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Los sindicatos educativos árabes se centran en la renovación sindical y la educación pública de calidad.

Asia/Libia/03.01.2018/Autor y Fuente: https://www.ei-ie.org

Los líderes de sindicatos de docentes de países de lengua árabe han debatido sobre cómo trabajar mejor con docentes nuevos y jóvenes, y sobre los pasos necesarios para conseguir el acceso a una educación de calidad para todos en 2030 en esta región.

Estos asuntos fueron el foco principal de la 12.ª reunión de la conferencia regional de la Estructura Interregional de los Países Árabes (ACCRS) de la Internacional de la Educación (IE), celebrada del 13 al 14 de diciembre en Beirut (Líbano).

Después del discurso de apertura, del que se encargó el máximo responsable del Consejo de la ACCRS de la IE, Hussein Boujarra (FGESRS, Túnez), se llevó a cabo una sesión en memoria del anterior presidente del Consejo, Taher Dhaker, tristemente fallecido el pasado mes de julio.

En el Consejo posterior se siguió debatiendo sobre la renovación sindical y la segregación religiosa en los colegios. Manal Hdaife (PPSTLL Líbano) subrayó la importancia de implicar a los miembros jóvenes en las actividades sindicales y narró al Consejo lo inspirador que había sido participar en el seminario de Juventud y los ODS de la IE celebrado en Bruselas en julio, así como intercambiar experiencias con compañeros de todo el mundo.

Slim Griss (SGEB Túnez) dio una charla inspiradora de introducción antes de un debate sobre la puesta en marcha de los ODS. Destacó varios retos de los países de habla árabe, entre ellos, la importancia de ampliar la Educación de la primera infancia, solucionar la falta de igualdad de género y tratar las carencias en cuanto a financiación.

Otros aspectos que debatieron los miembros del Consejo incluyeron información sobre la temática del próximo Congreso Mundial de la IE y posibles resoluciones, campañas actuales y futuras reuniones de la IE, así como una puesta al día sobre los avances en la implementación del programa de actividades de 2017-2018 para la región árabe.

«El desarrollo del trabajo sindical en países árabes en relación con la libertad sindical y la democracia, con un énfasis en la defensa y la mejora de la educación pública y la lucha contra el extremismo violento es el desafío más importante en estos momentos. Este Consejo y las afiliadas de la IE en la zona permanecerán unidos para afrontar estos problemas», concluyó Hussein Boujarra, máximo responsable del Consejo.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15614/los-sindicatos-educativos-%C3%A1rabes-se-centran-en-la-renovaci%C3%B3n-sindical-y-la-educaci%C3%B3n-p%C3%BAblica-de-calidad

Imagen: https://www.ei-ie.org/resources/views/admin/medias/timthumb.php?src=https://www.ei-ie.org/media_gallery/original_def77.jpg&w=1200&h=530&zc=1

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¿Era del Aprendizaje? Educación para la interacción permanente

Por José Luis Jaimes Rosado

Durante la segunda década del siglo XXI confluyen elementos constitutivos de cuatro eras: información, comunicación, conocimiento y aprendizaje.

La era de la Información permitió que cada individuo realizara internamente concepciones y referentes de su entorno. La imprenta, detonador productivo de libros y nuevo sentido para la necesidad lectura-escritura, fomentó procesos unidireccionales (emisor-receptor) con base en principios físico-químicos, como la impresión, con recursos tecnológicos mecánicos. La característica epistemológica fue el pensamiento lineal: todo es de principio a fin, por una ruta determinada para su uso y en orden cronológico.

Durante la última década del siglo XX, este proceso toma vigencia con el uso de la computadora y envíos de correos electrónicos y compartición de archivos. La finalidad de los sistemas instruccionales es saber producir, de lo que resultan grupos sociales que cumplen objetivos dictados, metas fijadas, fines impuestos: preparar para obedecer.

La era de la Comunicación fomentó que los integrantes de una sociedad intercambiaran ideas, pensamientos y sentimientos. El descubrimiento de la electricidad aceleró la recepción de mensajes y posibilitó la reciprocidad y la prontitud de respuesta en el mínimo tiempo posible. Desde la codificación del telégrafo hasta el código binario computacional se materializó la concepción biológica de “sistema”.

Las aplicaciones tecnológicas fomentaron el pensamiento cartesiano en línea recta con un eje, en un plano con dos ejes y en el espacio con tres ejes. El objetivo de los procesos de enseñanza se perfiló a reproducir, se preparaba para saber hacer: multiplicar para ganar.

La era del Conocimiento, resultado del ciudadano informado y comunicado, consiste en comprender ideas, sumar experiencia y aprovechar entornos. Ante la posibilidad exponencial de obtener e intercambiar datos, con el único límite práctico de la perseverancia, los acontecimientos mundiales son referidos localmente en los aspectos económicos y culturales. Los referentes de origen teórico comienzan a encontrar validez de existencia en la medida que se conviertan en confort y los procesos se presentan bidireccionales indirectos, la comunicación es utilizada para lograr reacciones de consumo político, ideológico, religioso, comercial, etcétera; se pretende convertir a la persona en consumidor o adepto.

Las nociones sobre “individuo” desde la sicología y sus “grupos” desde la sociología son encauzados con tecnología para producir, tecnología para organizar y tecnología para comunicar, factores que desarrollan el pensamiento reactivo. El propósito educativo busca desarrollar la innovación para el aprovechamiento: capacitar para la utilización absoluta de recursos y la obtención de plusvalía máxima.

La era del Aprendizaje se está conformando por personas de pensamiento complejo a través de la Inteligencia Tridimensional para la transformación de los entornos. El proceso información–comunicación–conocimiento, digitalizado en programación binaria y al alcance de la mano (touch), constituye individuos reflexivos que se asumen en “un todo”, por lo que se saben protagonistas de la realidad desde un pensamiento tridimensional: lo cognitivo, lo afectivo, la arquitectura de conocimiento. En tanto que la comunicación se ejerce interdisciplinariamente, la tecnología cibernética libera y a la vez controla la intención participativa. Los procesos educativos tienen el propósito de aprender para la intervención evolutiva: desarrollo del ser y su convivencia contextual.

En el siglo XXI, el contexto educativo debe reconocer que la información ha sido elemento estático de posesión individual; la comunicación, procesos compartidos que trascienden en tiempo y espacio desde intereses particulares de grupo; y el conocimiento, directrices para la producción, la instrucción política y el comercio cultural. Así, los procesos en la era del Aprendizaje se deben instrumentar para desarrollar personas capaces de intervenir su entorno a través de la generación de individuos en plenitud, aptos para la interrelación permanente con su entorno social y natural, según las condiciones de tiempo, lugar y circunstancia.

Fuente del Artículo:

http://www.excelsior.com.mx/opinion/columnista-invitado-nacional/2018/01/01/1210889

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La sabiduría de un profesor

por: Manuel Gil Antón

Terminemos el año en un salón de clases. Es una escuela pública en una población marginada. Sin perturbar lo que acontece, podemos acercarnos — gracias a la investigación de Amira Dávalos— a la maravilla del aprendizaje, al ocio de un docente que aprende, cada día, de su trabajo y se arriesga dejar la posición del que todo sabe para que el conocimiento surja.

Y comprender la aberración que significa lo que dicen las autoridades: “cualquiera (que pase el examen) puede enseñar”. Son muchachos de cuarto año, y la dinámica que ha propiciado el maestro es “la escritura autónoma y colectiva de carteles publicitarios para la venta de productos en la comunidad. La redacción fue responsabilidad de los niños”. A partir de un intenso debate, se pusieron de acuerdo en “qué decir”. Luego, en “cómo decirlo”. Esto es, “seleccionar con cuidado las palabras que comunicaban las ideas”.

El resultado es este cartel que ahora copio de la imagen que Amira incluyó en su trabajo: PINTURAS MAGICAS. TUS PINTURAS QUE AS DECIADO EN TU VIDA RESIVE UNA BOLSA DONDE PODRAS ECHAR TUS PINTURAS COMO LABIALES, ENCHINADOR, RIMEL, MAQUILLAGE Y ETC Y SI COMPRA DE UNA REGALAMOS UNA GRATIS Y SERAS LA MA HERMOSA COMO LO QUE HAS DECEADO Y SERAS LO QUE TE ARA SONREIR. SOLO EN TIENDAS DE ACCECIOROS. Lo que sigue es genial: “el docente vio los errores ortográficos, pero en lugar de corregirlos o mandar al diccionario” los felicitó por las ideas que habían acordado y propuso revisar el cartel la siguiente clase.

“Al siguiente día, los niños entusiasmados emprendieron la revisión colectiva. Discutieron las escrituras y las validaron según aparecían escritas en otros textos (incluido el diccionario). Produjeron una nueva versión del cartel: PINTURAS MÁGICAS. LAS PINTURAS QUE SIEMPRE HAZ DESEADO EN TU VIDA. SON ÚNICAS Y ORIGINALES. INCLUYE: LABIAL, MAQUILLAJE, ENCHINADOR, RIMEL, LAPIZ DE MAQUILLAJE Y BRILLOS, QUE TE HARAN DESLUMBRAR. AL COMPRAR ESTOS ACCESORIOS TE OBSEQUIAMOS UNA BOLSA. COMPRA YA.

“Esta segunda versión, comenta la investigadora, no solo integró las reflexiones ortográficas, sino también las reflexiones sobre la distribución gráfica del texto y el uso de puntuación. Se trata de un caso alentador de producción textual con sentido comunicativo y social legítimos.

Fue una fortuna encontrar a un docente que se animara a ‘perder el control’ y devolviera la responsabilidad del aprendizaje a sus alumnos.

Este docente ayuda mostrar la importancia de la interacción entre pares (se privilegia la interacción maestro-alumno) acerca de lo que se lee y escribe para favorecer la conceptualización de los procesos involucrados en el quehacer del lector y escritor. Este valor no estaba previsto por el docente, pero ciertamente su valentía para proponer otras prácticas de escritura ayudó a que sus alumnos reconocieran que la elaboración de un texto requiere varios momentos (planeación, redacción, revisión, corrección). Aunque no quede perfecto.

Cualquiera pensaría que era obligación del profesor mostrar las faltas de ortografía de inmediato. Con la intuición que el ocio otorga, supo que era importante respetar lo conseguido por los alumnos, darle su lugar y, al día siguiente, sin que mermara su contento, aprovechar los errores ortográficos para que averiguaran si estaba bien escrito, expresado, ordenado lo que querían decir. ¿Qué examen puede medir esta destreza, la belleza del cuidado para no confundir forma con fondo, y aprovechar la forma para aprender, de cada error, algo valioso?

Ninguno. En la evaluación, impuesta al magisterio, este colega resultó insatisfactorio. Nada más falso: la que no es idónea es la evaluación, y la concepción de la docencia que subyace a los reformadores que ignoran tanto, aunque creen saberlo todo.

Fuente del Artículo:

La sabiduría de un profesor

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Trump’s war on children

 by Henry A. Giroux

Under the authoritarian reign of Donald Trump, finance capitalism now drives politics, governance, and policy in unprecedented ways and is more than willing to sacrifice the future of young people for short-term political and economic gains. More than willing to wage a war on America’s children, the Trump administration provides a disturbing index of a society in the midst of a deep moral and political crisis. Too many young people today live in an era of foreclosed hope, an era in which it is difficult either to imagine a life beyond the tenets of a savage form of casino capitalism or to transcend the fear that any attempt to do so can only result in a more dreadful nightmare.

Youth today are not only plagued by the fragility and uncertainty of the present, they are as the late Zygmunt Bauman has argued «the first post war generation facing the prospect of downward mobility [in which the] plight of the outcast stretches to embrace a generation as a whole.» As the social state is decimated, youth, especially those marginalized by race and class, are subject to the dictates of the punishing state. Not only is their behaviour being criminalized in the schools and on the streets, they are also subject to repressive forms of legislation. How else to explain the fact that at least 25 states are sponsoring legislation that would make perfectly legal forms of protest a crime that carries a huge fine or subjects young people to possible felony charges? Increasingly, young people are viewed as a public disorder, a dream now turned into a nightmare.

While there is much talk about the influence of Trumpism, there are few analyses that examine its culture of cruelty and its effects on children. The most recent example is evident in budget and tax reform bills that shift millions of dollars away from social programs vital to the health of poor youth to the pockets of the ultra-rich, who hardly need tax deductions. As Marian Wright Adelman points out, such actions are particularly alarming and cruel at a time when «Millions of America’s children today are suffering from hunger, homelessness and hopelessness. Nearly 13.2 million children are poor — almost one in five. About 70 per cent of them are children of colour who will be a majority of our children by 2020. More than 1.2 million are homeless. About 14.8 million children struggle against hunger in food insecure households.» The Trump administration is more than willing to pass massive tax cuts for the rich while at the same time refusing to fund the Children’s Health Insurance Program, which supports over nine million children. When asked to defend the cuts, Republican Senator Orrin Hatch stated «I have a rough time wanting to spend billions and billions and trillions of dollars to help people who won’t help themselves, won’t lift a finger and expect the federal government to do everything.» Remember he is talking about children who are poor, vulnerable, and at risk for a range of illnesses. Such statements are more than cruel, they represent as political and economic system that has abandoned any sense of moral and social responsibility.

Another under-analyzed example of Trump’s war on youth can be seen his cancellation of the DACA program [Deferred Action for Childhood Arrivals], instituted in 2012 by former president Obama. Under the program, over 800,000 undocumented immigrants brought to the country as children or teens before 2007 were allowed to live, study, and work in the United States without fear of deportation. In revoking the program, Trump enacted a policy that is both cruel and racist, given that 78 per cent of DACA residents are from Mexico — these are the same immigrants Trump once labelled as rapists, drug addicts, and criminals.

Trump’s contempt for the lives of young people, his support for a culture of cruelty and his appetite for destruction and civic catastrophe are more than a symptom of a society ruled almost exclusively by a market-driven survival of the fittest ethos with its willingness if not glee in calling for the separation of economic, political, and social actions from any sense of social costs or consequences. It is about the systemic derangement of democracy and emergence of a politics that celebrates the toxic pleasures of the authoritarian state with no regard for its children. Trump is the apostle of moral blindness, unchecked corruption, and revels in a mode of governance that merges a never-ending theatrics of self-promotion with a deeply authoritarian politics. He has unleashed a rancid populism and racially inspired ultranationalism that mimics older forms of totalitarianism and creates culture of cruelty that both disparages its children and cancels out a future that makes democracy possible.

Henry A. Giroux is a widely-published social critic and McMaster University professor who holds the McMaster Chair for Scholarship in the Public Interest, the Paulo Freire Distinguished Scholar Chair, and is a Visiting Distinguished University Professor at Ryerson University. Born in Rhode Island, he held numerous academic positions in the U.S. and now lives in Hamilton.

Source:

https://www.thespec.com/opinion-story/8027469-trump-s-war-on-children/

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El año que viene

Por: Graziella Pogollotti

El año que termina suele despedirse en medio del bullicio, sobre todo para los jóvenes. La música y el baile dominan el ambiente. Una tradición ya perdida representaba con la quema simbólica de un muñeco la despedida del año viejo en el momento de acoger el recomienzo de un calendario.

En un país donde buena parte de los pobladores sobrepasan la media rueda, son muchos los que permanecen en el espacio más íntimo del hogar. Allí, junto al televisor, esperan las 12 campanadas y el anuncio ritual del año que está naciendo, acaso nostálgicos del ritmo de otrora, portadores de antiguas remembranzas.

Ante el desafío de la página en blanco, me aparto del estruendo general. El forzoso descanso me induce a un paréntesis reflexivo volcado siempre hacia la perspectiva del mañana inminente.
Abundante en efemérides, el 2018 nace bajo el signo del sesquicentenario de nuestra primera guerra de independencia. En el contexto actual, la conmemoración adquiere capital importancia. No podrá reducirse al recuento formal de los hechos acontecidos en aquel entonces. Convoca a una reflexión renovada acerca del vínculo entre cultura, nación y proyecto social.

Así ocurrió, no podemos olvidarlo, en el centenario de La Demajagua. Situado en la perspectiva de un proceso histórico centrado en raíces coloniales y neocoloniales, Fidel trazaba la línea de continuidad entre el «ellos entonces» y el «nosotros ahora» teniendo en cuenta las contradicciones fundamentales que configuraron cada época. El  patriciado criollo disponía de información actualizada sobre las ideas más avanzadas de su tiempo en el campo de la filosofía, la economía y la pedagogía. Los próceres más destacados tenían conciencia lúcida de las realidades del país. Para afrontarlas, no bastaba con desplazar un poder metropolitano anacrónico. Céspedes lo entendió así cuando, en gesto simbólico, concedió la libertad a sus esclavos el 10 de octubre. Fragua de cubanía esencial, la guerra ofreció oportunidades y protagonismo a figuras procedentes de las capas más humildes de la sociedad. Modesto agricultor dominicano, Máximo Gómez demostró su talento de estratega militar. En Baraguá, Arsenio Martínez Campos tuvo que parlamentar con Antonio Maceo.

En términos culturales hay territorios insuficientemente explorados. Conocemos el recuento épico de los grandes combates y el poder decisivo de las cargas al machete, instrumento de trabajo de los cortadores de caña devenido arma de raigambre popular que sembraba el terror entre los artilleros. No nos hemos detenido tanto en las duras condiciones del vivir cotidiano de los campamentos mambises donde faltaron ropas, calzados, alimentos, medicinas para atender a heridos y enfermos. En esas condiciones, hubo que aprender a subsistir con recursos venidos, acaso, de una subyacente cultura del cimarronaje.

Las carencias materiales, los conflictos surgidos en el proceso, los errores y las injusticias cometidos pusieron a prueba la reciedumbre moral de los hombres y las mujeres que participaron en un batallar de diez años. Crecido en refinadísimos ambientes en Cuba y en otros países, acostumbrado a sujetar  el cigarro con tenacillas de oro, Carlos Manuel de Céspedes ofrendó a la independencia lo más entrañable de su familia.

Depuesto de su cargo de presidente, abandonado por todos, conoció la miseria extrema en su refugio de San Lorenzo. A pesar de tanta amargura, mantuvo su fidelidad a la causa que lo había inspirado. Ese paradigma ético subyace como rasgo esencial de nuestra cultura. Se expresa en la conducta de quienes supieron tomar las armas en el momento necesario y en quienes asumieron su papel desde la enseñanza, el pensamiento y la creación artística. Entre todos, construyeron un imaginario en lo más profundo de un pueblo que sobrevivió a lo largo de una república neocolonial y corrupta hasta asumir, con plena conciencia, los grandes desafíos planteados por la Revolución.

Bajo el auspicio del sesquicentenario de la Guerra de los Diez Años, el año que comienza habrá de proyectarse hacia una relectura integradora de nuestra tradición cultural, entendida en su sentido más amplio como portadora  de valores, costumbres, modos de vivir y también en aquel otro, centrado en las manifestaciones artísticas y literarias. No es tarea  que incumbe tan solo a los organismos especializados. El empeño habrá de recorrer transversalmente la sociedad toda. Incluye la acción de los medios de mayor alcance masivo, la educación y el trabajo cotidiano a nivel de la comunidad.

En su marcha de Oriente hacia Occidente durante la Guerra del 95 el Ejército mambí se convirtió en fuerza unificadora del país. Rompió así la dramática fragmentación que lastró la contienda de los diez años. El concepto de patria adquirió su dimensión concreta en tanto columna vertebral de una historia común. Sin embargo, la vocación unitaria no puede considerarse sinónimo de indeseable homogeneidad. La diversidad es fuente de riqueza  cultural. Contiene el germen de insospechadas potencialidades de desarrollo y también el lastre de zonas oscuras de la herencia revivida, tales como el racismo, el machismo y las expresiones de violencia asociadas a la indisciplina social.

Revisitar la historia y examinar en profundidad lo que somos, teniendo en cuenta la complejidad del panorama contemporáneo, constituye un reto impostergable. Sería erróneo hacerlo con estrecha mirada aldeana. Aunque rodeada de agua por todas partes, paradójicamente, Cuba nunca ha sido una isla. Desde que fue reconocida como llave del nuevo mundo y antemural de las Indias Occidentales, estuvo sujeta a la codicia de los imperios de entonces. Después del triunfo de la Revolución, su mensaje anticolonial y anticapitalista empezó a escucharse en el mundo. Ahora, el dominio del capital financiero opera sobre las conciencias a través de la cultura. Por eso, la batalla económica anda aparejada a la que nos toca librar en el plano de las ideas. En ese terreno, no podemos trasplantar modelos. Con esa tarea de gigantes ante nosotros, habremos de recibir el inminente 2018.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2018-01-01/el-ano-que-viene-01-01-2018-23-01-35

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Inocentadas universitarias

Por: Ignacio Mantilla

La fecha del 28 de diciembre, consagrada a los santos inocentes, se conmemora en casi todos los países iberoamericanos con diferentes tipos de bromas y principalmente con graciosos engaños, acompañados de la recurrente exclamación: ¡pásela por inocente!

Las universidades son un espacio donde habitualmente también se realizan muchas bromas, aunque no precisamente en esta fecha. Las más famosas en diversos países son las que nosotros llamamos “primiparadas”.

En la Universidad Nacional era común, por ejemplo, que un estudiante con varios semestres cursados se hiciera pasar por profesor el primer día de clases y se presentara ante el grupo de “primíparos” para darles a conocer y exigirles una bibliografía inexistente, que debía adquirirse de forma obligatoria al día siguiente. Recuerdo con gracia que dicho listado estaba construido con nombres de futbolistas famosos como autores de textos de matemáticas, por ejemplo: El cálculo de Franz Beckenbauer, Álgebra lineal de Johan Cruyff, Teoría avanzada del dibujo técnico de Michel Platini, entre otros.

Después iniciaba una falsa clase con conceptos avanzadísimos y absurdos, pero expuestos con tal seriedad y velocidad que, cuando por fin aparecía el verdadero profesor, ya los angustiados estudiantes habían llenado unas cinco páginas tomando apuntes a toda carrera y el pánico estaba presente en todos ellos. Con una gran carcajada, el impostor abandonaba el salón y el verdadero profesor iniciaba su clase, dando tranquilidad a todos los asistentes.

Pero esta práctica se hizo tan común que ya los nuevos estudiantes eran advertidos de las primiparadas que les iban a hacer. Fue esta la razón por la cual, en una ocasión, se presentó una joven profesora ante el grupo de sus estudiantes y ellos creyeron que se trataba de una primiparada, así que no le prestaron atención. Ella tuvo que abandonar el aula y regresar acompañada del director del departamento para que los incrédulos estudiantes tuvieran confianza, la aceptaran y le dejaran iniciar el curso.

Otras bromas que han venido desapareciendo son las monedas pegadas al piso, que los estudiantes que recién ingresan tratan de levantar infructuosamente, o el intercambio de los letreros que guían hacia los edificios, con el propósito de hacer extraviar a los primíparos.

En la Universidad de Mainz (Alemania) era costumbre recibir a los nuevos estudiantes en la Facultad de Matemáticas alterando el orden de los botones en el ascensor, de tal manera que cuando se querían dirigir al cuarto piso, al oprimir el número 4 terminaban en el segundo piso, donde funcionaba el Departamento de Psicología.

Es común también la descripción caricaturizada de los profesores y estudiantes, de acuerdo con las áreas del conocimiento a las que pertenecen. Hay una sana rivalidad entre algunos grupos y tanto los unos como los otros hacen chistes sobre sus colegas o compañeros. Por ejemplo, es conocida la rivalidad entre arquitectos e ingenieros, entre físicos y matemáticos, o entre abogados y politólogos.

Para no herir susceptibilidades, siendo matemático, y con el perdón de mis colegas, comparto con ustedes un cuento que nos describe sin favorecernos y que me lo contó hace muchos años un amigo físico. Es la siguiente:

Dos físicos experimentales ensayaban un globo que construyeron con mucha dedicación. Se dice que el globo se elevó en forma exitosa a tal punto que superó el recorrido previsto y tomó una dirección desconocida debido al fuerte viento que lo desvió. De la alegría inicial de los físicos por la velocidad y altura que alcanzó su original invento, pronto pasaron a la angustia que les causaba no saber qué lugar estaban sobrevolando.

De repente vieron a un hombre trabajando en un enorme cultivo y uno de los físicos le gritó desde el globo: “Señor, señor, por favor dígame qué lugar es este. ¿En dónde estamos?”. El hombre soltó su azadón y se quedó contemplándolos en silencio.

El globo se alejaba y en su desesperación el otro físico insistió: “Señor, por favor, mire que necesitamos saber dónde vamos a descender. Díganos, ¿dónde estamos?”. Finalmente, cuando ya casi no podía oírse, el campesino levantó la mano, señaló el globo y les dijo: “Ustedes están en un globo”.

Con una inocultable desilusión le dijo uno de los físicos a su compañero de aventura: “Oye, ese tipo debe ser matemático, ¿cierto?”. El otro respondió: “¿Por qué lo dices?”. Y entonces su interlocutor sustentó: “Fíjate que pensó largo rato la respuesta y es absolutamente correcta, pero no nos sirve para nada”.

La rivalidad, la preferencia o el gusto por una u otra área han hecho famosas muchas anécdotas, fruto de la realidad o de la ficción, pero que muestran la realidad del mundo universitario con humor, propiciando el diálogo, eludiendo la violencia y construyendo puentes de tolerancia para que también quepan las bromas y la risa.

Así, por ejemplo, existe una historia que me parece excelente para entender la rivalidad de dos excelentes universidades que están ubicadas en Boston:

En un supermercado de la ciudad estaba un joven de cabello largo con su carrito de mercado completamente lleno, pues acababa de recibir la mesada de su beca y quería comprar de una vez lo necesario para todo el mes, pero hacía la fila para pagar en una caja con un gigantesco aviso que decía: “Caja rápida, máximo 10 artículos”. Cuando finalmente le llegó su turno, lo interrogó la cajera: “Joven, ¿es usted estudiante?”. Y él respondió: “Sí, señora, ¿por qué?”. Y entonces la cajera exclamó en un tono suficientemente alto como para que todos oyeran: “Pues estudia usted en Harvard y no sabe contar o estudia usted en MIT y no sabe leer”.

El humor debe seguir siendo parte de la vida universitaria y los santos inocentes nos invitan a reír. ¡Felices fiestas!

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/inocentadas-universitarias-columna-731059

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Educación Hoy: Entrevista a Paula López Cano

Argentina / 2 de enero de 2018 / Autor: Fundación Lúminis / Fuente: Youtube

Publicado el 28 dic. 2017
Educación Hoy, ciclo de la Fundación Lúminis que se emite los martes a las 21 por Radio Concepto (FM 95.5), dialogó con la rectora del IES en Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández», Paula López Cano, aseguró que la iniciativa fue tomada “con sorpresa” por los 29 institutos (21 de formación docente y 8 de educación artística). “El miércoles 22 de noviembre, nos enteramos por los medios de comunicación, ya que no fuimos informados hasta después del anuncio. Ese mismo día por la tarde fuimos citados los rectores, en grupos de 4 o 5, para que se nos comunicara la noticia. Esto nos puso a todas las instituciones en un estado de shock y alerta. Porque la ley plantea la desintegración de los 29 institutos de gestión estatal”.
“Veníamos de una gestión que estaba promoviendo el diálogo y la participación. Pero no nos hablaron sobre esta posibilidad en las muchísimas reuniones que antes habíamos tenido con nuestro superior jerárquico. De hecho, 13 días antes del anuncio habíamos estado discutiendo sobre el perfil docente al que aspirábamos, diseños curriculares y la duración de las carreras. Incluso se nos habló que durante 2018 se iban a realizar reuniones periódicas para seguir avanzando en ese sentido. Por eso fue muy shockeante para las comunidades, que se encuentran en estado de alerta. Nadie se opone a jerarquizar la carrera docente, pero para hacerlo hay que hacer un despliegue muy amplio de acciones. De las cuales una universidad está entre las posibilidades, pero no es necesariamente la primera. Hay muchas políticas que se deberían desarrollar para acompañar y asegurar la calidad educativa”, agregó López Cano.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=kV1LoyqLRyM
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