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Slavoj Zizek: ¿Qué tienen en común las protestas de coronavirus y Francia (y es hora de ORGIES todavía?)

Por: Slavoj Zizek

Los brotes epidémicos, al igual que las protestas sociales, no estallan y luego desaparecen; persisten y acechan, esperando explotar cuando menos se espera. Deberíamos aceptar esto, pero hay dos formas de hacerlo.

Las personas fuera de China pensaron que una cuarentena sería suficiente para combatir la propagación del virus y que están más o menos seguras detrás de ese ‘muro’. Pero ahora que se han reportado casos de coronavirus en más de 20 países, se necesita un nuevo enfoque. ¿Cómo lidiar con amenazas tan traumáticas?

Tal vez podamos aprender algo sobre nuestras reacciones a las epidemias de coronavirus del psiquiatra y autora Elisabeth Kübler-Ross, quien, en On Death and Dying, propuso el famoso esquema de las cinco etapas de cómo reaccionamos al saber que tenemos, por ejemplo, una enfermedad terminal: Negación (uno simplemente se niega a aceptar el hecho, como en «Esto no puede estar sucediendo, no para mí» ); Ira (que explota cuando ya no podemos negar el hecho, como en «¿Cómo puede pasarme esto a mí?» ); Negociación (la esperanza de que de alguna manera podamos posponer o disminuir el hecho, como en «Solo déjame vivir para ver a mis hijos graduarse» ); Depresión (desinversión libidinal, como en «Voy a morir, ¿por qué molestarse con algo?» ); y finalmente aceptación («No puedo luchar contra él, mejor me preparo para ello». 

Kübler-Ross luego aplicó estas etapas a cualquier forma de pérdida personal catastrófica (desempleo, muerte de un ser querido, divorcio, adicción a las drogas) y también enfatizó que no necesariamente vienen en el mismo orden, ni las cinco etapas las experimentan todos. pacientes

Uno puede discernir las mismas cinco etapas cada vez que una sociedad se enfrenta a algún evento traumático. Tomemos la amenaza de una catástrofe ecológica.

Primero, tendemos a negarlo: «es solo paranoia, todo lo que realmente sucede son las oscilaciones habituales en los patrones climáticos». Luego viene la ira: a las grandes corporaciones que contaminan nuestro medio ambiente y al gobierno que ignora los peligros. A esto le sigue el regateo: ‘si reciclamos nuestros desechos, podemos ganar algo de tiempo; Además, también tiene buenos lados, ahora podemos cultivar verduras en Groenlandia, los barcos podrán transportar mercancías desde China a los EE. UU. mucho más rápido a través de la ruta del norte, nuevas tierras fértiles estarán disponibles en el norte de Siberia debido al derretimiento de permafrost. Luego viene la depresión («es demasiado tarde, estamos perdidos») y, finalmente, la aceptación: «estamos lidiando con una amenaza grave y tendremos que cambiar nuestra forma de vida».  

Lo mismo ocurre con la creciente amenaza del control digital sobre nuestras vidas. Nuevamente, primero, tendemos a negarlo, y lo consideramos ‘una exageración’, ‘más paranoia de izquierda’, ‘ninguna agencia puede controlar nuestra actividad diaria’. Luego explotamos enojados con las grandes compañías y agencias secretas del estado que ‘nos conocen mejor que nosotros mismos’ y usan este conocimiento para controlarnos y manipularnos. Le sigue la negociación (las autoridades tienen el derecho de buscar terroristas, pero no infringir nuestra privacidad), depresión (es demasiado tarde, nuestra privacidad se pierde, la era de las libertades personales ha terminado). Y, finalmente, llega la aceptación: «el control digital es una amenaza para nuestra libertad, ¡debemos hacer que el público tome conciencia de todas sus dimensiones y comprometernos para luchar contra él!» 

RT

Incluso en el ámbito de la política, lo mismo se aplica a aquellos que están traumatizados por la presidencia de Trump: primero, hubo una negación (‘no te preocupes, Trump solo está postulando, nada cambiará realmente si toma el poder’), seguido de ira (a las ‘fuerzas oscuras’ que le permitieron tomar el poder, a los populistas que lo apoyan y representan una amenaza para nuestra sustancia moral), negociaciones (‘todo aún no está perdido, quizás Trump pueda ser contenido, toleremos un poco de sus excesos ‘), y la depresión (‘ estamos en el camino hacia el fascismo, la democracia se pierde en los Estados Unidos ‘), y luego la aceptación:’ hay un nuevo régimen político en los Estados Unidos, los viejos tiempos de la democracia estadounidense son una vez más, afrontemos el peligro y planeemos con calma cómo podemos superar el populismo de Trump ‘

En la época medieval, la población de una ciudad afectada reaccionó a los signos de peste de una manera similar: primero la negación, luego la ira (en nuestras vidas pecaminosas por las cuales somos castigados, o incluso en el Dios cruel que lo permitió), luego regateando (no es tan malo, evitemos a los que están enfermos), luego la depresión (nuestra vida ha terminado), luego, curiosamente, orgías (‘ya que nuestras vidas han terminado, obtengamos todos los placeres posibles: beber, sexo …’ ) Y, finalmente, hubo aceptación: ‘aquí estamos, comportémonos lo más posible como si la vida normal continuara’.

¿Pero cómo se vería nuestra aceptación aquí? Es un hecho extraño que estas epidemias muestren una característica común con la última ronda de protestas sociales como las de Francia o Hong Kong: no explotan y luego se esfuman, se quedan aquí y persisten, trayendo miedo permanente y fragilidad a nuestras vidas.  ¿Y no es así también como estamos lidiando con las epidemias de coronavirus que explotaron a fines de 2019? Primero, hubo una negación (no está ocurriendo nada grave, algunas personas irresponsables simplemente están esparciendo el pánico); luego, ira (generalmente en forma racista o antiestatal: los chinos sucios son culpables, nuestro estado no es eficiente …); luego viene la negociación (OK, hay algunas víctimas, pero es menos grave que el SARS y podemos limitar el daño); Si esto no funciona, surge la depresión (no nos engañemos, todos estamos condenados). 

Lo que deberíamos aceptar, con lo que deberíamos reconciliarnos, es que hay una subcapa de vida, la vida no muerta, estúpidamente repetitiva, pre-sexual de los virus, que siempre estuvo aquí y que siempre estará con nosotros como un oscuro sombra, representando una amenaza para nuestra supervivencia, explotando cuando menos lo esperamos. 

Y a un nivel aún más general, las epidemias virales nos recuerdan la última contingencia y la falta de sentido de nuestras vidas: no importa cuán magníficos edificios espirituales creemos, la humanidad, una estúpida contingencia natural como un virus o un asteroide puede terminar con todo. Sin mencionar la lección de ecología que es que nosotros, la humanidad, también podemos contribuir sin saberlo a este fin.

Pero esta aceptación puede tomar dos direcciones. Puede significar simplemente la re-normalización de la enfermedad: OK, las personas morirán, pero la vida continuará, tal vez incluso haya algunos efectos secundarios buenos. O la aceptación puede (y debe) impulsarnos a movilizarnos sin pánico e ilusiones, a actuar en solidaridad colectiva. 

Fuente e Imagen: https://www.rt.com/op-ed/481213-coronavirus-protests-slavoj-zizek/

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Tragedia Siria

Por: El PAIS

Cuando están a punto de cumplirse nueve años de guerra civil en Siria, el conflicto sigue sumando cifras de devastación cada vez peores en las que, de lejos, la parte más perjudicada es la población civil. La última alerta lanzada por la ONU sobre la existencia del mayor éxodo de refugiados desde 2011 es un buen ejemplo de la preocupante degradación de una confrontación que más allá de sus implicaciones políticas y estratégicas está teniendo un intolerable coste en vidas humanas.

En medio del invierno y con temperaturas que han llegado a alcanzar los 10 grados bajo cero, unos 900.000 sirios de la provincia de Idlib, en la frontera con Turquía, han tenido que abandonar el lugar donde se encontraban prácticamente con lo puesto. De ellos unos 290.000 son niños y el 80% de los adultos son mujeres viudas. En numerosos casos se trata de refugiados que no han abandonado sus hogares, sino campos de acogida en los que se habían instalado huyendo de la guerra de otras zonas de Siria. En esos campos, las condiciones de vida han sido calificadas de “horribles” por las agencias de ayuda internacional, pero al menos allí estaban a salvo de la guerra. Ya no. Emprender la huida se ha convertido en una desesperada rutina para cientos de miles de personas.

Es urgente que, tal y como demanda Naciones Unidas, se establezcan corredores humanitarios que sean respetados por todos los grupos combatientes: el Ejército sirio apoyado por la fuerza aérea rusa, el Ejército turco, las milicias kurdas, los grupos rebeldes que combaten al presidente Bachar el Asad y las milicias yihadistas. También es preciso que se respeten mínimamente las reglas de la guerra y el derecho internacional para que hospitales, instalaciones médicas y colegios civiles dejen de ser bombardeados sistemáticamente como reflejan las denuncias de la ONU, que atribuyen la mayor parte de los ataques (y muertes) a la aviación rusa y a las fuerzas leales a El Asad.

Incluso en un escenario de enfrentamiento directo entre dos países de Oriente Próximo como Siria y Turquía, que tendrá importantes consecuencias regionales y en el que ya se han vivido episodios de choques directos entre los Ejércitos de ambos países, deberían respetarse unas mínimas reglas. La diplomacia debe servir en primer lugar para que la situación humanitaria no empeore y después para que la situación en su conjunto no se siga degradando.

Lamentablemente la guerra en Siria se ha sumergido en una espiral de destrucción que hace poco probable una solución a corto plazo, pero lo que no pueden esperar más son medidas concretas y factibles para evitar una nueva sangría de vidas civiles.

Fuente e Imagen: https://elpais.com/elpais/2020/02/21/opinion/1582304963_497794.html

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Producción Científica China Bajo La Lupa

Por: Sofía García-Bullé

En tiempos de alta tensión internacional, el conocimiento puede volverse un arma y los académicos fuentes de información confidencial codiciada.

Las universidades son espacios donde se genera y comparte conocimiento y donde se llevan a cabo grandes descubrimientos científicos y tecnológicos a través de la investigación científica. El propósito de la investigación científica es aportar conocimiento y recursos que contribuyan al  avance de la humanidad. En algunas ocasiones, el proceso de investigación implica la producción y manejo de información altamente sensible y confidencial, por lo que se exige a los científicos evitar verse influenciados o comprometidos por intereses políticos o económicos ya que un caso de deshonestidad académica en este tipo de situaciones puede provocar incidentes internacionales.

En artículos anteriores hemos hablado sobre cómo el panorama geopolítico puede afectar el trabajo y hasta la integridad física de académicos de diversas áreas del conocimiento. Estas situaciones suelen darse ante el temor constante de los regímenes políticos del uso indebido de la información que pueda comprometer la seguridad nacional de países enteros. A continuación presentamos tres casos en los que malas prácticas y el manejo inadecuado de información confidencial, se extendieron más allá del rubro académico para convertirse en un conflicto entre naciones.

Un conflicto sobre declaración de fondos

El pasado martes 11 de febrero, autoridades federales estadounidenses arrestaron a Charles Lieber, uno de los principales expertos en nanotecnología a nivel mundial. El científico mantenía su posición como presidente del departamento de Química en la Universidad de Harvard cuando aceptó un puesto de asesor en la Universidad de Wuhan, China. El objetivo era apoyarlos como experto en la fundación de un laboratorio y crear propuestas de investigación estratégicas y visionarias.

De acuerdo a los reportes del Buró Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, el Dr. Lieber recibió 15 millones de dólares en fondos por parte de el Instituto de Salud y el Departamento de Defensa estadounidenses; a la vez  que sus empleadores en China, le pagaban 50,000 dólares mensuales para fondos para investigación, pagos que no habían sido reportados por el científico.

El conflicto se debe a que, en Estados Unidos, todo investigador debe revelar si recibe fondos de otros países. Tras encontrar este encubrimiento, el Departamento de Defensa cuestionó al Dr. Lieber al respecto, quien a su vez proporcionó información falsa. Actualmente Lieber se encuentra suspendido de su posición en Harvard y enfrenta cargos federales por mentir al Departamento de Defensa.

¿Un posible caso de espionaje exitoso?

Yanqing Ye trabajó como investigadora en el departamento de Física, Química y Bioingeniería Médica de la Universidad de Boston hasta abril del 2019, posteriormente la Dra. Ye regresó a China. Los problemas con su estancia surgieron recientemente cuando fiscales federales de los Estados Unidos denunciaron que en la aplicación para su visa, la científica ocultó su posición como teniente en el Ejército Popular de Liberación, el ejército nacional de la República Popular China. Sin embargo, el currículum que la investigadora presentó a la Universidad de Boston al aplicar,  incluía información sobre un grado académico obtenido en la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, la institución de educación superior del Ejército Popular de Liberación.

Los fiscales además sostienen que durante su estancia de investigación en Estados Unidos, la Dra. Ye siguió recibiendo y llevando a cabo órdenes de sus superiores en la milicia china. El gobierno estadounidense levantó cargos contra la investigadora por fraude de visa, realizar declaraciones falsas y conspiración con un gobierno extranjero, pero no ha sido arrestada, dado que se encuentra en China.

Publish or perish”: un cáncer de la academia

Otro caso es el de Zaosong Zheng. El investigador afiliado a la Universidad de Harvard fue descubierto tratando de salir del país con 21 ampolletas robadas de un laboratorio del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston.

Las ampolletas contenían material de una importante investigación relacionada con el desarrollo del cáncer. Tras ser arrestado, el académico admitió haber intentado escapar con estas muestras para publicar la investigación bajo su nombre en China e impulsar su carrera científica. Zhen enfrenta cargos por contrabando y falso testimonio, y actualmente se encuentra bajo la custodia del gobierno estadounidense.

¿Qué pasa cuando solo es un error desafortunado?

Los arrestos y procesos mencionados anteriormente forman parte de un despliegue del gobierno estadounidense ante las sospechas y amenazas de espionaje y robo de información motivadas por las tensiones internacionales entre Estados Unidos y China. El gobierno estadounidense ha comentado repetidamente la necesidad de proteger agresivamente el conocimiento generado en el país que pudiera ser robado y utilizado por otras potencias mundiales. Casos como los anteriores podrían darle la razón, pero, ¿qué tan estrictos pueden ser en términos de colaboraciones internacionales académicas sin caer en un caso extremo de paranoia? y ¿Cómo afectaría esta práctica a la apertura científica y colaboración académica?

En agosto del año pasado, Feng Tao, quien trabajaba como químico en la Universidad de Kansas fue acusado de fraude por el supuesto fallo en comunicar una posición de tiempo completo en una universidad china, mientras recibía fondos federales estadounidenses. A diferencia del caso del Dr. Lieber, por ejemplo, el académico no proporcionó información falsa y aparentemente no mostró malicia ni dolo en la omisión de la información sobre su puesto en China.

Su abogado, Peter R. Zeidenberg, declinó comentar sobre el caso específico del Dr. Tao, pero sugirió que los fiscales estadounidenses podrían estar persiguiendo desmedidamente a académicos chinos con lazos internacionales que solamente cometieron un error de comunicación y no necesariamente son espías. “Los profesores tienen periodos libres en verano, a veces toman trabajos en China durante ese tiempo, y no creen que sea necesario reportarlo”, comentó el abogado. Zeidenberg agregó que el estar desinformados sobre la obligación de reportar asignaciones en el extranjero puede costarle muy caro a profesores y académicos, a los que se les pueden imputar cargos por fraude con penas de hasta 20 años, más aún si se levantan cargos por contrabando, espionaje o conspiración.

Una política de cero tolerancia

A partir del 2018, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Session, inició una estrategia para enfrentar la posibilidad de espionaje internacional, especialmente de China. Hoy en día hay cientos de investigaciones abiertas involucrando el trabajo de académicos de procedencia china o de aquellos que tienen lazos con instituciones de este origen.

En muchos casos se investigan y persiguen conducta que ocurrieron hace muchos años, en los que los criterios de seguridad no eran los que se aplican hoy en día. Frank Wu, profesor de leyes y ex-presidente del Comité de los 100, una organización de chino-americanos prominentes, ha calificado estas nuevas estrategias como innecesariamente agresivas y potencialmente devastadoras para el desarrollo de la ciencia americana, debido a que el país asiático contribuye financieramente a la producción científica de Estados Unidos y, más aún, un enorme número de colaboradores académicos tiene conexiones con China.

El miedo al espionaje y al robo de conocimiento por parte de Estados Unidos, viene no solo de la noción de China como un enemigo potencial en la arena científica, sino en la idea de que solo en Estados Unidos se produce conocimiento tecnológico de punta, lo cual aumenta el peligro de que otras potencias mundiales intente apropiarse de este. Tomando en cuenta el panorama geopolítico actual, las medidas precautorias para proteger la información pueden ser útiles, pero es crucial que las autoridades y las instituciones de educación superior encuentren una forma de asegurar un buen uso de la información en las instancias de cooperación científica internacional sin dejar de habilitar las plataformas que hacen posible esta cooperación y generan el conocimiento científico en primer lugar.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ciencia-china-bajo-la-mira-estados-unidos

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Educación circular para acercar el mundo a la justicia social. ODS Núm. 4, III

Por: Carmelo Marcén Albero

Se trataría de dar valor para el futuro a cada contenido que se aprende, a cada idea que se construye. Habría que reconocer qué se debe aprender, cómo hacerlo para que el constructo sea consistente; cómo reutilizar una y otra vez los saberes para no desperdiciarlos en residuos inútiles.

Se ha puesto de moda hablar de la economía circular, esa que busca un sistema más sostenible y humano. Imaginemos por un momento que, como propaga en su página el Parlamento Europeo, la economía del mundo se basa en un modelo de producción y consumo cuyo lema es usar los ajustados recursos materiales o energéticos para hacerlo lo mejor posible. Necesariamente, habrá que compartir usos, reutilizar máquinas y materiales, reparar utensilios y destrozos, renovar procesos para usar menos y reciclar una y otra vez materiales y productos existentes, de tal forma que se logre darles un valor casi infinito; en algunos casos se puede. Si así se obra, el ciclo de vida de los productos se extiende; incluso los beneficios llegarán a las personas, más baratos y mejores, y al medio ambiente.

Repasemos en la escuela estas ideas. Comparémoslas con el modelo económico que domina en este momento: “usar y tirar”, referido no solo a lo material sino a lo aprendido, cuya mayor parte se desvanece una vez ha perdido el estímulo, o se ha pasado con éxito el examen.

Se podría hablar mucho de este asunto en la escuela, del derecho a tener y compartir, a reutilizar lo que se tiene, a que el beneficio de los recursos convierta las relaciones económicas en convivencia entre iguales, a que impere la justicia social. Por eso, vamos a intentar emerger el poder no aprovechado de la educación circular.

Más o menos, se trataría de dar valor para el futuro a cada contenido que se aprende, a cada idea que se construye. Habría que reconocer qué se debe aprender, cómo hacerlo para que el constructo sea consistente; cómo reutilizar una y otra vez los saberes para no desperdiciarlos en residuos inútiles. Serviría también para aprovechar el poder transformador de la educación, pocas veces reutilizado tanto para entender lo próximo como para acercarse al escenario universal.

Reparemos en esa corona, logo, que es el pin de la sostenibilidad. El pin representaría, en un mundo más ecosocial, la no existencia de fronteras por su circularidad. El espacio reservado a la educación resplandece en su color rojo que, en una interpretación personal, podría significar atracción, fuerza, vida, valentía, vigor, pero también el deseo, la energía, el calor y el placer. ¿Acaso no servirían esas cualidades para la educación? Más o menos eso queremos expresar en este artículo, desde la escuela.

Ese rojo debe circular a lo largo de la corona que es el pin, hacia la derecha o la izquierda; tanto da, después volverá a su lugar enriquecida y con la satisfacción de haber servido al resto de los ODS. Si se educa en aprendizajes reutilizables, se entiende mejor la igualdad de género, está justo al lado, se sabe lo que significa agua limpia y saneamiento y se lucha porque siempre sea así; se le asigna valor a una energía sostenible y asequible para todos; se adquirirá y valorará lo que supone un trabajo digno en el marco de un crecimiento económico que no deje fallas sociales; se podrá encontrar el camino de investigaciones de producción e infraestructura compartidas. Quién duda que esto no supone la reducción de las desigualdades, ¡bendita educación!, que se apoyan en ciudades más habitables y menos excluyentes, aunque por ahora tienen sus relaciones totalmente condicionadas a la producción y consumos responsables. La educación circulante, bien reciclada, posibilita la acción ante la emergencia climática y la participación de los jóvenes, que también se preocupan de la vida submarina y de los ecosistemas terrestres, que demandan paz y justicia social y son críticos con la acción de sus gobiernos. Todo en el marco, ¡bendita educación!, de un proyecto de alianzas que pongan fin a la pobreza, acaben con el hambre y aprovechen el recorrido educativo para encontrar la salud y el bienestar de las personas. El pin es el símbolo de una utopía deseable, la educación de calidad puede hacerla realidad.

¿Quién se atreve a trabajar en las aulas este pin de la sostenibilidad y darle valor al deseo y las posibilidades de aprender? En anteriores entradas en este blog hacíamos alusión a la reciente publicación del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo por parte de la UNESCO. ODS Núm 4. Educación de calidad. Nos falta hablar de calidad y financiación. Para que la educación sea circular, se recicle una y otra vez, necesita impulsores: energía y recursos permanentes. Queremos llamar la atención de quienes tienen competencias en los departamentos o ministerios de Educación, aquí y en Latinoamérica, para que se impliquen activamente en la mejora de los ámbitos que les correspondan inyectando recursos humanos y materiales.

Dice el informe que para que la educación circule y se reutilice hace falta que cuente con buenos docentes, preparados. Hay países como Mali en donde los poseedores de formación específica apenas pasan del 5 %, en Bolivia no llegan al 60 %, mientras que son casi el 95 % en Costa Rica y Colombia; en Uruguay todos. Como siempre, el África subsahariana se lleva la peor parte: la masiva llegada de escolares desde hace 30 años no ha sido acompañada de la necesaria preparación de docentes. ¡Qué decir del número de alumnos por docente! (indicador 4.c.2. de los ODS). En Europa y América del Norte la ratio es de unos 15 alumnos, en América Latina y el Caribe 17, mientras que en el África subsahariana son 44.

Las infraestructuras escolares condicionan mucho la calidad de la educación. Solo un par de datos para que sirvan de motivo de diálogo en nuestros claustros de profesores o con el alumnado de los cursos superiores en materias relacionadas con las Ciencias Sociales:

  • En los países más pobres, la mayoría de las escuelas primarias no cuenta con instalaciones de saneamiento separadas por sexo (o a veces con ninguna instalación).
  • La disponibilidad de Internet en las escuelas suele quedarse muy por detrás de la electrificación.

Habría que acabar trayendo lo último que dice el informe con respecto a los entornos favorables para el aprendizaje: “Contar con instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos es problemático en numerosos países”, tal como demuestra en parte la serie de artículos sobre el ODS Núm. 4 que recogemos en este blog. Al mismo tiempo, resulta difícil medir el progreso referente a esta cuestión, porque el indicador mundial pertinente no es una sola medida, sino un conjunto de varias interacciones.

Invitemos a nuestros alumnos a que dialoguen, a que trabajen en equipo y rellenen los huecos de la rueda/corona del pin de la sostenibilidad, que salten de un color a otro, que encuentren cómo en su caso concreto una educación circular les puede ayudar a comprender mejor cada uno del resto de los ODS. Cabe hacerlo en todos los niveles educativos. Y, por supuesto, el profesorado y el resto de la comunidad educativa deben ponerlo como prioridad en sus encuentros pedagógicos.

Preguntémonos todos, alguna vez, qué le falta a la educación para acercar el mundo a la justicia social. Por cierto, qué sería lo primero que le daríamos cada uno, incluso en forma de compromiso personal.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/02/21/educacion-circular-para-acercar-el-mundo-a-la-justicia-social-ods-num-4-iii/

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La educación sexual tiene que empezar en casa, según sexólogos y docentes

Por: ABC

Los expertos insisten en la «importancia del papel de los padres y madres en esta materia» y defienden que se haga de forma colaborativa también en la escuela.

La educación sexual tiene que empezar en casa y la familia y debe colaborar con la que se imparte en los colegios, según han coincidido en señalar pedagogos, psicólogos y sexólogos consultados por Efe, que aplauden la implementación en Cataluña del plan de educación sexoafectiva «Coeduca’t», que ha empezado a aplicarse en 300 institutos catalanes con el objetivo de introducir en tres años la educación sexoafectiva en todas las escuelas como una materia transversal desde los 3 a los 15 años.

Los expertos insisten en la «importancia del papel de los padres y madres en esta materia», ya que son «el referente más cercano para sus hijos» y defienden que, en consecuencia, «la educación sexual tendría que empezar en casa», aunque defienden que se haga de forma colaborativa también en la escuela.

Según el departamento e Educación, el plan «Coeduca’t» es «un paso adelante hacia el reconocimiento de la diversidad, el derecho al propio cuerpo y la libertad sexual».

La educación sexual incluye temas como la identidad de género, la orientación sexual, la violencia de género, el consentimiento u otros aspectos de la sexualidad y la afectividad en contenidos adaptados según la franja de edad. La psicóloga clínica del centro de Psicología Cepsim y sexóloga del Instituto de Psicoterapia Gestalt de Madrid, Sandra Isella, lamenta en declaraciones a Efe que «la educación sexoafectiva sea una asignatura pendiente en España. Se da anatomía y biología, pero no se contempla la dimensión emocional y sexual».

«Es cierto que la dimensión emocional comienza a tenerse en cuenta, pero la sexualidad no se considera aún. Si la familia tuviera el apoyo de los colegios en estos temas, se ahorraría mucho sufrimiento», según Isella.

Educación sexoafectiva

El psicoterapeuta y sexólogo Raúl Padilla opina, en declaraciones a Efe, que «existe un tabú, es un tema incómodo y que intrinca en lo estrictamente personal y diverso», lamenta la ausencia de estos contenidos en el currículum educativo y asegura que «impide que se generen debates racionales en relación a la sexualidad».

Ambos expertos coinciden en que la educación ha de iniciarse en el ámbito familiar, al resaltar que ciertos valores sólo pueden adquirirse en casa, y recomiendan que la escuela, siempre respetando la multiculturalidad de las familias, trabaje con los padres para evitar que el alumnado entre en contradicciones al recibir conocimientos respecto a la educación sexoafectiva.

«Si en casa no tenemos una educación en condiciones, en la escuela va a estar desfasada. El respeto, las formas, el estilo comunicativo, la empatía, todo esto se aprende en casa. Si solo se trabajan en el aula no es suficiente, el trabajo tiene que ser conjunto», defiende Padilla.

Un esfuerzo conjunto de las familias y las escuelas que Padilla ve fundamental, ya que «a estas edades lo peor que puede pasar es encontrar mensajes opuestos en la escuela y en casa y esto debe tenerse en cuenta, siempre respetando la pluralidad y diversidad de las familias».

La presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cataluña (Fapac), Belén Tascón, ha recibido el plan positivamente indicando que «me parece una buena iniciativa y una buena formación», ha dicho a Efe.

«Sería importante adaptar el discurso a cada franja de edad y aunque la participación no siempre es muy elevada serían muy provechosos unos talleres de formación para padres», propone Tascón.

En el instituto público IES Verdaguer, la directora del centro, Marta Vidal, reafirma a Efe que es necesario que los valores que se inculcan en la escuela «los den también las familias, porque si no es difícil hacer este trabajo».

«Además tenemos familias de muchas procedencias y queremos respetar su cultura, pero tratamos de hacerlo sin dejar de recomendar amplitud de miras», asegura.

No llegar tarde

En este instituto, la materia de la violencia machista la imparten mediante talleres puntuales la Guardia Urbana, y sobre sexualidad, voluntarios de la Cruz Roja en tercero y cuarto de ESO.

A estas edades, según Padilla, ya solo se puede «reparar» para evitar que el adolescente genere «patologías o una visión limitada de la sexualidad que le haga vivir relaciones deficitarias en su vida adulta».

La directora del centro indica, sin embargo, que estos talleres se complementan con sesiones respecto al consentimiento y la violencia sexual, pero no se coordina o incluye a los padres en el programa.

«Estaría bien que los padres participaran de alguna forma, para saber qué hacemos entre todos, pero es difícil que los padres quieran participar en la educación en los centros», lamenta Vidal.

«Los jóvenes suelen saber mucho más de lo que se les explica en estos talleres, pero les faltan conocimientos tan básicos como el respeto, el consentimiento, la asertividad y otros valores y estas carencias no les permiten dar a la sexualidad el valor que tiene», concluye la directora del instituto.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-educacion-sexual-tiene-empezar-casa-segun-sexologos-y-docentes-202002160118_noticia.html

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Educación cumple con su amenaza de llevar a Murcia ante el Tribunal Superior de Justicia por las instrucciones de inicio de curso

Por: El Diario de la Educación

El recurso, que acaba de interponer el Ministerio, pretende que el tribunal decida sobre la legalidad de las instrucciones de inicio de curso en primaria y secundaria y solicita su paralización cautelar.

Ha pasado un mes desde que la ministra Isabel Celaá enviara un requerimiento a la Comunidad de Murcia para que echase marcha atrás con las instrucciones de inicio de curso que suponían la implantación del veto parental de VOX sobre los contenidos de las actividades complementarias. Al no recibir respuesta satisfactoria, el Departamento ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Murcia para que decida si la medida impuesta por la Consejería atenta contra el derecho a la educación del alumnado de la Región. Y mientras lo hace, se ha solicitado que, como medida cautelar, se congele la implantación de dicho veto.

El pasado mes de septiembre, la Consejería de Educación del Gobierno de Murcia publicó unas instrucciones de inicio de curso en las que se recogía, de manera más o menos velada, esa petición de VOX (partido que sostiene al ejecutivo de la Región) de poner en marcha el veto parental y, con ello, dar a las familias la opción de «objetar» a ciertas actividades complementarias si chocan con sus creencias.

Ya se montó revuelo en la Comunidad entonces, aunque de facto, como explican organizaciones de Murcia, ya venía funcionando desde el curso anterior un sistema parecido. En aquel momento, dicen estas mismas personas, por presiones de la ultraconservadora organización Hazte Oír.

Isabel Celáa esperó hasta inicios de 2020 para pedir explicaciones a la Región y solicitar la rectificación de estas instrucciones al entender que atentan al derecho a la educación de niñas, niños y menores en aquella Comunidad. Desde Murcia hicieron caso omiso, de hecho, decidieron no asistir si quiera a la reunión que estos días está llevando a cabo la ministra con las consejerías de Educación del país.
Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/02/18/educacion-cumple-con-su-amenaza-de-llevar-a-murcia-ante-el-tribunal-superior-de-justicia-por-las-instrucciones-de-inicio-de-curso/
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La guerra de los muchachos

Por: Unai Aranzadi

La guerrilla más antigua de Asia acaba de cumplir 50 años de existencia, y lo hace con una gran cantidad de jóvenes en sus filas. Viajar a las entrañas de este conflicto, caminar con sus frentes móviles y escuchar sus motivaciones es descubrir la cara menos paradisíaca de las siete mil islas que componen las Filipinas.

Más que llover diluvia, pero nada impide al camarada Drigo terminar su arriesgada tarea. “Mira, la única forma de llegar a donde hemos acampado es mediante este sendero. Si un operativo del Ejército se acerca, cojo estos dos cables, los pego a la batería, y la carga explosiva que he dejado a un lado del camino, estalla. Con eso tenemos unos cuantos minutos extra para escapar tan lejos como podamos”. Drigo, de veintitrés años, complexión fuerte y bigotillo incipiente, es miembro del Nuevo Ejército del Pueblo (o NPA según sus siglas en inglés) la guerrilla más antigua de todo Asia. Fundada en 1969 por el profesor de Literatura y Ciencias Políticas, José María Sisón, esta estructura armada está formada por unos 5.000 hombres y mujeres que responden a las directrices del ilegalizado Partido Comunista filipino. Sisón, que a sus 80 años sigue gozando de buena salud, reside desde 1987 en Holanda, país de una Unión Europea que en el 2009 decidió suprimirlo de su lista de líderes y organizaciones “terroristas”. Ajena a cómo la puedan juzgar los gobernantes de unos estados tan ricos como distantes, la guerrilla es capaz de mantener combatientes en todas las islas más importantes del archipiélago. En el caso del “Frente Apolonio Mendoza” del que hace parte el camarada Drigo, esta presencia significa vivir a las faldas de la Sierra Madre, en la Isla de Luzón, no muy lejos de esa metrópoli de 21 millones de almas a la que sus habitantes se refieren como “la Gran Manila”.

El recodo de un río, y mejor aún, si éste está protegido por alguna cota desde la que divisar la posible llegada de militares, es el lugar ideal donde poder instalarse durante unas pocas semanas. Allí, mientras una unidad peina el perímetro, los oficiales de inteligencia definen sus próximas acciones armadas junto a los integrantes del bureau político. Sentada sobre un banco hecho con juncos (todo el mobiliario de la guerrilla se construye a golpe de machete) y tejiendo una bandera roja con la hoz y el martillo, está “Cleo del Mundo”, una mujer curtida en mil batallas, y ya hoy, pese a su juventud, uno de los rostros más visibles del NPA. Con más de un década en el frente bélico, Cleo (o Ka Cleo, pues aquí el Ka de camarada se antepone a todo nombre de guerra) expone los motivos por los que se sumó a la insurrección. “En Filipinas la mayoría de los campesinos siguen viviendo en un régimen semifeudal. Ni poseen la tierra que trabajan ni su esfuerzo les da para salir del ciclo de pobreza que se releva generación tras generación. Por eso decimos que el régimen es semifeudal. Porque la tierra aún está en poder de una elite que gana mucho y paga poco. Y ese fue el primer objetivo de nuestra lucha armada. Destruir los mecanismos militares que los oligarcas tienen para dar continuidad al sistema que sigue manteniendo al país en la pobreza”. Preguntada por las escasas posibilidades de lograr amplias victorias en el terreno militar, responde: “Cierto, pero podemos debilitarlos. Desestabilizarlos para que cedan en algunos aspectos, cosa que a menudo conseguimos. Lo nuestro es la guerra popular. Ellos llevan casi medio siglo diciendo que van a terminar con nosotros, pero aquí seguimos. Nunca nos rendiremos”.

Las acciones armadas que habitualmente se llevan a cabo son la quema de maquinaria agroindustrial en plantaciones, “donde se explota al proletariado rural”, y ataques, “a proyectos de minería que destruyen el medio ambiente, el futuro del país y la vida de sus operarios explotados”. Admiten aquello que el Gobierno califica de “extorsión” y ellos tildan de simple “impuesto revolucionario”. No en vano, a lo largo de los días pasados en el campamento era común ver cómo los jóvenes guerrilleros, (algunos de ellos incluso menores) simulaban atentados con sus armas ligeras de 9 mm. En ocasiones, a empresarios que no pagan lo que se les pide. En otras, a presuntos confidentes que avisan al Ejército de sus planes, rutas de suministros o escondites habituales. Según Ka Apo, uno de los oficiales políticos del frente Apolonio Mendoza, “el dinero se pide a dos sectores. Primero a la burguesía que comercia y trafica con lo que producen los grandes industriales, y luego a los industriales terratenientes que poseen el territorio donde se produce la explotación”. Este joven con la cabeza rapada y aspecto intelectual, asegura que “ambos tienen representación en los grupos de burócratas capitalistas”, que ostentan el poder, “gracias a la financiación de los anteriormente citados, así ellos hacen el juego de la democracia mientras se valen del poder ejecutivo y legislativo para hacer la guerra al pueblo y seguir lucrándose”. En Filipinas lo del “régimen semifeudal” no es retórica marxista. Organizaciones No Gubernamentales como la británica Oxfam también se refiere en esos términos a una realidad que en muchas zonas del país mantiene a 7 de cada 10 familias bajo el umbral de la pobreza.

El NPA se ha definido como maoísta. Para ellos, dos de los principales problemas que históricamente atraviesa el archipiélago son el reparto de la tierra y las políticas neocolonialistas. Con 105 millones de habitantes, repartidos fundamentalmente en sólo 11 de sus más de 7.000 islas, la pobreza rampante es campo abonado para la continuidad de la guerrilla. Década a década, generación a generación, la suya es la guerra prolongada tal y como definió el padre de su ideario, Mao Tse-Tung. Apoyarse en las masas para subsistir; practicar una guerra ligera, donde la capacidad de moverse es mucho más importante que la capacidad de fuego; y por encima de todo, valerse del factor sorpresa. Dadas estas condiciones, encontrarse con estos combatientes exige meses de preparación, algunas formalidades y seguir un protocolo de actuación una vez se aterriza en el archipiélago. Relativamente aislada del exterior, y siempre en zonas remotas, la insurgencia delega en su base social el contacto con lo urbano, de ahí aquello de que “el pueblo es a la guerrilla, lo que el agua al pez” que dejó escrito Mao. Saliendo en autobús desde Manila se llega a un municipio acordado, lugar en el que, ya sí, se es recibido por alguien con quien nuevamente se toma un jeep colectivo hasta alcanzar un segundo punto de encuentro, por lo general, una infravivienda del campo. Con la noche encima y una vez cenados, se hacen los preparativos para iniciar un camino que dependiendo del lugar y terreno no suele durar más de tres o cuatro horas. Selva a dentro se terminan escuchando unos silbidos, un santo y seña, y por fin, la presencia de unos guerrilleros con pistolas de 9mm asomando en la cadera. “El secreto de nuestra supervivencia es muy sencillo. Conocemos el terreno al detalle y nos movemos donde las masas simpatizan con nosotros. Aquí particularmente nos apoyan desde hace mucho”, afirma la curtida Ka Cleo. De hecho el embrión del NPA bebe de estas selvas, y se remonta a la experiencia del Hukbalahap, que primero fue resistencia armada contra la la ocupación japonesa durante la II Guerra Mundial y después, ya en los cincuenta, contra el neocolonialismo estadounidense que terminó erradicándolos. Esos “Huks” (tal y como se les conoció popularmente) fueron, de alguna manera, el origen del pálpito rebelde que recorre las aldeas de esta región. “De todos modos en el NPA no sólo hay campesinos. En nuestros cuadros hay también muchos universitarios que han renunciado a una vida pequeño burguesa para cambiar el país. Yo misma vengo de ese proceso”, afirma Ka Yumi, una joven de gafas, “aún en proceso de adaptación a este frente de guerra”. Una guerra que entre insurgentes, soldados y civiles ya ha costado 40.000 vidas.

El legado del imperialismo español está bien presente, no sólo en algunos edificios y topónimos, sino en la propia guerrilla que en días de fiesta hace “cocido con chorizo”, dicho tal y como suena en la lengua de Cervantes, o celebrando la boda entre los camaradas con nombres castellanos como José y Andrés, pues el NPA acepta y celebra matrimonios civiles entre combatientes del mismo sexo. Es algo que lleva haciendo desde el 2005, años antes de que la mayoría de países europeos aprobaran este tipo de derechos para el colectivo LGTB. Una mirada progresista del mundo que en las filas del Ejército que los combate fue vista como “inmoral y cuestionable”. Así las cosas, mientras otros países de la región, como China o Vietnam, hacen tímidos progresos en relación a la pobreza entendida como falta de acceso a la salud, nutrición y vivienda, Filipinas no termina de sacudirse una desigualdad que empuja a sus ciudadanos a ser mano de obra barata en otros rincones de Asia como Hong Kong o Emiratos Árabes, donde se han reportado casos de semiesclavitud. En las ciudades más pobladas del archipiélago, como Cebú o Manila, son innumerables los menores que sobreviven sólos en la calle, desnutridos y a merced de todo tipo de abusos. Tierra adentro y lejos de las urbes, la situación no es mejor. En las aldeas de campesinos que a lo largo de la elaboración de este reportaje frecuentó el NPA, se vieron aldeas alumbradas a la luz del fuego y niños con heridas por sanar. De vuelta en el campamento, los muchachos del NPA viven en unas condiciones no menos difíciles que las del campesinado. Buena prueba de ello es la visión del camarada Lito bajo una lluvia implacable, comiendo arroz blanco servido en una cascara de coco, que es lo que usa como platos la guerrillerada. En el Frente Apolonio Mendoza, el arroz es la base del desayuno, comida y cena. Este se sirve junto a un exiguo trozo de piel de cerdo, y en ocasiones especiales, con unas sardinas en lata o un trozo de lagarto a la brasa. Además de la comida, aquí el mundo de los objetos también brilla por su ausencia. Un pequeño pedazo de cristal viene a ser un espejo; un peine se comparte cada mañana, y toda bala es un objeto codiciado que se cuenta en poco más de un puñado por cada militante armado. Aunque unos viejos M16 de fabricación estadounidense son los fusiles más populares, también se ven reliquias con más de 60 años de batalla acuestas. Tal es el caso del M14 que se usó en la guerra de Corea y hoy tiene en las manos un combatiente con rostro de niño. Las pocas granadas que atesoran estas unidades sirven o bien para esconder trampas en el camino, o bien para persuadir al enemigo en caso de encontronazo. Sin embargo, y aún con carencias, el buen humor es el espíritu que aparentemente predomina en el campamento. Desde que se inicia el día con la gimnasia colectiva al ritmo del, “un, dos, tres, un, dos, tres, derecho, otra, derecho…”, dicho así, en castellano, hasta el pequeño “desayuno” las bromas y risas forman parte del despertar cotidiano. Luego, tras tomarse un respiro, la tropa que no está comprometida con ninguna responsabilidad concreta se reúne para programar las actividades del día. Asimismo, el trabajo de alfabetización y formación de cuadros políticos también es diario, tanto para los militantes como para aquellos civiles de confianza que se encuentren en el área. En fechas como las presentes, las clases coinciden con el aprendizaje de canciones y consignas que serán entonadas en las celebraciones de su próximo aniversario. Con gran ahínco y determinación, los muchachos se vuelcan con temas como la Internacional, el himno del NPA y otras canciones que relatan los sacrificios de la vida revolucionaria. Escribiendo con un rotulador sobre una bolsa de basura verde, el siempre animado camarada Lito instruye a una unidad de muchachos imberbes y algún que otro varón maduro. La tropa parece pasarlo en grande. Aquí, “salir de la rutina siempre nos gusta”, afirma Lito, que dice haber sobrevivido a una infancia de penurias en Makati. Mientras tanto la dirección política se reúne en ese cuadrilátero de bambú y toldo al que llaman “aula”. Hoy hablan de los campesinos y de los problemas a los que se enfrentan con los grandes hacendados por la tenencia de vacas. No lejos de aquí, hay una empresa que cede las vacas a los campesinos para que estos las críen y engorden, sin embargo los pequeños granjeros están notablemente insatisfechos. Por lo que cuentan, la empresa les paga mucho menos de lo acordado. Sin sindicatos ni cooperativas eficaces, el campesino con sobrecarga familiar se encuentra a expensas de lo que decida el empresario. Alertada la guerrilla, “se esperan consecuencias”, afirma Ka Cleo sin dar más explicaciones.

Filipinas, hoy una república y, según hallazgos científicos, territorio habitado desde hace 67.000 años, mantiene esta denominación desde el siglo XVI, cuando los colonizadores peninsulares la impusieron como homenaje a la hispanidad y Felipe II. Hoy el presidente, Rodrigo Duterte, un abogado que ha puesto precio a las cabezas de los guerrilleros muertos, quiere cambiar el nombre del país, recuperando una propuesta de un senador que en los setenta propuso Maharlika, un término no menos polémico dado que los historiadores no se ponen de acuerdo sobre su significado real. Para Ka Wino, uno de los más veteranos combatientes del Frente Apolonio Mendoza, “el nombre de Filipinas nos recuerda cada día que el hecho colonial aún no se puede decir que sea pasado, pues tenemos multinacionales saqueando como de costumbre y fuerzas de Estados Unidos en nuestro archipiélago… De todos modos y aún siendo un viejo debate, lo importante no es tanto los nombres, sino las políticas. Decir que se deja de ser una colonia por el simple hecho de cambiar el nombre es querer ganarse a las masas con propaganda barata”. Duterte, quien nada más llegar al poder detuvo las últimas negociaciones de paz auspiciadas por Noruega, ha declarado la “guerra total” al NPA, asegurando que terminará con la guerrilla para el 2022, año en el que termina su actual legislatura. Esta previsión suena optimista dado que la guerrilla sigue operando en todos sus frentes y causando bajas en las filas del Estado.

Fuente: https://rebelion.org/la-guerra-de-los-muchachos/

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