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¿Cómo resolver el problema de las universidades públicas?

Por: Julián De Zubiría Samper.

El país vivió un día histórico el pasado 10 de octubre. Multitudinarias movilizaciones lideradas por el movimiento estudiantil salieron en defensa de la educación pública y exigiendo que los recursos de la guerra se desplacen a la educación. El pedagogo Julián De Zubiría analiza los posibles escenarios para superar la crisis.

El diez de octubre de 2018 será recordado como un punto de inflexión en la lucha por el derecho a la educación en Colombia. Las agencias internacionales estiman que más de medio millón de personas salieron a la calle en diferentes ciudades a defender las universidades públicas, hoy amenazadas por el abandono, la estigmatización y la desidia de los últimos gobiernos. No cabían los estudiantes en la Plaza “Che” de la Universidad Nacional y, como muy pocas veces, tampoco la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, alcanzó a albergar a los miles y miles de manifestantes. En hechos sin precedentes, las marchas estuvieron encabezadas por los rectores de las universidades oficiales, fueron acompañadas por miles de estudiantes de las universidades privadas y, durante el día, grandes grupos de jóvenes limpiaron las consignas que habían pintado previamente pequeños grupitos de estudiantes encapuchados. Sin duda, será un día histórico para la educación colombiana y si bien la gran mayoría de marchantes eran estudiantes, también lo hicieron profesores y ciudadanos que saben que la universidad pública tiene la llave maestra para disminuir la inequidad, fortalecer la movilidad social en el país y generar riqueza social.

Como muchos otros, agradezco a la vida el haber podido estudiar en la Universidad Nacional de Colombia. Recibí clase de los mejores docentes de la época, lo que me ayudó a desarrollar la pasión por la lectura, el pensamiento crítico, el compromiso social y una perspectiva más diversa y compleja del mundo. Pero son pocos los que tienen ese derecho, porque debido a la asfixia presupuestal en la que la han mantenido, de 75.000 aspirantes para el año 2019, sólo 5.000 fueron admitidos, aunque 14.000 habían aprobado el examen. Algo muy similar sucede en las otras 31 universidades públicas en las diversas regiones del país.

La humanidad no conoce una mejor manera para salir de la pobreza que la educación. Miles de vidas han sido transformadas por completo gracias a la muy alta calidad que ofrecen la mayoría de las universidades públicas colombianas. Más de la mitad de ellas cuentan con acreditación. Hoy, más de 650.000 jóvenes estudian en sus aulas. El 81% pertenece a los estratos 1, 2 y 3, en un bello ejemplo de integración y diversidad social. Sin educación pública, los estratos más bajos estarían condenados a vivir en las mismas condiciones de pobreza en la que vivieron sus padres. No hay duda: las universidades oficiales han sido el más importante mecanismo de movilidad social en la historia del país.

Rápidamente, el gobierno salió a ofrecer a los manifestantes una adición de 500 mil millones para las 32 universidades públicas para el 2019. Ignacio Mantilla, ex rector de la Universidad Nacional, calificó la medida como un “conejazo”, ya que dichos recursos no serán necesariamente para las universidades públicas y tan solo 55 mil de ellos serán manejados por ellas. El SUE consideró que los recursos ofrecidos tan solo equivalen al 2,8% de la deuda acumulada con las universidades; los representantes de los profes concluyeron que la decisión era una “mentira” y los estudiantes decidieron iniciar un paro indefinido al considerar que la propuesta del gobierno desconocía la magnitud y la raíz del problema. Estos últimos tampoco aceptaron la invitación a dialogar que les cursó el MEN y la condicionaron a la presencia de rectores y profesores. De la marcha salió enormemente fortalecida la alianza tripartita en defensa de la universidad oficial. Posición que también es respaldada por un muy amplio sector de la nación que ve con buenos ojos que se fortalezcan las universidades públicas.

Lo que está en juego en Colombia es cuál es la prioridad que vamos a asumir como nación. Hay un sector que considera que la prioridad debe seguir siendo la guerra. Ellos ya han alcanzado una adición presupuestal de 3,5 billones en el 2019 en defensa y armamento, de manera que supuestamente podamos enfrentar el conflicto armado que ellos mismos están impulsando contra Venezuela. En Colombia, un sector se ha beneficiado política y económicamente de la guerra y quiere seguir nutriéndose, pero ahora en una guerra contra el hermano pueblo venezolano, hoy sumido en una dramática crisis política, social, humana y económica. No quieren reconocer que la guerra es la expresión más primitiva del ser humano y la expresión más clara de que somos incapaces de dialogar y de resolver pacíficamente los problemas que genera la convivencia. Pero no se detienen porque saben que no son sus hijos los que morirán en ella.

Por otro lado, estamos los que creemos que la única opción que tenemos como nación es la de fortalecer la inversión en ciencia y en educación. Los miles y miles de personas que se expresaron en las calles, han dado una respuesta contundente: Se agotó la paciencia para ver que los recursos de la guerra se desplacen hacia la educación. La solicitud es clara y directa: por lo menos 1 billón de dichos recursos deberá destinarse para 2019 a las universidades oficiales. En términos coloquiales, compartimos la tesis de Tola y Maruja cuando dicen que esperan que los recursos de la guerra “se destinen a la educación pública, pero para bombardear la ignorancia”.

Sin embargo, el problema es más complejo. Estamos ante una crisis estructural que se fue gestando en las finanzas de las universidades públicas desde 1992 y no la vamos a resolver con giros adicionales. Así sean mayores. La pregunta esencial es cómo vamos a afrontar el derecho a la educación de las nuevas generaciones. Para ello, es indispensable un cambio orgánico a la ley que define las transferencias del Estado hacia las universidades oficiales. Sin modificar la Ley 30 de 1992, no es posible salir de la crisis financiera estructural de las universidades oficiales.

La nación tiene que recurrir a nuevas fuentes de financiamiento de la educación provenientes de regalías, nuevos tributos y gravámenes, recursos que antes se destinaban a la guerra y de diversas y creativas estrategias de financiamiento. En la práctica, hay que hacer una inversión masiva para cualificar la dotación de las universidades oficiales y ponerlas tecnológicamente a la altura de la calidad que ofrecen; algo muy similar a lo que hizo Ecuador en la década anterior y a lo que unos años atrás hicimos nosotros para enfrentar la guerra interna. En Colombia se buscaron nuevos recursos para avanzar en la lucha contra las guerrillas y, para lograrlo, se crearon impuestos excepcionales. En educación tendremos que hacer algo similar. Pero para ello es indispensable un acuerdo que exprese un amplio respaldo político: Un Acuerdo Nacional por la Educación. Éste debe involucrar a las más diversas fuerzas sociales, políticas y económicas de la nación.

Como hemos señalado y recomendado académicos y científicos en otro momento, la nación necesita un Consejo Nacional en educación y otro en ciencia para garantizar la política pública de Estado de la cual hemos carecido. Esa es una condición sine qua non para que las soluciones no sean espejismos con claros intereses políticos, sino que se recurra a medidas estructurales, de largo plazo, pensando en los intereses de las nuevas generaciones y no de las próximas elecciones.

Las universidades públicas no pueden seguir mendigando o regateando sus recursos, ni deben tener que recurrir a mecanismos coyunturales para evitar que sus edificios se caigan. Como nación tendremos que asumir una financiación suficiente, acompañada de reformas administrativas y pedagógicas en su interior. No tiene ningún sentido que una universidad como la Nacional tenga más administrativos que docentes (3.000 frente a 2.993, respectivamente). Se requiere mirar con mucho más cuidado el decreto 1279 y los impactos que ha causado en la calidad de la educación, para determinar qué ajustes hay que hacer en el sistema de pago de los docentes.

La grave crisis financiera debe verse como una oportunidad para resolver de manera general los diversos problemas de las universidades públicas. Será la oportunidad para sanear estructuralmente sus finanzas, para reestructurar su administración y para repensar sus lineamientos pedagógicos. Al respecto de esto último, hay que señalar que son diversas las estrategias que se están estudiando en algunas universidades oficiales para repensar sus sistemas de evaluación, currículos y los modelos pedagógicos que las orientan.

Hay que intentar convertir la adversidad en una oportunidad para impulsar el desarrollo. Es claro que, si fortalecemos las universidades públicas con recursos, buena administración e innovación pedagógica, estaremos consolidando el tejido social, formaremos mejores ciudadanos, e impulsaremos el crecimiento económico, la creatividad, la ciencia, la investigación nacional, la equidad y la democracia. De esa manera, ayudaremos a resolver los problemas del país, a disminuir la iniquidad y a favorecer la movilidad social.

Como puede verse, lo que está en juego no es solamente el estudio de los jóvenes, sino el tipo de sociedad que estamos construyendo y el desarrollo nacional que alcanzaremos. Es por eso que miles y miles de personas salieron a la calle el 10 de octubre de 2018. Es condición de la democracia escuchar la voz del pueblo. Ojalá el gobierno le cumpla a la democracia en Colombia.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-analiza-como-resolver-la-crisis-de-las-universidades-publicas/587042

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Incidencia de la pobreza en la finalización escolar

Por: Yolanda Quiroga. 

Siempre se ha señalado a la educación como principal herramienta para el progreso de los países y por ende, la solución de sus grandes problemas, entre los principales, la superación de la pobreza. Hoy con un 32%. Argentina tiene serios problemas de finalización de la secundaria. No es novedad, en realidad sólo el 60% de los alumnos llegan al último año de este nivel en el tiempo esperado. Los números son lamentables cuando se trata de sectores más vulnerables. En ellos, se gradúan en el tiempo teórico, el 37,5% de los estudiantes. Según un reciente informe de ICSE (Contexto Social de la Educación) que tiene en cuenta características de vivienda, agua, saneamiento, educación y economía del hogar, manifiesta que en escuelas públicas, el nivel de finalización cae a medida que aumentan las necesidades. En el contexto de privación bajo/medio, llega a tiempo 63,3%, en el alto 48,4% y en el crítico, tan sólo el 37,5 por ciento. Es decir, el 62,5% de los alumnos más pobres no termina la secundaria cuando debería. Los sectores vulnerables, el contexto que rodea al alumno, hace que el aprendizaje y su trayectoria escolar se vea amenazada. Las necesidades socioeconómicas, el embarazo adolescente y el no encontrarle un sentido al esfuerzo, son los principales factores que motivan el abandono. En muchos casos, no llegan ni siquiera a la secundaria. Tienen pocos libros a su disposición, se habla un lenguaje más rudimentario, cuentan con menos juegos que los estimulen. Tienen grandes desventajas que repercuten en su futuro académico. Sin considerar el grave problema de un cerebro sano en generaciones futuras. Se calcula según este informe que sólo 1 de cada 10 jóvenes más pobres logra un título universitario. Mientras que en zonas urbanas egresan 7 de cada 10. En el campo ese indicador cae a 4 cada 10. Ello implica menor oferta educativa.

Según la Facso (Facultad de Ciencias Sociales) plantea la necesidad de crear un modelo alternativo de escuela que permita al conjunto de los adolescentes, independiente de sus orígenes, acceder a los saberes y a una escolarización relevante También hay otras estadísticas resonantes: cada 8 minutos, un joven argentino repite su curso o deja la escuela. La secundaria argentina atraviesa una crisis severa. No sólo por el desgranamiento sistemático de la matrícula, sino también por la calidad de sus aprendizajes. Dentro de este marco, las distintas provincias en este mes, deberán presentar ante el Consejo Federal de Educación su plan de acople de la secundaria 2030, que comenzará aplicarse desde el próximo año. Los ejes fundamentales, como lo hablaré en otras columnas son: integración de las materias a través de proyectos interdisciplinarios, que potencien el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la creatividad. Es imposible salir de la pobreza sin educación, porque la madre de la pobreza, es la ignorancia.

Fuente del artículo: https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/Incidencia-de-la-pobrezaen-la-finalizacion-escolar-20181130-0071.html

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Repensar la pedagogía

Cuba / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Graziella Pologotti / Fuente: Granma

Cuando volvemos la mirada hacia la infancia, el recuerdo personal, preñado de nostalgia, nos devuelve la imagen de un paraíso perdido. Olvidamos asperezas, borramos las huellas de los conflictos que atraviesan el aprendizaje de la vida en las relaciones con los coetáneos y las rivalidades latentes, en los vínculos familiares con las demandas insatisfechas de afecto y consuelo, en el trato con el maestro que no entiende a veces las razones de las pequeñas indisciplinas.

Como cada una de las etapas de la existencia, la infancia constituye un universo con perfiles sicológicos específicos. La cultura occidental comprendió tardíamente las particularidades del ser humano en desarrollo. Durante siglos, el niño, sujeto a un rígido autoritarismo, fue considerado como un adulto en miniatura. Marginados por las clases pudientes, y por necesidades de la subsistencia, los humildes tuvieron que afrontar desde temprano, tal y como sucede lamentablemente en muchos lugares del mundo, los más duros trabajos.

El siglo XIX conoció una expansión sin precedentes en la historia, la sicología, la sociología, la antropología y la pedagogía. El desarrollo de esta última debe mucho al pensamiento herético de Juan Jacobo Rousseau.

Se sentaron entonces las bases conceptuales de la nueva escuela en ruptura con el memorismo y el ­dogmatismo, muy pronto asimiladas por los cubanos, de manera trascendental en la labor formativa emprendida por José de la Luz y Caballero. Desde el maridaje orgánico entre información y formación, en pleno coloniaje, los criollos hicieron de la escuela un espacio idóneo para el crecimiento de valores éticos y la siembra del espíritu de la nación.

La historia transcurre por etapas de ritmo aparentemente reposado, seguidas de otras dominadas por cambios signados por una vertiginosa aceleración. Inmersos en la búsqueda de soluciones para afrontar los problemas concretos que afectan la adecuada cobertura docente, no podemos permanecer ajenos a las realidades que configuran una contemporaneidad de la que formamos parte.

Avanzamos hacia el acceso progresivo a internet, fuente abierta a una información inabarcable, actualizada en el acontecer del instante en que estamos respirando. En extremo útil para investigadores y especialistas aliviados de las cargas de las penosas búsquedas de antaño que devoraban un tiempo precioso, tiene su contraparte negativa en el empleo de fórmulas diseñadas para la manipulación de las conciencias.

La comida chatarra induce a la obesidad, uno de los males de nuestros días. La información chatarra promueve adicciones, fabrica íconos de breve duración, alimenta vanidades que, en virtud de las aspiraciones a un reconocimiento público insustancial, rompen los muros otrora bien resguardados de nuestra inti­midad.

Con la más cándida ingenuidad, entregamos claves esenciales de nuestra personalidad al Gran Hermano que las procesa con fines comerciales y con propósitos políticos, consciente del papel decisivo de la subjetividad, vale decir, de la conciencia, en la conducta de los individuos y de las colectividades humanas.

El problema despierta preocupaciones no solo entre aquellos dinosaurios supervivientes de otras épocas. Se manifiesta ya en sectores académicos del Primer Mundo, sumidos desde hace varios decenios en el contexto de esta realidad virtual. Por eso, el debate en torno a la formación de las nuevas generaciones ha pasado a ocupar un primer plano, articulado al proyecto de sociedad que nos proponemos construir.

Desde la perspectiva neoliberal, se trata de entrenar a los educandos para ofrecer fuerza de trabajo según las demandas de las empresas en el aquí y el ahora. En un mercado laboral restringido, se favorece la adquisición de habilidades en detrimento de la formación integral, a la vez que se estimula el espíritu competitivo.

En otra dirección, considerando las exigencias del batallar histórico en favor de un proyecto emancipador en lo individual y en lo colectivo, se promueve el replanteo del pensamiento pedagógico a tenor de las realidades que configuran el presente y habrán de repercutir, como siempre ocurre en la educación, en el futuro.

No podemos olvidar nunca que el niño que inicia ahora su primer grado en la enseñanza elemental comenzará su práctica profesional dentro de varios lustros. En ese mañana todavía nebuloso, tenemos que pensar en medio de las incertidumbres y los apremios del día de hoy que transcurre de manera inexorable.

Fidel propuso que Cuba fuera un país de hombres de ciencia y de pensamiento. Parecía utópico cuando se libraba el combate contra las secuelas del analfabetismo y escaseaban los bachilleres. Trascendiendo una visión utilitarista, el impulso a empresas de mayor alcance rindió frutos en instituciones de reconocido nivel y se tradujo en resultados económicos tangibles.

La necesaria informatización de la sociedad exige repensar los enfoques pedagógicos con visión transdisciplinaria, sustentada en la filosofía, la sicología y la sociología, sin desdeñar las ciencias de la comunicación.

Ante la avalancha de datos, el énfasis ha de colocarse en la formación de la personalidad y en la adquisición de herramientas para viabilizar el acceso a un amplio espectro informativo disponible en el ciberespacio con el espíritu crítico entrenado para descartar la paja y encontrar lo esencial en el grano.

Hay que despertar el alma dormida en favor del estímulo a la creatividad y la imaginación, indispensables para entender el mundo en que vivimos y construir, de la ciencia y la tecnología,  una producción rentable por su alto valor agregado, afincando así nuestra independencia y nuestra soberanía.

Fuente del Artículo:

http://www.granma.cu/opinion/2018-11-25/repensar-la-pedagogia-25-11-2018-20-11-29

Fuente de la Imagen:

https://www.catalunyavanguardista.com/la-estafa-de-la-pedagogia/

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Las Autonomías Institucionales y la Educación

México / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Coincido con la idea de que al exceso de rigidez en el ejercicio de gobierno, le sucede la carencia de imaginación y creatividad

El debate sobre las autonomías institucionales (Banco de México, IFAI, INEE, Fiscalía Federal, INE, etc.) da cuenta de una de las necesidades y exigencias de la sociedad actual, en términos de ampliar los cauces democráticos y de dotar a las instituciones del Estado mexicano de mayor estabilidad o proyección transexenal, y consistencia en la producción y el manejo de la información y los conocimientos, entre otros factores.

Esto lo comento a propósito del interesante artículo “En defensa de la Autonomía”, publicado la semana pasada por el doctor Pedro Flores-Crespo, y dado a conocer en el sitio Educación Futura (19 de septiembre, 2018).

Hay cuatro tesis del doctor Flores-Crespo en su texto sobre la Autonomía que me llaman la atención y sobre las cuales pongo a consideración algunos comentarios, especialmente porque no solo se aplican a nivel institucional, sino también en los planos de la escuela, pequeños grupos y en lo individual.

El contexto: Flores-Crespo recuerda un comentario que él mismo publicara en 2017, sobre la autonomía de los grupos, las personas y las instituciones, mismo que retomó recientemente “a la luz del escarceo de un legislador (Martí Batres) del partido Morena por desaparecer el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), lo cual generó un interesante debate en las “benditas” redes sociales. El cyber espacio vio desde los detractores que culparon a ese órgano constitucionalmente autónomo de la “violencia” generada contra los maestros hasta los defensores del instituto. Estos últimos reiteramos la importancia del instituto en función del cúmulo de información que ha generado desde 2002 y que no solamente se circunscribe a los resultados de la evaluación docente.”

Primera tesis: “El hecho de verificar y cuestionar la “verdad oficial” por medio de los datos y del conocimiento que generan los órganos autónomos es un baluarte de la democracia.”

Segunda tesis: “Un sujeto autónomo es ante todo un sujeto responsable”.

Tercera tesis de Flores-Crespo: “Reconocer la capacidad de desarrollo individual, escolar e institucional contribuiría a delinear una agenda educativa mucho más imaginativa que la que ha planteado el presidente electo (dar becas, multiplicar espacios de estudio formales o tener una visión bastante cándida del magisterio)”

Y agrega lo siguiente el profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro: “El gobierno de Andrés Manuel López Obrador sí podría hacer historia si construye las bases y las condiciones para que, por ejemplo, los maestros de Educación Básica puedan trazar sus propias rutas de desarrollo profesional, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) los respalde para la consecución de ese fin. Además, al reconocer al docente como un sujeto responsable – y no sólo un recipiente de programas de buena voluntad -, puede proponer estrategias para quitarle a los maestros la tutela que les impone la burocracia sindical, la SEP, las secretarias (de educación) de los estados y la sobre ideologización de algunos colectivos.”

“Dejar de controlar desde el centro sería una bocanada de aire para nuestras universidades públicas que cada vez ponen más en entredicho su “autonomía” e independencia. Quizás la supresión de la autonomía universitaria por medio del control gubernamental ha impedido, en gran medida, el florecimiento intelectual y científico…” A este fragmento le agregaría lo siguiente: Y también sería una bocanada de oxígeno para nuestros subsistemas de Educación Básica y Media Superior.

Cuarta y última tesis: “Para finalizar diría que la noción de autonomía que suscribo aquí no significa autosuficiencia (“yo las puedo de todas, todas”). No estoy sugiriendo que las personas giramos ciegamente en torno a nosotros ni que el gobierno no es importante para el desarrollo de la autonomía individual, sino que hay una capacidad clave que el gobierno electo parece no advertir y de ahí su poca imaginación en la agenda educativa que propone.”

“Esperemos entonces que sepan escuchar, discutir y consideren a las personas y a las organizaciones escolares y universitarias desde otra perspectiva que los gobiernos neoconservadores no quisieron reconocer. Sí hay una buena oportunidad de “hacer historia” si se defiende y no se atenta contra la autonomía individual, escolar e institucional. Esto sí sería una verdadera transformación.”

Hasta aquí dejo las ideas centrales de la exposición de Flores-Crespo.

Lo que pienso al respecto, es que justamente uno de los problemas que enfrenta el régimen republicano, esto es, las instituciones del Estado moderno, que cuenta con una división de poderes y un esquema sui generis de órganos autónomos, como sistema democrático y representativo, al menos en las condiciones y con los actores políticos que participan en México, es el de la “partidización” en la composición de los órganos legislativos y, por lo tanto, en la elección o selección de consejeros de las juntas de gobierno de las instituciones de referencia. No hay que olvidar que es el poder legislativo, -federal y estatal en la mayoría de los casos-, el que toma las decisiones durante los procesos de nombramientos de miembros de dichas dirigencias. Entonces ¿el problema de la “autonomía institucional” está o no resuelto? ¿La autonomía o las autonomías institucionales están o no delimitadas, acotadas, minimizadas por los partidos políticos?

Tal como lo señalé en el espacio de comentarios al pie del texto de Flores-Crespo en Educación Futura: Considero que, si bien hay que reconocer que la tradición liberal, contraria a la tendencia conservadora en México, ha sido reivindicada por AMLO, otro problema latente está, sin embargo, en las tentaciones del morenismo de la Cuarta Transformación (4T) por reciclar el esquema político del «nacionalismo revolucionario» y, junto con ello, las prácticas antidemocráticas como el corporativismo, los procedimientos clientelares y el «Estado a toda costa benefactor», paternalista, además de burocrático, lo cual iría en contra de las autonomías (responsables) a distintos niveles: individual, grupal, escolar e institucionales.

Coincido con la idea de que al exceso de rigidez en el ejercicio de gobierno, le sucede la carencia de imaginación y creatividad. No creo que el Estado y su poder público centralizado, como “Ogro filantrópico” en la discutible analogía empleada por Octavio Paz, sea la solución a los grandes problemas nacionales, y menos aún al problema de la educación pública. Precisamente lo que se requiere, por el contrario, es menor presencia del Estado en la cosa pública, menores cargas burocráticas (procedimentales), y una mayor participación de la ciudadanía en las decisiones y en los procesos educativos (en términos de aprendizajes) con sentido de autonomía y de responsabilidad. En eso coincido, sin embargo, aparece otro conflicto: ¿Cómo lograrlo?

Tampoco estaría a favor de la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), por decreto y sin análisis, pero sí estaría de acuerdo con ejercer una valoración más crítica y autocrítica sobre su desempeño, como institución pública, desde 2002; y como órgano autónomo del Estado, desde 2013. Habrá que revisar, entre otras cosas, su estructura orgánica, la distribución y pertinencia de sus mandos directivos, medios y operativos, centrales y periféricos; así como sus atribuciones legales claves y el modelo de financiamiento con el que trabaja. Pero quizá lo más importante del INEE sea rescatar y fortalecer su función principal como institución encargada de jugar el rol de “evaluadora”, no solo de las acciones del gobierno, (para no ser comparsa de la SEP o “porrista” en materia de diseño y aplicación de las políticas públicas), sino de la marcha del sistema educativo nacional.

Cierro este breve comentario con un fragmento –porque lo suscribo-, del texto del propio doctor Flores-Crespo: “Si AMLO en verdad está preocupado por elevar la calidad de la educación y su justa distribución, podría sugerir que sean los niños, maestros y directivos quienes en sus propias escuelas discutan sus problemas y deliberen abiertamente estrategias para enfrentarlos dentro de un marco de aprendizajes común. Ante este ejercicio reflexivo, la SEP tendría que responder respetando su libertad y dotándoles de recursos y apoyo. Uno de estos apoyos sería precisamente la confianza que constituye un primer paso para formar personas y comunidades autónomas y responsables.”

Fuente del Artículo.

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/09/24/las-autonomias-institucionales-y-la-educacion

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Los inmigrantes y los refugiados corren un alto riesgo de segregación en diferentes escuelas y circuitos escolares más lentos en los países europeos

UNESCO – Europa / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Informe GEM / Fuente: Blog de la Educación Mundial

El martes, publicamos el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM) 2019 sobre la migración y el desplazamiento. Al mirar a las diferentes personas en movimiento, aparecen diferentes problemas y desafíos para diferentes regiones. Hoy veremos un desafío clave para la educación de los inmigrantes en Europa, donde a menudo terminan segregados en diferentes escuelas o en circuitos escolares más lentos, a menudo profesionales. Esto agrava sus desventajas educativas y exacerba los prejuicios, creando una reacción de “ellos” y “nosotros” en los países de acogida.

 

 

Dos tercios de los migrantes van a países de altos ingresos, donde representan casi uno de cada cinco estudiantes. Pero están repartidos desigualmente en las escuelas. En Berlín, por ejemplo, una de cada cinco escuelas primarias inscribe el doble de estudiantes con antecedentes inmigratorios que aquellos que viven en su área de captación. En 2017, en Italia, más del 30% de los estudiantes en un 17% de las aulas de primaria eran estudiantes nacidos en el extranjero de primera generación.

En Francia, cinco veces más niños de inmigrantes no comunitarios que hijos de padres franceses o de la UE asisten a la escuela secundaria inicial en las zonas desfavorecidas. En los Países Bajos, algunas escuelas ahora tienen un 80% de estudiantes inmigrantes. También encontramos que era más probable que los hablantes no nativos en el Reino Unido asistieran a la escuela con hablantes nativos desfavorecidos.

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Esta segregación se ve agravada por los estudiantes nativos que se mudan de las escuelas donde puede haber una alta concentración de inmigrantes a barrios más ricos, por ejemplo, en Dinamarca y los Países Bajos. En los Estados Unidos, por cada cuatro estudiantes nuevos que no hablan inglés en la educación secundaria pública, un estudiante nativo se cambió a una escuela privada. Como discutimos en el Informe GEM del año pasado, la elección escolar está exacerbando las desigualdades; encontramos que contribuyó a incrementar la polarización étnica de las escuelas en Australia.

box 1 spDescribimos algunas de las políticas que los países han probado para abordar esta segregación, ayer, en el evento de lanzamiento global para el Informe en Berlín. La comunidad francófona en Bélgica, por ejemplo, intentó hace algunos años introducir un sistema de lotería para la asignación escolar, que anuló la ley anterior que asignaba a las escuelas por proximidad. Pero esta iniciativa, a su vez, fue sustituida por un enfoque más débil basado en alianzas entre escuelas. Francia intentó cambiar las fronteras de las áreas de captación, pero la consecuencia fue que muchos padres de clase media cambiaron a sus hijos a escuelas privadas en ciudades como Marsella. Italia estableció una cuota de un máximo de un 30% de estudiantes “nacidos en el extranjero” por clase, pero aún así, casi el 20% de las aulas superó este límite.

Si no los separan por escuela, nuestro informe también encontró que muchos países separan a los alumnos de bajo rendimiento en circuitos menos exigentes. Y, si bien la capacitación profesional puede motivar a los estudiantes desfavorecidos desanimados por los circuitos más académicos, también puede comprometer las oportunidades subsecuentes de los estudiantes con antecedentes inmigratorios. Esta manera de clasificar por habilidades también conduce a la desigualdad y a una asociación más fuerte entre el entorno social y los resultados de los estudiantes.

 

Pero este tipo de separación por circuitos empieza a los 10 años en Austria y Alemania. En Alemania, incluso después de tomar en cuenta los puntajes de los exámenes de lectura y matemáticas, era siete puntos porcentuales más probable que se recomendara que los inmigrantes, en comparación con sus compañeros nativos, fueran asignados al circuito más bajo.

También encontramos los mismos problemas en otros países: habían más de cinco veces más estudiantes de ascendencia marroquí en formación profesional en los Países Bajos, por ejemplo, en comparación con los holandeses. Y esta separación por circuitos es una desventaja particular para los estudiantes varones con antecedentes inmigratorios.

Fuente del Artículo:

https://educacionmundialblog.wordpress.com/2018/11/26/los-inmigrantes-y-los-refugiados-corren-un-alto-riesgo-de-segregacion-en-diferentes-escuelas-y-circuitos-escolares-mas-lentos-en-los-paises-europeos/

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¿Educamos para la ignorancia?

España / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«La ignorancia completamente consciente es el preludio de cada avance real de la ciencia.» James Clerk Maxwell

¿Estamos educando a nuestros alumnos y alumnas de forma que los hacemos ignorantes?

No, rotundamente no… si entendemos ignorante como algo negativo: Que carece de cultura o conocimiento(según la Real Academia de la Lengua, 2.ª acepción).

Pero sí que deberíamos estar educándolos como ignorantes según su 1.ª acepción en el diccionario de la RAE: Que ignora o desconoce algo. Como leí hace unos días en un artículo de La Vanguardia en la educación de nuestros jóvenes estamos pasando del «sé que esto es así, pero no sé por qué» al «no sé qué es, pero puedo averiguarlo».

Durante muchos años la educación se ha basado en el convencimiento de que se podía alcanzar el conocimiento. Pero en el mundo actual necesitamos una educación que se base en la posibilidad de adaptarnos constantemente a él, que nos dote de las herramientas que nos permitan alcanzarlo en un momento y en unas circunstancias concretas.

Y es que en la sociedad del conocimiento, no siempre este está al alcance de todo el mundo. Ni es cierto que todo este a un clic, ni que Internet sea el depósito de todo el saber de la humanidad. La única certeza de la sociedad del conocimiento es que la generación acelerada y continua de datos e información genera constantemente ignorancia, pues nadie es capaz de saberlo todo… ¡ni falta que hace!

Ante este estado permanente de ignorancia, la educación que damos a nuestros alumnos y alumnas debe ser asertiva, resiliente y proactiva, porque lo importante no es lo que sabemos sino lo que aún no sabemos. Ser conscientes de nuestra ausencia de un conocimiento es lo que nos permitirá alcanzarlo, siempre y cuando disponga de las destrezas y habilidades que me permitan hacerlo.

Y es que hay una gran diferencia entre ignorancia y estupidez, La ignorancia nos señala «lo que queda por hacer», la estupidez nos hace creer que podemos «alcanzar el conocimiento pleno». El conocimiento genera ignorancia… y este principio debe estar siempre presente en nuestra manera de educar.

La ignorancia que no nos podemos permitir en educación es aquella que no enseña a trabajar colaborando en equipo, que no saber enseñar a enfrentarse a nuevas situaciones, retos o desafíos, que no deja de castigar el error, que creer que el error es un fracaso y no un paso hacia el éxito.

Como dijo Karl Popper: «La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo«.

Fuente del Artículo:

http://www.salvarojeducacion.com/2018/11/educamos-para-la-ignorancia.html

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Paulo Freire y la Teología de la Liberación: La consciencia cristiana de la pedagogía crítica

Canadá / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Peter McLaren / Fuente: ContrahegemoníaWeb

Tenemos el agrado de compartir la contribución que el conocido pedagogo Peter McLaren envió a Contrahegemonia por motivo del 50 aniversario de Pedagogía del Oprimido, en la que comparte un diálogo profundo con Petar Jandrić de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zagreb, Croacia, donde habla de Freire, sus aportes, vigencia y la necesidad de desarrollar una pedagogía crítica revolucionaria. Les presentamos aquí la primera Entrega.

Peter McLaren es uno de los miembros fundadores del movimiento de pedagogía crítica contemporáneo y un colaborador cercano y amigo de figuras claves que incluyen a Paulo Freire, Henry Giroux y Donaldo Macedo. Los libros canónicos de Peter, como el best-seller “La vida en las escuelas. Una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación” (1989) ha definido a la pedagogía crítica como nosotros la conocemos hoy.  Como palabra clave detrás del pasaje del posmodernismo al marxismo humanista (Jandric 2017, p. 160) Peter ha puesto la palabra “revolucionario” dentro de la tradición de la pedagogía crítica.

Al borde del milenio, el desarrollo de la pedagogía crítica se ha detenido. Según Derek Ford “la pedagogía crítica está en un callejón sin salida. Esto no es decir que no ofrece algo valioso, pero se ha estancado por algún tiempo (diría que al menos desde principios del siglo XXI)” (Ford 2017, p 2). La posición de Ford describe el estado general de la pedagogía crítica contemporánea, pero definitivamente esto no se aplica a Peter McLaren.

En 2015 Peter publicó el innovador libro “Pedagogía de la Insurrección. De la Resurrección a la Revolución”, con la que reinventa la tradición latinoamericana de la Teología de la Liberación de mediados de siglo XX en el marco del marxismo humanista de la pedagogía crítica revolucionaria. Con “Pedagogía de la Insurrección” Peter ha sacudido una vez más las fronteras establecidas de la tradición y ha adoptado de manera iconoclasta la pedagogía crítica revolucionaria en terrenos nuevos e inexplorados.

En 2014-15 Peter y yo co-escribimos varios textos dialógicos sobre los cambios digitales y la pedagogía crítica (McLaren/Jandrić 2014, 2015a, 2015b; Ja­ndrić 2017). Después de “Pedagogía de la Insurrección” nosotros publicamos algunas conversaciones sobre el desarrollo de la Teología de la Liberación de Peter más allá de su libro (McLaren/Jandrić 2017a, 2017b) y más específicamente sobre la relación entre Teología de la Liberación y marxismo (McLaren/Jandrić 2018). En este artículo nosotros expandimos nuestro trabajo hacia las intersecciones y relaciones entre Teología de la Liberación y Paulo Freire. Mientras Freire incluye bastante esporádicamente la teología de la liberación en sus escritos (ej: The Politicis of Education, 1985), no hay duda de que él “vivió una fe de liberación cristiana” (Kyrilo 2011, p. 167). Ahora que Paulo Freire no está más con nosotros, posiblemente la mejor manera de traer su trabajo al presente es a través del dialogo con Peter McLaren: Amigo cercano de Freire, “pariente intelectual” (Freire3 1995, p. X), y uno de los pensadores contemporáneos clave en la teología de la liberación y la pedagogía crítica revolucionaria.

La vida y el trabajo de Paulo Freire

Petar Jandrić (PJ): Por favor di algunas palabras sobre la vida y el trabajo de Paulo Freire.

Peter McLaren (PM): Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en la ciudad de Recife, en el noreste de Brasil.  Fue un valiente y humilde erudito, activista social y trabajador cultural. Freire fue capaz de desarrollar una praxis de alfabetización anti-imperialista y anticapitalista que sirvió como la base para una lucha más amplia por la liberación. En su primer experimento en 1963, Freire enseñó a 300 adultos a leer y a escribir en 45 días. Ese método fue adoptado en Pernambuco, un estado productor de caña de azúcar a 1.160 millas al noreste de Río. Este suceso marcó el comienzo de lo que se convertiría en un legendario enfoque en educación.

El trabajo internacionalmente celebrado de Freire con los pobres comenzó a finales de los ´40 y continuó sin cesar hasta 1964, cuando un golpe militar de derecha derrocó al gobierno elegido democráticamente del presidente João Goulart. Freire fue acusado de predicar el comunismo y fue arrestado. Él fue encarcelado por el gobierno militar durante setenta días y exiliado por su trabajo en la campaña nacional de alfabetización, de la que había sido director.

Según Moacir Gadotti, el ejército brasileño consideró a Freire como un “subversivo internacional”, “un traidor a Cristo y al pueblo brasileño” y lo acusó de desarrollar un método de enseñanza “similar al de Stalin, Hitler, Perón y Mussolini”. Él fue acusado además de intentar convertir a Brasil en un “país bolchevique” (1994).

Los 16 años de exilio de Freire fueron tiempos tumultuosos y productivos: un período de cinco años en Chile como consultor de la UNESCO con el Instituto de Investigación y Capacitación para la Reforma Agraria; una convocatoria en 1969 al Centro para Estudios en Desarrollo y Cambio Social de la Universidad de Harvard; un traslado a Ginebra, Suiza en 1970 como consultor de la Oficina de Educación del Consejo Mundial de Iglesias donde desarrolló programas de alfabetización para Tanzania y Guinea-Bissau, que se centró en la re-africanización de sus países; el desarrollo de programas de alfabetización en algunas antiguas colonias portuguesas posrevolucionarias, tales como Angola y Mozambique; asistiendo al gobierno de Perú y Nicaragua con sus campañas de alfabetización; el establecimiento del Instituto de Acción Cultural en Ginebra en 1971; un breve regreso a Chile luego del asesinato de Salvador Allende en 1973 provocando al general Pinochet a declarar a Freire como subversivo; su breve visita a Brasil bajo una amnistía política en 1979; y su regreso final a Brasil en 1980 para enseñar en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y la Universidad de Campinas en Sao Paulo.

Estos eventos fueron acompañados por numerosas obras, entre las que destaca “Pedagogía del oprimido” (Freire 1972), “La cultura como práctica dela libertad” (Freire 1970) y “Cartas a Guinea-Bissau. Apuntes de una experiencia pedagógica en proceso” (Freire 1978). En los últimos años, Freire trabajó brevemente como Secretario de Educación de Sao Paulo, continuando su agenda radical de reforma en alfabetización para la gente de esa ciudad.

Basado en un reconocimiento de los fundamentos culturales de las tradiciones populares y la importancia de la construcción colectiva del conocimiento, los programas de alfabetización de Freire para campesinos sin poder ahora son ahora empleados en países de todo el mundo. Relacionando las categorías de historia, política, economía y clase con los conceptos de cultura y poder, Freire ha logrado desarrollar tanto un lenguaje crítico y lenguaje de esperanza que trabaja de conjunto y dialécticamente y que han tenido éxito en ayudar a generaciones de pueblos marginados a liberarse a sí mismos.

PJ: Diga más sobre el famoso enfoque de Freire de alfabetización. Pensándolo hoy ¿por qué fue considerado tan peligroso?

PM: El método de alfabetización de Freire surgió del Movimiento para la Cultura Popular en Recife que había puesto en marcha los “círculos de cultura” (grupos de discusión con personas no alfabetizadas) a finales de los años cincuenta. Freire creía que los oprimidos podían aprender a leer siempre que la lectura no se imponga sobre ellos de una manera autoritaria y que el proceso de lectura valide sus propias experiencias de vida.

Después de todo, los adultos pueden hablar un lenguaje extraordinariamente rico y complejo, pero carecía de las habilidades gráficas para anotar sus ideas. Freire entendió que las personas alienadas y oprimidas no son escuchadas por los miembros dominantes de su sociedad. La “cultura del silencio” que creamos por la cultura dominante no significaba que los oprimidos no pudieran responder a su propia realidad, sino que tal respuesta carecía a menudo de una dimensión crítica.

En el “circulo de cultura” educadores y estudiantes emplean codificaciones para entablar un diálogo sobre las condiciones sociales, culturales y materiales que impactaron sus vidas a diario. En el “círculo de cultura”, el grupo de iguales desempeña un papel crucial al proporcionar el contexto teórico para la reflexión y para transformar las interpretaciones de la realidad de la producción de “sentido común de todos los días” a un conocimiento más crítico.

Freire y sus colegas pasaron un tiempo considerable en entornos de círculos culturales con personas de las comunidades locales, haciendo una lista de las palabras utilizadas, las expresiones, la jerga informal, y los gestos característicos que acompañaron ciertas frases con el fin de obtener una comprensión del “capital cultural” de la gente. Temas como el nacionalismo, el desarrollo, la democracia y el analfabetismo se introdujeron mediante el uso de diapositivas o imágenes, seguido de un diálogo. Las palabras “codificadas”, las formas de vida y las experiencias vividas de los miembros de la comunidad local.

Las codificaciones incluyen fotografías, dibujos, o incluso palabras, ya que eran todas representaciones que permitían extender diálogo y análisis de la realidad concreta representada. Codificación mediada entre las experiencias cotidianas de las personas y la teorización que tuvo lugar en relación al contexto de la vida diaria. Codificaciones además mediadas entre los educadores y los educandos quienes estaban comprometidos en la co- construcción de significados de su existencia diaria.

De esta manera, el enfoque de Freire para la alfabetización fue en contra de los principios de las corrientes principales de métodos de alfabetización que requieren que las personas aprendan las palabras e ideas a partir de libros o materiales que fueron producidos por aquellos en el poder. Aprender a leer de un manual significa que los alumnos deben aceptar las experiencias inscritas en el manual como más importante que la propia. Freire fue capaz de identificar temas generativos que impregnaron las experiencias de quienes creían las condiciones actuales de su existencia, como la pobreza y el analfabetismo, eran debido al destino, o al azar, o a su propia inferioridad constitutiva, sin embargo, quien deseaba tanto para llegar a ser alfabetizado. Freire reconoció que los educandos oprimidos tenían internalizadas profundamente las imágenes negativas de sí mismos (imágenes creadas e impuestas por el opresor) y se sentían incapaces de tomar una participación activa en sus propios asuntos.

PJ: ¿Cómo funcionó en la práctica el enfoque de Freire para la alfabetización?

PM: Los temas generativos que Freire pudo obtener de su tiempo dedicado con los oprimidos fueron codificaciones de experiencias complejas que tuvieron un gran significado social y significado político para el grupo y que era probable generar considerables discusiones y análisis. Fueron seleccionados porque derivaron de la especificidad contextual de la historia y las circunstancias de los educandos, pero también fueron elegidos por su longitud silábica y con el objetivo de presentar todos los fonemas de la lengua portuguesa. El “método” Freire (el trabajo de Freire no puede reducirse a un método estrictamente hablando, ya que es más bien una filosofía política) consistió en una etapa de investigación para encontrar las palabras y los temas generativos de un grupo en términos de su clase social, relevancia y significado para ese grupo. Los temas generativos fueron codificados a menudo en palabras generativas – más específicamente, palabras tri-silábicas que podrían romperse en partes silábicas y ser usadas para “generar” otras palabras (Brown 1987).

Freire y sus círculos de cultura practicaron una forma de decodificación que rompió una codificación en sus elementos constitutivos para que los educandos comenzaron a percibir relaciones entre elementos de la codificación y otras experiencias en sus vidas cotidianas. Dicha decodificación tuvo lugar a través del diálogo, en qué experiencias familiares y cotidianas se hicieron extrañas y el proceso de conocimiento crítico se hizo familiar.

Freire siguió la creación de temas generativos con el proceso de tematización, donde los temas generativos fueron codificados y decodificados y reemplazados por una visión social crítica. Nuevos temas generativos fueron descubiertos y los instructores pudieron descomponer e identificar los grupos fonéticos en esta etapa. Esto fue seguido por la problematización (la antítesis de la resolución de problemas) que consistía en codificar la realidad en símbolos que podrían generar conciencia crítica. Durante la etapa de problematización, el grupo dentro del círculo de cultura examinó los límites y posibilidades de las situaciones existenciales que surgió de la etapa previa. La conciencia crítica exigía un rechazo de la pasividad y la práctica del diálogo. La conciencia crítica era provocada no a través de un esfuerzo individual o intelectual, sino a través de la concientización o identificando contradicciones en la experiencia vivida, y entendiendo y superando mitos, tradiciones e ideologías dominantes, para alcanzar nuevos niveles de conciencia de ser un “objeto” en un mundo donde sólo los sujetos tienen los medios para determinar la dirección de sus vidas.

El proceso de concientización implicó convertirse en un “asignatura” con otras “asignaturas” de los oprimidos y participando en la humanización del mundo a través de la lucha colectiva y praxis. La concientización requiere experimentar la realidad opresiva como un proceso que puede ser superado a través de la praxis transformadora. Tal praxis (un ciclo de acción-reflexión-acción) implicó superar a través de acciones concretas y esfuerzo grupal, aquellos obstáculos al proceso de volverse humanos (Gadotti 1994). El enfoque de Freire para la alfabetización creó las condiciones para los oprimidos para liberarse a sí mismos y, en el proceso, liberar a sus opresores.

Vea el excelente resumen de la metodología de alfabetización freireana de Cynthia Brown (1987).

PJ: Eres demasiado humilde, Peter, tus propios libros, como “Che Guevara, Paulo

Freire y la pedagogía de la revolución” (McLaren 2000), se encuentran entre las más ricas fuentes sobre Paulo Freire. Pero sigamos adelante: por favor relaciona el enfoque de Freire en alfabetización con su comprensión del conocimiento.

PM: Freire fue uno de los primeros filósofos educativos en subrayar en repetidas ocasiones el concepto de “saber” como un acto político. Una forma de examinar el conocimiento que está muy endeudado con las ideas de Freire es ver a los educadores trabajando dentro de la intersección de temporalidad y narrativa como un evento dialéctico. Aquí, experiencia, temporalidad, reflexión y acción social se conjugan en lo que comúnmente se conoce en el discurso freireano como “praxis”.

En el campo de la antropología, el tiempo profano o histórico de los grupos contemporáneos (que involucran la concreción, linealidad e irreversibilidad del tiempo) a menudo son yuxtapuestos con el tiempo mítico de las llamadas sociedades arcaicas (tiempo que repite gestos paradigmáticos o arquetípicos que están llenos de significado profundo para los participantes que utilizan tales formas míticas recurrentes como un prisma para la personalidad). La noción de praxis de Freire, sin embargo, trae ambas concepciones del tiempo en el tejido narrativo del yo emergente.

El acto de conocer se basa en un tipo de deseo mitopoético (un deseo de elevar nuestra propia existencia a un nivel de mayor significado; ver Freeman 1998) vinculado a la comunidad, a un nuevo nivel de autenticidad sagrada, a la organización de la vida en formas imaginativamente nuevas que se niegan a reproducir la alienación y la objetivación necesariamente encontrada en el mundo del trabajo abstracto. Aquí, la praxis revolucionaria pliega el tiempo histórico y mítico en un acto de negar lo que es, en anticipación de lo que podría ser. Esquemáticamente puesto, la línea (la reaparición perpetua del presente en el tiempo histórico) se pliega en el círculo (el primordial horizonte del pasado irredimiblemente configurado).

Uno de los objetivos de Freire es tomar conciencia y trascender los límites en la que podemos hacernos. Logramos esto a través de la externalización, la historización y objetivación de nuestra visión de liberación, al tratar la teoría como una forma de práctica y la práctica como una forma de teoría como impugnamos la psicopatología de la vida cotidiana encarnada en la división social del trabajo del capitalismo. Hacemos esto con la intención de nunca separar la producción de conocimiento de la praxis, de leer la palabra y el mundo dialécticamente (Stetsenko 2002). Al hacerlo mantenemos que la práctica sirve como el último terreno para avanzar y verificar las teorías, así como para proporcionar garantías para los reclamos de conocimiento. Estas garantías no están conectadas a algunos principios fijos que existen fuera de el conocimiento en sí mismo, pero se deriva identificando y dejando al descubierto las potencialidades ideológicas y éticas de una teoría dada como forma de práctica (ibídem.). Los educadores críticos buscan descubrir lo que a primera vista puede aparecer como las relaciones y prácticas cotidianas y transparentes que conforman nuestra existencia, lo que incluso podríamos llamar realidades sociales mundanas. Tomamos estas relaciones y prácticas y tratamos de examinar sus contracciones cuando se ven en relación con la totalidad de las relaciones sociales en las que esas relaciones particulares y las prácticas se desarrollan. Tal examen tiene lugar contra un telón transdisciplinario de fondo que lee la palabra y el mundo históricamente.

PJ: En el pasado, el trabajo de Freire dio forma al panorama de la educación. ¿Qué pasa con su legado contemporáneo?

PM: El trabajo de Freire ha tenido un impacto sorprendentemente significativo en la génesis y desarrollo continuo del campo de la pedagogía crítica. Se constituye la pedagogía crítica por un cuerpo de teoría asociado con el trabajo de Freire y la teoría de crítica social más general que enfatiza la praxis. El campo de la pedagogía crítica ha ampliado recientemente su ámbito para incluir la pedagogía crítica revolucionaria, un intento de recuperar las raíces epistemológicas marxistas de Freire a través del desarrollo de una filosofía de la praxis impulsada principalmente por el trabajo de Marx y Hegel. La investigación de Freire se ha sentido en los campos de la teología, la alfabetización, los estudios de composición, estudios literarios, lingüística aplicada, sociología, antropología y la filosofía política. Que su trabajo ha fertilizado tantas áreas de la investigación es un testimonio de su alcance transdisciplinario.

PJ: Uno de los principales puntos fuertes del trabajo de Freire es su versatilidad. Su legado constantemente reaparece en contextos y situaciones radicalmente diferentes, y “Pedagogía del oprimido” (Freire 1972) es el tercer libro más citado en la historia de las ciencias sociales (Verde 2016). Comprender tal diversidad está más allá de medios humanos, por lo que vale la pena preguntar: ¿Cuál es, para usted, la esencia del trabajo de Freire?

PM: Tuve el privilegio de haber presenciado a Freire caminar entre nosotros, riendo y de pies ligeros, sus diminutos hombros agitándose como turbinas gemelas debajo de su camisa fresca y almidonada, sus delgadas piernas deslizándose despreocupado, despreocupado se inclina, como si le estuviera ayudando una brisa arrugada que servía de contrapunto a su mirada firme, casi implacable. A mí, me pareció como si siempre estaba mirando el presente en algún lugar del futuro, en algún futuro anterior donde los sueños están en curso de colisión con lo que está ocurriendo en los laboratorios de la vida cotidiana que llamamos realidad, donde la luz atraviesa la oscuridad las cámaras no pueden ser iluminadas sin amor. Entender esa colisión es entender la esencia del trabajo de Freire. Sin una lectura cuidadosa de las raíces intelectuales de Freire, solo se puede presenciar la colisión sin comprender los sistemas de inteligibilidad que hacen inevitable tal colisión y sin entender las posibilidades de citar tal colisión con el fin de traer futuros alternativos vinculados a la sostenibilidad del planeta y la humanidad en su conjunto. Este es el gran misterio de la obra de Freire.

Nota aclaratoria:

Son muchos los trabajos de Peter McLaren sobre Paulo Freire. Algunas de las respuestas a mis preguntas fueron tomadas directamente de algunos trabajos previos que Peter me envió, y algunas observaciones de Peter han sido extraídas de diálogos previos que nosotros hemos tenido sobre el tema de la teología de la liberación.

Traducción: Luis Hessel

Fuente:

http://contrahegemoniaweb.com.ar/paulo-freire-y-la-teologia-de-la-liberacion-la-consciencia-cristiana-de-la-pedagogia-critica/

ove/mahv

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