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Ludopedagogía. Una episte-metodología para alargar los horizontes

Por: Ariel Castelo Scelza, Seminario UCSC

Tres ejes de la exposición:

  1. – En transversal: mi práctica se llama Ludopedagogía
  2. – En esta coyuntura: mi experiencia fue la de alcanzar a

Alicia …

  1. – En prospectiva: mi sueño es alargar los horizontes

1 – En transversal: mi práctica se llama Ludopedagogía

Cada juego es una maquinita mágica en que está encerrada la vida, un pequeño mecanismo, un microcosmos. O mejor una microvida, una maqueta viva, un paradigma. (…) Y también en su condición de refugio (…) El otro lado del juego es la zona conjurada, relativamente segura del orden del mundo. 1

El juego auténtico siempre tiene un costado ciego. Una zona desconocida y de incertidumbre respecto de sus resultados. Es una de sus más grandes virtudes. 2

En transversal, me refiero a un extenso trayecto de vida que trasciende la circunstancia especial de esta pandemia de la Covid 19 por la que está atravesando el mundo entero.

Son aprendizajes de largo aliento, en los que nada es improvisado para el momento, sino que, por el contrario, todo ha sido experimentado en la acción práctica de jugar con la intencionalidad tanto profesional como política, tanto individual como colectiva, durante más de cuatro décadas.

El término seminario, con el que se nombra esta instancia de intercambio, ajusta a la perfección con mi intencionalidad última al compartir estas ideas y experiencias profesionales que no es otra que la de “seminar” o sembrar la seme -palabra que proviene del latín y significa semilla- del “deseo de jugar”.

Aun cuando imagino que lo más probable es que este deseo está germinando, acaso floreciendo o tal vez dando ya frutos desde tiempo atrás, dentro de cada una y cada uno.

Confieso que siempre tuve un particular placer en inventar palabras, un juego que seguramente tantas y tantos de uds. también hayan jugado.

Un juego que puede llevar un nombre tan sofisticado técnicamente como el de neologismos.

Para encuadrar esta breve exposición voy a explicitar el sentido que le doy a estos dos neologismos que aparecen en el título de la misma, Ludopedagogía y Episte-metodología.

Ludopedagogía: 3

Desde el año 2005 y con el objetivo de nombrar de manera diferencial el tipo de propuesta que veníamos investigando sobre el juego desde hacía más de quince años en Uruguay, conecté estas dos dimensiones específicas del saber y el hacer humano.

En primer término, la Lúdica, una zona, un territorio, una parte del fenómeno humano de ser, sentir y hacer, donde es posible construir entre la realidad y la no-realidad. Un espacio-tiempo donde hay lugar para que lo imposible se haga posible. Ciertamente una zona de transición desde la que poder mirar y re-inventar la realidad dándole otros sentidos y significados. Un terreno de juego.

En segundo lugar, la Pedagogía, como el campo de saber que tiene como objeto principal el conocimiento, su práctica y su enseñanza. En esta propuesta la intencionalidad es la de conocer las condiciones objetivas y subjetivas de la realidad, considerando como actor clave al sujeto que conoce, tanto al sujeto individual como al sujeto colectivo, en el inter-juego de aprehender para transformar.

Episte-metodología:

También la Epistemología se refiere al campo del conocimiento, pero entiendo que en un sentido más profundo respecto de comprender cuál es el modo en el que se produce el fenómeno del conocimiento.

Desde el año 2014, en oportunidad de haber participado como invitado en el Congreso llamado “Epistemologías del Sur” organizado por el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra en Portugal, dirigido por el sociólogo Boaventura de Sousa Santos, tomé la decisión de conceptualizar la Ludopedagogía como una “epistemetodología” queriendo expresar con ello un modo, una manera particular, un trayecto, claramente definidos por la secuenciación y los recursos didácticos elegidos para recorrerlo y, por proponer un qué y un cómo conocer.

Conocer para transformar, jugar para conocer. 4

La proposición es la de conocer la realidad a fondo y desde todos los ángulos que nos sea posible, comprenderla para así poder transformarla.

La Ludopedagogía es un proyecto político en tanto se propone incidir y transformar las condiciones de existencia de las personas, con la intención de mejorar su calidad de vida y conectar con el profundo sentido que posee la expresión originaria del buen vivir.

Jugar, es la manera de conocer esa realidad que propone la Ludopedagogía.

A continuación, y para ampliar estos conceptos comparto la transcripción de un fragmento de la LudoConferencia: El juego de los espejos presentada en el Coloquio Internacional Epistemologías del Sur, en Portugal el año 2014

… Proponemos una epistemetodología. De este modo quiero llamar a la aventura de alcanzar el conocimiento, y me refiero al conocimiento de la realidad, a través de una ruta peculiar y conmovedora con la que llegar a un puerto todavía desconocido. Es una manera de hacer el viaje que nos cambia el viaje, y por ello nos modifica también el destino, el lugar de arribo. Proponemos el juego como una metáfora del conocimiento de la realidad y osadamente, además, como una forma de intervenir en esa realidad para transformarla emancipatoriamente…

La Ludopedagogía es el modo que hemos creado y desarrollado para conocer la realidad de forma más íntegra, porque las acciones que ella provoca nos invitan a movernos del lugar común, cómodo y fácil de seguridad en el que usualmente elegimos pararnos

… La Ludopedagogía es el modo que hemos creado y desarrollado para conocer la realidad de forma más íntegra, porque las acciones que ella provoca nos invitan a movernos del lugar común, cómodo y fácil de seguridad en el que usualmente elegimos pararnos; desde otro ángulo tenemos otra perspectiva, vemos cosas que hasta ese preciso instante no habíamos detectado, no estaban en nuestro campo de percepción, y sin embargo ahora completan la imagen con fragmentos nuevos que componen un todo distinto. Re-descubrimos y reinventamos el conocimiento de la realidad.

RE-DESCUBRIMOS Y REINVENTAMOS EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD

El juego es una actividad libremente elegida, que otorga el permiso de transgredir normas de vida internas y externas; es un satisfactor sinérgico de necesidades humanas, que abarca la dimensión individual y colectiva y tiene incidencia en el ámbito social, cultural y político. (Memorias de la Parca – Libro/memoria del Ir Bienal Internacional del juego 1994 – Centro La Mancha)

La maravillosa virtud de este fenómeno es que nos permite vivenciar esta transgresión con placer, con alegría, con disfrute, con risa y con humor, con la afectividad a flor de piel y la piel dispuesta, con la cabeza abierta a la imaginación y la fantasía; con el cuerpo abierto a la comunicación y la expresión; con la razón atenta pero serena dejándole paso a la emoción y a la intuición.

Nos permite conocer a través, de y con, todas estas capacidades puestas al servicio de un sentido emancipatorio y humanizador de uno mismo, del otro y de lo otro.

Este modo de conocimiento se parece mucho más a la sabiduría. Conocemos con la razón, sabemos con el corazón.

CONOCEMOS CON LA RAZÓN, SABEMOS CON EL CORAZÓN

La acción de jugar puede ser una práctica para emanciparnos, ¿del poder que ostenta el modelo de cultura asentado en una estructura de la razón y que nos aleja de la aventura de la incertidumbre? ¿De un sistema educativo que parcela los saberes y que privilegia lo viso-auditivo como forma de conocer por encima de otros sentidos y otros saberes que nuestro cerebro percibe al margen de aquellos? ¿Del formato social que simplifica y reduce la comunicación humana al lenguaje hablado y la lecto-escritura y no explora ni potencia “otras lenguas” y otras sensibilidades y poéticas? ¿De la cultura del silencio y la dominación a través del lenguaje? ¿De las formas del conocimiento reguladoras y al servicio del paradigma dominante que asesinan otras formas alternativas de conocer? (Una epistemología del SUR – Boaventura de Sousa Santos)

Del juego lo que más nos interesa verdaderamente no es lo que hay que hacer para jugar sino lo que la acción de jugar hace suceder; son esos aconteceres los que provocan los sentires y los movimientos en las y los jugantes; son esas las cosas que se constituyen en valor, valor de lo acontecido, valor de vida puesta en juego.

Hablamos de otra forma del conocimiento de la realidad y en la cual concomitantemente, mientras alguien conoce de esta manera y con este vehículo peculiar que es el juego, se transforma a sí mismo y transforma su realidad circundante…

Me gusta hablar en “verbos”, me remiten al hacer, a la acción, a las prácticas. Por ello quiero cerrar cada uno de estos tres ejes elegidos para compartir estas ideas con un verbo que resume y sintetiza la esencialidad en cada uno de ellos. Para el primero, planteado como transversal, elijo el verbo jugar.

Existe un modo de jugar que puede ser funcional a diversidad de disciplinas y existe otra forma de jugar que siempre es esencial a la existencia humana.

2 – En esta coyuntura: mi experiencia fue la de alcanzar a Alicia…

De modo que ella sentada con los ojos cerrados, casi creía en el País de las Maravillas. aunque sabía que solo tenía que abrirlos para que todo se transformara en obtusa realidad.5

Uno de los principales conocimientos logrados a través de mi práctica ludopedagógica en esta particular situación por la que estamos atravesando: la pandemia, la emergencia sanitaria, el colapso económico, las crisis políticas, ha sido sobre el acto de “comprender”

En el mundo del describir y el explicar, -qué es el mundo del conocimiento

(tecnociencia)- estamos acostumbrados a detectar problemas y diseñar soluciones. Es legítimo en el ámbito del conocimiento. Pero no funciona en el ámbito del comprender. Allí no hay problemas, hay transformaciones de las cuales somos parte. 6

A diferencia que en el acto de “entender y explicar” en el acto de “comprender” me siento parte de la circunstancia. Para el caso, la situación de emergencia sanitaria universal y, busco provocar su transformación vinculando para ello, el hacer lúdico y el jugar, mi práctica de siempre, con el aislamiento y la distancia, es decir con la obligación generada por la circunstancia.

La sensación que tengo es la de haber atravesado el espejo, como Alicia lo hizo en su “País de maravillas” para descubrir un universo de posibilidades nuevas, distintas a las conocidas, inimaginadas, al menos por mí.

En este punto quiero compartir con uds. uno de los hallazgos alcanzado en mi práctica lúdica bajo este contexto singular y aggiornada a la contingencia sanitaria que me propuso incursionar en el formato de lo que me gusta llamar “presencialidad a distancia” a diferencia de “virtualidad”.

Creo de valor rescatar que sin lugar a duda es diversa pero igualmente no deja de ser un modo de estar y de ser “presentes”, no es una ficción, es un tiempo compartido sin compartir el espacio físico, no deja de ser tan real, es un tiempo de vida que no tiene “devolución”, es parte de nuestro devenir en caso de tomar la decisión de atravesarlo.

Pude comprender en mi intento obstinado y resiliente de sostener el juego bajo estas circunstancias que también es posible emocionar, tocar la sensibilidad y afectar la piel, humanizarnos a través de una pantalla, jugando.

No hablo de algo que pretende sustituir lo insustituible.

El beso, el abrazo, la caricia y todo lo que solamente existe cuando se encuentran los cuerpos, afortunadamente no tiene otro modo de existir que el de la excitación epidérmica.

Sin embargo, creo que es posible y deseable bajo estos imperativos proponer una estrategia de aproximación, de sostén del deseo, de búsqueda en lo distante que aproxima.

El obstáculo principal no lo ubico en la técnica o la tecnología que se debe utilizar, con sus beneficios y sus adversidades intrínsecas sino en la incapacidad de trascenderla para encontrar el modo de sostener la intencionalidad, el interés y el deseo de lo que verdaderamente importa, de lo que tiene valor y sentido para correr los riesgos según el sentir y el comprender de cada una/o de nosotras/os.

Dar este paso hace poco más de un año atrás, fue un acto de transgresión y subversión que me impuse a mí mismo y a buena parte de mi elegida indoctrinación, de mi comodidad aseguradora y de mis miedos oscuros.

Estas son las razones por las que, para este segundo eje, propuesto como un modo de ubicarse en la situación y el contexto de actualidad, elijo el verbo exorcizarAtravesar el espejo, romper el límite, liberar la oscuridad, arriesgar para cambiar.

3 – En prospectiva: mi sueño es alargar los horizontes

Tengo el propósito de trascender, de aprender y de aprovechar social y políticamente la circunstancia por la que nos hemos visto obligados a atravesar.

A modo de ejemplo mencionaré uno de sus impactos que percibo en clave de valor positivo. El mismo lo refiero a mi práctica específica, pero entiendo que puede tener el mismo sentido para otras tantas prácticas profesionales y humanas libertarias.

Hoy y bajo este formato de “presencialidad virtual y/o a distancia” se abre la posibilidad de llegar, en mi caso con la propuesta de la Ludopedagogía, a personas que pueden estar en sitios alejados y en lugares que físicamente quizá nunca hubiese logrado alcanzar.

No es poca cosa, políticamente hablando, poder “alargar los horizontes”.

Es la oportunidad de ampliar y amplificar los impactos de nuestras ideas, pensamientos y propuestas con la intención de contribuir a humanizar y mejorar el mundo que habitamos. Es el momento de apasionarnos con una transformación en paz y con rebeldía. Es un tiempo también para enamorarnos con alegría, por existir.

Para el último de los tres ejes expuestos mi elección es por el verbo erotizar7

Movilizar la pasión para que nos empuje con caricias hacia la utopía.

Profundamente agradecido a la Universidad Católica de la Santísima Concepción – UCSC de Chile y en particular a la estimada colega Sonia Stevens por esta invitación y, a todas y todos uds. por la escucha.

17.05.2021 en Ciudad de la Costa, Uruguay

Seminario UCSC, Chile – Prof. Ariel Castelo Scelza, Uruguay
eiludopedagogía@gmail.com(link sends e-mail)

IMÁGENES

Gente jugando. Diferentes juegos

1 Graciela Scheines – Juegos inocentes, juegos terribles

2 Ariel Castelo Scelza – Intervención en Video – Construcción de EPyCA, Argentina – 2020

3 Ariel Castelo – Formación en Ludopedagogía. Inscripción de obra en Biblioteca Nacional – 2009

4 Ariel Castelo – Parafraseando a Carlos Nuñez Hurtado, Educar para transformar, transformar para educar, México 1986

5 Lewis Caroll – Alicia en el País de las Maravillas

6 Manfred Max Neef – El acto creativo, Chile 1991

7 Massimo Recalcati – La hora de clase. Por una erotización de la enseñanza 2016

Fuente de la información e imagen:  https://www.topia.com.ar

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La zona gris de la democracia: hacia una política de la impureza

Por: Amador Fernández-Savater / Ernesto García López

La vida-mercado produce un malestar que la ola reaccionaria canaliza para seguir afianzando el mercado. A la sombra de este, la decepción emerge a través de tres tendencias: la derechización, la desafección y la deserción

 Has cerrado la puerta de nuevo

para huir de la oscuridad

pero en tu armario espera la noche.

Gloria Anzaldúa

El hecho fundamental para entender nuestra época, del que tenemos que partir necesariamente para pensar políticamente cualquier cosa, es la coincidencia entre vida y mercado. ¿Qué significa esto?

Muy sencillo: la vida, tal y como se presenta espontáneamente, tal y como se vive cotidianamente, tal y como se percibe y se desea inmediatamente, se experimenta como mercado.

El mercado, en su alianza (o mejor dicho aleación) con la tecnología, aparece hoy como la principal fuerza de configuración de experiencia. Nos movemos en Uber, viajamos con Airbnb, ligamos en Tinder, nos proveemos de alimentos en Mercadona, nos informamos gracias a Google, buscamos entretenimiento en Netflix.

Y cada uno de nosotros reproduce el mercado simplemente viviendo, tomándose a sí mismo como un capital que gestionar: capital humano, capital-imagen, capital-salud, capital-afectos, capital-capacidades, capital erótico, capital-proyectos, capital-contactos.

¿Qué significa políticamente esta adecuación vida-mercado? Que la ideología está en las cosas, está en el aire. Es inherente a la vida misma, al hecho mismo de vivir. La noción de “lucha ideológica” debe redefinirse entonces completamente.

La ideología está en las cosas, está en el aire. Es inherente a la vida misma, al hecho mismo de vivir

No se trata de ideas: la gente de izquierdas se diferencia de la gente de derechas en sus construcciones mentales, pero su vida está bañada en la misma realidad de mercado. Las vidas, como dijo alguien, son hoy todas de derechas.

No se trata de crítica: mientras que la realidad material se ha vuelto mercado, la crítica se ha vuelto puramente ideal. Una opinión sobre el mundo, una preferencia, una valoración subjetiva. Fácilmente descartables por los realistas de mercado como “utopías” o “quimeras” separadas de la realidad.

No se trata de comunicación: la vida-mercado es el medio de comunicación más poderoso. Emite constantemente, desde cualquier lado y a partir de cualquiera de nuestros gestos más nimios. Lo sabe perfectamente la presidenta Ayuso: mientras los demás candidatos bombardeaban nuestros buzones de correos con cartas y programas, ella se limitaba a imprimir la palabra “libertad” sobre su foto en chándal. La realidad misma (cada bar y terraza) era su mejor publicidad.

Las vidas, como dijo alguien, son hoy todas de derechas

Puede argumentarse que la libertad de la vida-mercado es cada vez más cara y no está al alcance de cualquiera. Ciertamente, pero sale gratis desearla y domina hoy el imaginario de las expectativas de vida. Es la promesa de felicidad más fuerte, más pregnante.

Zona gris y políticas de contención 

Esta vida-mercado produce una sombra, un reverso hecho de malestares tanto “objetivos” (precarización y desigualdad) como “subjetivos” (sufrimiento psíquico).

Durante los últimos quince años se ha venido gestando un aumento de las desigualdades y las brechas sociales. Cuerpos y territorios vulnerables mantenidos en el tiempo, rodeados de una creciente incertidumbre: la Gran Recesión, la pandemia, la crisis de precios como resultado de la guerra en Ucrania, las amenazas climáticas…

Los datos son reveladores. España es una fábrica de desigualdad en momentos de dificultad económica, y luego, paradójicamente, durante los periodos de bonanza se muestra incapaz de revertir esa tendencia con la misma intensidad. A ello se une que el fantasmático ascensor social (el denominado por algunos “dique de la meritocracia”), tan típico de los estados del bienestar europeo, hace tiempo que mostró síntomas evidentes de flaqueza.

España es una fábrica de desigualdad en momentos de dificultad económica, y durante los periodos de bonanza se muestra incapaz de revertir esa tendencia

Son muchas las razones que explican en España esta sombra, pero si tuviéramos que sintetizarlo de un modo un tanto grosero, diríamos que la propia estructura productiva del país, un mercado de trabajo poblado de precariedades y bajos salarios, un sistema fiscal poco progresivo y agujereado en términos de tributación de la riqueza, un sistema de protección social anacrónico, un endémico conflicto por la vivienda que asfixia a buena parte de la población arrendataria e hipotecada, así como un recorte generalizado en la educación y la sanidad públicas, han ido cristalizando en ciertos segmentos sociales un sentimiento de eterna vida en crisis. Una “somateca” (que diría Paul B. Preciado) caracterizada por el ahogo existencial continuo. Y como toda experiencia objetiva, tiene su correlato subjetivo en un aumento de los malestares psíquicos. Basta conocer los datos de salud mental para darnos cuenta de la magnitud del problema.

A esta sombra de la vida-mercado podríamos denominarla la zona gris. Una experiencia de mundo repleta de miedo, desconfianza y desasosiego, que va más allá del relato, más allá del efecto hipnótico atribuible a los aparatos ideológicos de los medios de comunicación.

A esta sombra de la vida-mercado podríamos denominarla la zona gris. Una experiencia de mundo repleta de miedo, desconfianza y desasosiego

¿Qué puede la izquierda? En el mejor de los casos, cuando no se limita a gestionar la vida-mercado, la izquierda que trabaja en las instituciones, el gobierno, en la siempre difícil gestión de lo público, busca poner coto a los excesos neoliberales, redistribuir la riqueza y “contener” las infinitas y dolorosas heridas que se abren en el cuerpo social. Contener, es decir, ralentizar los impactos y externalidades más agresivas de la agenda neoliberal mediante el despliegue de políticas públicas de corte neokeynesiano (“bienes pequeños”, lo llama Santiago Alba Rico).

En el entorno de los últimos años esta “contención” ha cobrado forma mediante el denominado “Escudo Social”. Ahí están los ERTEs, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), la subida del SMI, la revalorización de las pensiones, el tope al gas, la lucha contra la pobreza energética, el control de precios de los alquileres, las medidas temporales de carácter fiscal en materia de tributación de la riqueza (como los impuestos a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, la banca y las grandes fortunas), la extensión de ayudas en el consumo y la producción, la defensa de derechos de las mujeres y las personas LGTBQ+, etc.

No es poca cosa, desde luego. A nadie se le escapa que el Estado, en tanto dispositivo de gestión, es una herramienta de primer orden y, precisamente por ello, las derechas se lo pelean con ahínco. Hemos asistido a la movilización del mayor paquete de gasto social desde la consolidación de la democracia. Una “contención” que ha permitido, entre otros méritos, no hacer despeñar por el abismo (como sí ocurriera en 2010-2014) a buena parte de la población española.

A nadie se le escapa que el Estado es una herramienta de primer orden y, por ello las derechas se lo pelean con ahínco

Ni que decir tiene que ante las elecciones del próximo 23J, salvar este “poder de contención” es una obligación ética y cívica, y los que suscriben este artículo no dudarán en apoyar las candidaturas progresistas que así lo hagan.

Pero hay vida más allá del 23J. Necesitamos ampliar la mirada porque el dilema es mucho más profundo. Radica en que la contención no termina de contener, no termina de modificar las estructuras latentes de la desigualdad. No termina de revertir la insatisfacción subjetiva de amplios sectores de la población, sus malestares psíquicos, la extensión del recelo, la guerra del penúltimo contra el último, la sensación de una permanente “vida en precario”.

La contención no termina de reconectar con la política, la democracia y las instituciones, a esas geografías sociales más golpeadas por las crisis (basta echar un vistazo a los datos de participación electoral en los barrios con mayor pobreza para darse cuenta). La contención no es capaz, por sí sola, de retomar la iniciativa en la producción de mundo, hoy en manos de la vida-mercado.

Derechización, desafección y deserción

La izquierda, en tanto que se plantea como mero dique de contención, está por tanto condenada a la decepción, a decepcionar. Es hoy, fundamentalmente, una experiencia de impotencia. Decepciona Tsipras, decepciona Boric, decepciona la Nueva Política en España… La moderación, como gestión del marco autorizado de lo posible, desilusiona y suele caer derrotada electoralmente.

La izquierda, en tanto que se plantea como mero dique de contención, está por tanto condenada a la decepción, a decepcionar

La decepción es la característica principal de la zona gris. Decepción ante la democracia, la política y la izquierda. Decepción ante las retóricas y gesticulaciones que no se traducen en hechos y políticas efectivas. Decepción ante la superioridad moral (frente al sexismo, al racismo o al clasismo) que se revela finalmente como hipocresía de clase media. Decepción ante la falta de audacia o valentía política.

Podemos discernir al menos tres tendencias en esta zona gris de decepción: la derechización, la desafección y la deserción.

la derechización es la decepción elaborada como resentimiento victimista. Es el malestar que busca culpables en la lógica del chivo expiatorio: los trans, los menas, los ecologistas, las feministas, los migrantes, etc.

La promesa de paraíso en la tierra vía consumo de la vida-mercado se agrieta considerablemente desde 2008: crisis económica, pandemia, guerra, emergencia climática. La decepción ante la promesa rota (sostenida tanto por gobiernos de izquierda como de derecha) se convierte en resentimiento y agresividad redirigido contra los “enemigos internos” a los que se culpabiliza de la situación. El malestar se delega en poderes fuertes que prometen la restauración de las ilusiones rotas, la vuelta a la normalidad.

La promesa de paraíso en la tierra vía consumo de la vida-mercado se agrieta considerablemente desde 2008

–la desafección es la decepción elaborada como abstención pasiva. La desafección es el gesto de quien no llega a hacer algo creativo con su malestar, pero tampoco lo entrega a los poderes fuertes que prometen la restauración del orden. Y que simplemente toma distancia: se retira, se ausenta, se desafilia.

Son, por ejemplo, las millones de personas que, elección tras elección, ante todas las llamadas a la participación y la responsabilidad, no votan y muestran así su desimplicación radical de un sistema político-electoral en el que no sienten que se juegue ninguna diferencia significativa para sus vidas. Un verdadero agujero negro en el ideal ciudadano de la democracia del que no se habla casi nunca, más que para denigrarlo.

la deserción es la decepción elaborada como gesto activo. Son todas las formas de habitar creativamente o de politizar los malestares, de convertir la interrupción de la vida-mercado en un grado de mayor autonomía.

El fenómeno de la Gran Dimisión, los movimientos decrecentistas, los nuevos comunalismos, el desenganche (más o menos colectivo, más o menos político) de los deseos y las expectativas que nos mantienen clavados a un sistema que genera ansiedad y precariedad, etc.

La zona gris, en cualquiera de sus tres expresiones, es un objeto volante no identificado para los radares de la izquierda

La zona gris, en cualquiera de sus tres expresiones, es un objeto volante no identificado para los radares de la izquierda. La derechización se juzga moralmente, sin atender a que se trata de un fenómeno de los cuerpos; la desafección se considera como déficit de participación, de responsabilidad o de implicación; y la deserción no se puede leer ni entender en la rejilla de la movilización clásica.

Una política de la impureza

La vida coincide con el mercado. La izquierda se repliega en políticas de contención desde arriba que apenas contienen los efectos más devastadores: precariedad y sufrimiento psíquico. Una zona gris se abre, un reverso de la política, un espacio ambivalente de decepción con respecto a las promesas de la democracia. En ese magma palpitan pulsiones de derechización, de desafección y de deserción.

Se puede juzgar la zona gris simplemente como una amenaza a la democracia, o interpretar que en ella hay indicaciones útiles sobre lo que no funciona, sobre sus límites, sobre sus techos de cristal. A esta segunda opción le llamamos “política de la impureza” y pasa por meter las manos en el barro de la zona gris buscando ahí pistas y fuerzas para la transformación social. Disputar el malestar social.

Una política de la impureza pasaría por el desafío de inventar orientaciones y estrategias más allá de los circuitos cerrados de la contención y la comunicación.

La contención se limita a parchear sin plantear otra lógica, otro hacer, otro horizonte

La contención se limita a parchear sin plantear otra lógica, otro hacer, otro horizonte. Pero la vida-mercado atraviesa finalmente todos los topes y los límites, haciendo saltar todos los parches. La política de la contención ni siquiera es reformista, porque el reformismo en un sentido fuerte es el proyecto de sustituir a lo largo de un tiempo de proceso un sistema por otro, un modelo por otro.

La comunicación se limita a hablar la lengua de la vida-mercado, la seducción y el marketing. La división entre un emisor que propone y un receptor que se “identifica” o “adhiere”, entre los sujetos de la enunciación y los objetos del enunciado. La comunicación no es el campo neutro de batalla, sino el lenguaje mismo del enemigo.

¿Se pueden experimentar otras políticas y otros lenguajes, otros haceres y otros decires? Sin duda no sin meter las manos en el barro impuro de la zona gris, allí donde habita la decepción con respecto a la democracia y la política, en medio de las vidas rotas por la precariedad y el sufrimiento psíquico. No tanto “dirigirse a”, “seducir” o “convencer”, como “impregnarse de”, “dialogar con”, “pensar junto a”, en pie de igualdad.

Estamos metidos en este círculo endemoniado: la vida-mercado produce un malestar que la ola reaccionaria canaliza… ¡para afianzar la misma vida-mercado! Sólo interrogando la zona gris de la democracia podemos hallar pistas para escapar de esta trampa. La salida del infierno está allí donde las llamas son más altas.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Ambiente: El tiempo se acaba en el Reloj Climático

El tiempo se acaba en el Reloj Climático

El reloj climático indica que queda menos de seis años para que el mundo logre objetivos clave en la lucha contra el cambio climático. Estos objetivos son fundamentales para frenar el calentamiento global y proteger nuestro planeta.

En Union Square, en la ciudad de Nueva York, se encuentra un imponente reloj de 62 pies de altura que está a punto de marcar un hito preocupante. Conocido como el Reloj Climático, su función es mostrar visualmente cuánto tiempo le queda al mundo para tomar acciones y evitar que el cambio climático empeore de manera exponencial.

La situación del clima actual es preocupante, como bien sabemos quienes hemos experimentado sus efectos recientemente. A principios de mes, se registró la semana más calurosa en el mundo, según datos preliminares. Además, estamos presenciando olas de calor récord en diversas partes del hemisferio norte. El cambio climático está generando nuevos fenómenos extremos y peligrosos, y esto es solo una de las formas en que se manifiesta.

En la actualidad, el planeta se encuentra 1,1 grados centígrados más cálido que antes de la Revolución Industrial debido a las emisiones de dióxido de carbono generadas por la quema de combustibles fósiles. Este fenómeno está causando un aumento en la intensidad de las olas de calor, los incendios forestales, las tormentas y el nivel del mar. Los líderes mundiales acordaron en el histórico acuerdo de París la importancia de limitar el calentamiento global y evitar que el planeta se caliente aún más. Cada incremento, aunque sea pequeño, conlleva consecuencias cada vez más graves para nuestro entorno.

¿Qué es el Reloj Climático?

El Reloj Climático es una herramienta que nos informa sobre el tiempo que nos queda antes de alcanzar al menos 1,5 grados de calentamiento global debido a las continuas emisiones de CO2. Este umbral es crucial para los objetivos climáticos globales establecidos en el acuerdo de París. Actualmente, el tiempo que nos queda para abordar el cambio climático se está agotando rápidamente. Si las emisiones de CO2 continúan al mismo ritmo durante los próximos cinco años, nos resultará extremadamente difícil limitar el calentamiento global a solo 1,5 grados centígrados.

Los fundadores del Reloj Climático están llevando a cabo eventos en los cinco continentes hoy para generar conciencia sobre el tiempo cada vez más limitado que nos queda. Llaman a este día “Día de la Emergencia Climática”. Desde el año 2020, una de las atracciones en Union Square es una vigilia que se lleva a cabo debajo de un reloj digital gigante.

“El mejor día para haber tomado acción fue ayer. Pero estamos usando datos [climáticos] para crear una línea de tiempo que empodera a los gobiernos y activistas para exigir un cambio”, dice Becca Richie, gerente de la comunidad global de la organización Climate Clock que creció después de que se instalara el reloj insignia en la ciudad de Nueva York. “Es posible promulgar las soluciones que necesitamos en ese período de tiempo y permanecer por debajo de 1,5 grados”.

El reloj se originó como una expresión artística de activismo, diseñado para simbolizar la proximidad de la humanidad a su propia autodestrucción. Este reloj, conocido como el Reloj del Juicio Final, es una metáfora poderosa que busca generar conciencia sobre esta problemática. El Reloj Climático en Union Square originalmente estaba destinado a ser exhibido durante la Semana del Clima de Nueva York en 2020, pero ha sido reemplazado de forma permanente. Este nuevo reloj sustituyó al antiguo reloj de 24 horas que formaba parte de una instalación artística llamada Metronome en 1999.

La cuenta regresiva

El reloj muestra información basada en datos del Instituto de Investigación Mercator sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático (MCC) en Berlín. Aunque no indica una cuenta regresiva precisa, nos alerta sobre la posibilidad de que las temperaturas promedio globales superen los 1,5 grados centígrados. Por otro lado, se están realizando estimaciones para determinar cuánto tiempo falta antes de que los seres humanos generen suficiente contaminación de dióxido de carbono como para desencadenar al menos 1,5 grados Celsius de calentamiento.

Bajo la suposición de que las emisiones globales se mantengan en niveles similares a los registrados en 2019, antes de la pandemia de COVID-19, es importante destacar que se produjo una disminución temporal en la contaminación debido a la desaceleración económica. Lamentablemente, los niveles de contaminación han vuelto a ser los mismos que antes de la pandemia. Incluso el año pasado fue un récord en cuanto a las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Es preocupante ver cómo la crisis sanitaria no ha logrado reducir permanentemente nuestros impactos negativos en el medio ambiente.

El Reloj Climático pone de manifiesto la importancia de cada minuto en la lucha contra el cambio climático. La exhibición en Union Square destaca puntos clave para lograr los objetivos necesarios y limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Una solución efectiva para abordar este desafío es la transición hacia fuentes de energía renovable. El reloj mencionado muestra regularmente el porcentaje de consumo global de energía proveniente de fuentes como la energía eólica y solar, que actualmente representa un poco menos del 14%.

“Se necesita acción ahora. La infraestructura energética y el cambio estructural no es algo que se haga en un par de meses. Es algo que lleva años”, dice Sabine Fuss, quien lidera el grupo de trabajo sobre gestión sostenible de recursos y cambio global en MCC. “Incluso si tiene un poco más de tiempo, todavía significa que debe actuar de inmediato”.

Con información de theverge.com

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/el-tiempo-se-acaba-en-el-reloj-climatico/

 

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Argentina: Consejos para educar en un mundo lleno de pantallas

Consejos para educar en un mundo lleno de pantallas

Realizar actividades alternativas que motiven a los más pequeños o autoevaluar el tiempo que, como adultos, se permanece frente a una pantalla son algunos de los consejos que María José Abad, experta en educación digital, ofrece a las familias y educadores

Las familias deben pensar cómo les gustaría que fuera la relación que sus hijos tienen con las pantallas. Y para ello resulta fundamental que los adultos se formen en temas relacionados con el uso de los dispositivos. Y es que la tecnología y el entorno digital pueden ser una gran oportunidad para educar. María José Abad, experta en educación digital propone en el portal educaciontrespuntocero.com diez claves con las que educar a niños y adolescentes en un mundo repleto de pantallas.

1. Adelantarse. La prevención es la clave del éxito. Visualiza cómo te gustaría que fuera la relación de tus hijos con las pantallas y poné en práctica lo que creas que contribuiría a ello. Por ejemplo: crear ‘un plan digital familiar’ puede ayudar. Estos son los pasos para crearlo:

  • Pensar qué uso hace de las pantallas cada miembro de la familia.
  • Hacer un diagnóstico y poner algunas metas que se puedan compartir en algún lugar visible para todos.

2. Ganar la batalla sin recurrir a la confrontación. En vez de decirles ‘no’, se recomienda crear actividades alternativas y ayudarles a descubrir sus aficiones y talentos. Hay que tomárselo como una carrera de fondo: cambiar los hábitos nunca fue fácil.

3. Las pantallas pueden ser un gran aliado. Lo importante es utilizarlas con una finalidad, delimitar cuándo y para qué usarlas. Por ejemplo: a través de videotutoriales de recetas de cocina, de música…

4. Más que el tiempo de pantalla, pensar qué se está dejando de hacer con los niños. Este planteamiento sirve para diagnosticar si hay un uso equilibrado de las pantallas. También es fundamental que estas no interrumpan las horas de sueño. Algo que puede ayudar este ‘parking de pantallas’ o la asignación de un canasto o caja donde ‘duerman’ los dispositivos.

5. Abrir nuevos horizontes. Los niños del ‘todo ya’ necesitan cultivar su paciencia con actividades que requieran metas en el corto, medio y largo plazo (campeonatos deportivos, tocar un instrumento, leer, etc.). También y de ser posible que los hagan salir de su mundo como tareas de ayuda a los demás adaptadas a su edad, voluntariado…).

6. Una sana autoestima es uno de los mejores regalos que se le puede hacer a los pequeños. Está muy vinculado a la felicidad imperfecta: saber que no siempre se puede tener todo; disfrutar y ser agradecidos, además de que resulta muy útil para huir de las comparaciones.

7. Escribir en un papel qué cosas dejar como ‘herencia’. De qué temas, como adulto, te gustaría hablarles: amor y sexualidad, la importancia de trabajar bien, respeto a los demás, donde recargar las pilas y encontrar la paz en el día a día…

8. Autoevaluación del uso de las pantallas. Las estadísticas de uso de las aplicaciones pueden resultar una pista para saber cuánto tiempo, como adulto, se dedica a las pantallas. Quitarse las notificaciones o intentar que haya tiempos de ‘desintoxicación’ de pantallas en algunos momentos del día o durante el fin de semana son otras opciones de autoevaluación.

9. Predicar con el ejemplo. Es importante identificar a los ‘ladrones de tiempo’. Que no impidan tener conversaciones cara a cara con los niños o con la pareja.

10. Pararse, pensar, pedir ayuda y volver a empezar. Nada hay definitivo en esta vida, así que ¡no desesperes!

 

Fuente:  educaciontrespuntocero.com
Foto: notebookcheck.net

Fuente de la Información: https://aptus.com.ar/consejos-para-educar-en-un-mundo-lleno-de-pantallas/

 

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Mundo: El 42% de los habitantes del planeta no puede permitirse una dieta saludable

El 42% de los habitantes del planeta no puede permitirse una dieta saludable

 Enric Llopis

¿De qué modo recibe Occidente a las personas migrantes y refugiadas que llegan a sus territorios?

En el Reino Unido, el Parlamento aprobó el 18 de julio la ley migratoria promovida por el Gobierno Conservador, que dificulta las peticiones de asilo, facilita las deportaciones y, según ACNUR, “contradice las obligaciones del país en virtud del derecho internacional y de los refugiados”.

Además a finales de junio, la Corte de Apelaciones de Londres declaró ilegales las deportaciones de refugiados desde Reino Unido a Ruanda, por no considerarse un “país seguro”; pueden recordarse precedentes similares como el de Dinamarca, que –en abril de 2022- expulsó a 300 presos migrantes a Kosovo para que cumplieran en este país las penas de cárcel.

También en Gran Bretaña, el 16 de julio, la BBC informó sobre la barcaza flotante denominada Bibby Stockholm para el encierro de solicitantes de asilo, con capacidad para 500 personas; actualmente el buque-prisión para refugiados se halla en la Isla de Portland (sudoeste de Inglaterra); en la barcaza, iniciativa del ejecutivo de Rishi Sunak,estarán recluidas mientras se resuelve la solicitud de protección internacional.

Por otra parte, en Estados Unidos, la CNN publicó el 18 de julio la siguiente información: “Policías de Texas hicieron retroceder a migrantes hacia el río Grande y se les ordenó no darles agua en medio de las altas temperaturas, según un informe. Temperaturas extremas amenazan a quienes cruzan a Estados Unidos por el desierto”.

Tal vez las razones profundas del blindaje en el Norte global se mencione en uno de los últimos balances de Naciones Unidas (12 de julio): 735 millones de personas pasan hambre actualmente en el planeta, 122 millones más que en 2019, antes de la crisis por la COVID (informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo).

El documento de la FAO detalla que, de 2021 a 2022, el hambre continuó aumentando en Asia Occidental, la región del Caribe y todas las subregiones de África. Otro punto destacado por el reporte es el de la inseguridad alimentaria de carácter moderada o grave, que afectaba a cerca del 30% de la población mundial (2.400 millones de personas) en 2022; se da la circunstancia que 900 millones de personas, de la cifra anterior, padecían inseguridad grave.

Asimismo, según la ONU, “la inseguridad alimentaria afecta de forma desproporcionada a las mujeres y a los habitantes de las zonas rurales” (en 2022 afectó –de modo grave o moderado- a más del 30% de los adultos que vivía en estas zonas).

Si se considera el tipo de dieta, más de 3.100 millones de personas –el 42% de los habitantes del planeta- no podían permitirse que ésta fuera “saludable” en 2021 (ello supone un incremento de 134 millones de personas respecto a 2019).

¿Cómo afectó a la infancia de todo el mundo, en 2022, la deficiencia nutricional? 148,1 millones de niños y niñas menores de cinco años sufrían retraso en el crecimiento, mientras que 45 millones padecían de emaciación (desnutrición aguda) y 37 millones de sobrepeso (frente a las dos primeras, más habituales en el mundo rural, el exceso de peso se da –en mayor medida- en las zonas urbanas).

Ante este escenario de hambre y crisis alimentaria, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, señaló otro impedimento el 12 de julio; “la mitad de la humanidad vive en países que se ven obligados a gastar más en los intereses de su deuda que en salud o educación, lo que significa nada menos que un desastre para el desarrollo”, afirmó.

En 2022 la deuda pública mundial alcanzó los 92 billones de dólares (17 billones en 2002), de los que cerca del 30% corresponde a países del Sur. En concreto 52 países, que suponen un 40% del “mundo en desarrollo”, se hallan en “graves problemas” asociados al endeudamiento (los países con “altos niveles” de deuda han pasado de 22 en 2011 a 59 en 2022), según el estudio Un mundo de deuda (ONU, 2023).

Guterres defendió varias medidas de reestructuración como suspensiones de pagos, alargamiento de los plazos en los préstamos o reducción de los tipos de interés; e introdujo el siguiente argumento: la media de los costes de la deuda son cuatro veces más elevados para los países africanos que para Estados Unidos, y ocho veces más altos si se comparan con los países de la UE con mayores recursos.

Ante la información sobre cerca de 800 millones de personas que sufren hambre, la responsable de Seguridad Alimentaria de OXFAM Intermón, Lourdes Benavides, afirmó que -en los últimos años- “la riqueza de los multimillonarios se ha disparado” por razones como la crisis de la COVID y el conflicto en Ucrania; por ejemplo, “las empresas de energía y de alimentos más que duplicaron sus ganancias” en 2022.

En una nota informativa de la ONG, publicada el 12 de julio, Lourdes Benavides radiografía el caso de Somalia: un tercio de la población padece hambre aguda debido –entre otras causas- a la sequía (“sólo en África Oriental –donde está emplazada la república federal somalí, además de Kenia, Etiopía y Sudán del Sur-, más de 8 millones de niños y niñas menores de cinco años sufren desnutrición aguda”).

OXFAM Intermón y ActionAid profundizan, a partir de la lista Forbes Global 2000, en los desequilibrios de la economía mundial: “Durante los dos últimos años (…), 722 de las mayores empresas del mundo obtuvieron conjuntamente más de 1 billón de dólares anuales en beneficios extraordinarios” (nota informativa, 6 julio).

En el análisis de detalle, las ONG señalan que los llamados beneficios caídos del cielo de estas grandes compañías, aquéllos que superaron el 10% de la media de beneficios en los cuatro años anteriores, escalaron hasta los 1,09 billones de dólares (2021) y 1,1 billones (2022).

Si se considera las 45 grandes empresas energéticas mundiales (en 2021 y 2022), alcanzaron de promedio unos beneficios extraordinarios anuales de 237.000 millones de dólares, concluyen OXFAM Intermón y ActionAid.

La cúspide de la pirámide puede personalizarse en listados –como el publicado por el periódico Cinco Días, el 3 de julio- con los datos del Índice de Multimillonarios de Bloomberg; titulado Los más ricos entre los ricos y sus patrimonios, el cuadro está encabezado por Elon Musk (Tesla y Twitter, patrimonio de 233.600 millones de dólares), seguido de Bernard Arnault (Louis Vuitton, 200.300 millones), Jeff Bezos (Amazon, 154.400 millones), Bill Gates (Microsoft, 133.600 millones) y Larry Ellison (Oracle, 132.700 millones).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/el-42-de-los-habitantes-del-planeta-no-puede-permitirse-una-dieta-saludable/

 

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República Dominicana: ¿Será posible una autodestrucción humana?

¿Será posible una autodestrucción humana?

Somos seres inteligentes y la prudencia, cuando se trata de la supervivencia, se impone como un valor universal. El ser humano siempre la recupera y la misma lo lleva a optar siempre por el bien.

Mons Ramón Alfredo de la Cruz Baldera

La humanidad, a lo largo de su historia, ha mostrado una extraña fascinación por su propia capacidad para autodestruirse. Desde los mitos antiguos hasta las predicciones modernas del Apocalipsis, esta preocupación se ha mantenido constante, ahora reflejada en nuestra relación con la tecnología y los cambios radicales en las estructuras sociales.

Imagen creada por IA

Imagen creada por IA

Llevamos en nuestra naturaleza el don y la maldición de la creatividad y el ingenio, que nos han permitido construir civilizaciones asombrosas y al mismo tiempo armas devastadoras.

Hoy, la destrucción de lo humano se cierne sobre nosotros, tanto en términos físicos, como en el plano metafísico y ético.

Desde una perspectiva antropológica cristiana podemos afirmar la posibilidad de una destrucción de la creación que conocemos como “el fin del mundo”, pero la interpretación del texto del libro del Apocalipsis 21, que menciona «un cielo nuevo y una nueva tierra» puede variar dependiendo del enfoque y las teorías antropológicas utilizadas.

Desde el punto de vista de la Antropología Cristiana, donde se puede entender como una promesa divina de la creación de un mundo renovado, libre de sufrimiento y mal.

Representa un estado futuro de perfección y armonía en el que se restablecerá la relación entre Dios y la humanidad. Esta interpretación se basa en la creencia en la redención y la salvación, y su significado antropológico radica en la esperanza de un futuro mejor y la posibilidad de una transformación tanto individual como colectiva.

Pero también no podemos olvidar otra interpretación desde la antropología apocalíptica llena de metáfora o símbolo. En este enfoque, «un cielo nuevo y una nueva tierra» podría entenderse como un llamado a un cambio profundo en las estructuras sociales, políticas y culturales existentes. La «tierra» actual podría representar un sistema social imperfecto y desigual, mientras que el «cielo nuevo» podría simbolizar una visión utópica de una sociedad más justa y equitativa. Desde esta perspectiva, el texto invita a una transformación social y a la búsqueda de un orden social más armonioso.

En el texto ya no se presenta el Dios destructor de Sodoma y Gomorra (Gen. 19, 24-25), sino más bien el Dios que deja una espacio para la restauración de un nuevo orden relacional entre El y los hombres (Gen. 19, 29). Lo mismo sucede con el caso de la destrucción de Ninive, Dios se arrepiente y le da una nueva oportunidad (Jon. 3, 10)

En conclusión a Dios no se le podrá acusar de la destrucción del mundo y por lo tanto si habrá que buscar un autor ya es conocido: nosotros mismos, el ser humano.

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche una vez afirmó: «El hombre es algo que debe ser superado», sugiriendo que, en su evolución, la humanidad podría estar sembrando las semillas de su propia destrucción. Esta visión se relaciona con una lectura posible del Apocalipsis bíblico, que ve a la humanidad reemplazada por una nueva realidad, un cielo nuevo y una tierra nueva.

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Frederick Nietzsche.

La humanidad es única en su habilidad para cambiar deliberadamente su entorno y a sí misma. Esta habilidad nos ha permitido prosperar y adaptarnos a una amplia variedad de entornos, pero también ha dado lugar a la creación de armas de destrucción masiva y a prácticas ambientales insostenibles que amenazan nuestra propia existencia

Es cierto que la proliferación de armas de destrucción masiva, la insostenibilidad ambiental y la creciente desigualdad social representan amenazas tangibles para nuestra supervivencia. Sin embargo, es en el terreno de lo intangible, en el que la naturaleza humana se ve amenazada por tendencias que parecen despojarnos de nuestra esencia.

Hoy, en la era digital, nos encontramos en un punto de inflexión en el que la humanidad está siendo replanteada y redefinida. Las fronteras entre lo humano y lo artificial se están desdibujando a un ritmo vertiginoso gracias a los avances en inteligencia artificial y robótica.

Se espera que, en las próximas décadas, los robots inteligentes y las inteligencias artificiales se conviertan en una parte cada vez más integral de nuestras vidas. Pero, ¿qué implica esto para nuestra humanidad? ¿Podemos coexistir con estas nuevas formas de vida inteligente sin perder lo que nos hace humanos?

Por otro lado, debemos prestar atención a cómo las luchas por la igualdad y la inclusión están siendo utilizadas para cuestionar y desmantelar las estructuras sociales y familiares que han sostenido a la humanidad durante milenios. El ritmo de cambio en nuestra sociedad está acelerándose, lo que plantea nuevas preguntas sobre la estabilidad y sostenibilidad de nuestras estructuras sociales. El aumento en la aceptación de las comunidades LGTBIQ y el crecimiento de un feminismo radical, aunque para muchos son signos positivos de una sociedad más inclusiva y justa, también plantean desafíos a las estructuras tradicionales que han sostenido la sociedad humana durante milenios.

La caída de la tasa de natalidad y los cambios en las estructuras familiares, aunque son reflejo de nuestra creciente autonomía y capacidad para controlar nuestras propias vidas, también pueden ser vistas como signos de una transformación profunda en lo que significa ser humano.

Si estas tendencias continúan, podemos imaginar un futuro en el que las máquinas inteligentes se hacen cada vez más prominentes en nuestras vidas, y la humanidad como la conocemos pasa a ser un mero recuerdo, un eslabón perdido en la evolución de la vida en la Tierra.

Es crucial entender que la diversidad y la pluralidad son esenciales para la supervivencia y la evolución de la especie humana. Sin embargo, si los avances en estos ámbitos se utilizan para minar y desvalorizar la maternidad, la paternidad y la familia, podríamos estar arriesgando nuestra supervivencia a largo plazo.

La destrucción de lo humano no tiene que ser un destino inevitable, ni mucho menos deberíamos encerrarnos en un fatalismo futurista. No debemos olvidar que somos los creadores de nuestra propia historia. Si bien es cierto que la tecnología, las ideologías y las políticas pueden desafiar nuestra humanidad, también tienen el potencial de enriquecerla y preservarla. Somos seres inteligentes y la prudencia, cuando se trata de la supervivencia, se impone como un valor universal. El ser humano siempre la recupera y la misma lo lleva a optar siempre por el bien.

La clave está en nuestra capacidad para reflexionar críticamente sobre estas cuestiones, para mantener un diálogo abierto y respetuoso, y para tomar decisiones que estén informadas tanto por nuestra inteligencia como por nuestra empatía y nuestra ética. En última instancia, la supervivencia de la humanidad depende de nuestra capacidad para equilibrar la innovación con la preservación de lo que nos hace únicamente humanos.

Fuente de la Información: https://acento.com.do/opinion/sera-posible-una-autodestruccion-humana-9227009.html

 

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