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Nuevo currículo en el liceo

América del Sur/Venezuela/19 de Agosto de 2016/Autora: Aurora Lacueva/Fuente: Últimas Noticias

Creemos que la transformación curricular debe comenzar este año pero con un buen proceso de información y de formación, dirigido no solo al profesorado.

En el año escolar que acaba de terminar, el Ministerio del Poder Popular para la Educación ensayó un nuevo currículo en casi 70 liceos de todo el país, con miras a su posterior generalización. De manera acertada, el ente considera que la transformación curricular debe verse no como un corte en el tiempo sino como un proceso, que va avanzando y se va enriqueciendo y corrigiendo progresivamente.

Así, la propuesta inicial no es un modelo cerrado a aplicar sin más, sino que busca ser un diseño abierto, siempre en desarrollo. Desde luego, hay unas bases y unos grandes principios que la estructuran y le dan su carácter propio. Resulta una propuesta estimulante, enfocada hacia una educación integral –de interacción “mente, corazón y manos”– y hacia una vida democrática y solidaria en el liceo. Parte de unos referentes éticos apoyados en la Constitución, que han de servir de guía en la cotidianidad de los planteles y deben expresarse en la formación del estudiantado. Son referentes como educar en, por y para la libertad y una visión crítica del mundo; la curiosidad y la investigación; el amor, el respeto y la afirmación de la condición humana, entre otros. Diríamos que es un currículo humanista, preocupado por un liceo que abra las puertas a todas y todos, logre desarrollar cabalmente las potencialidades de sus estudiantes, y ofrezca a las y los docentes espacios para la creatividad, la investigación y la iniciativa.

Las autoridades se proponen la aplicación general de este diseño el próximo septiembre, sin embargo por nuestra parte consideramos que el cambio debe iniciarse, mas no todavía con un nuevo currículo en las aulas: ni la propuesta está suficientemente acabada como para ello, ni las y los docentes han sido preparados para la transformación, ni se han elaborado los materiales de apoyo que se requieren para un trabajo como el que se desea.

Creemos que la transformación curricular debe comenzar este año pero con un buen proceso de información y de formación, dirigido no solo al profesorado, sino también a las y los estudiantes, las familias, los trabajadores y las trabajadoras no docentes de los planteles y las comunidades en general. Todos ellos están llamados a construir un liceo más formativo y amoroso.

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/aurora-lacueva-nuevo-curriculo-liceo/

Fuente de la imagen: http://doralnewsonline.com/web/ejecutivo-plantea-modificacion-del-curriculo-de-educacion-media/

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Estudiantes permanentes, profesores ocasionales

América del Sur/Colombia/19 de Agosto de 2016/Autor: Ignacio Mantilla/Fuente: El Espectador

Se ha impuesto en las universidades públicas colombianas la figura del docente temporal, también llamado ocasional y en algunas universidades profesor de cátedra o catedrático. Pero, lo que hoy determina esta denominación no es solamente la dedicación en horas semanales a la universidad, sino el tipo de vínculo que sólo se pacta por un semestre con el propósito de prestar únicamente servicios docentes, pero que en casi todos los casos se renueva continuamente y en las mismas condiciones.

No se trata pues de auténticos catedráticos de tiempo parcial, es decir no son profesores vinculados en forma laboralmente estable a la universidad, de manera indefinida o con contrato a varios años, para trabajar unas horas semanales, que pertenezcan a la carrera profesoral; y no se trata tampoco de aquellos contratados comúnmente para ofrecer una cátedra especializada y en algunos casos dirigir trabajos de tesis o participar de proyectos de investigación. En su mayoría no son los profesionales de especial reconocimiento, dedicados exitosamente a su ejercicio profesional, que las universidades vinculan de forma permanente o temporal para que asuman algunas asignaturas que contribuyen a fortalecer la formación a través de su experiencia profesional.

Esta figura, a la que han tenido que acudir en las universidades públicas, presente en las universidades privadas también, es una desafortunada salida que no parece tener fin. El número de docentes ocasionales es creciente, llegando a superar incluso, en algunos casos, el número de profesores «de planta» (es decir con condiciones laborales estables).

La razón principal de este fenómeno es la presión a la que son sometidas las instituciones de educación superior para que aumenten la cobertura, pero sin un incremento real de recursos para su planta docente.

Se pretende entonces presentar como catedrático a un docente contratado por unas pocas semanas al semestre, cuyo único trabajo es la docencia, que frecuentemente la ejerce simultáneamente en varias instituciones y que en algunos casos recibe cargas que sumadas superan dedicaciones de tiempo completo. Peor aún es el caso en el que una universidad concentra la mayoría de sus docentes contratados de esta manera y no tiene la posibilidad de vincularlos de otra forma.

Frecuentemente, en los últimos años la decisión de ampliar el número de cupos para estudiantes en las universidades públicas es premiada con algunos recursos adicionales que no van a la base presupuestal de las universidades. Estos recursos son por lo tanto inciertos, y estimulan la contratación de más docentes ocasionales para poder responder a la enorme responsabilidad, esta sí permanente, de formar un número mayor de estudiantes.

Por otra parte, es contradictorio que nos esforcemos por realizar concursos docentes exigentes para contratar nuevos profesores y, simultáneamente, se vinculen de manera continua y sin exigencias mayores docentes ocasionales para cubrir necesidades que aparentemente son coyunturales y especiales, pero que en realidad develan una falencia estructural.

Hoy por hoy el docente es el académico en el que se debe concentrar la responsabilidad de liderar la institución universitaria desde su formación como profesional, su pasión por la enseñanza, sus intereses investigativos, su compromiso institucional en la administración y su fundamental acompañamiento a los estudiantes. Desde otro punto de vista, sabemos que la formación, la investigación y la extensión de calidad son los grandes objetivos de la universidad contemporánea. Pero estos no se logran cabalmente si alrededor de ellos no se dispone de una comunidad de profesores preparados y comprometidos con cada uno de los retos complejos que las instituciones enfrentan actualmente.

Así, la docencia ocasional deja de ser una solución y se convierte en un verdadero flagelo académico para las universidades y para los profesionales contratados mediante esta forma. En otras palabras, la docencia ocasional es inconveniente para quienes la realizan continuamente, semestre a semestre, durante décadas, sin posibilidad alguna de una vinculación estable o ascenso en la universidad, pero también lo es para la institución que aparentemente resuelve el problema ante sus estudiantes, permitiendo que el Estado eluda una obligación esencial con la educación.

Inexplicablemente se cree que la responsabilidad por los docentes adicionales que necesitan las universidades públicas debe atenderla cada institución con recursos propios, como si se tratase de remediar urgencias pasajeras.

Las universidades y el Estado deben ser conscientes del correcto papel del profesor universitario. En ese sentido, una universidad que dependa de la contratación de profesores ocasionales no está respondiendo a los retos contemporáneos de su misión y está poniendo en riesgo la estabilidad de su calidad.

Con la responsabilidad que debe acompañar la autonomía universitaria y con el objetivo de hacer de la excelencia un hábito, la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, hace un permanente balance entre su real capacidad de cobertura y la calidad de sus programas para evitar que una falsa solución para los actuales aspirantes termine convirtiéndose en un verdadero problema para los futuros profesionales.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/estudiantes-permanentes-profesores-ocasionales

Fuente de la imagen: http://www.listindiario.com/la-vida/2015/07/09/379514/transformacion-en-la-docencia-universitaria

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Porno Nuestra sexualidad está en agonía: lo que importa es desear y amar

Por: Nicolás Melini

Aprenden el sexo y lo saben todo en tiempo récord vía porno en internet, estos adolescentes (me pongo en su lugar, porque cuando yo tenía sus años no era así, la sexualidad era un tanteo, una aventura; no la represión de nuestros abuelos pero tampoco esta transparencia). Pero, cuanto menos misterio –cuanta más obviedad, exhibición, pornografía, obscena lección—, más de lo que importa sobre sexo deberán aprender. Paradojas de la vida. Antes por tan poco y ahora por tanto. El problema es que lo que se aprende mal ya no se aprende bien, y por eso estos jóvenes podrían estar abocados a asquearse del sexo, a dejar de practicarlo (de puro no saber) por torpeza de emociones y desconexión de lo que importa de desear y amar. Está sucediendo.

No es de moral de lo que hablo. En La agonía del Eros, Byung-Chul Han lo expresa así: “El porno es la antípoda del Eros (…) La sexualidad hoy no está amenazada por aquella “razón pura” que, adversa al placer, evita el sexo por ser algo “sucio”, sino por la pornografía (…) Incluso el sexo real adquiere hoy una modalidad porno”.

De este modo, nuestra sexualidad estaría en agonía debido al “exceso de positividad” de una sociedad que es publicitaria y pornográfica: faltanegatividad en el sexo, se echa en falta a un otro. ¿Hay que recordar que una pantalla no es nadie? El “infierno de lo igual”, la ausencia de un negativo sexual, aquel a quien oponer la caricia, nos estaría aplacando el deseo, produciéndonos un cada vez mayor desinterés por este. Ya no oponemos la caricia a nadie, ni cuando estamos con otro: somos tan narcisistas que follamos con nosotros mismos; esto es: con un espectador imaginario que no es otro sino nosotros y nos aplaude, patéticamente, a cada embestida.

¿Acabaremos proscribiendo el porno libre para poder volver a desearnos, amarnos y follarnos?

Por ahora, muchos de estos jóvenes van a vivir en la inopia del sexo exhibicionista y el despotismo de la libertad de expresión (y libertad de recepción) del mal sexo hasta la náusea. El sexo no tiene tanto que ver con la virtud o su carencia como con la emoción y la sociología. La religión fue (y es, en muchos sitios) oscurantismo hasta la culpa insondable y el candado de las emociones, pero quien –a pesar de todo— obtiene resquicios de normalización de su sexualidad bajo el yugo moral de la religión, libera los misterios de Eros, y eso era (es) más sabroso que todo el porno del mundo, más sexo del bueno que todo el porno practicado en carne propia y, también, más divertido que el producto del magisterio del porno que es de temer que practiquen muchos de estos adolescentes (y muchos de los que ya no lo somos, también).

Por sus efectos sobre nosotros, no es mejor sobre nuestra sexualidad la lección del porno que la de la iglesia. El porno insensibiliza y, por lo tanto, resulta castrante. De tan fácil, explícito, positivo, frustra hasta no querer. No hay otro en el porno; el porno lo sustituye o lo desaparece, al otro. Así en Japón, que es la sociedad más avanzada del mundo, tierra de hikikomoris y toda clase de seres que han perdido el interés por tener relaciones con otras personas, y así en todo Occidente.

La masturbación ante el porno no produce ceguera ni muerte súbita, como algunos pretendían en otro tiempo, pero sí da la fiaca: esa flojera (según Roberto Arlt, es desgana, depresión). Es “por no”, no es “por sí”. El hikikomori, abrumado por un exceso de estímulos positivos, publicitarios, consumistas, se pasa al lado oscuro de la vida, la inhibición.

Es machista, el porno, si es hetero, pero no es eso, sino la evidencia, el plasma, la postura para una galería que en la intimidad no existe; el gesto (deshonesto y grosero) en los genitales ajenos, forzado y forjado en la brutalidad para que el sexo “traspase” la pantalla. No se puede sentir gran cosa follando así. Es vacío. Nos vacía y daña, ese vacío. Esta forma de sexo es una representación del mejor sexo de los tiempos de la ley seca erótica, cuando la transgresión liberadora era posible. Esa representación, ahora, ya no es más que obscenidad. Una paja rápida y a correr (porque ahí no se puede permanecer mucho rato).

Ojalá que no volvamos a la oscuridad, la solidez, el candado de la religión. Toca más bien pasar de la transparencia a la conciencia y el saber (sin represión moral ni liberación tontiloca ni porno desalmado). Los sexólogos van a tener mucho trabajo con nuestros hijos e hijas, juntos y por separado. Una profesión de futuro, la sexología. Habrán de instruirlos en el cuidado de la intimidad. Descubrirles el sexo sin mal virtuosismo: el sexo emoción. Ayudarlos en la reconquista del sentir

Tomado de: http://elpais.com/elpais/2016/07/17/opinion/1468791679_447123.html

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Desmantelando la inercia

Por: Carlos Henríquez

Sebastián Edwards señaló, en La Tercera el pasado fin de semana, que no se está haciendo nada en cuanto a la calidad en la educación escolar. Denota que hay un panorama desolador, todo en un ambiente de mediocridad y, según su comprensión, con pocas posibilidades de mejorar.

Aventurar sin ver lo que se ha hecho sistemáticamente y sobre todo lo que viene, parece una opinión muy impulsiva. La Reforma de Educación en marcha contempla la calidad como eje, no como mera declaración, sino que una medida concreta, más allá que es en la misma implementación donde se juega el verdadero partido.

Resulta que no nos vamos quedando atrás, como dice el académico de la Universidad de California. Avanzamos con fuerza para que todos los estudiantes, sin distinciones, accedan a una educación de calidad, lo cual requiere esfuerzos permanentes y consistentes.

Es poco comprensible no querer ver la importancia de la Ley de Inclusión (fin del copago, el lucro y la selección), que centra las bases para avanzar en el derecho de la educación; la nueva Ley de Carrera Docente, que saca del anonimato la discusión de la calidad a través de profesores mejor formados y motivados (ingreso, desarrollo, aumento relevante de sueldo y menos horas lectivas, como algunos de los factores), haciendo de ellos uno de los agentes estratégicos del país.

En cuanto a la duración de la jornada escolar, el problema no está en la cantidad de horas, sino el uso y la productividad de éstas. El 2017 es posible actualizar la Jornada Escolar Completa (JEC) en serio, gracias a las condiciones que nunca se tuvieron para implementarla, no sólo desde la planta docente: Ley de Inclusión, aumento de recursos de la Subvención Escolar Preferencial y Carrera Docente. La JEC deberíamos hoy construirla mirando intereses y necesidades de desarrollo integral de niñas, niños y jóvenes.

No debemos omitir el proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Educación Pública que apunta a la desmunicipalización de los establecimientos y su gestión en Servicios Locales de Educación, entidades descentralizadas (por lo tanto, no significa más ministerio), que buscan terminar con las enormes brechas entre la educación entregada por las distintas comunas. Más allá que siempre es perfectible, sabemos, de mejorar el proyecto desde la perspectiva local y de autonomía, el país está tomando la educación pública con el ejemplo de los países desarrollados que tanto miramos, con condiciones, recursos y equipos de apoyo a los establecimientos para ser de buen nivel, en un marco de una sociedad inclusiva, multicultural y diversa en clases sociales.

Por otra parte, con el Sistema Nacional de Evaluación, también en este Gobierno hemos progresado en medidas para mejorar. Creemos que tener más pruebas Simce no ayuda a solucionar la calidad. Hemos disminuido un cincuenta por ciento estas mediciones, perfeccionando la información para la mejora escolar. Consideramos que estas evaluaciones son muy valiosas para monitorear los logros de aprendizaje en nuestras escuelas, pero no son la única herramienta de evaluación para acrecentar los aprendizajes de cada estudiante a lo largo de un año escolar. De hecho, con el nuevo Plan de Evaluaciones 2016-2020, hemos implementando nuevas herramientas como la Evaluación Progresiva para aportar al monitoreo del aprendizaje de la lectura en segundo básico; una evaluación muestral de Formación y Participación Ciudadana, y el aumento de las visitas de orientación de la mejora hacia los establecimientos que más lo requieren con el fin de mirar procesos pedagógicos, junto a las comunidades escolares para poder avanzar.
Somos conscientes que falta mucho por hacer. No nos conformamos con lo que hay. Urge reaccionar. La épica de la Reforma está en desmantelar la inercia, el cual no es apretar tres botones y, claramente, dar una cruzada integral por la calidad. La tarea es larga, pero estamos trabajando como país para implementar los cambios. Vale decir, pasar de las leyes a las acciones concretas que impacten positivamente a los estudiantes. Allí reside la diferencia, pensar la educación con responsabilidad e involucrándonos: entregando lo mejor de todos.

Tomado de: http://www.theclinic.cl/2016/08/12/columna-de-carlos-henriquez/

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Tiempo de romper el silencio de los Diputados electos de Morena-Veracruz en materia educativa

Por: Colectivo Insurgencia Magisterial 

Un partido político no solo se diferencia de los otros por su discurso, sino también por sus prácticas. En el caso de MORENA, muchos votamos en la elección pasada por la esperanza que representaba una forma distinta de hacer política y por el compromiso que asumieron de manera pública de cumplir con la palabra empeñada. El magisterio en resistencia, no tuvo dudas, votó por MORENA.

A días de tomar protesta como Diputados electos por MORENA, nos llama la atención el silencio que guardan respecto de la agenda que impulsarán en materia educativa, más allá de la lucha nacional contra la Reforma educativa.

Este silencio va acompañado de la ausencia de canales formales de comunicación para establecer vínculos con el electorado de sus distritos y así establecer una agenda legislativa ciudadana. Hay por supuesto excepciones, aunque estos Diputados electos de MORENA no tienen dentro de su campo de actuación el tema educativo.

MORENA como partido, decidió darle una diputación plurinominal a un profesor integrante de una de las expresiones de lucha estatal, esto no implica que con ello, su compromiso con el magisterio movilizado quedó cumplido. Muchos votamos por MORENA, no para tener un representante gremial, sino por la posibilidad de impulsar una educación pública garante de la democracia como estilo de vida. Por ello, esta exigencia pública es para MORENA como partido, no hacia el Diputado que eligieron como representante del magisterio.

Los compromisos que se firmaron en materia educativa, se hicieron en el marco de la elección para Gobernador pero no hay nada formal en materia legislativa. Por ello, consideramos que es tiempo de romper el silencio en materia educativa y establecer de manera formal un posicionamiento claro en estos temas.

Compartimos, para recordar, los compromisos que fueron asumidos en materia educativa por MORENA en el marco de la elección para gobernador, con la EXIGENCIA que algo similar se presente en materia legislativa antes de tomar posesión.

MORENA se compromete con el magisterio del Estado de Veracruz a:

  1. Que con base en el Artículo 34 fracción III de la Constitución política del Estado libre y soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave, que a la letra dice: “el derecho de iniciar leyes o decretos compete: …III. Al gobernador del estado”, nos involucre en la creación de una nueva legislación educativa con bases pedagógicas, formativas y sociales bajo los principios de una educación pública, gratuita y laica para el Estado de Veracruz.
  2. Que el titular de la Secretaria de Educación Pública cumpla con el requisito de tener como profesión una licenciatura en Ciencias de la Educación, Pedagogía o ser egresado de una Escuela Normal.
  3. Impulsar un programa de comedores gratuitos en todos los planteles educativos de nivel preescolar, primaria  y secundaria, para garantizar la alimentación nutritiva de los niños y fomentar el aprendizaje.
  4. Otorgar apoyos para uniformes y útiles escolares, para los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria de familias empobrecidas.
  5. Ampliar y mejorar las instalaciones educativas de todos los niveles. Pagar de manera programada los adeudos a la Universidad Veracruzana; reestructurar y otorgar mayor presupuesto a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV); apoyar a las Escuelas Normales públicas y a los Institutos Tecnológicos de todo el Estado; todo ello con la condición de aumentar la matrícula y más jóvenes puedan tener estudios superiores.
  6. Apoyar a los estudiantes de preparatoria, y aquellos que tengan el deseo de cursar una carrera profesional por medio de una beca mensual.
  7. Crear una Escuela Normal bilingüe en la Sierra de Zongolica que aporte a la diversidad cultural de los pueblos originarios de las altas montañas.
  8. Promover ante los tres poderes de la unión la cancelación de la mal llamada reforma educativa y cesar cualquier tipo de represión contra el magisterio veracruzano. Que ningún maestro o maestra sea despedido de su trabajo a causa de la evaluación punitiva de la Reforma Educativa.
  9. Pagar de inmediato adeudos al magisterio, así como pensiones a jubilados y otras prestaciones.
  10. Los maestros que suscriban este acuerdo hacen el compromiso a título personal, como ciudadanos,  de apoyar a MORENA en los trabajos de promoción y defensa del voto para asegurar el triunfo en las próximas elecciones diputados locales y gobernador. 

Tomado de: http://insurgenciamagisterial.com/tiempo-de-romper-el-silencio-de-los-diputados-electos-de-morena-veracruz-en-materia-educativa/

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Hillary Clinton delata la agenda oculta del Nuevo Orden Mundial para la religión

Por: José Javier Esparza

“Los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales”. Estas palabras de Hillary Clinton, pronunciadas públicamente y sin tapujos en un simposio pro abortista, han dejado a más de uno con la boca abierta.

¿Reformar coercitivamente las religiones? ¿Dónde queda entonces la libertad religiosa? ¿Modificar las identidades culturales? ¿Dónde queda entonces la libertad, simplemente, de existir? Semejantes intenciones, en boca nada menos que de la principal candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, deberían haber abierto un fuerte debate. No ha sido así. Muy significativamente, los principales medios de comunicación en todo occidente han preferido silenciar el asunto. Revelador.

¿Qué significa eso que ha dicho Hillary Clinton? Uno, que los “códigos culturales profundamente arraigados”, esto es, las identidades culturales tradicionales, son en realidad nidos de “fobias estructurales”, es decir, prejuicios que es justo y razonable eliminar. Dos, que dentro de esas “fobias estructurales” están “los dogmas religiosos tradicionales”. Tres, que los gobiernos, el poder público, están legitimados para utilizar su fuerza coercitiva contra los dogmas religiosos y las identidades culturales.

Cuando se repara en que esa fuerza coercitiva es, en plata, el “monopolio legal de la violencia”, uno frunce inevitablemente el ceño en un gesto de preocupación. Cuando además se constata que las “fobias” y los “dogmas” son los principios tradicionales de la civilización occidental, es decir, la filosofía natural (por ejemplo, el derecho a la vida), entonces la preocupación asciende hasta la alarma. Lo que Hillary Clinton ha expresado es un proyecto político totalitario de ingeniería social y cultural. Ni más, ni menos.

Ese proyecto ya está en marcha

¿Sorprendente? En realidad, no tanto. Esos tópicos no son nuevos: circulan en la ideología moderna desde la revolución francesa. Por otro lado, guardan perfecta consonancia con lo que hemos venido viendo en occidente en los últimos veinticinco años, desde la caída del Muro de Berlín en 1989: los programas de ingeniería social de la ONU –con frecuencia avalados por los Estados Unidos-, las políticas abortistas y homosexualistas adoptadas por casi todos los países europeos y el desmantelamiento de las identidades étnicas en el espacio occidental. Hillary Clinton se ha limitado a hacer patente lo que ya estaba latente.

Estas palabras de Hillary Clinton han sido interpretadas en clave estrictamente norteamericana: son un proyecto de ingeniería social –más bien diríamos espiritual- en un país que se precia de haber nacido sobre la base de la libertad religiosa. Es cierto que, en el contexto norteamericano, semejantes ideas no dejan de ser una rectificación de la propia identidad fundacional del país, de manera que es comprensible el estupor de muchos. Sin embargo, los propósitos de Clinton forman parte de los temas habituales de la izquierda yanqui desde 1968. Por así decirlo, lo que hemos visto ahora es su “puesta de largo”, su transformación en programa político sin camuflajes.

Del mismo modo, muchos observadores han visto en estas declaraciones de Hillary Clinton una especie de declaración de guerra contra el cristianismo. Es también una perspectiva correcta, pero incompleta: la guerra no atañe sólo a las religiones tradicionales, sino que se extiende, como dice la propia señora Clinton, a los “códigos culturales arraigados”. Es decir que toda identidad cultural histórica, sean cuales fueren su espacio y naturaleza, deben también ser reformadas coercitivamente por el poder público. No es sólo la religión la que corre peligro; la amenaza se extiende a cualquier rasgo identitario que no encaje con el programa del “tiempo nuevo” marcado por la globalización y su potencia hegemónica, que son los Estados Unidos de América.

¿Y los europeos qué hacemos? En general, seguir la estela. Bien es cierto que el camino presenta complicaciones inesperadas y éstas han tardado poco en surgir. Es francamente difícil mantener la cohesión social en un contexto de desmantelamiento de los “códigos culturales profundamente arraigados”. A este respecto la experiencia francesa es sumamente interesante: desde los años 80, Francia ha vivido un proceso de construcción de una nueva identidad sobre la base de la llamada “identidad republicana” que, en la práctica, ha consistido en la destrucción de los referentes clásicos de la nación y su sustitución por dogmas nuevos. “Francia –decía De Gaulle- es una nación europea de raza blanca y religión cristiana”. Empezó a dejar de serlo muy poco después de la muerte del general. El europeísmo se convirtió en una suerte de cosmopolitismo que veía a Francia como protagonista de un mundo sin fronteras, un mundo en el que la propia Europa no es otra cosa que una región privilegiada en el contexto global.

Asimismo, cualquier factor de carácter étnico –racial, cultural, etc.- empezó a ser tabú en provecho de una sociedad de nuevo cuño edificada sobre la afluencia masiva de población extranjera. En cuanto a la religión, iba a ser sistemáticamente postergada en la estela de un laicismo radical que no ha amainado ni siquiera cuando Sarkozy, en San Juan de Letrán, descubrió ante Benedicto XVI los valores del “laicismo positivo”. El resultado ha sido una nación desarticulada en lo político, lo económico y lo social. El discurso oficial sigue caminando hacia el mismo sitio, pero la realidad social ya marcha por otra. El crecimiento del Frente Nacional no es un azar. Los políticos tratan de reaccionar adaptándose al terreno. Lo último fue ver al primer ministro Valls, que el año anterior había abierto institucionalmente el ramadán, reivindicar ahora el carácter inequívocamente cristiano de Francia. Quizá demasiado tarde.

Sea como fuere, lo que ha expuesto la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos es mucho más que una declaración de intenciones: Es cabalmente el programa del nuevo orden mundial, que para imponerse sin grandes resistencias necesita, precisamente, derruir los arraigos culturales y las religiones tradicionales. Era inevitable que alguien terminara invocando la fuerza del Estado para ejecutar coercitivamente la operación. Hillary Clinton lo ha hecho. La izquierda europea, muy probablemente, se subirá al carro. Así veremos a nuestra izquierda respaldar la política mundialista en nombre del progreso. Las vueltas que da la vida…

Tomado de: http://katehon.com/es/972-hillary-clinton-delata-la-agenda-oculta-del-nuevo-orden-mundial-para-la-religin.html

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El otro lado del péndulo en la educación especial

Por Jorge Alejandro Castrillo Hidalgo

Ese ha sido el problema con este lado del péndulo: estamos queriendo igualar en los resultados a quienes no son iguales en sus procesos. 

En la columna anterior decía que la evaluación de la inteligencia y la educación especial habían nacido juntas puesto que el encargo de la creación del instrumento (el test de inteligencia) buscaba atender la necesidad práctica de ofrecer una mejor educación, tanto para quienes la aprovecharían normalmente como para quienes necesitarían de ayudas especiales. La medición de la inteligencia y su producto más conocido, el cociente intelectual (el “mentado CI”, si así lo prefieren) han tenido mucha más discusión, beligerancia y prensa que la educación especial. Pero ambas prácticas han evolucionado y cambiado.

En la actualidad, la educación especial ya no es la misma que la de inicios del siglo pasado. La pregunta que interesa: esta evolución, ¿ha sido para mejorar? Ha cambiado lo esencial: si antes se apartaba y escondía a quienes la necesitaban, ahora el objetivo es integrarlos en la mayor medida posible a su grupo social. Además, los diagnósticos han afinado (el espacio permite solo una apretada síntesis): ya no todo se explica por el Retardo Mental. Las décadas de los sesenta y setenta vieron el apogeo y declinación de la Disfunción Cerebral Mínima. De allí en adelante, los Problemas Específicos del Aprendizaje y el Trastorno de Atención Deficitaria con o sin Hiperactividad han tomado la posta.
Mejores instrumentos de diagnóstico, de medida, la investigación y los avances científicos son los responsables de esta diversidad y, por tanto, mejor tratamiento si aceptamos el supuesto que para cada condición hay un trato diferente.

En esencia, lo que se planteó fue la superación del exilio que se había decretado para quienes eran diferentes a la mayoría. Nuestro país no quedó al margen del “impulso integrador” que vivió el mundo respecto a la necesidad de atender inclusivamente a quienes necesitaban de atenciones especiales para aprender. Programas ministeriales en los cinco continentes empezaron a hablar de la “escuela inclusiva” y normalización (“mainstreaming”): no se excluirá de la escuela a nadie por sus diferencias sino que se lo educa, con los apoyos necesarios y adecuaciones curriculares, en el aula regular. El enfoque inclusivo e integrador se aplica actualmente no solo para educación sino para muchos otros aspectos de la vida como pueden atestiguar los lectores de este periódico.

A las escuelas se les ha exigido –moral y legalmente- aceptar chicos con discapacidades tan marcadas y evidentes que, años atrás, habría sido inimaginable que asistieran a clases en instituciones de educación regular. Esto tiene sus ventajas y algunas desventajas, tanto para el niño con discapacidades como para el resto de sus compañeros.

El currículo nacional norma los objetivos y competencias que un estudiante debe haber alcanzado y desarrollado en diferentes niveles escolares. Una de las funciones de la evaluación educativa consiste en atestiguar si el alumno, efectivamente, ha alcanzado o no tales objetivos y desarrollado (o no) las competencias. De algunos estudiantes con discapacidades se espera que han de alcanzar –con los apoyos y las adecuaciones requeridas- los mínimos curriculares, por tanto, se supone que aprenderán el mismo material que el resto de sus compañeros con las modificaciones sugeridas para ellos. Están “normalizados” (“mainstreamed”) para beneficiar su desarrollo académico y social. En esto se asemejan a los alumnos “incluidos”: se lo hace por los beneficios académicos y sociales que eso les puede reportar. Pero de estos últimos no se espera que lograrán los mismos aprendizajes que sus pares cronológicos.

Nadie debería llamarse a confusión: ambientes semejantes no significan necesariamente iguales resultados. Ese ha sido el problema con este lado del péndulo: estamos queriendo igualar en los resultados a quienes no son iguales en sus procesos. Y para no discriminar, se bajan los estándares para todos. Mal servicio brindará este enfoque si no sabemos distinguir lo que necesita ser distinto.

Tomado de: http://www.elsalvador.com/articulo/editoriales/otro-lado-del-pendulo-educacion-especial-121100

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