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El mapa que usan las escuelas públicas de Boston «para terminar con más de 400 años de una visión colonialista» del mundo

ECO Portal

600 colegios públicos de Boston recibieron planisferios mundiales con la proyección de Gall-Peters, donde Europa aparece mucho más pequeña de lo que se veía antes, en comparación con África, que se ve mucho más grande. La intención de este cambio busca promover una mirada decolonial en el aprendizaje de la geografía.

as representaciones del mundo que se utilizan actualmente se basan en la proyección elaborada por el cartógrafo flamenco Gerardo Mercator en 1569 para los navegantes de la época.

Sus gráficos respetan la forma de los continentes, pero no los tamaños. En ellos, Europa y América del Norte se ven más grandes de lo que son, y Alaska se ve más extensa que México, pese a que no lo es.

Uno de los errores más notorios es que África aparece más pequeña de lo que en realidad es, pese a que triplica en extensión a América del Norte y es 14 veces más grande que Groenlandia.

Pero ahora, algunas aulas de las escuelas públicas de Boston (Massachusetts), en el noreste de Estados Unidos, empezarán a usar el mapa Gall Peters.

Esta proyección recibe los apellidos de James Gall, escocés aficionado a la astronomía, que la delineó por primera vez en 1855, y del historiador alemán Arno Peters, que la difundió en la década de 1970.

El mapa Gall Peters muestra el tamaño y proporción de los países, continentes y océanos de manera más precisa:

La semana pasada, unos 600 colegios públicos de Boston recibieron estos mapas, según informó el periódico The Boston Globe.

En ellos, Europa aparece mucho más pequeña de lo que se veía antes, en comparación con África, que se ve mucho más grande.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionGerardo Mercator diseñó un mapa para navegantes, en 1569.

Continentes distorsionados

Uno de los motivos de las distorsiones cartográficas es la dificultad de proyectar una esfera como la Tierra -de tres dimensiones- en una superficie plana -de dos dimensiones- como la de un mapa.

Pero para los geógrafos, detrás de los errores de Mercator hay también otra razón.

El tradicional mapa de Mercator muestra a Groenlandia tan grande como África.

«La mayoría de los primeromapas del mundo fueron creados por europeos del norte», dijo Vernon Domingo, profesor de geografía de la Universidad Estatal de Bridgewater y miembro de la Alianza Geográfica de Massachusetts, en declaraciones recogidas por The Boston Globe.

«Tenían la perspectiva del hemisferio norte, pero también una perspectiva colonialista».

Descolonizar el plan de estudios

El cambio de mapas responde al deseo de Boston de «descolonizar el plan de estudios», dijo al mismo medio Colin Rose, superintendente asistente de la Oficina de Oportunidades de las Escuelas Públicas de Boston.

«Se trata de mapas, pero al mismo tiempo, no se trata de mapas», añadió Rose. «Se trata de un cambio de paradigma. Hemos tenido una visión que es muy eurocéntrica. ¿Cómo hablamos desde otros puntos de vista? Este es un gran punto de partida».

Para Hayden Frederick-Clarke, director de Competencias Culturales de las escuelas públicas de Boston, el error más grave de Mercator es el tamaño de África.

«El 86% de nuestros estudiantes no son blancos y tienen padres y abuelos que son de lugares que se muestran más pequeños», señaló Frederick-Clarke al programa The World de la cadena Public Radio International(PRI)yla BBC.

«Queremos que los estudiantes se vean de una manera apropiada y contrarrestar la narrativa de que muchos de estos lugares son pequeños e insignificantes en el mundo», aseguró.

«Groenlandia parece tener el mismo tamaño que África y EE.UU. parece de un tamaño comparable, aunque sabemos que esto no es así para nada. África es 14 veces más grande que Groenlandia. Además, en el mapa de Mercator México es más pequeño que Alaska, cuando en realidad México es mucho más grande», explicó el docente.

«También hay problemas con Brasil. Europa, y más específicamente Alemania, parecen cerca del centro del mapa. Y sabemos que esto no es verdad».

«Por mi experiencia como instructor, sé que a la gente le gusta la verdad y especialmente los profesores quieren dar el producto mejor y más auténtico», aseguró Frederick-Clarke.

El periodista de PRI David Leveille señala que los críticos de esta iniciativa la ven como «otra batalla en la guerra de culturas» e insisten que «un mapa tan solo es un mapa».

«Ningún mapa es perfecto, así que ¿por qué molestarse?», se preguntan según Leveille.

Ecoportal.net

BBC

http://www.bbc.com/

Fuente del Artículo:

http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El-mapa-que-usan-las-escuelas-publicas-de-Boston-para-terminar-con-mas-de-400-anos-de-una-vision-colonialista-del-mundo

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El humanismo de nuestro sistema educativo

Por Jesús Montero Tirado

Nuestro sistema educativo en todos sus niveles, desde la educación inicial hasta la educación superior, hace muchas décadas se viene desarrollando sobre la base de un concepto del ser humano reducido en su integridad. Trabaja con tres dimensiones del ser, la dimensión biológico-corporal, la psicológica y la social, y omite (sin justificarlo) la cuarta dimensión esencial constituyente, la espiritual.

Todavía mantenemos la visión errada de Descartes al repartir el estudio y la investigación de la materia a las ciencias y la dedicación a explorar el espíritu a la Iglesia y las religiones. Un reparto cuya arbitrariedad han hecho ver científicos reconocidos universalmente como Ken Wilber (“El espectro de la conciencia”, “Los tres ojos del conocimiento”, “El ojo del espíritu”) y neurólogos como Antonio Damasio con sus investigaciones “El error de Descartes” y “El misterio de la conciencia”.

Las fronteras entre ciencia y espíritu que Descartes trazó no son las que, por ejemplo, la física cuántica diseña, como nos hace ver Fritjof Capra en su “Tao de la Física”. Y, sobre todo, pensar que el espíritu no es objeto, no es tema de investigación científica es una idea que hoy no tiene sentido, porque cada día aparecen nuevos científicos e investigaciones demostrando lo contrario. Hoy se investiga y reconoce el potencial y la actividad espiritual del ser humano.

La neurología aporta frecuentes conclusiones sobre las evidencias de nuestra dimensión espiritual detectadas en nuestro cerebro. Recientemente Andrew Newberg del Centro Myrna Brind de Medicina Integral de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia ha publicado con el título traducido al castellano “La religión en nuestro cerebro” (Edit. Martínez Roca, 2015) las conclusiones de sus investigaciones en diferentes situaciones y experiencias espirituales.

Newberg confirma lo que Richard Davidson demostró a principios del milenio sobre las neuronas que se activan cuando el sujeto investigado entra, por ejemplo, en meditación espiritual.

El interés y la actualidad de la formación y desarrollo de la dimensión y el potencial espiritual del ser humano crece entre los científicos y especialistas en desarrollo humano, lo que se confirma con las constantes publicaciones que aparecen sobre temas como neuroespiritualidad, espiriteria, neuroteología e inteligencia espiritual.

La honesta humildad de Howard Gardner, creador de la “Teoría de la múltiples inteligencias”, al decir en su libro “La inteligencia reformulada” que reconocía que en la historia de la humanidad ha habido eminentes personas de extraordinaria inteligencia espiritual, pero que con su método él no estaba en condiciones de demostrarlo, ha sido superada y ya son muchos los investigadores y escritores que ofrecen importantes estudios y publicaciones de divulgación sobre la inteligencia espiritual.

Siempre estuvo claro que el ser humano tiene la dimensión espiritual, pero una visión reduccionista de lo que es hacer ciencia y sobre qué se puede hacer investigación científica, marginó al espíritu de los ámbitos científicos y académicos. Un grave error que afortunadamente para muchos ya está superado, pero en otros muchos sigue prevaleciendo la inercia excluyente, con la lamentable consecuencia de influir expresamente en la manera de entender la educación formal.

El orgullo de la ciencia positivista, que ve solamente con los ojos de los sentidos y con parte de los ojos de la razón, pero tiene cerrados los ojos del espíritu, ha hecho creer que a la verdad que merece total aceptación se llega sólo por las ciencias así entendidas, cuando hay que reconocer que en la vida hay verdades definitivas a las que la ciencia no llega, ni tiene respuestas para preguntas tan emocionantes y trascendentales como por qué nacemos, por qué morimos, cuál es el sentido último de nuestra vida, cuál es la razón del amor. Cortar las alas a los educandos, ignorando su dimensión espiritual en la planificación educativa, impide que puedan aprender cómo aproximarse a lo trascendente, a los misterios de lo existente, a los propios misterios de su ser y privarles de bellísimos vuelos superiores que nos hacen posible escalar y bucear hacia la altura y la profundidad de lo divino.

Una educación formal que ignora la dimensión espiritual del ser humano ofrece un humanismo mutilado, nada menos que amputando e ignorando aquello que más le diferencia a todo ser humano de los demás seres vivos.

jmonterotirado@gmail.com

Fuente del Artículo:

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/el-humanismo-de-nuestro-sistema-educativo-1586808.html

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Rol del Facilitador UNESR Bolívar ante la situación país

Marcel Doubront

Primeramente es importante clarificar, que este escrito ve más cuestiones de fondo que de “deforma”,  ante la inexistencia de espacios de discusión en una universidad autodenominada en el discurso como “revolucionaria” o en análogo con lo que planteara Freire “Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa” hago publica estas reflexiones  apoyándome  en un pensamiento del Subcomandante Marcos «Callando nos moríamos, sin palabra no existíamos. Luchamos para hablar contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido.»  Por ello en aras de seguir siendo a la Zurda más que diestro me permito reflexionar  que papel debemos jugar (en mi humilde punto de vista) los facilitadores de la UNESR Bolívar ante la actual situación del país.

 La UNESR tiene como Visión

Hacer de la Universidad Simón Rodríguez una institución global, de vocación, integracionista y latinoamericana, abierta al cambio, flexible, innovadora, andragógica y de excelencia, que promueva y practique la libertad de pensamiento y acción, fomente la participación y la profundización de los valores éticos democráticos; que permanezcan en la búsqueda constante del desarrollo sostenido y armonioso de la sociedad, y del individuo y esté profundamente comprometida con el desarrollo de la Comunidad.

De acuerdo a lo referido al asumirse como una institución integral e integradora no se aleja de la misión del Articulo 2 de la ley de universidades el cual expresa “Las Universidades son Instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales.” Por lo cual ambas citas nos preguntan pero al mismo tiempo nos responden cual es el papel que debemos ocupar en pro del desarrollo  del país, más de un fanático  pro-estructura (entiéndase adulante de la autoridad) hará veneración  sobre algunos planes improvisados que se ponen en marcha desde nuestras casas de estudios el cual considero que no es la vía más acorde porque la coyuntura no necesita fotos sino soluciones,  pero como dijera Morín y Hessel en su libro El Camino de la Esperanza

Evoquemos para empezar los apetitos desaforados del beneficio, la degradación de las solidaridades concretas, la hiperburocratización de las administraciones públicas y privadas, la exacerbación y presión de la competitividad forma degenerada de la competencia, la dominación de lo cuantitativo sobre lo cualitativo, las intoxicaciones consumistas que empujan a comprar productos dotados de cualidades ilusorias, la degradación de la calidad de los alimentos procedentes de la agricultura y la ganadería industrializadas, la impotencia de los consumidores, de los pequeños y medianos productores y de los ciudadanos condicionados y atomizados la carencia cada vez más flagrante de un sistema educativo que separa y parcela los conocimientos, impidiendo de ese modo la posibilidad de abarcar los problemas fundamentales  y globales de nuestra vida como individuos y ciudadanos, y la crisis de un pensamiento político ciego que, sometido a un cretinismo económico que degrada todo los problemas políticos para convertirlos en cuestiones de mercados, es incapaz de formular ningún proyecto ambicioso.

Enfocándonos con lo referido por Morín y Hessel “Evoquemos para empezar los apetitos desaforados del beneficio, la degradación de las solidaridades concretas, la hiperburocratización de las administraciones públicas y privadas, la exacerbación y presión de la competitividad forma degenerada de la competencia, la dominación de lo cuantitativo sobre lo cualitativo” no solo describe la sociedad de hoy sino que ese “nuevo orden social” impuso algo que muy bien describía Eduardo Galeano  “Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido” pero ante ello un sistema educativo observador de esa realidad sin saber cómo y cuándo actuar desconociendo un planteamiento de Ander EGG  al referirse que “la educación no solo es reflejo de la sociedad; también influye sobre ella” la realidad del país es la misma que pasa en el alma mater, sería muy largo detallar punto por punto los símiles no obstante más importante es deducir que esta situación se solventa como dijera Chomsky  más con buenas ideas que con pseudo-héroes.

No dudo de la buena fe de los promotores de planes con visión resultadistas mi critica es el no poner atención en el proceso que es lo que condiciona el resultado, ahora bien si realmente se quiere una universidad socio productiva como repetitivamente se sermonea hay primeramente “Socio producir” la conciencia o en otras palabras como lo planteara Marx “No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” si no se construye formativamente una conciencia de clase en nuestros participantes no nos sorprendamos por qué un joven de Ciudad Bolívar saca como bandera de lucha el tricolor nacional de siete estrellas desconociendo de donde viene la octava estrella y quien la promulgo o en otros términos  no pretendamos ofuscarnos cuando los participantes muestran resistencia al cambio ante las jornadas de siembra (y no proyectos agro productivos) sino o existe una persistente formación de como sembrar, que sembrar, pero sobre todo para que sembrar y los resultados que influirán en la soberanía alimentaria de la nación.

En otro contexto, “La UNESR” en su filosofía habla de “Está orientada a consolidar una Universidad capaz de formar los promotores y conductores de la nueva realidad nacional, basada en la universalización de la educación y en la colectivización del saber, colocando el saber al servicio de las comunidades.” Más que responder a nuestra inquietud genera las interrogantes ¿será posible formar los promotores y conductores de la nueva realidad nacional con los pensum del siglo XX? De igual forma también es importante preguntarse ¿de qué manera será factible la universalización de la educación y en la colectivización del saber si los facilitadores no saben cuál es el plan sociopolítico de la UNESR?

Como se conoce “La UNESR” fue creada por Decreto Presidencial N° 1.528 de fecha 24 de enero de 1974  con la finalidad de desarrollar experiencias en el campo de la Educación Superior que contribuyeran a resolver la problemática educativa a nivel nacional, y específicamente

a)atención de un número mayor de estudiantes, a menor costo

Sería interesante preguntar si con la inclusión se resolvió el problema, si realmente la necesidad está en la Inserción o en la Formación, si, ¿realmente estamos ofreciendo alternativas para que el participante piense por el mismo o nos convertimos en un liceo de bachilleres mayores de 17 años?   Porque tal vez  respondería el porqué del alto nivel de deserción,  dice el manifiesto de córdoba que “Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda” de igual forma es importante hacer referencia que de acuerdo a Domínguez “la educación tradicional se centra en contenidos y lo importante es depositar contenidos por eso Freire la llama bancaria. La educación liberadora, en cambio se basa en procesos y por esas razones una educación para emerger no para depositar contenidos. Por eso se trata de otra lógica y otros métodos”  tal vez eso pudiera hacernos entender sobre todo en una universidad “Andragógica” para que estamos aquí y si esta lucha vale la pena.

b)vinculación real de la Universidad a la producción y el mercado laboral

Si bien existen interesantes experiencias en núcleos de la UNESR del punto de vista productivo, hay una realidad que no se puede esconder y es que el participante solo visita el medio de producción cuando le toca hacer la pasantía y cuando necesita recopilar datos para su trabajo especial de grado, por lo cual hay una gran desvinculación entre el ente educativo, el medio de producción y el mercado laboral dice Dubric “por no tener claridad sobre el verdadero objetivo y sentido de la vida, es que cometemos y aceptamos ERRORES, terminando todos “igualados”, aceptando lo anormal como normal y viceversa.

No menos importante  esta en hacer referencia de que las comunidades esperan que las universidades egresen compañeros de una lucha en común para la creación de una mejor sociedad y no comunes letrados de egos estériles que no aporten al desarrollo de la población,   la actual coyuntura llama a una educación para la producción y no para el derroche, si hay algo que no hemos sabido asumir bien sea por flojera o comodidad es una alternativa a la pirámide de Maslow donde nos imponen  el consumo como hoja de ruta para la felicidad, afectando el no cumplimiento de las necesidades fisiológicas con el sentimiento de seguridad (lo cual contesta por qué la juventud prefiere limpiar pocetas en el extranjero que desarrollar su profesión en su país)  y consecutivamente perturbando las relaciones humanas y la autoestima del individuo.

La necesidad de repensar en una formación para la producción antes que para el mercado laboral guarda sinergia con una frase de Martínez Miguélez “habiendo entrado ya en el siglo XXI, muchos sectores de nuestra ciencia todavía no han entrado siquiera en el siglo XX” ya no es sorpresa decir que los participantes de la UNESR núcleo Bolívar deambulan por los pasillos de la institución vendiendo su producción (tortas, Helados, Bebidas, textiles) lo sorprendente es que todavía son invisibles para el sistema educativo entiéndase los pensum ni la didáctica del facilitador se adapta a la necesidad de respuesta de este participante  como tampoco hay un programa de formación de emprendedores el cual ante el claro mensaje que envía este participante de que es lo que debería preocuparse y ocuparse la universidad algo que todavía la “academia” no sabe descifrar.

c)la creación de fuentes propias y desarrollables de ingreso destinadas a lograr el autofinanciamiento de la Institución.

Relatar el alto grado de desidia en que se encuentra la infraestructura universitaria no es el descubrimiento del agua tibia, aunque  la UNESR  en la actual gestión rectoral logro el incremento del presupuesto universitario, como fuente de autofinanciamiento alquile locales o se apropie del negocio de los actos de grado, tales recursos son insuficientes para cubrir los gastos de funcionamientos entre ellos combatir la insalubridad, esta situación obliga a deducir la pertinencia de los poderes creadores de su talento humano o en otro termino planificar con diversos actores que hacer, las autoridades hablan mucho del programa trueque, aunque tengo mi opinión sobre ello no haré mención para que no se malinterprete como una “burla” no obstante un ejemplo de Trueque es analizar desde la potencialidad universitaria el termino entreayudándonos como ejemplo si la UNESR Bolívar gradúa Educadores y administradores  y la alcaldía y la gobernación cuentan con un número importante de docentes y trabajadores administrativos porque no ofrecer nuestros saberes en abordaje a los desafíos educativos  y administrativos  que presenten tales entes gubernamentales a cambio de servicios que coadyuven a la solución de los problemas de infraestructura.

Como conclusión es importante entender el rol que debe cumplir la universidad ante las demandas y requerimientos de la sociedad venezolana, aunque estoy convencido que la patria esta asediada por los ataque desde el extranjero por el pecado de tener envidiosos recursos naturales así como una estratégica posición geográfica, también es cierto que los avances de la guerra de IV generación contra nuestro país es producto de una mala estrategia formativa por no maximizar los esfuerzos por eliminar las viejas costumbres que interfieren con el futuro deseado, o  como diría Bertolt Brecht   muy en sintonía con Gramsci    “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”

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Transición en el INEE

Este mes de mayo el Instituto Nacional para la Evaluación de la educación (INEE) conmemora un año más de vida al mismo tiempo que es testigo su primera transición en la presidencia de su Junta de Gobierno: deja el cargo Sylvia Schmelkes y lo toma Eduardo Backhoff.

El INEE es una institución nueva. Es verdad que su origen se remonta al año 2002, pero con su arquitectura institucional actual, el INEE tiene solo cuatro años de vida.

El legislador dotó al instituto de dos rasgos distintivos: por un lado, lo proveyó de autonomía y, por otro, le otorgó la facultad de evaluar todos los aspectos del sistema educativo (componentes, procesos y resultados). Eso significa que el INEE fue dotado de un poder excepcional —poder que carece de antecedentes.

Se trata de una entidad colocada en paralelo o frente a las autoridades educativas (federales y estatales) que puede evaluar tanto al sistema como a la educación y hacer públicos sus resultados.

Por otro lado, la ley otorga al INEE la prerrogativa de emitir directrices, lo cual quiere decir que, con base en las evidencias que arrojan las evaluaciones y con base en información rigurosa, puede producir recomendaciones sobre política pública que las autoridades deben atender.

De lo anterior se colige que el instituto puede actuar, no solo como un espejo que asegura la transparencia en el sistema educativo, sino además como una agencia capaz de actuar como control y orientación en la marcha del sistema escolar en sus niveles de educación obligatoria.  Esta circunstancia es única: por primera vez en la historia, se ha creado una fuerza autónoma que equilibra a las fuerzas que gobiernan la educación nacional y que, se está convirtiendo en un motor poderoso del cambio y de la mejora del sistema educativo.

¿Cómo asegurar que el INEE tenga una dirección adecuada? Siempre y cuando se garantice que la membresía dentro de su Junta de Gobierno se otorgue a personas que, además de ser conocedoras de la educación y la evaluación, sean éticas y políticamente independientes. Un INEE sin autonomía real no puede darse sino como una impostura institucional. Para que el instituto cumpla la función que se le asignó, se necesita asegurar que su cuerpo directivo tenga criterios propios y no se guíe por opiniones subordinadas al gobernante en turno.

Sylvia Schmelkes es una persona cuyas competencias e integridad moral son ampliamente reconocidas, lo mismo que su vocación a favor de la educación indígena y del reconocimiento de la diversidad cultural. En su papel como presidenta del INEE, Sylvia Schmelkes actuó, durante cuatro años, con tal acierto y libertad de criterio que merece el reconocimiento de todos. Por su parte, Eduardo Backhoff, con su largo historial en evaluación y su prestigio como persona recta y limpia, sabrá seguramente conducir con éxito al instituto en esta nueva —y todos esperamos, productiva—  etapa histórica.

Fuente del Artículo:

Transición en el INEE

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Cuatro obstáculos para el pacto educativo

ANNA FLOTATS

La Subcomisión para la elaboración de un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación ya ha echado a andar. Los grupos parlamentarios tienen por delante el reto de alcanzar el primer gran pacto nacional en materia de Educación. Dispondrán de un plazo de seis meses para elaborar un informe que sirva de base para que un proyecto de Ley Básica de Educación que sustituya a la más que polémica y cuestionada Lomce.

El camino hasta ese pacto, sin embargo, está lleno de piedras y obstáculos y la situación es urgente. Al caos legal creado por la Lomce y sus paralizaciones y retrasos, hay que sumar el rechazo constante de la comunidad educativa. El próximo 9 de marzo, de hecho, se celebrará una nueva huelga de estudiantes que persigue el objetivo  de derogar íntegramente la conocida como ‘ley Wert’.

Con los siguientes retos echa a andar, por tanto, una Subcomisión que ya con un problema de raíz: no tiene el apoyo de Unidos Podemos, PNV, ERC, la antigua Convergència y CiU y si el objetivo es un gran pacto nacional parece obvio que, al menos, debe entrar dentro del acuerdo el tercero partido en importancia en el Congreso y los principales partidos nacionalistas.

1. El apoyo a la educación concertada

La Administración aporta el 57% de los ingresos de los colegios concertados, eso es, seis de cada diez euros. ¿La educación privada y concertada va a seguir financiándose con fondos provenientes de las arcas públicas? Jurjo Torres, catedrático de Didáctica en la Universidad de Santiago de Compostela, duda que eso cambie. «No me creo que la ideología no entorpezca el debate, es muy complicado llegar a un pacto partiendo de una política conservadora, sesgada, intervencionista y que ha premiado a los creadores de la LOMCE con puestos en la OCDE», argumenta.

Para que el supuesto pacto logre algún cambio en la legislación educativa, indica el catedrático, deberá dejar «cierta ambigüedad en la mayoría de cuestiones» parar lograr luego «una norma de mínimos con un articulado pequeño». Sin embargo, Torres advierte del peligro posterior: «Es en el desarrollo de los decretos ley donde se sueltan las verdaderas bombas».

2. La religión, ¿dentro o fuera de las aulas?

Los acuerdos firmados entre el Gobierno español y la Santa Sede el 3 de enero de 1979 incumplen varios artículos de la Constitución aprobada un mes antes, el 6 de diciembre de 1978, que declara España como aconfesional. Sin embargo, ni el PSOE ni el PP se han planteado la posibilidad de revisar estos acuerdos, que dan privilegios a la Iglesia en ámbitos como la Educación, la Jusitica, el Ejército y los Presupuestos. «La religión tiene que ser una cuestión privada y no puede formar parte de los currículos de la educación pública. Ninguna ideología debe estar presente en la escuela y menos aún financiada por el Gobierno», opina Carmen Rodríguez, profesora de Didáctica de la Universidad de Málaga y portavoz del Foro Sevilla por Otra Política Educativa. Este colectivo ha redactado un Documento de bases para una nueva Ley de Educación que ha recibido el apoyo de sindicatos, estudiantes, padres, colectivos sociales y partidos políticos (Unidos Podemos, PSOE, ERC y Bildu).

En seis meses, la subcomisión deberá responder a las eternas preguntas sobre esta cuestión: ¿La nota en la asignatura de Religión contará para pasar de curso?, ¿puntuará para acceder a becas?, ¿se seguirán financiando con dinero público los centros religiosos que segregan por razón de sexo? En definitiva, ¿la ideología se quedará, por fin, al margen de la educación?

3. ¿La educación es para todos?

El Gobierno ha dado marcha atrás con las reválidas —las evaluaciones finales de Primaria y ESO serán muestrales y de diagnóstico y la de Bachillerato será similar a la Selectividad—, pero ¿hasta qué punto cederá en otros ámbitos? Rafael Feito, profesor de Sociología de la Universidad Complutense, ve «muy difícil que el PP se apee del dogmatismo con el que impulsó la LOMCE». «Si PP y Ciudadanos no entienden que un joven sin Bachillerato o sin una formación en Grado Medio lo va a tener muy difícil en la vida, un pacto no servirá de nada«, argumenta Feito, que sostiene que «los conservadores en general piensan que la educación no es para todos».

Un ejemplo de este pensamiento —que prefiere la excelencia a la equidad— son los llamados itinerarios tempranos, que expulsan a parte del alumnado del sistema porque lo mandan a diferentes niveles de formación a partir de 3º de la ESO. «Los partidos conservadores apuestan por segregar a partir de la Primaria y partiendo de esa base es muy difícil llegar a un buen acuerdo».

4. Las competencias de las comunidades

Aunque la creación de un espacio de diálogo en el Congreso ha sido muy bien recibido por la mayoría de partidos, sindicatos de profesores, alumnos y padres, no ha sido celebrado del mismo modo por todas las comunidades autónomas. Aunque la mayoría ha acogido de buen grado la creación de la subcomisión y la consiguiente paralización de las reválidas, Catalunya, Navarra y Euskadi siguen descontentas porque consideran que se siguen invadiendo sus competencias.

Las comunidades no gobernadas por el PP se han puesto en pie de guerra durante el desarrollo de la LOMCE y algunas de ellas incluso han incumplido los decretos ley marcados por la norma. ¿Será posible llegar ahora a un consenso tras tantos años de desencuentros?

Fuente del Artículo:

http://www.publico.es/sociedad/cuatro-obstaculos-pacto-educativo.html

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Shutting Down American-Style Authoritarianism

By Henry A. Giroux

Editor’s note: A shorter version of this piece appeared in CounterPunch.

It is impossible to imagine the damage Trump and his white nationalists, economic fundamentalists, and white supremacists friends will do to civil liberties, the social contract, the planet, and life itself in the next few years.

Rather than address climate change, the threat of nuclear war, galloping inequality, the elimination of public goods, Trump and his vicious acolytes have accelerated the threats faced by these growing dangers. Moreover, the authoritarian steam roller just keeps bulldozing through every social protection and policy put in place, however insufficient, in the last few years in order to benefit the poor, vulnerable, and the environment.

A neo-fascist politics of emotional brutality, militant bigotry, and social abandonment has reached new heights in the United States. Think about the Republican Party call to eliminate essential health benefits such as mental health coverage, guaranteed health insurance for people with pre-existing conditions, and the elimination of Meals on Wheels program that benefit the poor and elderly.
As the Trump regime continues to hollow out the welfare state, it builds on Obama’s efforts to expand the surveillance state but with a new and deadly twist. This is particularly clear given the Congressional Republicans’ decision to advance a bill that would overturn privacy protections for Internet users, allow corporations to monitor, sell, and use everything that users put on the Internet, including their browsing history, app usage and financial and medical information.

This is the Orwellian side of Trump’s administration, which not only makes it easier for the surveillance state to access information, but also sells out the American public to corporate demagogues who view everything in terms of markets and the accumulation of capital.

On the other side of the authoritarian coin is the merging of the punishing society and permanent warfare state with a culture of fear and cruelty. Under these circumstances, everyone is viewed as either a potential terrorist or narcissistic consumer making it easier for the Trump machine to elevate the use of force to the most venerable national ideal while opening up lucrative markets for defense and security industries and the growing private prison behemoth.

At the level of everyday life, the merging of corporate and political brutalism into a war culture were on full display in the savage beating of a United Airlines passenger who refused to give up his seat because the airlines over booked. Couple this with the Star War spectacle of the United States dropping a 21,600 pound non-nuclear bomb on the Achin district in Afghanistan, which has a population of around 95,000 people. Nobody on the plane came to the aid of the passenger as he was being assaulted and dragged from his seat as if he were a dangerous criminal suggesting that brutality, fear, and powerlessness have become normalized in America.

Moreover, the relative silence of the American public in the face its government dropping the “Mother of All Bombs” in Afghanistan and unloading endless weapons of death and destruction in Syria testify to the amnesiac state of the country and the moral coma which has settled like a dense fog on so many of its inhabitants. As historical memory is erased, public spheres and cultural spaces are saturated with violence and the endless spectacles of civic illiteracy. Pedagogies of repression now enable the suffering produced by those most vulnerable, who disappear amidst the endless trivialization produced by the mainstream media, which anxiously awaits for Trump’s next tweet in order to increase their ratings and fuel the bottom line.

The government propaganda machine has turned into a comic version of a failed Reality TV series. Witness the daily spectacle produced by the hapless Sean Spicer. Spicer dreams about and longs for the trappings of Orwell’s dystopia in which he would be able to use his position as a second rate Joseph Goebbels to produce, legitimate, and dictate lies rather than be in the uncomfortable scenario, in which he now finds himself, of having to defend endlessly Trump’s fabrications. For Spicer, the dream of the safety of Orwell’s dystopia has given way to the nightmare of him being reduced to the leading character in the Gong Show. Actually, maybe he is the confused front man for our stand-in-president who increasingly resembles the psychopath on steroids, Patrick Bateman, from the film, American Psycho—truly a symbol for our times. Ignorance is a terrible wound, when it is the result of systemic constraints or self-inflicted, but it is a pathology and plague when it is willful—the active refusal to know- and translates into power. Trump and his mostly incompetent and ignorant government appointees are not just stupid and offensive in their ideological smugness, they are a threat to the very act of thinking and its crucial connection to memory, justice and truth.

Neo-fascist policies and practices now feed a war culture and demand more than a political and moral outrage. At the very least, it must be recognized that neo-fascism must be restored as Paul Gilroy has argued “to its proper place in the discussions of the moral and political limits of what is acceptable.” This would suggest making visible not only the elements of neo-fascism that animate the new policies and political formations being produced in the Trump administration, but also unveiling how power is reproduced through those architects, managers, and intellectuals and institutions for hire that legitimate this distinctively American neoliberal-military machine.

The supine response of the mainstream press and the general public to ongoing acts of state and corporate violence is a flagrant and horrifying indication of the extent to which the United States government has merged the corporate state with the military state to create a regime of brutality, sadism, aggression, and cruelty. State sovereignty has been replaced by corporate sovereignty. All the while, militarized ignorance expands a culture awash in public stupidity and views critical thought as both a liability and a threat making it all the more difficult to recognize how authoritarianism appears in new forms.

The established political parties and politicians are nothing more than crude lobbyists and shock troops for the financial elite who believe everything is for sale. The boundaries of humanity are now inscribed and defined exclusively through the metrics of the twin logic of commercial transactions and the politics of disposability. The horrors unfolding under the Trump administration are not only abetted by white supremacists, religious evangelicals, but also by liberals who still believe that capitalism and democracy are synonymous, and who appear to delight and rush to support any military intervention or act of aggression the United States wages against a foreign power. Liberals are affronted over alleged charges of Russian spying but say nothing about their own country which does far more than spy on other countries it disagrees with, it overthrows them through either illegal means or military force.

Trump’s brand of authoritarianism is a combination of the savagery of neoliberalism and civic illiteracy on steroids. This legacy of neo-fascism represents more than a crisis of civic literacy and courage, it is a crisis of civic culture, if not politics itself. As civic culture wanes, a market based ideology increases its grip on the American public. This militant ideology of sadism and cruelty is all too familiar and is marked by unbridled individualism, a disdain for the welfare state, the elevation of unchecked self-interest to an organizing principle of society, the glorification of militarism, and a systemic erosion of any viable notion of citizenship.

This ideology has produced over the last forty years an agency killing form of depoliticization that paved the way for the election of Donald Trump and an updated version of American authoritarianism. This homegrown and new edition of neo-fascism cannot be abstracted from the cultural spectacles that now dominate American society and extend from the trivializing influence of celebrity culture and the militarism of video game culture to the spectacles of violence that dominate Hollywood and the mainstream media.

The new technologies increasingly lock people into orbits of isolation and privatization while the wholesale deformation of the formative cultures and public spheres that make a democracy possible disappear at a terrifying pace. Neo-fascism feeds on the spectacle, a misplaced populism, and a “mood economy” that reduces all problems to matters of self-blame and defective character. Under such circumstances, the militarization of society expands more readily and reaches deeply into everyday life producing militarized subjects, exalting military-style discipline, criminalizing an increasing range of social behaviors, transforming local police into paramilitarized soldiers, and normalizing war and violence. Rather than viewing war and militarization as a source of alarm, they become sources of national pride. The curse of the theatrical performance so endemic to fascism has been updated with the Internet and new digital technologies and allows the legacies of fascism to live on in a distinctively American modality.

The war culture must be stopped and hopefully more and more efforts will be made in the name of collective struggle to think anew what an effective form of resistance might look like. Any struggle that matters must acknowledge “that eradicating racial oppression ultimately requires struggle against oppression in all of its forms… [especially] restructuring America’s economic system.”

There is no shortage of diverse movements operating in multiple spheres that extend from the local to national levels. Some aim at winning general elections, conduct sit-ins, or engage in direct action such as blocking the vehicles of immigration officers. Others provide support for sanctuary movements that include institutions that range from churches to institutions of higher education. Many of these movements do not call for a qualitative change in fundamental institutions of power, especially in the economic realm, and as such offer no long term solutions. But, no viable form of collective struggle will succeed if it fails to link resistance efforts among the local, state, federal, and international spheres.

There are a wealth of strategies available that contain the possibility of becoming more radical, capable of merging with other sites of resistance, all of which look beyond tactics as diverse as organizing massive protests, direct resistance, and rebuilding the labor movement.

Martin Luther King, Jr. in his speech at the Riverside Church spoke eloquently to what it meant to use non-violent, direct action as part of a broader struggle to connect racism, militarism, and war. His call to address a “society gone mad on war” and the need to “address the fierce urgency of now” was rooted in an intersectional politics, one that recognized a comprehensive view of oppression, struggle, and politics itself. Racism, poverty, and disposability could not be abstracted from the issue of militarism and how these modes of oppression informed each other.

This was particularly clear in a program put forth by The Black Panther Party, which called for “equality in education, housing, employment and civil rights” and produced a 10 Point Plan to achieve its political goals. A more recent example of a comprehensive notion of politics and can be found in the Black Lives Matter movement’s call to connect police violence to wider forms of state violence, allowing such a strategy to move from a single-issue protest movement into a full-fledged social movement.

Such struggles at best must be about both educating people and creating broad-based social movements dedicated not merely to reforms but transforming the ideological, economic, and political structures of the existing society. Social transformation has to be reconnected with institutional change. This means rejecting the notion that global capitalism cannot be challenged successfully at any of these levels alone, especially if such resistance, however crucial, is not connected to a comprehensive understanding of the reach of global power. Lacino Hamilton is right in arguing that “institutional patterns and practices will not change unless protesters go beyond rallying, marching, and what usually amounts to empty slogans. “The function of activists,” he writes, “is to translate protest into organized action, which has the chance to develop and to transcend immediate needs and aspirations toward a radical reconstruction of society.”

Clearly, resistance to this impending and ongoing reality of neo-fascism is more urgent than ever and necessitates challenging not only the commanding structures of economic power but also those powerful cultural apparatus that trade in the currency of ideas. A formidable resistance movement must work hard to create a formative culture that empowers and brings together the most vulnerable along with those who inhabit single issue movements.

The power of such a broad-based movement could draw inspiration from the historically relevant anti-war, anti-racist, and civil rights movements of the sixties and the ACT UP movement of the late eighties. At the same time, current social movements such as Podemos in Spain also offer the possibility of creating new political formations that are anti-fascist and fiercely determined to both challenge authoritarian regimes such as the Trump regime and dismantle the economic, ideological, and cultural structures that produce them. What all of these movements revealed was that diverse issues ranging from the war abroad to the racist and homophobic wars at home were symptomatic of a more profound illness and deeper malady that demanded a new understanding of theory, politics, and oppression.

There is certainly something to be learned from older proven tactics such as using education to create a revolution in consciousness and values along with broad-based alliances to create the conditions for mass disruptions such as the use of the general strike. Such tactics combine theory, consciousness and practice as part of a strategy to paralyze the working of this death dealing machinery of casino capitalism and its recent incarnation in the Trump administration.

One of the most powerful tools of oppression is convincing people that the conditions of oppression they experienced are both normal and cannot be changed. At the same time, this oppressive ideology of normalization prevents any understanding of the larger systemic forces of oppression by insisting that all problems are individually based and ultimately a matter of individual character and responsibility. Dominant ideology spread its message through a range of cultural apparatuses extending from the schools to the mainstream media. The message was generally the same in that it insisted that there are no structures of domination only flawed individuals solely responsible for the problems they experience and that the system of capitalism as a whole was organized for their own good. The sixties produced a range of critical thinkers who challenged this central element of oppression, and included Herbert Marcuse, Malcom X, W. E. B. Du Bois, James Baldwin, Robin Morgan, and Susan Willis to brilliant theorists such as Stanley Aronowitz, Mary Daly, Louis Althusser, Pierre Bourdieu, Zygmunt Bauman, and many others. For them structures of domination were rooted in both subjectivity itself as well as in larger economic apparatuses.

Those who believe in a radical democracy have got to find a way to make this regime ungovernable. Planting seeds and local actions are important, but there is a more urgent need to educate and mobilize through a comprehensive vision and politics that is capable of generating massive teach-ins all over the United States so as to enable a collective struggle aimed at producing powerful events such as a nation-wide boycott, sit-ins, and a general strike in order to bring the country to a halt.

The promise of such resistance must be rooted in the creation of a new political party of democratic socialists, one whose power is rooted in the organization of unions, educators, workers, young people, religious groups, and others who constitute a popular progressive base. There will be no resistance without a vision of a new society and new mechanisms of resistance. In this instance, resistance registers as a form of total paralysis for the financial elite, religious fundamentalists, and neo-conservative warmongers. In doing so, it gives birth to what we might term a politics of ungovernability.

America now chokes on its claim to innocence. Up until now, it has been successful in both evading that fact and covering up its lies—lies about its history, about social mobility, about freedom, about justice, about the end of racism, about the value of meritocracy, about spreading democracy abroad, and so it goes. The era of hiding behind this mythical innocence has passed. In the age of Trump, the raw brutality of casino capitalism, with its highly visible acts of violence against all aspects of ethical and political decency, is enacted without apology.

A moral political coma now drives an authoritarian society that embraces greed, racism, hatred, inequality, stupidity, disposability, and lawlessness, all of which are celebrated as national virtues. The dark present is now the endpoint of a history of violence and barbarism that can no longer be camouflaged, in part, because it is unapologetic about the viciousness of its practices and the savagery of its effects. I want to hope that this moment of unmitigated violence, this period of punitiveness, and era of unimaginable cruelty will provoke people to wake up from the nightmare that has befallen the American public. Hopefully, in that wakefulness, in a resurgent act of witnessing and moral outrage will grow and provide the basis for a new kind of politics, a fierce wind of resistance, and a struggle too powerful to be defeated.

 

Henry A. Giroux is a Contributing Editor for Tikkun magazine and the McMaster University Professor for Scholarship in the Public Interest and The Paulo Freire Distinguished Scholar in Critical Pedagogy. His most recent books include The Violence of Organized Forgetting (City Lights, 2014), Dangerous Thinking in the Age of the New Authoritarianism (Routledge, 2015), coauthored with Brad Evans, Disposable Futures: The Seduction of Violence in the Age of Spectacle (City Lights, 2015), and America at War with Itself (City Lights, 2016). His website is www.henryagiroux.com.
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Italia frente a la crisis del desempleo juvenil

Por: Juan Pablo Aguirre Quezada

“Aquí tienes a este compañero de tu hijo,
que no es solamente un buen muchacho,
sino todo un gentil hombre”.

Edmundo de Amicis.

Italia, país con alrededor de 62 millones de habitantes y posee 9.8% de su población en edades de 15 a 24 años (3,028,190 de mujeres y 3,046,202 hombres). Aunque uno de cada cuatro italianos es menor de 25 años la edad el promedio de esta nación es de 44.5 años.

Pese a que esta nación del sur de Europa que generó el décimo Producto Interno Bruto (PIB) a escala mundial en 2012 ($1,832,916 millones de dólares estadounidenses), es la tercera economía de la Eurozona y que es miembro de importantes organismos mundiales como el G8, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) enfrenta diferentes desafíos en materia de desarrollo social, como incorporar a los migrantes extranjeros o disminuir la tasa general de desempleo que era de 13.2% en octubre de 2014.

No obstante, al igual que otras naciones, los jóvenes es el grupo poblacional con mayores desventajas cuando se habla de desempleo e Italia no es la excepción.

La tasa de desempleo juvenil (15 a 24 años) era de 35.3% en 2012, con mayor afectación en el género femenino (37.5% en mujeres y 33.7% en hombres). Este porcentaje era uno de los más altos a escala mundial, ya que este país ocupo la posición 18 en este rubro.

Este problema afecta a uno de cada tres jóvenes italianos. Si bien las crisis económicas de los últimos años aún repercuten en la creación de empleos, este problema afecta a otras naciones europeas, es especial a Grecia, España, Portugal e Italia, este último, es el más afectado de la región.

El problema se agrava si se considera que uno de cada cinco jóvenes de 15 a 19 años no estudia ni trabaja (21.2%); con mayor impacto en mujeres que hombres (24.4% y 18.2% respectivamente), lo que representa a 2 millones de jóvenes.

El problema del desempleo juvenil italiano fue empeorando progresivamente y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) el índice de jóvenes desocupado se elevó 13% en noviembre de 2014, es decir, alrededor de 44% de la población de este grupo poblacional estaba desempleado, lo que equivale a 729 mil afectados, de acuerdo con el organismo, es decir, 21.13% de los 3 millones 450 mil personas que buscaron empleo en ese país.

Debido a la gravedad del problema tanto el gobierno de Italia en particular como el de naciones lideres de la eurozona como Alemania o Francia, o la Unión Europea en general han acordado poner en marcha medidas que permitan disminuir la cifra de 7.5 millones de jóvenes desempleados y que tampoco asisten a la escuela, por lo que se contempla fortalecer a las pequeñas empresas e impulsar programas entrenamiento laboral y de aprendizaje, entre otras acciones. Pese a estos posicionamientos aún no hay un plan probado a fin de rescatar de este factor de vulnerabilidad al sector juvenil, pese a que en Europa el desarrollo económico puede beneficiarse de la capacidad juvenil y aumentar su competitividad frente a otros mercados. Este problema escaló y la Organización Mundial del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés) presento en 2012 el informe La crisis del empleo en los jóvenes ¡Actuemos ya! Como parte de 101ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. En este documento refleja la preocupación de la situación de los jóvenes italianos y el desempleo, así como compara los indicadores en diferentes países.

Ante la falta de oportunidades dentro de la península itálica, algunos jóvenes han buscado soluciones en otros lugares, tal como otras generaciones pasadas tuvieron que buscar empleo en regiones remotas como Nueva York o Buenos Aires.

Actualmente la migración abarca otros países en donde los jóvenes italianos que han decidido alejarse de su localidad de origen han encontrado trabajo, ya sea en el norte de Europa, Asia, América Latina o África, entre otras latitudes.

Como respuesta, la Unión Europa (UE) desarrolla el programa “Garantía Juvenil” que busca que los países miembros garanticen a todos los jóvenes de hasta 25 años el acceso a empleos de calidad, posibilidad de formación continúa en el aspecto educativo o iniciar prácticas profesionales en un lapso menor a cuatro meses desde que se quedaron desempleados o concluyeron sus estudios.

Esta propuesta busca facilitar la transición entre los entornos escolar y laboral incorporando al mercado productivo el bono poblacional juvenil. Si bien la UE reportó logros en Austria y Finlandia, la situación en Italia es diferente ya que aún requiere de resultados positivos que incidan en el beneficio de su juventud.

Por su parte, el gobierno italiano diseño un esquema de introducción al empleo juvenil que permite a este grupo poblacional adquirir habilidades en un período de 9 a 18 meses de duración, mientras que los centros laborales obtienen beneficios fiscales.

La solución para el problema del desempleo juvenil en Italia y otros países en crisis de la región requiere que sea integral y beneficie a los demás grupos poblacionales, así como incentive al comercio, industria, turismo y agricultura a fin de producir unan bonanza que beneficie a todos los habitantes, y por ende impacte positivamente en los jóvenes.

El sector de 15 a 29 años en Italia, otros países de Europa y del mundo ya no son la promesa ni las personas del mañana, son una realidad que pueden fortalecer el mercado laboral y brindar beneficios a su sociedad.

Fuente: http://www.siempre.mx/2016/02/italia-frente-a-la-crisis-del-desempleo-juvenil/

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