes visto en un país racista y misógino), viral en las redes sociales.

El mensaje del MLP fue viral en las redes sociales, y multitudinarias sus acciones colectivas en los territorios. Pero, los escrutinios del TSE colocaron al MLP en un cuarto lugar, acreditándole cerca de medio millón de votos, pero sin alcaldes municipales, y quizás con una diputación.

Si bien el MLP ya había soportado “irregularidades” por parte del TSE en el proceso de la corta campaña electoral, lo que colmó la paciencia y obligó a denunciar el fraude electoral fue que, muy a pesar de las más de mil denuncias penales no resueltas por delitos electorales, el ente electoral continuó anunciando diputaciones y gobiernos municipales para el resto de los partidos, menos para el MLP.

Fueron desde las comunidades y municipios que construyeron asambleariamente esta organización política, y es casi inexplicable que el MLP no haya obtenido ningún voto mayoritario ni en tan sólo un Municipio. Muy a pesar de ser la cuarta organización política (de los más de 20 partidos )más votados en estas elecciones (según el TSE).

¿Por qué denuncian fraude electoral?

“A nuestra organización política MLP, durante la campaña electoral, el TSE no le permitió colocar ninguna valla, ni le permitió acceder a los medios de comunicación contratados por el TSE para la campaña, ni mucho menos nos permitió abrir una cuenta bancaria para utilizar el dinero para la campaña como manda la Ley”, indica Thelma Cabrera, ex candidata presidencial del MLP.

Más por el contrario, por no declarar MLP los supuestos gastos económicos realizados, ahora, existe una amenaza de multa, por parte del TSE, del equivalente de cerca 40 mil dólares.

Durante el día de las votaciones se denunciaron la entrega de papeletas previamente marcadas sobre el símbolo de la UNE (partido que ocupa primer lugar). Se hicieron virales en las redes sociales videos de traslado grupal de votantes por los partidos tradicionales. Compra venta de votos por “activistas de partidos tradicionales”. Entrega de papeletas de votos donde no aparecía el logo de MLP, o aparecía pero en un tamaño muy reducido en comparación a los logos del resto de los partidos.

Estas anomalías ocasionaron reacciones violentas de votantes en 8 de los 22 departamentos del país. En dos municipios se suspendieron las elecciones. Se denunciaron apagones eléctricos por lo menos en zonas de dos departamentos al momento del escrutinio de votos.

Al momento que se redacta la presente nota, en diferentes municipios y ciudades del país continúan los bloqueos de caminos, protestas en los parques municipales.

Ante esta situación, el núcleo central de MLP, en asamblea analizó el proceso electoral, y denunció fraude electoral. Negándose a reconocer los resultados emitidos por el TSE, y convocando a la ciudadanía a protestas sociales para exigir el reconteo o anulación de las elecciones generales realizadas.

Indígenas y campesinos hicieron historia al ocupar el cuarto lugar, sin recursos económicos, en un país donde el sistema electoral y la cultura electoral están hechas para que ganen las elecciones los varones, blancos y ricos. Pero, este sector de los excluidos también es consiente de la estrategia de “zanahoria y garrote”, según ellos, que utiliza el sistema hegemónico. “Quisieron endulzarnos con el 4º lugar, pero nos quitaron las diputaciones y alcaldías”, indican sus representantes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=257316

Fuente de la imagen: TeleSur

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Guatemala, entre el racismo electoral y la apoliticidad indígena

Por: Ollantay Itzamná

Acabo de presenciar un “Foro Presidencial”, con la participación de 9 candidatos, organizado por 48 Cantones, en el Parque Central de Totonicapán. La organización indígena maya más antigua y de más renombre a nivel nacional.

El contexto de las elecciones generales del próximo 16 de junio, donde participan tres candidatos indígenas a la Presidencia de la República (del total de 19 candidatos), incrementó el volumen noticiario sobre el irresuelto asunto del racismo cotidiano en el país habitado por indígenas, pero gobernado por criollos.

¿Es el problema el racismo o es la apoliticidad indígena?

El mencionado Foro estaba organizado para “escuchar” a los presidenciables, “sus propuestas sobre pueblos indígenas”. Ninguna de las preguntas formuladas por los organizadores abordaba asuntos como: Autodeterminación de Pueblos, Estado Plurinacional, Proceso Constituyente Plurinacional…

Es decir, las y los indígenas, en su “calidad de súbditos” del Estado Republicano criollo se reunieron para “escuchar” las enseñanzas sobre la “pureza de la política criolla”. Al grado que, dos de los candidatos, desde la testera, cual si fueran candidatos a reyes, resondraron, increparon e insultaron a las y los presentes, en nombre Dios.

“En Guatemala somos un solo pueblo. Tenemos una sola fe. Creemos en un solo Dios. Cuidado con quienes hablan de pueblos diferentes”. “Así como Dios eligió a Samuel, ahora, nos ha elegido para seguir llevándolos a Uds. al desarrollo. Cuidado con quienes cuestionan la propiedad privada, cuidado con quienes están en contra de la pena de muerte, cuidado con quienes están a favor del aborto…” “Uds. están mucho mejor que antes. La apertura a la inversión privada (privatizaciones) trajo desarrollo a Uds. Cuidado con cuestionar la privatización. Si Uds. no quieren desarrollo entonces quién sabe qué serán Uds.”, fueron algunas de las frases de airados candidatos de corbata en el Foro que aún resuena en mi tímpano.

En un momento, uno de los ancianos, quien no pudo contener la indignación ante tanto insulto, corrió a la testera principal gritando y señalando al candidato señorial: “Fuera, fuera de aquí, fuera de aquí, ya no eres bienvenido”. Pero, los aguaciles mayas de los 48 Cantones lo censuraron y retiraron al anciano del lugar por “faltar al protocolo”, mientras el encorbatado los miraba con desprecio y asqueado.

¿Por qué ancestrales organizaciones indígenas no plantean autonomías, ni Estado Plurinacional?

La colonización interna (de los dos últimos siglos) logró casi anular del todo procesos de acumulación de luchas de resistencia indígenas durante la Colonia española. Es decir, los liberales y conservadores fueron más cruentos con la dominación cultural y política para los indígenas que los españoles.

La “conciencia” de la identidad indígena es bastante reciente. Data desde los últimos decenios del pasado siglo (abonado por factores como la “memoria de los 500 años”, el multiculturalismo implementado en algunos países, los derechos colectivos impulsados en la ONU, etc.). ¿Nuestros abuelos y padres eran indígenas? Sí. Pero, fueron indígenas políticamente dominados, culturalmente ilusionados por el espejismo de la modernidad.

En el caso de Guatemala, como efecto de la firma de los Acuerdos Paz (1996), vino la cooperación internacional y financió políticas organizativas/formativas para estimular derechos culturales. Sin considerar los derechos políticos. Y, las y los trabajadores, investigadores o cooperantes indígenas se sintieron cómodos en el ámbito del culturalismo.

Así fue cómo las organizaciones indígenas y campesinas fueron atrapadas por el espejismo iluso del folclorismo. Ingresar en la disputa por derechos políticos implicaba renunciar al confort que redituaba el folclorismo. Y, el Estado-empresa prosiguió con el saqueo neoliberal (post Acuerdos de Paz) en territorios indígenas sin mayor conciencia política.

Ésta creo que es una de las razones del por qué, después de 30 años de vigencia de los derechos políticos colectivos de los pueblos como: la autodeterminación, ejercicio político, territorio, consentimiento previo, etc., las organizaciones indígenas no logran salir del “providencialismo” o de la actitud pordiosera de la “incidencia política”.

Sólo así se puede explicar, jamás justificar, la propuestas y actitudes de candidatos presidenciales mayas que se resisten (silentes) a la propuesta de la creación del Estado Plurinacional con autonomías indígenas, o a la propuesta de proceso constituyente popular y plurinacional impulsado por comunidades indígenas campesinos, organizados recientemente, articulados en el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP)

Pluriculturalidad no es plurinacionalidad

El concepto de plurinacionalidad significa varias naciones (comunidades políticas) articuladas alrededor de un proyecto político (Estado) en común que posibilite autonomías territoriales de los pueblos o nacionalidades. Plurinacionalidad es un concepto jurídico político. Por tanto, implica necesariamente el ejercicio de derechos políticos.

La pluriculturalidad es un concepto socioantropológico. Significa el reconocimiento y estímulo únicamente de derechos culturales (vestimenta, idiomas, tradiciones, espiritualismos, etc.) Mas no de derechos políticos (autodeterminación, gobierno propio, territorio, etc.) La pluriculturalidad no es más que el multiculturalismo encubierto. Y el multiculturalismo (bajo el argumento de la “tolerancia”), en Guatemala, no es más que monoculturalismo criollo predador de pueblos. Con la idea de pluriculturalidad técnicamente no se puede construir un Estado Plurinacional. Canadá, España, Ecuador, lo saben.

El Movimiento para la Liberación de los Pueblo plantea un Estado Plurinacional con autonomías territoriales. No plantea pluriculturalidad. Y el camino técnico político para materializar dicha idea es el proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional, así como reiteradas veces lo plantean Thelma Cabrera y Vicenta Jerónimo, defensoras y candidatas principales de MLP.

El conclusión, el racismo es innato al Estado criollo. Y, el Estado criollo subsiste en la medida en que “dirigentes” indígenas, abstraídos en la “incidencia”, se sienten cómodos en el confort que les reditúa el culturalismo apolítico, y se niegan al horizonte político de la plurinacionalidad. Mientras, el racismo cotidiano se sedimenta, en el mejor de los casos, en el contenido de afligidas narrativas indigenistas.

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Guatemala, entre el neomilitarismo y un proceso Constituyente Plurinacional

Por: Ollantay Itzamná

En una coyuntura electoral nacional bastante “atípica” y apática se “filtró” información sobre la solicitud que hiciese el actual Presidente de la República de Guatemala al gobierno norteamericano para la “ampliación de la presencia militar humanitaria de los EEUU en el territorio de Guatemala”. Sí, así como lo lee: un gobierno soberano pidiendo intervención militar extranjera en su pequeño territorio.

En los hechos, el intervencionismo violento norteamericano en Guatemala, posterior al golpe militar de 1954, jamás cesó. A partir de 1978 la intervención militar sustituyó el uso del camuflaje por el esmoquin. El soberano en Guatemala siguió siendo la Embajada norteamericana.

Esta solicitud vergonzosa resume, en buena medida, la trágica situación en la que se encuentra el aparente Estado y sociedad guatemalteca. No hay autoridad, no existe sentido de comunidad política imagina en la socidad. La ilegalidad se impuso sobre la deficitaria legalidad en administración pública y en la vida cotidiana. La macro economía funciona a “control remoto”, oxigenado por frescos y millonarios narcodólares que circulan libremente en el país, mientras 7 de cada 10 guatemaltecos sobrevive en el hilo del empobrecimiento. Guatemala, como país y como Estado está quebrado. Y esto no se compone con un rito electoral. Lo sabe su Presidente (el mejor pagado de Latinoamérica).

Partidos políticos envejecidos y víctimas de sus miedos

Lo dantesco de esta trágica estampa guatemalteca no es tanto la renovada presencia militar humanitaria gringa, ni la desigualdad socioeconómica que asesina a millones de sus niños, sino la “natural” complicidad de los partidos políticos de derecha e izquierda que se niegan a plantear/debatir abiertamente la urgente necesidad de un proceso de Asamblea Constituyente ampliado para consensuar nuevas reglas de convivencia, y un nuevo proyecto de país y de Estado.

Los candidatos políticos de derecha e izquierda saben que el bicentenario Estado nación jamás pudo ser, y ahora, padece una enfermedad terminal (fruto de sus contradicciones internas). También saben que la solución es un nuevo Contrato Social Plurinacional. Pero, presos de sus miedos y síndromes de autoderrota se resisten a suministrar la medicina necesaria que requiere el país.

En la reciente memoria colectiva de los pueblos de Guatemala aún está presente las dolorosas consecuencias de la opción militar. Fueron cerca de 200 mil vidas asesinadas/desaparecidas en 36 años del conflicto armado interno promovido y financiado por el gobierno norteamericano. Terrible historia que convirtió a esta Guatemala promisoria y rica en el país más desnutrido y empobrecido de América Latina.

Indígenas y campesinos impulsan proceso Constituyente Plurinacional

En esta larga oscuridad radiante en ausencia de ideas, se posiciona un nuevo actor sociopolítico popular y plurinacional. Es el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), uno de los 21 partidos políticos que participa en la contienda electoral del próximo 16 de junio para elegir Presidente y Vicepresidente, 160 diputados, 340 corporaciones municipales y 20 diputados al Parlamento Centroamericano.

El MLP, cuya candidata a la presidencia es Thelma Cabrera, indígena maya mam, plantea e impulsa un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para debatir y consensuar una nueva Constitución Política, un nuevo Estado Plurinacional.

Esta organización política, que fue creado y se asume como instrumento político de los pueblos, recoge y canaliza las postergadas demandas de los cuatro pueblos. No sólo expone y propone los contenidos para la nueva Constitución Política Plurinacional, resumido en 14 temas, sino también plantea la metodología y modalidad de cómo avanzar hacia el proceso constituyente plurinacional.

En la crítica coyuntura electoral de Guatemala, que oficialmente clama por mayor intervención militar norteamericano, el MLP se constituye en la única alternativa electoral que puede prevenir a este país de raíces milenarias de otro ciclo cruento de militarismo sanguinario.

El MLP plantea que su objetivo final “no es ganar las elecciones”, sino acelerar y posibilitar un proceso de Asamblea Constituyente y revisar los contratos de privatización de los bienes y servicios. Además, con su novedosa modalidad de hacer campaña electoral austera, su programa de gobierno de cambios estructurales, y con su narrativa ética sin precedentes ya está aportando a la democratización de la democracia guatemalteca tan afín al camuflaje y bayonetas militares

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