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Los enemigos de Gramsci

Por:  Álvaro Bianchi, Daniela Musi /Fuente:  Jacobin

Traducción de Valentín Huarte

Antonio Gramsci nació un día como hoy (Ales, Cerdeña, 22 de enero) en 1891. Hace varias décadas que los intelectuales conservadores, como Olavo de Carvalho y Roger Scruton, presentan a uno de los mayores teóricos marxistas del siglo XX como el símbolo de una gran amenaza al orden capitalista. Y no se equivocan.

A mediados de los años 1980, el intelectual conservador inglés Roger Scruton fundó la revista The Salisbury Review, en la cual publicó una serie de artículos sobre los intelectuales «de izquierda» del siglo XX. Abordó los pensamientos de György Lukács, Louis Althusser, Herbert Marcuse y Antonio Gramsci en una compilación titulada Locos, impostores y agitadores: pensadores de la nueva izquierda (1984). Scruton sostenía que se estaba desarrollando una guerra ideológica. Según él, el concepto marxista de hegemonía podía definirse como una herramienta de la «ideología de la dominación de clase» de los marxistas, responsables de inculcar –o de «legitimar»– una idea de autoridad. Por este motivo, «ningún pensador político en la coyuntura europea y estadounidense moderna puede ignorar las transformaciones que impusieron a nuestra vida intelectual los escritores y activistas de izquierda», los propagadores de la «hegemonía».

Al discutir la izquierda que emergió en Europa a partir de la segunda mitad de los años 1960, Scruton creía estar frente a un consenso inédito que amenazaba las «costumbres, las instituciones, la política de los Estados occidentales» y renovaba la «teoría y la práctica del comunismo». De esta forma, alertaba sobre el problema del «retorno del jacobinismo», sintetizado ahora «emocionalmente» bajo una nueva forma, ya no como disputa partidaria por la conducción de las masas, sino como un conjuro que «secretamente conquistará su objetivo común» sin un liderazgo definido de manera estable.

La principal referencia política de Scruton fueron los levantamientos estudiantiles de 1968 en Europa y en Estados Unidos. Según su opinión, estas manifestaciones, la nueva edición de 1975 de los Cuadernos de la cárcel y la importante difusión de los escritos del autor en cursos universitarios y organizaciones de izquierda llevaron a un renacimiento de la influencia de Gramsci. El italiano renació como teórico político, crítico cultural, filósofo y canon revolucionario entre los círculos intelectuales y políticos que estaban ávidos de una «orientación moral e intelectual».

De este modo, Gramsci era presentado como el autor de una nefasta teoría de la imposición de la legitimidad del intelectual de izquierda sobre el hombre común, una estrategia en la cual el liderazgo partidario clásico perdía espacio frente a las transformaciones «graduales» realizadas por personas especializadas en la conducción de las masas.

Según la visión de Scruton, las ideas gramscianas habilitaban a que los activistas post-1968 se percibieran a sí mismos como «intelectuales» y «legisladores». Lo que Gramsci denominaba «revolución pasiva» –el proceso de transformaciones graduales que desbloquearían imperceptiblemente el camino para el que surja un nuevo orden social– no era más que una versión izquierdista de la buena y vieja circulación de las élites. Entonces, la originalidad del pensamiento gramsciano radicaba en percibir la existencia de una «nueva hegemonía» al plantear el dominio de clase como fruto del encuentro de «dos fuerzas»: los intelectuales de izquierda y las «masas». Gramsci habría elaborado de esta forma la verdadera teoría del fascismo, o sea, la estrategia política de conformación de una «unidad ideal» capaz de manipular la cultura y, por medio de ella, impulsar transformaciones políticas y económicas de largo plazo.

A inicios de los años 1980, el francés Alain de Benoist, otro intelectual conservador, empezó a dedicarse también al pensamiento de Gramsci. Su análisis era diferente al de Scruton. Asumió una actitud positiva frente a la experiencia de los movimientos y las protestas emergentes en los años 1960, a los cuales percibirá como una «novedad» de la política occidental. De esta forma, se esforzó para pensar las posibilidades de creación de una «nueva derecha», que fuese la antítesis directa de la renovación que atravesaba a las izquierdas en Europa. Con este fin se apropió de las ideas gramscianas.

En enero de 1969, de Benoist fundó el Grupo de Investigación y Estudios para la civilización europea (GRECE, por sus siglas en francés), que tenía como objetivo la formación político-cultural y contaba con el compromiso de intelectuales nacionalistas. En 1981, el GRECE realizó su 16° Congreso bajo el lema «Por un gramscismo de derecha». Esta propuesta reunía al activismo de la «nueva derecha» alrededor del proyecto de creación de organizaciones políticas conservadores con un abordaje cultural, algo inexistente en las experiencias de la época, aun considerando a los representantes del neoliberalismo naciente.

Para de Benoist, la principal contribución de Gramsci habría sido la de ayudar al ideario conservador para que vuelva a poner las ideas conservadoras «en su lugar». Les idées à l’endroit fue justamente el título del libro publicado en 1979, en el cual de Benoist planteó la necesidad de una derecha que tuviese algo que decir sobre los intelectuales como Gramsci. Una derecha capaz de superar el tipo de «leninismo» espontáneo con el cual actuaban en la disputa inmediata por el poder político y avanzar en el sentido de un activismo «gramsciano», es decir, un activismo interesado en los efectos del «poder cultural» y «metapolítico» de la correlación de fuerzas a nivel político. Ese interés «cultural» era, según de Benoist, lo que diferenciaba a las nuevas izquierdas de los años 1960 y 1970 de las derechas que, hasta entonces, no habían tenido éxito en renovarse; era necesario enfrentar a los adversarios sobre su propio terreno.

A su vez, la Nueva Derecha francesa, nacida más de polémicas periodísticas que de compromisos intelectuales e iniciativas serias, debía encontrar una estrategia para criticar el igualitarismo socialista. La oportunidad estaba en los flancos de la Nueva Izquierda, especialmente en su tendencia a menospreciar y negar la política de masas. Este flanco –el elitismo no deliberado de las organizaciones de la Nueva Izquierda– permitía retomar el viejo argumento del conservadurismo reactivo, que apela a las «mayorías silenciosas», para convertirlo en una «aceptación trágica del mundo».

En otras palabras, les daba la oportunidad a las nuevas derechas de elaborar una actitud política elitista, pero no negativa y, justamente por eso, de presentarse como una alternativa a las izquierdas. Las nuevas derechas, seguía el argumento de de Benoist, debían aprovechar el valor político de su propuesta «masiva» para hacer que el conservadurismo volviera a desempeñar el papel de explicación del mundo y de las cosas. La actitud social crítica que, en las nuevas izquierdas, encontraba su límite en la negación del «fascismo» y del «totalitarismo», debía ser tomado por las nuevas derechas como un punto de partida, como una «aceptación trágica».

América Latina también vivió una reacción conservadora al pensamiento de Gramsci a partir de los años 1980. En 1984, el primer número de la revista católica argentina Gladius discutió la «penetración marxista en América Latina» y, más específicamente, el papel de la educación en el pensamiento revolucionario gramsciano. En su presentación, esta revista de orientación tomista anunció que se estaba desarrollando una «guerra contracultural» en la Argentina, representada por la falta de «respeto a la vida, al amor, a la patria, a la familia, al matrimonio […], a la distinción entre los sexos e incluso a la condición humana de ser libre e inteligente». El papel que tenía Gramsci en esta ofensiva era recuperar el valor de las ideas y del pensamiento, al afirmar que la transformación social era una transformación del espíritu humano.

Gramsci había comprendido que una revolución comunista como la de 1917 en Rusia jamás ocurriría en Italia y había elaborado «grandes tesis» sobre cómo esa transformación podría desarrollarse por otro camino. En este sentido, la filosofía de la praxis sería una tentativa de pensar la «resolución pacífica de las contradicciones existentes en la historia y en la sociedad», o sea, la anticipación por medio de consensos a nivel superestructural acerca de las transformaciones necesarias para derrotar a la burguesía.

De aquí el interés especial que Gramsci tiene por los intelectuales, su esfuerzo por convencerlos de que no es posible «saber sin comprender, sin sentir y sin ser apasionado», es decir, que no es posible pensar sin acercarse al pueblo, sin «entenderlo históricamente y relacionar dialécticamente sus necesidades con una concepción superior del mundo». La conexión sentimental era el comienzo de la relación entre intelectuales y pueblo, el antídoto contra la burocratización y contra el formalismo.

Con este objetivo, Gramsci formuló una nueva concepción de las élites intelectuales, que era fruto de la fusión entre la especialidad del oficio y la actividad política. Compitiendo entre sí, estas actuarían como vanguardia de la revolución comunista, es decir, como promotoras de una revolución cultural. La formación de estas élites no sería improvisada ni discontinua, sino el resultado de un plan de «reforma intelectual y moral» íntimamente asociado con un plan de «reformas económicas». Gramsci, en este sentido, habría «continuado la vía abierta por Lenin».

En América Latina, para los católicos de Gladius, la mayor expresión de la política gramsciana era la capacidad de penetración ideológica, una forma de lucha mucho más peligrosa que las tentativas revolucionarias de confrontación armada de los años 1960 y 1970. En el terreno ideológico, seguía su argumento, todavía existían los riesgos de la «mimetización» y de la «infiltración» del pensamiento revolucionario, gracias al poder de atracción que ejercía sobre ciertas «mentalidades entusiastas» a través de las «ambigüedades» y las «elipsis» del discurso.

La lucha ideológica revolucionaria en el continente desbordaba principalmente en dos direcciones. En primer lugar, el papel del tercermundismo y del «indigenismo» como concepciones histórico-culturales «de agitación antiblanca», es decir, «que reniega de manera explícita del descubrimiento y del sentido cristiano-católico, mariano-misionero y grecorromano de la Conquista, la Civilización y la Evangelización de estas tierras [latinoamericanas]». En segundo lugar, la lucha ideológica se desplegaría contra la política de derechos humanos, que era presentada como la «constante preservación, justificación y apoyo al avance del comunismo».

En otras palabras, la «ideologización» aquí se refería al hecho de que la defensa de los derechos humanos, promovida por «grupos de solidaridad», entidades, asociaciones y organismos internacionales, llevaría a la crítica e incluso a la condena de las actitudes represivas de las dictaduras militares en el continente. Esta poderosa «ideología de los derechos humanos», por lo tanto, servía en la práctica para «justificar o tolerar a los agentes de la subversión». O una política «ideológica» que, en el caso de Argentina, asumía una connotación mítica en un movimiento tan fuerte y amplio como el de las Madres de Plaza de Mayo.

En Estados Unidos, los conservadores no mostraron la misma sofisticación de los ingleses y de los franceses, ni siquiera la de los católicos argentinos, y desplegaron una visión del mundo extraña y conspirativa, en la cual era difícil saber quiénes eran los agentes de la conspiración y cuáles eran sus propósitos. En 1988, en el segundo informe del Comité de Santa Fe –un think tank conservador enfocado en América Latina, fundado durante el gobierno de Ronald Reagan–, se mencionó explícitamente la influencia de las ideas de Gramsci en el continente. Titulado Una estrategia para América Latina en los años 1990, el informe de L. Francis Bouchey, Roger Fontaine, David C. Jordan y Gordon Sumner argumentaba que una de las principales consecuencias de esta influencia era el fortalecimiento de una ideología «estatista» y favorable a la teología de la liberación que podía observarse en casi todos los países latinoamericanos.

El informe del Comité de Santa Fe circuló ampliamente en los medios militares de América Latina. En un contexto en el cual se debilitaba el argumento conservador sobre una supuesta ofensiva soviética y terrorista en la región, la subversión comunista adquiría otros contornos: por un lado, se presentaba vinculada al tráfico de drogas; por otro, como una expansión de la influencia de los intelectuales de izquierda inspirados por las ideas de Gramsci, especialmente mediante una reinterpretación de los valores éticos y religiosos. El acompañamiento sistemático de las transiciones democráticas en el continente –influenciando la «cultura política» de los nuevos regímenes– sería la única manera de enfrentar tales amenazas y garantizar el sostenimiento de una estructura de Estado permanente (en los medios militar y judicial).

Para la opinión pública estadounidense, la denuncia de esta conspiración gramsciana a la luz del día asumió tonos estridentes a inicios de los años 1990, de la mano del locutor de radio Rush H. Lihnbaugh, autor del bestseller The Way Things Ought to Be (1992). Según Limbaugh, Gramsci preconizaba la necesidad de una «larga marcha dentro de las instituciones» antes de que el «socialismo y el relativismo resulten victoriosos». El objetivo del pensador era «transformar el modo en el que toda la sociedad piensa sus problemas […]. Para comenzar, hay que subvertir y minar la creencia en Dios».

El locutor de radio creía que, a pesar de que el «oscuro comunista italiano» era desconocido, los thinks tanks de la izquierda le construían altares. A partir de los años 2000, esas teorías conspirativas fueron reunidas bajo la bandera del «marxismo cultural», el cual, en palabras de un especialista en asuntos militares –el conservador William S. Lind– había logrado traducir el marxismo «de la economía a la cultura». En esa operación, la «teoría de la hegemonía cultural» de Gramsci defendía que la creación de un «nuevo hombre comunista» debía desarrollarse antes de que «cualquier revolución política fuese posible». Para esto, era necesario enfocar «los esfuerzos de los intelectuales en los campos de la educación y la cultura».

La idea de una «larga marcha», en la cual se escuchaba el eco de la hazaña histórica de Mao Tsé-Tung en China, parece ser recurrente. Según Raymond V. Raehn, colaborador de Lind en la crítica de lo políticamente correcto, «Gramsci vislumbró una larga marcha a través de las instituciones de la sociedad, incluidos el gobierno, el poder judicial y militar, las escuelas y los medios». La conclusión de Raehn era que el «multiculturalismo puede ser visto como un medio para ponerle fin al control de la hegemonía cultural tradicional de la sociedad estadounidense».

Para los conservadores estadounidenses, la única barrera entre la hegemonía gramsciana y las conciencias de las personas era el «alma cristiana». Destruirla era el principal objetivo de aquella.

Este acercamiento entre un discurso político conservador y un discurso religioso de tonos fundamentalistas signó los ataques a Gramsci que se desarrollaron en el contexto estadounidense. Las amenazas a la cultura occidental denunciadas por los conservadores eran interpretadas, al mismo tiempo, como amenazas al cristianismo.

El Gramsci de Olavo

La demonización de Gramsci desembarcó en Brasil algunos años más tarde. El artífice de este movimiento fue el escritor Olavo de Carvalho, que traspuso a Brasil, a veces de modo literal, los argumentos de Lind y Limbaugh. Desde el primer libro de su trilogía, A nova era e a revolução cultural (1994), Carvalho trataba a Gramsci como una mente diabólica que interpretaba y daba sentido al mal. El texto de este volumen tiene las marcas de la prisa. El autor había admitido conocer muy poco sobre el tema. La erudición superficial cedía lugar al argumento fácil y a los ejemplos de política contemporánea, con una prosa grosera y muchas veces sexista. Los errores biográficos y los anacronismos se amontonan, y hasta llegan a ser divertidos, como es el caso de la referencia a una supuesta «hija» de Gramsci, quien, en realidad, fue padre de dos niños.

Carvalho afirmó que había comenzado a hablar públicamente sobre el «gramscismo petista» en 1987. El año coincide con el 5° Encuentro Nacional del Partido de los Trabajadores (PT), el primero en el cual se desarrolló algún debate sobre la estrategia del partido. Los documentos del partido hablaban de hegemonía, de sociedad civil, de bloques políticos. Los significantes eran gramscianos, aunque no lo eran los significados. Pero poco importa. Carvalho estaba de acuerdo con la izquierda, que a su vez estaba convencida de que la realización de la hegemonía implicaba una «gran marcha hacia el centro de los aparatos del Estado».

Aquí estaba la amenaza que ponía en riesgo al mundo tal como se lo había conocido hasta entonces. El mal podría encarnar aquí o allá, pero siempre en una fuerza que está más allá de todos y que a todos dominará: «no es solo el PT el que sigue a Gramsci; todos los hombres de izquierda de este país lo siguen desde hace una década sin darse cuenta».

Carvalho insistió en esta tesis. El problema no estaba en que el «número de adeptos conscientes y declarados del gramscismo» fuese grande. Por el contrario. Pero el «gramscismo no es un partido político, no necesita militantes inscritos ni electores fieles». Es «un conjunto de actitudes mentales», que están presentes en individuos que probablemente nunca oyeron hablar de aquel «jorobado maldito», y que colaboran con una estrategia política «sin tener la menor consciencia de lo que hacen». Gramsci sería, en última instancia, la famosa estructura sin sujetos.

Esta amenazadora estrategia que atrae a los incautos y los pone a hacer aquello que no saben es la hegemonía. En la versión particular de Carvalho, la hegemonía es la aparente negación de la política: «nada de política, nada de prédica revolucionaria». La hegemonía actuaría en un nivel prepolítico, con el propósito de «operar un giro de 180 grados en la cosmovisión del sentido común, transformar los sentimientos morales, las reacciones básicas y el sentido de las proporciones». Eso es lo que sería imperdonable en Gramsci y lo que lo convertiría en el enemigo número uno de la derecha conservadora: haber establecido que las concepciones del mundo son un campo en disputa, poniendo en riesgo los valores de la civilización cristiana occidental.

A comienzos de los años 2000, en el contexto en el que estaba emergiendo el PT como una alternativa electoral de izquierda a los sucesivos gobiernos de agresiva orientación neoliberal que lo precedieron, la amenaza «gramsciana» reapareció en el ambiente cultural de los intelectuales conservadores brasileños y llegó a los medios militares. A revolução gramscista no ocidente (2002) fue el título que le dio el general Sérgio Coutinho a un libro que volvía a presentar los peligros que planteaba la circulación de las ideas de Gramsci en Brasil. Para el autor, el pensamiento gramsciano brasileño, nacido de las fracasadas tentativas terroristas de impedir el avance de la «revolución de 1964», buscaba ahora una «vía pacífica» hacia el poder, inspirándose en la experiencia eurocomunista.

En esta interpretación, la estrategia «gramsciana» había sido organizada por el Partido Comunista Brasileño (PCB) desde los años 1970 como un plan para una transición temporalmente no violenta hacia la democracia, un «interludio democrático-burgués». Luego, las minorías comunistas activas en este proceso habrían actuado en la disputa ideológica del proceso constituyente de los años 1980, amedrentando a las «mayorías democráticas» y preparando el terreno para la toma del poder.

En la interpretación del general, el florecimiento de la influencia de las ideas gramscianas en diversos partidos brasileños de izquierda y de centroizquierda de aquel entonces, junto a la emergencia electoral del PT durante los años 1990, implicaban la coronación del gramscismo como estrategia política. La amenaza gramsciana se expresaba en la difusión rápida de la idea de un «nuevo socialismo» como elemento desencadenante de una «guerra psicológica» que tenía como objetivo debilitar, vaciar y ridiculizar las instituciones capitalistas, las fuerzas armadas y la Iglesia.

De hecho, los partidos actuaban como distintos «aparatos de hegemonía adquieren funciones estatales», como las oenegés y los movimientos sociales. Por lo tanto, frente a una amenaza de este tipo, la única manera de enfrentar el avance del gramscismo sería la conformación de un «nuevo centro» que fuese capaz de recuperar, de reorganizar y de devolver su debido protagonismo a las fuerzas «reprimidas» durante el proceso de la transición democrática brasileña.

Conservadurismo unido

A fines de los años 2010, la reconstrucción de la trayectoria de las ideas de Gramsci entre los intelectuales conservadores alrededor de todo el mundo ganó una importancia particular. Estas interpretaciones no tienen un valor intrínseco en los medios académicos y en las investigaciones especializadas y, tal vez por eso, no llamaron mucho la atención. Sin embargo, en el ambiente político, la emergencia de liderazgos y de nuevos –y no tan nuevos– polemistas antigramscianos parece plantear la necesidad de un análisis detenido del papel que las ideas gramscianas cumplen en la gramática del pensamiento político de las denominadas nuevas derechas. A fines del S. XX, las ideas de Gramsci fueron escogidas como punto de partida para la exploración y la presentación de un nuevo terreno de conflicto político que ya no estaba signado por la división del mundo en dos polos nítidos. La lucha de clases, afirmaban unánimemente los intelectuales conservadores, se desplazaba hacia la esfera poco distinguible de la «cultura», de las «redes de valor», de las ideologías.

A pesar de esto, hubo muchas maneras de enfrentar este enemigo común de la «civilización europea», de los valores católicos y de la tradición militar en América Latina (y de las «libertades» seculares en la nación estadounidense). Para algunos, Gramsci representaba un conjunto de ideas que debía ser desenmascarado y repudiado en sus fundamentos; para otros, su marco teórico debía ser absorbido y transcripto en clave neoconservadora; y hubo también quienes pensaron que era necesario vigilar las experiencias políticas y culturales de las nuevas democracias, que supuestamente develaban las mismas formas renovadas de subversión comunista inspiradas por Gramsci. Sin embargo, todos los intelectuales antigramscianos creían que el pensador y dirigente sardo representaba, sobre todo, la continuidad de una amenaza profunda.

Las ideas de Gramsci, aun bajo los escombros de la ya escuálida experiencia «oriental», siguieron inspirando y orientando los deseos revolucionarios. Especialmente sus escritos y cartas de la cárcel, dejaron la marca indeleble de la resistencia metódica y paciente en un siglo que emanaba un aroma pestilente de triunfalismo y barbarie. Gramsci enseña, a fin de cuentas, a pensar y a actuar en las peores condiciones materiales y subjetivas, y es por eso que sus ideas y sus conceptos son capaces de convertirse en la lengua franca de la resistencia de los grupos subalternos de varios países del mundo.

La reconstrucción del pensamiento antigramsciano, en sus distintas vertientes, puede revelar reflejos distorsionados de esa lengua, como modulaciones antagonistas de los esfuerzos para impedir la derrota definitiva de la utopía socialista. De esta forma, irónicamente, el pensamiento de Gramsci forma parte del botín disponible para los arqueólogos de un pasado de luchas sociales radicales y del reencuentro de este con nuevas antítesis vigorosas. (Este texto fue publicado en la primera edición especial de Jacobin Brasil (2019) sobre marxismo cultural).

* Daniela Musi es posdoctoranda en Ciencias Políticas en la Universidad de São Paulo. Su proyecto trata sobre la historia del pensamiento político brasileño. Álvaro Bianchi es profesor de ciencias políticas en la UNICAMP y estudioso del pensamiento político italiano, estadounidense y latinoamericano.

Fuente:  Jacobin

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Es política de Estado la violencia de género

Por: Ilka Oliva Corado

Es política de Estado en  sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la mujer y las masas empobrecidas y explotadas. Antes que el brazo armado está el recurso de la religión que manipula emocionalmente  a los excluidos pero que violenta doblemente a las mujeres por su género. En nombre de la fe, amparados por religiones misóginas muchos hombres ejercen la violencia de género a tal grado de llegar a los feminicidios. Eso no es nuevo, no estamos descubriendo el agua azucarada. Pero un Estado ausente, infestado de corrupción, donde se propaga el machismo, la misoginia, la homofobia y se alimenta el patriarcado sistemáticamente es el responsable de la violencia de género y todo su contexto.

Sin leyes que castiguen a quienes violentan a las mujeres en todas sus formas, la violencia de género continuará. Y el principal criminal es el Estado que con sus políticas niega el derecho al aborto, seguido de una planificación minuciosa de empobrecimiento de los sectores más explotados. Negarle el acceso a la educación a las niñas de los sectores más vulnerados. Obligarlas a parir manipulando a la población con que el aborto es un asesinato castigado por Dios, en lugar de informarles sobre sus derechos, sin inmiscuirse en sus cuerpos. El aborto es un derecho negado por Estados represivos donde gobiernan principalmente hombres machistas que lo utilizan como arma de castigo contra las mujeres por su género. Pero si una hija les saliera embarazada  la mandan a abortar a la mejor clínica del país o al extranjero y lo mismo con las cúpulas de la oligarquía.

Niñas sin acceso a la educación, sin alimentación sana, sin acceso a un sistema de salud, viviendo en casas que no cuentan con la seguridad mínima en entornos violentos sistemáticamente orquestados desde el Estado, son  niñas que jamás tendrán un desarrollo integral por ende tampoco serán mujeres realizadas, ni personal ni profesionalmente. Lo común será verlas siendo madres desde la adolescencia, por un abuso sexual, porque fue víctima del amor romántico tan patriarcal o porque fue casada a la fuerza, todo pero menos una persona feliz y realizada. Ninguna mujer puede ser feliz en esas condiciones.

¿Cómo puede ser feliz una niña con una madre que trabaja 16 horas en una maquila, en una fábrica, limpiando un edificio, un hospital, quemándose la vida en las fincas de cultivo? Una madre que sale de madrugada y regresa a altas horas de la noche a la que se le quita la oportunidad de compartir con sus hijos, de verlos crecer, de abrazarlos, de compartir tiempo de óseo con ellos. Si ella misma no lo tuvo, en esa cadena de abuso sistemático que es política de Estado.

Actitudes y acciones de abuso contra la mujer se cuentan por miles, no hay que llegar a los golpes para que se cuente como abuso, existe el abuso emocional también que es igual de dañino. Pero en nuestras sociedades la violencia ejercida desde el Estado en estas post dictaduras, también ha hecho que los hombres abusen a niñas, adolescentes y mujeres en entornos familiares porque saben principalmente que la vergüenza es una buena aliada y que con tal de que de las puertas hacia fuera no se enteren los demás, ellos pueden hacer lo que quieran de las puertas para adentro. Porque sigue siendo consejo sacerdotal o del pastor de la iglesia, perdonar, guardar silencio, mantener la familia unida a costa de los delitos que deben ser pagados con cárcel pero que si son ejercidos contra una mujer bien pueden ser perdonados por Dios.

Así es como vemos el aumento impresionante de abusos sexuales de niñas, por sus padres, abuelos, hermanos, por primos, adolescentes embarazadas abusadas dentro del propio hogar. Saben que no existe ley que los castigue porque las políticas de Estado son las de represión y violencia  a la población, las del empobrecimiento y explotación laboral porque entre más trabaje, más cansada está una persona, entre más hambre menos fuerza, menos tiempo y energía  para pensar, porque sin educación desconocen sus derechos y si esto se emplea adrede por género es mucho más beneficioso para un gobierno corrupto y criminal, tener niñas madres e infelices que adolescentes en camino hacia la educación superior y  a su desarrollo profesional: siendo madres son incapaces de cuestionar porque la pobreza las obliga a buscar la comida a deshoras para sus hijos, en cambio si se desarrollan profesionalmente tienen acceso a otro nivel de vida y exigen sus derechos y son cuestionantes de las políticas de Estado que si se lo proponen pueden cambiar.

Hemos llegado como sociedad a traspasar todos los límites porque los traspasó también el Estado, es por eso que un feminicidio no causa espanto, ni asombro ni indignación porque también dejó de sorprender que aterricen avionetas cargadas de droga y que las quemen después sin que se encuentre a los responsables. Porque dejó de sorprender que la misma policía o el ejército sean quienes custodien los cargamentos. Porque dejó de sorprender que los mismos miembros de las fuerzas de seguridad sean los que violen mujeres y no se les castigue. Entonces dice un civil: pero si ellos con uniforme violan por qué no puedo hacerlo yo con cualquier mujer, sea de mi entorno familiar o no. Si el mismo presidente ve que matan mujeres y no se pronuncia es porque no le interesa, entonces cualquiera sabe que puede violentar a la mujer que guste y no tendrá consecuencias.

Un crimen desde el Estado es negar alimentación, salud y educación a las niñas, pero también lo es voltear a otro lugar cuando las violentan por su género, cuando las golpean, las violan, las embarazan, las desparecen y las asesinan. Cuando sucede lo mismo con adolescentes y mujeres. Pero si un Estado no se pronuncia, ese gobierno debe ser cambiado de inmediato por la sociedad, entonces es el pueblo el que debe reaccionar y llevar al poder a gente capaz que entienda que es desde el Estado desde donde se deben ejercer las políticas que cambien la violencia sistemática hacia la mujer. Pero, ¿qué sociedad está dispuesta a hacerlo? Contra la violencia de género vemos a nivel mundial que son mayoritariamente las mujeres las que se pronuncian, porque los hombres sean de la ideología que sean son los más beneficiados con la inexistencia de leyes que castiguen semejante delito y aberración.

Pues serán las mujeres las que cambien las políticas de Estado de alimentar sistemáticamente la violencia de género.

Fuente:  https://cronicasdeunainquilina.com

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El modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana. Una asignatura pendiente

 Sergio Martínez Dunstan

En recientes días, a través de una videoconferencia, mencioné diez cuestiones irresueltas por la Secretaría de Educación Pública (SEP). En esta colaboración abordaré una de ellas: un nuevo modelo educativo. Le corresponderá a su próxima titular sacarlo a la luz e implementarlo. Es una asignatura pendiente y prioritario de atender. En el curso de capacitación “Hacia una Nueva Escuela Mexicana”1, impartido los días previos a la realización de la Fase Intensiva del Consejo Técnico correspondiente Ciclo Escolar 2019-2020 se anunció la ruta para la renovación curricular2 en educación básica. Las autoridades educativas se comprometieron dar a conocer en junio del dos mil veinte el nuevo modelo educativo e implementarlo de manera gradual a partir del ciclo escolar 2021-2022 con la expectativa de generalizarlo en el subsecuente. Mientras tanto, ordenaron continuar con la aplicación de los dos anteriores, el del 2011 y el 2017. Se les incorporó a éstos algunas asignaturas y temáticas “novedosas” las cuales serán parte de los próximos planes y programas de estudio. Vida Saludable, activación física (llamadas pausas activas) civismo. Entraré en detalle en los siguientes párrafos y al final señalaré algunas complejidades y complicaciones3 productos de su instrumentación.

Modelo 1

La Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB) articuló diversas modificaciones curriculares introducidas en preescolar 2004, secundaria 2006 y primaria 2008. Se oficializó mediante el Acuerdo Número 592 publicado el diecinueve de agosto del dos mil once y en complemento el Acuerdo Número 593 para la asignatura de tecnología en secundaria. Aunque no se le nombró modelo educativo sí se le puede considerar como tal por su contenido. Se partió del supuesto que los estudiantes desarrollarían cinco competencias en los tres niveles educativos y a lo largo de toda su vida. Sobre esa base, se definió el perfil de egreso bajo estándares en función de los aprendizajes esperados organizados éstos en los espacios curriculares denominados campos de formación. De igual manera, se establecieron los marcos y parámetros curriculares para la educación indígena. Se sustentó desde una óptica teórica categorizada por principios pedagógicos. Uno de ellos, evaluar para aprender, expone la concepción asumida sobre la evaluación de los aprendizajes. Desde esta perspectiva se establecieron normas generales para la evaluación, acreditación, promoción y certificación conocido como Acuerdo Número 696.

Modelo 2

En el 2017, la SEP presentó otro modelo educativo, este sí fue considerado como tal, nombrado “Aprendizajes claves para la educación integral” mediante el Acuerdo Número 12/10/17. Su elaboración se justificó bajo el argumento que los aprendizajes de los estudiantes eran deficientes y sus prácticas se desapegaban de las necesidades de formación que demanda la sociedad actual, la sociedad del conocimiento. Fue un proceso de elaboración menos extenso en comparación con la RIEB. Sucedió entre el 2014 al 2017. El perfil de egreso se concibió como un conjunto de rasgos deseables al término de cada nivel educativo. El enfoque de este modelo educativo es competencial al igual que el anterior. Coincide también que en ambas reformas curriculares, la del 2011 y la del 2017, toman como base las competencias para la vida sólo que eso esta última se aglutina en torno a la categoría conceptual “aprendizajes clave”. El curriculum obligatorio se estructura por campos de formación académica así como áreas de desarrollo personal y social. Aunado a lo anterior, un currículum flexible organizado por ámbitos de autonomía curricular e instrumentado a través de clubes escolares. También se determinaron principios pedagógicos que buscaba facilitar su comprensión y concreción en el aula. Uno de ellos, alude a la evaluación vinculada a la planeación del aprendizaje. Se consideraron 4 variables: las situaciones y secuencias didácticas4, las actividades y contenidos de aprendizaje y, por último, la reflexión sobre la práctica docente. En torno a ellas, establecieron las normas generales para la evaluación de los aprendizajes esperados plasmadas en el Acuerdo Número12/05/18 que sustituyó al Acuerdo Número 696.

Modelo 3

La administración gubernamental en curso, 2018 – 2024, proclamó la elaboración de un nuevo  modelo educativo5. La SEP difundió la hoja de ruta o ruta crítica para los procesos de elaboración, divulgación e implementación. Se desconocen los avances pero se han incumplido los plazos previstos. De facto, se han introducido ciertas modificaciones que resultan de facto un modelo educativo, si no tan claramente explícito si de manera implícita. Se puede constatar un currículum oculto propio de la política educativa actual. Para empezar, interrumpieron la generalización de los aprendizajes claves contemplada para el ciclo escolar 2019-2020 y se retomó la RIEB. De igual manera, establecieron normas generales para la evaluación del aprendizaje, acreditación, promoción, regularización y certificación de los educandos mediante el Acuerdo Número 11/03/19. Según se dijo, el anterior, Acuerdo Número12/05/18, se había abrogado porque se detectó que el procedimiento previsto en el mismo implicó registro complejos que generaban una carga administrativa a los docentes. Destaco tres novedades con respecto al anterior:

• Establecieron 3 periodos de evaluación.

• Eliminaron la no promoción, conocida coloquialmente como reprobación, en preescolar así como en primero y segundo de primaria. Se acreditan con solo cursar el grado correspondiente.

• Los clubes escolares dejaron de considerarse para fines de acreditación, promoción, regularización y certificación. Desaparecieron de las boletas.

• El porcentaje de asistencia dejó de considerase como criterio de calificación.

Modelo Emergente

Y ya iban encarrerados como caballo de hacienda, me refiero a la autoridad educativa federal, hasta que la pandemia los paró en seco6. La crisis sanitaria obligó el cierre de las escuelas, la implantación del programa Aprende en Casa y orilló llevar a cabo la enseñanza de manera remota y emergente. Se tuvo la necesidad de regular acciones específicas y extraordinarias relativas a la conclusión del ciclo escolar 2019-2020 a fin de cumplir con los planes y programas de estudio mediante Acuerdo Número 12/06/207 a fin de conminar a los docentes a:

• Calificar el tercer periodo de calificación promediando las obtenidas en los dos periodos previos.

• Procurar la continuidad al siguiente grado o nivel educativo. Una manera velada de indicarle al maestro que evitara la no promoción.

• Eliminar el criterio de asistencia para la acreditación y la promoción de grado o nivel educativo8.

También se emitieron orientaciones pedagógicas mediante oficio circular número DGDC/DGDIP/001/2020 a fin de sugerirle al maestro:

• Darle prioridad a la función formativa de la evaluación.

• Considerar el uso de la autoevaluación.

• Asignar calificaciones a los alumnos sólo cuando se cuente con la información suficiente y en concordancia con el aludido acuerdo 11/03/19.

• En caso contrario, asentar la leyenda sin información suficiente o simplemente sin información en la boleta de calificaciones.

Estas recomendaciones se formalizaron mediante Acuerdo Número 26/12/20 en el cual.

• Se destaca el uso de la evaluación para mejorar el aprendizaje.

• Se le pide a los maestros que indaguen en diversas fuentes para obtener información sobre el aprendizaje y emplear estrategias complementarias como la opinión de las alumnas y los alumnos, entre otros.

• Dejar de considerar el criterio de asistencia para la acreditación y promoción .

• La comunicación de resultados y entrega de las boletas de calificaciones conforme al calendario escolar que bien pudiera realizarse a distancia o de manera presencial.

En síntesis

El impacto de la pandemia es incuestionable. Escribí sobre las afectaciones sociales, al sector económico y particularmente sus consecuencias en educación9 10. Y al trabajo docente, como lo acabo de documentar, particularmente en la implementación del currículum en lo general así como la planeación didáctica y la evaluación del aprendizaje en lo particular, entre otras. Sobre este último aspecto, es conveniente señalar la vigencia del Acuerdo Número 11/03/19, normas de evaluación. Se emitieron dos acuerdos sobre tan relevante asunto, Acuerdo Número 12/06/20 y Acuerdo Número 26/12/20, expedidos en el contexto de la emergencia sanitaria. Son obsoletas las normas de evaluación propias de los curriculum del 2011 y del 2017 aunque ambos continúen aplicándose.A cada modelo educativo le corresponden sus propias normas para la evaluación de los aprendizajes en el caso de currículos únicos. Las convivencia de varios impiden que sea así. Los modelos siguen vigentes, sus normas de evaluación, no. Y, en contraparte, las normas de evaluación mas recientes intentan regular los modelos educativos. Se tenido que imponer estas reglas porque está inconcluso el anunciado e incumplido modelo educativo del 2020. Eso dificulta la tarea docente y confunde. De tal manera, que el maestro tiene que armonizar las posturas conceptuales en las que se sustentan. Surge pues, la necesaria actualización en la fundamentación teórica metodológica e instrumental de un modelo inacabado. La Nueva Escuela Mexicana es más un eslogan político que un concepto pedagógico como nos lo han querido vender.

Carpe diem quam minimun credula postero

Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net


1  Recomiendo la lectura Martínez, S. “Cómo se capacitaría a los maestros sobre la Nueva Escuela Mexicana”. Educación Futura 29/07/2019. http://bit.ly/2SO8on6 consultado el 20 de enero del 2021.

2  Recomiendo la lectura Martínez, S. “El enfoque pedagógico de la Nueva Escuela Mexicana”. Educación Futura. 09/09/2019. (http://bit.ly/2lFpVBM) consultado el 20 de enero del 2021.

3  Recomiendo la lectura Martínez, S. “La complejidad del currículum y sus complicaciones”. Educación Futura. 26/08/2019 http://bit.ly/2MBw7Hf consultado el 20 de enero del 2021.

4  Recomiendo la lectura Martínez, S. “La importancia del diseño de las situaciones didácticas”. Educación Futura. 04/03/2019 http://bit.ly/2XHoOAd consultado el 20 de enero del 2021.

5  Recomiendo la lectura Martínez, S. “El Modelo Educativo de la Nueva Escuela Mexicana”. Educación Futura. 04/09/2019 http://bit.ly/2ZwIb3p.

6  Recomiendo la lectura Martínez S. “El COVID 19 cimbra al Sistema Educativo Nacional”. Educación Futura. 16/03/2020 http://bit.ly/2QmzHoF consultado el 20 de enero del 2021.

7  Recomiendo leer los textos de Martínez, S. “La evaluación de los aprendizajes en educación básica frente a la emergencia sanitaria” y “Regularizar, nivelar, remedias. ¡Que la SEP lo explique! publicados en Educación Futura y Profelandia. https://bit.ly/3dCXbj6https://bit.ly/3crrfwBhttps://bit.ly/2YtX8Qnhttps://bit.ly/2UpvX7Q consulados el 20 de enero del 2021.

8  Recomiendo la lectura Martínez, S. “Un dilema de promoción en la educación a distancia. Aprobar por decreto o reprobar por ‘faltista’”. Educación Futura y Profelandia. https://bit.ly/2M4X9EFhttps://bit.ly/3cwzxDA consultados el 20 de enero del 2021.

9  Recomiendo la lectura Martínez, S. “Lo que la pandemia nos dejó”. Educación Futura https://bit.ly/2RzgVuB consultado el 20 de enero del 2021.

10  Recomiendo la lectura Martínez, S. “Consecuencias y soluciones sobre el impacto en la educación de la pandemia SARS-COV2”. Educación Futura. 08/04/2020. https://bit.ly/2UVT8rk consultado el 20 de enero del 2021

Fuente: https://profelandia.com/el-modelo-educativo-de-la-nueva-escuela-mexicana-una-asignatura-pendiente/

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El legado de Donald Trump

Por: Enrique Arias Vega

Aunque muchos no quieran verlo, a quien peor le va a sentar el legado de Donald Trump es al propio Partido Republicano. Hace cuatro años, Trump se hizo con la candidatura de la formación a pesar de tener en contra a la dirección del partido, que se vio obligado a sumarse a su candidatura y posterior triunfo electoral.

Tras su caótico y atrabiliario final presidencial, ya no cuenta nada de lo bueno que haya podido hacer el inquilino saliente de la Casa Blanca durante su mandato, desde sus iniciales éxitos económicos y de pleno empleo hasta una política exterior en que frenó a China y logró acuerdos en Oriente Medio.

Su falta de respeto a todas las normas democráticas ha dejado un país enfermo —y no sólo de la pandemia—, con una sociedad brutalmente dividida y cantidad de ejemplos de cómo no se debe gobernar un país.

Empezó su presidencia haciendo gala de nepotismo, colocando a familiares y allegados en puestos clave; luego se dedicó a cesar a los discrepantes que el mismo había nombrado; utilizó las redes sociales en vez de los cauces parlamentarios y usó para ello un lenguaje soez y despreciativo de sus rivales políticos, medios de comunicación y adversarios en general. Pero el colmo de todos los colmos ha sido no aceptar los resultados electorales y animar a la disidencia para ocupar el Capitolio.

El Partido Republicano, que se aprovechó de su popularidad —ha tenido más votantes que hace cuatro años—, ahora encuentra en él una rémora que puede despeñarle en sus propios desvaríos. Trump no sólo ha escindido el país en dos, sino que corre el riesgo de hacer lo propio con el partido con que ha gobernado en la Casa Blanca: hay unos republicanos ultramontanos, que buscan el voto de los desquiciados sociales, y otros que quieren volver a las esencias de la democracia parlamentaria. ¿Podrán superar ese abismal desencuentro?

Lo más probable es que el Partido Republicano no levante cabeza en mucho tiempo. Eso no es algo, sin embargo, que deba tranquilizar al nuevo presidente, Joe Biden, porque podría propiciar un movimiento pendular y revanchista de los radicales demócratas, con lo que así no se sanaría un país que, por desgracia, Trump ha dejado irreconocible.

Fuente: https://www.diariocritico.com/opinion/enrique-arias-vega-el-legado-de-donald-trump

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La @USICAMM_OFICIAL, Hogwarts y la promoción horizontal

Por: Anel Guadalupe Montero Díaz

“En el liderazgo, un gramo de ejemplo es equiparable a kilos de consejos”

John C Maxwell


A propósito de la publicación en la página oficial de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) del Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos en Educación Básica, han sido publicados algunos artículos académicos que describen los programas institucionales de mejora salarial desde Carrera Magisterial, pasando por la promoción en la función hasta las reglas de la actual administración

Al margen de la descripción detallada y academicista, llama la atención las apresuradas conclusiones y adjetivos con los que algunos articulistas se atreven a calificar un sistema de mejora u otro, sin descartar la agenda ni la ideología que constituye la huella de quienes escribimos: desde dónde hablamos, por qué lo hacemos y a quiénes van dirigidas nuestras reflexiones.

No es un dato menor que en la Reforma Educativa de 2013 las comunidades académicas también tuvieron su propia lucha en la búsqueda incesante por el poder, el reconocimiento y el aplauso: Unos afirmaban que la evaluación que proponía el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) estaba equivocada, porque la que ellos proponían era mejor. Otros, citando a Benedetti, Freire y Neruda y reciclando analogías sudamericanas sobre el sistema educativo, enarbolaron la bandera de la justicia magisterial en sus propios términos, incapaces (por ego o por agenda) de reconocer el enorme trabajo, aportaciones y sacrificio de sus colegas académicos que, a diferencia de éstos, no les importó exponer sus carreras y prestigio en aras de un verdadero avance en el campo educativo para alumnos y maestros.

La narrativa que estos académicos buscaron imponer (curiosamente alineada con los discursos de “líderes” disidentes y ortodoxos) sigue tratando de consolidarse hasta la fecha, por lo que se sugiere al lector ser cuidadoso con todas las posturas, incluso con la de quien esto escribe, porque como se dice coloquialmente: “cada uno habla de la feria como le fue en ella”

Y es precisamente mi experiencia lo que pretendo compartir en este artículo para poder establecer una distancia sana y necesaria con las opiniones académicas que afirman que Carrera Magisterial “se corrompió” como si hubiera sido un proceso mágico producto de un primer viernes de marzo en Catemaco y que el SNTE fue el absoluto responsable, siendo la SEP “cooptada” por los primeros. Es una narrativa reiterada, pero incompleta ¿por agenda o por miopía? Eso es lo que valdría aclarar.

En su momento, Elba Esther Gordillo señaló que ella no tenía injerencia en la nómina de los Estados, por lo que los operadores políticos de los Gobernadores eran incrustados en las nóminas magisteriales que otorgaron estímulos económicos como Carrera Magisterial a discreción para beneficio de operadores políticos leales a sus fines y propósitos. Eso explicaría cómo la gran mayoría de los programas creados para perseguir objetivos encomiables, como abatir el rezago, mejorar el salario o la tan mentada “revalorización magisterial” en realidad funcionaban como caja chica de los virreyes estatales.

Carrera magisterial y la casa de Slytherin. Un testimonio

En 2014, quien esto escribe tenía 14 años de antigüedad en el servicio docente y Carrera Magisterial siempre fue una fuente de frustración constante: cuando no me quitaban puntos (porque sí), la aclaración no procedía (porque sí) o, como en la penúltima etapa, la aclaración procedía a destiempo (ese tipo de frustración fue nuevo). Hasta ese momento, no había logrado ni siquiera promocionarme en la letra A, de un sistema que abarcó hasta la E con sus respectivas mejoras salariales.

Las únicas reglas claras que pude observar durante el tiempo que duró Carrera magisterial fueron las de la prestidigitación como un arte que la Secretaría de Educación en Veracruz perfeccionaba en cada etapa, porque en cuestión de dineros y puntajes, la magia siempre ocupó un papel preponderante.

Y para muestra un botón: En la penúltima etapa de Carrera Magisterial, los Asesores Técnico Pedagógicos en Veracruz tuvimos evaluación nula en el rubro de Aprovechamiento Escolar, a pesar de que los lineamientos eran muy claros al respecto, pero en esta Entidad no pasa nada y al mismo tiempo, todo puede pasar. La cábala educativa jarocha es así hasta la fecha, qué duda cabe.

La discrecionalidad del programa se reveló justo en el momento en el que procedió el reclamo y el factor Aprovechamiento Escolar tenía un puntaje de 16.66 de 30 y nadie supo por qué, de dónde salió el numerito o qué fue lo que contó al final. Los misterios de la magia negra debido a la influencia de la casa de Slytherin tampoco se pueden descartar del todo.

En fin, después de tantos años, pude lograr la promoción en la letra A (el sistema de Carrera Magisterial abarcó hasta la letra E), por lo que puedo decir con base en mi propia experiencia que fue una real pesadilla que por ningún motivo extrañé y que creía superada hasta la semana pasada.

Cabe mencionar que también conocí docentes y directivos extraordinarios con el beneficio máximo en este sistema de promoción, pero no hay estudios serios sobre qué fue realmente lo que pasó en Carrera Magisterial, amén de la corrupción y es que por lo menos en este caso sí es válido el axioma de que tienes que vivirlo para contarlo (si es que sobrevives, claro).

La Reforma Educativa 2013. De cuando Voldemort se disfrazó de Dumbledore

Afirmar que la Reforma Educativa de 2013 fue “un tremendo caos y desaguisado” es un directo insulto a la inteligencia magisterial, un intento burdo de manipular la realidad y un asalto a la narrativa presente de una tensión entre académicos que participan en una lucha hegemónica dentro del campo educativo.

Personalmente, considero que es una falta de respeto a las mujeres que participamos en los procesos de promoción con reglas claras y de manera digna. Lo tomo como un insulto personal, porque las historias de acoso, discriminación y difamación en México en contra de las mujeres profesionales es real y cuando surgen leyes e Institutos autónomos encargados de hacer valer el trabajo docente de calidad por encima de género, agenda política, sindical o personal, es lícito afirmar que todo aquel que atente contra ellos atenta contra las mujeres maestras profesionales en México.

Antes de la Reforma Educativa de 2013 ¿cómo accedían las mujeres maestras a los puestos clave dentro de la estructura educativa? ¿cuántas Jefas de Sector -por ejemplo- había en el estado de Veracruz, férreamente controlado por líderes sindicales que mandaban mientras las mujeres operaban porque ese era su lugar?

Antes de la Reforma Educativa de 2013 ¿cómo accedían los jóvenes sin recursos pero con estudios, de las comunidades alejadas al sistema educativo nacional? ¿cómo obtenían su plaza? La Reforma de 2013 les dio oportunidad de ser maestros a quienes hoy la critican, haciendo el caldo gordo a quienes siempre los consideraron carne de cañón y fuente de riquezas al margen de la ley y al amparo de puestos clave en la Secretaría de Educación.

Y no es que la RE2013 haya sido perfecta. Lejos de eso, pero era perfectible. Hoy se pueden aprovechar -por ejemplo- las figuras de los evaluadores certificados por el INEE, quitando los términos “idóneo” y “no idóneo” de las evaluaciones, desarticulando el resultado con la permanencia como se hizo en esta administración, pero la narrativa que se quiere imponer desde una parte de la academia y la política es peligrosamente sectaria y polarizante porque es falsa. Así de simple.

La evaluación de desempeño en la administración pasada sí respondía a los reclamos de pertinencia social, se realizaban con base en el análisis del contexto con herramientas pertinentes y clara reglas de juego.

Hoy baste ver la discrecionalidad con la que opera el USICAMM, el viacrucis que hacen pasar a los muchachos de nuevo ingreso y las injusticias a las que se ven sometidas sus familias en el proceso al haber apostado por la carrera docente como un vehículo de movilidad social también para sus hijos.

En la coyuntura sexenal, aparecieron cuentas anónimas en twitter que operaban como “observadoras” del proceso docente. Con una aceitada logística, una cara amable y carismática enviaba documentación y narrativas en contra del INEE a figuras docentes, periodísticas y académicas clave en las redes sociales, aunque en su cuenta personal (hábilmente) podía manifestar lo contrario ¿quién patrocinó esa logística? ¿quiénes construyeron esa narrativa?¿cuántos académicos (y quiénes) participaron en este ataque desde las redes al INEE? Es evidente que muchos fueron los beneficiados con la desaparición del Instituto, excepto los verdaderos maestros y maestras que luchan día a día con realidades difíciles en contextos ídem.

El proceso de promoción horizontal, y la nueva escuela de Hogwarts

El colegio Hogwarts, de magia y hechicería tiene una nueva sucursal: el USICAMM. Tan discrecional como el sombrero seleccionador, los profesores que participen en estos procesos no sabrán exactamente cuál será la decisión del caprichoso personaje, aunque en su defensa hay que decir que siempre toma en cuenta los deseos del participante

¿Un maestro que esté al tanto de cómo la USICAMM ha manejado los procesos de ingreso al servicio educativo tendrá confianza en que sus puntajes son justos, transparentes y procederá el trámite conforme a derecho? Exacto.

Amén del tiempo que tomará llegar a la cúspide de la pirámide promocional, hay que agregar el viacrucis que estos procesos hacen pasar a quienes no tienen padrinos, “conectes” políticos ni alianzas sindicales. Ni Sísifo se atrevió a tanto.

Y es que de acuerdo a las disposiciones administrativas establecidas en el capítulo III, vigésima “El programa operará con el presupuesto del Programa de Carrera Magisterial, del Programa de Promoción en la función por Incentivos en Educación Básica y recursos que se asignen al programa, conforme a la disponibilidad presupuestaria y en términos de las disposiciones presupuestarias aplicables”

Es decir, aparte de vigilar las reglas del proceso, se deberá acompañar con lupa el camino y asignación de los dineros destinados para tal fin en una administración donde la austeridad se la piden a los maestros, no a los funcionarios que despachan a discrecionalidad en la Secretaría, pero esa es otra historia.

¿Usted qué opina, estimado lector?

Fuente e imagen: https://profelandia.com/la-usicamm-hogwarts-y-la-promocion-horizontal/

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Vacunas covid: Un negocio privado millonario con el dinero público de todos

Por: Oriol Sabata

El pasado 1 de diciembre, la portavoz del Gobierno de España, María Jesús Montero, anunciaba la compra de 73 millones de vacunas contra el coronavirus. De esta partida, 53 millones provienen de las empresas farmacéuticas ModernaCureVac y Janssen y los otros 20 millones de las compañías Pfizer y AstraZeneca. El mensaje que se nos ha lanzado desde el Ejecutivo español es que las vacunas serán gratuitas para la población. Pero, ¿es realmente cierta esta afirmación?

Los estados de la Unión Europea no compran directamente a las multinacionales farmacéuticas. Esta adquisición la lleva a cabo la Comisión Europea de manera centralizada y luego se encarga de distribuir las dosis a sus estados miembros de manera proporcional según su población. Por ejemplo, el pasado 11 de noviembre de 2020 la Comisión hizo una compra de 200 millones de vacunas. Cada estado recibe su parte y decide si se adhiere a los distintos acuerdos comerciales para comprar dosis adicionales.

Secretismo y contratos opacos

La Comisión Europea ha cerrado contratos millonarios con seis grandes grupos farmacéuticos. La Comisión se niega a hacer público el precio de las vacunas acogiéndose a las “cláusulas de confidencialidad” de los contratos con las multinacionales y a la necesidad de “proteger los intereses comerciales” de estas empresas [1].

A pesar de destinar millones de euros de dinero público a estas compañías privadas, la Comisión se niega a permitir el acceso a los contratos firmados con los laboratorios. No se sabe ni el precio de las vacunas, ni las condiciones sobre plazos de entrega y posibles indemnizaciones. Una institución pública donde impera la opacidad y el secretismo absoluto. Todo bajo criterios puramente empresariales en medio de una pandemia sin precedentes y con miles de vidas en juego.

Sin embargo, gracias a una filtración (intencionada o no) en la red social twitter por parte de la Ministra belga de Presupuestos, Eva De Bleeker, se pudo saber los precios de las vacunas [2].

En la publicación, De Bleeker detallaba lo que la Comisión Europea está pagando por cada una de las dosis:

  • Oxford / AstraZeneca: 1,78 euros
  • Johnson & Johnson: 8,50 dólares
  • Sanofi / GSK: 7,56 euros
  • Pfizer / BioNTech: 12 euros
  • CureVac: 10 euros
  • Moderna: 18 dólares

Otro aspecto del que tampoco la Comisión ofrece datos oficiales es el dinero público destinado a la financiación que han recibido las farmacéuticas para desarrollar las vacunas. Lo que sí se sabe es que este dinero avanzado por los estados es a fondo perdido.

Lo que no cabe duda es que los laboratorios privados se han cubierto muy bien las espaldas. Los estados se han comprometido a indemnizarlos económicamente en caso de que haya problemas y riesgos para la salud debido a la rapidez con la que se han desarrollado las vacunas. Además, en los contratos no se establece ningún tipo de sanción en caso de que no cumplan con las cantidades y los plazos de entrega. Hace pocos días supimos que algunos laboratorios ya anunciaron que no cumplirán con los calendarios establecidos.

¿La vacuna es gratuita?

Las autoridades han repetido en varias ocasiones que la vacuna será gratuita. ¿Puede realizarse tal afirmación teniendo en cuenta las sumas millonarias de dinero público que se han invertido en la investigación y desarrollo y lo que se va a pagar para adquirir dichas vacunas? Es más que evidente que la vacuna no es gratuita. La estamos pagando entre todos los trabajadores ya que los estados asumen buena parte de su desarrollo y posteriormente el coste por la adquisición de las dosis. En este sentido, los laboratorios están haciendo un negocio de cifras estratosféricas.

Según datos de Airfinity, el financiamiento de las vacunas contra el coronavirus proviene mayoritariamente de los estados, que a través de subvenciones directas para la investigación y desarrollo de las vacunas han aportado 8.600 millones de dólares frente a los 3.400 millones que provienen de los propios laboratorios [3].

Estas empresas obtendrán enormes beneficios. Según cálculos de Bloomberg, los contratos firmados con los estados multiplicaron casi por 10 sus ingresos en el año 2020. Los nueve mayores fabricantes de vacunas de Europa y Estados Unidos acumularán en el período 2020-2022 hasta 48.000 millones de euros de facturación [4].

Según estimaciones de algunas informaciones filtradas, España desembolsará en un primer tramo más de 1.300 millones de euros por la compra de dosis a varias empresas [5]. ¿Quién las va a pagar?

Comprobamos como, una vez más, el capitalismo carga sobre las espaldas de la clase trabajadora el peso de la crisis económica y sanitaria. Todo ello en el marco de la Unión Europea, una macro-estructura al servicio del gran capital que arrebata por completo la soberanía y el margen de maniobra de los estados miembros. Países enteros a merced de los dictados del mercado, con el azote de una pandemia mundial en la que somos incapaces de desarrollar vacunas propias y entregamos un derecho fundamental como la salud al negocio de las multinacionales.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/vacunas-covid-un-negocio-privado-millonario-con-el-dinero-publico-de-todos/

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Ni Trump ni Biden

Por: Ángel Guerra Cabrera

Así titula Pedro Brieger su columna semanal. Se fue Donald Trump –dice– y todo el mundo se pregunta qué cambiará en el vínculo entre Estados Unidos y América Latina…

Trump no es ningún chiflado… como tampoco comenzó una guerra por un arrebato personal… Más bien lo contrario, sus deseos de figurar –y tal vez la intención de obtener el premio Nobel de la Paz– lo llevaron a encontrarse con Kim Jong-un, el dirigente máximo de la República Popular Democrática de Corea… Si fuera solamente por sus bravuconadas, mentiras o dislates, el Partido Republicano no le hubiera permitido a Trump ser candidato o acceder a la presidencia… gran parte del partido lo siguió –y sigue– en sus denuncias de fraude…

…No se puede analizar al presidente Biden por su bonhomía o su conocimiento de la región. No se trata de saber quién es más simpático o tiene un tono cordial. Reflotar la Doctrina Monroe… no fue un capricho de Trump, como tampoco abandonar la Organización Mundial de la Salud o trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Trump concretó lo que otros proclamaban y le gustaba jactarse de eso… El reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela por el nuevo secretario de Estado, Anthony Blinken… es la cabal demostración de que la intención de derrocar a Nicolás Maduro es compartida por el Partido Republicano y el Demócrata, aunque pueda haber matices en la forma ( www.nodal.am)

El país donde la libertad es una estatua

Nos recuerda Vijay Prashad la anterior aseveración, hecha por el gran poeta chileno Nicanor Parra en 1972, cuando el gobierno de Salvador Allende recibía la presión asesina de parte de Washington. Comenta: el 6 de enero… un grupo de lo que parecían ser personajes de un programa de fantasía de televisión tomaron posesión del Capitolio… A pesar de gastar más de un billón de dólares en su ejército, servicios de inteligencia y policía, su gobierno se vio invadido por la horda de fanáticos de Donald Trump… Lo que mostraron claramente es que hay una grave división en Estados Unidos, que debilita la capacidad de las élites para ejercer su dominio sobre el planeta (rebelion.org). Mirar al Sur comparte esta afirmación.

Fuente: https://rebelion.org/mirar-al-sur-2/

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