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Día de la Maestra y Maestro peruano

 

 

Escribo este artículo para celebrar el Día del Maestro peruano cada 6 de julio. Más allá de analizar sus limitaciones, me limitaré a reconocer su valiosa labor que desempeñan en la sociedad y su impacto positivo en nuestras vidas y en el futuro de nuestra nación. Me complace celebrar su dedicación, pasión y compromiso con la educación, así como la de moldear nuestras personalidades. Su papel rebasa la difusión de conocimientos, ya que son responsables de salvar vidas, inspirándonos a ser mejores ciudadanos.

Según los expertos, los educadores son guías, mentores y auténticos agentes de transformación. Se trata de aquellos que nos brindan la oportunidad de identificar nuestras inquietudes, desafiar nuestros límites y erigir nuestro potencial. Nos impulsan a reflexionar con gran eficacia y a perseguir nuestros anhelos, con perseverancia y disciplina en el sendero de la búsqueda de nuestra realización personal.

En este contexto, es posible aseverar que los educadores son los arquitectos del futuro del Perú, puesto que, en las aulas, moldean los fundamentos de la sociedad, enriqueciendo las mentes y corazones de los jóvenes, brindándoles herramientas necesarias para transformar su contexto y su realidad, y así lograr una vida exitosa, en un mundo que exige una cuota de esfuerzo, para construir una sociedad con grandes expectativas.

Tenemos presente que, en cada objetivo y meta alcanzados, se encuentra un maestro que creyó en nosotros cuando no poseíamos la capacidad de creer en nosotros mismos. No solo nos proporcionan habilidades cognitivas, sino también nos proporcionan lecciones de vida, valores éticos y empoderan con su presencia la vida de los estudiantes.

Asimismo, deseo recordarles que cada lección establecida, cada consejo y cada sonrisa regalada otorgan una experiencia ineludible en nuestras existencias. Lo que se trata es resaltar y estimar su valiosa dedicación y compromiso. Los maestros son capaces de reconocer el potencial particular de cada estudiante y potenciar su confianza y autoestima. Los educadores son el respaldo y la voz de aliento que pueden expresar una transformación significativa en la existencia de un estudiante en situaciones de dificultad.

También, observamos que los educadores han convertido en una tarea fundamental de su labor detectar signos de angustia emocional, estrés o problemas de salud mental en los estudiantes. Al identificar estas señales y brindar asistencia oportuna, los educadores intensifican el enfoque visionario de los estudiantes, que constituye una herramienta crucial para lograr una vida con mayores opciones de desarrollo.

Porque nunca perdiste la fe en despertarte cada mañana, para ir con tanto entusiasmo y alegría a la escuela y, hacer de los estudiantes, personas más felices y mejores. Por esto y por todo lo que haces y harás, te envío muchos ¡Abrazos pedagógicos, maestras y docentes!, quienes, gracias a ustedes, he redactado este artículo.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Sobre timing pedagógico para la evaluación formativa

POR: ÁNGEL DÍAZ-BARRIGA

La evaluación formativa es una acción del estudiante como sujeto de formación, no un documento que entrega y formula el docente.

Varios docentes me han preguntado cuáles son los fundamentos y como se puede determinar el timing pedagógico en las acciones de evaluación formativa. Es importante insistir en que esto significa que la evaluación formativa en esta sección, pues puede hacer otra después de la revisión de exámenes o de trabajos de los estudiantes en donde se dé oportunidad para que ellos analicen cuáles fueron las respuestas o la información que dieron, qué faltó en ellas, donde esta el punto de mejora que pueden realizar. Partiendo siempre de la idea que si el estudiante como sujeto de formación y aprendizaje no se involucra en el análisis de lo que realiza, sencillamente no se puede apropiar de los significados que pueden tener las actividades realizadas, Aprender del error, pero sin hacer énfasis en el error sino analizando las razones por las cuáles se cometió.

Pero el Timing pedagógico para abrir un espacio para la evaluación formativa esta dado por la misma acción pedagógica, por las mismas actividades que se realizan dentro del salón de clase o que se traen como resultado de una tarea específica. Con relación a las actividades que se realizan en el salón de clases partimos del principio didáctico que la docencia es un espacio de múltiples interacciones. El principio de interacción didáctica es fundamental en esta perspectiva.

Docentes y estudiantes interactúan entre sí, interactúan con una tarea o una meta de aprendizaje, interactúan con un docente y también interactúan con información. En esta interacción se pueden producir diversos fenómenos: mostrar interés por la tarea, confusión, incertidumbre, desinterés, realizarla en forma superficial.

Todos los docentes percibimos esta forma de actuar de nuestros estudiantes en el proceso de actividades que se realizan desde el proyecto de formación y aprendizaje del que partimos. O dicho en otras palabras en las actividades que están realizando los alumnos. En algún momento “crucial”, “especial” o “significativo”, el docente puede interrumpir la actividad que se está realizando y proponer que los estudiantes en grupo o en pequeños grupos analicen las razones por las que muestran alguno de estos comportamientos (confusión, incertidumbre, desinterés, trabajo superficial). Lo que significa que el docente abra un espacio de análisis y reflexión con el grupo de estudiantes en un “aquí y ahora”, promoviendo que sean ellos y no el docente el que encuentre las razones del comportamiento que están asumiendo y sobre todo que ofrezcan sugerencias para realizar el trabajo. Estas sugerencias pueden referirse a aclaraciones o formas de trabajo que el docente puede proponer, hasta la manera como pueden responsabilizarse de su aprendizaje. Esta reflexión es la evaluación formativa, el docente no la planifica, sino que está atento al “momento didáctico” en que el espacio de evaluación formativa se puede abrir.

Asumiendo el principio de que si el alumno, como sujeto de aprendizaje, no se asume como responsable de la evaluación formativa sencillamente está no se realiza. Lo que he llamado timing para realizar la evaluación formativa, parte del principio didáctico de las múltiples interacciones que se realizan en el trabajo escolar y de la formación docente para detectarlas y desde una perspectiva grupal devolver al grupo el problema observado para que ellos sean los que lo analicen, lo expliquen y ofrezcan algunas acciones de solución.

El otro momento de la evaluación formativa es el que se puede llevar a cabo una vez que se ha calificado algún entregable (examen, trabajo, tarea) en donde el docente considere importante que los estudiantes analicen las razones por las que entregaron esa información, lo que no alcanzaron a integrar y lo que pueden hacer frente a ello.

La evaluación formativa es una acción del estudiante como sujeto de formación, no un documento que entrega y formula el docente.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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¿Cuál es el destino de nuestras Democracias?

Por: Miguel Andrés Brenner

Facultad de Filosofía y Letras, UBA

2023

 A MODO DE INICIO

En los últimos años ha habido un notable aumento de los movimientos políticos de derecha en varias partes del mundo. Obvio, el crecimiento de las derechas políticas puede diferir según el país y el contexto específico. Es por ello que en este trabajo presentaré algunas tendencias generales y posibles explicaciones. Algunas pueden girar por las siguientes:

Quienes hayan experimentado una sensación de desplazamiento económico y cultural, pueden haber sido condicionados a un aumento en el apoyo a los movimientos de derecha. También, quienes pueden sentirse perjudicados por la falta de oportunidades económicas, la precariedad laboral y la creciente brecha entre ricos y pobres. El desplazamiento de seres humanos que brindan la sensación de la pérdida de identidad e integridad. El desencanto con los partidos políticos establecidos y la percepción de corrupción y falta de representación que han llevado a una mayor polarización política en muchos países. El uso de plataformas de redes sociales y la concomitante difusión de noticias falsas.

Éste es un brevísimo e incompleto panorama en el que desarrollaré mi exposición, pero ante todo como docente.

PROBLEMA

Nos hallamos mundialmente inmersos en zonas de vulnerabilidad dentro de la incertidumbre provocada por la crisis global, en principio de base financiera. Desde aquí, también fuertemente climática, social, alimentaria, crisis de inmigración y de refugiados, crisis de las identidades, crisis de salud global, crisis producto de la pobreza, crisis de seguridad social e individual, crisis de seguridad cibernética, crisis energética y del agua, crisis de inseguridad bioquímica/nuclear, crisis de inseguridad  nuclear ante el conflicto OTAN-Rusia en el que Ucrania se encuentra entrampada, crisis educativa global, crisis en la “creencia” de los partidos políticos en quienes se sostiene la democracia liberal. De ahí que en los discursos de nuestro presente sea lugar común un término tal como “tejido social”, provocativo y seductor, aunque indicativo de las condiciones de fragilidad de nuestras existencias como pueblo.

Más aún, en los discursos mediáticos hasta se niega la categoría de pueblo, al denominarse a las multitudes que festejan el triunfo en el campeonato mundial de fútbol con la metáfora “marea humana”, como “multitud, masa de gente que invade un lugar” (Real Academia Española). El mismo pueblo sería invasor del espacio público, al que solo sería una “comunidad imaginada”[1], pero nada más que imaginada. Hasta, en el lenguaje popular y cotidiano ni se habla de ciudadano, por cuanto el ciudadano depende de los derechos jurídicos, y éstos ingresaron en una crisis jurídico global en la que no nos sentimos amparados, y el desamparo hace a la inseguridad de cada uno de nosotros.

ENTRE CERTEZAS E INCERTEZAS.

Mientras tanto, en el mundo los mercados financieros se pretenden certezas, aunque sean aquellos quienes establecen las condiciones para la incertidumbre. Por ende, en condiciones de inseguridad, en todo sentido, se establece la fragilidad social. Y desde la perspectiva, no ya de alguna comunidad, sino cada individuo, hasta cada uno, solo, debiera ser su propio policía o custodio, lo que se manifiesta en la expresión aparentemente muy afectuosa del “cuidate” o del “be careful”, pero que manifiesta la presente inseguridad global. Y así, aparece un nuevo sujeto social, la “gente”, la gente como uno y no como otros, pues esos otros serían materia de exclusión social, y si fuera posible, fuera de nuestra mirada; o bien de “vecino”, poque hay quienes estando en el mismo espacio no lo sería.

GRIETA EPISTEMOLÓGICA

En ese fenómeno complejo, nuestra época es la de las Fake News[2] (noticias falsas). Sin embargo, en la praxis del aula de nuestras escuelas se continúan enseñando “verdades”, como si la época de la “posverdad” no existiera, como si la “opresión de los algoritmos” a partir de la inteligencia artificial fuese ausente. Es que sus patrones de conducta predeterminados son orientados considerando la colonialidad del poder, del saber, cuya discriminación étnica, social, racial, feminista, constituyen una especie de “leitmotiv”[3], donde la identidad de los pueblos ya no cabría (y menos las crisis de identidades donde las hubiere), pues aquella es reemplazada por la categoría “perfil” con un sentido manipulador. La noción de perfil permite al algoritmo, a los programadores y analistas, sustituir al sujeto real con el registro de la actividad online del sujeto, o de gubernamentalidad algorítmica, donde se pretende redefinir la experiencia social a partir del acopio y modelado de datos de los usuarios. Cuando ponemos un “me gusta” a publicaciones de otros en Redes Sociales/Digitales o escribimos en las publicaciones de otros en dichas Redes -viendo y compartiendo videos, memes, flyers-, cuando usamos aplicaciones al modo Tik Tok, cuando en alguna plataforma virtual fruncimos el ceño, etc, tengamos en cuenta que cada una de estas interacciones están siendo grabadas y monitoreadas en tiempo real. A ello hay que considerar el geolocalizador de movimiento desde el que hasta nuestros mínimos pasos son detectados.

Tan grave es la situación que me animo a mencionar una ruptura particular, una “grieta epistemológica”. Pareciera ya no interesar la verdad. La grieta se sustentaría en el “giro emocional” de base neuronal con su supuesto de universalidad no situada, pues el cerebro[4] y las neuronas serían unos y únicos, en tanto que las emociones señalan al otro con una fuerte carga agresiva, y sus consecuentes políticas de discriminación y de miedo al otro. O sea, la grieta parte de la emoción de odio o rechazo al otro, odio que se genera a partir del debilitamiento de la cohesión social, y el individuo tiende a quedarse solo. Aparece así el fenómeno de la inseguridad. El futuro se torna incierto. El miedo al otro hace que cada uno se encierre en sí mismo, perdiendo el sentido de solidaridad. La existencia vista desde el peligro, al que tanto hacen hincapié los medios sociales de difusión, construye el deseo de represión, es el alimento de las derechas y la ruptura de todo diálogo. El sentido de utopía (el mejor de los mundos posibles) es reemplazado por el de distopía (el peor de los mundos, ya no posibles, sino real).

Sabemos que las Fake News son más virales que otro tipo de comunicaciones, se viralizan más rápido y que las emociones juegan un rol clave. ¿Son mentiras, entonces? No: son frases que no se evalúan por su contenido racional sino por su contenido emocional; es decir: no proponen que algo sea verdadero o falso, sino que expresan una emoción[5].

En cada acto de comunicación ponemos en juego un componente racional e informativo, con otro que es emocional. Las “noticias falsas” se alimentan, sobre todo, de ese segundo componente.

¿Qué son las Fake News? El término tiene variadas aristas y, aunque pensamos que sabemos a qué nos referimos, puede usarse para referirse a fenómenos diferentes. Veamos algunas de ellos. Por un lado, puede referirse a un tipo de noticias que difunden contenidos que describen hechos falsos o engañosos, o una estrategia engañosa  diseñada para distribuir contenido que se sabe que es falso o engañoso. Por otro lado, puede usarse con la finalidad de desacreditar determinado contenido, no porque sea falso sino porque no me gusta o me conviene.

La verdad es que siempre se divulgó información falsa para obtener un beneficio a través de los medios disponibles en una época. La gran diferencia es que en Internet el impacto de este tipo de contenido es mucho mayor.

Las emociones juegan un rol clave en la difusión de estos contenidos. Sin embargo, ¿cualquier emoción? En particular el miedo o el odio, que nos lleva a una lectura sesgada de las Fake News, y las interpretamos según nuestra ideología sin chequear su contenido. Cuando nos invade el miedo o estamos enojados, tenemos una lectura menos crítica de lo que nos llega.

JESÚS CRUCIFICADO, EL PUEBLO CRUCIFICADO

Las Fake News se oponen tanto a la verdad como a la vida. Esto lo entendemos así, como vida que crea vida, criterio de verdad de cualquier tipo de relación o producción humana. Esa verdad se identifica con la fuerza creativa o  רוּחַ  rúaj (hebreo), por lo que se materializa la identidad entre historia, verdad y vida, al decir del Evangelio según San Juan[6]. Un modo de ser es más verdadero cuanto más potencie la vida.

En tal sentido, liberación es liberación de la praxis globalizadora: es vida que crea vida[7]. Aclaremos un poco más.

Generalmente no se diferencia entre emancipación y liberación. Emancipado es el adulto. Emancipar (en latín emancipare) significa libertar de la potestad paterna, de la tutela o de la servidumbre, compuesto de ex ‘fuera’, manus ‘mano’ o ‘potestad’ y capere ‘coger’[8]. En latín adultus quiere decir ‘crecido’. La referencia, entonces, es a la mayoría de edad. Y se es mayor para considerarse a sí mismo como autor de los propios actos. Kant afirma en ¿Qué es la Ilustración?[9] que la salida del hombre de la minoría de edad requiere de la libertad de hacer uso público de la razón, lo que producirá el tránsito hacia la madurez, la emancipación de la humanidad. Uno mismo es culpable de la minoría de edad “debido a la pereza y la cobardía”, y en ello incurre la mayoría de los hombres. Es la razón de los doctos de la Europa[10] moderna y colonialista. Nos dice el filósofo: Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores.” Es la razón europea, blanca, masculina, adulta, docta, colonial, que actualmente nos vende la denominada “posmodernidad” conservadora, que reconocería múltiples racionalidades, diferencias, verdades débiles al decir de Gianni Vattimo, pero sin reconocer la forma del colonialismo del poder a través de la supuestamente incuestionable “única razón” del capitalismo neoliberal globalizado de base financiera, sin perfil ético[11] alguno, y los valores culturales que refuerzan su legitimidad.

Desde aquí podemos preguntarnos si en la actualidad vale la posibilidad de mencionar una “emancipación”.

El término emancipación de la América española[12] o el de emancipación latinoamericana, en última instancia, es ideológico. ¿Por qué? Oculta. ¿Qué? El logro del estado de adultez señala más que nada derechos, liberación necesita ante todo de luchas[13]. La emancipación implica rituales que significan el ingreso a un estado de derecho, ámbito de lo formal. La liberación supone combate, proceso en función de logros a conseguir, cuyo valor se encuentra en la finalidad o meta del accionar, ámbito de la praxis, y es esto último lo que se revela como punto de partida de la interpretación.

Liberación, ¿cómo explicarla en función de una interpretación amplia? Es una noción cara al Evangelio de Jesucristo. Me llama fuertemente la atención cuando aparece la identificación, en Cristo, del hacer historia con la verdad y la vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida, nos dice San Juan[14]. Hay identidad entre verdad y vida. Y la verdad en tanto αλήθεια, descubrir, sacar el velo, poner a la luz, dinámica a la manera de un parto. Vida que potencia la propia vida, vida en comunidad. Es desafío, no dejarnos chupar[15], ser parteros de la historia. Pero, conste que la liberación será posible mientras el deseo de comunidad y la comunidad de deseo potencien múltiples comunidades que, sin perder lo propio, se interrelacionen, en el plexo de las diferencias, incrementando sentido y praxis de vida comunitaria. Mientras la opresión sea global, la lucha por la liberación radica no en “bajadas de línea”, sino en la lucha de los pueblos, porque al decir de Ignacio Ellacuría, “Jesús crucificado” es el “pueblo crucificado” [16].

Pero, cual aguijón que molesta, dejamos abierta una pregunta compleja: ¿nos hallamos hoy ante una fatalidad global? ¿Y cuál es el rol de la educación? ¿Será el rol de la educación el seguir negando, de hecho, esta problemática?  ¿Será el rol de la educación, ante una supuesta indiferencia respecto la posibilidad de la tragedia, dejar subsumir los espíritus en una especie de depresión, en el mejor de los casos con algún tipo de mero placebo?

[1] Anderson, Benedict (1993: 46-47). “Comunidades imaginadas.” México, Editorial del Fondo de Cultura Económica.

[2] También existen los deepfakes. Son videos generados sintéticamente con tecnología basada en inteligencia artificial con el objetivo de crear secuencias falsas pero realistas. Se busca modificar la apariencia física e incluso la voz de las personas y hacerles decir o hacer algo que nunca dijeron o hicieron. Un video ralentizado o editado para sugerir un contenido distinto del original no es un deepfake, sino un video manipulado. https://chequeado.com/el-explicador/que-es-un-deepfake-y-en-que-se-diferencia-de-un-video-manipulado/  (consulta: 8 julio 2023)

[3] Motivo central o asunto que se repite, especialmente en una obra literaria o cinematográfica.

[4] Es usual en ciertos ámbitos escuchar que “el cerebro piensa”, cuando el cerebro no piensa, quien piensa se encuentra atravesado por múltiples variables epocales, histórico temporales, y el mismo pensar no es al modo del “pienso soy” cartesiano, sino que se encuentra dentro de un microcosmos humano, por lo que hasta se dice de un “sentipensar”. La expresión «sentipensar» fue acuñada por la filósofa y feminista española María Lugones. María Lugones es conocida por sus contribuciones en el campo de la filosofía política, la teoría feminista y los estudios poscoloniales. El término «sentipensar» es utilizado por Lugones para describir una forma de conocimiento que integra tanto la razón como las emociones, reconociendo la interconexión entre los aspectos cognitivos y afectivos de la experiencia humana.

[5] La emoción aparece de forma espontánea, sin controlarla. Las emociones son temporales, suceden en respuesta a una situación concreta. Los sentimientos son un proceso de interpretación de estas emociones, por ello, somos completamente conscientes de ello y respondemos a partir de ello. Los sentimientos tienden a tener un grado de mayor permanencia. https://ieeducacion.com/diferencia-entre-emocion-y-sentimiento/#:~:text=La%20emoci%C3%B3n%20aparece%20de%20forma,respuesta%20a%20una%20situaci%C3%B3n%20concreta. (consulta: 2 julio 2023) Precisando, tanto emociones como sentimientos son aspectos de la afectividad, y así como las emociones, por ejemplo de odio, son pasajeras, ese odio como sentimiento, se convierte en permanente.

[6] Jo. 14, 6.

[7] Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Biblioteca Virtual Espartaco. 2001. p 62 https://pensaryhacer.files.wordpress.com/2008/06/manuscritos-filosoficos-y-economicos-1844karl-marx.pdf

[8] Corominas Joan, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, 8ª reimpresión, 3ª edición, Editorial Gredos, Madrid, 1997, p. 226.

[9] Immanuel Kant, ¿Qué es la ilustración? <www.biblioteca.net> (consulta: 2 de abril de 2008)

[10] “Jamás hay que olvidar que la ‘Aufklärung’ es un evento o un conjunto de eventos y de procesos históricos complejos, que se ubican en un cierto momento del desarrollo de las sociedades europeas.” Michel Foucault, ¿Qué es la ilustración? < www.biblioteca.net> (consulta: 2 de abril de 2008) El periódico alemán Berlinische Monatschrift publicó, en noviembre de 1784, el escrito de Kant ¿Was ist Aufklärung? Foucault, con el mismo nombre, hace un análisis del mismo.

[11] Repulsa a los economistas del establishment relacionar ética con economía.

[12] Ministerio de Educación, Gobierno de España, Contenidos de historia de 2º bachillerato

< www.educacion.es > (consulta: 28 de febrero de 2010)

[13] Formulo esta apreciación, aunque se hablare de luchas por la emancipación, pues esta última lograda hace a un estado de derecho, mientras que la liberación es un proceso histórico, nunca acabado, que siempre requiere de nuevos avatares, en distintos tiempos, en diferentes contextos.

[14] Evangelio según San Juan, Jo 14, 6.

[15] Utilizo dicho término en el sentido perverso del terrorismo de Estado, como opuesto a la vida.

[16] Ignacio Ellacuría, junto con otros cinco jesuitas españoles y dos mujeres salvadoreñas, fue asesinado el 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA) en San Salvador, El Salvador. Fueron víctimas de un brutal ataque llevado a cabo por un destacamento del ejército salvadoreño conocido como la Atlacatl, que era una unidad de élite entrenada por los Estados Unidos.

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El gran reset de la educación

Por: JORDI SOLÉ-BLANCH | MARTA VENCESLAO

El capital no descansa, siempre al acecho de nuevos nichos de mercado, ¿cómo dejar de lado un sector globalizado como el de la educación? Vean las inversiones de las grandes multinacionales , que no hacen más que multiplicarse. Startups de reciente creación, diseñadas para colonizar los nuevos “mercados tecnoeducativos” (Saura, Cancela y Parcerisa, 2023), atraen a inversores de capital riesgo dispuestos a obtener grandes beneficios. Mientras tanto, actores privados de todo tipo adquieren un protagonismo inusitado en la tecnológicasformulación de políticas educativas. Empresas que no operan en el sector educativo como área de negocio ofrecen programas formativos y experiencias piloto a fin de construir con sus discursos y acciones una nueva educación. La política educativa intensifica las dinámicas, los actores y las formas de privatización a través de la expansión del capitalismo en su era digital. De hecho, estos nuevos desarrollos de la privatización están avanzando incluso de manera más determinante que el proceso de privatización de la propia oferta educativa.

Sin duda, los objetivos son muy ambiciosos. Está en juego el diseño tecnológico y social del futuro inmediato, la instauración de nuevas formas de vida, la posibilidad de imponer un nuevo orden social. Y un negocio muy suculento. Para ello, el papel de la educación es fundamental. Todas las iniciativas en curso, imparables, pretenden darle la vuelta al sistema educativo, transformarlo de arriba a abajo en todos sus niveles, etapas y ámbitos formativos. Hay que poner en marcha un nuevo modelo pedagógico, o sea, el desarrollo de un programa institucional capaz de ordenar las prácticas escolares (el currículum, el discurso pedagógico, las metodologías, el rol docente, las psicologías del niño, la investigación educativa, etc.) a fin de producir el tipo de personas que requieren la época y los desafíos que se avecinan.

Todo debe cambiar. “La ciudadanía reclama un sistema educativo moderno, más abierto, menos rígido”, dice el preámbulo de la última ley educativa de nuestro país (LOMLOE, BOE, núm. 340, sec. 1, p. 122872). La “ciudadanía reclama”. ¿Hacia dónde hay que dirigir esos cambios? Visiones de “futuros deseables” en función de los avances científicos y tecnológicos de última hora proyectan nuevas formas de gobernanza global y administración burocrática en las que, en realidad, no se espera ningún tipo de deliberación pública y, mucho menos, nuestra participación. Ya se encargan de ello los defensores de la Global Education Industry o Industria Educativa Global (IEG), que funciona hoy a pleno rendimiento. Ellos marcan la agenda política, diagnostican la realidad, definen los problemas, aportan las “evidencias”, movilizan el conocimiento y, sobre todo, proponen el “imaginario sociotécnico” (Jasanoff, 2015) de soluciones que el mercado ya puede proporcionar: plataformas de enseñanza y aprendizaje electrónico, recursos de aprendizaje digitales, dispositivos tecnológicos, softwares y aplicaciones didácticas, servicios de gestión escolar y universitaria, análisis de datos de aprendizaje, servicios de marketing educativo, aplicaciones para la gestión del comportamiento del alumnado, programas de capacitación del profesorado, etc.

La gama de bienes y servicios tecnológicos dirigidos a la educación es innumerable. El cierre escolar que se produjo a escala mundial en el año 2020 a raíz de la crisis generada por la pandemia de la covid-19 les proporcionó la cobertura definitiva. Se recordará muy bien. La educación digital devino la solución de emergencia para garantizar, no sin muchas deficiencias que tanto agravaron las desigualdades educativas, una cierta continuidad escolar y académica. Las estrictas normas de confinamiento decretadas por los diferentes gobiernos impidieron otro tipo de iniciativas. Se impuso el relato de la digitalización como una necesidad inevitable, sin poder plantear soluciones alternativas, otro campo de posibilidades. Doctrina del shock en pleno estado de excepción. Y ahí seguimos, ahora bajo el imaginario programático de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, un conjunto de programas y ayudas cuyo objetivo es impulsar la inversión en áreas clave, como la innovación, la investigación y, por supuesto, la educación, para activar la recuperación económica y la transformación digital y ecológica de la UE tras la crisis de la pandemia. El “Gran Reinicio” del mundo, tal y como defiende el Foro Económico Mundial, “sin intenciones políticas e ideológicas específicas”, pero que funciona como un paradigma e implementa un plan a fin de “construir un futuro más sostenible, resiliente e inclusivo” 1.

Conocemos muy bien la jerga, todo ese conjunto de palabras vacías con las que se define hoy el espacio de realización de lo posible, la captura paradigmática. “El poder es la sujeción de todo contenido posible a un código generativo” (Bifo, 2017: 17). El Great Reset debe empezar, entonces, por la educación. La digitalización (una posibilidad entre otras) se ha convertido en el instrumento más eficaz para llevarlo a cabo. No hay marcha atrás. Ordenadores, pizarras digitales, pantallas interactivas, dispositivos móviles, robótica, pensamiento computacional, hiperaulas, etc., forman parte desde hace tiempo del discurso y el attrezzo escolar. Antes de la pandemia, las plataformas digitales de Google y Microsoft, por poner un ejemplo, estaban siendo ampliamente utilizadas en muchas escuelas, institutos y universidades. Ahora es ya una obligación. ¿Cómo desaprovechar su potencial transformador? Los autores de los últimos informes de la OCDE lo tienen claro. Los expertos y consultores de la UNESCO, decenas de grupos de investigación especializados en e-learning y “transformación digital”, fundaciones privadas dispuestas a “dinamizar el debate educativo” y a “incidir en las políticas educativas” por un “cambio de paradigma”, también. ¿Vamos a desatender sus propuestas, las evidencias que aportan las investigaciones más rigurosas, los informes que dibujan un sistema educativo estancado y cada vez más desigual?

¡Por supuesto que no! Los propósitos son nobles. Las tecnologías forman parte de la cotidianidad, habitamos en la tecnosfera. ¿Cómo vamos a dar la espalda a una realidad plenamente integrada en nuestras vidas? Debemos imaginar, entonces, la educación del futuro. Los (tecno)optimistas dibujan un horizonte luminoso. Lo conocemos bien, porque se distingue muy poco de lo que ya nos ofrece hoy la industria del entretenimiento y del ocio digital. En cierto modo, ésta marca el camino. En ella podemos entrever la base de una educación tecnocrática capaz de extenderse al ritmo de los dispositivos, el software, las plataformas digitales y sus canales de comunicación y distribución: formación a la carta, economía colaborativa, algoritmos predictivos, ubicuidad, personalización, divertimento. ¿Nos hallamos ante el desplazamiento definitivo de la escuela tal y como la hemos conocido hasta ahora?

Es obvio que la escuela se ha visto desbordada por múltiples contextos de aprendizaje. No solo tiene que ver con la consabida certeza de que la enseñanza tiene lugar fuera de sus muros, donde se multiplican las oportunidades formativas, los encuentros, la información, los conocimientos, otras instituciones, nuevos dispositivos, etc., y se diluyen las fronteras entre la enseñanza y el aprendizaje. Lo que de verdad la desborda es el modelo de negocio que es capaz de producir el avance del capitalismo en su era digital; un sistema de enseñanza programada y multimodal dispuesto a cumplir, principalmente, dos objetivos: por un lado, ofrecer experiencias formativas a lo largo de la vida en un contexto en el que las nuevas tecnologías pueden mantenernos siempre ocupados y, por el otro, prometer la adquisición de aprendizajes medibles que avalarán la consecución de competencias profesionales acreditadas por múltiples operadores educativos sometidos al mercado de la libre competencia.

¿Se trata de una operación desescolarizadora o de una propuesta de hiperescolarización sin principio ni final? ¡Qué más da! La red es ya el medio principal en el que poder hallar las tramas de aprendizaje emancipadas de las aulas con las que había soñado Ivan Illich en los años setenta, pero también el lugar en el que vemos surgir esas otras tramas formativas y nodos de conocimiento que adoptan la forma de microcredenciales digitales para que cada cual, convertido en emprendedor de sí mismo, pueda actualizar permanentemente sus competencias, generando así un avance de la subjetividad neoliberal digitalizada, a fin de no quedar descabalgado del mundo laboral. ¿Cómo dejar pasar esas nuevas oportunidades formativas con las que uno podrá renovar sus habilidades, recuperar la confianza, aprovechar todo su potencial y mejorar su competitividad? Digitalizar la educación es una fuente de equidad que la brecha digital y algunas preguntas incómodas de viejos humanistas no van a empañarla.

Hacia un nuevo modelo pedagógico
Mientras tanto, ¿qué modelo pedagógico cabe esperar tras ese sistema de enseñanza? Puesto que su arquitectura se anclará en la economía política del mundo digital, la fórmula es conocida. Su justificación didáctica, basada en el principio doctrinal de que el alumno es el agente activo y responsable de su propio proceso de aprendizaje, es ampliamente aceptada. Solo hay que revisar los planes de digitalización de la educación de cualquier administración pública, estatal o autonómica. Tras esa doxa tecnocrática se hallará el nuevo sentido común pedagógico.

Analizar este tipo de documentos nos permite vislumbrar el alcance de la devastación pedagógica impulsada en nombre de la innovación educativa tecnocrática. Encontramos en ellos una caja de resonancia de las directrices de diferentes organismos internacionales (OCDE, 2019, 2018, 2016; UNESCO, 2017; UE, 2006; CE, 2019) que han instaurado la competencia digital como uno de los ejes fundamentales del aprendizaje. Hay que preparar a la ciudadanía. Sin dejar de recordarnos que nos enfrentamos a “un mundo complejo y cambiante” (perífrasis con la que referirse al horizonte de precariedad dibujado por la progresiva pérdida de derechos y la precarización de la esfera laboral), señalan que los sistemas educativos deben adaptarse y dar respuesta a los retos que supone aprender en la “era digital”. Lo inquietante es que estos nuevos requerimientos están transformando algunos de los puntos de flotación pedagógicos que han hecho de la educación ese acto político que posibilita el acceso a la cultura, al conocimiento y al pensamiento. Digámoslo de nuevo, la entrada de las tecnologías digitales en los sistemas educativos no solo implica la trasferencia de fondos públicos a las grandes corporaciones tecnológicas trasnacionales; es también, y principalmente, un mecanismo pedagógico cuyos efectos los hallamos en la desmovilización intelectual generalizada.

Fijémonos, al menos, en tres aspectos de los planes de digitalización educativa que ya están en marcha. Lo primero que llama la atención es el modo en el que el discurso tecnológico entronca con la conceptualización instrumental que se hace de la educación. Ésta queda reducida meramente a cuestiones técnicas y metodológicas orientadas a la eficacia, la eficiencia, el éxito y toda esa discursividad pedagógica empresarial de los retos, la motivación, el empoderamiento, los incentivos y la excelencia en los resultados del aprendizaje. Toda una tecnologización que busca criterios y garantías técnicas orientadas a la optimización del rendimiento, algo que nada tiene que ver con hacer de la educación una forma de abrir el mundo y hacerlo interesante para poder conocerlo y transformarlo.

La segunda observación nos permite considerar, como ya hemos señalado, el privilegio que las tecnologías digitales otorgan al aprendizaje, desplazando el lugar que debe ocupar la enseñanza. Merece la pena detenerse en este aspecto. En el discurso del aprendizaje el acento está puesto en el sujeto que aprende, mientras que en la enseñanza está colocado en la materia de estudio y en quién la transmite. Esta distinción entre aprender y enseñar nos parece crucial, porque en ella se juega un particular modo de comprender el propósito de la educación, es decir, la relación con el conocimiento, con el mundo y con los otros, incluido el papel del profesor. La nueva doxa desplaza la relevancia de las actividades del maestro –que aparece como un simple “facilitador del aprendizaje”–, y pone en el centro de la escena las actividades del estudiante, entre ellas, las relacionadas con el fomento de la llamada competencia digital.

El discurso educacional de la “aprendificación”, nos dice Gert Biesta (2016), no solo se queda corto como lenguaje educativo, sino también vacío de contenidos y dirección. Sabemos que la cuestión educativa va mucho más allá del aprendizaje. No es solo que los niños aprendan, sino que aprendan algo, que lo aprendan para un propósito particular y que lo aprendan de alguien (2016: 121). La incorporación de las tecnologías digitales al lenguaje del aprendizaje omite estas dimensiones y reduce el proceso educativo a una cuestión individualista e individualizante, donde cada estudiante debe –citamos textualmente– “gestionar su aprendizaje”. La escuela ya no es un lugar para la enseñanza, esto es, para impulsar, animar y despertar el deseo de saber, sino un lugar para realizar aprendizajes “autónomos” y “auto-regulados” que conduzcan a “construir su propio conocimiento”. El alumno queda así librado a su suerte o, lo que es lo mismo en esa construcción autónoma del conocimiento, a unas pocas búsquedas arbitrarias y sin brújula por Internet acompañadas ahora de alguna conversación con el ChatGPT de última generación. En cualquier caso, él será el último responsable, cuando no culpable, de eso que la discursividad contemporánea llama fracaso o éxito educativo.

El tercer elemento de los planes de digitalización que quisiéramos abordar está relacionado con la exaltación de las virtudes de los dispositivos tecnológicos y la expansión de su uso en las aulas. Por cierto, un estudio reciente de U.S. PIRG señala que millones de portátiles de Google vendidos a las escuelas desde que se produjo la pandemia han sido programados para fallar en tres años 2. No se podía saber, ¿verdad? Sea como fuere, vemos con preocupación cómo ejercicios escolares indispensables para la conformación de las estructuras cognoscitivas en la infancia como, por ejemplo, la memoria, la caligrafía, o el trabajo sobre la atención, hoy son menospreciados por anacrónicos e inútiles. Pensemos en el modo en que se está trasfiriendo el sistema mnémico del alumnado a los instrumentos digitales. ¿Qué sentido tiene aprenderse las tablas de multiplicar si están a un golpe de clic en Internet? ¿Para qué memorizar ciertos conocimientos si podemos disponer de ellos en la red de forma instantánea? Pensemos también en el impulso que estos planes dan a la utilización de herramientas tecnológicas, como los teclados físicos y virtuales, y sus efectos en el aprendizaje de la escritura (e incluso del dibujo, mediante tabletas y pantallas digitales interactivas), incorporadas ya desde la enseñanza infantil (Generalitat de Catalunya, 2021). Diversos estudios han alertado en los últimos años de importantes alteraciones y retrasos en el aprendizaje escolar debido a la utilización de estos aparatos. Sin duda, el caso de la escritura es paradigmático. El uso de los dispositivos tecnológicos ahorra trabajo y esfuerzo a los mecanismos cognitivos del cerebro. Escribir a mano con caligrafía ligada es un ejercicio infinitamente más complejo que teclear mecánicamente en un ordenador. La primera implica una acción psicomotora compleja que moviliza el proceso educativo, la segunda no (tanto).

Completemos este escenario de desmantelamiento pedagógico con un último aspecto: el trabajo sobre la atención, una de las operaciones centrales de la escuela que, como veremos, no corre mejor suerte. Desde nuestra posición educativa, seguimos pensando que es el profesorado quien cultiva la atención de las y los estudiantes a través de prácticas disciplinadas que requieren cuidado, observación, repetición y esmero (Larrosa, 2018: 56), ejercicios todos ellos que la instantaneidad y el aturdimiento de los dispositivos digitales ponen seriamente en peligro. Resulta cada vez más difícil lograr que la infancia y la juventud fijen su atención más allá de un breve lapso de tiempo, especialmente si eso que queremos enseñar no viene acompañado de elementos visuales. Esta gimnasia de la distracción (con sus estímulos fugaces e incesantes) no hace más que aumentar las dificultades que el alumnado enfrenta para poder comprender, elaborar y reflexionar en torno a un texto. Gustavo Dessal (2019: 43) señala con acierto la aparente paradoja que existe en un momento marcado por la expansión de la economía de la atención –motor fundamental del mercado digital– y el aumento exponencial de los trastornos del aprendizaje, traducidos en el diagnóstico abusivo del denominado Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, para mayor beneficio de la industria farmacéutica. Y podríamos añadir: para mayor beneficio de los tecnócratas que nos quieren más tontos, por decirlo con el título que Pilar Carrera y Eduardo Luque (2016) le dan a su libro sobre la escuela neoliberal.

Una industria pedagógica tecnocrática a pleno rendimiento
La educación digital se nos cae encima, nos arrolla. Toda una industria pedagógica tecnocrática trabaja a toda máquina en el diseño de propuestas formativas personalizadas. Datos procesados por algoritmos son capaces de ofrecer ya playlists adaptadas a los gustos y comportamiento virtual de cada cual. Pronto se prescindirá de las pesadas materias con las que el encorsetamiento curricular de la instrucción escolar había troceado las disciplinas científicas, esa institucionalización del saber que se había constituido como la piedra angular de todo un sistema de institucionalización de la enseñanza, de los niveles educativos y de la asistencia a clase. En esa nueva estructura del saber, más horizontal y democrática, importará menos el contenido que la creación de “situaciones de aprendizaje auténticas”, contrapunto inevitable del modelo anterior, que se presenta como un simulacro mortificante.

¿Qué lugar le cabe esperar, entonces, al profesorado? Sometido a un proceso definitivo de proletarización, de él se espera que organice las experiencias de aprendizaje. Su rol será el de un mediador, un gestor del conocimiento, un curador de recursos y contenidos presentados en múltiples formatos, un animador de los espacios virtuales; en el mejor de los casos, un coach que ayudará a mantener la motivación y, en los momentos más críticos, a gestionar las emociones. Para resolver las dudas, solo hará falta activar el chatbot de cualquier procesador de textos o buscador. Programas de inteligencia artificial generativa, etc., interactuarán con los estudiantes con relativa eficacia. También alentarán sus avances, sin la severidad o el mal humor de un profesor desencantado, vencido en su deseo de despertar la curiosidad por el saber, sobre todo si se lo compara con el potencial que tienen los algoritmos a la hora de conocer nuestros intereses, prever nuestros comportamientos y ofrecernos aquello que queremos.

Así las cosas, el desarrollo de tecnologías educativas e infraestructuras digitales no solo está renovando las estrategias formativas de la escuela con todo tipo de innovaciones muy celebradas (educación disruptiva, flipped classroom o aula invertida, smart classroom, blended learning, etc.), sino que está logrando configurar una industria de servicios educativos personalizados que amenaza claramente la estructura actual del sistema educativo, considerado desde hace mucho tiempo como un sistema burocrático, costoso e ineficaz. ¿Para qué se va a financiar un sistema público de educación si lo pueden proveer las multinacionales tecnológicas y las empresas de comunicación?

Por lo pronto, aquello que se conserve de la financiación pública servirá, sobre todo, para mantener esas empresas, para consolidar sus negocios, independientemente de los efectos educativos que produzcan, pero que las nuevas generaciones, y no solo ellas, ya padecen. Poco importa lo que digan los estudios neurocientíficos más recientes, aunque no hacía falta que nos lo confirmara la investigación científica más avanzada para concluir que el exceso de pantallas tiene un impacto negativo en el neurodesarrollo infantil, en la atención, en el desarrollo emocional y social.

Está en juego algo más que el diseño tecnológico de un nuevo ecosistema de aprendizaje y un nuevo mercado de rentabilidad. Se trata de orientar el deseo, de capturar la subjetividad, de promover una disponibilidad, una competencia adaptativa hacia el mundo que está creando el capitalismo digital. Y no salir de metaverso.

Jordi Solé-Blanch es profesor de la Universitat Oberta de Catalunya,
Marta Venceslao es profesora de la Universitat de Barcelona

Referencias
Biesta, Gert (2016) “Devolver la enseñanza a la educación. Una respuesta a la desaparición del maestro”, Pedagogías y saberes, pp. 44, 83-91.

Bernardi, Franco, Bifo (2017) Futurabilidad. La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad. Buenos Aires: Caja Negra.

Carrera, Pilar y Luque, Eduardo (2016) Nos quieren más tontos: la escuela según la economía neoliberal. Barcelona: El Viejo Topo.

Comisión Europea (2019). Digital Education at School in Europe. https://eurydice.eacea.ec.europa.eu

Dessal, Gustavo (2019) Inconsciente 3.0. Lo que hacemos con las tecnologías y lo que las tecnologías hacen con nosotros. Barcelona: Xoroi Edicions.

Generalitat de Catalunya (2020) Pla d’Educació Digital de Catalunya. http://ensenyament.gencat.cat

Generalitat de Catalunya (2021) L’ús de les tecnologies digitals a l’educació infantil. http://ensenyament.gencat.cat

Jasanoff, Sheila (2015) “Future imperfect: Science, technology, and the imaginations of modernity”, en Jasanoff, Sheila and Kim, Sang-hyun. (eds.), Dreamscapes of Modernity (pp. 1-33), Chicago Press.

Larrosa, Jorge y Rechia, Karen (2018) P de profesor. Buenos Aires: Noveduc.

OCDE (2016) Innovating Education and Educating for Innovation: The Power of Digital Technologies and Skills, OECD Publishing, Paris. http://dx.doi.org/10.1787/9789264265097-en

(2018) The future of education and skills. Education 2030.

(2019) OECD Skills Outlook 2019: Thriving in a Digital World.

Saura, Geo, Cancela, Ekaitz y Parcerisa, Lluis (2023) “Privatización educativa digital”, Profesorado, 27 (1), pp. 11-37.

UNESCO (2017) Digital Skills for Life and Work. Broadband Commission for Sustainable Development’s Working Group on Education.

Unión Europea (2006) Recomendación del Parlamento y del Consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (2006/962/CE).

  • 1 https://es.weforum.org/focus/el-gran-reinicio
  • 2 https://pirg.org/edfund/resources/chromebook-churn-report-highlights-problems-of-short-lived-laptops-in-schools/

https://vientosur.info/el-gran-reset-de-la-educacion/

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EE.UU. aprueba la venta de carne ‘cultivada en laboratorio’

EE.UU. aprueba la venta de carne ‘cultivada en laboratorio’

Los reguladores han dado luz verde para la venta de carne “cultivada en laboratorio” en los Estados Unidos. Esta aprobación permite su comercialización inicialmente en restaurantes y, posteriormente, también estará disponible en supermercados.

El miércoles, el Departamento de Agricultura dio su aprobación a dos empresas californianas, Upside Foods y Good Meat, para comercializar pollo producido a partir de células animales en lugar de sacrificio animal. Las empresas están desarrollando esta forma de producción de carne para reducir el impacto negativo en los animales y el medio ambiente. Esto implica disminuir la necesidad de pastoreo, cultivo de alimentos para animales y gestión de desechos animales.

La Administración de Alimentos y Medicamentos previamente declaró que la carne cultivada en laboratorio por ambas compañías es segura para el consumo humano.

Las empresas Upside Foods y Good Meat expresaron su elogio por la decisión en sus declaraciones. Upside Goods señaló que esta aprobación es considerada como un “momento histórico que cambiará el mundo”, ya que acerca su visión a convertirse en realidad. Por su parte, Good Meat lo calificó como “innovador”.

La carne cultivada en laboratorio se produce en tanques de acero utilizando células de un animal vivo, un óvulo fertilizado o una reserva especial de células almacenadas. Upside ofrece productos en láminas grandes que tienen forma de chuletas de pollo y salchichas. Por otro lado, Good Meat utiliza células de pollo para producir chuletas, nuggets, carne desmenuzada y satays.

Good Meat, la compañía que produce carne cultivada en laboratorio, ya está vendiendo sus productos en Singapur. Cabe destacar que Singapur fue el primer país en permitir la venta comercial de carne cultivada.

La carne será servida primero en restaurantes exclusivos

Upside ha establecido una asociación con Bar Crenn, un restaurante en San Francisco. Por otro lado, Good Meet colaborará con un restaurante dirigido por el chef José Andrés en Washington, D.C.

Es importante tener en cuenta que los productos a base de carne cultivada aún se encuentran en una etapa temprana de desarrollo. Aunque su precio es actualmente más alto que el de la carne tradicional, es posible que con el tiempo y los avances tecnológicos, estos productos se vuelvan más accesibles para los consumidores. Sin embargo, todavía llevará algún tiempo antes de que puedan ser producidos a gran escala y llegar a los supermercados como una opción más económica.

A nivel internacional, existen más de 150 empresas dedicadas al cultivo de carne a partir de células, que incluye variedades como pollo, res, cerdo, cordero y pescado.

Las investigaciones indican que, al menos por el momento, el público puede tener dudas sobre probar carne cultivada en laboratorio.

Según una encuesta realizada por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, se descubrió que la mitad de los adultos estadounidenses expresaron su falta de interés en probar carne cultivada a partir de células. Un gran número de personas expresaron su negativa a probarlo, principalmente basándose en la sensación de “rareza” que les produce. Por otro lado, la mitad de ellos manifestó preocupaciones relacionadas con la seguridad del producto.

La directora de operaciones de Upside, Amy Chen, mencionó que es consciente de que muchas personas sienten cierto rechazo hacia el consumo de pollo cultivado a partir de células. Sin embargo, estas mismas personas suelen volverse más receptivas una vez que aprenden más sobre el proceso y lo prueban por sí mismas.

Associated Press contribuyó a este informe.

Con información de thehill.com

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/primera-carne-cultivada-en-laboratorio/

 

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Argentina: Libertad de movimiento para favorecer el desarrollo

Libertad de movimiento para favorecer el desarrollo

La metodología creada por la pediatra Emmi Pikler apuesta por fomentar la autonomía de los menores para que ellos mismos marquen el ritmo de su desarrollo psicomotor y afectivo

Según Pikler, el bienestar de los bebés trascendía más allá de supervisar su peso, estatura o nutrición. Reconoció la crucial relevancia de aspectos como el movimiento y la formación de lazos emocionales en el adecuado desarrollo de los niños pequeños. De esta forma, se empezó a gestar lo que actualmente se denomina como enfoque Pikler, una metodología que integra las necesidades de afecto de los niños con la promoción de su independencia.

A pesar de que históricamente se habían seguido enfoques de crianza y educación para bebés fundamentados en la sobreprotección, Pikler sostenía que la independencia era fundamental para su desarrollo. Durante la etapa infantil, el movimiento constituye una necesidad básica que posibilita la exploración, el descubrimiento y el aprendizaje. Y es el movimiento autónomo, aquel que el bebé elige por sí mismo sin la intervención de un adulto, la manera más efectiva de fomentar su desarrollo psicomotor.

Pikler defiende la no interferencia de padres o profesores en el movimiento de los niños. Pueden actuar como compañeros, especialmente para asegurar su seguridad y apego, pero no deben dirigir sus acciones. Otro de los principios que promueve es que, durante los primeros meses de vida, no se deben colocar a los bebés en posiciones que no puedan alcanzar por sí mismos: no se les debe forzar a gatear, ponerlos boca abajo, sentarlos o incluso tomarles de la mano para que empiecen a caminar antes. De esta forma, ellos mismos desarrollarán su movimiento y posturas a su propio ritmo y de manera orgánica.

Aunque es importante que los adultos no interfieran en el movimiento de los bebés, es crucial que los bebés se sientan seguros y conectados con ellos. El apego es otro aspecto fundamental de la Metodología Pikler y se basa en una relación de respeto y acompañamiento en la que cada bebé pueda seguir su propio ritmo. Hablarles, mostrarles cariño y brindarles estímulos indirectos son las claves para construir ese tipo de relación.

Es necesario que los padres les expliquen al bebé las acciones que van a realizar y en las que él está involucrado, para que estén conscientes y receptivos, sin presionarlos. Mostrarles seguridad y crear un entorno seguro donde puedan explorar y moverse libremente, estando atentos a sus necesidades, son otras cosas que los cuidadores pueden hacer.

El juego libre 

El juego libre es otro de los principios por los que apostaba Pikler y que mejor definen esta metodología. Padres y tutores pueden proporcionar al menor un lugar adecuado y adaptado para que pueda jugar libremente y estimularse. Un espacio amplio y despejado en el que incluir determinados objetos con los que pueda interactuar. Es imprescindible que los menores vistan ropa cómoda que no limite sus movimientos a la hora de comenzar a jugar.

Una vez escogido un espacio seguro, hay que adaptar los materiales a los intereses y necesidades funcionales de cada menor, es decir, que se adapten a su momento evolutivo. Se aconseja comenzar con varios objetos no estructurados, que tengan tamaños y texturas diferentes que favorezcan su estimulación sensorial. Según vaya creciendo, se pueden incorporar otros objetos y materiales.

Fuente: educaciontrespuntocero.com
Foto de Sebastian Pandelache en Unsplash

Fuente de la Información: https://aptus.com.ar/libertad-de-movimiento-para-favorecer-el-desarrollo/

 

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Ecuador: Organizar la ignorancia

Organizar la ignorancia

Pedro Pierre

 

He aquí otra característica del sistema neoliberal que nos organiza, o más bien, que nos desorganiza. Una de sus mayores perversidades es justamente ‘organizar la ignorancia’. Lo hemos visto con el gobierno de Lenin Moreno. Lo primero que hizo en ese sentido fue pedir la asesoría del FMI (Fondo Monetario Internacional): reducir drásticamente el presupuesto de la educación, dejar de pagar a los maestros y profesores sin contrato permanente, reducir el presupuesto del desayuno escolar, quitar las ayudas para los arreglos de los edificios escolares, suspender la formación de maestros y profesores, detener el nombramiento de nuevos educadores, permitir el cobro de matrículas y otros gastos más…

Así hemos llegado al desastre educativo actual: la deserción escolar porque los padres no pueden pagar los gastos escolares, cierre de escuelas o la suspensión de materias o por la no renovación del material necesario, atraso en la entrega de diploma por falta de personal o cobros indebidos, aumento del número de estudiantes de los sectores populares que pueden entrar a la universidad o tienen que suspender sus estudios por supresión de becas, por otra parte desempleo de maestros y profesores que hacen de taxistas en carros alquilados…

El sistema neoliberal multiplica la ganancia a costa de la marginación y explotación de los pobres debidas al bajo nivel escolar. No quiere personas preparadas intelectual y profesionalmente que reclamen por sus derechos, que emprendan actividades profesionales, que investiguen caminos alternativos de economía solidaria. No le importa a un gobierno neoliberal que los pobres no puedan salir de la pobreza por falta de educación. Prefiere que se hundan en la violencia que el mismo sistema permite y fomenta.

Por este motivo Helder Cámara, gran obispo de Brasil y mentor de la Iglesia de los Pobres en América Latina, habló sobre las protestas violentas y los levantamientos de los pobres que no encuentran caminos para educarse ni alimentarse: “Hay tres tipos de violencia. La primera, madre de todas las demás, es la violencia institucional, esa que aplasta y humilla a millones de personas, violencia con ruedas silenciosas y bien engrasadas. La segunda es la violencia revolucionaria que surge del deseo de abolir la primera. La tercera es la violencia represiva, que se convierte en auxiliar y cómplice de la primera violencia, la que engendra todas las demás. No hay peor hipocresía que llamar violencia sólo a la segunda, pretendiendo olvidar la primera que la engendró y la tercera que la niega.” Martín Luther King, el líder de los afrodescendientes norteamericanos, decía en el mismo sentido: “La protesta es el lenguaje de los que no se quiere escuchar”. Por eso el papa Francisco clamó recientemente: “No dejemos robar a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor». La educación es para humanizarnos y hermanarnos.

Todo esto nos ayuda a evaluar los candidatos del proceso electoral que está en marcha: ¿Qué dicen sobre la educación? ¿Qué proyecto tienen para aumentar el presupuesto del ministerio de educación? Nos marean con soluciones ilusorias para eliminar la violencia, pero no señalan las causas. Una de las causas de la actual violencia es la falta de oportunidades para crecer en educación intelectual y profesional.

En días recientes, se nos comunicaba unos 10 caminos para crecer en educación y sabiduría. Estos son los siguientes: 1. Aprender a crecer con la sabiduría y los procesos de los pueblos. 2. Dejarnos mover por la utopía: generar alternativas y ser personas alternativas. 3. “Sin visiones nos perdemos”: mover y renovar nuestra mirada. 4. Creer en lo pequeño y crear con lo pequeño. 5. La sabiduría ancestral nos guía hacia el convivir armonioso. 6. Los conocimientos nos guían hacia el desarrollo humano integral. 7. La educación escolar nos abre al grito de los pobres, al susurro de las mujeres y a la voz de la Madre Tierra. 8. Las capacitaciones hace fluir la verdad y la bondad en un contexto de mentira y maledicencia. 9. La profesionalidad nos da la auténtica autoridad que es cercanía, servicio y coherencia de vida. 10. Los estudios nos abren a los nuevos lenguajes de la comunicación virtual y la inteligencia artificial.

Conozcamos las cosmovisiones indígenas que nos abren a los nuevos horizontes del Bien vivir personalmente, el Bien actuar colectivamente, la Vida buena de las utopías de nuestro continente de “la Tierra sin Mal”, porque las utopías son la motivación de una vida con sentido y felicidad. Exijamos educación gratuita ya que la Constitución señala el mínimo del presupuesto para la educación y que no se respeta, porque para eso pagamos impuestos. Denunciemos la perversidad de un sistema que nos quita el derecho a la educación gratuita desde la escuela primaria hasta los institutos de investigación. Es hora de luchar y luchar juntos por nuestra verdadera dignidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/organizar-la-ignorancia/
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