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Transición en el INEE

Este mes de mayo el Instituto Nacional para la Evaluación de la educación (INEE) conmemora un año más de vida al mismo tiempo que es testigo su primera transición en la presidencia de su Junta de Gobierno: deja el cargo Sylvia Schmelkes y lo toma Eduardo Backhoff.

El INEE es una institución nueva. Es verdad que su origen se remonta al año 2002, pero con su arquitectura institucional actual, el INEE tiene solo cuatro años de vida.

El legislador dotó al instituto de dos rasgos distintivos: por un lado, lo proveyó de autonomía y, por otro, le otorgó la facultad de evaluar todos los aspectos del sistema educativo (componentes, procesos y resultados). Eso significa que el INEE fue dotado de un poder excepcional —poder que carece de antecedentes.

Se trata de una entidad colocada en paralelo o frente a las autoridades educativas (federales y estatales) que puede evaluar tanto al sistema como a la educación y hacer públicos sus resultados.

Por otro lado, la ley otorga al INEE la prerrogativa de emitir directrices, lo cual quiere decir que, con base en las evidencias que arrojan las evaluaciones y con base en información rigurosa, puede producir recomendaciones sobre política pública que las autoridades deben atender.

De lo anterior se colige que el instituto puede actuar, no solo como un espejo que asegura la transparencia en el sistema educativo, sino además como una agencia capaz de actuar como control y orientación en la marcha del sistema escolar en sus niveles de educación obligatoria.  Esta circunstancia es única: por primera vez en la historia, se ha creado una fuerza autónoma que equilibra a las fuerzas que gobiernan la educación nacional y que, se está convirtiendo en un motor poderoso del cambio y de la mejora del sistema educativo.

¿Cómo asegurar que el INEE tenga una dirección adecuada? Siempre y cuando se garantice que la membresía dentro de su Junta de Gobierno se otorgue a personas que, además de ser conocedoras de la educación y la evaluación, sean éticas y políticamente independientes. Un INEE sin autonomía real no puede darse sino como una impostura institucional. Para que el instituto cumpla la función que se le asignó, se necesita asegurar que su cuerpo directivo tenga criterios propios y no se guíe por opiniones subordinadas al gobernante en turno.

Sylvia Schmelkes es una persona cuyas competencias e integridad moral son ampliamente reconocidas, lo mismo que su vocación a favor de la educación indígena y del reconocimiento de la diversidad cultural. En su papel como presidenta del INEE, Sylvia Schmelkes actuó, durante cuatro años, con tal acierto y libertad de criterio que merece el reconocimiento de todos. Por su parte, Eduardo Backhoff, con su largo historial en evaluación y su prestigio como persona recta y limpia, sabrá seguramente conducir con éxito al instituto en esta nueva —y todos esperamos, productiva—  etapa histórica.

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Transición en el INEE

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Cuatro obstáculos para el pacto educativo

ANNA FLOTATS

La Subcomisión para la elaboración de un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación ya ha echado a andar. Los grupos parlamentarios tienen por delante el reto de alcanzar el primer gran pacto nacional en materia de Educación. Dispondrán de un plazo de seis meses para elaborar un informe que sirva de base para que un proyecto de Ley Básica de Educación que sustituya a la más que polémica y cuestionada Lomce.

El camino hasta ese pacto, sin embargo, está lleno de piedras y obstáculos y la situación es urgente. Al caos legal creado por la Lomce y sus paralizaciones y retrasos, hay que sumar el rechazo constante de la comunidad educativa. El próximo 9 de marzo, de hecho, se celebrará una nueva huelga de estudiantes que persigue el objetivo  de derogar íntegramente la conocida como ‘ley Wert’.

Con los siguientes retos echa a andar, por tanto, una Subcomisión que ya con un problema de raíz: no tiene el apoyo de Unidos Podemos, PNV, ERC, la antigua Convergència y CiU y si el objetivo es un gran pacto nacional parece obvio que, al menos, debe entrar dentro del acuerdo el tercero partido en importancia en el Congreso y los principales partidos nacionalistas.

1. El apoyo a la educación concertada

La Administración aporta el 57% de los ingresos de los colegios concertados, eso es, seis de cada diez euros. ¿La educación privada y concertada va a seguir financiándose con fondos provenientes de las arcas públicas? Jurjo Torres, catedrático de Didáctica en la Universidad de Santiago de Compostela, duda que eso cambie. «No me creo que la ideología no entorpezca el debate, es muy complicado llegar a un pacto partiendo de una política conservadora, sesgada, intervencionista y que ha premiado a los creadores de la LOMCE con puestos en la OCDE», argumenta.

Para que el supuesto pacto logre algún cambio en la legislación educativa, indica el catedrático, deberá dejar «cierta ambigüedad en la mayoría de cuestiones» parar lograr luego «una norma de mínimos con un articulado pequeño». Sin embargo, Torres advierte del peligro posterior: «Es en el desarrollo de los decretos ley donde se sueltan las verdaderas bombas».

2. La religión, ¿dentro o fuera de las aulas?

Los acuerdos firmados entre el Gobierno español y la Santa Sede el 3 de enero de 1979 incumplen varios artículos de la Constitución aprobada un mes antes, el 6 de diciembre de 1978, que declara España como aconfesional. Sin embargo, ni el PSOE ni el PP se han planteado la posibilidad de revisar estos acuerdos, que dan privilegios a la Iglesia en ámbitos como la Educación, la Jusitica, el Ejército y los Presupuestos. «La religión tiene que ser una cuestión privada y no puede formar parte de los currículos de la educación pública. Ninguna ideología debe estar presente en la escuela y menos aún financiada por el Gobierno», opina Carmen Rodríguez, profesora de Didáctica de la Universidad de Málaga y portavoz del Foro Sevilla por Otra Política Educativa. Este colectivo ha redactado un Documento de bases para una nueva Ley de Educación que ha recibido el apoyo de sindicatos, estudiantes, padres, colectivos sociales y partidos políticos (Unidos Podemos, PSOE, ERC y Bildu).

En seis meses, la subcomisión deberá responder a las eternas preguntas sobre esta cuestión: ¿La nota en la asignatura de Religión contará para pasar de curso?, ¿puntuará para acceder a becas?, ¿se seguirán financiando con dinero público los centros religiosos que segregan por razón de sexo? En definitiva, ¿la ideología se quedará, por fin, al margen de la educación?

3. ¿La educación es para todos?

El Gobierno ha dado marcha atrás con las reválidas —las evaluaciones finales de Primaria y ESO serán muestrales y de diagnóstico y la de Bachillerato será similar a la Selectividad—, pero ¿hasta qué punto cederá en otros ámbitos? Rafael Feito, profesor de Sociología de la Universidad Complutense, ve «muy difícil que el PP se apee del dogmatismo con el que impulsó la LOMCE». «Si PP y Ciudadanos no entienden que un joven sin Bachillerato o sin una formación en Grado Medio lo va a tener muy difícil en la vida, un pacto no servirá de nada«, argumenta Feito, que sostiene que «los conservadores en general piensan que la educación no es para todos».

Un ejemplo de este pensamiento —que prefiere la excelencia a la equidad— son los llamados itinerarios tempranos, que expulsan a parte del alumnado del sistema porque lo mandan a diferentes niveles de formación a partir de 3º de la ESO. «Los partidos conservadores apuestan por segregar a partir de la Primaria y partiendo de esa base es muy difícil llegar a un buen acuerdo».

4. Las competencias de las comunidades

Aunque la creación de un espacio de diálogo en el Congreso ha sido muy bien recibido por la mayoría de partidos, sindicatos de profesores, alumnos y padres, no ha sido celebrado del mismo modo por todas las comunidades autónomas. Aunque la mayoría ha acogido de buen grado la creación de la subcomisión y la consiguiente paralización de las reválidas, Catalunya, Navarra y Euskadi siguen descontentas porque consideran que se siguen invadiendo sus competencias.

Las comunidades no gobernadas por el PP se han puesto en pie de guerra durante el desarrollo de la LOMCE y algunas de ellas incluso han incumplido los decretos ley marcados por la norma. ¿Será posible llegar ahora a un consenso tras tantos años de desencuentros?

Fuente del Artículo:

http://www.publico.es/sociedad/cuatro-obstaculos-pacto-educativo.html

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Shutting Down American-Style Authoritarianism

By Henry A. Giroux

Editor’s note: A shorter version of this piece appeared in CounterPunch.

It is impossible to imagine the damage Trump and his white nationalists, economic fundamentalists, and white supremacists friends will do to civil liberties, the social contract, the planet, and life itself in the next few years.

Rather than address climate change, the threat of nuclear war, galloping inequality, the elimination of public goods, Trump and his vicious acolytes have accelerated the threats faced by these growing dangers. Moreover, the authoritarian steam roller just keeps bulldozing through every social protection and policy put in place, however insufficient, in the last few years in order to benefit the poor, vulnerable, and the environment.

A neo-fascist politics of emotional brutality, militant bigotry, and social abandonment has reached new heights in the United States. Think about the Republican Party call to eliminate essential health benefits such as mental health coverage, guaranteed health insurance for people with pre-existing conditions, and the elimination of Meals on Wheels program that benefit the poor and elderly.
As the Trump regime continues to hollow out the welfare state, it builds on Obama’s efforts to expand the surveillance state but with a new and deadly twist. This is particularly clear given the Congressional Republicans’ decision to advance a bill that would overturn privacy protections for Internet users, allow corporations to monitor, sell, and use everything that users put on the Internet, including their browsing history, app usage and financial and medical information.

This is the Orwellian side of Trump’s administration, which not only makes it easier for the surveillance state to access information, but also sells out the American public to corporate demagogues who view everything in terms of markets and the accumulation of capital.

On the other side of the authoritarian coin is the merging of the punishing society and permanent warfare state with a culture of fear and cruelty. Under these circumstances, everyone is viewed as either a potential terrorist or narcissistic consumer making it easier for the Trump machine to elevate the use of force to the most venerable national ideal while opening up lucrative markets for defense and security industries and the growing private prison behemoth.

At the level of everyday life, the merging of corporate and political brutalism into a war culture were on full display in the savage beating of a United Airlines passenger who refused to give up his seat because the airlines over booked. Couple this with the Star War spectacle of the United States dropping a 21,600 pound non-nuclear bomb on the Achin district in Afghanistan, which has a population of around 95,000 people. Nobody on the plane came to the aid of the passenger as he was being assaulted and dragged from his seat as if he were a dangerous criminal suggesting that brutality, fear, and powerlessness have become normalized in America.

Moreover, the relative silence of the American public in the face its government dropping the “Mother of All Bombs” in Afghanistan and unloading endless weapons of death and destruction in Syria testify to the amnesiac state of the country and the moral coma which has settled like a dense fog on so many of its inhabitants. As historical memory is erased, public spheres and cultural spaces are saturated with violence and the endless spectacles of civic illiteracy. Pedagogies of repression now enable the suffering produced by those most vulnerable, who disappear amidst the endless trivialization produced by the mainstream media, which anxiously awaits for Trump’s next tweet in order to increase their ratings and fuel the bottom line.

The government propaganda machine has turned into a comic version of a failed Reality TV series. Witness the daily spectacle produced by the hapless Sean Spicer. Spicer dreams about and longs for the trappings of Orwell’s dystopia in which he would be able to use his position as a second rate Joseph Goebbels to produce, legitimate, and dictate lies rather than be in the uncomfortable scenario, in which he now finds himself, of having to defend endlessly Trump’s fabrications. For Spicer, the dream of the safety of Orwell’s dystopia has given way to the nightmare of him being reduced to the leading character in the Gong Show. Actually, maybe he is the confused front man for our stand-in-president who increasingly resembles the psychopath on steroids, Patrick Bateman, from the film, American Psycho—truly a symbol for our times. Ignorance is a terrible wound, when it is the result of systemic constraints or self-inflicted, but it is a pathology and plague when it is willful—the active refusal to know- and translates into power. Trump and his mostly incompetent and ignorant government appointees are not just stupid and offensive in their ideological smugness, they are a threat to the very act of thinking and its crucial connection to memory, justice and truth.

Neo-fascist policies and practices now feed a war culture and demand more than a political and moral outrage. At the very least, it must be recognized that neo-fascism must be restored as Paul Gilroy has argued “to its proper place in the discussions of the moral and political limits of what is acceptable.” This would suggest making visible not only the elements of neo-fascism that animate the new policies and political formations being produced in the Trump administration, but also unveiling how power is reproduced through those architects, managers, and intellectuals and institutions for hire that legitimate this distinctively American neoliberal-military machine.

The supine response of the mainstream press and the general public to ongoing acts of state and corporate violence is a flagrant and horrifying indication of the extent to which the United States government has merged the corporate state with the military state to create a regime of brutality, sadism, aggression, and cruelty. State sovereignty has been replaced by corporate sovereignty. All the while, militarized ignorance expands a culture awash in public stupidity and views critical thought as both a liability and a threat making it all the more difficult to recognize how authoritarianism appears in new forms.

The established political parties and politicians are nothing more than crude lobbyists and shock troops for the financial elite who believe everything is for sale. The boundaries of humanity are now inscribed and defined exclusively through the metrics of the twin logic of commercial transactions and the politics of disposability. The horrors unfolding under the Trump administration are not only abetted by white supremacists, religious evangelicals, but also by liberals who still believe that capitalism and democracy are synonymous, and who appear to delight and rush to support any military intervention or act of aggression the United States wages against a foreign power. Liberals are affronted over alleged charges of Russian spying but say nothing about their own country which does far more than spy on other countries it disagrees with, it overthrows them through either illegal means or military force.

Trump’s brand of authoritarianism is a combination of the savagery of neoliberalism and civic illiteracy on steroids. This legacy of neo-fascism represents more than a crisis of civic literacy and courage, it is a crisis of civic culture, if not politics itself. As civic culture wanes, a market based ideology increases its grip on the American public. This militant ideology of sadism and cruelty is all too familiar and is marked by unbridled individualism, a disdain for the welfare state, the elevation of unchecked self-interest to an organizing principle of society, the glorification of militarism, and a systemic erosion of any viable notion of citizenship.

This ideology has produced over the last forty years an agency killing form of depoliticization that paved the way for the election of Donald Trump and an updated version of American authoritarianism. This homegrown and new edition of neo-fascism cannot be abstracted from the cultural spectacles that now dominate American society and extend from the trivializing influence of celebrity culture and the militarism of video game culture to the spectacles of violence that dominate Hollywood and the mainstream media.

The new technologies increasingly lock people into orbits of isolation and privatization while the wholesale deformation of the formative cultures and public spheres that make a democracy possible disappear at a terrifying pace. Neo-fascism feeds on the spectacle, a misplaced populism, and a “mood economy” that reduces all problems to matters of self-blame and defective character. Under such circumstances, the militarization of society expands more readily and reaches deeply into everyday life producing militarized subjects, exalting military-style discipline, criminalizing an increasing range of social behaviors, transforming local police into paramilitarized soldiers, and normalizing war and violence. Rather than viewing war and militarization as a source of alarm, they become sources of national pride. The curse of the theatrical performance so endemic to fascism has been updated with the Internet and new digital technologies and allows the legacies of fascism to live on in a distinctively American modality.

The war culture must be stopped and hopefully more and more efforts will be made in the name of collective struggle to think anew what an effective form of resistance might look like. Any struggle that matters must acknowledge “that eradicating racial oppression ultimately requires struggle against oppression in all of its forms… [especially] restructuring America’s economic system.”

There is no shortage of diverse movements operating in multiple spheres that extend from the local to national levels. Some aim at winning general elections, conduct sit-ins, or engage in direct action such as blocking the vehicles of immigration officers. Others provide support for sanctuary movements that include institutions that range from churches to institutions of higher education. Many of these movements do not call for a qualitative change in fundamental institutions of power, especially in the economic realm, and as such offer no long term solutions. But, no viable form of collective struggle will succeed if it fails to link resistance efforts among the local, state, federal, and international spheres.

There are a wealth of strategies available that contain the possibility of becoming more radical, capable of merging with other sites of resistance, all of which look beyond tactics as diverse as organizing massive protests, direct resistance, and rebuilding the labor movement.

Martin Luther King, Jr. in his speech at the Riverside Church spoke eloquently to what it meant to use non-violent, direct action as part of a broader struggle to connect racism, militarism, and war. His call to address a “society gone mad on war” and the need to “address the fierce urgency of now” was rooted in an intersectional politics, one that recognized a comprehensive view of oppression, struggle, and politics itself. Racism, poverty, and disposability could not be abstracted from the issue of militarism and how these modes of oppression informed each other.

This was particularly clear in a program put forth by The Black Panther Party, which called for “equality in education, housing, employment and civil rights” and produced a 10 Point Plan to achieve its political goals. A more recent example of a comprehensive notion of politics and can be found in the Black Lives Matter movement’s call to connect police violence to wider forms of state violence, allowing such a strategy to move from a single-issue protest movement into a full-fledged social movement.

Such struggles at best must be about both educating people and creating broad-based social movements dedicated not merely to reforms but transforming the ideological, economic, and political structures of the existing society. Social transformation has to be reconnected with institutional change. This means rejecting the notion that global capitalism cannot be challenged successfully at any of these levels alone, especially if such resistance, however crucial, is not connected to a comprehensive understanding of the reach of global power. Lacino Hamilton is right in arguing that “institutional patterns and practices will not change unless protesters go beyond rallying, marching, and what usually amounts to empty slogans. “The function of activists,” he writes, “is to translate protest into organized action, which has the chance to develop and to transcend immediate needs and aspirations toward a radical reconstruction of society.”

Clearly, resistance to this impending and ongoing reality of neo-fascism is more urgent than ever and necessitates challenging not only the commanding structures of economic power but also those powerful cultural apparatus that trade in the currency of ideas. A formidable resistance movement must work hard to create a formative culture that empowers and brings together the most vulnerable along with those who inhabit single issue movements.

The power of such a broad-based movement could draw inspiration from the historically relevant anti-war, anti-racist, and civil rights movements of the sixties and the ACT UP movement of the late eighties. At the same time, current social movements such as Podemos in Spain also offer the possibility of creating new political formations that are anti-fascist and fiercely determined to both challenge authoritarian regimes such as the Trump regime and dismantle the economic, ideological, and cultural structures that produce them. What all of these movements revealed was that diverse issues ranging from the war abroad to the racist and homophobic wars at home were symptomatic of a more profound illness and deeper malady that demanded a new understanding of theory, politics, and oppression.

There is certainly something to be learned from older proven tactics such as using education to create a revolution in consciousness and values along with broad-based alliances to create the conditions for mass disruptions such as the use of the general strike. Such tactics combine theory, consciousness and practice as part of a strategy to paralyze the working of this death dealing machinery of casino capitalism and its recent incarnation in the Trump administration.

One of the most powerful tools of oppression is convincing people that the conditions of oppression they experienced are both normal and cannot be changed. At the same time, this oppressive ideology of normalization prevents any understanding of the larger systemic forces of oppression by insisting that all problems are individually based and ultimately a matter of individual character and responsibility. Dominant ideology spread its message through a range of cultural apparatuses extending from the schools to the mainstream media. The message was generally the same in that it insisted that there are no structures of domination only flawed individuals solely responsible for the problems they experience and that the system of capitalism as a whole was organized for their own good. The sixties produced a range of critical thinkers who challenged this central element of oppression, and included Herbert Marcuse, Malcom X, W. E. B. Du Bois, James Baldwin, Robin Morgan, and Susan Willis to brilliant theorists such as Stanley Aronowitz, Mary Daly, Louis Althusser, Pierre Bourdieu, Zygmunt Bauman, and many others. For them structures of domination were rooted in both subjectivity itself as well as in larger economic apparatuses.

Those who believe in a radical democracy have got to find a way to make this regime ungovernable. Planting seeds and local actions are important, but there is a more urgent need to educate and mobilize through a comprehensive vision and politics that is capable of generating massive teach-ins all over the United States so as to enable a collective struggle aimed at producing powerful events such as a nation-wide boycott, sit-ins, and a general strike in order to bring the country to a halt.

The promise of such resistance must be rooted in the creation of a new political party of democratic socialists, one whose power is rooted in the organization of unions, educators, workers, young people, religious groups, and others who constitute a popular progressive base. There will be no resistance without a vision of a new society and new mechanisms of resistance. In this instance, resistance registers as a form of total paralysis for the financial elite, religious fundamentalists, and neo-conservative warmongers. In doing so, it gives birth to what we might term a politics of ungovernability.

America now chokes on its claim to innocence. Up until now, it has been successful in both evading that fact and covering up its lies—lies about its history, about social mobility, about freedom, about justice, about the end of racism, about the value of meritocracy, about spreading democracy abroad, and so it goes. The era of hiding behind this mythical innocence has passed. In the age of Trump, the raw brutality of casino capitalism, with its highly visible acts of violence against all aspects of ethical and political decency, is enacted without apology.

A moral political coma now drives an authoritarian society that embraces greed, racism, hatred, inequality, stupidity, disposability, and lawlessness, all of which are celebrated as national virtues. The dark present is now the endpoint of a history of violence and barbarism that can no longer be camouflaged, in part, because it is unapologetic about the viciousness of its practices and the savagery of its effects. I want to hope that this moment of unmitigated violence, this period of punitiveness, and era of unimaginable cruelty will provoke people to wake up from the nightmare that has befallen the American public. Hopefully, in that wakefulness, in a resurgent act of witnessing and moral outrage will grow and provide the basis for a new kind of politics, a fierce wind of resistance, and a struggle too powerful to be defeated.

 

Henry A. Giroux is a Contributing Editor for Tikkun magazine and the McMaster University Professor for Scholarship in the Public Interest and The Paulo Freire Distinguished Scholar in Critical Pedagogy. His most recent books include The Violence of Organized Forgetting (City Lights, 2014), Dangerous Thinking in the Age of the New Authoritarianism (Routledge, 2015), coauthored with Brad Evans, Disposable Futures: The Seduction of Violence in the Age of Spectacle (City Lights, 2015), and America at War with Itself (City Lights, 2016). His website is www.henryagiroux.com.
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Italia frente a la crisis del desempleo juvenil

Por: Juan Pablo Aguirre Quezada

“Aquí tienes a este compañero de tu hijo,
que no es solamente un buen muchacho,
sino todo un gentil hombre”.

Edmundo de Amicis.

Italia, país con alrededor de 62 millones de habitantes y posee 9.8% de su población en edades de 15 a 24 años (3,028,190 de mujeres y 3,046,202 hombres). Aunque uno de cada cuatro italianos es menor de 25 años la edad el promedio de esta nación es de 44.5 años.

Pese a que esta nación del sur de Europa que generó el décimo Producto Interno Bruto (PIB) a escala mundial en 2012 ($1,832,916 millones de dólares estadounidenses), es la tercera economía de la Eurozona y que es miembro de importantes organismos mundiales como el G8, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) enfrenta diferentes desafíos en materia de desarrollo social, como incorporar a los migrantes extranjeros o disminuir la tasa general de desempleo que era de 13.2% en octubre de 2014.

No obstante, al igual que otras naciones, los jóvenes es el grupo poblacional con mayores desventajas cuando se habla de desempleo e Italia no es la excepción.

La tasa de desempleo juvenil (15 a 24 años) era de 35.3% en 2012, con mayor afectación en el género femenino (37.5% en mujeres y 33.7% en hombres). Este porcentaje era uno de los más altos a escala mundial, ya que este país ocupo la posición 18 en este rubro.

Este problema afecta a uno de cada tres jóvenes italianos. Si bien las crisis económicas de los últimos años aún repercuten en la creación de empleos, este problema afecta a otras naciones europeas, es especial a Grecia, España, Portugal e Italia, este último, es el más afectado de la región.

El problema se agrava si se considera que uno de cada cinco jóvenes de 15 a 19 años no estudia ni trabaja (21.2%); con mayor impacto en mujeres que hombres (24.4% y 18.2% respectivamente), lo que representa a 2 millones de jóvenes.

El problema del desempleo juvenil italiano fue empeorando progresivamente y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) el índice de jóvenes desocupado se elevó 13% en noviembre de 2014, es decir, alrededor de 44% de la población de este grupo poblacional estaba desempleado, lo que equivale a 729 mil afectados, de acuerdo con el organismo, es decir, 21.13% de los 3 millones 450 mil personas que buscaron empleo en ese país.

Debido a la gravedad del problema tanto el gobierno de Italia en particular como el de naciones lideres de la eurozona como Alemania o Francia, o la Unión Europea en general han acordado poner en marcha medidas que permitan disminuir la cifra de 7.5 millones de jóvenes desempleados y que tampoco asisten a la escuela, por lo que se contempla fortalecer a las pequeñas empresas e impulsar programas entrenamiento laboral y de aprendizaje, entre otras acciones. Pese a estos posicionamientos aún no hay un plan probado a fin de rescatar de este factor de vulnerabilidad al sector juvenil, pese a que en Europa el desarrollo económico puede beneficiarse de la capacidad juvenil y aumentar su competitividad frente a otros mercados. Este problema escaló y la Organización Mundial del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés) presento en 2012 el informe La crisis del empleo en los jóvenes ¡Actuemos ya! Como parte de 101ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. En este documento refleja la preocupación de la situación de los jóvenes italianos y el desempleo, así como compara los indicadores en diferentes países.

Ante la falta de oportunidades dentro de la península itálica, algunos jóvenes han buscado soluciones en otros lugares, tal como otras generaciones pasadas tuvieron que buscar empleo en regiones remotas como Nueva York o Buenos Aires.

Actualmente la migración abarca otros países en donde los jóvenes italianos que han decidido alejarse de su localidad de origen han encontrado trabajo, ya sea en el norte de Europa, Asia, América Latina o África, entre otras latitudes.

Como respuesta, la Unión Europa (UE) desarrolla el programa “Garantía Juvenil” que busca que los países miembros garanticen a todos los jóvenes de hasta 25 años el acceso a empleos de calidad, posibilidad de formación continúa en el aspecto educativo o iniciar prácticas profesionales en un lapso menor a cuatro meses desde que se quedaron desempleados o concluyeron sus estudios.

Esta propuesta busca facilitar la transición entre los entornos escolar y laboral incorporando al mercado productivo el bono poblacional juvenil. Si bien la UE reportó logros en Austria y Finlandia, la situación en Italia es diferente ya que aún requiere de resultados positivos que incidan en el beneficio de su juventud.

Por su parte, el gobierno italiano diseño un esquema de introducción al empleo juvenil que permite a este grupo poblacional adquirir habilidades en un período de 9 a 18 meses de duración, mientras que los centros laborales obtienen beneficios fiscales.

La solución para el problema del desempleo juvenil en Italia y otros países en crisis de la región requiere que sea integral y beneficie a los demás grupos poblacionales, así como incentive al comercio, industria, turismo y agricultura a fin de producir unan bonanza que beneficie a todos los habitantes, y por ende impacte positivamente en los jóvenes.

El sector de 15 a 29 años en Italia, otros países de Europa y del mundo ya no son la promesa ni las personas del mañana, son una realidad que pueden fortalecer el mercado laboral y brindar beneficios a su sociedad.

Fuente: http://www.siempre.mx/2016/02/italia-frente-a-la-crisis-del-desempleo-juvenil/

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Intragénero, la violencia oculta

Por: Cristina Sen

Un 30% de gais y lesbianas ha sufrido maltrato dentro de la pareja, según un estudio del Cogam.

La violencia intragénero es una realidad con la que de forma constante nos hemos ido encontrando durante todos estos años. Lala Mujika, directora de Aldarte (Centro de Atención a Gays, Lesbianas y Transexuales en el País Vasco), explica que ya en el 2008 pusieron en marcha una campaña para observar, evaluar y actuar contra esta realidad invisibilizada que percibían, contra la violencia que también existe entre las parejas del mismo sexo pero de la que pocos quieren hablar. Un problema oculto por muchas razones que es necesario, señala, sacar a la luz para combatirlo.

Hasta la fecha hay escasos estudios y datos, y por ello desde Cogam (Colectivo LGTB de Madrid) han puesto en marcha una encuesta con más de 900 personas voluntarias para analizar la situación de la violencia intragénero y los primeros resultados corroboran que es un problema preocupante ya que un 30% de los encuestados reconoce haber sufrido algún tipo de violencia (psicológica o física) por parte de su pareja. “Estamos demandando un protocolo de actuación, un marco legal claro, un teléfono al que llamar, un marco de atención a las víctimas. No hay concienciación suficiente”, indica Isabel González, psicóloga coordinadora de la asesoría de violencia en parejas de Cogam. Por los tipos de encuesta los datos son difícilmente comparables y según el último estudio de la UE el 22% de las mujeres en España ha sido víctima de violencia machista por parte de su pareja hombre, hablando aquí explícitamente de violencia física o sexual.

La violencia intragénero es una realidad con la que de forma constante nos hemos ido encontrando durante todos estos años

La violencia se visualiza cuando hay un asesinato, señala González, y esto es lo que sucedió el pasado 16 de abril en Barcelona, cuando una mujer mató a su novia con un cuchillo. A raíz del trágico suceso, el Observatorio contra la LGTBfobia y otros colectivos hicieron un nuevo llamamiento para que se elabore un marco legal que garantice protección y recursos para las víctimas, para que esta violencia deje de ser considerada de “segunda categoría”. Pero la violencia intragénero no se manifiesta normalmente de una forma tan desgarradora –el asesinato-, explica Lala Mujika, son abusos sobre todo de corte psicológico y de control asfixiante del otro. Quizás por ello -junto a otros muchos factores- no ha recibido la atención debida pero obviamente son violencias que impactan gravemente sobre la vida de las víctimas y donde se añaden una serie de circunstancias que complican aún más romper con la situación.

Pocas personas que sufren violencia intragénero lo dan a conocer ya que, señala Lala Mujika, si en esta sociedad aún hay muchos gais y lesbianas que no se atreven a explicitar públicamente su orientación sexual, más difícil será por tanto explicitar una violencia en pareja. Asimismo, tampoco es extraño que las víctimas no tengan conciencia de que lo son, que no sepan reconocer que están siendo maltratadas.

Pocas personas que sufren violencia intragénero lo dan a conocer

Laten una serie de mitos que también inciden en esta invisibilización como el de que existe una “igualdad inherente” en las relaciones entre parejas de gas y lesbianas por lo que se cree falsamente que no hay violencia sino “agresiones mutuas”. Al igual que puede suceder en las relaciones heterosexuales en casos de violencia de género, el objetivo del que abusa es dominar y controlar a la víctima. “Porque dos personas sean del mismo género no quiere decir que tengan el mismo poder”, se indica desde Cogam. Se trasladan así los roles de control en este caso de hombre a hombre, o de mujer a mujer. Y es lo que sucedió en el asesinato que tuvo lugar en Barcelona el domingo de Pascua donde no se puede hablar de “peleas” sino de un maltrato recurrente a una persona víctima, un maltrato con entidad.

También pesa en este silencio que envuelve la violencia intragénero la discriminación social de las relaciones LGTB, se señala desde Aldarte, que hace que no se dé importancia a las denuncias. Siguen existiendo prejuicios que “consideran de segunda las relaciones entre personas homosexuales” lo que en casos de violencia aún se aumenta más la soledad y la dificultad de la víctima para abrirse paso.

Hay matices diferentes a la hora de plantear qué tipo de marco legal es necesario para combatir la violencia intragénero y ayudar a las víctimas. Desde Aldarte se aboga por incluirla en la Ley Integral contra la Violencia de Género y se indica que en algunos casos puntuales y sin que la norma lo contemple se han aplicado medidas de protección a mujeres lesbianas o transexuales.

Laten una serie de mitos que también inciden en esta invisibilización como el de que existe una “igualdad inherente” en las relaciones entre parejas de gais y lesbianas por lo que se cree falsamente que no hay violencia sino “agresiones mutuas

En cambio, desde Cogam se apuesta por una ley específica ya que no se trata de crear interferencias, señala Isabel González. Pero sea como sea se alza la voz para tener un marco legal claro, con recursos, apoyo y medios para las víctimas. Ir más allá así de la definición de violencia doméstica y acceder a los protocolos y ayudas que se ofrece a las víctimas de violencia de género –aunque en la práctica son insuficientes– dentro de la Ley como órdenes rápidas de protección, casas de acogida, asesoramiento psicológico y legal o juzgados específicos.

Es necesario así, subraya Mujika, poner en marcha el debate aunque no sea un tema agradable y aunque durante años no haya estado en el centro de las cuestiones que se han abordado desde los colectivos LGTB.

Muchas personas tampoco denuncian ya que temen topar con la incomprensión por desconocimiento de la Policía, el desconocimiento de saber que están frente a casos de violencia intragénero. Para corregir esta situación Cogam trabaja en contacto con LGTBIpol, una asociación de policías –no adscrita al Cuerpo– que se vuelca en defender los derechos del colectivo LGTBI de forma altruista. La agente Begoña Gallego, secretaria de la asociación, explica que se ponen en contacto con las víctimas para ayudarles a acudir a denunciar, acompañarlas y asesorarlas. También hacen cursillos internos para sensibilizar a los agentes y para que no se tome como un delito de lesiones lo que son los casos de violencia intragénero.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170425/422025619181/intragenero-violencia-oculta.html

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Los recursos educativos digitales: un mar sin orillas

Por: Javier Tourón

Repasando algunas entradas del blog con la etiqueta Recursos Digitales, me he encontrado diecinueve, pero hay algunas más en las que este asunto se trata o sale colateralmente. Es una de las principales dificultades que los profesores esgrimen, con razón, para personalizar el trabajo en el aula, para adaptar el currículo a las necesidades diversas de los alumnos, particularmente de los más capaces, que son los que tienen necesidades más amplias y profundas.

Es patente, para cualquiera que se asome con interés a esta problemática, que los recursos digitales abiertos proliferan de modo exponencial. No es sensato siquiera intentar una recopilación mínimamente comprehensiva, de modo que se van citando unos y otros, aquí y allá. No obstante es posible orientar la búsqueda a partir de algunas plataformas relevantes, luego es cuestión de que cada profesor determine lo que necesita en cada momento.

En una interesante conferencia del profesor Daniel Burgos sobre el aprendizaje transgénico que pronunció en UNIR en marzo se hace referencia a esta cuestión y se citan algunas fuente relevantes, como Mundus Atlas o Merlot II (ver un vídeo aquí).

Ya hemos hablado de Khan Academy, LearnZillion, DreamBox, y muchos otros. Ahora os incluyo esta relación elaborada por Educational Technology and Mobile Learning, por materias, que puede daros muchas pistas. Naturalmente cada uno deberá valorar por sí mismo la idoneidad de los recursos.

Quiera hacer un último comentario antes de finalizar. Ante este tipo de relaciones de recursos, más o menos extensas, como ocurre con los repositorios españoles como Tiching, Procomún, Didactalia, etc., la primera reacción de algunos profesores puede ser: «muy interesante, pero yo no tengo tiempo para ponerme a buscar recursos…».

Es razonable, pero ¿qué tal si os lo planteáis como un proyecto para un grupo de profesores del centro? ¿O entre centros diversos? Esta puede ser una actividad muy interesante y enriquecedora que producirá efectos enseguida. Se tratará de explorar, seleccionar y organizar los recursos por temas, empleando herramientas de organización y curación de contenido como Symbaloo, Blendspace, Lessonpaths, o la que más os guste. Luego, si ya conocéis las necesidades específicas de cada uno de vuestros alumnos, su nivel de competencia, su velocidad de aprendizaje, etc., lo que se logra con un adecuado uso de la evaluación formativa, ya estaríais en condiciones de elaborar planes de lección diversos para las diferentes necesidades, consiguiendo aulas en las que se trabajase al mismo tiempo niveles diferentes, de acuerdo con el nivel competencial de los alumnos, huyendo de «la misma lección, para todos los alumnos al mismo tiempo», que es uno de los procedimientos más ineficaces que se conocen ¡Yo si fuera profe lo haría, ya lo hago de hecho! ¡Si fuera director lo promovería!

P.D. Los recursos de estas webs están en inglés, pero esto cuanto antes deje de ser un problema para profesores y alumnos, mejor.

Categorías Websites
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Websites para profesores de Historia
Websites para profesores de Lengua

 

   Fuentes:

Educational Technology and Mobile Learning Archive

Common Sense Media

Edshelf

Top free resources for teaching and learning Social Studies

Kids Gov

101 Great Sites for Social Studies ClassTen Websites for Science Teachers

15 Helpful Math Websites for Teachers & 5 to Share with Kids [+ Downloadable List]

20 Online Resources for Music Teachers

What are the top 10 websites that a physics student must visit?

List of Literacy Based Websites for Teachers, Students, and Parents

Fuente: http://www.javiertouron.es/2017/05/los-recursos-educativos-digitales-un.html

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El yoga mejora las capacidades de niños con necesidades especiales

Por: Ana Camarero

En el caso de jóvenes con diversidad funcional, esta práctica les permite mejorar el equilibrio, la coordinación y tomar conciencia del cuerpo en el espacio.

Millones de personas practican yoga en el mundo, una disciplina física y mental basada en antiguas tradiciones y cuyo origen se encuentra en la India. Esta actividad ha resultado ser muy beneficiosa en la población adulta y también en la infantil, no solo por sus efectos beneficiosos para la salud, sino también porque ayuda a niños y jóvenes a desarrollar su autoestima, confianza, creatividad e imaginación.

En el caso de niños o jóvenes con diversidad funcional, el yoga les permite, en el aspecto físico, mejorar el equilibrio y la coordinación, desarrollar la percepción del soplo y el dominio respiratorio y tomar conciencia del cuerpo en el espacio. Beneficios, que la recién creada Asociación Yogaespecial quiere promover entre este colectivo y sus familiares. Su presidenta, Arantxa Bermejo, especializada en Yoga para Niños con Necesidades Especiales y Discapacidad, trabaja desde 2007 de forma continuada con niños y personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) , trastorno del espectro autista (TEA), síndrome de Down, microcefalia, parálisis cerebral, problemas de conducta, síndrome de Angelman, síndrome de Perth, fibromialgia, ictus, etc. “En estos colectivos, la práctica del yoga es muy beneficiosa en el plano neurológico ya que, a través de ejercicios suaves y trabajo respiratorio coordinado, se va mejorando la concentración y la atención; se produce la activación del sistema parasimpático y la capacidad de regeneración del cuerpo, las emociones y la mente”, afirma Bermejo.

La Asociación destaca que ofrece una intervención terapéutica que actúa sobre el cuerpo físico, mental y emocional de la persona, llevándola a un estado innato de Ser. Contempla la necesidad de crear un “vínculo especial”, entre el terapeuta y el alumno. La presidenta de Yogaespecial manifiesta que “nuestro objetivo es conectar con el ser humano total, y una vez establecido el vínculo, sacar todo el potencial de nuestros alumnos, poniendo el acento en lo que sí pueden realizar y no en sus limitaciones”.

Asociación Yogaespecial.
Asociación Yogaespecial.
 La práctica continuada del yoga aporta un equilibrio general del sistema nervioso central y, además, en cada caso específico, se adapta la actividad para trabajar las afecciones concretas asociadas a cada persona. Según manifiesta Bermejo, “este tipo de yoga se puede practicar en todos los casos teniendo en cuenta las necesidades de cada persona y sus capacidades; es decir, hay algunas posturas y otras técnicas que se deben adaptar, e incluso inducir por parte del terapeuta -ejercicios respiratorios, estiramientos y posturas suaves- para conseguir los resultados deseados en el campo sensomotriz y neurológico, lo que estimula el aparato circulatorio, sistema digestivo, sistema endocrino y sistema nervioso central”.

En las sesiones hay dos ámbitos de intervención: yoga dirigido a personas con necesidades especiales (déficit de atención e hiperactividad, discalculias, dislexia, disgrafía, etc.) y yoga adaptado para personas con diversidad funcional, como daños cerebrales, TEA, síndrome de Down o microcefalia. A través de diferentes fases del yoga se trabaja el desarrollo de los cinco movimientos básicos de la columna vertebral en función de las posibilidades de cada persona. “En la fase imitativa (reproducir una postura) se puede trabajar con determinados tipos de colectivos, como síndrome de Down, niños con déficit de atención o incluso algunos casos de daños cerebrales muy leves”, explica Arantxa Bermejo, socia fundadora y presidenta de la asociación Yogaespecial.

La Asociación trabaja con todo tipo de necesidades especiales y/o tipos de diversidad funcional. Su presidenta señala que, dependiendo del tipo de diversidad, se consiguen determinados beneficios. Por ejemplo, según señala Bermejo, en aquellos niños con síndrome de Down se detecta una mejora en la respiración, un aumento del tono muscular y un mayor equilibrio. En personas con espectro autista, se observa una mayor capacidad de atención, disminución de las estereotipias, aumento del tiempo de permanencia y mayor contacto con el cuerpo. En otros casos, como niños con daño cerebral, se produce una mejora en el alineamiento sutil del cuerpo, disminución de problemas respiratorios y digestivos y fortalecimiento del sistema nervioso central”. Pero, en todas las necesidades especiales y discapacidades, tal y como destaca Arantxa Bermejo, “se produce un aumento de la relajación del organismo induciendo a la persona a un estado de calma y bienestar que le ayuda a gestionar mejor las situaciones diarias y a aumentar la autoestima basada, fundamentalmente en sus capacidades y potencialidades como ser humano”.

Fuente:http://elpais.com/elpais/2017/04/22/mamas_papas/1492841045_649366.html

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