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Movimientos populares espontáneos, entre el espontaneísmo y la transformación

Por: Marcelo Colussi

Partidos políticos en crisis

A partir de las últimas décadas del siglo pasado asistimos a una gradual pero permanente decadencia de los partidos políticos tradicionales. Esto se da tanto en la derecha como en la izquierda. Las poblaciones van evidenciando un creciente hastío en relación a las formas tradicionales de la “política profesional”, dada por tecnócratas, burócratas siempre alejados de la gente, “mentirosos de profesión”. La política hecha a través de los partidos (farsante, embustera, manipuladora) sigue siendo la forma en que se maneja la institucionalidad de los Estados nacionales, pero cada vez más es la mercadotecnia, el manejo “de mentes y corazones” –como pedía Joseph Goebbels en su momento en la Alemania nazi, o más recientemente el polaco-estadounidense Zbigniew Brzezinsky, maestro en estas artes–, la tecnología publicitaria, la que “hace” la política. O, al menos, la que se encarga de “manejar” a las grandes masas. Las decisiones fundamentales, por supuesto, se siguen haciendo en las sombras. Y no la hacen los “políticos de profesión” precisamente, sino los que les financian las campañas y para quienes, en definitiva, trabajan.

De ningún modo esos partidos están agotados, pues continúan siendo correas de transmisión entre el poder económico –los verdaderos amos– y las grandes masas, ofreciendo las capas de burócratas que manejan los aparatos estatales. Pero la credibilidad de esos partidos está en este momento por los suelos, en todos los países capitalistas del mundo. De todos modos, el “credo” fundamental de la politología oficial, de la llamada “democracia representativa”, está dado por la existencia de esos partidos. El resguardo de lo que la ciencia política de derecha funcional al sistema llama “gobernabilidad” (o el inefable neologismo de “gobernanza”) son esos –aunque desacreditados y un tanto aborrecidos– partidos políticos. Por así decir: un mal necesario para el sistema.

En el campo de la izquierda las cosas también están complicadas. Caídas las primeras experiencias socialistas de la historia (desintegración de la Unión Soviética y la extinción del bloque socialista europeo) el avance de las fuerzas de cambio social quedó un tanto –o bastante– relegado. Hoy, una pregunta clave en el campo de la izquierda es ¿cómo construir alternativas válidas, consistentes, realmente efectivas? Los partidos políticos clásicos, con un esquema leninista si se quiere, en el momento actual no están en crecimiento. Antes bien: han perdido credibilidad, no arrastran gente. Al menos en lo que llamamos Occidente. El caso de la República Popular China es otra historia, con un Partido Comunista único por su tamaño (90 millones de afiliados) y su papel histórico. Es el verdadero garante de las transformaciones en curso, de haber sacado de la pobreza a 700 millones de personas, y de haber hecho del país una potencia económica, científica y tecnológica. Pero, insistamos, ese es un caso peculiar, irrepetible quizá en nuestras latitudes.

Hoy por hoy todo lo que suene a confrontación, como consecuencia de décadas de bombardeo mediático-ideológico, es visto como “peligroso”. O, cuando menos, como desconfiable. De ahí que los partidos políticos de izquierda, los tradicionales partidos comunistas (leninistas, o también maoístas, o trotskistas), no están hoy precisamente en crecimiento. Y si se trata de partidos socialdemócratas, es decir: fuerzas políticas que hablan un lenguaje capitalista “moderado”, “capitalismo con rostro humano”, no hay la más mínima diferencia con los partidos políticos de derecha. Los movimientos guerrilleros, por otro lado, en la actualidad no son opción. Fuerzas alzadas en armas con décadas de acción político-revolucionaria hoy se desarman para entrar al juego “democrático-parlamentario”, sin conseguir con ello poner en marcha el ideario que los acompañó anteriormente.

A decir verdad, actualmente no se ve muy claro ninguna propuesta real de transformación social. Ello no significa, en modo alguno, que el sistema capitalista esté blindado ante los cambios. Son incontestables los elementos que demuestran su inviabilidad a futuro: el solo ecocidio (la monumental catástrofe medioambiental) que ha producido con su alocado modelo de consumo, o el tener las guerras como una siempre posible válvula de escape cuando se traba, deja ver su insostenibilidad. Sus negocios más grandes son: las armas, el petróleo y las drogas ilegales, es decir: todas industrias de la muerte. Pero aunque no ofrezca salida, solo, por su propio peso, no cae. Es necesario que alguien lo derribe. ¿Quién es el sujeto revolucionario entonces en la actualidad? ¿Es posible hoy levantar las banderas de partidos políticos revolucionarios?

Esto, en modo alguno niega que los partidos comunistas que han llegado al poder (caso chino, caso cubano o norcoreano) sean obsoletos, estén en retirada o no gocen de alta credibilidad. Son ellos, en realidad, la garantía última de la construcción socialista que, con diferencias y características propias particulares, está teniendo lugar en cada uno de esos países.

Pero ante este panorama de despolitización forzada, esta apatía por lo social que se vive desde la implementación de los planes neoliberales, con esta manipulada conducta de indolencia política que se ha impuesto, en distintas latitudes del planeta, y sin dudas en Latinoamérica con una considerable fuerza (ganan las elecciones candidatos de ultraderecha como Macri, Bolsonaro, Duque, Piñera, Giammattei), lo que sí se van dibujando como alternativas antisistémicas, rebeldes, contestatarias, son los grupos que presentan demandas más puntuales, quizá sin un proyecto político socialista en sentido estricto: luchas por la tierra, movimientos de desempleados, de jóvenes, de amas de casa. O, con una gran fuerza y sentido anti-sistémico, movimientos campesinos e indígenas que luchan y reivindican sus territorios ancestrales.

Movimientos populares

Quizá sin una propuesta clasista, revolucionaria en sentido estricto (al menos como la concibió el marxismo clásico, como han levantado los partidos comunistas tradicionales a través de los años en el siglo XX), estos movimientos campesinos y de reivindicación de territorios propios constituyen una clara afrenta a los intereses del gran capital transnacional y a los sectores hegemónicos locales. En ese sentido, funcionan como una alternativa, una llama que se sigue levantando, y arde, y que eventualmente puede crecer y encender más llamas. De hecho, en el informe “Tendencias Globales 2020 – Cartografía del futuro global”, del consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos, dedicado a estudiar los escenarios futuros de amenaza a la seguridad nacional de ese país, puede leerse: “A comienzos del siglo XXI, hay grupos indígenas radicales en la mayoría de los países latinoamericanos, que en 2020 podrán haber crecido exponencialmente y obtenido la adhesión de la mayoría de los pueblos indígenas (…) Esos grupos podrán establecer relaciones con grupos terroristas internacionales y grupos antiglobalización (…) que podrán poner en causa las políticas económicas de los liderazgos latinoamericanos de origen europeo. (…) Las tensiones se manifestarán en un área desde México a través de la región del Amazonas”. [1] Para enfrentar esa presunta amenaza que afectaría la gobernabilidad de la región poniendo en entredicho la hegemonía continental de Washington cuestionando así sus intereses (¿quizá también la lógica capitalista en su conjunto?), el gobierno estadounidense tiene ya establecida la correspondiente estrategia contrainsurgente: la “Guerra de Red Social” (guerra de cuarta generación, guerra mediático-psicológica donde el enemigo no es un ejército combatiente sino la totalidad de la población civil), tal como décadas atrás lo hiciera contra la Teología de la Liberación y los movimientos insurgentes que se expandieron por toda Latinoamérica.

Hoy, como dice el portugués Boaventura Sousa Santos refiriéndose al caso colombiano en particular y latinoamericano en general, escrito antes de la desmovilización de la principal fuerza guerrillera de Colombia, pero igualmente válido ahora, “la verdadera amenaza no son las FARC [o alguna organización guerrillera vigente] . Son las fuerzas progresistas y, en especial, los movimientos indígenas y campesinos. La mayor amenaza [para la estrategia hegemónica de Estados Unidos, para el capitalismo como sistema] proviene de aquellos que invocan derechos ancestrales sobre los territorios donde se encuentran estos recursos [biodiversidad, agua dulce, petróleo, riquezas minerales], o sea, de los pueblos indígenas”. [2] Anida allí, entonces, una cuota de esperanza si de transformación se trata. ¿Quién dijo que todo está perdido?

No hay dudas que la contradicción fundamental del sistema sigue siendo el choque irreconciliable de las contradicciones de clase, de trabajadores y capitalistas. Eso continúa siendo la savia vital del sistema: la producción centrada en la ganancia empresarial. En ese sentido, las premisas de trabajo asalariado y capital siguen siendo absolutamente determinantes: los trabajadores generan la riqueza que una clase, la poseedora de los medios de producción, se apropia. Esa contradicción -que no ha terminado, que sigue siendo el motor de la historia, amén de otras contradicciones sin dudas muy importantes: asimetrías de género, discriminación étnica, adultocentrismo, homofobia, desastre ecológico- pone como actores principales del escenario revolucionario a los trabajadores, en cualquiera de sus formas: proletariado industrial urbano, proletariado agrícola, campesinos pobres, trabajadores clase-media de la esfera de servicios, intelectuales, personal calificado y gerencial de la iniciativa privada, amas de casa, subocupados varios, trabajadores precarizados e informales. Lo cierto es que, con la derrota histórica de estos últimos años luego de la caída del Muro de Berlín y los retrocesos habidos en el campo socialista, con el tremendo revés que la clase trabajadora ha sufrido a nivel mundial con el capitalismo salvaje de estos años, eufemísticamente llamado “neoliberalismo” (precarización de las condiciones generales de trabajo, pérdida de conquistas históricas, retroceso en la organización sindical, tercerización), los trabajadores, los verdaderos y únicos productores de la riqueza humana, quedaron desorganizados, vencidos, quizá desmoralizados. De ahí que estos movimientos campesinos-indígenas que reivindican sus territorios son una fuente de vitalidad revolucionaria sumamente importante.

La pregunta sigue siendo: ¿por dónde ir si hablamos de transformación, de cambio social? Evidentemente la potencialidad de este descontento, que en buena parte de América Latina se expresa en toda la movilización popular anti-industria extractivista (minería, centrales hidroeléctricas, monoproducción agrícola destinada al mercado internacional), puede marcar un camino.

Fidel Castro, interrogándose por la situación actual de la lucha revolucionaria en todo el mundo, preguntaba: “¿Puede sostenerse, hoy por hoy, la existencia de una clase obrera en ascenso, sobre la que caería la hermosa tarea de hacer parir una nueva sociedad? ¿No alcanzan los datos económicos para comprender que esta clase obrera -en el sentido marxista del término- tiende a desaparecer, para ceder su sitio a otro sector social? ¿No será ese innumerable conjunto de marginados y desempleados cada vez más lejos del circuito económico, hundiéndose cada día más en la miseria, el llamado a convertirse en la nueva clase revolucionaria?”. Sin dudas, las posibilidades de transformación social se ven hoy bastante escasas. El sistema capitalista ha sabido cerrar filas contra el cambio.

Pero siempre quedan rendijas. El sistema lleva en sí mismo el germen de su destrucción. Las contradicciones que le son inherentes -la lucha de clases- dinamiza la historia, y en algún momento eso estalla. Como dijo el multimillonario estadounidense Warren Buffett: “Por supuesto que hay luchas de clase, pero es mi clase, la clase rica, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”. La gran incógnita es cómo hacer hoy para encender esa mecha que ponga en marcha las transformaciones.

Movimientos populares y vanguardia  

Esos movimientos populares espontáneos que mencionábamos más arriba, definitivamente tienen una gran potencialidad. En Argentina, por ejemplo, en diciembre del 2001, al grito de “¡Que se vayan todos!”, en dos semanas sacaron a cinco presidentes. Y en Ecuador, los movimientos indígenas, liderados en parte por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador -CONAIE-, en parte actuando espontáneamente, ya tienen una larga tradición de lucha y movilización, pues en estos últimos años expulsaron del gobierno a tres presidentes por corruptos, antipopulares y represores: Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Y en estos pasados días, con una valiente acción de calle incendiando la ciudad capital, Quito, lograron que el claudicante presidente Lenín Moreno diera marcha atrás con un acuerdo fijado por el Fondo Monetario Internacional que contenía un “paquetazo” de medidas de ajuste económico antipopular.

Ejemplos de movimientos populares espontáneos hay muchos, heroicos en todos los casos, valerosos, que se enfrentaron en numerosas ocasiones a las fuerzas represoras, y triunfaron: la reacción espontánea de la población venezolana ante un aumento desmedido de tarifas en lo que se conoció como Caracazo, en 1989, lo que posibilitó la aparición de Hugo Chávez años después. O la salida espontánea de cientos de miles de seguidores de Hugo Chávez ya presidente, cuando fue derrocado por un golpe de Estado de extrema derecha en 1992, logrando su restitución casi inmediata.

En la historia reciente hay cuantiosos ejemplos de estallidos populares, de movimientos sin propuestas partidarias, pero de gran energía política, que influyen en las dinámicas sociales, a veces de forma profundísima: Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, movimientos Okupa en diversas partes del mundo tomando tierras y construcciones abandonadas para habitar, movimientos por la diversidad sexual, estallidos espontáneos como la Primavera Árabe (luego manipulada y tergiversada). Aclárese rápida y muy enfáticamente que no hacemos entrar aquí lo que se conoce como “Revoluciones de colores”, por ser ellas manipulaciones arteras hechas desde centros de poder con fines bien delimitados, utilizando descontentos populares que son vilmente manejados (recuérdese Goebbels y Brzezinsky ) .

Ahora bien, la pregunta fundamental ante todo esto: ¿constituyen estos movimientos -desde la reivindicación anti industria extractiva a los desfiles gay, desde las protestas estudiantiles con toma de universidad ante los “cacerolazos” que aparecen espontáneamente cada tanto- un verdadero fermento revolucionario, una verdadera chispa que puede encender el fuego del cambio profundo?

La observación serena de los resultados de todos ellos muestra que sí, efectivamente, como acaba de suceder en Ecuador, tienen una enorme fuerza política (le torcieron el brazo a uno de los más poderosos organismos del capital global en este caso), pero no alcanzan para colapsar al sistema, para producir una revolución victoriosa. Como alguna vez expresó un mural callejero durante la Guerra Civil Española: “Los pueblos no son revolucionarios, pero a veces se ponen revolucionarios”. ¿Qué se necesita para que esa chispa, ese enorme descontento popular que anida en la gente se pueda transformar en un verdadero cambio de estructuras? Una vanguardia, un grupo organizado y con claridad política que pueda conducir esa fuerza contestataria encausándola en un auténtico proyecto transformador.

Este breve opúsculo no hace sino poner al debate este espinoso, dificultoso y controversial tema de la vanguardia (o como quiera llamársele). ¿Pueden estas insurrecciones populares espontáneas dirigirse solas a un cambio revolucionario, o es necesaria la presencia de una organización política articulada que oriente el camino? Vieja y trascendental discusión. Entiendo que la experiencia enseña que el espontaneísmo solo no alcanza. Pero ¿cómo se construye esa fuerza de vanguardia?

Notas

[1] En Yepe, R. “Los informes del Consejo Nacional de Inteligencia”. Versión digital disponible en la página: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=140463

[2] Boaventura Sousa, S. “Estrategia continental”. Versión digital disponible en https://saberipoder.wordpress.com/2008/03/13/estrategia-continental-boaventura-de-sousa-santos/

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=261565

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El contenedor virtual de los aprendizajes plásticos

La web del centro puede ser un buen lugar en el que tener un «contenedor virtual» en el que el alumnado, aunque no solo comparta información sobre los plásticos, para reciclarla y compartirla con otras personas.

Por la escuela también pasan los plásticos. ¿Cuántos? Muchos, en realidad demasiados cada día. Seguramente, el alumnado sabría nombrar de carrerilla 20 o más cosas plásticas que se aprecian a simple vista en cualquier clase. A la vez, nuestros chicos y chicas, que han vivido en un mundo plastificado, en contadas ocasiones se han planteado que una buena parte de esas cosas que en un momento les son útiles acabarán como basura. Normal, pues ellos, como también muchos adultos, desconocen si tal o cual objeto podría ser o no un residuo aprovechable. Hay que reconocer, mal que nos pese, que todavía fallamos en esto del pensamiento plástico, jóvenes y mayores. Por eso, nos queda mucho trabajo por delante en las escuelas, sin tener seguro el éxito.

Algunos centros ya han repartido contenedores amarillos para depositar objetos plásticos y otros recogen materiales diversos como el papel. ¡Enhorabuena! Pero no se queden ahí: desde aquí proponemos que se abran recipientes virtuales en la web del centro. En esos espacios cabrían muchas cosas plásticas propias que el alumnado, también el profesorado y las familias, iría depositando en forma de ideas y prácticas para su posterior reutilización o reciclaje. Cabrían también ejemplos vistos por España y el mundo; de todas actuaciones se puede recuperar algo.

No se trata solamente de amontonar cosas y hechos para sentirse bien o para el conocimiento de quienes visiten esos contenedores. La web del centro debería estar preparada para que quienes la visiten se lleven “productos” de los que extraigan aprendizajes plásticos, o los compongan a partir de hilos que se habrán encontrado entremezclados con objetos, o dejen constancia escrita y gráfica de lo que han hecho para reducir su consumo plástico.

Lo que allí cabe es un gran documental que proporciona imágenes de la vida cotidiana de chicos y chicas del siglo XXI. Pero cada contenedor debe ser dinámico en lo personal y colectivo. Alguien acudirá a él para dejar algo, convencido de que no conviene perder nada plástico; acaso buscará mejorar la gestión de los plásticos, la propia y la de los demás. Seguro que habrá mensajes de quienes sienten el compromiso de que se puede usar menos y mejor lo que tenemos. Por eso, antes o después de poner en marcha el recipiente, dependiendo de los escolares con quienes se trabaje o de lo adelantado que esté el centro educativo en su gestión plástica, se podría empezar en cada clase anotando todos los materiales y objetos que se usan habitualmente. Después clasificarlos con atributos: imprescindibles o no; de un solo uso o varios; recuperables en todo o en partes; de uso individual o colectivo;  para llevarlo al contenedor amarillo o dejarlos en otro sitio; de mayores o de pequeños; feos o bonitos, etc.

Entérese el profesorado, y comente con el alumnado, de qué va la iniciativa “Zero Waste”, y reflexione si vamos hacia ella, y con qué velocidad y grado de compromiso. Una idea sencilla para comprometerse ya: separen diez plásticos/objetos de los que podrían prescindir ahora mismo, otros diez a corto plazo y algunos que costaría mucho.

Estos contenedores virtuales no reciben la visita los camiones de recogida de residuos para llevarlos a una planta; por el contrario, son muchas las personas que reciclan y recuperan. Dediquen un tiempo en sus clases a cuestionar si funciona bien o no el sistema de recogida de los contenedores amarillo del centro y quienes llevan a cabo la gestión, también si se vacía a menudo el contenedor amarillo que tienen más próximo a su domicilio.

No está de más recordar, y a la vez lamentar, que algo tan sencillo como que nos digan con claridad qué depositar en los contenedores amarillos que hay distribuidos por los pueblos y ciudades no está resuelto. Busquemos información. Quizás una llamada al servicio municipal de recogida del ayuntamiento o a la empresa que lo gestiona, sirva. Aunque no quedaría de más que desde los centros educativos se presionase para que en el contenedor amarillo figurasen pegadas las instrucciones sobre lo que va allí y lo que no. Incluso los consumidores bien “desplastificados” se despistan ante estos fallos de gestión.

Ante todo, quienes lancen a la Red los contenedores virtuales escolares deben hacer ver que no solo tienen una función de recogida. Antes bien, son cofres donde se guardan materiales, ideas, ejemplos y dudas que en sí son un tesoro, pues permiten ser reutilizadas o recicladas en experiencias nuevas. Sí, dudas o realidades, deseos o compromisos, aciertos o errores, cosas grandes y pequeñas, actuaciones individuales y colectivas, que depositan quienes las tienen y, principalmente, las quieren resolver para sí mismos o para los demás. Si bien, debemos aprender que lo primero es reducir consumos plásticos o plastificados. Por eso, los recipientes en red deben estar activos y ser retroalimentados periódicamente.

No se olviden de dar las gracias a la comunidad educativa por acercar a la sociedad local al “Zero Waste”. Mientras llega, únanse a las acciones que demandan a los supermercados la gradual eliminación del sobreempaquetado plástico; como ejemplo puede servir esta que promueve Greenpeace.

¡Ah, un consejo práctico: inciten al compromiso ambiental, pero no se agobien ni persigan a los escolares poco activos!

Carmelo Marcén Albero

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/10/18/el-contenedor-virtual-de-los-aprendizajes-plasticos/

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Colombia. La educación popular como un elemento vital en la lucha social

Por América Niño/Kaosenlared

A propósito del IV Encuentro de Educación Popular en Bogotá que se desarrolló durante dos días con la participación de educadores y educadoras de todo el país, es preciso preguntarse por los desafíos de la educación liberadora ahora que la lucha de clases es tan difusa y se confunde fácilmente con la polarización política en […]

A propósito del IV Encuentro de Educación Popular en Bogotá que se desarrolló durante dos días con la participación de educadores y educadoras de todo el país, es preciso preguntarse por los desafíos de la educación liberadora ahora que la lucha de clases es tan difusa y se confunde fácilmente con la polarización política en la que tanto persisten los medios de comunicación y sus líderes de opinión. Se ha convertido en lugar común señalar y silenciar todo lo que cuestiona el capitalismo a través de procesos de organización social y comunitaria.

Siguiendo los planteamientos de Paulo Freire acerca de la educación popular, es claro que existen relaciones de poder entre oprimidos y opresores y que de esta relación se desprende una necesidad de los sujetos conscientes de su opresión por superar las condiciones de desigualdad y buscar la humanización y la libertad.

En este sentido y como conclusión del encuentro vale la pena analizar los fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales de la sociedad colombiana a la luz de una educación que problematice las condiciones de desigualdad y busque desde la praxis establecer un diálogo entre los saberes propios de las comunidades con los resultados científico-sociales aportando así al rechazo colectivo del actual sistema económico empobrecedor y deshumanizante.

Para construir desde la rabia y paso a paso un mundo nuevo que dignifique la existencia humana hacia el buen vivir.
Basta con recorrer las grandes ciudades para ver como la miseria convive a pocos metros con la opulencia, como la normalización de la pobreza imposibilita unirnos como clase, como los pueblos que luchan por la autonomía y propiedad colectiva de sus territorios son estigmatizados, asesinados, desplazados y judicializados a diario, sin que esto nos movilice exigiendo alternativas para la vida digna. Gran parte de los sectores populares han sido empujados a defender posturas políticas que van en contra vía de condiciones dignas de vida para sí mismos.

Hacer educación popular es también forjar escenarios de disputa política que tengan como referente la lucha de clases, precisando la forma en que esta lucha se ha desarrollado en Colombia y de qué manera podemos crear colectivamente alternativas para la superación de las desigualdades, y además legitimar los procesos de educación y organización como elementos propios de las comunidades y que no pueden permitir el señalamiento directo a las organizaciones y procesos sociales de pertenecer a grupos alzados en armas pues ha sido este fenómeno el que ha incrementado y legitimado el asesinato a líderes y educadores en los territorios.

De acuerdo con Boaventura de Sousa Santos, quien participó también del IV encuentro de Educación Popular “actualmente la lucha armada no es una forma de lucha legítima, los acuerdos contribuyeron a deslegitimarla porque el principal grupo de lucha armada decidió abandonar las armas y ha dicho precisamente que hoy en día no se justifica” (Sousa, 2019) Sin embargo, es pertinente preguntarse qué tan perjudicial ha sido rechazar esta forma de lucha como una de las vías para la disputa del poder, porque ha sido precisamente esta satanización del derecho a la rebelión armada, la que ha puesto a organizaciones y líderes sociales en una condición de desventaja frente a las posibilidades políticas de sus propuestas y que no permite el avance de propuestas de país para la vida digna.

Es entonces la educación popular una oportunidad para cuestionar los rasgos de una sociedad como la nuestra que ha instalado en la cultura ciudadana una visión generalizada de los buenos muertos y los malos muertos, en vez de cuestionar las causas de la desigualdad, la participación y la violencia que son en últimas las que han generado las condiciones para la guerra y que nos ponen ahora en un contexto particular, en el que con la excusa de la rebelión armada se han segregado sectores sociales con propuestas políticas que propendan por una sociedad con justicia social.

La respuesta está en la educación antipatriarcal, anticapitalista, antirracista, antiimperialista y solidaria que fomente los nuevos cimientos de una sociedad con principios de equidad, respeto a la diversidad y buen vivir, una educación que deje de formar proletarios para engrosar las filas del desempleo o de trabajadores con sueldos precarios, y comience a forjar personas libres y conscientes de la realidad que viven, capaces de generar cambios y la transformaciones estructurales para crear colectivamente la vida digna.

Fuente: https://kaosenlared.net/colombia-la-educacion-popular-como-un-elemento-vital-en-la-lucha-social/

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Cómo los proveedores de eLearning pueden ayudar a los estudiantes que luchan en línea

POR MATTHEW LYNCH

Edtech es una gran industria que crece cada año. Sin embargo, incluso con la cantidad de dinero que genera, muchas empresas de edtech terminan fallando en unos pocos años. Cuando se trata de eso, las empresas de educación técnica siguen siendo una empresa, y es esta creencia la que a menudo conduce al fracaso. Abrir una empresa en la industria edtech es idealista, y muchos emprendedores nuevos esperan hacer un mundo mejor con su empresa edtech. Pero, hay una cosa que están haciendo que arruina el mercado.

Los problemas de hoy son diferentes.

Lo que muchas empresas de edtech olvidan es que los problemas de hoy son diferentes a los problemas de su propia infancia. . Estas empresas a menudo intentan resolver los problemas que se atormentaban a sí mismos, lo que conduce a la confusión entre maestros y estudiantes. El mercado de la educación está en constante cambio, y sin la comprensión adecuada de los problemas de la escuela, edtech se vuelve obsoleto.

Los maestros de hoy también son diferentes. Pasan horas y horas tratando de enseñar a sus alumnos, calificar trabajos y hacerlos mejores ciudadanos de la sociedad. Las compañías de Edtech necesitan comunicarse con los maestros para comprender realmente qué problemas enfrentan ellos y sus estudiantes. Sin embargo, incluso eso podría no ser suficiente.

Hay problemas que se concretan cuando se observan las diferencias en cada estado y distrito escolar. Un enfoque único para todos no funcionará, pero personalizar edtech para cada escuela puede ser una empresa costosa que puede no ser rentable para las compañías de edtech. Debido a esto, no quieren personalizar el software y otros elementos cuando son una empresa de inicio sin capital. Por mucho que edtech en cada distrito sea importante, los intereses corporativos impiden que esto suceda .

Sin empatía por parte de las empresas

Los intereses corporativos están destruyendo el mercado de la educación tecnológica porque no se están comunicando con los maestros sobre cuáles son sus necesidades en el aula. Algunas de las empresas de edtech más grandes se centran en un elemento y evitan las escuelas. Sin embargo, para las empresas de edtech que desean trabajar a nivel local con las escuelas, necesitan comunicarse y mostrar empatía sobre lo que los maestros están experimentando. 

Ninguna escuela necesita computadoras digitales o iPad con el mismo plan de estudios aburrido. Necesitan compañías de tecnología que se preocupen por los estudiantes y quieran educar mejor con tecnología. Para hacer eso, debe haber un estudio a nivel local realizado por empresas edtech. Los intereses corporativos son importantes en cualquier empresa, pero no deberían ser lo único que les importa a las empresas de edtech.

Pensamientos conclusivos

Cuando las empresas ingresan al mercado de la educación tecnológica, deben saber que están entrando en un mercado lucrativo pero idealista. Puede que no sea el más rentable cuando se hace correctamente. Las empresas de tecnología de la información deberían amar la educación, y sus ganancias no deberían ser lo primero en lo que piensan. Para que esto cambie, se necesita más interacción entre empresas y maestros. Deben comprender y empatizar con las escuelas para encontrar soluciones en edtech que ayuden a todos.

Fuente: https://www.thetechedvocate.org/how-corporate-interests-are-destroying-the-edtech-market/

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Uso del «aprendizaje profundo» para fomentar el «aprendizaje más profundo

Por Thetechedvocate

Cuando enseñamos a los estudiantes, la esperanza es que usen sus conocimientos por el resto de sus vidas. Sin embargo, este no es siempre el caso. En años más recientes, ha habido un mayor enfoque en lo que se llama «aprendizaje profundo». El aprendizaje profundo se describe como un método de aprendizaje para que un conocimiento se pueda usar en otra materia. Por ejemplo, si a un niño se le enseña pensamiento crítico en términos de eventos históricos, el aprendizaje profundo implicaría que el niño podría usar el mismo pensamiento crítico en su vida cotidiana.

Cómo se enseña el aprendizaje profundo

Muchos maestros están enseñando a sus hijos todo lo que estará en las pruebas estandarizadas. Si bien esto no es difícil, muchos estudiantes aprenden a resolver problemas específicos o recitan hechos específicos sin poder aplicar habilidades de pensamiento crítico, pensamiento de aprendizaje más profundo o resolución de problemas. Enseñar a los estudiantes hechos históricos o problemas matemáticos sin aplicarlo a la vida normal y hacer que un niño piense por qué están aprendiendo esto no es útil para su desarrollo. 

Es por eso que muchas instituciones educativas han recurrido al aprendizaje profundo para un aprendizaje más profundo . El aprendizaje profundo es un subconjunto del aprendizaje automático, y se llama profundo debido a las muchas capas que se incluyen en el proceso de aprendizaje. Comienza con un maestro que tiene conocimientos sobre el aprendizaje profundo. Quieren que sus estudiantes aprendan más allá de las pruebas estandarizadas regulares. En el aprendizaje profundo, los estudiantes están más involucrados en el proceso y pueden hacer preguntas. Participarán en actividades y desafíos que son complejos. Esto puede incluir codificación o análisis de datos.

Beneficios futuros del aprendizaje profundo

La mayoría de las escuelas de hoy se centran en el aquí y el ahora. Quieren que sus estudiantes pasen exámenes y demuestren que están aprendiendo. Sin embargo, nadie recuerda las fórmulas de volumen o área veinte años después de que lo aprendieron. Pero, recordarían el aprendizaje profundo. Si bien el aprendizaje profundo puede no producir resultados inmediatos, el objetivo final lo vale .

Vivir en el complejo mundo de hoy requiere más que unas pocas fórmulas. Requiere que los estudiantes piensen más profundamente sobre los problemas que afectan a la sociedad y propongan soluciones que pueden no ser tan simples como un problema matemático. Al permitir que los estudiantes hagan preguntas y realmente piensen en el aprendizaje que se les presenta, los estudiantes están ocupando un lugar destacado en su propia educación. 

A muchas personas les preocupa que la enseñanza del aprendizaje profundo pueda conducir a calificaciones más bajas y menos comprensión cuando se trata de pruebas estandarizadas. Si bien las pruebas estandarizadas no son tan importantes como parecen, aún son importantes para los distritos escolares. Afortunadamente, la investigación ha demostrado diferente . Cuando a los estudiantes se les dio una educación autorreflexiva en aprendizaje profundo versus aprendizaje tradicional, sus calificaciones no sufrieron. En cambio, los estudiantes a quienes se les enseñó el aprendizaje profundo tendrán mejores habilidades de pensamiento crítico para llevar con ellos después de graduarse.

Pensamientos conclusivos

El aprendizaje profundo se está volviendo más popular gracias a los beneficios que brinda a los estudiantes en su vida diaria. A medida que los estudiantes y el mundo cambian, la educación debe reflejar eso. Dar la misma educación estándar que es baja en la resolución de problemas no ayudará. Los niños de hoy necesitan mejores habilidades de pensamiento crítico, y el aprendizaje profundo es una forma de ayudar a fomentar eso.

Fuente: https://www.thetechedvocate.org/using-deep-learning-to-foster-deeper-learning/

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La investigación científica sobre cómo enseñar el pensamiento crítico contradice las tendencias educativas

Un investigador de educación escribe que los científicos están unidos en su creencia de que el conocimiento del contenido es crucial para el pensamiento crítico efectivo

Por Puntos de prueba/ Columna de

El pensamiento crítico está de moda en la educación. Las escuelas alardean de que lo enseñan en sus sitios web y en casas abiertas para impresionar a los padres. Algunos sostienen que el pensamiento crítico debería ser el objetivo principal de la educación y una de las habilidades más importantes que se deben tener en el siglo XXI, con máquinas y algoritmos avanzados que reemplacen el trabajo manual y repetitivo.

Pero una revisión fascinante de la investigación científica sobre cómo enseñar el pensamiento crítico concluye que enseñar habilidades genéricas de pensamiento crítico, como el razonamiento lógico, podría ser una gran pérdida de tiempo. Los ejercicios y juegos de pensamiento crítico no han producido mejoras duraderas para los estudiantes. Y la literatura de investigación muestra que es muy difícil para los estudiantes aplicar las habilidades de pensamiento crítico aprendidas en una materia a otra, incluso entre diferentes campos de la ciencia.

«Querer que los estudiantes puedan» analizar, sintetizar y evaluar «la información parece un objetivo razonable», escribe Daniel Willingham, profesor de psicología en la Universidad de Virginia. «Pero el análisis, la síntesis y la evaluación significan cosas diferentes en diferentes disciplinas».

Willingham escribió un artículo, » Cómo enseñar el pensamiento crítico «, en mayo de 2019 para el Departamento de Educación de Nueva Gales del Sur en Australia. Pero es completamente aplicable al contexto estadounidense.

En el documento, Willingham traza la historia de la enseñanza del pensamiento crítico. Hace más de un siglo, muchos pensaban que temas difíciles como el latín podrían mejorar las habilidades de pensamiento. Pero los científicos descubrieron posteriormente que los estudiantes que estudiaron latín no obtuvieron mejores resultados en las pruebas que aquellos que no lo hicieron. Hay resultados mixtos de estudios más recientes en la enseñanza de ciencias de la computación a los estudiantes. Un metaanálisis de 2018 mostró un mejor pensamiento creativo, matemáticas, metacognición, habilidades espaciales y razonamiento para los estudiantes que toman programas de computadora. Pero las ganancias fueron mucho menores para los estudios con buenos grupos de control. Gran parte del supuesto beneficio de estudiar ciencias de la computación parece ser un efecto placebo.

Sin duda, existen principios lógicos básicos que son verdaderos en todas las materias, como comprender que «A» y «no A» no pueden ser verdaderos simultáneamente. Pero los estudiantes generalmente no aplican principios genéricos como estos en situaciones nuevas. En un experimento descrito por Willingham, la gente leyó un pasaje sobre cómo los rebeldes atacaron con éxito a un dictador escondido en una fortaleza (dispersaron las fuerzas para evitar daños colaterales y luego convergieron en el punto de ataque). Inmediatamente después, se les preguntó cómo destruir un tumor maligno usando un rayo que podría causar mucho daño colateral al tejido sano. La solución fue idéntica a la del ataque militar, pero los sujetos en el experimento no vieron la analogía. En un experimento de seguimiento, A las personas se les dijo que la historia militar podría ayudarles a resolver el problema del cáncer y casi todos lo resolvieron. “Usar la analogía no fue difícil; el problema fue pensar en usarlo en primer lugar ”, explicó Willingham.

Para ayudar a los estudiantes a ver analogías, «muestre a los estudiantes dos problemas resueltos con diferentes estructuras de superficie pero la misma estructura profunda y pídales que los comparen», aconseja Williingham a los maestros, citando una técnica pedagógica que los investigadores probaron  que funcionaba en 2013.

En matemáticas, los estudiantes a menudo se descarrilan cuando un problema de palabras es ligeramente diferente de un modelo paso a paso que han estudiado. Una estrategia probada por la investigación aquí, desarrollada por Richard Catrambone en el Instituto de Tecnología de Georgia , es etiquetar los subpasos de la solución con el objetivo que sirven. De esa forma, los estudiantes pueden entender por qué están usando cada paso y qué están logrando.

Pero el mayor problema es que el pensamiento crítico varía mucho. «Se necesita un pensamiento crítico cuando se juega al ajedrez, se diseña un producto o se planifica una estrategia para un partido de hockey de campo», escribió Willingham. «Pero no hay soluciones rutinarias y reutilizables para estos problemas».

Y aquí es donde el conocimiento del contenido se vuelve importante. Para comparar y contrastar, el cerebro tiene que guardar ideas en la memoria de trabajo, que pueden sobrecargarse fácilmente. Cuanto más familiarizado esté un alumno con un tema en particular, más fácil será para él guardar esas ideas en su memoria de trabajo y realmente pensar. Willingham usa el ajedrez como un buen ejemplo. Una vez que un estudiante ha jugado mucho ajedrez, tiene muchas posiciones de tablero memorizadas en su cerebro y puede determinar cuál es mejor en cada circunstancia en particular.

Willingham dice que la investigación científica muestra que es muy difícil evaluar la afirmación de un autor si no tienes conocimientos previos sobre el tema. «Si carece de conocimientos previos sobre el tema, una amplia evidencia de los últimos 40 años indica que no comprenderá las afirmaciones del autor en primer lugar», escribió Willingham, citando su propio libro de 2017 .

¿A qué edad deben los maestros comenzar esta enseñanza específica de las habilidades individuales y discretas de pensamiento crítico? Algunos maestros pueden pensar que es inapropiado para el desarrollo, y posiblemente dañino, participar en un trabajo cognitivo que parece más apropiado para un niño mayor. Pero la investigación de los últimos 30 años muestra que los niños pequeños son mucho más capaces de participar en el razonamiento que alguna vez pensamos. Los científicos ahora piensan que el desarrollo cognitivo es más gradual y comienza joven. «En algunas circunstancias, incluso los niños pequeños pueden comprender los principios del razonamiento condicional, y en otras circunstancias, el razonamiento condicional confunde a los médicos adultos», escribió Willingham. «Todo depende del contenido del problema».

Las ideas de Willingham son similares a las de Natalie Wexler, quien hace un apasionado argumento de que las escuelas deberían volver a un currículum rico en contenido en su libro de 2019, » The Knowledge Gap «. Ambos vale la pena leerlos como un fuerte contrapunto al énfasis en el pensamiento crítico. en las escuelas de hoy.

Esta historia sobre cómo enseñar el pensamiento crítico fue escrita por Jill Barshay y producida por The Hechinger Report , una organización de noticias independiente y sin fines de lucro centrada en la desigualdad y la innovación en la educación. Regístrese para recibir el  boletín de Hechinger .

Fuente: https://hechingerreport.org/scientific-research-on-how-to-teach-critical-thinking-contradicts-education-trends/

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Nuestros niños se enfrentan a crisis sin precedentes. Las pruebas estandarizadas no los prepararán.

Hace un siglo, HG Wells resumió una gran verdad: «La historia humana se convierte cada vez más en una carrera entre la educación y la catástrofe».

Claramente, la catástrofe tiene una ventaja dominante. Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos enfrentan un futuro para el cual la educación tradicional no los está preparando. La tasa de cambio acelerada intensificará significativamente los problemas existentes de conflicto entre sociedades y aumentará su número de formas que nadie espera.

Para preparar a los jóvenes para ese futuro, la mayoría de las escuelas intermedias y secundarias de Estados Unidos ofrecen el currículo familiar de matemáticas, ciencias, artes del lenguaje y estudios sociales. Ese plan de estudios, reunido por el «Comité de los Diez» de la Asociación Nacional de Educación en tres días en 1892, fue una solución para un problema burocrático. Las escuelas secundarias estaban enseñando demasiados cursos para que los oficiales de admisión a la universidad compararan las calificaciones de los solicitantes. Las recomendaciones del comité fueron para el pequeño número de estudiantes que tienen la intención de ir a la universidad. Nunca tuvieron la intención de dar forma al día escolar de millones de niños durante más de un siglo.

La solución del Comité tuvo una consecuencia no deseada. Su plan de estudios recomendado adquirió la etiqueta de «núcleo», engrasando la pendiente resbaladiza que ya estaba llevando a la escuela en una dirección equivocada: un énfasis único en que los estudiantes puedan recordar, al menos hasta que se prueben, información de segunda mano entregada por un libro de texto, charla del maestro y Tecnología.

La etiqueta «núcleo» implicaba que el plan de estudios de preparación para la universidad era un conocimiento esencial , un conocimiento tan importante que debía estandarizarse y exigirse a todos los estudiantes, independientemente de si estaban o no en la universidad.

La idea de que cualquier plan de estudios, y mucho menos uno de más de un siglo de antigüedad, es igualmente apropiado para todos los estudiantes, sin importar sus diferentes naturalezas, experiencias, situaciones, habilidades, intereses, expectativas, oportunidades de vida o suerte, es ridículo. El núcleo nunca fue, no es ahora, y nunca será un organizador aceptable de conocimiento general. Es un batiburrillo masivo y en continua expansión de información desconectada que se aplica a los niños con mangueras contra incendios en volúmenes irrazonables a tasas imposibles de aprender.

¿Discrepar? Tómese un par de minutos para leer lo que Buckminster Fuller, Kurt Vonnegut, Jr., Thomas Merton, Stephanie Pace Marshall, David Bohm, Stephen Jay Gould, Peter Senge y otros pensadores internacionalmente conocidos han dicho sobre el plan de estudios de uso casi universal en todo el mundo.

El desafío académico

La ignorancia, agravada por la avaricia, ha jugado un papel importante en la crisis del planeta Tierra. Para alejarse de esa crisis lo suficiente como para sobrevivir, se necesitan ideas innovadoras. Es muy probable que tales ideas provengan de los académicos bien educados, pero el currículo central que fragmenta el conocimiento creado por el comité de NEA fue y es contraproducente. Cuando la información se divide en compartimientos por tema, se bloquea el proceso de relación que crea conocimiento individual y colectivo.

A pesar de la insistencia federal y estatal de que la educación es «preparar a los estudiantes para la universidad y las carreras», su propósito general es la supervivencia de la sociedad. La supervivencia requiere que los ciudadanos reconozcan los problemas a medida que surgen, encuentren soluciones y se adapten con éxito a los cambios más allá de su control. Esto requiere la creación continua de nuevos conocimientos y una ciudadanía con suficiente comprensión del cambio y sus posibles y probables consecuencias para generar, aceptar y aplicar nuevos conocimientos.

Generar nuevo conocimiento requiere pensamiento (la capacidad de inferir, formular hipótesis, predecir, generalizar, correlacionar, sintetizar, imaginar, valorar, relacionar, abstraer, estimar, intuir, empatizar, extrapolar, etc.) procesos que no se enseñan porque las pruebas estandarizadas están dando forma a la educación políticas y pruebas estandarizadas no pueden cuantificar la calidad y producir puntajes significativos .

Se aturde la mente. La humanidad enfrenta problemas de complejidad sin precedentes creados por cambios ambientales, demográficos, tecnológicos, económicos, políticos y sociales, y Estados Unidos apuesta a su futuro en un plan de estudios único del siglo XIX bloqueado en su lugar con estándares de materia supervisados ​​por pruebas que no pueden evaluar los procesos de pensamiento que hacen posible la humanidad, el funcionamiento humano rutinario y la vida civilizada; y atribuir el bajo rendimiento escolar a las «bajas expectativas» de los maestros, la falta de elección de los padres y la falta de valor de los niños.

Los diagnósticos erróneos de las causas del bajo rendimiento académico no solo invitan al suicidio social, sino que lo aseguran.

Una alternativa al núcleo como organizador básico del conocimiento

Hace cincuenta y tres años, el Phi Delta Kappan publicó el primero de muchos artículos míos sobre una alternativa al núcleo basada en la teoría de sistemas como el organizador básico de información y conocimiento. Los funcionarios de Prentice Hall, Inc., leyeron el artículo y estaban lo suficientemente convencidos de su mérito como para llevar a cabo varios años de pruebas en el aula a nivel nacional de materiales de instrucción a nivel de escuela intermedia basados ​​en mi alternativa sugerida.

Su entusiasmo aumentó a medida que avanzaban las pruebas, pero una moda reaccionaria de «vuelta a lo básico» en la década de 1970 llevó al departamento de marketing de Prentice-Hall a concluir que el plan de estudios tradicional estaba demasiado arraigado en las expectativas públicas y las burocracias educativas de varias capas para desalojarlo. El proyecto fue descontinuado.

Hace treinta años, en un libro titulado ¿Qué vale la pena enseñar? publicado por la State University of New York Press como parte de su Serie de Filosofía de la Educación, traté nuevamente de llamar la atención sobre el fracaso del currículo central para ayudar a los estudiantes a organizar el conocimiento general de manera simple, integral, lógica y holística. Expliqué en detalle cómo las materias centrales y todos los campos de estudio futuros son partes funcionales de una estructura de significado y conocimiento basada en la cultura única, fácil de entender, sistémicamente integrada. Realicé una copia de seguridad del libro con un curso ilustrativo de estudio para adolescentes, y arreglé proyectos piloto de un año de duración con directores de escuelas intermedias que habían ayudado con el proyecto Prentice-Hall anterior.

Demasiado tarde. La campaña de “estándares y responsabilidad” diseñada por intereses corporativos y habilitada por políticos federales y estatales puso fin al esfuerzo. Las llamadas y cartas de disculpa explicaron que los puntajes en las pruebas estandarizadas relacionadas con el contenido del plan de estudios principal ahora determinarían la reputación de los maestros y administradores y el futuro profesional. Los programas piloto fueron cancelados.

Hace seis años, horrorizado por los esfuerzos de los ricos y famosos por duplicar el plan de estudios básico, las pruebas estandarizadas y otras estrategias superficiales de reforma escolar, solicité y obtuve de Prentice-Hall los derechos de autor de los materiales de instrucción que mi hermano Howard y yo habíamos escrito. . Varios miles de dólares fueron a otra editorial para comprar los derechos de mi libro más reciente, What’s Worth Learning? , y nuestras jubilaciones nos dieron a mi hermano y a mí tiempo para editar nuestro trabajo anterior y ponerlo en línea, gratis para descargar, sin ningún compromiso .

Repensar los currículos de conocimiento general

La teoría dominante del aprendizaje de la escolarización tradicional: que si se rocía suficiente información a los niños y que parte de ella se mantendrá, es inaceptablemente simplista. Todo bebé humano normal nace con un cerebro equipado para (1) información sensorial, (2) para crear significado seleccionando esa información de «ruido» relacionada con un objetivo particular, (3) integra ese significado con su «maestro» organizador mental, (4) hipotetiza posibles relaciones sistémicas entre aspectos de la realidad para crear nuevo conocimiento, y (5) aplica el conocimiento de formas útiles e imaginativas.

Mucho antes de que se alcance la edad escolar, mucho antes de que los adultos comiencen a tratar de educarlos, los niños usan esos procesos de una manera demasiado sofisticada para que las pruebas estandarizadas los evalúen y aprenden a tasas que la instrucción tradicional nunca igualará.

Los maestros no pueden enseñar a los jóvenes a pensar, pero pueden usar el contenido tradicional del currículum central de maneras no tradicionales para crear secuencias de lecciones que requieran pensamiento y que se basen en los organizadores de información que los jóvenes comienzan a usar al nacer, llevándolos a la conciencia, elaborando y refinándolos para construir los modelos mentales de la realidad que guiarán sus pensamientos y acciones por el resto de sus vidas.

Reemplazar el plan de estudios básico que fragmenta el conocimiento e intelectualmente inmanejable con un único curso de estudio que conecta e integra todo el conocimiento, no solo eleva el rendimiento del alumno a niveles que ahora no son posibles; pero también, debido a la eficiencia del curso, libera horas al día para hacer algo de enorme importancia que la escuela tradicional nunca ha hecho bien: identificar, desarrollar y explotar el potencial individual del alumno.

Es tarde en la carrera y la advertencia de HG Wells aún no se ha acercado a hacer de la máxima prioridad del país la mejora de la calidad del pensamiento de los estadounidenses. Los poderosos intereses continúan superando al caballo casi muerto de «estándares y responsabilidad» con látigos y clubes basados ​​en el mercado: opciones, vales, escolaridad virtual, cancelaciones de impuestos, cartas y otros esquemas engañosos diseñados para privatizar la educación pública sin el amplio diálogo público un cambio tan radical merece. La situación requiere acción, pero los educadores no tienen palancas de poder y no están organizados para actuar.

Despejando un camino hacia la mejora curricular

Las pruebas estandarizadas no pueden evaluar el tipo de pensamiento que podría salvar nuestras pieles; no les dicen a los maestros nada que ya no sepan; perpetúan una concepción simplista de lo que significa «educar»; desperdician el tiempo del maestro y del alumno que se puede aprovechar mucho mejor.

Si esos problemas no son suficientes para terminar con la estafa de pruebas de alto riesgo, considere que detrás de los muros del secreto erigido para proteger las pruebas estandarizadas del examen y el ataque, se esconde un hecho muy importante. El control del editor de la prueba de los puntajes de corte de aprobación-falla permite aumentar o disminuir las tasas de falla a niveles lo suficientemente bajos como para despertar sospechas sobre la validez de la prueba.

¿Por qué los editores de prueba pueden manipular las tasas de fracaso? Para engordar sus resultados finales para volver a realizar pruebas y vender programas y materiales de preparación para exámenes.

Un primer paso esencial hacia una reforma significativa

Dado el dinero y el poder que impulsan el gigante de la privatización, solo hay una forma segura de detenerlo: una campaña nacional de exclusión voluntaria de pruebas estandarizadas . Si los padres, abuelos y ciudadanos atentos harán lo responsable y respaldarán el movimiento de exclusión voluntaria, la llave inglesa puesta en marcha institucionalmente debería, como mínimo, sacudir la autonomía del educador lo suficiente como para permitir un replanteamiento del plan de estudios de 1892.

Nota: en el espíritu del código abierto, marionbrady.com ofrece materiales educativos gratuitos que utilizan contenido de educación cívica, historia estadounidense, historia mundial, culturas mundiales y experiencia personal para involucrar a los estudiantes en una amplia gama de procesos de pensamiento. Escrita para la escuela secundaria y los alumnos mayores, las lecciones y los materiales de apoyo son totalmente libre de costo u otra obligación cuando se descarga por los profesores para el uso con sus propios estudiantes. A pesar de la falta de publicidad y de materiales de instrucción que requieren procesos de pensamiento demasiado complejos para ser evaluados por pruebas estandarizadas, se descargan a una velocidad que nunca cae por debajo de 5,000un mes .

Fuente: https://truthout.org/articles/our-kids-face-unprecedented-crises-standardized-tests-wont-prepare-them/

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