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El escritor y semiólogo, autor de “El nombre de la rosa”, habla del libro impreso, la semiótica, la filosofía y la traducción.

RedEducativaMundial(REDEM)/Por: Eric Fottorino

Cuando se dice “Umberto Eco”, ¿de quién se habla: de un escritor, de un semiólogo? “Yo estudié filosofía. Por lo tanto me considero un filósofo, sobre todo porque considero que la semiótica es la única forma de filosofía posible en este momento – todo el resto es literatura”, se define a sí mismo, y provoca, el autor de El nombre de la Rosa y El péndulo de Foucault, nacido en Italia en 1932. Y enseguida refiere a su otra vocación, la literatura: “Yo soy un filósofo que hace filosofía de lunes a viernes y que, los fines de semana, escribe novelas… desde la edad de 48 años”.

Es un joven novelista… La editorial de Harvard va a publicar conferencias que di en Atlanta sobre la forma en que escribo. El título es Confesión de un joven escritor . Sí, me considero un joven escritor de 30 años.

En una entrevista afirmó: “Internet es el escándalo de una memoria sin filtro, donde no se distingue el error de la verdad”.

En el futuro, la educación tendrá como objetivo aprender el arte del filtro . Ya no hace falta enseñar dónde queda Katmandú o quien fue el primer rey de Francia, porque eso se encuentra en todas partes. En cambio, habría que pedirles a los estudiantes que analicen quince sitios para determinar cuál es para ellos el más confiable. Habría que enseñarles la técnica de la comparación .

En 2010, publicó “Nadie acabará con los libros”, con Jean-Claude Carrière (Lumen). Si leí bien, hay un objeto de perfección que es el libro, el libro de papel tal como lo conocemos. ¿Por qué? Es hasta el momento la manera más segura de conservar y transmitir la información. Por tres razones. En primer lugar, creo que es el más práctico para leer, aunque ahora haya jóvenes que dicen: “No, yo leo mejor en el iPad”. Después, está el amor por el objeto. Si voy a mi sótano y veo mi “Pinocho” de cuando tenía 8 años y en el que había escrito cosas, me vuelven emociones que no encuentro en un disco que contiene el texto de Pinocho. Por último, teniendo en cuenta mi edad y si hubiera existido, no podría recuperar el disco de Pinocho porque se habría desmagnetizado. Eso es un problema: las computadoras cambian tanto que no sabemos cuál es la vida útil de un disco… ¿Considera que el saber y el conocimiento siempre se difundirán a través de lo escrito, o que en cambio la cultura de la velocidad, la de Internet, terminará afectando nuestra capacidad de juicio? Creo que es necesario restablecer una cultura de monasterios, que en algún momento –yo ya me habré muerto, quizá– los que sigan leyendo tendrán que retirarse a grandes falansterios, al campo quizá, como los Amish de Pensilvania. Allí, se conserva la cultura y el resto, que flote como pueda flotar. Con 6 mil millones de habitantes en el planeta, no se puede pretender que haya 6 mil millones de intelectuales. Debemos ser un poco aristócratas desde ese punto de vista.

¿En qué cree usted hoy? ¿En la escritura, en los libros, en la cultura? En el punto de interrogación. En la investigación. Mire, los primeros, en el siglo XIX, que tomaron en serio el espiritismo no fueron los místicos sino los hombres de ciencia. Encontré a matemáticos y lógicos que de noche iban a hacerse leer las líneas de la mano. Cuanto más se desarrolla un trabajo científico, más se necesita otra cosa. Hay políticos que piden su horóscopo. Bush por ejemplo… ¿En Italia también? Actualmente, prefieren salir con chicas jovencitas.

¿Qué relaciones tiene con las traducciones de sus libros a otros idiomas, en la medida que, precisamente, usted habla esos idiomas? En lo posible, trabajo mucho con mis traductores. Pero hay que confiar. Es imposible seguir todo. Para cada libro, envío siempre a los traductores un legajo muy rico donde aclaro que una palabra o una frase determinada es “una alusión a”, que se podría decir de tal o cual manera. Por ejemplo, en La isla del día de antes (Editorial Lumen), todos los capítulos tenían el título de un libro del siglo XVII. Y esos libros existían en todas partes. Entonces les di la lista a los traductores.

Es lo que usted quería decir al escribir ese libro que se titula “Decir casi lo mismo” (Editorial Lumen). ¿Lo que importa es el “casi”? No, lo que importa es el “casi”, el “decir” y “lo mismo”. ¿Qué es lo que se traduce? ¿La superficie literaria o el sentido profundo? Un ejemplo trivial: hay un personaje imbécil que hace un juego de palabras, una ocurrencia que demuestra lo imbécil que es. El problema no es traducir ese juego de palabras literalmente, sino encontrar un juego de palabras imbécil en su propio idioma. En ese caso, lo importante no es el juego de palabras, sino el hecho de que el tipo es un imbécil.

¿Ya sintió la tentación de escribir en otro idioma que no sea el suyo? Sí, he escrito muchos ensayos en inglés. Directamente en inglés. Sucede vez más. Todos los científicos escriben en inglés.

TRADUCCION CRISTINA SARDOY

Por Por Eric Fottorino
Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/educacion-debera-ensenar-comparar-Web_0_352764926.html

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Maestros al volante

Frecuentemente escuchamos decir en nuestras ciudades que tenemos “la flota de taxistas y de vendedores mejor educados”. Justamente, hace un tiempo en Lima, un amigo taxista decía, no con poca picardía: “¡pero Doctor, si aquí los taxistas estamos más cultivados que un yogurt!”.

Y las estadísticas confirman que a ese amigo no le falta razón.  En Perú, la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) revela que el 25% de los trabajadores cuya ocupación es “conductores de vehículos motorizados”  cuenta con estudios terciarios, concluidos o no. ¿Es necesario tanto estudio para ser conductor? Bueno, entre los conductores que tienen estudios terciarios, uno de cada cuatro estudió mecánica. Es posible argumentar que en este caso los estudios y la ocupación están alineados. Pero, ¿cuál es la segunda profesión más común entre los conductores con estudios terciarios? De la respuesta a esta pregunta se trata precisamente esta entrada de blog conmemorativa del Día Internacional del maestro. Uno de cada siete conductores de vehículos motorizados con estudios terciarios pasó por una facultad de pedagogía.

No lo dijimos explícitamente, pero el párrafo anterior se refiere solo a trabajadores hombres. ¿Qué pasa con las trabajadoras? La ocupación “comerciante” acoge a muchas mujeres trabajadoras calificadas en diversas ramas, dentro de ellas la más común es enfermería. Y esto de alguna manera puede explicarse porque muchas enfermeras trabajan en farmacias. Pero, ¿cuál es la segunda profesión más común entre las comerciantes con estudios terciarios? Nuevamente: la docencia. Una de cada cinco comerciantes con estudios terciarios pasó por una facultad de pedagogía.

Miremos esto desde otro ángulo. ¿Cuántos trabajadores, de ambos géneros, que estudiaron pedagogía  se desempeñan hoy en ocupaciones distintas a las del sector educativo (profesores, directores, auxiliares, etc.)? Este dato es quizás el más sorprendente: uno de cada dos.

Pero, ¿por qué una persona que estudia pedagogía decide después dedicarse a una actividad distinta a la educativa? Para esto le hicimos preguntas adicionales a la ENAHO.  ¿Será porque en esas otras ocupaciones tienen mayores ingresos? No, los ingresos no son mayores, ni medidos en términos mensuales ni por hora trabajada. ¿Será porque en otras ocupaciones consiguen mejores condiciones laborales? No, tanto la afiliación a un sistema de pensiones como la probabilidad de recibir gratificaciones en julio o diciembre es menor entre los que se dedican a otras actividades.

Los datos de ENAHO también nos dicen que un grupo importante de los trabajadores de 60 años o más cae dentro de este grupo de personas que estudiaron pedagogía, pero trabajan en otras ocupaciones. Es probable que dentro de este grupo de trabajadores algunos ya hayan ejercido como profesores y se hayan jubilado para luego dedicarse a otras actividades. Pero otro mensaje que se desprende de los datos es que esta discrepancia estudios-ocupación es cada vez más marcada entre los más jóvenes. La expansión reciente de los estudios terciarios ha llevado cada vez a más gente a estudiar pedagogía, pero no todos terminan desempeñándose como profesores.

Son muchos los que pasaron por la educación terciaria en pedagogía y se desempeñan en ocupaciones no afines a su educación. Esto nos afecta a todos pues, como sociedad, estamos invirtiendo en la formación superior de un grupo importante de futuros profesores. De hecho,  el Censo Universitario del 2010 revela que más de 50 mil jóvenes estudian pedagogía. Si la tendencia se mantiene, la mitad de ellos no utilizará la formación recibida y se desempeñará en ocupaciones diversas. ¿Es este el mejor uso de los recursos? ¡No estamos para esos lujos!

¿Qué se puede hacer?

  • Elevar los estándares de admisión. Pedagogía es una de las carreras más populares entre los jóvenes. Una razón para ello es la relativa facilidad con que se puede ingresar a ella en la universidad o en los institutos pedagógicos. Por ende, elevar los estándares de admisión puede ser un camino.
  • Informar mejor a los jóvenes. En años recientes se ha mostrado que los jóvenes toman decisiones sobre sus carreras y futuras ocupaciones con muy poca información. Contar con información apropiada en el momento adecuado puede ser útil para todos. Aquí (solo en inglés) un buen ejemplo de ello a partir de un estudio hecho por nuestros colegas del BID.
  • Mejorar la oferta académica de las facultades de pedagogía. Algo debe estar pasando en las facultades de pedagogía, si solo la mitad de quienes ingresan sale desempeñándose como profesor. Sobre esto estamos trabajando actualmente. Tendremos más novedades pronto.
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El poder de las habilidades socio-emocionales

Recientemente, leí un estudio nuevo y fascinante publicado por la OCDE: Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills (2015). Este estudio sustenta empíricamente mucho de lo que he estado escribiendo en entradas pasadas y provee un material considerable para la reflexión. Esta entrada resume algunos de sus hallazgos más importantes.

Como dijo el ganador del Nobel, James Heckman: Las habilidades generan más habilidades. Las habilidades diferentes tienen distintos impactos en diversos resultados.

Desde una perspectiva transnacional, tres habilidades socio-emocionales (aquellas asociadas con capacidades de cumplir metas, trabajar con otros y manejar emociones) mejoran más consistentemente los resultados sociales y económicos. Estas habilidades están estrechamente relacionadas con las cognitivas, y el éxito en la vida y en la escuela demandan de ambas. No puedes tener una habilidad establecida sin la otra. Las habilidades cognitivas pueden introducirte a una buena universidad o un buen trabajo, pero las habilidades socio-emocionales son las que te mantienen en la carrera y te ayudan a alcanzar la satisfacción en la vida.

Resulta difícil deshacer la relación entre las habilidades cognitivas y las socio-emocionales. Es aquí donde el reporte realiza contribuciones innovadoras. Hay una realmente interesante: las habilidades socio-emocionales pueden activar las habilidades cognitivas. Por ejemplo, en Corea, un niño en el decil más alto de habilidades socio-emocionales es de 7 a 8 puntos más productivo en generar futuras habilidades cognitivas que su igual en el decil más bajo. Mientras más alto es el nivel de habilidades socio-emocionales a los 14 años de edad, mayores son las ganancias en sus habilidades cognitivas y socio-emocionales a los 15 años. Los niveles actuales de las habilidades socio-emocionales (en este caso, en los muchachos de 14 años en Corea) tienen más peso que los actuales niveles de habilidades cognitivas en el desarrollo de futuras habilidades cognitivas a la edad de 15 años. “Los muchachos que son más seguros de sí mismos, responsables y creyentes en su capacidad de influenciar el futuro son más propensos a alcanzar niveles académicos más altos que aquellos que ya son inteligentes de por sí”(página 74).

Las habilidades socio-emocionales generan resultados a lo largo de un gran número de dimensiones (académica, social, económica) si se forja el comportamiento y el estilo de vida. Tiene sentido. Miremos de nuevo lo académico: Las habilidades socio-emocionales se aprovechan de las capacidades cognitivas permitiendo a los individuos tomar más ventaja de las oportunidades de aprendizaje. Los niños inteligentes, pero emocionalmente inestables o aislados socialmente, puede que no logren adaptarse a la escuela. Y es este un importante lugar en donde las primeras impresiones se establecen y las trayectorias de aprendizaje se empiezan a trazar.

Los niños que son calmados, respetuosos y emocionalmente estables son más capaces de sentarse, prestar atención y comprometerse con su aprendizaje. Estos niños reciben “mayores inversiones en aprendizaje” de sus padres y maestros.  Es como el caso de la rueda chirriante a la que le ponen aceite pero aplicado a la educación: los niños que muestran interés, prometen y están motivados a aprender reciben más inversiones. Y si estas inversiones incluyen tiempo extra de los maestros, recursos para aprendizaje adicional u oportunidades de los padres, ¿cuál sería el resultado final? Más escolaridad y mejores notas.

Hay más. Como mencioné en entradas pasadas, las habilidades socio-emocionales son más maleables que las cognitivas. A pesar de que las evidencias se mantengan escasas, los déficits tempranos en habilidades socio-emocionales pueden ser más rápidamente compensados en los siguientes años que los déficits tempranos en las habilidades cognitivas. Las habilidades socio-emocionales son particularmente maleables desde la infancia temprana hasta la adolescencia y pueden ser enseñadas por escuelas, familias y comunidades. Los programas más prometedores comparten algunas características para el niño: secuencial, activo y concentrado en la vida real. Adicionalmente, como aclaran algunos resultados de otros proyectos (como PRIDI), un ambiente de hogar favorecedor, en el que se establecen relaciones de calidad entre adultos y niños, también importa.

La evidencia se va apilando. Solo necesita ser más consistente para ser puesta en práctica.

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El espacio comunal y la liberación nacional

 

ABSTRACT

Cada formación social, cada modo de producción concibe sus formas particulares de producción del espacio, crea un cierto orden histórico espacial de objetos y formas,  que es paralelo el orden social y político; de esta manera, la historia de un espacio social concreto nos permite periodizar el desarrollo de los procesos productivos que son el testimonio de una o de las diferentes fases de un modo de producción. Una sociedad con un modo de producción concreto interviene las regiones naturales y crea nuevos paisajes culturales que pueden trascender su tiempo histórico, resemantizando las funciones sociales de los suelos, de las formaciones vegetales, de los edificios administrativos, las iglesias, las viviendas, etc., los cuales pasan a conformar vestigios de tiempos históricos anteriores dentro del nuevo espacio social.

 

Palabras clave: Revolución Bolivariana, socialismo comunal, espacio social comunal.

 

 

1

Hipótesis estratégica sobre  la producción del espacio social comunal

 

Una de las prácticas que debe seguir profundizando la revolución bolivariana para construir el socialismo comunal,   es la  producción del espacio social que represente los cambios históricos que el proceso produce en nuestra sociedad, manifestando así su capacidad creativa para actuar responsablemente sobre el ambiente natural, sobre la vida cotidiana, sobre los códigos  y las formas culturales y sociales de la población, creando las condiciones políticas que permitan sostener en el tiempo la integridad del nuevo espacio social revolucionario. El socialismo comunal se concreta territorialmente mediante la construcción de los consejos comunales y las comunas,  células que sirven de base al Poder Popular y se materializan en territorios concretos que le son propios a los sujetos que lo integran y con los cuales estos se identifican.

Los consejos comunales, y las comunas, expresión concreta de la democracia directa, participativa y protagonica, son instancias donde participan, se articulan, e integran  diversos movimientos sociales comunitarias que  permiten al pueblo organizado   gestionar directamente la administración  de la vida comunal y planificar proyectos económico, sociales, culturales y políticos orientados a  solucionar sus necesidades y aspiraciones de las comunidad a los fines de construir  la sociedad democrática y de  justicia social., participativa y protagónica que establece  la Constitución Bolivariana.

 

El socialismo comunal, en el marco de la propiedad social, tiene  como objetivo central promover  procesos socioproductivos diversos: agropecuarios, industriales, de servicios, etc,  con base a los cuales se formen redes, proyectos intercomunales regionales para el cambio, la distribución y el consumo equitativo y democrático de los bienes de cambo y de uso entre las comunas. Ya en muchas regiones de Venezuela, los Consejos Comunales y las Comunas rurales han comenzado a estimular experiencias motivadas por la participación voluntaria de los productores  tales como las ferias y mercados para vender directamente  sus productos, obviando la utilización de intermediarios que encarecen los precios de los mismos al añadirles el porcentaje de su comisión. De la misma manera,los comuneros y otros movimientos sociales vinculados a las comunas,  organizan de común acuerdo ferias donde el trueque de bienes de uso  suplanta la utilización del dinero como medio de cambio.

Los problemas culturales que sera necesario abordar para llegar en algún momento a implantar el sistema comunal en Venezuela, son muy variados y complejos, particularmente en el caso de  las comunas urbanas y periurbanas donde la lucha de clases es mas intensa.. Las investigaciones llevadas a cabo por nuestros alumnos del Seminario de Geohistoria y Subjetividad de la Escuela Venezolana de Planificación en parroquias como La Candelaria, Caracas, Los Altos Mirandinos y los Valles del Tuy y en Cagua, Edo. Aragua revelan la necesidad de estimular la subjetividad revolucionaria en las oblaciones en estudio, así como de organizar programas de investigación transdisciplinaria que aporten soluciones a problemas graves como el uso de los suelos y las aguas, la degradación de los ambiente naturales y sociales y problemas étnicos graves que surgen por la inserción en la comunidad criolla original, de inmigrantes colombianos que no comparten  ni toman en consideración la memoria histórica de los venezolanos ni las metas  didácticas de las escuelas bolivarianas. En ambientes rurales o periurbanos donde predominan los grupos humanos de tradición cultural venezolana, como es el caso de Boconoito, Edo. Trujillo, la investigación social revela que la colaboración de clase entre comuneros y propietarios privados de tierra es posible, orientando el proceso comunal hacia el logro de objetivos socioeconómicos comunes.

El desarrollo de comunas industrialistas urbanas y periurbanas con base al proceso denominado por el Comandante Chávez como “punto y círculo”  requeriría, a nuestro juicio procesos mas complejos de negociación entre los comuneros y las mismas empresas y sus trabajadores, sean del Estado o privadas,  cuyo personal esta sujeto a convenciones obrero-patronales y que  dependen del mercado nacional para colocar su producción. Todos estos temas ya deben haber sido abordados por las diferentes instancias de gobierno que planifican y guían  el desarrollo de la sociedad comunal con mayor pertinencia que la nuestra.

El motor de la política nacional para la transformación del espacio urbano,  el periurbano y rural está conformado por la Gran Misión Vivienda Venezuela,  la Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor  y el Ministerio del P.P para las Comunas- En el caso concreto del del espacio urbano y el rural, gracias a la acción mancomunada de  la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor y el Ministerio del P.P para las Comunas, se ha logrado alcanzar la extraordinaria meta de más de un millón de viviendas construidas y modernizadas y  la estructuración  más de mil comunas y decenas de miles de consejos comunales, movimientos sociales y frentes de trabajo colectivo. Ello se ha traducido en un significativo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad venezolana aunque, sin embargo, no se ha logrado todavía afectar la reproducción de las relaciones  capitalistas de producción dominantes en Venezuela. Esto ha permitido que se mantenga activo el despotismo de la burguesía nacional parasitaria y su capacidad para, manipular a su favor las presiones del mercado mundial capitalista y del mercado interno capitalista sobre la Revolución Bolivariana, sobre las commodities (petroleo, gas, alimentos, piezas de recambio, y servicios importados, etc)  cuya escasez afecta la vida cotidiana del pueblo venezolano.

Por aquellas  mismas razones es que la Asamblea Nacional -ahora controlada por los grupos políticos de la extrema derecha- intenta dictar leyes neoliberales cuyo objetivo restaurar el antiguo mercado capitalista inmobiliario,  transformando así  la propiedad de la vivienda, instituida por la Revolución Bolivariana  como  un derecho social del pueblo venezolano, en una mercancía inmobiliaria

 

 

2

La agricultura urbana y el orden territorial comunal

El énfasis que le ha dado el gobierno revolucionario a la agricultura urbana constituye, a nuestro juicio, una forma inteligente de resolver la relación dialéctica entre campo y ciudad. Los barrios urbanos, en la medida que puedan producir sus propios insumos alimenticios, particularmemente hortalizas y verduras, huevos y carne de aves, logran de esta manera introducir una nueva dimensión sociocultural en su vida cotidiana creando estaciones de radio,  televisoras y periódicos comunales que contribuyen a  crear conciencia sobre la vida cotidiana y a fomentar la identidad histórica y cultural de la población comunera.

La población urbana en Venezuela alcanza el 85% del  total del país. La mayor parte de aquella, que vive en barrios populares, tiene un origen cultural campesino (abuelos, padres), personas que migraron hacia las ciudades hace dos o tres generaciones buscando una nueva vida. Los migrantes colombianos y de otras nacionalidades que viven en dichos barrios tienen también en su mayoría, directa o indirectamente, un origen campesino. Aun en estas condiciones, el llamado “regreso al campo”para desconcentrar las zonas urbanas del norte y el oeste de Venezuela esta limitado por las características del tiempo libre y del tiempo de trabajo que determinan el ritmo de la vida cotidiana de la población de los barrios y las parroquias que eventualmente podrían conformar comunas y consejos comunales. Abandonar el bario para ir a cultivar la tierra en zonas rurales, representa para las personas una ruptura  cultural con los tiempos de la vida cotidiana que no todas  pueden afrontar. Desarrollar las áreas de cultivo en el territorio del barrio o la aparroquia, la popularización del  nuevo concepto tecnológico de la agricultura urbana, permite crear espacios laborales y puestos de trabajo que no requieren la existencia de desplazamientos físicos fuera del espacio de vivienda, con  la posibilidad de construir un mercado comunal para la colocación de la producción agrícola-avícola, restituyendo también la significación del elemento lúdico que consolide la vida social colectiva y espontánea. De esta manera el espacio social, el área territorial de convergencia de los intereses diversas comunas,  podría llegar a asimilarse con el concepto de la antigua parroquia o eventualmente con el  de municipio.

 

3

Lucha de clases y producción del espacio social comunal

En una sociedad en proceso de transformación como la venezolana,   las desigualdades  culturales y socio-económicas que se expresan a través de la lucha de clases, han jugado un papel relevante en la producción del espacio social capitalista que comienza a ser subvertido por los logros de las misiones sociales como la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Gran Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor y las bases de misiones.  En colaboración con las comunas urbanas y los movimientos sociales, aquellas  han logrado, como hemos expuesto, la construcción de miles de nuevos urbanismos así como la modernización arquitectónica de las antiguas barriadas incluyendo la infraestructura de salud, educación y alimentación, la infraestructura vial, de electrificación y telefonía, de gas domestico,  de aguas blancas y, excretas, etc. Para apalancar aquel proceso, las comunas y consejos comunales disponen de medios institucionales tales como  Mesas Técnicas del Agua y Saneamiento, Mesas Técnicas de Educación, Comités de Tierra Urbana, Comités de Salud, Consejos Comunales de la Planificación Pública, etc- Esta especie de gabinete comunal tiene como responsabilidad estudiar los problemas que surgen en sus diversas áreas de competencia y preparar los proyectos para resolverlos con la ayuda técnica de los organismos del Estado. Para financiar la ejecución de los diversos proyectos públicos, el gobierno Bolivariano concede ayuda financieras a las comunas, ayudas que son administradas a través de los  Bancos Comunales.

La creación  en Venezuela de la Sociedad Comunal Socialista  representaría así la  forma espacial concreta que logrará  la resistencia popular contra el capitalismo, la base territorial para crear un nuevo bloque histórico del poder socialista.  En dicho espacio social revolucionario, tanto las comunas como las misiones sociales, los movimientos sociales y demás organizaciones que generan y llenan dicho espacio, están llamados a constituir una suerte de medio de producción que adquiere una forma territorial, conformado por las redes de intercambio, los flujos de materias primas y de energía, la tecnología, la división del trabajo, la influencia del Estado y de las superestructuras de la sociedad  que forman parte de las fuerzas productivas donde se apoya el poder popular.

 

La integración de comunas rurales, urbanas y periurbanas en un nuevo sistema espacial, permitiría  visualizar la dialéctica territorial del Poder Popular contrastada con la de las instituciones que sostienen la hegemonía social y cultural del capitalismo venezolano-. Representaría, quizás, la  última fase espacial del milenario proceso de formación y consolidación del territorio de la nación venezolana, espacio geográfico colonizado y humanizado por el trabajo social de generaciones pasadas. Para lograr aquella meta es necesario lograr la construcción relacional de las subjetividades comunales que darán nacimiento  a la nueva sociedad organizada territorialmente en colectivos localizados más allá del control metabólico social del capitalismo. Estos colectivos serían capaces de alcanzar  tanto la soberanía productiva,  alimentaria, agropecuaria como la industrial, la tecnológica y la cultural, donde el ambiente y los espacios naturales ya no serán una mercancía sino un bien que garantice el buen vivir de la comunidad humana.

 

4

Cartografia y Memoria Histórica Comunal.

 

El documento de constitución de un consejo comunal o de una comuna, según la lay, pasa necesariamente por la elaboración de una carta de identidad cultural que debe ser redactada por los miembros de aquellas. Esta carta equivale a establecer tanto las referencias territoriales que delimitan la extensión de la comuna o el consejo comunal, como del tiempo histórico que se expresa en una memoria histórica compartida por todos los ciudadanos y ciudadanas. Ello significa, como dice Lefebvre (1978: 198), estimularlos para que todos  y todas participen de la vida comunal, darles un poder real tanto en la sociedad como a nivel de los conocimientos tanto en la escuela, como en la fabrica, en los problemas de la vivienda, en la vida social, transformando la ideología comunitaria en un idealismo político y un tipo  ideal en una utopía democrática.

En el breve lapso que ha transcurrido desde la aprobación de la Ley de Consejos Comunales en 2006, como es de esperarse, muchos consejos comunales no  han logrado alcanzar  todavía plenamente el sentido de corresponsabilidad que implica  el trabajo social comunitario para  la solución integral de sus problemas- Para solventar esa carencia, pensamos que sería necesario  inducir en la conciencia de  los colectivos conceptos como  colectividad o comunidad para reintroducir en la cotidianidad de las cosas de la comuna o del barrio:, la conciencia de la vida social, de la vida compartida.

 

Para que  los venezolanos podamos visualizar cabalmente la significación tanto espacial como territorial del proceso que venimos de analizar, sería necesario establecer tanto una cartografía de los espacios creados por la Sociedad Comunal Socialista en construcción, así como el nuevo concepto historiográfico que explique y legitime los cambios que se están operando en Venezuela gracias  al actual proceso de cambio histórico revolucionario. De esta manera desde la escuela bolivariana se asentarían en el imaginario de los niños y en el imaginario popular en general,  los elementos visuales del espacio nacional que crea el sistema de comunas, particularmente mediado por el carácter transversal y democrático de las redes sociales del Poder Popular Socialista. Ese nuevo espacio permitiría trascender la concepción territorial jerárquica capitalista expresada en el Mapa de Codazzi de 1840,   el cual representa cartográficamente  la estructura del poder liberal burgués  creada por la IV República. Por una sabia razón los salones de la escuela primaria de nuestra época, le década de los años cuarenta del pasado siglo, tenían colgados en sus paredes tanto el mapa político como el  físico de Venezuela para que el alumno tuviese siempre presente la imagen concreta de la nación venezolana. Los contenidos  esenciales de dicho mapa han sido conservados  hasta nuestros días, a pesar que las transformaciones historicas ocurrida durante los años de la Revolución Bolivariana han complejizado grandemente la  regionalización del territorio nacional.

 

5

La sociedad comunal y el poder popular

Según Marx, la presencia de una realidad concreta  en un espacio determinado puede ser explicada en términos de su génesis temporal. Cualquier actividad  que se desarrolle en un tiempo histórico produce al mismo tiempo un espacio y solo podrá alcanzar realidad o existencia concreta dentro de dicho espacio al inscribirse en el mismo por medio de acciones humanas, particularmente aquellas relacionadas con el trabajo (Lefebvre 1995: 115-117).

Es en aquel sentido que la sociedad comunal y el Poder Popular -que conforman la idea medular del proyecto chavista para transformar la sociedad venezolana-  se inscriben dentro del tiempo histórico de la revolución bolivariana y se expresan así mismo dentro de los espacios, de los territorios concretos donde se construyen las comunas y los consejos comunales. El Presidente Chávez reconoció este carácter constituyente, sustantivo, del poder popular al asentar que tanto la sociedad comunal como el Poder Popular conforman la idea medular del proyecto chavista para el cambio histórico de la sociedad venezolana: Dijo el presidente Chávez:

Todos los motores constituyentes son tributarios o convergen sobre el quinto (motor), que es el máximo, el de máxima fuerza, el que debe ser el motor principal. ¿Cuál es? La explosión revolucionaria del poder comunal:  los Consejos Comunales… el quinto motor constituyente…Y es esencial…”  (Chávez 2007: 40).

La meta de la sociedad comunal socialista, tal como lo propuso el Presidente Chávez, es la de abolir o al menos neutralizar aquellas instituciones específicas que sostienen la hegemonía del capitalismo; ello debe ser, es el primer paso revolucionario hacia la construcción de un nuevo bloque histórico del poder socialista en Venezuela, representado por el Poder Popular, fundamento de  la sociedad y de un  futuro Estado comunal socialista.

El Poder Popular está representado, hasta el presente, por 1.500 comunas que integran 40.035 Consejos Comunales, 1294 Salas de Batalla Social que ejercen la coordinación entre todos ellos, 28.791 movimientos sociales y 71.521 redes de organizaciones sociales creadas bajo el impulso de la Revolución Bolivariana, sustentadas en las diversas misiones sociales que han transformado profundamente la realidad venezolana. Las comunas que integran a los Consejos Comunales, organizan también empresas de producción social de bienes y servicios bajo un régimen de propiedad social. Algunas de las grandes y exitosas comunas como Ataroa,  Palito Blanco y el Maizal y cooperativas organizadas bajo el pricipio de la economia social como Cecosesola (Central Cooperativa de Servicios Sociales de Lara) entre otras, que abarcan extensos territorios en el occidente de Venezuela e integran miles de familias, constituyen NUDES (Núcleos de Desarrollo Endógeno) que han logradologrado producir y distribuir gran cantidad de productos agropecuarios y  otros bienes y servicios producidos en sus empresas socioproductivas.  Las comunas están a su vez integradas a nivel regional en un Parlamento Comunal así como en un Parlamento Comunal Nacional cuyos representantes son elegidos democráticamente por los colectivos..

La localización geográfica,  la extensión territorial y la variedad de contenidos sociales, culturales y económicos que caracterizan a cada comuna, así como su participación en otras redes sociales como los mercados de diferentes tipos, pedevales, mercales, etc debería ser representada de una manera cartográfica accesible al conocimiento popular- Estos mapa tendrían la capacidad de mostrarnos visualmente que las comunas no son simples accidentes administrativos aislados, sino una extensa red social que se va convirtiendo en un proceso cultural, en un proceso civilizatorio determinado por la contingencia histórica, cultural, política y ambiental y el cambio de énfasis en el desarrollo de las fuerzas productivas que esta implícito en la adopción de un sistema sociocultural y económico alternativo, postcapitalista. En este sentido, debemos recordar que el  origen del sistema comunal socialista bolivariano alude a una linea de desarrollo   que es producto de una secuencia histórica concreta, el proceso civilizatorio, que es el vehiculo de propagación de las revoluciones tecnológicas que conducen hacia la actualización histórica de los pueblos. Estas transformaciones sociales  son el producto de la actividad humana, del trabajo de hombres y mujeres que conscientemente ponen fin o permiten el surgimiento de nuevos sistemas sociales, cuando pierden vigencia las leyes específicas de una formación formación social para dar paso a una nueva- (Ribeiro 1992:24-25,36; Sanoja 2012: 40-41).

No podemos pasar por alto en Venezuela, la existencia actual de movimientos históricos regresivo auspiciados tanto por la derecha politica local  (particularmente empresarios y comerciantes parasitarios) como por las oligarquías imperiales que se sienten amenazadas por el surgimiento de una nueva hegemonía política, sociocultural y económica  representada por el socialismo comunal bolivariano.; para evitar su consolidación someten a nuestro pueblo a todas las humillaciones y crueldades que trae consigo la guerra económica que han desatado en nuestra contra.

Podríamos decir también , que el actual movimiento regresivo de la derecha venezolana contra el socialismo comunal bolivariano, refleja igualmente el estancamiento tanto ideológico como práctico de su clase política  el  agotamiento de las posibilidades y potencialidades de la formación social  venezolana nacida en 1830 y su bloque oligárquico de poder  conocida historicamente como la IV República (Sanoja 2011: 327)..

El proceso civilizatorio comunal esta motorizado por una revolución contra  los sistemas productivos del antiguo régimen capitalista rentista-exportador de materias primas (vegetales, animales y minerales) e importador de la gran mayoría de  las tecnologías, los productos culturales y de los bienes terminados que consume la población de nuestro país. El socialismo comunal bolivariano, tal como lo concibió el Comandante Chávez, se orienta por el contrario  al logro de la independencia política, soberanía económica y en particular la soberanía alimentaria, como fundamento para lograr la emancipación de nuestro pueblo en todos los ordenes de la vida.

El sistema comunal, como apuntamos anteriormente, no constituye una invención fortuita de la Revolución Bolivariana, por el contrario, como lo muestran las investigaciones antropológicas llevadas a cabo durante décadas por   nuestro grupo de trabajo (Sanoja 1969, 1988, 2011; Sanoja y Vargas 1992, 1999 2007, 2015:277-279; Salazar 2014), la cultura comunal, se asienta en las antiguas tradiciones comunitarias originarias venezolanas. Las comunas, que constituyen la forma espacial concreta que adquiere la resistencia popular contra el capitalismo, están fundamentadas en la propiedad social, en la acumulación colectiva de conocimientos y experiencias, la estructuración socio-espacial de las fuerzas y agentes, el arraigo a la comunidad y la identidad cultural y de clase.

Los revolucionarios chavistas debemos tomar conciencia que la construcción de una  futura sociedad comunal socialista es como un prisma que tiene muchas facetas. El manejo acertado de la coyuntura política  es  responsabilidad del gobierno revolucionario mientras la consolidación del proceso histórico es la tarea del  pueblo-sujeto organizado como Poder Popular. El cumplimiento de esta tarea sólo será posible cuando el Poder Popular lleve a termino  una verdadera transformación radical y revolucionaria del modo de producción y de las relaciones sociales capitalistas heredadas del Estado Liberal Burgués. Para que esta idea pueda plasmarse en el imaginario popular, sera necesario formar la conciencia del sujeto revolucionario así como  elaborar una nueva cartografía del espacio nacional que señale visualmente a los sujetos las nuevas coordenadas, las variables fundamentales del poder popular, los consejos comunales y las comunas, integradas con las redes socioproductivas y las misiones sociales que permitirán articular la cadena de valor de las materias primas, diversificando la producción para satisfacer las necesidades económicas y sociales de la población. Aquellas redes transversales regionales que representan una alternativa  postcapitalista, funcionarían como un tejido conectivo que circunscribiría los centros urbanos, estimulando la circulación, la distribución y el consumo de bienes y valores (Vargas-Arenas y Sanoja 2015 a-b).

El desarrollo regional de las redes comunales socioproductivas transversales, apoyadas y coordinadas con  el sistema de misiones sociales que están transformando profundamente la sociedad venezolana, solo podría tener sustento en espacios donde sea hegemónica la propiedad social, la cual es producto de una relación social que garantice a todas las  personas  la posesión y el disfrute   de los bienes y servicios fundamentales para una buena vida, relación que solamente puede tener vigencia plena dentro de una sociedad comunal socialista. Dicha propiedad, sustentada desde sus orígenes en valores sociales y culturales comunales, no puede tener vigencia plena dentro una sociedad capitalista,  ya que todos los valores sociales y culturales así como las normas jurídicas del capitalismo, consagran el derecho  de una clase a  poseer tanto los medios de producción  como los bienes y servicios que  de ellos derivan (Sanoja y Vargas Arenas 2016: 2-3; m.s)

Hacia finales del siglo pasado, el científico social venezolano D.F. Maza Zavala habían anticipado  que en el siglo XXI  el área de propiedad puramente estatal tendría que ser limitada por el desarrollo de otras formas avanzadas de propiedad social, común o colectiva que podríamos asimilar al actual sistema comunal. Consideraba Maza como deseable que el Estado conservase la propiedad y el control de las actividades productivas básicas, aunque observaba que “… La socialización, que es en esencia dominio de lo social por la sociedad, exige la participación colectiva en la toma de decisiones, el control de los intereses  públicos o sociales por organizaciones y dispositivos institucionales de índole popular: profundizar la democracia, erradicar las elites de poder y el poder de las elites, para desarrollar en su lugar el poder del pueblo (Maza Zavala 1985: 135-136).

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El proceso civilizatorio comunal formulado por el Presidente Chávez, del cual nos habló también Maza Zavala, debe adquirir carácter protagónico dentro del proyecto de los 15 motores productivos que ha propuesto a la nación el Presidente Maduro como respuesta a la grave crisis económica, social y cultural que ha desatado la baja mundial generalizada de los precios de los hidrocarburos y las materias primas en general. Para hacer frente a aquella  crisis,  la Revolución Bolivariana no solamente debe desarrollar las fuerzas productivas de la nación sino que  también, como hemos enfatizado anteriormente, debe dar lugar a un cambio en el frente de lucha para construir el socialismo comunal que inicie la reorientación estratégica del proceso bolivariano. Esta reorientación estratégica tendría como objetivo principal asignar un papel protagónico al desarrollo regional autogestado de las comunas sobre el cual descansa la consolidación del poder popular.

El desarrollo regional autogestado de las comunas de diverso estilo: campesinas, urbanas, periurbanas, industriales, de servicio, etc., exige acelerar el proceso de  organización de las comunas en proyectos regionales donde, a la par de las nuevas relaciones sociales (comunales) de producción se gesten empresas de propiedad social que regionalizen en lo posible las cadenas de producción, distribución y consumo de bienes materiales y servicios para la reproducción de la vida social en las comunas.

Con base a la relación transversal que se establezca dentro de cada proyecto regional y de cada estructuración inter-proyectos, será posible comenzar a pensar en el desarrollo de una nueva geometría territorial de poder que progresivamente sustituya la estructura política basada en estados y municipios heredada del estado  burgués para consolidar las oligarquías políticas regionales.

 

 

Bibliografía

Chávez Frías. Hugo 2007. Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista de Venezuela. Minci. Caracas,

Lefebvre, Henry. 1978. De los Rural a lo Urbano.Ediciones Peninsula. Historia/Ciencia/Sociedad 79. Serie Universitaria. Barcelona.

Lefebvre, Henri. 1955. The production of Space. Blackwell. Oxford UK y Cambridge, USA.

 

Maza Zavala, Domingo F.1985.. Ensayos sobre la Ciencia y la Política Económica. Academia Nacional de Ciencias Económicas. Serie Ensayos. Caracas-

Salazar, Juan José. 2014. Instituciones Jurídicas y Sociales en la Formación de la Formación de la Propiedad Territorial en la región Geohistórica Larense y política indiana. Tesis doctoral enAntropología, Facultad de Humanidades y Educación. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

Sanoja, Obediente Mario. 1969. Los tejedores del Valle de Quíbor. Cuadernos Lagovén. Caracas.

Sanoja Obediente, Mario .1988. La sociedad indígena venezolana entre los siglos XVII y XIX. En: Venezuela en los años del general Rafael Urdaneta (1788-1845). Comité Ejecutivo de la Junta Organizadora del Bicentenario del Natalicio del General Rafael Urdaneta.

Sanoja Obedienete, Mario. 2011. Historia Sociocultural de la Economía Venezolana. Ediciones del Banco Central de Venezuela. Caracas.

Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas.1992. Antiguas Formaciones y Modos de Producción Venezolanos. 3ra. Edición. MonteAvila Editores Latinoamericana. Caracas.

Sanoja Obediente Mario e Iraida Vargas-Arenas. 2007. El Legado territorial y ambiental indígena; prehistórico e histórico. En: La geografía histórica del poblamiento venezolano. Fundación Empresas Polar. Caracas.

Sanoja Obediente, Mario e Iraida Vargas-Arenas.1999. Orígenes de Venezuela: regiones geohistóricas aborígenes hasta 1500 d.C. Comisión Presidencial del V Centenario. Caracas-

Vargas-Arenas Iraida y Mario Sanoja. 2015. La Larga Marcha hacia la Sociedad Comunal. Tesis sobre el Socialismo Bolivariano. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Colección Alfredo Maneiro. Serie en la Historia. Caraca.

Sanoja, Mario, Iraida.Vargas-Arenas. 2015.a. Venezuela: El Poder Popular   la Práctica De la Democracia Participativa y Protagónica.  Banco Central de Venezuela. Manuscrito para Publicación.

Sanoja. Mario, Vargas-Arenas, Iraida. 2016. La Propiedad Social en la Historia de Venezuela. Banco Central de Venezuela. Manuscrito para publicación.

 

2016

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Toward a Red Theory of Love, Sexuality and the Family

Our societal conceptions of love, sexuality, and family are deeply implicated in the sustenance of capitalist social relations. Falling in love can be described as a euphoric event that exhilarates and excites but its enduring qualities and its potential for connecting us to anOther and to our own humanity is forfeited under the su!ocating con»nes of a capitalist structure that is founded on unequal relations of ownership and domination. Instead of luxuriating in love, in the possibility that love engenders, we live our lives attempting to snatch moments of “love” in an otherwise routinized life of narcissism and self indulgence with little understanding of what it means to truly love – to value and respect one’s signi»cant others but also to create a foundation for social justice outside of one’s immediate interests. #at is, to create a social universe outside of value production grounded in an interculturalism, respect for diversity, and a “régimen de desarrollo” that fosters “el buen vivir” by requiring all of us to exercise social responsibility in the communities in which we live and labor.

Structural and structuring relations of exploitation, domination, and oppression under the commodifying thrall of capitalist social relations form the basis of numerous institutions in society, including marriage and the patriarchal family, wherein love is spawned in the fetid swamplands of value production to become a commodity subject to contractual agreements necessary for subsistence and used to control women’s bodies (and their hearts and souls) in some contexts through legal channels and in others through a hegemonic process of “persuasion.” Patriarchy is thus complicit with capitalist production, since men’s domination of women and children becomes a necessary means by which to ensure the next generation of docile workers in the service of the capitalist.

Whereas men can presume to escape their life of slave labor when they enter the family home, women as wives and mothers have an ever-present sense that their lives are not their own and they face the humiliating awareness of living overpowered by the hidden privilege and domination of the men who claim to love them most. The dehumanization inherent in our current gender relations is evidenced in the atrocious reality that the world shows little remorse in the systemic violence waged daily against women in the form of rape, domestic abuse, and an unparalleled hyper exploitation that a$icts primarily women of color in windowless sweatshops and sex dungeons. We are made into the Other of man (human being) through the western male deformation of our ontological and epistemological clarity and through processes of fragmentation and restriction.

The link between women’s oppression and patriarchy, gender relations in the family, and capitalism make clear that the struggle for women’s liberation is one and the same as class struggle. Unfortunately, Feminist movements have too o%en relied upon notions of equality de»ned within capitalist structures. #at is, they seek equality in terms of pay and value, and to break down the cultural imperialism that relegates women to a subordinate ontological and epistemological status. While this is a critical ethical «ght, we would argue that it seeks an ethical and moral stance within a structure of society that is above all unethical and lacking in moral coherence. Capitalism is foundationally an unequal system of domination and ownership. To attempt to «nd equality and an ethical moral stance within such a system is to set ourselves up for failure or to accept the semblance of “equality” for middle-class women who may be able to dictate their own individual experiences, while forgoing the grander plight for the emancipation of all women, across race and other di!erences.

Heather Brown (2013) reveals that Karl Marx had begun to examine the question of women’s oppression in society and that he recognized gender relations in the family as a microcosm of the oppressive relations between workers, noting that women’s equality would be a necessary component of a socialist revolution. Alexandra Kollontai, a Marxist and Bolshevik in the Russian Revolution took up this argument, calling for the uni»cation of class struggle and women’s liberation and calling for a reconceptualization of love, sexuality, and the family within socialism. Love within her red pedagogy was not a binding material contract but “a new communist sexual morality of free, open and equal relations of love and comradship” (Ebert, 2014, para. 16). Kollontai argued that love was a social concern determined by material conditions. In Kollontai’s words:

the two loving persons: love possesses an uniting element which is valuable to the collective.

Kollontai argued that this transformed social relation must be supported by measures that would support women economically so that they would not be dependent «nancially on men and that would support childcare and the development of the new generation, without overburdening, isolating, or truncating women’s creative potential for personal growth, as has been too o%en the case in capitalist societies. Unfortunately, Kollontai’s signi»cant and transformative contributions were quickly distorted and turned into an ideological version of “free love” that suggested promiscuity, e!ectively discrediting her revolutionary and emancipatory ideas. We argue that Kollontai’s work must be resuscitated in our quest for anti-capitalist struggle and women’s emancipation.

In a similar vein, Allain Badiou conceptualizes love as moving beyond the self-focused moment of ecstasy experienced in sex. He explains: “In love… you go to take on the other, to make her or him exist with you, as he or she is… [It] is a quest for truth… from the perspective of di!erence (p. 19-23).” Although Badiou rejects the notion that love is synonymous with revolution, (hate, he argues, is also an aspect of revolution), he proposes that communism has the potential to free us up for the possibility of love andthe possibilities that this emotion engenders in society.

We heed seriously the warning put forth by others that not only must women’s liberation be an important factor in revolution but that we must move the struggle forward now so that the people can at least begin to question and transform existing social relations within the family and therefore raise a new generation willing to consider transformative, liberatory, and humanly satisfying ways of conceiving love, sexuality, and the family. Our goal is a world free from the slave labor and the atrocities committed in the name of capital accumulation and one where every person can value the unique ontological and epistemological reality that women bring and where a woman can live with dignity and free from fear and humiliation and develop her potential in service of creating an ever increasingly ethical, moral, and humane world. Here we can move more steadfastly towards developing a relational and structural transformation of society that cultivates gender &uidity, cultural heterogeneity, participative self-representation, communitarian forms of authority, mutual legitimacy, equality, plurinationality, and a refoundation of the modern state built upon Iberoamérica Social the revolution begins now!

Referencias

Badiou, A. (2009). In praise of love. #e New Press.

Brown, H. (2013). Marx on gender and the family: A critical study. Haymarket books.

Ebert, T. (2014). Alexandra Kollontai and red love. Solidarity: A socialist, feminist, anti- -racist organization. Retrieved http://www.solidarity-us.org/node/1724

Kollontai, A. (1921). «eses on communist morality in the sphere of marital relations. Retrieved https://www.marxists.org/archive/kollonta/1921/theses-morality.htm

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Desaparecer las normales, objetivo de la reforma educativa

La gran labor de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la era neoliberal ha sido desmantelar el proyecto nacional de educación y abrirlo a la consolidación de un proyecto mundial estandarizado y de producción a gran escala de comportamientos y actitudes para la unificación de una sola cultura, en donde el consumo hedonista y desmedido define la esencia de todas las relaciones sociales.

Los últimos sucesores de José Vasconcelos no han ocultado su aversión por la escuela pública, ni su falta de formación patriótica, académica y de amplio conocimiento del sector educativo, así lo demuestra el bajo perfil, de corte administrativo y no pedagógico, académico o cultural del recién nombrado secretario de Educación Pública, lo cual es también un indicio preocupante de la indiferencia del actual gobierno de Enrique Peña Nieto para fomentar un proyecto educativo humanista y sensible a las necesidades sociales.

En este contexto se inscribe una nueva reforma para la formación inicial de los docentes que no había tenido mayores implicaciones luego de las modificaciones constitucionales de 2013, pero que hoy enrola a los trabajadores de las escuelas formadoras de maestros en la misma dinámica de evaluaciones para regular la permanencia, al igual que los que se desempeñan en los niveles de educación básica y media superior.

Como ya ha sido costumbre en la política vertical del gobierno de la República, no fue consultada y muchos menos consensuada entre los estudiantes y académicos de las instituciones formadoras de docentes, en donde no han faltado propuestas producto de investigaciones participativas y experienciales de colectivos de investigadores de ese mismo sector, que por supuesto no han sido consideradas por ningún sector público de educación, dado que hace años que estas decisiones se toman en el seno de los organismos de la globalización económica.

Las líneas generales de esta reforma aparecen tanto en el Plan integral: diseño y rediseño y fortalecimiento de las escuelas normales, que presentó la SEP en agosto pasado, así como en lasDirectrices para mejorar la formación inicial de los docentes de educación básica, que fue publicado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en septiembre pasado; sin embargo, no se aplicarían hasta agosto de 2016.

Es realmente sorprendente la racionalidad que orienta la propuesta en ambos documentos: “Garantizar la idoneidad de los conocimientos y capacidad de quienes ingresan al Servicio Profesional Docente (SPD)”, dice el INEE; pero no ha sido siquiera diseñado un nuevo plan curricular cuyos contenidos definan el perfil del docente, el tipo de hombre y mujer que necesita nuestro país, la sociedad que está proyectando edificar, ni están pensando en las demandas sociales o los contextos culturales. Tal vez en los modos de aprendizaje de los alumnos se están formulando directrices de formación para que los aspirantes a docentes resuelvan el examen nacional del ingreso al servicio, porque si el objetivo es preparar mentores idóneos, ése es el único instrumento que hasta hoy el gobierno ha utilizado para seleccionar a los nuevos maestros.

La integralidad que se pregona en el Plan integral de la SEP es una de las muchas palabras sin contenido que usan para convencer de que tienen sólidos fundamentos pedagógicos, pero la capacitación para ser idóneos, es decir, para ser diestros en contestar plantillas que se reproducen por decenas de miles, repletas de preguntas legaloides, administrativas, memorísticas y simuladoras de posibles escenarios, está muy lejos de la formación docente para enfrentar la diversidad, para educar en el desarrollo del ser humano en sus múltiples dimensiones, para articular un tejido social que se resquebraja por la violencia y la marginación, para sensibilizarse ante la realidad de escuelas llenas de carencias y múltiples factores que merman el aprendizaje.

Una propuesta integral que debiera contener ejes desde la complejidad del proceso educativo, lamultidimensionalidad del sujeto y su realidad, la diversidad regional y cultural de cada centro de formación, originalidad y autenticidad del currículo, la multiplicidad de formas de aprendizaje, así como el desarrollo holístico de los alumnos y profesores, plantea más bien lo opuesto: la creación de un único programa que incluye escuelas normales, universidades pedagógicas nacionales y demás escuelas públicas y privadas formadoras de docentes, cuyos egresados que quieran entrar al servicio finalmente deberán cumplir con los estándares de idoneidad para los cuales es necesariamente absurdo reorganizar todo el sistema de formación inicial para profesores.

Incentivar la formación de un número mayor de docentes “idóneos” suena a una verdadera falacia, cuando menos de 14 mil, es decir, ni siquiera 25 por ciento de las 60 mil personas que resultaron idóneas en el examen de ingreso al Servicio Profesional Docente convocado por la propia SEP en 2015 obtuvieron una plaza de maestro. En este sentido, ambos documentos que trazan planes y directrices de una misma propuesta federal auguran un rotundo fracaso que expulsaría miles de docentes a las gruesas filas del desempleo, si no se reconoce la necesidad y la responsabilidad del Estado en más de 60 mil escuelas que no cuentan con suficientes maestros.

Resulta contradictorio que la propuesta del INEE no tenga que ver con recuperar el modelo educativo de las normales, ni con la apertura de más de estas escuelas, cuando los resultados de sus mismos exámenes de ingreso en 2014 y 2015 demuestran que los más aptos para la docencia son precisamente los normalistas, ahí existe una tradición ética y pedagógica que ha sido parte fundamental del aporte nacional a la educación mundial que no puede ser simplemente soslayada; eso pone en evidencia la ignorancia de un gobierno como el de Enrique Peña Nieto que prefiere firmar convenios de cooperación con el gobierno francés y no rescatar nuestras escuelas que han sido ejemplo en la formación de docentes con alto compromiso social.

El INEE parece más preocupado por satisfacer la demanda de trabajo generada por los egresados de escuelas particulares y afirma lo siguiente: “En los últimos años ha crecido la participación de otras instituciones de educación superior (IES) en la formación de estos profesionales. La oferta educativa de las normales coexiste ya desde hace tiempo con una que proviene de universidades públicas y privadas”, por eso se explica que en las “Directrices” se proponga un plan de acompañamiento para que aquellas instituciones de educación superior que oferten carreras relacionadas con la formación de maestros se vinculen con los estándares de idoneidad de los exámenes nacionales de otorgamiento de plazas.

El Plan integral de la SEP eliminaría las licenciaturas en educación preescolar, educación primaria, educación especial, telesecundaria, educación física y las específicas de cada asignatura en secundaria; toda esa diversidad de necesarias especialidades para cada modalidad en educación básica quedaría sepultada por sólo dos carreras: licenciatura en docencia y licenciatura en inclusión. Esto guarda una cierta lógica que fomenta la desprofesionalización del maestro, en la que cualquier universidad entra en igualdad de condiciones para que carreras afines o similares a la formación docente compitan en el mercado laboral por un contrato precarizado, pero esto también atenta contra el derecho de los niños que requieren cuidados especiales, porque la inclusión significa trasladarlos a las escuelas regulares que no están acondicionadas para darles una educación apropiada y acorde a sus necesidades.

Se está preparando al normalismo para que pierda su trayectoria en la formación inicial de los maestros. Se fragua su desaparición en la medida en que cualquier otra institución de educación superior, principalmente privada, podrá preparar docentes, porque el examen de ingreso al servicio en 2016 será totalmente abierto. Las escuelas normales perderán sentido si sólo fungen como medio para la capacitación y actualización del magisterio y no para la formación profundamente ética, pedagógica, didáctica, patriótica y nacionalista.

 

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Historiador y profesor, miembro de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación en Michoacán

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España. ¿Cuáles son los beneficios del masaje para bebés?

Sur/20 de abril de 2016/Por: Ana Pérez-Bryan

El refuerzo del vínculo con el hijo, la estimulación o la relajación están entre sus principales ventajas. Pero hay que saber buscar el momento.

Hay pocas cosas más estimulantes como el contacto físico de un bebé con sus padres. Más allá de las diferencias que establecen las múltiples teorías sobre la crianza en los primeros meses de vida del recién nacido, una cosa es clara: el refuerzo del instinto y el vínculo son fundamentales para el bienestar de la criatura. Y también de los padres. Por eso existen múltiples formas de conseguir no sólo que el bebé se sienta seguro, protegido y atendido, sino que esta misma sensación la experimenten los padres.

Una de las maneras de hacerlo es el masaje infantil, una técnica que potencia a través del tacto la relación entre padres e hijos. La fórmula comienza a asentarse en la cultura contemporánea, sobre todo entre padres primerizos, pero conviene conocer cuáles son los pasos fundamentales a la hora de dar un masaje a nuestro bebé. En Málaga, la International Association of Infant Massage (IAIM) enseña a través de cursos especializados cómo seguir los pasos correctos.

La asociación fue creada por Vimala McClure, que tras su paso por la India pudo comprobar cómo en medio de tantas necesidades materiales las madres ofrecían un importante regalo a sus bebés a través de los masajes. A su vuelta a Estados Unidos se propuso reproducir esta disciplina: por una parte impulsar el masaje al bebé a partir de las técnicas indú, sueca, reflexología y yoga; y por otra elaborar un programa de formación destinado a profesionales y familias. Uno de estos programas se celebran ahora en Málaga, en la sede del IAIM (calle Ventura de la Vega, 5, en Pedregalejo), y las familias pueden asistir a este curso de formación de educadores los próximos 30 de abril y 1 y 2 de mayo, en horario de 12 a 13.30 horas. La asistencia es gratuita pero hay que inscribirse previamente en masajeinfantilmalaga@gmail.com o a través del teléfono 686 476 168 porque las plazas son limitadas.

Allí, los profesionales compartirán con las familias cuáles son las mejores técnicas para el masaje al bebé. En primer lugar hay que tener en cuenta si el bebé desea interactuar y si tiene todas sus necesidades físicas satisfechas; del mismo modo los adultos tendrán que estar relajados para disfrutar plenamente de ese momento con su hijo.

El momento del masaje dura lo que desee el bebé, de modo que en el momento en que de señales de inquietud se debe parar y dejarlo para una mejor ocasión, porque cada bebé tiene su propio ritmo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el masaje que se impulsa desde el IAIM no es terapéutico, sino de contacto, comunicación y “nutrición afectiva”, según destacan sus responsables, quienes destacan que la confianza “para descubrir el mundo y crecer se apoya en un apego seguro”.

Fuente: http://www.diariosur.es/sociedad/padres/201604/19/cuales-beneficios-masaje-para-20160419182907.html

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