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La educación es el pilar del futuro

Por: Diario La Nueva España. 

 

“Nos une la educación. Las discrepancias deberíamos salvarlas porque el objetivo fundamental es el alumnado”. La frase corresponde a la consejera asturiana del ramo, Carmen Suárez. La pronunció ante los profesores de la enseñanza concertada. La reiteró luego a los padres. Tiene mérito por el sentido común y escaso convencionalismo con el que habló a un sector de tensas relaciones con los gobiernos socialistas y por centrar el debate en lo decisivo, la grandeza de la enseñanza, nunca en las miserias del postureo partidista. Hay que romper los clichés viejos y pensar de otra manera para lograr una educación libre e innovadora que dote a los estudiantes de nuevas herramientas con las que trabajar en el trepidante siglo XXI.

La sustitución del hombre por las máquinas ha sido un debate clásico desde la revolución industrial. Nunca como ahora, con los espectaculares progresos de la inteligencia artificial y la fluidez con la que circulan los datos, esa posibilidad ha estado tan cerca. Si cualquier ciudadano vuelve la vista atrás, a hace unos lustros o apenas unos meses, podrá comprobar cómo sin darse casi cuenta muchas de las tareas de su entorno han sido progresivamente automatizadas: las compras, los viajes, los trámites administrativos, las gestiones bancarias no requieren de un lugar físico para efectuarse, ni de personas al otro lado del mostrador que atiendan.

La capacidad de los ordenadores, según los expertos, se duplica cada dos años. Ya disfrutamos de avances alucinantes, de ciencia ficción, que parecerán cosa de niños comparados con los que conocerán los nietos de los hoy “millennials”. Así ha sido siempre y así será, inmerso el hombre en un vértigo de progreso constante. La conectividad total y la telemática suponen un salto cualitativo drástico.

¿Tenemos el sistema educativo adecuado para la que se avecina? Rotundamente no

La formación y el reciclaje continuo, la predisposición a continuar aprendiendo cada minuto, de cada día, de cada mes, de toda una vida laboral van a resultar esenciales para conseguir un buen empleo. Los requisitos de la sociedad digital reclaman imbuirse de la novedad y contactar con las primicias tecnológicas con mayor agilidad que antes. Los algoritmos y el “big data”, términos ya usuales, constituyen el pan nuestro de cada día, elementos esenciales del desempeño de cada cual como lo fueron las computadoras y la informática.

¿Tenemos el sistema educativo adecuado para la que se avecina? Rotundamente no. En un marco idéntico al que usó la ministra socialista de Educación, Carmen Celáa, para colgarse medallas partidistas, una asamblea de la enseñanza concertada, la consejera asturiana Carmen Suárez, de sus mismas siglas, se propuso sin sectarismos escuchar y mostrarse sincera. No se trata de privilegiar o castigar la red de centros públicos frente a los privados, sino de que ambas funcionen con precisión para suministrar a los estudiantes lo que necesitan: conocimientos que faciliten su inserción.

Estos tiempos requieren de otros saberes para ganarse el sustento con oficios todavía desconocidos. También de menos rigideces para atender las demandas de unas empresas en constante evolución. Carece de sentido licenciar ingenieros que acaban ejerciendo de bedeles y obligar a los empresarios con el paro existente a importar mano de obra o a instruirla por su cuenta por el estrepitoso fracaso de la formación profesional.

Hay que prepararse para que el triunfo de la tecnología no profundice la desigualdad

Igual que la preocupación por la violencia, el feminismo, el cambio climático o el racismo distingue a los jóvenes de hoy, otros valores muy importantes, como el civismo, la lucha contra el alcohol y el tabaquismo o la preparación para el desafío digital arraigarán desde la escuela. No cabe delegarlo todo en los profesores y en el sistema, el compromiso comienza en casa. Las familias desertan de su responsabilidad si dejan de mostrar a los hijos, por ejemplo, cómo se gestionan las emociones. El no, el límite, la libertad individual que finaliza allí donde choca con los derechos del otro, la responsabilidad, el respeto, el esfuerzo, la asunción del error son conceptos básicos para crecer como personas difuminados en este milenio de la satisfacción instantánea del deseo. De la importancia de educar en valores trató, precisamente, la jornada Gestionando hijos que LA NUEVA ESPAÑA organizó ayer en el Palacio de Congresos de Oviedo con asistencia de 2.000 personas.

Los robots ni se detienen, ni se cansan. Imposible aguantar su ritmo. La normalización e implantación de autómatas alumbrará otro tipo de sociedad que no alcanzamos a imaginar con precisión, que destruirá unos puestos, pero ideará otros de menos sacrificio físico y más habilidad intelectual. Tampoco hay que sorprenderse o alarmarse. Cientos de miles de cocheros e hilanderas desaparecieron con la irrupción del automóvil y el telar. Los remplazaron millones de especialistas en otras funciones, en un transporte y una industria textil que multiplicaron su potencialidad. No ocurrió de la noche a la mañana.

Hay que prepararse para que el triunfo de la tecnología no profundice la desigualdad. El pilar sólido, fundamental, para evitar el enquistamiento de una nueva clase social de desheredados es el conocimiento. Sólo una educación de calidad y flexible puede garantizar que no haya ganadores y perdedores en la aventura. Adentrarse en el futuro significa pensar únicamente en los alumnos, no en la política. Derribar muros en vez de elevarlos.

Fuente del artículo: https://afondo.lne.es/opinion/la-educacion-es-el-pilar-del-futuro.html

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Combatir la desigualdad: más educación, menos balines

Por: La Tercera. 

Por cada peso invertido en educación inicial, se obtienen hasta siete pesos de retorno a la sociedad, según constató James Heckman, Premio Nobel de Economía, una teoría que el laureado economista acaba de refrendar: “Invertir en la educación infantil es la mejor estrategia contra el crimen”, aseguró en una entrevista con BBC de mayo de este año. Al contrario, cuando esa inversión está ausente, no solo se restringen los retornos para la sociedad, sino que la desigualdad se vive desde la cuna y se mantiene a lo largo de la vida.

¿Qué pasa en Chile? El 25,6% de los menores de cero a 3 años vive en situación de pobreza multidimensional, lo que sitúa a nuestro país entre los ocho con mayor pobreza infantil entre los 36 miembros de la OCDE. Esta cifra -de la encuesta Casen 2017-, alcanza niveles del 32% en La Araucanía, un 31,2% en Tarapacá y un 29,9% en Los Lagos, generando efectos no solo cognitivos, sino también emocionales y conductuales que los acompañarán de por vida.

Estudios de la neurocientífica de la Universidad de Columbia, Kimberly Noble, han comprobado que la pobreza genera efectos cerebrales en los niños, que inciden directamente en las áreas que procesan el lenguaje y gobiernan los controles de impulsos. Al otro lado, los trabajos de campo realizados por Heckman constatan que los niños que asisten a programas de educación en primera infancia de alta calidad, “en el futuro tienen más posibilidades de estar empleados y muchas menos de haber cometido crímenes”, añadiendo que el retorno social de esta inversión es del 13% anual compuesto considerando no solo el aumento de la escolaridad o el desempeño escolar, sino también la reducción de costos en áreas como refuerzo escolar, salud y los gastos del sistema penal.

¿Qué está haciendo el Estado al respecto? En 2018, el presupuesto total en educación parvularia del Ministerio de Educación fue de US$ 1.311 millones, esto es menos de la mitad de los US$ 3.032 millones de aporte fiscal a la educación superior, según cifras de la Dipres para ese año. ¿Por qué invertimos menos de la mitad en educación parvularia si sabemos científicamente que es donde por lejos está la mayor rentabilidad social? Probablemente sea porque su rentabilidad política de corto plazo no es muy alta.

Si bien el último tiempo el Estado ha buscado incrementar la cobertura y financiamiento de las salas cunas y jardines infantiles, otro grave problema que enfrentamos es que apenas tres de cada diez niños en etapa preescolar asisten a estas entidades y el 72% de quienes no van, lo hacen porque sus padres creen que “los cuidan mejor en casa”, según la misma encuesta Casen. Por ello, si queremos cambiar el futuro de Chile invirtiendo en primera infancia debemos ampliar la oferta a las familias, por ejemplo estando en sus casas y trabajando con sus padres como principales educadores para sumarlos a la formación integral de sus hijos.

La realidad actual ha demostrado que niños sin educación ni vínculos emocionales sólidos en los primeros años de vida, propenden a tener una mayor tasa de deserción escolar y se transforman en jóvenes más vulnerables y propensos a delinquir.

Del estallido social reciente no hay cifras públicas respecto del nivel de vulnerabilidad de los detenidos ni menos de su escolaridad. Lo que sí sabemos es que el 78% de los 13.300 arrestados por desórdenes o saqueos tiene detenciones previas -según cifras al 15 de noviembre-, un 11% son menores de edad y en Valparaíso desde el inicio del estallido social al 7 de noviembre se registraban 46 detenciones, donde la mitad era de jóvenes que habían pasado o se encontraban siendo intervenidos por el Sename.

Todo esto refleja la existencia de un grupo importante de personas a las que les ha faltado -al menos- amor, educación, contención, red de apoyo y que hoy están en las calles.

¿Qué hacer? Más allá de las medidas que esperamos puedan tomar las autoridades, como incorporar programas de primera infancia en la llamada Agenda Social e instalarla como un tema prioritario y decisivo para el Estado, quienes participamos en el mundo económico y empresarial también debemos asumir un rol protagónico en cambiar esta realidad.

Así como una parte creciente del empresariado ha tomado el liderazgo en disminuir las brechas salariales y derechamente incrementar los sueldos mínimos de las empresas, es necesario que también no olvidemos a los niños, porque es en esta etapa cuando realmente podemos combatir la raíz de las desigualdades y de cuyo futuro depende la paz social de nuestro país en las décadas venideras.

En concreto, es necesario poner en la discusión gremial estas ideas de inversiones sociales de largo plazo, como por ejemplo, impulsar programas de educación en la primera infancia, para que así -en el futuro- las necesarias discusiones y discrepancias que tengamos en torno a la sociedad chilena se den con mayor educación y menos balines.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/pulso/noticia/combatir-la-desigualdad-mas-educacion-menos-balines/912796/

 

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Ludovico Silva o la discordancia de los tiempos de las teorías críticas

Por: Humberto Zabala. 

La teoría del desarrollo desigual y combinado habilita las claves para la comprensión –desde el marxismo– de las circunstancias que vieron nacer la crítica de Ludovico Silva hacia los manuales de la ACURSS estalinista-zdhanovista, –a su vez– facilita una crítica de los flancos abiertos por este en su controversial ensayo, como contribución a la revitalización de las tradiciones del marxismo revolucionario en tiempos de retorno de la lucha de clases en la arena internacional.

Las ideas no caen del cielo.
Antonio Labriola

Las revoluciones obreras se critican a sí mismas.
Karl Marx.

Restablecer la continuidad revolucionaria del marxismo en Venezuela nos resulta un desafío de gran magnitud e importancia, luego de transcurridos 40 años sin atravesar escenarios revolucionarios abiertos a nivel mundial, mediando cinco décadas desde el último ascenso importante de la lucha de clases a nivel internacional, mientras en casa se cumplen 20 años de un proyecto que autodenominándose “revolucionario” y “socialista” condujo a sus bases a un callejón sin salida frente a una verdadera debacle económica y social sin precedentes en la historia del siglo XX.

Sin embargo, el impasse de los gobiernos posneoliberales de diferentes tintes se combina con la presente crisis orgánica del capitalismo global, que inaugura escenarios disruptivos tanto en el mundo como en América Latina, con los recientes estallidos obreros y populares con fuerte protagonismo en las mujeres y la juventud, contra las imposiciones del FMI y los gobiernos imperialistas, que nos obligan a sacar lecciones de la derrota, sin ceder terreno a los ya vetustos cantos de sirena que otrora anunciaban el fin de la clase obrera, el marxismo y las ideologías.

En esta entrega, nos disponemos a reflexionar sobre las circunstancias que vieron nacer la crítica de Ludovico Silva hacia los manuales de la ACURSS estalinista-zdhanovista, y a su vez, desarrollar un cuestionamiento de algunas aristas del debate que observamos en su controversial ensayo Antimanual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos.

Toda tentativa de partir de una comprensión materialista acerca del debate contra los manuales soviéticos en el ensayo de Ludovico, merece al menos problematizar lo que ambas tradiciones dicen de sí mismas, poniéndolas en relación dialéctica con la formación intelectual de Silva y su encuentro con las ideas marxistas a su llegada de Europa, el modo de recepción del marxismo soviético en la Venezuela de principios del siglo XX y sus vaivenes frente a la política internacional y nacional, y finalmente tomar conciencia de que el marxismo comporta el carácter de síntesis de un movimiento revolucionario internacional con casi dos siglos de existencia, y de una teoría científica de las leyes del conocimiento, la naturaleza y la sociedad.

Devenir Ludovico

Los hechos más conocidos sobre la vida de Luis José Silva Michelena, son su nacimiento en el seno de una familia acomodada en la Caracas de 1937, apenas dos años transcurridos tras la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, donde lo más significativo son las aceleradas transformaciones en la fisonomía social y política, el “Boom” petrolero y economía de enclave con las principales potencias importadoras de hidrocarburos, de ahí que Silva, como parte de la generación post-Boom petrolero declare en sus Ensayos Temporales: “Mi desencanto respecto de la sociedad capitalista viene de muy lejos, desde cuando niño vivía en un campamento petrolero y me codeaba con los arrogantes gringos” (1983: 125)

Durante la generación de “transición”, los restos de gomecismo chocaban con nuevos proyectos políticos de “derechas” e “izquierdas” organizados internacionalmente, aunque vistieran ropajes de partidos nacionales, tales como la democracia cristiana, el partido comunista y el populismo. Ahora bien, los principales cuadros que fundan el partido comunista de Venezuela desde el extranjero gozan de una formación ideológica proporcionada por el PC de Francia (PCF). A su retorno al país en 1936 eran claras sus intenciones de jugárselas con la nueva orientación de “Frente Popular”, cuyo primer intento fue el “Bloque Nacional Democrático” (“bloque de abril”) de ese mismo año.

Breve inciso: la hegemonía estalinista sobre el discurso marxista en Venezuela, se explica por un lado producto del acoplamiento de los partidos comunistas latinoamericanos en torno a la línea frentepopulista de la III Internacional, por el otro, el tardío desarrollo capitalista del país cuyo movimiento obrero con contornos políticos claros apenas aparece con la muerte de Gómez, aunado a la temprana descomposición burocrática de la revolución soviética en los años 20’, explica su incapacidad para ver nacer sus propias fracciones comunistas de oposición, como las vistas en otros países de la región como Argentina, Chile, Perú, Cuba y México.

De ahí que Liscano, al situar el Antimanual de Ludovico en la ensayística marxista del país, afirme que: “En general, los ensayistas venezolanos anteriores a la generación que irrumpe después de la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras, soslayaron el marxismo (…) En realidad sobre el marxismo pesaba la ideología stalinista”, el ingreso de dudosos manuales marxistas de filosofía, economía y hasta de ciencias naturales, provenientes de la Academia de Ciencias de la URSS, proliferó en la década del 60’ influyendo en la juventud que simpatizaba con la revolución cubana triunfante y la lucha armada venezolana, hasta aproximadamente 1968, como más adelante veremos.

Ahora bien, volviendo al autor del Antimanual, sabemos que su vocación literaria estuvo prefigurada desde su niñez: “Yo, como poeta y escritor de ensayos, tengo una misión, que para mí fue clara desde mi niñez: escribir” (2007: 208), cursó el bachillerato en el elitista Colegio San Ignacio de su Caracas natal, desde los 14 años de edad experimentó frustradas intentonas para hacerse publicar por El Nacional (2007: 141). A los 17 años, bajo la dictadura perejimenista, marca el consabido rumbo hacia Europa. Entre los años 1954 y 1960 estudiará “Dos años en Madrid, uno en Francia, en París, tomando cursos de Literatura francesa en La Sorbona y un año en Alemania estudiando Filología románica, en la Universidad de Brisburgo” (277), justamente en Madrid sus compañeros de estudio le apodan Ludovico, asumiendo para siempre este nombre como su lugar de enunciación.

Durante el periodo que se extiende desde su llegada de Europa hasta el inicio de estudios formales en la carrera de Filosofía (UCV) en 1968, Ludovico Silva es un nombre asociado al ejercicio de la poesía y la crítica literaria en diferentes columnas. Lo que sucedió después es historia conocida, y casualmente nuestro siguiente objeto de estudio.

¿En la búsqueda del marxismo perdido?

Amigo personal del poeta español Jorge Guillén y del poeta nacional Vicente Gerbasi, admirador y colega de humanistas radicados en el país como Juan David García Bacca y Ángel Rosenblat, lector voraz de Antonio Machado, de los filósofos Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset, marca en 1968 un giro radical hacia el estudio sobre Marx y los marxismos, a continuación indagaremos cómo ocurrió.

Cierta vez tuvo que aclarar a sus lectores:

Algunos han asegurado que yo estudio los libros de Marx y los libros sobre marxismo desde que tenía diecisiete años. Tendré que desencantar a toda esa gente amable. Yo soy un recién llegado al marxismo. La pura verdad es que yo no había leído ningún libro de Marx hasta el año de 1969… Mi sinceridad consiste en decir que yo no sé nada, o muy poco, de marxismo (2007: 207)

Luego insistirlo a modo de chanza: “Yo comencé mis estudios de marxismo hace diez años (aunque a muchos les parezca mentira, pues suponen que yo nací con un libro de Marx bajo el brazo, en lugar del pan tradicional)” (1983: 124)

El año en que Ludovico comienza sus estudios formales de filosofía en la UCV (1968), esta era epicentro de manifestaciones que constituyeron un hito en las luchas juveniles del país, el llamado Movimiento de Renovación Universitaria hacía espejo con la emergencia de luchas radicalizadas de la clase obrera y la juventud mundial (Tlatelolco, Checoslovaquia, París), solo en América Latina hubo experiencias importantes como la revolución cubana, las Ligas Campesinas (Brasil), las movilizaciones del Perú dirigidas por Hugo Blanco, el “Cordobazo” (Argentina), la Asamblea Popular de Bolivia y el triunfo de Allende en Chile, todo esto tuvo que influir decididamente en las afinidades electivas de Ludovico.

El ambiente intelectual de numerosos grupos de la izquierda militante post 68’ expresaba el hartazgo ante la ausencia de autocrítica por parte de la dirección del PCV frente a la derrota de la lucha armada en los 60, y su justificación irresponsable de la represión brutal descargada por el estalinismo sobre la Primavera de Praga; esto abre el prestigio entre la izquierda académica de la teoría de la dependencia en materia económica, en política el “proceso a izquierda” de Petkoff, en filosofía las escuelas críticas de occidente.

Movido por fuertes intereses literarios, Ludovico comienza a interesarse por la discusión muy en boga acerca de la “ideología”, Sandro Brito Rojas explica que Ludovico inicia: “el estudio de la ideología a raíz de su participación en un seminario sobre Sartre impartido por Federico Riu, el cual le impulsará a estudiar detenidamente La Ideología Alemana”, Riu fue uno de los pioneros en introducir en el debate marxista nacional proposiciones del llamado marxismo occidental.

Orlando Araujo relata recuerdos vívidos de Ludovico Silva durante la ocupación militar del recinto universitario, que comenzó un fatídico 31 de octubre de 1969: “cuando la bota militar con presilla de profesores alquilados allanó la Universidad (1970-71 ¿os acordáis?) Ludovico que no es hombre de disparos, lloraba al pie de aquel árbol que entre octubre y noviembre alfombra furtivamente el oro de un idilio”, Ludovico que no pertenece a ninguna organización militante, declara de sí mismo:

Para ser marxista hay que poseer algunas cualidades muy particulares. En primer lugar, hay que ser una persona que trabaja activamente para la revolución socialista. Yo no lo soy. En segundo lugar, hay que unir la teoría a la práctica. Yo no lo hago, porque vivo sumergido en la alineación típica de los intelectuales, que consiste en dejar toda la práctica del marxismo a los activistas políticos y a los revolucionarios profesionales. [1]

Ha escogido para sí el lugar de “un pensador e interpretador libérrimo” de Marx, de hecho cuando ha estado involucrado de algún modo con la política de izquierda ha sido exclusivamente desde su papel de escritor: “Si bien nunca fui encarcelado por drogómano, sí lo fui en los sótanos de la Digepol por escribir artículos defendiendo a los combatientes del PCV y del MIR”.

De aquí que a lo largo y ancho de la obra de Ludovico Silva la labor intelectual de Marx queda estrechamente limitada a la de formulador de una nueva ciencia social de la que se servirán los movimientos revolucionarios, donde se diluye casi por completo el agitador revolucionario de la Liga de los Comunistas, el organizador de la Asociación Internacional de los Trabajadores, el genial polemista político contra otras fracciones de izquierda.

Su ensayo Sobre el socialismo y los intelectuales (1970) expresa parte de estos límites que se verán acentuados más adelante en el desarrollo del Antimanual, allí su modo de exhortación a los intelectuales de América Latina para respaldar al Socialismo como un asunto de conciencia ética en la línea de numerosos intelectuales rusos y europeos, nos recuerda el nada novedoso enfoque de Max Adler en Socialismus und Intellektuellen (Viena, 1910), aunque si aquel esperaba el paso de los intelectuales al lado de la revolución socialista antes de su advenimiento, aquí Silva lo prefigura como cuasi precondición de la misma, como veremos más adelante.

La intención polémica del Antimanual de Ludovico que merece mayor mérito consistió en decirle a aquellos que buscaron las ideas de Marx a través de los manuales, que ahí no es buen lugar para encontrarle, que si quieren conocerlas bien pudieran comenzar por ir detrás de sus propios textos, conminándoles que además disfrutasen la riqueza de su muy prolijo estilo literario.

Luego está su objetivo expreso de: “criticar las más connotadas concepciones en boga, siempre con el afán de contribuir a descongelar y desmitificar las brujerías que en torno a estos conceptos se reproducen como hongos, no precisamente alucinantes.” (1975: 117) para ello en su primer capítulo “La situación del marxismo” hace las siguientes declaraciones metodológicas:

Se puede hablar de «situación del marxismo» de dos maneras: una, externa al pensamiento de Marx, y otra, interna al mismo (…) En este libro, mi punto de vista para echar una mirada panorámica al pensamiento de Marx, será más que todo el interno (…) La distinción entre ambos puntos de vista es, en realidad, puramente analítica; pero es una distinción útil, porque nos permite separar teóricamente la evolución de las interpretaciones de la evolución del pensamiento mismo de Marx…

Al abordar de esta manera el pensamiento de Marx, metodológicamente el exégeta desafía con sobrado optimismo las complejas tensiones internas en la evolución teórica de la obra del propio Marx y las de este con sus contemporáneos y sucesores, la disección teórica que propone, más que deshistorizar la evolución teórica del marxismo, elude la política concreta con sus relaciones de fuerza, como factor decisivo en la ecuación que contrasta al marxismo como teoría y como práctica, como corpus científico y como movimiento político.

Ludovico realmente quiso obtener a partir de este método un idílico retorno a la “edad de oro” perdida del pensamiento de Marx, despojada de los tantos “fallos filosóficos” verificables en los “marxismos” del presente. Hoy día pocos emplearían la despampanante taxonomía ludoviqueana (“marxistas, marxólogos y marxianos”) ante el caleidoscópico sin fin de “marxismos” y sus innumerables enfoques enfrentados, como han insistido numerosos autores (Kolakowski, Gouldner, Lander, Kohan, Mazzeo, entre otros), el propio Bensaïd ha escrito que “no se trata [aquí] de un piadoso retorno a Marx. [Sino] Más bien de un ‘rodeo necesario’” [2011: 209]

Extraño punto de partida para un análisis marxista de los manuales soviéticos, el juzgar el monstruo desencadenado por la herencia estalinista en los llamados socialismos realmente existentes, con las herramientas puramente analíticas sobre las categorías empleadas por estos en su propaganda manualesca, eludiendo en todo momento un examen genealógico-político del modo en que estas categorías llegaron, evolucionaron o involucionaron de cara a los sucesivas fluctuaciones en la relación de fuerzas entre las clases.

IV. La discordancia de los tiempos para las teorías críticas

A lo largo de su polémica, Ludovico Silva reclama una lectura heterodoxa de Marx, a quien considera invariablemente un intelectual heterodoxo, está convencido que para revitalizar su veracidad debemos necesariamente renunciar a buena parte de los saberes que la ortodoxia marxista propaga, tal es el sentido de hacer un Anti-manual, para “transformar el pensamiento marxista desde dentro de él mismo, a fin de elaborar las categorías que habría elaborado el propio Marx en caso de vivir en nuestros días” [2009: 20]

Se puede rastrear un triple propósito en el Antimanual que comprendía, en primer lugar, la discusión que emprenderá con particular encono contra categorías como: materialismo-dialéctico, filosofía marxista, dialéctica de la naturaleza, las tres leyes generales de la dialéctica, ideología revolucionaria, estructura-superestructura, teoría del reflejo, entre otras, cargándoles la responsabilidad de ser “malos entendidos” o “errores filosóficos” de cuño “engelsiano” que trajeron consecuencias funestas en cuanto eran la fundamentación teórico-política del bolchevismo y los “socialismos reales”.

Por otro lado, plantea la necesidad de un taller de elaboración de categorías marxistas que respondieran a nuestras necesidades actuales, con la complicación de hacerlo desde dentro de él mismo; si bien a su entender no hace falta recurrir a la nigromancia ni prácticas por el estilo, sino emulando “el método de Marx”, para Ludovico este método no requiere apartarse de cuanto está en su obra escrita (la de Marx), solo que para saber qué categorías desechar y cuáles conservar, o cuál debe ser el metro para la actualidad, veracidad y vitalidad de las fórmulas marxistas, Silva se sirve de un índice de lecturas comprendida por autores como: Lukács, Korsch, Adorno, Lefebvre, Marcuse, Sartre, Althusser, Colleti, Baran, Sweezy, Rubel, y un largo etcétera de “marxistas occidentales” que por esos años encuentran amplia difusión entre la izquierda académica venezolana.

Finalmente, Ludovico reclama el lugar de productores de ciencia social marxista para autores oriundos de América Latina y el subdesarrollo, a quienes invitaba a la creación de un Diccionario de Marxismo Heterodoxo:

¿Por qué nuestros economistas, sociólogos o filósofos no pueden contribuir a la elaboración de ese gigantesco y necesarísimo Diccionario? ¿Por qué no hacerlo aquí, en el subdesarrollo, para demostrarles a los pedantes franceses, a los impertérritos ingleses, a los alemanes muertos del esprit du sérieux, a los marmolizados soviéticos, a los norteamericanos anestesiados, a los intrincados italianos, que aquí, en estas tierras, es posible hablar de Marx con tanta o más altura que en otras tierras? (2009: 15-16)

Sobre este triple propósito tan solo nos limitaremos a dar cuenta de la suerte que corrieron las ideas de Ludovico en su tiempo, tanto en el país como en el debate marxista internacional, dejando para siguientes entregas todo lo que podamos cuestionar acerca de las formulaciones específicas de Ludovico sobre cada una de estas categorías de la “ortodoxia”.

El lanzamiento del Antimanual resultó un hito en los anales del pensamiento crítico venezolano, hizo escuela en la intelectualidad de izquierda, especialmente quienes se reclaman la heterodoxia marxista en el país. Esta obra ensayística incluye un “epílogo del prólogo” en que anuncia el veredicto que la galardona por unanimidad con el Premio Literario de la Asociación Pro Venezuela, y desde entonces nunca ha dejado de gozar de buena prensa.

El periodista, poeta y militante del PCV, Jesús Sanoja Hernández, recuerda así el lanzamiento del Antimanual: “Me tocó presentarlo en el Ateneo, agosto de 1975 según creo, y no fueron pocos los reclamos que mis camaradas de estirpe inquisitorial me hicieron por tolerancia ideológica”, por su parte, el columnista Tulio Hernández dirá “no conozco en Venezuela el caso de un intelectual que haya sido tan querido y admirado por gentes tan disímiles entre sí”.

Incluso su amigo, el poeta Blas Perozo Naveda, poco después de la muerte de Ludovico, refirió en modo tajante que:

Nadie se atrevió jamás a criticar ninguno de sus libros. Con propiedad, nadie. Y es que ¿quién se atreve a criticar el libro más sangrante, del más lúcido de los Ludos? Solamente Artaud […] Porque para el poeta –como dijo Briceño Guerrero– la experiencia vivida en la palabra le pareció más real que el contacto directo con las cosas

Pero el citado poeta ya en 1988 se equivocaba, y en parte este error es por falta ajena, pues aun prescindiendo de aquello que más que críticas parecieran no salirse de simples ataques Ad Hominem, la tradición “manualesca” se limitó a responder guindándole epítetos como “drogómano”, “sifrino”, e incluso “trotskista”, con los aditamentos pseudo teóricos de su monserga de rigor; la crítica marxista que sí estudió atentamente la obra de Ludovico respondió pronto.

Apenas cuatro años después del Antimanual aparece una tesis de egreso como sociólogo del profesor universitario Rafael Ramírez C., dedicado a criticar la obra de Ludovico Silva, para su publicación posterior fue titulado a modo de provocación La Intelectualidad Impotente (1981, UCV).

La citada obra es poco conocida, entre otras cosas porque Ludovico poco o nunca la refiere, apenas deja menciones aisladas y anónimas como en una respuesta publicada en prensa a comentarios de Laura Corbalán: “Hace poco, un profesor de la Universidad Central escribió un tratado de 400 páginas sobre mi obra”, más tarde, a modo de respuesta al desafío lanzado por Ramírez: “En Ludovico encontramos la influencia decisiva de Herbert Marcuse. Retamos a cualquiera a que encuentre un planteamiento distinto, una idea original, un punto de desacuerdo”, dirá en Psiquiatría, Humanismo y Revolución (1982): “Digo esto para salirle al paso a ciertos críticos que me han acusado de copiar las ideas de Marcuse…”, nuevamente sin nombrar la fuente.

Ramírez reconoce que uno de los principales méritos del Antimanual y Ludovico fue contribuir al deshielo de las falsificaciones y dogmas que por décadas hegemonizaron el discurso marxista en manos del Partido Comunista, y atribuye su éxito a que Ludovico:

Posee un manejo preciso y refinado del lenguaje, gracias al cual su prosa es armónica y agradable, fácil de leer, amena y sencilla. A diferencia de otros filósofos nacionales, logra comunicarse con el público, lo encanta y le transmite sus apreciaciones en un lenguaje accesible y transparente (…) En su obra, este escritor venezolano ha sabido decir a los jóvenes intelectuales de la izquierda venezolana, lo que querían oír en un lenguaje que vale la pena escuchar. Y al hacerlo, centenares de jóvenes se han hecho adeptos de su pensamiento.

Y agrega que:

Su misma fuerza resultó ser su mayor debilidad (…) aquella generación no tenía más que ofrecer que su oposición al orden establecido, ni más convicción que la del cuestionamiento general (…) En todos los campos se avanzó, desde las tesis solo aparentemente marxistas que había consagrado el estalinismo, a las tesis abiertamente anti-marxistas que se proponían la superación del marxismo

Los planteamientos centrales de las escuelas críticas occidentales de las que Ludovico se apropia para “poner al día” el debate marxista en el país, venían de acumular una clientela considerable a nivel internacional y su difusión en Venezuela se hizo triunfal con el Antimanual.

Pero mientras los aplausos resonaban con fuerza en sus oídos cada vez que Ludovico Silva desenfundaba un pliego de certezas “críticas” del “pensamiento crítico” occidental de forma “acrítica”, entre “los impertérritos ingleses” nacía la contrarréplica de Perry Anderson al repliegue teórico realizado por dichas tradiciones producto de las derrotas de las revoluciones obreras de principios del siglo XX (ascenso del stalinismo, nazismo y II Guerra Mundial).

Mientras Ludovico se ufanaba de decir sobre la llamada “ley de la conversión de cantidad en calidad” que en la ciencia: “esta ley es inútil, porque sirve para explicarlo todo”, surgía entre “los norteamericanos anestesiados” el grupo de científicos Science for the People donde un Stephen Jay Gould, Richard Levins y Richard Lewontin desde sus prácticas reafirmaban la aplicabilidad de la misma en el campo de la biología.

Mientras Ludovico despotricaba contra el “materialismo dialéctico” y su aplicabilidad concreta en un modo que nos recuerda al de Eugenio Dühring, eran los años en que las obras de “los marmolizados soviéticos” del círculo de Bajtín (Volóshinov, Medvedev, etc.) y Lev Vygotsky, resultaban un hallazgo extraordinario para los estudiosos en Occidente de la filosofía del lenguaje y de la conciencia, en tanto que los yugoslavos del grupo “praxis” innovaban en su comprensión de la dialéctica de la praxis.

Cuando Ludovico se empecinaba en derivar todas las desgracias del Socialismo Real y la ex URSS a partir de los “errores filosóficos” de cuño engelsiano o leninista, rodeado de los mentados “pedantes franceses” aparecían los archivos recopilados por Pierre Broué, donde se nos demostraba cómo fue esa cadena de pequeñas guerras civiles, con una numerosa cantidad de bajas, descargadas por el estalinismo contra el bolchevismo de la Oposición de Izquierda.

Tiempos de revueltas simultáneas alrededor del mundo hace medio siglo abrieron el compás de la crítica para una generación de militantes y estudiosos de la obra de Marx, que ya sin las antiparras del pensamiento manualesco, dieron nueva vida al debate que muchos de los apegados al Mainstream del pensamiento crítico occidental daban (y siguen dando) por culminado.

A diferencia de Ludovico Silva, quien aseguró no querer formar escuela (ni mucho menos iglesia) todavía hoy día nos encontramos acólitos de todo tipo que repiten rajatabla lo que su maestro les dejó sin someterlo a nuevo examen, olvidando que aquel no cesó de insistir con que:

Si alguna virtud tiene mis escritos en este sentido es que los he propuesto como discusiones, no como dogmas en los que hay que creer. Probablemente todo cuanto he escrito sea un puro error; pero siempre habrá tenido la virtud de excitar a la controversia. (1983: 126)

Cuando asistimos a un nuevo escenario que avizora enfrentamientos de clase de gran envergadura, asomándose ya importantes levantamientos populares en Ecuador, Chile, Bolivia, Irán, Catalunya, Hong Kong… y las armas de la crítica deben servirnos para pasar a la crítica de las armas, recordamos el vaticinio de Perry Anderson, antes de extinguirse la llama del último ascenso de luchas obreras:

Cuando haya nacido un movimiento verdaderamente revolucionario en una clase obrera madura, la ‘forma final’ de la teoría (marxista) no tendrá ningún precedente preciso. Todo lo que puede decirse es que, cuando hablen las propias masas, los teóricos -del género de los que ha producido Occidente durante cincuenta años- permanecerán necesariamente en silencio. [1976: 130-131]

Fuente del artículo: http://www.laizquierdadiario.com.ve/Ludovico-Silva-o-la-discordancia-de-los-tiempos-de-las-teorias-criticas

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Chile: Niñas aisladas presas sin agua o comida, abusos sexuales, torturas, muertes

Por: Martha Dillon.

Detenciones arbitrarias, niños y niñas menores de 16 en celdas sin agua ni comida ni acceso a hablar con sus familias, desnudez forzada en las  detenciones y otras formas más graves de violencia sexual, torturas, exceso en el uso de violencia; muertes y desapariciones. 

Desde Santiago

“Hay violación de Derechos Humanos, todos los días, esto no es algo que parece, es algo que es, que sucede. Por eso necesitamos de la colaboración internacional, necesitamos que haya declaraciones contundentes sobre lo que está pasando en nuestro país con este virtual estado de sitio”, dice Constanza Schonhaut, militante por los derechos humanos y del Frente Amplio, con angustia evidente después constatar, en una recorrida nocturna por comisarías y comunas, la reiteración de delitos cometidos por el Estado a través de sus fuerzas armadas y de seguridad. Aunque “delitos” es una palabra que se queda corta en un territorio que tiene en su memoria las heridas del Terrorismo de Estado. “El presidente pretende tratar esto como si fuera una catástrofe natural, como si se tratara del rescate de los 33 mineros -metáfora que usó el presidente chileno Sebastián Piñera en la presentación de las medidas de emergencia el martes por la noche-, pero aquí lo que hay es un estallido social, una protesta transversal y masiva y se responde con militares apuntando al pueblo”.

Michel Bachellet, ex presidenta y actual Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, aseguró hoy que enviará una misión “de verificación” de las denuncias. Fue un pedido de Piñera, seguramente desesperado por defender su idea de Chile como un “oasis” latinoamericano donde dos reuniones cumbres deberían tener lugar en noviembre y diciembre. La primera sería la Apec -foro comercial de Asía-Pacífico-, donde los jefes de Estado de China y Estados Unidos se reunirían; la segunda es la Cop 25 sobre cambio climático en un país con “zonas de sacrificio” en las que empresas altamente contaminantes se instalan en territorios de alta vulnerabilidad social. Bachellet, sin embargo, no anunció su visita en primera persona. Habló en cambio de “encontrar soluciones para abordar agravios” y urjió “a los que planean participar en las protestas a hacerlo pacíficamente”.

Detenciones arbitrarias, niños y niñas menores de 16 en celdas sin agua ni comida ni acceso a hablar con sus familias, desnudez forzada en las detenciones y otras formas más graves de violencia sexual -ya hay ocho querellas oficiales pero muchas más que no pudieron llegar a esa instancia por temor de las denunciantes a represalias-, torturas, exceso en el uso de violencia; muertes y desapariciones. La situación es gravísima y aun cuando las calles siguen tomadas y la vida cotidiana se interrumpa como desde hace una semana al mediodía para ponerle el cuerpo a una lista completamente transversal de demandas que tienen una primera puerta hacia la salida de la crisis en el cese de la represión, la vuelta a los cuarteles de los militares y una asamblea constituyente que derogue la constitución que rige ahora y que se redactó en plena dictadura militar, la vida institucional sigue generando imágenes de profundo desprecio a los Derechos Humanos.

El papelón que protagonizaron en la Cámara Baja las diputadas Camila Flores y Paulina Nuñez cuando rompieron delante del hemiciclo lleno los carteles que sostenía, junto con otras, la legisladora Pamela Jiles con las cifras de muertes, desapariciones y detenciones el mismo día en que los disparos de gases y perdigones se escuchaban en todo el centro de la ciudad de Santiago fue la primera muestra de la indiferencia de la derecha oficialista que hoy, en la voz del canciller Teodoro Ribera, aseguró que no hay ninguna razón para no realizar las cumbres del Asia-Pacífico (Apec) y la del clima (COP 25) en noviembre de este año. Antes, en apenas 15 días, tendrá lugar aquí la Conferencia Regional de Derechos de las Mujeres ¿se discutirá entonces la violencia sexual en el marco de la represión que no cesa? Violación con el caño de un arma larga, esa es la descripción del acto que demanda una de las querellas presentadas por Indh.

Cuatro detenidos “crucificados” sobre la antena de la comisaría de Peñalolén, atados de las muñecas con esposas que les cortaban la circulación; aunque los detalles, claramente sobran cuando la crueldad es tan manifiesta. La denuncia fue hecha el jueves a la madrugada cuando en sus recorridas el Indh descubrió esa brutalidad. Hasta ahora, por este hecho, se consiguió la prohibición de acercamiento de los carabineros a los detenidos y se presentó un recurso de amparo. Uno de los tantos que se expusieron en el Senado, donde tanto el jefe de Carabineros, Mario Rozas, como el director de INDH cruzaron palabras. Rozas asegurando que iniciará sumarios por excesos, Sergio Micco exponiendo datos: 1512 detenciones en las regiones, 898 en la región metropolitana, 535 herides -210 con heridas de bala-, 10 amparos, 55 querellas, 5 más por homicidio y 8 por violencia sexual.

En la puerta del Colegio Médico, una decena de estudiantes secundaries estiran su paciencia como un chicle mientras esperan que se constaten las lesiones recibidas. La peor parte la lleva Valentina Miranda, 19, en el último año de Liceo que cursa en el Tereza Prats, el número 7, una escuela pública de esas que nunca aseguran el ingreso a las mejores universidades pero sí altos montos de endeudamiento con el Crédito con Aval Estatal. Ella es dirigente de la Comisión Nacional de Estudiantes Secundarios y militante del Partido Comunista. Moretones, quemaduras de gases, un perdigón en la oreja que le provocó una infección y marcas de las manos de los “pacos” que la detuvieron ilegalmente dentro del edificio donde vive su compañero, Pablo Ferrada. Apenas sale del lugar, después de tres horas de revisiones, se va a la calle a seguir agitando rebelión. “Es que estamos felices de que por fin se hayan despertado les indiferentes, felices todes acá”, dice señalando a sus amigues.

45 personas perdieron la vista en la última semana por disparos de perdigones. Esto que Piñera llamó guerra tiene caídos de un sólo lado. Y no, no es una guerra. “¿Podremos hablar de dictaduras del siglo XXI, igual que se habla de izquierdas del siglo XXI?” Se pregunta Schonhaut. “Creo que hay que analizarlo, porque lo que vemos es el Terrorismo de Estado en acción, ojos perdidos, lesiones de por vida, torturas… y todo lo que no sabemos porque pasa en la noche, en las comunas vulnerables, en las regiones que no cubrimos. Hay un presidente a la cabeza, sí, pero enviando al ejercito contra la protesta”.

Bélgica Brione es feminista, militante territorial, parte de la articulación Asambleas Feministas de la Zona Oriente (ABZO), en la mañana del jueves las comunas de Florida, Peñalolés, Macul, Villa FREi, Ñuñoa se reunieron a poner en común la organización de estos días. Las “Ollas comunes” se replican en las poblaciones y torno a ellas también las preguntas sobre cómo alentar autocuidados feministas y también antiracistas y anticolonialistas. “Porque las mapuche saben de lo que vivimos ahora, para ellas la persecusión es constante. Y cuando esto se agrava acá, peor es en los territorios”, dice Bélgica. A su lado, otra compañera repone la preocupación sobre el cuidado de niñes. “Ayer decidí que era hora de ver películas y comer rico. Porque escucharon relatos de tortura y violencia sexual, cosas que pasaban junto a elles que tienen 8 y 12; claramente les afecta y necesitan descanso”.

El jueves la intensidad de la movilización callejera fue menor que la del día anterior, pero las cacerolas no dejan de sonar. De frente a dónde se escriben estas líneas, como en una postal de lo que es el ritmo de Santiago desde hace una semana, las multitudes pasan con sus banderas y carteles mientras hay quienes toman cerveza como parte del estado de excepción en bares con las persianas bajas. Cada tanto impacta una piedra sobre el edificio de la Cámara de Comercio y otros grupos vienen a frenar ese impulso. La rabia no cesa, el deseo de que se transforme todo tampoco. Chile sigue ardiendo.

Fuente del artículo: https://www.pagina12.com.ar/227260-chile-ninas-aisladas-presas-sin-agua-o-comida-abusos-sexuale

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Memoria e identidad: la autobiografía como método de reflexibilidad en la mujer y lo femenino

Por: María Báez.

Resumen

La comprensión del mundo en el que vivimos pasa por la comprensión del sentido de nuestra vida. Conocer la historia, el pasado, los antecesores de nos hacen pensar en la construcción de nuestro árbol genealógico, entre entramado de interrelaciones que se han dado alrededor y nos hacen parte de una historia. El árbol, llevado a un genograma fue de gran relevancia para entender las relaciones. La intencionalidad fue valorar la autobiografía como un método de reflexibilidad de la mujer y lo femenino y su vinculación con la Memoria e Identidad. La narradora, mujer de 42 años, profesional de la salud. La metodología fue bajo un enfoque interpretativo. Identificó signos como la relación con la abuela- mamá. La visión de la familia “ideal”, sustitución de un rol por otro. El corte simbólico de su relación bisabuela-narradora. Los conflictos de género de la niñez-adultez, la identificación de la pérdida y  transiciones significativas.

Palabras clave: ancestralidad, árbol genealógico, memoria, autobiografía, método de reflexibilidad, género.

Abstract

The understanding of the world in which we live goes through the understanding of the meaning of our life. Knowing the history, the past, the ancestors make us think about the construction of our family tree, between a network of interrelationships that have occurred around us and make us part of a story. The tree, taken to a genogram was of great relevance to understand the relationships. The intentionality was to value autobiography as a method of reflectivity of women and the feminine and its connection with Memory and Identity. The narrator, 42-year-old woman, health professional. The methodology was based on an interpretative approach. She identified signs such as the relationship with the grandmother-mother. The vision of the «ideal» family, substitution of one role for another. The symbolic cut of his great-grandmother-narrator relationship. Gender conflicts of childhood-adulthood, the identification of loss and significant transitions.

Keywords: ancestry, genealogical tree, memory, autobiography, method of reflexivity, gender

 

 

Primeros trazados

Ver hacia dentro

En nuestro día a día es común escuchar sobre la visión que tiene la sociedad de la mujer, con sus diferentes fases y matices históricos, constructos, definiciones, y un sinfín de visiones que se tiene. Nos hemos vinculado a través de las acciones de muchas mujeres por su influencia en los movimientos, en las comunidades, por sus aportes a la sociedad y a la visibilización misma, nos hemos vinculado también con las teorías que nos hablan de nosotras, y son una especie de espejo que permite reflejarnos. Detenernos a pensar por un momento que hay aspectos de nuestras vidas actuales que son un reflejo de nuestros propios hilos de existencia, los cuales se nos han sido transferidos y transmitidos de manera consciente o no a través de la historia propia de nuestro ser.

Ciertamente, la comprensión del mundo en el que vivimos pasa por la comprensión del sentido de nuestra vida. Cuando una mujer se detiene a preguntarse: ¿qué hago yo de lo que se ha hecho de mí?, está cuestionando una subjetividad heredada, con la intención de cambiar las lecturas de una historia desde los códigos de marginación, de exclusión, de dominación, de género. Al respecto, Fornet-Betancourt (1999) plantea que el ser humano arrastra un “analfabetismo biográfico” que nos lleva a la tarea prioritaria de tomar conciencia de la necesidad de hurgar en nuestra propia estructura subjetiva:

El sujeto que somos, el sujeto que se ha hecho de nosotros, que es muchas veces un sujeto con prejuicios, es lo que realmente impide un diálogo y eso me parece una cuestión fundamental a mi modo de ver. De ahí la importancia de las preguntas planteadas: ¿Qué se ha hecho de nosotros?, ¿quién ha hecho algo con nosotros?, y sin olvidar evidentemente la pregunta: ¿qué hacemos nosotros de lo que se ha hecho de nosotros? Ése sería un paso para la autonomía (p.13).

Cada uno lleva consigo una historia, en la que la presencia de los símbolos hace posible la construcción de sentido, pues ordena la visión del mundo, y todo su sistema de representaciones, de discursos y prácticas para la realidad, lo que le permite actuar sobre ella. En este encuentro con la autobiografía, se genera un proceso de individuación, en el que Jung (1970) explica que se hacen conscientes los contenidos presentes en el inconsciente, y se abren las capas de lo conocido, se activa el arquetipo, es el camino mismo de la vida y quizá más allá (Espinoza, 2011: 72-73).

Partimos de la premisa que el ver hacia dentro y reconocer nuestros vínculos, linajes y ancestralidad desde lo femenino, es una forma de encontrarnos como mujeres, incluso nos permite entender situaciones cotidianas, conductas, procesos de salud-enfermedad, entre otros; que, al identificarlo, puede cambiar o mejorar nuestra relación con nosotras mismas y nuestro entorno. Es por esto, que esa manera de ver en la que se nos abre las posibilidades de explorarnos, es sustituida constantemente por una búsqueda de relaciones con una realidad ubicada en el supuesto ‘afuera’, dejando a un lado un tránsito generacional que marca a través de hilos de historia nuestro presente, por esta razón, que en este presente se hace indispensable reconocernos y hacer consciente de cómo ha sido nuestro trazado.

Dentro de diferentes corrientes, como por ejemplo en Terapia Gestalt, hay un concepto similar que se ha manejado como es el awareness o darse cuenta.  Perls y Goodman (1951) introducen este término concediendo especial relevancia al contactofundamentalmente a la experiencia que se produce en la frontera-contacto en la interacción entre el organismo y el entorno. El manejo de ese darse cuenta ha despertado la toma de conciencia de procesos familiares, personales y, sobre todo, dentro de la salud y la enfermedad, en la medida que se identifiquen los momentos, historias, personas y circunstancias hay un vuelco significativo.

 

Como señala Shützenberger (2006) al visualizar la historia familiar de seis o siete generaciones, y colocarla en el árbol genealógico, en su contexto psico-político-económico-histórico a lo largo de los años y, darse cuenta de las repeticiones, puede bastar para crear una emoción lo suficientemente fuerte como para liberar al enfermo del peso de las lealtades familiares inconscientes. Para esta autora, “al hacer trabajar a un paciente sobre su familia, su árbol genealógico y sus secretos, a menudo consigo poner al día, en dos o cuatro horas, lo que antes tardaba diez años de diván en conseguir” (s/p).

 

Mi cuerpo, mi árbol

El estudio del árbol genealógico, entonces permite esa toma de conciencia de la profundidad de los vínculos que nos relacionan con nuestro sistema familiar, es decir, con nuestro propio ser y los Otros. Es por ello, que esta toma de conciencia propicia una mejora y un bienestar en todas las áreas de nuestra vida.

 

Para Jodorowsky (2011) hay que saber colocarse dentro del árbol genealógico de cada uno y entender  no sólo es pasado, ya  está vivo y presente en el interior de cada uno de nosotros:

El árbol vive en mí. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. Me tocan la pierna derecha y papá empieza a hablar, el hombro izquierdo y la abuela empieza a gritar. Cuando me adentro en mi pasado, me adentro en el de mis padres y mis antepasados. Nadie tiene problemas individuales porque toda la familia está siempre en juego. El inconsciente familiar existe (Documento en línea).

 

Mcgoldrick (2015), precisa que, dentro de la clasificación de árbol genealógico, se encuentran los genogramas. Estos son una representación gráfica esquematizada de aproximadamente como mínimo tres generaciones de una familia, en donde se expresa no sólo su estructura, sino también el tipo de relación biológica, legal y emocional existente entre sus miembros. Es por ello, que el genograma también permite representar la naturaleza de las relaciones sociales entre los miembros de la familia, mediante el dibujo de los trazos. Es importante establecer la biodescodificación, mediante signos preestablecidos, permite:

– Mostrar cómo los comportamientos de cada individuo están profundamente marcados por su contexto familiar.

– Relacionar la problemática actual con el drama vivido por el clan.

– Tomar conciencia de la familia que habita en cada uno de nosotros. Somos frutos de una larga cadena.

De acuerdo a Mcgoldrick, la exploración del árbol permite acceder a una información que, aunque no es visible, existe y conforma nuestra realidad actual. Esta información, a pesar de tenerla delante o accesible, nunca o poco le prestamos atención o no se ha considerado su importancia. Son muchos los caminos por los cuales las disciplinas psi y terapias llevan a un paciente a identificar su recorrido familiar. Razón por la cual, como investigadores sociales se considera que la autobiografía es un camino movilizador de la conciencia, porque más que una revisión de los fenómenos u objetos, se ocupará de la raíz y de la actualización de cada ser, y más específicamente, abordaremos la mirada introspectiva de la mujer y su historia de vida.

Por eso, es de gran importancia autoanalizarse y revisar las dimensiones simbólicas, porque es desde los símbolos en donde se constituye lo social. Los símbolos no son simples construcciones metafóricas sobre la realidad, sino que son referentes de sentido de la acción social y política; y por esta razón, pueden ser instrumentalizados, ya sea para el ejercicio del poder, así como operados para su impugnación, para insurgir contra ese. Es fundamental entonces, analizar historias de las mujeres que forman parte de los universos de sentido que construyen los seres humanos y las sociedades.

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Metodología

 

Tomando en consideración lo antes señalado, se plantea como intencionalidad de la investigación: Valorar la autobiografía como un método de reflexibilidad de la mujer y lo femenino y su vinculación con la memoria e Identidad. El camino metodológico recorrido fue bajo un enfoque interpretativo, como acto hermenéutico, que de acuerdo a González (2007: 99): “permite ver las interpretaciones de los sujetos sobre su realidad, entendiendo que esa realidad no es meramente captada o reflejada, sino procesada, construida y creada en los ámbitos individual, grupal y colectivo”.

Esta investigación tiene corte narrativo, razón por la cual su método es la autobiografía, teniendo gran utilidad en las ciencias sociales, según Clandinin (2007), el territorio de la investigación narrativa no cuenta con fronteras rígidamente definidas, ya que más bien se caracteriza por la intersección disciplinaria, sus proponentes la consideran epistemológicamente como una manera diferente de conocer el mundo. Es decir, el narrar o contar historias no es sólo un elemento más en todo el proceso de investigación, sino que, para esta vertiente, se constituye en «un método de investigación”.

Nada existe fuera del lenguaje mismo, y en la práctica el investigador social se ocupa de comprender y desvelar cómo las personas identifican, ordenan y confieren un sentido determinado a sus experiencias por medio de las historias creadas acerca de sí mismos, los demás y el mundo les rodea.

 

Lo que sabemos de la vida proviene de la experiencia, y esta se encuentra en todo momento mediada por actos genuinos de interpretación y significación. El mundo se hace más comprensible porque poseemos representaciones o visiones del mismo esencialmente narrativas, contamos historias acerca de cómo es ese mundo, qué fuerzas intervienen en él, qué valor posee para nosotros (Roscoe y Madoc, 2009:5). De acuerdo a los autores antes mencionados, el investigador social desde una orientación narrativa, dirigirá su práctica a la búsqueda de los significados a la forma el mundo es entendido subjetivamente a través de las historias, y a cómo éstas, las narraciones son poderosas herramientas de trabajo, constituyen el “soporte vital” de la identidad de las personas, al proporcionar un contexto de fondo da coherencia a sus vidas y les posibilita interpretar tanto su identidad personal como la de otras personas.

 

 

 

La autobiografía

Es la posibilidad de contarse en primera persona, siendo el sí mismo quien selecciona la pregunta y da la respuesta, recreando desde sus apuestas el devenir de cada ser en el mundo. Se presenta, entonces, como la posibilidad de hacer investigación de sí a través del desarrollo de procesos de concienciación, evaluación, selección de personajes, microhistorias y experiencias determinantes a la hora de estructurar una idea del sí comunicable, de lo que se es, asumiéndolo como posibilidad de conocimiento y evaluación desde el mapa que se ha sido, con el aprendizaje que ello implica (Maganto, 2010: 8).

 

Ricoeur (1997: 203) afirma que “no hay comprensión de sí que no esté mediatizada por signos, símbolos y textos; la comprensión de sí coincide, en última instancia, con la interpretación aplicada a estos términos mediadores”. Para esta investigación, el análisis autobiográfico del presente proyecto toma como referente teórico el modelo tríadico del signo de Peirce, ya que, permite analizar la relación del sujeto con sus signos, lo cual comporta la posibilidad de realizar un análisis cualitativo de los elementos elegidos en la autobiografía como representantes del sí mismo. Estos son en relación a sí mismo, con relación al intérprete y con relación al objeto. Es por ello que se toman tres elementos relacionales como son:

  • Los entornos reticulares (contextos y estructuras de las relaciones personales que aparecen en el relato).
  • La identidad y el sentido de la dinámica de la red socio-personal del Yo como una trayectoria temporal de relaciones.
  • La secuencia temporal de los mismos a partir de pasajes, que establecen el salto entre temporalidades.

 

Narradoras

 

Para la fecha en esta investigación se contó con una narradora de 42 años, profesional de la salud. La entrevista fue grabada y transcrita textualmente. Garantizando la confidencialidad y respetando los principios bioéticos. Se les recomienda a las participantes no pensar en las estructuras ni constructos pre-establecidos sino que se enfoquen en ellas y su sentir.

 

Revisión y disertación

 

En este apartado, se hará la revisión discursiva y la disertación partiendo de la experiencia narrativa basados en tres elementos que se consideran fundamentales para plasmar el contenido de la autobiografía, tales como: los entornos reticulares, la identidad y sentido, y la secuencia temporal.

Entornos reticulares (contextos y estructuras de las relaciones personales que aparecen en el relato)

Constitución de su propia genealogía

Narradora:

Yo vengo de una familia disfuncional

Mi madre biológica me tuvo a los 21, nunca conocí a mi papá porque era un hombre casado

La vida de mi mamá es muy compleja, es prácticamente huérfana. Su mamá la entregó al momento del nacimiento y su padre falleció cuando ella tenía 2 años

Mi bisabuela (la mamá de mi madre biológica) se convirtió en mi madre. La tía de mi mamá (que también ayudó a criarme) se convierte como otra madre para mí. Tenía dos hijos, un varón y una hembra. El varón fue como un padre para mí y la hembra mi hermana

Yo fui una niña muy consentida, cuando iba a una fiesta o algo me llevaban a comprar vestidos para que yo escogiera (…) Iba a empezar a estudiar piano. Tuve la oportunidad de crecer en un lugar culto, allí se leía, se escuchaba música clásica todos los días. Yo niña, yo armé mi familia para mí cada quien era una figura que desempeñaba su rol. Esta familia se ve truncada a los 7 años, mi bisabuela falleció cuando tenía 6 años y me cuida mi mamá Hilda, mi otra mamá

 

 

 

 

 

 

 

Nodos críticos:

Relación con la madre desde su nacimiento. Construcción de la familia

Entornos reticulares (contextos y estructuras de las relaciones personales):

Construcciones de roles familiares. Bisabuela es madre, tía es madre, primo es padre y tía es hermana. Familia ideal. Ausencia del padre, ausencia de la madre. Contexto: vivían en Caracas.

La familia

Madre y padre: No casados ——

Madre: abandonada (para la narradora es huérfana)

Padre: No tuvo presencia en su vida

Abuela: No tuvo presencia en su vida

Bisabuela: se encargó de la nieta (mamá biológica) y la bisnieta (narradora)

Tía de la madre: ayudó en el proceso de crianza

Hija de la tía: figura de hermana

Hijo de la tía: figura de padre (única figura masculina presente en la narración)

Tipo de familia: disfuncional

Gráfico.  1. Genograma familiar

Elaboración propia de la investigadora. Báez (2017)

 

Símbolo del genograma

Leyenda de relaciones emocionales

Giro discursivo de existencia.

Su familia cambia y lo considera brusco a los  siete años, así como la edad específica de la trascendencia de su bisabuela. El tiempo toma importancia. La temporalidad social. Otro elemento importante que se observa es el recordar el tiempo específico en el que suceden algunas situaciones y como expresa Shützenberger (2006) se puede presentar el Síndrome del Aniversario, se trata de una carga transgeneracional inconsciente correspondiente a sucesos traumáticos no asimilados o no digeridos. Esa memoria inconsciente se transmite de generación en generación buscando nuevas oportunidades para quedar resuelta, comprendida o cerrada; pero cuando referimos al Síndrome del Aniversario es porque esa memoria está vinculada no sólo a determinadas situaciones emocionales sino a fechas, edades o eventos asociados a dolor, vergüenza y traumas en el inconsciente familiar.

Visualización de la familia según su genealogía.

La narradora al momento de compartir su experiencia que viene de “una familia disfuncional”, también señala que como su madre (la llama biológica) creció sin padre, ella también creció sin padre. [Similaridad]. El hecho de haber crecido sin madre.

Símbolo

La construcción de su propia familia, la familia ideal. Como señala Jung (1970), cada uno lleva consigo una historia, en la que la presencia de los símbolos hace posible la construcción de sentido, ya que permite ordenar la visión del mundo, y todo su sistema de representaciones, de discursos y prácticas para la realidad, lo que le permite actuar sobre ella (Espinoza, 2011: 72-73).

La presencia simbólica de la construcción de familia es muy significativa. Olivé (2014) plantea la “sensación de unidad, de pertenencia que puede darse por infinidad de criterios que abarcan desde los biológicos a los sociales y que no son excluyentes: se puede pertenecer a varias familiasal mismo tiempo.   Los significados de Familia, nos damos cuenta de que el problema radica en el juicio que hacemos sobre cómo es”, tenemos una idea preconcebida de los roles y del tipo de interacciones que debe haber entre los diferentes miembros.

Para esta narradora, como lo menciona en su historia, la importancia de la constitución familiar la llevó a situar diferentes roles a los diferentes miembros de su familia. En el transcurso de la entrevista, ella iba dibujando su propia familia al momento que manifestaba que cuando era chiquita “era muy imaginativa con su familia”, en la conversación mencionaba que sentía ese vacío por la construcción de su familia, lo que llaman Perls y Goodman (1951) el awareness o el darse cuenta.

 

Identidad y sentido de la dinámica de la red socio-personal del Yo como una trayectoria temporal de relaciones

Mi mamá biológica me dice que como ya se acercaba el aniversario de la muerte de su mamá que me dejen venir a Valencia y que así estaba más desocupada (mi mamá Hilda estaba hospitalizada y quien era mi hermana la estaba cuidando). Yo recuerdo la última vez que la vi, fue en la ventana del hospital. Ella (mamá Hilda) se asomó, yo la vi y la saludé. Al día siguiente me vine con mi mamá biológica a Valencia. Pero resulta que ese momento se convirtió en un gran sufrimiento. Ella tenía toda una mudanza preparada para el Estado Carabobo y no le había dicho a nadie. Esas semanas se convirtieron en años, en años de maltrato. Yo duré un año sin ver a mi otra familia que yo había construido que me tenían consentida, que yo tenía no sé cuántas muñecas.

Una niña que es feliz y de repente que le digan que te vienes de viaje con una maletica para siete días y resulta que esa ropa se tiene que transformar para el resto de tu vida. Y que una niña que vive en un hogar de adultos (yo sabía hacer algunas cosas, pero me bañaban, me peinaban, tenía el pelo larguísimo puro rulo y se me enredaba con facilidad). Ella me trae, no les dice nada a ellos y fue como que me desaparecía de sus vidas, más nunca supieron de mí.

 

 Nodo crítico:

Transición de una familia a otra. El cambio visto desde la mirada de una niña de seis años. El engaño y desprendimiento. Dejar a la familia construida. Relación con la mamá Hilda y con la hermana. Madre biológica

Giro discursivo de existencia:

Pasar de ser una niña feliz con las personas queridas a tu alrededor para un nuevo espacio que se desconoce. La pérdida se hace presente, desde la despedida de la que había ayudado a la crianza y era considerada madre a la pérdida de cotidianidad de niña, la pérdida de la infancia. El ocultamiento también es un factor fundamental en ese proceso de cambio y transición.

Simbología:

Las muñecas, la ropa, la maleta, la ventana, el cabello largo. La bisabuela que la peina

La secuencia temporal de los mismos a partir de pasajes, que establecen el salto entre temporalidades

Otro episodio que te quiero contar y esto podría explicar por qué hoy día

soy tan fastidiosa con mi cabello, porque para mí el cabello tiene justamente como una simbología, tiene una historia.

Después que no me sabía peinar bien el cabello y eso a mi mamá biológica no le gustaba, le molestaba y un día, por no peinarme bien el cabello como ella decía llevaron a mi hermano a una barbería y ella le dijo al señor que me pasara la máquina, y me pasaron la uno y luego después de tener el cabello súper largo bueno quedé como un lápiz sin goma, eso fue un episodio duro.

 

 Nodo crítico:

Corte simbólico de la abuela

Entornos reticulares (contextos y estructuras de las relaciones personales):

La narradora señaló a lo largo de su historia, que su bisabuela la peinaba constantemente cuando estaba niña, era la forma de conexión con ella y siempre estaba pendiente de su cabello.

Giro discursivo de existencia:

La experiencia de que su madre biológica le cortara el cabello, simbólicamente (y así lo siente la narradora) fue el terminar con la relación de la abuela a quien la narradora consideraba su madre.

Simbología:

El cabello y el corte. El cabello representa un símbolo de femeneidad, en muchas culturas, el cabello largo representa belleza, especialmente en las niñas. La narradora al momento de contar esta parte de su vida, la conmoción fue inevitable, durante su discurso y posteriormente en el proceso de reflexión, visualizaba su fuerte relación con su abuela que era (para la narradora) quien la había salvado. El sentimiento de que la había mutilado la invadió, y autores como Foucault señalan el castigo dentro de lo que él llamó la producción de «cuerpos dóciles». Para esto, se requiere que una coerción ininterrumpida se dirija a los mismos procesos de la actividad corporal, esta «microfísica del poder» fragmenta y parcela el tiempo del cuerpo, su espacio, y sus movimientos (Foucault, 1979: 28). En diferentes culturas, y disciplinas, el cuerpo es lo real, lo simbólico y lo imaginario, el hacer consciencia de esto en la vida de cada uno de los individuos representaría ese “abrir los ojos”, para identificar ciertas conductas que se tienen en esa trayectoria temporal de relaciones.

Reflexiones finales

En esta propuesta inicial, la autobiografía fue abordaje de suma importancia para adentrase al mundo de las relaciones externas y de las internas. En esta primera experiencia, la narración vivida fue un elemento de gran trascendencia ya que pudo ubicar a los momentos, las personas, los espacios, las relaciones y a la persona misma dentro y fuera de su propia narración, la interpelación de las palabras. Es por ello, que la autobiografía sí representa un método de abordaje para la reflexividad, ya que es un vehículo para el darse cuenta, no como vehículo en terapias (que ha sido su uso frecuente), sino como una representación de la práctica social de existencia.

A través de ella se pueden extraer aspectos de género, roles y estereotipos, signos y símbolos, relaciones sociales:

  • La posibilidad de contarse en primera persona.
  • Muestra transiciones y vínculos entre unos acontecimientos y otros.
  • Se dan detalles sobre el tiempo, los espacios, los motivos, planes, estrategias, la capacidad y habilidad para afrontar o manejar los acontecimientos.
  • Permite identificar los acontecimientos de acuerdo con la perspectiva de mundo del narrador.
  • Se desarrolla en torno a núcleos temáticos que son considerados relevantes para el narrador (para entender cómo los acontecimientos fueron vividos e influyeron en las acciones tomadas).
  • Permite acceder a acontecimientos, personas, lugares, que aunque el narrador no exprese manifiestamente su integración directa, se conectan con otros hechos.
  • Contextualización e integridad narrativa que permite obtener coherencia informativa difícilmente alcanzable de otro modo.

 

Referencias

Clandinin, J. (2007), Handbook of Narrative Inquiry: Mapping a Methodology,  Left Coast Press, California.

Espinoza, H. (2011). El héroe que llevamos dentro. Cómo y para qué somos como somos los venezolanos. Valencia: Dirección de Medios y Publicaciones, Universidad de Carabobo.

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Fuente del artículo: http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias//estudios_culturales/num21/art01.pdf

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