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Foros virtuales, “trabajo decente” y la retórica de realidades indecentes

Por: Eduardo Camín

 

El empleo es un elemento decisivo en la inclusión social. Pero el discurso de los gobiernos sobre el “trabajo decente” se ha transformado en una versión laica de las encíclicas papales, y la caridad –obviamente– no es vocación de las empresas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrará del 22 al 24 de febrero el Foro mundial para una recuperación centrada en las personas, que tiene como objetivo aumentar el nivel y la coherencia de la respuesta internacional al profundo y desigual impacto de la crisis de la Covid-19 a nivel mundial.

 

La lógica del modelo económico neoliberal dominante en nuestra época ha impuesto una nueva configuración del trabajo en la que el desempleo y la precariedad son lo habitual, lo normal, puesto que lo nuclear no son las personas sino la rentabilidad.

 

Desde esta perspectiva, el empleo –y las personas que lo desarrollan– se vuelve inestable, inseguro, a merced de las fluctuaciones del mercado. Nuestras sociedades se han ido configurando de tal manera que lo no-productivo, lo que no es útil para obtener beneficio en el menor tiempo posible, se desecha, se descarta.

 

La realidad del supuesto trabajo decente no es más que un oasis de “flexiprecariedad” una constante fragmentación del mundo del trabajo ante las diversas y cambiantes modalidades del empleo, con salidas del mercado laboral y con retornos, la mayoría de las veces en peores condiciones.

 

El Foro virtual de la OIT reunirá a jefes de Estado y de Gobierno, directores de organizaciones internacionales y de bancos multilaterales de desarrollo, así como a dirigentes de empleadores y trabajadores de todo el mundo para proponer acciones concretas y reforzar la respuesta de la comunidad internacional a la crisis pandémica.

El Foro examinará en particular las acciones e inversiones necesarias para promover: empleos decentes y crecimiento económico inclusivo; una protección social universal; la protección de los trabajadores y la sostenibilidad de las empresas, y una transición justa hacia una economía global neutra en carbono.

 

Las perspectivas del mercado de trabajo mundial se han deteriorado de forma más que elocuente y es probable que en los próximos años siga siendo extremadamente difícil para gran parte del mundo volver al rendimiento previo a la pandemia. Actualmente, la OIT prevé que este año el desempleo mundial alcance los 207 millones de trabajadores.

 

No obstante, habría que agregar un bemol importante a estas cifras: un reciente informe del organismo reconoce que muchas personas que abandonaron la fuerza de trabajo no han vuelto a formar parte de las estadísticas, por lo que el nivel de desempleo no refleja del todo las repercusiones de la crisis sobre el pleno empleo. Añade que el desempleo se mantendrá por encima del nivel alcanzado en 2019, como mínimo hasta el 2023.

 

Trabajo decente, un concepto muy manido  

 

La OIT acuñó el término de “trabajo decente” y lo convirtió en su prioridad a partir de 1999, entendido desde la promoción de oportunidades para que hombres y mujeres pudieran conseguir un trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

 

Sin duda, el lenguaje constituye una de las herramientas usuales para interpretar y comprender la realidad. Pero en nuestros días es habitual la utilización del lenguaje fingido para controlar la forma de pensar o legitimar desigualdades. Y ciertas nociones o enunciados que surgen en un determinado contexto se convierten en claves para objetivar cuestiones con un alto contenido emocional.

 

El de “trabajo decente” es un concepto muy manido en estos tiempos, emergente del actual contorno sociohistórico en donde la situación laboral es endeble y la categoría trabajo ha perdido significación. Es decir, un concepto que se constituye en un término altamente valorativo y explicativo de la realidad, pero que paradojalmente lleva implícito su déficit.

 

Podemos definir que el sentido ético es el carácter más visible de este término, cuestión que por lo tanto puede llevar a confundirlo con un anhelo. Las dimensiones que lo constituyen estructuran una sólida noción analítica que dan cuenta de cómo puede ser el trabajo, o bien de cuánto adolece hoy en día esa actividad vital, ese acto social propiamente humano.

 

Cuando hablamos de trabajo, hemos limitado su significado habitual al empleo, al trabajo asalariado, pero abarca mucho más que eso en capacidad creadora, construcción social, desarrollo humano, solidaridad. Muchos de los trabajos que realizamos sin ser empleos son imprescindibles para la vida humana, en el hogar y la familia, el del cuidado, el voluntariado, y sin ellos el empleo no se podría sostener.

 

Con Covid o sin Covid

 

Somos conscientes de que las consecuencias del Covid-19 en el empleo son profundas, de gran alcance y sin precedentes y para captar con mayor precisión las características actuales, diremos que vivimos la crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial.

 

Hasta hoy, el empleo es un elemento decisivo en la inclusión social y no tenerlo aboca a muchas personas y familias a la pobreza o la exclusión. Pero el imponente discurso de los gobiernos sobre el “trabajo decente” se ha transformado en una versión laica de las encíclicas papales, y la caridad –obviamente– no es vocación de las empresas.

 

Podríamos ir más lejos: los dueños de empresas y los operadores financieros tienen todos los motivos del mundo para felicitarse por el estado de las cosas y vivir la vida que se presenta como una situación bendita, ya que ninguna teoría, ninguna manera de pensar, ninguna acción seria se opone a ellos. El virus tampoco lo hará.

 

Entonces cabría preguntarnos ¿por qué continuar con la retórica discursiva de la “indignación” en los foros sociales, en las cumbres mundiales y renunciar a una acción seria en sus propios países, que se oponga a este estado de las cosas?

 

Una de las tentaciones permanentes es acabar aceptando el mensaje mil veces repetido de que las cosas son así y no hay alternativa posible. El mundo de las modernidades digitales y la retórica del discurso neoliberal seguirá marcando el sentido de los tiempos.

 

Necesitamos trabajo y sustento… y nos ofrecen empleo cada vez más precario, cada vez más indecente. Este es el problema a resolver, que no tiene solución viable razonando con la lógica del lucro del dinero.

 

 

 

*El autor es periodista uruguayo en la ONU Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estrategico (CLAE)

 

Fuente de la información e imagen: https://estrategia.la/2022/02/11/foros-virtuales-trabajo-decente-y-la-retorica-de-realidades-indecentes/

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El sujeto precario. Trabajadores culturales en la era digital

Por: Lab.cccb

El capitalismo cultural se alimenta del entusiasmo de aquellos que buscan vivir de la investigación y la creatividad en ocupaciones culturales o académicas.

Ya hace tiempo que se instrumentalizan la vocación y el entusiasmo para justificar la deriva hacia la precariedad laboral. La tendencia va en aumento en los contextos dedicados al arte, la cultura y el conocimiento, donde conviven las ventajas de un mundo hiperconectado con el mantenimiento de viejas formas de poder que vulnerabilizan a las personas y les niegan espacios donde repensar la lógica laboral en que se inscriben. Una lógica que incluye desde la falacia de igualar la vida al trabajo hasta la burocratización de la vida laboral, pasando por la feminización de las bases de la cultura o el individualismo inducido por la competencia feroz, entre otros.

«Nos han hecho creer que somos libres», que con esfuerzo podremos convertir nuestra vocación creativa en un trabajo digno. «No es cierto». Tampoco lo es que la cultura esté feminizada. Lo están los hilos que la tejen, pero no quienes mandan ni quienes desde un suelo estable cobran y proyectan su futuro en el trabajo cultural. La expectativa es mi mayor frustración. Día a día escucho que mi trabajo es una afición, que su ejercicio es ya mi pago.

Diario de La Pusilánime

La sala resplandecía. La luz salía de todas partes, incluso de las personas que allí se congregaban. Eran luces eléctricas que les conferían un aire robótico a los asistentes. Era tanta la luz que apenas se divisaban siluetas ni rasgos, sombras o irregularidades. Vestidos de lo mismo presentaban sus papers midiendo sus palabras entre tablas y estadísticas y a ellos mismos arropados por sus competitivos índices de impacto. Todo con la impasividad de quien ha sido despojado de alma o está entrenado en contener la rabia. Al otro lado de la pared una multitud de solos congregados dibujaba una escena repleta de claroscuro. Cada individuo iluminaba su cara con una pantalla y se fotografiaba o emitía en streaming con entusiasmo, vanidad, emoción y alma. Había manchas en sus ropas, restos orgánicos entre los cables. En conjunto la palabrería amontonada sobre millones de «uno mismo» sonaba excesiva, como un ruido pegajoso e inhumano.

Notas sobre las redes y el declive de la academia

Tienen que ver (sujeto precario, cultura contemporánea, libertad, declive de la academia, Internet…). Intentaré argumentarlo sin cerrar las líneas, buscando hacer la cosa pensativa, fragmentándola, mirando y poniendo espejos. Mientras escribo pasan varias horas y días, tres evaluaciones de proyectos, cuatro evaluaciones de teleoperadoras, dos de técnicos. Mis estudiantes me evalúan a mí y yo a ellos. Intercambio formularios, leo en la máquina y la máquina me lee. Siempre restan tareas por hacer. (Fin de) semana. Límite de palabras inclumplido.

Fuente de la información e imagen:  https://lab.cccb.org

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Propuesta curricular 2022. ¿Hacia una nueva Escuela Mexicana?

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz* 

A partir de este año iniciarán los trabajos para lo que seguramente será el punto de concreción de la denominada Nueva Escuela Mexicana: la definición del plan y los programas de estudio. En ese sentido, ha sido dado a conocer el documento titulado “Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana”, que deberá ser enriquecido y servir como base en los trabajos de discusión que se efectuarán en las entidades del país. ¿Hacia dónde va la nueva propuesta? ¿Hay un rompimiento con los planes anteriores? ¿Cuáles son sus mayores prioridades? Éstas y otras preguntas pueden responderse a partir de la información contenida en el texto aludido.

En las primeras páginas del documento se plasman los motivos y la orientación de la propuesta curricular. El énfasis de la escuela en la producción de capital humano, la exclusión de los más desfavorecidos, la individualización del éxito y el fracaso educativo y la sobrecarga y fragmentación de conocimientos son algunas de las críticas principales que se hacen a las prácticas educativas del pasado y que sirven como fundamento para buscar otro tipo de escuela, concebida ahora como un espacio de construcción de lo común.

En cuanto a los rasgos del perfil de egreso, en general se advierte cierto grado de continuidad con respecto al plan vigente, pero se observa un énfasis en lo social y humanista. Aunque no se menciona que los rasgos se acomoden según su importancia, en el plan vigente los primeros tienen que ver con lenguaje y comunicación y pensamiento matemático, mientras que en la propuesta son los relativos a la identidad personal, colectiva, étnica y nacional, así como el autoconocimiento. El orden coincide con la crítica a las prioridades de los planes educativos anteriores. Parece, como se verá más adelante, que no es casualidad el lugar de las características deseables.

El plan de estudios se organiza en cuatro campos formativos: Lenguajes; Saberes y pensamiento científico; Ética, naturaleza y sociedad; y De lo humano y lo comunitario. Uno de los componentes de la estructura de los campos formativos son las progresiones de aprendizajes, referentes de los conocimientos y su nivel de aproximación en cada etapa escolar. Destaca que conjugan conocimientos, habilidades y valores provenientes de diversas disciplinas.

Al revisar el borrador del programa analítico de quinto y sexto grados de primaria, se observa que cada progresión de aprendizaje generalmente incluye dos o más contenidos de diferentes áreas disciplinares. Por ejemplo, al abordar las causas de la obesidad y el sobrepeso, simultáneamente se desarrollan aprendizajes relativos a manejo de números decimales y lectura de datos en tablas y gráfica. Aunque es preciso mencionar que la vinculación de áreas disciplinares y el trabajo a partir de grandes temas siempre fue una posibilidad para los docentes, debe destacarse el hecho de que ahora sea explícito desde el planteamiento curricular.

Si bien la disposición de la progresión de los aprendizajes parecería un indicio de alejamiento de la tan criticada atomización del conocimiento, es prudente esperar a conocer la malla curricular (aún en construcción) para tener mayor certeza.  Se observa pues que en el desarrollo de los componentes formativos en el aula “los contenidos dejan de responder a una especialización progresiva por asignaturas, y se articulan a situaciones que son relevantes para el individuo y la comunidad” (Dirección General de Desarrollo Curricular, 2022, p. 141).  Al menos en el planteamiento y a reserva de conocer más detalles, pareciera que se busca evitar un currículo centrado en los contenidos y las asignaturas.

Un aspecto relevante del bosquejo de la propuesta curricular tiene que ver con el tiempo de abordaje de los campos formativos. A diferencia del plan vigente, en el que se establecían periodos lectivos fijos para los espacios curriculares, la propuesta señala periodos mínimos y máximos, lo que daría la posibilidad a las escuelas de decidir, en función de los contextos y las necesidades de los estudiantes, en qué áreas formativas enfatizar.

En la configuración de los periodos lectivos hay un cambio importante: campos formativos de corte social y humanista tienen un incremento sustancial en el tiempo de abordaje. Por ejemplo, en sexto grado de primaria, el campo formativo Ética, naturaleza y sociedad puede recibir hasta 6.5 periodos lectivos, mientras que en el plan anterior las asignaturas asociadas al mismo (Formación Cívica y Ética, Geografía e Historia) tenían menos de la mitad (tres, en total). Lo mismo sucede con el campo De lo humano y lo comunitario, que crece más del doble. Los otros dos campos, Lenguajes (vinculados con las actuales asignaturas de Lengua materna y Lengua extranjera) y Saberes, tecnologías y ambiente (Matemáticas y Ciencias Naturales), pueden perder hasta 2.5 y dos periodos, respectivamente, en relación al acomodo actual. Es claro dónde está el acento de la propuesta curricular.

Todavía quedan dudas que podrían ser motor de los trabajos y las discusiones para el diseño del plan de estudios: ¿Cómo se concretará un enfoque multicultural desde la estructura misma del plan de estudios y no meramente desde su superficie, como se acusó en la exposición de motivos? ¿La malla curricular, aún desconocida, será congruente con el deseo de evitar la fragmentación del conocimiento? ¿Son balanceados los periodos lectivos propuestos? ¿Cuáles serán los referentes, a gran escala, para valorar el avance educativo, en sintonía con la crítica a las limitaciones del desempeño en pruebas? ¿Cómo se valorará el éxito educativo en una escuela pensada como lugar de construcción de lo común?

 

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.  

Twitter: @proferoger85 

REFERENCIAS

Dirección General de Desarrollo Curricular. (2022). Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana. México: autor.

Fuente de la información:  https://www.educacionfutura.org

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La nostalgia de Hilarión

Por: Ilka Oliva Corado
Como tantos inmigrantes, él nunca le ha contado a su familia que renta un espacio en un sótano de una casa en donde viven quince indocumentados más.

Salió del segundo turno a las tres de la tarde, ha trabajado de 5 a 10 de la mañana en una mueblería cortando madera y de 11 de la mañana a las 3 de la tarde el segundo turno, limpiando oficinas.  En su camino para el tercer turno donde trabaja de ayudante de mesero en un restaurante libanés se detiene en un supermercado mexicano para enviar su remesa semanal a su familia en San Sebastián, Retalhuleu, Guatemala, es domingo en donde vive todos los días de la semana los trabaja por igual.

Una enorme fila lo espera en el supermercado, siempre hay gente enviando remesas a cualquier hora cualquier día de la semana, siempre está el volumen del radio a todo lo que da con música mexicana, huele a carne frita, a pocos pasos hay otra fila esperando comprar los tacos de carne de coche que son la especialidad de la casa. Ve apiladas las cajas de aguacate maduro que se irán en un santiamén, es lo que más compra la gente los fines de semana  y los  tamales en bolsa que venden maleteados, también maleteadas venden las hojas de nopal, cosa que nunca deja de asombrarlo pues en Guatemala no se comen, las vio una vez que fue a Zacapa, enormes plantas de cactus que nadie tocaba y resulta que en donde está los mexicanos los compran como quien compra un rimero de tortillas o una bolsa de pan, parecieran el conqué y no un acompañamiento en el plato de comida.

Al principio, de recién llegado a Hilarión le llamaba la atención que la gente ponía remesas, recargaba tarjetas de teléfono en sus países de origen, cambiaban sus cheques y dejaban hasta el último centavo entre el supermercado y la licorería de al lado, nunca imaginó que pasarían tantos años y que él haría una rutina tan similar a la de esas personas que vio cuando recién llegó a ese lugar donde neva en   la época en la que los árboles de mango están a todo lo que dan en su pueblo natal.

Hilarión emigró cuando recién cumplió 17 años, con tres hijos por mantener dejó a su esposa y a los niños en casa de sus suegros y prometió regresar en dos años, si le iba bien y llevar dinero para comenzar un negocio, han pasado 25 años desde entonces, le falta por graduar de la universidad al último de sus hijos y al último de sus hermanos, no piensa regresarse hasta que lo logre.  En Guatemala trabajaba en las fincas de caña de azúcar, si le revisaran el cuerpo todavía le encontrarían  en la piel las tunas de la caña que como espinas se entierran hasta lo más profundo, en esas fincas se pasó la infancia y la adolescencia trabajando con sus papás y sus tíos, durmiendo en galeras y comiendo una vez al día, ganando  sólo para el pasaje de ida y vuelta a su pueblo,  no sabe leer ni escribir porque la escuela nunca fue una opción para la pobreza de su familia, tenía que ayudar a sus papás en la crianza de sus hermanos pequeños.  Se ha dado cuenta que en la fila esperando para enviar sus remesas hay tantos como él, a cargo de papás, abuelos, hermanos pequeños e hijos, cuando conversa con ellos resultan con historias similares, no importa de qué lugar de Latinoamérica lleguen, ahí hay hasta bisnietos de los braceros.

Hilarión se enteró de la existencia de los braceros cuando un día hace varios años se fue a tomar unas cervezas con un joven después de que ambos enviaron sus remesas, su bisabuelo había sido bracero. No era el único con una carga familiar en la espalda, era la mayoría de migrantes indocumentados, por eso es que no se regresaban en dos años como pensaron al principio. Como él también cargan fotos de los hijos y en sus teléfonos celulares, no los vieron crecer, pero lograron criarlos con el envío de remesas. Y también conoció en el transcurso de los años a tantos que nunca han contado a sus familias en sus países de origen cómo viven realmente en Estados Unidos, él nunca le ha contado a su familia que renta un espacio en un sótano de una casa en donde viven quince indocumentados más.

Hilarión sale del supermercado, ese día no ha estado tan frío, el sol se ha dejado ver por momentos y las temperaturas no son tan deprimentes y desesperantes, respira el aire fresco que por un segundo le llevó el aroma del corozo y de los mangos tiernos de los árboles en su natal San Sebastián, se pregunta mientras conduce hacia su tercer trabajo si los otros migrantes también extrañarán como él cuando el sol se asoma entre el cielo plomizo el invierno estadounidense.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com

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Pablo González Casanova, cien años de pensamiento crítico

Por: Emir Sader
Fuentes: Rebelión [Imagen: Pablo González Casanova en un acto académico. Créditos: UNAM]

En este artículo el autor hace una semblanza del pensador latinomearicano Pablo González Casanova.

El 8 de noviembre del 2012, hace 10 años, Don Pablo González Casanova recibió el Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales, durante la inauguración de la Asamblea General de Clacso (Consejo Latinoamericana de Ciencias Sociales), en Ciudad de México. Durante la entrega, yo, como Secretario General de Clacso, afirmé que Don Pablo es el intelectual de mayor importancia en América Latina. Este viernes Don Pablo cumple cien años.

Don Pablo dio ese día  de 2012 una conferencia magistral, donde trató tres temas principales: la ciencias hegemónicas, la presente agudización de la crisis y la respuesta social de presión, negociación o conformismo; y las ciencias sociales y el pensamiento crítico alternativo y revolucionario, con tanta riqueza en América Latina.

Don Pablo explicó que las ciencias hegemónicas de la globalización no son solo ideologías, sino también “tecnologías y tecnociencias para la dominación y la acumulación, cuyo desarrollo corresponde al crecimiento de las ciencias de la comunicación y la organización, destinadas a alcanzar los objetivos del capitalismo corporativo y de subsistemas de organización para la maximización de ganancias y la minimización de perdidas.

“En las guerras formales e informales las políticas de desinformación y desconocimiento se complementan con medidas de debilitamiento por eliminación y destrucción física y moral de competidores y opositores, corrupción y colusión de los mismos”, dijo Don Pablo.

Añadió que la ciencia mas avanzada, de acuerdo con los gerentes de la globalización, es la de la toma de decisiones para la maximización de utilidades y la disminución de riesgos, tanto en el campo económico como en el político-militar. Combinada con la política de pan y palo, o con la psicología para la domesticación de animales humanos, o la dominación de los pueblos con bananas y garrotes, más que rigor científico indica cuán fuerte se siente el mundo de la corporaciones y de los complejos militares-empresariales para imponer su política de dominación y acumulación con gobiernos enteros a su servicio.

Para Don Pablo, con la integración de estos complejos empresariales, militares, políticos y mediáticos, el capital corporativo perfeccionó políticas de cooptación y represión. Las nuevas políticas permitieron al capital corporativo quitar las principales facultades soberanas a los estados, hasta disponer de un nuevo tipo de estados privatizados, cuyos jefes de gobierno hacen de la competitividad , la eficacia y la gobernanza su principal tarea. Buscan y se enorgullecen de atraer capitales, con exenciones de impuestos, subsidios, desregulación de los trabajadores o de lavado de dinero que maneja la compraventa de armas y narcóticos y contribuye a la creciente recolonización de países enteros con la creciente cooperación del crimen organizado. Sin embargo, a pesar del panorama, Don Pablo finalizó su intervención recordando que la fuerza de América Latina hace pensar que otra realidad es posible.

Quise reproducir esas palabras de Don Pablo, de exactamente hace 10 años, para certificar la perennidad de su visión del mundo contemporáneo.

Si alguien personifica el pensamiento critico latinoamericano, ése es Pablo González Casanova o Don Pablo, como le llamamos, con reverencia y con cariño. Es quien, como trayectoria y como obra, resume, antológicamente, el pensamiento crítico latinoamericano, uno de los mejores patrimonios que nuestro continente ha producido a lo largo del siglo XX y del siglo XXI.

Don Pablo pertenece a esa generación de oro del pensamiento social de América Latina, que tiene como sus maestros fundadores a José Carlos Mariátegui, a Julio Antonio Mella, a Luis Emilio Recabarren, a Sergio Bagu, a Rodolgo Stavenhagen, entre otros.

Su obra es contemporánea de lo mejor que el pensamiento social latinoamericano ha producido, así, entre los que han convivido con Don Pablo, están Orlando Fals Borda, Edelberto Torres Rivas, Agustin Cueva, Antonio Candido, Caio Prado Jr., Florestan Fernandes, Ruy Mauro Marini, Roger Bartra, Sergio Bagu, Darcy Ribeiro, Ernesto Laclau o Juan Carlos Portantiero entre tantos otros grandes pensadores latinoamericanos.

Don Pablo participó, desde su fundación, de Alas –Asociación Latinoamericana de Sociología-, de la que fue presidente entre los años 1969 y 1971, elegido en el Congreso realizado en México.

El pensamiento de Don Pablo nos llegó, en primer lugar, con la lectura de «La democracia en México«. Por primera vez teníamos una gran explicación histórica del país que había asombrado al mundo con su Revolución y después se había vuelto un enigma difícil de desvendar.

Don Pablo nos presenta un método histórico concreto de comprensión, sin apología ni pesimismo, que nos ha encantado. Finalmente comprendíamos a México con todas las contradicciones concretas que lo articulan y lo explican. Un breve trecho nos recuerda el tono de sus análisis:

“El hecho de que en el desarrollo europeo y norteamericano el motor para el establecimiento del mercado interno haya sido un sistema de partidos y sindicatos cercanos al modelo clásico y que en México el desarrollo clásico logrado hasta ahora se deba a un sistema sui generis de gobierno nos obliga a pensar que la democratización del país al interior del régimen capitalista exige una imaginación política especial, una verdadera creación democrática, evitando imitar las formas de gobierno de la democracia clásica, pero sin detenerse tampoco, en las formas parademocráticas que hasta ahora nos han sido relativamente útiles como nación: la trasformación no exige necesariamente llegar a un régimen parlamentario que, además, se encuentra en decadencia y ya no corresponde a las expectativas de la política neocapitalista; la transformación exige idealizar formas democráticas dentro del partido gubernamental, instituciones parlamentarias que controlen obligadamente al poder económico del sector público, instituciones representativas para la descolonización nacional, instituciones que favorezcan a la manifestación de ideas de los grupos minoritarios políticos y culturales, incluidos los grupos indígenas; instituciones que fomenten los periódicos en los partidos y la representación indígena, instituciones que fomenten la democracia sindical interna y las formas auténticas de conciliación y arbitraje, o sea, formas de gobierno nuevas que se valgan de la experiencia nacional y la lleven adelante en un acto de creación política, cuya responsabilidad quede en las manos de la propia clase gobernante y, sobre todo, de los grupos políticos e ideológicos más representativos de la situación nacional.”

Fuimos acostumbrándonos, desde entonces, a sus obras, sobre el Estado, sobre la explotación, sobre las clases sociales. Las de interpretación propia y las que organizaban el pensamiento de varios autores sobre un tema.

Con sus interpretaciones, que siempre ubicaban los temas latinoamericanos en una óptica política e histórica general, nos abría nuevos horizontes de comprensión. Podemos decir que varias generaciones de intelectuales del pensamiento critico latinoamericano se hayan apoyado en sus análisis. Su presencia fue omnipresencia a lo largo de la trayectoria de tantos de nosotros.

Que estos 100 años se cumplan para Don Pablo con un nuevo marco histórico del pensamiento critico latinoamericano, del cual él es la mejor y más alta expresión.

Pablo González Casanova, cien años de pensamiento crítico

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Si el progresismo es el futuro, hay que pensar con urgencia en el posfuturo

Por: Aram Aharonian

Fuentes: Observatorio de la Crisis

“El principal error de los gobiernos progresistas, muchos de ellos asesorados por “expertos” de la decadente izquierda europea, fue mantener el modelo de crecimiento fundado en la explotación de recursos naturales que es precisamente el fundamento material del neoliberalismo”.

Los dirigentes progresistas nos están demostrando que la única izquierda que hoy existe en América Latina y el Caribe es la del pueblo en la calle, exigiendo, presionando, por los cambios estructurales de nuestras sociedades.

Si el acuerdo con el FMI que firmó el presidente argentino Alberto Fernández y aplaudió el ex (¿y próximo) mandatario brasileño Lula da Silva es el camino del futuro, tenemos que ponernos a pensar en otro futuro, porque el “progresista” ya tiene delineado su camino de nuevas frustraciones.

Frente al desafío del acuerdo (sometimiento dirían algunos) con el FMI hay que ser claros y precisos. Se está a favor y se contribuye a su aprobación –como buenos cortesanos del poder- o se está en contra y se lucha para derrotarlo. En este sentido no caben posiciones ambiguas y mucho menos silencios.

La Argentina no necesita realizar un brutal ajuste fiscal y comercial. Lo hace para honrar una deuda que fue tomada a espalda del pueblo, sin cumplir con los mandatos constitucionales (autorización previa por el Congreso  y eso no pasó cuando se tomó el crédito con el FMI), incluso violentando el propio estatuto del FMI, que dice –en sus estatutos que no cumplen- que no se le puede prestar a un país en fuga de capitales.

Argentina es el único dentro de las mayores  economías de América Latina que genera superávit de su balanza de pagos corriente (+ 0,9% del PBI), en tanto los “países modelo”, a los cuales plantea  imitar el FMI, generan déficits en sus intercambios con el exterior (Brasil -0,7%, Chile: -2,4%, Perú: -2,7%, Colombia: -4,9%)

Y fue lo que hicieron. Es más, fue lo que propiciaron para endeudar a la Argentina y beneficiar a una minoría parásita y rentista como lo informó el mismo Banco Central.

Pero eso no es lo más importante: se está rediseñando la economía del país para beneficio del capital extranjero en desmedro de las riquezas naturales argentinas, de su población, de su trabajo, del presente y del futuro. Y ese nuevo diseño de un modelo extractivista , agropecuario-exportador que se impone, es para generar las divisas para pagar los servicios de la deuda externa, señala el economista Horacio Rovelli.

Al gobierno del “progresista” Alberto Fernández no se le dio siquiera en hacer propia al idea de una auditoría integral de la deuda, que transparentara todo el proceso de endeudamiento y sus derivados.  Todo quedó para discursos vacuos de ocasión, denuncias e  investigaciones paralizadas , no poniéndose al descubierto en forma puntual  responsabilidades, maniobras, ocultamientos y evasiones  cambiarias  e impositivas

 Una auditoría que elevara sus conclusiones no solo al gobierno argentino sino a los distintos organismos multilaterales del sistema de Naciones Unidas y a los organismos regionales. Incluso, solicitar al Tribunal Internacional de La Haya una opinión consultiva sobre el tema, congelando toda negociación hasta que estas cuestiones preliminares estuviesen resueltas.

La teoría de lo posible

A quienes desde la supuesta izquierda critican el acuerdo con el FMI, se los acusa de estar haciéndole el juego a la derecha, quizá olvidando que si el Congreso aprueba el convenio ya no será el “acuerdo y préstamo a Macri” sino el “acuerdo y préstamo al gobierno peronista de Alberto Fernández”, un nuevo progresista. Es cuando muchos, para justificar el acuerdo, hablan nuevamente de coyuntura mundial, geopolítica y se encaraman en la teoría de lo posible.

Lula, el probable próximo Presidente de Brasil, felicitó a Alberto Fernández por su acuerdo con el FMI,en momentos en que parecía que –después de dos décadas- había un reverdecer del progresismo y/o el izquierdismo, con el triunfo de Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile y las perspectivas de Gustavo Petro en Colombia. ¿Una nueva etapa progresista en la región, junto a los por gobiernos de tinte bolivariano, como los de Venezuela y Bolivia?

La emergencia de los gobiernos progresistas alimentó esperanzas de una mejor vida para los pueblos de la región. Sin embargo, las políticas adoptadas por sus gobernantes, más allá de diferencias nacionales, no lograron responder a las demandas de una ciudadanía que había sido duramente golpeada por el neoliberalismo. El progresismo no fue capaz de impulsar un proyecto de transformaciones y abrió camino a la derecha.

El principal error de los gobiernos progresistas, muchos de ellos asesorados por “expertos” de la decadente izquierda europea, fue mantener el modelo de crecimiento fundado en la explotación de recursos naturales que es precisamente el fundamento material del neoliberalismo. El progresismo renunció a la industrialización, obnubilado por los altos precios de las materias primas, y sobre todo porque aceptó la idea impuesta por el neoliberalismo dominante, que crecimiento y desarrollo son la misma cosa.

A diferencia de las izquierdas de los años sesenta, aceptó que nuestras economías fuesen proveedoras de materias primas y alimentos para la industrialización y urbanización china, manteniendo intocado el modelo productivo, inhibiendo la diversificación económica, lo que favoreció empleos precarios y bajos salarios.

Fue ese modelo productivo el que generó una particular alianza entre los gobiernos progresistas y las corporaciones transnacionales dedicadas a los agronegocios y al extractivismo, la que impidió que se realizaran reformas reales en los sistemas tributarios, fundamento indispensable para el mejoramiento en la distribución del ingreso, recuerda Roberto Pizarro.

Vale recordar que el triunfo de los gobiernos progresistas tuvo gran apoyo de los movimientos indígenas, ecologistas y feministas, los que mostraron su presencia militante en los primeros años. Pero, con el correr del tiempo se desataron fuertes conflictos. Los gobiernos progresistas se caracterizaron por prácticas personalistas, clientelares, y en varios casos corruptas, generando el rechazó de vastos sectores de la sociedad, lo que fue capitalizado por la derecha.

Pocos lo dicen: las confusiones y desatinos de los gobernantes progresistas abrieron las puertas para el restablecimiento de las peores políticas neoliberales que, en definitiva, pagaron nuestros pueblos: hoy más de la mitad de los jóvenes latinoamericanos y caribeños viven en hogares donde reina la pobreza…

Al progresismo de hoy no le gusta la calle, no se siente cómodo. Para ellos son más confortables las negociaciones secretas, los conciliábulos elitescos, las negociaciones diplocomerciales de los chinos, las mediaciones de “amigos” como el papa Francisco, algún premio Nobel de Economía, y/o una serie de funcionarios del gobierno demócrata de Estados Unidos.

Y son estos funcionarios –ahora diz que progresistas- que festejan el acuerdo como hinchas del FMI, no de la Argentina y menos aún del futuro del país. Y lanzan su artillería mediática hablando de “consignas berretas propias de un infantilismo simplista” y olvidan cuatro décadas de connivencia y convivencia con una vida democrática formal, cuando cada uno de los gobiernos fueron “pagadores seriales”, al decir de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

¿Por qué si la deuda pública de Estados Unidos en 2021 equivalía al 133 % de su PIB, la de Japón al 257 % y la de Argentina al 102.8 % el FMI no envía misiones trimestrales para auditar y corregir el desmanejo financiero de Washington y Tokio? , se pregunta Atilio Borón.

Numerosas misiones del FMI seguirán cayendo sobre la Argentina en los próximos meses, desentrañando la verdadera misión que el Fondo desempeña como instrumento de la política exterior de Estados Unidos. La deuda argentina –como muchas otras- es hija de un planteo estratégico que obvió discutir el carácter fraudulento del préstamo concedido, en abierta violación de sus propias normativas y del carácter supuestamente multilateral de la institución.

O sea, Donald Trump dio la orden para ayudar a la reelección del neoliberal Mauricio Macri, y fue obedientemente ejecutada por el Directorio del FMI, que o podía contradecir el mandato de su principal socio (o patrón).

El verso de  los opinadores-repetidores de las derechas –no me atrevo a decir pensadores, que debe haberlos-  es que el FMI es una institución “multilateral” y que representa a la “comunidad internacional” y por ello lo sensato es seguir los lineamientos y condicionamientos que dicte.

Al hablar sobre las alianzas internacionales de Estados Unidos, Zbigniew Brzezinski señaló que “debe incluirse como parte del sistema estadounidense la red global de organizaciones especializadas, particularmente las instituciones financieras «internacionales». En realidad, son instituciones dominadas por EEUU surgidas de una propuesta de Washington en la célebre conferencia de Bretton Woods de 1944, cuyas consecuencias aún padecemos.

El sociólogo y economista Jorge Elbaum recuerda que los condicionamientos externos coinciden con la extorsión judicial planteada desde adentro del país. El endeudamiento externo de la Argentina con el FMI fue promovido por los mismos sectores que se beneficiaron. Los amigos, socios y simpatizantes del macrismo le pidieron al expresidente que consiga los dólares para coronar la especulación financiera que habían llevado a cabo desde el 10 de septiembre de 2015.

El negocio les salió redondo: los grandes empresarios se quedaron con los dólares otorgados por le FMI y el pueblo argentino se quedó con la deuda. Y para que eso haya sido posible fue necesaria la complicidad de una Corte Suprema de Justicia instaurada para defender solo a los grupos más opulentos de la sociedad argentina.

Un sector del oficialista Frente de Todos creyó ingenuamente que el triunfo Joe Biden,  un presidente opuesto a Donald Trump, iba a motivar concesiones a la Argentina, una ilusión basada en el desconocimiento de la lógica estructural del capitalismo neoliberal global y en los informes de los cortesanos argentinos ante Washington.

Altos funcionarios y embajadores, son  cómplices de que Argentina no logre despegar industrialmente y que sus fuerzas productivas –los trabajadores– no se asocien a un Estado activo capaz de dinamizar el desarrollo con formato inclusivo. Y se suman a las presiones para que no se diversifiquen los vínculos geopolíticos (con Rusia, China) y para que América Latina no se integre, dándole la espalda a quienes buscan un camino independiente del tutelaje de Washington y sus satélites.

Más allá del acuerdo, todos son conscientes de que este modelo es inviable, pero desde el poder advierten de la gravedad de salirse del sistema, como si lo que se debiera mantener es esa enorme desigualdad social que sigue creciendo día a día, a la vera de un modelo que multiplicó varias veces no solo la pobreza y el hambre, sino también la deuda.

La presidencia argentina sabe que con este acuerdo se seguirán pagando todos los fraudes, las viejas y las nuevas, santificadas y legalizadas tras el acuerdo firmado por el gobierno de Alberto Fernández que, como anteriores gobiernos, apuesta al extractivismo y a consguir dólares como fuera,  dándole de comer a la deuda que engorda fondos especulativos, en desmedro de cualquier “estado de bienestar” que favorezca a las grandes mayorías.
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Si el extractivismo es una lápida para los gobiernos progresistas, sus políticas respecto a a poner todo el énfasis en “exportar para pagar” complementan sus debilidades estructurales e ideológicas. Es una de las expresiones más directas del modo de inserción que tenemos en el sistema capitalista mundial, señala Roberto Perdía. Esa reproducción de la sociedad de consumo introduce valores que atentan contra la autonomía, soberanía nacional y organización popular, añade.

Obviamente, por estos caminos se hace muy difícil poner en marcha procesos de liberación nacional y emancipación social, banderas que pareciera que el progresismo –al menos el argentino- abandonaron hace rato, sepultando la voluntad, la lucha y la mística revolucionarias de los 1970, cuando el pueblo fue el protagonista.

Hay quienes afirman que el ciclo del progresismo está terminado. Quizá no sea así: lo que debe terminar es la política de enunciación superficial de consignas o críticas sin propuestas desde la oposición, y de “real politik” de resignación y frustración cuando se llega al gobierno.

 Sin iniciativas de transformación productiva ni políticas sociales universales, ha puesto en evidencia que no cuenta con un proyecto propio. Más grave aún es que ha operado políticamente en las cúpulas, distanciándose de los movimientos sociales y de las bases.

Más allá de lo que decida el gobierno de Alberto Fernández, la sociedad argentina está llamada a defender sus condiciones de vida contra ajustes regresivos , pero también en relación a los argumentos  “progresistas” que  justifican, confunden y desmoralizan.

Y, cuando no existe un proyecto propio, con arraigo social efectivo, se termina durmiendo con el enemigo o en la corrupción. Por eso los invito a comenzar a pensar en el posfuturo. En la calle, codo a codo, somos muchos más que dos, diría don Mario Benedetti, que no se refería a los ministros argentinos actuales, pero es igual:

«Ustedes, duros con nuestra gente, ¿por qué con otros son tan serviles?
¡Cómo traicionan el patrimonio, mientras el gringo nos cobra el triple!
Cómo traicionan, usted y los otros, los adulones y los serviles.
Por eso digo, señor ministro, ¿De qué se ríe? ¿De qué se ríe?»

Fuente original: Si el progresismo es el futuro, hay que pensar con urgencia en el posfuturo (observatoriocrisis.com)

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Metaverso y Educación

Por: Juan Carlos Casco

¿Se adaptará la educación al Metaverso o será colonizada por los Gigantes tecnológicos?

En el artículo anterior analizábamos como el Metaverso está creando un mundo paralelo al nuestro donde pronto estará interactuando, trabajando y viviendo la mayor parte de la Humanidad, hasta convertirse en el mayor sector económico y de actividades del mundo. Aunque su proyección alcanzará todas las actividades humanas, la educación será uno de los ámbitos que más  transformaciones experimente, por ser el dominio que mayor estancamiento ha sufrido lo largo de los últimos siglos.

Mientras otras disciplinas humanas (industria, ciencia, medicina…) han incorporado muchas de las tecnologías que se integran en el Metaverso, como la Inteligencia Artificial (IA), la Realidad Aumentada (RA) o la Realidad Virtual (RV), con carácter general la educación ha experimentado muy pocos cambios en los últimos siglos; tanto es así que si resucitásemos a una persona que murió hace doscientos años, se encontraría desubicada en una fábrica moderna, un laboratorio o un hospital. Sin embargo reconocería una universidad o un aula sin problema.

Por los motivos citados, el impacto del Metaverso en la educación va a ser radical, incidiendo tanto en las formas, lugares y tiempos como en la experiencia del aprendizaje, lo que producirá a la larga una serie de cambios en la plasticidad y estructura de nuestro cerebro, al potenciar algunas de sus partes y funciones (creativa, racional, emocional) en detrimento de otras (memorística).

Aprender se convertirá en una experiencia más divertida y menos traumática.

Una vivencia más parecida a la aventura de Alicia en el país de las maravillas  y menos a la  tortuosa tarea de memorizar información para repetirla en un examen y olvidarla después, un alegato que no desmerece la importancia de la memoria y su cultivo, pero con un valor y función mucho más residual que la de tiempos pretéritos donde las actividades humanas y el trabajo se basaban en la repetición de tareas.

En el futuro aprenderemos experimentando en los mejores laboratorios del mundo, viajaremos al pasado para estudiar historia, discurriremos por todos los ecosistemas y lugares del universo para familiarizarnos con la geografía, aprenderemos a realizar operaciones quirúrgicas sin ser capaces de distinguir entre realidad física y virtual… Y lo haremos sin desplazarnos. El aprendizaje mismo se convertirá en una experiencia inmersiva que involucrará nuestros cinco sentidos, haciendo de la educación a lo largo de la vida una tarea agradable y adictiva.

Las escuelas y centros educativos  en el Metaverso.

Tendremos escuelas, universidades y laboratorios permanentes en el Metaverso a los que, en un primer momento, accederemos a través de pantallas, gafas y sensores, pero que con el tiempo nos hibridaremos en sus escenarios, como una experiencia de inmersión completa, abandonando definitivamente nuestros obsoletos y burdos entornos educativos que han permanecido estancados con sus formas y fondo en los últimos siglos.

Pronto dispondremos de versiones completamente virtuales de nuestros centros educativos como réplicas permanentes de los viejos recintos, donde profesores y alumnos interactuarán de manera cómoda y amigable. De hecho muchas instituciones y universidades ya están embarcadas en este proceso, y en un futuro próximo ahí nos matricularemos, realizaremos nuestras carreras, volveremos recurrentemente a formarnos a lo largo de la vida y saldremos a un mundo laboral, profesional y empresarial también virtual e interconectado. En esos centros convivirán docentes y estudiantes de diversos países y procedencias, promiscuidad que enriquecerá los aprendizajes.

Los campus y espacios físicos tradicionales quedarán reducidos a lugares para seguir cultivando las relaciones personales, pero más como escaparates despojados de la función clásica del aula o la biblioteca, algo parecido al nuevo concepto de showroom en el comercio (tienda-escaparate que funciona como una sala de exposición).

Las instituciones educativas que queden al margen del Metaverso entrarán en riesgo de desaparición o de irrelevancia.

Los Gigantes tecnológicos, mucho más ágiles y proactivos que los gobiernos y las instituciones educativas, ya están preparando el desembarco y construyendo el mundo de la educación que vamos a habitar. Si no queremos vivir de prestado y hacerlo con sus reglas resignándonos a que ocupen el papel de educar a nuestros jóvenes (porque la oferta que van a realizar será mucho más atractiva que la de nuestros centros educativos y universidades), es menester que nos pongamos manos a la obra a transformar la educación y diseñar una oferta sugerente en el Metaverso. Y eso tenemos que empezar a hacerlo ahora mismo sin perder un minuto porque de lo contrario estaremos expuestos a la irrelevancia y la extinción.

Cooperación masiva entre estados, sistemas públicos de educación, universidades, instituciones multilaterales y organizaciones (ONU, UNESCO, Kairós…).

El desafío es tan descomunal y la educación se juega tanto, que se necesita una coordinación de fuerzas entre estados y organizaciones para rediseñar la educación en el Metaverso, porque los esfuerzos y las inversiones a realizar son tan grandes que han de realizarse de manera coordinada en un proceso basado en la inteligencia colectiva, so pena de dejar el futuro de la educación en manos de grandes compañías, como si de una mercancía más se tratase.

El desarrollo de la educación en el Metaverso va a precisar de grandes inversiones en conexión y tecnología punta (5G, diseño, programación, cloud computing, big data, inteligencia artificial, realidad virtual, realidad aumentada, digitalización total…), algo que no se puede abordar de manera aislada. En la construcción de la nueva educación estarán implicadas las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial (programación, robótica, blockchain…) y las resultantes de la convergencia NBIC (nanotecnología, biotecnología, infotecnología y cognotecnología), con los nuevos avances de la neurociencia en cabeza.

Si los estados, las instituciones y las universidades no cooperan, la calidad individual de la oferta pública será irrisoria comparada con los medios y recursos que cuentan los Gigantes tecnológicos, que ya están montando una ingeniería tecnológica descomunal y contratando a los mejores especialistas del mundo en cada materia (premios nobel, científicos y académicos reconocidos, comunicadores y prescriptores…) para tenerlos en nómina y pilotar el proceso.

Para los Gigantes tecnológicos, la educación es una parte más del gran negocio en el Metaverso, donde ya están pugnando hace tiempo. Metaverso son los negocios de Google, las tiendas de Amazon, los servicios de Apple o el mercadeo de datos personales de Facebook. Su esfuerzo consiste en que sus nuevos habitantes permanezcan el mayor tiempo cerca de su caja registradora, si es posible desde la edad escolar hasta el entierro y más allá (porque también están trabajando para darnos una vida virtual después de la muerte y cobrarnos por anticipado por ello).

De esta manera, el entramado que están construyendo para colonizar el Metaverso, dividirlo en parcelas, vendernos los solares y convertirnos en consumidores zombies y compradores cautivos para la eternidad (porque para vivir allí se lo tendremos que comprar todo a ellos), incluye también la educación como una pasarela más hacia el mundo del trabajo y el ocio. Sus centros educativos y universidades tendrán puertas y corredores con el resto de sus negocios. ¡Y todo esto lo están haciendo delante de nuestras narices, sin que nadie se dé por aludido!

Cuando el Metaverso se expande como una metástasis, las instituciones y responsables educativos discuten sobre el sexo de los ángeles encerrados en su torre de marfil, mientras la sociedad contempla atónita el espectáculo. ¡Increíble!

La prehistoria de la educación en el Metaverso.

Para asomarnos al futuro del Metaverso es interesante hacerlo desde sus inicios, que es el punto donde estamos ahora en torno a las burdas metáforas de la realidad en soporte digital que hemos alumbrado y sus interfaces (pantallas, gafas, dispositivos electrónicos pegados a nuestras prendas), primitivos avatares para adentrarnos en escenarios todavía muy mejorables, hologramas y realidades tridimensionales poco refinados, y escalas espaciales y temporales que ya comienzan a dar el pego. Quien quiera asomarse a éstas antiguallas para avizorar el futuro del Metaverso educativo puede hacerlo desde SecondLifeAltspaceVR o Spatial.

Junto a las referidas experiencias hay otras iniciativas como GoStudent que avanzan a paso firme hacia el Metaverso. Según su creador (Félix Ohswald), pronto reunirán a estudiantes de México, Australia o Estados Unidos para compartir aula en el reino virtual. La empresa acaba de recaudar 300 millones de euros en una ronda de financiación y ya vale más de 3000 millones de euros.

Los entornos del Metaverso se caracterizarán por ser persistentes, es decir, las cosas seguirán ocurriendo y el software ejecutándose cuando decidimos salir de la escena. Su fuerza de atracción radicará en la calidad de sus experiencias que superarán las de la vida real. Pero su cualidad fundamental reside en la comodidad, hecho que determina el éxito total de una oferta y conduce nuestras propensiones y decisiones de compra.

En resumen, el Metaverso educativo, como el del conjunto de sus entornos nos reclamarán cada día más tiempo y atención, hasta que finalmente nos traslademos a estudiar, aprender y vivir en él.

El dominio educativo del Metaverso estará expandido a sus otros dominios.

Los entusiastas de la educación siempre habíamos soñado con el aprendizaje práctico y expandido fuera del aula, en el entorno mismo donde ocurre lo que queremos aprender, es decir, aprender a crear objetos en la fabrica, reparar en el taller, hacer prácticas en el laboratorio, a hacer teatro metiéndonos en el cuerpo de un actor en un espectáculo, rodar una película… Como todos estos mundos comienzan a cobrar vida en el Metaverso, interactuar con ellos será la esencia misma del aprendizaje, algo que es mucho más complejo, práctico y cómodo de realizar en la vida real.

En principio iniciaremos una inmersión en el mundo educativo en forma de avatares que interactuarán en entornos persistentes (la escuela o la universidad seguirá con sus actividades aunque nos salgamos de la escena). Y estos entornos dinámicos tendrán miles de puertas abiertas y conexiones con el resto de realidades (laboratorios, fábricas, galerías, espectáculos, servicios públicos…).

La diferencia de aprender en el Metaverso a hacerlo en la escuela actual será la diferencia entre hacer un viaje o aprender de memoria una lección de historia, hacer un experimento en un laboratorio o estudiar fórmulas, aprender los fundamentos de la conducción o pilotar un coche… No habrá color, la oferta tradicional no podrá competir con los operadores que estarán ofreciendo estos servicios.

Conciliar los mundos postmodernos del Metaverso con las viejas preguntas y desafíos de la educación.

Necesitaremos repensar, resignificar y rediseñar el futuro de la educación, una tarea que ya hemos iniciado desde Kairós (www.kairos-educacion.com) y el Tercer Contrato Social de la Educación (http://juancarloscasco.emprendedorex.com/wp-content/uploads/2021/03/tercer_contrato_educacion_Kairos.pdf), que nos ayudan a sentar las bases para dar a luz una nueva educación.

Aunque muchas de las viejas respuestas de la educación quedarán obsoletas a medida que surgen nuevas preguntas, sin embargo los pilares que sustentan la labor educativa seguirán vigentes (aprender a ser, a hacer, a conocer y a convivir); también las preguntas kantianas (¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo conocer? ¿Qué puedo esperar? ¿Qué es el hombre?). Todo un esfuerzo que nos convoca a seguir trabajando desde la educación para que cada persona alcance la mejor versión de sí misma, ayudando a cada ser humano a que se plantee y responda a las siguientes preguntas: ¿Quién soy? ¿En quién quiero convertirme? ¿Qué puedo ofrecer a los demás?

El Metaverso no va a ser, ya es. La cuestión es si queremos vivir de prestado en él o protagonizarlo. La pelota está en nuestro tejado.

Adelante!!!

Fuente de la información e imagen: http://juancarloscasco

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