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Ciencia y Educación Ciudadana

Por: Abel Rubén Hernández Ulloa

El papel de los papás y las mamás en la educación: ¡Vamos a leer un cuento!

(Primera parte)

 

¿Cuál es la mejor estrategia que pueden implementar los papás y las mamás para ayudar en la formación educativa de sus hijas e hijos, particularmente en estos tiempos de crisis mundial por el COVID-19?

Aunque esto pueda sonar a “puro cuento” por parecer demasiado sencillo, y tan al alcance de la mano, la respuesta a esta pregunta es: ¡Vamos a leer un cuento!

Leer cuentos, contar anécdotas e incluso narrar historias inventadas por nosotros mismos, permite abrir espacios para que la imaginación de nuestras hijas e hijos pueda volar y, tras su imaginación, también podrán volar sus habilidades reflexivas, críticas y creativas. Diversos tipos de cuentos y narraciones nos llevan a incursionar en otros mundos posibles, en las experiencias vitales de personajes de ficción que parecen reales, o narraciones reales de eventos que parecen extraordinarios.

Y es que necesitamos tanto comunicarnos, es tan vital expresarnos y escucharnos también, que tras el cuento de la hora de dormir a veces nuestras hijas e hijos nos narran “cuentos” que nos suenan a sus experiencias, a sus anhelos, a sus miedos o a sus fantasías y esperanzas. Se entretejen entonces las historias y las ficciones que nos dan materiales importantes para soñar, y yo creo que los sueños de las niñas y niños, y también de las mamás y los papás que al concluir el día han podido compartir una breve lectura o una anécdota, son sueños en los que al final siempre prevalece el bien, porque se ha abierto paso a la esperanza que se construye en el diálogo, se ha afirmado el amor que nos une en la palabra.

Narramos nuestras historias vitales y así construimos nuestras identidades individuales y colectivas. Hemos sabido de tantas tribus que, al anochecer, bajo el firmamento estrellado, se juntaban alrededor de una fogata para escuchar las historias de sus ancianos. Hoy necesitamos recuperar y más bien crear nuevas identidades que se nutran y abriguen alrededor del fuego que brota de la palabra, hoy necesitamos ampliar nuestros horizontes personales y culturales con la diversidad de historias que forman parte del legado de nuestra literatura universal.

Concluiré esta primera parte citando el fragmento de una carta dirigida al grupo radical ETA por el Sub-comandante Marcos, en los tiempos en los que justamente buscaba un diálogo entre ETA y el gobierno español:

Primero.- Les aclaro que los niños y niñas del EZLN no entienden todo sin palabras, como ustedes suponen erróneamente en su carta.

Nosotros los tratamos de por sí como niños. Es el poderoso con su guerra el que los trata como adultos. Nosotros les hablamos. Les enseñamos que la palabra, junto con el amor y la dignidad, es lo que nos hace seres humanos.

No les enseñamos a pelear. O sí, pero a pelear con la palabra. Ellos aprenden. Saben que si nosotros estamos en esto es para que ellos no tengan que hacer lo mismo. Y hablan y también escuchan.

Contra lo que ustedes dicen, nosotros les enseñamos que las palabras no matan, pero que sí se puede matar a las palabras y, con ellas, al ser humano.

Les enseñamos que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos.

Que hay quien pretende que su pensamiento debe ser el único y que persigue, encarcela y mata (siempre escondido detrás de razones de Estado, de leyes ilegítimas o «causas justas») a los pensamientos que son diferentes.

Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón. Porque la mentira es otra forma de matar la palabra.

En la lengua de los hombres murciélagos, los que hablando se van orientando en su caminar, los tzotziles, hablar con la verdad se dice «YALEL TA MELEI».

Les enseñamos a hablar y también a escuchar. Porque aquel que sólo habla y no escucha, termina por creer que lo que dice es lo único que vale.

En la lengua de los tzotziles, los que escuchando se van orientando en su caminar, escuchar con el corazón se dice «YATEL TAJLOK ‘EL COONTIC».

Hablando y escuchando palabras es como sabemos quiénes somos, de dónde venimos, y a dónde va nuestro paso. También es como sabemos del otro, de su paso y de su mundo. Hablando y escuchando palabras es como escuchamos la vida.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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UNICEF: Seis graves violaciones contra los niños en tiempos de guerra

Seis graves violaciones contra los niños en tiempos de guerra

Cómo los niños se han convertido en objetivos de primera línea en los conflictos armados.

Desde asesinatos generalizados, mutilaciones, secuestros y violencia sexual hasta el reclutamiento en grupos armados y huelgas en escuelas y hospitales, así como en instalaciones de agua esenciales, los niños que viven en zonas de conflicto en todo el mundo continúan siendo objeto de ataques a una escala espantosa. 

Para monitorear, prevenir y poner fin a estos ataques, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha  identificado y condenado seis violaciones graves contra los niños en tiempos de guerra : Matanza y mutilación de niños; reclutamiento o uso de niños en fuerzas armadas y grupos armados; ataques a escuelas u hospitales; violación u otra violencia sexual grave; secuestro de niños; y negación del acceso humanitario a los niños. 

Para conmemorar el 25 aniversario del informe de Graça Machel sobre el impacto de los conflictos armados en los niños, UNICEF emitió un comunicado con el Representante Especial del Secretario General para los Niños y los Conflictos Armados pidiendo acciones urgentes para proteger a los niños en la guerra.

El derecho internacional humanitario exige que las fuerzas armadas y los grupos armados tomen medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, que son particularmente vulnerables en tiempos de guerra.

Mali.  Una niña desplazada se apoya en una muleta fuera de una tienda.

1. Asesinato y mutilación de niños

El asesinato y la mutilación de niños pueden ser el resultado de acciones directas o indirectas, incluida la tortura. Los asesinatos y mutilaciones pueden ocurrir a través de fuego cruzado, minas terrestres, municiones en racimo, artefactos explosivos improvisados ​​u otros artefactos explosivos indiscriminados o incluso en el contexto de operaciones militares, demoliciones de viviendas, campañas de búsqueda y arresto o ataques suicidas.  

Por ejemplo, el uso de armas explosivas, particularmente en áreas pobladas, continúa teniendo un impacto devastador en los niños. Solo en 2020, las armas explosivas y los restos explosivos de guerra fueron responsables de al menos el 47% de todas las víctimas infantiles. Entre 2005 y 2020, más de 104,100 niños fueron verificados como muertos o mutilados en situaciones de conflicto armado, y más de dos tercios de estos fueron verificados desde 2014.

El 17 de abril de 2018 en Yambio, Sudán del Sur, [NOMBRES CAMBIADOS] (derecha-izquierda) Ganiko, de 12 años, y Jackson, de 13 años, se paran durante una ceremonia para liberar a los niños de las filas de los grupos armados y comenzar un proceso de reintegración.  Jackson y Ganiko eran mejores amigos cuando servían junto con el grupo armado.

2. Reclutamiento o utilización de niños en fuerzas armadas y grupos armados

El reclutamiento o la utilización de niños en las fuerzas armadas y grupos armados se refiere al reclutamiento o alistamiento obligatorio, forzado o voluntario de niños en cualquier tipo de fuerza armada o grupo armado. Los niños siguen siendo reclutados y utilizados por las partes en conflicto a un ritmo alarmante. El uso de niños y niñas por las fuerzas armadas o grupos armados puede ser en cualquier capacidad, incluso como combatientes, cocineros, porteadores, mensajeros y espías, o cuando son sometidos a explotación sexual. 

Entre 2005 y 2020, se verificó que más de 93.000 niños fueron reclutados y utilizados por las partes en conflicto, aunque se cree que el número real de casos es mucho mayor. Los equipos de trabajo de las Naciones Unidas sobre seguimiento y presentación de informes en los países, o su equivalente, verificaron el reclutamiento y la utilización de al menos 1.000 niños en al menos 15 países diferentes durante este período. 

Ucrania.  Una niña estudia en un aula en el este de Ucrania.

3. Ataques a escuelas u hospitales

Los ataques a escuelas u hospitales incluyen el ataque a escuelas o instalaciones médicas que causan la destrucción total o parcial de dichas instalaciones. Las escuelas y los hospitales deben ser espacios protegidos, donde los niños estén seguros incluso en tiempos de conflicto; sin embargo, los continuos ataques a tales instalaciones han subrayado el impacto catastrófico del conflicto armado en los derechos de los niños, incluidos los derechos a la educación y la salud.  

Entre 2005 y 2020, las Naciones Unidas verificaron más de 13.900 incidentes de ataques, incluidos ataques directos o ataques en los que no ha habido una distinción adecuada entre objetivos civiles y militares, en instalaciones educativas y médicas y personas protegidas, incluidos alumnos y niños hospitalizados, y personal sanitario y escolar. 

Estos ataques no solo ponen en riesgo la vida de los niños, sino que también interrumpen su aprendizaje y limitan su acceso a la asistencia médica, lo que puede tener un impacto de por vida en su educación, oportunidades económicas y salud en general. 

Nigeria.  Una niña sostiene su mano contra la malla de una puerta.

4. Violación u otra violencia sexual grave

La violación u otra violencia sexual grave incluye actos de violación, otra violencia sexual, esclavitud sexual y / o tráfico, prostitución forzada, matrimonio o embarazo forzado, esterilización forzada o explotación sexual y / o abuso de niños. En algunos casos, la violencia sexual se utiliza para humillar intencionalmente a una población o para obligar a las personas a abandonar sus hogares. 

Entre 2005 y 2020, las partes en conflicto violaron, se casaron a la fuerza, explotaron sexualmente y cometieron otras formas graves de violencia sexual contra al menos 14.200 niños. Sin embargo, el estigma generalizado en torno a la violación y la violencia sexual significa que se trata de un problema que no se denuncia en particular y que afecta a los niños en situaciones de conflicto. La violencia sexual afecta de manera desproporcionada a las niñas, que fueron víctimas en el 97% de los casos entre 2016 y 2020.  

Sudán del Sur.  Un niño secuestrado por un grupo armado mira por una ventana después de ser liberado.

5. Secuestro de niños

La sustracción de niños se refiere a la sustracción, incautación, captura, aprehensión o desaparición forzada ilegal de un niño, ya sea de forma temporal o permanente. Ya sea un acto intencional de violencia o represalia, para infundir miedo entre la población o para reclutar a la fuerza y ​​/ o abusar sexualmente de niños, el secuestro es una de las violaciones más generalizadas cometidas contra los niños en situaciones de conflicto armado.  

Entre 2005 y 2020, se verificó que al menos 25.700 niños fueron secuestrados por partes en conflicto. Los niños representan las tres cuartas partes de los casos verificados de niños secuestrados. Sin embargo, las niñas corren el riesgo de ser secuestradas, incluso con fines de violencia sexual y explotación. En muchos casos, los niños secuestrados también son víctimas de otras violaciones graves, como asesinatos, mutilaciones, violencia sexual o reclutamiento en grupos armados. También pueden ser rehenes o detenidos arbitrariamente. 

Ucrania.  Las municiones sin detonar se muestran en Donetsk, en el este de Ucrania.

6. Denegación del acceso humanitario a los niños

La denegación del acceso humanitario a los niños incluye la privación intencional o el impedimento de la asistencia humanitaria esencial para la supervivencia de los niños por parte de las partes en el conflicto, incluido el impedimento intencional de la capacidad de los actores humanitarios u otros actores relevantes para acceder y ayudar a los niños afectados en situaciones de conflicto armado. 

Las Naciones Unidas verificaron al menos 14.900 incidentes de denegación del acceso humanitario para niños entre 2005 y 2020, y el ochenta por ciento de esos casos verificados tuvieron lugar entre 2016 y 2020, lo que subraya los esfuerzos mejorados para documentar y verificar estos incidentes. Las partes beligerantes a menudo niegan a los agentes humanitarios el acceso a quienes la necesitan o impiden que la asistencia llegue a la población civil. A los civiles también se les niega la ayuda cuando los trabajadores humanitarios son atacados y tratados como amenazas. 


Entre 2005 y 2020, se verificaron más de 266.000 violaciones graves contra niños, cometidas por partes en conflicto en más de 30 situaciones de conflicto en África, Asia, Oriente Medio y América Latina. El número real es indudablemente mucho mayor, ya que las limitaciones de acceso y seguridad, así como la vergüenza, el dolor y el miedo que sufren los sobrevivientes a menudo obstaculizan la denuncia, documentación y verificación de estas violaciones. 

Que esta haciendo UNICEF 

Líbano.  Un refugiado sirio sostiene una caja de suministros.

UNICEF y sus aliados continúan brindando atención y protección a los niños que viven en la guerra, abogando en su nombre y colaborando con todas las partes en conflicto para garantizar que se respeten sus derechos. Además de brindar asistencia de emergencia y a más largo plazo a los niños, UNICEF y sus aliados también han capacitado a funcionarios gubernamentales y partes en conflicto sobre la protección infantil, y han sensibilizado a los gobiernos, las comunidades y las familias sobre los riesgos que enfrentan los niños en los conflictos armados. 

Sin embargo, necesitamos una presión política y pública sostenida para garantizar que los niños ya no sean objetivos de la guerra. Es por eso que UNICEF ha hecho un llamado a la acción para proteger a los niños en la guerra. Lea la agenda de cambio de UNICEF para proteger a los niños en los conflictos armados .

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/stories/children-under-attack-six-grave-violations-against-children-times-war

 

 

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Argentina: Las dos orillas (una nota chovinista)

Las dos orillas (una nota chovinista)

Por Aram Aharonian

 

Buenos Aires comenzó a crecer de espaldas al río de la Plata, mientras Montevideo se expandía de cara al estuario.

La culpa la tienen los gallegos, los conquistadores. El solar en el que está emplazada la Casa Rosada fue, durante toda la historia de Buenos Aires, la sede de las distintas y sucesivas autoridades políticas que gobernaron el país desde que en  1580 Juan de Garay se le dio por fundarla. O sea, la diferencia viene de la época de la colonia. Santa María del Buen Ayre comenzó viviendo del contrabando y del tráfico de esclavos.

O sea, los esclavistas y los contrabandistas eran, en aquellas épocas del miriñaque, las personas más distinguidas de la aldea, apellidos “ilustres”, algunos de los cuales llegan hasta estos pandémicos días, tras beneficiarse de todos los gobiernos oligárquicos, civiles o militares. Los del puerto impusieron su supremacía, su superioridad, gracias al puerto, claro.

Pero, dicen los historiadores, que el puerto ni siquiera tenía muelle. Cuenta Santiago Varela (no por haberlo presenciado) que era un puerto al que había que llegar en carro tirado por mulas o caballos. “Incluso Güemes en 1806 se dio el lujo de abordar una goleta inglesa, no desde otro barco, ¡sino con una carga de caballería!. Fue la primera vez que un caballo escuchó gritar ¡Al abordaje´”.

Fue Güemes, o mejor dicho el salteño Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte, héroe de la independencia,  que con muy escasos recursos libró una constante guerra de guerrilla, la Guerra Gaucha, deteniendo seis invasiones del ejército español. Decía, era Güemes, no Sandokán.

Los descendientes de los contrabandistas y esclavistas viajaban a Francia y se traían arquitectos capaces de reproducir en Buenos Aires las mansiones, con materiales, platería y mantelería europeas (además de alguna cocotte, claro). Quería ser la París del Sur, tanto que algunos años después a las alienadas autoridades de la ciudad se les dio por tirar abajo las alas del Cabildo para poder abrir avenidas y diagonales.

Palacios y petit hoteles son parte de la tradicional Buenos Aires aún hoy. La culpa de que se haya desarrollado así la tienen los orientales, los de la Banda Oriental, que se les dio por reconquistar en 1806 la ciudad del Buen Ayre, que había caído en manos de los soldados ingleses (los comerciantes y las empresas no se fueran nunca del puerto).

Y Buenos Aires comenzó a crecer de espaldas al río de la Plata, mientras Montevideo se expandía de cara al estuario: su vida siempre fue -y es- de cara a las ramblas. Ni el puerto respetó la seudo piqueta del progreso en Buenos Aires, los barcos fueron desapareciendo del puerto y aparecieron edificios de 30, 40 pisos, cuya tarea principal es tapar el río para el resto de la ciudad. Para poder mirar la costa uruguaya en una mañana despejada, hay que tener mucha plata, habitaran en uno de esos monstruos que imitan a grandes edificios de ciudades que nada tienen que ver con nuestra idiosincracia.

¿O sí? El porteño promedio jamás ve el río, el montevideano convive con él, con sus playas, con sus ramblas. Es más, en 1973 llegué a conocer una playa en la Costanera Norte llamada Saint Tropez (siempre queriendo imitar a los franceses), una verdadera olla de agua sucia frente al monumento de Lola Mora, allí donde ahora aparece el Parque Ecológico. Hoy, el gobierno neoliberal de la ciudad quiere construir edificios en los terrenos públicos al lado del río, para que sus inmobiliarias hagan sus negocios, a cinco mil dólares el metro cuadrado.

Por ahora, la gente se lo ha impedido. Algunos, en defensa de los espacios públicos, otros porque temen que algún avión no le emboque al Aeroparque Metropolitano. Pero seguramente habrá quien proponga desde los medios hegemónicos trasladar el aeropuerto a alguna localidad lejana, para que no moleste a los nuevos ricos porteños.

Pero la piqueta del progreso, que nos dejó sin el Conventillo del Medio en Montevideo, en manos del gobierno neoliberal de la ciudad de Buenos Aires acaba de asesinar al último potrero porteño, en el Parque Centenario, de cara al Hospital naval, donde a cualquier hora del día había gente jugando al fútbol y ahora amenazan con torres de apartamentos con amenities.

Lo cierto es que siempre, los que vivían al este de los ríos Uruguay y de la Plata, fueron orientales: primero cuando vivían en la Banda Oriental del virreinato del Río de la Plata y luego, cuando en 1825 los ingleses deciden que se debía declarar la independencia de ese estado tapón que habían creado, y le ponen el nombre de República Oriental del Uruguay. Orientales en la vida, y en la muerte también.

Cuenta la leyenda que en la noche del 18 de abril de 1825, Juan Antonio Lavalleja, y sus 32 hombres (conocidos luego como los 33 Orientales) embarcaron y avanzaron cuidadosamente por las islas del delta del río Paraná, evitando la vigilancia de la flota brasileña, cruzaron el río Uruguay en dos lanchas y desembarcaron en la Playa de la Agraciada, donde desplegaron la bandera de tres franjas horizontales roja, azul y blanca, colores tradicionalmente usados desde los tiempos del Pepe Artigas, con la inscripción Libertad o Muerte.

Hacía meses que los orientales preparaban el cruce para comenzar la liberación de la Banda Oriental del dominio brasileño, pero –cuenta la leyenda negra- a Lavalleja y sus hombres les gustaban las pulperías, las payadas –Juan Antonio era uno de los guitarreros que no dejaban dormir a los españoles en el Sitio de Montevideo- , las vidalas, el vino, y la invasión no fue tan planificada sino que fue apurada por el ultimátum que le dieron los hacendados argentinos que financiaban la expedición y la compra de caballos, del otro lado del río, a los hermanos Ruiz.

La broma de los uruguayos es que los 33 orientales eran 34, con el que sacó la foto (el óleo de Juan Manuel Blanes que no falta en ninguna escuela).

Pucha. Uno va a Wikipedia y se entera que Montevideo está catalogada como una ciudad global de categoría «beta». Se posiciona como la séptima urbe de Latinoamérica y la 73 del mundo. Fue la octava ciudad más visitada de América Latina por extranjeros en 2013. Ha sido calificada como la ciudad con mejor calidad de vida de dicha región en 2018, puesto que ha mantenido cada año desde 2006 (hasta la llegada de Cuquito Lacalle y su banda neoliberal al gobierno).

Y uno sabe que el Uruguay no es un río, sino un cielo azul que viaja, pintor de nubes, caminos, con sabor a mieles ruanas… como diría Aníbal Zampayo.

Montevideo pasó de mano continuamente. Cuenta la historia que el 22 de noviembre de 1723, el portugués Manuel de Freytas Fonseca fundó el fuerte de Montevideo. El 22 de enero de 1724 los españoles de Buenos Aires, organizada por el gobernador español en esa ciudad, Bruno Mauricio de Zabala, desplazaron a los portugueses y comenzaron a poblar la zona con seis familias provenientes del otro lado del charco.

Obviamente, su importancia como principal puerto del virreinato le granjeó en varias oportunidades enfrentamientos con la capital, Buenos Aires.  Una rivalidad que comenzó hace apenas 245 años. Pero siempre los españoles fueron los que metieron la pata. El 3 de febrero de 1807 las tropas inglesas al mando del general Samuel Aychamuty ocuparon la ciudad, que fue reconquistada por las tropas enviadas por Montevido, que pasó a ser “la muy fiel y reconquistadora”. Lo que no me quedó en claro es si los señoritos porteños realmente querían librarse de los ingleses.

A Montevideo lo descubrieron los portugueses, dicen:  Monte vide eu, gritó el marino, dicen unos, Monte VI de este a oeste, alegan otros.  Montevideo qué lindo te veo, con tu Cerro y la fortaleza, cantaban en los carnavales de los años 50. El Cerro tiene 132 metros de altitud y es un granito que se destaca en la lisa orografía de un país cuya altura mayor es  la del Cerro de las Ánimas, oficialmente de 501 metros de altura (así puede figurar en los mapas), pero que en realidad no llega a esa altitud.

Puerto de inmigrantes que venían a América y caían en Montevideo, del que nunca habían oído hablar, a trabajar en sus frigoríficos cargando medias reses. Pero, de todas formas, una ciudad hecha de cara al mar (bueno, al río), aprovechando las playas que bordean la amplia bahía y siguen hasta que el río se convierten en Océano Atlántico, 125 kilómetros al este, justo ahí donde los porteños con plata van a veranear, Punta del Este.

Montevideo del delantal o túnica y moño para que todos los niños fueran iguales en la escuela, la de silencio-hospital, diría Mario Benedetti. No es nada raro que uno vea a un señor salir de su oficina con un portafolios o bolso, caminar unas cuadras, quitarse la ropa, quedarse en traje de baño. Ni que del bolso o portafolios aparezca un termo y un mate.

O que en cualquier estación los muchachos, los viejos, los niños, aprovechen las anchas veredas de la rambla para sentarse a tomar unos mates, alguna cerveza, comer algunos bizcochos o sándwiches de salame y queso, reunirse con amigos, con la familia, con los compañeros; mirar las gaviotas y el atardecer, mientras hablan de fútbol, de política, de los hijos, de la novia o el novio, de lo de todos los días. Alguna vez también hablaron de librarse de la dictadura.

En ese mismo puerto de Montevideo, el 25 de febrero de 1833 fueron embarcados María Micaela Guyunusa, embarazada de dos meses,  Laureano Tacuabé Martínez, el cacique Vaimaca Pirú y el chamán Senacua Senaqué, indígenas charrúas, para ser exhibidos y estudiados en un zoológico humano de París, y evaluados por los miembros de la Academia de Ciencias de Francia, por orden del primer presidente uruguayo, Fructuoso Rivera, quien ya había encabezado la matanza de indios en la batalla de Salsipuedes, vendiendo como esclavos a los sobrevivientes.

El grupo es conocido en Uruguay como “los últimos charrúas”. En el envío se incluían también un par de ñandúes, considerados  tan exóticos como los indígenas y todos fueron introducidos en Francia sin siquiera cumplir con los requisitos legales de la época. La historia de su desgracia, convertida en leyenda, marcó toda la historia del nuevo país-tapón, que un lustro antes habían “inventado” los ingleses. Hoy sólo se los recuerda en un monumento, en las riberas del arroyo Miguelete, de espaldas al Rosedal.

La revancha llegó en los primeros Juego Olímpicos de la modernidad, precisamente en París, en 1924. La primera práctica de los “salvajes” uruguayos (según la prensa parisina), fue una humorada: los jugadores, con el inolvidable José Nazazzi a la cabeza, salieron a  la cancha con plumas en la cabeza, y reventaban la pelota lo más lejos que podían. Moraleja: vencieron 7-0 a Yugoslavia, 3-0 a Estados Unidos, 5-1 a Francia, 2-1 a Holanda y 3-0 a Suiza en la final: los descendientes de Guyunusa, Tacuabé, Vaimaca y Senacua,  fueron los primeros campeones olímpicos de fútbol…

Después de casi tres siglos, uno aprende que uruguayo que triunfe en Buenos Aires pasa a ser rioplatense. Perdemos todo aquello de anarquistas-conservadores, que no nos guste que nadie nos mande…y tampoco nos gusta cambiar. En realidad los uruguayos vivimos en una continua contradicción con lo que fue el país o lo que fuimos como pueblo. Porque no fuimos uruguayos sino orientales, de la República Oriental del Uruguay (Rodelú, para los amigos).

Pero cambia, todo cambia: estamos orgullosos del puerto de Montevideo, pero héte aquí que está en manos de una trasnacional belga hasta las carnestolendas griegas, al igual que toda la ribera de los ríos entregada a las forestales-papeleras nórdicas, para que nos dejen sin agua ni vegetación. Decía Galeano que tenemos cierta tendencia a creer que nuestro país existe, pero que el mundo no se entera. Yo le contestaba que el Uruguay es sólo un estado de ánimo.

Pero, en Buenos Aires, para ver un poco de río hay que pasar por perímetros portuarios de dudosa seguridad, atravesar zonas industriales y evitar que un tren de carga o un camión de doble tracción te pise. Pero es cierto que van sacando los barcos del puerto, pero no por higiene, sino para poder construir edificios de 30 pisos que cumplan su cometido de taparle el río al resto de los ciudadanos.

Me consta que hay muchos, muchos porteños que nunca vieron el río. ¡Pobres!

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

https://estrategia.la/2021/08/28/las-dos-orillas-una-nota-chovinista/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-dos-orillas-una-nota-chovinista/

 

 

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México: Desprecio por la enseñanza de las artes en Morelos

Desprecio por la enseñanza de las artes en Morelos

Miguel Casillas

Pareciera que el desprecio por las artes, por su enseñanza y su difusión, apareciera de modo periódico, como esas epidemias cíclicas, desmoronando a las frágiles instituciones que se construyen lentamente con la acumulación del trabajo de decenas de profesores. En la historia del estado de Morelos esto ha ocurrido de modo recurrente; lo que es una vergüenza es que siga sucediendo.

El Centro Morelense de las Artes desde su creación ha tenido un gran impacto en el estado y la región, como un proyecto educativo en el campo de las artes donde artistas con trayectorias importantes en México y en el extranjero han formado muchas generaciones de jóvenes que enriquecen con su quehacer la cultura en el estado, en la región y en el país.

La continuidad de dicho proyecto educativo está en riesgo desde que el gobierno lo transfirió a la Secretaría de Cultura del estado de Morelos en 2012, ahora reconvertida en Secretaría de Turismo y Cultura, como si la formación artística no correspondiera al ámbito de la Educación Pública y sus instituciones no formaran parte del sistema educativo estatal. Desprovistos de los valores que consideran a la educación artística un baluarte fundamental para la formación integral de las personas, desde Turismo se piensa en la enseñanza de las artes como un negocio redituable a través del cobro de cuotas y el recorte de las becas; como en las épocas del peor neoliberalismo que privatizó y mercantilizó la educación y la cultura.

Bajo esta perspectiva propia del capitalismo académico, la base para que este negocio sea redituable es una alta tasa de explotación del trabajo, objetivable en bajos salarios y condiciones laborales precarias. En efecto, de por sí las condiciones laborales en el Centro Morelense de las Artes son bastante inciertas, cuando ahora se ensañan contra un amplio grupo de docentes a los que les han quitado sus cursos y recortado las condiciones de seguir ejerciendo su trabajo. Muchos de ellos, aunque sean profesores que se distinguen por estar altamente calificados dados sus estudios y su experiencia, tienen que renovar sus contratos semestralmente y no siempre cuentan con las prestaciones laborales establecidas por las leyes.

Además de la arbitrariedad en la asignación de los cursos y de la firma semestral de los contratos, desde 2020 el CMA dejó de pagar a los profesores, como lo hacía al menos desde 2010, las semanas que ocurren en los periodos intersemestrales, como si los docentes no trabajaran, no tuvieran familia que mantener y no comieran durante ese periodo. Es una aberración y un criterio absurdo, pues los profesores utilizan este tiempo para preparar clases, realizar exámenes extraordinarios, audiciones de alumnos de nuevo ingreso, juntas escolares, preparar exposiciones y presentaciones fuera de horarios de clase y demás actividades académicas propias de un trabajo formal, comprometido con la institución y su objeto que además de la enseñanza y la formación artística pretende “difundir el arte hacia la comunidad, para enriquecer la visión de los habitantes de la región sobre los desafíos de la cultura contemporánea y de las soluciones que el conocimiento del área les brinda, para construir un mundo más solidario y una vida personal más plena” (Artículo 2 de la Ley de Creación).

Sin seguridad laboral ni el ejercicio de derechos básicos, muchos maestros han seguido trabajando. Sin embargo, dadas estas circunstancias, un grupo de 11 docentes decidieron demandar el reconocimiento de su antigüedad, la cual oscila entre 12 y 25 años; sin embargo, como represalia les cancelaron sus contratos y los dejan desempleados por exigir lo mínimo legal que es un contrato de base; más grave cuando han demostrado lealtad a la institución contribuyendo con muchos años de trabajo. Los afectados son académicos y artistas especialistas en las materias que imparten, muchos cuentan con trayectorias internacionales y posgrados en importantes instituciones del país y del extranjero.

Mucho tiene que hacer la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Educación del gobierno de la 4T para verificar las condiciones de precariedad laboral que priman en muchas instituciones de educación y de la cultura, pues lo que sucede en Morelos no es más que una expresión burda de la arbitrariedad, la violación de los derechos laborales mínimos y la explotación del trabajo que se extiende por todo el país con miles de docentes en condiciones precarias.

El clamor contra las condiciones precarias del trabajo académico se está denunciando por todas partes, se han realizado investigaciones científicas que lo demuestran y apenas a nivel de las autoridades federales se está reconociendo el problema. Se avecinan tiempos de tormenta, pues las universidades y otras instituciones educativas que sostienen sus ofertas educativas sobre la base de miles de profesores de asignatura con contratos temporales habrán de enfrentar la exigencia de basificación y brindar prestaciones de ley a esos profesores.

En particular, el Centro Morelense de las Artes vive una profunda crisis pues está sujeto a los criterios mercantiles con que se mide la industria cultural y el turismo, lejos de la educación pública y sus valores fundamentales. Sometido al poder gubernamental, es una institución frágil que requiere consolidarse y sólo lo hará sobre la base del respeto a las leyes laborales, los derechos humanos y buscando la profesionalización de su personal académico.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/desprecio-por-la-ensenanza-de-las-artes-en-morelos/

 

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ONU emite ‘alerta roja’ por aceleración del cambio climático

ONU emite ‘alerta roja’ por aceleración del cambio climático

El cambio climático se está acelerando y acercándose a un punto de inflexión con eventos climáticos catastróficos y otros efectos ambientales dañinos que se volverán irreversibles en los próximos años, advirtió el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático en su último informe .

De hecho, las perspectivas de nuestro planeta en el futuro cercano son tan nefastas que el equipo de expertos afiliado a las Naciones Unidas detrás del informe ha sonado como una “alerta roja para la humanidad”.

“Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, si no en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se han puesto en marcha, como el aumento continuo del nivel del mar, son irreversibles durante cientos o miles de años”, IPCC destacó en un comunicado .

Nuestras posibilidades de cruzar el umbral de calentamiento global de 1,5 ° C en las próximas décadas son mucho más altas de lo que generalmente se supone y la única forma de evitar la eventualidad de un calentamiento climático más allá de los niveles manejables es lograr reducciones rápidas y a gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero escriben los expertos.

“El cambio climático ya está afectando a todas las regiones de la Tierra, de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con un calentamiento adicional”, señaló Panmao Zhai, copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC, que publicó el informe.

Desde 1850-1900, cuando la industrialización se aceleró, las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas ya han provocado un calentamiento de alrededor de 1,1 ° C. Las temperaturas en todo el mundo continúan aumentando y, en promedio, durante los próximos 20 años, es probable que alcancen o superen el objetivo de 1,5 ° C, dice el IPCC.

“Las campanas de alarma son ensordecedoras”, comentó António Guterres, secretario general de la ONU. “Este informe debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles, antes de que destruyan nuestro planeta”.

El Cambio climático y sus efectos devastadores

Entre los efectos adversos más inmediatos del cambio climático se encuentran sequías prolongadas en algunas áreas, lluvias excesivas en otras, así como olas de calor frecuentes y duraderas que pueden devastar cultivos, reducir la biodiversidad y causar una crisis de salud en países que no están preparados para el calor excesivo.

Un clima cambiante también desencadenará devastadores incendios forestales del tipo que Grecia está experimentando actualmente. Mientras el país mediterráneo está sufriendo las peores olas de calor en décadas, casi 600 incendios forestales se desataron el 9 de agosto en todo el país.

Con el tiempo, un planeta más cálido también verá cómo las capas de hielo polar se derriten y el nivel del mar aumenta, inundando numerosas islas pequeñas y áreas costeras bajas en todo el mundo. Al mismo tiempo, un mayor calentamiento acelerará el deshielo del permafrost y provocará la pérdida de la capa de nieve estacional en regiones enteras.

“Los cambios en el océano, incluido el calentamiento, las olas de calor marinas más frecuentes, la acidificación del océano y la reducción de los niveles de oxígeno se han relacionado claramente con la influencia humana. Estos cambios afectan tanto a los ecosistemas oceánicos como a las personas que dependen de ellos, y continuarán durante al menos el resto de este siglo”, dice el IPCC.

Sin embargo, todavía hay tiempo para que mitiguemos los peores efectos del cambio climático mediante reducciones drásticas en las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en los próximos años.

Los beneficios más inmediatos de reducir las emisiones de CO2 de manera significativa y sostenida serán una calidad del aire más limpia, mientras que se necesitarán de dos a tres décadas para que se estabilicen las temperaturas globales.

“La estabilización del clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, y llegar a cero emisiones netas de CO2”, dijo Zhai. “Limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes del aire, especialmente el metano, podría tener beneficios tanto para la salud como para el clima”.

Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés

 

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/onu-emitio-una-alerta-roja/

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Brasil sobrevivirá a Bolsonaro

Por: Emir Sader
Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

En este artículo el autor manifiesta su convicción sobre un futuro posBolsonaro para Brasil.


Vino a destruir. Así, dicho con todas las letras. Como si todo lo que estaba construido, especialmente durante el gobierno del PT, hubiese sido negativo y tuviese que ser destruido.

Esa es la versión popular de la tesis del Estado mínimo del neoliberalismo, según la cual se trata de reducir todo lo que tenga que ver con el Estado a su mínima expresión, para colocar en el centro al mercado.

La idea del neoliberalismo sostiene que la acción del Estado falsea las condiciones de la libertad del mercado y favorece a los sectores menos competitivos, siendo fuente de incompetencia y de corrupción.

Un proceso puesto en marcha por Fernando Collor y por FHC en los años 1990 que provocó que la economía no volviese a crecer y a generar empleo hasta que esa estrategia neoliberal fue cuestionada y superada por los gobiernos del PT.

Efectivamente, cuando volvió a crecer de nuevo la economía fue gracias a la reanudación de las inversiones estatales, al incremento de los salarios -siempre por encima de la inflación-, a la generación de millones de empleos con contrato laboral. Fue un papel virtuoso, que no se reflejó en los debates públicos, que siguieron criminalizando el papel del Estado, siguiendo los argumentos reiterados por los analistas de los medios de comunicación, apologistas de la economía de mercado.

El golpe de 2016 permitió a la derecha retomar la destrucción, con el gobierno Temer y, ahora, con el gobierno Bolsonaro. Esa destrucción se manifiesta a través de la privatización de patrimonio público, con procesos de privatización que sacan a empresas del ámbito estatal para ponerlas en manos de grandes monopolios internacionales, muchas veces estatales.

Se manifiesta, también, en el recorte austericida de recursos para políticas publicas, especialmente de salud y educación. Igualmente, se manifiesta en la promoción de todo tipo de trabajos precarios; en el abandono de cualquier forma de regulación del mercado por parte del Estado.

Se manifiesta en el fortalecimiento de la centralidad del mercado, típica del neoliberalismo; en la aceleración del proceso de mercantilización de las relaciones sociales, transformando en mercancía lo que era derecho. Según la concepción neoliberal de que todo tiene precio, todo se vende, todo se compra, en que el consumidor es el sujeto central.

Con Bolsonaro, Brasil, no solo el Estado brasileño, pasó por un proceso de mercantilización, de degradación de los derechos de las personas, de precarización de la vida de la mayoría de las personas.

Bolsonaro vino a destruir, no construyó nada. La retirada del Estado permite el máximo deterioro de las condiciones de vida de la gran mayoría de las personas. El país vive la situación de mayor vulnerabilidad y miseria de toda su historia. El Estado dejó abandonada a la mayoría de la población, que lucha para sobrevivir en las condiciones más penosas.

Bolsonaro abandonará la presidencia dejando un Brasil miserable y hambriento. Un país dónde los derechos de las personas están destruidos.

Pero Brasil sobrevivirá a Bolsonaro. Hay fuerzas democráticas suficientes para derrotarlo y empezar la reconstrucción del país.

Existe la plena conciencia de que el país no puede continuar así. Existe una gran mayoría insatisfecha, que rechaza a Bolsonaro y a su gobierno.

La posibilidad de que Lula ganen las próximas elecciones presidenciales, incluso en la primera vuelta, manifiesta plenamente ese deseo popular de reconstrucción del país, de reanudación de la democracia, del crecimiento económico y de la generación de empleo.

Me acuerdo de haber ido a Brasilia para ver a João Figueiredo cuando tuvo que dejar el gobierno al terminar el ciclo de la dictadura militar. Espero volver a Brasilia para, de ver a Bolsonaro abandonar el palacio gubernamental en helicóptero, como hizo Donald Trump, por lo menos ver a un presidente electo por la gran mayoría de los brasileños volver a la presidencia para dirigir la reconstrucción del Estado brasileño y de Brasil como país, como nación y como democracia.

*El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

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Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo

Autores: Daniel MacadarFernando FilgueiraVíctor Borrás

Esta nota forma parte de un ciclo de artículos que está publicando la diaria sobre dinámicas de población y su vínculo con el desarrollo, en una iniciativa conjunta con el Fondo de Población de Naciones Unidas.

Hemos hecho mención en diversas notas anteriores a la idea de bono demográfico o la etapa denominada “ventana de oportunidades demográfica”. Estas etapas se cierran en la medida en que los países envejecen y presentan tasas de fecundidad y natalidad cada vez más pequeñas. Una categoría clave de población en estos procesos es la adolescencia y la juventud. Estas poblaciones en nuestro país ya están disminuyendo en términos relativos a la población activa de mayor edad y a la población adulta mayor, aunque aún son una amplia proporción de la población. Entre los 15 y los 29 años se encuentra aproximadamente 22% de la población. En tan sólo diez años es esperable que dicha proporción descienda a 19,7% y hacia 2050, bajo algunos escenarios de caída marcada de la fecundidad como se está constatando en los últimos años, a tan sólo 16,6%. Estas son las nuevas cohortes que estarán ingresando a la vida adulta, laboral, familiar y reproductiva, y que en buena medida y dependiendo de cómo lo hagan, determinarán niveles futuros de productividad, bienestar, desigualdad y pobreza.

Si la primera infancia es clave para generar cohortes futuras integradas, productivas e innovadoras, esta etapa transicional determina si dichas inversiones se cosechan adecuadamente o, por el contrario, se dilapidan. Aún peor en algunos casos, las bajas inversiones tempranas y una matriz de desigualdad que incrementa las brechas en la adolescencia ya determinan que un porcentaje importante de las nuevas cohortes jóvenes pierdan el tren del siglo XXI, perdiendo el país con ello su recurso más y más escaso en el futuro: el humano.

Trayectorias y dilemas: historias imaginadas y sus implicancias

María, de 24 años, es soltera, estudia en la Universidad y empieza a preguntarse, dados los escasos trabajos que ha logrado conseguir, de qué manera podrá independizarse de sus padres. Con su pareja no se plantean aún la unión formal o el inicio de una vida en conjunto. Él cuenta con un empleo estable y ha finalizado estudios terciarios, pero enfrenta limitaciones de progreso laboral. Emigrar está dentro de su horizonte de posibilidades. Más lejos aún está la idea de un hijo o hija.

José, de 20, trabaja desde los 16 años, en changas y empleos inestables. Dejó sus estudios entre 4° y 5° año de liceo y ayuda económicamente en la casa de los padres, aunque cree que es crecientemente más una carga adicional que una ayuda y está viendo cómo alquilar algo básico. Con su novia terminaron la relación hace poco. Ella quería avanzar hacia una vida en conjunto, pero él no ve condiciones de autonomía aún.

Emilia tiene 18 años, está finalizando secundaria, pero quedó embarazada sin planificarlo y no cuenta con una pareja estable, ni mucha voluntad del padre biológico de ser parte de la vida de un hijo que ella ha decidido tener. Ha conseguido un trabajo con un salario bajo, pero estable, pero no ha podido sostener los estudios. No tiene claro si podrá trabajar luego de que nazca su hijo. En la casa de sus padres ella también sabe bien que una boca más es un tema complejo.

Estos ejemplos imaginados reflejan dilemas, tensiones y aspiraciones de los jóvenes en nuestro país en su tránsito a la vida adulta. Expresan también al menos cuatro hitos claves que normalmente son considerados para describir y evaluar la transición a la vida adulta: finalizar los estudios, iniciar la vida laboral, independizarse del hogar de origen e iniciar la vida reproductiva.

Ahora bien, la forma, la secuencia y el timing que asumen estos hitos también tendrán una influencia notoria en el futuro de los jóvenes y en el futuro agregado de la sociedad. Una transición en donde la tenencia de hijos es muy temprana, el ciclo educativo es abandonado mucho antes de su culminación o egreso y la salida del hogar de origen se realiza en un contexto de débil o precaria inserción laboral posee altas probabilidades de condenar a dichos jóvenes a la pobreza o al menos a una muy baja posibilidad de movilidad social ascendente durante su ciclo vital.

Además, si una proporción importante de nuestros jóvenes transitan rutas como la descripta o similares, el país pierde un porcentaje importante de nuevos integrantes del mundo adulto en sectores de baja productividad y en muchos casos con necesidad de apoyos sociales a estos y su descendencia. Otras rutas pueden verse limitadas por las opciones del mercado, empujando a nuestros jóvenes a considerar la emigración o a postergar indefinidamente la emancipación hacia la vida adulta.

Estas rutas no se producen por el libre albedrío de cada joven solamente, aunque las decisiones de los actores son relevantes. Estas están fuertemente matrizadas por los orígenes sociales y la más amplia o más restringida estructura de oportunidades que enfrentan. Con qué Estado, mercado, en qué familias de origen y en qué territorios se transitan estos dilemas no son datos irrelevantes o con efectos aleatorios. Ellos determinarán en buena medida rutas diferenciadas a la vida adulta.

Hitos de la transición a la vida adulta en Uruguay: tendencias y estratificación

Las clases sociales de origen, el nivel educativo propio y de sus progenitores, el sexo de la persona y el lugar en donde habita (grandes áreas urbanas, localidades urbanas medias y pequeñas localidades rurales) posee una fuerte incidencia en las edades a las que los y las jóvenes finalizan sus estudios, inician su vida laboral, se emancipan de sus hogares de origen y tienen su primer hijo/a. Esta pauta fuertemente estratificada ya se había identificado con la primera Encuesta de Juventud en 1990 y se constata nuevamente, aunque con algunos signos alentadores, en la última encuesta, de 2018. Evidencia parcial entre 2018 y 2021 muestra tendencias de las buenas y de las otras.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Si bien el acceso al primer trabajo y el abandono del hogar de origen presentan diferencias por estrato social o clima educativo del hogar de origen, son estos otros dos mojones en las transiciones en donde el contraste es más marcado. Más de 50% de las y los jóvenes que tienen hijos declaraban ya ser madres o padres a los 20 años cuando provienen de hogares de bajo clima educativo. En materia de finalización o abandono de ciclo educativo, el contraste es muy marcado. Más de 50% de quienes dejaron el sistema educativo declaran no estar estudiando en hogares de bajo clima educativo a los 16 años, y 11% (lo cual no deja de ser alto) lo hacen a estas mismas edades cuando el hogar de origen posee un clima educativo alto.

Algunas tendencias alentadoras pueden haber mejorado parcialmente estos valores. Entre 2018 y 2021 el embarazo entre 15 y 19 años disminuyó a la mitad prácticamente, lo que estaría indicando una mejora tanto en los valores absolutos de los sectores bajos como en la estratificación en dicho hito transicional. También entre 2018 y 2019 (es difícil evaluar el año pandémico y posiblemente haya generado un importante retroceso) mejoraban los indicadores educativos de acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares (ECH).

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Por otra parte, es importante resaltar que en cuanto a la salida del hogar de origen y tenencia del primer hijo, los sectores medios y altos presentan una pauta bastante dilatada. 35% del total de jóvenes de clima educativo alto recién dejaría su hogar de origen luego de los 30 años. Esta dilatación es más marcada cuando se considera la tenencia de hijos. Más de 50% de los jóvenes de clima educativo alto no ha tenido hijos hasta los 35 años de edad. En materia laboral la pauta estratificada es menos marcada, pero existe. Del total de jóvenes con alguna experiencia laboral en el estrato alto, casi 25% la inicia sólo luego de los 22 años. Estos valores se revierten en los estratos bajos. Menos de 25% de los jóvenes con baja educación no han conocido experiencias laborales a los 18 años.

Existe otra opción no considerada en el análisis precedente que refiere a la opción emigratoria. Ante la pregunta de si en los últimos dos años han considerado la opción de dejar el país, las pautas son muy claras. Cuanto mayor el clima educativo del hogar y mayor la edad, aumenta la propensión migratoria.

En suma, una parte de nuestros jóvenes (al menos 50% de los que pertenecen al clima educativo bajo) está procesando transiciones sumamente vulnerables a la pobreza y la exclusión, además de la reproducción intergeneracional de la pobreza. Son aquellos que declaran haber finalizado su asistencia educativa a los 16 años y ser madres o padres antes de los 20 años. Por otra parte, en donde se concentra el capital humano de nuestra juventud observamos una tardía pauta reproductiva y salida del hogar de origen (y tenencia del primer hijo).

Además de esta clara estratificación en los hitos transicionales a la vida adulta, el sexo y las construcciones de género asociadas importan. Las mujeres tienden a adelantar la salida del hogar de origen en forma moderada respecto de sus pares varones, en parte asociado a un más claro adelantamiento en la faz reproductiva. Por otra parte, los hombres ingresan más tempranamente al mercado laboral y abandonan más tempranamente el sistema educativo. También difieren las trayectorias según el área geográfica de residencia. En particular, los/as jóvenes del interior tienden a salir antes del sistema educativo que los de Montevideo, al tiempo que ingresan también antes al mercado de trabajo.

Inversión en juventud para mitigar la estratificación

Existen al menos siete políticas o áreas programáticas que deberían considerarse para poder enfrentar algunos de los problemas del país en esta materia.

En primer lugar, continuar con una política de Estado que garantice la opción reproductiva en calendario y cantidad es clave. Ello incluye el acceso a educación sexual, métodos anticonceptivos modernos y asistencia reproductiva cuando tal es el deseo, pero la biología es una limitante.

En segundo lugar, lo ya señalado en notas anteriores: combatir la penalización en materia de estudios y muy especialmente empleo e ingresos a la maternidad (y en menor medida a la paternidad). Las licencias, los apoyos monetarios a las familias con hijos pequeños y los sistemas de cuidado son parte de esta estrategia.

Tercero, las políticas educativas, especialmente aquellas orientadas a la retención en el ciclo medio y a una mayor diversidad y flexibilidad de ofertas terciarias, son fundamentales. En la parte baja y aún media de la estratificación es clave lograr mayores niveles de egreso y continuidad educativa con saberes que permitan inserción laboral y continuidad educativa. En la parte alta y en quienes acceden a estudios terciarios es importante diversificar la oferta en modalidades más cortas que el mercado demanda y la oferta educativa hoy no proporciona, y facilitar la complementación de experiencias laborales y continuidad educativa en carreras más largas.

Un cuarto desafío: las políticas activas de empleo deben robustecerse, procurando facilitar experiencias de calidad de primer empleo en todos los niveles sociales. Exoneraciones tributarias, subsidios, pasantías, lógicas de estudios duales que combinan formación con trabajo, tanto en el nivel terciario como en la finalización de ciclos medios superiores, son parte de la batería de opciones.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Un quinto y muy complejo desafío refiere a cómo retener a nuestros y nuestras jóvenes más capacitados. Es necesario, sin cercenar las posibilidades de estudios y experiencias laborales en el extranjero, generar incentivos y oportunidades para la permanencia y el retorno de estas juventudes. Ello requiere direccionar adecuadamente parte de la inversión en ciencia y tecnología hacia políticas que eviten el llamado brain drain (fuga de cerebros). Por otra parte, también son necesarias políticas de fomento de la inversión pública y privada (nacional y extranjera) que favorezcan con subsidios o exoneraciones a aquellas que crean y garantizan puestos de trabajo de alta calidad para nuestra juventud. Una economía dinámica y en crecimiento y un mercado laboral con menos barreras de ingreso a los más jóvenes forma parte de dicha estrategia. Lo primero depende de un conjunto complejo de aspectos bajo nuestro control y otros que no lo están. Lo segundo nos obliga a pensar en reglas de mercado laboral que disminuyan la brecha de oportunidades entre los protegidos y los que están a la intemperie.

Un sexto componente sí depende de nuestras capacidades. De la misma manera que existe una mayor propensión migratoria en los y las jóvenes de clima educativo alto, existe una proporción no menor de las olas inmigratorias que están llegando al país jóvenes y con buenos niveles educativos. Su plena integración a la continuidad educativa y a las oportunidades laborales es clave.

Un séptimo componente refiere a las políticas de acceso a vivienda propia y alquileres. Hoy para los sectores medios y altos, ni que hablar para los sectores bajos, el acceso a viviendas autónomas de calidad es extremadamente oneroso. Nuevamente es importante el desarrollo de mercados y ofertas accesibles para esta población.

Puede parecer paradojal que en un país que envejece las principales políticas para transitar dichas etapas supongan una fuerte inversión en infancia, adolescencia y juventud. Cuanto más tarde entendamos esto, menor será el aprovechamiento del bono, de los frutos de este para mejorar la etapa posterior a este, y más corta será la sábana fiscal, ya que la presión sobre el gasto de los adultos mayores se incrementará inevitablemente.

Víctor Borrás es investigador del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Fernando Filgueira es jefe de la oficina del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). Daniel Macadar es investigador de UNFPA.

(*) Esta nota se apoya en el trabajo elaborado por Víctor Borrás para UNFPA, “Transición a la adultez en Uruguay: nueva evidencia en base a la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud 2018” ; UNFPA 2021, Montevideo, Uruguay.

Bibliografía
Ciganda, D. (2008) “Jóvenes en transición hacia la vida adulta: El orden de los factores ¿no altera el resultado?”, en Varela, C. (coord.), Demografía de una sociedad en transición: la población uruguaya a inicios del siglo XXI, Montevideo: Trilce.

Filardo, V. (2015) “Cambios y permanencias en las transiciones a la vida adulta de los/as jóvenes en Uruguay (2008-2013)”. En Mirada Joven. Cuadernos Temáticos de la ENAJ N°1. Mides/INJU, Departamento de Sociología Facultad de Ciencias Sociales Udelar.

—————(2010) “Transiciones a la adultez y educación”. Cuaderno N° 5 UNFPA. Montevideo.

Filgueira, C. (1998) Emancipación juvenil: trayectorias y destinos. Cepal Montevideo.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2021/9/los-caminos-de-emancipacion-de-la-juventud-como-hipoteca-del-desarrollo/

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