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Humanizar desde la inmediatez de los cuerpos.

Infancias y educación, desafío y oportunidad de transformación social.

Por: Alejandra Castiglioni

Humanizar…Muchos de nosotros reiteramos en estos tiempos -y enfáticamente- la necesidad de humanizar nuestros vínculos, nuestras perspectivas, nuestros horizontes, nuestro hacer. Implica un gran debate que invita a un diálogo sensible e interdisciplinar.

Quizás esta pandemia nos sitúe ante la oportunidad de desarmar la hegemónica deshumanización y en verdad, la educación y la infancia son los territorios privilegiados para intentarlo.

Boaventura de Sousa Santos menciona la necesidad de desmonumentalizar el conocimiento hegemónico, yo creo que mucho tiene que ver con la posibilidad de humanizar (2009). Siglos de modernidad en que una deliberada disociación entre razón y emoción, cuerpo y alma -entre otras escisiones- ha fragmentado la integridad humana, deshumanizándonos. Desde la perspectiva blanca, occidental, patriarcal y colonial se ha organizado la producción del conocimiento y las estructuras de poder, el hacer, es decir, el ser.

Nos inspira la utopía impulsada en las urgencias para descubrir un futuro en la complejidad del presente. Los umbrales de lo desconocido y los malestares de la incomodidad, que surgen cuando una pandemia revela las profundas inequidades  de las infancias del mundo, nos convocan a transformaciones creando paulatinamente la esperanza de un nuevo orden. Una nueva organización basada en el principio ético de la vida, como hemos escuchado mencionar a Enrique Dussel en estos días.

En particular, humanizaremos habitando la integridad de nuestro ser, legitimando la experiencia sensible de los cuerpos y en el espesor de la corporalidad; esto implica una mirada ética y estética de  un hecho social y político.

En los cuerpos se vivencia e inscribe la efectivización de derechos desde la más temprana edad, esto implica una perspectiva insoslayable para entender a la niña, niño y niñe como sujetos de derecho desde el nacimiento, ciudadanxs de hoy, ciudadanxs interculturales.

Parafraseando a Tonucci, lo cierto es que la cotidianeidad del hogar es hoy, la Escuela de la vida.  Construir diálogos es un desafío coyuntural, también alojar las nuevas interacciones que operan actualmente en la experiencia de enseñar y aprender, las del hogar. Además, erupcionan emociones diversas, incertidumbre, inquietud, temor, desconocimiento, entre otras, presentes en cada contexto, en cada gesto.

¿Por qué pensar desde los cuerpos?

Nuestro cuerpo en tanto construcción social y política situada en un aquí y ahora, es la superficie donde se inscribe nuestra historia y la de generaciones pasadas, nuestra vida y también nuestra muerte.  El hilo de vida que entrama la existencia humana mientras se conforma en los distintos vaivenes del saber, del poder, del ser.

Cuando el cuerpo es considerado como envase, como límite de la individualidad, como recinto del sujeto y por ello, objeto, es que aparece un cuerpo escindido del hombre, deshumanizado.

O bien, un cuerpo encorsetado en disciplinamientos que a veces invaden la cotidianeidad de la educación infantil, formateando tiempos, estereotipando juegos, técnicas corporales o danzas, gestos y emociones según el género, la clase o las más diversas categorías con la que se pretende organizar el mundo.

Indagar en la conversación educativa y en la posibilidad de transformación social pensando en los cuerpos, implica comprenderlos como portadores y productores de cultura y de conocimiento. Cultura en clave relacional, como entramado de estrategias para habitar el mundo y dar sentido a nuestra relación con cada uno de los mundos que habitamos. Esto sedimenta en la memoria del hacer, que como diría Heidegger, es ante todo un habitar.

Ahora bien, ¿es posible trascender la materialidad de los cuerpos en este distanciamiento preventivo y más allá de él? Si. Existe una interfaz entre las fronteras de los cuerpos y en su espesor circulan gestos, voces y relatos, este es el espacio de la corporalidad. Es ese lugar donde podemos redescubrir la potencia del gesto, la intensidad de los diálogos para encontrarnos distinto, para abrazarnos y sostenernos de otros modos y construir así una trama de esperanza que no es ingenuidad sino espera crítica y comprometida. Tan necesaria hoy.

También, allí se desenvuelven diversas representaciones de la otredad que nos convierten en oportunidad o amenaza. Están las que valoran amorosamente y las que nos hacen vulnerables y nos desplazan hacia el abismo, manteniendo asimetrías sociales que desechan seres humanos -marcan niñxs desde la más temprana edad- expulsándolxs al abismo social y simbólico. Lxs niñxs las cuestionan, su voz nos guía y así crea rupturas.

Humanizar, implica apostar a la integración de sí y con lxs otrxs. Asimismo, cuestionar representaciones de la otredad -producto de imaginarios ajenos- que lo impiden; ellas siguen formateando la experiencia infantil y la mutua percepción de quienes compartimos el camino en la vida.

Sabemos que mediante las luchas de los pueblos, algunas representaciones mutan a lo largo del tiempo, allí está nuestra oportunidad y desafío.  Y en esa esperanza, vamos enunciando nuestros sentipensares, construyendo diálogos interdisciplinares que nos permitan repensarnos.

¿Caminos? La educación infantil. No sólo como derecho, sino como territorio para la descolonización del saber,  un camino inacabado de preguntas emancipadoras más que de respuestas. En particular, y en su dimensión política insoslayable, la educación intercultural critica como perspectiva encarnada para detectar adultocentrismos e impugnar instrumentos de homogenización de subjetividades, funcionales a la mercantilización del capitalismo depredador.

Y la potencia de la mirada de lxs niñxs. En estos tiempos -más aún- esa mirada nos conecta con la necesidad de recuperar lo más genuino de nuestro ser, quizás, la cultura de nuestros pueblos indígenas, adaptándola a nuestra realidad desde el hacer… lo que es descolonizar … el saber, el estar, el pensar, el soñar, es decir, el ser. Mientras sentipensamos nuestros cuerpos, revisando cómo los habitamos. Esto implica gestar una nueva corresponsabilidad de existir ampliando la experiencia de la infancia y alojando su impulso vital.

En lo adverso de esta pandemia, habita una oportunidad para honrar ese impulso vital, reinventando paisajes más justos, más humanos, donde de este caos surja un nuevo orden que nos encuentre disponibles amorosamente a la presencia singular de cada niñx, trayendo rupturas con sus gestos -claro- pero invitándonos siempre a un nuevo comienzo (Bustelo, 2011).

Y durante esta noche, para programar un amanecer más humano, no debe faltar la ternura en nuestros modos de vincularnos, imaginar y habitar el mundo. Alejandro Cussianovich, expresa que la ternura debe ser entendida como una virtud política, como un componente insoslayable de nuestra práctica educativa, familiar, profesional sea cual fuere la que nos encuentre trabajando por un mundo más justo y significativo (2009). Sin dudas… la solidaridad es el rostro de la ternura de los pueblos.

Bibliografía:

Bonaventura de Sousa Santos (2009). Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social. México, CLACSO y Siglo XXI

Bustelo, Eduardo (2011). El recreo de la infancia. Argumentos para otro comienzo. Buenos Aires, Siglo XXIEditores.

Cussianovich, Alejandro (2009). Ensayos sobre infancia II. Sujetos de derechos y protagonista. Perú, Iflejant.

Buenos Aires. Agosto, 2020.

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En búsqueda de un concepto de cultura

Autora: Lisbehet Dubravska Torcatty

Tesista del doctorado en Cultura y Arte.

 UPEL

Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es ni utopía ni locura, es justicia.

EL Quijote

A manera de reflexión.

La evolución del concepto de cultura, se relaciona con la conceptuación de qué es el hombre y cuál su esencia.  En la historia de la humanidad, el concepto de cultura ha tenido muchas variaciones. Según el trabajo de Espinoza y Pérez (1984), el término cultura apareció en la Roma antigua como la traducción de la palabra griega paideia, usada para significar la crianza de los niños, entendiéndose como el cuidado o cultivo que se debe tener por los niños en la adquisición de conocimientos, hábitos, costumbres, sentimientos, emociones, relaciones sociales y afectivas, gusto por las ciencias y las artes.

Por su parte, Colombre (2004) plantea que la concepción elitista de cultura  proviene del pensador latino Cicerón, quien vivió entre los años 106 y 43 antes de Cristo. Según este autor, Cicerón consideraba la cultura como un culto a la propia alma y debía enfocarse a la perfección espiritual.

El concepto de cultura como conocimiento filosófico, evolucionó hacia un concepto aristocrático que alcanzó su máxima expresión durante la Edad Media y que privilegió las artes del trivium (gramática, retórica y dialéctica) y quatrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Más adelante, con el Renacimiento, se agrega al concepto de cultura la actividad productiva. Desde esta perspectiva, se ensanchará este concepto  para designar no solo el cultivo del espíritu sino también al conjunto de obras literarias y artísticas, así como los conocimientos científicos y tecnológicos. Desde esta representación, y muy a propósito del planteamiento que ahora nos ocupa, podría ser importante estudiar los inicios del currículo como elemento que propaga la colonización, desde una  educación escolástica que ha servido como punta de lanza para borrar, blanquear la memoria histórica y favorecer la concepción occidental del mundo.

Por su parte Hernández (2007) afirma que para 1871, la cultura aún se conceptualizaba como «la actividad del espíritu, y sus cumbres son la erudición clásica, la veneración y el ejercicio de la poesía en distintos niveles, la escritura de la historia, la creación artística, la prédica moral que instrumenta la divulgación del conocimiento». Serán los románticos, en el siglo XIX, los primeros en afirmar que el único agente de la creación cultural efectiva es el pueblo y que las otras capas (burguesía y nobleza), lo único que hacen es aprovechar y refinar los esbozos de obras que éste entrega. Es decir, tomaban piezas de cantos populares, las refinaban y convertían en “académicas”, de allí surgieron óperas, sinfonías, valses. Casos representativos están las obras de Chopin y Beethoven entre otros; por ejemplo en Venezuela el aire musical folclórico “pajarillo” ha sido versionado y transformado en varias ocasiones por, entre otros compositores,  Aldemaro Romero.  Cabe mencionar que han surgido de esta sinergia entre lo popular y lo clásico, obras creativas y extraordinarias dignas de ser estudiadas e interpretadas a profundidad más adelante. En así que, lo popular y lo nacional tienen una influencia muy marcada en la música académica, especialmente en escandinavos eslavos y rusos, no obstante, cabe confirmar que la “sublimación” o elevación lírica no corresponden a ese un tránsito.

Eso que ahora llamamos música académica en occidente, se genera en la Edad Media, al interior de conventos y abadías, y tuvo sus influencias externas (populares) porque la música nace en las comunidades.  (Se trataría de un tema digno de especificar en otros estudios).

Hoy día, como lo explica Colombre,  “el centro de la gravedad es trasladado de lo individual a lo social, al verse la cultura como un patrimonio común que se enriquece y se actualiza y por creación y adopción selectiva de elementos ajenos, y también como la presencia profunda de su ser en el mundo de todo un pueblo”.

En un sentido antropológico, la cultura se define como el modo de ser, de hacer y de pensar de todo un pueblo, mientras que en la investigación sociológica, el concepto de cultura ha sido definido muchas veces como la «totalidad de lo que aprenden los individuos en tanto miembros de la sociedad; es una forma de vida, un modo de pensar, de actuar y de sentir» (Chinoy Ely, 1980).

Podría afirmarse que la “cultura de un pueblo” es un largo y complicado proceso acumulativo, que se hace y rehace de modo continuo y no a saltos, en procesos discretos.  Así que “los que aspiran a revocar de un plumazo la historia cultural de un grupo no proponen más que dogmas para llenar el vertiginoso vacío.  Para contrarrestar en esto resulta de fundamental importancia una educación para la libertad, lo que hoy implica una autentica democratización de la cultura». (Colombre 2004)

El absolutismo de la civilización occidental, puesto de manifiesto ya en los orígenes del capitalismo (siglo XVII), se ha visto potenciado en los últimos tiempos por el proceso de globalización que multiplicó la avidez de las corporaciones por los mercados periféricos. Según este autor, al concluir el siglo XIX, había triunfado en las clases dominantes y en los intelectuales la idea de uncir a América al destino de Occidente, abandonando así el proyecto de abrir camino a una civilización propia. Implicando esto, la supresión de la identidad de los países alienándolos, en lo simbólico, para alejarlos de su propia identidad, e inducirlos a aceptar un orden ajeno de sus valores.  Es posible que en ese ideal de Colombre se haya considerado el pensamiento de Simón Rodríguez y otros libertadores de la palabra, en particular cuando plantea en Sociedades Americanas (Rodríguez, 1828) “la América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos. ¿Dónde iremos a buscar modelos?”

La crisis de las sociedades modernas, debería verse, antes que nada, como un hecho cultural y si no se tomara conciencia de ello es posible que no haya una salida posible. Tendría que definirse un proyecto cultural alternativo, cuyos principios básicos regularan la vida social y las políticas económicas. En efecto,  Zygmunt Bauman, (2013), confirma que en la actualidad se vive en una sociedad de consumo en la que la cultura es vista como un conjunto bienes o experiencias concebidas para el consumo. Hoy la cultura no consiste en prohibiciones sino en ofertas. Para contrarrestar esta realidad que nos carcome la memoria, la identidad y nos deja al desnudo, sin defensas ni fortalezas, es necesario, radicalizar el discurso contra-hegemónico, oponer una cultura verdadera a la subcultura dominante.

Alejándonos de concepciones fundamentalistas y fanáticas y vislumbrar nuestras políticas culturales  como conjunto organizado de valores que sirvan para definir a los sujetos colectivos que están o entraran en el dialogo, a los verdaderos actores de un proceso que llevará a descongelar las situaciones coloniales de la cual estamos impregnados, todas las nuevas y viejas formas de opresión para poder alcanzar la libertad y la justicia, desde una ética colectiva.  El término cultura debe convertirse en sinónimo de pluralismo, de respeto a la identidad del otro, de un “no” rotundo a lo que huela a dominación.

Sin embargo, como confirma Colombre (2004):

..“No podrá haber civilización sin un proyecto civilizatorio, sin una construcción diferente a la Occidental y una voluntad explícita de alejarse de los modelos ajenos para inscribir una particularidad en el concierto universal. Porque es en el marco del proyecto civilizatorio donde adquieren sentido y se potencian las formas propias de estructurar la realidad, de acceder al conocimiento del mundo y elaborar redes simbólicas” (pág.17)

Un pueblo no alcanza civilización original, sumándose al proyecto de otro pueblo, sino tomando conciencia de su ser en el mundo y su identidad. Entendiendo que la cultura con que nos colonizaron se encuentra como un dios todopoderoso omnipresente en la palabra, en los gestos, en los medios de comunicación, en las interpretaciones del mundo; e incluso en nuestros “sueños de realizarnos como persona”. Se debe empezar a aprender a desmontar los mensajes que deforman y cubren lo real y dan paso firme a lo superfluo.

El conocimiento de la realidad social sólo es accesible, plenamente, desde el interior de una práctica social transformadora. Lo cual, ciertamente, implica una opción epistemológica y, al mismo tiempo, ética. Quien quiera adquirir un conocimiento pleno de la realidad social, tiene que dedicarse a la práctica social transformadora.  O renunciar a esa ambición de conocimiento (Quijano 1977).

Descolonizando la conciencia

Sabemos que todo proceso  que implique cambios culturales, educativos, sociales y, en general, en los hábitos, costumbres, modos de pensar, de ser y  de actuar que están arraigados por generaciones en los seres humanos, genera resistencias, rechazos, negatividades e incluso temores, explicables por la incertidumbre que implica lo nuevo y, a veces, por el miedo al fracaso.

Tampoco debemos dejar de considerar que los  comportamientos sociales, culturales, políticos y educativos tienen bases epistemológicas, es decir, se arraigan en concepciones políticas y socio-culturales con las cuales hemos sido socializados desde la familia, la escuela, los grupos de juegos, y más recientemente desde los medios de comunicación e información.

Gadamer (1998) por su parte plantea que el individuo tiene una conciencia históricamente moldeada, esto es, que la conciencia es un efecto de la historia y que estamos insertos plenamente en la cultura e historia de nuestro tiempo y lugar y, por ello, plenamente formados por ellas. Esta autoridad, la de la tradición, se hace acción en las costumbres, las cuales se adoptan libremente y “determinan ampliamente nuestras instituciones y comportamientos”

Alberdi citado por Colombre (2004) dice: “nuestros padres nos dieron una independencia material; a nosotros nos toca la conquista de una forma de civilización propia, la conquista del genio americano” añade luego que “la inteligencia americana requiere también su Bolívar su San Martin. La filosofía americana la política el arte la sociabilidad Americana, son otros tantos mundos que debemos conquistar.”

Es tiempo entonces de estudiar la naturaleza filosófica de nuestra sociedad, de vestirla de formas americanas y originales. Depurando nuestro espíritu de todo servilismo. Yo agregaría el planteamiento muy conocido pero vigente de Ernesto “Che” Guevara: “Hay que vestirnos de negro,  de mulato, de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo”. Sería un largo recorrido sobre nuestro pensamiento latinoamericano emancipador, que nos permitiría pasearnos por el pensamiento de Artigas, Rodríguez, Martí, entre muchos otros. Libertadores de la acción y de la palabra.

En un proyecto a construir, la tradición no ha de ser vista como un obstáculo, exige recuperar y reformular las estructuras comunitarias. Donde residen las alternativas culturales.  Reunificarlo, de juntar sus pedazos dispersos y devolverles coherencia.  Eso que el mismo Colombre llama  “modernidad propia”  no se nos  vera correr detrás de los modelos dominantes, empeñados en una competencia difícil (por realizarse sobre lo ajeno, no sobre lo propio)  que nos obliga a negar y posponer nuestro proyecto.

Se requiere, en consecuencia,  de la autorreflexión crítica del sujeto colectivo que busca producir desde su matriz simbólica una alternativa al sistema dominante valiéndose para ello de una innovación creativa a partir de su acervo tradicional y de la apropiación selectiva de elementos culturales y tecnológicos ajenos. O sea, un pensarse a sí mismo, para no ser pensado por otros, y un actuar desde si para no ser  objeto de una acción ajena. Se trata de desarrollar un modelo propio para evitar ser incorporados como materia inerte a otro proyecto, a la historia de una civilización.

Es ante todo una cuestión de conciencia que evitaría que la cultura se asimile como concepto de ocio, de pasatiempo, lo que implicaría  no solo reducirla a la dimensión de las obras, olvidando otros planos vinculantes que estudia la antropología. Para cuestionar la complejidad del mundo y los misterios o milagros de la vida.

La educación en la creación de una cultura descolonizada

Es preciso combatir el divorcio que existe entre cultura y educación,  contrarrestando el positivismo que tanto favoreció los procesos de colonización por medio de lo que hoy en día es llamado  “colonización pedagógica” que, lejos de atenuarse por los vientos libertarios, se acrecienta con el modelo impuesto de la escuela moderna, calificado  como “la gestión de la ignorancia” o la pedagogía del vacío. Se trata de una pedagogía formal, que soslaya la cuestión de las materias a transmitir y la naturaleza de la mirada para fetichizar el método.

Para ser ciudadano un individuo debe conocer la historia de su pueblo, su patrimonio tangible e intangible. Sus valores culturales. Señala Colombre (2011), que la educación actual tiende a encerrar a la escuela en el sujeto y al sujeto en sí mismo, nuevo avatar de la escuela moderna entendida como un repliegue sobre el yo.

Un hombre amurallado en sí mismo, sumergido en un pensamiento subjetivo, despreocupado del mundo. Un ser así no puede ser protagonista de ninguna construcción social valiosa, por lo general estos son fáciles presas del miedo, de temores a menudo imaginarios, que los llevan a preferir la tentación totalitaria a los riesgos del cambio.

Ayudar a los educandos a tender puentes firmes con los otros, se puede decir que la escuela que no socializa, en todo caso deshumaniza, despolitiza, crea monstruos morales, mutantes, como los vemos con frecuencia para corromper el ethos social.

La humanización no puede hacerse desde una razón abstracta, desvinculante, sino desde la propia historia de la sociedad. Humanizar a un individuo es darle los instrumentos para que pueda humanizar, mediante la reflexión y la acción, a su propia comunidad.

La pedagogía de la dominación ha convertido a la enseñanza no en un esfuerzo de pensamiento crítico, sino en un conjunto amorfo de información que el alumno debe recibir sin tener para procesarla, más que las tristes categorías que impone la cultura de masas y ese pensamiento único al que Saramago llama “pensamiento cero”.

Por eso los colonizadores se han ocupado siempre de borrar las huellas del pasado, para dejar a la memoria sin respuestas suficientes. Cuando se diluye el pasado, la memoria, ya nadie sabe lo que es lo propio y que es lo ajeno. Hay entonces que desmontar la visión de los vencedores que son los que siempre cuentan la historia.

Es por lo que Quijano (2000) afirma que durante el proceso de la Conquista, se les expropiaron a las poblaciones americanas no solo sus recursos materiales, sino también el imaginario de su mundo simbólico, sus “perspectivas cognitivas, además de  los modos de producir u otorgar sentido a los resultados de la experiencia material o intersubjetiva.

Por lo que en la actualidad cuando aún estamos impregnados del proceso de colonización, en América una emergencia civilizatoria implica anclar la política en una identidad, lo que implica ahondar en la filosofía política, imbuirse en una concepción antropológica de la sociedad humana y la dialéctica de la cultura.

Se sabe hoy que la identidad es más una reconstrucción continuamente actualizada del pasado, que una fiel restitución del mismo.  En definitiva, no es más que la conciencia de una continuidad en el tiempo, más allá de los cambios, crisis rupturas que pueden registrarse. Recuperar la memoria es recuperar la conciencia.

Ha llegado el momento de pasar a la acción, de elaborar y ejecutar un proyecto propio, pues no basta con el puro acto de memoria, la cual resultaría muy doloroso quedarse varado en la conciencia de una mutilación, mirando los fragmentos de los espejos rotos.

Un proyecto con nuevos republicanos, nuevos pedagogos bien formados en lo relativo a identidad y memoria, de escritores, músicos y artistas plásticos que se sumen a ella desde un compromiso ético con lo real. Siendo intérpretes de una realidad. Se precisa en este sentido,  de intelectuales orgánicos, a fin de restablecer los nexos entre la palabra y la acción, entre el lenguaje y la realidad. Pensadores que sepan injertar lo propio en el mundo, y la diversidad del mundo en lo propio, sin soslayar los procesos de dominación ni hacerse cómplice de la recolonización neoliberal que ha desarticulado como un virus el tejido social.

En la construcción de este proyecto propio, es pertinente pensar en la hermosa reflexión  que nos deja Galeano (2009):

“ – el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;  – la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; – nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; – los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle…” (pág 42).

Se trata entonces de  explorar desde nuestras identidades las potencialidades emancipadoras de la modernidad y no renovar con nuevas mascaras el mito racionalista y unificador que Occidente usó para someter a los pueblos, para fragmentar al hombre. Estos sueños serian posible si comenzamos a ver desde la cotidianidad la descolonización de los procesos de formación, que implicaría una  desintoxicación de los sentidos.

Construyendo  nuestros propios espirales del saber (hacia un proyecto propio)

El desarrollo del arte con características propias, no mimético, en respaldo a nuestra independencia política resulta en consecuencia inaplazable y apremiante. Si bien en la plástica hay multitud de obras que podríamos considerar genuinamente americanas, falta todavía un pensamiento  visual independiente del hegemónico y definido con la misma altura y claridad.   Se pretende el propiciar  nuevos marcos de interpretación, nuevas preguntas, nuevas respuestas y otros recorridos que propicien cuestionamiento a las visiones impuestas; el cuestionamiento radical.

La realidad que enfrentamos tiene múltiples significados. No es una realidad clara, con una significación cristalina, a la cual se le puede abordar sencillamente construyendo teorías o conceptos y muchos menos establecerlas dentro de los viejos planteamientos. Hay que hacer reposición continua de escenarios; donde resulta esencialmente importante el replanteamiento de los problemas, en su evolución temporal y contextual. No existe lo definitivo, ni una ley de verdad o norma que pueda cerrar definitivamente un estado de cosas, mucho menos un estado social.

En esta complejidad, llena de incertidumbres, nuestra invitación es pensar y actuar en una situación de incertidumbre, poder poner el pensamiento en capacidad de vibrar, de no sucumbir, de no conformarse con lo obvio. Hay que asumir riesgos y disponerse a inventar, a pensar con cierta audacia. Estamos en un momento cuando inventar -en términos Rodrigueanos-, es la condición para salir de la crisis.

Hay que arriesgarse a colocar por delante nuestra propia capacidad; plantear la posibilidad de una educación poiética  como espacio esencial de construcción de saberes creativos y actitudes estéticas frente a la vida. Se amerita despertar la potencia creativa del ser humano mirándose a sí mismo de manera estética y con el cuidado y la actitud de quien trabaja sobre una obra de arte llena de una actitud de “cuidado” e incluso de “gozo” y “deleite” en el acto creativo. Es en este escenario donde se nos permita abrir puertas hacia el asombro como espacio alternativo frente a lo repetitivo y lo mecánico; a la aridez de las relaciones y las vivencias mediadas por lo transaccional y lo instrumental, típicas del mundo moderno; penetrando la complejidad del universo y redescubrirlo a través del espacio educativo.

Se aspira, el renacimiento de nuevas miradas epistémicas que contribuyan en la construcción de diferentes caminos a los establecidos en la modernidad, por ejemplo, aquellos que consideren la complejidad de los procesos y el encuentro transdisciplinario para releer las realidades. En consecuencia, se propone una ruptura radical con los enunciados que históricamente han permeado dichas concepciones.

Aquí se trata de abrir posibilidades para la construcción colectiva de un nuevo espacio educativo en el que se active y despierte la creación intelectual y de conocimientos  con pertinencia social, se privilegie el diálogo con saberes que han sido excluidos  de la formación integral de los ciudadanos. Es desde este espacio donde se deben plantear las propuestas que conlleven otras miradas y desde donde se logre o vislumbre el afianzamiento de una cultura propia y nos conduzca a reflexionar sobre aquellos aspectos que propician una ruptura con el pensamiento social y político hegemónico.

Conviene superar la razón instrumental, lo meramente pragmático en las dinámicas. Hay que impulsar experiencias formativas que favorezcan la búsqueda de visiones integrales de la complejidad. Se trata de transcender lo positivo, lo cuantitativo, lo lineal y cronológico, para reflexionar desde lo cualitativo, lo multiforme y la temporalidad múltiple.  Todo desde una sociedad que sea capaz de crear una base endógena para la creación intelectual, artística, innovación, planificación y  diseño, desarrollando y asegurando una cultura científica, técnica y humanística vinculada a nuestras raíces, a los retos nacionales  y abierta al mundo, dirigida a la solución de los problemas concretos de nuestro pueblo; una sociedad con un ordenamiento territorial  favorable a las relaciones armoniosas entre la ciudad y el campo, entre lo urbano y lo rural, propiciando la integración interregional y el desarrollo territorial.

Este nuevo proyecto llevaría implícito  procesos de formación que han de incluir permanentemente dinámicas de autoconocimiento, interconocimiento desde las historias personales y colectivas, y la interpretación permanente de la historia de la cual somos parte.

Esta mirada incita a que constituyamos  redes formativas para el apoyo mutuo el trabajo educacional compartido, de consolidar vínculos orgánicos, a la vez que flexibles, horizontales, entre personas, organizaciones, instituciones y comunidades, a partir de las vivencias presentes, locales y más lejanas. Donde converjan políticas, ciencias, saberes ancestrales y estrategias particulares (Valdez 2013). Además de sentirnos y pensarnos como sujetos de un proceso permanente de transformación. Viendo a la historia como un campo de posibilidades abiertas, infinitas. Sustentándonos  en la pedagogía de la pregunta.

Estaríamos invitados a indagar o investigar constantemente sobre  aquellas aspectos que tendemos a sentir que están sin historia. Esto incluiría aspectos elementos de la vida cotidiana. Una genealogía que no solo  busque el origen de las cosas,  derribando así la noción de que la historia progresa en un orden lineal, sino que muestre  ese pasado plural y a veces contradictorio que revela las huellas de la influencia que ha tenido el poder sobre la verdad. Una  genealogía que nos ayude a deconstruir la verdad, argumentando que ésta es, en la mayoría de los casos, descubierta por casualidad, respaldada por la operación del poder o la consideración de interés. Vislumbrando el hecho de que todas las verdades son cuestionables (Foucault 1982)

Hay que costruir la historia desde las realidades diarias que nos constituyen y que reconfiguramos, pero también desde nuestros sueños, esperanzas y utopías encarnadas. Criticando constantemente, de ser necesario, estos quehaceres y esos soñares, por cuanto pueden estar teñidos de las ideologías que sustentan el sistema capitalista  dominante, y crear condiciones para crear propuestas que conlleven procesos de libertad, plenitud y creación. En definitiva, construir nuestros propios espirales del saber. Ello pasaría por reconocer nuestro lenguaje, nuestros códigos culturales, nuestros proyectos de vida y  partir de allí incorporar otros conocimientos y otras referencias en una espiral virtuosa (Valdez 2013)

Esto será posible mediante un continuo y sistemático proceso de intercambio de experiencias, ideas, propuestas acompañadas de intensos procesos de registros, sistematización e investigación de los procesos comunitarios que nos permitan crear un verdadero dialogo de saberes que impulse avanzar hacia la auténtica soberanía cognitiva. De este modo hablamos de un proceso de creación, de leer, interpretar, transformar realidades sociales, a través de una acción dialéctica con el saber cotidiano, con la vida real. Construcciones diarias de  espacios de formación,  nos confrontaríamos  constantemente, para reconocernos en lo que somos, y aun en lo que podemos hacer.

Esta nueva mirada incita a “ver” con la posibilidad de compartir nuevas miradas críticas de la realidad (sobretodo la cotidiana) y también sobre nuestros anhelos y esperanzas. Propiciar  propuestas  formativas  la dedicación de ciertas horas de la semana  reunirse en algún lugar para dialogar e intercambiar ideas, saberes y aprendizajes.

Y por último…

Quiero hacer una reflexión que más que mía es del escritor argentino Walter Kohan, quien dice que “hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de cómo se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando y reflexionando.” El autor continua diciendo “Siempre hay algo de irrisorio en el discurso filosófico cuando, desde el exterior, quiere ordenar a los demás, decirles donde está su verdad y como encontrarla, o cuando se sitúa con fuerza para instruirles procesos con positividad genuina; pero es su derecho explorar lo que en su propio pensamiento puede ser cambiado mediante el ejercicio de un saber que le es extraño”. Estos planteamientos sugerentes invitan a generar cambios y transformaciones en las posturas  de nuestras instituciones, sobre todo a las educativas.

Adentrarnos en un ejercicio  de pensamiento, que permita transformar lo que somos, que nos permita extranjerizarnos del juego de verdad en el que estamos cómodamente instalados (La búsqueda que cada quien entabla consigo mismo para transformarse es también la posibilidad de que el mundo sea diferente de lo que es). Desplazarse del saber de lo que se sabe, para poder saber otras cosas; en un moverse del poder que se ocupa para que otras fuerzas y otra potencia puedan ser afirmadas entre quien aprende.

Disponerse a inventar, desarrollar la capacidad heurística, en la que la educación sea vista como espacio formativo esencial para la construcción de saberes, donde se despierte la potencia creativa, que podamos abrirnos puertas para el asombro, frente a lo repetitivo y lo mecánico.

 

 

REFERENCIAS

Colombre A. (2004). América como civilización emergente. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.

Colombre A. (2004) América como civilización emergente. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.

Colombre A. (2011). Nuevo Manual del Promotor Cultural. Ediciones Colihue. Buenos Aires.

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Foucault, Michel (1980). Language, Counter-Memory, Practice: Selected Essays and Interviews (en inglés). Ithaca, NY: Cornell University Press. p. 139. ISBN 0-8014-9204-1.

Freire, P. (1974). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

Freire, P. (1990). La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. Barcelona: Paidós.

Gadamer, H-G.  (1998). El giro hermenéutico. España, Cátedra.

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Vargas Hernández, J.G.: (2007) La Culturocracia organizacional en México, Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b/ 301

Simón Rodríguez, Sociedades Americanas 1828. Edición: Biblioteca Ayacucho. Caracas Venezuela. 1990

Walter Kohan.  (2011).  Educación Y Filosofía. Editorial Laertes S.A. Buenos Aires.

Zygmunt Bauman (2013). La cultura en el mundo de la modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires,

Fuente: La Autora publica para el Portal Otras Voces en Educación

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Argentina: Salud y educación en tiempos de pandemia

Salud y educación en tiempos de pandemia

Mario Hernández

Entrevista al Dr. Reynaldo Saccone, ex presidente de CICOP, y a la docente y legisladora (MC) Laura Marrone

La distribución de la vacuna es totalmente desigual

 

M.H.: ¿A dónde estamos parados respecto de la pandemia?

R.S.: Primero hay que decir que estamos en un tembladeral, después ir dando algunos detalles.

Estamos a nivel mundial en un momento muy delicado porque está en curso un nuevo brote muy importante con una gran cantidad de contagios, incluso con una variante del virus y que se expande rápidamente por todo el mundo. En nuestro país, como todos sabemos, está en marcha. Se esperaba para febrero o marzo, pero ya empezó a levantar el 14 de diciembre aproximadamente. Conjuntamente con eso, están saliendo a la venta las distintas vacunas producidas por las distintas compañías farmacéuticas. Se tardó casi un año para sacarlas a la venta. Cada compañía saca su vacuna y se lava las manos de que ningún competidor conociera su fórmula y no se intercambian información. Si se hubiera hecho de forma colaborativa en todo el mundo, como planteaban muchos científicos, se hubiera encontrado mucho más rápido y hubiera sido mucho más eficaz y con mucho menos gasto de desarrollo.

Contradictoriamente a esto que abre una esperanza, pero para que la vacuna se convierta en realidad hay dos problemas, primero vacunar al 60% de la población, tarea que está lejos de completarse en un año como se pretende. En segundo lugar, tiene grandes incógnitas la vacuna, porque como todos sabemos, no terminó ninguna de las vacunas en circulación el ciclo que habitualmente llevan, no llegaron a la cuarta etapa de los procesos que hace años a nivel mundial están protocolizados y se autorizó a salir a la venta en todos los países por razones excepcionales, estando en la tercera fase, sin haber demostrado completamente su eficacia. Y se está vacunando a la gente con los estudios preliminares no confirmados porque ninguna terminó la tercera y mucho menos la cuarta etapa; dicen que tendría un 95% de efectividad para quien recibiera las dos dosis. Esa es la situación actual.

A nivel mundial hay que tener en cuenta que la distribución de la vacuna es totalmente desigual. Hace unos meses hubo una comunicación de Médicos sin Fronteras que tomó Amnesty International planteando que el 52% de las vacunas habrían sido adquiridas por los países más ricos del mundo que solamente tenían el 13% de la población mundial. Tremendo, la mitad de las vacunas destinadas a una “crema” de los habitantes de los países más ricos. Y para mitigar esta situación, se había creado un fondo que distribuye vacunas, creado por la OMS. Pero ese fondo solo alcanzaría para el 7% de la población mundial.

En los diarios mundiales salieron las declaraciones de un ejecutivo de la OMS que dice que 28 millones de dosis han sido distribuidas solamente en 46 países, pero 10 de ellos tienen el 95% de las vacunas. Es decir que hay una distribución absolutamente desigual y se hace en función de la capacidad de pago de cada país. Entonces los países centrales imperialistas son los que se llevan el botín de la vacuna. Eso está causado porque las vacunas pueden ser producidas porque existen las patentes, entonces la patente impide que otra industria farmacéutica, aunque tenga la capacidad y los recursos, fabrique la vacuna. Solo la pueden fabricar los que tienen la patente.

Estamos en esta instancia que demuestra que la Ley de patentes es un obstáculo para el desarrollo de la industria, en el sentido de una industria que sirva para beneficiar a la humanidad. Para una industria que sirva para beneficiar a sus accionistas la Ley de patentes viene fantástica porque aumenta las ganancias e impide que otros la fabriquen.

Estamos en esa situación a nivel mundial. En cuanto a la Argentina, las vacunas están llegando, no con la rapidez con la que se requiere,pero están llegando. Si no hubiera Ley de patentes se podrían haber empezado a producir en Argentina, pero eso no es posible. El gobierno no tiene la menor intención de desconocer la patente, hay registros históricos de que así ha sucedido, por un lado, hay descubridores de vacunas como el de la penicilina, Fleming, o de las vacunas para la polio, A. Sabin y J. Salk, que renunciaron a la patente, entonces esas vacunas pueden hacerse por cualquiera que tenga la capacidad en recursos humanos y tecnológica para realizarla y se puede distribuir sin tener que pagar regalías a nadie.

Sin embargo, la OMC ha tratado de fortalecer la existencia de las patentes para que la industria farmacéutica tuviera asegurado el monopolio de la producción de las vacunas. Entonces fijate que obviamente el campeón mundial en la lucha de defender las patentes es USA, pero acompañado por todos los países capitalistas europeos.

Hubo ejemplos de desconocimiento como por ejemplo Sudáfrica en los 90 donde la epidemia de HIV se había constituido en un problema brutal de salud pública, especialmente para la población negra, que es la enorme mayoría de la población sudafricana. Entonces el gobierno de Nelson Mandela suspendió las patentes de los remedios para el HIV para poder fabricarlos en el país e incluso comprarlo a aquellos que podían fabricarlo de manera no autorizada por las patentes.

Mandela para mejorar la situación de la población afectada desconoció las patentes. Eso con la oposición tremenda de toda la industria farmacéutica y del gobierno norteamericano que estaba totalmente en contra de lo que estaba haciendo Sudáfrica.

Eso pasó en los 90. Pero en el año 2001/2 sucedió lo que se llama la crisis del Antrax. En EE UU y Canadá había atentados con sobres, correspondencia contaminada con bacilos de Antrax que es una infección muy importante que puede matar, y se difundió rápidamente, había una especie de terrorismo bacteriológico. El remedio para eso es un antibiótico que fabricaba Alemania, la patente la tenía una empresa química de ese país y no podían hacerla en EE UU ni en Canadá. Entonces el gobierno de USA que en todo el mundo defendió el derecho a la patente de los monopolios rompió esa ley y autorizó a su industria a fabricar la ciprofloxacina que era el remedio indicado. Lo mismo pasó en Canadá. Obviamente hubo un acuerdo con la industria alemana, pero se violentó la patente.

Todo esto lo cuento para que se vea que hay ejemplos mundiales, entonces no es descabellado que un gobierno nacional desconozca el derecho a la patente para producir más rápidamente la vacuna. Obviamente con la tecnología y los recursos humanos adecuados. En ese sentido hay una iniciativa encabezada por India y Sudáfrica a nivel internacional que han presentado en la OMC apoyado por 99 países, una cantidad enorme, entre los firmantes está Argentina, que piden que se suspenda la vigencia de la patente mientras dure la pandemia para que los países puedan fabricar la vacuna y todos los insumos, porque si bien no hay remedios que la curen, hay una serie de insumos farmacológicos y de equipamiento que son necesarios para combatir la pandemia. Esa iniciativa se discutió el 14 de diciembre, justo la fecha en que Argentina empezaba a levantar el número de contagiados y ese 14 de diciembre la OMC decidió pasar esa propuesta a comisión para que sea discutida pero no hubo consenso para aceptarla. No lo hubo porque los grandes países centrales capitalistas y que ejercen su dominio político y económico sobre el resto del mundo, se opusieron tajantemente con sus aliados, entre ellos el Estado de Israel y otros Estados menores que acompañan a los países que dominan la economía mundial.

Entonces todo esto es interesante, quiere decir que en el mundo hay un intento para oponerse a la dictadura tremenda de los monopolios farmacéuticos, pero para eso tiene que ser mantenido y los gobiernos tienen que tomar la decisión de llevarlo adelante, cosa que nuestro gobierno está muy lejos de tomar una decisión de esa naturaleza que lo llevaría a enemistarse con el FMI y todos los organismos internacionales cuyas directivas están cumpliendo a rajatabla para perjuicio de la población argentina.

M.H.: ¿Cómo está el dengue?

R.S.: El dengue existe en nuestro país, durante muchos años fue exótico, venía con los viajeros de lugares donde era endémico como las zonas más tropicales. Con el cambio climático, nuestro país se fue haciendo más tropical, hoy los veranos porteños superan los de la época de los tangos de Piazzolla, no hay comparación posible. Pero no es solo Buenos Aires. Las altas temperaturas se han ido corriendo hacia al sur y con eso también las patologías ligadas a las altas temperaturas. Una de ellas es el dengue, que como todos sabemos existe en estado endémico y que lo transmite el mosquito. El mosquito pica a una persona, que está infectada de dengue, aunque no aparezca la enfermedad, porque no es una enfermedad continua, sino que existe por brotes y durante muchos años la enfermedad no se manifiesta, pero la persona tiene el virus; entonces el mosquito pica, come la sangre infectada y después pica a una persona sana y le inyecta la sangre infectada y así se va transmitiendo. Eso se llama “insecto vector” que es el que lleva la enfermedad.

En nuestro país existe en forma estable, está en la Argentina, no es necesario que nadie viaje a Paraguay o al sur del Brasil, sino ya en el Conurbano, parte de la provincia de Buenos Aires ya lo tiene y se va a ir desplazando hacia el sur. El mosquitoAedes aegypti, que es el mismo que transmite la fiebre amarilla, que era exótico en las zonas del litoral y las más tropicales del país ya se ha convertido en una especie endémica, tiene su hábitat permanente en las zonas templadas de la Argentina. O sea que tenemos el virus y tenemos el vector natural. No es necesario que nadie viaje para transportarlo.

Estoy hablando en sentido muy general. A partir de septiembre empieza a levantar el dengue. Hay hospitales en CABA que tienen consultorio específico para dengue, tienen todo tipo de profesionales, con apoyo bioquímico para los pacientes, que diagnostican los síntomas y hacen el control y monitoreo de la evolución de los pacientes. En general es una enfermedad auto limitada en la gran mayoría de las personas, son varios días con fiebre y tremendos dolores musculares. Por eso en algunos países se lo llama la fiebre quebranta huesos porque la persona siente que le rompieron los huesos. Pasan 5/7 días, una semana y hay recuperación espontánea. Lo cual no quiere decir que haya desaparecido el virus de la sangre de esa persona, pero está equilibrado. No se contagia de persona a persona, se contagia a través de un mosquito.

Estamos empezando la época del dengue que es mientras dura la temporada estival y hay mosquitos en circulación. Hay que cuidarse especialmente de los mosquitos. No hay medicación eficiente conocida, hay distintas pruebas empíricas, pero no hay una medicación. Se trabaja en esa línea investigativa y también se trabaja en el desarrollo de la vacuna. Tampoco hay vacuna a la fecha.

Entrevista a la docente y legisladora (MC) Laura Marrone 

La oposición ha hecho de la presencialidad una bandera electoral 

M.H.: Cuál es tu opinión sobre el comienzo de clases el próximo 17 de febrero.

L.M.: Efectivamente, el gobierno de CABA pretende dar inicio de clases con presencialidad el 17 de febrero.  Esto en realidad forma parte hoy de un debate nacional que se está dando, sobre el regreso a clases este año. Es notable cómo han salido a posicionarse en un planteo bastante irresponsable sobre este tema. Hemos visto al propio ministro de Educación nacional Trotta decir y desdecir, primero decir que estaba planteado el regreso con presencialidad y luego manifestar que no todas las escuelas ni todas las provincias están en condiciones. Parece que hemos entrado en campaña electoral.

Y el tema del reinicio de las clases con presencialidad aparece como un tema de disputa entre el oficialismo y la oposición sin que ninguno tenga la capacidad de decir hoy cuáles serían las condiciones que permitirían un regreso con presencialidad casi al 100% como algunos están planteando. El colmo ha sido Patricia Bullrich, a la que yo llamo “Pepita la pistolera”, diciendo que “docente que no se reintegra hay que relevarlo de sus tareas”. Es una señora bastante irresponsable, pero no nos vamos a detener en ella.

Las familias están preocupadas tanto por la posibilidad de volver como de no volver a clases. Es un tema muy sentido que afecta al conjunto de la población. Casi toda la población tiene algún familiar en edad escolar. Empecemos por lo que ya hemos hablado en repetidas oportunidades, la presencialidad es el mejor ámbito para el desarrollo de la educación. El contacto entre pares, la interacción entre el docente y el colectivo de alumnos. Todo eso no tiene mejor espacio de desarrollo, especialmente en el nivel inicial y la primera infancia que en un edificio escolar o un ámbito que permita la presencialidad. Lo que hay que discutir no es eso, sino si existen condiciones para la presencialidad.

Participé de un zoom que hizo un colectivo de familias, que siempre se ocupan de la cuestión de la escuela pública, y que han creado un colectivo que se llama “Retorno seguro a las escuelas”. Me pareció muy interesante y serio el trabajo de este colectivo que ya tiene alrededor de 400 integrantes, que se ha hecho en estos días, mientras las familias se encuentran con la intriga de qué va a pasar cuando les planteen el regreso a las escuelas de sus hijos.

Hicieron un listado de preguntas para hacerle a la ministra de Educación de CABA y yo creo que también es extensivo al ministro de Educación nacional y puede servir de base para que sea presentado por familias y docentes de distintas provincias. Plantea discutir con seriedad cuáles son las condiciones para la vuelta a la presencialidad.

El año pasado el ministro Trotta emitió un documento, en el cual se decía cuáles eran las condiciones epidemiológicas para plantearse un regreso masivo o parcial de los alumnos a la presencialidad. Elaboró o dio a publicidad un semáforo epidemiológico que se utiliza en distintos países del mundo, donde hay tres indicadores, uno es cuál es el grado de transmisión, el otro cuál es el grado de crecimiento y el otro el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva en la región. Si atendemos a los tres indicadores, por el momento el último estaría bajo, pero está arrancando el nuevo brote y en algunos lugares ya es muy alto el índice de ocupación de camas; la transmisión es muy alta. No responde a este semáforo las condiciones actuales en CABA. Entonces en vez de decir cosas que puedan generar ilusión en una familia que tiene un problemón porque necesita que los chicos puedan ir a la escuela para responder a la exigencia del empleador de trabajar. El índice del semáforo de transmisión y de crecimiento no da garantías de que se pueda reingresar a la escuela con presencialidad.

Seguro en CABA que tenemos un índice de mortalidad del 3,11%, confirmado por el ministerio de Salud de CABA.

Entonces, cuáles son las condiciones que hacen falta, además de estas epidemiológicas, condiciones sanitarias en las escuelas. Si para conservar distancia, 1,5 o 2 metros entre alumnos para que no haya posibilidades de que el aerosol al hablar contagie a los chicos, tendríamos que tener 8 o 10 alumnos por aula. En las aulas actuales esa situación no da para responder al núcleo de alumnos que hace falta para una supuesta presencialidad 100% como se pretende.

Y si supuestamente el docente atiende otra parte, en forma virtual, hay un problema ¿cuál es el docente que al mismo tiempo está dando clases virtuales? Excepto que se esté especulando con que el docente duplique su jornada laboral sin que se haya pensado en nuevos cargos o duplicación salarial. Al mismo tiempo en dos lugares no se puede estar. Entonces, no hay una adaptación física de las aulas y las escuelas para garantizar una presencialidad al 100% como se habla en CABA.

Segundo, la higiene de los baños y espacios comunes, requeriría un aumento, que hoy no puedo dar cifras del personal de limpieza de las escuelas, para garantizar algo que hoy no se garantiza con la planta de trabajadores actuales. Y podemos seguir, ya hemos hablado en otra oportunidad de la cantidad de chicos que quedó afuera del sistema educativo durante el 2020 por la falta de dispositivos y conectividad. El ministerio de Educación de la nación, sacó un documento de balance, o sea, que esto que voy a detallar a continuación son cifras oficiales y es que alrededor de un millón de chicos quedó afuera del sistema educativo, porque no tuvo ningún tipo de conexión o muy bajo. Yo me animaría a decir que puede ser mayor y que inclusive esta es una cifra muy relativa, porque si tuve algunas conexiones entraría a la categoría de “pudo acceder a conexión” y no es suficiente. Entonces, hay cifras que da el ministerio que indican que en nuestro país solo 1/3 de los docentes cuenta con dispositivos tecnológicos para su uso exclusivo, porque el docente también tiene hijos, tiene una pareja que también hace teletrabajo y a lo mejor no todos tienen un dispositivo. El propio ministerio reconoce que solo el 30% de los docentes tiene disponibilidad de un dispositivo en su casa. Esto es un problema delicado para las familias.

M.H.: Un dispositivo que por otra parte paga el docente.

L.M.: Claro, porque además los docentes tuvieron que salir a contratar un sistema de alrededor de 2.000 pesos para garantizar la conectividad. Todo eso pensando que solamente el 52% de los chicos tienen computadoras liberadas para uso educativo. Hoy me comentó una compañera que trabaja en un lugar muy pobre de Córdoba, que se llama Las Tapias, en Traslasierra, sus alumnos son hijos de familias que hacen ladrillos con el método ancestral, en su mayoría. Ella me decía que trabajó más que nunca en su vida, porque sus alumnos, los que logró que se mantuvieran conectados, algunos tenían que hacerlo a la noche porque el papá de día usaba el celular en su trabajo y volvía tarde. Y ella no le podía decir al alumno que su horario de trabajo es de 8:00 a 14:00. No tuvieron horario los docentes.

Cuando Patricia Bullrich o algunos otros personajes repugnantes, acusan a los docentes de ser los responsables de una situación que es realmente crítica, porque si más de un millón de alumnos quedaron fuera del sistema estamos hablando de una situación muy complicada. Este colectivo de padres que mencioné parte de un posicionamiento muy serio “Exigimos al gobierno que diga cuántas aulas y cuántas escuelas fueron reparadas y acondicionadas para esta situación de pandemia durante el 2020 y con qué nos vamos a encontrar en este 2021”. “Cuántos cargos nuevos se crearon para poder compensar la bimodalidad que se propone”. En Córdoba el gobierno se dio el lujo de no cubrir inasistencias, entonces no hubo suplencias, el gobierno se ahorró plata. Y esto también ocurrió en CABA. Muchos docentes perdieron el trabajo, la planta más precaria que son los suplentes, se encontraron con que no se convocaba a nuevos reemplazos y eso supuso que hubo alumnos que se quedaron sin clases sobre todo en las materias curriculares, que siempre se las considera en un segundo plano, Educación física, Música, etc.

Cuando el ministro Trotta da declaraciones claramente esta apurado y preocupado por responder a la campaña electoral que ya largó la oposición haciendo de este tema una bandera electoral. Con una falta de responsabilidad total. Yo creo que hay que saludar la posición de este colectivo que son familias que tienen que ser escuchadas y que van a dar una voz distinta a lo que está escuchándose en los medios. Ellos van a demostrar que para volver a clases hay que ser serios, garantizando condiciones epidemiológicas en primer plano y de limpieza e higiene en las escuelas. Mientras tanto tenemos que garantizar que todos los alumnos tengan dispositivos y conectividad. No sé por qué seguimos en la misma situación, no se resolvió nada desde el año pasado a esta fecha. Se prometen y dicen cosas que no son. El gobernador de Córdoba dijo que todas las escuelas de la provincia tienen internet. En octubre, me decían las maestras, empezaron a darles conectividad y las famosas computadoras que supuestamente habían repartido casi no existen. Es muy sencillo responder con seriedad a esta pandemia y al problema educativo, conectividad y dispositivos para todos en tanto no se den las condiciones epidemiológicas que el propio gobierno y las propias entidades oficiales han puesto como condición el año pasado que es el semáforo epidemiológico.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/__trashed/

 

 

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La sombra del fascismo en el sindicalismo magisterial

La sombra del fascismo en el sindicalismo magisterial

Erick Juárez Pineda

Erick Juárez Pineda*

Siempre se puede estar peor. Y eso es preocupante.

Un personaje señalado como fascista, ligado a grupos neonazistas, partidario de la supremacía aria, la esterilización de los indígenas y acusado de violación tumultuaria, tráfico de influencias y abuso de poder, quiere formar un nuevo grupo sindical: el Sindicato Nacional del Sector Educativo (SNSE).

A través de un video difundido en diversas plataformas y del cual Educación Futura tiene una copia, Juan Iván Peña Nader, quien presume haber sido el estratega de la campaña de la actual Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez cuando buscaba la Gubernatura del Estado de México, busca formar legalmente una nueva organización sindical. También dice ser muy cercano al Senador y ex líder sindical Higinio Martínez e incluso resalta sus lazos con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sus ambiciones son claras: mantener una relación de poder con el gobierno de AMLO, hacer promesas que ilusionen al magisterio nacional y buscar un lugar entre el sindicalismo mexicano. Pero sobre la defensa de los trabajadores o la revalorización del magisterio nacional, poco o nada dice.

“Somos la elite pensante. Hay amistad con Delfina. Tenemos el visto bueno para hacer las cosas”, señala con cierta soberbia.

Juan Iván Peña Nader estuvo acusado de violación tumultuaria a su propia esposa Talía Vázquez, delito por el que estuvo detenido dos años en un penal federal de Matamoros. [1]

También fue acusado de corrupción a través de la emisión de permisos clandestinos para casinos cuando era coordinador de asesores de la Segob en el sexenio de Felipe Calderón, y además relacionado a violencia familiar en un matrimonio anterior. [2]

Adicionalmente, creó la organización clandestina  México Despierta,  de corte  filofacista y antisemita, partidaria  de la supremacía aria y la esterilización de los indígenas, tal y como lo documentó el diario Reforma[3].

“El grupo nació como enemigo de la masonería, con ideas antisemitas y de defenestración de los indígenas, con la convicción de que el mestizaje era el origen de los problemas en el País, pero paradójicamente tenían una vertiente «mexicanista» que reivindicaba la «raza de bronce» de la que hablaba José Vasconcelos y tenía contactos con militantes sinarquistas”, detalla el medio de comunicación.

Peña Nader fue también uno de los fundadores de Redes Sociales Progresistas, sin embargo, su desencuentro con Elba Esther Gordillo y el actual líder de la organización política y yerno de la ex líder magisterial, Fernando González, hizo que buscara la conformación de su propio partido político, para lo cual, estuvo acompañado de ex priístas. Pero ello no tuvo éxito, pues el Instituto Nacional Electoral le negó su registro.

Sus afiliaciones políticas son camaleónicas. Inició como priísta, trabajó para el gobierno de Calderón y tuvo acercamientos con personalidades allegadas a Morena y el PRD. En diversas entrevistas explicaba que buscaba un partido político que apoyara abiertamente a Andrés Manuel López Obrador, pero “con una visión capitalista”, además tampoco niega su admiración por el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

En el material difundido por Educación Futura (Descárgalo aquí) y analizado por el investigador Sergio Martínez Dunstan, se puede observar que el principal objetivo de esta nueva organización no es la defensa del magisterio y los trabajadores de la educación, sino la búsqueda de espacios políticos, electorales, económicos y de poder.

Sobre la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Maestros por México, Elba Esther Gordillo, Ricardo Aguilar Gordillo y demás aliados, menciona que son “liderazgos podridos que no llegarán a ningún lado. Sin embargo, también reconoce un acercamiento con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), pues con ellos “no habrá conflicto”.

Tal pareciera que no hay intenciones reales de mejorar el contexto educativo y que se seguirán usando a los trabajadores de la educación como moneda de cambio política y electoral.

Estamos mal, pero no dejemos que todo esto se ponga peor.

Periodista especializado en temas educativos. Director editorial de Educación Futura.   Locutor de La Otra Educación 97.3 fm. 

Twitter: @elErickJuarez

 

[1] Fascistas dentro de Segob: ‘Reforma’

https://aristeguinoticias.com/1601/mexico/pena-neder-creador-de-una-organizacion-fascista-reforma/

[2] De prisión a ponente de la democracia https://diario.mx/estado/de-prision-a-ponente-de-la-democracia-20190924-1566572.html

[3] Trabajaba Fascista en Gobernación http://www.reforma.com/libre/online07/preacceso/articulos/default.aspx?plazaconsulta=reforma&url=http://www.reforma.com/nacional/articulo/686/1370113/&urlredirect=http://www.reforma.com/nacional/articulo/686/1370113/?titulo=trabajaba-fascista-en-gobernacion

Entrevista https://www.m-x.com.mx/entrevistas/nos-beneficia-que-se-vaya-elba-esther-me-duele-que-se-vaya-su-yerno

 

Autor: Erick Juárez Pineda

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/la-sombra-del-fascismo-en-el-sindicalismo-magisterial/

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Las estrellas solo se ven en la oscuridad

Las estrellas solo se ven en la oscuridad

Agustín Moreno

Siempre parece imposible hasta que se hace”
Nelson Mandela, (después de ganar la batalla al Big Pharma con los genéricos para el VIH)

Es importante empezar el nuevo año haciendo una recapitulación de un año tan difícil como 2020. Intentar responder a una pregunta crucial que yo mismo me hacía en plena crisis sanitaria¿hemos aprendido algo de la pandemia? y que no parece que tenga una respuesta positiva a la luz de los acontecimientos posteriores. Ayuda en la reflexión, el recomendable ensayo del sociólogo y político de la izquierda belga, Peter Mertens: Los olvidados (Editorial Atrapasueños, Madrid 2020). Sigamos su ejercicio de pedagogía para razonar sobre qué nos está pasando y qué hacer.

Que un hombre se coma un animal exótico en un rincón del mundo y cien días después media humanidad esté confinada, demuestra lo interconectados que estamos y lo vulnerables que somos. Un virus microscópico ha golpeado al planeta como si fuera un meteorito. A estas alturas, hay cien millones de contagiados, más de dos millones de muertes y un 90% de los países del mundo sufren un serio retroceso en su economía, mucho mayor que el Gran Crack de 1929.

cuando la estructura de esta civilización se venía abajo como un castillo de cartas, aparecen los sanitarios, el personal de los cuidados, de la limpieza, los trabajadores de los supermercados, del transporte y la seguridad, el profesorado, los empleados públicos, los repartidores, los trabajadores de las fábricas y del campo… y hacen que todo vuelva funcionar.

Cuando todo estaba oscuro fueron los trabajadores y trabajadoras normales y corrientes quienes nos ayudaron a sobrevivir en tiempos de pandemia. Como dice Mertens: “Las estrellas solo se ven en la oscuridad”. Sin ellos nadie nos curaría, ni cuidaría, ni tendríamos qué comer, no estaríamos a salvo. La población ha tomado conciencia del carácter esencial de su trabajo, como expresaban los aplausos al personal sanitario.

Pero no son suficientes esos aplausos y el agradecimiento. Eso no llena las neveras, no asegura el empleo, no mejora sus condiciones de trabajo. Se mantiene una gran brecha entre la escasa consideración laboral de muchos de los trabajos (bajos salarios, precariedad…) y su importancia social real. Por eso tienen que plantarse. Un ejemplo, fue la protesta de las batas blancas en el mes de mayo, cuando la primera ministra belga Sophie Wilmès fue de visita al hospital Saint-Pierre de Bruselas. El personal sanitario, uno a uno, se fue girando a su paso y le dieron la espalda. Un acto de protesta de gran simbolismo porque, como dicen los sanitarios, “los políticos nos dan la espalda constantemente cuando les pedimos ayuda».

No han sido los especuladores financieros, los consultores, los charlatanes de todo tipo los que han hecho que las cosas funcionen, han sido aquellos desde hace tiempo no sabíamos quiénes eran y que antes llamábamos clase obrera. La pandemia ha puesto en evidencia que los trabajadores existen y son imprescindibles, que son los héroes en la crisis sanitaria, aunque el capitalismo les trate como si fueran chusma.

Pero, como dice Owen Jones, es evidente que el coronavirus es una cuestión de clase. Ello se ha dejado de ver en las condiciones del confinamiento en las viviendas, la capacidad de atender a los niños, los riesgos obligados a asumir, el tipo de garantías de seguridad en el trabajo, la protección social, etc. No hay ninguna duda de que la pandemia se alimenta cuando las condiciones de vida y de trabajo son terribles.

Ello produjo auténticas revueltas, como la de los metalúrgicos italianos, en huelga para garantizar la seguridad y no ser carne de cañón. No hay que olvidar que los neoliberales más conspicuos se oponían a parar la producción para que “el remedio no fuera peor que la enfermedad” (Trump); consideraban que “no había lugar en el debate sobre el covid para las emociones (…) y que las flores marchitas se podan, quizá unos meses antes” (Marianne Zwagerman); o que el 99% de la población no se iba a sacrificar por el 1% (Ayuso).

Pero los ricos y grandes empresarios quieren volver a la anormalidad anterior, a aplicar las viejas mentiras neoliberales basadas en la explotación, la especulación y el negocio. Volver al “no hay dinero para” las pensiones, los servicios públicos, los salarios y condiciones de trabajo dignas, para luchar contra la pobreza. No hay que olvidar la cita de Marx de que “El Estado es el comité ejecutivo de la burguesía”, algo que habrá recordado la izquierda en el Gobierno de coalición en España. Y que estará presente a la hora de participar en las ayudas del Fondo de Recuperación de la Unión Europea y las condiciones que se pretenderán imponer. ¿Por qué se tienen que aceptar recortes sociales o la degradación del mercado de trabajo para recibir estos fondos? Lo lógico sería aplicar limitaciones para recibir ayudas del Estado a las empresas que evaden impuestos, que contaminan, que deterioran las condiciones del empleo, que reparten dividendos, que discriminan a las mujeres… Ahora bien, todo es una relación de fuerzas.

Pero un gigante, la clase trabajadora, ha despertado. Los trabajadores que habían desaparecido como sujeto histórico han vuelto. Han mantenido el país en marcha y ahora deben recuperar su orgullo, la conciencia de su carácter indispensable, la confianza en sus propias fuerzas. Y, para ganarse el respeto, deben luchar. De lo contrario, los héroes de hoy, serán olvidados mañana si no se organizan y se movilizan para cambiar las cosas. Hoy tienen la autoridad que emana de sus actos: haber sacado adelante el país en unos momentos muy difíciles.

Los sindicatos también se deben levantar y ser capaces de resetearse para recuperar prestigio y la confianza de los trabajadores de toda condición. La defensa del empleo digno y de calidad pasa por derogar las últimas reformas laborales; una protección social adecuada supone mejorar las pensiones y no admitir ningún tipo de recorte; fortalecer servicios esenciales como la sanidad y la educación pública exige más inversión; otro modelo productivo y más democracia en las empresas es un horizonte estratégico. Han anunciado movilizaciones para febrero, ojalá vayan en serio, porque ése es el camino.

Y, claro, que hay alternativas. Peter Martens recurre al Green New Deal de Bernie Sanders y de Alexandria Ocasio-Cortez, inspirado en el New Deal con el que Roosevelt hizo frente a la Gran Depresión de los años treinta. Hace propuestas para afrontar las dos crisis: la económica y la climática. A través de un plan europeo de reconstrucción basado en inversiones públicas para que la transición ecológica y digital no quede en manos privadas. Se estructura en cuatro ejes estratégicos: la energía, el transporte, la transición digital y la sanidad. Creando grandes consorcios públicos europeos y apostando por un impuesto europeo sobre el patrimonio. Le da un nombre cargado de significado: Plan Prometeo, porque de eso se trata, de dar el fuego a la ciudadanía para que no tengan que inclinarse, para que lo usen para cubrir sus necesidades, y para que sea un fuego interior que los permita pensar, soñar y osar.

Pero el camino no será fácil, porque también advierte de la aparición de monstruos, como la ultraderecha y nuevas formas de autoritarismo. Con el discurso ramplón de “Nuestra gente primero”, los que siembran el odio forman parte del problema y no de la solución. No hay que olvidar que el fascismo ha sido el recurso utilizado por las élites cuando ven en peligro sus intereses.

Con la pandemia hemos pasado del vivir de uno en uno, a necesitarnos los unos a los otros. Por ello, una cosa es evitar el contacto físico y otra el social. Y aunque la distancia física hay que mantenerla a metro y medio mientras dure la pandemia, no debe haber un milímetro de distancia social, porque eso significa interiorización y derrota. Hemos empezado a recuperar el principio sagrado de la solidaridad, que en tiempos de crisis es más importante que el dinero. No debemos olvidar ni dejar atrás nada ni a nadie. El futuro les pertenece a los que hacen que el mundo gire.

Artículo publicado originalmente en Cuarto Poder.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/las-estrellas-solo-se-ven-en-la-oscuridad/

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Ecuador: «Proletarios uníos»: Cien años

«Proletarios uníos»: Cien años

Juan J. Paz y Miño Cepeda

La “Liga de los Comunistas” encargó a K. Marx y F. Engels la redacción de sus principios, que en 1848 se publicaron como “Manifiesto Comunista”. Es el primer antecedente para la fundación de los partidos comunistas en el mundo.

Para entonces, Marx ya contaba con una teoría sobre el desarrollo histórico, que pasó a ser el “hilo conductor” en sus estudios, y que lo resumió en su célebre “Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política” (1859). En definitiva: “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es el que determina su conciencia”; de modo que “la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política”. El genial resultado de sus investigaciones fue “El Capital”, voluminosa obra de la que Marx solo alcanzó a publicar el primer tomo (1867).

Pero en el “Manifiesto” se privilegió el lenguaje político y la concepción sobre la “lucha de clases”. Concluía con una famosa consigna: “Proletarios de todos los países, uníos”. Bajo esa guía, la primera época de desarrollo del “comunismo” se caracterizó por el activismo permanente, la organización del sindicalismo, la crítica radical al capitalismo y al poder burgués, la lucha por la toma del poder (sin excluir las armas) mediante la “revolución proletaria”.

El primer país en lograr esa toma del poder proletario fue la gigantesca Rusia, en 1917, cuyo proceso revolucionario fue dirigido por el “Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia” (fundado en 1898), en manos de los bolcheviques (la mayoría de izquierda del partido) y bajo el liderazgo de V. I. Lenin. A partir de 1918 pasó a denominarse “Partido Comunista de Rusia”, que en la III Internacional Comunista (Komintern, 1919), como “Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas” (PCURSS), exigió la solidaridad con la causa de los soviets y la “dictadura del proletariado”.

El surgimiento del primer país socialista en el mundo alentó el crecimiento y desarrollo de los grupos y partidos comunistas. Por lo común, nacieron de la ruptura con socialdemócratas, reformistas, anarquistas y, especialmente, con los socialistas, cuyos partidos fueron pioneros en constituirse. Así ocurrió con el PC de España (1921), escisión del PSOE; el PC fundado por los “Espartaquistas” en Alemania (KPD, 1919); el PC de Francia (1920); o el PC de Italia, fundado por los “puros” (1921), bajo el liderazgo de Antonio Gramsci. Su creciente influencia política entre los trabajadores explica, en mucho, los orígenes del fascismo, con B. Mussolini, del nacionalsocialismo con A. Hitler y del falangismo con F. Franco, pues estos tres regímenes tuvieron como rasgo decisivo el aniquilamiento de los “comunistas”.

En América Latina las ideas socialistas llegaron a países con fuerte inmigración europea, como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. El más antiguo Partido Socialista se fundó en Argentina, en 1896; y los primeros partidos comunistas surgieron al calor de la Revolución Rusa: Argentina en 1918; México, 1919; Uruguay, 1920; Chile y Brasil, en 1922; Cuba, 1925. En Ecuador el Partido Socialista se fundó en 1926 y el Comunista en 1931. Todos los partidos comunistas adhirieron a la III Internacional y disputaron ideológicamente con los socialistas y cualquier otro grupo marxista, considerado “revisionista”, “trotskista” o simplemente “burgués”. Los dogmatismos de la época impidieron la unidad de las izquierdas marxistas.

Con el desarrollo de la “guerra fría” después de la II Guerra Mundial (1939-1945), los “comunistas” de todo tipo pasaron a ser considerados enemigos de la democracia, sospechosos de atentar contra los Estados y, por tanto, perseguidos. También la “era de Stalin” (mediados de la década de 1920 hasta 1952), con la carga de autoritarismo y represión que le caracterizó en la URSS, contribuyó a alentar las previsiones del mundo occidental contra el “peligro comunista”.

Sin embargo, los partidos marxistas, en general, y los comunistas, en particular, jugaron un enorme papel en la democratización social de América Latina, tanto por la organización de los trabajadores, como por la promoción y defensa de sus derechos e incluso por la lucha que libraron contra los dominios oligárquicos y el propio camino capitalista. Después del triunfo de la Revolución Cubana (1959), al penetrar la guerra fría en la región, el “comunismo” pasó a ser el enemigo fundamental a derrotar. Y con la ruptura Chino-Soviética surgieron los partidos comunistas “pro-chinos”, que enfrentaron a toda fuerza marxista diferente.

El fracaso de las vías armadas en diversos países, condujo a que la Unidad Popular se planteara la vía pacífica, logrando alcanzar la presidencia de Chile con Salvador Allende (1970-1973). Pero, tantas décadas de inculcar el anticomunismo, particularmente en las fuerzas armadas latinoamericanas, sumado al hecho de la resistencia y ataque de las burguesías chilenas y las acciones de la CIA, condujeron a la instauración de una inédita dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet (1973-1990), que trató de eliminar al “comunismo” sin ningún límite sobre los derechos humanos. Ese terrorismo de Estado-militar se reprodujo en el Cono Sur latinoamericano.

Las dolorosas experiencias de las represiones terroristas y, sin duda, las nuevas condiciones históricas que creó el derrumbe del socialismo “clásico” en el mundo, han obligado a replantear la lucha popular latinoamericana por el socialismo. Los partidos comunistas y socialistas son ahora minoritarios en el espectro político de las izquierdas en la región, a pesar de la relativa fuerza que aún han logrado mantener en países como México, Argentina, Brasil y Chile (el PC de Cuba merece otras consideraciones). Pero, además, como partidos marxistas “tradicionales” (lo cual no significa menospreciar su historia para el ascenso social y la indudable defensa general de los intereses populares), han dejado de constituirse en alternativas de poder. En su lugar han surgido nuevas izquierdas, que incluso se encuadran en la democracia representativa para intentar llegar al gobierno y desde allí consolidar bases de poder que superen la hegemonía de los capitalistas del presente y, esencialmente, liquiden su dominio económico afirmado por el neoliberalismo. América Latina experimentó esa situación durante el primer ciclo de gobiernos progresistas y es posible que las tendencias de la actualidad conduzcan a un segundo ciclo.

En todo caso, desde la perspectiva histórica de largo plazo, se han conmemorado, en estos años, los centenarios de una serie de partidos comunistas. La República Popular China, precisamente, conmemorará, en julio de 2021, el centenario del Partido Comunista más grande del mundo y que dirige el poder, sobre la base de los replanteamientos del marxismo y la construcción de un “socialismo de mercado”, por “vía China”. En Italia también se ha recordado, el pasado 21 de enero, el centenario del Partido Comunista, que jugó un papel importante durante la resistencia al eje nazi-fascista. En noviembre seguramente España recordará el centenario de su Partido Comunista, que tuvo, igualmente, participación activa contra el totalitarismo franquista. En América Latina, los centenarios de los diversos partidos comunistas se han sucedido desde 2018. Son, pues, procesos que forman parte de la rica y variada historia de nuestra región, que inspira a algunos y disgusta a otros.

Fuente de la Información: http://www.historiaypresente.com/proletarios-unios-cien-anos/

 

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Brasil: ¡Populista tu madre!

¡Populista tu madre!

Fuentes: Rebelión [Imagen: Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Lula y Hugo Chávez en el autobús que les trasladaba a la reunión de UNASUR en Campana (Argentina) el 4 de mayo de 2010. Créditos: RTVE]

En este artículo el autor denuncia el empleo del término populista para identificar tanto a los líderes de la ultraderecha como a los líderes populares de América Latina, estableciendo en la aceptación del neoliberalismo económico la línea divisoria entre ellos.


La influencia del discurso político europeo en América Latina llevó a la descalificación de fenómenos que en Europa tienen un sentido y aquí otro completamente distinto. Empezando por el nacionalismo: en Europa el nacionalismo es un fenómeno conservador debido a su carácter chovinista, que provoca que un país se considere mejor que otro. Al nacionalismo se le atribuye la responsabilidad de las dos guerras mundiales.

Por el contrario aquí, en América Latina -y también en Asia y África, en general en los continentes de la periferia del capitalismo- el nacionalismo tiene un carácter diferente en la medida que tiene un carácter antiimperialista. Europa es aliada de Estados Unidos y su nacionalismo no es antiimperialista. Nosotros nos oponemos a la dominación norteamericana, por eso nuestros nacionalismos son antiimperialistas.

Por eso, líderes como el brasileño Getúlio Vargas y el argentino Juan Domingo Perón nunca fueron entendidos en Europa. En razón de su nacionalismo fueron caracterizados como fascistas, como si fuesen una copia latinoamericana de Mussolini. Incluso algunos partidos comunistas, como el argentino y el brasileño -debido a la fuerte dependencia que tenían con respecto a los partidos comunistas europeos- llegaron a asumir esa caracterización y se unieron a la derecha en contra de esos dirigentes.

Estos líderes fueron, además, los ejemplos clásicos de líderes populistas propuestos por la ciencia política de matriz europea. La raíz del nombre proviene de pueblo y tiene que ver directamente con su extraordinaria expresión de líderes populares, que hacen políticas acordes a los intereses del pueblo.

Para el eurocentrismo, el populismo tiene una connotación siempre negativa, llegando a ser considerado casi como una maldición. Basta calificar de populista a un líder o a un partido para descalificarlo, ni se molestan en explicar el fenómeno. En el mismo paquete ponen a Vargas, Perón, Hugo Chávez, Trump o Bolsonaro, a quienes atribuyen algunos rasgos en común: la demagogia, la manipulación del pueblo, la irresponsabilidad fiscal, que constituyen las características fundamentales del populismo, todas negativas.

La descalificación de las políticas sociales de estos líderes procede del hecho de que establecieron subidas salariales y políticas redistributivas que provocaron inflación y desequilibrios fiscales. Así, aunque la intención era favorecer al pueblo, acabaron castigándolo debido a la inflación y a la caída del poder adquisitivo de los salarios que acarrearía la inflación. Además, esas políticas serían responsables de la crisis nacional provocada por el desequilibrio de las cuentas públicas, lo que requeriría políticas de ajuste fiscal, que recaen directamente sobre las clases populares.

Sin embargo, un análisis concreto de los hechos permite desmitificar estos clichés. Para el neoliberalismo, un gobierno responsable es aquel que favorece el equilibrio fiscal, expresado en estos momentos en el llamado techo de gasto, que recae directamente sobre las políticas sociales y los derechos de los trabajadores.

Al contrario de lo que afirma el discurso establecido, los gobiernos de Vargas y Perón supusieron los períodos de mayores logros para los trabajadores, sin generar crisis económicas. Efectivamente, bajo esos gobiernos se incrementó la capacidad de consumo de la clase trabajadora, lo que impulsó el proceso de industrialización como consecuencia de la expansión del mercado interno.

En fechas más recientemente, los gobiernos del PT, en Brasil, promovieron los derechos de las clases populares como no se había hecho desde hace mucho tiempo; ahí están, entre otros, los siguientes logro: la creación de 22 millones de empleos formales y el aumento del salario mínimo en un 70% por encima de la inflación, logrado sin tope de gasto, sin desequilibrio en las cuentas públicas y sin inflación.

La descalificación del populismo, en el que se mezclan líderes populares y de ultraderecha, es parte del arsenal teórico del neoliberalismo, principalmente el eurocéntrico, que al eliminar de la ecuación el neoliberalismo hace desaparecer la línea divisoria esencial que distancia radicalmente a los líderes latinoamericanos de este siglo de los de la ultraderecha.

Es fundamental no caer en esta trampa, desmantelar sus mecanismos y rescatar a líderes populares históricos, como Vargas y Perón, y situar a los líderes actuales -Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa-, como sus continuadores en el siglo XXI y como los oponentes más importantes de personajes de la ralea de Trump y Bolsonaro.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/populista-tu-madre/

 

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