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Balance político y perspectivas para el 2023

Por: Javier Tolcachier 

En el año que se va, en términos electorales, lo sobresaliente han sido los triunfos de las fuerzas progresistas en Colombia y Brasil, llevando a la presidencia a Gustavo Petro y por tercera vez, a Lula da Silva, luego de la persecución judicial encarnizada de la que fue objeto.

De gran importancia es el fortalecimiento del proceso de paz en Colombia y también el cambio de signo en la relación entre Colombia y Venezuela, gobiernos que han dado pasos concretos con la apertura de sus fronteras y la progresiva normalización en sus relaciones.

También en Cuba se produjo un avance relevante con la aprobación mayoritaria de un nuevo Código de las Familias, que amplía y actualiza derechos de protección de niñas y niños, adultos mayores, personas con discapacidad, condena la violencia intrafamiliar y reconoce la diversidad de realidades que existe entre las familias cubanas, entre otras cuestiones positivas.

En el Caribe anglófono, destaca la re-elección de la laborista Mía Mottley como primera ministra de Barbados, convertida en república independiente de la corona británica, en un nuevo avance de descolonialización.

Tanto en Granada como en San Cristóbal y Nieves, triunfaron las oposiciones, tratándose en el caso del granadino Dickon Mitchell, del Congreso Nacional Democrático, de una renovación generacional en el ambiente político de la isla.

La derecha pudo también cosechar algunas victorias, como la obtenida por Rodrigo Chaves en Costa Rica contra José María Figueres Olsen, candidato del ya vetusto Partido de la Liberación Nacional, ex presidente e hijo del caudillo fundador de la Segunda República.

Una de las derrotas más dolorosas de este año ocurrió en el plebiscito constitucional de salida en Chile, que debía ratificar el nuevo texto constitucional para dejar atrás la herencia pinochetista y fue rechazado por una mayoría abultada.

En Uruguay, pese al logro de la izquierda que cosechó 800.000 firmas para levantar la consulta popular sobre la Ley de Urgente Consideración, la coalición oficialista neoliberal de Lacalle Pou alcanzó un triunfo ajustado que abre la puerta a un programa de restauración conservadora.

En otros niveles de gobierno, se produjeron en México elecciones en algunos Estados que arrojaron como resultado el fortalecimiento de Morena y la figura de Andrés Manuel López Obrador, mientras que en términos municipales, el Frente Sandinista ganó todas las alcaldías en Nicaragua sin mayor oposición y la ultraderecha se hizo con la alcaldía central de Lima.

En lo que se pensaba sería un eclipse político total a causa del mundial de fútbol en Qatar, varios hechos políticos sacudieron el mapa regional.

En el Perú, luego de repetidos e infructuosos intentos, la oligarquía centralista violentó la voluntad popular derrocando al maestro rural y sindicalista Pedro Castillo a menos de año y medio de su mandato.

En Argentina, mientras la euforia popular se desataba ante la obtención de su tercera copa mundial de fútbol, el campo popular sufrió un fuerte revés. Maniatado el país por una deuda odiosa contraída por el gobierno de Macri y con claros visos preelectorales, la mafia judicial-mediática, en su carácter de gestora de los grupos de poder concentrado y de la estrategia de lawfare estadounidense, logró – al menos de momento – sacar de la cancha a la principal referente progresista, la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, proscribiendo su posible candidatura mediante una sentencia viciada.

Mientras tanto, en la convulsionada e intervenida Haití, los movimientos populares lograron un acuerdo con el gobierno irregular de Ariel Henry, que estipula una salida institucional ante las dificultades que atraviesa su población y la amenaza de una nueva invasión de fuerzas multinacionales.

Asimismo, en Chile se abre un nuevo capítulo para avanzar hacia un nuevo texto constitucional. Constitución que emergerá (en el mejor de los casos) de una modalidad “en la medida de lo posible” y destrabará algunas cuestiones, pero dada la naturaleza cupular de este renovado intento, de ningún modo logrará cumplir con las necesidades de cambio que expresó el “Despertar” chileno de 2019.

Ya en el estertor del año, se efectúa la detención de uno de los principales agentes del golpismo en Bolivia, Luis Fernando Camacho, quien en conjunto con las logias cruceñas dominantes escenificaron este año una nueva intentona para conmocionar al país, del mismo carácter racista y secesionista puesto de manifiesto en el transcurso del proceso constitucional que llevó a la fundación del Estado Plurinacional o con el desconocimiento de los resultados electorales en 2019.

Perspectivas para el 2023

Si se mantiene el contexto de un sistema capitalista hiperconcentrado y financiarizado, son pocas – o ninguna -, en este esquema, las válvulas de escape para los pueblos latinoamericanos.

La rasante tecnologización digital de la economía y las relaciones sociales promovida por los mismos actores (corporaciones y fondos de inversión) sin control ni incidencia social, se revela como falsa promesa de “innovaciones”, cumpliendo la función de fetiche distractivo, de reconversión de las fuerzas productivas sin progreso humano real y por ende, de postergación.

En términos geopolíticos, la cada vez más dura puja de los Estados Unidos por detener el avance de un mundo más multipolar genera un marco de tensión permanente contra las aspiraciones de soberanía y autodeterminación de los pueblos de la región, los que tendrán que fortalecer alianzas intrarregionales de signo emancipador (como por ejemplo la CELAC) y extra-regionales (como el BRICS+) para no ser arrastrados por las intenciones neocolonizadoras.

En este marco, es previsible que las derechas continúen usando todas las estratagemas a su alcance para evitar, minimizar los alcances, aislar e incluso liquidar nuevas experiencias progresistas o de izquierda en América Latina y el Caribe.

De este modo, no habrá que extrañarse ante una combinación de estrategias de demonización mediática, proscripción judicial, bloqueos parlamentarios, medidas coercitivas comerciales y financieras unilaterales, nuevos intentos de golpe o incluso magnicidios hacia gobiernos proclives a producir cambios a favor de sus poblaciones. Es decir, el repertorio completo de artimañas del poder establecido para frenar las demandas populares.

Por otra parte, es evidente que persiste una extendida y justa insatisfacción popular, lo que no deja mucho margen para procesos de mediano plazo. Los pueblos exigen de sus representantes electos coherencia y rapidez en la solución de las graves problemáticas que atraviesan, coherencia y velocidad que encuentra barreras difíciles de superar en la cerrada oposición del poder económico y mediático – principales ejecutores de la crueldad capitalista.

De este modo, habrá también nuevas protestas masivas, paros, rebeliones populares y también represión ante las pretensiones de gobiernos conservadores de mantener y profundizar el decrépito y asfixiante sistema establecido.

En general, el mapa político se ha vuelto algo más favorable a las transformaciones, haciendo eje en tres bloques. Por una parte, el “hexágono moderado” de inclinación socialdemócrata, que conforman México, Brasil, Argentina, Colombia, Honduras y Chile, gobiernos fruto de la unidad en la diversidad. Por otro lado, el “cuadrado” formado por Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, cuyo carácter antiimperialista es mucho más definido. Finalmente, el archipiélago de naciones anglófonas del Caribe, cuyo signo, por necesidad del presente y pasado compartido, es en general de actuación colectiva en pos de una mayor autodeterminación.

Frente a ello, persisten enclaves reaccionarios como Paraguay, Guatemala, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Costa Rica o Panamá, que atestiguan con el incremento de la violencia en su interior, la imperiosa necesidad de cambio de dirección en el timón político.

En síntesis, el panorama de 2023 presenta retos similares al del año que culmina. 

Ante el deterioro de la democracia formal, es preciso avanzar hacia una democracia real de carácter multidimensional, es decir, de distribución progresiva del poder en todos los ámbitos, fortaleciendo las capacidades de decisión de la base social.

En esa dirección, la conquista de una comunicación plural, la redistribución de ingresos, la descentralización creciente del poder político, la elección directa del poder judicial, la democratización del espacio digital, la colaboración para la resolución conjunta de los desafíos comunes a través de la integración regional, la ampliación y cumplimiento de derechos humanos y sociales,  la inclusión plena de las demandas generacionales, la transformación del modelo de consumo que genera endeudamiento y depredación medioambiental, la supresión de la gestión corporativa multinacional de los recursos naturales comunes, la desmercantilización de la salud y la educación, son algunas de las medidas a encaminar en lo inmediato.

Sin embargo, para que estas transformaciones adquieran nuevamente un carácter de revolución, es preciso incluir en la concepción de la misma, en simultáneo con las conquistas sociales, poner energía en promover cambios en la interioridad humana.

Es impensable creer que la lucha histórica colectiva hacia la liberación podrá acometerse sin modificar los sentidos comunes que guían el actual accionar de los grandes conjuntos humanos.

Desde la perspectiva de un nuevo humanismo, para ahondar la inacabable e indetenible ruta desde el campo de la determinación al campo de la libertad, es imprescindible la reflexión sobre el sentido más profundo de la existencia y sobre la necesidad de modificar en cada hogar, cuadra y vecindario, hábitos impuestos por la violencia, que dificultan, enlentecen o retrotraen el avance.

Se necesita una revolución que acople a la transformación del mundo exterior, la del mundo interior de cada persona, que estructure en una misma unidad ambos mundos, dotándola de coherencia entre el pensar, el sentir y la acción. En definitiva, una revolución integral, afuera y adentro, cuyo advenimiento no dependerá de fuerzas mecánicas sino de la intencionalidad de los pueblos.

¡Ojalá el nuevo año y la marea de la historia nos encuentre fortalecidos en la tarea de humanizar y humanizarnos, de aprender sin límites, de superar el resentimiento y las contradicciones y de amar la realidad que construimos, día a día, de todxs y para todxs! Entonces, el nuevo año será realmente nuevo.

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Feministas latinoamericanas prometen redoblar esfuerzos por el derecho al aborto en 2023

Por: Angelina de los Santos                             

Activistas por los derechos sexuales y reproductivos de la región avisan que ‘la lucha continúa’ para sostener los avances conseguidos.

En 2022, mientras los conservadores estadounidenses condujeron a la Suprema Corte de Justicia a eliminar la protección constitucional del aborto, las feministas de América Latina y el Caribe hicieron avanzar a varios países en la dirección contraria.

Sin embargo, el poderoso movimiento que sostiene este cambio progresista todavía enfrenta retos difíciles en 2023, como salvaguardar los derechos que tanto costó conseguir y superar la disparidad de políticas de aborto entre los países.

Las feministas defienden derechos «en permanente disputa», dijo a openDemocracy Giselle Carino, directora general de Fós Feminista, una alianza internacional de grupos de derechos sexuales y reproductivos.

«La clave es apoyar a los movimientos feministas, que son los que siempre están al frente de la lucha y los que sostienen los cambios logrados», explicó.

El derecho al aborto ganó…

En Argentina el aborto se legalizó en 2020 – una victoria de la ‘Ola Verde’, el movimiento nacido dos años antes. que debe su nombre a los pañuelos de ese color que usan las manifestantes y que se transformó en un fenómeno de masas, con capacidad para infundir nueva energía a los movimientos feministas de todo el mundo.

Tras los pasos de Argentina, activistas mexicanas lograron en los últimos dos años que ocho estados reconocieran el derecho legal de las mujeres y las niñas a ejercer su capacidad de elegir si quieren o no gestar.

Tres de esas victorias se produjeron en 2022, y un total de 10 de los 32 estados del país ahora permiten el aborto, en general entre la semana 12 y la 14. Las activistas también consiguieron una sentencia histórica en 2021, cuando la Corte Suprema declaró inconstitucional la penalización del aborto.

«El futuro que esperamos es que nuestra lucha siga avanzando tanto en lo jurídico como en lo social», dijo a openDemocracy la fundadora de la organización Aborto Legal México, Fanny González.

En Colombia, defensoras del derecho al aborto encabezaron la campaña que concluyó con la sentencia de la Corte Constitucional de febrero de 2022 que despenalizó el aborto hasta las 24 semanas. Causa Justa, un movimiento que aglutina a más de 100 grupos y miles de activistas de todo el país, presentó ante el tribunal argumentos basados en evidencias y contribuyó a cambiar la situación jurídica y social del aborto en el país.

En Puerto Rico, las activistas por el derecho a decidir lograron que en noviembre el Congreso rechazara cuatro proyectos de ley que pretendían restringir el acceso al aborto y castigar a quienes se habían sometido a interrupciones del embarazo.

… pero persisten prohibiciones y restricciones

Pero no fue pan comido para las feministas de América Latina y el Caribe.

Todavía persisten sistemas opresivos que siguen considerando a las mujeres incapaces de tomar decisiones sobre su cuerpo. Alrededor de 83% de las mujeres latinoamericanas y caribeñas en edad reproductiva viven en países con algún tipo de restricción al aborto..

En República Dominicana, El Salvador, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua y Surinam, el aborto está totalmente prohibido. En El Salvador, las mujeres pueden recibir hasta 50 años de prisión si tienen un aborto espontáneo o un mortinato. En Honduras, cada día tres niñas menores de 14 años se convierten en madres como resultado de una violación. No se les permite abortar.

Pero, como explica Indiana Jiménez, directora de comunicación de la organización dominicana Profamilia que ofrece servicios de salud sexual y reproductiva, en muchos de estos países el derecho al aborto «no es necesariamente la principal prioridad para las mujeres». Muchas de ellas tienen que lidiar con problemas diarios de «acceso al agua, a la comida, al trabajo y hacer frente a la brutal violencia doméstica dentro de sus familias», dijo a openDemocracy.

En estas circunstancias, «lo primero y lo que cubre todo es la enseñanza de la educación sexual integral», aseguró.

En Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago y Venezuela, el aborto está permitido en solo bajo ciertas circunstancias, sobre todo cuando la salud o la vida de la persona gestante está en peligro.

Argentina es uno de los países que deben salvaguardar derechos duramente conquistados

«Los embarazos no deseados contribuyen a la deserción escolar, al abuso doméstico, al abuso financiero y al abuso emocional perpetrado por hombres, niños y otros miembros de la familia”, dijo a openDemocracy Chanelle Beatrice, feminista de Trinidad y Tobago e integrante de la organización no gubernamental Feminitt Caribbean.

“La falta de acceso a abortos legales también contribuye a la infertilidad, el desempleo, el maltrato infantil, las enfermedades mentales y la muerte», agregó.

No basta con las leyes

Incluso en países que avanzaron hacia una legislación sexual y reproductiva progresista en la última década, las feministas se mantienen alerta en la protección de la autonomía corporal y la igualdad de género. Las políticas no son suficientes para garantizar la aceptación, el acceso y la calidad de la atención al aborto.

Argentina es uno de los países que deben salvaguardar derechos duramente conquistados. Tras décadas de lucha, las feministas consiguieron, en diciembre de 2020, legalizar el aborto hasta la semana 14.

Fue un gran logro en ese momento, pero ahora, a la luz de nuevas reglas más inclusivas en Colombia, parece haberse quedado corto. Dos años después, la aplicación de la ley es desigual y varía mucho según el ámbito social, cultural, económico e incluso geográfico.

«Sabemos que aunque a veces ganemos, aunque haya políticas públicas, el principal desafío que tenemos y seguiremos teniendo en Argentina y en el resto de los países del mundo, es sostener los avances que hemos logrado con las políticas públicas», dijo Carino de Fós Feminista.

Ana Cristina González, médica, activista feminista y portavoz de Causa Justa de Colombia, coincide. «Necesitamos crear un ambiente de legitimidad para las decisiones de las mujeres… el futuro posible [para la lucha por el aborto] es sostener esta decisión, lograr que se arraigue entre más y más personas en los servicios de salud, y entre los ciudadanos», dijo a openDemocracy.

«Nos enfrentamos a una gran batalla cultural. Hoy nosotras vamos mostrando con sensatez que hay argumentos [por el aborto legal] y que es un debate en el que la gente puede transformarse», añadió.

Las defensoras de los derechos sexuales y reproductivos de Uruguay – el primer país sudamericano en legalizar el aborto, hasta la semana 12, en 2012 – también destacan la importancia de proteger los derechos de las mujeres.

A lo largo de la última década, estas defensoras monitorearon la aplicación de la ley y denunciaron los obstáculos de acceso. Como explicaron recientemente, el acceso es un problema sobre todo en las zonas rurales, donde los centros de salud son escasos y el personal médico se niega a realizar abortos alegando objeción de conciencia.

La calidad de la atención también varía, y la información y la evaluación son inadecuadas, dicen las activistas.

En 2020, Uruguay eligió su primer gobierno conservador en 15 años. Poco después de asumir el cargo, el presidente Luis Lacalle Pou aseguró que su gobierno tenía una «agenda provida». Desde entonces, «resistir se ha convertido en un acto heroico» para quienes defienden el derecho al aborto, aseguró Lilián Abracinskas, fundadora de la iniciativa de salud femenina Mujer y Salud en Uruguay.

Abracinskas dijo que el gobierno «relativiza el concepto de derechos humanos, de violencia de género [y considera] a las feministas y a la diversidad sexual como agentes desestabilizadores externos influenciados por fuerzas extranjeras».

«Estamos resistiendo en condiciones absolutamente adversas, y fuera del radar de las organizaciones e intereses regionales e internacionales», subrayó.

¿Demasiado lejos, demasiado rápido?

En 2022, mientras Colombia despenalizaba el aborto, Chile redactaba una nueva constitución que consagraba los derechos sexuales y reproductivos, incluido el aborto, como fundamentales y garantizados por el Estado.

Pero en septiembre el país rechazó la nueva constitución. Y así quedó en vigor la ley promulgada en 2017, que solo permite la interrupción del embarazo en casos de violación, inviabilidad fetal o riesgo para la vida de la persona gestante.

Mientras tanto, Brasil vivía en octubre una de las elecciones más dramáticas de su historia, entre el entonces presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y el expresidente de izquierdas Luiz Inácio Lula da Silva. En la campaña, Lula decidió recordar a sus simpatizantes conservadores su postura antiabortista. Ganó, y fue investido presidente el 1 de enero.

«El mayor desafío para los movimientos feministas es unir fuerzas y tener una estrategia clara para evitar que se reviertan los avances logrados en nuestros países», dijo a openDemocracy la directora del grupo Católicas por el Derecho a Decidir Bolivia, Ana María Kudelka Zalles. «Pero también necesitamos ganar y cautivar a través de acciones de comunicación mucho más innovadoras que realmente lleguen a toda la población».

https://www.opendemocracy.net/es/5050-es/america-latina-caribe-aborto-derechos-feministas/

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Panamá: Construcción de la Escuela República de Venezuela iniciará en enero de 2023

Construcción de la Escuela República de Venezuela iniciará en enero de 2023

En el 2017, Meduca ordenó el traslado de los alumnos de la Escuela República de Venezuela a planteles alternos, por las condiciones de la estructura.

Las ordenes de proceder para la construcción de la Escuela República de Venezuela y el Instituto Bolívar serán entregadas el 25 de enero de 2023, anunció el viceministro de Infraestructura de Educación del Ministerio de Educación (Meduca), Ricardo Sánchez.

Las nuevas instalaciones de la Escuela República de Venezuela tendrán 28 aulas teóricas, seis laboratorios, biblioteca, aula máxima y área polideportiva.

El Meduca hizo tres licitaciones, entre el 2020 y 2021, para demoler la estructura existente y construir la nueva Escuela República de Venezuela, sin embargo, las empresas participantes no reunían los requisitos y se presentaron varios reclamos.

Este año se solicitó el procedimiento de cotización en línea para la contratación excepcional y una comisión evaluadora escogió la empresa con mayor puntuación”, dijo Sánchez.

Por su parte, el Instituto Comercial Bolívar, que ocupa otra parte de la construcción, tendrá 24 aulas teóricas, ocho por cada nivel, 16 laboratorios, biblioteca, aula máxima, además de otras facilidades contempladas, de igual forma, en la escuela básica general.

El proyecto de construcción incluye la demolición de las actuales estructuras y la construcción de un área de administración, otra para dos salones de jardín de infancia y cuatro para preescolar, así como tres plantas. Estos proyectos tendrán oficinas administrativas, laboratorios, salón de profesores, comedor, elevadores, biblioteca, enfermería, gabinete psicopedagógico, áreas deportivas, aulas teóricas, de apoyo y de preescolar.

En el 2017, Meduca ordenó el traslado de los alumnos de la Escuela República de Venezuela a planteles alternos, por las condiciones de la estructura, mientras que, en el 2018, se procedió con el traslado de la comunidad educativa del Instituto Comercial Bolívar.

Fuente de la Información: https://www.telemetro.com/nacionales/construccion-la-escuela-republica-venezuela-iniciara-enero-2023-n5824856

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Panamá: Inadeh y Fundación del Trabajo impulsan convenio para formación técnica y profesional de los trabajadores

Inadeh y Fundación del Trabajo impulsan convenio para formación técnica y profesional de los trabajadores

El Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh) y la Fundación del Trabajo firmaron un convenio de cooperación y asistencia técnica para impulsar la formación técnica y profesional de los servidores públicos y los trabajadores del sector privado a nivel nacional.

De acuerdo con lo establecido en el convenio, la Fundación del Trabajo se compromete a brindar los espacios (aulas y talleres) para que los instructores del Inadeh impartan los cursos, según los requerimientos solicitados por la instituciones o empresas en las jornadas y horarios establecidos.

Para el Inadeh esta alianza con la Fundación del Trabajo es muy importante porque facilita el desarrollo de programas y proyectos de capacitación que fortalecerán las competencias de los trabajadores de los sectores públicos y privados”, expresó el director general de la institución, Virgilio Sousa Valdés.

José Javier Rivera, co presidente de la Fundación del Trabajo por el sector empresarial, expresó su satisfacción con la firma de este convenio y propuso formar una mesa técnica para revisar con el Inadeh y los sectores productivos la Ley 4 de enero de 1997 que regula la Formación Dual Profesional en Panamá.

La firma de este convenio se dio en el marco del Consejo de Síndicos de la Fundación del Trabajo que tuvo como invitado al viceministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Roger Tejada.

Fuente de la Información: https://elcapitalfinanciero.com/inadeh-y-fundacion-del-trabajo-impulsan-convenio-para-formacion-tecnica-y-profesional-de-los-trabajadores/

 

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Nicaragua: MINED se prepara para el Buen Inicio del Ciclo Escolar 2023

MINED se prepara para el Buen Inicio del Ciclo Escolar 2023

Este lunes, el Compañero Salvador Vanegas, Asesor Presidencial para temas Educativos, dio a conocer las principales actividades que se desarrollarán esta semana y los preparativos para el Buen Inicio del Ciclo Escolar 2023.

Vanegas detalló, que al regreso de las vacaciones en las primeras semanas de enero, se desarrollará la I jornada de Capacitación y Actualización de docentes de todos los niveles educativos del país.

Asimismo, iniciando el 2023, se prepara la primera salida de caravanas que trasladarán Merienda Escolar a todo el país, para continuar brindando a diario un millón 200 mil raciones de comida a los estudiantes.

De igual manera, como parte de los preparativos del nuevo año, las brigadas de infraestructura escolar, revisan las obras que darán inicio en el mes de enero.

El asesor presidencial, agregó que para esta semana, continúa la entrega de juguetes navideños que envía el Presidente Comandante Daniel Ortega y Vicepresidenta Compañera Rosario Murillo. Este 19 de diciembre se realizó entrega en Carazo, Granada y Rivas; culminando el 20 y 21 en el departamento de Managua.

Este 20 de diciembre, delegaciones departamentales, municipales y servidores públicos participarán en el IV Ejercicio Nacional para proteger la vida en situaciones multiamenazas.

 También, se realizará videoforo sobre celebraciones tradicionales decembrinas con equipos de delegaciones y asesores pedagógicos de Educación Inicial. Además, se efectuará taller sobre elaboración de máscaras de El Güegüense, con asesores pedagógicos nacionales de Secundaria a Distancia en el Campo.

Vanegas precisó, que se desarrollará taller sobre el acompañamiento pedagógico para mejorar la calidad de los aprendizajes, con la participación de asesores municipales y directores de Secundaria a Distancia en el Campo.

Este lunes, se realizó sesión de trabajo para presentar avances y desafíos de la Estrategia Nacional de Continuidad Educativa, con asesores pedagógicos nacionales de Primaria.

 Asimismo, se efectuará encuentro con equipo de autores de nuevos libros de matemática de Primaria, para avanzar en la incorporación de la estrategia “Aprendizaje Amigable de las Matemáticas”.

Avanzando en formación continua, asesores pedagógicos nacionales de secundaria participarán en encuentro para abordar estrategias didácticas desde la neurociencia aplicada a la educación, con acompañamiento de especialistas nacionales; también, se impartirá taller de actualización tecnológica, dirigido a asesores pedagógicos nacionales de Secundaria, con el propósito de afianzar sus habilidades técnicas y pedagógicas.

En infraestructura, esta semana concluyen dos obras con equipamiento escolar en: Centro Educativo Rafaela Herrera, Nagarote, León y Centro Educativo Salomón Ibarra Mayorga, San Marcos, Carazo.

De igual manera, inician nueve obras de infraestructura y equipamiento de mobiliario, en los departamentos de Nueva Segovia y Matagalpa: Centro Educativo Santa Lucía, El Jícaro, Nueva Segovia; Centro Educativo Iván Leyvraz, El Tuma – La Dalia, Matagalpa; Centro Educativo Chepita Cerna, Rancho Grande, Matagalpa; Centro Educativo El Carrizal (Carlos Fonseca Amador), Centro Educativo Las Cuyas, Centro Educativo Madre Inmaculada, Ciudad Antigua, Nueva Segovia.

Centro Educativo Niño Dios de Praga, Ocotal, Nueva Segovia; Centro Educativo Salomón de la Selva, Santa María, Nueva Segovia y Centro Educativo José Matías Delgado, Macuelizo, Nueva Segovia.

 

Fuente de la Información: https://www.mined.gob.ni/mined-se-prepara-para-el-buen-inicio-del-ciclo-escolar-2023/

 

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Entrevista a Ramón Grosfoguel: «La decolonialidad ha muerto: ¡que viva la decolonialidad!»

POR:  GONZALO ARMÚA, LAUTARO RIVARA

ALAI conversó en exclusiva con el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel sobre la muerte ¿y posible resurrección? de la perspectiva decolonial.

Fue en su último paso por Buenos Aires, invitado a la Feria Internacional del Libro, que nos encontramos con Ramón Grosfoguel. Conversamos allí sobre una serie de temas que le desvelan tanto como a nosotros: el antiimperialismo, la actualidad del pensamiento crítico, la caracterización del gigante asiático, el sombrío panorama social de los Estados Unidos y las complejas perspectivas de futuro para nuestra región, que aún no tiene garantizado un pedazo de sol bajo el cielo del nuevo orden mundial que comienza a emerger.

Varias cosas fueron singulares en ese encuentro: desde la duración inusitada de una entrevista que discurrió por diversos temas a lo largo de casi 3 horas de duración, hasta la beligerancia del polemista que encarna Grosfoguel, tan a contramano de los usos y costumbres que uno podría imaginar en un académico de la Universidad de California en Berkeley.

Grosfoguel fue uno de los fundadores y principales animadores del llamado Grupo Modernidad/Colonialidad, que pasó a mejor vida sacudido por los recurrentes cismas que la política latinoamericana y caribeña impone de forma recurrente a sus intelectuales, o al menos a los que aún se preocupan de participar, de vez en cuando, de lo que hacen los mortales afuera de la torre de cristal. Como él mismo se encargará de explicar, la fractura se produjo por una auténtica «guerra de solicitadas» en torno a la candente cuestión venezolana. 

Grosfoguel es autor de numerosos libros y artículos sobre descolonización, racismo, interculturalidad, economía política, migraciones y tantos otros tópicos. Su último libro, “De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo decolonial” (Akal, 2022), aborda muchos de los temas de la primera parte en que decidimos dividir la siguiente entrevista, exclusiva para ALAI.

Gonzalo Armúa y Lautaro Rivara: En varias ocasiones planteaste una crítica a una corriente de intelectuales y académicos que llamás los “decoloniales coloniales”. ¿Cuál crees que es o debería ser el vínculo entre decolonialidad y antiimperialsimo? ¿Por qué se produjo esa ruptura entre un sector de la academia crítica y diferentes procesos populares del continente como los de Venezuela o Cuba?

Ramón Grosfoguel: Siempre he asumido, quizás ingenuamente, que cuando uno dice decolonial presupone allí el antiimperialismo. Porque, ¿de qué te estás descolonizando si no eres antiimperialista? Yo fui en gran medida responsable de la organización de la Red Modernidad/Colonialidad. Pero esa red murió en Venezuela. Hubo allí una división insalvable, porque un sector de la red, encabezada por [Edgardo] Lander, tomó partido por una posición inadmisible, firmando un documento escrito en medio de una agresión imperialista contra Venezuela, durante las llamadas guarimbas. Las guarimbas eran grupos paramilitares que estaban por ese entonces matando gente en las calles, como lo pude ver en el verano de 2019 con mis propios ojos. Esto no solo lo han hecho en Venezuela: lo hicieron en Siria, en Ucrania en el 2014 durante el golpe de estado, en muchos otros lugares. Fue en ese marco que apareció un documento repitiendo las mismas tesis del imperio. Lo mismo volvió a suceder en enero de 2019, cuando el intento de golpe de [Juan] Guaidó. Incluso este grupo se reunió con él, afirmando a la prensa que Guaidó era democráticamente más legítimo que Nicolás Maduro.

Pero hubo mucha otra gente de la izquierda o seudo-izquierda latinoamericana que firmó los documentos también. Pude ver a Lander en Democracy Now, un programa de la izquierda estadounidense, afirmando que lo que Trump decía del gobierno de Venezuela, que era autoritario, que era una dictadura, pues era cierto. Estaba minando el apoyo de la izquierda, el único que queda a Venezuela. Esta gente se dedica a socavar estos apoyos, a desmovilizar a la izquierda.

“Yo fui en gran medida responsable de la organización de la Red Modernidad/Colonialidad. Pero esa red murió en Venezuela. Hubo allí una división insalvable”.

Once meses después, en noviembre de 2019, fue el golpe de Estado a Evo [Morales]. Otra vez aparecieron los mismos documentos contando la misma historia: aduciendo muchos de ellos que no era un golpe de Estado, que era una rebelión popular, blanqueando en suma el golpe de estado imperialista. Incluso hubo tesis risibles que decían que Evo era un machista y que el golpe de estado se produjo porque era un machista. En medio de un golpe, no estaban denunciándolo, no estaban saliendo a la calle a defender al presidente democráticamente electo. Estaban tirándole fuego a la víctima. Entonces, ¿de qué decolonialidad estamos hablando?

Todo esto me llevó a pensar que ya no puedo decir que soy decolonial a secas, habiendo una serie de intelectuales «decoloniales coloniales». Por eso afirmo que soy «decolonial antiimperialista». Para mí aquí hay un antes y un después. ¿Por qué? Aquí estuvimos un grupo de personas, entre ellos la Escuela Descolonial de Caracas, en aquel momento con Juan José Bautista, con Karina Ochoa, Enrique Dussel, que tomamos partido por Venezuela y su gente. Yo siento la responsabilidad de llamar la atención sobre este monstruo de siete cabezas que se llama Modernidad/Colonialidad. Por eso decidimos trazar una línea roja. Por eso digo que la red murió en Venezuela. Ya no podemos trabajar juntos.

G.A y L.R: ¿Por qué crees que esos intelectuales llegaron a esos posicionamientos? ¿Cuál es la razón de fondo?

R.G: Intenté dar respuesta a eso en una serie de videos que llevan por título «La bancarrota de la izquierda». Lo que intento allí es tratar de no caer en el reduccionismo de «esta gente se vendió», de complejizar el asunto y entender que les llevó a esas posiciones. ¿Cómo es que esas personas que en cierto momento de sus trayectorias estuvieron de este lado, cruzaron la avenida y ahora están disparando desde la otra trinchera? Esa gente ya no es parte de la decolonialidad. Hay que dejar de referirse a ellos de esa manera: Dussel me llamó la atención sobre eso. Entonces, ¿qué los llevó allí?

Pensando en el marco categorial, podemos señalar varias cosas. El primero es el abandono de la comprensión de lo que es el imperialismo. Ellos abandonaron esa categoría, o ven al imperialismo como una cosa puramente exterior, abstracta. Algo parecido a lo que hacían [Fernando Henrique] Cardoso y [Enzo] Faletto en su ensayo «Teoría de la dependencia». La teoría de la dependencia tenía dos vertientes: la de Cardoso daba mucho énfasis a las situaciones internas de cada país, debilitando el análisis internacional del imperialismo, priorizando las relaciones de fuerza dentro de los propios estados. Pero tú no puedes desvincular lo que sucede dentro del Estado de las estrategias globales del imperialismo. La otra vertiente provenía de la escuela brasilera: Theotônio dos Santos, Ruy Mauro Marini, Vânia Bambirra y el mismo André Gunder Frank: ellos nunca perdieron de vista la relación centro-periferia, la propia dialéctica de la dependencia, el hecho de que la acumulación de capital a escala global está mediada por el sistema imperialista de super-explotación de las periferias. Yo me identifico, por supuesto, con esta segunda corriente. Entonces, el primer problema de esta línea decolonial-colonial es que carece de una teoría del imperialismo. O a lo sumo ésta aparece de forma laxa.

“[Lo primero] es el abandono de la comprensión de lo que es el imperialismo. Ellos abandonaron esa categoría, o ven al imperialismo como una cosa puramente exterior, abstracta”.

El segundo problema es una tendencia de tipo culturalista, donde todo aparece reducido a la epistemología y se pierde de vista la economía política. Aclaro que soy de los que han llamado la atención sobre la necesidad de descolonizar los paradigmas de la economía política, de hacer una cartografía crítica del legado de diferentes corrientes marxistas. Pero no se trata de tirar a la basura la economía política. Este culturalismo, al estilo del de [Walter] Mignolo, termina en una concepción muy identitaria -en su sentido más colonial- en donde las relaciones de dominación de la economía política no aparecen, o lo hacen de modo muy tangencial.

En tercer lugar, hay un problema con el Estado: son fundamentalmente antiestatistas. El propio [Aníbal] Quijano, que tuvo una enorme influencia en esta red, era antiestatista, anarquizante. Entonces, cualquier cosa que tú hagas dentro del Estado o con el Estado invalida desde ya cualquier proyecto, y se supone que tú no lo puedas apoyar, porque se trataría de un “proyecto de poder”. Pero la cuestión es mucho más compleja, más cuando hablamos de procesos antiimperialistas en nuestra región. El propio Lander hablaba -hace ya casi 20 años- de un apoyo crítico a Hugo Chávez y la revolución bolivariana. Pero había mucha más crítica que apoyo.

Una vez invité a Lander a debatir con un opositor al chavismo, un alemán radicado en Venezuela, en la Universidad de Berkeley. No hubo ningún debate, porque Lander terminó diciendo casi lo mismo que el alemán. Fue realmente muy decepcionante. De hecho, la manera como hablaba Lander de Chávez era, como dicen los venezolanos, bien sifrina. Me refiero a la manera despectiva con la que hablaría un blanco rico de un sujeto popular que no tenía las formas sociales propias de las élites. El decía que prefería que a veces Chávez cerrara la boca, que le daba vergüenza su manera de hablar. Lo mismo que tiempo después le diría el mismo Rey de España, cuando le exigió que se callase. Yo me quedé sorprendido de escuchar a quien se asumía como un decolonial, diciendo cosas tan racistas, elitistas, clasistas y coloniales como aquella. Si algo ha sostenido al pueblo venezolano hasta el día de hoy es la educación antiimperialista que proporcionó a su pueblo la palabra de Hugo Chávez, en programas como Aló Presidente, del que tanta gente se burlaba. En síntesis, aquel antiestatismo anarquizante impregnó todas las concepciones de aquel grupo.

Otro tema es el liberalismo: tienen en el fondo una visión liberal, individualista. Parten de un concepto demoliberal que les impide comprender la política imperialista. No pueden ni quieren ver otras formas de democracia, de democracia popular: creen que el eje principal es autoritarismo-democracia (liberal), y desde allí se terminan posicionando con el imperialismo.

Hay también un anti-extractivisto extremo y ahistórico, como si los gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina y el Caribe hubieran creado el extractivismo, cuando es una herencia de la división colonial e imperialista del trabajo. El extractivismo no fue un invento de Chávez, [Rafael] Correa ni Morales. Puede llevar 30, 40 o más años superar este fenómeno. Veamos sino a Corea del Sur: le tomó 40 años abandonar una economía agrícola y reemplazarla por una economía industrial altamente tecnologizada. ¡40 años! Y con el apoyo político y los subsidios de Occidente, que no hemos tenido en nuestros países. Imagínate el esfuerzo y el tiempo que llevaría abandonar una economía monoexportadora con la embestida del imperialismo, en un contexto de bloqueo y una guerra permanente de sanciones. Esto va a llevar tiempo. No puedes simplemente eliminar la materialidad de la economía política con un decreto presidencial o una ley en el parlamento. Si no lo haces, pasas a ser considerado cómplice de la destrucción planetaria y enemigo de la humanidad, y al mismo nivel que cualquier multinacional o gobierno imperialista.

“No pueden ni quieren ver otras formas de democracia, de democracia popular: creen que el eje principal es autoritarismo-democracia (liberal), y desde allí se terminan posicionando con el imperialismo”.

No es que estemos ciegos a los problemas de los gobiernos progresistas. Soy muy consciente de las críticas que es necesario hacer. De hecho pueden ver esas mismas críticas en las clases de la Escuela Descolonial de Caracas. Pero las críticas tienen que ser dentro de la revolución, no contra la revolución. Las críticas son para mejorar los procesos, no para destruirlos. Tenemos que trazar una línea roja con estas posturas destructivas.

G.A y L.R: Incluso se coloca mucho más énfasis en la crítica a los gobiernos populares que en aquellos alineados con la geopolítica de los Estados Unidos y comprometidos con las políticas económicas ultraneoliberales…

R.G: Exacto. Si te fijas, nunca dedicaron atención ni solicitadas contra el gobierno de [Sebastián] Piñera en Chile, ni contra el gobierno narco-paramilitar de [Álvaro] Uribe en Colombia. No: el foco está siempre puesto en la denuncia de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Veamos sino lo que pasó en Ecuador: no quisieron apoyar a Correa porque era extractivista, y terminaron apoyando la política pro-imperial y oenegeista de Yaku Pérez, un tipo apoyado por los Estados Unidos para dividir los votos de la izquierda. Cuando se produjo la segunda vuelta, esta vez entre el candidato de Correa y Guillermo Lasso, ni siquiera llamaron a votar en contra del banquero. Lo mismo sucedió con la instrumentalización de la crítica al patriarcado por parte de cierto feminismo imperialista, cuando se retiró el apoyo a Evo Morales por “machista” en medio de un golpe de Estado, como lo hizo Rita Segato. ¿Qué decolonialidad es esa? ¿Cuál es la descolonización posible si no tienes en claro la cartografía del poder en la región y el rol que juega en ella el imperialismo estadounidense?

Por eso hay que preguntarse por los intereses detrás de estos personajes que desmovilizan a las izquierdas en América Latina. Por eso siempre me pregunto quién es el que paga. Si buscamos y trazamos la ruta del dinero y los apoyos vamos a encontrar varias fundaciones alemanas. En Asia por ejemplo éstas tienen ya un historial de más de 50 años de actuación. Estas fundaciones socialdemócratas canalizan el dinero que el imperialismo norteamericano no puede entregar directamente. La Fundación Willy Brandt, por ejemplo, cumplió ese papel en los años 50, 60 y 70, dado que a la CIA le interesaba y le interesa producir una seudo-izquierda: su rol no es sólo el de apoyar a las derechas y los golpes de Estado.

Yo sabía por ejemplo que se venía un golpe de Estado en Bolivia dos meses antes. ¿Por qué? Porque empecé a constatar las movilizaciones que en toda Europa comenzaban a instalar que Evo Morales había quemado el Amazonas. No Bolsonaro, sino Evo Morales. Circuló toda una campaña internacional en Europa y los Estados Unidos asociada a estas mismas fundaciones alemanas. Esto es un hecho, más allá de que esta gente sea o consciente o no de quien pone ese dinero. Obviamente es gente que ha escrito cosas importantes, interesantes, que pueden ser útiles. Pero, ¿para qué me sirve un intelectual que a la hora de la verdad se posiciona en la otra trinchera? ¿Para qué sirven sus teorías?

G.A y L.R: ¿Y qué hay de las condiciones materiales que impone el propio ámbito académico, incluso más allá del sostén económico? ¿No hay una colonialidad específicamente universitaria? ¿Por qué se da este alejamiento de la praxis por parte de una intelectualidad latinoamericana y caribeña que en otras épocas formaba políticamente a los sindicatos, hacía parte orgánica de los movimientos populares y hasta ejercía roles de conducción y liderazgo?

R.G: Definitivamente. Todo el sistema académico está organizado para la cooptación de pensadores radicales. Es un sistema que ofrece buenos salarios, otorga privilegios y lleva compulsivamente a publicar en revistas indexadas del Norte Global. Para cuando el intelectual abrió los ojos, ya dejó de ser radical: de pronto escribe lo que hay que escribir para ser publicado, promocionado y premiado. Esta decolonialidad descafeinada es el precio a pagar para tener una carrera académica exitosa. La idea es preservar cierta distancia y pureza que otorga prestigio, permanecer en un limbo y no tomar posición de forma decidida ni por esto ni por aquello. Pero yo no lo veo solo como un solapamiento entre conveniencia y convicción. Yo lo veo como un problema profundamente ideológico, ligado al marco categorial equivocado que ya mencioné.

“Si buscamos y trazamos la ruta del dinero y los apoyos vamos a encontrar varias fundaciones alemanas […] Estas fundaciones socialdemócratas canalizan el dinero que el imperialismo norteamericano no puede entregar directamente”.

Yo me relaciono con la decolonialidad de una manera política. Siempre fui un activista antiimperialista en Puerto Rico, durante toda mi vida. Para mi la decolonialidad es un proyecto político de transformación del mundo, no una moda académica.

G.A y L.R: Hecho el diagnóstico, ¿cómo crees que esta corriente, esta agenda decolonial y antiimperialista se puede masificar? ¿Cómo puede arraigar en movimientos de masas, como lo hizo el marxismo, el nacionalismo popular, el indianismo y otras tradiciones revolucionarias? ¿Cómo llegar a una educación recíproca entre intelectuales y organizaciones populares?

R.G: Hay numerosos movimientos decoloniales que existen y operan actualmente en el mundo. Por ejemplo los movimientos indígenas en Bolivia, que no necesitan de intelectuales decoloniales para ser decoloniales. Los hay indígenas, los hay afrodescendientes, de todo tipo: por ejemplo el del pueblo nasa en Colombia, el de pobladores en Venezuela o Chile, etcétera. Independientemente de que hayamos incidido o no en su formación y debates, como lo hizo Juan José Bautista en Bolivia, lo decolonial nos precede, por supuesto. Debemos tomarnos muy en serio el pensamiento crítico que se produce desde esos movimientos para hacer jirones el pensamiento hegemónico colonial y eurocéntrico. Metodológicamente debemos pensar junto con los movimientos y no sobre ellos: no son algo objetivable.

En Sudáfrica, por ejemplo, construimos una Escuela Decolonial que tuvo un impacto enorme sobre el movimiento social sudafricano: allí lo decolonial ya es sentido común en diferentes sectores de la sociedad. Ha habido huelgas estudiantiles llamando a descolonizar las universidades sudafricanas. En Venezuela también hemos sido una influencia a partir de las Escuelas Decoloniales, contando ahora con un Instituto Nacional para la Descolonización dentro del Ministerio de Cultura, incidiendo en el sistema escolar, en las universidades. Incluso el Plan de la Patria incluyó como uno de sus ejes la descolonización.

Siempre estamos buscando cómo hacer ese vínculo entre la producción intelectual y la producción de luchas políticas y sociales. Yo lo considero un mandato de la huelga que creó mi departamento en la Universidad de Berkeley: nosotros estamos ahí como un caballo de Troya para potenciar los movimientos antiimperialistas en el mundo. Nosotros utilizamos esa brecha en la universidad blanca imperialista, una de las mejor posicionadas en el mundo, y la usamos como plataforma para tener un impacto. Quienes protagonizaron esa huelga en el año 69 eran del Frente de Liberación para el Tercer Mundo: eran estudiantes negros, latinos, asiáticos e indígenas estadounidenses. Nosotros nos consideramos como el Tercer Mundo dentro del Primero.

G.A y L.R: Si tuvieras que sintetizar la agenda decolonial antiimperialista, ¿cuáles serían sus puntos esenciales?

La agenda decolonial tiene diferentes registros. En primer lugar, tiene que ser necesariamente antiimperialista. Ese es el horizonte. Tenemos que ir contra la civilización de muerte que reproduce el mundo que vivimos. Esa civilización a combatir tiene nombre y apellido: es el sistema imperialista mundial. Cuando estos decoloniales de los que hablamos antes hablan de lo civilizatorio nunca lo vinculan a este sistema concreto: la civilización no es una cosa abstracta. El horizonte tiene que ser trans-moderno, debe superar la civilización moderna, capitalista y occidental. Este sistema tiene por supuesto varios ejes de dominación: patriarcales, racistas, pedagógicos, cartesianos, etcétera. Yo identifico 16 jerarquías de dominación distintas. Lo que intento es descolonizar paradigmas como los de la economía política: lo que antes se identificaba como superestructuras son en realidad jerarquías de dominación, principios organizadores de la acumulación de capital. El carácter genocida, racista, feminicida, ecologicida, epistemicida, anticomunitarista, es consustancial al proceso de acumulación y al proyecto civilizatorio occidental. En otras palabras: el capitalismo es el sistema económico de una civilización.

“Debemos tomarnos muy en serio el pensamiento crítico que se produce desde esos movimientos para hacer jirones el pensamiento hegemónico colonial y eurocéntrico”.

El problema con el paradigma del socialismo del siglo XX es que siempre concibió la relación entre el capitalismo y otras formas de dominación como infraestructura-superestructura. Por eso no sólo no se superaron diversas formas de dominación, sino que ni siquiera se pudo resolver lo que se planteaba: la transformación radical del sistema económico. Esto, de nuevo, porque no estamos haciendo frente sólo a un sistema económico, sino a una civilización. Por eso es que jamás vas a lograr destruir el capitalismo histórico reproduciendo sus mismas lógicas sexistas, egocéntricas, dualistas, etcétera. Es por esto que la decolonialidad no es una discusión académica, teórica, es una discusión política que nos plantea una nueva cartografía del poder. Es ahí en dónde Chávez estaba clarísimo. Él decía que había que aprender de los problemas y errores del socialismo del siglo XX para pensar el socialismo del siglo XXI. Eso es lo que Dussel llama la transmodernidad: aún no podemos darle nombre, porque estamos en un proceso de transición. ¿Cuál será finalmente la civilización emergente? Lo veremos en el proceso.

Fuente de la información e imagen:  https://www.alai.info

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Panamá: ETESA implementa plan para convertir arbolitos de navidad en abono

ETESA implementa plan para convertir arbolitos de navidad en abono

Con el cumplimiento de políticas permanente de reciclaje, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA), realiza una campaña para la promoción y desarrollo de la disposición de los desechos, entre ellos los arbolitos de navidad que son desechados después de las fiestas de diciembre.

La empresa indicó que en este mes se reporta un alto porcentaje de artículos que pueden ser reciclados o reutilizados, es por eso que lanzó un plan para convertir a los arbolitos de navidad naturales en abono, entre alguno de sus planes.

Por ello, Etesa junto a la Alcaldía de Panamá recibirán los días 7 y 8 de enero del 2023, los arbolitos naturales para su transformación en composta o abono, para las personas que así lo deseen y puedan utilizarlos en su jardín.

Los centros de acopio serán en los estacionamientos de la sede de Etesa, Plaza Sun Tower en la Ricardo J. Alfaro, a un costado del Banco Nacional.

Adicional, la empresa ha logrado desarrollar una serie de planes y programas en cinco de sus oficinas, sede central en Plaza Sun Tower, Centro Nacional de Despacho, oficinas en Juan Díaz, Aguadulce y Chiriquí, tendiente a mantener un manejo correcto de los desechos y realizar un trabajo de reciclaje.

En estas instalaciones, también se han establecido centros de depósito de reciclaje, logrando la recolección de materiales como cartón, papel, metales, envases de tetrapak, plásticos y vidrios, en una iniciativa que se traduce en un beneficio directo para el cuidado del medio ambiente.

Como resultado de estas acciones de ahorro y reciclaje en el mes de noviembre, ETESA logró un ahorro de más de 6,544 litros de agua, junto con un ahorro energético de más de 1,849,000 kilowatts por hora, con un beneficio directo los bosques y lagos.

Teniendo en cuenta que en el mes de diciembre se genera una gran cantidad de basura y desechos, ETESA recomienda una serie de acciones para una mejor disposición de los desechos, tales como:

Materiales como el cartón, llevarlos o entregarlos en lugares en donde se reciban para su reutilización.

Entregar regalos en bolsas reutilizables, ya que el papel de regalo no es reciclable.

Utilizar cubiertos y platos reutilizables,ya que minimiza la contaminación ambiental.

Desconectar las luces navideñas al término de la jornada laboral, y en el caso de los hogares, antes de irse a dormir.

Usar juguetes que aún están en condiciones, debe ser parte de donaciones para que otros niños puedan disfrutarlos.

Los arbolitos de navidad naturales pueden ser transformados en abono para las plantas de su hogar.

 

Fuente de la Información: https://elcapitalfinanciero.com/etesa-implementa-plan-para-convertir-arbolitos-de-navidad-en-abono/

 

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