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La Universidad: ¿pedagógica o andragógica?

Por: DCE. Flavio de Jesús Castillo Silva

doctor.flaviocastillo@gmail.com

Resumen

Las universidades desde su surgimiento como la universidad de Salamanca, una de las más antiguas fundada en 1218, han desarrollado su función educativa basada en la Pedagogía “que literalmente significa ‘el arte y ciencia de enseñar a los niños’” (Knowles, 2006, p. 40), han hecho al interior de sus aulas una cantidad inimaginable de situaciones que han ido desde exaltar a estudiantes promedio a niveles de excelencia y viceversa, de ahí la frase de autor desconocido: “las universidades son lugares donde se pulen piedras y se opacan diamantes”, ha sido lugar de reconocimientos y también de injusticias. Para el caso del otro protagonista dentro de las universidades, el Dr. Sir Ken Robinson (2006), en una de sus charlas mencionó que los docentes son la sangre de las universidades y quienes hacen el prestigio de ellas.

Palabras clave: Universidad, Andragogía, Pedagogía.

Abstract

Universities since its emergence as the University of Salamanca, one of the oldest founded in 1218, have developed their educational function based on Pedagogy «that literally means ‘the art and science of teaching children'» (Knowles, 2006, p 40), have made an unimaginable amount of situations within their classrooms that have gone from exalting average students to levels of excellence and vice versa, hence the phrase of unknown author: «universities are places where stones are polished and opaque diamonds «has been a place of recognition and injustice. For the case of the other protagonist within the universities, Dr. Sir Ken Robinson (2006), in one of his talks he mentioned that teachers are the blood of the universities and who make their prestige.

Key words: University, Andragogy, Pedagogy.

 

Introducción

            Personas visionarias como Malcolm S. Knowles, padre de la Andragogía de origen estadounidense, Félix Gregorio Adam Estévez de origen venezolano, mencionado por algunos como el Padre de la Andragogía en Latinoamérica, Paulo Freire con sus procesos alfabetizadores, estos tres ya fallecidos, aportaron a la Andragogía los fundamentos para su uso en procesos entre adultos, posteriormente, los Doctores Manuel Castro Pereira y Adolfo Alcalá -ambos venezolanos-, continuaron la obra de sus antecesores andragogos, que en algún momento y quizá por cambios políticos en su país dejaron de utilizar y que se han retomado en México por el autor del presente artículo y ha dejado la semilla andragógica en el Centro Universitario Sur-Occidente de la Universidad San Carlos de Guatemala.

            Por lo que, visualizar un mundo educativo diferente a lo actual, acorde a las exigencias de las nuevas generaciones, es algo complicado para quiénes por décadas, lustros y años han repetido su práctica docente como fueron formados o haciendo callo a base del ensayo y error. Sin embargo, existe una minoría que se ha manifestado a cambios que moverían el status quo del magisterio, ya que, para algunos adultos, la resistencia al cambio se basa más en su miedo a empezar de nuevo o tal vez, lo vean como un problema por el hecho que hay que desechar (o soltar) viejas prácticas y eso pueda ser algo muy complicado para algunos docentes. Si la Andragogía es “la libertad del adulto en situación de aprendizaje”, la Pedagogía no se lo podría otorgar, ya que el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje -inherente a la Pedagogía- lo obliga a dirigir el proceso de aprendizaje.

Desarrollo

El ser humano creó la educación para perfeccionarse a sí mismo y para pervivir, el proceso pedagógico ha sido que de generación en generación mediando el conocimiento acumulado e incrementado por una generación mayor a una nueva generación, situación que funciona de manera decorosa en niveles educativos básicos, específicamente en la primaria, sin embargo, ha visto jornadas complicadas desde secundaria en adelante y una de las explicaciones es que la Pedagogía de paidos (niño) y gogía (conducción o guía) atiende al ser humano prácticamente en sus primeros años de vida, el proceso que le sirve para ello es el proceso Enseñanza-Aprendizaje y el docente (el que enseña) es quien tiene la responsabilidad en dirigir este proceso.

Basado en su planeación, el docente o profesor o pedagogo o mediador, es quien sabe, por haber sido el responsable de elaborar la planeación de la materia, cuáles son los objetivos de aprendizaje, cuándo se realizará, cómo se elaborará, cuánto valdrá la actividad, la modalidad de trabajo y el estudiante entiende desde su corta edad que “él va a que le enseñen y el docente es el que le enseñará”, por lo que la pedagogía se distingue por ser un proceso dirigido, vertical, con clara dependencia en los contenidos, controlador -la lista es su mejor arma-, con reglas impuestas, asimismo, la responsabilidad de la evaluación y calificación corresponde al pedagogo.

Lo anterior por consecuencia, nos crea imágenes de estudiantes pasivos o cuasi pasivos, ya que están en una actitud de esperar indicaciones para accionar, en ocasiones y dependiendo de la actualización del pedagogo se puede aspirar a que introduzcan las tecnologías de la información y comunicación (TIC) aplicadas a la educación o promuevan el uso de técnicas didácticas que hagan que sus estudiantes al menos se muevan y tengan oportunidad de un poco más de participación, en caso contrario, los estudiantes desarrollan habilidades para resistir grandes discursos de los pedagogos sin dormir y con una postura digna que le refleje al pedagogo (generalmente viendo al frente donde esté su facilitador).

Si nos detenemos un poco y revisamos lo escrito con anterioridad, veremos que en educación superior y posgrado, la situación no varía mucho, con pequeñas diferencias tales como que el docente universitario o de posgrado puede ser que (a) sea contratado por una asignatura a la vez; (b) sea experto en un área de conocimiento en particular; (c) no tenga formación docente y esto último acarrea por consecuencia situaciones tales como: (i) improvisación al interior del aula; (ii) tender a una planeación magistrocentrista, centrada en el profesor o en la enseñanza y no en el aprendizaje; (iii) uso de actividades que incluso puedan contraponerse al modelo educativo de la institución de educación superior (IES) en donde esté trabajando; (iv) así como de un conjunto de aciertos y desaciertos que puedan llevar a injusticias a través del favoritismo, a reacciones flemáticas que influyan incluso al momento de realizar el proceso de evaluación y situaciones que con el paso del tiempo puedan no ser atendidas ética y educativamente.

La planeación que denomino como magistrocentrista, realmente no es achacable la responsabilidad directa al docente, él la realiza porque es una exigencia que hacen comúnmente las IES a sus docentes, sin embargo, ante la circunstancia de que en muchas ocasiones las IES solo les proporciona el programa de estudios y en ocasiones el mapa curricular de la licenciatura o posgrado respectivo, se llega al hecho que no conoce al grupo con el que va a coincidir en el aula con esa materia, entonces el docente no teniendo más opciones desarrolla una planeación que contestará en muchas ocasiones la pregunta: ¿cómo le enseño mejor …?, cuando debiese ser desde el proceso de aprendizaje: ¿cómo pueden mis estudiantes aprender mejor…?, por lo que tiende a irse a la segura desde la enseñanza o sea, para ser ejecutado desde la perspectiva del docente ignorando las capacidades de sus estudiantes.

En el aula, las cosas tampoco son muy diferentes, el docente (el que enseña -bajo la concepción pedagógica-), desde el primer día establece la jerarquización vertical indicando las “reglas del juego”, asimismo, les dirá de alguna manera cómo serán evaluados, qué trabajos, en qué fecha lo entregarán, cuánto valdrá y si revisamos los primeros párrafos, sucede igual a como lo realiza el pedagogo, la diferencia es que allá son niños y eso los hace por un lado vulnerables y por otro son personas sin conocimiento y experiencias como sucede en la adultez, porque en las aulas universitarias y con escasas excepciones son adultos jóvenes los que están inscritos en el grupo de clase, son estudiantes con al menos doce años de experiencia como tal y han tenido contacto con profesores y docentes que algunos de ellos quizá ha roto el maridaje con la didáctica tradicional y puede en una rara excepción, ser evidenciado el docente actual en su escasez didáctica con cuestionamientos el por qué del uso del tal y cual manera de trabajo cuando existen otras más.

Por eso y con justa razón, el Dr. Adam (1984) mencionó en una conferencia en el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL) en Pátzcuaro, Mich., que las universidades son escuelas primarias de alto nivel, en donde el adulto joven que se matricula en ellas generalmente suele ser sometido a las exigencias del docente en todo el proceso educativo como si el hecho de ser de menor edad que el docente no tuviese nada que aportar y si esto es preocupante, el proceso educativo que está sustentado en la Pedagogía en el posgrado, provoca que los estudiantes, todos ellos profesionistas, con mucha o poca experiencia profesional y que de igual manera, se tiene que acatar lo que indique su docente y basado en mi experiencia como estudiante de doctorado fue el sentirme minimizado, ignorado y aburrido, por el hecho que otro profesional tenía a cargo la materia y un grado mayor que uno, pero incluso con menos productividad académica.

La pregunta que surgió en ese momento fue ¿de qué manera puede cambiarse la situación dentro del proceso formativo a nivel licenciatura y posgrado que potencialice el aprendizaje de sus estudiantes?, para ello, volteé a un trabajo realizado en el 2010 que permitió tener un acercamiento a lo que consideraba podría ser la posible respuesta, un folleto para la Asociación de Scouts de México, A.C. (ASMAC) denominado: “Andragogía. Base para la formación del recurso humano”, en donde hice un acercamiento a la obra del Dr. Malcolm S. Knowles (2006) en donde mi aproximación a la Andragogía fue sorpresiva y atractiva, en esas páginas, estaba -sin saberlo- en el umbral de una nueva ciencia que cambiaría mi quehacer docente.

El Dr. Knowles (2006) enunció que “si los niños y los adultos aprenden de diferente manera, entonces, la pedagogía para los niños y la andragogía para los adultos” (p. 41), y que así, como no puede existir una Andragogía para niños tampoco debe existir una Pedagogía para adultos. Knowles (2006) definió a la Andragogía como “un conjunto de principios fundamentales sobre el aprendizaje de adultos que se aplica a todas las situaciones de tal aprendizaje” (Knowles, 2006, p. 3), posteriormente enunció los supuestos de los estudiantes adultos.

Figura 1. Modelo Andragógico. Fuente: Knowles, 2006, p. 5.

Al enunciar el modelo andragógico el Dr. Knowles (2006) como se aprecia en la figura anterior, se compone de tres rectángulos de puntas redondeadas concéntricos, siendo el exterior las metas y propósitos del aprendizaje, estos tienen relación con el interés del adulto de continuar participando (crecimiento individual) en procesos formativos con diferentes motivaciones, el Dr. Adam (1977) mencionó que son cuatro los intereses: (a) económico, (b) capacitación profesional, (c) seguir estudios superiores y (d) extender la sociabilidad y relaciones humanas, sin embargo, también se dará el crecimiento institucional (si la persona trabaja o colabora en alguna organización) y por consecuencia el crecimiento social.

La Andragogía prevé que así como en el caso de edades menores a la adultez existen diferencias situacionales, en la adultez se acentúa, por lo que el círculo de en medio especifica que existen diferencias situacionales e individuales, que se darán en tres alcances: individual, el de los alumnos (sic), las diferencias que hay con respecto a la materia considerando los conocimientos y experiencias previas relativas a los contenidos a abordar y las diferencias situacionales pueden ser de tipo laboral, afectivo, emocional, entre otras. Al centro del modelo están señalados los principios fundamentales del aprendizaje de los adultos y son seis:

  1. Necesidad de saber del alumno. El aprendiz necesita saber por qué tiene que aprender algo antes de someterse al proceso de aprendizaje, asimismo qué sucederá en dicho proceso y cómo se realizará.
  2. Concepto personal del alumno. En la andragogía, el adulto por ser una persona con un grado de madurez tal que le permite saber que en él mismo está la responsabilidad de su crecimiento y de su vida, al dar el primer paso al decidirse participar en un proceso de aprendizaje, significa que ha determinado que su autoconcepto actual le es insatisfactorio y que ve una posibilidad de mejorarlo.
  3. Experiencia del alumno. Desde la concepción andragógica es indispensable considerar que el adulto participante a diferencia de los jóvenes o niños, traen un cúmulo de conocimientos generales (de su vida, de su o sus grados académicos, de cursos previos y de otras tantas fuentes de información), así como las experiencias acumuladas por el tiempo y eventos vividos. Todo esto multiplicado por la cantidad de participantes hace que el proceso formativo, aunque ya se haya dado mil antes será prácticamente único[1].
  4. Disposición para aprender. Tiene que ver con que los contenidos temáticos desarrollados en el curso sean significativos al adulto participante debido a que los relacione con su vida o algún rol de ella,
  5. Inclinación (orientación) al aprendizaje. Es conveniente considerar dos cosas: (a) que el proceso formativo esté planteado para obtener conocimientos, destrezas, valores y actitudes de una manera más eficaz al presentárselo en un contexto de aplicación a las situaciones de la vida real, con diferentes actividades y (b) que el tiempo sea el apropiado y no se llegue al extremo de mantener sentado varias horas al participante.
  6. Motivación para aprender. La motivación instrínseca tiene que ver con los intereses personales y los desafíos que se imponga, sin embargo, la motivación extrínseca tiene que ver con los factores ambientales y según los expertos se basa en tres cosas principalmente: (a) recompensa, (b) castigo y (c) incentivo.

Nada de esto podría ser posible si no se contasen con los dos principios que rigen la praxis andragógica, que para Adam citado por Alcalá (2010) se entienden de esta manera:

  1. Relación entre iguales, que se convierte en una relación compartida de actitudes, de responsabilidades y de compromisos hacia logros y resultados exitosos, puede ser de tipo cualitativa y cuantitativa.
  2. Participación. Entendiéndola como la acción de tomar decisiones en conjunto o tomar parte con otros en la ejecución de una tarea determinada.

            Ya que se define la perspectiva en la que se basa la Andragogía, la praxis andragógica, se sustenta en el capital humano con que se disponga en el grupo durante las situaciones de aprendizaje, así el andragogo no va a enseñar, ni los participantes van a ver “qué les enseñan”, sino más bien, es un encuentro en donde se establece con los participantes las tomas de decisiones más convenientes para todos, en donde unos aprenderán de otros y viceversa, en una relación dinámica, de corresponsabilidades, de análisis crítico y aplicaciones basados en experiencias y perspectivas profesionales y/o laborales. Por lo que se considera que la praxis andragógica tiene como fin emancipar al participante basado en los principios andragógicos de horizontalidad y participación y promover su autorrealización.

Por lo antes descrito, el andragogo debiese tener las competencias profesionales docentes necesarias para tener a cargo la responsabilidad institucional de una materia o asignatura, que bien puede conseguir a través de una certificación, formación o experiencia, de las que resaltan según Castillo (2014, pp. 11-13) son:

  1. Se espera que el docente de educación superior pueda tener la fluidez necesaria para poder expresarse verbalmente sin ninguna dificultad, con el tono y volumen de voz que permita (sin gritar) cautivar la atención del grupo, asimismo, que cuando presente algún material didáctico o escriba en el pizarrón (verde o blanco) lo haga sin faltas ortográficas, que su texto sea legible y tenga el tamaño suficiente para poder ser apreciado por todos los estudiantes presentes. Otra parte importante de la comunicación es que su lenguaje corporal sea pertinente, sin exageraciones.
  2. El docente actual deberá tender a la profesionalización, buscando poseer los conocimientos necesarios acerca de las teorías de aprendizaje, de la Andragogía, poseer un amplio repertorio de técnicas didácticas, saber desempeñarse como tutor y como asesor de acuerdo a las necesidades institucionales y poseer conocimientos básicos de diseño curricular.
  3. Tecnológica. Esta competencia consiste en manejar con soltura y destreza la paquetería básica (como el Office) y especializada (Prezi y centenares de aplicaciones en línea). Como parte de esta competencia pide que el docente pueda realizar material didáctico computarizado (MEC) ya sea a través de software educativo o creación de cursos en línea.
  4. La competencia social permite al docente mantener relaciones interpersonales asertivas y nutricias con sus estudiantes, manteniendo el marco de respeto que procure motivar y potencializar a sus estudiantes. Estrategias como aprender a escuchar, mantener diálogos cara a cara que procuren dar respuesta a las inquietudes de los estudiantes. De acuerdo a las políticas institucionales se podrá hacer uso o no de las redes sociales como una extensión de dicha relación interpersonal.
  5. La competencia psicoeducativa permite al docente de educación superior y posgrado atender aspectos relacionados con el aprendizaje que no necesariamente tiene que ver con los contenidos temáticos de alguna materia o asignatura, factores de desarrollo humano como la autoestima, la motivación o el manejo de emocional del estudiante. Asimismo, conocer técnicas de estudio que permitan optimizar el rendimiento del estudiante y técnicas tutoriales y de asesoramiento serán indispensables en la relación docente-estudiantes.
  6. La competencia administrativa permitirá a los docentes que complementen sus actividades académicas a cargo de alguna área del plantel y bajo la premisa que “un buen docente, no necesariamente es un buen jefe”, es conveniente que cuente con los sustentos teóricos administrativos para que desde su incorporación pueda continuar o proponer mejoras a los procesos, sobre todo en donde sea necesario establecer puntos de control.
  7. Un docente de educación superior y posgrado sin la competencia investigativa estaría reduciendo su participación en la universidad, es un docente que no busca explicación más allá de sus referentes y que tienda a ser dogmático. El docente que sí investiga estará en una dinámica de reconstrucción de sus conocimientos y de su desarrollo profesional, se cuestiona, se explica y busca alternativas que permitan solucionar los problemas que va identificando. Si realiza la investigación-acción, entonces será doblemente beneficiado, como investigador y como sujeto de estudio.
  8. Emprendimiento e Innovación. La competencia tiene la característica de que el docente pueda tener relaciones dentro del ámbito de su área de conocimiento y una visión de lo que un estudiante o el grupo pueda desarrollar, que incluso pueda rebasar sus expectativas. Con el emprendimiento, se busca que los estudiantes puedan desarrollar proyectos empresariales o de solución tecnológica que permita incluso patentar y posteriormente comercializar. En el caso de la innovación permitirá creativamente optimizar procesos, equipo y métodos.

La praxis andragógica podrá tener mayor éxito, porque se dedicará más a la democratización del salón y esto implicará, que no sea ni por él o por ni un participante el arrebato de la responsabilidad de la toma de decisiones.

Observando la figura 2, la praxis andragógica se caracteriza por tener un proceso de pre-planeación, mismo que implica basándose en la naturaleza de los contenidos de la materia en buscar alternativas posibles de uso durante la materia, asimismo, elaborar una antología impresa o digitalizada, misma que se debe estructurar de tal manera que sea de fácil acceso para el participante, también se aprovechará para identificar algunos instrumentos que puedan ser pertinentes a aplicarse en la fase de encuadre.

Figura 2. Praxis Andragógica. Fuente: Castillo, 2018, p. 116.

Con los recursos preparados para cuando llegue el día y estar frente a grupo se comience el proceso de co-planeación, que implicará que los participantes decidan la manera de trabajar sus contenidos, el orden de éstos, la propuesta de productos de aprendizaje a elaborar para evidenciar sus aprendizajes y los porcentajes que valdrán de acuerdo a su complejidad. En la fase de encuadre se deberá definir previamente el valor porcentual de la autoevaluación, co-evaluación y evaluación unidireccional o del facilitador, haciendo la aclaración que la auto-evaluación debe poseer un porcentaje más alto partiendo de que en la Andragogía se acepta que quien es el mayor experto del aprendizaje de los participantes es el propio participante.

La praxis andragógica tiende a democratizar el aula, se le da el valor y respeto a los participantes que están interviniendo, esto favorece su autoestima y motiva su participación, por otro lado, se aprovecha el capital humano existente en el grupo. Como se aprecia, la Andragogía en palabras del Dr. Knowles (2006) la Andragogía busca la autorrealización de los adultos, en cambio, la Pedagogía generalmente busca controlarlos.

Referencias

Adam, F. (1977). Andragogía. Caracas: UNESR.

Adam, F. (1984). Universidad y Educación de Adultos. CREFAL: México. Recuperado de: http://www.crefal.edu.mx/crefal25/images/publicaciones/retablos_papel/retablo_papel1.pdf.

Alcalá, A. (2010). Andragogía. Ciencia y arte de la educación de personas adultas. Caracas: UNA

Castillo, F. (2018). Andragogía. 2ª Ed. México: Instituto Multieducativo Latinoamericano.

Castillo, F. (2014). De profesionista a profesor en 12 horas. México: Soluciones Educativas.

Knowles, M. (2006). Andragogía. México: Alfaomega.

[1] Y posiblemente sí lo sea porque además del “mosaico” de conocimientos y experiencias de los participantes, también tiene que ver el horario, el lugar, las técnicas empleadas, materiales didácticos y otros tantos más

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Cerrar escuelas es una tragedia pedagógica

Por: Miguel Andrés Brenner 

El cierre de las escuelas nocturnas en la Ciudad de Buenos Aires marca un estilo que pretende avasallar el espíritu de la pedagogía, en una época en la que el “diálogo” es una palabra vacía de contenido real, donde las reformas educativas se realizan “sobre” los docentes y no “con” los docentes, con la única pretensión del ajuste en “recursos humanos” en favor de los intereses de una exacerbada competencia individual, emprendedurista y meritocrática, donde cada uno sería el “gestor” de su propio destino, al modo del “just do it”, “simplemente hacelo”. Y, en la medida en que no lo hagas, no importa qué, serías “vos” el único responsable. Éste es el espíritu del cierre de las escuelas nocturnas en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué reemplaza a dichas escuelas? El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, en su página web, señala que se puede realizar el secundario completo o rendir solamente las materias que se adeuden, sin obligación de asistir a clases, siguiendo el propio ritmo, mediante plataformas virtuales, guías de estudio, espacios de consultoría , con el apoyo de docentes y facilitadores. La única instancia presencial obligatoria son los exámenes.
En síntesis, es el olvido de la pedagogía, una negación que somete a los alumnos a la dictadura de las empresas que diseñan y establecen contenidos a aprender desde sus criterios de mercado. Es la negación del docente, es la negación del alumno.
La negación del docente se da cuando su palabra en el diálogo con la palabra de los alumnos es reemplazado por tecnologías cuyos mentores no se conocen con nombre y apellido, ni empresas, ni personal que fabrica las plataformas virtuales.
La negación del alumno se da en tanto adolescentes y adultos, que requieren cumplimentar con la obligatoriedad de la escuela secundaria, son abandonados al autoaprendizaje. El autoaprendizaje es posible cuando hay un dominio de la lectoescritura, cuando hay un dominio de habilidades y contenidos propios de una alfabetización concorde a los requerimientos críticos del siglo XXI, cuando hay un dominio de los tiempos y ritmos que hacen a las necesidades materiales y simbólicas.
Un alumno que o bien carece de empleo, o bien se encuentra precarizado, o bien sufre las “inclemencias” producidas por los pocos sectores que usufructúan de sus vidas, un alumno que vive en un estado de incertidumbre económica, alimentaria, entre otras, difícilmente se halle con el sentido de discriminar entre ritmos propios y los ritmos que impone una política de saqueo de la condición humana de vida en comunidad.
Es por ello que hoy, más que nunca, se hace necesaria una educación donde predomine el diálogo de un mundo que se comparte, donde la relación cara-a-cara sea el espíritu que estimule el aprendizaje educativo , donde la misma relación docente alumno es una relación educativa en el más prístino sentido otorgado por Paulo Freire.
Cerrar escuelas es una tragedia pedagógica.

(*) Investigador, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
Profesor en Institutos de Formación Docente

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Escuela sin Partido, la polémica ley de educación impulsada por Bolsonaro

Por: Ignacio Lautaro Pirotta.

El proyecto de ley que prohíbe el adoctrinamiento ideológico en las escuelas, así como abordar las temáticas de género y sexualidad, ha sido uno de los pilares de la campaña de Jair Bolsonaro.

El proyecto de ley denominado Escuela sin Partido, el cual prohíbe el adoctrinamiento ideológico en las escuelas así como abordar las temáticas de género y sexualidad, ha sido uno de los pilares de la campaña de Jair Bolsonaro y es uno de los principales y más álgidos debates en Brasil.

El proyecto tramitaba en una comisión especial de la Cámara de Diputados hasta este martes 12 cuando fue archivado luego de que los propios diputados que apoyan la medida, y que contaban con mayoría en dicha comisión, abandonaran el debate. La intención de los diputados que apoyan la medida es desarchivar el proyecto el año entrante y luego de que asuman los nuevos diputados y senadores, ya que la nueva conformación del Congreso será más conservadora y de derecha. Esto permitirá una tramitación más rápida y un proyecto más duro.

El proyecto data del año 2014, prohíbe el “proselitismo político” y la “adoctrinación” por parte de los docentes en el aula, así como impartir contenidos sobre género y sexualidad y prevé la recepción de denuncias anónimas sobre docentes que violen dichos lineamientos. Uno de los puntos que se quieren incorporar el año próximo es determinar cuáles serían las penas para los docentes.

El proyecto se basa en el diagnóstico, por parte de los distintos sectores que lo impulsan, de que en las escuelas y universidades de Brasil existe un “alto grado contaminación  político-ideológica”, y que los docentes, en abuso de su autoridad y de la audiencia cautiva que representan los estudiantes aprovechan para introducir sus concepciones “izquierdistas” y “petistas” (en referencia al Partido de los Trabajadores).

El top 20 de las frases más polémicas de Jair Bolsonaro Escuela sin Partido se propone defender, entre otros, el derecho a la libertad de aprender, garantizado por la Constitución Nacional y el cual sería violado en el caso de la adoctrinación denunciada. También el artículo 12.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos el cual establece que: “Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Según el proyecto, serían los propios estudiantes quienes deberían filmar a los docentes para luego enviar la denuncia de manera anónima a las secretarías de educación de cada estado. Bolsonaro hizo de este proyecto uno de los pilares de su campaña, sobre todo utilizando como contrapunto el proyecto promovido por el Congreso durante el gobierno del PT llamado Escuela sin Homofobia. A partir de su oposición al programa Escuela sin homofobia (llamado por él “kit gay”), Bolsonaro se posicionó con su discurso conservador y moralista. “La defensa de la inocencia de los niños en el aula de clases” ha sido una de sus principales frases de campaña.

El proyecto Escuela sin Partido, que prohíbe la educación de género y sexualidad y dice promover la neutralidad política de los docentes, no es de su autoría ni de la su partido, sin embargo Bolsonaro no solo lo adoptó como parte de su programa sino que en estos meses desde que fue electo ha utilizado al proyecto como punto de partida para establecer sus alianzas en el Parlamento. Estrategia esta que ha sido desarrollada dialogando mayormente con cada legislador en particular en detrimento de los partidos políticos.

Bolsonaro hizo de este proyecto uno de los pilares de su campaña, sobre todo utilizando como contrapunto el proyecto promovido por el Congreso durante el gobierno del PT llamado Escuela sin Homofobia Entre los aliados ya consolidados del próximo gobierno se encuentra la bancada evangélica, uno de los principales impulsores de Escuela sin Partido. La bancada evangélica es la denominación que reciben los legisladores vinculados a iglesias evangélicas y otros que sin estarlo comparten una misma agenda que incluye temas como la oposición a la legalización del aborto, a la despenalización de drogas, al matrimonio entre personas del mismo sexo así como la oposición a la criminalización de la homofobia, entre otros.

Si bien desde el año 2003 la bancada evangélica se encuentra organizada en el Frente Parlamentario Evangélico, se trata de legisladores de diferentes partidos y no de un bloque partidario, que actúan como Frente solo ante determinados proyectos de su interés y no otros. Hasta ahora el Frente Evangélico había tenido un rol limitado a bloquear iniciativas contrarias a su interés. Se espera que a partir de la nueva legislatura, y luego de una elección con fuerte crecimiento de la derecha, pase a tener un rol más importante y a impulsar sus propios proyectos, entre ellos Escuela Sin Partido el cual probablemente sea aprobado el próximo año.

Entre los aliados ya consolidados del próximo gobierno se encuentra la bancada evangélica, uno de los principales impulsores de Escuela sin Partido En el nuevo Congreso habrá 90 diputados (de un total de 513) y 10 senadores (sobre 81) vinculados de manera directa con iglesias evangélicas. Sin embargo, la bancada podría estar compuesta por casi el doble de esas cifras, ya que no todos los que la componen son necesariamente evangelistas o vinculados a iglesias evengélicas. Actualmente la bancada o Frente Evangélico posee 199 parlamentares entre Diputados y Senadores y menos de la mitad están vinculados a iglesias.

Habrá que aguardar a la nueva legislatura para ver cómo se articula a partir de 2019. Más allá de la agenda en común, el poder evangelista es limitado por no tratarse de un partido, pero su poder viene creciendo en las últimas décadas de la mano del crecimiento del evangelismo. Según el censo 2010 el 22,2% de la población es evangélica, para el censo 2020 la cifra puede ser al menos cinco puntos mayor. Aliados a Jair Bolsonaro, los políticos evangelistas tendrán más protagonismo que nunca en la política brasileña. De hecho hace dos semanas vetaron la designación de Mozart Neves (Director en el Instituto Ayrton Senna) para dirigir el Ministerio de Educación, por no ser un férreo defensor de Escuela sin Partido.   Bolsonaro favorece a red evangélica de televisión de Brasil Entre los opositores y críticos a Escuela sin Partido se encuentran desde gremios docentes y partidos políticos, hasta la Procuraduría General de la Nación y el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.

Llamada de “ley mordaza”, las principales críticas apuntan a la censura y falta de libertad de expresión, la imposibilidad de que exista una neutralidad absoluta a la hora de abordar sobre todo las asignaturas humanísticas, y la prohibición del pensamiento crítico. Además, y en primer lugar, quienes se oponen a Escuela sin Partido denuncian como falaz el argumento de que las escuelas se encuentran dominadas por ideologías de izquierda y tenga lugar el llamado adoctrinamiento. El propio Olavo de Carvalho, intelectual que apoya a Bolsonaro (probablemente su principal referente intelectual) y autocandidateado a embajador en Estados Unidos, ha reconocido que no se cuenta con un estudio serio que apoye ese diagnóstico, lo que torna a la propuesta de ley problemática ya que como escribió en su blog “(…)las objeciones al proyecto son serias. La simple idea de neutralidad es irrealista”.

El mismo Olavo de Carvalho fue quien sugirió el nombre que finalmente ocupará el Ministerio de Educación, el colombiano naturalizado brasileño Ricardo Velez Rodriguez. Si bien Vélez Rodríguez dijo que Escuela sin Partido será una cosa moderada, al mismo tiempo se define como un antimarxista y en un artículo publicado en noviembre sostiene que “los brasileños son rehenes de un sistema educativo ajeno a sus vidas y destinado a imponer una adoctrinación cientificista enquistada en la ideología marxista”. Además, el futuro ministro reivindica la dictadura militar y desde luego es un ferviente antipetista.

En declaraciones al diario Folha de Pernambuco, Danilo Cabral del Partido Socialista Brasileño e integrante de la comisión que trata el proyecto, afirmó: “este debate ha generado un ambiente de irritación mayor en las escuelas e universidades, situaciones en las que vemos que el profesor tiene su autoridad cuestionada”. El clima hostil ha ido más lejos aún. A partir de la elección de Bolsonaro se han constatado en varias universidades del país amenazas y persecución a docentes y estudiantes por su pensamiento político. Los autores, si bien anónimos, en la mayoría de los casos han dejado en claro su apoyo a Jair Bolsonaro.

También la elección sirvió para endurecer el proyecto de ley, la última modificación directamente prohíbe “aplicar la ideología de género, el término “género” u “orientación sexual””. Frente a este clima hostil, varias ONG´s, sindicatos y asociaciones de profesionales han realizado con apoyo del Ministerio Público Federal el Manual de Defensa contra la Censura en las Escuelas, en el cual afirman: “(…) es evidente que el propósito de estos grupos ultraconservadores es impedir que diferentes interpretaciones del mundo sean debatidas en las instituciones educativas, estimulando una educación para la obediencia y para la naturalización de las desigualdades sociales, el racismo, el sexismo, la LGBTfobia (…)”. La Iglesia Universal y el efecto Bolsonaro en Brasil Quienes se oponen al proyecto están de acuerdo en que un docente no debe realizar proselitismo en el aula, pero niegan que esa sea la situación real.

Se trata, según ellos, de una exageración por parte de quienes impulsan la medida, basada en mentiras y la agitación de emociones a partir de la idea de que se está adoctrinando a los estudiantes. Escuela sin Partido por un lado prohíbe el abordaje de la educación sexual y de género, y por otro lado  dice promover la neutralidad política, prohibiendo manifestaciones que sean consideradas partidistas. Sus críticos coinciden también en que el problema sería definir cuáles serían las prácticas consideradas partidistas o con sesgo ideológico, ya que la ley no solo no lo explica sino que cualquier definición al respecto resulta problemática. Mientras tanto, para Jair Bolsonaro el Ministerio de Educación se encuentra repleto de marxistas que impiden el desarrollo de Brasil, según sus declaraciones del 19 de noviembre, en las que criticó a las autoridades del Ministerio por introducir en el exámen nacional ENEM (parte del proceso de ingreso a las Universidades) una pregunta que hacía referencia al “pajubá”, un dialecto de gays y travestis en Brasil.

La responsable de dicho examen, María Inês Fini, “está fuera, tarjeta roja”, manifestó el presidente electo. Según el discurso de Bolsonaro y sus aliados la “ideología de género” es parte del marxismo cultural, y el proyecto Escuela sin Partido precisamente se enfoca contra ambos, de ahí la centralidad que tiene para el nuevo gobierno. No debe analizarse Escuela sin Partido escindido del contexto de persecución que ha instalado  Bolsonaro. No sólo coloca a la izquierda casi como un enemigo interno (Eduardo Bolsonaro, uno de sus hijos, se manifestó a favor de criminalizar el comunismo) sino que la usa para legitimarse a sí mismo, por momentos llamando de izquierdista o comunista a todo aquello que lo critique, llegando incluso al colmo: el ex-presidente Fernando Henrique Cardoso ha sido llamado de comunista por Bolsonaro, aunque de manera indirecta posteando en Twitter una foto del ex-presidente leyendo un libro sobre comunismo. El prestigioso diario Folha de San Pablo es sistemáticamente tildado de izquierdista.

Incluso las Naciones Unidas, cuando previo a las elecciones la organización expresó que se le debían respetar los derechos políticos a Lula da Silva y permitir su candidatura. En aquella ocasión Jair Bolsonaro definió a la ONU como “una reunión de comunistas”. No debe analizarse Escuela sin Partido escindido del contexto de persecución que ha instalado  Bolsonaro Según el informe del 13 de abril de 2017 del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, la falta de precisión del proyecto respecto a qué sería concretamente adoctrinación o contenidos morales, resulta en que cualquier práctica educativa podría llegar a ser catalogada como tal. Así, se impone una prohibición sin establecer de manera clara los límites, lo cual incrementa el margen de discrecionalidad por parte del Estado y potencialmente redunda en censura. Si a las limitaciones del texto señaladas por el Comisionado se le agrega el discurso persecutorio contra la izquierda que lleva adelante Bolsonaro, entonces no caben dudas de que la aplicación de Escuela sin Partido se puede convertir fácilmente en  una política autoritaria de persecución y censura. ​

Fuente del artículo: https://www.perfil.com/noticias/columnistas/opinion-ingnacio-lautaro-pirotta-escuela-sin-partido-polemica-ley-educacion-impulada-por-jair-bolsonaro.phtml

 

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Ni un paso atrás

Por: Cristina Manzano.

Hay que alzar la voz por salvaguardar los derechos adquiridos y por avanzar hacia otros nuevos y necesarios

Por una parte, el movimiento MeToo, con su foco en el acoso y la violencia, ha dado un nuevo impulso al debate global sobre el feminismo, gracias, en buena medida, al ambiente generado por las marchas de las mujeres y su contestación a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Su repercusión se ha dejado notar en casi todo el mundo. Lo hemos visto en España, por ejemplo, donde el pasado 8 de marzo, y espoleadas por la sentencia de La Manada, asistimos a la primera huelga de mujeres en nuestro país y a una movilización sin precedentes.

Por otra, de la mano de grupos ultraconservadores, en muchos casos de corte religioso, pero no solo, la igualdad de género se enfrenta ahora a nuevos frenos y retrocesos.

En América Latina, sectores del catolicismo y el evangelismo han lanzado una cruzada para luchar contra lo que denominan “ideología de género”, que persigue, según ellos, la homosexualización de niños y niñas y la depravación. Muy activos en países como Perú, Ecuador o Colombia, estos grupos han encontrado un muy potente altavoz en el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.

En Arabia Saudí, mientras por un lado levantaban la prohibición de conducir a las mujeres, por otro detenían a numerosos activistas que luchaban por los derechos femeninos. El mundo árabe, de la mano del integrismo religioso, ha sufrido serios retrocesos en la última década.

En Rusia, donde más de 12.000 mujeres mueren al año víctimas de la violencia doméstica, una reciente ley ha redefinido el propio concepto de violencia: si el abuso no tiene como resultado huesos rotos y no se produce más de una vez al año, no está sujeto a penas de cárcel. Si acaso, a una multa de unos 500 euros.

Por no hablar de la liberal Europa, donde el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ofrece educación gratuita a las mujeres, pero solo si tienen al menos tres hijos; o en Polonia, donde el Gobierno anima a las mujeres a “procrear como conejos”; o en Italia, donde se está preparando una ley que permita acusar a las mujeres que han denunciado violencia doméstica si sus maridos no son condenados.

Como tantos otros aspectos que creíamos conquistados, no se puede bajar la guardia. En cada sociedad, empezando por la nuestra, hay que alzar la voz por salvaguardar los derechos adquiridos y por avanzar hacia otros nuevos y necesarios. Hay que seguir batallando, tanto desde el hogar como desde cualquier esfera pública, por cambiar esas mentalidades que todavía pretenden escatimar a las mujeres, por el simple hecho de serlo, su lugar en el mundo. Este próximo año 2019 va a ser otro año crucial en este sentido. No se puede dar ni un paso atrás.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/12/27/opinion/1545935555_400442.html

 

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Educación en temas de género

Por: Diario La Opinión.

 

En respuesta a las demandas emergentes de la época, el Congreso aprobó el proyecto conocido como «Ley Micaela», para capacitar a funcionarios públicos en la temática de género. La iniciativa fue incluida por el Gobierno en el temario de las sesiones extraordinarias del parlamento nacional a pedido de la oposición y en medio de la instalación de la agencia de género.

Con el impulso del Movimiento Evita y en especial de la diputada santafesina Lucila De Ponti, el proyecto fue llamado de esa manera en homenaje a Micaela García, la joven asesinada en la ciudad de Gualeguay en 2017. En su esencia, establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías y en los tres poderes del Estado.

La capacitación de las máximas autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación estará a cargo del Instituto Nacional de las Mujeres que también certificará la calidad de las capacitaciones que elabore e implemente cada organismo.

Anualmente, el Instituto Nacional de las Mujeres deberá publicar en su página web un informe anual sobre el cumplimiento de la ley, incluyendo la nómina de las altas autoridades que hayan sido capacitadas. Además, el organismo elaborará indicadores de evaluación sobre el impacto de las capacitaciones realizadas por cada organismo y los resultados deberán integrarán el informe anual.

De acuerdo al proyecto, las personas que se negaren sin justa causa a realizar las capacitaciones previstas «serán intimadas en forma fehaciente por la autoridad de aplicación (el Instituto) a través y de conformidad con el organismo de que se trate». El incumplimiento de dicha intimación será considerado falta grave dando lugar a la sanción disciplinaria pertinente, siendo posible hacer pública la negativa a participar en la capacitación en la página web del Instituto Nacional de las Mujeres.

Interesante repasar algunos de los mensajes de congresistas durante el tratamiento de la iniciativa. Como el de la senadora de Cambiemos, Laura Rodríguez Machado, quien consideró que el proyecto «es una forma de cambiar costumbres ancestrales, de tener otra mirada y de aprender entre todos y tener la responsabilidad como funcionarios o empleados del Estado de poder capacitarnos en entender cómo respetarnos entre hombres y mujeres». Y para remarcar la importancia de la nueva ley, la senadora cordobesa contó una anécdota de un pueblo de su provincia, donde todavía hay gente que conduce en contramano por una calle que cambió su sentido hace siete años, aunque cada vez menos, y reflexionó: «Imagínense si eso cuesta modificar una  circunstancia tan mínima, para cambiar cuestiones ancestrales lo  que necesitamos generar desde el Estado».

También el aporte de la justicialista Sigrid Kunath, quien destacó que «este año sin duda ha marcado un hito en la visibilización de la desigualdad y la violencia de género» y agregó: «Creo en la educación como herramienta para ir desterrando los modos que responden al patriarcado».

Apenas se convirtió en ley en el Congreso comenzó a extender el debate para replicar su implementación en el resto de los niveles del estado, esto es provincias y municipios. Si bien crece la concientización sobre los asuntos de género en la sociedad, la Ley Micaela le dará mayor formalidad y ordenamiento mediante un sistema de capacitación, que bien podría tener variantes para la escuela secundaria e incluso el nivel primario. Y por supuesto para las empresas grandes, medianas y pequeñas.

En este marco, en Santa Fe la diputada del bloque Igualdad y Participación, Silvia Augsburger, redactó un proyecto para que la provincia adhiera a esta norma. Esta iniciativa denominada «Capacitación obligatoria en perspectiva de género», plantea que las personas que ocupen cargos jerárquicos o de dirección en el Poder Ejecutivo santafesino; cargos de representación en el Poder Legislativo o desempeñen tareas de asesoramiento técnico en ese ámbito; cargos a partir del rango de secretario en el Poder Judicial; cargos a partir de Defensor Adjunto en el Servicio Público de la Defensa Penal, o cargos a partir de Fiscal Adjunto en el Ministerio Público de la Acusación deberán acreditar formación en perspectiva de género.

Al respecto, la propuesta incorpora la formación en perspectiva de género incluye como contenido mínimo la legislación provincial, nacional y las convenciones internacionales en las que Argentina sea parte que guarden relación con la temática y también la comprensión del fenómeno de los estereotipos y discriminaciones de género, por orientación sexual o identidad de género y la particular forma en que se expresan o impactan en cada área específica.

Por tanto, la «Ley Micaela» es un buen comienzo pero todavía queda mucha tarea por hacer. La Provincia, el Municipio, la escuelas, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil bien podrían encarar capacitaciones en asuntos de género y derechos. Iniciar un proceso de aprendizaje o reflexión en torno a esta temática nos vendría muy bien.

Fuente del artículo: https://diariolaopinion.com.ar/noticia/235725/educacion-en-temas-de-genero

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¿Es posible educar sin exámenes?

Por: Enrique Javier Díez Gutiérrez.

Era el primer día de clase. El profesor explicaba al alumnado que durante los próximos cinco años les enseñaría “toda una serie de mentiras muy bien trabadas unas con otras en las que ustedes creerán ciegamente el resto de sus vidas…”. Tras lo cual, mirando a los estudiantes, inquirió: “¿Alguna pregunta?”. Desde la tercera fila, uno de ellos levantó la mano para preguntar: “Sí… ¿Esto entra en el examen?”.

La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA
La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA

Esta viñeta, realizada por Miguel Brieva, dibujante y escritor crítico, ácido y punzante, la suelo poner al principio de mis clases, en cada curso académico, para reflexionar sobre un aspecto fundamental y clave del acto educativo y de todo el proceso de aprendizaje y de enseñanza: la importancia que le damos a la evaluación en el proceso de enseñar, pero que acabamos reduciendo a “los exámenes”. Porque, al final, parece que lo que realmente importa es aquello que “entra para el examen”. Tanto para el profesorado, pues es sobre lo que le piden que evalúe, como para el alumnado, pues es sobre lo que es valorado y calificado. Porque de los exámenes dependen las notas. Y de las notas, pasar o no al siguiente curso y, al final, obtener o no la titulación.

Vivir para aprobar

Y más ahora que nunca, con la presión de los organismos económicos internacionales como la OCDE, que insiste reiteradamente en hacer rankings de centros educativos, de regiones y de países para publicar los resultados obtenidos, como si de una liga de fútbol se tratara. Los centros educativos, pero también los países, se ven presionados para situarse en los puestos superiores de ese ranking, ser los que mejores resultados obtienen en esos exámenes estandarizados. Lo hacen presionando a sus colegios para que dediquen buena parte de su tiempo y esfuerzo a conseguir resultados en esos exámenes. El profesorado, a su vez, se ve presionado para exigir a su alumnado que centre su tiempo y esfuerzo en preparar lo que les piden en esos exámenes, para que su respectivo centro se coloque en lo alto del ranking.

Por eso España, en sus últimas reformas educativas, ha incrementado exponencialmente el número de exámenes estandarizados a los que son sometidos los estudiantes ya desde Primaria. De hecho, me cuentan algunas familias que en algunos centros han convertido lo que se denomina “evaluación continua” en exámenes continuados. Y sus hijos e hijas, ya con solo 8 y 9 años, entran en una espiral en la que hay semanas que tienen un examen diario. Me recordaba, de forma irónica, aquel anuncio de los años 70 que proclamaba “todos los días un plátano, por lo menos”, pero en formato examen.

La importancia desmedida que se le está concediendo a este modelo de “examen permanente” puede significar un cambio crucial en los objetivos de la escuela.

Se empieza a poner el acento en medir el rendimiento y los resultados del estudiante en estos exámenes, más que en atender las necesidades del mismo. Y medir el “éxito” también del profesorado y de los centros en función de la adaptación a la conformidad de las demandas exigidas en esas pruebas estandarizadas. El buen docente comienza a ser el que genera buenos resultados, convirtiéndole en un “preparador de exámenes”.

Convertir el deseo de aprender en afán de aprobar

El efecto colateral es que algunos centros empiezan a pensar más en lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar la escuela que en lo que la escuela pueda hacer para mejorar al estudiante, por lo que esos centros acaban seleccionando a sus “clientes” (familias motivadas, estudiantes competentes) para que sus estadísticas no se vean afectadas y poder mantener su nivel de competitividad con los otros centros y su imagen de “alto nivel”.

El alumnado con dificultades y diversidad se convierte en un posible “estorbo” que puede hacer descender los resultados del centro y que se procura “derivar” a otros centros.

Los especialistas apuntan que este modelo está haciendo daño al alumnado y empobreciendo la educación, aumentando aún más el ya alto nivel de estrés en las escuelas, con una presión constante por el rendimiento, lo que pone en peligro el bienestar de los estudiantes y de los docentes.

En los datos del informe PISA 2015, sobre cinco preguntas relacionadas con la preocupación por exámenes, notas, etc., se elabora un “índice de ansiedad en relación con el trabajo escolar” en el que España es segunda. Por eso alertan de que esta dinámica supone un riesgo real de matar el placer de aprender, transformando el deseo de aprender en afán de aprobar.

No es de extrañar que el Estudio sobre Conductas Saludables de los Menores Escolarizados de la OMS (HBSC, 2016) muestre que el porcentaje de escolares que afirma que le gusta “mucho” la escuela desciende con la edad, pasando del 54% de los alumnos y el 44% de las alumnas a los once años, al 23 y 20% a los trece y 17 y 13% a los quince.

Debemos reconsiderar esta forma de enfocar y reducir la evaluación a exámenes y pruebas estandarizadas recordando que, como han demostrado reiteradamente especialistas en este campo, los exámenes prueban la memoria puntual, no la inteligencia ni la creatividad, ni contribuyen a su desarrollo. Además, genera un modelo centrado en “repasar” los conocimientos señalados (a menudo, resaltados en negrilla en el libro de texto), que tienden a olvidar una vez pasado el objetivo examinador para el que fueron memorizados, y que convierten el aprendizaje “en un aburrimiento”, según manifiestan los estudiantes.

Otra evaluación es posible y necesaria

La evaluación en el período de educación obligatoria, hasta los 16 años, debe ser fundamentalmente una herramienta de mejora. No se puede reducir la evaluación a exámenes. La evaluación es un proceso integral cuya finalidad es dar información a todos los participantes en el proceso educativo (al alumnado, por supuesto, pero también al profesorado, a la comunidad educativa y a la administración educativa) que les ayude a mejorar esos procesos de enseñanza y aprendizaje.

La evaluación supone aprender a trabajar con la “pedagogía del error”, donde el error se convierte en una oportunidad de aprendizaje y no en una ocasión para ser sancionado o calificado negativamente. Una oportunidad para explicar cuál ha sido tal error o errores y enseñar alternativas que ayuden a entender los fallos y abrir nuevas formas de abordar los problemas, superando las dificultades detectadas. Solo así la evaluación cumplirá su función básica como herramienta para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero, para ello, para dar feedback al alumnado, para revisar y corregir sus producciones, para preguntar a cada cual cómo planteó y desarrolló la solución al problema o el trabajo realizado, es necesario que un profesor trabaje con grupos pequeños, de no más de 15 o 20 alumnos y alumnas, con quienes pueda personalizar el proceso y enseñar y evaluar realmente de forma continuada. Para eso no se necesitan exámenes en el sentido habitual de la palabra, porque el profesor o la profesora está “examinando” continuamente el proceso que se está realizando y evaluando permanentemente las dificultades y logros que tiene su alumnado en el trabajo cotidiano del aula, además de sus propios aciertos y fallos a la hora de planificar e implementar su labor de enseñanza en el aula.

La evaluación así entendida es parte constitutiva del proceso formativo en las instituciones educativas y una herramienta para reconocer sus avances y dificultades, no solo del alumnado, sino de toda la institución y de la administración educativa responsable, y ayudar a mejorarlos.

Solo desde este enfoque podremos diseñar políticas y estrategias orientadas a mejorar las prácticas pedagógicas con un sentido formativo y no culpabilizador de escuelas, docentes y estudiantes porque, como dice el aforismo pedagógico, “tal como evaluamos, así enseñamos”.

Fuente del artículo: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/17510/es-posible-educar-sin-examenes/

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De #Sororidad al #MiráComoNosPonemos, un año marcado por las consignas de las mujeres

Por: Mariana Iglesias. 

El debate sobre el aborto legal, las denuncias de acoso y abuso sexual y el lenguaje inclusivo.

Mediaba febrero y las mujeres de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito anunciaron que presentarían por séptima vez en el Congreso su proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Confiadas, explicaron que la sociedad estaba preparada para el debate. Lo que siguió fue una marea imparable que sobrepasó la discusión por el aborto legal y avanzó en múltiples consignas. De la «sororidad» al «mirá cómo nos ponemos», el 2018 fue un año bisagra en la lucha feminista por la conquista de derechos.

#AbortoLegalYa. “La revolución será feminista o no será”, anticipaban carteles en la masiva movilización del 8 de marzo. En la marcha se pidió terminar con la precarización laboral y la violencia contra las mujeres, pero el aborto legal se impuso como reclamo. Luego, a medida que avanzaba el debate en el Congreso, el pañuelo verde se volvió uniforme. Con su lema “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, millones de mujeres lo incorporaron sus cuerpos, mochilas y carteras.

Buenos Aires 29 de septiembre, marcha por el aborto legal. Foto: Rolando Andrade

Buenos Aires 29 de septiembre, marcha por el aborto legal. Foto: Rolando Andrade

#Sororidad. Las mujeres se organizaron en colectivos para apoyar el reclamo. El puntapié inicial lo dieron las Actrices Argentinas. Siguieron músicas, abogadas, escritoras, arquitectas, comunicadoras. Se empezó a hablar de la Interrupción Legal del Embarazo, un derecho de hace cien años, y del misoprostol, la droga recomendada por la Organización Mundial de la Salud para los abortos. Se impuso la palabra «sororidad» (de sor, hermana). «Las sororas» se bautizó el grupo de diputadas de distintos partidos políticos que apoyaron el aborto legal.

#SeráLey. El 3 de junio fue la cuarta movilización del NiUnaMenos contra la violencia machista y los femicidios que no bajan (uno cada 30 horas). El aborto, en esa movilización, volvió a imponerse como reclamo urgente. Días después, en una sesión histórica, diputados votó a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. La plaza del Congreso, cubierta por la marea verde, explotaba de jóvenes que cantaban «¡Aborto legal, en el hospital!».

Marcha Ni una Menos de Congreso a la Plaza de Mayo. Foto: AP

Marcha Ni una Menos de Congreso a la Plaza de Mayo. Foto: AP

#IglesiayEstadoAsuntosSeparados. La historia fue otra en el Senado, donde se impuso la posición más conservadora y religiosa, acompañada de pañuelos celestes y su lema de «salvemos las dos vidas». El rechazo a la ley provocó una nueva lucha: la separación de Iglesia y Estado, un nuevo pañuelo naranja y apostasías colectivas y masivas. Los grupos conservadores avanzaron contra la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas al grito de «Con mis hijos no te metas» y culpando a una supuesta «ideología de género». El ataque y las amenazas a quienes habían apoyado el aborto legal fue cotidiano. Amnistía Internacional acaba de publicar el informe “Pañuelos verdes, Relatos de la violencia durante el debate por la legalización de la interrupción legal del embarazo”.

#ENMChubut. El 33° Encuentro Nacional de Mujeres reunió a 50 mil mujeres en Trelew, con récord de talleres y una enorme participación de jóvenes, muchas alumnas del secundario. Días antes, un grupo de egresadas del Nacional Buenos Aires había denunciado públicamente a directivos y docentes del colegio, a los que acusaron de acoso sexual y violencia machista. Las jóvenes contaron los abusos usando lenguaje inclusivo, otro hito de este año: la «E», que busca terminar con el binarismo masculino/femenino.

Una multitud en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Foto Emmanuel Fernández

Una multitud en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Foto Emmanuel Fernández

#BastadeJusticiaPatriarcal. En 2016cuando Lucía Pérez, de 16 años, apareció muerta en Mar del Plata, se organizó el Primer Paro de Mujeres. Este año, Lucía, fue motivo de otro paro y otra movilización. En el juicio, los jueces absolvieron a los tres imputados de haberla violado y asesinado. «A Lucía la violaron hasta matarla y los jueces, con su fallo, volvieron a violarla», dijo Marta Moreno, su mamá. Días después, mujeres de distintos fueros y jurisdicciones del poder judicial, enojadas contra los «fallos aberrantes» firmaron un documento para avanzar hacia una Justicia «con más perspectiva de género».

#LeyMicaela. Con un voto en contra, diputados y senadores votaron una ley por la cual los y las trabajadoras de los tres poderes del Estado deberán capacitarse con perspectiva de género. El proyecto tenía más de un año frizado en el Congreso. Ante la presión popular, se trató en una sesión extraordinaria. La ley se llama así por Micaela García, violada y degollada por dos hombres. Uno de ellos, en libertad condicional. Estaba preso por haber violado a dos chicas.

Junto con Actrices Argentinas, Thelma Fardin denunció que Juan Darthés la violó cuando ella tenía 16 años y conmovió al país.

Junto con Actrices Argentinas, Thelma Fardin denunció que Juan Darthés la violó cuando ella tenía 16 años y conmovió al país.

#MiráCómoNosPonemos. El martes 11, Thelma Fardin, abrazada por más de cuarenta actrices argentinas, contó en el escenario del Multiteatro que Juan Darthés la había violado cuando tenía 16 años. Aquella vez, él le dijo «Mirá cómo me ponés», lo mismo que ya habían denunciado otras actrices sobre Darthés. Para responderle, surgió el «Mirá cómo nos ponemos». Enojadas.

#NoEsNo. La denuncia de Thelma disparó una ola de denuncias de abuso y acoso. Hablar alivia. Denunciar puede alertar a otras víctimas, dicen los especialistas. También hace falta más información sobre derechos y educación sexual.

#SeVaACaer. ​«¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer!» cantan las mujeres, desde hace años, en cada marcha. Pero hay advertencias. «El feminismo no es la contracara del machismo. El objetivo no es pasar de mujeres dominadas a mujeres dominantes», dice la filósofa Diana Maffía. «No hay que pasar del patriarcado al matriarcado», sostiene la antropóloga Rita Segato. Hablan, también, del feminismo punitivista y los escraches. El feminismo se debate, se cuestiona, como todo movimiento político y social. Y avanza.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/sororidad-miracomonosponemos-ano-marcado-consignas-mujeres_0_PBQa_17ne.html
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