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Invectiva contra el barroco pedagógico

 Por Gustavo Espinosa

Revista Hemiferio Izquierdo/ N°4: Educación

I- La educación como síndrome

Al parecer, la educación pública uruguaya en su situación actual, sólo puede ser referida mediante la elegía o la invectiva. Esto es: mediante discursos disfóricos donde sólo hay lugar para la catarsis, para el desborde expresivo de la nostalgia o de la ira. Ni siquiera la jerga de los burócratas que gestionan la demolición incesante logra bosquejar, sustentada en indicadores, guarismos y demagogia, un entusiasmo verosímil.

Desde hace años, el modo de devenir de la enseñanza pública, su aparición en el mundo, en el espacio público y privado (permeados ambos por la crispación bullanguera de los medios) es el de un síndrome. Propongo una enumeración incompleta y discrecional de esta sintomatología estrafalaria:

  • En primaria, hoy los niños demoran un día más la tarea de alfabetizarse para salir disfrazados de riñón, y así performar su adhesión institucional a la jornada universal de la lucha contra las enfermedades renales. Mañana se ataviarán de ballena franca o de aerosol según la efemérides que imponga el calendario provisto por el buenismo transnacional (1).

  • En secundaria, ciertos profesores de filosofía leen, y hacen que sus alumnos lean, a Gabriel Rolón y a Pilar Sordo.

  • En la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación se ofrece una Licenciatura en Turismo.

  • En marzo de 2014 comenzó a circular un documento titulado “EDUCACION PRIORIDAD DE PAIS: APORTES A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA EDUCACION GENUINAMENTE INCLUSIVA” (2) (sic). Estaba firmado por el Magister Renato Opertti, el Magister Martín Pasturino, ex Secretario Técnico del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep) y ex consejero de Educación Secundaria, y el Doctor Fernando Filgueira, efímero Subsecrtetario de Educación y Cultura, encargado de capitanear la abortada maniobra de trasplante del ácido desoxirribonucleico de la educación nacional. El documento contenía el programa preliminar de aquella operación heroica. Contenía también, como lo adelanta la errática distribución de tildes en las mayúsculas del título, tantos errores de ortografía y frangollos de sintaxis y edición como podría haber cometido uno de tantos liceales de los que los autores del documento pretendían incluir (que no alfabetizar).

Ante estas situaciones, y ante la tarea de identificar y describir un escenario o un diseño que preste sentido a su coexistencia, es comprensible que muchas de nuestras intervenciones no puedan trascender el quejido o imprecación. La posibilidad de transformar la melancolía o la furia en un desmontaje crítico, y -sobre todo- en una acción política relevante parecen obturadas. Es verdad que se ha analizado y denunciado de modo abundante y preciso que el hundimiento de la educación uruguaya (cuya sima sólo es posible imaginar en términos de decoración posapocalíptica) es la realización local de una especie de distopía global que viene funcionando desde hace décadas según ciertas políticas formuladas -y retocadas cada tanto- por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o la European Round Table of Industrialists. Se ha dicho que el núcleo simplificado de este menú de políticas educativas, que se suele referir como reformismo, es la reconversión del campo educativo -sus lenguajes, sus prácticas, sus objetivos- en mercado educativo, o (cuando esa transformación no puede llevarse a cabo de un modo radical) en un aparato auxiliar que facilite el funcionamiento del mercado, que lubrique la lógica del capital. Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha gritado y se ha escrito (3), el reformismo y sus mutaciones viene siendo sostenido por gobiernos neoliberales y posneoliberales: lo instaló la prepotencia intratable de Germán Rama durante el segundo gobierno de Sanguinetti, prosiguió durante la complicada serie de desastres que presidió Jorge Batlle, y ha seguido traqueteando en los períodos frenteamplistas. Esta continuidad ha generado inercias, ha consolidado una especie de sentido común, ha instalado una retórica y ha reclutado gestores. Estos (cooptados, seducidos, sobornados o -cuesta creerlo- genuinamente comprometidos con el discurso pospolítico) se han mostrado refractarios a todo crítica de los fundamentos del proyecto.

Por otro lado, los sujetos colectivos de los cuales podría esperarse una resistencia (un antagonismo sin consensos como se anunció alguna vez) no han podido articularla o sostenerla. Los sindicatos docentes han sido desgastados por la necesidad de llevar adelante la representación de un gremio material y simbólicamente miserabilizado. La urgencia de las reivindicaciones laborales (salario, condiciones de trabajo), la declinación de la formación profesional, y también la energía prodigada en la resolución de trabajosos antagonismos internos han menoscabado, en un plano intelectual y político, la confrontación del régimen reformista por parte los de docentes sindicalizados. Haber accedido a una representación minoritaria, testimonial e inoperante (pero también legitimadora) en los consejos de la ANEP puede leerse como un gesto de resignación al statu quo reformista, con la modesta esperanza de atenuarlo. Esta actitud reproduce la de los gobernantes de la izquierda progresista posneoliberal ante la fatalidad del capitalismo: la educación saqueada de su autonomía suele funcionar como continuidad y metonimia de la política que la diseña y la contiene.

II-Éste es el culo

Entre tanto el aparato educativo continúa ramificándose como un organismo arborescente, obeso y estéril. Prolifera en decenas de programas focalizados, planes pilotos, proyectos especiales. Se legitima en una jerga bizantina de siglas, eufemismos y tecnicismos de la sociología o el marketing. Actualiza a su personal (docente y administrativo) mediante miles de horas de cursillos y teleconferencias que corren detrás del vértigo de la obsolesencia didáctica programada. Distribuye manuales amigables y tablets. Se extiende en redes y plataformas. Ensaya, de modo siempre expresamente provisional, diseños curriculares paralelos adecuados a cada recorte territorial. Dispensa empleo a gerentes, coordinadores, animadores, tutores, referentes, inspectores, psicoanalistas, asistentes sociales, educadores sociales, coachs, y, por fin, a miles de maestros y profesores.

El modo de ser de la educación es barroco.

El término barroco, como se sabe, no sólo designa un período y una modalidad artística y literaria del S. XVII, sino también califica a cualquier obra sobrecargada y antitética, sea cual fuere la época en que emerge. Tempranamente (como ocurrió luego con el adjetivo romántico) tuvo un uso peyorativo para describir el desequilibrio, la desmesura irracional, lo incomprensiblemente fatuo. Es este uso el que pretendo actualizar aquí.

Don Francisco de Quevedo, en un soneto destinado a ofender a su odiado colega Don Luis de Góngora (uno y otro son los más grandes poetas de nuestra lengua), muestra y define este concepto de lo barroco. Este es el comienzo del poema:

Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano; (4)

Los ocho versos siguientes continúan entretejiendo un galimatías altisonante, que resultaba más hermético en aquellos tiempos, pues las palabras acumuladas son en su mayoría cultismos que tardarían en incorporarse con cierta naturalidad al castellano. La sorpresa llega, como suele ocurrir, en el remate de las dos líneas finales:

 éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.

Quevedo caricaturiza un procedimiento, típicamente barroco, de la escritura, que atribuye a su enemigo y que él también practicaba. Se trata de una hipertrofia del significante para representar un significado trivial; la poesía se rebusca y se tuerce, sólo para designar algo desproporcionadamente prosaico. Hay una inflación de la forma.

Lo que ocurre en la educación es esto mismo. La inclusión como objetivo principal y, por lo tanto, la desafiliación (palabra civil que ha venido a suplantar a la castrense deserción) como adversario vitando, determinan que la sobreabundancia sea, como se ha dicho, el rasgo que mejor resume y define la identidad de la enseñanza. Así, para extenderse se descentraliza y particulariza intentando adaptarse a cada microcontexto, y aún al lenguaje y al deseo de cada educando. Se sabe, sin embargo, que ese sistema sin centro, esa máquina proteica motorizada por la personalización, es inútil. Cualquier ciudadano, lo quiera o no, puede comprobar que cualquier alumno de cualquier subsistema aprende muchísimo menos de lo esperado. Y aún más allá de esas impresiones vulgarizadas, cuando llega la hora de las evaluaciones realizadas según los estándares del propio paradigma reformista, se cuantifica el desastre, y los resultados circulan espectacularizados con deleite por la prensa opositora. El hecho de que el aparato pedagógico uruguayo resulte ineficaz ante mediciones realizadas según criterios instituidos por su propio modelo, sugiere que ese modelo (por indeseable que sea) tampoco se aplica con idoneidad.

Lo barroco (sobrecarga y pompa formal, deficiencia de contenidos) también se verifica en otro aspecto esencial: un objetivo pedagógico -y su aplicación- que puede sintetizarse en “aprender a aprender”. Este axioma sostiene una manera intransitiva de enseñar. Lo que se propone, entonces, es la abolición del objeto del aprender. Esta concepción ya ha sido deplorada en España por los críticos de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), que desde 1990 se ha convertido en buque insignia del reformismo global:

“Una de las ideas más falaces que se plantean los pedagogos es la de si, a la hora de educar, son más importantes los contenidos que la formación. Es tan falaz como preguntarse si para fabricar un cañón se ha de comenzar por el agujero o mejor por el hierro que rodea el agujero. Forma y contenido, como la cara o cruz de una moneda, son cosas conceptualmente distintas, pero no pueden hacerse realidad por separado, igual que no puede ordenarse una habitación completamente vacía. (…) Siempre que se razona de ese modo, sale alguien diciendo, como quien dice algo muy original, que entonces no se ha de enseñar filosofía, sino enseñar a filosofar. Craso error. No se puede filosofar si no se conoce lo que se ha filosofado antes. Ni se puede ni se debe” (5).

Esta construcción ideológica, el aprender a aprender, que termina trivializándose como moda, es auspiciada por spónsors transnacionales que durante los años 1990 devolvieron fugazmente a España su jerarquía de metrópolis cultural: ciertos docentes no se refieren a tal o cual vademecum o breviario didáctico por su título o por el nombre de su autor, sino por la grifa editorial (Vicens- Vives, Santillana).

Ese vaciamiento barroco de los contenidos -que se expresa en lo formal como horror vacui – suele fundamentarse en el siguiente argumento: el carácter inestable del mundo, el vértigo del progreso científico tecnológico, las veleidades del mercado, convierten rápida y fatalmente a todo contenido curricular rígido en algo obsoleto. La educación, entonces, debe pensarse como continuidad maleable de la inestabilidad del mundo.

III-Suspensión de la continuidad

Las formas institucionalizadas de la cultura -la educación principalmente- suelen funcionar como negación (o al menos como pausa, como suspensión) de las formas no institucionalizadas de la cultura. La enseñanza formal debe proponer una detención, un hiato de desautomatización respecto de las rutinas de la existencia, permitir que el educando comience a distanciarse de ellas, las complejice, se apropie de ellas y, como sujeto, sea capaz de transformarlas.

En otros tiempos, en las emergencias históricas, en las instancias fundantes, la educación ha funcionado como instrumento político de interrupción de las hegemonías naturalizadas (y la situación actual reclama un gesto fundacional, como pareció anunciarse, sin que nadie lo creyese, mediante la metáfora del ADN). Ha ocurrido, a veces, que los grupos dominantes necesitan arrasar con lo dado, subvertir radicalmente una cultura para desarrollar instituciones o formas de producción que les permitan ejercer su dominio o aumentar su beneficio. Sostienen Marrero y Siola: “En este cuadro [el desarrollo del capitalismo] la alfabetización formal se transformó en una necesidad social para el nuevo modo de producción, la escolarización primaria en un requisito económico, mediante el cual era posible aumentar la productividad del trabajo asalariado y la ganancia del propio capital” (6). Sin embargo, es sabido que estos aparatos reproductivos del poder, pueden ser transformados, mediante conflictivos procesos emancipatorios o autonomistas, en instrumentos de crítica y de resistencia del poder. Es el caso de nuestra reforma primordial (la vareliana de la segunda mitad del S. XIX).

En un artículo de 1865, José Pedro Varela manifestaba claramente la radicalidad de su proyecto contra uno de los dioses de su tiempo, el determinismo geográfico, y contra el gaucho, ídolo instituido por una nacionalidad vacilante y en ciernes :

“Indudablemente la espléndida naturaleza de la América, sus gigantescas montañas, sus dilatadas campiñas, sus ríos y sus bosques influyen poderosamente en el ánimo de sus habitantes.

Las ideas de libertad y de poder nacen fácilmente en el hombre al contemplar esas inmensas soledades en la que es dueño y señor su voluntad, y donde nada hay que ponga una traba a su albedrío (…)

Pero, si por medio de escuelas esparcidas profusamente en nuestra campaña, se diera alguna ilustración a nuestros gauchos, sus necesidades acrecerían y con ellas la necesidad de trabajar; y si por medio de premios otorgados a la laboriosidad y a la honradez, se dignificara el trabajo, las absurdas ideas que hoy abrigan desaparecerían de su mente, y con ellas, quizá su funesta ociosidad.

No necesitamos poblaciones excesivas; lo que necesitamos es poblaciones ilustradas.

El día en que nuestros gauchos supieran leer y escribir, supieran pensar, nuestras convulsiones políticas desaparecerían quizá” (7).

La reforma educativa se proponía entonces como una operación de tabula rasa, cuyo objetivo era promover de un modo insólito -la modalidad reclamada por Rancière para la irrupción de lo político- al ciudadano ilustrado como sujeto.

Aquella intervención reformadora (diferente de las intervenciones reformistas de hoy) nos recuerda que hubo un tiempo en que se podía anunciar sin que nadie se escandalizara que el propósito de la educación -al menos el de la educación primaria y secundaria- es transmitir un repertorio de verdades. Y ese propósito no admite -para decirlo en términos de Badiou -“el consentimiento indolente a las propuestas del mundo” (8). Hoy, en cambio, los mentores y aplicadores del reformismo embanderados con la consigna de educar para la vida, no conciben la educación como una ruptura, sino como una prolongación blanda de su propio afuera. La vida parece ser concebida como un a priori inmutable, una especie de emanación metafísica de la mente de Dios. Pero la vida, según se sabe, es hoy la demanda mutante del mercado, la diversión, la oralidad electrónica de la era virtual, el hiperconsumo. Cada uno de estos componentes del tardocapitalismo global -y la interacción entre ellos- constituye y determina la existencia, que parece arreglárselas para ocurrir ciegamente, sin sentido ni historia, “por medio de una baratura general de conectividad y entretenimiento” (9), sin requerir la interrupción crítica de la educación.

Si la educación sigue siendo concebida como una extensión complaciente de este escenario, si se resigna al flujo de la opinión o el deseo y renuncia a la fijeza de la verdad, si sólo pretende ser adiestramiento softpara lo que hay, entonces hay que concluir que los responsables políticos de la educación son incapaces de querer otra cosa que gestionar un mundo de zombies competentes.

 Notas

1) “…la guía [Vestidos en el aula. Guía educativa sobre diversidad afectivo sexual] plantea otro juego para el aula, en el cual durante un día de clase los varones hagan de niñas y las niñas de varones (…) también invita a los alumnos a escuchar y leer la letra de la canción ‘A quien le importa’…” Búsqueda, Jueves 30 de junio de 2016, Pag.17

2) http://www.espectador.com/documentos/Educacion.pdf

3) Para una caracterización y crítica de estos modelos educativos, ver: «Prohibido pensar. Revista de ensayos», N° 7 Montevideo, octubre de 2015. También las Asambleas Técnico Docentes del Consejo de Educación Secundaria tienen abundante producción sobre el tema, aunque su circulación es restringida. Ver: http://blogs.montevideo.com.uy/blognoticia_51482_1.html

 4) «Contra Don Luis de Góngora y su poesía»:http://www.uruguayeduca.edu.uy/Userfiles/P0001%5CFile%5CContra%20Don%20Luis%20de%20G%C3%B3ngora..pdf

 5) Moreno Castillo, Ricardo: «Panfleto antipedagógico», http://www.ugr.es/~fjperez/textos/Panfleto_Antipedagogico_RMoreno.pdf

 6) Marrero, Nicolás- Siola, Lucía: “La crisis del capitalismo en la educación: un análisis crítico” en Prohibido pensar. Revista de ensayos, Op cit

7) Varela, José Pedro: «Los gauchos». www.geocities.ws/rtizzi/doc/varela_gauchos.doc

8) Badiou, Alain: «Segundo manifiesto por la filosofía», Buenos Aires, Manantial, 2010

9) Mazzucchelli, Aldo (editor) «Humanidades Milenio 3», Montevideo, H Editores, 2016

Tomado de: http://www.hemisferioizquierdo.uy/#!Invectiva-contra-el-barroco-pedag%C3%B3gico/nnsaa/57966c9d0cf2e808b09b1059
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La educación pide paso en las redes sociales

Por Esteve Giralt

La necesidad de promover los buenos modales en la comunicación digital pone de moda la ‘netiqueta’.

Se ha sentido incómodo al abandonar un grupo de WhatsApp al que alguien añadió sin preguntarle? ¿Ha sufrido comentarios irrespetuosos en Twitter? ¿Recibe constantemente spam de amigos y conocidos, sean fotos, vídeos o memes que no le interesan e incluso fastidian? ¿Le acechan constantes dudas al comunicarse en las redes sociales o en el entorno digital? ¿Considera que hay demasiados chistes y comentarios groseros? ¿Ha abandonado Facebook harto de excesos? ¿Siente amenazada su privacidad por la difusión de imágenes o contenidos sin su consentimiento? ¿Se siente perdido entre tanto ruido? ¿Le molestan las constantes faltas de ortografía o el alud de emoticonos?

Si ha respondido sí a alguna o la mayoría de estas preguntas, no se sienta ni un marciano ni un carca digital. Desde la propia red se están promoviendo cada vez más los buenos modales on line y hay expertos que incluso aseguran que se están poniendo de moda. No está todo perdido. Es lo que ya se ha bautizado como la netiqueta, que engloba los códigos sociales para una conducta respetuosa y educada en la red. Un concepto que surgió en Estados Unidos ( netiquette) hace casi un lustro y que se ha ido extendiendo, con incluso la aparición de guías y manuales para usuarios respetuosos.

“Son una serie de reglas para comportarse adecuadamente en línea”, resume Virginia Shea, autora de The core rules of netiquette. Se trata de códigos básicos de conducta, difundidos cada vez más en artículos, blogs o tutoriales de YouTube, y con obras ya de referencia en un campo aún por explorar ( Los buenos modales de Emily Post en un mundo digital: vivir bien en internet o más recientemente Los principios de la netiqueta).

Los consejos están impregnados de mucho sentido común e intentan poner un poco de orden en un escenario abonado tantas veces al exceso, al insulto o a los comentarios faltones, gracias sobretodo a la falta de contacto físico entre emisor y receptor y a la sensación de impunidad que produce el anonimato o los perfiles falsos. “Si en tu vida diaria das las gracias, saludas y te comportas como una persona normal, en las redes sociales tendría que ser igual. Pero la gente se desata, falta mucho sentido común”, destaca Laura Díaz, experta en social media y community manager.

Sin que emisor y receptor puedan mirarse, surgen habitualmente confusiones o mal interpretaciones, en ocasiones sólo por un matiz, por el tono del mensaje, por la dificultad de diferenciar entre la broma, la ironía o la burla. “Internet ha generado nuevas formas de comunicación emocional, nuevas posibilidades de inmediatez, pero evidentemente puede llevar a una pérdida de la relación cara a cara. Permite más fácilmente la ocultación, el disfraz o la apariencia, que también forma parte de nosotros”, sostiene Francesc Núñez, profesor en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), experto en sociología y comunicación.

“He tenido la mala experiencia, en mi faceta política, no en la personal, de haber recibido insultos. De forma directa, a mí misma, o genéricamente cuando se despotrica contra cargos electos desde casa, desde el sofá, detrás de la pantalla que protege y que alienta a decir cualquiera barbaridad. No lo llevo bien, y pienso que fuera de las redes no sería así”, explica Marina Escribano, concejal en el Ayuntamiento de Mollet del Vallès (Vallès Oriental). “Algunas personas se piensan que en la red no se las ve, tienen
la sensación de impunidad porque están con su móvil, en casa. Pero las ve mucha más gente que si estuvieran hablando frente a la puerta de casa”, dice la antropóloga Trina Milan, experta en nuevas tecno­logías.

Aunque parece que las redes sociales y la comunicación on line siempre han existido, la generalización de esta nueva dimensión relacional tiene aún poco recorrido, de apenas una década. “Son recientes. En las escuelas hay que trabajar más los contenidos e incluirlos en el currículo, como se está haciendo con la tecnología”, destaca Milan. “El gran reto del sistema educativo es enseñar la creación de contenidos”, añade.

Las situaciones comunicativas y los mensajes son casi infinitos en un entorno en ebullición en el que casi a diario aparecen nuevos formatos de comunicación on line, sobretodo a través de las redes sociales, pero también en canales más privados cada vez más generalizados, como el WhatsApp, los grupos de debate o los foros más restringidos. La expresión de emociones vividas se repite en las redes sociales, donde ya se da el pésame o se comunica la muerte de un ser querido. Entre las quejas habituales de parte de los usuarios, precisamente, el exceso de comunicaciones por intranscendentes o inadecuadas. “Internet ha potenciado la expresión de las emociones, al individuo se lo conoce más ahora por lo que siente que por lo que hace. ¿Nos vemos todos forzados o necesitamos comunicar emociones. En realidad la gente se identifica en la red a partir de sus gustos y hábitos de consumo”, expone el profesor Núñez.

Los administradores de grupos de discusión o debate, como sucede en Facebook, tienen la potestad de eliminar un determinado comentario si se considera ofensivo o restringir el acceso a un usuario de acuerdo precisamente con la buena educación y los modales. Pero no es nada fácil encontrar el equilibrio y preservar un ambiente digital respetuoso sin ser acusado de censura. “Se producen a veces salidas masivas en un grupo porque has eliminado un comentario, especialmente si era de uno de los líderes de opinión”, corrobora Díaz, adminis-tradora de varios grupos.

Facebook está intensificando precisamente el control de los perfiles falsos para evitar los comportamientos agresivos impunes. En otros canales la regulación queda en manos de los usuarios. “Me siento cómodo en los grupos de Whats­App, son muy prácticos, son una manera eficiente de trabajar en grupo. Pero, ¿y la educación? ¿Y los buenos modales? ¿Y las fórmulas de saludo y despedida? Se están perdiendo y me sabe mal”, dice Jordi Salvadó, profesor de primaria, activo en las redes.

Falta mucho aprendizaje y concienciación. “Ni redes sociales ni móviles actúan solos, es la gente. Es clave enseñar a las personas a utilizar estrategias de comunicación en la red. Es súper importante que no se obvie la importancia de la educación y la cultura en el mundo tecnológico; falta que los humanos nos adecuemos a lo que significa actuar en estos entornos, necesitamos tiempo de adaptación”, apostilla Milan.

Normas básicas de convivencia

NO ‘SPAMEAR’. El envío excesivo de mensajes o contenidos se considera de mala educación, digital. Sobretodo si son vídeos, fotomontajes o memes faltones. “Si publicas veinte veces tu último post en Twitter la gente se cansará de ti y lo mismo si te pasas el día anunciando tus contenidos en la fanpage de Facebook”, advierte Laura Díaz, community manager.

LO VIRTUAL ES REAL. No decir o hacer en la red lo que no se haría o diría en la calle o mirando cara a cara a alguien. “Hay algo en relación al ciberespacio que hace muy fácil olvidar que se está interactuando con otras personas que son reales, que no con caracteres en una pantalla, sino con seres humanos”, dice Virgina Shea, autora de referencia de la netiqueta.

MÁS HUMANIDAD. “No debes olvidar que la persona que lee tu publicación tiene sentimientos y puede verse afectado por lo que tú compartas. No es agradable herir a otras personas, aunque sea virtualmente”, destaca Shea en una “de las diez reglas básicas de buen comportamiento online”.

SABER ESTAR. Las redes sociales tienen sus propios códigos de comportamiento. No es lo mismo comunicarse en Facebook, con un tono mucho más distendido, que los expertos comparan con el de una fiesta o un acto social desenfadado, que hacerlo en LinkedIn, donde se potencian las relaciones profesionales.

SIN FALTAS.Los errores ortográficos o de sintaxis dan muy mala imagen. El uso de las mayúsculas, que se interpreta como estar gritando, está mal visto y deber quedar muy restringido.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20160803/403651487086/buena-educacion-redes-sociales-comunicacion-digital-netiqueta.html

 

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Vacaciones en el aula: más de 2.500 adolescentes van al colegio los días de descanso

Por Alfredo Dillon

Una iniciativia para evitar que los chicos estén “en la esquina”. Pasa en 64 escuelas públicas de Capital. La propuesta pedagógica incluye juegos y énfasis en los trabajos grupales.

Cierto diagnóstico suele repetir que los jóvenes no le encuentran sentido a la escuela, que nada de lo que sucede entre esas cuatro paredes les importa, y que la mayoría no ve la hora de estar fuera del colegio para hacer lo que realmente le interesa. A esas afirmaciones, que describen uno de los problemas medulares de la secundaria, se les podría contraponer una imagen, o mejor varias: las de cada uno de los 2500 adolescentes que, este invierno, eligieron seguir yendo al colegio durante las dos semanas de descanso. En la Ciudad de Buenos Aires, 64 escuelas públicas permanecieron abiertas para recibir a los chicos de 3 a 19 años con una propuesta de colonia de vacaciones. Uno de los grandes logros de esa iniciativa puede resumirse en su capacidad de llenar las aulas de adolescentes, en pleno receso escolar.

La Escuela N° 2 de Mataderos es una de las sedes de Vacaciones en la Escuela destinadas exclusivamente a alumnos de secundaria. Allí la jornada empieza a las 12 del mediodía, con talleres de danza, murga, teatro, percusión, circo y radio. Los chicos eligen uno y lo comparten con compañeros de todas las edades (de 13 a 19 años). A las 13 se hace el saludo de bienvenida y a las 13.30 arranca el almuerzo, siempre acompañado con alguna consigna o juego pedagógico. Después de la comida, los chicos se dividen por edades y trabajan en un proyecto a lo largo de las dos semanas. La propuesta de este año, decidida en conjunto por los profesores de la sede, es “Soñar con responsabilidad”.

“La idea es aprovechar el espacio de la colonia para que los chicos puedan pensar su proyecto de vida, darles herramientas para que puedan decidir y que sean capaces de elegir lo que más les guste”, cuenta Larissa Barreto, coordinadora de la sede Mataderos. Ese eje –soñar de manera responsable– se “baja” de manera diferente en cada grupo de edad: los más chicos lo trabajan por medio del juego, mientras que los más grandes participan de tareas de reflexión y debate grupal. Muchos de ellos ya habían asistido a la colonia de verano, en la que los sueños y los proyectos también habían sido el corazón del trabajo con los adolescentes.

Las actividades incluyen visitas al Parque de la Ciudad (donde los chicos hacen kayak y tirolesa), natación, juegos deportivos y actividades culturales como visitas a museos y salidas al cine. La propuesta contempla la realidad de muchas alumnas que son mamás: algunas sedes incluyen guarderías con docentes que cuidan a los bebés, para que ellas también puedan participar de la colonia. «Nos cuidan a los bebés, les dan la leche, y nos proponen juegos. Está bueno porque aunque tengamos hijos, seguimos conservando el espíritu adolescente«, dice Ayelén (19), mamá de una nena de dos años.

Colonias publicas en vacaciones de invierno. / GERMAN GARCIA ADRASTI

“Muchos de estos adolescentes no han jugado cuando eran chicos; no han tenido tiempo porque tenían que cuidar a sus hermanos menores y después a sus hijos. Acá recuperan esa posibilidad de jugar y de aprender divirtiéndose”, afirma Ricardo Benítez, coordinador general del programa Vacaciones en la Escuela, que depende del Ministerio de Educación porteño.

“La colonia tiene un eje pedagógico que busca potenciar en los adolescentes habilidades para la vida, que después los ayuden a transitar el sistema educativo formal. Hacemos un énfasis especial en el trabajo en equipo, lo grupal, el liderazgo. La colonia funciona también como un espacio de pertenencia y de socialización, de construcción de nuevos vínculos”, explica Benítez.

En la Escuela N° 2 de Mataderos –ubicada justo en la entrada de la Villa 15, muy cerca del Elefante Blanco– la colonia tuvo un rol clave para superar una rivalidad histórica entre los chicos de Ciudad Oculta y los del barrio INTA, separados entre sí por unas pocas cuadras. “No era nada fácil juntar a los chicos de esos dos barrios. En la colonia, a partir del trabajo sobre lo grupal y el respeto se logró superar la rivalidad territorial. Muchos chicos se hicieron amigos entre sí y ahora se visitan durante el año, los del barrio INTA van a jugar al fútbol a Ciudad Oculta. Antes eso era impensable”, recuerda Larissa.

Las puertas abiertas de la escuela pública formulan una invitación: a aprender, a proyectar, a no quedarse afuera. Gracias a esa invitación, muchos adolescentes se encuentran en el patio y no en la esquina; se reúnen para participar juntos de actividades con sentido, pensadas especialmente para ellos, que los desafían y les enseñan y los divierten: todo a la vez, quizás un poco a contramano de lo que sucede en esas mismas aulas el resto del año. Benítez sintetiza la experiencia de la colonia pública como una “reconciliación” con el sistema educativo: “El vínculo con el colegio se armoniza a partir de la colonia. Después de pasar por acá, los chicos se amigan con la escuela”.

“Hacés buenos amigos y jugás con los profes”

En el cole. Evelyn Bogado (16), Franco Vega (18), Ezequiel Martínez (16) y Zaira Tijera (16). GERMÁN GARCÍA ADRASTI

Franco Vega (18), Evelyn Bogado (16), Ezequiel Martínez (16) y Zaira Tijera (16) se conocieron en Vacaciones en la Escuela. Durante el año van a colegios diferentes –dos de ellos son de Ciudad Oculta y los otros dos, del Barrio INTA–, pero todos los inviernos y veranos se reencuentran en la colonia gratuita del Ministerio de Educación de la Ciudad.

¿Qué es lo que lleva a un adolescente a elegir ir a la escuela en vacaciones? “Acá hacés buenos amigos. Hasta jugás con los profesores”, explica Ezequiel. “En la colonia hablamos de la vida, reflexionamos sobre el futuro y podemos ser tal cual somos”, dice Zaira, y agrega que “muchos chicos deciden venir para no estar en la esquina sin hacer nada”.

“Acá aprendés a compartir y a resolver los conflictos sin pelear”, dice Evelyn. Franco evalúa: “A los chicos que tienen alguna adicción también les sirve para distraerse”. Zaira, futura socióloga, resume: “En la escuela aprendés con el libro; en la colonia, con el juego”.

Para jóvenes de Capital y Provincia

El programa Vacaciones en la Escuela funciona desde hace más de 15 años en la Ciudad de Buenos Aires, para chicos de 3 a 19 años. Según pudo saber Clarín, en la mayoría de las provincias no hay iniciativas similares que estén abiertas a los adolescentes: las colonias escolares suelen abarcar hasta los 12 años, y en muchos casos funcionan solo en vacaciones de verano.

En provincia de Buenos Aires funciona el programa “Patios Abiertos”, donde los alumnos (de 5 a 21 años) realizan actividades recreativas, artísticas y deportivas, acompañados por docentes de las diferentes disciplinas.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Vacaciones-adolescentes-colegio-dias-descanso_0_1621038083.html

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Nanopartículas “reportero” liberan fármacos en tumores e informan de su eficacia

10 de agosto de 2016 / Por: Anabel Paramá Díaz / Fuente: http://www.tendencias21.net/

Permiten determinar en tiempo real si los tratamientos contra el cáncer funcionan o no.

Un grupo interdisciplinar de investigadores ha diseñado unas nanopartículas (partículas de tamaño nano) que liberan fármacos en los mismos tumores y además permiten determinar, a tiempo real, si ese tratamiento es eficaz o no. De momento ha sido probado en ratones con resultados muy prometedores.

La palabra cáncer va asociada en muchos casos, afortunadamente, a una lucha y recuperación de dicha enfermedad. A veces porque el diagnóstico se ha realizado a tiempo, otras porque el tratamiento proporcionado ha sido el óptimo para su eliminación.

La comunidad científica es unánime al determinar que el fracaso de la terapia frente al cáncer es una de las principales causas de mortalidad. Poder detectar de forma temprana la efectividad de un tratamiento es, por tanto, vital. Algo que puede tener un efecto significativo en el resultado final de tratamiento y, por tanto, en la calidad de vida del paciente.

Hay que añadir que la respuesta de los tumores a un tratamiento de quimioterapia se determina mediante técnicas de medidas anatómicas directas: tomografía computacional y resonancia magnética, entre otras. El problema es que estas técnicas carecen de sensibilidad o especificidad, de manera que no permiten evaluar la respuesta de una forma temprana. Y estas lecturas no siempre son fiables.

Nanopartículas contra el cáncer

Ahora, un grupo de investigadores de Estados Unidos (Harvard Medical School, Boston) e India (National Chemical Laboratory), ha diseñado nanopartículas que presentan una doble función. Por un lado, aportan el tratamiento quimoterápico o inmunoterápico al tumor y, por otro, aportan información sobre la eficacia del tratamiento a tiempo real.

Estas nanopartículas portan fármacos contra el desarrollo de tumores y, además, se iluminan con luz fluorescente cuando las células cancerígenas empiezan a morir.

Esto permitirá a los médicos monitorizar los efectos del tratamiento del cáncer en un plazo de 8 horas, y poder saber exactamente qué tumores están respondiendo al tratamiento y cuáles no, desde el inicio de dicho tratamiento y sin que haya que esperar un tiempo que puede ser de vital importancia para el paciente.

El uso de nanomateriales en medicina

La ciencia ha mostrado importantes avances en el campo de lananomedicina en los últimos años. Entre ellos destacan el desarrollo de nanomateriales que se emplean en la administración de fármacos frente a enfermedades como el cáncer, para que el tratamiento resulte más eficaz.

Sin embargo, no existen nanomateriales que combinen una doble función: la de mostrar mediante imágenes la eficacia de un tratamiento determinado y la de ejercer actividad terapéutica. Un sistema dual denominado técnicamente tratanóstico o teranóstico. Las ventajas que ofrece este sistema son, como ya dijimos, la monitorización in vivo.

En base a esto, los investigadores responsables de este estudio han desarrollado una nueva estructura polimérica denominada “nanopartícula reportero” dos en uno, ya que por un lado responde y por otro se estimula.

Esta nanopartícula está constituida por un esqueleto formado por un agente quimioterápico o inmunoterápico citotóxico y un elemento que se activa enzimáticamente, elaborado a partir de un colorante fluorescente.  Expliquemos un poco el proceso de funcionamiento de este complejo sistema.

Funcionamiento de las nanopartículas

Cuando se produce la muerte de las células cancerígenas se activa una proteína denominada caspasa. Este fenómeno celular hizo que los investigadores pensaran en incluir, en la nanopartícula, una molécula fluorescente inactiva. De tal manera que, cuando esta nanopartícula está en presencia de la caspasa, la molécula fluorescente se activa.

Estas partículas “reportero” fueron inyectadas en el torrente sanguíneo de ratones enfermos de cáncer. Una vez allí, las nanopartículas comienzan a rodear al tumor e inician la liberación del fármaco. Esto provoca el comienzo de la destrucción de las células cancerígenas y la consiguiente activación de las caspasas. Esta activación, a su vez, produce la iluminación de la molécula fluorescente que brilla bajo la luz infrarroja.

Todo ello permite distinguir entre aquellos tumores que son sensibles al tratamiento y aquellos que son resistentes al mismo, in vivo. Y esto podría saberse en tan solo 8 horas después de dicho tratamiento. Algo que con los métodos actuales (como la exploración de tomografía por emisión de positrones, tomografía computarizada y la resonancia magnética) sólo puede determinarse cuando el paciente ha recibido múltiples ciclos de tratamiento.

Además, las nanopartículas creadas pueden ser empleadas para detectar la inhibición que, en ocasiones, el propio sistema inmune del paciente realiza sobre el tratamiento. En base a ello, las nanopartículas diseñadas tienen capacidad para entregar eficazmente un agente quimioterápico o un inhibidor inmunológico a una célula cancerosa (inhibidor checkpoint).

Inhibidor checkpoint

Una función importante del sistema inmune es su capacidad para diferenciar células normales del organismo de aquellas que son “extrañas”, lo que le permite atacar sólo a éstas últimas.

Para poder hacer esto, el sistema inmune utiliza checkpoints, que son moléculas de ciertas células inmunes que necesitan ser activadas o inactivadas, según el caso, para que se inicie la respuesta inmunitaria.

Las células cancerígenas, en ocasiones, encuentran caminos que utilizan estos checkpoints, lo que les permite evitar ser atacadas por el sistema inmunitario. Así, los fármacos que tienen como objetivo atacar estoscheckpoints se consideran una gran promesa para ser empleadosen  tratamientos anticancerígenos.

Futuras mejoras

La presente investigación, como vimos antes, ha sido realizada en ratones. Por lo tanto, serán necesarias pruebas de seguridad y eficacia antes de que esta técnica pueda tener aplicabilidad clínica. Pero el hilo conductor ya está establecido, ahora “sólo” será necesario su adaptabilidad al ser humano.

Los siguientes pasos incluyen rediseñar estas nanopartículas empleando materiales y colorantes aprobados clínicamente y que posibiliten un seguimiento fácil. Sin ninguna duda, estos materiales deben de carecer de toxicidad para los humanos.

Aquí es donde radica uno de los principales problemas, pues los colorantes empleados suelen ser tóxicos y deben ser eliminados con rapidez. En cambio, el medicamento necesita un tiempo de actuación. Conjugar estos dos aspectos es sumamente complejo.

Sin embargo, el enfoque de este estudio de poder detectar la presencia o ausencia de eficacia de un fármaco a tiempo real es realmente importante, pues existe la enorme necesidad de personalizar las terapias frente al cáncer para poder ser más eficaces y poder ganar la batalla a este tipo de enfermedad tan dura y cruel.

Referencia bibliográfica:

Kulkarnia A, Raoa P, Natarajana S, Goldmana A, Sabbisettic VS, Khatera Y, Korimerlaa N, Chandrasekara V, Mashelkard RA y Senguptaa S. Reporter nanoparticle that monitors its anticancer efficacy in real time. PNAS (2016). DOI: 10.1073/pnas.1603455113/-/DCSupplemental.

Fuente artículo: http://www.tendencias21.net/Nanoparticulas-reportero-liberan-farmacos-en-tumores-e-informan-de-su-eficacia_a42763.html

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Hablemos de buenos profesores

10 de agosto de 2016 / Por Josefina Santa Cruz / Fuente: http://opinion.cooperativa.cl/

Varios estudios, como Barber & Sanders 2007, sugieren que una de las variables de mayor impacto predictivo en la calidad del aprendizaje de los estudiantes es la calidad de sus profesores. Pero, ¿qué hace que un profesor sea bueno?

Lee Shulman, uno de los sicólogos educacionales más importantes de nuestro tiempo, relata el caso de Nancy, una profesora de literatura que deslumbró a los investigadores que observaban sus clases. Shulman compara a Nancy con el director de una orquesta porque era capaz de liderar a un grupo diverso, los estudiantes, hacia un objetivo común, el aprendizaje. En sus clases, Nancy demostraba tener un profundo conocimiento de su disciplina. Además, adaptaba flexiblemente su metodología según la complejidad del contenido, las circunstancias y las capacidades de sus estudiantes.

Para enseñar como Nancy, hace falta dominio de la materia que se enseña y de un amplio espectro de estrategias de enseñanza. Se necesita, también, conocer a los alumnos para ofrecerles a todos—y no solo a los mismos de siempre—diferentes modos de acceder al currículum. Para tener el manejo de grupo y la flexibilidad metodológica de Nancy se requiere mucha práctica en diversos contextos.

Las Facultades de Educación tenemos la enorme responsabilidad de formar profesores con estas capacidades. Eso supone, entre otras cosas, un muy buen diseño curricular, que conecte teoría y práctica, tal como ocurre en la formación de los médicos, donde un experto, tanto en teoría como en  práctica, le enseña a un novato, en la Universidad y al lado de la cama del paciente.

Enseñar es una actividad que requiere de alta experticia porque no se trata de enseñar sólo a quienes aprenden sin dificultad, sino a todos los niños con sus diferentes capacidades. Mientras mejor es un médico, más capaz es de sanar incluso a los pacientes difíciles; lo mismo sucede con los profesores. Hablemos más seguido de cómo son los buenos profesores y tomemos creciente conciencia de que enseñar en la escuela es una tarea “no natural”; requiere estudio, trabajo, práctica e innovación, y esto supone una inversión de recursos.

Podemos empezar por mirarnos al espejo con mayor objetividad. De acuerdo a la encuesta TALIS de la OECD que estudia el aprendizaje y la enseñanza, un 90% de los más de 1.000 profesores chilenos encuestados cree que ayuda a sus estudiantes a pensar críticamente, y un 95% está satisfecho con su trabajo. Estas altas cifras se contraponen a los resultados académicos que obtienen los estudiantes chilenos en pruebas estandarizadas.

Si bien los resultados de Chile en la prueba PISA 2012 mejoraron respecto del 2006, todavía nos encontramos significativamente por debajo del promedio de la OECD. La situación es todavía más grave cuando consideramos el bajo porcentaje de alumnos que alcanza los dos niveles superiores de comprensión en cada una de las pruebas:1,6% en matemáticas; 0,6% en comprensión lectora; 1% en ciencias y 2% en solución de problemas.

La satisfacción que los profesores sentimos por nuestro trabajo no debiera estar desconectada de los resultados de nuestros alumnos. Por el contrario, si la enseñanza es lo central de nuestra tarea, entonces el aprendizaje es un factor muy importante al evaluar nuestro desempeño. Tenemos un desafío grande como país de formar profesores en la Universidad y en servicio, que sean expertos en enseñar a todos y que apliquen con responsabilidad lo que la investigación en nuestra disciplina nos ha enseñado.

Necesitamos profesores que ofrezcan suficientes andamios (Vygotsky, 1978) que “afirmen” a nuestros niños mientras ganan autonomía y dispuestos a dar un paso atrás cuando la consigan.

Necesitamos profesores que presenten maneras de acercarse al conocimiento tan diversas como las múltiples inteligencias (Gardner, 1983) de nuestros estudiantes.

Necesitamos profesores que inviertan tiempo en activar los conocimientos previos que servirán de ancla para los nuevos aprendizajes (Kintsch y Kintsch, 2005).

Necesitamos profesores que conozcan prácticas pedagógicas para fomentar el debate y de esta manera motivar la participación y agudizar el pensamiento crítico de los estudiantes (Hake, 1998).

Necesitamos profesores capaces de construir preguntas que conduzcan a niveles más profundos de comprensión (Wilhelm, 2014).

Necesitamos profesores que no pierdan de vista el mundo real y respondan con soltura la temida pregunta, ¿para qué me va a servir esto en la vida? (Perkins, 2014). Más importante aún, necesitamos profesores tan entusiasmados como Nancy y que contagien su pasión tanto a profesores como a alumnos.

Creo firmemente que estudiantes y profesores podemos mucho más. Los docentes que han tenido buenos resultados en escuelas vulnerables lo saben bien. Aprendamos de sus buenas prácticas, hablemos más seguido sobre buenos profesores y los aprendizajes que ellos promueven. Probablemente, esta es la conversación que extrañan los padres de niños en edad escolar, con independencia de si sus hijos asisten a un colegio particular pagado, subvencionado o municipalizado.

Fuente artículo: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/hablemos-de-buenos-profesores/2016-04-19/102020.html

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La pluma es el lenguaje del alma

10 de agosto de 2016 / Por: Augusto Costa Zabaleta / Fuente: http://www.cronica.com.ec/

La poesía, que se cataloga en un plano o nivel superior, que a raudales de delicadeza y profundidad de la esencia humana, expresa la potencialidad intelectiva del ser, de la concepción e inspiración artística y conceptual de la palabra.

En la composición del genero lírico, épico o trágico; es la poesía la expresión dilecta de la belleza por medio de la palabra, del lenguaje, con originalidad, exquisita sensibilidad, elevación de sentimientos y expresión en verso y prosa; manifestación sublime de indefinible encanto que halaga y suspende el ánimo, elevándolo al infinito mundo de ensueño y del éxtasis.
La poesía tiene la magia de sublimizar y levantar el ánimo, transformando las apariencias de las cosas, a los deseos del corazón, al apetito de lo imaginable, y al ensueño de lo bello; por este portento, a la poesía podemos conjeturarla como un portentoso pensamiento musical, por ello no existe ningún genio creador sin la sublime poesía en sus raíces; la pluma es el lenguaje del alma, porque exterioriza sus vivencias, el alma de las cosas, lo entrañable del sentimiento.
Todos los enigmas sagrados y eternos, los pasajes divinos y anhelados, los deseos consagrados, son la piel y vida del poeta; por que la poesía entraña el espíritu, desbordado de sus cauces cautivantes, es la imaginación del pensamiento; la poesía escrita, en los versos entrañables, es un libro admirado, la verdadera poesía se patentiza en las cosas más simples, en la vida de cada ser, porque ella se eleva a la cumbre de la existencia, y se consagra en la vivencia del ser, no se puede ser un buen poeta, sin ser un buen hombre, un loco apasionado por todo lo bello y misterioso, subyugado por la existencia misma.
Los poetas, seres admirados, laureados e inmortalizados, patentizan la sabiduría y la inspiración congénita, iluminados por la perfección de la naturaleza y la esencia del género humano, para embellecer, idealizar y sublimizar la existencia de la humanidad, en su perpetuidad, por el sendero de la peregrinación eterna, en la conciencia de su espíritu, en el paradigma de la libertad, y en libre albedrio, de la responsabilidad; si el filósofo es un pensador, para ser poeta se requiere una especial genialidad, es menos tedioso pensar a profundidad, que descifrar  la profundidad del pensamiento. (O).

Fuente noticia: http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/14520-la-pluma-es-el-lenguaje-del-alma

Foto: http://www.inspirulina.com/wp-content/uploads/15.jpg

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Universidades y paz

10 de agosto de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/

Al sistema educativo le llegó la hora de asumir el desafío de asomarse a la nueva ciencia, al nuevo humanismo y a la nueva ética planetaria, de una manera novedosa y eficaz.

Las universidades tienen el desafío mayor del posconflicto. Les corresponde formar a los nuevos ciudadanos para la paz, el desarrollo, la equidad y la sostenibilidad. Al sistema educativo le llegó la hora de asumir el desafío de asomarse a la nueva ciencia, al nuevo humanismo y a la nueva ética planetaria, de una manera novedosa y eficaz. Integrar la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con la agenda 2030 del posconflicto. Atreverse a mirar hasta el 2050. Preguntarse por el modelo de desarrollo que queremos. Incluir en todas las asignaturas y en todos los programas las metas globales en las que está comprometida Colombia, y aterrizarlas en las regiones para concretar las acciones de la paz territorial, el desarrollo local, las nuevas ciudadanías y, por supuesto, la transición de las economías locales hacia modelos verdaderamente sostenibles. Energías renovables, modelos de producción y consumo que privilegien lo local, estilos de vida sostenibles. Esta colosal tarea debe abarcar la formación desde los pregrados, la investigación para la generación de nuevos conocimientos aplicables a los cambios que hoy demanda la sociedad, y la extensión para articularse con los sectores eje del desarrollo: las empresas, las instituciones, los gobiernos locales, los ciudadanos organizados.

El Ministerio de Ambiente, por ejemplo, debería liderar el diálogo con las universidades sobre la nueva educación para la sostenibilidad, integrando las metas del Acuerdo de París sobre mitigación y adaptación al cambio climático con las necesidades de transformación de los sectores productivos. Y así, cada uno de los ministerios podría hacer lo propio desde su sector. ¿Se necesita un nuevo ente coordinador para la educación del posconflicto? Y algo más, entender que el desafío nos involucra a todos y no simplemente al Gobierno central. Las universidades deben reinsertarse en el país.

Propongo dos ideas para empezar: que se instale un diálogo de tipo permanente entre rectores sobre Agenda 2030, educación y posconflicto. Que las universidades lideren un proceso nacional orientado a examinar el desafío de la educación superior frente a la construcción de una nueva sociedad.

Y otrosí: para pensar en los niños de esa nueva sociedad, conviene ver la educación de Finlandia.

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/universidades-y-paz-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16664671

Foto: https://1.bp.blogspot.com/-AIYwrNRLbFI/V6kzGOK4svI/AAAAAAAAFpU/naz44zHJsisv3RRQI67RtkXVWrWhbnT4QCLcB/s1600/paz-2.jpg

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