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En una familia, ¿cómo se ejerce el poder? | Michel Foucault

 Los aparatos de Estado no son otra cosa que la cristalización en forma de instrumentos estables, institucionales y legalizados de un cierto número de relaciones de fuerza. ”. Michel Foucault

La siguiente es una entrevista inédita que Michel Foucault sostuvo con cuatro militantes de la Ligue Communiste Révolutionnaire, miembros a su vez de la sección cultural del semanario francés Rouge, en los primeros días de julio de 1977. Christian Laval —uno de los entrevistadores— explicó que su propósito era dar cuenta del primer tomo de la Historia de la sexualidad, publicado un año atrás, e interrogar a Foucault sobre su relación con el marxismo y el izquierdismo. La redacción del periódico Rouge no aceptó publicarla y permaneció inédita. 

Nos gustaría preguntarle sobre este libro que es una especie de gran prefacio que introduce lo que vendrá después, sobre la investigación histórica en este libro y su vínculo con sus trabajos anteriores —incluyendo La arqueología del saber—, sobre su modo de exposición, su ficcionalización del trabajo histórico. Al mismo tiempo, nos gustaría plantear el problema de la situación del intelectual, sobre lo que usted define como «intelectual específico» y, a partir de ahí, sobre la representación que hace de su trabajo. Asimismo, nos gustaría escucharle sobre lo que podríamos llamar un «efecto Foucault».

 

Sí. Ustedes tienen sed, ¿no? Como ustedes quieran, ¿eh? ¿No? Cuando hayamos hablado mucho…

 

¡Cuando usted haya hablado mucho!

 

Tal vez hablemos de la historia ahora mismo. Intentaré que mis respuestas sean breves. Intentaré dar respuestas breves.

 

Sí, bueno, no tenemos preguntas calibradas, no es realmente una entrevista. Se trata más de ver la dirección de su trabajo.

 

Lo primero que se me ocurre, por libre asociación, sobre las preguntas que me acaban de hacer sería esto: hay actualmente una línea de pendiente muy clara entre aquellos que se pueden llamar intelectuales que los lleva al trabajo de la indagación histórica. Básicamente, ha pasado el gran momento de la teoría y de la construcción de la teoría, que se sitúa en torno a los años 1960-1968, en beneficio de una búsqueda de saber histórico, de historia cuasi-empírica. Creo que, sin embargo, hay un peligro en este tipo de investigación, el principal peligro no está tanto en la ausencia de teoría como en una especie de lirismo implícito que sería el del naturalismo. Es decir, «para qué sirve la historia, si no es para intentar borrar el pasado, o al menos para descubrir las diferentes sedimentaciones depositadas por la historia para que por fin vuelva a fluir el claro y melodioso arroyo (risas) que la tristeza del mundo, la explotación capitalista y los diversos estalinismos han podido silenciar. Destruyamos los hospitales psiquiátricos, para que se escuche la voz pura de la locura, abolamos las cárceles para que salga a la luz la gran revuelta de los delincuentes, “abajo la represión sexual”, para que reaparezca nuestra bonita sexualidad primaveral y florida». Creo que, en el gusto actual por la investigación histórica, existe esta especie de nostalgia, una nostalgia por los retornos y el postulado de que debajo de la historia está la vida misma, que debe ser detectada y destapada.

 

Lo que estaría en juego en este trabajo de restauración de los enunciados históricos, incluyendo, por ejemplo, el intento de restaurar una especie de memoria popular. Estoy pensando en los trabajos de Rancière.

 

No, los trabajos de Rancière no entran en la crítica que me gustaría hacer a este naturalismo. Creo que movilizar la memoria, de hecho reactualizar el pasado, no debe significar redescubrir una naturaleza buena oculta. Detrás de la historia no está Rousseau, detrás de la historia no está el buen salvaje, detrás de la historia siempre está la historia. Y en consecuencia, a mi entender, la reactualización de una memoria histórica debe tener como sentido volver a situar las relaciones de fuerza que están establecidas, fijadas, congeladas en la actualidad. Muchas de estas relaciones de fuerza se consideran intangibles, cuando en realidad tienen una historia, tienen condiciones históricas de aparición y funcionamiento. Es decir, podemos identificar, haciendo un análisis histórico preciso, los puntos débiles y los lugares donde podemos atacarlas. Así que no es una historia con una función nostálgica, sino una función estratégica o táctica.

 

¿Cómo se sitúa usted en el debate al que asistimos en las columnas de Le Monde entre Jean Chesnaux, que vincula directamente el trabajo del historiador a las luchas actuales, y que quiere poner la historia al servicio de la clase obrera, y por otro lado Le Roy Ladurie, que piensa que esta posición recuerda al zhdanovismo de los años dorados? De hecho, su carrera escapa a ambas posiciones y busca otra articulación.

 

No asistí a este debate, no debía estar en Francia, pero tuve fragmentos del mismo. En este debate, me pareció, por los ecos que escuché, que lo que estaba en juego era la objetividad de la historia, la cientificidad, que Le Roy Ladurie quería salvar y que Chesnaux quería demostrar que era en realidad un señuelo. Es un problema que me parece demasiado filosófico para mí, y está muy bien que los historiadores se lo planteen, pero me supera mucho (risas). Creo que, de hecho, en todas las críticas que se hacen actualmente, estamos lejos de haber abordado el problema de la ciencia de forma suficientemente radical como para poder plantear la cuestión de la objetividad del saber histórico o de la objetividad de la economía de forma efectiva. Estamos volviendo a caer en viejos esquemas, viejas disputas: historia comprometida, historia académica, historia polémica, etc. Esto no parece muy eficaz como problema.

No soy un historiador, ni profesionalmente ni en mi práctica. Ningún historiador se reconoce en el trabajo que hago. Mi problema es siempre un problema contemporáneo, que es cómo funciona el asilo, cómo funciona la justicia penal en este momento, cuáles son los discursos sobre la sexualidad que escuchamos en este momento, etc. Y a partir de eso, tratar de hacer lo que yo llamo arqueología, para evitar la palabra historia. La arqueología de un problema.

 

Sin embargo, el título de su último libro lleva la palabra «historia». ¿Por qué no decir «genealogía» en su lugar?

 

Sí, sí, finalmente «historia» por supuesto. Es muy molesto, sí. He recurrido a la palabra «historia» porque ya no significa nada y aceptamos usarla hoy en día sin estar demasiado forzados a llamarnos historiadores profesionales o sin tener que basar lo que decimos en la cientificidad. Si no he usado la palabra «genealogía», es porque tiene connotaciones muy exactamente nietzscheanas.

 

Es un término que usted utilizó en un artículo del seminario Hyppolite y que partía de La genealogía de la moral. Luego hace un trabajo sobre la prisión, que es la genealogía del castigo. La palabra «genealogía» es una buena indicación del sentido de su trabajo si se le quisiera poner una etiqueta.

 

Si ustedes quieren. Va a parecer pretencioso y delirante, pero yo intento tomar a Nietzsche en serio y precisamente todos los libros que he escrito podrían colocarse bajo el título de La genealogía de la moral, pero me molesta un poco, porque parece que se refugian detrás de un paraguas filosófico. Vienen a preguntarte: «¿En qué sentido eres nietzscheano, por qué?». Esto plantea toda una serie de problemas… Se trata, en efecto, de una genealogía, y de una genealogía de la moral que intento hacer, una genealogía de los sistemas de coacción y de los sistemas de obligación. Es la genealogía de las obligaciones que nos constituyen y nos atraviesan.

 

Usted dijo en La arqueología del saber que una arqueología de la sexualidad, más que conducir a un trabajo propiamente científico en una dirección epistemológica o científica, conduciría en un sentido ético.

 

Creo que he cambiado bastante en ese sentido. En cualquier caso, en cuanto a la «genealogía», estoy completamente de acuerdo. No se me ocurriría teorizar sobre la sexualidad o las prácticas sexuales en la Edad Media. No es que me parezca poco interesante, pero ése no es mi problema. Mi problema es: «dada nuestra actualidad, ¿cómo podemos, mediante un análisis genealógico, identificar los puntos estratégicamente significativos y tácticamente útiles en este momento?». Eso es todo.

 

Sobre el problema de la estrategia, sin empañar un debate habitual sobre la estrategia, usted dice en La voluntad de saber que es el propio poder el que hace la estrategia entre diferentes puntos de tensión. Pero cuando quiere dar una perspectiva estratégica, ¿cuál es el agente de la estrategia?

 

Esto es algo importante. Tengo en la cabeza un texto escrito por Jean-Marie Brohm en Quel corps?. ¿Lo han visto?

 

Usted sabe, él escribe mucho… Tiene mucha producción.

 

Pensé que eran muy cercanos a él, ¿no estaba en la Ligue?

 

Estaba, pero dejó la Ligue por una serie de desacuerdos. Tenemos diferencias con él.

 

Pensé que el problema que me plantearon estaba en esa dirección…

 

¿Pero de qué texto habla?

 

Está en el último número de Quel corps?. Retoma un texto que Deleuze había escrito sobre mí. Ni siquiera retoma mis formulaciones sino las de Deleuze, y hace un cierto número de críticas del tipo: «Se ve que lo que dice Foucault es completamente antimarxista, etc.». Pensé que esto representaba las preguntas que ustedes se hacían y que tienen todo el derecho de preguntarme. No vi ningún problema en ello, había releído este texto…

 

Para que sepa lo que pasa: decidimos hacer un artículo sobre su obra, en la sección cultural de Rouge, o más bien en la subsección que estamos constituyendo. Tuvimos discusiones entre nosotros, y a ninguno se nos ocurriría decir que lo que hace Foucault es antimarxista, o que es una máquina de guerra contra el marxismo, etc. Si no, no estaríamos aquí.

 

Pero si me lo dijeran, yo no tendría inconveniente en eso.

 

Sí, claro, pero ya sabes que si fuera así te habrían sacado la tarjeta sin más… (risas). Antes he mencionado a Rancière. Cuando saca a relucir la revuelta popular, cuando trabaja sobre 1848, también trabaja sobre el presente. El pueblo es el agente que se reapropia de esta memoria y hace algo con ella. ¿Pero dónde está el agente para usted?

 

Lo que me gustaría tratar de captar es el poder. No como solemos entenderlo, cristalizado en instituciones o en aparatos, sino, si se quiere, el poder en la medida en que es, a través de todo un cuerpo social, el conjunto de lo que podemos llamar la lucha de clases. Para mí, a fin de cuentas, diría que el poder es la lucha de clases, es decir, el conjunto de las relaciones de fuerza, es decir, de las relaciones necesariamente desiguales, pero también cambiantes, que pueden existir en un cuerpo social y que son las actualizaciones, los dramas cotidianos de la lucha de clases.

Lo que ocurre en una familia, por ejemplo, las relaciones de poder que se juegan entre padres e hijos, marido y mujer, ascendientes y descendientes, jóvenes y ancianos, etc., esas relaciones de poder son relaciones de fuerza que, de una manera u otra —y eso es lo que hay que analizar— son la lucha de clases. Es decir, éste es quizás el punto difícil y que no admitirían, yo no diría: «hay una lucha de clases así, a un cierto nivel fundamental, de la que el resto es sólo el efecto, la consecuencia», sino que la lucha de clases concretamente es todo lo que vivimos.

 

En eso, estaremos de acuerdo…

 

Así que el poder no está ni en un lado ni en el otro. Está precisamente en el enfrentamiento, con los instrumentos que por supuesto poseen unos, las armas que tienen otros, las armas de un lado, el ejército del otro, las pistolas aquí… Pero decir que la burguesía posee el poder porque, de hecho, es la clase burguesa la que posee las armas, decir que la burguesía se ha apropiado del poder porque el aparato de Estado está controlado por ella, no me parece una formulación suficientemente precisa, suficientemente exacta, cuando queremos analizar el conjunto de las relaciones de poder que existen en un cuerpo social. Los aparatos de Estado son la manera, los instrumentos y las armas que la burguesía se da en una lucha de clases, todos los aspectos que constituyen las relaciones de poder que son inmanentes a un cuerpo social, que lo hacen sostenerse. Es decir, es la idea de que el cuerpo social no se sostiene por efecto de un contrato, ni de un consenso, sino por efecto de otra cosa, que es precisamente la guerra, la lucha, la relación de fuerzas.

 

Pero con lo que no estaría de acuerdo es con la representación de un frente, la representación de dos posiciones bien posicionadas una frente a la otra, un enfrentamiento de sujetos, digamos.

 

El análisis que consistiría en decir que en un cuerpo social hay dos categorías de personas, las que tienen poder y las que no, las que pertenecen a tal clase y las que pertenecen a tal otra, puede ser cierto para ciertos momentos particulares en los que opera efectivamente el reparto binario. También puede serlo a cierta distancia y desde cierto ángulo. O para contemplar, por ejemplo, ciertas relaciones de poder económico, se puede decir perfectamente que está bien. Pero si se llega a un cierto nivel de ejercicio del poder, el poder médico por ejemplo, el poder sobre los cuerpos, el poder sobre la sexualidad, etc., es cierto que para poner en juego inmediatamente la oposición binaria, diciendo «los niños son como los proletarios, las mujeres, etc.», se fracasa rigurosamente en el mismo resultado, se termina con nada más que aberraciones históricas. Eso es básicamente lo que quiero decir.

 

Cuando usted dice en La voluntad de saber que hay que dejar de analizar las relaciones de poder en negativo, ¿a qué se refiere la palabra negativo si no se refiere a la dialéctica? ¿Es una crítica nietzscheana a la dialéctica? ¿Es un rechazo de lo negativo a la manera de Lyotard?

 

No, no me refiero a eso. Creo que hemos tenido dos grandes modelos para analizar la sociedad y las relaciones de fuerza dentro de una sociedad. El modelo jurídico, que consiste en decir esto: una sociedad se formó el día en que las personas renunciaron a una parte de sus derechos, a una parte de su libertad, a una parte de su violencia, y la transfirieron a un soberano, que les impuso una ley, que precisamente sancionaba todo lo que fuera una renuncia a esta renuncia, todo lo que fuera una infracción de la misma. Ésta es la teoría jurídica tradicional del poder. Hay otro análisis que se encuentra entre los historiadores, que es más bien lo que llamaré el modelo de la invasión. Hay básicamente un pueblo feliz, dueño y responsable de sí mismo, sobre el que los invasores vienen y caen como animales de presa, robando la tierra, tomando mujeres, imponiendo leyes, subyugando, y luego cazando y castigando cualquier voluntad de rebelión. En estos dos modelos, el modelo jurídico de la renuncia y el modelo histórico de la invasión, el poder consiste en impedir, en hacer que alguien haga algo, bien porque ha renunciado a ello por contrato, bien porque no quiere y tiene la fuerza y las armas para impedirlo: los esclavos, los siervos, los vencidos… Estas dos imágenes del poder no tienen en cuenta lo que realmente ocurre en las relaciones de poder que recorren un cuerpo social y que lo mantienen unido.

Yo diría a grandes rasgos: la pregunta que tanto se hace ahora, «¿cómo es que a uno le gusta el poder?», sólo tiene sentido si se asume que el poder es totalmente negativo, que el poder es algo que te dice que no. En ese caso, efectivamente, ¿cómo se puede soportar que te digan que no? La pregunta «¿cómo a uno le gusta el poder?» ya no se plantea cuando nos damos cuenta de que el poder es lo que nos atraviesa positivamente y nos hace hacer efectivamente algo, nos da realmente gratificaciones, nos atraviesa en toda una maquinaria productiva de la que somos el agente, el beneficiario, hasta cierto punto por supuesto. Eso es lo que quiero decir.

 

¿Usted cuestiona el hecho de que el poder sólo se basa en la represión?

 

Sí, que funciona únicamente con la represión, la renuncia y la prohibición. Estos dos modelos, el del contrato y el de la invasión, han sido curiosamente recuperados por el psicoanálisis. Es el modelo más o menos freudo-reichiano: el poder es lo que dice no, es el superego, es lo prohibido, es la represión, es la ley. Aquí es donde critico lo negativo.

 

¿Podemos hacerle una pregunta muy brusca y deliberadamente muy estúpida? ¿Y las palizas por parte de las Compañías Republicanas de Seguridad?

 

Bueno, sí, así que… (Risas). Pero tienen toda la razón.

 

Fue deliberadamente una provocación.

 

Pues bien, mi problema no es en absoluto decir: la represión no existe. Si quieren más adelante también podemos hablar de la miseria sexual que existe. La represión existe y lo hace a gran escala. Pero, ¿es políticamente correcto e históricamente exacto que el poder sólo se asuma en esta forma casi caricaturesca de represión? Yo diría que la represión es la forma terminal del poder. Es decir, el momento en el que se encuentra con ciertos límites, en el que tropieza, en el que no puede ir más allá y en el que reaparece la relación de fuerza en su desnuda brutalidad. En ese momento se arma. Pero en realidad, mucho antes de eso, mucho antes de esta etapa terminal, había toda una serie de mecanismos mucho más complejos, mucho más invasivos y que nos atraviesan de una manera mucho más sólida. Sabemos que cuando un poder utiliza la macana, es porque es muy débil, porque está al final de su cuerda. Literalmente, al final, es el extremo del poder. Es el caso límite.

No quiero decir que haya represión sólo en estos casos límite, pero me parece que los momentos represivos en el ejercicio del poder deben ser entendidos como momentos dentro de engranajes complicados donde se tiene algo más. Pero si se privilegian los momentos represivos, se tiene una imagen caricaturesca del poder que no tiene en cuenta este fenómeno del que todos debemos ser conscientes, desde el momento en que la revolución no se produce, es decir que el poder se mantiene.

 

Casi invirtió una fórmula muy conocida. Usted dijo: «el fusil es el extremo del poder» en lugar de «el poder es el extremo del fusil» (risas). [Frase de Mao Zedong más conocida en español como «el poder nace del fusil»].

 

Exactamente. No digo que esté siempre en el extremo del poder, sino que está más bien en el extremo del poder. En cualquier caso, es políticamente importante no captar siempre el poder por el «extremo del fusil», que es sólo uno de sus aspectos. Porque tienes todo tipo de congruencias entre el modelo jurídico, el modelo histórico, el modelo psicoanalítico para presentar al poder exactamente como Goethe hablaba de Mefisto, como el que siempre dice no.

 

Esto es lo que ya estaba diciendo en Vigilar y castigar, que no hay que tomar el poder como lo que se opone. ¿Qué queda en su trabajo, sin embargo, del discurso de lo prohibido, del no, del discurso del Estado?

 

No hay que identificar el discurso que dice no y el discurso del Estado. ¿Qué es lo que queda? En Vigilar y castigar, empezaba a pensar un poco así, pero no estaba lo suficientemente claro. Intenté mostrar cómo la organización del sistema penal y de la delincuencia, que es el otro aspecto, era una forma, al menos hasta cierto punto si se quiere, de decir que no; pero era una forma de redistribuir totalmente el funcionamiento de los ilegalismos. Y se podría decir que se tenía ahí un fenómeno de redistribución, de represión si se quiere, de formas de ilegalismos, pero todo el mecanismo disciplinario por el que conseguimos la supresión de un cierto número de ilegalismos no era simplemente una modalidad negativa de prohibición. Fue fijando a la gente, entrenando sus cuerpos, obteniendo de ellos y con ellos toda una serie de rendimientos económicos y políticos, que estos ilegalismos finalmente desaparecieron.

El aspecto de supresión, desaparición y bloqueo existe, pero no creo que deba privilegiarse como la esencia del poder. En el caso de la sexualidad, no quiero mostrar en absoluto que la sexualidad fuera libre. Lo digo a lo largo del asunto, no se trata de eso. Pero la modalidad de las relaciones de poder con el sexo, el cuerpo, el placer, no es esencialmente, fundamentalmente, primariamente negativa. En cualquier caso, los efectos de represión o de miseria sexual —prefiero la palabra miseria sexual— se inscriben en estos mecanismos tan positivos. Pondré un ejemplo. Es cierto que en el seno de la familia burguesa, que fue el propio modelo impuesto a toda la sociedad en el siglo XIX, se produjo una verdadera hipersexualización de las relaciones entre las personas, en particular entre padres e hijos. La sexualidad de los niños se convirtió en el problema de la familia; todo el mundo pensaba en ello, todo el mundo se ocupaba de ello. Se trata de un fenómeno de hipersexualización. No basta con decir que se ha reprimido la sexualidad infantil, o que se ha ocultado. No es cierto, es mucho más complicado que eso: se constituyó toda una familia incestuosa, toda una familia atravesada por gratificaciones sexuales, placeres sexuales, caricias, atenciones, miradas, complicidades. Esto no constituyó una liberación sino una cierta miseria sexual para los niños y adolescentes, y en cierta medida también para las familias. Así que el problema es replantear estos efectos de miseria, resituarlos a partir de los mecanismos positivos que los produjeron.

Para ser muy pretencioso, haré la siguiente comparación: básicamente, cuando Marx comenzó a hacer sus análisis, tenía a su alrededor un análisis socialista que esencialmente planteaba la cuestión de la pobreza y decía: «somos pobres, ¿cómo es que nosotros que producimos la riqueza somos pobres?». En otras palabras, la cuestión planteada era la del robo: «¿Cómo nos roban los patrones? ¿Cómo nos roba la burguesía?». Se trata de una pregunta negativa que los socialistas de la época no pudieron resolver porque respondieron a esta pregunta negativa con una respuesta negativa: «Eres pobre porque te roban». Marx invirtió esto diciendo: «Bueno, esta pobreza, esta pauperización, a la que asistimos, ¿está relacionada con qué?». Descubrió los formidables mecanismos positivos que estaban detrás de todo ello: los del capitalismo, los de la acumulación del capital, todos estos mecanismos positivos de la economía que era específica de la sociedad industrial que tenía ante sus ojos. Esto no significa que negara la pauperización, al contrario, le dio un lugar muy especial, pero pasó de un análisis de tipo negativo a un análisis de tipo positivo que pone los efectos negativos en su lugar. Una vez más, de forma muy pretenciosa, me gustaría hacer algo parecido. No hay que dejarse engañar por el fenómeno propiamente negativo de la miseria sexual. Existe, pero no basta con explicarlo, de forma un tanto tautológica, por la represión, decir que «si eres sexualmente miserable es porque estás reprimido», sino que detrás de esa miseria sexual, ¿cuál es la enorme mecánica positiva del poder que invade el cuerpo y produce los efectos?

 

Su trabajo consistiría, pues, en descalificar ciertas preguntas, pero no en devolverlas a la nada, sino en decir: éstas no son las únicas preguntas, sobre todo no son las preguntas fundamentales.

 

Pero, sobre todo, que no pensemos que nos estamos dando una respuesta cuando hemos dado una respuesta isomórfica a la pregunta formulada. Con la cuestión «somos infelices sexualmente», todos estamos de acuerdo, pero si respondemos tautológicamente diciendo «somos infelices porque estamos privados de sexualidad», entonces no creo que lleguemos a la verdadera pregunta y a la solución.

 

A partir de ahí, por otra parte, se plantea la cuestión de lo que significa poner en su sitio esta forma de poder inspirado desde arriba, y en particular lo que significa en términos de luchas y resistencias. ¿Cómo se pueden vincular y unificar los tipos de lucha? Y esto plantea la cuestión complementaria del lugar de Michel Foucault en estas luchas, y por tanto la cuestión de estas luchas y de su propia lucha. ¿Cómo puede Michel Foucault desenvolverse entre las grandes ciudadelas?

 

Se desenvuelve mal… (risas).

 

Volviendo a la cuestión de la historia con La arqueología del saber, ¿hubo una conexión con lo que estaba ocurriendo en el lado de la historia y las luchas que se estaban dando en torno a la cuestión de la verdad histórica? También era y es una cuestión de anudar las luchas con otras fuerzas. No sólo está la forma en que su trabajo se vincula con las luchas en el terreno histórico, sino también con el psicoanálisis, y esto plantea la cuestión de la concepción del poder y de la ley que usted le presta. Quizás no sea tan sencillo. Hay diferentes lugares en el psicoanálisis y lugares que se resisten a esta concepción. Tal vez, al igual que existe «el» marxismo, existe «el» psicoanálisis. En cualquier caso, nuestra presencia aquí atestigua que la cuestión del marxismo no está resuelta, y que el marxismo no existe desde hace mucho tiempo, que hay muchas sensibilidades. También cabría preguntarse por los posibles efectos de incomprensión que pueden derivarse de sus intervenciones, como demuestra el título del artículo de Politique hebdo, escrito bajo el título: «Une nouvelle vérité sur le sexe».

 

(Riendo a carcajadas) ¡Vaya! Entiendo por qué no me enviaron el número… Son muchas preguntas. Tal vez podríamos hablar de las propias luchas. Si aceptamos el modelo jurídico del poder del que hablábamos antes, o el modelo histórico de la invasión, la pregunta: «¿Cómo son posibles las luchas? ¿Cómo son posibles las resistencias?» es realmente un problema. Pero si se admite que el poder en una sociedad no es otra cosa que el conjunto de las relaciones de fuerza existentes, es obvio que, si se quiere, se tienen tantas resistencias como poderes. En otras palabras, no se puede disociar en absoluto el análisis de los mecanismos de poder del análisis de las resistencias que hacen necesaria tal o cual forma de poder, que dan al ejercicio del poder tal o cual forma en tal o cual momento. En otras palabras, el poder siempre se ejerce sobre una resistencia y una resistencia siempre se opone a un tipo de poder. Así que el problema es mucho más, creo, de la organización, de la coordinación táctica y de la integración estratégica de estos puntos de resistencia, al igual que en el otro lado, se tiene por parte de los que dominan —es decir, aquellos para los que la relación de fuerzas es favorable— el problema es la integración en grandes elementos tácticos y en estrategias coherentes de las ventajas que tienen. Los aparatos de Estado no son otra cosa que la cristalización en forma de instrumentos estables, institucionales y legalizados de un cierto número de relaciones de fuerza. La revolución, los movimientos revolucionarios, los partidos revolucionarios son la organización de estos puntos de resistencia, por lo que es muy normal que el problema estratégico de un partido revolucionario sea responder a la integración estratégica de la dominación de clase en un Estado. Por eso se dice a menudo, y no sólo por Jean-Marie Brohm, que para mí el Estado no existe. Pero no es así. Hay que entender que no se puede entender una relación social de fuerza desde el Estado, como si fuera el foco primitivo, sino que hay que entender el Estado como la cristalización institucional de una multiplicidad de relaciones de fuerza que pasan por la economía, fundamentalmente, pero que también pasan por toda una serie de instituciones, la familia, las relaciones sexuales, etc.

 

Lo que usted quiere decir es que el poder empieza desde abajo.

 

Si el poder es la lucha de clases o la forma que adopta la lucha de clases, entonces el poder tiene que ser devuelto a la lucha de clases. Eso es todo. Pero me temo que en muchos análisis se suele hacer lo contrario y se define la lucha de clases como una lucha por el poder. Habría que ver los textos de Marx, pero no creo que esté siendo radicalmente antimarxista al decir lo que digo.

 

Nunca hemos pensado que usted haga una máquina de guerra contra el marxismo.

 

No siento una obligación de fidelidad. Pero cuando uno ve los análisis concretos que hace Marx sobre 1848, Luis Napoleón, la Comuna, en los textos históricos más que en los textos teóricos, creo que sitúa bien los análisis del poder dentro de algo que es fundamentalmente la lucha de clases y que no hace de la lucha de clases una rivalidad por el poder. La rivalidad por el poder la analiza precisamente dentro de los diferentes grupos. Ninguno de los grandes comentaristas marxistas ha medido a Marx por el nivel de los análisis concretos que hizo de la situación. No lo hicieron por mil razones, pero principalmente porque Marx no dejaba de hacer predicciones falsas, se equivocaba mes tras mes. Y, sin embargo, produjo un análisis político e histórico que todavía puede considerarse verdadero, en todo caso mucho más verdadero que cualquier otro (risas).

 

Pero en cuanto a las prácticas políticas que esto induce, sus trabajos han influido o dado material a las revueltas, o a la inversa, las revueltas han alimentado sus trabajos. En cualquier caso, esto ha dado lugar a un cierto tipo de prácticas que han sido tratadas un poco rápidamente como «izquierdismo cultural», frente a la afirmación de la necesidad de un partido revolucionario, de una organización que ataque directamente el poder del Estado, que intente quebrarlo, etc. Ha habido diferentes grupos políticos sobre las prisiones en los que su trabajo podía aparecer, ha habido corrientes de la nueva izquierda que se reconocían en tu trabajo, ha habido entrevistas en periódicos que no esperábamos, como Actuel, y luego, sobre el tema de la sexualidad, de repente, parece que usted lleva el izquierdismo cultural en la dirección equivocada y que dice: «frente a todos los discursos que se han hecho sobre mí sobre el tema de “liberemos el sexo, los locos, los presos, etc.”, cuidado, no se trata de quién tiene el poder, el hombre sobre la mujer, los padres sobre los hijos, sino que se trata de mecanismos mucho más complejos». ¿No es su trabajo actual, en cierto modo, una especie de freno a lo que se ha llamado «izquierdismo cultural»?

 

Ésta es una pregunta muy importante… «Izquierdismo cultural», supongo que para ustedes la palabra es un poco peyorativa.

 

No necesariamente.

 

No lo voy a negar, pero sí diré que las organizaciones políticas, la mayoría de las que he conocido, tenían por delante un modelo de funcionamiento que era el partido político, el partido revolucionario tal y como se constituyó a finales del siglo XIX y a través de diversos avatares. Lo encuentras en la socialdemocracia, en los distintos Partidos Comunistas, en las organizaciones trotskistas también e incluso en las organizaciones anarquistas… Nunca se ha hecho la historia de los partidos y de las organizaciones de partidos, a pesar de que se trata de un fenómeno político de la máxima importancia, que nació a finales del siglo XIX. Creo que era necesario. Ahora bien, en estas prácticas políticas, tal y como las definían estas organizaciones, no podían faltar una serie de problemas. No podían faltar, en primer lugar, porque no se correspondían con los objetivos políticos inmediatos que estas organizaciones tenían en mente, y tampoco formaban parte del campo de objetos teóricos de los que hablábamos. En cuanto se habló de la huelga general a finales del siglo XIX y de nuevo a principios del XX, o de las últimas crisis del capitalismo, o de la constitución del capitalismo monopolista de Estado, el problema de los locos, de los hospitales psiquiátricos, de la medicina, de los delincuentes, de la sexualidad, no pudo intervenir.

Sólo podríamos plantear realmente estos problemas, y sólo podríamos hacernos oír, si los planteáramos radicalmente al margen de estas organizaciones e incluso diría que contra ellas. Contra ellas, no es que se tratara de luchar contra ellas con estos instrumentos, sino contra ellas, es decir, a pesar de los discursos que sostenían y de los objetivos que querían fijar. Así que, necesariamente: pequeños grupos que uno intentaba no modelar según el esquema de las organizaciones, es decir, cosas que siempre tenían un objetivo particular, un movimiento, una duración limitada… En cuanto se alcanzaba un objetivo, se disolvían y se intentaba volver a empezar en otro lugar, etc. Así que todo esto era necesario. ¿Es suficiente para la primera parte de la pregunta?

 

Eso es lo que me parece interesante en la historia del izquierdismo en Francia, desde el 1968, es decir, en la extrema izquierda, no creo que el movimiento de las mujeres, las prácticas políticas sobre los asilos o las cárceles, sobre todo este tipo de micropoderes sobre los que de hecho se había trazado una línea gigantesca por parte del movimiento obrero en general, que esto se hizo contra las organizaciones izquierdistas, o en todo caso se hizo al margen de las organizaciones izquierdistas, que luego retomaron este tipo de discurso. Lo vemos en la Ligue Communiste, e incluso tenemos problemas dentro de nuestras propias filas por ello. ¿No cree que este tipo de prácticas también están relacionadas con un cambio en el orden del discurso? Recuerdo una frase suya que decía, puedo estar caricaturizando: «Después de todo, ¿no es la teoría parte de lo que se condena, no es el discurso teórico parte de lo que se combate?». Esto fue en una entrevista con Actuel. ¿Cree usted que hay una solidaridad entre estas prácticas políticas más fragmentadas en relación con lo que se había definido como la apuesta exclusiva de la lucha, la toma del poder, es decir, el Estado, el aparato de Estado? ¿No es esto solidario con un cambio en el discurso? No quiero tratar de decir cuál es la posición de Michel Foucault en relación con el izquierdismo.

 

Sí, tenemos que llegar a eso y responder a la otra parte de su pregunta. Efectivamente, sobre ese punto, no recuerdo esa frase, pero ya veo por qué la dije. Creo que en ese momento estaba funcionando. En efecto, el discurso teórico sobre la política, sobre el marxismo, sobre la revolución, sobre la sociedad, fue durante muchos años, o en todo caso durante todo un período, y muy claramente entre 1965 y 1970, una cierta forma de negar el acceso a un cierto número de problemas que se consideraban hipoteóricos, e indignos de ser incluidos en el discurso de la teoría. Por lo tanto, estoy de acuerdo en que era necesario luchar contra el discurso teórico, e hice lo que pude para luchar contra este discurso teórico, no precisamente mediante una crítica del discurso teórico. No quería demostrar que fulano estaba equivocado, no me importaba y probablemente tenía razón, ése no era mi problema. Pero, en cualquier caso, en el campo en el que estamos, nunca es la demostración de una contradicción lo que silencia un discurso teórico, es su obsolescencia. Hacerlo obsoleto haciendo otra cosa. Eso es todo.

El segundo punto que han mencionado: «¿Se está tomando a mal el izquierdismo al que se le ha vinculado, o quiere marcar un freno?». No estoy de acuerdo con estas palabras. No me lo estoy tomando a mal, no es un freno, es más bien una incitación a la aceleración. La represión, por ejemplo, la noción de represión, el tema de la represión, no me gustaría encontrarlo realmente detestable y bastante malo, ya que es una palabra que he utilizado a menudo, y puedo decir que he operado con la represión (risas), con la idea de represión, en la Historia de la locura. He operado con la represión. Pero ahora sólo hay que fijarse en tres cosas.

En primer lugar, la facilidad con la que esta palabra se extiende por todas partes, en todos los círculos, en todos los medios de comunicación, aceptada por todos.  Giscard pronto nos dará un discurso sobre la represión y definirá el «liberalismo avanzado» como una sociedad antirrepresiva, es sólo cuestión de semanas (risas)… Esto significa que la palabra ha perdido las virtudes de distribución que tenía, ya no está delimitada. En segundo lugar, en el discurso que se maneja en la izquierda, creo que tiene efectos negativos, criticables, y en particular esa nostalgia, ese naturalismo que mencionaba antes. Quería decir tres razones, pero sólo se me ocurren dos. Estas dos razones me parecen suficientemente importantes, es decir, el atropello del pensamiento de izquierda y el uso por parte de cualquier pensamiento de estas palabras y de esta noción, estos dos inconvenientes muestran que, en el fondo, ha tenido su uso, que la herramienta está gastada.

Lo que me gustaría decir es que: «Bueno, ahora que la hemos utilizado, tenemos que romperla». Y luego multiplicar el análisis y decir: «¿Cuál era el objetivo de esta palabra represión?». Pues bien, mirémoslo: apuntábamos a un montón de cosas, que ahora tenemos que ver con mucha precisión y tenemos que darnos cuenta de que el núcleo de la represión no era como pensábamos, aunque en su momento fue suficiente para suponerlo, no tenía demasiados inconvenientes, no eran esos mecanismos puramente negativos, frustrantes, etc., es otra cosa, algo mucho más sutil. Por lo tanto, trasladar el análisis a un nivel más preciso, más sutil, liquidar esta noción que ya está desgastada y que tiene principalmente efectos negativos, e iniciar un análisis de otro tipo, a otro nivel, que no tendrá el efecto de ir hacia atrás. No se trata de decir: «Como la sexualidad no ha sido reprimida, al contrario, lo único que se ha hecho es expresarla, exigirla, basta de sexualidad, volvamos a un silencio decente sobre ella». No, no es eso en absoluto. Es para decir que esta sexualidad que tuvimos razón en denunciar durante cierto tiempo como reprimida, debemos ver que debemos superarla. De hecho, los discursos que se mantienen ahora sobre la sexualidad, ¿qué función tienen? Esencialmente tienen la función de decir a la gente: «Saben, todo lo que buscan en términos de placer, en términos de todo su deseo, es en realidad sólo del orden de la sexualidad, déjenos a nosotros, a los especialistas del sexo, les diremos la verdad de todo esto». Así que la sexualidad tiene que ser desbordada, a través de una reivindicación del cuerpo, del placer, de la alianza, de los vínculos, de las combinatorias, etc. Hay que desbordarla. En otras palabras, es un proceso de aceleración al que me gustaría dar vida en relación con el tema izquierdista de la represión y en absoluto un mecanismo de freno diciendo: «Hemos hablado demasiado de ello, volvamos a cosas más sabias». No sé si está muy claro.

 

¿Dar vida a una aceleración? Pero, ¿cómo puede Michel Foucault dar vida a algo? Esto plantea la cuestión del libro, del efecto de los libros. Son libros que se leen y que son libros esperados. Pero también son efectos de incomprensión, como se ha mencionado antes con el título de Politique hebdo. ¿Cómo funciona un libro?

 

Aquí mi respuesta sólo puede ser biográfica y subjetiva, y por tanto poco interesante. Es un problema que no he podido resolver, porque siempre me han pasado cosas extrañas (risas). Escribí Historia de la locura después de varios años de experiencia en hospitales psiquiátricos, pero en un momento en el que desconocía la existencia de la antipsiquiatría inglesa, que estaba surgiendo al mismo tiempo, por lo que el libro fue escrito realmente como un libro, sobre el fondo de una experiencia subjetiva que corre bajo el libro pero que no está directamente presente, y sin ningún vínculo con el proceso objetivo que se desarrollaba en ese momento y que yo desconocía. El libro comenzó a funcionar a partir de este efecto objetivo que no había inducido, y al que no estaba vinculado, cayó sobre él. Sé que tal vez sean de los que dicen «no es casualidad que…» (risas), a mí muchas veces me apetece decir «fue casualidad que…». También para la medicina había escrito un libro poco leído pero que funcionaba de la misma manera, es decir, al margen de cualquier relación con los problemas que plantea el ejercicio de la medicina. En el caso de las prisiones, era lo contrario: había hecho algunas cosas sobre las prisiones en la línea de lo que había hecho sobre la locura. Y entonces quise hacer un balance de eso, invertir la lección de una práctica en un libro de historia, pero tengo la impresión de que el libro llegó demasiado tarde, que quedó un poco inconcluso, no sé si tuvo los efectos que esperaba, no lo creo. En cuanto a la sexualidad, no lo sé en absoluto.

Todo esto es un problema muy importante el que ustedes plantean, porque es precisamente el estatuto del intelectual. ¿Qué es básicamente escribir un libro? En cierto sentido, no es nada, y luego no es del todo nada. Creo que estos libros, porque no fui el único en escribirlos, ni el primero, han jugado un papel en que personas que se creían excluidas por incapacidad, por no-dignidad si se quiere, por no-especialización en todo caso, de ciertas formas de análisis, y por lo tanto de reflexión política, se han dado cuenta de que, en el nivel mismo de su práctica, ocurrían cosas que tenían un sentido político, un sentido histórico. Así que creo que un enfermero en un hospital psiquiátrico estaba en contacto con algo que no era un saber médico del que estaba excluido y una locura a la que no pertenecía, pero que hacía algo que era socialmente significativo, políticamente denso, y que históricamente tenía su espesor, su función, y creo que tenía una cierta función liberadora para ellos y es «sin complejos» que ahora, a partir de su experiencia, cuestionan a los médicos, intervienen en un grupo político, etc. Así que creo que a este nivel, estos libros, que son un poco un punto de inflexión, son de cierta utilidad. Es decir, no desencadenan el movimiento, sino que dan acceso al discurso, o a la posibilidad del discurso, a un cierto número de personas que se creían excluidas del derecho a hablar, porque hasta ahora nunca se les había dado el derecho a hablar y nunca se había hablado de ellos, ni de lo que hacían ni de los objetos que manejaban. Y tener acceso al discurso es tener acceso, en una sociedad como la nuestra, a la acción y a la acción política.

 

¿No es la sexualidad más complicada que la locura o la prisión? Porque la sexualidad es un gran fenómeno cultural dividido, que no sólo concierne a los sexólogos, que no se limita a la explotación mediática de la sexualidad. Hemos visto nacer movimientos como el Front Homosexuel d’Action Revolutionnaire para la homosexualidad, como el Mouvement de Libération des Femmes para las mujeres, movimientos que quizás no han alcanzado todavía su máxima eficacia.

 

Así que aquí me gustaría ser absolutamente claro, y no lo fui en mi libro, porque pensé que sería evidente, pero ahora quiero ser claro. Lo que me llama la atención y me interesa de los movimientos feministas y homosexuales es precisamente que son movimientos en los que se ha utilizado la sexualidad, la especificidad sexual de las mujeres, su derecho a tener una sexualidad propia al margen de la de los hombres, y la sexualidad específica de los homosexuales. Pero ¿para qué? ¿Para que todo gire en torno a la sexualidad? No, en absoluto. Desde los movimientos feministas sólo se ha reivindicado la especificidad de la sexualidad femenina para decir que las mujeres son algo más que su sexo. Lo que también es interesante de los movimientos homosexuales es que partieron del hecho de que se tenía derecho a tener la sexualidad que se quisiera, de una manera u otra, pero para decir ¿qué? Pues bien, que la existencia homosexual no era, no se reducía en principio, en su ley como en su verdad, a tal o cual forma de prácticas sexuales, sino que se reivindicaba la posibilidad de relaciones interindividuales, de relaciones sociales, de formas de existencia, de opciones de vida, etc., que excedían infinitamente la sexualidad. Hay una dinámica en estos movimientos feministas y homosexuales, partiendo, si se quiere, de una base táctica que da o había dado el discurso de la sexualidad. Partieron de eso como base táctica para ir mucho más allá, para pedir mucho más y para explotar a un nivel mucho más general. Esto es muy claro en los círculos homosexuales californianos que conozco, donde la homosexualidad, en su caracterización sexual, es el punto de partida de toda una forma cultural y social de pertenencias, vínculos, afectos, vida grupal, apegos, etc., y finalmente se descubren placeres, cuerpos, relaciones físicas y otras no sexuales, metasexuales, parasexuales.

Es decir, hay una fuerza centrífuga en relación a la sexualidad que es muy clara en estos movimientos y lo interesante es ver que, precisamente por una falsa complicidad, la sexología intenta apoderarse de los movimientos feministas o de los movimientos homosexuales para su propio beneficio y decir: «Ah, pero estamos completamente de acuerdo con ustedes. Por supuesto que tienen derecho a su sexualidad, y tienen tal derecho que sólo son su sexualidad. Vengan a nosotros, a nosotros las mujeres, a nosotros los homosexuales, a nosotros los pervertidos. Sean libres, pero sean libres a condición de pasar por nosotros, ya que sólo deben su libertad a una especificidad sexual de la que nosotros tenemos la ley, por lo que su libertad tendrá como límite nuestra ley, la ley que nosotros le pondremos». Y así es como funciona la sexología reduciendo estos movimientos centrífugos a través de una reducción centrípeta o sexípeta, si se me permite decirlo (risas).

 

Ya que hablas de los movimientos feministas, recibimos un texto en el periódico de una mujer del movimiento de mujeres. Ella estaba preocupada por el pasaje de su libro en el que usted dice que el problema no es saber quién tiene el poder, si el hombre o la mujer, mientras que el problema de ella y el del movimiento de mujeres era, por el contrario, el tipo de poder que el hombre puede tener sobre la mujer y la manera de luchar contra este poder.

 

Cuando he dicho eso, era en un sentido muy preciso, era sobre la palabra «tener» sobre la que versaba la negación. Es decir, no creo que la cuestión se resuelva diciendo «los hombres han tomado el poder y las mujeres no tienen poder», etc. El poder no es una riqueza. Hay una metáfora económica constantemente presente en estos análisis. Habría una cierta cantidad de poder y luego el hombre se apropiaría de toda, dejando sólo bagatelas a la mujer y algunos pedacitos a los niños. El problema no es ése, el problema es: «En una familia, ¿cómo se ejerce el poder?». Está absolutamente claro que el polo «masculino», que el polo «padre», que el polo «marido», es el polo dominante, pero que ejerce su dominación a través de un cierto número de soportes, medios, etc. Y en particular el omnipoder, la omnipotencia que se le ha otorgado a la mujer sobre los niños durante los primeros años de su vida, es un hecho que no se puede discutir, lo que no significa que la mujer tenga poder, sino que ejerce todo el poder sobre los niños dentro de una constelación cuyo polo absolutamente dominante es el hombre. Hay que llegar a estos análisis relativamente complejos y finos, pero si se utiliza la metáfora de la posesión al analizar el ejercicio del poder, sólo se tienen relaciones cuantitativas que analizar: «¿Quién tiene más poder, el hombre o la mujer?». Esto es poco interesante, no da cuenta de los procesos.

 

Usted sustituye un «¿cuánto?» con un «¿cómo?».

 

Exactamente. El problema no es si el hombre tiene el poder y la mujer no, sino cómo fluye la corriente de poder del hombre a la mujer, de la mujer a los hijos, cuáles son las diferencias de potencial que permiten el funcionamiento del poder.

 

Pero esto requeriría un trabajo que iría más allá de la historia en el sentido en que usted la ve. Los trabajos de Lévi-Strauss mostraron en el pasado cómo, a través de los sistemas de parentesco, se desplazaban las relaciones de poder, si no en tal o cual configuración o grupo social, al menos en las figuras que estas relaciones de poder podían adoptar.

 

Sí, en la medida en que Lévi-Strauss hizo un análisis esencialmente relacional, puedo decir que lo que yo también quiero hacer sobre el poder es un análisis de tipo relacional, y no un análisis en términos de posesión. Esto me parece una especie de obviedad. Es muy difícil de analizar. Soy muy consciente de que estoy muy lejos de tener los instrumentos para analizar una cuestión relacional, pero que es una cuestión relacional, que hay un poder que no es como una masa que se reparte como un pastel, eso es obvio en cuanto lo piensas por un momento. Esto implica análisis que no soy capaz de hacer, espero que se hagan después de mí (risas).

 

De forma análoga a la pregunta que hicimos antes sobre los movimientos de reivindicaciones sexuales, ¿no se da el mismo fenómeno en el psicoanálisis? Aparentemente la cuestión sexual es central en él, pero va más allá de ese nivel, y tiene una dimensión cultural.

 

Por supuesto. Yo diría que el golpe de genio de Freud no fue al final haber descubierto que la verdad del inconsciente es la sexualidad, es todo lo contrario. Él partió de una problemática de la sexualidad que ya había sido abordada bastante, iniciada en su época, y finalmente fue hacia otra cosa, porque el inconsciente es mucho más que la sexualidad, es mucho más que el sexo. Así que con Lacan, es obvio, no hay duda en absoluto. No soy lacaniano ni antilacaniano, pero este desbordamiento se encuentra exactamente así en el psicoanálisis. Sin embargo, se siente bastante que hay una especie de psicoanálisis imbebible que es el de la sexualización perpetua, y luego está el psicoanálisis que hace una ruptura en relación con la sexualidad y que busca otra cosa, no sé qué, pero que atraviesa la sexualidad y se acelera habiendo dejado la sexualidad.

 

Lo que le atribuye a Freud al final de La voluntad de saber es haber disipado o destruido la hipótesis fisiológica sobre el sexo. Me parece un poco reduccionista ver a Freud así, y lo que usted acaba de decir no lo dice. Eso es lo que me molestó del libro. Por otro lado, usted concluye diciendo que es hora de que los psicoanalistas descubran su propia historia. ¿Acaso no tiene usted la tendencia a reducir lo que hizo Freud?

 

Me gustaría que no fuera así. No suelo entrar en polémicas y no discuto sobre lo que hace la gente.

 

Pero Freud, no es la gente… (Risas).

 

Sí, el hecho es que tenemos objetivos, etc. Hay una cosa contra la que el libro fue escrito. Lo que quiero hacer es una especie de genealogía del psicoanálisis en la medida en que el psicoanálisis es el discurso dominante sobre la sexualidad. Ahora hay una especie de sacralización del psicoanálisis entre ciertos psicoanalistas que tiende a mostrar que sólo un analista puede hacer la historia del psicoanálisis, y que el psicoanálisis es absolutamente inconmensurable con todo lo demás, que marca una ruptura con todo lo demás, con la psiquiatría, etc. Así que he querido, de forma un poco provocadora, pero probablemente imprudente por ser una especie de libro-programa, mostrar que el psicoanálisis aparecía como una figura perfectamente comprensible en la historia del saber psiquiátrico y neurológico de la época y que, en particular, era la figura opuesta a la teoría de la degeneración que dominaba por completo la psiquiatría, la neurología, la psiquiatría criminal, la criminología, etc. Freud, médico judío, no tuvo en cuenta esto, salió de una problemática que era común a los franceses, ingleses y alemanes de la época, y muchos elementos del psicoanálisis pueden entenderse como elementos alternativos en relación con la teoría de la degeneración.  Así que insistí un poco en esto, se puede hacer una genealogía muy positiva y muy histórica del psicoanálisis sin decir nada malo de él (risas). Tal vez no destaqué lo suficiente que el psicoanálisis es mucho más que eso, pero puede entenderse como una reversión de la degeneración.

 

Usted distingue de hecho dos tipos de hipótesis: la de la censura y la de la ley constitutiva del deseo. En ciertas corrientes del psicoanálisis, por ejemplo, más bien lo que ocurre en la Escuela freudiana de París o en el Quatrième Groupe, y no en las corrientes más medicalizadas y psicologizantes de la asociación internacional, me parece que lo que ocurre ya no responde a esta concepción de la ley constitutiva del deseo, ni a la hipótesis represiva. Estaba pensando en todas las conexiones del lado de la cultura. Estaba pensando, por ejemplo, en un libro de Pierre Legendre, que quizá haya leído (L’amour du censeur), que parece encajar bastante bien con lo que usted hace, y que va más allá de una simple sexualización y, sobre todo, no cae en su crítica.

 

Pues déjenme decirles. No me propongo criticar a fulano. No lo hago simplemente porque no tengo tiempo. Les diré una cosa: para hacer una buena crítica, hay que tener los medios para hacerlo, conocer los textos con exactitud, recorrerlos en todas las direcciones, etc. Y creo por otra parte que estas modalidades de análisis crítico han absorbido la energía de la mayoría de los intelectuales franceses durante años y años.

 

La crítica crítica…

 

Sí, la crítica crítica de la crítica. Esta referencia perpetua de un libro a otro que lleva a un juego de espejos, a un rodeo de caballos de madera, no me interesa. Si uno quiere introducir cosas relativamente nuevas, cambiar un poco la escena, no debe meterse en estas cosas. Así que, básicamente, sólo abordo proposiciones y sus posibles efectos en un posible discurso. Por supuesto, estas proposiciones no son ficticias, a menudo han sido sostenidas por alguien. No las invento absolutamente, y desgraciadamente, demasiado a menudo tengo en mente tal o cual texto para que la gente a veces se reconozca y diga: «Eso es injusto, no es lo que he dicho». De hecho, de nuevo, no quiero meterme con nadie. Sólo sé que una proposición como «la ley es constitutiva del deseo» funciona de forma limitada o, por el contrario, de forma muy general. Ustedes decidirán.

Ahora bien, esta proposición con su serie de efectos, cuando tratamos de analizarla, ¿qué supone si no es esta concepción jurídica y negativa del poder? En consecuencia, no creo que esta proposición pueda utilizarse sin que se pague de una u otra manera, aunque sus efectos en este o aquel libro sean relativamente limitados, o si estos efectos se ven contrarrestados por otra cosa. Así que el libro de Legendre me fascinó. Creo que es un libro estupendo e importante, y no quiero preguntarme si cae bajo esta o aquella crítica. No lo he criticado. Pero simplemente sé que he encontrado esta proposición en su libro y que la he encontrado en otros. Lo digo de la manera más abierta y amistosa posible: «Cuidado con esta proposición». Si la usas sin precaución, si la sigues en sus efectos, ¿qué lleva consigo? Creo que lleva consigo esta concepción negativa y jurídica del poder, y que la encontramos de lleno, y en una especie de estado frustrado e ingenuo, en la concepción de la represión. Así que si queremos desprendernos de la problemática de la represión, no basta con decir que la ley es constitutiva del deseo. Esto es lo que estoy diciendo. No es la crítica de fulano. Que yo recuerde, hay toda una serie de cosas considerables en el libro de Legendre con las que me siento de acuerdo, pero nunca es un libro o una persona de lo que yo hablo, sino del efecto virtual de una proposición.

 

Hay un problema con el estatus de los textos que está atacando. Suelen ser textos menores. Pero usted podría atacar textos más reconocidos, haciéndolos funcionar como textos menores, como el texto victoriano… Siempre encuentra textos exóticos. (risas)

 

Precisamente, no me dedico a la historia de los textos, y se me puede decir: «Usted no hizo una descripción adecuada de la obra de Buffon o lo que dicen de Charcot, que no tiene en cuenta esto o aquello». Pero no se trata de eso. Es una familia de proposiciones, un engranaje de enunciados entre sí. Ciertamente, estos enunciados se encuentran en su forma más pura e ingenua en textos relativamente menores, no en las grandes obras donde están atrapados en arquitecturas, en medio de correcciones, con refuerzos, arcos, etc., que neutralizan sus efectos o enmascaran su rusticidad (risas). En los textos menores, se ve, toca la genealogía de todas las consecuencias desastrosas (risas).

 

Podría, por ejemplo, haber hablado de Sade, del texto de Sade, del efecto Sade.

 

Yo no analizo realmente el pensamiento, un sistema de representación. Tomo los textos en el lugar en el que operan, ya sea en las instituciones o en los programas, en las decisiones o en las prácticas. Así que, en este sentido, un programa de construcción de una cárcel o el reglamento de un hospital me parecen mucho más importantes que Sade. ¡Para mí, Sade no existe!

 

Pero su victoriano… He olvidado su nombre… (risas).

 

Siempre hay un poco de coquetería. Sade es un personaje fuera de lo común, cuyo destino fue extraordinario, mientras que el victoriano se limitaba a seguir una vieja tradición de los burgueses protestantes del siglo XVII, que llevaban su libro de razones y cada día contaban los beneficios que habían obtenido en sus negocios, a quién habían conocido, con quién habían jugado a las cartas, si habían hecho el amor con sus mujeres, etc. Una especie de práctica tradicional.

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La peligrosa trampa de la despatologización

Por: Candela Aguilar

Uno de los argumentos que con más fuerza suenan en los colectivos transactivistas para defender la aprobación de la nueva ley conocida comúnmente como Ley Trans es la despatologización. Pero, detrás de este argumento se esconde una trampa, porque ¿qué es la despatologización de la salud mental? ¿Para qué ha de servirnos? ¿Qué defiende y qué no?

El argumento de la despatologización ha servido para que muchos colectivos de activismo por la salud mental se hagan eco de las reivindicaciones transactivistas y las incorporen a su propia agenda de una manera acrítica.

Por despatologización no entendemos desatención sino todo lo contrario. Ser capaces de dar un enfoque más allá del biomédico y entender que detrás de cualquier sufrimiento psicológico se esconden múltiples causas que pueden actuar como factores de riesgo o de protección, y es necesario tenerlos en cuenta no sólo a la hora de establecer un diagnóstico, sino también a la hora de proponer posibles soluciones. Cualquier problema de salud, ya sea física o psicológica, ha de ser entendido y atendido desde diferentes perspectivas; social, familiar, ambiental… solo así podremos llegar al origen del problema, detectarlo y ofrecer una solución que realmente pueda llegar a ser eficaz.

Por despatologización entendemos que la respuesta no solo puede ser médica, hay que ir más allá y ver qué es lo que realmente causa el malestar; ir al origen, a la raíz, porque sólo así podremos empezar a poner luz a aquello que nos causa sufrimiento psicológico. Como digo, la respuesta no puede ser solo médica, y más aún si esta respuesta se basa en la administración de fármacos, porque esto cronifica y ya tenemos un sistema de salud mental cronificante y estigmatizante.

Porque ese es otro de los problemas por los que el argumento de la despatologización está pegando tan fuerte, sobre todo en los colectivos de activismo por la salud mental. El autoestigma que se sufre cuando una persona recibe un diagnóstico y el estigma del propio sistema de salud mental. Si tenemos en cuenta estos dos factores, ¿quién quiere tener un diagnóstico y entrar dentro del circuito? Nadie. En esta sociedad un diagnóstico en salud mental, en muchas ocasiones, es sentido como una sentencia. No es algo esperanzador, ni que te ayuda a entender las razones del malestar y a buscar soluciones. Es una excusa para medicalizar, acallar e infantilizador a las personas. Incluso en ocasiones sirve para encerrar en contra de la propia voluntad, sobremedicalizar o medicalizar sin consentimiento, atar, esterilizar… Es decir, violar sistemáticamente los derechos de las personas, entonces, ¿quién querría eso?

Pero una cosa es ser crítica con el sistema de salud mental y otra negar que los problemas psicológicos existen y que las personas afectadas necesitan ayuda. Nadie puede negar, por poner un ejemplo, que la esquizofrenia existe, porque negarlo sería negar una evidencia. Ahora bien, lo que no podemos es negar que no conocemos las causas que la provocan y que muchas veces condicionantes ambientales, sociales o familiares pueden actuar como desencadenantes. Tampoco podemos negar que cuando una persona tiene un brote y está desequilibrada sufre y que necesita ayuda para superarlo y poder llevar una vida plena y satisfactoria. No podemos negar, tampoco, que la ayuda que se ofrece hasta ahora; medicación, internamientos, incapacitación… solo sirven para cronificar y aislar aún más a las personas afectadas, privándolas incluso de la capacidad de trabajar que tan beneficiosa es para las personas con diagnóstico en salud mental.

Una de las demandas que más fuerte suenan en las personas activistas con experiencia propia en salud mental es la necesidad de un acompañamiento terapéutico que vaya más allá de la administración de fármacos, un espacio de escucha, ayuda y reflexión que permita a la persona conocer las razones que causan el sufrimiento. También es necesario explotar las propias potencialidades para ser capaz de autoregularse y autoexplorarse, ¿quién mejor que una misma para entenderse y ayudarse? Pero para ello es necesario el acompañamiento profesional.

Bien, si tenemos en cuenta todo esto, ¿qué tiene que ver con la despatologización que nos vende el transactivismo? Nada, es más, es muy peligrosa ya que abandona a los individuos a su suerte y propone una respuesta biomédica profundamente cronificante, estigmatizante y patologizadora. Todos los adjetivos con los que se pretende acabar en el activismo por la salud mental.

No pretende crear espacios de escucha y reflexión críticos, sino afianzar la idea de las y los menores de que «están en un cuerpo equivocado» y medicalizar de por vida. Lo contrario serán “terapias de conversión” que pueden ser incluso tipificadas como delito. No se busca analizar las causas y las razones del sufrimiento que provocan los estereotipos de género e incluso otros problemas de salud mental, que son tapados con el argumento del cuerpo equivocado, no se acompaña a estos menores en el largo y tortuoso camino que es conocerse a una misma en la adolescencia.

El transactivismo nos está vendiendo una idea muy peligrosa por despatologización, que supone que cualquier persona puede autodiagnosticarse y automedicarse, es más, puede acceder a operaciones de modificación corporal que incluye la amputación de miembros sanos.

El transactivismo nos está vendiendo una idea muy peligrosa por despatologización, que supone que cualquier persona puede autodiagnosticarse y automedicarse, es más, puede acceder a operaciones de modificación corporal que incluye la amputación de miembros sanos. Es decir, no negamos la existencia del malestar pero dejamos a los menores profundamente vulnerables que se diagnostiquen y mediquen sin que haya un acompañamiento profesional. Los empujamos a unos tratamientos médicos que les van a acompañar de por vida con las consecuencias que tendrá para su salud en el futuro. Les inducimos a creer que están en un cuerpo equivocado, pero que la medicina tiene la solución y que esta solución acabará con todo su dolor. Les afianzamos el odio hacia su cuerpo a la vez que apuntalamos los estereotipos de género, esos que precisamente les provocan sufrimiento. ¿Y esto es despatologizar? No, es dejar que las teorías machistas y liberales que se amparan bajo el paraguas Queer inunden el ámbito de la salud mental, jueguen con la salud de las futuras generaciones y dejen al lobby farmacéutico campar a sus anchas, todo lo contrario de lo que nos venden a primera vista. Pero de esto, como de todo, tenemos que dudar y cuestionarlo y el hecho de que no nos dejen ya debería ponernos en sobre aviso. Yo, queridas, pienso seguir vigilando con el ojo crítico bien abierto aunque lo que pretendan sea justamente lo contrario.

Fuente de la información e imagen: https://tribunafeminista.org
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Cómo cuidar la salud mental del estudiantado con tecnología

Por: Nohemí Vilchis

La tecnología educativa ofrece recursos para atender la salud mental dentro del aula, los docentes pueden ayudar a identificar emociones, gestionarlas y priorizar el bienestar.

Mientras la educación se concentra en poner al centro a los estudiantes, el enfoque en su bienestar se agudiza. Cada estudiante lidia con diferentes escenarios personales como problemas familiares, dificultades económicas, sentimientos de aislamiento, presión social, ansiedad o estrés por el estudio. En ocasiones, son los docentes quienes ayudan a sus estudiantes a expresar sus emociones más complejas creando un ambiente de seguridad, a fin de que puedan procesarlas y entenderlas. La tecnología educativa puede abrir espacios que faciliten estos avances para que los estudiantes continúen aprendiendo sin restarle importancia a su salud.

El aprendizaje socioemocional (SEL, por sus siglas en inglés) consiste en orientar al estudiantado aplicando un conjunto de habilidades sociales, emocionales, actitudes y comportamientos con la meta de tener éxito en su formación. Este proceso desarrolla competencias de autoconocimiento vitales para su trayectoria de vida. Cada estudiante responde de manera única en un ambiente de enseñanza, por lo que comprender el estado de cada uno permite construir relaciones interpersonales más sólidas. Una forma de incorporar el SEL dentro del aula es recurrir a recursos tecnológicos educativos para el aprendizaje.

¿Qué apoyo brinda la tecnología educativa?

El Banco Mundial declara que la EdTech (del inglés educational technology) o tecnología educativa, enriquece la enseñanza al mejorar la gestión y entrega de la educación, además tiene la capacidad de crear nuevas conexiones humanas entre el profesorado, estudiantado, tutores y comunidades. Las iniciativas que utilicen tecnología educativa deben contar con cinco principios que maximizan la participación: tener un propósito claro y objetivos, llegar a todo el estudiantado, empoderar a docentes, involucrar un sistema de socios y usar datos para consolidar estrategias, políticas y programas efectivamente.

Por lo general, para cuidar la salud mental, las instituciones educativas optarán por contratar un paquete SEL. Sin embargo, antes que nada es necesario asegurarse de identificar las necesidades de sus estudiantes. La maestra Alice Domínguez, de la escuela secundaria católica Mater Dei en Chula Vista, California, expone el ejemplo de sus estudiantes al comentar que adquirir estos recursos generaron mayor agobio por cumplir con lo estipulado, cuando primero era esencial abordar las conversaciones importantes, aquellas que alivian un poco la carga y ejercicios que ayudan a lidiar con ella. La profesora invita a valorar primero qué funciona para cada plan de estudios y sobre todo para los estudiantes que se forman con él. A veces sólo se necesitan tomar metodologías que respondan a la particularidad de cada caso.

Para quienes detecten que su currícula sí debe incorporar el uso de ciertas aplicaciones en específico, existen varias opciones hoy en día en el mercado.

¿Qué se está haciendo en Latinoamérica?

Algunas de las opciones de EdTech que cuidan de la salud mental de estudiantes en América Latina pueden utilizarse a través de la descarga de aplicaciones o dentro de sitios web. Actualmente se han creado herramientas que incluyen:

  • La aplicación móvil Cuida tu ánimo, fue desarrollada en Chile con la intención de fomentar el acceso a herramientas para la prevención e intervención oportuna de depresión y riesgo de suicidio en estudiantes de 15 a 29 años, tras los efectos de la pandemia. La iniciativa es liderada por la doctora Vania Martínez, directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, Imhay. El acceso es gratuito, mediante un cuestionario se evalúan los síntomas del usuario, con base en sus respuestas se le dirige a un programa diseñado para lidiar con su sintomatología.

  • La aplicación web YOLO, derivado de Yóllotl que significa corazón en nahuátl, fue creada por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) y el Departamento de Informática Biomédica (DIB) de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este asistente emocional virtual ayuda a determinar sintomatología depresiva y ansiosa, o a estudiantes en una situación de riesgo, otorga psicoeducación de salud mental y brinda estrategias para regular las emociones. A través de seis módulos, la comunidad estudiantil de seis licenciaturas de pregrado y de las especializaciones médicas del posgrado de la institución podrán atender su salud mental.

  • La aplicación móvil multiplataforma Cuidándome, de la Universidad en Talca, Chile, permite a las personas aprender a manejar sus estados de ánimo, mediante prácticas y ejercicios, así como realizar una evaluación de sus malestares con un cuestionario. La plataforma está diseñada sobre todo para la población con algunos síntomas de tipo depresivo o ansioso pero que sin el diagnóstico no tienen cobertura, de esta manera, podrán gestionar lo que les sucede, sin intensificar los síntomas o desencadenar una patología de salud mental.

  • La aplicación móvil con inteligencia artificial Human Place, desarrollada por investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) de Chile, educa, monitorea y ayuda a reflexionar sobre hábitos que influyen en la calidad de vida de las personas. La plataforma de autoconocimiento está creada para su uso en la mañana y en la noche, con prácticas de meditación y planificación que calman la mente de forma matutina y promueven la gratitud y el sueño reparador de manera nocturna. El asistente cognitivo puede sugerir alternativas a fin de que las personas reciban ayuda y/o decidan tratarse con el personal de salud que le corresponda.

  • La aplicación móvil SoyBienestar, del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (IBERO), permite a los usuarios autogestionar y mejorar su salud mental. Al preguntar sobre el estado de ánimo, fijar objetivos y ayudar con las emociones diarias, la app brinda rutas estratégicas hacia el bienestar emocional. La doctora Angélica Ojeda García, responsable del proyecto, indicó que es un recurso para que las personas reaprendan y busquen modificar algunos hábitos de forma consciente.

  • La aplicación VS Beat Your Thoughts, fue creada por cuatro estudiantes de Prepa Tec Ciudad de México. La plataforma enfocada al cuidado de la salud mental, específicamente para depresión y ansiedad, presenta una guía avalada por profesionales, con ejercicios que conducen a la calma o en su caso cuenta con el contacto para localizar a un especialista para el manejo de crisis.

La investigación “Aplicaciones móviles en salud mental: percepción y perspectivas en Argentina” arrojó que la población del país estaría dispuesta a incorporar nuevas tecnologías a los tratamientos psicoterapéuticos. Además se concluyó que estos recursos podrían servir como una opción accesible en distintos lugares geográficos, incluso de menor nivel educativo o ser útiles en centros de salud.

¿Qué pueden hacer las instituciones educativas?

Existen distintas formas en que las escuelas y profesores pueden apoyar a los estudiantes y fomentar el cuidado de la salud mental, algunas estrategias incluyen diseñar un programa de estudios que incorpore el tema de manera multidisciplinaria e incluyente. La psicoeducación consta de difundir información sobre estilos de vida saludables, reacciones emocionales y signos de alarma, y es relevante para que el alumnado conozca y afronte sus emociones. También se recomienda el apoyo por medio de grupos o pares como estrategia que no sólo involucre el ámbito académico, sino que impulse un respaldo de quien pueda poner atención a otros síntomas. Sensibilizar y evitar caer en la estigmatización dentro del aula contribuye a promover la empatía.

Los recursos implementados con mayor frecuencia a raíz de la pandemia como las líneas de atención psicológica, asistencia para emergencias y la ayuda presencial, son indispensables. Igualmente, es importante utilizar plataformas que tengan controles de bienestar en línea.

Las instituciones educativas que muestran un enfoque en el bienestar estimulan la motivación y autoconfianza de los estudiantes, generan un sentido de pertenencia y alientan el nivel de compromiso, incluso aumenta el índice de rendimiento académico, retención y las tasas de graduación.

Entonces es necesario priorizar la salud mental y descubrir qué herramientas van de acuerdo con el estudiantado y aportan un valor agregado a sus vidas. Por supuesto tomando en cuenta que las aplicaciones seleccionadas tengan una protección adecuada de datos personales, con el despliegue de información sobre cómo pueden llegar a disponer las compañías de los datos y el consentimiento necesario de los usuarios. La diversidad de opciones disponibles y su versatilidad de uso, así como el nacimiento de nuevos instrumentos y metodologías, proporcionará espacios más conscientes y enfoques más humanos. ¿Qué tecnologías educativas utilizas para inspirar el cuidado de la salud mental en tus estudiantes?

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx
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La peor nostalgia

Por: Manuel Gil Antón

Es necesario evitar que se entronice la idea de rescatar al ser humano antiguo, bueno por naturaleza y habitante de sociedades idílicas

No sería la primera vez que la poesía echase más luz a un proceso social que algunas teorías. Dice el cantautor que “No hay nostalgia peor/ que añorar lo que nunca jamás sucedió”. El verso es impecable e implacable.

Subyace a la estructura del nuevo modelo curricular un riesgo, y no menor: el supuesto de que lo sucedido con la colonización fue la destrucción de un pasado, de tal modo concebido, que resulta inexistente.

No es posible negar, de ninguna manera, que en los procesos de colonización se impuso, de forma a la vez violenta y sofisticada (el sincretismo sesgado como conquista ideológica) una visión del mundo y formas de organización social que destruyeron, o asimilaron a su conveniencia, las propias de las sociedades sometidas al poder de quienes, por la vía de la espada y la cruz, las arrasaron. Los crímenes y el ejercicio brutal de la violencia, así como modalidades de hibridación favorables a los invasores y su cosmovisión, basada en la racionalidad occidental como sustento de una pretendida forma superior de civilización, es una realidad histórica ineludible.

Los autores de la perspectiva que se ha dado en (mal) llamar “decolonial” (contamos en nuestro idioma con el término descolonizar) consideran que esos procesos forman parte del enraizamiento primario de la implantación de la dominación capitalista posterior.

Se puede acordar o discrepar del análisis que emprenden —eso es lógico frente a toda interpretación del devenir que aspire a tener fundamentos empíricos que la sostengan— pero el peligro al que aludo es postular (o suponer que), por ello, las anteriores formaciones sociales eran perfectas, cuasi celestiales: equitativas, sin desigualdad ni procesos de subordinación de unos grupos sobre otros, colaborativas y carentes de violencia e, incluso, con una organización productiva en perfecta armonía con la naturaleza.

¿Eran distintas? Sí. ¿Fueron destruidas de manera injusta, y modificadas unilateralmente por los colonizadores con base en el ejercicio de la fuerza y la ambición? Sí. ¿Es este un hecho inobjetable y es importante reconocerlo como parte de la explicación de nuestra historia y el impacto que tiene hasta el presente? Sí. ¿Eran formas de organización social ausentes de dominación, sometimiento, estratificación y violencia? No, y esta parte no puede ser escamoteada por una idea del pasado que sea la base de un proyecto educativo, so pena de inventar un espejismo del que derivan errores graves.

Entre ellos: la idea de un “hombre bueno”, a la que se pueden sumar la tendencia que asume, de forma acrítica, la bondad intrínseca de las formas de organización de las comunidades originarias, e incluso a la afirmación de la existencia de un pueblo sabio que, en su caso, cuando yerra lo hace por el impacto de las consecuencias de la colonización, el capitalismo o el adjetivo, no el análisis serio, del proyecto neoliberal.

Es necesario evitar que, frente al fracaso en la construcción del “hombre nuevo” o sus inmensas dificultades, se entronice la idea de rescatar al ser humano antiguo, bueno por naturaleza y habitante de sociedades idílicas. Sería una manera de cultivar la peor nostalgia: la que añora algo que no sucedió y, peor, que aún existe. La pedagogía crítica tiene que hacerse cargo de este problema, so pena de incumplir con el adjetivo que la califica como tal. Es parte de su raíz y sentido hacerlo.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.
mgil@colmex.mx / @ManuelGilAnton

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Marxismo abierto y decolonialidad

Por: Luis Bonilla-Molina[1]

  1. El debate

Asumimos la perspectiva decolonial a partir de los trabajos de Quijano (1930-2018), especialmente El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina (1974), José Carlos Mariátegui: reencuentro y debate (1979) Poder y Democracia en el Socialismo (1981), El trabajo a finales del siglo XX (2003), entre otros, cuya línea de pensamiento siempre fue trabajar desde América Latina la disputa entre capital y trabajo, a favor de los explotados y contra la burguesías, así como su crítica implacable a la idea del partido revolucionario burocratizado que subalterniza las otras formas de organización de la clase trabajadora. Es decir, una decolonialidad de carácter anticapitalista, que no se escondió en eufemismos para pensar la idea del socialismo, eso si un socialismo no burocrático. Quijano hablo de decolonialidad cuando era impensable que se convirtiera en una moda, que en muchos casos obvia los aportes del intelectual peruano.

Ciertamente el discurso descolonial ocupa hoy una parte importante del trabajo intelectual, sacudiendo los cimientos de muchas verdades fosilizadas, posibilitando aperturas epistémicas. Sin embargo, preocupa el énfasis, las tildes y el carácter pro-normativo de algunos de sus exponentes que limitan el diálogo con otras corrientes de pensamiento, operando este fenómeno como una negación de su propia esencia. En una perspectiva dialéctica nos resultan de mucho más interés, los diálogos plurales que puedan generarse a partir de las provocaciones descoloniales con mirada incluyente.

Pero la motivación de estas pequeñas y dispersas notas no es académica, sino política. Algunos discursos descoloniales están permeando las narrativas de la nueva socialdemocracia latinoamericana, que bajo el rótulo de progresismos está hoy más concentrada en una agenda de conciliación de clases que en una revolución que implique un cambio radical. En ese sentido, cualquier discurso que, atacando al marxismo y la lucha de clases, hable de “lo propio”, les resulta atractivo para seguir manteniendo el aire comunicacional de revolucionarios. Para este sector político la aproximación a la decolonialidad no es esfuerzo para reinventar-se en la lucha contra el capital, el imperialismo, las naciones imperialistas ni las burguesías, sino que sirve de aliento para la pulsión de fuga, respecto a definiciones concretas en el terreno de la lucha de clases, especialmente del socialismo. Las narrativas decoloniales que sin negarla obvian la lucha de clases, allanan el camino para la adaptación política del buen salvaje al buen revolucionario. En ese sentido, algunas “decolonialidades” corren el riesgo de operar más como un dispositivo ideológico reproductor del sistema mundo capitalista, que frena el cambio radical, que, como un punto de partida para pensar el poder y la política desde abajo, desde el terreno de los sin nadie, de los condenados de la tierra.

La decolonialidad desde Quijano siempre tiene lugar de enunciación en las fábricas, el campo, los sectores marginales y contra todo tipo de poder, incluso contra las opresiones que se pretenden presentar como de “socialismo real”, real politik. Quijano no dudo en criticar a los instalados en el poder, a las nomenclaturas partidarias cuando sus prácticas no abrían camino al poder en manos de la propia clase. El pensamiento decolonial de Quijano consideraría un insulto a la inteligencia y la lucha de los pueblos hablar de “burguesía revolucionaria”, algo ante lo cual la decolonialidad socialdemócrata se hace de la vista gorda. Ahí esa variante del discurso descolonial pasa de ser un asunto para convertirse en un problema para el cambio radical, un problema para la lucha de clases desde una perspectiva de la clase trabajadora.

  • El marxismo como narrativa de los explotados y desheredados

Marx fue un hombre de su tiempo histórico quien construyó un horizonte teórico y político radical a partir de su relación con la clase obrera industrial organizada, vista como continuidad de la lucha de clases, pero también tomando partido en las posiciones filosóficas que influían en las posibilidades de organización del mundo del trabajo.

La tarea de Marx fue tremendamente descolonial en cuanto posibilitó romper con la idea y cultura que la burguesía intentaba colocar en las mentes y vida material de la clase obrera, que ubicaba a los ricos como la única clase social capaz de garantizar el bienestar de la sociedad. Las teorías del valor, el develamiento de la plusvalía, el análisis del carácter de clase del Estado, la lucha de clases, la emancipación y la superación de la alienación son estudios decoloniales.

El socialismo no es un credo sagrado, sino un pensamiento del tiempo histórico del capitalismo industrial, una síntesis interpretativa de las resistencias anticapitalistas, que hereda la tradición histórica del proletariado y formula elaboraciones propias del mundo del trabajo. Su elaboración estructural tiene plena vigencia, aunque algunos de sus enunciados estén marcados por las limitaciones del desarrollo del pensamiento alternativo de hace casi 200 años y haga necesario actualizarlo. Es un pensamiento para comprender y actuar en el sistema mundo capitalista, al que hay que enriquecer, ampliar y ajustar permanentemente conforme lo demande la lucha de clases en cada país, algo que Quijano hizo de manera permanente, incluso conflictuando en algunos aspectos con el propio Marx.

La decolonialidad de Marx en cuanto ruptura de alienación burguesa y la explotación de la burguesía sobre los y las trabajadoras, es un punto de referencia sobre el cual situarse en el diálogo con las narrativas descoloniales. Si a diferencia de Quijano, el discurso no sirve para denunciar a la burguesía, para impulsar una sociedad de socialismo democrático desde abajo, para denunciar a los viejos y nuevos burgueses y todas las formas de poder, entonces que es una narrativa funcional al sostenimiento del orden burgués.

El marxismo hoy es abierto, enriquecido por las perspectivas afro caribeñas, feministas, ecológicas, anti raciales, de los pueblos originarios, de las diversidades sexuales, de las culturas juveniles, de las espiritualidades ancestrales. Ese marxismo se reconstruye y actualiza desde una clara perspectiva del mundo del trabajo contra cualquier tipo de explotación, segregación, dominación y alineación. Este artículo, es un punto de partida de un trabajo que aspiramos sostener en el tiempo de encuentro del marxismo abierto con las corrientes decoloniales anti capitalistas.

  • El capitalismo y sus contracturas ideológicas

No solo la clase obrera asume los aprendizajes derivados de las resistencias. El capitalismo y la dominación burguesa aprenden también y han entendido que los discursos y narrativas son muy importantes para mantener una correlación de fuerzas que les permita sostener su lógica de poder, consumo y reproducción ideológica.

Por ello, al agotarse el ideario liberal burgués el sistema capitalista ha estado en búsqueda incesante de nuevas narrativas, ya sean centrales o auxiliares, que no solo fabriquen ilusiones de felicidad marcadas por un mañana de gran consumo individual, sino que resulten útiles para desactivar los nichos de resistencia.  Para el capitalismo, cualquier teoría, narrativa o imaginario del mundo que disuelva la lucha de clases, que sustraiga la idea de sociedad de los y las de abajo, que disipe el riesgo que implica plantearse la eliminación de la burguesía como clase social, resulta de especial interés.

La socialdemocracia jugó un papel central en la idea de cambiar el mundo no solo sin tocar a la burguesía, sino construyendo un Estado que fortaleciera sus intereses. Socialdemocracia y fordismo se complementarían durante décadas, con su lógica de negociación tripartita que hiciera manejable y con límites precisos los conflictos de la clase trabajadora, creando la cultura de circunscribir las luchas a lo económico, dejando a un lado el cambio estructural del sistema.

Con la crisis de los precios del petróleo, la llamada crisis de sobre producción de los años setenta del siglo XX y llegada de la globalización neoliberal, el fordismo se diluyó en su eficacia política para la burguesía. El desmantelamiento de la URSS, proceso que iniciaría el estalinismo y culminaría la era Gorbachov, tuvo como efecto que la socialdemocracia migrara del centro político a la derecha, dejando abierto un amplio campo que vienen cubriendo las izquierdas que abandonan la idea de un cambio radical y se arropan en el discurso del progresismo. Este nuevo actor político requiere nuevas narrativas y categorías discursivas para seguir presentándose como novedosos a la par que se distancian de la perspectiva de lucha de clases.

  • La posmodernidad como ruptura ideológica

Cada cierto tiempo surgen en las universidades micro sectas con impacto mediático pero limitado aporte a la producción de conocimiento. Los cultos académicos operan como grupos de interés para acceder a recursos, ascensos y privilegios y se hacen notar actuando como francotiradores contra corrientes con tradición en la crítica anti sistema. Logran atraer la atención de los medios de comunicación burgueses que suelen tener aprensiones respecto a las narrativas que se inscriben en la lucha de clases.

Tanto la crítica a la modernidad que borra la lucha contra la burguesía, como la canonización del modernismo son aristas de un mismo fenómeno. La crítica a la modernidad emerge como un discurso estructural anti sistema. Hay quienes se adentran a este debate considerando que el capitalismo es hijo de la modernidad, mientras otros que la modernidad es el imaginario ideológico del capitalismo y en especial del capitalismo industrial. Mientras los segundos se fundamentan en premisas que parten del mundo del trabajo y/o los marxismos abiertos, los primeros dan origen al discurso de la posmodernidad.

Como mostraría Jameson en Posmodernismo: la lógica cultural del capitalismo avanzado (1989) las narrativas y la estética son usadas por el capitalismo para su reproducción. La posmodernidad instaló la idea que los dos metarelatos de la era capitalista, liberalismo y socialismo, eran hijos de la modernidad y por lo tanto era imposible salir de su lógica pensando y actuando en clave socialista. Como esto en el fondo implicaba una renuncia a la lucha de clases y la disolución de los programas que procuraban la destrucción del poder burgués, el sistema mundo lo promueve como “perspectiva crítica”. Todo se convierte en efímero, mientras la explotación y la dominación se recrudecen en la era neoliberal. El discurso posmoderno opera como ideología burguesa, aunque artes de sus fundamentos puedan tener algún valor teórico, en la práctica se convierte en propaganda para desmovilizar resistencias anticapitalistas.  Incluso los anuncios de una teoría de la transmodernidad tendrán el desafío de mostrar cómo se sitúan respecto al poder de la burguesía y el capital, por ende, ante las clases subalternas y la cuestión del poder.

  • El discurso descolonial no puede ser una continuidad de las narrativas posmodernas

El discurso descolonial desde la perspectiva de Quijano tiene una potencia radical, porque no esquiva ni asume neutralidad ante el poder de las burguesías, la reproducción del capital y la generación de plusvalía, pero tampoco se deja limitar por categorías como partido único revolucionario, opresiones justificadas por las contradicciones con naciones imperialistas, ni de ningún otro signo. En ese sentido está ubicado en las antípodas del discurso posmoderno. Esto no ocurre con algunas narrativas poscoloniales de especial difusión en la actualidad. Llegó la hora de debatir al respecto

La invitación y el compromiso que asumimos a partir de este pequeño artículo, es trabajar otras descolonialidades posibles a partir de la lucha de clases.

Lista de referencias

Jameson (1989) Posmodernismo: la lógica cultural del capitalismo avanzado. Paidos. Barcelona

Quijano (1974) El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina. En Antología de CLACSO: Cuestiones y Horizontes (2014). Buenos Aires. Argentina

Quijano (1979) José Carlos Mariátegui: reencuentro y debate. En Antología de CLACSO: Cuestiones y Horizontes (2014). Buenos Aires. Argentina

Quijano (1981) Poder y Democracia en el Socialismo. En Antología de CLACSO: Cuestiones y Horizontes (2014). Buenos Aires. Argentina

Quijano (2003) El trabajo a finales del siglo XX. En Antología de CLACSO: Cuestiones y Horizontes (2014). Buenos Aires. Argentina


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas. Postdoctorado en propuestas y modelos de evaluación de la calidad educativa. Postdoctorado en pedagogías críticas y educaciones populares. Presidente de la Sociedad venezolana de Educación Comparada. Integrante del Consejo Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Profesor Asociado de la Universidad Nacional Experimental de Caracas (UNEXCA- en Venezuela), Profesor Extraordinario de la Universidad de Panamá (Panamá). Profesor invitado del Instituto McLaren de Pedagogías Críticas y la Universidad Indígena Campesina (México), la Universidad de Tolima y Surcolombiana (Colombia). Director de Investigaciones del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CIIOVE), centro miembro de CLACSO y la CLADE

<strong>Marxismo abierto y decolonialidad</strong>

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Argentina: El Frente de Todos prevé recortar un 15,5 % en el presupuesto para Educación

Por: Mario Hernandez

Los fondos del Ministerio de Educación pasarán de $870.044 millones este año a $735.467 millones el año próximo.

Los datos del ajuste en Educación surgen del informe “Presupuesto educativo nacional 2023″, del Observatorio Argentinos por la Educación, que analiza el presupuesto 2023 y la evolución del gasto del Ministerio de Educación durante el período 2013-2023.

Son fondos que están destinados a la formación docente, reparto de computadoras y libros, evaluación educativa y construcción de escuelas, entre otros programas.

Pero por la descentralización de las escuelas iniciada a fines de los setenta y profundizada en los noventa, 3 de cada 4 pesos que van a educación hoy los ponen las provincias, principalmente para el pago de los salarios. El otro 25% sale del Estado Nacional, ahí sería dónde estaría este recorte.

No bien trascendió la noticia, y antes de aprobarse el Presupuesto, Massa y Perczyk se reunieron con los dirigentes de Ctera, Sonia Alesso y Roberto Baradel, quienes al salir de la reunión declararon: “Los ministros se comprometieron a que el Presupuesto educativo 2023 aumentará con respecto a 2022 en infraestructura, becas, conectividad y construcción de escuelas”.

También terció en la polémica el diputado Carlos Heller, que preside la Comisión de Presupuesto, a través de su habitual columna los domingos en Tiempo Argentino, quien señaló que la partida asignada a Educación no tiene incorporados los aumentos salariales, dado que dependerán de las paritarias e incorporar este ítem resulta indispensable para analizar el gasto asignado al ministerio de Educación.

También señala que hay un importante monto del ministerio de Obras Públicas dedicado a infraestructura universitaria, a financiamiento para obras en establecimientos educativos (principalmente escuelas) y a la construcción de escuelas técnicas.

Pero además, y a pedido de diputados/as del Frente de Todos, se asignaron $ 95.200 millones adicionales a partidas para becas a estudiantes y al Fondo de Incentivo Docente. Con este agregado, según lo manifestado por Heller, los gastos en Educación y Cultura crecen un 5,7% real respecto a este año.

No obstante, muchos sectores criticaron el recorte. Entre ellos, varios dirigentes del PRO quisieron aprovechar el dato y llevar agua para su molino, haciendo demagogia y criticando el ajuste. Horacio Rodríguez Larreta compartió en su cuenta de Twitter la tapa de La Nación y escribió: «No sorprende: siguen despreciando la educación y el futuro de millones de chicos y chicas que necesitan que el Estado los acompañe para que puedan soñar un futuro y trabajar para construirlo». El mensaje, parecería ser de un hombre y una fuerza política que tienen como preocupación central el destino de los fondos para la educación pública. Pero nada puede estar más lejos de la realidad.

La demagogia de Larreta contrasta con los elogios de Juntos por el Cambio en las comisiones que debatieron el proyecto de Presupuesto elaborado por el oficialismo en Diputados. Los diputados de la Alianza que incluye al jefe de Gobierno porteño lograron que se incorporen muchos de sus pedidos en el dictamen final, pero ninguno de ellos fue en línea con criticar el desfinanciamiento en Educación o reclamar un aumento para las partidas del ministerio. Por el contrario, distintas voces cambiemitas celebraron y felicitaron al Frente de Todos por usar la podadora y recortar el gasto. Así lo afirmó Luciano Laspina, que celebró “el reconocimiento de que este nivel de gasto público es insostenible” y aseguró que se trata de “un cambio histórico” por parte del kirchnerismo.

Por ese motivo, Nicolás del Caño salió a criticar con dureza el mensaje del jefe de Gobierno de CABA y aspirante a la presidencia en 2023. «Los diputados de tu fuerza política elogiaron el presupuesto de ajuste de Massa y el Frente de Todos. No te hagas el otro. Perseguís a estudiantes, docentes y familias que defienden la educación pública en la ciudad», señaló el referente del PTS y el Frente de Izquierda Unidad.

La hipocresía de Juntos por el Cambio con respecto a la Educación es una marca de la alianza que lidera el ex presidente Macri. En la Ciudad de Buenos Aires, bastión de esta fuerza política desde 2007 hasta la fecha, el presupuesto educativo es siempre una de las variables de ajuste por excelencia en los presupuestos año tras año. Tomando tan solo el período que va desde el 2016 al 2022, el presupuesto del ministerio de Educación porteño disminuyó un 19,5% en valores reales.

La política del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio parece no tener grieta en esta cuestión.

Ya en agosto de este año, mediante una resolución oficial, el gobierno nacional redujo los fondos disponibles para educación. En esa ocasión quitaron $15.000 millones del dinero asignado al programa “Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles”, $30.000 millones al programa Conectar Igualdad y 5.000 millones el de Infraestructura y Equipamiento.

Capacitación los sábados: 95% de los docentes porteños le dijeron “No” a Soledad Acuña

El sábado 29 se realizó la primera jornada de capacitación para docentes porteños que reemplaza a los Espacios de Mejora Institucional. Por estatuto, éstos deben realizarse en servicio, es decir, de lunes a viernes. Sin embargo, la ministra de Educación, Soledad Acuña, impuso contra la opinión de la docencia que se lleven a cabo los sábados 29 de octubre y 5 y 12 de noviembre de forma remunerada, aunque no obligatoria. La respuesta de las y los trabajadores de la educación fue que el 95% de ellas y ellos no concurrieron.

“Para poder tomar dimensión del rechazo a la jornada EMI de este sábado, en una escuela donde hay 30 docentes sólo asistieron uno o dos. Concurrió un muy bajo porcentaje, el rechazo ha sido un éxito y fue superior al 95%”, dijo Jorge Adaro, secretario adjunto de la asociación docente Ademys.

Tras el feriado del 2 de septiembre por el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno porteño resolvió levantar la Jornada Espacio de Mejora Institucional (EMI) que estaba prevista para el próximo 31 de octubre y convertirla en un día lectivo regular porque, según la ministra, “cada día cuenta”. Pero a esto sumó que se convocaría a la docencia a cumplir con la EMI y las capacitaciones el sábado 29 de octubre.

La decisión fue, una vez más inconsulta con la docencia que la tomó como un nuevo ataque de la ministra. A las ya largas cargas horarias que soportan las y los docentes, incluso llevando trabajo a casa, Acuña pretende que, ahora, se capaciten los días sábados y que cada quien se las arregle para organizar su día a día.

Por tal motivo, este lunes 31, las y los docentes, pararon contra la suspensión de las jornadas de capacitación y para exigir que se restituyan los Encuentros de Mejora Institucional (EMI). La medida de fuerza, convocada por los sindicatos docentes UTE y Ademys coincide con el día en que en toda la Ciudad de Buenos Aires se iba a llevar a cabo el Encuentro de Mejora Institucional suspendido por el Gobierno porteño.

Desde Ademys, la convocatoria fue decidida y votada en una asamblea que contó con numerosos mandatos de escuelas. Como parte del plan de lucha que el sindicato viene llevando adelante, además de las sucesivas asambleas para que la docencia pueda organizarse y decidir, se impulsaron otras iniciativas como cartas dirigidas a las familias describiendo las condiciones laborales de las y los docentes, su vínculo con el bajo presupuesto educativo, campañas de fotos para visibilizar el reclamo, entre otras.

Por su parte, la conducción de UTE adhirió a la convocatoria del paro mediante un flyer difundido en sus redes sociales. Si bien se plegaron a la medida de fuerza, no han hecho un llamado a movilizar en unidad con Ademys, que convocó a la comunidad educativa a concentrar a las 13:00 en la Jefatura de Gobierno porteño.

La capacitación docente

Todos los años, quienes nos desempeñamos como docentes en la Ciudad de Buenos Aires contamos con cinco Encuentros de Mejora Institucional (EMI) en la agenda educativa, los cuales incluyen instancias de capacitación conocidas como Formación Docente Situada. En ellas, docentes contratados (y precarizados) por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires brindan capacitaciones para el conjunto de la docencia dentro del horario laboral según el nivel y el distrito escolar donde se trabaja. Para que las jornadas puedan desarrollarse como indica el Estatuto docente, en servicio, es decir, de lunes a viernes con los y las docentes presentes, esos días se suspenden las clases en todos los establecimientos educativos.

Sin embargo, hace diez días las y los miles de docentes que trabajamos en la Ciudad de Buenos Aires recibimos, en nuestra casilla de correo electrónico laboral, una notificación del ministerio de Educación porteño que establecía el reemplazo de estos espacios por otros a realizarse los sábados 29 de octubre y 5 y 12 de noviembre de forma remunerada, no obligatoria. Por eso, las y los docentes de las escuelas explican por qué, aunque el ministerio de Educación llame Encuentros de Mejora Institucional a los que se realizarán los sábados, no lo son: los EMI se realizan de lunes a viernes, con suspensión de clases y la presencia de todas y todos los compañeros.

Este cambio repentino, impuesto e inconsulto, como es costumbre de esta gestión, generó, en un gremio donde casi el 80% son mujeres sostenes de hogar que están doce horas fuera de sus casas sin ver a sus hijos e hijas de lunes a viernes, una preocupación y un rechazo masivo: tanto desinterés por las condiciones de vida de las docentes porteñas desencadena mucha bronca.

Encima, como si desconociera totalmente la existencia del Estatuto docente que establece el derecho a la capacitación en servicio, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, muy suelta de cuerpo, utilizó estas palabras para justificar en un programa de TV por qué no es un problema asistir a jornadas de capacitación fuera de la jornada laboral: “con planificación se pueden organizar”.

Para la funcionaria, las docentes simplemente tienen que “organizarse” para no asistir con sus hijos e hijas ya que, de lo contrario, como ya ha ocurrido en otras instancias, las excluyen. Se trata de una doble exclusión: no sólo al derecho a capacitarse, sino también al derecho, luego de una larga y extenuante semana laboral, de disponer de su tiempo libre para dedicarlo a lo que deseen.

Es que actualmente una docente, para llegar a fin de mes, tiene que tomar dos o tres cargos. Esto se traduce en jornadas laborales muy extensas y agotadoras de ocho a doce horas dando clases en diferentes cursos, sin contar el trabajo extra clase no reconocido ni remunerado que se hace en los domicilios como la planificación, la revisión de las producciones de los y las estudiantes, la organización de actos escolares, entre otras tareas.

Los resultados del día a día de una docente con este nivel de sobre carga laboral son obvios: no sólo impacta negativamente su cotidianidad laboral, sino que también obstaculiza el deseo de destinar tiempo a actividades que incluso pueden potenciar su rol docente: el estudio de alguna carrera o pos título de su interés, la lectura, la visita a diversos espacios culturales y científicos que pueden ser significativo para llevar a sus estudiantes, son algunos ejemplos.

La educación que queremos 

Este debate, como se ve, hace emerger la necesidad de discutir la jornada de trabajo docente de conjunto. No sirve de nada la imposición de medidas por parte de funcionarios y funcionarias que no sólo ignoran y desprecian cómo se trabaja en las escuelas públicas, sino que van en contra de nuestro rol docente como guía para la construcción del pensamiento crítico de nuestros y nuestras estudiantes. Lo que sí sirve, y es urgente, es organizar desde abajo a toda la comunidad educativa para poner en debate qué educación queremos, denunciando y visibilizando como nunca este ritmo laboral antinatural que tenemos las y los docentes que agobia y estresa.

No podemos permitir que se naturalice la necesidad de tomar dos o tres cargos, o su equivalente en nivel medio y superior, para cobrar un salario que ni siquiera alcanza para llegar a fin de mes. Otra jornada laboral es posible y es clave nuestra organización para debatir y conquistarla: de lunes a viernes, seis horas diarias, de las cuales cuatro sean frente al curso y dos para capacitación, planificación, preparación de proyectos y salidas didácticas, entre otras tareas, con un salario que cubra la canasta básica familiar y nos permita el acceso a la cultura, al tiempo compartido con nuestras familias.

Por una jornada laboral en la que podamos trabajar en pareja pedagógica dentro del aula a partir de la duplicación de los cargos y un plan de formación docente continuo para que sean cubiertos por las y los aspirantes a la docencia. Por un mayor presupuesto educativo que permita no sólo la construcción de escuelas para que ningún niño, niña ni adolescente se quede sin su vacante, sino para que también haya un servicio de comedor de calidad manejado por los trabajadores y no por las empresas concesionarias que lucran con el hambre de nuestros estudiantes. Quienes sostenemos la escuela pública (docentes, familias, cooperadoras y estudiantes) somos miles, conquistemos otra escuela con lucha y organización en unidad.

Los docentes porteños también pararon el miércoles 19 

Rechazamos el “aumento” que mantiene la rebaja salarial.
Respeto a la jornada laboral de lunes a viernes y la capacitación en servicio.
Rechazamos la extensión a los sábados de la jornada laboral. Nos preparamos para organizar el rechazo.

Seguimos exigiendo:
Reapertura real de la discusión Salarial y recomposición salarial. Por un salario igual a la canasta familiar para el cargo testigo. Blanqueo de todas las cifras fijas y en negro. Actualización mensual por inflación. Contra la diferenciación salarial a la baja, salario inicial igual para todes les docentes.
Por la defensa de la salud de la docencia, por la plena vigencia de las licencias médicas y en defensa de nuestra obra social. No al vaciamiento de la #OBSBA. Inmediata regularización de la atención médica y de los servicios. Apertura de los libros a les afiliadxs y les trabajadores para controlar el destino de los fondos.
Aumento de emergencia de los montos de las asignaciones familiares y eliminación de los topes que dejan afuera de su cobro a miles de docentes.
Seguimos exigiendo la titularización de les docentes de media, superior y los programas socioeducativos que hace más de 10 años revistan como interinxs por incumplimiento de Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires en la realización de los Concursos en estos niveles. Exigimos titularización inmediata y regularización de los Concursos.
Por la regularización de los actos públicos en el programa M+M.
Defensa de la educación especial. No a la exclusión de jóvenes de las Escuelas de Educación Especial.
Por el aumento de emergencia para los jubilados y por la defensa del 82% y movilidad mensual.

Que el Ejecutivo de respuesta al proyecto aprobado exigiendo el pedido de informes y se presente a dar explicaciones sobre el vaciamiento de la ObSBA.
Impulsar la conformación de una Comisión independiente, conformada por sindicatos, afiliados que investigue el vaciamiento de la obra social.
Por la defensa de la salud de la docencia, por la plena vigencia de las licencias médicas y en defensa de nuestra obra social. No al vaciamiento de la OBSBA. Inmediata regularización de la atención médica y de los servicios. Apertura de los libros a les afiliadxs y les trabajadores para controlar el destino de los fondos.

Los gastos que hacen los maestros para dar clases 

El “Indice de la Canasta Básica Docente” (CBD) fue creado por el Sindicato de Educadores Argentinos (SEduCA), un gremio que tiene presencia en la Ciudad y parte de provincia de Buenos Aires, y que se hizo conocido recientemente por oponerse con vehemencia a los paros docentes como método de lucha.

El Indice mide los gastos por material didáctico, capacitación, indumentaria, costos desarrollo profesional (almuerzo, refrigerio, etc.), movilidad y conectividad.

Explican que calcularon 20 días de transporte (o 40 viajes considerando el descuento por cantidad de viajes). En conectividad, un promedio de planes básicos de datos móviles –“hoy el docente necesita tener esa conectividad”, afirman- al que le agregaron el porcentual por renovar y actualizar notebook, celular y otros dispositivos; como “Gastos laborales” consideraron desde el valor del desayuno, almuerzo y merienda, más la ropa de trabajo. Y para capacitación, los costos de cursos para llegar a un puntaje máximo, pero que no es cubierto por la formación estatal. En el caso de CABA, la Escuela de Maestros.

“En concreto, un docente porteño con dos cargos y diez años de antigüedad está ganando hoy (junio 2022) unos $ 135.700. Si de su bolsillo tiene que poner $ 34.000 para su tarea que lo que nos dio el índice, estará ganando cerca de $ 100.000, prácticamente lo que necesita una familia para no caer en la pobreza, según el Indec. Esta semana lo calculó en $ 99.677”, explicó Juan Vedani, secretario gremial del sindicato.

Con menos horas de clases en Finlandia son los mejores 

Enero de 2020. La ciudad es Jyväskylä. Está 270 kilómetros al norte de Helsinki y 700 al sur del Círculo Polar Artico. El colegio es la Escuela Unitaria de Mankola.

“Los más pequeños vienen 4 horas y los más grandes, 5 o 6, según si tienen arte, gimnasia o materias especiales como carpintería o economía doméstica”, explica Marjut, docente que enseña inglés, sueco y español.

Jarmo (38) es el vicedirector de la Escuela. Con él caminamos los pasillos de Mankola. Hay lockers, aulas enormes, bebederos de distintas alturas y bachas para lavarse las manos. También, los baños son más limpios de lo que uno pueda imaginar.

El proyecto que más los enorgullece hoy se llama Schools on te move, o escuelas en movimiento. Se aplica en todos los establecimientos.

Según Majut, “en lugar de sentarse 45 minutos, o 90 -porque las clases suelen ser dobles, para que haya tiempo de aplicar lo que se aprendió-, estimulamos a que los chicos de muevan mientras están en clase”.

Y agrega: “También nos sentamos, escribimos y leemos, pero la idea es hacer actividades que activen el cerebro a la vez que el cuerpo”.

Todos almuerzan en la escuela, gratis. En Finlandia no existe la doble escolaridad. Los docentes dan clases a la mañana y a la tarde planifican. “Se paga con nuestros impuestos”, señala Marjut.

En un costado del aula de arte hay un niño con Síndrome de Down. Asiste con sus compañeros, pero está terminando una tarea con su maestra integradora.

“Pruebas casi no se toman, salvo en los años avanzados. Si les va mal, la vuelven a hacer”, detalla Jarmo

Tras los 9 años obligatorios, hay otro tramo de tres años. “El 50% elige el instituto (bachillerato). El otro 50% secundarias vocacionales que te forman con orientación a un oficio en particular. Todas del Estado”, cuenta Jarmo. Y señala que las escuelas tienen al menos un maestro responsable de ideas nuevas y otro que se ocupa de ponerlas en práctica.

Clarín entrevistó a Marjo Kyllönen, doctora por la Universidad de Tampere (Finlandia), que es directora del área de Educación, Unidad de Desarrollo, de la ciudad de Helsinki, quien señaló:

“Tras la Segunda Guerra Mundial, Finlandia comprendió que la inversión en Educación no era un costo. El lema era que nadie se podía quedar atrás. En los 60 se hizo una gran inversión, pensando en que estaba en juego el futuro de la sociedad.

Si hablamos de reforma educativa precisás discusiones en el ámbito político, decidir qué queremos como nación. Nuestro gobierno cambia cada cuatro años también. La clave fue asegurar que todos tuvieran el mismo tipo de educación. Para ello hubo una concientización que el beneficio era social y que requería consenso político”.

Preguntada por los bajos salarios docentes y el desprestigio social del maestro, sostuvo: “En Finlandia la profesión docente es muy respetada y es una de las claves que llevó al país a educar a nuestros chicos para estar a la altura de los requerimientos del futuro. Nosotros confiamos en ellos. Si falta confianza, la discusión pública y el discurso sobre educación se vuelve no fructífero. Los líderes pueden cambiar el curso de esto, si es negativo”.

Al respecto recordemos las opiniones de la ministra, Soledad Acuña: “[los docentes] son personas cada vez más grandes de edad que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras».

Y agregó: «Si uno mira por nivel socioeconómico, que no debiera ser un determinante, o en términos de capital cultural, al momento de aportar para el aula, la verdad es que son de los sectores más bajos socioeconómicos los que eligen estudiar la carrera docente».

Mientras en CABA y el resto del país se impulsa aumentar las horas de clase lo más posible, aun en los más chicos, Marjo opina: “El tiempo hace la diferencia. Nuestros chicos pasan menos horas en la escuela y tienen menos tarea. Esta filosofía se basa en la comprensión de que el conocimiento no se gana solo con más tiempo en el ámbito académico. Tenemos investigaciones neurológicas que indican que agregar actividad física y artística en el horario de primaria o jardín hace que los chicos se sientan más libres, lo que tiene un impacto directo en su rendimiento. Con una jornada escolar larga en cerebro se sobrecarga. Al final del día no aprendés nada”.

Con respecto a la jornada docente: “Si el maestro enseña 7 u 8 horas por día, no tiene tiempo para planificar con sus colegas. En Finlandia esto no ocurre porque los salarios son suficientemente buenos como para que no tengan que tener otro trabajo. Se precisa cada vez más colaboración y coplanificación. Los problemas y desafíos que el docente enfrenta en clase pueden ser muy difíciles si trabaja solo. Estamos invirtiendo mucho en la colaboración entre docentes. No se sienten solos”.

Las horas frente a clase son 24, si sos maestro de grado, y si das una materia de 20 a 24 horas por semana. No hay una definición de cuánto se precisa para planificar. Depende de cada docente, pero todos entienden que hay que destinar un  tiempo.

Esto hace uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Nosotros todo lo contrario. Así nos va.

Volvieron las tomas 

En la tercera semana de octubre, tras una breve tregua a la espera de respuestas de parte del gobierno porteño, las y los estudiantes volvieron a tomar algunas escuelas para hacer escuchar sus reclamos.

El primero en volver fue la Escuela Normal Superior Nº 5 de Barracas. También en la Escuela Artística Rogelio Yrurtia cortaron Lacarra y Alberdi por varias horas, mientras que el Centro de estudiantes de la Escuela de Educación Media Nº 1 del DE 16, Rodolfo Walsh, también llevó adelante medidas.

Mientras las protestas siguen vigentes, la cartera a cargo de Soledad Acuña implementó una nueva estrategia de desgaste. Llama por separado a representantes de cada escuela, atomizando los reclamos, cuando las y los estudiantes elevan pedidos colectivos y exigen una reunión conjunta.

Las pasantías 

Uno de los principales reclamos de les estudiantes son las prácticas laborales gratuitas y obligatorias, en horario escolar, y que la mayoría de las veces no tienen que ver con las orientaciones que estudian. Además, se viven diferencias entre públicos y privados. Mientras que los primeros son obligados, los segundos cuentan con casos dónde eligen cómo y dónde hacerlas.

En los casos de establecimientos privados no se dan casos de estudiantes que vayan a lavar los platos a cadenas de hoteles internacionales, hagan pochoclos en cines o limpien los pisos de grandes empresas. Por ejemplo, en el Instituto San Antonio de Padua realizaron un plan pedagógico individual para cada estudiante y pusieron una supervisora exclusivamente para eso.

“Nadie está en contra de la vinculación de formación y trabajo, pero las pasantías que ejecuta el Gobierno de la Ciudad no tuvieron la opinión de las y los estudiantes respecto a su implementación, explica Mariano Mango, de la secretaría de Educación Privada de UTE. El objetivo es generar mano de obra gratuita y precarizada para empresas privadas”.

Juan Rub, del colegio Juan B. Justo, cuenta que fueron enviados a una sede comunal en Palermo, alejada del colegio, y sin autorización de los padres. “Era patético, en cinco horas teníamos que contar árboles y detallar algunos datos y luego pasarlos a un Excel. La otra actividad era pasar por las casas que tuvieran grafitis, tocar timbre y preguntarle a los dueños si querían que el gobierno los tape o no. Un compañero nuestro fue obligado a entrar a un a propiedad. El responsable lo dejó solo y el propietario empezó a pedirle datos. Por este tema decidimos no asistir más a las pasantías y como castigo el ministerio nos hizo reprobar cuatro materias”.

“Lo único que lograron con las pasantías es hacernos perder el tiempo. Nos recortaron las materias de dibujo y pintura. Estuvieron muy mal aplicadas, nunca tendrían que haber sido obligatorias. La mayoría ya estudiamos y trabajamos”, enfatiza Florencia Avilés Bernat, de la Escuela Superior de Educación Artística Manuel Belgrano.

Larreta y Acuña denunciaron a 366 padres y madres de estudiantes por las tomas de secundarios

También hay 25 presentaciones por daños y perjuicios en concepto de días de clase perdidos, con un monto de $50.538.442,85.

Soledad Acuña, ministra de Educación porteña, dijo al respecto que los adultos tienen “la obligación de enseñarles a los chicos a dialogar y a participar, pero entendiendo siempre que hay otros derechos que deben respetarse y que todas esas diferencias deben poder convivir en una misma sociedad”. Cínica reflexión para una funcionaria que no solo no dialoga, sino que persigue tanto a estudiantes como a docentes cada vez que deben tomar una medida de fuerza ante la negativa a resolver sus demandas.

Acuña con un discurso virulento consideró que las instituciones “que más se quejan no tienen demandas propias” y que no tenían “ninguna información de que hubiera un malestar que justificara una medida de fuerza tan grande”.

Al parecer la ministra no ve, no oye y no lee las constantes denuncias de la comunidad educativa sobre la presencia de ratas, las viandas podridas y el decadente estado edilicio de algunos establecimientos. Tampoco le interesan las permanentes críticas a las prácticas laborales obligatorias, que carecen de todo fundamento pedagógico y quitan horas de formación y asignaturas para los y las secundarias.

Denuncian que CABA vacía programas educativos para destinar fondos a funcionarios militantes

Por Martín Suárez

Las cifras aparecen en el último informe realizado por la Auditoría General de la Ciudad: “Soledad Acuña destina los recursos a pagar a sus funcionarios mientras deja sin fondos los programas que atienden a los estudiantes”, afirmó el auditor Lisandro Teszkiewicz. 

La denuncia es grave y pone en jaque el discurso del oficialismo porteño que, en los últimos años, hizo campaña política con la educación pública. De acuerdo a una investigación realizada por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, sobre los Centros de Actividades Infantiles (CAI) y Juveniles (CAJ), no existe control alguno interno sobre el manejo financiero de los recursos humanos y advierten un vaciamiento de los fondos destinados a diferentes actividades relacionadas con niñas, niños y adolescentes porteños.

Los CAI y CAJ se encuentran bajo la órbita de la Dirección General de Escuela Abierta, “un espacio lúdico, expresivo y recreativo destinado a complementar y fortalecer la formación de niños, niñas y adolescentes que concurren a los CAI y CAJ en sus propias escuelas en jornada extendida”, destaca la información oficial.

Según el informe realizado por la auditoría porteña, los gastos involucran a 269 personas que fueron contratadas para prestar servicios en los CAI, que no pudieron ser identificadas en la actividad que corresponde. “Lo mismo ocurrió con 104 personas que se desempeñan en los CAJ, de los que el Ministerio no pudo informar qué servicio prestan, siendo que muchos de ellos no cuentan con formación docente alguna”, destacó el auditor porteño Lisandro Teszkiewicz.

“Da vergüenza la falta absoluta de interés y compromiso por parte de la gestión de Rodríguez Larreta y de Soledad Acuña para sostener políticas fundamentales que garanticen igualdad de oportunidades de acceso a la educación y la cultura a niños y jóvenes”, agregó el auditor.

Ambos espacios son la continuación de programas gestados durante las administraciones educativas de Daniel Filmus, Roxana Perazza, Alberto Sileoni y Ana María Clement, que buscan favorecer el acceso igualitario a la educación y la cultura, al tiempo que debe propiciar actividades culturales, deportivas, recreativas y de expresión que favorezcan la inclusión social y educativa. Una de las actividades más destacadas es el de vacaciones en la escuela, en temporada de verano e invierno.

En estos centros, las y los docentes comunitarios se ocupan de niñas y niños que cursan el último año del nivel primario y brindan herramientas y acompañamiento necesarios para facilitar el tránsito para terminar la cursada y poder llegar al nivel secundario. La mayoría de estas niñas y niños se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad social. Por esta razón, el programa focaliza en la promoción, implementación y evaluación de políticas educativas, para que contribuyan al desarrollo particular y social de la comunidad, así como la optimización de las condiciones pedagógicas de enseñanza y aprendizaje en procura de mejorar la calidad educativa.

Lo grave es que los fondos destinados a Escuela Abierta fueron a parar a manos equivocadas. “Al revisar el cuadro presupuestario del Programa nos encontramos con que al tiempo que todo el programa recibía un incremento promedio superior al 34% -que llega al 94% de incremento en los gastos de conducción-, la partida destinada a los CAI y CAJ recibió solo un 16% y la de Música para la Equidad directamente se redujo en un 5%”, advirtió Teszkiewicz. “Esto demuestra que Soledad Acuña destina los recursos a pagar a sus funcionarios, mientras deja sin fondos los programas que atienden a los estudiantes”.

Por último, el auditor porteño aseguró que a partir de estos informes que queda en evidencia, además de la falta de control interno en las distintas áreas de la gestión, el desinterés del ejecutivo de la Ciudad. “El vaciamiento de programas educativos para destinar los fondos a los funcionarios militantes del PRO es una constante de Rodríguez Larreta y Soledad Acuña”, terminó Teszkiewicz.

Masivo paro docente en provincia de Buenos Aires

El paro convocado para el jueves 27 por las seccionales recuperadas de SUTEBA fue masivo en el Conurbano y principales ciudades de la Provincia, pese a los aprietes de funcionarios y de la conducción Celeste de Baradel. Fuerte rechazo al ajuste en educación, la 5ª hora y los salarios debajo de la inflación.

En los días previos se venía gestando un paro con mucha fuerza, no solo en las seccionales recuperadas de Suteba donde conduce la Multicolor (Tigre, Bahía Blanca y Marcos Paz) sino a lo largo de la provincia de Buenos Aires.

El descontento en la docencia de la provincia viene manifestándose desde el paro de la CTERA en agosto, al que luego ni la misma CTERA y SUTEBA Provincia dieron continuidad pese a que las luchas en el interior del país seguían en pie. Luego volvimos a ver este descontento en los dos paros y jornadas de lucha que le siguieron, impulsados por las seccionales recuperadas de SUTEBA y las agrupaciones que forman la Multicolor.

La conducción provincial de SUTEBA, el frente Celeste Violeta de Roberto Baradel y el conjunto del FUDB (Frente de Unidad Docente Bonaerense) vienen siendo cómplices del ajuste: no denunciando el presupuesto 2023, arreglando paritarias por debajo de la inflación sin consulta con la docencia, apoyando la reforma en educación superior, dejando correr la aplicación de la 5ª hora y el brutal ajuste en discapacidad.

En estos días llegaron denuncias de decenas de escuelas en distritos donde conduce la Celeste, donde se han multiplicado aprietes contra el paro. Desde funcionarios de la Dirección General de Cultura y Educación hasta equipos directivos amenazando con desconocer el paro y aplicar el artículo para falta injustificada. Las conducciones seccionales de la burocracia de Baradel replicaban las amenazas, generando indignación incluso entre docentes que adhieren a la Celeste pero ven que el gremio está dejando pasar el ajuste.

Pese a todo esto, el paro fue muy fuerte, sobre todo en Primaria donde han comenzado a aplicar en algunas escuelas la 5ª hora que ya está mostrando cómo afecta a docentes y familias, y en Inicial donde se extiende el descontento por las condiciones laborales y la situación de vulneración de niños y niñas.

Enorme paro docente en La Matanza

En La Matanza, donde hace pocos meses dirige la Celeste oficialista de Baradel, el acatamiento fue casi total. En este distrito se movilizaron a Jefatura Distrital y realizaron una radio abierta donde se expusieron los reclamos de las escuelas que se hicieron presentes: resonó muy fuerte el rechazo a la 5ª hora, la necesidad que se aumente la comida para los/as pibes/as y sea de calidad, y contra el ajuste que se está llevando adelante.

Otros de los reclamos que se expresaron fue la falta de personal en las escuelas y la necesidad de creación de cargos, así lo contaban los compañeros/as de la Técnica 8 “Newbery” una de las escuelas más grandes de La Matanza.

Estuvieron presentes docentes y estudiantes de la secundaria 109 que vienen organizándose por la infraestructura escolar, una problemática que atraviesan muchas escuelas, un reclamo histórico porque los edificios se caen a pedazos.

Una próxima pelea importante es la Asamblea Ordinaria de SUTEBA el 23 de noviembre. 

Tigre: paro en escuelas por el despido de dos auxiliares

Docentes y auxiliares impulsaron un paro común ante el cese arbitrario de dos auxiliares suplentes de la escuela secundaria 24, de Troncos del Talar. El viernes 21 se movilizaron junto a las familias al Consejo Escolar para exigir su inmediata reincorporación.

Los hechos denunciados por la Junta Interna de ATE Educación y el Suteba Tigre no hacen más que demostrar que en el distrito de Julio Zamora (Intendente del Frente de Todos) quieren tapar con despidos y persecución la grave desinversión que hay en las escuelas públicas. A las dos auxiliares les dieron el cese, lo que implica dejar a dos mujeres trabajadoras sin sueldo en pleno octubre y sin la posibilidad de acceder a un nuevo cargo, luego de que se negaran a garantizar la merienda de los estudiantes en la bacha del baño de la escuela (sic).

Fueron las mismas trabajadoras las que hicieron diversas propuestas de acuerdo para garantizar la merienda en condiciones de salubridad y no en el baño de discapacitados de la escuela, pero ninguna fue atendida por el equipo directivo y la respuesta fue un cese arbitrario de ambas suplentes. En esta escuela como en muchas del distrito y en toda la provincia, los docentes denuncian que se arrastran una cadena de problemas que ningún gobierno soluciona. Con 700 estudiantes matriculados, esta institución tiene graves problemas de infraestructura que generan que en los días de lluvia los estudiantes se mojan para ir al baño, persisten problemas eléctricos y de gas, le falta un patio cubierto y siguen sin crearse los tres cargos de vicedirector, un cargo de prosecretario, un jefe de área, un jefe de preceptores, un preceptor y tres bibliotecarios.

Desde Suteba Tigre denunciaron que “el cese orquestado por el Consejo Escolar de Tigre con actuados irregulares y desconociendo las instancias de acuerdo que propusieron las auxiliares para garantizar una merienda en condiciones, no lavando en la pileta del baño, es una medida que atenta contra los derechos de todxs lxs trabajadorxs de la educación de tigre. Este disciplinamiento es parte de lo que sufrimos también lxs docentes en las escuelas con el trabajo sin cargos necesarios, sin condiciones de infraestructura, con sueldos que no alcanzan”.

El que pisó una escuela sabe sobradamente que las auxiliares son las que garantizan la higiene, desayuno y merienda de los estudiantes, muchas veces poniendo recursos de sus bolsillos porque el Consejo escolar no envía los insumos suficientes. Lavandina, trapos, detergente, azúcar, mate cocido, etc., muchas veces son garantizados por las trabajadoras que tienen los salarios más bajos en Educación. Por un sólo cargo (ya que no acceden a un segundo) las auxiliares que en su mayoría son el sostén del hogar cobran de salario unos $73.700 que están muy por detrás de la canasta de consumos mínimos que según la Junta Interna de Ate Indec, en el segundo trimestre fue de $161.853.

Estos despidos pretenden ser un ejemplo disciplinador para todos los trabajadores/as de la educación que no aceptan trabajar bajo cualquier condición, merecen todo nuestro repudio, solidaridad y la mayor movilización para lograr la reincorporación a sus puestos de trabajo de ambas compañeras. ¿Cómo se explica que en el Municipio más rico de la provincia de Buenos Aires, la merienda de los pibes y pibas de la escuela pública se tenga que preparar dentro de un baño? La respuesta es el ajustazo que Massa le aplicó a la escuela recortando 50.000 millones para Educación a pedido del FMI y que se profundizó con el Presupuesto 2023.

Atech rechazó la oferta del gobierno provincial

La Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (Atech) rechazó en la última reunión paritaria la oferta del gobierno provincial de un aumento salarial del 10 % en octubre y un 4 % para noviembre, la modificación del porcentual por materiales llevándolo a un 10,5 % y 1.000 pesos al ítem de ubicación geográfica, y convocó a realizar asambleas escolares y movilizaciones.

Mientras UDA, AMET, SADOP y Sitraed aceptaron, Atech fue el único sindicato que rechazó la propuesta ya que “el reclamo de Atech ha sido siempre un salario igual a la canasta básica y estamos muy, muy, muy por debajo de la canasta básica, muy por debajo de lo que queremos o pretendemos como sindicato. La recomposición hoy tendría que ser de un 90 % para cubrir la canasta”, explicaron.

Actualmente “los docentes de Chubut estamos cobrando por debajo de la línea de pobreza”, dicen y subrayan que desde Atech consideran que “la propuesta del gobierno es insuficiente” pero que “si el gobierno dice que tiene ese dinero que lo cargue igualmente en los sueldos y seguimos negociando a partir del 4 de noviembre”.

Atech realizó reuniones de delegados y delegados con mandatos escolares y estos mandatos han manifestado que se realicen asambleas unificadas que se llevarán a cabo fuera de los establecimientos escolares.

Ante esto, el ministerio de Educación emitió una resolución número 744 que expresa que para la realización de asambleas el sindicato debe pedir autorización previa y que será descontado del salario.

Llamativamente, “la ley que cita es de matrimonio civil, que no tiene nada que ver con la ley de asociaciones sindicales”.

Posterior a esa resolución 744, el sindicato de Chubut recibió dos nuevas resoluciones del ministerio. Una es la 781 que deroga la resolución 744 y la otra es la resolución 782 que corrige el número de la ley, y citando la Ley de Asociaciones sindicales dice que el sindicato no puede hacer asambleas.

“Primero, una resolución no puede modificar nunca una ley y las asambleas, en la misma Ley de asociaciones sindicales, establece que el sindicato puede convocarlas sin pedir autorización. Con los cual, los mismos considerandos que utiliza el ministro de Educación para la resolución se caen por su propio peso, son contradictorios con una ley superior”, expresaron.

Por lo cual, la propuesta de Atech es que se realicen asambleas escolarees saliendo de las escuelas o dentro de los establecimientos educativos “porque estamos ejerciendo un derecho y para los derechos no se pide permiso para ejercerlos, se ejercen” y convocan a manifestarse.

Arcioni ataca el derecho a la organización de los docentes 

Las docentes y los docentes de Chubut vienen desarrollando desde marzo de 2022 en el marco de las paritarias docentes un reclamo de aumento salarial, para recuperar lo perdido ante el congelamiento salarial de 2020 y 2021 que impuso el gobernador Arcioni, como parte de su ajuste permanente.

A cada paro de las trabajadoras y los trabajadores de la educación, respondió con descuentos brutales con la intención de quebrar la voluntad de lucha. No lo logró.

Con la resolución 781, Arcioni, vuelve a atacar a los docentes y su organización, intentando quebrar las asambleas escolares. No podemos permitirlo.

Hay que enfrentar este ataque a la organización democrática de las docentes y los docentes del gobierno provincial de Mariano Arcioni, aliado del gobierno nacional del Frente de Todos. Por esto rechazamos cualquier intento de limitar el derecho a la protesta y este ataque del gobierno contra la organización de los trabajadores, que tiene que ser independiente del Estado y los gobiernos.

Todas las organizaciones sindicales, de Derechos Humanos, sociales, estudiantiles y políticas deben rechazar este ataque de Arcioni y apoyar la lucha de los docentes de Chubut.

Sigue la lucha docente en Santa Cruz

Desde julio la docencia santacruceña con Adosac está en plan de lucha con paros, movilizaciones, actos, acampes, radios abiertas, caravanas y diferentes formas de lucha. Reclaman al gobierno kirchnerista un  aumento salarial real y frenar las medidas de ajuste y reforma educativa.

La docencia de Santa Cruz tiene salarios por debajo de la línea de pobreza. El inicial es de $ 76.000. El gobierno implementó un ajuste y reforma donde avanza la flexibilización laboral docente y el vaciamiento de los contenidos educativos en secundaria y la improvisada quinta hora extendida.

Por eso reclaman un aumento salarial que recupere lo perdido, en camino a la canasta familiar, y cláusula gatillo mensual permanente. No, como ofrece el gobierno para que levanten el paro, por solo dos meses. También exigen que no haya despidos por hacer paro, la devolución de los descuentos y ningún cargo precarizado.

Santa Cruz es de las provincias más ricas y con mayores ingresos por la entrega de los recursos naturales, petróleo, mineras y pesqueras, a las multinacionales. Concentró el 45,2% de las exportaciones de oro y los funcionarios se jactan de que es la provincia que más dólares genera.

Por todos estos motivos, la conducción provincial de Adosac, la Lista Lila, fracasó en la política de “levantar los paros”, “cobrar a cuenta” y “seguir negociando”. La docencia provincial le impuso un paro de 72 horas. Como previamente habían aceptado en forma inconsulta la propuesta gubernamental, el gobierno salió a denunciarlos por no cumplir lo acordado en el ministerio de Trabajo.

Intento de fraude en las elecciones de delegados de UEPC-CTERA (Córdoba)

La Izquierda Diario entrevistó a Andrés Farías, delegado electo por la lista opositora en el IPET 249 «Nicolás Copérnico» e integrante de Docentes D-base.

¿Cómo se desarrollaron las elecciones en el Copérnico y por qué la conducción de la Lista Celeste quiere avanzar con una impugnación?

AF: En la escuela desarrollamos las elecciones con total normalidad durante todo el día de votación, participando 173 docentes de un padrón de 251. Los resultados mostraron el gran rechazo a la conducción Celeste y a la lista presentada por ellos que sacaron 67 votos frente a 104 votos que sacamos con nuestra lista opositora. Una vez finalizada la votación, candidatos de la Lista Celeste e integrantes de la conducción del gremio plantearon la impugnación porque una de las candidatas salió delegada en otra escuela el día anterior.

Como plantea el Estatuto, todo docente tiene la posibilidad de presentarse en dos escuelas, por lo que no hay ningún motivo de impugnación. Además, si un candidato o lista quiere impugnar a la otra por alguna irregularidad, esto debería hacerse previo a las elecciones, no cuando el resultado es desfavorable. Hay que entender que si aceptamos esto, se están violando las mínimas garantías democráticas en el gremio. Este intento de fraude no es sólo contra nosotros, sino contra los casi 200 docentes que votaron ayer.

¿Cuál es tu visión de este accionar de la Celeste?

AF: Claramente buscan impugnar nuestra lista porque es opositora en una escuela muy importante donde muchos años los y las delegadas fueron integrantes de la Lista Celeste de la conducción. Creo que estas elecciones reflejan el gran malestar que se expresó en las calles, en la lucha que la docencia impuso con paro y una movilización histórica donde se mostró un enorme desprestigio de Monserrat y la conducción.

Pero nos está llegando información que no es la única escuela donde se quiere impugnar. Sabemos que presentarse en dos escuelas lo permite el Estatuto.

¿Cómo sigue esta situación?

AF: Las planillas ya fueron entregadas a UEPC y nos dijeron que evaluarán la situación, amenazando con la impugnación. Sabemos que contamos con el apoyo de los y las docentes y realizaremos un petitorio en nuestra escuela para defender las elecciones que realizamos.

Decías que está situación de intento de impugnación se está replicando en otras escuelas, ¿Hay alguna propuesta ante esta situación?

AF: Sí, esta situación se está viviendo en otras escuelas donde la Celeste quiere avanzar con las impugnaciones. Por este motivo, desde Docentes D-base consideramos que hay que hacer visible esta situación y tiene que ser repudiada por toda la docencia de la provincia, no se puede permitir semejante fraude de la conducción de UEPC.

Proponemos desde la agrupación lanzar una gran campaña con toda la docencia de la provincia. Si avanzan contra la voluntad de las compañeras y compañeros en las escuelas, ¿qué pueden hacer en las próximas elecciones sindicales? El descontento con Monserrat y la Celeste son enormes, como dije antes, lo vimos en las calles y enorme movilización de la docencia que no le permitió hablar a Monserrat en el acto de cierre. Quieren responder al descontento con fraude. Tenemos que organizarnos y responder colectivamente ante este atropello.

Córdoba: estudiantes toman el Manuel Belgrano

El Centro de estudiantes del colegio pre universitario Manuel Belgrano comunicó que se realizó una toma del establecimiento como medida para visibilizar el reclamo de que se respete la ciudadanía universitaria de los colegios pre universitarios, actualmente sub representados en los órganos de cogobierno universitario. La toma fue desde el 26 a las 14:35 hasta el 27 a las 12:00.

Uno de los reclamos que se han dado a conocer es que los estudiantes menores de 16 años puedan participar en las elecciones de autoridades, a diferencia de lo que proponen proyectos que se están discutiendo en la Universidad en la actualidad.

Prórrogas de las becas UBA 2022: una provocación del rectorado

Por Agustina M.

Después de meses de lucha de la Asamblea de Becarixs UBA, con apoyo de la AGD-UBA, el miércoles pasado el rectorado de la UBA anunció la extensión excepcional de las becas que culminan entre agosto y noviembre de este año hasta el 31 de diciembre. Se trata de un pequeño alivio para 82 investigadores en formación de la UBA que podrían acceder a 4 meses más de tiempo y salario para entregar la tesis. No obstante, el anuncio del rectorado es claramente insuficiente, llega de forma muy tardía y entraña una serie de problemas.

Nadie ignora que una crisis humanitaria como la desatada por la pandemia afectó muy profundamente todas las actividades, incluyendo las tareas de investigación, que se vieron interrumpidas o severamente trastocadas durante gran parte de 2020 y 2021. A raíz de las luchas de Jóvenes Científicxs Precarizadxs, la Asamblea Nacional de Becaries y la Asamblea de Becarixs UBA, en 2020 se obtuvieron becas automáticas en Conicet y Agencia de un año para las investigaciones afectadas por la pandemia, que se fueron replicando para las cohortes de 2022, 2023 y 2024. En cambio, el Rectorado de la UBA prorrogó las becas finalizadas en 2020 solo por 4 meses, en 2021 por un promedio de 6 meses y ahora por 4 meses. El tiempo es claramente insuficiente y no se desprende de ningún criterio claro. El anuncio llega a mitad de octubre, mientras los investigadores cobraron su último estipendio en septiembre. Es decir que tendrán que esperar un mes más para cobrar lo que constituye su principal sustento. Para colmo, se plantea que queden sin ingresos en diciembre, justo antes de las vacaciones, con la dificultad que esto representa para acceder a otros trabajos.

Además, el rectorado ignora el reclamo de prórrogas y equiparación con las becas estímulo para las becas UBA 200 y no contempla casos particulares de becas que terminaban regularmente en otras fechas, o que fueron prorrogadas por licencias. Esto afecta a las becas de culminación de doctorado que finalizan en noviembre y a quienes tuvieron licencias por embarazo, que accederían a prórrogas de solo un mes. Las prórrogas correspondientes a las licencias por embarazo son un derecho conquistado con la lucha que debe ser defendido. El intento de ignorarlo de parte del rectorado constituye un claro caso de discriminación y violencia de género, que ya tiene antecedentes en 2020 y 2021, pero que fueron revertidos por la intervención de la Asamblea y del sindicato AGD-UBA.

La pandemia desnudó crudamente las condiciones de precariedad en la que realizan sus tareas los investigadores en formación. Ser becario implica realizar el mismo trabajo que un investigador de planta, con una dedicación exclusiva, solamente compatible con un cargo docente simple. La única diferencia es que aún no se cuenta con un título de posgrado, que se busca obtener al final del período de la beca con la entrega de la tesis. El mal llamado “estipendio” es el principal sustento de profesionales ya graduados de carreras universitarias que participan de proyectos de investigación, producen regularmente informes y artículos y se someten a evaluaciones constantes.

Este fue uno de los ejes principales que se debatieron en el Conversatorio “¿En qué condiciones hacemos ciencia lxs investigadorxs en formación? Debates sobre investigación, derechos laborales y pandemia”, organizado el jueves 14/10 en Plaza de Mayo por la Asamblea de Becarixs UBA y JCP en el marco del paro de 48 horas de docentes universitarios convocado por la Conadu H. Allí, se hizo un balance de las luchas en el marco de la pandemia, se planteó la necesidad de luchar por mejoras salariales y se debatieron estrategias para conquistar el reconocimiento como trabajadores.

En ese sentido, los colectivos de becarios reclaman un marco regulatorio que reconozca derechos laborales plenos: un salario en regla, antigüedad, aportes, aguinaldo, paritarias, obra social para el grupo familiar, licencias con las correspondientes prórrogas, derecho a la estabilidad y la continuidad laboral. JCP ha elaborado un proyecto que se nutrió con los aportes de numerosos investigadores y docentes y que fue presentado en varias instancias. A pesar de que la gestión actual del Conicet, con Ana Franchi a la cabeza, prometió discutir el proyecto, se trata de una deuda todavía pendiente.

Por otro lado, el atraso en los resultados de la convocatoria a la carrera de investigador del 2022 hasta casi fusionarse con la convocatoria 2023 corre el riesgo de eliminar de hecho un año de convocatoria, empeorando la situación de cuello de botella para quienes quieren seguir desempeñándose en el ámbito de la investigación.

¿Cómo nos organizamos?

Los problemas en torno a las prórrogas y la continuidad laboral en investigación se enmarcan en un ajuste generalizado llevado adelante por los gobiernos, en connivencia con el FMI. Esto se traduce en reducción presupuestaria para Ciencia y Educación y en una rebaja salarial bajo la forma de paritarias con cuotas muy por detrás de la inflación.

El desafío actual es fortalecer la organización de docentes e investigadores para impulsar una lucha de conjunto. JCP Buenos Aires ha convocó a una asamblea el martes 18/10, en el Instituto de Literatura Hispanoamericana (25 de Mayo 221) para discutir las problemáticas del sector. Desde la agrupación Naranja-Tendencia de docentes e investigadores proponemos llamar a asambleas en cada lugar de trabajo en rechazo al ajuste presupuestario y salarial, en la perspectiva de organizar un Congreso de delegados de base que ponga en pie un plan de lucha de conjunto.

Fuentes: Clarín, La Izquierda Diario, Red Eco Alternativo, Tiempo Argentino, Prensa Obrera, Resumen Latinoamericano, El Socialista.

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Guatemala: Cada cosa en su lugar

Cada cosa en su lugar

Carolina Vásquez Araya

Es imprescindible saber distinguir la diferencia entre periodismo y propaganda.

El modo como la función informativa se ha ido transformando en un brazo estratégico del poder económico global ha ido evolucionando hasta hacerse parte del paisaje. Lo que en alguna época fue un ejercicio de riesgo, de confrontación y una herramienta útil para la sociedad, hoy parece haber tomado el partido opuesto al manipular y ocultar verdades que, de ser del dominio público, serían capaces de poner de cabeza a los más poderosos. Llama la atención, sin embargo, el cinismo con el que se pone de manifiesto el desprecio de las grandes cadenas informativas hacia las tragedias humanitarias que asolan al planeta, y cómo sus contenidos son aceptados como verdades absolutas.

Hacer un espectáculo de la desgracia ajena es, al parecer, una táctica capaz de aportar ventaja en términos de audiencia y, por consiguiente, un sustancioso incremento en la pauta publicitaria. Lo que Kapuscinski, el gran reportero polaco, consideraba la norma fundamental en el ejercicio periodístico: «Buscar la verdad entre la gente común, olvidarse de los elevados círculos del poder cuando es preciso encontrar respuestas. Describir los detalles, porque a veces en ellos se encuentra la clave de todo. Huir de la vanidad y de la sobre dimensión del ego como de la peste misma, porque ahí se comienza a perder la objetividad y el sentido de las cosas. Y viajar solo, para que la visión de alguien más no distorsione la percepción pura y directa del reportero.» hoy se considera una desventaja competitiva.

Kapuscinski viajó por el mundo y no en calidad de turista, en hoteles de alta gama. Caminó por las rutas casi olvidadas en donde se encontraba patente la miseria humana. Y nos relató sus hallazgos con el acento puesto -incondicionalmente- en la cercanía con los seres más humildes, los pueblos más necesitados. Sus profundos análisis podrían cubrir todo el contenido de un doctorado en ética y sus enseñanzas serían capaces de revertir el sentido mismo de una profesión que, de honorable, ha pasado en algunos casos a ser el equivalente mediático del sicariato.

Como fuerte opositor a todo tipo de conflicto armado –en su carrera vio muchos y, sobre todo, sus efectos- este periodista galardonado con el premio Príncipe de Asturias afirmó alguna vez que «la primera víctima de la guerra es la verdad». Al observar el panorama actual y poniendo cada cosa en su lugar, es importante señalar que el despliegue abrumador de espectáculos bélicos y su retórica deshumanizante, reflejan la tendencia de un periodismo diseñado para y por la hegemonía de los países más poderosos, garantizando así la sumisión y el debilitamiento progresivo de las naciones consideradas «dependientes».

Los auténticos profesionales del periodismo, quienes ven reducir su terreno por presiones de poderes fácticos, influencia de las grandes corporaciones, chantajes y amenazas de empresarios y políticos y, por sobre todo, de estamentos jurídicos estrechamente vinculados a organizaciones criminales y ejércitos corruptos, son perseguidos. Las presiones incesantes para acallar la verdad y ocultar crímenes de Estado no son cosa únicamente de países tercermundistas; lo vemos en las grandes cadenas internacionales, apañando decisiones espurias de las grandes potencias y convirtiendo sus agresiones en un ejemplo de virtudes democráticas. El periodismo, hoy, cruza por la mayor crisis de credibilidad en toda su historia.

Kapuscinski ejerció un modelo de periodismo que hoy se encuentra en vías de extinción.

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/actualidad/a316650.html

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