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A practicar la lectura comprensiva

Por: Educabolivia

Existen muchos momentos en que los padres comparten más tiempo con los hijos y es ahí donde debe trabajarse o mejor dicho, intensificarse, los lazos de comunicación y confianza y que mejor que la lectura como un medio para lograr amarrar ese lazo de unión que deseamos tener con los hijos.

Se aconseja inculcar en ellos el gusto por la lectura mínima, todo para que muerdan el anzuelo del deseo por aprender, para entender mejor el mundo del conocimiento y para nadar en los mares de la fantasía. ¿Qué debemos hacer primero? Quitarles la idea de que la lectura es aburrida. ¿Cómo lograr esto? Encontrando el libro o una lectura apropiada de acuerdo al gusto que tengan y por supuesto tomando en cuenta su edad.
El Portal educabolivia aconseja aprovechar el tiempo libre, no solo en juegos y deportes, sino en compartir lecturas emocionantes que sean sentidas como tiempos de goce, como actividades lúdicas entre padres e hijos y no como una obligación.
Los consejos son puntuales y sencillos para lograr esa motivación, que muchas veces están perdidos o en algún caso dormidos, pero de ninguna manera muertos.
En primer lugar, como padres de familia, dejen que sean los pequeños quienes escojan los libros. Cuando busque libros que puedan gustarles a sus hijos, tenga en cuenta lo siguiente: su edad, sus intereses o las recientes experiencias del niño o niña (mudanza, vacaciones, visita a sus abuelos, visita al zoológico, etc.).
Niños entre los 7 y 10 años se interesaran sobre historietas, dinosaurios, superhéroes, etc. Los preadolescentes entre los 11 y los 15 años estarán interesados en lecturas sobre música, las tribus urbanas, los cambios corporales y emocionales de su edad, etc. Mientras que para los jóvenes de más de 15, los temas que les gusten para la lectura se enmarcaran plenamente en sus intereses ya definidos.
A tomar en cuenta los tipos o niveles de lectura
Lectura subsilábica: Es la lectura que realiza el niño, cuando para leer una palabra, por sencilla que sea, nombra cada letra para ir formando las sílabas, las que a su vez une para ir formando las palabras. En resumen se refiere al deletreo.
  • Lectura silábica: El niño lee sílaba a sílaba las palabras.
  • Lectura vacilante: Se caracteriza por la inseguridad del lector, el cual desatiende signos de puntuación, repite frases ya leídas y se detiene en algunas palabras para ir formando un deletreo mental.
  • Lectura corriente: Es la que posee un lector maduro el niño va leyendo con cierta rapidez y fluidez, respeta a veces la buena pronunciación de las palabras y en general atiende a los signos de puntuación.
  • Lectura expresiva: Reúne las cualidades de la lectura corriente, pero agrega la expresión al contenido de lo que se lee. Imprime a la voz los matices de entonación necesaria al texto que lee, lo que le permite a él y al oyente darse cuenta de los estados de ánimo que el otro imprimió al texto.
  • Lectura combinada: Dentro de los tipos de lectura se pueden dar características combinadas. Ej. Lectura vacilante con lectura corriente.
De acuerdo a la catalogación anterior, como padre de familia, se dará cuenta en qué nivel se encuentra su hijo o hija, por lo que le recomendamos tome en cuenta esos criterios para elegir el libro, revista o lectura adecuada.
Ni modo…a leer utilizando mímicas o efectos de sonido
Otro consejo importante es que esté dispuesto a leer y releer el cuento cuantas veces el niño o niña se lo pida. Es obvio que a ellos les da placer oír el mismo cuento o historia con sentimiento, entusiasmo y hasta mímicas o actuaciones, utilizando voces graciosas o efectos de sonido. Tómelo muy en cuenta.
No haga un monologo de la lectura, haga que el oyente participe y busque la participación del niño. Háganles consultas sorpresivas sobre lo que están leyendo y háganles adivinar o en su caso cambiar los finales de las historias. Esto no permitirá que su imaginación se encasille en lo que escribieron los autores y despertará la iniciativa creativa de la niña o niño lector.
Cómo identificar libros fáciles de leer
  • Que sean grandes y de impresión clara.
  • Son recomendables encontrar lecturas donde haya páginas con mucho espacio en blanco.
  • Tome en cuenta que las figuras, dibujos o ilustraciones proveen mucha información acerca del significado de las palabras.
Ya mencionamos que en algún momento el padre o madre deberá leerles en voz alta a los niños el libro escogido, la recomendación es que no lea estas historias demasiado cómodos. No se recueste, sino el sueño lo dominará y perderá la energía suficiente y hasta su voz no será bien escuchada o entendida.
Si ellos le interrumpen con preguntas constantes, respóndalas en el acto. Sea paciente ya que se supone que no hay apuro. Otro aspecto importante, no confunda cantidad con calidad, ya que es un hecho que por el afecto, amor y cariño, ellos recordarán mucho más ése momento de unión con la lectura compartida que varias horas de juegos electrónicos o de alguna película en la televisión.
Por último, hay otras ventajas de inculcar amor por la lectura, y están relacionadas con el futuro escolar y los trabajos de investigación. Está demostrado que los niños que pasan por lo menos 30 minutos por día leyendo algún texto tienen más posibilidad de ser buenos lectores, leen más rápido y pueden rendir mejor en la escuela secundaria y hasta en la universidad.
Propósitos del Reglamento General de Lectura y Escritura
  • Se instruye 10 minutos de lectura obligatoria en todas las materias y 30 minutos de esta actividad en los hogares.
  • El objetivo es el de incentivar el hábito de la lectura comprensiva para mejorar el desarrollo de contenidos y asimilación de conocimientos.
  • Este reglamento establece la figura de la “tarea universal” como un mecanismo de incentivo de esta actividad en los hogares.

Los estudiantes de todo el sistema educativo deben desarrollar en la familia, durante los fines de semana, 30 minutos de lectura. Está establecido que los niños deben llevar un resumen de lo leído el día lunes para incorporarlo en su cuaderno de autoevaluación.

Fuente de la imagen:  http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/contenidosdigitales/CursAutoform/Primaria/LengExtranjera/pri_lext_m1_sin/apartados/1_presentacion/1_presentacion.html

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Educación de calidad, retos y desafios en el año escolar

Por: Arlene Vergara

El derecho a la educación con inclusión y calidad marca la orientación de las políticas en esta materia. La Consulta Nacional por la Calidad Educativa 2014, dejó como resultados diez banderas o retos que tienen sus cimientos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en la Ley Orgánica de Educación (2009) y en el Plan de la Patria (2013). La autoevaluación escolar por la calidad educativa tiene su enfoque teórico en el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE, 2015), en las Orientaciones Generales para la autoevaluación de las Instituciones Educativas se fundamenta en la bandera número 9, que consiste en desarrollar un sistema de evaluación de esa calidad educativa.

El propósito de la autoevaluación es mejorar la calidad. Por ello se genera en el ámbito nacional el proceso de autoevaluación en cada una de las instituciones de los niveles y modalidades del sistema educativo venezolano, sobre la base de la participación de los actores sociales. Así, el MPPE (Ob. cit.), plantea:

Crear un sistema de evaluación de la calidad educativa, que permita hacer seguimiento (orientación, acompañamiento, sistematización, investigación, organización y evaluación permanente) de estos logros, con el propósito de garantizar los fines de la educación bajo los principios, criterios y procedimientos que respondan a la Refundación de la República, establecida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (p. 2).

Desde esta perspectiva, se promueve la participación protagónica de todos los actores sociales intérpretes del proceso, con miras a revisar, como corresponsables, la operatividad de los fines de la educación; vale decir cómo estos fines se están concretando en la práctica educativa cotidiana. Así, la escuela como unidad orgánica se revisa y en colectivo perfila el accionar para evaluar la congruencia de las políticas educativas.

¿Cómo estas se desarrollan y cómo garantizan el seguimiento y control como competencias del Estado Docente? Se trata de revisar, ¿qué estamos haciendo? para cumplir con los fines de la educación. Es concienciar ¿qué hemos dejado de hacer? E importante es, como colectivo, determinar y asumir el reto de los cambios para transformar la realidad educativa propia del proceso diagnóstico contextualizado, de cada institución educativa.

Con la finalidad de dar direccionalidad al proceso se valoran los principios de contextualización y participación protagónica. Así, como proceso implícito la construcción colectiva del conocimiento entre los actores sociales como grupos homogéneos y heterogéneos que interactúan en contextos reales como intelectuales orgánicos, en la búsqueda de valorar la gestión escolar en cada indicador de los procesos: (1). Pedagógicos Curriculares. (2). Organizativos Comunitarios y (3). Gestión Administrativa.

Estos procesos tienen un conjunto de indicadores de autoevaluación construidos y organizados por los equipos de la dirigencia nacional del sistema educativo venezolano, en mesas de trabajo, con la participación de los Jefes y Jefas de las Divisiones de Supervisión y Académica de cada Zona Educativa; así como los Coordinadores Regionales del Sistema Nacional de Investigación y Formación del Magisterio (SNIFPM). MPPE (2015). Jornada Nacional de Autoevaluación Escolar y Congreso Pedagógico Estadal. Higuerote, estado Miranda, abril de 2015.

La autoevaluación más allá de determinar un diagnóstico institucional, conlleva la sistematización de este proceso que se desarrolla en los planteles educativos. De esta manera, se asume como una investigación grupal e institucional, enmarcada en la participación protagónica y corresponsables de todos los actores sociales; en la construcción colectiva del conocimiento que reconoce el potencial de cada participante como el intelectual colectivo, promovido a través de la pedagogía crítica y de la investigación acción participativa y transformadora.

En este proceso de cambios en el cual todos y todas estamos empeñados, con el mayor compromiso lo hemos asumido desde la corresponsabilidad del Estado y de la sociedad organizada. A fin de garantizar el derecho a la educación en igualdad de oportunidad y con calidad para todos y todas.

Con la firme convicción y conscientes de las contradicciones educativas estamos reimpulsando la política de formación docente desde los escenarios propios de la escuela, desde el accionar cotidiano desaprendemos y nos apropiamos de conocimientos consecuentes de la construcción social de la escuela como institución por excelencia para reconstruir teorías y recuperar la pedagogía como ciencia.

La UNESCO (2015), refiere en la Conferencia General en el Foro Mundial de Educación para Todos, Incheon (República de Corea), se compromete a fomentar como objetivo general una educación “basada en los principios fundamentales de acceso, equidad y calidad, en la perspectiva del aprendizaje a lo largo de toda la vida”. En referencia a esta premisa educativa la cual fue tema central y de interés en el discurso de los representantes de varios países.

Venezuela desde el 1999 ha logrado avanzar en materia educativa garantizando la educación como un derecho humano y de carácter obligatorio desde maternal. Se crearon las misiones educativas para saldar la gran deuda social de los y las excluidos del sistema educativo. Hoy por hoy tenemos la mayor matricula escolar reconocida por los organismos internacionales por ocupar el 2do. Lugar en Latinoamérica, por lo que se considera la inclusión un indicador de calidad.

Desde esta perspectiva, el compromiso es de todos y todas por una educación de calidad y garantizar así este derecho.

publicado originalmente en: http://www.aporrea.org/educacion/a208589.html

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Los mercados ¿Y la educación?

Por Hugo Ñopo

Una característica de nuestros tiempos es la fe en el mercado como mecanismo para la asignación de bienes y servicios. El motor de la libre competencia induce innovación, mejora continua y eficiencia en el uso de los recursos. Todo esto redunda en avances en la productividad. Con estos argumentos el Estado redujo su participación activa en los mercados en las últimas décadas. Los resultados han sido positivos en múltiples áreas.

El fervor llevó a creer que cada vez más ámbitos de intercambio social podían beneficiarse con la llegada de los mercados, especialmente aquellos en los que el Estado ha hecho un pésimo trabajo. Un ejemplo es la educación. Pero aquí es donde la fe y el fervor inducen al error. Querer mejorar la educación desde una perspectiva de mercado es ignorar que el servicio educativo tiene muchas particularidades. Es muy diferente al servicio típico sobre el que se pueden hacer transacciones en libre competencia.

Siguiendo a Friedman, pensemos un servicio típico, un restaurante, y comparémoslo con el servicio educativo:

En primer lugar, la información sobre la calidad es limitada. Los comensales pueden fácilmente informarse sobre la calidad de los restaurantes. Las características que hacen a un buen restaurante son conocidas (calidad de los ingredientes, higiene, ambiente, etc.). Algo distinto sucede con la educación. Una parte de la calidad puede observarse y medirse (aprendizajes en lengua y matemáticas, por ejemplo), pero también hay una parte amplia e importante que no es fácil de medir (todos los otros aprendizajes que importan para la vida: habilidades socioemocionales, valores y actitudes). Frente a esto hay un consenso entre los educadores: reducir la calidad de la educación a los resultados en pruebas estandarizadas es peligroso para la sociedad. Pero además, aquí hay un elemento de equidad importante: los hogares menos favorecidos (pobres y con padres poco instruidos) son precisamente quienes menos capacidad tienen para interpretar apropiadamente la información sobre la calidad.

En segundo lugar, los resultados son muy posteriores a las decisiones. Al salir de un restaurante, un comensal tiene una idea bastante clara de la calidad del servicio que recibió. En educación no ocurre esto, pues los tiempos son otros. Parte de la calidad se revela inmediatamente, pero parte de ella (quizá la más importante) en el futuro. Si un colegio no hizo un buen trabajo preparando a sus estudiantes para enfrentar sus vidas universitarias o profesionales, los consumidores podrán identificarlo solo cuando sea tarde. O, visto de manera positiva, el éxito de una institución educativa se refleja en el éxito de sus ex alumnos. Así, es fácil caer en cuenta de que las buenas inversiones educativas necesitan un horizonte de largo plazo. Esto último es difícil de compatibilizar con los horizontes de las inversiones con fines de lucro.

En tercer lugar, en el caso de la educación, además del proveedor, el consumidor es responsable del resultado. Que un restaurante sea bueno o malo depende muy poco de los paladares de los comensales. Tampoco depende del esfuerzo que pongan los comensales por hacer buena su experiencia gastronómica. La provisión del servicio educativo es muy diferente. El esfuerzo de los estudiantes –y sus padres– importa mucho. Además del esfuerzo, hay condicionantes socioeconómicos que también tienen impactos en la calidad. Así, es muy difícil pensar que un mecanismo de precios ayudará a asignar de manera óptima los recursos. Este es un mercado muy diferente al común.

En esa línea, los otros consumidores también juegan un rol. Para el comensal de un restaurante estándar (esto es, no uno de alta gama) poco importa si el sujeto de la mesa vecina prefiere arroz con papas fritas, o si tiene ideas conservadoras o liberales. Para un comensal, ni el perfil ni las preferencias de los otros comensales son relevantes para su propia experiencia gastronómica. En el servicio educativo, sin embargo, el resultado depende de todos los estudiantes. Esto es lo que la literatura llama “los efectos de pares”. Esta complejidad en los determinantes de la calidad hace difícil (si no imposible) el proceso de fijación de precios.

Asimismo, la contratación del servicio se hace “una vez en la vida”. No hay aprendizaje. En un período de, digamos, diez años, un comensal se ha enfrentado muchas veces a la decisión gastronómica. Después de haberse planteado muchas veces la pregunta “¿a qué restaurante debo ir?”, ha ganado experiencia como tomador de decisiones. El comensal sabe en qué factores pensar y cómo sopesarlos para tomar su decisión. Repitiendo las decisiones ha aprendido a elegir. En ese mismo período, un padre de familia no ha tomado muchas decisiones sobre la elección de colegio para su hijo. La contratación del servicio educativo, al ser mucho más esporádica, da menos oportunidad para el aprendizaje. Los padres de familia son más propensos al error. Errores que cuestan caro.

Una consideración adicional tiene que ser la equidad. Los niños de hogares pobres tienen más dificultades para el aprendizaje que el resto. Educarlos es más caro y por eso un país debería asignar más recursos para la educación de los pobres. Los mercados hacen exactamente lo contrario, estos asignan más recursos educativos a aquellas escuelas donde hay mayor capacidad de pago.

Como puede verse, para que un mercado de servicios educativos funcione saludablemente necesitaríamos regular varios aspectos de la realidad. Los riesgos de no hacerlo apropiadamente son grandes. Mientras tanto, pensar que los sistemas educativos van a mejorar con mayor participación privada es fe ciega. Sin duda se trata de un tema que necesita mucho debate sobre la base de razones y no de fe.

Fuente: http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/mercados-y-educacion-hugo-nopo-noticia-1843341

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Educación o instrucción

Por: blog humanismo sin credos

Dicen los que, alejados de los intereses políticos, saben de estas cosas que el gran problema de España es la educación, aunque entre los intereses inmediatos de los ciudadanos no parece ser éste el problema más urgente que les afecte. Cuestión, también, de comunicación: ¡como este problema no aparece con regularidad ni suficiente intensidad en los telediarios ni en las tertulias…!

Pero sí: la educación no es que sea un problema, es que es “el gran problema”. Es que aquellos que rigen su entramado, los políticos vulgares, la han degenerado de tal manera que los conocimientos y principios con que se dotan los escolares para iniciar su andadura profesional, dejan muchísimo que desear y están lejos de alcanzar la ratio de conocimientos que imperan en nuestro entorno occidental.

Educación se entiende en un doble sentido, educación como adquisición de instrucción y como conocimiento de los contenidos de las ciencias y educación como caudal de buenas maneras en la conducta, lo que se suele entender como urbanidad. ¿De quién dependen uno y otro asunto? Como alguien decía, tanto instrucción como urbanidad dependen de toda la tribu. Nadie se puede ocultar a la hora de educar a los niños… que serán las generaciones que gobernarán, incluso a quienes ahora “educan” e “instruyen”. Se suele decir que son los padres quienes inculcan principios y valores; el colegio el que educa en socialización y cultura (instrucción); y la sociedad en lo que generalmente se entiende por urbanidad o civismo, dotándose además de leyes que reprimen conductas desviadas… Una sociedad educada engendra individuos educados; una sociedad acostumbrada al robo, propicia individuos randas.

El debate por lo que respecta a la labor en las escuelas, por otra parte intrascendente en lo que afecta al niño, continúa. Y continúa precisamente porque aquellos que nada tienen que ver con la educación, los políticos vulgares, han introducido sus manazas de cazo en ella. ¿Hay que instruir nada más o es preciso también educar? ¿Es labor de los padres la educación en principios y valores en los primeros años o es también labor de la escuela? Falsa dicotomía. ¿Pero se puede legislar en base a esta dicotomía que los profesionales de la enseñanza tienen superada? No hay exclusivismos en la educación. Los padres educan e instruyen; la escuela y la sociedad también. “Labor de la tribu”. Y cada uno en el grado que le corresponde, en la etapa que toca y con los medios de que dispone.

Sobran y hay exceso de grandes palabras. Pretendemos para los niños algo que no es práctica regular en el entorno en que ese niño se mueve. Muchos valores los aprende el niño sin necesidad de que se los digan verbalmente. Quien ve cariño alrededor transmite cariño. Quien ve y oye afán de ayudar y agradar a los demás reproduce esos mismos actos entre sus compañeros. Pero… ¿Cómo va a practicar el niño el respeto si está viendo en su casa cómo se disgrega la convivencia familiar con disputas, insultos o agresiones? ¡Para él eso es lo normal! Lo que vivió en su casa lo reproducirá en la sociedad minúscula en que se integra… y lo practicará de mayor. ¿Cómo va a aprender honradez el adolescente si todo lo que le llega, lo que ve, lo que oye son casos de corrupción, de rapiña y de robo? ¿Cómo va a tener entre sus principios el del esfuerzo por superarse a sí mismo si lo que le han inculcado es el medro con el mínimo de trabajo?

Pero tan importante como la educación en principios y valores es la instrucción, llegar a ser un buen profesional del que dependerá su propia subsistencia y la buena marcha de la sociedad. Lo queramos o no la instrucción discrimina individuos: el que más vale y, en consecuencia, procuran padres y maestros que se esfuerce, alcanza metas a las que otros no podrán llegar. Esto es elemental y hay que partir de ese principio. No todos valen para lo mismo ni tienen las mismas capacidades. Y no todos se esfuerzan lo mismo.

Pretender que todos sean iguales es empobrecer a la nación. Que todos tengan las mismas oportunidades, sí. Pero a partir de ahí, se ha de primar la excelencia, el esfuerzo y el logro de resultados. Las sucesivas leyes de Educación, hasta siete, que hemos padecido han pretendido igualar a la sociedad… ¡por abajo! Todos iguales… de tontos. Y así nos va. El que ha querido sobresalir, ha sido “contra” ese espíritu: colegios privados, universidades extranjeras, másters carísimos… algo que debiera haber propiciado el Estado. Y los padres que han sido conscientes de ello, han tenido que luchar contra ese estado… de cosas.

Produce verdadera vergüenza intelectual asistir a despropósitos como ése de “andaluces no”, sino “población andaluza” (en buena lógica sería “población andaluz y andaluza”), “Congreso de Diputados y Diputadas”, etc. O aquél que sustituía “porteros” por “empleados de fincas urbanas”. Genialidad la de sustituir el nombre por su definición, para subvertir la “economía del lenguaje”, que es la que prima en la vida real, por puro voluntarismo nominalista.

Eso de que cambiando las palabras cambiará la sociedad es pensamiento de memos, lerdos, estólidos y cretinos. A eso hemos llegado facilitando que personas que no serían capaces de hacer las cuentas de una comunidad de vecinos o de su misma casa, manejen y gestionen presupuestos millonarios de empresas públicas o siendo gestores del Estado mismo. Toda esa tribu que vemos desfilar estos días, ¿están preparados para la labor de dirigir un Estado?

Añadamos algo más respecto a la instrucción como base de la educación. La instrucción no es sólo física o matemáticas. También es literatura, arte, filosofía, historia…. que inculcan principios éticos también o enseñan vías cegadas. La persona instruida es más fácil que sea educada. Tiene la mente más abierta y receptiva. No está unidireccionada ni subsumida por principios que son slogans o tópicos que otros les han metido en la sesera. Su capacidad crítica, por otra parte, es base para que la sociedad prospere: saben lo que funciona mal y saben qué remedios aplicar para lo contrario.

Por no alargarnos en algo que verdaderamente nos produce coraje, terminemos con el dato de “la edad oportuna”: importa saber y tener claro qué debe conocer un niño a determinada edad, porque si eso no lo aprende en esa edad, no lo aprenderá nunca o le costará mucho más saberlo. Asistimos al esperpento de que hay guarderías que pretenden darle a conocer al niño conocimientos sobre la evolución humana y universidades que todavía están corrigiendo faltas de ortografía.

Nos faltaría hablar de la utilización política de la educación, cercenando derechos, pero eso ya es harina costrosa en la que hay que hincar el cuchillo (de las leyes). Para más tarde.

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¿Cuál fue el primer libro que te hizo enamorarte de la lectura?

La mayoría de nosotros puede recordar ese libro especial que, cuando éramos pequeños, insistíamos a nuestros padres, abuelos y cuidadores nos leyeran una y otra vez. Ese libro que nos hizo enamorarnos de la lectura. Para mí fue el libro escrito por Elsa Beskow The Tale of the Little, Little Old Woman.

Para mi hija menor fue El Conejito Knuffle, un cuento aleccionador escrito por Mo Willems que ella quiere oír tantas veces todavía, que ya lo tengo memorizado palabra por palabra. Su página favorita es cuando el padre de Trixie se sumerge en la lavadora por segunda vez, decidido a encontrar su conejo de peluche. Mi hija tiene ahora nueve años de edad, devora libros de varios cientos de páginas y ya no me necesita para leerle. Sin embargo, nos acurrucamos y leemos todas las noches. Es un momento que atesoro, en el que juntas exploramos distintos lugares, tiempos, emociones y acontecimientos.

Los libros infantiles de alta calidad son piedra angular en el proceso de alfabetización. Pero identificar literatura infantil con estos atributos no siempre es fácil. Con el fin de ayudar a los educadores y padres de familia en la búsqueda de cuentos geniales y para celebrar la escritura extraordinaria dedicada a los niños pequeños en América Latina y el Caribe, los Premios ALAS-BID galardonan al mejor libro de la primera infancia. En su tercera edición, los cuatro finalistas para la categoría de mejor publicación muestran cuatro fantásticas historias de las que padres y niños se enamorarán.

Menena Cottin, autora de “El Libro Negro de los Colores”

En El Libro Negro de los colores de Menena Cottin, encontramos a Tomás, quien huele, siente y escucha colores. Al lado de cada página hay una imagen del objeto asociado con el color impresa en relieve para darle textura. De esta manera, los niños con discapacidad visual pueden percibir la “acidez del rojo” a través de una ilustración con la textura de una fresa. Este poético texto, impreso también en braille perforado, se superpone a las imágenes con una narrativa lírica que describe al rojo “amargo como las fresas y dulce como la sandía”.

Elena Dreser, autora de Federico y Federico

En su libro Federico y Federico, Elena Dreser representa juguetonamente la conexión especial entre un abuelo y su nieto. Al escribir una carta, por ejemplo, al abuelo Federico se le ocurre el contenido, pero su nieto Federico le muestra cómo enviarla por correo electrónico. Elena muestra la magia de una relación que es tan fuerte en muchos hogares de América Latina.

Amalia Low, autora de “Tito y Pepita”

En los libros de Amalia Low, los animales cobran vida de manera extraña: desde jirafas gordas y elefantes flacos, rinocerontes peludos y flamencos calvos, hasta un cocodrilo que llora lágrimas de verdad. Lo mismo para el libro finalista llamado Tito y Pepita, que cuenta la historia de dos hámsters que, aparte de ser vecinos, son también los peores enemigos. El sencillo mensaje del libro -que debemos perdonarnos y nos amarnos unos a otros- es contado en un lenguaje que ayuda a los pequeños a apreciar las diferencias y a reconocer el dolor que pueden provocar las burlas entre niños.

Mireya Tabuas, autora de “Rojo, Azul”

En el libro de Mireya Tabúas Rojo, Azul, los colores sirven como metáfora para reflexionar sobre las distintas experiencias conflictivas de los niños en su vida cotidiana. Las ilustraciones geométricas de los azules y los rojos les ayudan a visualizar estas diferencias. En este libro, el azul definitivamente no se parece al rojo, y el rojo es lejano al azul hasta que, de pronto, los dos colores se funden en uno. Su historia habla de manera profunda sobre los conflictos que los niños a menudo enfrentan, mostrando una sencilla lección de resolución. Su lógica maravillosamente accesible fue elogiada por el jurado.

Acompáñanos a la ceremonia de premiación este 10 de noviembre de 2015, en Washington DC y ¡averigua quién gana! Los Premios ALAS-BID también se entregarán en otras tres categorías: mejor centro de la primera infancia, mejor educador y mejor innovación. El evento incluirá charlas interactivas tipo TED Talks, actuaciones y conversaciones entre los destacados académicos, así como educadores y líderes de la educación en las Américas y otras partes del mundo.

Una invitada especial de Plaza Sésamo hablará con ingenieras de la NASA, quienes compartirán sus experiencias como mujeres latinoamericanas en la ciencia. Juntas pedirán a los responsables de la política educativa de América Latina y el Caribe invertir en las matemáticas y ciencias para mejorar la educación temprana de las niñas. Michael Geisen, ganador del premio anual Mejor Educador de los Estados Unidos, compartirá sus ideas sobre cómo podemos ayudar a los niños a desarrollar el pensamiento crítico y habilidades para resolver problemas. El cantante colombiano Fonseca describirá su visión de cómo mejorar la educación en los primeros años. También conoceremos más sobre Paloma Noyola, la joven mexicana a quien, a sus 12 años de edad, se le llamó la “Próxima Steve Jobs”. Y muchos invitados más…

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Política y defensa en las organizaciones docentes

Por: Diane Woloschuk

Puede que los sindicatos de docentes que trabajan para impulsar la causa de la educación pública y mejorar la situación de la profesión docente no elijan el desarrollo de políticas como su primera estrategia. Comparado con la defensa pública, las reuniones con gobiernos o la negociación colectiva, la política organizativa puede parecer pasiva y abstracta, meras palabras de un manual al que nos referimos de vez en cuando.

Sin embargo, lo más sorprendente para los sindicatos en el actual contexto mundial es la lucha, bien con los gobiernos, con los promotores de la ideología neoliberal o con ambos, acerca de qué valores fundamentales deberían subyacer tras la educación de nuestros niños y jóvenes y, desde luego, de la sociedad en su totalidad. El objetivo neoliberal de comercializar y controlar los servicios públicos, minuciosamente impulsado en los últimos 30 años, ha contribuido a un cambio de mentalidad, al menos en los países de la OCDE: de unos valores más humanistas expresados mediante un modelo comunitario de sociedad y gobierno a unos valores más individualistas y competitivos expresados con un modelo empresarial. Tanto los sindicatos como el sistema de educación pública surgieron en un periodo de la historia en que el modelo comunitario y la búsqueda del bien común estaban en auge.

En muchos países de la OCDE, los sindicatos de docentes trabajan para impedir los ataques a los derechos laborales, la profesionalidad de los docentes y los sistemas escolares de financiación pública. En algunos países y regiones, la «reforma» educativa ya ha ocasionado un abandono total por parte del gobierno hacia la educación pública y los sindicatos de educación han tenido que reagruparse ante las incesantes campañas contra sindicatos y docentes.

En los países en desarrollo, los sindicatos de docentes se esfuerzan por ayudar al gobierno y al público a reconocer la importancia de la educación pública y los principios de justicia natural y de los derechos laborales de los docentes, tales como tener salarios adecuados y que se les pague por su trabajo y de forma puntual. A diferencia del hemisferio norte, el sur está intentando hacer esto cuando el modelo comunitario está siendo atacado. La puesta en marcha de la Educación para Todos (EPT) ha logrado que gran cantidad de niños se incorporen al sistema escolar público. Sin embargo, los gobiernos nacionales han tenido muchas dificultades para prepararse para esto dadas las restricciones presupuestarias creadas por la normativa del FMI que ha limitado la financiación para los servicios públicos y los salarios. Como consecuencia se ha producido una escasez extrema de instalaciones escolares adecuadas y de recursos para el desarrollo y la implantación del currículum, unido a la incapacidad para educar a suficientes docentes lo bastante rápido para atender la demanda. Con una financiación inapropiada, unas clases excesivamente numerosas y una falta de docentes cualificados, no es extraño que los estudiantes obtengan unos resultados de aprendizaje malos. Los defensores del neoliberalismo y la privatización de la educación no han tardado en culpar del fracaso a los docentes y al carácter público del sistema educativo.

En todo el mundo, por tanto, se están poniendo en entredicho los valores y convicciones que representan el fundamento de la educación pública. Los docentes y sus sindicatos defienden su profesión y la educación pública, lo cual no debería sorprendernos porque la enseñanza es un trabajo capaz de transformar socialmente[1]. Como afirma Shaker en la edición de otoño de 2013 de Our Schools Our Selves, «Los docentes y sus sindicatos han luchado en primera línea por unas escuelas más seguras e inclusivas y por comunidades de aprendizaje que permitan que todos los estudiantes y educadores sean capaces de prosperar».[2] La visión de los docentes acerca de la educación pública (las convicciones, valores y principios colectivos y pactados que defienden) se expresa en la política de su sindicato, que es la base de sus declaraciones y acciones.

El desarrollo y la aplicación de políticas persiguen dos objetivos distintos. En el sindicato, el desarrollo de políticas crea consenso acerca de las convicciones y valores y proporciona una lengua y un entendimiento comunes sobre qué es importante. A nivel externo, el desarrollo de políticas facilita y fomenta un diálogo real e influyente con el gobierno y otros actores de la comunidad educativa que pueden contribuir al cambio progresivo.

Un marco muy útil para establecer las necesidades de política lo encontramos en la campaña de la Internacional de la Educación «Unámonos por la educación pública», que abarca tres estrategias integradas para la educación de calidad: docentes de calidad, herramientas de calidad y entornos de aprendizaje de calidad. La defensa de unos docentes de calidad se basa en las políticas de formación y certificación de docentes, la profesionalidad y la autonomía de los docentes, el desarrollo profesional de los docentes, la colaboración y la colegialidad y la conducta y la competencia profesional, entre otros. En cuanto a las herramientas de calidad, las políticas relativas al desarrollo curricular, la puesta en marcha y los recursos y la financiación de la educación son buenos ejemplos. Por último, las políticas relacionadas con las instalaciones escolares, la inclusión, la seguridad escolar, la equidad de género, los derechos de las lenguas minoritarias, la educación indígena y otros sustentan la defensa a favor de entornos de aprendizaje de calidad. Los temas de política y las políticas en sí mismas, varían en función del sindicato y de su contexto nacional. Sin embargo, las convicciones, valores y principios fundamentales que subyacen tras las políticas de un sindicato de docentes probablemente se basan en su mayoría en los principios universales relacionados con el respeto por la dignidad de los niños, el valor de la educación pública y la profesión docente y el bien común. ¿Cuáles serán esas convicciones, valores y principios fundamentales?

1. La educación pública como bien común y derecho humano fundamental

El párrafo 7º de la Declaración de los Derechos del Niño[3] afirma que todos los niños tienen derecho a una educación obligatoria y gratuita y que los responsables del sistema educativo serán quienes sirvan los intereses de los niños. El que los docentes aboguen por los derechos de todos los niños a una educación de calidad tiene la capacidad de influir y educar a los padres y al público y puede contribuir a crear grupos de defensa dedicados a este principio.

2. La voz de los docentes

Los docentes entienden sus responsabilidades profesionales y las necesidades de sus estudiantes. Los sindicatos de educación deberían participar en las decisiones acerca de los cambios en el sistema educativo público y/o los requisitos que afecten a la profesión docente y los docentes. Los docentes también deberían participar en la planificación y puesta en marcha de los cambios propuestos.

3. Los docentes como profesionales

Según la OCDE, los países que disfrutan de sistemas educativos eficaces cuentan con sindicatos de docentes fuertes y con recursos. Abordar los temas de bienestar del docente es una labor sindical fundamental. Además, cuando los sindicatos de docentes trabajan para mejorar la calidad de la enseñanza mediante programas de desarrollo profesional y la definición de estándares profesionales, otorgan autenticidad e integridad a su papel como actores de la comunidad educativa nacional, especialmente si existe una falta de docentes cualificados. Por ejemplo, según el Uganda National Teachers’ Union (UNATU), la formación continua (IN-SET) y los programas de Teacher Action for Girls (TAG, Acción docente por las niñas) han contribuido al reconocimiento del UNATU como un sindicato moderno que no solamente lucha por el bienestar de los docentes sino que también contribuye a otros aspectos de la agenda educativa valorados por el gobierno, como las tasas de abandono y los logros de aprendizaje en alfabetización y matemáticas. Los docentes del mundo desarrollado también se están dando cuenta de que «tal vez sean los únicos agentes capaces de restaurar el papel de las escuelas como espacios al servicio del bien común».[4]

4. Justicia social y equidad

Los sindicatos de docentes han sido grandes defensores de las escuelas inclusivas, apoyando los derechos fundamentales como la libertad de expresión, la libertad de asociación y la defensa de los derechos de las minorías. Han luchado por los derechos de los niños, mujeres, docentes y estudiantes LGBTQ y muchos más. Han luchado por la inclusión de las personas discapacitadas e incapacitadas. Han luchado por la democracia. La justicia social y la equidad son la base y el alma de la educación pública y son esenciales para la democracia. La justicia social y la equidad son fundamentales para apoyar una visión de la sociedad en la que todos los niños tengan las mismas oportunidades de aprender, desarrollar sus habilidades e intereses y ser miembros responsables de la sociedad.

5. El valor de las relaciones

Los docentes conocen bien la importancia de la relación entre docente y estudiante, que no es de carácter económico, sino una relación profesional y profundamente humana. Los sindicatos de docentes consideran que las políticas de enseñanza y aprendizaje deben reflejar el interés y el respeto de los docentes por los niños a los que enseñan. Los docentes son conscientes del poder de transformación que tiene la relación con sus compañeros, no solamente en sus propias escuelas, distritos o países, sino en el mundo entero. Vengan de donde vengan, la pasión que comparten por la enseñanza y el compromiso con sus estudiantes crea un vínculo inmediato entre ellos. Cuando trabajan juntos, crece su entendimiento de la pedagogía, lo cual puede ser profundamente transformador y enriquecedor. Los miembros de los sindicatos saben muy bien que cuando la gente trabaja en equipo puede conseguir una relación laboral más justa con sus empleadores y una sociedad más democrática. Conocen bien la importancia de las relaciones democráticas en sus propias organizaciones. Los sindicatos de docentes no poseen el poder que dan una gran riqueza económica o las conexiones con los medios de comunicación. Nuestro poder reside en la gente.

Esta lista de principios no es exhaustiva. Se basa en las convicciones, valores y experiencias de la Canadian Teachers’ Federation. Todos los sindicatos de docentes deben explorar sus más profundas convicciones, convertirlas en políticas y luego, junto con sus miembros, emplearlas para explicar al gobierno y al público en general la visión de los docentes acerca de la educación pública y su profesión. Esa visión es la base del liderazgo de los sindicatos de docentes para defender y cultivar la democracia. En palabras de John Ralston Saul, un famoso filósofo y escritor canadiense,

“… la única estructura pública de que disponemos capaz de llegar a todos los ciudadanos en cualquier parte del país y hacerles sentir parte de una gran familia de ciudadanos es el sistema de educación pública. En el sentido estricto de democracia inclusiva, esos edificios simples de ladrillo y mortero que llamamos escuelas públicas, son en realidad el único lugar de reunión de los ciudadanos. El sistema de educación pública y su estructura de base no solamente no está anticuada, sino que dependemos más de ella hoy de lo que lo hacíamos en gran parte del siglo XX

[1]Weiner, L. This Labor Day, Thank a Teacher. Consultado el 16 de septiembre de 2013 en http://jacobinmag.com/2013/09/this-labor-day-thank-a-teacher/

[2]Shaker, E. (2005). On the Front Lines. Our Schools Our Selves, 23, 1, 17.

[3] Naciones Unidas. Declaración de los Derechos del Niño. Consultado el 22 de diciembre de 2013 de www.un.org/cyberschoolbus/humanrights/resources/child.asp.

[4]Green, R. (2013). Why America’s Teachers Are Going Badass and Why Canada’s Need to Consider Doing the Same. Our Schools Our Selves, 23, 1. 24.

Publicado originalmente en: http://worldsofeducation.org/new/spa/magazines/articles/223

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Absentismo Escolar: más allá del alumno.

Por: Iván Barroso.

Al revisar diferentes estudios e investigaciones referidas al absentismo escolar podemos encontrar distintas definiciones y criterios utilizados para explicar y cuantificar esta situación social, que ya supone un porcentaje representativo a tener en cuenta dentro del total de alumnado en edad de escolarización.

Absentismo
Generalmente, se suele considerar que un/a alumno/a presenta absentismo escolar cuando, estando en edad de escolarización obligatoria, acumula un número determinado de faltas de asistencia reiteradas sin justificación válida pero, ¿qué factores pueden ser los causantes del absentismo escolar en un alumno/a?¿es razonable responsabilizar únicamente al alumno/a o/y a su familia?

Se suele considerar que los principales causantes del absentismo escolar son las familias y el propio alumnado, pero si conseguimos visualizar la situación desde una perspectiva más amplia podremos observar que la existencia de muchos de los casos de absentismo escolar no es más que el resultado de una situación social de inestabilidad y empobrecimiento económico, social y cultural.

Familias que dejan en un segundo plano la asistencia de sus hijos/as al colegio ya que están más preocupadas por no perder su vivienda, por encontrar trabajo o simplemente por cómo llegar a final de mes; familias que han pasado a considerar más importante la asistencia de sus hijos/as a determinados encuentros, que hasta ahora eran consideradas de ocio y que han pasado a ser más prioritarias que la formación escolar; alumnos/as y familias que ven el futuro con pesimismo y no entienden la formación académica como una solución a su situación socio-económica actual; etc, etc

A la hora de trabajar el absentismo escolar debemos tener en cuenta la influencia del entrono y la situación socio-económica actual, no cabe responsabilizar únicamente a quienes se ven afectados directamente (alumnnado y familia) sino que debemos tener la suficiente perspectiva para entender, de forma más amplia, todos aquellos factores que influyen en la situación y de esta manera coordinar el trabajo desde diferentes áreas y recursos (servicios sociales, servicios de absentismo escolar, centros escolares, asociaciones vecinales, ONG´s, etc) que deben intervenir para erradicar esta problemática social.

 

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