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Nuevos sistemas educativos nicaragua.

 Por:Juan Carlos Casco

El futuro de todos está en la educación, sin embargo nadie se la toma en serio. Estamos en la antesala de un nuevo paradigma educativo, una coyuntura sumamente compleja, pero que ya hemos comenzado a abordar con líderes educativos y países que tienen el coraje y la responsabilidad histórica de iniciar este cambio. Es el caso de Nicaragua, un país que aunque parte de grandes dificultades, tiene la decisión y la convicción de asumir el desafío. La empresa es titánica, aunque se trata de un largo recorrido, toda gran travesía se inicia dando el primer paso.

La dejadez de los gobernantes en sus responsabilidades con la educación y su actualización, está conduciendo a la juventud y la sociedad en general a un desastre sin paliativos. Nuestros sistemas educativos nacidos del influjo de la Ilustración y la Revolución industrial, generaron un modelo educativo para producir ciudadanos sumisos capaces de realizar tareas estándar, sin capacidad crítica, faltos de iniciativa, carentes de liderazgo. Un modelo de individuo resuelto a reproducir patrones pero incapaz de habitar el mundo desde la creatividad y la innovación.

La falta de liderazgo y visión de futuro se hace patente en las políticas educativas de los países. Cuando la educación se abandona por una acción errática u omisión, y esto incluye la falta de coraje para hacer los cambios necesarios en el sistema, se está hipotecando el futuro del país (donde no hay visión la gente perece). Nuestros responsables políticos e institucionales nos están condenando a transitar una senda sin futuro.

El cambio de paradigma educativo en el marco de la transformación global y el cambio civilizatorio.

Vivimos una transformación sin precedentes, las coordenadas de nuestro mundo conocido se han quebrado (aceleración del tiempo histórico, ruptura del concepto centro/periferia, crisis de las carreras, revolución tecnológica, desaparición de los empleos y formas de vida tradicionales…).

Obviando todas estas realidades históricas con las que convivimos, nuestra educación ha evolucionado muy poco a lo largo de los siglos. El modelo de Boecio y Casiodoro (Trivium y Quadrivium), los planteamientos de la Ilustración que generaron el estándar de conocimiento académico (inservible para enfrentar el mundo de hoy), la Escuela prusiana enfocada en producir personas obedientes y soldados disciplinados, las exigencias de la Era Industrial demandando trabajadores para hacer tareas repetitivas en las cadenas de montaje y la administración…

Todas estas visiones reduccionistas de la educación, que tuvieron su validez para dar respuesta a las necesidades de otros momentos históricos, constituyen la base de un paradigma educativo en el que estamos atrapados, una jaula que impide nuestro desarrollo humano y acceso a las oportunidades que ofrece la Sociedad del conocimiento.

Todo cambio en la infraestructura (economía, sociedad), ha de venir secundado por un cambio en la superestructura, y esto incluye a la educación. Sin embargo ese cambio no se ha producido, creando una anomalía histórica. Una sociedad nueva sigue funcionando con un paradigma educativo arcaico y esa disfuncionalidad no se puede mantener en el tiempo, so pena de sufrir una crisis monumental y un ajuste traumático.

Nuestros viejos modelos educativos están parcheados, en un proceso de descomposición, remendados a base de medidas cortoplacistas, gobernados por personas incapaces de entender que el cambio educativo solo se puede acometer desde un nuevo paradigma. No se trata de hacer las mismas cosas y seguir los viejos planteamientos, con este pensamiento antiguo, aunque multipliquemos los recursos para la educación el problema subyacente continuará vivo.

Brotes verdes del nuevo paradigma educativo. Nicaragua.

Nicaragua fue referente mundial en la educación de adultos, un ejemplo en la década de 1980 para el mundo, sin apenas recursos. Hoy, vuelve a asumir otro reto, esta vez no en materia de alfabetización, sino algo todavía más difícil y complejo: comenzar en serio a abordar el cambio de paradigma educativo supeditado al desarrollo humano desde una visión holística de la educación como epicentro del progreso social y económico.

Las personas (como tú y yo) y las organizaciones que estamos comprometidas y trabajando en dar forma a la creación del nuevo paradigma educativo, permanecemos atentos a los movimientos (escasos) que se están produciendo en el mundo, dispuestos a sumar esfuerzos y aportar nuestros recursos y experiencia. Nicaragua es un país que desde sus limitaciones está comenzando a dar el paso, por eso se convierte en un teatro de operaciones para la comunidad mundial que está preocupada por la educación (queremos dar las gracias al gobierno de Nicaragua y las autoridades educativas del país por la confianza depositada en nosotros para contribuir a este difícil pero ilusionante y motivador reto).

La dificultad de avanzar en un nuevo paradigma depende de lo afianzado y arraigado que esté el antiguo. Por eso es más fácil instalar un modelo partiendo de cero que hacerlo desde viejas prácticas, porque ello conlleva un coste de desmantelamiento de lo antiguo; hay menos obstáculos que superar, y por tanto, menos costes de todo tipo.

Algunas claves que estamos abordando para la innovación y el cambio.

+ Una educación que ayuda a construir los proyectos de vida de los ciudadanos, constituyendo un medio no un fin en sí misma. Esta tarea nos convoca a desarrollar nuevos programas formativos donde el alumno diseña su proyecto vital a medida que aprende.

Se da la opción al alumno de cursar las materias en las que quiere formarse y se le ofrece un itinerario paralelo para adquirir competencias genéricas, elaborar un proyecto emprendedor o un proyecto de liderazgo real, listo para aplicarlo y llevarlo a la práctica en su vida. Al finalizar los estudios, el alumno recibe una doble certificación (la específica de sus estudios más la que le acredita la adquisición de las otras competencias). En definitiva se prepara a las personas para diseñar un plan de vida que pueda llevar a cabo de manera autónoma.

+ Una universidad donde los alumnos pueden confeccionar sus carreras “a la carta” en función de su proyecto vital.

+ Una educación que incorpora la igualdad de oportunidades, posibilitando que el desarrollo de las competencias clave para el desarrollo de las personas en el siglo XXI, el emprendimiento y el liderazgo sean patrimonio de todos, no únicamente de las élites de los países.

+ La aplicación de las nuevas tecnologías a la educación para acompañar el proceso, incorporando nuevos formatos, contenidos, formación masiva y abierta (MOOC).

+ Incorporación de las lecciones aprendidas y las visiones de las vanguardias y los principales líderes educativos mundiales (Robinson, Gerver, Freire…).

Todos estos planteamientos, además de nuestro modelo basado en los 6 Dominios y 9 Niveles de excelencia los estamos poniendo en práctica para instrumentalizar el proceso.

La Universidad Abierta en Línea de Nicaragua es uno de los programas emblemáticos en los que estamos sumando nuestros esfuerzos, liderado por el Ministerio de Educación, el Instituto Tecnológico Nacional (INATEC), el Consejo Nacional de Universidades (CNU), y el apoyo técnico de AUPEX y EMPRENDEDOREX. Incorpora todos los planteamientos anteriores, suponiendo un modelo nuevo de universidad abierta para todos los bachilleres del país, con capacidad para extender el desarrollo de nuevas capacitaciones y competencias al conjunto de la ciudadanía.

El futuro de la educación se está construyendo a través de experiencias que comienzan a surgir de forma diseminada en el mundo, como ecosistemas aún incipientes, pero que debemos contribuir a impulsar y ayudar a crecer.

Fuente:http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:48377-nuevos-sistemas-educativos-nicaragua

Imagen: http://www.el19digital.com/files/articulos/149075.jpg

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Hacerlo bien acceso, visibilidad e impacto de la investigación latinoamericana.

Por: Gustavo E. Fischman.

El acceso, visibilidad, impacto científico y social de la investigación producida en Latinoamérica son temas habituales de discusión en las universidades y centros de investigación de la región. En esas discusiones es frecuente identificar al menos dos perspectivas bastante polarizadas. En un grupo se resalta el malestar existente debido a lo que falta –presupuestos apropiados, preparación técnica, de repercusión e impacto de las investigaciones latinoamericanas en el sistema global de ciencia y técnica, y otras faltas más. Desde la perspectiva alterna se suele enfatizar que, a pesar de las condiciones adversas, en la región se producen cada vez más y mejores conocimientos científicos, que más de 75% de los recursos para la investigación y programas de desarrollo provienen del sector público, que la mayoría de quienes se dedican a la investigación trabajan en universidades públicas y dadas las numerosas faltas, habría que reconocer de manera más directa y contundente que gran parte de ellos son buenos profesionales, claramente comprometidos con la defensa del conocimiento como un bien público.

Sin ánimo de dirimir cuál de estas dos perspectivas es la más adecuada, mi punto de partida es que para hacer un balance sobre el estado de las publicaciones científicas de la región hay que reconocer que las cuestiones de acceso, visibilidad, y relevancia de la investigación producida en Latinoamérica necesita entenderse como el resultado de procesos heterogéneos y desiguales, con muchas iniciativas exitosas, áreas de excelencia, y modelos efectivos e innovadores (la biblioteca digital de CLACSO, Latindex, la Referencia/Red CLARA, Redalyc y Scielo son buenos ejemplos); así como algunos proyectos fracasados, rigideces estructurales, multiplicación de esfuerzos editoriales que suelen responder a modelos de incentivos confusos que, en vez de fortalecer, fragilizan los sistemas de comunicación científica regionales.

Con todo, las revistas científicas editadas en la región han mostrado un impresionante crecimiento cuantitativo y cualitativo y, en su gran mayoría, recurren al Acceso Abierto (AA); lo que ha implicado que una parte importante esté disponible para que cualquier usuario pueda leer, imprimir y distribuir de manera gratuita los modelos y resultados de investigación.

Hasta ahora, el foco de las intervenciones del AA ha sido principalmente la creación de repositorios de investigación para el depósito de artículos de revistas y la utilización de plataformas en línea para publicar revistas. La adopción temprana y el uso extenso de este modelo por parte de la comunidad científica de la región ha representado avances significativos, y éste es un buen momento para proponer avances que permitan superar algunos de los obstáculos que están limitando no sólo la expansión del acceso; sino que, además, afectan la producción de investigación en los países de la región.

Uno de esos obstáculos es que, en términos cuantitativos, cuando nos referimos a producción científica latinoamericana hay que considerar que una parte importante de ella se publica fuera de la región, en revistas que no son de AA. La ironía es que los sistemas de promoción de la investigación suelen dar mayores ‘incentivos’ para publicar en revistas internacionales con mayor Factor de Impacto. La tendencia es que a mayor Factor de Impacto, más difícil es el acceso a esa publicación en términos de costos (muchas bibliotecas no pueden pagar la subscripción), e idioma (mayoritariamente en inglés). Esto implica que gran parte de la producción sobre temáticas relevantes para la región, y que ha sido pagada con fondos públicos, no es accesibles incluso dentro de la propia región.

Un segundo obstáculo radica en el tipo de producción que priorizan los sistemas de incentivos: los artículos de investigación, con lo cual se deja fuera una valiosa gama de documentos, libros, folletos informativos, notas periodísticas de divulgación, informes de investigación y múltiples formas de traducir a estilos más accesibles la producción nacional. Muchos de estos estudios investigan cuestiones de importancia nacional y regional.

Es imperativo revisar este modelo de incentivos, como acaba de señalar el investigador emérito de la UNAM, Ruy Pérez Tamayo, uno de los arquitectos del Sistema Nacional de investigación (SNI) de México:

El sistema de evaluación lo que aprecia es el número de publicaciones, el número de citas, el factor de impacto de la revista donde está publicado. Son puros números ¿quién habla de la calidad del proceso de investigación? nadie, y eso es una cosa que debemos modificar, pero sin acabar con el SNI, nada más hay que hacerlo bien.(referido en entrevista realizada por Elizabeth Ruiz Jaimes, Semanario Laisum 2013:17).

Hacerlo bien, es decir, modificar los sistemas de incentivos es una tarea importante que requiere múltiples debates, y que van llevar un tiempo considerable, aunque algunos indicios permiten asegurar que este proceso está en camino.1 Mientras eso sucede es posible recurrir a dos acciones que, a mi entender, aun cuando no sean suficientes, permitirán avanzar en la dirección correcta: La primera es establecer mandatos específicos y de simple implementación, para que quienes publiquen sus trabajos en revistas internacionales de acceso restringido hagan disponible una versión en un repositorio regional de Acceso Abierto. La segunda es incentivar la utilización de métricas alternativas a nivel de artículo y no de las revistas (AltMetrics);2 lo que permitiría expandir el foco de atención no sólo al conocimiento que circula en las publicaciones académicas, sino a todas las formas de distribución del conocimiento científico de la región.

El uso extensivo e intensivo del AA en Latinoamérica es resultado de un conjunto de tradiciones e innovaciones, notablemente potenciado por el uso de Internet, por las ventajas relativas que brinda el pequeño tamaño del mercado científico regional –que pareciera no ser demasiado atractivo para las grandes corporaciones que dominan el negocio de las publicaciones científicas, aunque esto esta cambiando– y la vocación pública de los investigadores/as que consideran un deber ético hacer accesibles sus trabajos, ya que fueron financiados con dinero público.

Además, es importante considerar la larga tradición de muchas universidades y centros de investigación de participar activamente de las luchas por la democratización de sus respectivas sociedades nacionales. Continuar recuperando lo mejor de esas tradiciones, avanzando en la revisión de los actuales modelos de incentivos a la investigación es una tarea urgente para ’Hacerlo bien’.

Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/hacerlo-bien-acceso-visibilidad-e-impacto-de-la-investigacion-latinoamericana/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/uncuyo.-edu.jpg

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Reforma educativa incluye reglas para evitar violencia en escuelas.

Por: Jhovany Alejandro Ramirez

La secretaria general del Consejo Nacional de Población (CONAPO), Patricia Chemor Ruiz, destacó que la reforma educativa no sólo se limita a una evaluación curricular, sino que tiene muchos aspectos como las reglas que se tienen que cumplir en las escuelas para la convivencia sin violencia.

La funcionaria indicó lo anterior en entrevista al término de la presentación del XXIII concurso nacional de dibujo y pintura infantil y juvenil con el tema “en México luchamos por el respeto, convivencia libre de violencia”, que se efectuó en kidZania Santa Fe.

Chemor Ruiz indicó que se empezó a actuar desde hace más de dos años y medio que se comenzó a elaborar la reforma educativa sobre el tema del acoso escolar y que hoy esa línea se está siguiendo con acciones como el lanzamiento del concurso y del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (sipinna).

“Dicho sistema que trabaja a nivel federal, estatal y municipal promueve la ley de protección a los derechos de los niños y adolescentes, y el primer derecho que tienen es el de no ser violentados”, indicó la titular del CONAPO.

Destacó que a lo largo de los 23 años de dicho concurso se han tratado temas como la trata de personas, el medio ambiente y el envejecimiento, entre otros y que con él lo que se busca es que los niños y jóvenes del país les digan a través de sus dibujos el rumbo por el cual deben de trabajar.

“Hoy nos toca hacer conciencia sobre el fenómeno del acoso escolar, pero no nada más en esa parte estamos trabajando sino también en la convivencia sin violencia en todos los aspectos de la vida, en la escuela, en la familia para que todos entiendan que el respeto es lo primero que debemos tener en mente si queremos que nos respete el otro”, apuntó.

La funcionaria mencionó que actualmente en México hay una población de 122 millones 723 mil 403 habitantes, de los cuales el 27 por ciento son niños entre cero y 14 años y el 26 por ciento son jóvenes entre 15 y 29 años, que son el público al que va dirigido el concurso presentado este lunes.

Fuente:http://www.cdnoticias.com.mx/articulos/reforma-educativa-incluye-reglas-evitar-violencia-escuelas

Imagen: http://www.cdnoticias.com.mx/contenido/uploads/2016/08/fgr_04-637×480.jpg

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UNESCO busca expertos en educación en Geociencias.

América del Norte/Estados Unidos/15.11.2016/Autor y Fuente:http://www.unesco.org/

Estamos trabajando en el campo de la educación en Ciencias de la Tierra y nos gustaría contactar a expertos en América Latina y el Caribe, tanto del ámbito académico como de la práctica docente y la toma de decisiones.

Queremos crear una red de colaboración que nos permita avanzar juntos en esta área de la educación científica.

Como primer paso, nos proponemos crear una lista de correo que permita el contacto mutuo y el intercambio de información y experiencias en los temas de interés común.

El área geográfica incluye: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.

Fuente:

http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/unesco_seeks_experts_in_geoscience_education/

Imagen: http://www.unesco.org/new/typo3temp/pics/3ad9620f05.jpg

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Sep dará prioridad a temas de la reforma educativa en presupuesto.

Por: Elba Maria Hernandez Quezada 

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ejercerá el presupuesto que le asigne la Cámara de Diputados para 2017, en las prioridades de la Reforma Educativa, enfocándose en hacer ahorros y reducciones al gasto burocrático y en partidas no prioritarias, aseguró su titular Aurelio Nuño Mayer.

“El plan interno buscará dos cosas: poder hacer la mayor cantidad de ahorros a las áreas burocráticas y segundo, proteger los programas centrales que están en las siete prioridades que hemos marcado como parte de la Reforma Educativa”, indicó.

Entrevistado al término de una reunión que sostuvo con dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el funcionario federal señaló que será respetuoso de lo que apruebe el Legislativo, pero adelantó que la secretaría a su cargo, al igual que otras dependencias, tendrán que adecuarse a los ajustes presupuestales.

Respecto al conflicto magisterial, en particular en Chiapas, Nuño Mayer negó que el gobierno federal llegara a un acuerdo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) o cualquier otra organización, para que no se aplique la reforma.

Fuente: http://www.cdnoticias.com.mx/articulos/sep-dara-prioridad-temas-la-reforma-educativa-presupuesto

Imagen: http://www.cdnoticias.mx/contenido/uploads/2016/09/Nuno-Mayer-explica-beneficios-de-reforma-educativa.png

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El futuro del trabajo

Por. Diego Beas

Los programas de los partidos políticos ignoran el reto que presenta en el porvenir de la vida productiva en las economías avanzadas.

Este artículo también podría haberse titulado el trabajo del futuro. ¿En qué consistirá el trabajo en el futuro? ¿Cómo se estructurará, en otras palabras, la vida productiva en las economías avanzadas de aquí a 10 o 20 años? ¿Y qué tipo de regulación y marcos laborales se necesitan crear hoy para responder a las necesidades venideras?

En El desierto rojo (1964) de Michelangelo Antonioni, la visión distópica del director italiano sobre un pueblo que se industrializa y tecnifica en los años sesenta, se plantea una historia que gira en torno a un presente arrasado por una doble condición de devastación ecológica producto de las transformaciones industriales de la posguerra y una alienación humana provocada por la tecnología. Para ser más exactos, provocada por la intermediación de las máquinas en la vida de las personas. Es una reflexión sobre los costes humanos de la modernidad centrada en las consecuencias sociales inadvertidas del avance de la técnica, y que ya adelantaba la omnipresencia de las máquinas en la vida cotidiana y la devastación ecológica.

Cincuenta años después, para entender el papel del trabajo y su futuro, a la visión de Antonioni habría que añadir dos nuevos elementos clave que están camino de transformar el cariz de las relaciones laborales: la financiarización de la economía internacional a partir del final de Bretton Woods en 1973 y el vertiginoso desarrollo de la informática a lo largo del último medio siglo. Con una consecuencia directa sobre la que me gustaría centrarme: la automatización del trabajo. O algo que también podría llamar la condición poslaboral del trabajo.

Ambos factores —aunque sobre todo el segundo— están impulsando un cambio sin precedentes en las relaciones laborales y la forma de estructurarlas. No me refiero, por supuesto, al trabajo en el contexto de las industrias pesadas, las líneas de ensamblaje y las cadenas de producción, sino al de cuello blanco que realizan millones de personas en oficinas, ministerios, servicios, finanzas, sanidad, universidades e incontables otras labores vinculadas de una u otra forma a la economía del conocimiento. De la especialización taylorista y la línea de ensamblaje fordista —que cambiaron la naturaleza del trabajo, pero el trabajador seguía siendo central e imprescindible— estamos pasando a una compleja red de procesos automatizados en los que la presencia humana pierde rápidamente presencia.

Tampoco me refiero al debate popularizado en tiempos recientes sobre todo por la prensa anglosajona sobre si estamos o no en vísperas de ser invadidos por un ejército de robots que se disponen a controlar el mundo y arrebatar el trabajo a las clases medias. Ese planteamiento, además de simplista, está mal enfocado. Y esconde la verdadera complejidad y los dilemas morales que implica la automatización masiva de los procesos de producción (atribuyéndole capacidad moral a las máquinas, y no a las personas que las programan; cuando Volkswagen trucó sus sistemas de control de emisiones no lo hizo un robot sin escrúpulos, sino un ingeniero que sabía perfectamente lo que hacía). Hablo, más bien, de lo que el economista estadounidense Tyler Cowen llama “inteligencia mecanizada”. Un término mucho más apto para entender el cambio que viene. Y que abarca cualquier proceso de gestión susceptible a ser codificado en instrucciones y ejecutado por un ordenador.

En los años ochenta el filósofo francés André Gorz hablaba ya de la pérdida de centralidad del trabajo. Sobre todo del físico y de su importancia en la producción. El papel del trabajo —la actividad que por antonomasia define al capitalismo—, decía, pierde incluso relevancia en relación con la explotación y la resistencia. El diagnóstico de Gorz no ha hecho más que agudizarse. Convertir el trabajo en un elemento tan periférico a la producción y el valor añadido provoca su desvanecimiento como elemento de articulación y estructuración social; los llamados mini-jobs de las generaciones más jóvenes son uno de los primeros y más visibles síntomas.

La pregunta clave es entonces: ¿cuál está siendo —o será— la respuesta política? El problema que plantea la intersección de las relaciones laborales, la producción y la innovación tecnológica por fuerza requiere de una contestación política.

A la izquierda del centro, en los partidos de los que se esperaría cierta visión y liderazgo en el tema, la respuesta ha sido sencillamente inexistente. Una falta de imaginación estremecedora que sigue anclando a esta corriente a un mundo obrero que si bien no ha dejado de existir del todo sí ha perdido buena parte de su centralidad estratégica en las relaciones laborales. Desde un Partido Laborista en Reino Unido que cita en debate parlamentario y con toda seriedad del Libro rojo de Mao (este pasado miércoles hasta un Pedro Sánchez que plantea aquí la reindustrialización del país como gran apuesta de futuro, sin aparentemente percatarse del nuevo papel de China, de las complejas dinámicas de las cadenas de suministro de la economía internacional o del corsé a las exportaciones que implica la pertenencia a una moneda única. Aunque para ser justos, Emmanuel Macron en Francia y Sigmar Gabriel en Alemania tibiamente han comenzado a abordar de manera periférica algunos de estos asuntos.

Temas como la reforma integral del sistema de patentes y de propiedad intelectual, las políticas de estado en ciencia e investigación aplicada (que tendrían que existir, qué duda cabe; especialmente en economías de tamaño medio como la española), el derecho a la privacidad en la era de la producción masiva de datos, la regulación de monopolios digitales, entre muchos más, sencillamente no se abordan desde los partidos. Y tampoco intentan responder a la gran interrogante que surge de todo esto: ¿cómo repartir la riqueza en un sistema de producción cada vez más tecnificado en el que los procesos de gestión se controlan por un grupo cada vez más reducido de personas?

Esta pregunta exige de manera urgente una respuesta articulada, no desde el razonamiento económico, sino desde la política. Con elecciones generales en tres semanas y una nueva legislatura a la vuelta de la esquina, ¿alguien en España se atreverá con un primer ensayo?

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/11/26/actualidad/1448547405_807315.html

Imagen: ep01.epimg.net/economia/imagenes/2015/11/26/actualidad/1448547405_807315_1448548094_noticia_normal.jpg

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Estados Unidos, los negros y los presos: el mal ejemplo de la guerra interna

Igual que la Argentina, Brasil, Venezuela o cualquier otro país, la sociedad norteamericana puede ser evaluada por índices ilustrativos que acompañan a otros como la desocupación o la tasa de crecimiento. Hoy ya están votando los ciudadanos que representan el 5 por ciento de la población mundial pero tienen nada menos que el 25 por ciento de los presos del mundo. Son 2.300.000, contra los 357.292 encarcelados de 1970.

Estados Unidos, los negros y los presos: el mal ejemplo de la guerra interna

Como sucedía con algunos documentales de Michael Moore (las armas y la desigualdad en “Bowling for Colombine”, el salvajismo conservador en “Capitalismo: una historia de amor”) esa realidad puede verse en Netflix con solo hacer click en “Enmienda XIII”. Es un documental de la directoria californiana Ava DuVernay recién estrenado.

“Somos el producto que eligieron nuestros ancestros, si somos blancos”, dice uno de los textos del documental. “Si somos negros, somos el producto que no eligieron nuestros ancestros.” Y agrega: “Acá estamos, todos juntos, producto de esas elecciones, y debemos entenderlo para poder escapar de eso”.

La Enmienda XIII de la Constitución de los Estados Unidos es la que consagró la abolición de la esclavitud concretada en 1865. Que alguien sea esclavo es, desde ese momento, inconstitucional. Sin embargo, añadía que la servidumbre viola la Constitución “excepto como castigo por un delito”. Una puerta abierta a la persecución.

Con la esclavitud cuatro millones de personas eran propiedad de alguien y formaban parte de la economía del sur. Cuando fueron liberados engrosaron a los arrestados por delitos menores como arrojar basura, o incurrir en vagancia. Además eran sometidos a trabajos forzosos en el ferrocarril o en otro tipo de obras públicas.

Junto a ese neoesclavismo floreció el estereotipo del negro diabólico, capaz de violar y matar. Según el documental fue clave en la construcción de ese mito la película “El nacimiento de una nación”, de D. W. Griffith, de 1915, adaptación de la novela de Thomas Dixon “The clansman”, el hombre del clan, editada en 1905. En 1998 Iron Maiden tocaría una canción con el mismo nombre en alusión a los miembros del Ku Klux Klan. “Si los ancestros pudieran escuchar lo que pasa se revolcarían en sus tumbas”, dice la letra como si leyera los pensamientos de un miembro del KKK. “Cuando llegue el momento tomaré lo que es mío/ Soy un hombre del clan.” A Griffith se le ocurrió la idea de las ceremonias donde el KKK quema una cruz en la noche, costumbre que hasta ese momento la organización no tenía y que tomó del film por su espectacularidad.

Arreciaron los linchamientos. Muchos afroamericanos huyeron del sur y se desperdigaron por el oeste, en Los Angeles, o en el Este, en Nueva York, o en Chicago.

La segregación llegó después, como una estilización de la ilegalidad. La discriminación comenzó a ser aplicada por ley. No votar. No poder ingresar a sitios públicos. No compartir la misma playa en Miami.

“Cada vez que te indignabas frente a una prohibición, por ejemplo la de entrar por la puerta principal, o cada que vez que no te dejaran votar o ir a la escuela, cargabas con un peso injurioso“, dice Bryan Stevenson, abogado y fundador de Iniciativa para una Justicia Igualitaria. En los ’50 y los’60, el movimiento por los derechos de los negros encabezado por Martin Luther King exhortaba a manifestar con un cartel sandwich que señalaba a cada lado: “Soy un hombre”.

El presidente Lyndon Johnson concedió los derechos civiles recién un siglo después de la abolición de la esclavitud. La reacción fue un estigma con este mensaje implícito: “Les damos la libertad y nos la devolverán cometiendo más delitos”. Hubo más delitos en los años ’70 simplemente porque la población había aumentado por los nacidos en la Segunda Posguerra.

En 1970 el universo de encarcelados llegaba a 357.292 personas.

“Es en esa década, en la Era Nixon, cuando el delito empieza a asociarse con la raza”, explica en el documental Angela Davis, hoy profesora emérita de la Universidad de California en Santa Cruz a sus 72 años. En los ’60 y ’70 fue dirigente de los movimientos afronorteamericanos y contra la guerra de Vietnam e integrante del Partido Comunista. Para Richard Nixon el crimen abarcaba la protesta por los derechos civiles de negros y gays y debía ser combatido con referencia a una palabra: “guerra”. Sus discursos incluían otras dos palabras: “Ley y orden”. Nixon inició otra retórica destinada a perdurar. Fue el primero que convocó a “una guerra total contra las drogas peligrosas”. Allí empezó, y no terminaría, el aluvión de encarcelados por la simple tenencia de un cigarrillo de marihuana.

Al final de la década, en 1980, la población carcelaria había trepado a 513.900 personas.

En 1982 Ronald Reagan, el presidente ultraconservador que había asumido en 1981, comenzó literalmente la guerra moderna contra las drogas en el sentido en que Nixon lo había proclamado.

Población carcelaria en 1985, 759.100 presos.

Malkia Cyril, investigadora sobre medios, dice que los negros pasan a estar cada vez más sobrerrepresentados en las noticias policiales. “Con el miedo podés justificar que se tire una persona a la basura”, dice Cory Greene, ex preso y cofundador de la ONG HOLLA. Las pandillas y sus miembros, en general chicos y adolescentes, empiezan a ser llamados “superpredadores”. Lo dice en el documental, incluso, una joven Hillary Clinton. Y lo cree una parte de la comunidad afronorteamericana que sospecha de sí misma. También lo sostiene un empresario ya famoso. Es Donald Trump, que promueve la pena de muerte para chicos presuntamente autores de crímenes violentos en un famoso caso de asesinato en el Central Park. Años después una prueba de ADN demostraría su inocencia.

“¿Quieren cuidar a los criminales más que a las víctimas?”, preguntaba George Bush padre en la campaña de 1988. “Si no quieren eso voten por mí.” Lo hicieron. Ganó, en buena medida usando el caso de Willie Horton, un presidiario que cometió un crimen mientras gozaba de una salida en libertad condicional.

 En 1990 la población carcelaria llegó a 1.179.200 personas.

Bill Clinton, que triunfó en 1992 hablando de economía, diseñó y condujo un plan masivo de construcción de cárceles mientras militarizaba las policías, incluso las rurales, y dotaba a todos los cuerpos de equipos Swat.

En el 2000 los encarcelados alcanzaron los 2.015.300. Hasta Clinton admitió que el énfasis había sido exagerado, y Hillary lo debió aceptar en un debate con Bernie Sanders.

Por detrás de estas campañas de encarcelamiento masivo estaba ALEC, American Legislative Exchange Council, un lobby apoyado por las grandes corporaciones encargado de conseguir votos para ellas y a la vez promover la venta de armas.

Uno de cada 17 hombres blancos tiene probabilidades de ser encarcelado en el curso de su vida. Para los jóvenes negros, las chances son de uno en tres. Los negros son el 6,5 por ciento de la población total pero representan el 40,2 por ciento de los presos. Son los esclavos de un Estado que hoy elegirá quién va a ejercer su jefatura en los próximos cuatro años. La única duda no es si Hillary o Trump. Nadie es capaz de saber, todavía, si la próxima presidencia terminará con la matriz perversa y menos conocida de la Enmienda XIII o la reforzará para ejemplo de los conservadores de todo el mundo.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Estados-Unidos-los-negros-y-los-presos-el-mal-ejemplo-de-la-guerra-interna-20161108-0002.html

Imagen: archivoimg.globovision.com/wp-content/uploads/2015/10/PRESOS1.jpg

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