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Acerca de la creatividad

Alberto Benegas

El proceso creativo es, a mi juicio, uno de los temas de mayor interés. Hace unos años escribí en torno a este asunto, pero es pertinente volverlo a hacer con el análisis de otros ángulos. De entrada digamos que hay que tener muy presente que cada uno de nosotros es único e irrepetible por una sola vez en la historia de la humanidad. Esto nos da una enorme responsabilidad para estar atentos a qué hacemos con nuestras vidas. Si estamos al acecho de cuál es nuestra razón de ser en el corto lapso en esta tierra o si consideramos que podemos consumir el tiempo que nos es dado para divertirnos, alimentarnos, copular y hacer nuestras necesidades fisiológicas. El llamado interior es nuestra vocación, se trata de actualizar nuestras muy diversas potencialidades, como ha escrito Octavio Paz: “Al descubrir nuestra vocación nos descubrimos a nosotros mismos”.

La creatividad supone poner al descubierto algo que estaba oculto, siempre teniendo en cuenta que la originalidad resulta sumamente difícil (“para novedades, los clásicos”, reza el conocido adagio), pero por lo menos poner sobre la mesa algo no recordado, algo no evidente o dificultoso para el momento.

La creatividad opera en muy diferentes planos y campos, en algunos se destaca más algún viso de originalidad (por ejemplo, en el arte) y en otros se trata más bien de descubrir nexos causales en lugar de creación propiamente dicha (por ejemplo, en la ciencia).

De todos modos, ¿cómo ocurre el proceso creativo? Con la concentración y el interés en el estudio de determinada materia se va archivando información en el subconsciente y en ese contexto de trabajo en cierta instancia el nivel conciente traba relación con el antedicho archivo y se produce el “momento eureka”. Es el resultado de la perseverancia, la constancia y la atención en la materia que interesa. Muchas veces, en este proceso, la creatividad o el descubrimiento sorprenden, puesto que alumbran una idea colateral. Casi como en la ciencia médica, en la que muchas de las líneas de investigación en un área dan por resultado un descubrimiento en otra.

Cuanto mayor el valor de la creatividad, mayor es el grado de soledad que requiere el investigador y muchas veces a contracorriente de lo que opinan los demás. Contar con el temple para continuar en el camino es requisito para la creatividad, sin dejarse influir por otros. En el extremo está el conocido experimento tan citado del acuerdo con el organizador de un grupo de personas —menos una—, a quienes que se les solicitó sostener que, en una serie de cuadros que se les exhibía, un bastón era más grande que otro, cuando en realidad no era así. La única persona que no estaba informada del truco al principio se sorprendió de las respuestas de los colegas, pero a medida que se sucedieron los cuadros y las respuestas erróneas que se daban por verdaderas, el sujeto en cuestión optó por contestar equivocadamente, tal como lo hicieron los demás. Es la presión del grupo, es la masificación, es la abdicación de la individualidad, es la renuncia a la honestidad intelectual, es la entrega del yo en pos de los demás, es la desaparición de la condición humana.

Sin duda que la creatividad no es ex nihilo para los mortales, dado que se basa en la incorporación de conocimiento provisto por otros y por sucesos externos a quien crea. Por supuesto que hay muy diferentes grados de creatividad con base en talentos muy distintos. En otra oportunidad he señalado que Stefan Zweig nos recuerda que Wolfang Mozart componía sin borradores, como si alguien le estuviera dictando para escribir con rapidez en el pentagrama. Ludwig van Beethoven, en cambio, necesitaba muchos borradores antes de la obra final y Honoré de Balzac, para escribir a la velocidad que lo hacía, inventó una especie de taquigrafía para estar a la par de sus pensamientos, al contrario de Johann Goethe, que tardó sesenta y cuatro años de intenso trabajo para escribir Fausto. Alberto Durero requería de varios croquis y mucho ejercicio en el lienzo para pintar, mientras que Vincent van Gogh pintaba hasta tres cuadros por día.

Como hemos consignado, la creatividad humana no procede de la nada, se sustenta en información previa, procesada, digerida y reformada con el correspondiente valor agregado. Giovanni Papini sostenía metafóricamente que si a uno le abrieran el cerebro, se encontrarían miles y miles de carteles con los nombres de quienes influyeron en la persona para elaborar tal o cual cosa. No sólo se trata de la influencia del prójimo, sino de situaciones y circunstancias varias.

A diferencia del reino animal, vegetal y mineral, el ser humano no está determinado por otras causas anteriores, sino que opta y decide debido al libre albedrío. Tal como explica el premio Nobel en física Max Planck, en su ¿Hacia dónde va la ciencia?: “Se trata de una degradación inconcebible que los seres humanos, incluyendo los casos más elevados de mentalidad y ética, fueran considerados como autómatas inanimados en las manos de una férrea ley de causalidad […] El papel que la fuerza desempeña en la naturaleza como causa de movimiento tiene su contrapartida, en la esfera mental, en el motivo como causa de la conducta […] ¿Qué conclusión podemos deducir respecto del libre albedrío? En medio de un mundo donde el principio de causalidad prevalece universalmente, ¿qué espacio queda para la autonomía de la volición humana? Esta es una cuestión muy importante, especialmente en la actualidad, debido a la difundida e injustificada tendencia a extender los dogmas del determinismo científico [determinismo físico en la terminología de Karl Popper] a la conducta humana, y así descargar la responsabilidad de los hombros del individuo”.

Tengamos en cuenta que la creatividad no está reservada “a los del más alto coeficiente intelectual (IQ)”, ya que, como han puesto de manifiesto autores como Howard Gardner (Inteligencias múltiples) e Isaac Asimov (Thinking About Thinking), no hay posibilidad alguna de establecer un ranking universal de inteligencias (inter legum), puesto que todos somos inteligentes, sólo que para asuntos muy distintos. El profesor brillante en su especialidad puede ser incapaz de colocar un foco de luz o de recitar una declinación en latín; el agricultor puede desconocer la matemática; el mozo en un restaurante puede recordar cada uno de los múltiples platos que solicitan muchos comensales y relacionarlos entre sí, pero es incapaz de entender el significado de la física cuántica, y así sucesivamente. Como bien ha dicho Albert Einstein: “Todos somos ignorantes, sólo que en temas distintos”, lo cual está vinculado con las muy diversas capacidades, sea en cuanto a la memoria, sea en la inteligencia.

El producto de la creatividad se traduce en una inmensa satisfacción difícil de trasmitir en palabras que alimenta el intelecto de todos cuando está dirigida a lo ético, lo estético y, en general, a contribuciones que permiten mejorar la condición de vida de los semejantes. Es una bendición que debe ser cultivada y aprovechada.

Por esto es que resulta en interés de quien contrata gente. Supuestamente debe pensar en distintos puestos de trabajo, considerar con cuidado el clima laboral al efecto de lograr los mejores resultados. Si quien es contratado se desempeña en ámbitos conflictivos y poco amigables, naturalmente su rendimiento será deficiente.

Por otra parte, para desarrollar la mayor energía creativa posible es indispensable un clima de libertad, lo cual significa respeto recíproco y no imposiciones de reglamentaciones asfixiantes que pretenden el tratamiento de personas como si fueran autómatas del poder político de turno. Se pierde una dosis inmensa de energía si las personas deben atender con el fruto de su trabajo los desmanes del Leviatán. Hay lugares en que el contribuyente debe trabajar más de la mitad del año para satisfacer la voracidad fiscal del Gobierno y eso sin contar con la enmarañada papelería y los trámites engorrosos que exige el aparato estatal, además de tener que responder a preguntas insolentes, impresas en formularios absurdos. En este contexto hostil, naturalmente decae rápidamente la creatividad.

Entre lo mucho escrito sobre la creatividad, hay una obra de especial interés titulada The Courage to Create, de Rollo May, en la que enfatiza la traición a uno mismo si no se expresa lo que se piensa sin subterfugio alguno. Por supuesto que esto no es incompatible con la educación: no significa que a una mujer fea se le haga notar su fealdad, May se refiere a la competencia por valores y principios. Tampoco excluye, sino más bien requiere que permanentemente se revisen las propias conclusiones, ya que el conocimiento es provisorio, sujeto a refutaciones. May destaca el ejemplo de Alexander Solzhenitsyn, “que enfrentó solo el poder de la burocracia soviética” (en este sentido, es menester recordar la obra de Leonard Read titulada The Courage to Stand Alone).

Rollo May no alude al coraje físico ni a la temeridad, sino al coraje moral, estrechamente vinculado a la honestidad intelectual. Explica la importancia de dejar testimonio con total independencia de lo que piensa la mayoría. Rechaza lo que hoy se conoce como lo políticamente correcto, donde se propone que la gente “se ajuste a la tendencia del momento” y subraya que esto es más necesario que nunca en la actualidad, donde “el fascismo, el socialismo, el conformismo y el poder militar hacen que el individuo no sólo se siente perdido, sino que está perdido”.

Como ha sentenciado Miguel de Cervantes: “Cada quien es hijo de sus obras”, pero la creatividad se ahoga y queda aplastada por el espíritu autoritario. Mafalda ha dicho bien: “La vida es como un río, lástima que hayan tantos ingenieros hidráulicos”.

Fuente del articulo: http://opinion.infobae.com/alberto-benegas-lynch/2016/04/30/acerca-de-la-creatividad/index.html#more-1432

Fuente de la imagen: http://www.grupoalbe.com/wp-content/uploads/2017/03/Creatividad.png

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Los usos educativos de la memoria

22 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Jairo Hernando Gómez Esteban

Aquí los problemas ya no se centran en los mecanismos de procesamiento y recuperación de la información, sino en la forma como las personas comparten recuerdos.

Uno de los interrogantes y obligaciones que se les plantean a los docentes de Ciencias Sociales, y en particular de Historia, a partir de los acuerdos de paz recientemente firmados en La Habana, es el de cómo reformular y resignificar conceptos fundamentales para la comprensión del proceso tales como memoria colectiva, olvido, justicia restaurativa, y perdón entre otros. En esta columna sólo me ocuparé del problema de la memoria.

En términos generales, podríamos decir que el tema de la memoria en la escuela se presenta de dos grandes formas: por un lado, lo que se podría llamar memoria digital, aquella memoria-prótesis de las tecnologías cuyas características son la velocidad y la simultaneidad y sus funciones son procesar información y ubicar, almacenar y recuperar datos. A este dispositivo tecnológico que se puede cargar en un bolsillo, se opone la memoria colectiva cuya función es preservar el recuerdo de las grandes injurias a la humanidad y a la dignidad como los genocidios de las fuerzas paraestatales de las dictaduras y los autoritarismos de todos los pelambres, los feminicidios y los juvenicidios, y, en fin, los crímenes de lesa humanidad perpetrados por todos los actores de los conflictos armados.

¿Cómo establecer vasos comunicantes en la enseñanza de la historia y en la construcción de conocimiento social en la escuela entre esa memoria virtual que procesa al instante ingentes volúmenes de información, con esa memoria colectiva que pugna por preservarse a través de la lucha, la denuncia, la conmemoración, el monumento y, sobre todo, por la recordación boca a boca, por la remembranza oral de la narrativa que cuenta lo que sucedió?

A pesar de que la tendencia dominante en psicología de la memoria es considerar que sus mecanismos de procesamiento de información son idénticos a los de un hardware de un computador, queda por resolver no sólo el hecho de que cualquier recuerdo implica una experiencia consciente y una reconstrucción de nuestra identidad, sino que dicha recuperación implica la legitimación y refrendación del otro, la valoración social que el acontecimiento conlleva; en fin, el carácter social y compartido de la memoria.

Esta perspectiva social de la memoria nos permite entender cómo los actores del conflicto reconstruyen sus recuerdos de una forma determinada y en un momento dado. Es por eso que se parte del presupuesto que el recuerdo está mediatizado socialmente y no se limita a un proceso puramente individual, que nuestra capacidad de recordar y olvidar se desarrolla conjuntamente, de manera compartida, unas veces a través de la institucionalización social del olvido, otras, por la amnesia instigada estructuralmente.

Aquí los problemas ya no se centran en los mecanismos de procesamiento y recuperación de la información, sino en la forma como las personas comparten recuerdos, en el proceso de evocar experiencias colectivas y de la manera como registran eventos que serán recordados y conmemorados en ocasiones futuras. Es por esto que sus objetivos se orientan por las prácticas sociales de conmemoración, el contexto social de la memoria individual, la organización retórica del recuerdo y el olvido -esto es, sobre las versiones contradictorias del pasado: a quién culpar, perdonar, agradecer, etc.-, el recuerdo y el olvido institucional y las prácticas sociales de la memoria.

El recordar juntos se constituye, entonces, en el objetivo principal de esta perspectiva psicosociológica de la memoria. Al evocar experiencias compartidas, las personas reinterpretan y descubren aspectos del pasado que se pueden transformar en proyecciones a futuro que configuren otra identidad y concepción generacional de esas personas.

En la reconstrucción conjunta del pasado (el recordar juntos), uno de los problemas más acuciantes es el del carácter “verdadero” o “correcto” acerca de lo que pasó o no, es decir, sobre las versiones contradictorias del pasado. A este problema se le ha denominado la organización retórica del pasado en tanto “la “verdad” del pasado siempre es cuestionable.

En esta atribución de sentido y significado colectivo de los recuerdos juegan un papel fundamental los artefactos sociales. En la novela La misteriosa llama de la reina Loana de Umberto Eco se ilustra claramente este concepto. Yambo, el personaje principal, ha perdido su memoria personal, la más ligada a las emociones, en un accidente. No sabe quién es, ni recuerda su nombre, ni a su familia, ni su profesión; no obstante, recuerda libros, personajes, películas, datos históricos y, sobre todo, tebeos, que son los que finalmente le van a permitir revivir sus emociones primigenias más subjetivas y singulares, reconstruir su infancia y, en consecuencia, reestablecer su identidad. Es la demostración casi clínica de que la memoria está en las cosas, en objetos en los que nuestro yo se ha adherido, se ha distribuido, se ha imbricado. Por tanto, es el uso rememorativo y reconstructivo de aquellos objetos que no sólo nos evocan las experiencias y emociones más profundas y personales, sino también, esa grata sensación que revivimos de continuidad y preservación de nuestra propia identidad, lo que constituye la principal función de los artefactos sociales de la memoria.

La perspectiva de la memoria compartida se presenta como una vía de trabajo importante para la educación, ya que si los recuerdos se reconstruyen en función de mediaciones sociales específicas, se hace necesario explicitar algunas de las formas como los estudiantes comparten sus recuerdos, su organización retórica (qué eventos o acontecimientos, por efímeros y vertiginosos que sean, son relevantes como criterios de selección y uso de la información y la comunicación.

Esta explicitación no pretende controlar o regular las elecciones morales que subyacen a ese proceso de filtración, sino precisamente, compartir los marcos sociales vigentes y flotantes de la memoria para poder entender esa intersección entre la memoria individual y la memoria colectiva que en ese momento está operando. En el fondo, de lo que se trata no es otra cosa que la reconstrucción colectiva del recuerdo, al fin y al cabo, es a través del recordar juntos como podemos entender la integración a una determinada modalidad de práctica social, y hacer inteligible la coherencia y el sentido de continuidad que los usuarios de la red les dan a sus vidas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/los-usos-educativos-de-la-memoria

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Signos vitales de la Educación Pública, gratuita y de calidad en el Salvador

Centro America/ El Salvador/Insurgencia Magisterial

Por: Ventura Alfonso Alas. Chalatenango. San Salvador.

En memoria de los miles de niños asesinados durante la guerra civil salvadoreña, a quienes se les negó la posibilidad de asistir contentos y saludables a la escuela.

La escuela pública debe ser fortalecida en todos los ámbitos hasta convertirla en un verdadero polo de desarrollo comunitario. La cultura y la política convergen en los Centros Escolares. La música y la danza, el deporte y la recreación forman parte de las actividades escolares. La lectura y la reflexión crítica son el pan y vino de cada día; la historia y la geografía, la economía y los valores… Toda esta actividad dinámica hace de la escuela una comunidad educativa. Mejorar la escuela pública y gratuita es una necesidad impostergable.

Durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992) el estado salvadoreño no solamente descuidó la educación en casi toda la zona rural del país, sino que además los gobiernos de esa época persiguieron a los escolares por tierra y aire, bajo la estrategia de tierra razada. El objetivo principal era asesinarlos. En varios pasajes de la guerra se cometieron crímenes de lesa humanidad al realizar masacres como las del Sumpul (14 de Mayo de 1980) y el Mozote (11-12 de Diciembre de 1981). Los recursos del estado y el endeudamiento estaban dirigidos para la guerra, los mejores esfuerzos de los gobiernos de turno se concentraban en la persecución de la niñez que carecía de oportunidades de desarrollo PerSociales.

Con la firma de los acuerdos de paz en enero de 1992, se abre la posibilidad de reconstruir toda la infraestructura escolar y ampliar la cobertura en todos aquellos lugares que el estado había abandonado durante la guerra civil. La solidaridad internacional y la cooperación local se suman a este esfuerzo y se empuja con mayor fuerza el proceso de recomposición del tejido social y la estructura organizativa dedicada a la educación.

La reforma educativa en marcha y la implementación del plan decenal 1995-2005, se plantean 3 políticas educativas: ampliación de la cobertura educativa, modernización del sistema y mejoramiento de la infraestructura escolar. Con la primera política se creó el programa EDUCO que encaminaba a la privatización del servicio. Los docentes contratados por la comunidad carecían de estabilidad laboral y estaban expuestos a todo tipo de atropello laboral. En cuanto a la modernización no se alcanzó avanzar más allá de la creación de los organismos de administración escolar en donde convergen padres de familia, docentes y estudiantes. El departamento de infraestructura escolar del ministerio de educación siempre se quejó de la falta de recursos económicos. Los avances en esta área fueron acuerpados desde organismos internacionales y cooperación puntual por ONG´s.

La llegada del fmln al gobierno en 2009 significó un cambio de rumbo y de enfoque en la política educativa en El Salvador. Más de 8,000 docentes que correspondían al programa EDUCO que carecían de estabilidad laboral fueron absorbidos por ley de salario, las cuotas de bachillerato fueron eliminadas para garantizar la gratuidad de la educación. Surgen los paquetes escolares como respuesta a la carencia de condiciones básicas para que los niños asistieran a la escuela (útiles, zapatos y uniformes escolares).

Para generar mejores y mayores oportunidades de aprendizaje y para reducir la desigualdad de oportunidades y de acceso a la tecnología se lanza el programa “un niño una computadora”. Claros y conscientes de las dificultades de las familias salvadoreñas para garantizar una buena alimentación a sus hijos, se mejora el refrigerio escolar y se garantiza un vaso de leche para cada niño.

El magisterio se dignifica progresivamente con un incremento salarial del 20% de manera escalonada, el seguro médico se mejora en cuanto a cobertura y calidad; se ejecuta un plan de actualización que abarca al 100% de docentes y los más de 8,000 docentes que pertenecían al programa EDUCO gozan de estabilidad laboral y emocional. Recientemente el MINED ha presentado a la asamblea legislativa una reforma a la ley de la carrera docente para beneficiar a todos los maestros en edad de jubilación con un bono que corresponde a 12 salarios, otra reforma presentada simultáneamente incluye pensionar a los docentes con enfermedades crónicas o terminales.

El pasado 30 de marzo el viceministro de educación, Francisco Humberto Castaneda estuvo en Chalatenango en el lanzamiento del programa “Techo y Agua”, el cual abarca a 100 escuelas de los 33 municipios de este departamento. La captación de aguas lluvias y la potabilización de la misma permitirán seguir mejorando la infraestructura escolar con una lógica de desarrollo sustentable para enfrentar los efectos del estrés hídrico.

En repetidas ocasiones, sectores de derecha han cuestionado mucho toda la inversión pública. Sobre los paquetes escolares se atrevieron a decir que se trataba de un despilfarro de dinero. Recientemente ha circulado un anuncio publicitario en TCS, la cadena televisora más fuerte de El Salvador, en donde el presidente de ARENA, Mauricio Interiano muestra toda su sensibilidad social por mejorar la educación de este país. Cita como prioridad a la niñez, que merece lo mejor, que necesita de un servicio de calidad.

Ante este replanteamiento de ARENA de la forma de visualizar la educación en El Salvador surgen algunas inquietudes. ¿Por qué abandonaron las escuelas y la población escolar en la década de los 80´s? ¿Por qué masacraron a centenares de docentes que exigían mejoras al sistema educativo salvadoreño? ¿Por qué descuidaron la inversión en educación, ya que esta no superaba el 2% PIB cuando la CEPAL decía que había que elevar la inversión al menos al 5%? ¿Por qué el estado salvadoreño masacró a más de 200 estudiantes en un solo día que se manifestaban en la capital salvadoreña el 30 de julio de 1975?

Hay gente y analistas políticos que afirman que estamos igual o peor que antes, el odio y el egoísmo no les permite ver, o si lo hacen no tienen la valentía para decir que se ha avanzado; que ha habido cambios sustanciales. El año anterior, producto de un proceso de consulta por una comisión de alto nivel y renombre intelectual sus miembros, se hizo el lanzamiento del “Plan El Salvador Educado” el cual recoge los principales 6 desafíos que tiene El Salvador en materia educativa, los cuales están en coherencia con la realidad y necesidades de la escuela pública. Se han replanteado también los ejes de desarrollo de nación en los cuales aparece la educación como elemento fundamental para conseguirlo: El Salvador productivo, educado y seguro.

Es hora de actuar, estudios, análisis e investigaciones, padres de familia, estudiantes, docentes, ONG´s… coinciden en la necesidad de mejorar la educación en el país. La palabra sin obra pierde fuerza y esperanza, se convierte en discurso vacío de contenido.

Este artículo no pretende ubicar al lector un sistema educativo salvadoreño sin fallas, que todo está resuelto; más bien busca provocar reflexiones y debates sobre la necesidad permanente de seguir construyendo colectivamente los cambios que necesita impulsar este país. Si pone de manifiesto los avances que se han suscitado como muestra de fe y esperanza que es posible mejorar la calidad de la educación, que es necesario fortalecer la escuela pública como polo de desarrollo educativo a nivel local. Sí es posible cualificar a los docentes, dotar de más y mejores recursos de aprendizaje a las escuelas, de mejorar los espacios escolares. Es notorio el camino recorrido y el impacto en la niñez salvadoreña, pero también son visibles las dificultades y debilidades que se deben superar

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La mitad del alumnado siente ansiedad ante los exámenes

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo 

De PISA pueden extraerse miles de conclusiones relevantes. La OCDE, además de analizar los datos de rendimiento del alumnado, así como su posible relación con su estrato socioeconómico, también pone el foco sobre el bienestar de chicas y chicos a la hora de enfrentar el estudio, en general, en su vida.

De hecho, lo relacionado con lo escolar es uno de los principales indicadores, dice la OCDE, de insatisfacción para los y las jóvenes en España. Y cuantas más horas le dedican al estudio, más frecuente es la ansiedad. Según los datos que recogió en PISA 2015, es mayor en los centros en donde chicas y chicos estudian, dentro y fuera de clase, más de 50 horas semanales. En estos centros los alumnos están más preocupados, 11 puntos porcentuales más.

En la presentación de los datos, Andreas Schleicher, máximo responsable del PISA, aseguró que esta ansiedad no se debe tanto a que haya muchas tareas escolares, sino al tipo de trabajos que se les plantean a los estudiantes. “Los deberes deberían complementar lo que se hace en la escuela, no ser un sustituto. Deberían ser experiencias de aprendizaje diferentes. Por ejemplo, si enseño la gravedad, que los alumnos hagan algún experimento en casa”.

Y las chicas más

Si se desagregan los datos de ansiedad, las chicas destacan, lamentablemente, por sufrir más ansiedad que sus compañeros.

Mientras que en el caso de los chicos de bajo rendimiento el 60% se siente muy tenso al estudiar, en el caso de ellas el porcentaje sube al 69%. En el otro extremo, entre las chicas con un mejor rendimiento en PISA 2015, el 92% se preocupa por las calificaciones. Eso sí, explica el informe, el apoyo de las familias reduce esta tensión.

En la otra punta, se encuentra el hecho de que ellas quieren estudiar una carrera 14 puntos porcentuales más que ellos y que, al mismo tiempo, son menos ambiciosas que los chicos. También 14 puntos.

Destaca la OCDE el grado de sentimiento de pertenencia del alumnado en general en España en los centros educativos. Aunque no encuentra diferencias significativas entre chicas y chicos, sí las encuentra en función del origen de las y los estudiantes.

El alumnado de origen inmigrante de primera generación siente menos pertenencia (17%) que el nativo (9%) pero, matiza a OCDE, el de segunda generación (12%) tiene unos niveles más cercanos a los de los y las chicas nativos. La organización internacional lo achaca a una buena política de integración y destaca, a su vez, que España ha sido uno de los países de mayor acogida en la última década.

Acoso escolar

Este es otro de los puntos a los que mira este documento. Y a cómo influye en los resultados del alumnado. En centros en los que hay más acoso, más del 10% de las chicas y chicos dicen sufrirlo, tienen 21 puntos menos de puntuación en Ciencias en PISA que en los centros en donde menos del 5% del alumnado dice haber sufrido acoso entre iguales.

Parece haber relación, además, entre la implicación de las familias en el proceso educativo y el acoso. Quienes no sienten esta ayuda de sus familias en sus dificultades están dos veces más sometidos a una exposición frecuente a cualquier tipo de acoso.

Y claro, las situaciones de acoso inciden negativamente en la percepción que chicos y chicas tienen no solo de sus vidas, si no de su relación con el instituto. El 28% de los acosados aseguran no estar satisfechos con sus vidas; el 35% declaran sentirse ajenos al centro educativo. Estos porcentajes, en el caso de alumnado que no ha sido acosado, desciende al 8% en ambos casos.

Niño rico, niño pobre

El alumnado que pertenece a las familias más adineradas están más contentos con sus vidas. Solo el 7% informa de que no lo está. En el caso de las familias más pobres, el porcentaje de las y los chicos descontentos se duplica. Lo mismo ocurre con quienes declaran estar muy satisfechos con sus vidas. En el caso de quienes más tienen, su número es 11 puntos porcentuales mayor que entre quienes menos tienen.

En una línea relacionada, los chicos y chicas menos favorecidos practican menos deporte en el tiempo libre que lo más favorecidos. Seguramente porque lo hagan en actividades extraescolares que no pueden costearse.

Mención aparte necesita el dato sobre los desayunos. El 19% de las chicas no desayunan antes de ir a clase. El porcentaje es del 11 en el caso de ellos. Además de los posibles problemas físicos que esto pueda suponer, al mismo tiempo, la OCDE establece una relación entre esto y los datos de satisfacción con la vida. En una escala de 0 a 10, quienes no desayunan están un punto menos satisfechos con su vida.

Internet

Entre 2012 y 2015 ha crecido en número de adolescentes que utiliza móviles con Internet en casa. Un 25% en el caso de España, frente al 17 medio de la OCDE. Indudablemente, la Red ocupa buena parte del tiempo libre de chicas y chicos hasta el punto de que el 40% del alumnado navega en Internet, fuera del horario lectivo, más de 4 horas diarias entre semana. De hecho, el 22% del total lo hace más de 6 horas.

Estos últimos obtuvieron en PISA 2015 35 puntos menos que sus compañeros que se conectan menos tiempo a Internet. También declararon están menos satisfechos con su vida y son menos participativos en la escuela: “Se observa, dice la OCDE, 16 puntos porcentuales más de probabilidades de llegar tarde a clase y 10 puntos porcentuales más de haber faltado un día que en otros estudiantes”.

En los últimos tres años, ha aumentado el tiempo en Internet hasta 65 minutos más los fines de semana y 59 minutos entre semana. El 69%, explica la OCDE, asegura sentirse “realmente mal” si no tienen conexión a Internet.

 Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/19/la-mitad-del-alumnado-siente-ansiedad-ante-los-examenes/
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Prepararnos a prueba de futuro

Por Carlos Magro

Pensar es poner las cosas en movimiento, decía hace poco el escritor Miguel Ángel Hernández. No puedo estar más de acuerdo. Pensar es, sin duda y ante todo, un verbo de acción. Es una particular manera del hacer. En muchos casos, pensamos con la manos, y no son tampoco raras las ocasiones en las que, a la inversa,hacemos con la cabeza.

Si hacemos caso a John Dewey, cosa que en general recomiendo, aprendemos haciendo y reflexionando sobre lo que hemos hecho. Para Ángel Pérez Gómez, aprender es, ante todo, aprender a pensar. Pensar para poder elegir, así que tiene todo el sentido del mundo lo que, por su parte, sostiene Marina Garcés cuando dice que enseñar es dar(nos) a pensar.

Lo que nos diferencia de otras especies, lo que nos hace verdaderamente humanos, sostiene Juan Ignacio Pozo en Adquisición de conocimiento (p.119-120) es nuestra capacidad de hacer explícitas nuestras propias representaciones y, por tanto, nuestra capacidad para informar sobre ellas o comunicarlas, a otros o a nosotros mismos. No fue solo, como tradicionalmente se pensaba, la liberación de las manos y el uso de herramientas lo que nos hominizó (J.I.Pozo. pp. 121-122), sino nuestra capacidad de representarnos a nosotros mismos y a los otros, de convertir nuestra mente en un objeto de conocimiento. Lo que nos humanizó, sostiene por su parte el paleontólogo Eduald Carbonell fue la adquisición de la capacidad de pensar sobre nuestra inteligencia, de entender el proceso de la vida y de adaptarnos al entorno través del conocimiento, la tecnología y el pensamiento. Somos humanos, podríamos concluir, porque hacemos, reflexionamos sobre lo que hemos hecho y podemos comunicar a otros eso que hemos hecho. Somos humanos porque pensamos, hacemos y nos comunicamos.

Elliott Erwitt. USA. New York City. 1950.

Elliott Erwitt. USA. New York City. 1950.

Explicitar nuestras representaciones nos permite no solo generar nuevo conocimiento, sino también dar nuevo sentido al que ya tenemos, es decir, aprender y, por tanto, poder enseñar. El punto decisivo de la evolución humana fue la formación de comunidades cognitivas señala Félix Angulo. “Lo que nos hace seres humanos es nuestra educabilidad, nuestro potencial para el aprendizaje y nuestra enorme capacidad para enseñar y educar al otro”. Somos humanos, entonces, porque aprendemos y enseñamos a otros. Somos humanos porque nos educamos los unos a los otros para la vida, para vivir mejor. “La educación es el motor de nuestra evolución y el paso del homo al human, de la hominización a la humanización.” (Félix Angulo)

Aprender no es copiar, ni reproducir la realidad, ni replicar sin cambios una información suministrada. Aprender no es memorizar. De hecho, nuestra memoria no está hecha para “recordar con fidelidad el pasado, sino para anticipar de modo flexible el futuro” (Edgar Morin).

Somos más eficientes proyectando futuros que replicando pasados, anticipando “lo por venir” que recordando lo ya pasado. A diferencia de otras especies, no aprendemos solo asociando y relacionando, sino también construyendo (J.I.Pozo). Aprender es construir, nos dicen desde hace años las ciencias de la educación. Aprender es elaborar una representación personal del objeto de aprendizaje. Aprender es una actividad mental. Aprender es pensar. Es un proceso de reorganización de nuestro sistema cognitivo.

Aprender no es solo un resultado. Es también, o ante todo, un proceso. En el aprendizaje, producto y proceso son relevantes.

Si aprender es hacer y pensar. Y pensar es, como hemos dicho, poner las cosas en movimiento. Aprender sería poner cosas en movimiento, movilizar recursos para hacer algo. Aprender es cambiar. Aprender tiene entonces más que ver con mudar que con acumular. Aprendemos para ser capaces de actuar. Aprender es un verbo de acción.

Elliott Erwitt. Newyork 1977

Elliott Erwitt. Newyork 1977

No aprendemos sobre la nada. No se construyen nuevos conocimiento sobre el vacío, sino desde unos conocimientos previos que nos permiten dotar de significado a los nuevos. Aprender nos exige también el esfuerzo de modificar nuestros esquemas previos. Enseñar sería ayudar a los alumnos en este costoso proceso de modificación y cambio. Enseñar consistiría entonces en mover o ayudar a moverse al que aprende.Enseñar es motivar. Entendiendo por motivación, como dice Juan Ignacio Pozo (min.15), la acción de mover a alguien hacia algo: “partir de lo que los alumnos quieren y desean aprender para llevarles a aquello que no les gustaría aprender o que inicialmente no están interesados en aprender”. Enseñar es también un verbo de acción.

Educar no es solo transferir, transmitir, trasladar. Educar no es solo proporcionar información sino ayudarnos a adquirir los procesos, las formas de pensar y los criterios que nos permitan convertir esa información en conocimiento, dice el mismo Pozo. “Educar(se) supone reconstruir no solamente los modelos mentales conscientes y explícitos, sino de manera muy especial los mecanismos, hábitos, creencias y mapas mentales inconscientes y tácitos que gobiernan nuestros deseos, inclinaciones, interpretaciones, decisiones y reacciones automáticas”(Ángel Pérez Gómez). Educar(nos) nos demanda experiencia, acción y reflexión.

Conocer y pensar no es llegar a una verdad absolutamente cierta, sino dialogar con la incertidumbre, afirma Edgar Morin. Es precisamente la incertidumbre la característica que mejor define hoy a nuestro mundo. Un mundo líquido (Zygmunt Bauman), desbocado (Anthony Giddens) y del riesgo (Ulrich Beck). Un mundo con más preguntas que respuestas y en el que más que suministrar las respuestas correctas debemos enseñar a hacer las preguntas adecuadas, dice Ángel Pérez Gómez.

Vivimos un intenso proceso de cambio que ya no es solo visible en el paso de una generación a la siguiente, sino dentro de una misma generación. Un cambio intrageneracional que todos estamos experimentando en primera persona (Mariano Fernández Enguita). Estamos inmersos en una de esas grandes (y escasas) revoluciones de la historia que “excede lo que son capaces de seguir las instituciones educadoras tradicionales, familia y escuela”.Un cambio que está afectando, por tanto, al sentido mismo de la escuela.

Elliott Erwitt

Elliott Erwitt

En este escenario, parece entonces razonable sostener, como hizo Guy Claxton en 1990, que la función principal de la educación en este mundo incierto debería ser dotar a la juventud de la competencia y confianza en sí misma necesarias para afrontar bien la incertidumbre (citado por Elena Martín).

La principal función de la escuela debería ser, como dice Helen Haste, dotarnos de la capacidad de respuesta creativa para gestionar la ambigüedad e incertidumbre que nos rodea y tratar constructivamente con múltiples perspectivas a veces irreconciliables. La principal función de la escuela sería “llevar a los alumnos al territorio de los problemas, entendiendo por tal tareas relativamente abiertas, que no tienen una única solución y que requieren de una gestión metacognitiva”, sostiene, por su parte, Juan Ignacio Pozo (Educar en tiempos inciertos. p. 277). Ser creativos en un contexto como el actual de especial incertidumbre. La principal función de la educación escolar, podríamos concluir, debería ser convertirnos en buenos aprendices. 

Cuestionar o cuestionarse los fines (los objetivos) de la educación escolar no es algo nuevo. Todos los movimientos de renovación pedagógica en los últimos cien años tenían detrás una idea concreta sobre esos fines. A mi me gusta especialmente por su claridad, la propuesta hecha por la UNESCO en su conocido Informe Delorsque identificó los cuatro pilares básicos de una educación para el Siglo XXI en la necesidad de aprender a conocer; aprender a hacer; aprender a ser y aprender a convivir: “para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas, por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.” Es decir, la función de la escuela, para el informe Delors, sería la de formar a las personas de manera integral, algo que tradicionalmente no había sido el objeto de la escuela (más centrada en los saberes formales y abstractos) sino de otros ámbitos educativos situados fuera de la escuela, en la familia, las actividades de ocio, la educación no-formal y la informal.

La sociedad actual demanda, nos demanda, enfrentarnos a una creciente complejidad en muchas áreas de nuestras vidas. El conocimiento tiene sentido si nos ayuda a entender las características complejas de la vida actual y nos permite desarrollar las competencias para conocernos y gobernarnos, relacionarnos con los demás y llevar adelante nuestros proyectos vitales. Parece que la educación que necesitamos es aquella que nos permita dar respuesta e intervenir de la manera más apropiada posible con respecto a los problemas y cuestiones que nos va a deparar la vida en todos sus ámbitos de actuación. Aquella que nos ayude a construir nuestro proyecto vital en los ámbitos personal, social, académico y profesional. La escuela no puede, por tanto, quedarse solo en la enseñanza y aprendizaje de contenidos disciplinares. Debe buscar el desarrollo en cada alumno de un conjunto de conocimientos, habilidades, emociones, actitudes y valores que les permitan afrontar situaciones nuevas e imprevistas (Ángel Pérez Gómez). Debe formarnos para ser capaces de enfrentarnos a lo nuevo modificando los esquemas previamente aprendidos. El principal desafío que enfrenta la escuela es, entonces, dotar a cada alumno de la “capacidad de asumir su realidad, reflexionar críticamente sobre ella, decidir con autonomía intelectual y sustentado en valores, construidos social y democráticamente” (Elia Mella Garay).

Debemos comprender que “aprender a decir y a hacer son dos formas diferentes de conocer el mundo y, por tanto, no basta con tener conocimiento para saber usarlo, se requieren además estrategias, actitudes, adecuadas para afrontar nuevas tarea…. Saber hacer, usar el conocimiento adquirido, requiere un entrenamiento específico basado de alguna forma en la solución de problemas, no en la mera acumulación de saberes”, afirma, por su parte, Juan Ignacio Pozo en su brillante Aprender en tiempos revueltos (pp. 190-191).

Elliot Erwitt. Ireland. Ballycotton. 1991.

Elliot Erwitt. Ireland. Ballycotton. 1991.

Volviendo sobre los cuatro pilares de Delors, no es lo mismo aprender a decir (aprendizaje verbal, declarativos), que aprender a hacer (aprendizaje procedimental), que aprender a ser (aprendizaje actitudinal). Nuestra cultura ha tendido a limitar el aprendizaje escolar “solo” a los aprendizajes verbales, menospreciando los saberes prácticos. Hemos separado artificialmente los saberes teóricos, experimentales y experienciales. Hemos pensado que nos bastaba con aprender a decir (saberes simbólicos y abstractos) para saber hacer y usar ese conocimiento posteriormente (saberes prácticos y encarnados) y también para saber ser. Pero no es así.

Nuestra propia experiencia nos indica que sabemos decir mucho más de lo que somos capaces de hacer. Y, a la inversa, sabemos hacer muchas cosas que, sin embargo, no podemos explicar.

La actual sociedad del aprendizaje nos exige abordar los procesos de enseñanza/aprendizaje desde una perspectiva integral. Además del qué se aprender, hemos de replantearnos el cómo, el cuándo, el dónde y el para qué, tan útiles para promover la transferencia después de esos aprendizajes. Debemos aunar de nuevo producto y proceso. El qué y cómo. El qué y el para qué.

Nuestro objetivo debe ser que nuestros alumnos sean activos, participativos, autónomos, curiosos, independientes, reflexivos y capaces de planificar y evaluar su propio aprendizaje a lo largo de la vida. Debemos ayudarles a desarrollar los recursos mentales, emocionales y sociales que les permitan hacer frente a la incertidumbre y la complejidad del mundo actual. Formarles para que sean capaces de construir su plan de vida contribuyendo a su plan personal pero también participando de forma activa con otros.

Nuestro objetivo es que nuestros alumnos sean competentes. Entendiendo por competencia el “poder actuar eficazmente en una clase de situaciones concreta movilizando y combinando en tiempo real y de forma pertinente recursos intelectuales y emocionales” (Philippe Perrenoud).

Wayne Miller. 1958

Wayne Miller. 1958

Necesitamos una escuela que forme a los alumnos para una sociedad cambiante. Una sociedad, como hemos dicho, caracterizada por la incertidumbre, la inseguridad, la flexibilidad, el relativismo y la ambigüedad. Nos enfrentamos al difícil desafío de anticipar un futuro que no podemos predecir. La escuela se enfrenta al reto de preparar a los alumnos para un futuro incierto. Prepararles, como dice Cristóbal Cobo, a prueba de futuro. Prepararles para la vida o, mejor, prepararles para prepararse durante toda la vida. Todo parece demandarnos un nuevo paradigma para el aprendizaje y la enseñanza escolar que paradójicamente recupere nuestra esencia como especie, nuestra enorme capacidad para enseñar y educar al otro.

*El título de este post está tomado del recomendable libro de mi amigo Cristobal Cobo, La innovación pendiente (p. 38). Descargable aquí.

**La fotografías son del fotógrafo estadounidense Elliott Erwitt, nacido en París en 1928, hijo de emigrantes rusos-judios y emigrante él mismo a la edad de diez años (1939) a consecuencia de la II Guerra Mundial y del fotógrafo estadounidense Wayne Miller (1918-2013).

Fuente: https://carlosmagro.wordpress.com/2017/04/12/prepararnos-a-prueba-de-futuro/

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Ideología de Género en Colombia y América Latina

Por Libertades Sonoras

Luego de la polémica suscitada en Colombia por el tema de ideología de género, en Libertades Sonoras quisimos mostrar cuál es el impacto negativo de este discurso enmarcado desde algunos sectores religiosos, frente al reconocimiento de los derechos de mujeres y de la comunidad LGBTI.

En estudio contamos con la presencia de Natalia Idrobo, politóloga, investigadora en contextos socio-políticos y gestora social. Como activista hace parte de Enigma Red de Mujeres Diversas y el Observatorio Contra el Acoso Callejero. Experiencia en educación popular, participación ciudadana e investigación en: conflicto armado, construcción de paz, violencias y derechos de las mujeres; jóvenes y personas con orientaciones sexuales e identidades de género no normativas.

Así mismo, como esta realidad no afecta solo a Colombia, tuvimos la participación desde México de Adriana Patlán – Activista, Feminista y Directora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México, red presente en 10 Estados, que promueve los DSDR y el aborto legal.

Desde Perú nos acompañó Melissa Sánchez- Activista, feminista e integrante de Católicas por el Derecho a Decidir – Perú, organización de mujeres Católicas que trabajan por el reconocimiento y defensa de los derechos sexuales, derechos reproductivos y el derecho a decidir de las mujeres.

Fuente: http://www.contagioradio.com/39456-articulo-39456/

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La partida de Sylvia Schmelkes

Por: Lev Moujahid Velásquez Barriga 

Sylvia Schmelkes, socióloga e investigadora reconocida a nivel nacional e internacional, llegó a la presidencia de la junta de gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) generando grandes expectativas. Hasta antes de ocupar el cargo, había cosechado un prestigio envidiable entre la comunidad educativa. Sin temor a equivocarme, me atrevo a decir que prácticamente no hay escuela de educación superior en el ámbito universitario y de la formación docente que no haya estudiado sus aportaciones en el tema de la interculturalidad. No es para menos, en un país como México que se caracteriza por su riqueza pluriétnica.

No obstante, a unos días de terminar su gestión al frente del INEE, se va, contradiciendo sus propias convicciones intelectuales. Lamentablemente, lejos de haber implementado un modelo de evaluación respetuoso de la diversidad regional, cultural y lingüística, impulsó una propuesta que camina en dirección contraria a estos principios, cuya lógica orientada hacia la estandarización es invasiva, aculturizadora, discriminante de los pueblos originarios y reduccionista de los muchos Méxicos que se expresan en la diversidad social y geográfica, pero también de las formas varias en que los niños construyen, demuestran e interiorizan los aprendizajes escolares.

Schmelkes fue miembro connotada y reconocida en el medio académico, donde cultivó muchas amistades. Fue integrante del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), el órgano de mayor prestigio en este campo, de donde emergen los primeros miembros de la junta de gobierno del INEE, ella incluida. Sin embargo, hoy se retira de la presidencia de este organismo desoyendo y faltando a la confianza que sus compañeros depositaron en ella. Su actitud estrecha ante la opinión, muchas veces mesurada, del Comie, provocó la ruptura de un sector de este consejo (que se distanció de ella), con importante presencia en los medios de comunicación, en la opinión pública, credibilidad en el magisterio y las instituciones de gobierno.

La CNTE, que siempre ha sido escéptica de la reforma educativa, así como de las personas e instituciones que la instrumentan, confirmó las sospechas iniciales que relacionaban la poca independencia de la consejera presidenta, por sus antecedentes como asesora de la OCDE, los cuales marcaron el sometimiento de su gestión a los lineamientos empresariales que promovieron una evaluación para la precarización laboral. Para los profesores que quizás nunca se pensaron involucrados en ninguna actitud de oposición a la reforma, la presidenta se va, dejando en ellos el descrédito y la decepción de quien fue parte de su formación inicial y de su preparación continua. Priva en muchos de ellos la convicción de que, con la evaluación punitiva, les da la puñalada por la espalda, ningunea la profesión docente, desconoce sus años de seguridad laboral y quebranta la satisfacción personal de haber escalado en el mérito a la carrera magisterial.

Sylvia Schmelkes deja resultados mediocres al frente del INEE. Nunca pudo consolidar un instrumento que superara los errores que llevaron al examen Enlace a su desaparición. El Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) sigue siendo una prueba que hace tabula rasa de los alumnos. Además, ha padecido dificultades para aplicarse desde su origen: desde la insuficiencia presupuestal hasta la carencia de recursos humanos para llegar a un amplio sector. Su impacto en la interpretación del estatus cognitivo, social y escolar de los estudiantes no fue el esperado. La prueba internacional Pisa, diseñada por una institución ajena a lo educativo como la OCDE, es hasta hoy el principal termómetro para orientar la política gubernamental y se impone desde los grupos de empresarios nacionales, por encima de la supuesta autonomía del órgano evaluador reconocido constitucionalmente.

Los fracasos de la socióloga al frente del instituto no son pocos ni son defendibles. Antes que reconocer la inviabilidad de la reforma no educativa y la necesidad imperiosa de cambiarla, por sus incongruencias constitucionales y por las evidentes incapacidades institucionales para instrumentarla, prefirió violar sistemáticamente la legislación que el INEE, los empresarios y el gobierno federal promovieron. En lugar de escuchar el descontento social y el desacato magisterial a la evaluación antipedagógica, prefirió ignorarlos.

Las omisiones saltan a la vista en sus últimos informes: apenas 10 por ciento de los docentes se han evaluado en tres años. En el mejor de los casos, la expectativa más optimista prevé que en la última calendarización en curso la cifra pueda llegar a 20 por ciento. Este hecho muestra que no se está cumpliendo con la legislación, la cual establece que en 2018 todos los maestros deberían estar evaluados en un lapso de cuatro años. Es así como podemos hablar de una muerte lenta de la reforma. Si accediera a darle un giro más formativo, voluntario y no castigador a la evaluación, se podría evitar la agonía de los próximos 10 años.

De cara a su retiro, Silvia Schmelkes no puede ignorar que su investidura quedó manchada con la sangre de los muertos que fueron víctimas de la evaluación policiaca y militarizada. No puede dejar de lado que, con su complicidad, fueron despedidos más de 600 maestros que se negaron a evaluarse en legítima defensa de su derecho a trabajar dignamente y a no arriesgar el sostén de sus familias.

Seguramente la despedirán en medio de un acto solemne, en el que le reconozcan sus logros y cualidades. Sin embargo, para los maestros, normalistas, académicos, padres de familia e intelectuales de bien, quedará en las páginas de la educación mexicana como anfitriona de una historia de ineptitudes, fracasos, entreguismos y represiones.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/22/politica/014a2pol

Fuente de la imagen: http://snte.org.mx/seccion56/images/big/20150709/224617219.jpg

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