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¿Por qué esta huelga también es nuestra? Cuatro razones de las trabajadoras de hogar y cuidados para ir a la Huelga feminista general en Euskal Herria

Artículo original: Etxeko eta zaintza langileen IV arrazoiak Euskal Herriko greba feminista orokorrera joateko

Al calor de la pandemia, en marzo del 2021, diversas colectivas feministas en Euskal Herria nos organizamos en el marco de Bizitzak Erdigunean; una plataforma que surgió con la intención de construir una respuesta colectiva y articulada desde los feminismos frente a la que estaba cayendo.

Nos sumamos a este proceso porque como mujeres migradas y racializadas, trabajadoras de hogar, realizamos una aportación fundamental en el sostenimiento de las necesidades de cuidados de la sociedad vasca. Somos miles de mujeres, migradas y racializadas las que desde hace décadas sostenemos una parte importante de los cuidados en Euskal Herria. Especialmente, pero no sólo, las compañeras en régimen interno, en unas condiciones laborales atravesadas por relaciones de opresión y discriminación parte y producto de este Sistema colonial, racista, capitalista y heteropatriarcal en el que vivimos.

Es por ello que creemos importante estar y aportar en esta huelga. Desde nuestras experiencias, saberes y aprendizajes colectivos; reivindicando nuestra presencia como sujetas políticas con propuestas que contribuyen al proceso y al nuevo modelo de cuidados público y comunitario. Reivindicación central de la huelga y parte del Herri Akordio que, más allá del 30 de noviembre día de huelga, plantea compromisos que involucran a todas y todos a diferentes niveles (organizaciones mixtas, partidos políticos, sindicatos, asociaciones de barrio…).

¿Qué está en juego?. ¿De quién es esta huelga? ¿Cómo se hace camino colectivo? ¿Qué implica para nosotras, como colectivas de trabajadoras de hogar y de cuidados con mucha presencia de mujeres migradas-racializadas y precarizadas-, decidir ser parte de este enredo? Escribimos este articulo pensando en voz alta, intentando recoger sentires que vamos poniendo en común y nombrando, mientras vamos caminando.

Hay mucho y muy importante en juego. Pensábamos que la pandemia podía hacer que se implementaran cambios que pusieran en el centro los cuidados y las condiciones de quienes los realizamos. Eso no sólo no pasó; sino que, como sector, nos vemos cada vez peor. En papel nos han reconocido algunos derechos, pero en la práctica nos los arrebatan y vulneran. Vivimos abusos constantes que, en nuestro caso, son tal vez los más sangrantes; en especial, para las compañeras que, sin otra opción, se encuentran trabajando como internas en situación administrativa irregular.

Lo que nos pasa a las trabajadoras de hogar no es sólo nuestro problema. Somos un síntoma y un último eslabón de todo un sistema que explota, invisibiliza e infravalora casi todos los tiempos, procesos y esfuerzos de cuidados. No casualmente trabajos feminizados, racializados y precarizados.

Trastocar todo esto es una tarea urgente. Desde nuestro lugar, queremos estar… porque aportamos una labor muy importante en Euskal Herria sosteniendo desde las casas unos cuidados que no sólo deberían suministrarse desde una infraestructura pública accesible y de calidad (en la que podríamos incluso encontrar nichos de empleo en mejores condiciones), sino porque nosotras también necesitamos de cuidados y los vamos a seguir necesitando cuando seamos mayores…

Lo que sigue son alguna razones que nos mueven, por las que esta huelga también es nuestra:
I. La huelga como proceso. No creemos en los grandes acontecimientos; somos más bien hormiguitas que trabajamos pequeñito, con tiempo y paciencia. Para nosotras, la huelga está siendo un proceso en el que vamos descubriendo nuestras propias formas de estar, ser y visibilizar nuestras voces, cuerpos y relatos. Esto no es fácil, a veces los ritmos y las maneras no son las que nos gustan ni las que podemos sostener. La huelga es un proceso que no es perfecto; pero estando, aportamos cosas que nos parecen importantes. Nuestro aporte está siendo en primera persona, no desde el victimismo ni desde la crítica, sino desde la apuesta por construir un común en el que estamos involucradas. La huelga viene de lejos, muchas empezamos a organizarnos como sujetas en los paros de 2018 y de 2019, movidas por las huelgas feministas en nuestros territorios de Abya Yala…

II. La huelga como aprendizaje colectivo. En el camino estamos aprendiendo cosas que no imaginábamos: del movimiento feminista, de nuestra propia condición como trabajadoras; y, sobre todo, estamos aprendiendo lo que somos capaces de hacer. Tenemos miedo, mucho; vivimos día a día chantajes, amenazas, violencias, y las instituciones nos abandonan… Somos conscientes de que la situación de desprotección nos limita la posibilidad de protestar y nos hace más vulnerables. Por ello, las que estamos, hemos decidido que queremos estar, que no nos vamos a quedar inmóviles, no les vamos a dar el gusto. El derecho a huelga no se respeta en nuestro sector, otros derechos tampoco y los reivindicamos… Además, esta huelga va mucho más allá y más acá del 30N. Hay muchas formas y momentos para estar, participar y hacernos oir; y no los vamos a desaprovechar.

III. La huelga como ruptura-apertura que incorpora sujetas y luchas que hasta ahora no se contemplaban. El aprendizaje es también romper con ideas preconcebidas y darnos como mujeres trabajadoras de hogar una oportunidad de estar. Estamos generando espacios propios en los que vamos construyendo unidad, fuerza y radicalidad. Partimos desde nosotras, politizando lo que nos pasa y construyendo un relato colectivo que está nutriendo a la huelga que, a su vez, se va tejiendo en una clave de apertura a demandas y realidades que exigimos que estén presentes y que van rompiendo el patrón clásico de huelga al uso.

IV. La huelga como oportunidad. Para nosotras esta huelga es una oportunidad histórica de cambio que nos incluye a todas y todos. La asumimos con ilusión y responsabilidad, sabiendo que no se trata de un proceso sencillo y que hay cosas que, como trabajadoras de hogar y/o mujeres migradas, nos cuestan más. La vivimos también con cierta responsabilidad, por las compañeras que vienen detrás; para que se encuentren con algo mejor de lo que nos hemos encontrado nosotras. La huelga está siendo para nosotras una oportunidad para renacer, para romper con los roles y prejuicios que nos imponen.

La huelga feminista general es de todas, es nuestra. Vamos caminando este camino, no sin dificultades, pero también con muchos momentos que nos emocionan y enorgullecen. Estamos, desde la apuesta de construir un común, aportando desde y entre compañeras trabajadoras de hogar de diversos territorios. Nos estamos articulando más y vamos también enredándonos con compañeras de otros colectivos del movimiento feminista, del que poco a poco nos vamos sintiendo parte.

Por todo esto, nosotras, colectivas de trabajadoras de hogar y de cuidados y mujeres migradas- racializadas y precarizadas, decidimos ser parte activa de este proceso. Nos sumamos a la huelga feminista general porque no queremos quedarnos fuera. Vamos a demostrar nuestra potencia, vamos a hacernos ver y escuchar. Y haciéndonos ver, vamos a vernos y reconocernos entre todas. Nombrando y poniendo en común las cosas que nos incomodan y desmontando las violencias que nos atraviesan. Es mucho, muchísimo, lo que está en juego. Por nosotras, por otras, por todas las que han pringado toda la vida sosteniendo con sus cuerpos un sistema injusto y desigual.

Nos unimos a todas las reivindicaciones de esta huelga, y especialmente como sector exigimos ya:
¡Derogar la Ley de Extranjería!. ¡Regularizar a todas las trabajadoras de cuidados!
¡Erradicar el régimen interno del empleo de hogar!. ¡Exigir el derecho al empadronamiento y el acceso a la vivienda para todas las personas!. ¡Incluir a las trabajadoras de hogar en el Régimen General del trabajo!. ¡Mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras de cuidados!
¡Establecer para las trabajadoras de hogar un sueldo por encima del salario mínimo!

VAMOS A LA HUELGA FEMINISTA GENERAL, PORQUE ESTA HUELGA TAMBIÉN ES NUESTRA…

Griselda Amado y Yolanda Santxo (ATHCA, Araba), Candida Rivas Mendoza (Bidez Bide Elkartea, Gipuzkoa), Norma Maffare y Flabia Eskarlet (Mujeres del Mundo, Bizkaia), Mariela Garzón Villota y Biki García Olazarán (THYCNA, Nafarroa); Silvia Gonzalez y Yolanda Atoy (Trabajadoras No Domesticadas, Bizkaia).

https://vientosur.info/cuatro-razones-de-las-trabajadoras-de-hogar-y-cuidados-para-ir-a-la-huelga-feminista-general-en-euskal-herria/

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Cuando cae el interés en los medios tradicionales de prensa. Aumenta la indigencia mediática

Por: Sergio Ferrari

Los nuevos hábitos juveniles interpelan y desafían

Suiza se cuenta entre los países más “ricos” del mundo. Sin embargo, uno de cada dos de sus habitantes es un “indigente mediático”. Situación que se repite también, con pocas excepciones, en muchos otros países del planeta. La crisis de la prensa tradicional se expresa en el desinterés creciente por la información de contenido.

Esta es una de las principales conclusiones del último Anuario 2023 publicado por el Centro de Investigación sobre la Opinión Pública y la Sociedad de la Universidad de Zúrich (FÖG, en alemán)

La grieta entre las personas “informadas” y las demás aumenta aceleradamente. Los “indigentes” mediáticos en Suiza representan el 43% de la población. Sinónimo de pobreza, escasez o sub-información con respecto al acceso y consumo de medios tradicionales (prensa escrita, radio y TV). Por ejemplo, los adultos jóvenes de menos de 25 años sólo consumen siete minutos de noticias al día, y en sus teléfonos celulares. Según los autores de esta investigación que vio la luz el 30 de octubre, “el periodismo informativo está perdiendo su impacto social” (https://www.news.uzh.ch/en/articles/media/2023/Yearbook_foeg.html).

En su evaluación de estas conclusiones, Philippe Bach, Redactor en jefe del cotidiano helvético Le Courrier, coincide en que “los medios de comunicación llegan cada vez a menos personas” (https://lecourrier.ch/2023/10/30/medias-la-fausse-piste-de-lia/). “¿Por qué esta realidad constituye un problema?”, Bach se pregunta en un editorial reciente. “En términos democráticos”, se responde el analista, “las personas que pertenecen a esta categoría (la de los indigentes mediáticos), tienden a aislarse de los debates y a dejar de participar en las votaciones políticas, las cuales juegan un papel muy importante en la democracia directa de Suiza”.

En este país europeo se vota, casi sin excepción, cuatro veces por año, y la ciudadanía decide regularmente en las urnas los grandes temas de la política nacional, cantonal (provincial) y municipal. Según Bach, la participación electoral es del 70% entre las personas que utilizan significativamente los medios de comunicación tradicionales (periódicos, radio y televisión), pero cae al 30% entre los “indigentes” que recurren, como máximo, a noticias de diversión, de sociedad o los denominados hechos diversos.

Tendencia global dominante

La caída de la audiencia constituye uno de los tres problemas que amenazan al periodismo a nivel global. Los otros son el bajo nivel de confianza hacia los medios y el amenazado ambiente empresarial en los medios, fundamentalmente producto de la caída de ingresos por anuncios. Así lo analiza el Digital News Report 2023 del Instituto Reuters de Periodismo y la Universidad de Oxford (https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/digital-news-report/2023).

Este informe, publicado en junio del corriente año, reúne datos de “seis continentes y cuarenta y seis mercados”.  Para comprender el uso del concepto de mercado, que aquí reemplaza al de país, es importante recordar que Thomson Reuters, una de las transnacionales de la información más grandes del mundo, a fines de 2020 ya constituía uno de los tres monopolios editoriales más importantes. Su portafolio fundamental consiste en servicios de asesoramiento jurídico a gobiernos, bufetes de abogados y grandes empresas, y en el presente solo un pequeño porcentaje de su actividad empresarial se enfoca en una agencia de noticias clásica. Desde la perspectiva de Reuters, como de muchísimas otras corporaciones de la información, un país –cualquier país– cuenta solamente en términos de oportunidades comerciales, y esto tiene implicaciones muy serias para la dinámica periodística. En otras palabras: ya no se trata de “informar” como de “vender” noticias.

Las revelaciones más sorprendentes del Digital News Report 2023 tienen que ver con “la naturaleza cambiante de las redes sociales”, debido, en parte, por una menor participación en plataformas tradicionales, como Facebook, y el auge de TikTok y otras redes basadas en video. Por otra parte, estos cambios se hallan fuertemente influenciados por los hábitos de las generaciones jóvenes que han crecido con las mismas redes y que en la actualidad suelen prestar más atención a los influencers o a los “famosos” que, a los periodistas convencionales, aun cuando se trate estrictamente de noticias.

En el marco de la temática de la “indigencia mediática”, aunque el Digital News Report 2023 no lo conceptualiza de esta forma, reconoce que la cantidad de gente que evita regularmente (o a veces) leer noticias permanece cerca de máximos históricos: un 36% del total relevado. Y constata que este grupo se divide en dos: por una parte, quienes procuran evitar periódicamente todas las fuentes de noticias y, por el otro, quienes tratan de restringir específicamente el consumo de noticias sobre ciertos temas o en determinados momentos.

En cuanto a las fuentes noticiosas, este informe conjunto de Reuters y la Universidad de Oxford señala que solo una quinta parte (22%) de los encuestados prefiere comenzar sus recorridos informativos con un sitio web o una aplicación noticiosa, lo cual supone un descenso de 10 puntos porcentuales desde 2018. Y subraya que, en todas partes, la juventud prefiere acceder a las noticias a través de canales diferentes, como redes, motores de búsquedas o agregadores móviles.

El informe también muestra como tendencia que Facebook, a pesar de haber perdido usuarios, se sostiene como una de las redes más utilizadas, pero que su influencia sobre el periodismo disminuye a medida que aleja su foco de las noticias. Además, que se enfrenta con nuevos retos de plataformas establecidas, como YouTube, y otras dinámicas y enfocadas principalmente en la juventud, como TikTok. Esta última, una red de propiedad china, llega al 44% de las personas de 18 a 24 años en todos los mercados y representa el 20% de la fuente de información. Su crecimiento más rápido se registra en zonas de Asia-Pacífico, África y América Latina.

En cuanto a las noticias, específicamente, las audiencias de plataformas como TikTok, Instagram y Snapchat reconocen nutrirse más de influencers, “famosos” y personalidades de las redes sociales que de periodistas convencionales. Esto contrasta con el panorama en Facebook y X (Twitter), donde los medios y los reporteros mantienen todavía un lugar importante.

Críticas a la Inteligencia Artificial

Otro tema de actualidad es el de la influencia de la Inteligencia Artificial y sus diversos instrumentos sobre la actividad periodística actual. Es bien sabido que en muchas redacciones en todo el mundo las traducciones ya se generan mediante programas de IA y, cada vez más, también la elaboración de noticias cotidianas.

Según la investigación de FÖG de la Universidad de Zúrich, la población suiza se muestra reticente al empleo de inteligencia artificial (IA) en la producción de noticias, recurso cada vez más utilizado por las grandes empresas mediáticas, en gran medida debido al nuevo impulso que le dio la introducción de ChatGPT. Sólo un tercio de los encuestados está dispuesto a leer contribuciones íntegramente generadas por IA, en tanto que un 84% prefiere textos escritos por periodistas, sin intervención de IA.

Una clara mayoría de los encuestados por FÖG (61%) cree que la calidad general de las noticias se deteriorará si la IA asume una mayor parte de la redacción de contenidos. Además, teme una disminución del pluralismo de opinión y un aumento de la información falsa. Más del 80% quiere que los contenidos creados total o parcialmente con ayuda de IA sean declarados explícitamente como tales.

El Anuario de FÖG, que desde su primera edición en 2010 se ha fortalecido como referente nacional, también se interesa en la calidad de la información. Sus investigaciones periódicas analizan miles de artículos impresos, en línea, de radio y TV. Para su edición el año pasado, por ejemplo, trabajó con 20 mil artículos de 60 medios de gran presencia y respetando la diversidad lingüística de Suiza, que cuenta con 4 idiomas oficiales (alemán, francés, italiano y romanche). Al evaluar la calidad de la información, los investigadores tienen en cuenta cuatro criterios: la pertinencia de la información; la diversidad de contenidos, idiomas y regiones; el profesionalismo en cuanto a las fuentes utilizadas y la transparencia en declararlas y, por último, el contexto para situar la noticia.

Dilemas informativos

La temática sobre la información –su calidad y la confianza de la gente en la misma– es tan amplia como diversa. Develar realidades nacionales (como la de Suiza) o tendencias generales (como las que se desglosan del Digital News Report 2023), son algunos de los aspectos del universo mediático que es casi ilimitado en cuanto a temáticas y desafíos. El papel de los medios públicos en este panorama adquiere, por ejemplo, una importancia clave.

El Informe de Reuters sostiene que sobre la base de lo analizado en una veintena de países-mercados de Europa occidental y Asia-Pacífico, es mayoría la gente que cree que los medios públicos son importantes. Pero constata, también, las amenazas crecientes que dichos medios soportan en el presente. Por ejemplo, en naciones de Europa Occidental, como Gran Bretaña, Austria, Alemania o Suiza.

Las preguntas de fondo, sin embargo, quedan abiertas. Una de ellas, clave y fundamental, nos lleva al tema inicial de la “indigencia mediática”: ¿realmente se puede considerar como indigentes mediáticos a aquellas personas que no se nutren de los medios de información tradicionales?

No menos relevante es el intento por entender ese alejamiento de los medios tradicionales por parte de amplios sectores juveniles, que buscan otros canales para “informarse” y nutrirse. ¿A qué se debe tal comportamiento? La respuesta se compone de un abanico muy amplio de visiones, que va desde aquellos que culpabilizan a la apatía y el creciente desinterés juvenil, a los que creen que la crisis de la información no es sino expresión de la crisis de un sistema global, de la cual las noticias de contenido no logran escaparse.

Aumenta la indigencia mediática

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Argentina: Agricultura Campesina vs Agronegocios

Agricultura Campesina vs Agronegocios

La agricultura campesina es una forma de combatir el crecimiento del agronegocio y sus consecuencias. Los datos recopilados en el Informe Soja al Cuello 2023 muestran que bajo Abdo Benítez las políticas continúan favoreciendo un modelo de agronegocios genéticamente modificados que perjudica al campesinado y a la agricultura del país.

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En los últimos años, la agricultura campesina ha perdido más de 50.000 hectáreas y el sector agrícola ha perdido otras 110.000 hectáreas. A pesar del auge de la agroindustria, esto no significa que la oferta de alimentos aumentará. Un ejemplo de esto es que del 2019 al 2020 las importaciones de alimentos aumentaron un 28,2% y según el SENAVE las importaciones de alimentos aumentaron de 242.648 toneladas a 338.403 toneladas, representando un costo de 600.000.000 USD. El modelo basado en la producción agrícola como negocio, tiene graves consecuencias sociales y ambientales y genera inseguridad alimentaria para las familias paraguayas.

La agricultura campesina como solución a las crisis

Mientras tanto, el censo agrícola no tiene en cuenta los cultivos de subsistencia de unos 40.000 hogares agrícolas, y mucho menos el importante papel que desempeñan los cultivos de subsistencia en la alimentación de las familias agrícolas. Un ejemplo del valor de cultivar alimentos en una comunidad agrícola es el caso de la comunidad El Triunfo en Alto Paraná, donde 264 familias campesinas priorizaron la producción de alimentos para enfrentar la severa crisis provocada por la pandemia y la sequía prolongada, tratando de sobrevivir y mejorar sus ingresos. La producción fue tal que incluso pudieron donar alimentos a los sectores más afectados por la crisis, lo que demuestra que la producción de los agricultores es ambiental y económicamente sostenible.

Los compromisos con la agricultura familiar y campesina y la soberanía alimentaria son esenciales para abordar las nefastas consecuencias del modelo de agronegocios del país.

 

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/agricultura-campesina-vs-agronegocios/

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Mundo: Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Por Blas VJ Simón Navajas

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan. La economía, el empleo directo e indirecto, bienes socioculturales como ferias, gastronomía y medioambientales como el mantenimiento de la biodiversidad, secuestro de CO2 (producciones en pastoreo) y la gran disponibilidad de alimentos, estarían entre los positivos.

La patrimonialización del agua, la contaminación de aire, suelos y agua por nitratos, amoniaco, fito y zoosanitarios, efluentes de granjas (purines, estiércol y digestatos) emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pérdida de fertilidad del suelo, contaminación de alimentos y producción de un gran número de residuos, todos ellos contribuyendo a la emergencia climática, estarían entre los negativos.

En los últimos 60 años, hemos pasado de una producción agraria natural, con un componente importante de autoconsumo, reutilización de los medios de producción, una gran población laboral poco ocupada y unos paisajes agrarios muy distintos a los actuales, a otra groindustrial orientada al mercado, muy dependiente de las compras externas de insumos, con unas prácticas mirando exclusivamente la productividad y dentro del sistema agroalimentario (SA) que engloba a la producción primaria, las industrias alimentarias y la distribución.

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el sistema agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo y al contrario ha producido en el primer mundo un incremento de problemas de salud por exceso y malnutrición.

El número de explotaciones agrarias se ha reducido, siendo ahora más especializadas e intensivas, buscando las economías de escala (tamaño, integración vertical) como reacción a la reducción de los márgenes unitarios. Las actividades también se han concentrado regionalmente para aprovechar sinergias, economías de situación o aglomeración.

Esta evolución, que en una situación de estabilidad tiene sus indudables ventajas económicas, convierte también a las explotaciones y las regiones en menos adaptables y menos flexibles ante los cambios que sin duda se avecinan. Los impactos negativos son así mismo más importantes, pues se concentran en explotaciones y zonas determinadas.

El sistema agroalimentario es global, muy pocas empresas transnacionales (ETN) dominan en el mundo tanto la producción de los medios de producción, como la comercialización y distribución de materias primas y alimentos. El comercio a lo ancho del mundo no tiene trabas ni aranceles, cambiando el paradigma de soberanía alimentaria, de la capacidad de producir a la capacidad de acceso en el mercado. Recientemente nos hemos apercibido que ésta es también una situación de riesgo. Las crisis de materias primas de los años 2007 y 2008, la Pandemia, las guerras y la inflación actual, debidos a problemas de abastecimiento ligados a la organización y/o especulación-financiarización y menos a las carencias de productos.

El dominio cultural que ejercen las empresas transnacionales a través de los medios de comunicación, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo. Hoy hablamos de una dieta estándar mundial, que con algunas variantes regionales, impulsa el consumo de carnes, productos lácteos y cereales, junto con platos preparados y alimentos ultra procesados, alejados del producto original.

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el Sistema Agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo

En el reciente estudio realizado por Noelia Parajuá publicado en 2022 sobre el periodo 1980 – 2016, nos muestra que la participación de los productores en el valor añadido del sistema agroalimentario, pasó del 50,4% al 26,4%, la industria alimentaria se mantiene en promedio entorno al 21,5%, mientras que la Distribución fue del 27,6 % al 52,5%. Esa situación marca una tendencia, la distribución que fija condiciones y precios, distribuye los márgenes en los estratos inferiores y controla el sistema. De ésta forma actúa sobre su estructura, concentración de la producción y los impactos. Esa estructura no satisface ni al consumidor ni a la producción e industria, que continuamente se quejan de los precios y su pérdida de poder en el sistema.

La conexión directa entre el agricultor y ganadero con el consumidor, está rota. Todos los medios usados en el sistema agroalimentario, químicos, abonos, motorización y transporte, son altamente dependiente de una energía fósil barata, principal responsable de los GEI y con un alto riesgo de escasez y precios altos en el futuro, pero nos resistimos a producir de otra manera.

La presión de los lobbies de los sectores implicados en el Sistema Agroalimentario, argumentando continuamente contra cualquier medida que intente controlar los impactos negativos, retrasa e impide los cambios legales y los hace desaparecer del debate público. Para justificar se muestran sobre todo problemas del sector productor (catástrofes, precios, despoblación) que es el que más empatía suscita en la ciudadanía, sin llegar a analizar profundamente las causas que los provocan.

La garantía de alimentación y la protección del medio, están íntimamente ligadas y es sin duda urgente una concertación entre los sectores que intervienen en el sistema agroalimentario y la Ciudadanía, donde se analice, planifique y acuerde que hay que hacer y cómo financiar la multitud de medidas que habrá que poner en marcha a nivel local, regional y en cada sector productivo. Se requerirá un gran esfuerzo en investigación, desarrollo y difusión, sin olvidar la formación en los cambios de todos los actores del sistema agroalimentario.

El dominio cultural que ejercen las empresas, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo

Las 3 acciones prioritarias serían:

Mitigar los daños causados, comenzando por las explotaciones y actividades más contaminantes, utilizando fundamentalmente métodos de la agroecología, reduciendo progresivamente los impactos negativos, como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de abonos de síntesis y fito-zoosanitarios y aumentando las superficies captadoras de CO2.

Adaptación a los cambios previstos, estudiando las debilidades y amenazas sobre producciones y regiones. Implicará cambios en los usos del agua, el manejo de los ciclos de producción, la genética utilizada y la ubicación de las producciones, acompañados de las inversiones necesarias. Será importante en nuestro entorno la búsqueda de alternativa para las superficies en secano actuales o que se reconviertan por la gestión del agua, el empleo de herbívoros en pastoreo, como elemento de mejora del medio y la adecuación de la ganadería intensiva (aves, porcino, vacuno de leche, engorde de terneros).

Garantizar el suministro de alimentos a la población y la remuneración de los actores Hay que asegurar la supervivencia económica de los productores y la industria agroalimentaria en todo el periodo, para evitar su desaparición y eliminar resistencias.

Las limitaciones en el uso de los medios habituales de producción, si bien bajarán la presión sobre los ecosistemas, en un primer momento pueden suponer disminuciones en la producción y el riesgo de aumentos de costos. Estos aumentos se deberán repercutir bien sobre los consumidores o sobre el erario público, el consumidor deberá ser también consciente que los precios pagados hasta ahora, tenían un elevado costo social y ambiental.

El mayor riesgo de catástrofes climáticas implicará nuevas infraestructuras de protección, mantenimiento de mayores stocks de seguridad y reforzar los sistemas de seguros agrarios frente a siniestros.

Además de esas acciones anteriores, otras acciones debieran ser aplicadas:

– Formación y educación de los ciudadanos: Educación en nutrición y preparación de alimentos de niños y adultos. Adaptar las dietas a la nueva situación productiva y a un consumo saludable y responsable, reduciendo el consumo de productos ganaderos y exóticos.

– Reducir el desperdicio alimentario (evaluado entorno al 30% de la producción total de alimentos). En los países desarrollados, sobre todo en productos preparados (pan, lácteos, frutas..) por falta de concienciación o previsión, mientras que en los países en desarrollo la parte más importante es debida a la deficiente conservación de las cosechas, por la carencia de infraestructuras.

– Control de las empresas transnacionales (ETN)Acciones públicas para controlar el dominio económico y cultural de las ETN sobre el Sistema Agroalimentario, en el control de las técnicas de producción y las patentes sobre productos y seres vivos, que debieran pasar al dominio público. La Emergencia Climática es un problema mundial, sistemas de producción que en Europa occidental están siendo contestados por la población, por problemas medioambientales o de dominio sobre las producciones, como las integraciones de cerdos, aves y vacuno, las ETN los trasladan a los países del Este de Europa, Lejano Oriente o Sudamérica, con los mismos sistemas de producción y los mismos impactos.

– La distribución: No remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición del consumidor e influye concentrando la estructura de la producción. Debiera haber participación pública en la distribución de alimentos, con control de los precios y márgenes en la cadena de valor, la actual Ley de la Cadena Alimentaria, no es suficiente.

La distribución no remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición

Lo que hace unos años era urgente, hoy es crítico. Es necesario seguir las indicaciones de la ciencia, que estudia desde hace años la complementariedad de modelos productivos realmente sostenibles, con unas dietas suficientes para la población mundial.

El sector primario, utiliza y gestiona directa o indirectamente alrededor del 80 % de la superficie total y el 80% del agua regulada, es por tanto una actividad crítica en la lucha contra la emergencia climática además de la Seguridad Alimentaria.

Hay una gran resistencia a los cambios, pero la realidad es que a pesar de las advertencias que durante años se han hecho por la comunidad científica, propugnando poner rápidamente en marcha actuaciones de cambio, se retrasa lo más posible tomar medidas.

Se argumentan riesgos sobre el abastecimiento, cuando el problema es el acceso a los alimentos, el desperdicio alimentario y una consecuencia de la globalización, la dependencia en muchos países de las producciones de otros, tanto en materias primas y alimentos como en abonos nitrogenados indispensables. Más del 70% de los alimentos que consumimos dependen de esos abonos.

El empleo de químicos en la producción animal y vegetal, que a pesar de la legislación, sigue habiendo trazas de los mismos en los productos. No hay información histórica de las consecuencias, ya que no hace muchos años que se utilizan. Su reducción y eliminación a corto plazo, debe ser una prioridad para la salud humana.

Las empresas transnacionales disponen hoy de mejores tecnologías, que distribuyen según la posición de los países, vendiendo productos prohibidos en la Unión Europea por riesgo para la salud, en los países en desarrollo.

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años, por una concienciación de los riesgos para la salud y ambiente. Las ETN, para seguir manteniendo el negocio, exportan el sistema productivo a otras partes del mundo, asociando la Dieta Estándar Mundial a una mejor situación económica de la población, cuando en realidad es lo contrario.

Otro argumento en contra de tomar medidas, es el crecimiento de la población mundial, deberemos alimentar a más humanos y tenemos que seguir produciendo más. Sabemos que cuando las mujeres pueden decidir, controlan la natalidad, como ha ido pasando históricamente. Solamente está previsto que aumenten la población en África y Oriente Medio, por lo que a medio plazo la población del resto del mundo se estabilizará y posiblemente decrecerá.

Debemos exigir a nuestros Gobiernos una información objetiva sobre la situación y poner urgentemente en marcha un debate abierto que evite la confrontación entre consumidores y productores, para desplazar el discurso que mantienen los negacionistas sobre el problema y que tanto gusta en algunas organizaciones y medios de comunicación.

Blas VJ Simón Navajas | Veterinario especialista en producción animal, Investigador en Historia del sector agrario

Fuente: https://www.nuevatribu

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-cosas-del-comer-exigen-un-gran-acuerdo-social/

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Medio Oriente: Estados Unidos necesita la guerra

Medio Oriente: Estados Unidos necesita la guerra

Casi 10.000 palestinos muertos en la Franja de Gaza a causa de los bombardeos israelíes contra el territorio palestino.

Por: Marcelo Colussi

Un Medio Oriente en llamas le es funcional, por eso abiertamente apoya la injustificable e inmoral actual intervención militar israelí en Palestina. Incluso, promete traspasar miles de millones de dólares para apoyar esa aberración.

Se ha dicho que Estados Unidos no tiene 50 estados, sino 51; el quincuagésimo primero es Israel, enclavado en Medio Oriente.

Este país, creado en 1948 como compensación al pueblo judío luego del holocausto causado por el nazismo con seis millones de muertos en los patéticos campos de concentración, en un principio no jugó el papel terrorífico que presenta hoy día. Como producto de negociaciones británico-francesas que buscaban manejar las reservas petroleras de la zona, el nuevo Estado apareció, desplazando ya al pueblo palestino, pero sin presentar el carácter belicista de hoy. Fue luego de la Guerra del Sinaí, en 1956, cuando Estados Unidos -ya en ese entonces potencia global, enfrentada con su archirrival, la Unión Soviética, en la Guerra Fría- entra a jugar en Medio Oriente, intentando dominar las fuentes de oro negro.

A partir de entonces, desplazando definitivamente a Gran Bretaña como gran poder imperial, Washington comienza a entronizarse en la región. Desde 1963, con la presidencia de John Kennedy, la relación de la Casa Blanca con Tel Aviv se vuelve orgánica. Allí, y en forma progresivamente creciente, el Estado de Israel se convierte en la avanzada estadounidense en una zona que considera vital para sus intereses: reserva petrolera, punto donde bloquear la presencia soviética en aquel entonces, y hoy, la posibilidad de entorpecer el desarrollo chino manejando los hidrocarburos.

No es ninguna novedad que Israel recibe una gran ayuda estadounidense en lo militar: 4.000 millones de dólares al año (el 17% de la ayuda externa mundial entregada por Washington). Por complejos anudamientos de intereses el lobby judío de la superpotencia -con gran poder de influencia- consiguió que tanto la administración federal como importantes sectores de la iniciativa privada, destinen ingentes recursos al país medio-oriental. La inversión no es gratuita. Israel, más allá de sectores pacifistas de los que también hay, como Estado nacional cumple a la perfección su mandato, no muy oculto por cierto, de defender intereses extrarregionales: es el gendarme armado hasta los dientes que la geoestrategia estadounidense destina a la región, incluso con armamento nuclear, oficialmente no declarado, pero de hecho existente (hasta 400 armas atómicas).

Desde la década de los 70 del siglo pasado, Estados Unidos ha impuesto al mundo la necesidad de adquirir dólares para, con ellos, poder comprar petróleo. En otros términos, la mayor parte del planeta, salvo en ese entonces la Unión Soviética, se vio obligada a depender de la divisa norteamericana para acceder a un elemento tan vital en el mundo moderno como es este energético, indispensable para todo. Pero ahora las cosas están cambiando.

China, con su particular modelo (“socialismo de mercado”) comienza a disputarle la supremacía económica a Estados Unidos en un trato de igual a igual. En esta perspectiva va de la mano de la otra gran potencia euroasiática, Rusia, inconmensurable poder militar, que también le habla de tú a tú a Washington en el campo bélico. La alianza Beijing-Moscú ha dado lugar al nacimiento de los llamados Brics, ahora ampliados. Es decir: economías emergentes que, sin dejar de ser capitalistas (salvo China), intentan alejarse de la supremacía estadounidense. Ahora el gas y el petróleo ya no lo negocian en petrodólares sino en otras divisas. Esto significa la decadencia final del hasta hoy imperialismo dominante de Estados Unidos. El mundo está dejando de ser unipolar, buscando un equilibrio multipolar.

Las petromonarquías de Medio Oriente, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, o una poderosa teocracia como Irán, e igualmente Etiopía, importante productor de petróleo en África, o Rusia, otra gran fuente de hidrocarburos, todas comienzan fijar el precio del petróleo en monedas que no son el dólar. Se va constituyendo así una nueva arquitectura global donde el capitalismo occidental (Estados Unidos y su furgón de cola: la Unión Europea, más el brazo armado de la OTAN) se ve confrontado por un nuevo orden internacional. El Medio Oriente petrolero puede así desembarazarse de Washington. En esa lógica, el Estado israelita híper militarizado queda fuera de juego. Para los países de la región, los BRICS ampliados representan una alternativa más prometedora y tranquila que un Estados Unidos belicista y su sucursal Israel, “un perro rabioso, muy peligroso para ser molestado”, como dijera sin vergüenza el general judío Moshé Dayan.

En medio de esa nueva perspectiva que se va abriendo con los Brics, aparece nuevamente la guerra en la zona. El ataque del grupo Hamas el 7 de octubre reabre el conflicto regional. El Estado de Israel comienza una ofensiva militar sin precedentes, masacrando a la población palestina so pretexto de aniquilar a Hamas. El capitalismo occidental, con su silencio cómplice, termina avalando esa monstruosidad, y las Naciones Unidas, una vez más, se muestran ineficientes para detener el genocidio.

Estados Unidos necesita la guerra. Un Medio Oriente en llamas le es funcional, por eso abiertamente apoya la injustificable e inmoral actual intervención militar israelí en Palestina. Incluso, promete traspasar miles de millones de dólares para apoyar esa aberración (casi 10.000 palestinos muertos en este mes). Israel vuelve a jugar el papel de “perro rabioso, muy peligroso para ser molestado”, como decía el militar citado. Es un mensaje a la región: el genocidio del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania muestra que Washington no busca la paz en modo alguno, sino que justifica la guerra. El aniquilamiento de grupos guerrilleros (denominados “terroristas”) es la supuesta razón de las actuales acciones de Tel Aviv, con lo que el Medio Oriente completo arde, y se consuma el mensaje de la Casa Blanca: “¡aléjense de los Brics!”

El mensaje también incluye a Rusia y China, quienes no podrán quedar impávidos viendo cómo se ataca a sus socios y a sus inversiones en la zona, por lo que estamos en el preámbulo de lo que podría ser una nueva guerra mundial. Un imperio en declive como es hoy Estados Unidos puede apelar a lo que sea para no perder su cetro. ¿Es la guerra total su salida?

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/opinion/Medio-Oriente-Estados-Unidos-necesita-la-guerra-20231106-0031.html

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Holocausto y/o Genocidio

Por Franklin González

«Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.» (Mahatma Gandhi).

En diversas fuentes de información y por el principal medio de comunicación del mundo de hoy-las redes sociales-, así como en las películas de Hollywood y Netflix, se dice, repite y afirma que ha habido un holocausto, asociado exclusivamente con el genocidio que tuvo lugar en Europa durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de la Alemania.
Y, ciertamente, debe decirse que ese fue un acontecimiento horripilante, aborrecible, deleznable, donde murieron, según algunas fuentes, algo así como 9 millones de judíos en la llamada «solución final». Por su puesto, que el holocausto del pueblo judío a manos del ejército nazi fue un episodio histórico terrible.
Al respecto, rescatamos dos expresiones que son importantes.
Una, la de genocidio, que es la destrucción organizada y deliberada, total o en gran parte, de grupos raciales o étnicos por parte de un gobierno o sus agentes, que puede implicar no solamente matanzas masivas sino también deportaciones forzadas (limpieza étnica), violaciones sistemáticas, y el sometimiento económico y biológico. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, lo describe como las acciones llevadas a cabo con la intención de «destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso».
Dos, el holocausto se define como «gran matanza de personas, especialmente la que tiene como fin exterminar un grupo social por motivos de etnia, religión o política».
¿Habrá alguna duda que lo anterior está ocurriendo con el pueblo de Palestina?
Veamos
¿Un revanchismo histórico?
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró: «Me horroriza la noticia del ataque en Gaza contra un convoy de ambulancias frente al hospital Al Shifa. Las imágenes de cadáveres esparcidos por la calle ante el hospital son estremecedoras». También destacó que: «No llegan alimentos, agua ni medicinas suficientes para satisfacer las necesidades de la población. El combustible para los hospitales y las plantas de agua se está agotando».
Guterres indicó que, desde hace casi un mes, la población civil de Gaza, incluidos niños y mujeres, «ha sido asediada, se le ha negado ayuda, ha sido asesinada y bombardeada para expulsarla de sus hogares».
Siete relatores especiales de las Naciones Unidas alertan que se agota el tiempo para evitar «un genocidio y una catástrofe en Gaza» y «estamos convencidos de que el pueblo palestino está en grave riesgo de sufrir un genocidio».
Además, han dicho que «el tiempo para la acción es ahora» para evitar un genocidio y aseguran que «los aliados de Israel tienen también responsabilidad y deben actuar para evitar este desastroso desarrollo de los acontecimientos».
Los firmantes del comunicado, incluida la relatora de la ONU para Palestina Francesca Albanese, han expresado también su «profunda frustración» por la consigna israelí a «diezmar una Franja de Gaza asediada».
Por último, subrayaron que las recientes imágenes y las noticias alarmantes y preocupantes sobre los palestinos que agarran desesperadamente harina y otros suministros humanitarios en almacenes de la ONU, beben agua del mar en la falta de agua potable o son sometidos a cirugía sin anestesia, «muestran que hemos llegado a un punto de ruptura» en lo que respecta a necesidades humanitarias de los civiles asediados en la Franja de Gaza.
Craig Mokhiber, ex alto funcionario de la ONU, escribió una carta de renuncia el ataque israelí a Gaza al Alto Representante de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde denunció:
– Que «estamos viendo cómo se desarrolla un genocidio ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo».
– Que la actual matanza masiva del pueblo palestino, está «enraizada en una ideología colonial etnonacionalista de colonos, como continuación de décadas de su persecución y purga sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y unida a declaraciones explícitas de intenciones por parte de dirigentes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni a debate».
– «En Gaza, se atacan gratuitamente hogares civiles, escuelas, iglesias, mezquitas e instituciones médicas, y se masacra a miles de civiles. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, se confiscan y reasignan viviendas basándose exclusivamente en la raza, y los violentos pogromos de colonos van acompañados de unidades militares israelíes. El apartheid impera en todo el país».
– «El proyecto colonial europeo, etnonacionalista y de colonos en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos restos de vida palestina indígena en Palestina. Es más, los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no sólo se niegan a cumplir sus obligaciones de garantizar el respeto de los Convenios de Ginebra, sino que, de hecho, están armando activamente el asalto, proporcionando apoyo económico y de inteligencia, y dando cobertura política y diplomática a las atrocidades de Israel».
– «Los medios de comunicación corporativos occidentales, cada vez más capturados y adyacentes al Estado, violan abiertamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), deshumanizando continuamente a los palestinos para facilitar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y apología del odio nacional, racial o religioso que constituye incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de medios sociales con sede en Estados Unidos suprimen las voces de los defensores de los derechos humanos mientras amplifican la propaganda proisraelí».
– «El Consejo de Seguridad, con su poder de protección, ha sido bloqueado de nuevo por la intransigencia de Estados Unidos. Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida falsas de Oslo han desviado a la Organización de su deber fundamental de defender el derecho internacional, los derechos humanos internacionales y la propia Carta».
-«El mantra de la «solución de dos Estados» se ha convertido en una burla abierta en los pasillos de la ONU, tanto por su absoluta imposibilidad de hecho, como por su total incapacidad para dar cuenta de los derechos humanos inalienables del pueblo palestino».
– «En las últimas décadas, partes clave de la ONU se han rendido al poder de Estados Unidos y al miedo del lobby israelí, abandonando estos principios y retirándose del propio derecho internacional. Hemos perdido mucho con este abandono, sobre todo nuestra propia credibilidad mundial. Pero el pueblo palestino ha sufrido las mayores pérdidas como consecuencia de nuestros fracasos».
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha dicho que, aunque Washington y sus aliados dicen exigir el cumplimiento del derecho internacional humanitario en todas las hostilidades, ahora prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales».
Nebenzia manifestó que el conflicto palestino-israelí «ha sido y sigue siendo el epicentro» de las crisis de Oriente Medio, y afirmó que la nueva escalada de violencia demuestra que la normalización de las relaciones entre Tel Aviv y los Estados árabes «no puede ni debe producirse a costa de los palestinos».
Es una lástima que nuestros colegas occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU sigan saboteando cualquier esfuerzo para una desescalada sobre el terreno e impidiendo que el Consejo tome medidas urgentes para normalizar la situación lo antes posible.
El alto diplomático también afirmó que el objetivo de Washington «no es sólo desviar la atención del fracaso de su propia política, culpando a Irán, Hezbolá y los palestinos de la Franja de Gaza de todos los problemas», sino también persuadir al Consejo de Seguridad para que legalice la campaña terrestre de Israel en el enclave palestino.
Afirmó que actualmente los países occidentales prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales: los ataques contra objetivos civiles, incluidos hospitales, la muerte de miles de niños y el atroz sufrimiento de los civiles sometidos a un bloqueo total».
Finalmente, este diplomático ruso condenó las declaraciones «insultantes» de los funcionarios israelíes con respecto a todos los palestinos, así como sobre la supuesta «responsabilidad colectiva de todo un pueblo por las acciones de Hamás» y «el bloqueo total de la Franja por parte de Israel es inaceptable. Un bloqueo así, además de provocar el pánico entre la ya asustada y desesperada población civil, socava directamente la labor de los servicios médicos y de rescate, lo que provocará más víctimas civiles»
Por su parte, la ministra de Igualdad del Gobierno español, Irene Montero, también se pronunció, condenando, con términos enérgicos, las atrocidades del régimen de Tel Aviv contra el pueblo oprimido palestino en la Franja de Gaza y aseguró que los israelíes son «asesinos» puesto que están bombardeando ambulancias que trasladan heridos, y también bombardean sin escrúpulos y contra toda la legalidad internacional a la población civil en la cárcel al aire libre más grande del mundo, y han cerrado toda la posibilidad de ayuda humanitaria.
Tras resaltar la complicidad de EE.UU., en el genocidio de los palestinos, Montero dijo que «ningún dirigente político ni siquiera Netanyahu se atrevería a hacer este genocidio a plena luz del día si no se supiese protegido por las principales potencias económicas y políticas a nivel internacional, especialmente por parte de EE.UU. y la Unión Europea».
En conclusión
Más claro imposible, porque desde el inicio de la agresión israelí contra Gaza, han muerto miles de palestinos, incluidos niños, mujeres y ancianos, además de miles de heridos.
Y, lo peor de todo, es el silencio y la indolencia de la comunidad internacional ante los delitos graves que comete «un régimen infractor de la ley como Israel», lo cual «hace añicos la santidad del derecho internacional y permite la continuación del genocidio con impunidad».
Y, aunque la Asamblea General de Naciones Unidas ha pedido una «tregua humanitaria inmediata y duradera» y «la entrega de víveres y servicios esenciales a la población de la Franja de Gaza», la pregunta de rigor es: ¿Cuántos han de morir para hablar de sanciones económicas y acabar con ese genocidio y holocausto?
Ha pasado el tiempo y parece que ahora todo es peor, porque el 11 de julio de 2014, el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, ya dijo: «La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?»
«Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declaraciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad».

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Lengua y cultura: las palabras en la lucha por la hegemonía

In ayahuitl, in poctli. Niebla y humo. Fama. (Diccionario del náhuatl en el español de México)

A Enrique Dussel, in memoriam

Una de las fuentes de los impulsos en la formación de Antonio Gramsci para elaborar su concepto de “hegemonía” es su estudio de la lingüística, previo a sus lecturas de Marx y Lenin. Según Diana Fuentes (“Cultura y lenguaje en Antonio Gramsci: apuntes para una hermenéutica de la hegemonía”), Gramsci maduró una serie de ideas sobre cómo una lengua prevalece sobre otras, en una compleja combinación de imposición de la autoridad y de aceptación activa por parte de quien adopta elementos de una lengua y cultura diferentes a la propia. De ahí que la “hegemonía” no sea mera imposición, fuerza y poder vertical, sino que tenga su momento de consenso y haya una aceptación, aquiescencia, activa por parte del hegemonizado.

Así lo dice Diana Fuentes: … “Bartoli destacó que las formas de “competencia”, el “contacto” y los centros de “irradiación” entre dos o más lenguas están relacionadas con el poder cultural, es decir, con la forma en que se impone una cultura, ya sea, dice él, por las armas o por la fascinación y el prestigio –fascino/ prestigio—, provocados por el espíritu de superioridad de otro pueblo. Consideró, además, que esta otra forma de poder cultural –fascino/ prestigio— tiene como rasgo característico la aquiescencia frente al dominio, es decir muestra un carácter activo de parte de aquél que asimila las costumbres y los modos de pensamiento distintos a los propios. Esta es la razón que ha llevado a investigadores actuales, Lo Píparo, De Mauro, y en otro sentido, a Ives y a Boothman, entre otros, a considerar que ésta es la fuente de la que proviene el sentido del concepto de hegemonía en el pensamiento gramsciano más allá de su innegable extracción leninista.”

Gramsci criticó la idea de imponer el toscano como lengua oficial en Italia y de adoptar el esperanto como lengua franca de los socialistas, pues, según él, ambas propuestas desconocen el modo como las lenguas evolucionan realmente, como los seres vivos.

Los elementos tomados por Gramsci de sus lecturas sobre el modo en que los idiomas o las lenguas interactúan, “compiten” y se superponen una por encima de otras, le permiten salir del acartonado marxismo de la “ideología” como “superestructura” y valorar la lengua (palabras, idioma, habla), así como la cultura, como visiones del mundo que permiten una hegemonía, al lograr no sólo por la dominación, sino por la fascinación y el prestigio, la aceptación activa de quien asume lo hegemónico. En la filosofía de la praxis, las palabras, las ideas, producen poder, hegemonía.

Pensemos por ejemplo en el prestigio de lo español o lo francés durante el virreinato o el porfiriato, así como la fascinación y el prestigio de lo estadunidense y la lengua inglesa en el actual periodo industrial, capitalista, hegemonizado por los Estados Unidos. Los pueblos árabes pueden odiar sinceramente a Estados Unidos y su bandera, pero permiten a sus niñas y niños jugar con barbies o con muñecos de Supermán, Batman o la Mujer Maravilla, que parecen inocentes juguetes pero portan el prestigio del “american way of life”.

Sin embargo, la hegemonía no es unilateral, no solamente domina verticalmente de arriba a abajo, sino que las “clases subalternas” aportan elementos que modifican a la lengua y cultura hegemónica: por ejemplo, los nahuatlismos y otras palabras originarias de las lenguas o idiomas de los pueblos nativos americanos en el castellano. O la influencia de la música y la cultura de La India en el grupo originario de la ex metrópoli, Gran Bretaña, The Beatles.

Asimismo, incluso en la dominación sobre lenguas de pueblos conquistados o colonizados puede haber políticas que impongan el sentido de ciertas palabras con fines de dar o restar legitimidad a una idea.

Un ejemplo que aporta Carlos Montemayor es la voz caribe “cacique”, de la cual explica: “Para evitar el uso de Señor o Señores de los pueblos y salvaguardar el sentido de la palabra señor como solamente privativo de la jerarquía de la Corona, la Iglesia, o la religión cristiana, se impuso el nuevo término como resultado no de la vitalidad de la voz sino como política de lenguaje. Esta “distorsión” semántica, esta obligación de incluir una voz indígena por encima de otras, no tuvo origen o motivación “lingüística” propiamente dicha, sino política: mantener como un tipo marginal o inferior de autoridad a los “señores” de los pueblos indígenas, sentido que hasta la fecha tiene la voz [“cacique”] como autoridad ilegítima o de facto, fuera del orden constitucional de las modernas repúblicas.” (“El náhuatl en el español de México, Fundamento métodos y criterio del presente diccionario”, en Montemayor (coord.), Diccionario del náhuatl en el español de México.)

De manera que el conflicto por la hegemonía, siempre en disputa, pasa por toda la cultura, en el más amplio sentido de la palabra, y especialmente por la lengua, el habla, el idioma, palabra por palabra. Nombrar es poder. Como pensaba Ernesto Cardenal, se puede asumir la poesía como el deber de desmentir a las agencias internacionales (imperiales) de prensa. Así como importa definir “cacique” o “señor”, importa definir la belleza, el terrorismo, la paz, la guerra, la autonomía, el derecho, el arte e incluso los nombres de personas, lugares, enseres, plantas y animales, porque están en lucha cosmovisiones enteras.

Que la hegemonía no es un poder cómodamente instalado y sin rivales sino un campo en perenne disputa lo explica muy bien Rhina Roux (“Subalternidad y hegemonía, Gramsci y el proceso estatal”): “Lo que aquí se propone es comprender la hegemonía, usualmente entendida como sinónimo de “ideología dominante” o de “consenso”, en términos menos esencialistas y más procesuales y dinámicos: como un vocablo que permitió a Gramsci conceptualizar el conflictivo proceso político y cultural de conformación de una relación estatal, así como su disputada y frágil reproducción en las prácticas cotidianas, el lenguaje y las mentalidades.”

En las prácticas cotidianas, como dice Slavoj Zizek, sin necesidad de “creer” en una ideología, por ejemplo, la del dinero, basta que lo usemos todos los días “como si creyéramos” y la ideología prevalece. El lenguaje y las mentalidades: basta que nos avergoncemos de las lenguas indígenas o de los “usos y costumbres” (es decir, normatividades, moral, cultura) indígenas para que vayamos sucumbiendo a la fascinación y el prestigio de lo que tiene origen español, francés, inglés, estadunidense, etcétera, por encima de lo nahua, lo maya o lo quechua. Así podemos ir introyectando la “inferioridad” de nuestro color de piel, vestimenta, modo de construir viviendas o de pensar, o bien, recuperar el orgullo de ser, como la comunidad afroamericana (Black is Beautiful) o la chicana (Brown is Beautiful), o la hoy combatiente comunidad otomí en la Ciudad de México.

Pero también está la resistencia soterrada, camuflada, vestida de eclecticismo, sincretismo, aunque sea vista desde arriba como mero folklor. Palabras, metáforas, símbolos, representaciones, imágenes, ideas, giros idiomáticos, bordados, canciones, refranes, adivinanzas, rezos, saberes, leyendas, mitos… cada construcción cultural y lingüística puede tener su peso en la disputa por la hegemonía, desde los casos obvios de cómo se cuenta la historia patria o historia nacional y cómo se enseña la lengua materna o lengua patria hasta las más sutiles distinciones literarias, científicas, filosóficas o teológicas: disputamos cómo es el mundo, cómo lo nombramos, cómo lo conocemos, el lugar y el destino que tenemos en él.

Aceptamos la hegemonía actual, pero también aportamos elementos para una nueva correlación de fuerzas, para una posible futura hegemonía que ya no sea de ellos sobre nosotros, sino, ¿por qué no?, de un nosotros libre.

Una disputa central por la hegemonía hoy es si prevalecerá una cultura de vida, de biofilia, o una cultura de muerte, el necropoder, la necrofilia, el dinero, las armas y la guerra. Negar la legitimidad de la violencia homicida y llamar a los genocidios por su nombre es parte de esa lucha por palabras e imaginarios que significan vida o muerte: futuro o fin y cancelación del futuro.

Fuente de la información e imagen:  https://zapateando.wordpress.com

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