Page 1999 of 2733
1 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001 2.733

La relación entre los dos mundo (dóxa y episteme): La alegoría de la caverna.

Por: Aeterna Imperio

1.0 La relación entre los dos mundos.

En cuanto la idea del Bien es el fundamento de las demás ideas, constituye a la vez el fundamento de todas las cosas sensibles, puesto que estas deben su ser e inteligibilidad a las ideas: éstas son justamente el “aspecto” bajo la cual las cosas sensibles se representan, es decir, son.

Las ideas según sabemos tienen carácter metafísico, porque representan la realidad perfecta, verdadera, autentica, el puro ser y valor. En segundo lugar, son esencias, es decir, lo que hace que los entes sean lo que son, aquello que hace ser a los entes, la cosa misma en su ser más propio. En tercer lugar, son la causa, el fundamento de las cosas sensibles. En último lugar representan su término, su fin (télos), la meta de todo lo que es, su sentido; lo cual implica una especie de tendencia o apetencia hacia la idea, por lo que se dice en el Fedón que todo lo sensible quiere ser como la idea, se esfuerza por copiar la idea o asimilarse a ella.

Platón sugiere que ideas y cosas sensibles constituyen dos mundos aislados, y así interpreto la cuestión Aristóteles, quien vio entre ambos mundos una separación; pero que estén separados no significa, en modo alguno,  que no haya relación entre uno y el otro. El mundo inteligible representa el modelo (paradigma¹) del sensible. Pero la dificultad está en determinar con exactitud y precisión el tipo de relación que se da entre ambos ordenes de cosas, porque la mayor parte de las expresiones que Platón emplea tienen más carácter metafórico que propiamente conceptual; y no falta además la ocasión (en el Parménides) en que el propio filósofo  critica estas expresiones o giros, sin que, sin embargo, parezca proponer otros mejores. Es este pues uno de los tantos problemas que Platón deja sin respuestas, como estímulos quizás o interrogaciones que quedan abiertos al lector, y con la cual sigue fiel a la actitud eminentemente problematicista de su maestro Sócrates.

No han faltado los interpretes que no admiten la separación de los dos mundos, y que sostienen que tal separación no representa nada más que un modo de expresarse. Pero esta teoría tropieza con ciertas dificultades, entre otras, la circunstancia de que Aristóteles, discípulo de Platón durante casi veinte años, y que por tanto debió haber conocido bien el punto de vista de su maestro, se expide en sentido contrario. De todas maneras, no puede dejarse de apuntar que se trata de un problema no resuelto.

2.0 La alegoría de la caverna.

Platon se vale de una alegoría para dar forma a las teorías que se acaban de esbozar, y al mismo tiempo para representar “dramáticamente” la condición y el destino del hombre, se trata de la alegoría de la caverna, uno de los pasaje más famosos de la literatura filosófica.

Para comprender lo que Platón dice, conviene valerse del esquema presente. Supongamos la ladera de una montaña, sobre la cual se abre la entrada de una caverna. Dentro de la caverna hay dos hombres que estan sentados y encadenados, de tal manera que no pueden girar sus cabezas o inclinarlas, sino que se ven obligados a mirar solamente la pared que tienen a su frente, en el fondo de la caverna. A sus espaldas, y hacia arriba, subiendo la pendiente de la caverna, hay una especie de tapia o paredilla, detrás de la cual corre un camino por el que marchan hombres llevando sobre sus cabezas objetos artificiales que sobre salen por encima de la tapia. Todavía más atrás y más arriba hay una hoguera, que lanza su luz sobre estos objetos, los cuales a su vez proyectan sus sombras sobre la pared del fondo de la caverna y a la cual miran los prisioneros. Aún más arriba, siguiendo la pendiente, se termina por salir al mundo exterior, donde están los árboles, los animales, los cuerpos celestes y en definitiva el sol.

Pues bien, la caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible; y el exterior de la caverna representa el mundo real, es decir, el mundo de las ideas, cuya forma más alta, el Bien, esta simbolizada por el sol.

El mundo sensible resulta ser un mundo de sombras y apariencias. Los prisioneros de la caverna -es decir, nosotros mismos, en este mundo sensible- no tenemos libertad ni verdadero conocimiento, casi como le ocurre al animal, en la medida en que es pura sensibilidad y carece de la posibilidad de conocer las ideas, puesto que no posee razón. El hombre esta confinado al conocimiento sensible, y en tal sentido somos “prisioneros de las apariencias”, de los fenómenos, de los que sólo el conocimiento propiamente dicho, es decir, en definitiva, la filosofía, nos puede librar. Como el “drama” de la alegoría consiste en “liberar” al prisionero para llevarlo hacia lo alto y terminar por sacarlo de la caverna, la ficción narra el proceso de des-animalización del hombre, el proceso de su humanización o educación hasta llegar a su realización plena.

2.1 La vida en al caverna.

La alegoría pretende representar simbólicamente nuestra naturaleza, nuestro ser-hombres. La situación en que se encuentran los prisioneros es la situación con que comienza nuestra humana existencia: comenzamos estando como “dormidos”, es decir, “olvidados” de lo que en realidad somos. Se dirá entonces que, en primera instancia, y ante todo, vivimos en el anonimato, en el olvido de nosotros mismos, porque en nuestra vida diaria somos, no nosotros mismos como autenticas personalidades libres, sino que nos encontramos sometidos al poder de un tirano impersonal. En efecto, en la mayor parte de nuestros actos no nos comportamos como personas autónomas que libremente deciden hacer esto o lo otro, sino que hacemos lo que la “gente” hace. Se trata entonces, de actitudes, inclusive “ideas”, que se adoptan por una especie de imposición social en que se vive; y esa tiranía o dominación impide que llevemos una existencia auténtica, nos impide descubrir en lo que nosotros mismos somos y ocultar nuestra verdadera realidad con la especie de mascara que nos impone.

Nuestro objeto, puesto que nos dedicamos a la filosofía, y en general el objeto de todo hombre que no quiere ser victima del engaño, es llegar a la verdad que se esconde tras los fenómenos de este mundo sensible, o tras las opiniones del impersonal. Por tanto, si se quiere alcanzar la verdad debemos empezar por eliminar el error. Por eso Sócrates había enseñado que el método filosófico ha de comenzar con la refutación, que consiste en purgar el alma de los falsos conocimientos que la tienen encadenada y le impiden el acceso a la verdad; luego, ya purificada, podrá volverse así misma y reconocerse tal como en realidad es.

Si se resume el primer momento de la alegoría, diremos entonces que los prisioneros se encuentran en el estado de espíritu que se llamó (eikasía) o imaginación, que es el inferior en la escala del “saber”: de tal manera, los prisioneros, es decir, los hombres en su vida corriente, se encuentran en la forma inferior de existencia posible, “prisioneros” de las apariencias o fenómenos, según se ha dicho. En otras palabras , el modo de ver de los hombres en general, en lo que se refiere a sí mismos y al mundo que los rodea, es un modo de ver deformado por medios falsificadores, por sus propias pasiones y prejuicios, y por las pasiones y prejuicios de las otras gentes, tal como se les trasmiten mediante el lenguaje y la retórica, la prensa y la televisión, la propaganda y la política. En estas condiciones pues los hombre ni tienen libertad no verdadero conocimiento (e ignoran que no los poseen).

2.3 La liberación del prisionero.

La segunda parte de la alegoría va a narrar la liberación de un prisionero y su ascenso fuera de la caverna; ello acontece en cuatro momentos:

a) En primer lugar, la liberación misma.

De lo que se trata es pues, de liberar al prisionero de su ignorancia, de su falta de pensamiento; y ello va a acontecer como proceso de “formación” o cultura, como aprendizaje del pensar: El prisionero hecha su mirada, no sobre las sombras, sino sobre las cosas cuyas sombras veía antes; pero en realidad no puede decirse, por el momento, que “vea” estas cosas, porque como su vista no esta acostumbrada sino al oscuridad, el exceso de luz que ahora experimenta le deslumbra y no puede distinguir los objetos con que se enfrenta. Es obvio que estará convencido de que las sombras eran más reales que los objetos que ahora ve, porque las sombras las discernía perfectamente bien, eran para él algo claro, puesto que su ojo estaba adaptado a ellas. No solamente no puede contemplar adecuadamente los objetos que ahora se le presentan, sino que, peor aún, no puede reconocerlos los como objetos que proyectaban las sombras. Se encuentra en un estado de completa confusión. Y es que, presisamente, cuando comienza la educación (paideia), la reflexión filosófica, cuando el hombre empieza asalir de la tirania de la “gente”, del impersonal, se siente como perdido, turbado, confuso, porque todo lo anterior, en que hasta ese momento había vivido, le parecía claro y evidente, en tanto que ahora todo lo ve borroso y oscuro, a pesar de qeu se trata de cosas más verdaderas y reales que las que antes percibía. Evidentemente su vista se turba aún más.

La situación es paradójica y se asemeja a quien se acerca por primera vez a la filosofía y oye hablar del movimiento, del tiempo o de la valentía; hasta ese momento vivía muy tranquilo creyendo saber, más o menos oscuramente, qué eran el tiempo, el movimiento o la valentía, pero ahora, con la filosofía, las cosas empiezan a complicársele, todo lo que creía saber vacila, y se pregunta entonces para qué se habrá metido en tales problemas: en términos de Platón, ese principiante quiere regresar a las sombras, pero aquí comienza un proceso de adaptación  a las nuevas circunstancias de que se ocupa el segundo momento de la segunda parte de la alegoría.

b) El prisionero liberado se va adaptando a la nueva situación.

Este proceso es un proceso gradual, y Platón habla simbólicamente de los paso que se deberá seguir: primero aprenderá a discernir las sombras de las cosas exteriores a la caverna, luego sus imágenes reflejadas, más tarde las mismas cosas, más adelante los cuerpos celestes de noche, luego de día y finalmente el sol.

Esta es una de las enseñanzas de la alegoría: la necesidad de proceder gradualmente en el orden de la educación. Platón sostiene, de esta manera, que antes de penetrar en el estudio de las ideas superiores es preciso un aprendizaje preparatorio: el estudio de las matemáticas.

En cierto sentido aquí se encuentran una de las fallas de los sofistas: haber cometido el error de discutir con cualquiera los temas morales, políticos o metafísicos, sin la necesaria preparación pata ello -como quien quisiera hablar de física atómica con quienes desconocen el álgebra elemental. Y lo que Platón dice de los sofistas quizás podría aplicarse hoy día a las cuestione políticas, que por suponer temas éticos y metafísicos sólo podrían abordar adecuadamente quienes tuvieran la necesaria preparación filosófica.

c) En el tercer momento, el liberado descubre en el sol la causa suprema.

El sol es la cusa de todas las cosas y su vez lo que las gobiena (la palabra “principio”, “fundamento”, tiene en griego estos dos matices, según hemos señalado anteriormente). El sol representa la idea suprema, la idea del Bien.

d) En el cuarto momento el liberado recuerda la caverna y la vida que allí llevaba.

Recuerda su vida anterior y siente alegría por haberla dejado, a pesar de que en primer momento aborrecía la nueva morada. Y a la vez siente cierto desdén y  compasión por sus compañeros que aún viven en las sombras; porque el “saber” que allí se tiene no es verdadero saber, sino el grado inferior de la opinión (la dóxa), a saber, la imaginación o conjetura (eikasia).

Notas y referencias.

1 Paradigma: Ejemplo o modelo de algo.

El mito de la caverna.

Leer el Fedón.

Principios de filosofía. (Adolfo P. Carpio)

Fuente: https://aeternaimperoblog.wordpress.com/2017/04/10/la-relacion-entre-los-dos-mundo-doxa-y-episteme-la-alegoria-de-la-caverna/

Comparte este contenido:

Historias de la Historia de la Universidad Nacional: la Escuela de Ciencias Naturales

Por: Ignacio Mantilla

En la celebración del sesquicentenario de la Universidad Nacional quiero compartir hoy con los lectores la historia de los inicios de una de las seis escuelas que integraron la Institución desde su nacimiento.

Hay personajes, detalles y anécdotas que constituyen las huellas que nos ayudan a identificar y comprender ciertas costumbres, hábitos y prácticas que han sido heredadas o transmitidas de generación en generación y que hoy, en algunos casos, son símbolos o forman parte de nuestros valores institucionales. Tal es el caso del uso de los colores para identificar las facultades. En efecto, simultáneamente con la fundación misma de la Universidad, las escuelas se distinguían por un color específico en el que se enmarcaba el escudo. Así, a la Escuela de Jurisprudencia la identificaba el color rojo, a la de Medicina, el amarillo, a la de Ingeniería le correspondía el color blanco, a la Escuela de Literatura y Filosofía, el color azul celeste, Artes y Oficios, violeta y a la Escuela de Ciencias Naturales, el verde. A esta última me voy a referir en esta ocasión.

Entre las dependencias que la Ley 22 de 1867 entregó a la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia se encontraban el Museo Nacional, que por varias décadas funcionó en la Universidad, y el Observatorio Astronómico Nacional, hoy vecino de la Casa de Nariño, pero que aún hoy forma parte de la Universidad. Estas dos dependencias, más el Gabinete de Mineralogía formaron la Escuela de Ciencias Naturales que inició clases en las primeras semanas de 1868 bajo la dirección de su primer «Rector de Escuela» (hoy lo conoceríamos como decano), el médico y botánico Francisco Bayón Fernández. Con cuatro profesores y 35 estudiantes inició labores la Escuela. El impulso que le quisieron dar el rector general Ancízar y el rector de la Escuela Bayón estuvo encaminado a formar profesionales que apoyaran las labores de la agricultura y la minería en el país, que en palabras de Ancízar, en su primer informe al poder público el 1 de febrero de 1869, eran “industrias fundamentales en nuestro país, y hasta hoy ejercidas con pocos o ningunos conocimientos científicos, que las mantiene en los antiguos e imperfectos procedimientos de producción, que además de ser costosos las reducen a proporciones mezquinas”.

Además de ejercer el cargo de rector de la Escuela de Ciencias Naturales, Bayón se desempeñó como catedrático de Botánica, Jilolojía y Farmacognocia. Tal vez fue Bayón uno de los primeros investigadores colombianos en el sentido moderno de la palabra. Por solicitud del rector general de la Universidad, Manuel Ancízar, Bayón desarrolló por varios años un tratado sobre Jilolojía que perfeccionó en sus clases y del cual presentó avances en los anales de la Universidad. El resultado de sus investigaciones, que contaron con el auspicio de la Universidad, fue el libro Ensayo de Jilolojía Colombiana (contiene la clasificación y descripción de las maderas colombianas). Cabe destacar que, según lo cuenta el profesor Santiago Díaz Piedrahíta, «el curso de Jilolojía era componente importante de los programas de la Escuela de Ciencias Naturales. En el mismo se trataban en su orden, luego de definir la Jilolojía, cuarenta y siete grupos naturales, describiendo los géneros y especies más representativas de cada uno, analizando las características de sus maderas, sus coloridos, pesos específicos, usos o aplicaciones, y la altitud de los lugares donde crecían».

El programa que se desarrollaba en la Escuela abarcaba cuatro años con cursos que iban desde clases elementales de botánica, matemáticas, zoología y química, hasta química agrícola, agricultura, pasando por cristalografía y mineralogía, geología y paleontología, y metalurgia y explotación de minas. La Escuela otorgaba el título de Profesor en Ciencias Naturales y, en ocasiones especiales, el de Farmaceuta.

Además de Francisco Bayón, quien devengaba un salario anual de 600 pesos por su responsabilidad como rector de la Escuela, los otros tres profesores eran Fidel Pombo, encargado de las cátedras de Zoología y Mineralogía; Liborio Zerda, titular de las cátedras de Física Matemática y Médica, y Química General; y Ezequiel Uricoechea de Química Analítica. El presupuesto total de la Escuela en su primer año fue de $11.990, invertidos en los sueldos del rector, el secretario, los catedráticos y los útiles de enseñanza.

A partir de 1878, cuando los conservadores y liberales moderados asumieron el poder, la Universidad experimentó un cambio en su organización interna y en los métodos de enseñanza y contenidos de sus programas, definidos en su creación. Por esta razón, aunque en la letra ya aparecía una Facultad de Ciencias Naturales, en realidad esta era más bien una unidad administrada por la poderosa Facultad de Medicina. Fue en esta época de cambios que Liborio Zerda, reputado médico y excelente maestro, fue nombrado rector de la Facultad de Ciencias Naturales y también de la Facultad de Medicina, para adelantar la política de la regeneración en las antiguas Escuelas.

Mucho después, bien entrado el siglo XX, los trabajos del botánico Enrique Pérez Arbeláez le dan un impulso muy importante al desarrollo de las ciencias naturales en nuestro país. Gracias a él, en 1936 se funda el hasta hoy conocido como Instituto de Ciencias Naturales y en 1955 el Jardín Botánico de Bogotá. Los estudios desarrollados en ellos han sido fundamentales para llegar al conocimiento que hoy se tiene no solo de nuestros recursos botánicos, sino también de nuestra flora y fauna.

En la actualidad aquella Escuela de Ciencias Naturales de 1867 se constituye en el más importante centro de investigación y formación en ciencias del país, con tres facultades, Bogotá, Medellín y Manizales. Además, hoy la Universidad Nacional de Colombia, patrimonio de todos los colombianos, cuenta con el moderno, activo y dinámico Instituto de Ciencias Naturales, heredero de los principales frutos de la Expedición Botánica que dirigió Mutis y encargado del Herbario Nacional Colombiano que cuenta con cerca de 588 000 ejemplares de plantas. Además alberga ocho importantes colecciones zoológicas con 900 590 ejemplares. Se suman a estos tesoros científicos las series de láminas y trabajos impresos, representados en libros y revistas clasificadas, cuyos autores han constituido un sobresaliente equipo de profesores que forman a sus estudiantes como los nuevos investigadores y científicos naturalistas que requiere el país, infundiendo en ellos el profesionalismo de las disciplinas y la responsabilidad por la preservación de este invaluable patrimonio de la nación colombiana.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/historias-de-la-historia-de-la-universidad-nacional-la-escuela-de-ciencias-naturales-columna-688491

Comparte este contenido:

Sevicia

Por: Gloria Hurtado

Sí, debe haber algo en el espíritu, en los genes de la raza colombiana, para que gocemos destruyéndonos de esta manera. Hay algo visceral, profundo, que no permite que podamos convivir. No, no son las Farc, ni las Bacrim, ni el ELN. Es usted, yo, el vecino, la familia, los primos, todos, los que guardamos un odio estructural que no importa que tan bien marquen datos objetivos como las cifras y números de la Economía o los resultados de procesos y avances. Nada importa, nada. Hay que esculcar hasta en las alcantarillas para ver que podredumbre encontramos. ¡Qué paradoja! Anhelamos una sociedad perfecta (que nunca existirá) pero nos regodeamos encontrándole defectos para luego reclamar por qué no es perfecta. Estamos inmersos en un círculo perverso, demoníaco.

Rafael Uribe Noguera cometió un crimen, debe pagar por ello, pero es claro que es un hombre mentalmente enfermo, como tantas otras personas que disfrazan su comportamiento. Una persona con dificultades mentales no tiene que perder la conciencia ni evadir responsabilidades. Pero eso no suprime la patología que lo invade. Sí, el obró con sevicia. Fue absolutamente irracional. Pregunto, ¿la sevicia con la que él obró es diferente a la sevicia con la que se le quiere cobrar su delito? ¿Cuántos otros “sanos” colombianos la “poseen”? Se reclama que no sean 51 años sino 60, denle, denle mas. ¿Para un enfermo mental, en qué cambia que no sean 60 sino 51?  ¿Quién dijo que la cárcel cura? ¿Quien dijo que repara? No, hay que darle mas, con sevicia. El obró malísimamente y está enfermo. Pero la sevicia de Rafael, el enfermo, ¿en que se diferencia de la sevicia de los que piden aumentar la condena? ¿Hay sevicias buenas y sevicias malas? ¿Dónde está la enfermedad de esta sociedad que goza con la venganza? ¿La condena a Rafael, hombre enfermo, resucita la niña? ¿Cuántos otros casos han sucedido como el de Yuliana (¿supo de la niña de Arauca?) pero no se han registrado porque la venganza y la retaliación es solo con ellos, con los “ricos” Uribe Noguera? Las estadísticas sobre abusos sexuales son pavorosas pero “desaparecen” cada día con un nuevo caso. ¿Aceptaría que a los Uribe Noguera se les hace linchamiento mediático? Ni siquiera se les acepta el perdón… “Ya para qué”. Nada de esta gente merece reparación. Malísimo lo de Rafael pero “muy apropiado” lo de la equilibrada sociedad que necesita la venganza. Hasta el fondo, hasta acabar con todo lo que huela a Uribe Noguera. ¿Seremos TODOS los que patológicamente nos estamos envenenando?

Como los individuos, las sociedades también se enferman. Existen colectivos humanos mas sanos que otros. Pero cuando una comunidad solo resuena en la rabia e indignación, motivada por el odio y la venganza, es hora de pensar en un cambio. ¿Cómo hacerlo? No es definitivamente en una Iglesia, dándonos golpes de pecho y “esperando” al Papa, mientras reclamamos venganza y nos jactamos de no perdonar.  Nos desgarramos las vestiduras “inmersos” en religiones de domingo pero no somos capaces de tener una mirada de compasión (no lastima) ante la condición humana. No significa que no se pueda cuestionar, argumentar, discutir. No hay que tragar entero,  no se debe perder la capacidad de crítica. Pero ¿tanto odio es sano? ¿A propósito, rezará en Semana Santa?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

Comparte este contenido:

Hay distintas clases sociales entre las mujeres y, por lo tanto, diferentes feminismos

Por: Vincenc Navarro

Entre los hombres, la manera de expresar su machismo (la manera de oprimir a la mujer) depende, en gran parte, de la clase social del que lo manifiesta. Naturalmente que hay puntos y comportamientos comunes, pero siempre, o casi siempre, la clase social del hombre define muy marcadamente cómo se expresa tal machismo. No es, pues, de extrañar que lo mismo ocurra entre las mujeres (en un comportamiento precisamente opuesto al machismo). La bienvenida concienciación de las mujeres, como colectivo social, de la necesidad de conseguir los mismos derechos que los hombres, también viene marcada de una manera muy palpable por la clase social a la que la mujer pertenece o representa. De ahí la pluralidad de movimientos feministas.

Quedó ello claro hace varios días en un hecho que adquiría gran visibilidad mediática en EEUU, y que ocurrió en la Harvard University, el centro académico con más recursos, más rico y más poderoso de EEUU. Tal universidad tiene 37.000 millones en endowment (es decir, en propiedad sobre la cual generar ingresos). Las matrículas de los estudiantes son una parte muy minúscula de sus ingresos y, con tal propiedad, se ha convertido en uno de los centros de fondos de inversión más importantes del país. El hecho que sea un centro educativo es una actividad más que le da nombre, pero la mayoría de sus fondos se obtienen a través de las inversiones de su endowment. La riqueza de recursos es, pues, su característica principal. Dicha universidad es también donde parte de la élite de EE.UU. se educa, se socializa y configura su manera de pensar mediante los valores que tal universidad promueve. En EE.UU., es conocido que la cultura de tal centro es predominantemente conservadora y liberal (“liberal” en el sentido europeo de la palabra, pues la palabra “liberal” en EE.UU. quiere decir socialdemócrata o socialista, de los cuales hay muy pocos en Harvard. Por cierto, el hecho que los corresponsables de los medios de información españoles parezcan no darse cuenta de esta diferencia en la utilización del término “liberal”, crea una confusión enorme en la audiencia de tales rotativos).

El conservadurismo de Harvard aparece en todas sus dimensiones, incluyendo en su escasa sensibilidad hacia las poblaciones vulnerables y discriminadas, como afroamericanos, latinos y mujeres. Ahora bien, en 1977 tomaron la decisión de intentar parecer más modernos y se abrieron lentamente a afroamericanos (procedentes, sin embargo, de escuelas privadas de élite, como fue el caso del estudiante Obama, que llegó a ser presidente del país), más tarde a latinos y, últimamente, a mujeres. Harvard quiere parecer moderna y feminista.

Ahora bien, su conservadurismo y liberalismo estructural permanece y es marcado, apareciendo cuando uno menos se lo espera, como ocurrió recientemente cuando el que había sido ministro de Hacienda de la Administración Clinton, el señor Larry Summers  fue nombrado, por el Executive Board de tal universidad, presidente de la Universidad. En una entrevista, dicho señor Summers dijo que el hecho de que no hubiera más mujeres que fueran catedráticas en disciplinas científicas como física o química, se debía –según él- a razones biológicas, es decir, que las mujeres no eran hábiles para tales ciencias.

El feminismo de la clase de renta alta y mediana-alta

El escándalo que tales declaraciones crearon fue mayúsculo, de manera que el Executive Board de la Universidad rápidamente indicó que nombraría a una mujer como Presidenta, lo cual, por fin ocurrió. Se nombró como Presidenta a la Dra. Drew Faust, que era, además de ser mujer, una conocida feminista entre la comunidad científica que había animado a las mujeres (de su clase social, de renta alta y mediana-alta) a aspirar a lugares de alto poder institucional, rompiendo así con el monopolio del hombre en las estructuras de poder. Tal nombramiento fue celebrado prácticamente por la mayoría de las asociaciones feministas de EE.UU.

El feminismo popular

Ahora bien, hubo algunas mujeres de Harvard que no lo han celebrado. No eran ni profesoras, ni estudiantes, sino trabajadoras. Eran las mujeres de limpieza de la Universidad de Harvard (concretamente del hotel que tiene Harvard en su terreno, de siete pisos y cuarenta habitaciones, gestionado por la compañía Hilton Hotels & Resorts). Este hotel es uno de los más exitosos de Boston (los cuales, todos ellos, dependen primordialmente de la clientela provista por sus vinculados al mundo académico de tal ciudad). Tal hotel el año pasado consiguió uno de los mayores beneficios en el sector hotelero de la ciudad. Pero, a pesar de tal riqueza, las mujeres de la limpieza del hotel (la gran mayoría de ellas latinas) se encontraban entre las peor pagadas del sector, con mayor número de habitaciones a limpiar por día y mayor número de accidentes.

Durante más de tres años tales mujeres han estado intentando sindicalizarse, pues, de conseguirlo, podrían defenderse colectivamente y negociar sus salarios, beneficios sociales y condiciones de trabajo. Harvard, incluyendo su presidenta feminista, se ha opuesto durante muchos años. Y a pesar de las peticiones de las trabajadoras, muchas feministas de gran renombre en EE.UU., figuras del establishment político-mediático del país, ignoraron estas peticiones. En un interesante artículo en la revista The Nation, Sarah Lemand y Rebecca Rojas han detallado la enorme y heroica lucha de estas trabajadoras para conseguir que Harvard aceptara que pudieran sindicalizarse. Y las trabajadoras de limpieza descubrieron que hay tantos feminismos como clases sociales existen en EEUU. Y que las feministas del establishment político-académico-mediático estadounidense, no representaban los intereses de la mayoría de las mujeres que no pertenecen a tales clases pudientes y adineradas. El conflicto entre estas dos clases (las clases de renta alta y mediana-alta, por un lado, y la clase trabajadora, por el otro) apareció también en la definición de sus intereses. La realidad es que la integración de las primeras en las estructuras de poder era y es irrelevante para la mujer de las clases populares.

Y ello apareció también claramente en las últimas elecciones a la Presidencia de aquel país. El hecho de que la candidata a la presidencia del Partido Demócrata intentara movilizar a las mujeres presentándose como la candidata feminista es un ejemplo de ello. La gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora no le votaron; apoyaron a Trump que, junto con el candidato socialista, apeló al voto de clase, incluyendo un discurso y unos temas de clara aceptación y atractivo para las clases populares. Clase social, después de todo, continúa siendo una variable clave para entender lo que pasa a nuestro alrededor, no solo en el mundo del hombre, sino también en el mundo de la mujer.

Las consecuencias de la debilidad del feminismo popular

Y esto ocurre también en España. La evidencia científica existente muestra claramente que, en España, aquellos servicios del Estado del bienestar que están menos desarrollados son precisamente los servicios de ayuda a las familias, tales como las escuelas de infancia –mal llamadas guarderías en nuestro país- y los servicios domiciliarios a las personas con dependencia. El déficit en el desarrollo de tales servicios en este país es enorme.

Y en España cuando decimos “familia” queremos decir mujer. Es la mujer la que lleva la mayor carga de responsabilidades familiares. El contraste de los países del sur de Europa (donde las derechas han sido históricamente muy fuertes) con el norte (donde las izquierdas han sido históricamente muy fuertes) es abrumador. En Suecia, por ejemplo, el número de horas semanales dedicadas a las tareas familiares por parte de la mujer es de 26. El hombre, 22. En España, la proporción es de 42 versus 8.

Ahí radica el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familias en el sur de Europa, con un coste humano enorme. La mujer española tiene tres veces más de enfermedades debidas al estrés que el hombre. Y la mujer más afectada es la de clase trabajadora que no tiene servicios privados como la de clase pudiente (la sirvienta), que puede ayudarla. De ahí que la mayoría de encuestas muestren que, además de mejor condiciones de trabajo y mejores salarios, las demandas más comunes por parte de las mujeres de las clases populares son las dirigidas a conseguir estos servicios. Es urgente que los partidos políticos que están enraizados en las clases populares y que se consideren al servicio de dichas clases protagonicen y lideren la universalización de tales servicios en España. España (incluyendo Catalunya) necesita mayor concienciación de las necesidades de las mujeres pertenecientes a las clases populares. La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/19649/hay-distintas-clases-sociales-entre-las-mujeres-y-por-lo-tanto-diferentes-feminismos/

Comparte este contenido:

Regalías para ciencia y tecnología, un sistema creado para despilfarrar recursos

Por: Ángel Pérez Martínez

La Contraloría General de la República realizó una excelente evaluación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, mediante la cual llama la atención sobre las funciones y responsabilidades de quienes ejecutan los recursos y la escasa importancia que el país otorga a este sector clave para el desarrollo del país

La evaluación de dicho fondo, sin decirlo de manera directa, advierte que hay sectores como educación, salud, ciencia, tecnología e innovación que la sociedad y el gobierno deberían cuidar en extremo en el momento de elaborar y ejecutar políticas y programas públicos, por lo menos concertar con sus actores y con quienes conocen los temas, además de promover un manejo eficiente de sus recursos.

De hecho, Colombia reconoció, según el CONPES 3582, que la política nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha sido identificada por la sociedad colombiana como fuente de desarrollo y de crecimiento económico, sin embargo, el gasto público y privado en CTI es escaso, el manejo y la gestión del sector es errático y con magros resultados.

De acuerdo con los datos de la evaluación de la Contraloría de dicho Fondo, la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación para el año 2015 alcanzó 0,627 del PIB y el gasto en investigación y desarrollo el 0,23% del PIB (45,4% financiado con recursos privados), en los países de la OCDE del 3% (entre el 65% y el 75% invertido por recursos privados).

También la Contraloría sostiene que en el año 2015 el país contaba con 161,5 investigadores de tiempo completo por cada millón de habitantes (undécimo lugar en América Latina). “Países como Argentina (1.255,8), Brasil (710,2), Chile (389,2) y México (386,4), lo superan ampliamente, lo que refleja un rezago significativo. En 2013, el país contaba con 0,4 investigadores por cada 1.000 habitantes, mientras que, por ejemplo, Uruguay tenía un investigador y Argentina tres. El número total de investigadores activos de Colombia (año 2014) es de 11.566. En el año 2014 Colombia registró 112 patentes, Argentina 260, para el mismo año el país presentó 6.708 publicaciones científicas frente a 8.324 de Argentina, 11.510 de México y 38.114 de Brasil.

En el propósito de cambiar esta situación en Colombia se han realizado diversas reformas normativas y de política que van desde de modificar la Ley de CTI (Ley 1286 de 2009), transformar a COLCIENCIAS y expedir el acto legislativo 05 de 2011 que determinó la creación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación que recibe el 10% de los ingresos del Sistema General de Regalías (artículo 361 de la Constitución política). El Fondo tiene como uno de sus objetivos incrementar la capacidad científica, tecnológica, de innovación y de competitividad de las regiones, así como contribuir al progreso social, al dinamismo económico, al crecimiento sostenible y una mayor prosperidad para toda la población.

Los investigadores y las universidades celebraron la creación del Fondo, esta decisión garantizaba nuevos recursos para CTI, sin embargo, en la reglamentación estos recursos de regalías para CTI se entregaron a los gobernadores y al Alcalde de Bogotá (Ley 1530 de 2012). Los recursos del Fondo se distribuyen entre los departamentos y Bogotá utilizando indicadores de población, pobreza y desempleo. La norma se expidió a pesar de que quienes investigan y los expertos advirtieron desde el comienzo los riesgos de despilfarro y la posibilidad de escasa gestión con dichos recursos, entre otras cosas porque se subordinaba a Universidades, centros de investigación e investigadores, con entidades territoriales y gobernaciones que en su mayoría no cuentan con capacidad alguna para ejecutar este tipo de proyectos.

Lo anterior explica en parte las conclusiones de la evaluación de la Contraloría, además de los escasos avances en CTI, a diciembre de 2015, $1,1 billones seguían sin aprobar, de un total de $3,3 billones asignados a los 33 fondos (32 departamento, más Bogotá), aunque existe un solo Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, en la práctica la ejecución se atomizó y se dispersó al dividirse en 33 entidades territoriales; lenta ejecución de los proyectos, de los 271 aprobados, sólo se habían terminado 11 en 2015; La idoneidad de los contratistas y ejecutores no es clara, 201 proyectos son ejecutados por las gobernaciones y 70 por entidades como universidades, Colciencias, Corporación Ruta N y Corpoica; y alta dispersión temática de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, que a decir de la Contraloría de alguna manera señalan “la falta de definición de áreas estratégicas y que los criterios de priorización y aprobación de los proyectos terminan siendo muy laxos para definir que un proyecto sea considerado de ciencia y tecnología”, entre otras.

Lo anterior, permite afirmar algo elemental pero que debería ser el camino: la política pública para promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología lo primero que debería reconocer es que institucionalmente quien investiga y produce ciencia, o alcanza los linderos en la cual ésta se encuentra, son las universidades y sus grupos de investigación, además de algunas instituciones especializadas públicas y privadas. Luego quienes conocen y tienen de manera permanente preocupaciones asociadas a la gestión, a los indicadores y a la obtención de recursos para CTI son de los rectores, decanos y directores de dichos centros de investigación, es a estos centros a quienes mediante la calidad de su proyectos y posibles impactos se les deben entregar los recursos para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la investigación.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/regalias-para-ciencia-y-tecnologia-un-sistema-creado-para-despilfarrar-recursos/243806

Comparte este contenido:

El Reloj del Apocalipsis: Armas nucleares, cambio climático y perspectivas de supervivencia

Por: Noam Chomsky

Introducción de Tom Engelhardt

No llevaba ni tres meses en el cargo cuando viajó a Praga, capital de la República Checa, para pronunciar unas palabras respecto al dilema nuclear del planeta. Fueron unas palabras que podían haber procedido de un activista antinuclear o de alguien perteneciente al movimiento, entonces en ciernes, contra el cambio climático, no del presidente de los Estados Unidos. A la vez que pedía el uso de nuevas formas de energía, Barack Obama habló con rara elocuencia presidencial sobre los peligros de un mundo en el que las armas nucleares se propagaban y de cómo ese hecho, si no se controlaba, haría “inevitable” su utilización. Pidió “un mundo sin armas nucleares” y dijo sin rodeos: “Cómo única potencia nuclear que ha utilizado un arma nuclear, EEUU tiene la responsabilidad moral de actuar”. Incluso se comprometió a adoptar “medidas concretas” para empezar a construir un mundo sin esa clase de armas.

Siete años después, aquí está el récord del primer y posiblemente único presidente abolicionista estadounidense. El arsenal nuclear de EEUU -4.571 ojivas (muy por debajo de las casi 19.000 existentes en 1991, cuando se derrumbó la Unión Soviética)- sigue siendo lo suficientemente grande como para destruir varios planetas del tamaño de la Tierra. Según la Federación de Científicos de EEUU, las últimas cifras del Pentágono sobre tal arsenal indican que “el gobierno de Obama ha reducido el arsenal estadounidense mucho menos que cualquier otro posterior a la Guerra Fría, y que el número de ojivas nucleares desmanteladas en 2015 fue el más bajo desde que el presidente Obama asumió el cargo”. Es decir, poniendo estos datos en perspectiva, que Obama ha hecho mucho menos que George W. Bush en lo referente a la reducción del arsenal estadounidense existente.

Al mismo tiempo, nuestro abolicionista presidente está ahora liderando la llamada modernización de ese mismo arsenal, un proyecto inmenso de tres décadas de duración cuyo coste estimado será al menos de un billón de dólares, cifra por supuesto anterior al exceso habitual de gastos que se producirá. Durante el proceso se producirán nuevos sistemas de armas, se crearán los primeros misiles nucleares “inteligentes” (piensen en esto: armas de “precisión” con “resultados” mucho más reducidos, lo que implica empezar a utilizar armas nucleares en el campo de batalla) y Dios sabe qué más.

Ha logrado un éxito en el terreno antinuclear, su acuerdo con Irán para asegurar que este país no produzca tal arma. Sin embargo, un dato tan desalentador en un presidente al parecer decidido a situar a EEUU en la senda abolicionista nos dice algo sobre el dilema nuclear y el peso que el Estado de seguridad nacional tiene en su pensamiento (y, presuntamente, en el de cualquier futuro presidente).

No es poco horror que en este planeta nuestro la humanidad continúe impulsando dos fuerzas apocalípticas, cada una de las cuales –una en un relativo instante y la otra a lo largo de muchas décadas- podría paralizar o destruir la vida humana tal y como la conocemos. Ese debería ser un hecho aleccionador para todos nosotros. Es el tema sobre el que Noam Chomsky reflexiona en este ensayo de su nuevo y destacado libro Who Rules the World?

***

En enero de 2015, el Boletín de Científicos Atómicos adelantó su famoso Doomsday Clock (Reloj del Apocalipsis) a tres minutos para la medianoche, un nivel de amenaza que no se había alcanzado a lo largo de treinta años. El comunicado del Boletín explicaba que tal avance hacia la catástrofe invocaba las dos amenazas más importantes para la supervivencia: las armas nucleares y el “cambio climático descontrolado”. El llamamiento condenaba a los dirigentes mundiales por “no actuar con la velocidad y escala requeridas para proteger a los ciudadanos de la potencial catástrofe”, poniendo en peligro a cada persona sobre la Tierra al fracasar en la que era su tarea más importante: asegurar y preservar la salud y vitalidad de la civilización humana”.

Desde entonces, hay muy buenas razones para pensar en mover las manillas del reloj incluso más cerca del día del apocalipsis.

Cuando 2015 llegaba a su fin, los líderes mundiales se reunieron en París para lidiar con el grave problema del “cambio climático incontrolado”. Apenas pasa un día sin una nueva prueba de lo grave que es la crisis. Por citar algo casi al azar, poco antes de la apertura de la conferencia de París, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA publicó un estudio que sorprendió, a la vez que alarmó, a los científicos que han estado estudiando el hielo del Ártico. El estudio mostraba que un inmenso glaciar de Groenlandia, el Zacharie Isstrom, “se había desprendido en 2012 de una posición glacialmente estable y había entrado en una fase de repliegue acelerado”, un hecho inesperado e infausto. El glaciar “contiene agua suficiente como para elevar el nivel global del mar en más de 46 centímetros si llegara a derretirse completamente. Y ahora está metido ya de lleno en una dieta extrema, perdiendo 5.000 millones de toneladas de masa cada año. Todo ese hielo está derrumbándose sobre la zona norte del Océano Atlántico”.

No obstante, había pocas esperanzas de que los dirigentes mundiales en París “actuasen con la velocidad y a la escala requeridas para proteger a los ciudadanos de una potencial catástrofe”. E incluso si por algún milagro hubieran actuado así, habría tenido un valor limitado por razones que deberían ser profundamente preocupantes.

Cuando se aprobó el acuerdo de París, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, que albergó las negociaciones, anunció que era “legalmente vinculante”. Ojalá que así fuera, pero hay más de unos cuantos obstáculos que merecen una atención cuidadosa.

En toda la amplia cobertura de los medios de comunicación de la conferencia de París, quizá las frases más importantes fueran estas, enterradas cerca del final de un largo análisis ofrecido por el New York Times: “Tradicionalmente, los negociadores han tratado de forjar un tratado legalmente vinculante que necesitara de la ratificación de los gobiernos de los países participantes para tener fuerza. No hay forma de conseguir eso en este caso por culpa de Estados Unidos. Un tratado estaría muerto si llega al Capitolio sin la necesaria votación mayoritaria de dos tercios de un Senado bajo control republicano. Por tanto, los planes facultativos están tomando el lugar de los objetivos obligatorios de arriba a bajo”. Y los planes facultativos son una garantía de fracaso.

“Por culpa de Estados Unidos”. Más concretamente, por culpa del Partido Republicano, que se está convirtiendo ya en un peligro real para la supervivencia humana decente.

Las conclusiones aparecen subrayadas en otro artículo del Times sobre el acuerdo de París. Al final de una larga historia encomiando el logro, el artículo señala que el sistema creado en la conferencia “depende en muy gran medida de los puntos de vista de los futuros dirigentes mundiales que desarrollen esas políticas. En EEUU, todos los candidatos republicanos que se presentaban a presidente en 2016 han cuestionado o negado el carácter científico del cambio climático y han expresado su oposición a las políticas sobre el cambio climático de Obama. En el Senado, Mitch McConnell, el líder republicano que ha estado al frente de la campaña contra la agenda del cambio climático de Obama, dijo: ‘Antes de que sus socios internacionales descorchen el champán, deberían recordar que este es un acuerdo inalcanzable basado en un plan energético interno que probablemente es ilegal, que la mitad de los Estados están tratando de parar y que el Congreso ha votado ya en su contra.’”

Ambos partidos han estado girando hacia la derecha durante el período neoliberal de la última generación. La principal corriente demócrata se parece mucho ahora a los que solíamos tildar de “republicanos moderados”. Mientras tanto, el Partido Republicano se ha desplazado en gran medida fuera del espectro, convirtiéndose en lo que el respetado analista político conservador Thomas Mann y Normal Ornstein llaman “una insurgencia radical” que prácticamente ha abandonado la política parlamentaria normal. Con la deriva hacia la extrema derecha, el compromiso del Partido Republicano con la riqueza y los privilegios se ha hecho tan extremado que sus políticas reales podrían no atraer votantes, por tanto, han tenido que buscar una nueva base popular movilizada en otros campos: los cristianos evangélicos que esperan la Segunda Venida, los patriotas fanáticos que temen que “ellos” están quitándonos nuestro país, los racistas recalcitrantes, la gente con quejas reales que confunde gravemente las causas de las mismas y otros como ellos que son presas fáciles de los demagogos y que pueden convertirse fácilmente en una insurgencia radical.

En los últimos años, el establishment republicano ha conseguido suprimir las voces de la base que se había movilizado. Pero eso se acabó. A finales de 2015, el establishment estaba manifestando considerable desaliento y desesperación por su incapacidad para lograrlo, ya que la base republicana y sus opciones estaban fuera de todo control.

Los contendientes republicanos electos para la próxima elección presidencial manifestaron un claro desprecio por las deliberaciones de París, negándose incluso a asistir a los actos. Los tres candidatos que lideraban las encuestas en aquel momento –Donald Trump, Ted Cruz y Ben Carson- adoptaron la posición de la base mayoritariamente evangélica: los seres humanos no tienen impacto en el calentamento global, si es que tal cosa está verdaderamente produciéndose.

Los otros candidatos se niegan a que el gobierno actúe en esa esfera. Inmediatamente después de que Obama hablara en París prometiendo que EEUU estaría a la vanguardia de la búsqueda de la actuación global, el Congreso, bajo dominio republicano, votó a favor de tumbar sus recientes normas en la Agencia de Protección Medioambiental para reducir las emisiones de carbono. Como informó la prensa, este fue “un mensaje provocador ante más de 100 líderes mundiales, en el sentido de que el presidente estadounidense no cuenta con el apoyo total de su gobierno en la política sobre el clima”, por decirlo de forma eufemista. Mientras tanto, Lamar Smith, presidente republicano del Comité para la Ciencia, el Espacio y la Tecnología del Congreso, siguió adelante con su yihad contra los científicos del gobierno que se atreven a informar sobre los hechos.

El mensaje está claro. Los ciudadanos estadounidenses se enfrentan a una responsabilidad enorme en casa.

Una historia parecida informaba en el New York Times de que “las dos terceras partes de los estadounidenses apoyan que EEUU se incorpore a un acuerdo internacional vinculante para frenar el crecimiento de las emisiones de gases invernadero”. Y, por un margen de cinco a tres, los estadounidenses consideran que el clima es más importante que la economía. Pero no importa. Pasan por encima de la opinión pública. Ese hecho, una vez más, está enviando un mensaje fuerte a los estadounidenses. Es responsabilidad suya sanar un sistema político disfuncional en el que la opinión pública es un factor marginal. La disparidad entre opinión pública y política, en este caso, tiene implicaciones muy importantes para el destino del planeta.

Desde luego que no deberíamos hacernos ilusiones sobre una “edad dorada” del pasado. Sin embargo, los hechos que acabamos de revisar constituyen cambios significativos. El debilitamiento de la democracia funcional es una de las contribuciones del ataque neoliberal contra la población mundial en la última generación. Y esto no está sucediendo sólo en EEUU; el impacto puede ser mucho peor en Europa.

El cisne negro que nunca podemos ver

Pasemos a otra de las preocupaciones (tradicionales) de los científicos atómicos que ajustan el reloj del día del juicio final: las armas nucleares. La amenaza actual de guerra nuclear justifica ampliamente su decisión de enero de 2015 de adelantar el reloj dos minutos para la medianoche. Lo acaecido desde entonces revela más claramente aún la creciente amenaza, un asunto que, en mi opinión, suscita una preocupación insuficiente.

La última vez que el reloj del juicio final se avanzó tres minutos para la medianoche fue en 1983, en la época de los ejercicios Able Archer de la administración Reagan; estos ejercicios simularon ataques contra la Unión Soviética para poner a prueba sus sistemas de defensa. Los archivos rusos publicados recientemente revelan que los rusos estaban profundamente preocupados por las operaciones y se preparaban para responder, lo que habría sencillamente significado: FIN.

Hemos sabido más cosas acerca de esos ejercicios precipitados e imprudentes y de cómo el mundo se abocaba al desastre por el analista militar y de inteligencia de EEUU Melvin Goodman, que fue jefe de división de la CIA y alto analista de la Oficina de Asuntos Soviéticos en aquella época. “Además de los ejercicios y movilizaciones del Able Archer que alarmaron al Kremlin”, escribe Goodman, “la administración Reagan autorizó ejercicios militares inusualmente agresivos cerca de la frontera soviética que, en algunos casos, violaron la soberanía territorial soviética. Las arriesgadas medidas del Pentágono incluyeron el envío de bombarderos estratégicos estadounidenses sobre el Polo Norte para poner a prueba el radar soviético y ejercicios navales bélicos próximos a la URSS por zonas donde los buques de guerra estadounidenses no habían entrado anteriormente. Además, una serie de operaciones secretas simularon ataques navales sorpresa sobre objetivos soviéticos”.

Ahora sabemos que el mundo se salvó de una probable destrucción nuclear en aquellos aterradores días gracias a la decisión de un oficial ruso, Stanislav Petrov, que no trasmitió a sus autoridades superiores el informe de los sistemas de detección automática de que la URSS estaba bajo un ataque de misiles. Por consiguiente, Petrov ocupó un lugar junto al comandante de submarinos rusos Vasili Arkhipov, quien, en un momento peligroso de la crisis de los misiles cubana de 1962, se negó a autorizar el lanzamiento de torpedos nucleares cuando los submarinos estaban bajo ataque de los destructores estadounidenses imponiendo una cuarentena.

Otros ejemplos recientemente revelados enriquecen un récord realmente aterrador. El experto en seguridad nuclear Bruce Blair informa que “cuando el presidente de EEUU estuvo más cerca de lanzar una decisión estratégica inadecuada fue en 1979, cuando una grabación de entrenamiento de alerta temprana NORAD describiendo un ataque estratégico soviético a escala total se cursó inadvertidamente a través de la red de alerta temprana real. Al asesor nacional de seguridad Zbigniew Brzezinski le llamaron dos veces en medio de la noche y le dijeron que EEUU estaba bajo ataque, que sólo tenía que descolgar el teléfono y persuadir al presidente Carter de que era necesario que autorizara de inmediato una respuesta a escala total, cuando se produjo una tercera llamada para decirle que se había tratado de una falsa alarma”.

Este ejemplo recién revelado trae a mi mente un incidente crítico de 1995, cuando la trayectoria de un cohete noruego-estadounidense con equipamiento científico parecía la trayectoria de un misil nuclear. Esto suscitó las preocupaciones rusas, que rápidamente se hicieron llegar al presidente Boris Yeltsin, encargado de decidir si había que lanzar un ataque nuclear.

Blair añade otros ejemplos de su propia experiencia. Hubo un caso, en la época de la guerra en Oriente Medio de 1967, “en que se envió una orden de ataque real a la tripulación de un portaaviones nuclear en vez una orden de ejercicios/entrenamiento nuclear”. Pocos años después, a principos de la década de 1970, el Mando Aéreo Estratégico en Omaha “retransmitió una orden de ejercicio de lanzamiento como si fuera una orden de lanzamiento real en un mundo real”. En ambos casos habían fallado los controles de los códigos y la intervención humana impidió el lanzamiento. “¿Se dan cuenta?”, añade Blair. “No era nada raro que se produjeran ese tipo de chapuzas”.

Blair hizo estos comentarios en reacción a un informe del aviador Johan Bordne que sólo hace muy poco ha publicado la Fuerza Aérea de EEUU. Bordne estaba sirviendo en la base militar estadounidense en Okinawa en octubre de 1962, en la época de la crisis de los misiles cubanos y también en un momento de graves tensiones en Asia. Se había elevado el sistema de alerta nuclear estadounidense a DEFCON 2, un nivel por debajo de DEFCON 1, cuando los misiles nucleares pueden ser inmediatamente lanzados. En el pico de la crisis, el 28 de octubre, una tripulación de misiles recibió autorización, por error, para lanzar sus misiles nucleares. Decidieron que no, evitando una probable guerra nuclear y uniéndose a Petrov y Arkhipov en el panteón de los hombres que decidieron desobedecer el protocolo, salvando así al mundo.

Como Blair observó, ese tipo de incidentes no eran infrecuentes. Un estudio reciente de un experto detallaba docenas de falsas alarmas durante todos los años del período revisado de 1977 a 1983; el estudio concluía que el número de las mismas fluctuó entre 43 y 255 por año. El autor del estudio, Seth Baum, resume con estas adecuadas palabras: “La guerra nuclear es el cisne negro que nunca podemos ver, excepto en el breve momento en que nos está matando. Aplazamos la eliminación del peligro por nuestra propia cuenta y riesgo. Es hora ya de abordar la amenaza, porque ahora estamos todavía vivos”.

Estos informes, al igual que los que contiene el libro de Eric Scholosser “Command and Control”, se ajustan en gran medida a los sistemas de EEUU. Los rusos son sin duda mucho más propensos a los errores. Por no mencinar el peligro extremo que plantean los sistemas de otros, especialmente Pakistán.

Una guerra ya no es algo impensable”

En ocasiones la amenaza no ha sido consecuencia de un accidente, sino del aventurerismo, como en el caso del Able Archer. El caso más extremo fue la crisis de los misiles cubanos en 1962, cuando la amenaza de desastre fue demasiado real. La forma de abordar dicha crisis fue impactante; al igual que el modo habitual de interpretarla.

Con este sombrío antecedente en mente, es útil mirar los debates y planes estratégicos. Un caso escalofriante fue el estudio “Essentials of Post-Cold War Deterrence” del STRATCOM de 1995, en la era Clinton. El estudio pretende conservar el derecho al primer ataque, incluso contra Estados no nucleares. Explica que las armas nucleares se utilizan constantemente en el sentido de que “proyectan una sombra sobre cualquier crisis o conflicto”. Insta también a disponer de un “personaje nacional” irracional y ansioso de venganza para intimidar al mundo.

La doctrina actual se explora en el artículo principal de la revista International Security, una de las más acreditadas en el campo de las doctrinas estratégicas. Los autores explican que EEUU está comprometido con la “primacía estratégica”, es decir, aislamiento de un ataque de represalia. Esta es la lógica de la “nueva triada” de Obama (reforzar la potencia de submarinos, misiles terrestres y bombarderos), junto con la defensa con antimisiles para contrarrestar un ataque de represalia. La preocupación que plantean los autores es que la exigencia estadounidense de primacía estratégica podría inducir a China a abandonar su política “de no ser el primero en utilizar armas nucleares” y ampliar su disuasión limitada. Los autores piensan que no lo hará, pero la perspectiva sigue siendo incierta. La doctrina acentúa claramente los peligros en una región tensa y conflictiva.

Lo mismo sucede con la expansión de la OTAN hacia el este violando las promesas verbales hechas a Mijail Gorbachev cuando la URSS estaba derrumbándose y accedió a permitir que una Alemania unificada formara parte de la OTAN, una concesión muy notable si uno piensa en la historia del siglo. La expansión hacia la Alemania del Este se produjo de inmediato. En los años siguientes, la OTAN se expandió por las fronteras rusas; ahora hay sustanciales amenazas incluso para incorporar a Ucrania, en el corazón geoestratégico de Rusia. Uno puede imaginar cómo reaccionaría EEUU si el Pacto de Varsovia estuviera aún con vida, hubiera incorporado a él a América Latina y ahora México y Canadá estuvieran solicitando su entrada.

Aparte de eso, Rusia entiende, al igual que China (y los estrategas estadounidenses, si vamos al caso), que los sistemas de defensa de misiles de EEUU cerca de las fronteras rusas son, en efecto, un arma de primer ataque con el objetivo de establecer una primacía estratégica: inmunidad ante la represalia. Quizá su misión sea totalmente inviable, como algunos especialistas apuntan. Pero los objetivos no van a confiar nunca en eso. Y las reacciones militantes de Rusia son muy naturalmente interpretadas por la OTAN como una amenaza para Occidente.

Un destacado experto británico en Ucrania plantea lo que denomina “paradoja geográfica fatídica”: que la OTAN “existe para manejar los riesgos creados por su propia existencia”.

Las amenazas son muy reales ahora. Por fortuna, el derribo de un avión ruso por un F-16 turco en noviembre de 2015 no produjo un incidente internacional, pero podía haberlo hecho, especialmente teniendo en cuenta las circunstancias. El avión iba a una misión de bombardeo en Siria. Pasó durante tan sólo 17 segundos a través de una franja de territorio turco que sobresale hacia Siria, y era evidente que se dirigía a este país cuando se estrelló. Derribarlo parece haber sido un acto innecesariamente imprudente y provocador, un acto con consecuencias.

La reacción de Rusia fue anunciar que sus bombarderos irían a partir de ahora acompañados por aviones de combate y que iba a desplegar en Siria un sofisticado sistema de misiles antiaéreos. Rusia ordenó también a su portaaviones Moskva, dotado de un sistema de defensa aérea de largo alcance, que se acercara más a la costa, para que estuviera “preparado para destruir cualquier objetivo aéreo que supusiera una amenaza potencial para nuestros aviones”, anunción el ministro de Defensa Sergei Shoigu. Todo esto prepara el escenario para confrontaciones que podrían ser letales.

Las tensiones son asimismo constantes en las fronteras entre Rusia y la OTAN, incluyendo maniobras militares de ambas partes. Poco después de que el reloj del juicio final se moviera amenazadoramente más cerca de la medianoche, la prensa nacional informaba que los “vehículos militares de combate de EEUU desfilaban el miércoles por una ciudad de Estonia que se adentra en Rusia, un acto simbólico que ponía de relieve las apuestas por ambas partes en medio de las peores tensiones entre Occidente y Rusia desde la Guerra Fría”. Poco antes, un avión de combate ruso estuvo a unos segundos de chocar con un avión civil danés. Ambas partes están llevando a cabo rápidas movilizaciones y redespliegues de fuerzas en la frontera entre Rusia y las fuerzas de la OTAN, y “ambas creen que una guerra no es ya algo impensable”.

Perspectivas de supervivencia

Si eso es así, ambas partes están más allá de la locura, porque una guerra bien podría destruirlo todo. Durante décadas se ha reconocido que un primer ataque por parte de una potencia importante podría destruir al atacante, incluso aunque no hubiera represalias, sencillamente por los efectos del invierno nuclear.

Pero así es el mundo actual. Y no sólo el de hoy en día, eso es lo que estamos viviendo desde hace setenta años. El razonamiento es de punta a cabo sorprendente. Como hemos visto, la seguridad de la población no es básicamente una preocupación importante para los políticos. Eso ha sido así desde los primeros días de la era nuclear, cuando en los centros de formación política no se hacía esfuerzo alguno –al parecer, ni siquiera se expresaba el pensamiento- para eliminar una potencial amenaza grave para EEUU, como podría haber sido posible. Y así continúan las cosas hasta ahora, en formas sólo brevemente paladeadas.

Ese es el mundo en el que hemos estado viviendo y en el que vivimos en estos momentos. Las armas nucleares representan un constante peligro de destrucción inmediata pero, al menos en principio, sabemos cómo aliviar la amenaza, incluso cómo eliminarla, una obligación emprendida (y despreciada) por las potencias nucleares que han firmado el Tratado de No Proliferación. La amenaza de calentamiento global no es instantánea, a pesar de su gravedad a largo plazo que podría incrementarse repentinamente. Que tengamos capacidad para lidiar con ello no está del todo claro, pero no puede haber duda de que cuanto más nos demoremos, más terrible será el desastre.

Las perspectivas para la supervivencia decente a largo plazo no son muy grandes a menos que se produzca un cambio significativo de rumbo. Una gran parte de la responsabilidad está en nuestras manos, las oportunidades también.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=213609

Imagen: https://actualidad.rt.com/actualidad/165077-armas-nucleares-rusia-miedo-occidente

Comparte este contenido:

Recursos didácticos y proceso de enseñanza – aprendizaje

José A. Guilbauth G.

Toda la labor del docente en su aula es evaluada con los resultados que pueda obtener con sus alumnos. Esa labor docente se hace científica en la medida en que el docente pueda diseñar y planificar el acto didáctico, mediante la selección, uso y evaluación de sus contenidos a desarrollar, pero sobre todo la adecuada identificación, selección, aplicación y evaluación de su efectividad en el logro de las metas propuestas.

Le queda entonces al docente diseñar, desde sus actividades pertinentes, los recursos didácticos que le permitirán conducir al estudiante hacia el éxito de sus aprendizajes de forma efectiva.

Para Fernández (2015), los recursos didácticos ‘son herramientas y estrategias variadas que pueden apoyar diversos temas y adaptarse a distintas edades y tipos de destinatarios para facilitar el aprendizaje, la comprensión, la asimilación, la memorización o la recapitulación de los contenidos ‘.

Sin duda que la definición anterior hace responsable al docente en seleccionar adecuadamente aquellos recursos más pertinentes a las características psicológicas de aprendizaje de sus alumnos, a los contenidos a desarrollar, al contexto y escenario educativo y sobre todo la existencia y fácil adquisición de recursos didácticos para poder implementar todo un andamiaje psicopedagógico y tecnológico que asegure que las actividades están sustentadas con toda una planificación científica que asegure su éxito profesional, enseñar con calidad.

Debemos recordar que el recurso didáctico proporciona el impulso necesario en las actividades pedagógicas que llevarán a ejercitar al estudiante para el dominio significativo de sus aprendizajes, pero él solo no enseña.

Como docente no debe pensarse que el recurso didáctico hará todo el diseño, planificación e implementación de las actividades que conducirán al estudiante hacia experiencias significativas de un autoaprendizaje seguro, no es así. Estas herramientas, instrumentos y materiales harán más viables los caminos del aprendizaje efectivo, necesario en la resolución de problemas del futuro profesional de una comunidad educativa.

A las autoridades y a los docentes les toca ofrecer escenarios con los medios, recursos y tecnologías que acerquen al alumno a esas experiencias y ambientes, lo más cercano a la realidad de cada actividad planeada para el logro de aprendizajes significativos y pertinentes, necesarios en la resolución de problemáticas de sus entornos comunitarios y profesionales.

Fuente del articulo: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/recursos-didacticos-proceso-ensenanza-aprendizaje/23965137

Fuente de la imagen: http://granjaescuelaelpalomar.com/wp-content/uploads/2015/04/recursos-didácticos.jpg

Comparte este contenido:
Page 1999 of 2733
1 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001 2.733