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Educación ética y ciudadanía crítica

Por: Leonardo Díaz

La educación ética no puede ser suplantada por una instrucción confesional, cuya naturaleza es dogmática, jerárquica y excluyente.

 

Algunos problemas acuciantes de la sociedad dominicana, como el de las tres causales, la hipercorrupción o las distintas expresiones de la violencia subrayan la necesidad del debate ético en nuestro espacio público.

Este debate se hace difícil si no existe una cultura de la discusión democrática. Ella permite el cuestionamiento de los principios filosóficos, religiosos y morales que han orientado la sociedad y reorientarla en función de las nuevas sensibilidades.

¿Cómo puede prosperar el debate ético sabiendo que las concepciones sobre el bien y el mal son diversas y, en muchos casos, incompatibles?

Se requiere una actitud de apertura y disposición para encontrar unos principios éticos que sirvan de base a la convivencia común. Como señala la filósofa Amelia Valcácer (entrevista en Ethic, 29-7-2021), la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 es un claro ejemplo de como un debate racional puede generar principios rectores para la construcción de una sociedad democrática moderna.

En la sociedad dominicana todavía no hemos asumido la disposición a realizar este debate sobre temas éticos cruciales, porque la discusión parte de verdades establecidas incuestionables.

Un auténtico debate ético presupone la existencia de una ciudadanía crítica para poder participar con discernimiento y claridad en el análisis de los problemas. Al mismo tiempo, implica responsabilidad, porque el ciudadano de una sociedad democrática moderna es un sujeto que no solo disfruta de derechos, sino que también tiene unos deberes con respecto al resto de sus conciudadanos.

Una de las funciones más importantes de un sistema educativo es fomentar ese debate y la construcción de una ciudadanía crítica desde la educación ética. Por su naturaleza, esta formación es escéptica, secular y dialógica. Por ello, la educación ética no puede ser suplantada por una instrucción confesional, cuya naturaleza es dogmática, jerárquica y excluyente.

Si seguimos postergando este problema, las futuras discusiones morales adquirirán un marcado matiz de confrontaciones sociales radicalizadas en vez de debates democráticos con vistas al bien común.

Fuente de la información: Acento

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Impacto del Covid-19 y el regreso a clases

Por:  Eduardo Backhoff

 

A raíz del arribo de la pandemia, desde marzo de 2020 el Sistema Educativo Nacional tuvo la necesidad de cerrar temporalmente las escuelas e implementar un modelo de educación a distancia, que ha permanecido hasta el fin del ciclo escolar 2020-2021. Cumpliendo con sus funciones, el INEGI realizó la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED), cuyo propósito fue conocer las condiciones en que la población estudiantil concluyó los dos ciclos escolares pasados y cómo se apoyó en los hogares a los estudiantes para ayudarlos con los aprendizajes escolares. La encuesta tuvo una representatividad nacional de la población de 3 a 29 años de edad, que suman 54.3 millones de personas. Para ello, se encuestó telefónicamente (en 5 mil 500 viviendas) a más de 11 mil personas de 18 años o más, durante los meses de noviembre y diciembre del año pasado. En el ciclo 2019-2020 estaban inscritos en algún nivel educativo 33.6 millones, lo que equivale a 62% de la población de 3 a 29 años. En números redondos, 89% de los estudiantes en México son atendidos en escuelas públicas y el resto en instituciones privadas.

La encuesta muestra que los dispositivos electrónicos más utilizados en los hogares para atender la educación a distancia fueron, en orden de importancia, el celular y la computadora (portátil y de escritorio). La frecuencia de uso de estos dispositivos cambia de acuerdo con el nivel educativo: mientras que en educación básica 7 de 10 alumnos utilizaron principalmente el celular, en educación superior 2 de 3 utilizaron la computadora. La disponibilidad de estas herramientas fue una condición muy importante para el aprendizaje ya que, mientras que en primaria 75% de los estudiantes tuvieron que compartirlas con otras personas, en educación superior lo hicieron 3 de cada 10 estudiantes. Las desventajas que se mencionan con mayor frecuencia sobre las clases a distancia son las siguientes: no se aprende o se aprende menos que de manera presencial (58%), falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos (27%), falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores (24%), exceso de carga académica y actividades escolares (19%), condiciones poco adecuadas para el estudio en casa (18%) y falta de convivencia con amigos (16%).

En términos relativos, 2% de los estudiantes de escuelas públicas no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 y 4% de escuelas privadas. En ambos casos, los hombres tuvieron mayores tasas de no conclusión que las mujeres. Entre las causas de abandono escolar se mencionan las siguientes: por causa del COVID-19 (60%), por falta de recursos económicos o la necesidad de trabajar (16%) y el resto por razones diversas. Entre las razones para no concluir el ciclo escolar debido a la pandemia, en orden de importancia, se mencionan las siguientes: se perdió el contacto con el maestro o no se pudo hacer las tareas (29%), alguien en la vivienda perdió su trabajo o se redujeron los ingresos, la escuela cerró definitivamente, por carecer de dispositivo electrónico o Internet, por la poca funcionalidad de las clases a distancia y la falta de supervisión a los estudiantes (15%).

La matrícula escolar sufrió una reducción en el ciclo 2020-2021. Del total de la población en edad escolar (54.3 millones) no se inscribieron 21.4 millones, de los cuales 2.3 millones fue por motivos del COVID-19 y 2.9 millones por falta de recursos económicos (relacionados con la pandemia). Esto significa que el COVID-19 (directa o indirectamente) ha tenido un impacto negativo fuerte en la reducción de la matrícula del país (5.2 millones de estudiantes). Las razones del abandono escolar varían de acuerdo con los rangos de edad de los estudiantes. Así, por causa del COVID-19, quedaron fuera de del sistema educativo: 334 mil niños de 3 años, 261 mil niños de 4 a 5 años, 217 mil de 6 a 12 años, 306 mil adolescentes de 13 a 14 años, 421 mil de 16 a 18 años, 587 mil adultos de 19 a 24 años y 184 mil de 25 a 29 años. Entre las demás causas destacan la falta de dinero en los hogares y la necesidad de trabajar (la que aparece a partir de los 13 años de edad).

Aunque los datos que proporciona la encuesta del INEGI apoyan fuertemente la idea del presidente de regresar a clases presenciales, lo antes posible, para que el sistema educativo no se siga deteriorando (esto sin considerar las grandes pérdidas de aprendizaje que hasta el momento no se han documentado), es importante tomar en cuenta que la misma encuesta señala que la disponibilidad de las familias y estudiantes mayores para regresar a clases es la siguiente: entre 54 y 64% están muy dispuestos,  entre 15 y 18% están algo dispuestos y entre 21 y 30% están poco o nada dispuestos. Faltaría conocer la disposición de docentes y sindicatos de maestros para regresar a clases presenciales e iniciar el ciclo escolar 2021-2022, y saber qué tan preparadas estarán los centros escolares para atender a los estudiantes y docentes en condiciones salubres.

Atendiendo las recomendaciones del doctor Marco Sánchez Guerra (El Universal, 30 de julio 2021 http://eluni.mx/cq2de) sobre el grave peligro que representa el regreso a clases en estos momentos, debido a la tercera ola del COVID en México, parece que estamos muy lejos de que las condiciones sanitarias de las escuelas sean las necesarias para no poner en riesgo la salud de los estudiantes, de las comunidades escolares y de los padres de familia. La decisión de cuándo volver a la normalidad educativa debiera ser tomada por un grupo interdisciplinario de especialistas del más alto nivel académico. De lo contrario, se corre el riesgo de repetir el fracaso del “regreso a clases” del mes de julio pasado.

Fuente de la información:  educacionfutura.org
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México – La Universidad Nacional: un espacio de libertad

La Universidad Nacional: un espacio de libertad

Alfonso Pérez Daza

Debemos atravesar las adversidades, con un espíritu crítico, libre y solidario

Esta semana la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inició el ciclo escolar 2021-2022 en la modalidad de educación a distancia. Las clases a través de las plataformas de videoconferencia han resultado un medio eficaz para reunir a los estudiantes y sus maestros de forma virtual. Como profesor de la Facultad de Derecho doy cuenta de la extraordinaria organización administrativa, la excelencia y vocación del claustro académico de esta facultad. Gracias a ello, la pandemia no ha sido un obstáculo para continuar con la educación superior de miles de jóvenes universitarios. Sin embargo, he advertido el agotamiento, desánimo y desinterés de muchos estudiantes de Derecho que, por desgracia, han sufrido la pérdida de algún ser querido consecuencia del virus Sars-Cov2, el desempleo de algún familiar o las restricciones de su propia libertad por las diversas medidas de contingencia establecidas ante la crisis sanitaria que se vive en México y el mundo.

En la comunidad universitaria la solidaridad debe ser una constante, estamos obligados a apoyarnos entre nosotros para sobrevivir. El filósofo Adolfo Sanchez Vazquez sentenció: “la vida de la universidad tiene que ser, sustancialmente, ejercicio del pensamiento, pero de un pensamiento que no se conciba a sí mismo como un fin en sí, sino como pensamiento para la comunidad en sus diversos niveles, estatal, nacional y universal”. Esto significa que la educación no puede soslayar los grandes problemas a los que nos enfrentamos: la pandemia, el calentamiento global, la desigualdad económica, el uso indebido de nuestros datos personales y los ataques a la vida privada, entre otros. Necesitamos que los jóvenes universitarios reflexionen con base en un pensamiento racional, pues es nuestro comportamiento irracional con la naturaleza lo que ha llevado a desastres ecológicos, a relaciones violentas entre sociedades, a políticas militaristas que derivan en dictaduras que violan sistemáticamente los derechos humanos, entre otros ejemplos.

El racionalismo permite una relación natural, y por tanto humana, ante el escenario adverso. Afortunadamente, contamos con una Universidad Nacional como espacio donde prevalece la libertad de cátedra y de investigación, fruto, entre otros, de la filosofía de Antonio Caso, quien se opuso a Vicente Lombardo quien proponía que la UNAM adoptara el materialismo histórico como orientación de sus tareas docentes, científicas y culturales. Recientemente, en su columna, el Dr. Raúl Contreras nos recordaba “solo al educar en libertad y sin ataduras es posible conseguir el máximo potencial de las ideas, aquellas que han sido el motor de progreso en nuestro país”.

Hoy, como hace décadas, la comunidad universitaria debe asumir el mensaje de aliento que, en su momento, pronunció el arqueólogo Alfonso Caso al señalar que el águila y el nopal siguen en nuestro escudo como una inspiración: “seguimos creyendo, como el azteca, que es fundamental un ideal que inspire nuestra vida y ese ideal no puede ser otro que el de poner nuestras fuerzas en conjunción, para conseguir el triunfo del bien. Así el viejo símbolo que movió a los aztecas a través de los desiertos y las planicies del norte, hasta fundar la Ciudad del Sol en medio del lago de la Luna, sigue siendo actual; sigue inspirando nuestro deseo de crear una gran patria que tenga su centro, allí donde por primera vez se posó el águila sobre el nopal”. En este nuevo inicio de ciclo escolar, los universitarios del país debemos reflexionar e inspirar a las nuevas generaciones de estudiantes para atravesar las adversidades, siempre con un espíritu crítico, libre y solidario.

Académico de la UNAM

Fuente de la Información: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/alfonso-perez-daza/la-universidad-nacional-un-espacio-de-libertad

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Colombia: Regresa el Concurso “Voy por ti, juega por mí” para ayudar a niñas, niños y adolescentes

Regresa el Concurso “Voy por ti, juega por mí” para ayudar a niñas, niños y adolescentes

Bogotá, 02 agosto de 2021. Regresa el programa concurso “Voy por ti, Juega por mí”, este próximo lunes festivo, 16 de agosto de 8:30 p.m. a 10:30 p.m. por Caracol Televisión en apoyo a UNICEF Colombia. El programa tiene como propósito sensibilizar y movilizar fondos para las acciones en apoyo el retorno seguro a clases mediante la construcción y mejora de la infraestructura de sistemas de agua, saneamiento e higiene y la asistencia técnica a escuelas para facilitar el aprendizaje de los niños y niñas a través de la implementación de orientaciones pedagógicas y normativas en el contexto de la reapertura de escuelas.

¿Cómo podrán entrar al juego los televidentes?

Desde el 30 de julio, e ingresando a www.ayudaunicef.com o llamando a la línea gratuita 018000 181010, las personas podrán hacer una donación por la niñez y adolescencia. Carolina Cruz, Maleja Restrepo, Carlos Vargas y Humberto Rodríguez serán nuestros amigos de la niñez quienes competirán en diferentes pruebas de destreza, para representar en cada uno de los juegos a los donantes seleccionados y ayudarlos a ganar diferentes premios. Ellos estarán acompañados de Carlos Calero, quien conducirá el programa, además del talento musical de Sebastián Yatra.

Luego de realizar la donación, las personas recibirán vía correo electrónico o SMS, un código único que les dará la entrada al juego durante el programa. El día del concurso, los donantes deberán entrar al link enviado por UNICEF o ingresar a la página www.caracoltv.com/unicef para participar. En el juego y antes de cada prueba los donantes tendrán 2 minutos para elegir en la página web a cuál de los amigos de la niñez quiere apoyar. Si el amigo de la niñez que decide apoyar gana la prueba y es el donante elegido, lo llamaremos para hacer una pregunta relacionada con lo acontecido durante el programa y si contesta de forma acertada, ganará.

Con donaciones mensuales desde COP$30.000, y gracias a nuestras diferentes marcas patrocinadoras, que contribuyen con estas prioridades para la infancia, las personas podrán participar para ganar fabulosos premios para el hogar y disfrutar en familia y, además, concursar para ganar un carro 0 kms al final del programa. Entre más done cada persona, tendrá más oportunidades de ganar, ayudar y divertirse. Este compromiso de los donantes mes a mes, permite asegurar la sostenibilidad de los proyectos y acciones que se desarrollan en las comunidades.

Mientras las escuelas de todo el mundo luchan por reabrir, los últimos datos del Programa Conjunto de Monitoreo OMS / UNICEF revelaron que, en 2019, el 43% de las escuelas de todo el mundo carecían de medios para poder acceder a un lavado de manos básico con agua y jabón: una condición clave para que las instituciones educativas puedan regresar a la presencialidad de manera segura en medio de esta pandemia.

Según el Observatorio a la gestión educativa  el proceso de alternancia en las escuelas en Colombia a junio 2021, reportó que de 9.819.942 niños y niñas matriculados en el país, 1.663.009 habían retornado a las escuelas en modalidad de alternancia, lo cual representa el 16.9% del total, siendo un total de 7,721 instituciones educativas las que han regresado a clases en la modalidad alternancia, lo que corresponde al 42.3% de la totalidad de instituciones educativas del país.  Actualmente a partir de la directiva 05 del mes de julio el Ministerio de Educación Nacional estableció el retorno a la presencialidad en todo el territorio nacional una vez finalizado el periodo de vacaciones de mitad de año. Para esto, se requieren acciones que apoyen este regreso de manera segura en los colegios que presentan mayores necesidades.

Información levantada por UNICEF y socios, muestra que existen 1.083 instituciones públicas, que requieren mejoramiento urgente de servicios de agua, saneamiento e higiene-WASH, para poder contar con condiciones de retorno seguro que permita condiciones de higiene para la prevención del COVID-19.

Con la recaudación de fondos, UNICEF busca movilizar y apoyar el retorno seguro a las escuelas a partir del mejoramiento y adecuación de la infraestructura con baterías sanitarias, tanques de agua, conexiones y tratamiento de este líquido y adecuaciones a módulos de lavados de manos con agua y jabón. Adicionalmente, se trabajará con las escuelas en implementar orientaciones pedagógicas que faciliten el retorno y en promover, a través de una estrategia de comunicación comunitaria, los mensajes de prácticas de cuidado con docentes, familias y estudiantes como el uso del tapabocas, el lavado de manos y la distancia física.

La Representante de UNICEF en Colombia, Aida Oliver, asegura que “Desde ahora, UNICEF agradece a Caracol Televisión y a los todas las personas que donarán y participarán en el concurso “Voy por ti, juega por mí”, pues con sus aportes apoyarán los esfuerzos, para que la organización en conjunto con las entidades aliadas continúe trabajando por la educación y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes de las zonas más vulnerables del país para que estos puedan desarrollar su pleno potencial.”

Jose María Reyes, Gerente de Responsabilidad Corporativa de Caracol Televisión agrega: “Voy por ti, Juega por mí” busca sumar a la labor que realiza Unicef por la promoción de los derechos de la niñez en nuestro país. Esperamos con este contenido conectar a muchos colombianos con esta importante causa”.

 

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/colombia/comunicados-prensa/regresa-el-concurso-voy-por-ti-juega-por-mi-para-ayudar-ninas-ninos

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Chile: Los niños, niñas y adolescentes tienen derechos

Los niños, niñas y adolescentes tienen derechos

Los establece la Convención sobre los Derechos del Niño

La Convención sobre los Derechos del Niño busca promover en el mundo los derechos de los niños y niñas, cambiando definitivamente la concepción de la infancia. Fue aprobada el 20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de Naciones Unidas. Al aprobar la Convención, la comunidad internacional reconoció que, a diferencia de los adultos, las personas menores de 18 años necesitan una atención y protección especiales.

La Convención se ha consolidado en las legislaturas nacionales y ha servido para motivar a los gobiernos de todo el mundo a considerar los derechos y el desarrollo de la infancia dentro de los elementos principales de sus programas legislativos.

Chile ratificó este convenio internacional el 14 de agosto de 1990, el que se rige por cuatro principios fundamentales: la no discriminación, el interés superior del niño, su supervivencia, desarrollo y protección, así como su participación en decisiones que les afecten.

 

¿Qué establece, en términos generales, la CDN?

En términos generales, la Convención sobre los Derechos del Niño establece que los países que la han ratificado deben asegurar que todos los niños y niñas se beneficien de una serie de medidas especiales de protección y asistencia; tengan acceso a educación y a salud; puedan desarrollar plenamente su personalidad, habilidades y talentos; crezcan en un ambiente de felicidad, amor y comprensión; y reciban información sobre la manera en que pueden alcanzar sus derechos y participar en el proceso de una forma accesible y activa.

La Convención articula un conjunto de derechos para todos los niños y niñas, sobre la base de cuatro principios fundamentales: la no discriminación; el interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el respeto por la opinión de los niños y niñas.

Los países que han ratificado la Convención, deben informar regularmente sobre sus avances al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, el que, a su vez, analiza y comenta estos informes y alienta a los Estados a tomar medidas.

 

Una nueva perspectiva de la infancia

La Convención cambió la perspectiva que se tenía sobre la infancia: a partir de este tratado, niños y niñas ya no se consideran propiedad de sus padres ni beneficiarios indefensos de una obra de caridad; son seres humanos y los titulares de sus propios derechos.

convencion de los derechos del niño

Historia de la CDN

  • 1948: la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
  • 1959: las Naciones Unidas aprobaron la Declaración de los Derechos del Niño. Ésta consistía en 10 derechos y no constituía obligación legal para los países que la firmaran.
  • 1978: el gobierno de Polonia sometió a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas la versión provisional de una Convención sobre los Derechos del Niño.
  • 1989: la Convención fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre.
  • 1990: la Convención entró en vigor, después de ser ratificada por 20 países.

Los derechos de los niños, niñas y adolescentes

identidad y familia

A la identidad y la familia

La vida, el desarrollo, la participación y la protección.

Tener un nombre y una nacionalidad.

Saber quiénes son sus papás y a no ser separados de ellos.

Que el Estado garantice a sus padres la posibilidad de cumplir con sus deberes y derechos.

Crecer sanos física, mental y espiritualmente.

Que se respete su vida privada.

expresion

A expresarse libremente y el acceso a la información

Tener su propia cultura, idioma y religión.

Pedir y difundir la información necesaria que promueva su bienestar y desarrollo como personas.

Que sus intereses sean lo primero a tener en cuenta en cada tema que les afecte, tanto en la escuela, como en los hospitales, ante los jueces, diputados, senadores u otras autoridades.

Expresarse libremente, a ser escuchados y a que su opinión sea tomada en cuenta.

proteccion

A la protección contra el abuso y la discriminación

No ser discriminados por el solo hecho de ser diferentes a los demás.

Tener a quien recurrir en caso de que los maltraten o les hagan daño.

Que no se les obligue a realizar trabajos peligrosos ni actividades que afecten o entorpezcan su salud, educación y desarrollo.

Que nadie haga con su cuerpo cosas que no quieren

educacion

A la educación

Aprender todo aquello que desarrolle al máximo su personalidad y capacidades intelectuales, físicas y sociales.

Recibir educación. La enseñanza primaria debería ser gratuita y obligatoria para todos los niños. Todos los niños deberían tener acceso a la enseñanza secundaria.

salud

A una vida segura y sana

Tener una vida digna y plena, más aún si se tiene una discapacidad física o mental.

Descansar, jugar y practicar deportes.

Vivir en un medio ambiente sano y limpio y a disfrutar del contacto con la naturaleza.

Participar activamente en la vida cultural de su comunidad, a través de la música, la pintura, el teatro, el cine o cualquier medio de expresión.

Reunirse con amigos para pensar proyectos juntos o intercambiar ideas.

discapcidad

A la atención especial en caso de estar impedidos

Los niños impedidos tienen derecho a los servicios de rehabilitación, y a la educación y capacitación que los ayuden a disfrutar de una vida plena y decorosa.

El derecho de un trato especial en caso de  privación de libertad.

Recursos

 

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Pobreza, desigualdad y cambio climático definen nuestra era

Pobreza, desigualdad y cambio climático definen nuestra era

David Malpassplumas invitadas

La pandemia de covid-19 ha afectado mucho más a los pobres y vulnerables, agravando la desigualdad, la insuficiencia de sistemas de salud, el déficit de aprendizaje, el estancamiento de los ingresos, el aumento de los conflictos y la violencia, y el cambio climático. Desafortunadamente, las demoras en la vacunación profundizan dicha desigualdad y dejan en riesgo a millones de personas vulnerables.

Además de los daños inmediatos, la pandemia está dejando secuelas duraderas: los niños han perdido acceso a instrucción vital y a programas de nutrición y vacunación; las empresas han colapsado; los ahorros y los activos se han agotado y el sobreendeudamiento está reduciendo la inversión y el gasto social.

El Banco Mundial ha actuado para ayudar a los países mediante programas de salud de emergencia en más de cien países; evaluaciones de preparación para la vacunación en más de 140 países; y financiamiento para vacunas en casi 50 países. Por su parte, la Corporación Financiera Internacional, nuestra entidad dedicada al sector privado, ayuda a aumentar el suministro de vacunas y de equipos sanitarios esenciales.

La disponibilidad de vacunas es la mejor inversión para fortalecer la recuperación y he instado a los países que tienen suficiente suministro que lo liberen lo antes posible para los países en desarrollo con programas de vacunación en marcha.
También focalizamos nuestro financiamiento y conocimiento en programas que salven vidas y medios de subsistencia y que al mismo tiempo apoyen un desarrollo verde, resiliente e inclusivo.

Para ayudar con el tema climático, el Grupo Banco Mundial comprometerá al menos el 35% de su financiamiento en los próximos cinco años —USD100 mil millones— en inversiones climáticas. En “mitigación” buscaremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en particular de los principales emisores. En “adaptación”, nuestro enfoque reconoce que el cambio climático afecta más a los países más pobres, aunque su contribución a las emisiones de GEI es mínima. Una de nuestras medidas es ayudar a los países a implementar sus contribuciones determinadas a nivel nacional, acordadas bajo el Acuerdo de París.

Además de la desigualdad, muchos países pobres enfrentan altas tasas de interés, mientras que siguen siendo cercanas a cero en las economías avanzadas. Cuando se produjo la pandemia, pedí que se suspendiera el servicio de la deuda de los países más pobres. La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G-20 proporcionó alivio temporal, postergando más de USD13 mil millones en pagos. El alivio ha sido menor de lo previsto porque algunos acreedores no participaron y siguieron recaudando pagos —y porque los países deudores deberán pagos suspendidos, más intereses, cuando finalice el período de suspensión en diciembre de 2021.

El desequilibrio de las políticas en estímulo fiscal y monetarias es otro factor que contribuye a la desigualdad. Vemos un alza en los precios —impulsada por la demanda en las economías avanzadas—, mientras la inseguridad alimentaria afecta a muchos de los pobres del mundo. La política monetaria mundial sufre un desequilibrio aún mayor porque la compra de bonos de los bancos centrales y la regulación del crédito dirigen los recursos a las instituciones más seguras y sofisticadas, desplazando a otros.

Nuestras respuestas a la pobreza, la desigualdad y el cambio climático serán las decisiones que definirán nuestra era. Los desafíos son enormes y requieren nuevos enfoques. El Grupo Banco Mundial ayuda a los países a lograr un desarrollo sostenible mientras trabaja con los sectores público y privado para cumplir su misión de aliviar la pobreza y promover la prosperidad compartida.

*Presidente del Grupo Banco Mundial

Fuente de la Información: https://www.prensalibre.com/opinion/plumas-invitadas/pobreza-desigualdad-y-cambio-climatico-definen-nuestra-era/

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Brasil: El caos de la pandemia esconde un nuevo orden en la Tierra

El caos de la pandemia esconde un nuevo orden en la Tierra

Leonardo Boff

Raramente en la ya larga historia de la vida ha ocurrido una situación de caos planetario como en los días actuales. Estábamos acostumbrados a regularidades y a órdenes sistémicos, aunque en los últimos decenios hemos experimentado también con creciente frecuencia irregularidades como tsunamis, huracanes, terremotos y eventos extremos de calor y de frío. Tales fenómenos han llevado a los científicos a pensar e intentar comprender cómo dentro del orden dado podían ocurrir situaciones caóticas.

De ahí surgió toda una ciencia, la del caos, tan importante como las otras, hasta el punto de que algunos han llegado a decir que el siglo XX será recordado por la teoría de la relatividad de Einstein, por la mecánica cuántica de Heisenberg/Bohr… y por la teoría del caos de Lorenz/Prigogine.

La esencia de la teoría del caos reside en que un cambio muy pequeño en las condiciones iniciales de una situación lleva a efectos imprevisibles. Se pone como ejemplo el “efecto mariposa”. Pequeñas modificaciones iniciales, aleatorias, como el aleteo de las alas de una mariposa en Brasil, pueden provocar modificaciones atmosféricas hasta culminar en una tempestad en Nueva York. El presupuesto teórico es que todas las cosas están interligadas y van asumiendo elementos nuevos, creando complejidades en el curso de su existencia (en este caso, calor, humedad, vientos, energías terrestres y cósmicas) de forma que la situación final es totalmente diferente de la inicial.

El caos está en todas partes, en el universo, en la sociedad y en cada persona. Es decir, los órdenes no son lineales y estáticos; son dinámicos, y buscan siempre el equilibrio que los mantiene actuantes.

El universo se originó de un tremendo caos inicial (big bang). La evolución se hizo y se hace a lo largo de muchos milenios para poner orden en este caos.

Mas aquí surge una novedad: el caos nunca es sólo caótico, sino que guarda dentro de sí, en gestación, un nuevo orden. Lógicamente tiene su momento destructivo, caótico, sin el cual el orden nuevo no podría irrumpir. El caos es generativo de este nuevo orden.

Quien analizó con detalle este fenómeno fue el gran científico ruso/belga Ilya Prigogine (1917-2003), premio Nobel de Química en 1977. Estudió particularmente las condiciones que permiten la emergencia de la vida. Según este gran científico, siempre que exista un sistema abierto y siempre que haya una situación de caos (por tanto fuera del orden y lejos del equilibrio) y exista una no-linealidad, la conectividad entre las partes genera un nuevo orden, que sería la Vida (cf. Order out of Chaos,1984).

Ese proceso conoce bifurcaciones y fluctuaciones. Por eso, el orden nunca es dado a priori. Depende de varios factores que van en una u otra dirección, de ahí la inmensa biodiversidad.

Hacemos toda esta reflexión sumarísima para que nos ayude a entender mejor el actual caos pandémico. Vivimos innegablemente en una situación de caos completo, caos destructivo de millones de vidas humanas. Nadie puede decir cuándo terminará, ni hacia dónde vamos. El virus deriva en múltiples variantes; es su triunfo sobre nuestras células. Es innegablemente caótico y está aterrorizando a toda la humanidad.

Nos plantea cuestiones fundamentales: ¿qué hemos hecho con la naturaleza para que ésta nos castigue con un virus tan letal? ¿Dónde nos hemos equivocado? ¿Qué cambios debemos hacer en relación a la naturaleza para impedir que nos envíe una verdadera gama de otros virus?

Sabemos que dentro del caos hay oculto un orden más alto y mejor. Lo peor que podría sucedernos sería la continuidad, volver al pasado que lo originó. Tenemos que usar nuestra fantasía creadora y, sobre todo, forjar, a través de una práctica histórica, un orden más amigo de la vida, amistoso, fraterno y justo.

Sería el caos generativo. Tenemos que entender el contexto de donde vino el coronavirus. Es una expresión del antropoceno, es decir, de la sistemática agresión del ser humano a la naturaleza y a Gaia, la Madre Tierra. Es la consecuencia de haber tratado a la Tierra como una mera reserva inerte de recursos a nuestra disposición, y no como un superorganismo vivo que merece cuidado y respeto.

A partir de la revolución industrial la hemos explotado tanto que no consigue ya regenerarse y ofrecernos todos los bienes y servicios vitales. Tenemos que inaugurar una relación de sinergia y sostenibilidad para con la naturaleza, sintiéndonos parte de ella, responsables de su perpetuidad, y no sus dueños y señores. Si no realizamos esta conversión ecológica podremos conocer catástrofes inimaginables.

En el caso brasilero, lo primero que tenemos que hacer es preservar la inmensa riqueza ecológica que heredamos de la naturaleza, en selvas húmedas, abundancia de agua, suelos fértiles y una inmensa biodiversidad.

Después, tenemos que superar la marginalización, el odio cobarde que tributamos a los pobres. El desprecio y las humillaciones cometidas cruelmente contra las personas que fueron esclavizadas, ha pasado a estos empobrecidos. Tal inhumanidad ha dejado marcas profundas en la población.

No en último lugar, tenemos que liquidar el perverso legado de la Casa Grande, traducido por el rentismo y por unos cuantos millonarios que controlan gran parte de nuestras finanzas. Hacen fortunas con la pandemia, sin empatía con los familiares que han perdido a más de medio millón de seres queridos. Son la base en que se apoya del actual gobierno necrófilo, cuyo presidente se ha hecho aliado del virus.

Estos puntos son el mayor obstáculo para la superación del caos instalado en Brasil.

Tenemos que formar un frente amplio de fuerzas progresistas y enemigas de la neocolonización del país, para desentrañar el nuevo orden, oculto en el caos actual, pero que quiere nacer. Tenemos que consumar ese parto aunque sea doloroso. De lo contrario, continuaremos rehenes y víctimas de aquellos que siempre pensaron corporativamente sólo en sí mismos, de espaldas al pueblo, que devastaron la naturaleza con su agronegocio y refuerzan la irrupción del coronavirus entre nosotros.

Debemos inspirarnos en el Universo, nacido del caos primordial, pero que, al evolucionar, fue creando órdenes nuevos y más complejos cada vez, hasta generar la especie humana. Nuestra misión es garantizar la vida, la Madre Tierra y a nosotros mismos, crear la casa Común dentro de la cual todos podamos vivir en justicia, paz y alegría. Este modelo deberá salir de las entrañas del actual caos y establecer las bases de un nuevo comienzo para la humanidad.

Fuente de la Información: https://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=1034

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