Page 712 of 2441
1 710 711 712 713 714 2.441

El extraño silencio antes de la tormenta. Crónica de la psicodeflación

Por: Franco “Bifo” Berardi

El extraño silencio antes de la tormenta

4 de abril

Lucia encontró una foto en blanco y negro y me la mando por teléfono.

En la foto, veo una mujer joven y hermosa, vestida como lo hacían en los años treinta durante un día festivo. Hay una niña con ella. En el fondo un edificio que reconozco fácilmente. La mujer y la niña entran por Vía Ugo Bassi y en la parte inferior se encuentra el frontón triangular del edificio que separa el Pratello de San Felice. La joven mira hacia adelante, con una mirada ligeramente ausente, y la niña, que se aferra a su mano, parece exigir atención, pero la mujer no la mira, no se vuelve hacia ella, mira hacia adelante, hacia otro lado.

Esa mujer es mi madre, y la niña es su prima María.

Inmediatamente me pregunté quién tomó esa foto, quién sostiene la cámara. Es Marcello, estoy seguro, su novio Marcello. Mi abuelo Ernesto permitió que Dora se fuera  con él, pero solo si estaba acompañada por alguien, un hermano o una niña. Dora parece molesta, un poco arrogante, quizás fastidiada por la presencia no deseada de su prima. No se da vuelta para mirarla, mira hacia él, hacia el fotógrafo que capturó ese instante. Mira hacia el futuro, hacia ese futuro que imagina, en ese día festivo de primavera a fines de los años treinta, cuando mi madre tenía poco más de veinte años, y la tragedia parecía estar muy lejos. Luego vino la tragedia de la guerra que devastó la vida y trastornó el futuro que esperaba.

6 de abril

A Grim Calculus

El título de The Economist de esta semana lo dice todo. Grim significa sombrío, desalentador, oscuro e incluso feroz. Un triste cálculo que nos vemos obligados a hacer.

Es fácil de entender de qué cálculo está hablando la revista que durante un siglo y medio ha estado representando al pensamiento económico liberal. Cuánto nos costará la pandemia del coronavirus en términos económicos y qué tipo de razonamiento nos vemos obligados a hacer, teniendo que elegir entre dos decisiones alternativas: cerrar todo y bloquear casi por completo la producción, la distribución, es decir toda la máquina de la economía, o aceptar la posibilidad de una hecatombe.

Leí en la revista: “El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha declarado que “no debemos ponerle precio a la vida humana”. Es una declaración, un llamado a la acción y a la unión por parte un hombre valiente cuyo estado está abrumado. Sin embargo, dejando de lado las compensaciones, Cuomo está abogando por una opción que no considera las consecuencias que traerá a toda la comunidad. Suena despiadado, pero ponerle precio a la vida, o al menos buscar alguna forma de pensar sistemáticamente, es precisamente lo que los líderes necesitarán si quieren encontrar una salida durante los terribles meses que van venir. Al igual que en las unidades de terapia intensiva, algunas renuncias y algunos compromisos son inevitables (…) Por el momento, el esfuerzo para combatir el virus parece estar destinado a consumir todos nuestros recursos (…) Pero en una guerra o durante una pandemia, los líderes no pueden escapar al hecho de que cada curso de acción impondrá enormes costos sociales y económicos.

Para el verano, las economías habrán sufrido caídas de dos dígitos en el PBI trimestral. Las personas habrán soportado meses de aislamiento, perjudicando tanto la cohesión social como su salud mental. El cierre y el confinamiento de un año costarían a Estados Unidos y a la Zona Euro un tercio, más o menos, del PBI. Los mercados caerían y las inversiones se retrasarían. La capacidad de la economía se marchitaría a medida que la innovación se estancara y las habilidades decayeran. Finalmente, incluso si muchas personas mueren, el costo del distanciamiento podría superar los beneficios. Ese es un lado de las compensaciones que nadie está dispuesto a admitir todavía”

Todo muy claro: The Economist nos pone frente a un razonamiento que puede parecer brutal, pero que es simplemente realista. Un titular de la revista dice «Hard-headed is not hard-hearted». Tener una cabeza brillante no significa tener un corazón de piedra.

¿Cómo negarlo? Gracias a la decisión de detener el flujo de la actividad social y el ciclo de la economía, los líderes políticos ciertamente han salvado millones de vidas en los próximos tres, seis, doce meses. Pero, observa The Economist, con una consistencia intransigente, que esto nos costará un número mucho mayor de vidas en el tiempo que viene. Estamos evitando el desastre que el virus podría significar, pero ¿qué escenarios preparamos para los próximos años, a escala mundial, en términos de desempleo, ruptura de las cadenas de producción y distribución, en términos de deuda y quiebras, de empobrecimiento y desesperación?

Frenemos un momento.

El editorial de The Economist es razonable, coherente, irrefutable. Pero lo es solo dentro de un contexto de criterios y prioridades que corresponde a la forma económica que hemos llamado capitalismo. Una forma económica que hace que la asignación de recursos, la distribución de bienes dependa de la participación en la acumulación de capital. En otras palabras, hace que la posibilidad concreta de acceder a bienes útiles dependa de la posesión de valores monetarios abstractos.

Este modelo que hizo posible movilizar enormes recursos para la construcción de la sociedad moderna ahora se ha convertido en una trampa lógica y práctica de la que no pudimos encontrar una salida. Pero ahora la salida se ha impuesto, automáticamente, con violencia, desafortunadamente. No es la violencia de las revoluciones políticas, sino la violencia de un virus. No es la decisión consciente de las fuerzas dotadas de voluntad humana, sino la inserción de un corpúsculo heterogéneo, como la avispa en relación a la orquídea, un corpúsculo que comenzó a proliferar hasta que el organismo colectivo fue incapaz de comprender y desear, incapaz de producir, incapaz de continuar.

Esto detuvo la reproducción, absorbió enormes sumas de dinero que no han servido para mucho. Hemos dejado de consumir y producir, y ahora estamos aquí, mirando el cielo azul desde la ventana y nos preguntamos cómo terminará todo esto. Mal, pésimo, dice The Economist, para quien la interrupción del ciclo de crecimiento y acumulación parece ser un evento catastrófico que pagaremos con hambre, miseria y violencia.

Me permito estar en desacuerdo con el catastrofismo que propone The Economist, porque me refiero a la palabra “catástrofe” de una manera diferente, aquella que en su etimología significa “un giro más allá del cual se puede ver otro panorama”. Kata se puede traducir como más allá, y estroofeina significa moverse, desplazarse.

Entonces fuimos más allá. Finalmente hemos hecho ese movimiento que las luchas conscientes, decididas y locuaces de cincuenta años no han logrado. Todo se ha detenido o casi todo y ahora se trata de reiniciar el proceso, pero según otro principio, el principio de lo útil y no del de la acumulación de lo abstracto. El principio de igualdad frugal de todos, no el de competencia y desigualdad.

¿Seremos capaces de desarrollar este principio para reiniciar la máquina, pero no esa máquina que funcionaba antes de manera implacable, sino una máquina elástica, una máquina quizás un poco más inestable y ciertamente más frugal, aunque más amigable?

¿Seremos capaces? No lo sé y, sobre todo, no sé a quién me refiero con el “nosotros” de mi pregunta. ¿Quienes seremos capaces?

Ya no es política, ni es el arte del gobierno. La política es incapaz de cualquier gobierno y, sobre todo, es incapaz de comprender. Los pobres políticos parecen estar perseguidos, tambaleantes, ansiosos.

El nuevo juego, el de la proliferación rizomática de corpúsculos ingobernables, pone en el centro al conocimiento, no a la voluntad. Por lo tanto, ya no es política, sino conocimiento.

¿Y cuál saber?

No el de los economistas, incapaces de salir de la casa de espejos de la valorización, que traduce el producto en términos abstractos de cálculo monetario y aumenta el volumen de destrucción con el objetivo de aumentar el volumen del valor abstracto. Se trata de un saber concreto, que no traduce lo útil en valor, sino en placer, en riqueza.

¿Necesitamos aviones de combate F35? No, no los necesitamos, no sirven para nada, excepto para ganarse la vida mediante una alianza militar inservible y hacer que los trabajadores produzcan latas de atún de manera más rentable.

¿Y también porque sabes todas las unidades de cuidados intensivos que se pueden construir con un sólo avión F35? Doscientas.

Lo sé, este es el discurso de los vagos que no saben cuán complejas son las cosas, con sus interdependencias, etc, etc. Bien, me voy a quedar callado y escuchemos el discurso de los realistas que repiten la misma canción de siempre: si queremos mantener la ocupación en los niveles actuales tenemos que producir armas, ¿es así no? Eso es lo que dicen los realistas de The Economist y los de la derecha y la izquierda.

Así que seguiremos fabricando armas para que todas esas personas trabajen ocho, nueve horas al día. Y en un mes o un año a partir de la epidemia, seguirá la miseria masiva y después la guerra. Y la extinción, de la que esta vez solo probamos un bocado, nos encontrará en su hermoso caballo blanco como en el triunfo de la muerte que se puede ver en el Palazzo Abatellis, en Palermo.

¿Y, si en cambio, decidimos hacer que las personas trabajen solo el tiempo necesario para producir lo que es útil? ¿Y si acaso les damos a todos un ingreso independientemente del tiempo de trabajo (inútil)?

¿Qué pasa si interrumpimos los pagos por los aviones inútiles que ya hemos comprado? ¿Qué pasa si acabamos con las obligaciones internacionales y aquellas relaciones que nos obligan a pagar grandes sumas por la guerra?

Estos discursos no son delirios ni desvaríos de un extremista, sino el único realismo posible. There is no alternative 😉

Mi amiga Penny me escribe desde Londres: “I just sit and write – this strange life has become familiar and calming but there is always calm before the storm” (Nota: “Me siento y escribo, esta vida extraña se ha vuelto familiar y relajante, pero siempre viene la calma antes de la tormenta”).

Siempre hay un extraño silencio antes de que estalle la tormenta. Como si me dijera: la mejor parte vendrá cuando el virus cansado se retire. En ese punto, los tontos pensarán que es hora de volver a la normalidad.

Los sabios se preparan para una gran tempestad.

7 de abril

Después de dos meses de inexplicable ausencia, el asma volvió y me estuvo persiguiendo todo el día. Me la pase acostado en la cama, jadeando por la falta de oxígeno y sin fuerzas para hacer nada.

Por la noche salgo a tirar la basura: orgánica, vidrios, no diferenciada. Camino lentamente por la pequeña plaza debajo de mi casa. El Hotel San Donato Best Western está cerrado, con postigos atornillados en sus puertas. Camino un poco por Via Zamboni para ver las torres. No hay nadie en esta calle, donde, desde el siglo XII y durante la primavera, los estudiantes acuden en masa y cortejan.

8 de abril

Tomo mi café y miro hacia la plaza soleada. Incluso hoy está esa chica que pasa siempre por debajo del arco. Tal vez vive sola en un estudio en via del Carro. Tiene un traje negro con ribetes amarillos, sostiene su teléfono celular en la mano y hace movimientos de gimnasta. Movimientos un poco incómodos: levanta la pierna derecha y permanece así durante unos segundos, hasta que el teléfono celular llama su atención. Luego levanta la pierna izquierda mirando el teléfono celular, gira hacia la pared, inclina los brazos y hace algunos movimientos de ida y vuelta con la cabeza. Mi teléfono suena, me alejo.

Me llaman desde Milán para preguntar si todavía puedo mandar una grabación para Radio Virus.

Vuelvo a la ventana, la chica ya no está.

Si no fuera que su representante terrenal prohibió considerar la enfermedad como un castigo de Dios, asumiría que el Señor es un viejo ingenioso. Primero mandó a Johnson a terapia intensiva y, después también, al homofóbico ministro Litzman del Estado de Israel

Desafortunadamente, esta es la única noticia reconfortante que proviene de ese país de racistas. Por lo demás, la crónica política israelí habla de la lucha sin fin entre el torturador Ganz, el corrupto Netanyahu y ese nazi de Lieberman. Tal vez lleguen a la cuarta elección en un año. Mientras el mundo se disuelve a su alrededor, ellos están demasiado ocupados peleando por eso.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Ginebra, la pandemia provocará un aumento del desempleo de alrededor de 25 millones de personas. En los Estados Unidos ha habido más de diez millones de despidos en dos semanas, y se espera que el número aumente en los próximos días. Son números sin precedentes, para usar una de las expresiones más populares de estos días.

Las políticas económicas tradicionales no bastarán para hacer frente a este fenómeno. O recurrimos a la marginación violenta de una gran cantidad de personas que viven en la miseria y rugen en las afueras de la ciudad, o abandonamos, por completo, el discurso de la economía moderna, la vieja utopía del pleno empleo, el prejuicio del trabajo asalariado y, literalmente, empezamos de nuevo. Solo nos queda una certeza: el conocimiento científico acumulado, y, sobre todo, el poder viviente del trabajo cognitivo, de la invención técnica y de la palabra poética.

Pero el criterio económico que ha regulado, hasta ahora, las relaciones y las prioridades se ha vuelto definitivamente loco. Está desencajado/fuera de sí. Y esto es para siempre.

Porque si tratamos de restablecer la antigua relación entre quienes tienen riqueza y quienes tienen que trabajar para ganarse la vida, entonces la miseria estará destinada a generar ríos de violencia y desempleo para alimentar ejércitos desesperados listos para cualquier cosa.

Será cuestión de requisar espacios y estructuras de producción. Será cuestión de regular, en igualdad de condiciones, el acceso a los recursos disponibles.

No podemos perder el tiempo con la ilusión de volver a la normalidad pasada, porque correríamos el riesgo de arrastrar lo que queda en un espiral de devastación sin retorno. Lo que los consumidores esperaban en los últimos cincuenta años se ha ido y no debe regresar. Es el sistema de expectativas que debe cambiar radicalmente.

Si me pidieran que indicara un evento, una fecha y un lugar que está en el origen de este apocalipsis, diría que ese evento es la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en junio de 1992. Por primera vez, las grandes naciones se encontraron para evaluar la necesidad de abordar los peligros que el crecimiento económico comenzaba a revelar. En esa ocasión, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, declaró que “el nivel de vida de los estadounidenses no se puede negociar”.

Todos estamos pagando por su orgullo, que tal vez es inherente a la existencia misma de esa nación nacida del genocidio, y cuya riqueza depende de la deportación, la esclavitud, la guerra y el robo de los recursos y el trabajo de otras personas. Esa nación pronto enfrentará una devastadora guerra interna y, merecidamente, no sobrevivirá.

9 de abril

Después de un mes de aislamiento y de incertidumbre sobre los resultados futuros de la situación, se percibe cierto nerviosismo en la voz de los amigos que llaman, y también en los testimonios escritos, o en los análisis que me llegan todos los días. No leo todo lo que se me llega, pero si bastante.

En una lista de correo llamada Neurogreen recibí un artículo de Laurie Penny, publicado en Italia por Internazionale y, originalmente, en la revista californiana WIRED, que durante muchos años ha sido líder de la imaginación digital futurista y visionaria, y, en última instancia, ultraliberal.

Es extraño leer un artículo así en esa revista generalmente ultraoptimista. Ante todo es el relato de una experiencia bastante dramática. Laurie Penny se encuentra quién sabe dónde, lejos de casa, y está sorprendida por la tormenta viral. “El capitalismo no puede imaginar un futuro más allá de sí mismo que no sea una carnicería (…). La socialdemocracia se reintroduce rápidamente porque, parafraseando a Margaret Thatcher, realmente no hay alternativa”

150 miembros de la familia real saudita afectados por el virus.

Bernie Sanders se retira, Biden perderá las elecciones (¿o quizás las gane?), si es que se llevan adelante las elecciones estadounidenses.

Ocho médicos murieron en Gran Bretaña tratando a personas con el virus. Todos eran extranjeros: de Egipto, India, Nigeria, Pakistán, Sri Lanka y Sudán.

El cielo de Delhi es claro, algo que no se ha visto en años. Por la noche se ven las estrellas.

Pero Confindustria (Confederación General de la Industria Italiana) tiene prisa por reanudar las actividades, incluso si las noticias procedentes de China no son tranquilizadoras: Wuhan reabre, pero Heilongjiang cierra. La batalla contra el coronavirus es como tratar de vaciar el mar con un balde.

Tal vez no deberíamos luchar en absoluto, porque la guerra se perdió al principio: deberíamos minimizar nuestros movimientos, reconocer que el poder del que nos emborrachamos en la era moderna se agotó. Los que más caro pagan son los que más han creído y siguen creyendo en el poder ilimitado de la voluntad humana. Es comprensible que los hombres se pisoteen, quieran volver a tomar el mando, quieran gobernar su futuro ya que, engañándose a sí mismos, creían que lo estaban haciendo, en su pasado glorioso. Pero el virus nos enseña que el poder ilimitado era un cuento de hadas y que el cuento de hadas se terminó.

10 de abril

La ANPI (Asociación Nacional de Partisanos de Italia) lanzó una propuesta para hacer del 25 de abril una cita por la democracia. Acepto su convocatoria y estoy disponible para lo poco que pueda. ¿Cantaré también el himno de Mameli al comienzo de las celebraciones?

Espero el 25 de abril con el mismo espíritu con el que espero la Misa de Pascua del Papa Francisco.

A pesar de mi ateísmo, me hizo bien escuchar a Francisco la otra noche en la plaza desierta. Con ese mismo espíritu, voy a participar en el evento virtual el 25 de abril. La divinidad que adoran los demócratas es tan ilusoria como el dios de Francisco, pero me hará bien sentir la cercanía de un millón de personas.

11 de abril

En via Castiglione, en las colinas de Bolonia, a dos kilómetros del centro de la ciudad, alguien filmó a un jabalí con otros seis pequeños siguiéndolo.

En Bruselas, los holandeses reiteran que quienes necesiten dinero deben firmar un pagaré que diga que pagarán sus obligaciones. Italia estuvo de acuerdo con los holandeses cuando en 2015 se trataba de imponerle a Grecia el respeto por la ley de acreedores. Hoy es comprensible que Italia quiera evitar el trato que se le infligió a Grecia. Pero las nociones de deuda y crédito parecen bastante destartaladas hoy. La insolvencia tiene la intención de destruir el sistema de comercio. Acá también: There is no alternative.

Hablando de Grecia, Stella y Dimitri nos esperan allá en julio. Durante más de diez años hemos estado alquilando una pequeña casa entre los olivos. ¿Qué será del verano, los viajes, el mar? Billi y yo cambiamos de tema con cuidado. Tal vez no habrá viajes este verano.

12 de abril 

Después de la grosería abierta de Rutte y Hoekstra (Primer Ministro y ministro de Finanzas holandés), la Sra. Ursula (NOTA:  La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen) intenta endulzar la píldora para los italianos que están muy molestos por la avaricia un tanto ofensiva de los holandeses. ¿Otorgarán un MES sin condiciones? ¿De los coronabonos no se habla?

En una cosa, sin embargo, están todos de acuerdo: no debe haber un borrón y cuenta nueva. He escuchado esto varias veces de los negociadores europeos.

¿Por qué el borrón y cuenta nueva parece algo malo para todos? Quizás sería mejor resignarse a esto. “Chi ha avuto ha avuto ha avuto chi ha dato ha dato ha dato scurdammoce ‘o passato simm’e Napule paisà” (NOTA: se refiere a la canción Simmo ‘e Napule paisà: ¡Quien ha tenido, ha tenido, ha tenido, quién ha dado, ha dado, ha dado, olvidémonos el pasado, somos de Nápoles paisano!).  Aquí, para los economistas, la profunda sabiduría de estos versos napolitanos es incomprensible.

14 de abril

El viejo socialista Rino Formica, en una entrevista publicada en el Manifiesto, señala que no debemos creer que sobrevivir, en este momento, es más importante que pensar, como sugiere el lema latino primum vivere deinde philosophari. Si no filosofamos, observa Formica, corremos el riesgo de no saber qué decisiones tomar para vivir.

Marco Bascetta, por su parte, siempre para el Manifiesto, publica una reflexión (confusa pero intrigante) sobre el mismo lema latino ligeramente modificado: “primum vivere deinde laborare”. Y con razón observa que no hay mercado sin vida.

Agamben ha escrito varias veces que, en nombre de la nuda vida, estamos dispuestos a renunciar a la vida, y me acuerdo de otra máxima latina, que siempre he preferido a la mencionada por Formica: navigare necesse est, vivere non est necesse. ¿Para qué vivimos si no somos capaces de navegar?

Por segunda vez, el Presidente de los Estados Unidos ladra amenazando con suspender o cancelar la financiación de la Organización Mundial de la Salud porque dice que reaccionó lenta y erróneamente ante el enfoque de la pandemia, o tal vez porque tomó una posición pro-china. También amenaza subrepticiamente con despedir al experto más autorizado en el sistema de salud estadounidense, el virólogo Anthony Fauci.

En los últimos días, han llegado fotos de su país, cerca de la metrópoli cosmopolita de Nueva York, que muestran bolsas donde guardan cadáveres, que son arrojados a fosas comunes excavadas para aquellos que ni siquiera tienen los medios para pagar un funeral y un entierro. Muchos se sorprendieron al pensar que esto es una consecuencia del virus maldito, que obliga a los estadounidenses a renunciar al funeral y al respeto por el fallecido.

Error.

Esas fotos no son noticia, no tienen mucho que ver con la epidemia.

En ese país, de hecho, aquellos que no tienen nada y mueren como perros generalmente son enterrados de esa manera, por sepultureros que están detenidos en alguna prisión, en una fosa común en la periferia fétida de una ciudad muy rica. Es la normalidad a la que muchos desean regresar rápidamente.

15 de abril

En California, los grupos de personas que viven en la calle están ocupando apartamentos y villas en venta que nadie comprará en este momento. Noticias reconfortantes. En Lagos, los ciudadanos de algunos barrios se arman para defenderse de las hordas de ladrones que acechan por las noches, aprovechando el toque de queda. Noticias inquietantes.

Pero quizás no sea la misma pregunta, quizás no sea el hecho de que en momentos como estos, en tiempos como los que se están preparando, la propiedad privada se convierte en algo inestable, débil, frágil. Algo oblicuo.

Leo en Facebook:

«Qué feo clima se ha creado.

Salís con máscara y guantes para ir a comprar o a buscar el diario, prestas atención, todos se miran con recelo y si alguien se acerca demasiado, hay una actitud de terror, de pánico.

Si salimos de este virus, ¿también saldremos de este comportamiento?

No lo sé.

¿Nos miraremos de reojo para siempre?”

Fuente e imagen: http://lobosuelto.com/extrano-silencio-cronicapsicodeflacion-bifoberardi/

Comparte este contenido:

Metáforas militares

Por: Leonardo Díaz

Una de las grandes lecciones de la reflexión filosófica es que nuestra existencia tiene un carácter narrativo. Interpretamos el mundo a partir de narraciones cuya característica básica es que están conformadas por metáforas.

El avance de la pandemia del COVID-19 ha estimulado el resurgimiento del discurso belicista en la gestión de la crisis. Algunos de los principales líderes, en América y Europa, acuden a metáforas bélicas o militares para referirse a la situación de excepción. Se habla de que: “estamos en guerra”; “el enemigo penetró hace ya tiempo en la ciudad”; “la victoria será total”…. En síntesis, metáforas que, con buenas intenciones en algunos casos, y dudosas en otros, nutren el campo semántico del debate público.

En su clásico de 1980, Metáforas de la vida cotidiana, George Lakoff y Mark Johnson llevaron a cabo una reflexión sobre la naturaleza metafórica del lenguaje y como las mefáforas impregnan nuestra vida cotidiana estructurando nuestras acciones. Una de sus principales afirmaciones es que “las metáforas pueden crear realidades sociales”. Por este poder configurador del discurso, las metáforas belicistas son peligrosas, además de inadecuadas para explicar un fenómeno epidemiológico.

En el momento en que asumimos las metáforas militares estamos incitando a una disposición y actitud belicista. La cuestión es que las guerras tienen una dinámica, atmósfera y reglas de juego opuestas a las que requieren las situaciones problemáticas relacionadas con la salud pública.

En su lúcido ensayo de 1988, El sida y sus metáforas, http://ceiphistorica.com/wp-content/uploads/2016/04/Susan-Sontag-La-enfermedad-y-sus-met%C3%A1foras.-El-sida-y-sus-met%C3%A1foras.pdf, Susan Sontag concibe como probable que el uso excesivo de las metáforas militares sea inevitable en una sociedad capitalista, donde resulta cada vez más difícil la movilización de la ciudadanía por razones éticas.

Es razonable pensar que los líderes políticos encuentren cada vez menos recursos narrativos para incentivar al sacrificio, la empatía, la entrega, el cuidado del otro, la escucha. Durante décadas, la mayoría de los sistemas educativos han privilegiado el entrenamiento de habilidades para competir en el mercado laboral, en el marco de un modelo económico e ideológico que percibe las emociones que requerimos con más urgencia dentro de un estado de excepción como muestas de debilidad, incompetencia, e ineficacia.

Así, se revierte contra nosotros la ausencia de una educación emocional y la carencia de unos hábitos relacionados con lo denominado por Aristóteles como “amistad cívica”, los vínculos que unen a los ciudadanos en un proyecto de sociedad común.

Las carencias señaladas fomentan una serie de actitudes existentes ya en el discurso político populista y xenófobo previo a la pandemia y que en el marco de la misma son reforzadas por gobernantes irresponsables. No es caualidad escuchar el concepto del “virus chino” o las constantes denuncias de que el virus viene del “otro lado”.

Sontag nos recuerda que hay un vínculo en cómo concebimos las enfermedades y cómo percibimos al extranjero, dos caras de una misma realidad amenazante.

Y si hay un vínculo entre la enfermedad entendida en términos bélicos y la xenobofia, también la hay entre las metáforas bélicas y el autoritarismo. Porque la guerra constituye el estado de excepción por excelencia, la situación idónea donde se constriñen libertades, se impone la censura y se justifica cualquier medio que nos lleve a la victoria.

Esquilo afirmó que  “La verdad es la primera víctima de la guerra”. Pero con ella, también lo es la dignidad de los seres humanos. El discurso belicista, aunque de manera explícita se dirija contra un virus, de manera implícita se dirige contra las personas, contra aquellos que no consideramos “igual que nosotros” (los pobres, los estigmatizados, los inmigrantes). Podemos y debemos diseñar estrategias para defendernos del COVID-19. Pero como concluye Sontag: “no estamos autorizados para defendernos de cualquier manera que se nos ocurra”.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8811598-metaforas-militares/

Imagen: https://pixabay.com/photos/composing-toilet-paper-hamster-4984027/

Comparte este contenido:

¿Fue un acierto el haber mantenido el actual ciclo escolar en pie?

Por: Fidel Ibarra López

Los tiempos de la Ciencia no cuadran con los tiempos de la política. Desde la Organización Mundial de la Salud se advierte del riesgo que representa para la salud de la población mundial si se eliminan las restricciones que se tienen hasta el momento -la sana distancia y el confinamiento de la población-. Pero desde la esfera de la política, la vida transita por otras vías. Hay urgencia por reactivar la economía -a través de reabrir los negocios y las empresas de forma gradual-. Y se entiende, la Concamin advierte que cada día se están perdiendo alrededor de 20 mil empleos en nuestro país. Y esa cifra representa una cuesta arriba muy compleja de superar una vez que la pandemia haya pasado. De ahí el que haya urgencia por reabrir los negocios nuevamente.

En el terreno de la educación ocurre algo similar. Mientras que en otros países se dio por terminado el actual ciclo escolar, en México las autoridades educativas anunciaron que eso no iba a ocurrir en nuestro caso. Y en su defecto, se anunció que el calendario escolar se recorrería hasta el 17 de julio y que el regreso a las aulas sería escalonado “dependiendo del número de contagios que haya en cada municipio: para algunos, el regreso sería para el próximo 17 de mayo y para otros, la primera semana de junio (Educación Futura, 26 de abril del 2020).

¿Se pueden iniciar las clases presenciales en esas fechas? No hay certeza para ello, debido a que ese escenario depende de la forma como se comporte la pandemia en las próximas semanas. No obstante, aún con ello se aventuran las autoridades educativas a plantear una fecha probable de regreso a las aulas. Y la pregunta obligada es ¿por qué? Me parece que la respuesta va en dos sentidos: En primer lugar, en un escenario de incertidumbre, el funcionario público se ve obligado a ofrecer respuestas para ofrecer un cierto marco de certidumbre de cara al futuro inmediato. Y dentro de esas respuestas, una de ellas se vuelve imperativa: cuándo vamos a retornar a la “normalidad” -cualquier cosa que eso signifique ahora-. El funcionario público entonces, pretende dar certidumbre ante un escenario líquido -para utilizar la expresión de Bauman-, pese a que no se cuente con evidencia sólida para confirmar que lo que asegura se va a poder cumplir. En segundo lugar, me parece que no se canceló el ciclo escolar por una consideración política. Seguramente se valoró el costo político que significaría para el gobierno federal una decisión de ese tipo. Y la conclusión que se desprendió de ello es que cancelarlo hubiese significado un revés para la reforma educativa Obradorista. Una reforma que está en proceso de implementación y que ahora, por motivos de la pandemia, ha entrado en un impasse.

Dicho esto último, planteemos la pregunta a la inversa: ¿fue un acierto haber mantenido el ciclo escolar en pie? En términos políticos me parece que sí. Se envía una señal de operación y funcionamiento del sistema educativo. Y no sólo para el caso de la educación pública, sino sobre todo para el sistema privado. Haber concluido el ciclo escolar hubiese sumido al sistema privado en un escenario muy complejo por el tema de las colegiaturas. Pero, ¿y en términos académicos? Aquí es donde se instala el problema. Y lo afirmo por lo siguiente: diversos maestros y directores de educación básica se han manifestado sobre las deficiencias que contiene el plan “Aprende en Casa”.

Cito un ejemplo: “Saturación de contenidos, estandarización de conocimientos, manejo de conceptos complejos, sin explicaciones para alumnos de preescolar y primaria, y la falta de adecuación de contenido curricular para los de educación especial, son algunas defi-ciencias detectadas por maestros y directores de formación básica” (Laura Poy Santoyo, La Jornada, 26 de abril del 2020). Visto así, el programa de la SEP se entiende como una medida de urgencia para mantener el ciclo escolar en pie. Pero esa medida topa con una realidad para la cual habría que prepararse primero. Tanto para la impartición de las clases a distancia, como para trasladar el aprendizaje a casa. Lo que se está haciendo en este momento es trabajar en base a una urgencia para concluir de alguna forma el actual ciclo escolar. En el sistema de educación privada se están preparando con base en las debilidades estructurales que están quedando al descubierto con esta pandemia. Y lo tienen que hacer si quieren mantenerse en el mercado. En contraparte, si eso no ocurre con la educación pública en México -al menos en cuanto a la educación básica-, la brecha entre estos dos niveles se puede ensanchar todavía más.

Así pues, ¿fue un acierto haber mantenido el ciclo escolar en pie? En términos académicos me parece que hubiese sido mejor haberlo terminado y haber aprovechado todo este tiempo para atender las deficiencias estructurales -capital humano, tecnología, etc.- que contiene el sistema educativo nacional en cuanto a la educación básica.

En contraparte, se está trabajando por urgencias para sacar adelante un ciclo escolar que en esencia ya se trastocó de forma importante con la pandemia. Lo pongo en perspectiva con la siguiente pregunta: ¿Qué está dejando a los alumnos en términos de aprendizaje? Para los niños, no sé; pero para los padres de familia un estrés muy fuerte por todas las tareas que tienen que atender.

Pero bueno, la hoja de ruta que se siguió para el caso de México fue mantener el ciclo escolar en pie. Y terminarlo lo “mejor posible”. Esa decisión ya se tomó.

La pregunta ahora es: ¿en qué condiciones vamos a iniciar el otro ciclo escolar si la pandemia se mantiene en el escenario? ¿Se están tomando las previsiones para ello? Regresaremos a estas preguntas en su momento.

Sólo esperamos que no se trabaje por urgencias en el siguiente ciclo escolar.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/fue-un-acierto-el-haber-mantenido-el-actual-ciclo-escolar-en-pie/

Imagen: https://pixabay.com/photos/laptop-woman-education-study-young-3087585/

Comparte este contenido:

Hacer poco es mucho, pero la SEP no entiende esto

Por: Abelardo Carro Nava

¿Se ha puesto a pensar todo lo que ocurre en la mente de un niño cuando le pedimos que pinte la imagen de un perro que se visualiza en una hoja de papel?, ¿se ha puesto a pensar en la serie de habilidades cognitivas y cognoscitivas que el pequeño pone en marcha para cumplir con la consigna dada por el maestro o padre de familia? Indiscutiblemente, los estudios nos han hecho ver y comprender que, el ser humano, a partir de sus capacidades innatas desarrolla otras que se derivan de las experiencias que los individuos vamos adquiriendo conforme vamos “viviendo” en este mundo tan complejo y cambiante a cada instante.

Partir de una consigna, parece ser tan sencillo en términos educativos o académicos; sin embargo, tales cuestiones son más difíciles de entender si, por un lado, no visualizamos el contexto en el que se encuentra el infante, pero también, si no logramos comprender la intención didáctica que conlleva tal acción y, mucho menos, si no entendemos lo que cada uno de nosotros tiene en mente.

Pintar un perro, con seguridad, llevará al pequeño a colorearlo conforme a las experiencias previas que él haya tenido en casa, en la calle, en su pueblo o en su entorno; de ahí que sea importante que, la consigna, vaya acompañada de una serie de preguntas tales como: ¿conoces un perro?, ¿dónde lo has visto?, de qué color tenía el pelo o pelaje?, ¿tenía manchas y una cola corta o larga?, entre otras. A partir de esas interrogantes, el niño podrá asimilar y comprender lo que se le está pidiendo: pintar un perro. Así, como resultado de esa asimilación y comprensión, podrá colorear a este canino conforme a ese conocimiento previo, pero también, incluyendo (desarrollando) conocimientos nuevos en cuanto al número de manchas que pudo haberle colocado, el tamaño de su cola y hocico, etcétera. Esto último, dependerá de la creatividad e imaginación del infante.

Ahora, imaginemos que esta misma consigna la pusiéramos en un grupo de niños; seguro estoy (porque así lo he constatado) que no habría perros idénticos; tal vez algunos de ellos, al ser pintados, tendrían algunas similitudes, pero idénticos, no los habría.

En consecuencia, como bien sabemos, el conocimiento se construye individualmente, pero a su vez, colectivamente. Éste, es un principio básico que nos podría llevar a comprender por qué somos como somos y por qué actuamos como actuamos dadas las circunstancias que vivimos a diario. Desde luego, sin olvidar que, en tales cuestiones, interviene, en buena medida, el estado de ánimo del ser humano, los distractores que puede haber alrededor, la presión del tiempo para acabar la “tarea”, los requerimientos del profesor para que el trabajo esté “bien hecho”, etcétera.

Por lo anterior, me parece que la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de quienes tienen en sus manos la conducción de la estrategia “Educación a Distancia”, no han logrado comprender que, en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, intervienen una serie de factores intrínsecos y extrínsecos, que pueden o no, posibilitar el aprendizaje en casa porque, si bien es cierto que todo en esta vida genera un aprendizaje, también es cierto que ese aprendizaje requiere de una orientación que el profesor o profesora puede darle en ese espacio tan conocido por nosotros como lo es la escuela.

Sí, de esa escuela de la que, en estos días, se ha hablado tanto, pero también, de lo que el profesional de la educación conoce para desarrollarlo con sus alumnos dada su formación pedagógica y didáctica. “Aprende en casa”, con sus múltiples opciones, puede tener un marco regulatorio y, si usted gusta, orientador, en cuanto a lo que el docente pueda o no trabajar con sus alumnos. Esto no lo niego. Lo que me parece absurdo es que, mientras esta acción se propone como una “herramienta” mediante la cual se puede orientar ese aprendizaje, la solicitud de trabajar los contenidos – por muchas autoridades educativas del orden federal y local – como si se tuvieran clases presenciales, terminan por entorpecer y “saturar” lo que se podría aprender. No en vano los profesores, independientemente de los contenidos que haya planeado, realizan modificaciones en el aula cuando observan que sus alumnos han llegado con ciertos estados de ánimo, saberes o interrogantes de lo que probablemente hayan vivido el día anterior en la casa o en la calle. Y para complicar más el asunto, muchas de esas autoridades, terminan por pedir de un momento para otro, informes, reportes y evidencias del trabajo de sus alumnos, lo cual genera, como sabemos, un círculo imperfecto, que lleva a los docentes a presionar a los padres de familia para que éstos, a su vez, hagan lo propio con sus hijos y así, sucesivamente. Es, como decía, un círculo imperfecto que, bien a bien, no se explica en términos de aprendizaje, pero sí, en cuanto a burocracia se refiere.

En sentido estricto, burocracia no es aprendizaje. De ahí que cobre sentido el que, si se hace poco es mucho; siempre, considerando la intención didáctica, la estrategia de enseñanza y la forma en que podrá ser evaluado eso que el alumno haya construido a partir de un sentido educativo.

Imagine usted aquel infante que comienza a tener un acercamiento con las grafías; su mente, dado su nivel de desarrollo, con seguridad no logrará comprender por qué la “a” es la “a”, y por qué la “p” es la “p”, y mucho menos por qué, juntas, suenan “pa” y, doblemente juntas, “papa”. Ese proceso, el que ocurre en la mente cuando el pequeño busca dar una explicación es, desde mi perspectiva, el más importante porque, si bien es cierto que desde pequeños la mayoría de los seres humanos balbuceamos, también es cierto que, la escuela y su maestro, y no en pocas ocasiones los padres de familia, colaboran para que logre darle significado y, de esta forma, comprenda que la comunicación, con todo lo que ello implica, es importante en la medida en que se conozcan la composición de las palabras y, como parece obvio, las reglas gramaticales.

En suma, mayores espacios de autonomía para los maestros podría ser una opción para la SEP; sí, para una SEP a la que tanto le agrada direccionar los aprendizajes. Esto último no es tan errado, lo que es errado, es pensar que México sea un país homogéneo y que, por esas mismas razones, el aprendizaje deba serlo.

Ciertamente, la contingencia sanitaria ha evidenciado todas las carencias que tiene nuestro Sistema Educativo; sin embargo, hoy por hoy, el maestro, sigue siendo piedra fundamental para el logro de los propósitos educativos. Esto, sin olvidar, el papel tan relevante que están desarrollando los padres de familia en casa, con sus hijos.

Si bien es cierto que nuestro México tiene realidades diversas, también es cierto que, en la ciudad, en el pueblo, en la comunidad, se está haciendo lo posible para salir adelante; ojalá que las autoridades entiendan esto.

Fuente: https://profelandia.com/hacer-poco-es-mucho-pero-la-sep-no-entiende-esto/?fbclid=IwAR1XCup9beEgt6gjH7kGOJRjETORRX3epLjNpmTqC74w6IrIuacmnkaNliw

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/question-mark-important-sign-1872665/

Comparte este contenido:

El COVID-19 puede favorecer los autoritarismos y debilitar las democracias: una mirada al C5i

Por: Héctor Rodríguez Cruz

Dedicado a Rogelio Delgado Bogaert, Alfonso Moreno Martínez y Fonchy Lockward. Tres  grandes demócratas. Tres políticos íntegros.

El COVID-19 representa una seria amenaza para la salud de millones de dominicanos y también para la democracia dominicana. Esta pandemia no sólo exige poner atención a las alarmas sanitarias, sino también a las alarmas políticas, electorales y democráticas. Ambas amenazas deben ser  atendidas eficientemente.

Ambas tareas han de asumirse con sentido democrático y no autoritario. Los caminos autoritarios tienen en común el déficit democrático, es decir la imposición y decisiones sin sustento en el  parecer de la ciudadanía. La globalización del coronavirus ha puesto al descubierto las carencias democráticas de algunos países alrededor del mundo.  ¡Y el nuestro se inscribe entre ellos!

El COVID-19 también ha puesto a la vista de todos la capacidad de respuesta de las estructuras institucionales e infraestructuras sanitarias de una serie de países donde las privatizaciones llevaron a una contaminación significativa del sistema público de salud.  Nuestro país no ha sido la excepción, ha sido víctima de las mismas ambiciones de los mercaderes que asaltaron  la salud pública y esto debilita el deber democrático de garantizar  servicios de salud a todos los ciudadanos. 

El COVID-19 encontró a nuestro país con un sistema de salud colapsado, abandonado  y disminuido por las fuerzas salvajes de la privatización, que deja sin protección sanitaria a millones de dominicanos y principalmente a los más necesitados.

Otra gran tragedia del Sistema Nacional de Salud  es que dispone de un presupuesto insuficiente equivalente a un  2% del PIB, pese a que la Ley de la Estrategia Nacional de Desarrollo, END,  contempla una asignación equivalente al 4% del PIB a partir del 2020. La Conferencia Permanente de Partidos Politicos de América Latina y el Caribe, COPPPAL, que agrupa a más de 60 partidos de 29 países de América Latina, en su reciente asamblea realizada en Panamá, recomienda que se destine de manera inmediata y permanente el 6% del PIB, tanto para afrontar el presente del COVID-19  como  el “después” del COVID-19”.

El COVID-19 también encontró al país con un sistema democrático y electoral colapsado, confuso y con visibles rasgos de autoritarismo gerencial. El trauma electoral del 16-F, que condujo a  la nebulosa suspensión de las elecciones municipales programadas para el 16 de febrero del 2020, así  como  el “secretismo” entrampado y anodino que viene adoptando la JCE en la preparación de las próximas elecciones presidenciales y congresuales, ponen de manifiesto el alto nivel de riesgo y  letalidad a que está expuesta la democracia  dominicana.

El COVID-19 parece haber sido hecho a la medida de los gobiernos y políticos autoritarios que han proliferado en los últimos años. Mientras muchos de ellos no creyeron inicialmente en la gravedad de la pandemia, ahora les podría servir para recortar libertades democráticas, dar papeles y funciones protagónicos a los militares y policías en el manejo y control del COVID-19, así como hacer uso discrecional de presupuestos, préstamos, bonos  y donaciones; cerrar la frontera a la migración y exaltar el nacionalismo patológico frente a la cooperación entre países.

El COVID-19 coincide también con la tendencia global a contar con menos democracias. Desde 2006, según el Instituto Freedom House, con sede en Washington D.C., unos 64 países son menos democráticos mientras que sólo 37 gozan de más libertades. Las estadísticas e indicadores nacionales e internacionales  colocan al país entre los primeros. El declive autoritario proviene de gobernantes, legisladores y políticos que alegan que se deben limitar ciertas libertades para centralizar las decisiones en el Poder Ejecutivo.

La presencia de efectivos militares y policiales haciendo tareas civiles durante la pandemia genera inquietudes, especialmente en países como el nuestro donde los militares y policías tienen influencia sobre el poder político y viceversa. Según explica Augusto Varas, presidente de la “Fundación Equitas” de Chile,  y experto en cuestiones militares: «Una vez que las fuerzas armadas y policiales salen de sus marcos institucionales es muy difícil que retornen a los mismos, ya que su desprofesionalización las ha convertido en otra cosa”.

Los excesos cometidos por los militares y policías de aqui en el control de la movilidad durante la cuarentena, del toque de queda y el uso de mascarillas, acompañados de apresamientos en condiciones de riesgo, demuestran que algunos de ellos proceden al margen de lo previsto en la Constitución de República, en su propia Ley Orgánica y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que garantizan la seguridad de todos los ciudadanos, todo el tiempo y especialmente en situaciones de crisis, catástrofe y emergencia como el COVID-19, que está produciendo cientos de muertos y miles de infectados y serias afectaciones económicas y sociales.

Ante el miedo, la inseguridad,  la incertidumbre y sufrimientos la gran mayoría de los dominicanos requiere que se tomen medidas ejecutivas, rápidas, efectivas y atinadas por parte del gobierno y de las autoridades de salud. Sin embargo, las prioridades del gobierno y de las autoridades parecen no coincidir con las necesidades de las comunidades, los ciudadanos y los gremios médicos,  de enfermeras y bioanalistas del país.

Los gobiernos y políticos con tendencias autoritarias argumentan que ante la peligrosidad del COVID-19  conviene tener “mano fuerte” y favorecen un “poder fuerte centralizado”, y limitar los otros poderes, la libertad de circulación y el poder de expresarse ampliamente y libremente  en nombre de la defensa de  la “salud del pueblo”.

En este escenario, el gobierno del presidente Danilo Medina y la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y Control del COVID-19, se proponen utilizar la “tecnología” para el control del COVID-19. Sin embargo, diversos expertos y organizaciones de derechos humanos alertan que la privacidad de los ciudadanos se podría ver violada, y que la información que hoy se recoge para detener la pandemia, mañana podría ser utilizada para el control político.

Relacionado con este tema, el afamado historiador hebreo Yuval Noah Harari escribió recientemente que la tecnología que se está usando en Corea del Sur, Singapur y Taiwán para seguir la pista de los móviles, reconocimiento facial a través de cámaras, y datos sobre temperatura corporal, podría servir para fines represivos en el futuro.  Dijo que enfrentamos el dilema entre “la vigilancia totalitaria y el empoderamiento ciudadano”.

Señala, además, que los actuales gobiernos y políticos populistas atacan, mienten y desacreditan a la ciencia, generando climas de incertidumbre que sirven para promover regímenes autoritarios y poco democráticos. Cuestiones fundamentales para que la salida del COVID-19 no sea la entrada en una crisis de la democracia.

Ojalá que el Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras, Ciberseguridad, (drones) e Inteligencia del Ministerio de Defensa (C5i), inaugurado recientemente por el presidente Danilo Medina, y que “recopilará datos de afectados del COVID-19 y velará por la seguridad nacional”,  no se convierta en  un centro de “seguridades militares y estratégicas” para favorecer el autoritarismo y reducir la democracia en nuestro país, sino todo lo contrario. Sin embargo, más allá de la inquietud, tranquiliza saber que los militares y policías son los verdaderos guardianes de la Constitución, la democracia y  estado de derecho. ¡Por encima de todo!

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8810274-el-covid-19-puede-favorecer-los-autoritarismos-y-debilitar-las-democracias-una-mirada-al-c5i/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/rank-squad-russian-police-officers-on-1465485161?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fautoritarismo%2F

Comparte este contenido:

Precariedad laboral y expansión del extractivismo en Venezuela

Por: OEP.

 

En el Día Mundial del Trabajador, la cada vez más notoria precarización de las condiciones laborales en Venezuela destaca como uno de los elementos con incidencia en el avance del extractivismo en el país, sirviendo como principal motivador para quienes han migrado de empleos formales a sectores como la minería ilegal, o quienes han optado por la extracción directa de recursos naturales (leña, por ejemplo) para solventar necesidades básicas que no están siendo atendidas por el Estado venezolano, así como para l@s funcionari@s del sector de seguridad y defensa que apelan a prácticas de corrupción en zonas mineras para mejorar por esa vía sus condiciones de vida personales.

Política de precarización y reducción del Estado

El más reciente anuncio de aumento salarial hecho por el gobierno venezolano deja el nivel de ingreso mínimo en el sector formal en Venezuela en la pírrica cifra de $2,2, muy por debajo del salario en Cuba, por ejemplo, ($15) que ha sido históricamente uno de los más bajos de la región.

El anuncio evidencia dos elementos que han caracterizado la política no declarada de precarización de las condiciones laborales del actual gobierno venezolano: por una parte los anuncios no son realizados de manera explícita por el gabinete ministerial del gobierno, y se presenta el salario mínimo como un valor referencial que debería contemplarse en el marco de un paquete social que contempla el subsidio a los servicios básicos o la gasolina, lo que en las actuales condiciones de crisis del agua, electricidad, gas, y acceso al combustible pasa a ser fuertemente cuestionado por diversos sectores del país.

El grupo de investigación en materia económica 15 y último publicó una serie de gráficos que reflejan, con base en datos oficiales, el dramático aplanamiento del ingreso salarial en Venezuela, en relación con el comportamiento del valor referencial de la moneda.

Aplanamiento de la curva del ingreso salarial en Venezuela. Fuente @15yultimoweb
Evolución del ingreso mínimo en Venezuela. Fuente @15yultimoweb
Hundida y aplanamiento de la curva salarial en los últimos dos años en Venezuela. Fuente @15yultimoweb

Estos anuncios, y en especial la explicación de algunos funcionarios, que indican que el salario mínimo sólo parece cumplirse en el sector público pues el privado se ve obligado a mejorar las ofertas laborales para poder captar personal, ha sido interpretada por algunos analistas como una serie de medidas para impulsar una reducción de facto del aparato del Estado venezolano, sin declararla de tal forma por el costo político que tendría para un gobierno que se presenta como socialista.

Precarización laboral y migración como expansión del extractivismo

Diversas organizaciones han reportado cómo esta precarización laboral ha impulsado una migración interna hacia zonas tradicionalmente mineras en Venezuela. El Informe especial: Peligros y Vulneraciones de DDHH de Niños, Niñas y Adolescentes en la Frontera y Actividades Mineras de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) alerta que las principales razones que motivaron la marcada migración venezolana de los últimos años hacia el extranjero estaban relacionadas con las condiciones de vida y del ámbito laboral. También advierte el documento sobre la migración interna en el país  de maestros, maestras, entre otros trabajadores del sur del país hacia las zonas mineras.

En este sentido cabe destacar que mientras una parte de la clase trabajadora venezolana que migró al extranjero terminó siendo captada como mano de obra barata para la minería y otras formas de extractivismo en países como Chile o Colombia, otro sector terminó siendo captado por el propio sistema extractivista en Venezuela en zonas como Bolívar.

Represión en el sector laboral en Venezuela

A finales del 2019 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) situó a Venezuela como uno de los países con mayor riesgo de conflictividad social en el mundo, debido a la alta tasa de precariedad laboral que registra.

La OIT designó una comisión de encuesta para Venezuela, una decisión con muy pocos precedentes históricos en la entidad, para analizar reiteradas quejas de los empleadores y organizaciones sindicales sobre el irrespeto de normas laborales y las condiciones de informalidad y precariedad crecientes en el mercado laboral. Una situación que ha sido reportada por diversas organizaciones y activistas en el país.

En especial, destaca que la OIT hace un llamado enfático al gobierno venezolano  por “el cese inmediato de todos los actos de violencia, amenazas, persecución, estigmatización, intimidación u otra forma de agresión a personas u organizaciones en relación con el ejercicio de actividades gremiales o sindicales legítimas, y la adopción de medidas para garantizar que tales actos no se repitan en el futuro.”

Este llamado de la OIT coincide con reportes de persecución y represión en contra de trabajadores venezolanos, dirigentes o activistas del sector laboral en el país. En este sentido destacamos el caso del trabajador de Ferrominera, Rodney Álvarez, quien formaba parte de los trabajadores que en Ferrominera del Orinoco se organizaban para luchar por el contrato colectivo y sus derechos, enfrentados tanto a la gerencia como a la burocracia sindical progubernamental y que desde el 2009 ha sido injustamente incriminado y privado de su libertad como forma de proteger a delincuentes al amparo del gobierno y de reprimir las luchas por los derechos laborales en el sector de las industrias básicas en Venezuela.

Fuente del artículo: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/05/01/precariedad-laboral-y-expansion-del-extractivismo-en-venezuela/
Comparte este contenido:

0% Educación Ambiental en Venezuela, 100% Basura en las calles de Venezuela

Por: Carlos Ruperto Fermín.

Mayo es el mes del reciclaje, porque el 17 de mayo celebramos el Día Mundial del Reciclaje, siendo una oportunidad de oro para que los venezolanos, apliquemos la reflexión en nuestras vidas, por el bienestar holístico de la Tierra.

Dicen que las estadísticas nunca mienten, y basta con caminar por las calles venezolanas, para comprender que las estadísticas jamás mienten en la corte.

Siendo sincero, mis artículos sobre ecología no son escritos ni para el tiempo presente ni para la audiencia presente. Como decimos los venezolanos, nosotros ya estamos echados a perder, ya estamos jodidos, simplemente vivimos por vivir, con nuestra sagrada irresponsabilidad ambiental que jamás cambiará por voluntad propia, y que nos alegra enaltecer tirando más basura en las calles.

Yo escribo mis artículos pensando en el futuro conservacionista de Venezuela, donde los niños y adolescentes encontrarán en mis sabias palabras, una esperanza ecológica para revertir las toneladas de basuras sembradas por sus padres y abuelos, que ni quisieron ni supieron ver la cándida luz del santo sol.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a caminar entre los residuos sólidos urbanos.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a vivir entre los residuos sólidos urbanos.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a rezar entre los residuos sólidos urbanos.

Oraciones muy fáciles de escribir, pero oraciones muy difíciles de digerir.

Los muchachitos venezolanos fueron bien educados por sus progenitores, y ya aprendieron a tirar basura dentro de las iglesias cristianas, ya aprendieron a saltar las montañitas de basura en las aceras de las carreteras, ya aprendieron a taparse la nariz cuando pasan muy cerca de la vil basura citadina, ya aprendieron a sentir odio por la cochina bolsa de basura que saldrá de la casa, ya aprendieron a decir basura cuando quieren insultar el apellido de un Ser Humano.

Las travesuras de los padres muy bien aprendidas por sus hijos. ¡Qué chévere!

Nosotros no somos delincuentes, pero si el pueblo venezolano delinque en contra de la paz ecológica de Bolívar, pues tendremos que tratar a los sucios delincuentes venezolanos, como tratamos a la basura que tiramos en las calles.

Sabemos que en todos los estados venezolanos, se vienen realizando esfuerzos ambientales comunales, para erradicar tanta basura de las calles bolivarianas, pero mientras sigamos cargando la cruz del 0% de Educación Ambiental, y mientras sigamos cargando la cruz del 100% de basura en las calles de Venezuela, pues será ecológicamente imposible revertir la perversión ambiental.

Instalar cámaras de seguridad anti-basura, entrenar a policías anti-basura, amaestrar a perros anti-basura que muerdan el trasero del infractor, obligar a pagar las unidades tributarias que nunca se pagan, premiar a la gente anti-basura, intensificar campañas educativas anti-basura, escribir artículos anti-basura, regalar regalos hechos con basura, dar el buen ejemplo anti-basura.

Hay de todo en la villa del Señor, y hay de todo en las leyes penales venezolanas, pero cuando finalmente llega el frío de la noche en la ciudad, nunca podemos distinguir entre la sombra de la realidad humana, y la sombra de la basura urbanizada, porque aunque duela reconocerlo con los pies descalzos, todos somos culpables del mismo delito ecológico llamado: indiferencia.

Sin embargo, no todos los venezolanos son animales apestosos de Bolívar, pues existen compatriotas que realmente generan cambios ecológicamente positivos en sus comunidades, pero sus sueños ambientales se convierten en pesadillas mundanas, porque el resto de la ciudadanía no contribuye con la Madre Tierra.

Fíjense que yo estoy viviendo en el municipio Libertador del estado Mérida en Venezuela, y he visto buenas iniciativas conservacionistas forjadas por parte de los habitantes de las comunidades merideñas, que pretenden reducir la contaminación ambiental de la fría y friolenta geografía andina.

En el pasado callejero de la vialidad merideña, se colocaban muchísimos carteles pintados sobre las paredes de las calles, con frases ambientalmente punzantes y elocuentes, como: «No sea cochino, no bote basura aquí», «Regresamos su basura a su casa, edificio o local comercial, colabore», «Prohibido tirar basura en la esquina», «Respete, la calle no es basurero, estamos vigilando», y «La basura es el resultado del límite de nuestra imaginación».

No obstante, esos cartelitos ecológicos en las calles merideñas, terminaron siendo fracasos para los residentes y generaron una mala impresión para los turistas, porque si un ciudadano es capaz de comportarse como un animal, tirando deliberadamente los residuos sólidos en las calles de Mérida, pues obviamente un animal no tiene el suficiente raciocinio para discernir en la calle, y un animal no limpiará su chiquero por una frasecita pintada en la pared.

Sabiendo que las rondas de recolección de basura de los camiones del aseo urbano, son insuficientes para mantener pulcros y resplandecientes los suelos de la capital merideña, y sabiendo que las moscas, las ratas, los zamuros, los perros y los gusanos, agravan la problemática ambiental del casco central de Mérida, pues hemos visto propuestas ambientales muy ingeniosas en territorio merideño, buscando frenar las montañitas de basura en las calles, y buscando promover la Cultura del Reciclaje en una sociedad que desconoce a la Educación Ambiental.

En el municipio Libertador del estado Mérida, se vienen reutilizando cauchos viejos y neumáticos espichados, como si fueran macetas o materos.

Los neumáticos son llenados con tierra, se les injerta una planta ornamental o un pequeño arbusto, y algunas veces son pintados con colores llamativos o adornados con piedritas.

Los viejos neumáticos reciclados y transformados en bonitos arbolitos, son estratégicamente colocados en las esquinas y aceras de las calles merideñas, donde la gente cochina acostumbra a tirar los residuos sólidos comprados y consumidos, a sabiendas de que se está contaminando ambientalmente a las calles del pueblo, y a sabiendas de que los organismos policiales son incapaces de castigar el delito ambiental in fraganti, porque la basura en Mérida se tolera, se legaliza, se huele.

Poco a poco, Mérida se ha visto invadida por los arbolitos con neumáticos.

Yo he visto a jóvenes merideños sudar y trabajar ambientalmente, por el saneamiento de sus calles y comunidades, sin proselitismo político, sin invocar milagros celestiales, sin esperar que venga Inés y haga lo que yo puedo hacer.

Limpiar los cauchos, pintarlos, injertar la planta, moverlos un poquito a la derecha, moverlos un poquito a la izquierda, tomarles una foto con la cámara del teléfono celular, ponerles una firma o frase en la goma externa, y hasta besarlos.

El efecto persuasivo y disuasivo que buscan los arbolitos con neumáticos reciclados, es que las personas cochinas que tiran basura en las calles merideñas, observen el arbolito o la bonita planta germinada por la Madre Tierra, y sientan remordimiento de ensuciar con basura un espacio público merideño, donde yace un ser vivo que todos asociamos con la Naturaleza, con las verdosas hojas y con la belleza del campo.

Supuestamente, el ciudadano merideño debe desistir y cohibirse de tirar su basura mundana, en la zona citadina donde se encuentran los bonitos arbolitos con neumáticos reciclados, porque hasta un hambriento mapurite sabe que un cartón lleno de huevos podridos, no armoniza con una verdosa planta que purifica al Medio Ambiente.

Ya sabemos qué son los arbolitos con neumáticos reciclados, ya conocemos sus coordenadas dentro del estado Mérida, y ya conocemos sus buenos deseos.

Ahora bien, la gran pregunta del artículo sería la siguiente: ¿Acaso los arbolitos con neumáticos reciclados vienen ayudando a reducir la basura en Mérida?

No, lamentablemente, los arbolitos con neumáticos reciclados fracasaron a lo largo y ancho de la geografía merideña, y los espiritualmente cegados y cochinos ciudadanos merideños, ahora lanzan más residuos sólidos urbanos en las calles, donde se ubican los lindos arbolitos con neumáticos reciclados.

¿Usted realmente está prestando oído al tambor?

Los cochinos ciudadanos merideños, ahora lanzan más residuos sólidos urbanos en las calles, donde se ubican los lindos arbolitos con neumáticos reciclados, e incluso, yo he visto los neumáticos llenos de basura por dentro.

Tal vez la gente cochina sienta enojo y malestar, porque hay gente limpia que desea cambiar la inmundicia de la gente cochina, y como la gente cochina es incapaz de reflexionar y cambiar su estilo de vida, entonces la gente cochina reacciona con rabia y tira más basura en la calle, para demostrar que no hay arbolito, que no hay neumático y que no hay cartelito, que pueda cambiar la sucia mentalidad de comprar, comer, tirar, pisar, rebuznar, defecar y dormir.

¡Qué barbaridad! No es grave, es gravísimo el problema de la basura en las calles de Venezuela, y sería más que fantasía cambiar la historia del ecocidio.

¿Por qué fracasaron los lindos arbolitos con neumáticos reciclados?

Los arbolitos con neumáticos reciclados, fracasaron debido a la ausencia de Educación Ambiental en Venezuela, porque si no sembramos valores ecológicos en los hogares, en los colegios, en las oficinas y en las calles, pues nunca viviremos en una ciudad que practique voluntariamente la Cultura del Reciclaje.

Y es precisamente por la falta de Educación Ambiental, que cualquier proyecto ambiental fracasa en cualquier ciudad del Mundo, porque si mientras la mano derecha planta un árbol, la mano izquierda tala otro árbol, al final de la historia nos quedaremos con 0% de Educación Ambiental, y al final de la historia nos quedaremos con 100% de basura cultivada en Venezuela.

No podemos presumir que la gente se sensibilizará por un arbolito con neumáticos reciclados, y no podemos presumir que la gente se arrepentirá de ensuciar la casita de un árbol amorosamente sembrado en la calle, si no cultivamos previamente el valor ecológico dentro del cerebro del pueblo.

Y también hay que reconocer, que los arbolitos con neumáticos reciclados, realmente son estorbos para las congestionadas callecitas merideñas, pues los neumáticos obstaculizan el paso por las aceras, impiden el libre tránsito de los peatones, quienes se ven forzados a caminar por el pavimento de la calle para no enredarse en los neumáticos, lo cual representa un riesgo de sufrir un accidente automovilístico, y también representan un peligro de lesión corporal, para cualquier niño o anciano que sin querer, se tropiece con el neumático en la calle.

La improvisación de los terrícolas no congenia con el bienestar del Medio Ambiente, que siempre exige trabajo mancomunado y despolitizado, para resolver conflictos ambientales que vienen perjudicando a los recursos naturales de la Pachamama, y que específicamente en el estado Mérida, se intentan maquillar y ocultar de los ojos de la colectividad venezolana, durante las rentables temporadas de vacaciones en Semana Santa, en Carnaval, en Navidad y en el mes de Agosto, cuando le pagamos a la gente cochina para que no ensucie las calles con basura, pero cuando los adinerados turistas abandonan los atiborrados vagones del teleférico, entonces le pagamos otra vez a la gente cochina de Mérida, para que siga ensuciando con basura sus calles merideñas.

Pero más allá de la crisis ambiental, Mérida sigue siendo un estado venezolano tan supersticioso como cristiano, donde la gente piensa que por tocarle el pie a un santo de la Catedral, recibirá un favor del cielo que le ayudará en la vida.

Quizás podemos usar el milagroso cristianismo de las iglesias merideñas, para infundir miedo por el pecado, y respeto por el contaminado Medio Ambiente.

La verdad, yo no creo que el fin justifica el medio para conseguirlo, pero si queremos que el 0% de Educación Ambiental no se siga devorando a las calles de Venezuela, pues tenemos que analizar psicológicamente y sociológicamente a la población venezolana, para transformar un sucio talón de Aquiles en un cristalino río del Edén.

Recientemente, fui hasta una populosa calle merideña ubicada cerca de la plaza Glorias Patrias, donde diariamente la gente cochina vierte basura en la acera, incluyendo botellas de plásticos, cáscaras de frutas, pañales desechables, empaques de golosinas, latas de sardinas, periódicos viejos, envases de vidrio rotos, láminas de polietileno, colillas de cigarrillos, y demás basura mundana.

Siempre hay basura en la acera de esa calle merideña, y el constante hedor por el mal manejo de los residuos sólidos urbanos, genera enfermedades respiratorias y problemas gastrointestinales en los transeúntes, que aunque caminan rapidito para evitar la pestilencia pública, no pueden evitar oler la porquería ambulante.

A modo de ensayo ambiental, yo me ubiqué en la acera de la hedionda calle merideña, luego yo coloqué en la pared que se encontraba en la esquina de la acera, una cruz hecha con dos pedazos de madera reciclada que tenía en mi casa, y después yo puse un mensaje escrito en una hoja de papel tipo oficio, que decía:

«Por amor a Dios, no ponga basura aquí».

Sorprendentemente, regresé tres veces a la acera de esa calle, en tres días distintos de la misma semana, y para mi sorpresa, la basura había disminuido en un 90% desde que yo puse la crucecita de madera, y desde que yo puse el mensajito cristiano en la hoja de papel, lo cual me hace pensar que la clave para reducir la basura en Venezuela, es invocar el sagrado nombre de Dios en las calles venezolanas, para que los cristianos venezolanos recuerden que Jesús no tiraba desperdicios en las calles, y que la basura mundana proviene de Satanás.

Una semana después de realizar la prueba ambiental, regresé a la misma acera de la misma calle merideña, y desprendí la cruz de madera que había pegado en la pared, y también desprendí la hoja de papel con el gran mensaje cristiano.

Sorprendentemente, regresé tres veces a la acera de esa calle, en tres días distintos de la misma semana, y para mi sorpresa, la basura había aumentado en un 90% desde que yo eliminé la crucecita de madera, y desde que yo desprendí la hoja de papel con el mensaje cristiano, lo cual me hace pensar nuevamente, que la clave para reducir la basura en Venezuela, siempre será invocar el sagrado nombre de Dios en las calles venezolanas, para que los cristianos venezolanos recuerden que Jesús no tiraba desperdicios en las calles, y para que comprendan que la basura mundana proviene de Satanás.

Dios me demostró que es posible subir el 0% de Educación Ambiental en Venezuela, y Dios también me demostró que es posible bajar el 100% de basura en las calles venezolanas, pero nos hemos olvidado tanto de la santa palabra de Dios, nos hemos olvidado tanto de leer las páginas de la Santa Biblia, y nos hemos olvidado tanto de confiar ciegamente en Jesús, que hasta sentimos pena y vergüenza de escribir mensajes cristianos en las calles, y aunque decimos ser fieles cristianos venezolanos, siempre elegimos caminar entre la basura de nuestras sucias ciudades, antes que caminar con la luz verde y limpia de Jehová.

Recordemos que la cita bíblica en Números 35:34 afirma lo siguiente:

«Y no contaminaréis la tierra que habitas, en medio de la cual Yo moro, pues yo, el Señor, habito en medio de los hijos de Israel».

Cabe destacar que con mi cartelito, yo NO tuve que gastar ni un centavo para educar a los venezolanos, yo no tuve que llamar cochino a nadie, no tuve que dibujar la figura de un puerco en la pared, y no tuve que amenazar con vulgaridades a nadie, pues yo simplemente apelé al pacifista poder de Dios, para avivar la conciencia ambiental en la mente colectiva, y por eso el cartelito decía:

«Por amor a Dios, no ponga basura aquí».

Vamos a cambiar los arbolitos con neumáticos reciclados, por una simple pero poderosa cruz hecha con pedazos reciclados de maderas, y por unos simples pero poderosos cartelitos escritos en papel o cartulina, que exclamen frases ecológicas y cristianas, como por ejemplo:

«Si tira basura, Dios te castiga».

«Por amor a Dios, no ensucie la calle».

«Si eres cristiano, no botes basura aquí».

«Por la sangre de Jesús, ponga la basura en su santo lugar».

«Si amas a Cristo, no eches basura aquí».

«Cruz de amor, no más basura».

No olvidemos que durante su ministerio en la Tierra, nuestro amado Jesucristo sacaba a los espíritus inmundos de la gente endemoniada.

Yo siempre he pensado que la gente que tira basura en las calles, es gente endemoniada y poseída por el Diablo, por lo que es correcto usar el sagrado nombre de Dios, para que la gente endemoniada de Venezuela, no siga tirando basura en la calle.

Dios convierte lo imposible en posible, Dios puede hacer lo que las leyes venezolanas no quieren hacer, Dios puede transformar la basura en rosas.

Es cierto que mi cruz y mi cartelito fueron parte de un exitoso ensayo ambiental en el estado Mérida, y por supuesto que podemos crear diseños visualmente más atractivos, utilizando la económica pintura de caucho o emulsionada, para pintar la cruz y para escribir el mensaje cristiano directamente en la pared de la calle, e incluso, se puede hacer una infografía incluyendo el rostro de Jesús, pero siempre manteniendo la seriedad del trabajo ambiental, porque si convertimos el mensaje cristiano en un colorido grafiti callejero, pues la gente no tomará en serio la amonestación pública, y seguro que seguirá echando basura en la calle.

Hacemos un llamado de atención a las instituciones públicas y privadas de Venezuela, para que consideren las cruces y los carteles que combinan el cristianismo y el ambientalismo, como alternativas prácticas y eficaces para generar la Cultura del Reciclaje, entendiendo que la lucha ecológica venezolana no debe ser politizada por los gobiernos, pues todos necesitamos de una ciudad limpia para realizar las actividades cotidianas, y todos necesitamos despertar la Educación Ambiental para alcanzar el desarrollo sustentable del país.

También debemos comprender que el reciclaje no es la perfecta solución, para resolver el problema de la basura en Venezuela, así como la buena gestión integral de los desechos sólidos, tampoco puede garantizarnos que las calles venezolanas rechinarán de tanta limpieza asfáltica.

Es usted quien debe ser menos consumista, menos indiferente, menos egoísta.

No debes pensar que otro hermano recogerá la basura que tiraste en la calle, porque aunque otro hermano la recogiese, no se justifica tu desidia ambiental.

Yo debo confesar que a finales del mes de abril del año 2020, estuve caminando libremente por la plaza Las Heroínas del estado Mérida, y aunque la cuarentena social en Venezuela convirtió a la famosa plaza Las Heroínas, en una temerosa plaza fantasma donde el virus venció al heroísmo de las heroínas, lo que realmente me sorprendió durante mi melancólica visita, fue observar tanta basura dentro y fuera de los contenedores ecológicos de la plaza Las Heroínas, que desde hace años permiten que los ciudadanos separen y reciclen la basura.

Ni siquiera había un fantasma en la desolada plaza Las Heroínas, pero las altas cantidades de residuos sólidos dispersados por el suelo, nos demuestran claramente el holismo del problema de la basura en Venezuela, porque hoy culpamos a un virus por tanta desidia ambiental en la plaza, pero ayer nadie usó un tapaboca para cubrir su rostro, y la desidia ambiental en la plaza fue la misma repugnante escena, y mañana las felices narices volverán a respirar al aire libre, pero la desidia ambiental en la plaza Las Heroínas, seguirá siendo la misma adversa historia sin fin.

Mientras reflexionaba en la plaza Las Heroínas, recuerdo que me detuve a observar el revoloteo de una microscópica mariposita, que bailaba de florecita en florecita, abstraída del Mundo, viviendo en su mundo, recoloreando mi vida.

En medio de la basura mundana del Hombre, en medio del bacteriológico miedo del Hombre, en medio de un azulado cielo que resplandecía por el sol, pues una mariposita relucía y danzaba debajo de mis pies, en lo verde de un pequeño césped, en una vida que nadie puede ver, en un sueño que no sabemos vivir.

Yo le doy las gracias a Dios, porque siento que soy un hombre distinto a los demás.

Me alegra poder apreciar los pequeños detalles naturales de la vida, que precisamente te alegran la vida, te dan las alas para volver a creer, te dan la luz para volver a escribir, te dan la voluntad para seguir caminando, te dan el oxígeno para inhalar la gracia salvadora de Dios, te dan la virtud para respetar la vida de la mariposita, te dan el juicio para no pisarla y para no matarla.

Me alegra ver lo que otros no pueden ver, me alegra sentir lo que otros no pueden sentir, me alegra pensar lo que otros no quieren pensar.

Entre tanta basura en la plaza Las Heroínas, una mariposita, una criaturita de Dios, un indefenso ser vivo, me demostró que aunque la lucha ecológica es ingrata, es menospreciada y es maltratada, pues yo debo seguir siendo fiel a mis convicciones en la vida, sabiendo que para reconocer los tesoros naturales de Jehová, no hay que viajar hasta los legendarios bosques de Australia, porque debajo de nuestros pies, hay basura que recoger, hay angelitos que bendecir, hay milagros que atesorar, en el fondo de nuestros corazones venezolanos.

La próxima vez que compres zapatos nuevos, no tires la caja de cartón en las calles venezolanas. Mejor recicla la caja de cartón, y confecciona manualidades llenas de amor y creatividad, que puedes obsequiar a tus seres queridos, aprovechando los materiales inorgánicos que no deben ensuciar los espacios públicos de nuestro territorio, y que deben ser reciclados por amor a Dios.

Aprendamos a caminar todos juntos, por el camino del Conservacionismo.

Fuente del artículo: https://www.aporrea.org/actualidad/a290093.html

Comparte este contenido:
Page 712 of 2441
1 710 711 712 713 714 2.441