Page 94 of 2675
1 92 93 94 95 96 2.675

Rezago Educativo: Avances y retrocesos

El país requiere definiciones claras sobre los contenidos de las políticas públicas en rezago educativo

Una definición generalmente aceptada acerca de los procesos de rezago educativo es la siguiente: Población de 15 años o mayor de esa edad que no ha concluido la educación básica o que no ha participado en ningún programa educativo, tanto no formal como formal. Ello significa que el universo poblacional del rezago educativo abarca tanto a ciudadanas y ciudadanos analfabetas como a quienes no han terminado sus estudios de primaria o secundaria.

El rezago educativo como una de las caras de la desigualdad social, educativa y cultural

En febrero de 2018 el Mtro. Otto Granados Roldán, en ese momento titular de la SEP, informó que durante el cierre del sexenio (para noviembre de 2018), México alcanzaría la “alfabetización plena”, de acuerdo con los estándares internacionales que establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (“UNESCO” por sus siglas en inglés). Eso significa que nuestro país alcanzaría un porcentaje menor al 4 por ciento de su población en condición de analfabetismo. (1)

Al realizar una consulta reciente de datos sobre ese campo (analfabetismo en México, 2023), encontré que los datos disponibles no reflejan exactamente un avance, sino un retroceso. A esos trayectos de avance y reversa se refiere el presente texto.

Todo parece indicar que las acciones del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) se detuvieron o tuvieron problemas pues, en números absolutos, para el 2019 se estimó que habría 3.9 millones de personas analfabetas, mientras que el dato del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) a través del Censo del 2020, el total fue de 4.45 millones, es decir, 550 mil más personas en esa condición.

¿Qué pasó? De acuerdo con las estimaciones del INEA, al cierre de diciembre del 2018, se estimó que el 4 por ciento de quienes tenían 15 años o más en el país, no sabían leer ni escribir un recado. Para el cierre del 2019 la estimación del propio Instituto fue de 3.8% del grupo de población señalado. Sin embargo, para el año 2020, el INEGI estima que el porcentaje de quienes son mayores de 15 años y más, y que no saben leer ni escribir, es de 4.7 por ciento.

Según una nota de La Jornada, publicada en 2018 y escrita por Carolina Gómez Mena, el secretario Granados Roldán indicó que: “…estamos solamente a cuatro décimas de lograr la tasa del 4 por ciento, a partir del cual se considera, de acuerdo a los estándares de la UNESCO, se podría considerar a México, de alcanzar esa meta, como un país libre de analfabetismo o plenamente alfabetizado…”.

El titular de la SEP en 2018, antes de que iniciara el gobierno de AMLO, indicó que el analfabetismo en nuestro país disminuyó: “del 6.1% (5.1 millones de personas) que se tenía en el 2012, a 4.4% en 2017, lo que representa menos de 4 millones de personas, de 15 años o más, analfabetas. De continuar la tendencia, es posible que al final de ese gobierno –decía Granados- el indicador termine por abajo del 4% lo que, de acuerdo con los estándares internacionales (ver por ejemplo el documento “Education for all: literacy for life” de la UNESCO) podría significar que México alcance la plena alfabetización”, (SDP Noticias, 6 de enero, 2018).

¿Cuáles son las cifras del INEGI acerca de este fenómeno del analfabetismo? “En México, en 45 años el porcentaje de personas analfabetas de 15 y más años bajó de 25.8 en 1970 a 5.5% en 2015, lo cual representa a 4 millones 749 mil 57 personas que no saben leer ni escribir.” Además, dice el INEGI, se confirma la distribución de analfabetas, por género, que se ha venido dando desde hace más de 25 años: “De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, 4 de cada 100 hombres y 6 de cada 100 mujeres de 15 años y más no saben leer ni escribir.” (2)

Por otra parte, según una nota de Excélsior publicada en 2016 y firmada por Mario Luis Fuentes, en México hay “4.43 millones de personas que, teniendo más de 15 años de edad, no saben leer ni escribir un recado, es decir, personas en condición de analfabetismo.” (3)

Otros datos retomados por Excélsior acerca de la distribución por entidades federativas, indican que “…en Chiapas 14.3 por ciento de las personas mayores de 15 años son analfabetas, es decir, un total de 514 mil personas que no saben leer ni escribir, lo que la ubica como la entidad con el peor indicador en la materia. En segundo lugar se ubica el estado de Guerrero, en donde 12.5 por ciento de ese mismo rango de edad son analfabetas, es decir, 309 mil 332 personas. En tercer sitio se encuentra el estado de Oaxaca, donde 12.3 por ciento de los mayores de 15 años no saben leer ni escribir, dato que en números absolutos significa un total de 347 mil 295 personas.

Tales cifras permiten visualizar que sólo en estas tres entidades se ubica 26 por ciento de la población analfabeta total del país, pues en su conjunto suman 1.17 millones de los 4.43 millones de personas mayores de 15 años en esta condición.”

“En cuarto sitio se encuentra el estado de Veracruz, donde 8.7 por ciento de la población mayor de 15 años es analfabeta, 516 mil 468 personas; mientras que en Puebla, 7.7 por ciento del grupo de población señalado no sabe leer ni escribir, es decir, una cifra de 337 mil 426 personas en la condición señalada. Como puede observarse, al sumar estas cifras se tiene un total de 2.025 millones de personas analfabetas en las entidades mencionadas, dato que equivale a 45.7% del total nacional.”, (misma nota de Excélsior, 2016).

Analfabetismo por edad: El mayor porcentaje de población analfabeta se encuentra entre las personas de 75 años y más de edad (26%): INEGI

El INEGI, sin embargo, señala que existen discrepancias entre los datos que proporcionan las instituciones responsables de informar sobre este rubro: “Cabe aclarar que, por alguna razón, existe una divergencia entre la información que sobre el analfabetismo ofrecen los censos de población y el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA). Según los primeros, en la década que va del 2000 al 2010, el número de analfabetos bajó en 548 426 personas; el INEA, por su parte, reporta haber atendido durante ese lapso a 3 millones 850 mil 521 personas en sus programas de alfabetización, de los cuales un millón 403 mil 316 se graduaron, es decir, menciona haber alfabetizado casi tres veces más personas que las que los censos registran. La diferencia es más que evidente y no hay una explicación técnica plausible de la discrepancia.” (4)

En resumen, contamos con datos duros e información estadística sobre el analfabetismo de tres instituciones públicas: La Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). ¿Qué dice al respecto la representación de la UNESCO en México? ¿Qué datos tiene el organismo autónomo especializado en evaluación educativa (INEE)? ¿Qué información maneja el Banco Mundial, y otros organismos internacionales, como la OCDE sobre los índices de analfabetismo en nuestro país? ¿Realmente estamos en el umbral de la “alfabetización plena” en México? ¿Estaría dispuesta la SEP a llevar a cabo una auditoría de organismos internacionales para determinar si se levanta, como signo de victoria o no, la “bandera blanca” del analfabetismo en nuestra nación?

Datos recientes sobre educación secundaria: Los datos del censo 2020 (INEGI) muestran que había 16.6 millones de personas de 15 años y más que no habían concluido los estudios de educación secundaria, lo cual representa el 16.6% del total en ese segmento de edad en todo el país.

Población mayor de 15 años que no ha concluido los estudios de primaria: Al cierre del 2019, el INEA estimó que había 8.9 millones de personas en el grupo de edad con esa característica, es decir, el 9.5% de los 93.31 millones de personas mayores de 15 años que había en el país.

Existe la necesidad, en conclusión, de unificar o mostrar claridad en la definición de criterios, métodos e instrumentos para evaluar el estado actual del rezago educativo en México, a efecto de contar con evaluaciones e información completa y menos contradictoria. Por otra parte, el país requiere definiciones sobre los contenidos de las políticas públicas puestas en operación para combatir este fenómeno social adverso del rezago educativo. Programas, proyectos, acciones, recursos y precisión en las prioridades son aspectos que demanda la nación para atender y superar este importante problema de desigualdad social, educativa y cultural.

*Con información originalmente escrita por el autor y publicada en un texto denominado: “Alfabetización en México: Los datos duros”, SDP Noticias.com, 2 de febrero, 2018.

(1) El anuncio se dio a conocer durante la firma de convenio entre las secretarías de Educación Pública, de Desarrollo Social (Sedesol) y del Sistema Nacional DIF (SNDIF) para acreditar el primer grado de preescolar a los niños inscritos en las Estancias Infantiles de Sedesol.

http://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/02/01/al-terminar-sexenio-mexico-estara-libre-de-analfabetismo-sep-5661.html

(2) http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/analfabeta.aspx?tema=P

(3) Excélsior, 6 de septiembre, 2016.

http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/09/06/1115213

(4) INEGI. (2012) Analfabetismo en México, una deuda social.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com/

Comparte este contenido:

Digitalización de la enseñanza y del conocimiento: Un robo al pueblo. Esbozo de análisis marxista.

Por: Carlos X. Blanco

El análisis marxista del conocimiento arroja como resultado evidente, a la altura del siglo XXI, el siguiente: el conocimiento se está muriendo. La concepción de la ciencia como conocimiento va quedando orillada, cuando no ridiculizada. Se pretende hacer pasar por ciencia, tanto en la universidad como en la enseñanza media, lo que ya no es sino tecnología.
Lo mismo que aquí se afirma sobre la educación lo hemos de sostener en todo cuanto concierne a partidas presupuestarias destinadas a investigación y desarrollo de proyectos. Los inversores buscan tecnología, y los “trabajadores del conocimiento” producen tecnología, peor no conocimientos. El conocimiento se ve reducido a la triste condición de “epifenómeno mental”. Ya en Occidente, desde hace muchos años, toda una parte importante del gremio de los “filósofos de la ciencia” (ampliado significativamente con los secuaces de inventos tales como “CTS” , Ciencia, Tecnología y Sociedad) no han hecho otra cosa que emascularse como filósofos, renunciando a ponderar, criticar y hallar el contenido cognoscitivo con valor de verdad en esa parte avanzada de la producción industrial que se llama “ciencia”.
Los herederos del pragmatismo yanqui, así como una parte significativa del materialismo (en España, del materialismo marxista o del materialismo Gustavo-buenista) no han dejado de desdeñar eso del “conocimiento”, entendido por ellos como un residuo, un vocablo mentalista, un eco de la escolástica. Este gremio de la filosofía, cada día más insignificante, y todavía más el gremio de los filósofos de la ciencia y de la tecnología (y de los estudios CTS), ha barrido el sendero y han hecho su tarea servil y sumisa para que la diosa Tecnología impere y así el Sistema rechace toda finalidad admirativa y humanista en el trabajo de la ciencia, ya pura, ya aplicada.
La Tecnología nació humilde, hoy es una diosa. El “discurso” sobre las “artes aplicadas”, que no otra cosa significa la palabra Tecnología, se volcó a partir de la revolución industrial a una dúplice explotación: a) el aprovechamiento de los recursos naturales, y b) la racionalización del trabajo productivo. La Tecnología como parte del poder del Capital, y no como aplicación de saberes en la esfera productiva manual y manufacturera, no es conocimiento. Es una aplicación de fuerzas productivas volcada a la explotación. No hay “conocimiento tecnológico” de igual modo que no hay hierro de madera. Cuanto fue un día conocimiento, producido por hombres que desgastaron sus neuronas, quemaron sus pestañas, y robaron sus horas al sueño y al ocio, es hoy “aspirado” por las bombas del Capital y convertido en fuerza explotadora. Debemos empezar a ver el Capital como una bomba aspiradora, como una ventosa alienadora que opera al modo de un transductor: convierte una modalidad energética (cognitiva) en otra (producción vía explotación de la naturaleza y del hombre).
Hoy en día hemos pasado de la producción industrial basada en la transformación mecánica, química y biológica de los entes, previa aplicación de la ciencia en las cadenas de producción fabril, así como en la mecanización del campo, conservación alimentaria, etc. a otra fase en la cual el aprovechamiento de la “fuerza cerebral” es la dominante, y se troca en explotación de segundo grado.
En el turbocapitalismo ocurre esto: antes de proceder a la explotación directa de trabajadores manuales y de recursos naturales, que se sigue dando, se procede a una explotación de los trabajadores intelectuales. La industria mundial fue experimentando un alto grado de robotización de los procesos y mecanización de las tareas. Después de los ejércitos, fueron las compañías multinacionales las que copiaron la estructura militar para informatizar la producción y la gestión (gestión la cual es sólo un aspecto de la producción). El propio diseño de los productos y de los perfiles profesionales, así como de la secuencia y organización productivas se vieron mediatizadas por el ordenador, un aparato que posee la peculiaridad no ya de aplicar fuerzas mecánicas ampliadas, o la de ahorrar trabajo al hombre, como las otras máquinas, sino de usurpar el trabajo cognitivo humano y convertirlo en sustancia de valor de cambio. El “saber” o el conocimiento personal ya no tiene apenas lugar en el capitalismo informatizado y digital. Cada ser humano posee su conocimiento personal en el mundo predigital y debe emprender esfuerzos para que otros lo aprendan, y para que éste saber sea enseñado. En el mundo capitalista digitalizado hay un saqueo del saber personal.
En la actualidad, los organismos globalistas directamente implicados en la “gobernanza mundial” y que sirven de mampara y máscara para ocultar a las grandes entidades depredadoras de la finanza y la producción (léase UNESCO, principalmente, aunque hay además todo un bosque de siglas), insisten en imponer una agenda digitalizadora que no se limita ya exclusivamente a las cadenas productivas, comercializadoras, en el reclutamiento y adiestramiento laboral, etc. El sistema impone una digitalización desde la propia base reproductiva de la fuerza de trabajo.
La educación digitalizada, en contra de toda evidencia científica, es sumamente perjudicial para niños y menores. Éstos se están volviendo tecnoadictos (en España, especialmente, adictos al teléfono móvil), lo cual les distrae de los contenidos académicos que con seriedad y rigor deberían adquirir para llegar a ser personas críticas y responsables. Se asiste a un proceso de “gamificación” : he aquí un absurdo anglicismo que consiste en convertir la educación en un juego, esto, trivializarla hasta el extremo de convertirla en un adiestramiento consumista de las masas, para que se inicien pronto y sin capacidad electiva, en el consumo de “productos” digitales que alimenten a los grandes sectores de las GAFAM y de toda la industria ciberelectrónica que se vincula a ellas.
Evidentemente, este proceso de degradación planificada e impuesta de la educación, ha de ser interpretado en términos de lucha de clases.
En el planeta se está imponiendo la digitalización de la producción y de la reproducción (léase, en este último capítulo reproductivo, la educación). ¿Quién lo emprende? Una super-élite mundial que, en gran medida, se reservará para sí los métodos clásicos de aprendizaje, que incluyen la memoria, la capacidad racional de resolver problemas, comprensión escrita y dominio de las matemáticas. La masa no podrá hacer nada de esto, será ajena a estas capacidades. Los niños de la super-élite mundial, en cambio, se criarán en la escuela clásica y gozarán del privilegio de poder optar a los estudios superiores verdaderamente formadores y capacitadores, más adaptados a su inteligencia e interés, y con una educación clásica en ciencias y humanidades, restringida a unos pocos, habrá unos retoños que algún día reemplazarán a los más viejos mandarines de la cúpula capitalista. Sólo los elegidos tendrán educación genuina. El resto recibirá una papilla gamificada y digitalizada. El resto, la inmensa mayoría de la humanidad, por vía de la digitalización forzosa, se convertirá  en ganado humano que no sabe nada de nada y que aspira a jubilarse antes de haber trabajado nunca: ya lo estamos viendo actualmente en España con las sucesivas reformas iniciadas con la LOGSE -1991- y el impulso obsesivo dado a la digitalización en esta “era Sánchez”.
El turbocapitalismo ya no admite “pueblos”, ya no admite “clase obrera”, no tolera “saber popular”. El capitalismo en la presente fase necesita, además de trabajadores “adiestrados”, consumidores igualmente “adiestrados”. Hasta las propias leyes ya dejan de hablar de conocimiento y se refieren a destrezas, estándares de aprendizaje y otros conceptos tontos pensados para simios y no para muchachos, miembros de la especie humana.
Nótese que el adiestramiento de las masas, tratadas ahora como ganado consumidor, consiste en el manejo de aplicaciones, muchas de ellas dúplices (versión de pago, versión gratuita), en provecho de un sector multinacional privado, ajeno al poder público. La educación, desde la infantil y la primaria hasta la superior, se ve así privatizada de manera imparable y secreta. Casi ningún centro público de enseñanza está ya diseñando sus propias herramientas digitales y plataformas, las toman prestadas o “sugeridas” por las grandes suministradoras de software, casi ningún centro oficial de enseñanza e investigación funciona al margen de las empresas privadas que, generalmente unidas umbilicalmente a Silicon Valley, han metido sus manazas en la enseñanza pública y la emplean como filones de datos y semilleros de consumo.
Que los estados se hicieran cargo de la Enseñanza pública, de forma gratuita y universal, fue considerado en todas partes como un logro, un paso adelante. Bajo los ideales de la Ilustración, y también bajo los valores fundamentales del socialismo, la meta a alcanzar por parte de todos los países del mundo era esta: que el pueblo se atreviera a saber (Sapere Aude, era el lema ilustrado de Kant). Que las clases campesinas y obreras gozaran de medios y tiempo para que ellos y sus hijos pudieran formarse, alcanzar unos conocimientos equiparables, nunca menores, a los de la burguesía, esa era la meta. Pero hoy, el turbocapitalismo trabaja por cavar un amplio foso insalvable entre la super-élite mundial y una amplia masa descualificada, a la que ni siquiera se le va a ir dotando de un adiestramiento elemental para poder aprovechar (valorizar) su fuerza de trabajo. La masa va a ser socializada por dispositivos móviles y por toda una plétora de dispositivos de control biocibernético. Habrá un “perfil” digitalizado de cada persona en la que los estados, esbirros de la super-élite mundial, conocerán a la perfección el estado sanitario, sexual, financiero y consumista de cada individuo. La humanidad quedará reducida a un “parque” de ocio, con entes zoológicos humanos, aunque deshumanizados y dependientes digitalmente de la maraña de suministradores de aplicaciones.
En el fondo, entender la digitalización de la enseñanza y de la vida humana en su totalidad, es tarea harto sencilla a la luz de la lucha de clases y de la transformación del capitalismo en turbocapitalismo. Este sistema no puede existir con límites. Es hybris, es osadía orgullosa sin freno. Se trata de una cosificación o mercantilización universal. El sistema es una gigantesca máquina reductora y transductora: dejaría de funcionar si admitiera alguna esfera no susceptible de valorización. El cuerpo humano y las relaciones sexuales ya se han convertido en una parte fundamental del Mercado: trata de personas, “regularización” de la prostitución, vientres de alquiler, prótesis y cirugías varias para “cambiar” de sexo, pornografía, turismo pederasta internacional, tráfico de órganos, acoso sexual laboral bajo amenaza de despido, derecho de pernada en la universidad, etc. Pero el turbocapitalismo no se conforma con el cuerpo, el sexo y los órganos. La vida del espíritu se mercantiliza. Se aceleran los procesos de vampirización de conocimientos humanos y su automatización rentabilizada por las compañías. Por ejemplo: cuando en los cursos de formación de docentes se les “invita” a que compartan sus tareas y trabajos digitalizados, que se habitúen a los “entornos colaborativos”, a que se exista intercambio de “producciones” entre iguales, rara vez se explica lo que hay tras este presunto socialismo digital (la llamada cultura, o estafa, de las “Creative Commons”): potentes empresas a las que se les ha dado hecho, y gratis, todo el trabajo preliminar de diseño y desarrollo de aplicaciones que luego ofrecerán al mercado en sus dos versiones típicas, la “premium” (de pago) y la gratuita, que nunca es gratuita pues se ha beneficiado de la esclavitud digital no reconocida nunca por los economistas.
En la actualidad, la lucha de clases es más bien una “masacre de clases”. Se trata de un proceso de depredación obsceno, descarnado, sin tapujos. Profundiza en la explotación de la fuerza de trabajo asalariado. Se trata de un robo no ya sólo del excedente, no ya de la plusvalía directamente emanada de la explotación de fuerzas laborales transformadoras. Se trata del robo de conocimientos en el seno de un mercado que no se limita a convertirse en una plétora de bienes intercambiables, sino en filones de datos, conocimientos, habilidades, experiencias. Los depredadores (GAFAM y demás empresas trasnacionales de la Tecnología) se hacen gratis con su materia prima. Al pueblo, reducido cada vez más a una masa de individuos desclasados, se le hurta los medios de la autoemancipación, se le vuelve dependiente, tecnoconsumista y tecnoadicto.
Por ello, el conocimiento está muriendo. Y sólo impera la Tecnología, o sea, la transformación universal en Mercancía. El hombre ya es mercancía.

Comparte este contenido:

El dominio de la comunicación y la lucha por su democratización

Por Aram Aharonian

Lo primero que debemos recordar es que la comunicación es un derecho humano sostiene el autor y analiza desde diferentes autores cómo influyen la tecnología y la inteligencia artificial en esta etapa del capitalismo. Dice y explica que “Hoy vivimos en un feudalismo tecnodigital, lejos, muy lejos de la libertad y la equidad prometida por los mentores de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)”.

El mundo cambia, la tecnología avanza -hoy hablamos hasta de metaverso y discutimos si la inteligencia artificial sustituirá a los periodistas- pero parece que nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados, munidos de herramientas perimidas, mientras las corporaciones mediáticas hegemónicas desatan sus estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos escenarios, en guerras que pasaron de ser de cuarta y quinta generación a un nuevo formato acorde a esta etapa del capitalismo de plataformas y vigilancia.

El mundo cambia, la tecnología avanza -hoy hablamos hasta de metaverso y discutimos si la inteligencia artificial sustituirá a los periodistas- pero parece que nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados, munidos de herramientas perimidas, mientras las corporaciones mediáticas hegemónicas desatan sus estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos escenarios, en guerras que pasaron de ser de cuarta y quinta generación a un nuevo formato acorde a esta etapa del capitalismo de plataformas y vigilancia.

Lo primero que debemos recordar es que la comunicación es un derecho humano. Y hoy pretendemos pelear por su democratización, pero no bastan arcos y flechas contra los misiles informáticos, los drones, la inteligencia artificial.

Hoy vivimos enun feudalismo tecnodigital, lejos, muy lejos de la libertad y la equidad prometida por los mentores de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). El investigador argentino Alfredo Moreno, señala que bajo el manto de una retórica de democratización y acceso a la información, progreso e innovación se esconde el más puro y antiguo sistema de dominación

Nick Srnicek en Capitalismo de Plataformas, afirma que“internet se ha transformado en una suerte de utopía neoliberal desregulada y con pocos ganadoresLas plataformas no tributan en casi ningún país y muchas veces ni tienen oficinas, lo que impide cualquier tipo de verificación y sometimiento a las normas y leyes de nuestros países.

Los datos generados en la actualidad por los usuarios en internet constituyen una materia prima y las plataformas son quienes extraen la plusvalía de ésta. Es una forma de reorganización del capitalismo que, ante la caída paulatina de la rentabilidad de la manufactura en los últimos años,  se volcó hacia los datos como un modo de mantener el crecimiento económico y la producción.

Unas semanas atrás causó  conmoción  un robot que pasó exitosamente el test de Turing al producir mensajes difícilmente diferenciables de los que emite un ser humano. Lo cierto es que mecanismos informáticos nos suplantan progresivamente; cajeros automáticos; dispositivos cibernéticos conducen autos,  aeroplanos y drones; analistas artificiales diagnostican enfermedades o interpretan documentos jurídicos con mayor precisión que nosotros los humanos, sus colegas biológicos.

Las  máquinas redactan, componen música, elaboran  gráficas e incluso compiten en ajedrez mejor que el campeón mundial del juego ciencia. Incrementan su velocidad y capacidades de manera vertiginosa y exponencial, mientras que las nuestras permanecen estáticas. Los analistas anticipan que en pocos años la informatización hará desaparecer más del 40% de los puestos de trabajo.

Las grandes tecnológicas digitales han servido para el crecimiento de la desigualdad a escala mundial. Y hoy, cada vez se hacen más necesarias las políticas públicas que cuiden y promuevan el bien común del conocimiento, la seguridad sobre los datos y el acceso de la ciudadanía, de las comunidades, a los servicios basados en software e Internet. El mito del Silicon Valley californiano cayó junto a la acumulación escandalosa de ganancias, tecnoempresarios dictadores, desigualdades sociales indecorosas, desempleo crónico, millones de pobres suplementarios y un puñado de tecnooligarcas que acumularon fortunas jamás igualadas.

Pandemia y progresismo

Las medidas transitorias llegaron para quedarse y a medida que se prolongó la pandemia, los nuevos hábitos se incorporaron en la cotidianeidad, en un proceso paralelo al ritmo que las empresas privadas crean, implantan y expanden sus diversas plataformas digitales (durante el año 2020 se decuplicaron respecto a 2019).

Esta nueva situación está permitiendo registrar, recopilar, almacenar, mercantilizar y analizar las respuestas de la mayoría social. Porque con la implantación y obligación de las TIC, todos nuestros movimientos dejan una huella electrónica, datos al desarrollarse gran parte de las relaciones, transacciones y gestiones de forma telemática.

La pandemia impulsó un inédito y profundo cambio social, un gran salto cualitativo (y cuantitativo) respecto de la situación previa: se está consolidando y legitimando la cuarta revolución tecnológica (4.0), de forma silenciosa (paradójicamente) y sin resistencia social. La pregunta es quien impulsó la pandemia…

Más allá de la pandemia, lo cierto es que los gobiernos progresistas nunca creyeron en la necesidad de una política informativa, que redundara en la información y en la formación, y en la participación ciudadana. Se recitó el estribillo de la batalla de ideas, pero siempre desde el síndrome de plaza sitiada –hay que defenderse permanentemente de un eventual ataque enemigo-, síndrome que se apropió de los espacios oficiales de comunicación y en la reacción defensiva permanente y de corto plazo de los ataques hostiles, olvidando la agenda propia del diálogo con la ciudadanía y del debate con los adversarios políticos.

Para ello colaboraron los nuevos conquistadores, que desde universidades europeas nos vinieron a vender espejitos de colores e impedir locuras como la de Telesur, que insistía en vernos con nuestros propios ojos después de cinco siglos de colonización. Algunos reviven el Informe McBride 1980 (de hace 43 años) cuando hoy  el big data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, convirtiendo a la democracia en una dictadura de la información manejada por las grandes corporaciones. Seguimos en guerra y en ella no hay neutralidad posible.

El verso de la democracia 

Tal vez ningún término usado recurrentemente en el espacio público fue ultrajado de tal manera que no solo fue vaciado de contenido, sino que perdió todo sentido, como la voz democracia,  Hoy se exalta un concepto reduccionista de la democracia, que encierra y congela la soberanía y la participación popular en un palacio presidencial y un hemiciclo parlamentario.

En nuestros países, la forma más adecuada para garantizar la estabilidad gubernamental ha sido la democracia controlada o democracia de baja intensidad. Que consigue la estabilidad a través de la desinformación que promueven los medios de comunicación monopolizados, que se está revelando como más eficiente que las dictaduras militares.

La desinformación juega un papel relevante en el sostenimiento del orden sistémico occidental, que controla los principales medios que llegan a la población, que son los que asesinan la verdad y la democracia. Los mejores contenidos periodísticos no tienen, generalmente, ninguna consecuencia, porque el poder y los medios a su servicio los ignoran.

Es esencial que la redistribución de la riqueza esté en el tope de las prioridades de un gobierno del y para el pueblo. ¿Es esto posible sin hablar de la redistribución de la palabra? ¿O seguiremos siendo rehenes de la dictadura del discurso único de medios concentrados, meros apéndices del poder establecido? La deuda con la comunicación popular debe ser saldada con acción afirmativa valiente y no cosmética. En definitiva, con política pública que permita que la libertad de expresión no quede solo reservada a los patrones.

Se trata de crear medios propios, sin duda, pero no para competir por la opinión de las mayorías, sino para consolidar el campo popular, a los pueblos en movimiento, al abajo que se mueve y resiste. No es algo menor.

Para nuestro Sur, ese “modelo” siempre vino de la mano de la retórica de las potencias coloniales. La democracia fue asesinada en nombre de la democracia, para emplearla  como  instrumento de legitimación de las estructuras de poder, dominación y riqueza. Antes esos mismos habían asesinado la verdad usando las herramientas del terrorismo mediático de los medios corporativizados en todo el mundo.

Es evidente que la democracia no existe en los medios. Ese control casi absoluto ha conseguido algo que décadas atrás parecía imposible: erradicar el conflicto de la percepción del público. Los más brutales crímenes pueden pasar inadvertidos si los medios se empeñan en ello.

Cuando este control mediático se desborda, porque la realidad resulta demasiado evidente, ahí está la policía, el golpe de Estado permanente, para reventar las protestas, o la llamada justicia para deshacer, con el lawfare, los caminos democráticos. De nada han servido las leyes de medios, porque son carne de cañón para el aparato judicial  elitista y corrupto, aliado a los grandes intereses corporativos.

No existe algo llamado democracia, si es que alguna vez existió. Desde el momento en que las opiniones y las voluntades de las personas son moldeadas y manipuladas por gigantescas maquinarias que escapan a cualquier control que no sea el de las clases dominantes, entrar en el juego electoral parece no tener sentido ni futuro.

La derecha política y mediática regional repite eslóganes y prejuicios contra el Estado y su presencia en políticas públicas de inclusión social y cuidado en salud, mientras los gigantes del mundo digital abusan de la posición dominante de mercado y del mega flujo de datos que alimentan sus algoritmos como “armas de destrucción matemática”.

¿Inteligentes?

Creemos que portamos un teléfono personal, inteligente. Pensamos que el celular nos pertenece, pero no hay nada menos personal. El algoritmo está en nuestro querido celular, donde se esconde un tipo de sociedad, que es del conocimiento, de un sistema de poder, dicen que sostenido en una ideología algorítmica neutral.

Y uno va viendo cómo, de a poco, el celular se va apropiando de tu ser: te pide la huella digital mientras realiza sin que se lo pidas tu reconocimiento facial, lo tienes ligado a tu cuenta de correo digital, a tu tarjeta de crédito o de débito, y vas recibiendo notificaciones y noticias de instituciones y gente que ni siquiera sabías que existen. Y entonces te acuerdas que había algo que se llamaba intimidad y que lo fuiste perdiendo.

En un mundo capitalista donde el 1%  de la población posee el 50% de la riqueza, y el 10%  posee el 88%, la inmensa mayoría que no es propietaria de medios de producción y vive de la venta de su fuerza de trabajo  devendrá inútil en cuanto  las máquinas desempeñen sus labores de forma más rápida, barata y eficiente.

El capital ha esclavizado pueblos, exterminado naciones, desencadenado genocidios sin más objetivo que obtener dividendos.  ¿Qué hará con una fuerza laboral suplantada por mecanismos que no exigen salarios?, se pregunta el intelectual venezolano Luis Britto.

Hoy, bajo el manto de una retórica de democratización y acceso a la información, progreso e innovación que disparan desde las ONG europeas, se esconde el más puro y antiguo sistema de dominación

Seguimos negándonos a vernos con nuestros propios ojos. Seguimos viendo con ojos ajenos, del enemigo, copiando sus modelos, discutiendo las temáticas que agendan las ONG europeas, muy socialdemócratas ellas, olvidando a nuestras gentes en nombre de la lucha por nuestro futuro.

En Argentina, la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual materializó un marco legal propicio para avanzar en la democratización de un ámbito tan crucial para el ejercicio del poder en las sociedades actuales. En términos de balance, lo más evidente es la distancia entre ese marco legal y lo que se llegó a aplicar. De hecho, el poder de fuego y el peso económico de los “medios dominantes”, que la ley venía a regular y a limitar, hoy es mayor que entonces.

La desinformación (incluyendo el bombardeo de los fakenews) juega un papel relevante en el sostenimiento del orden sistémico occidental, que controla los principales medios que llegan a la población, que son los que siguen asesinando la verdad y la democracia. Construir abajo y a la izquierda, parece ser el único camino emancipatorio posible. Porque lo único que se construye desde arriba, es un pozo.

Aram Aharonian. Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

Fuente: https://estrategia.la/2023/03/19/el-dominio-de-la-comunicacion-y-la-lucha-por-su-democratizac

Comparte este contenido:

Venezuela: Vencer en la guerra cognitiva

Vencer en la guerra cognitiva

Iñaki Gil de San Vicente

Nota: Texto elaborado a partir de la conferencia dada en La Universidad Internacional de las Comunicaciones, ciudad de Caracas, el pasado 7 de marzo de 2023, dentro del evento Gran Encuentro Mundial por la Vigencia del Pensamiento Bolivariano del Comandante Hugo Chávez en el Siglo XXI.

«La guerra cognitiva es un sádico experimento con humanos desplegado y comandado por el imperialismo capitalista/ psicópata en todo el mundo. Ha sido geopolíticamente concebido para afectar, de forma grave o irreversible nuestras capacidades cognitivas normales, incluyendo las operaciones complejas que nos permiten percibir, atender, memorizar y procesar de forma inteligente, sensible, humana, política y geopolítica nuestra realidad. La guerra cognitiva asimismo busca degradar nuestras capacidades humanas normales para expresar nuestra afectividad, para desarrollar praxis éticas, sociales y político comunales hasta para afectar o anular incluso nuestra voluntad a fin de imponer la dictadura de una nueva subjetividad líquida, fundamentalmente egoísta, egocéntrica y ególatra que se expresa como naturalización y hasta como celebración de los comportamientos típicos de las personalidades parasitarias/ oportunistas, narcisistas, maquiavélicas y psicopáticas.»1.

1.- Los seres inhumanos, es decir la forma corporal del capital como relación social de explotación, necesitan hacernos creer que esa inmoralidad suma que es el pacifismo a ultranza2 es la única vía para la «democracia» abstracta, hueca, que empero sirve para ocultar la miseria y legitimar la opresión durante un tiempo. Para alargar esa paz del cementerio, el imperialismo está adaptando su doctrina de dominación, el sistema en el que se plasma, la estrategia que exige para aplicarse y las tácticas adecuadas a cada situación. Lo está haciendo también mediante el «nuevo» campo de batalla en la guerra social mundial entre el capital y el trabajo, que denominan «guerra cognitiva».

Al entrecomillar «nuevo» queremos decir dos cosas: una, que efectivamente es nuevo porque aplica por primera vez en la historia del dolor humano las realmente nuevas técnicas de toda índole que la tecnociencia burguesa, sobre todo la militar3, está desarrollando en los últimos tiempos para descargar los costos de la crisis sobre la humanidad explotada; y otra, porque como veremos se trata de multiplicar el poder alienador y represor en esencia tan «viejo» como la propiedad privada de las fuerzas productivas y reproductivas cuestión decisiva –la lucha contra la propiedad privada– que está presente en todo el texto para escarnio del reformismo en cualquiera de sus expresiones.

Como se ve, utilizamos la categoría dialéctica de esencia y fenómeno, permanente, viejo y nuevo, categoría siempre necesaria para que nuestra praxis no esté encadenada por la lógica formal y por el sentido común, incapaces de saltar de la cantidad a la cualidad, o en palabras de Corsino Vela tanto más apropiadas para nuestro tema:

«El conflicto social es un proceso histórico que evoluciona con la relación social que es el capital. Por eso, acumulación de capital y acumulación de la experiencia histórica de la conflictividad van unidas en un mismo proceso, aunque formalmente se expresen con formas y ritmos diferentes. Mientras que la acumulación de capital se cifra en términos contables (amortización de inversiones y beneficios), la acumulación de la conflictividad se expresa en términos sociales, igualmente tangibles –aunque no meramente estadísticos: desempleo y empobrecimiento– y en la tradición política de resistencia al capital»4.

Los análisis reformistas de la guerra cognitiva se limitan a lo cuantitativo, negándose a entrar hasta la raíz de este «nuevo» frente de batalla de la guerra social que el imperialismo está extendiendo mundialmente. La crítica revolucionaria profundiza hasta lo cualitativo, que en nuestro tema se extiende más allá del modo de producción capitalista hasta llegar a la destrucción violenta de los restos de los modos comunales de producción, que siempre nos remiten al comunismo primitivo. Sólo escarbando hasta ahí podemos comprender la inhumanidad de la guerra cognitiva.

2.-

Conforme avanzaba la década de 2010 el imperialismo iba comprendiendo que la humanidad estaba derrotando su entera doctrina de guerra, es decir, esa totalidad productiva y reproductiva, material y simbólica, inseparable del Estado como forma político-militar del capital, que es la industria de la matanza humana sin la cual el poder burgués es incapaz de salir de sus crisis. El reformismo en su totalidad y buena parte de las izquierdas se han tragado el anzuelo conceptual oculto en el término «complejo industrial-militar» creado por la oficina de propaganda electoral del general Eisenhower durante su campaña en las presidenciales para la Casa Blanca en 1953.

Había que ocultar o negar la inhumanidad del capitalismo, del Pentágono y la OTAN, y del descarado pro-imperialismo de la ONU, creando un término «neutral» compatible con la ideología desarrollista y consumista de las llamadas «clases medias» que defendían el «modo de vida norteamericano», para que votasen al general, y a la vez había que legitimar el reforzamiento intensivo del criminal keynesianismo militar yanqui muy mal parado tras su impotencia en la guerra contra Corea de 1950-1953, como se vio cuando Eisenhower amenazó con el holocausto nuclear5 para salir de la guerra sin reconocer públicamente la derrota imperialista. Era necesario, por tanto, manipular el lenguaje para manipular las conciencias y obtener votos, empleando los «delicados eufemismos culturales de las agencias de inteligencia»6 que se manejaban desde el final de la IIGM, cuyo objetivo no era otro que perfeccionar el control manipulador de una «sociedad enferma de alienación»7 para enfermarla aún más, hasta lo irracional.

Los «delicados eufemismos» de la CIA y otros servicios para aumentar la alienación social eran uno de los primeros indicios de que la OTAN empezaba a ver la necesidad de mejorar su terrorismo múltiple, y uno de sus objetivos inmediatos era ganar la «guerra por el sentido» para lo que tenía que, entre otras urgencias, desprestigiar el marxismo, derrotar al antiimperialismo creciente y pulverizar a los pueblos que avanzaban al socialismo. En el primer paso había que ocultar el imparable efecto concienciador que tenía la bomba heurística del concepto marxista de «industria de la matanza de hombre», infinitamente más potente incluso en la ontología del capitalismo que el anzuelo venenoso de «complejo industrial-militar». Marx escribió a Engels en 1866 que:

«No cabe duda de que nuestra teoría de la determinación de la organización del trabajo mediante la producción no puede encontrar mejor refrendo del que ofrece la industria de la matanza de hombres. Realmente merecería la pena que tú escribieras algo acerca de este tema –a mí me faltan los conocimientos necesarios–, algo que yo pudiese incorporar a mi libro como apéndice y que apareciera con tu nombre. Piensa en ello. Si te decides, ha de ser para el primer volumen, en el que toco expresamente este tema. ¡No puedes imaginarte lo que me alegraría que tu nombre figurara en mi obra fundamental (lo que he hecho hasta ahora no son más que pequeñeces) como colaborador y no sólo en las citas!»8.

Basta comparar el potencial científico-crítico de los dos términos para comprender que el concepto marxista es inaceptable por la burguesía pero que, a la vez, es el que mejor nos explica por qué la OTAN ha tenido que desarrollar la nueva táctica llamada «guerra cognitiva»: dado que es una industria de bienes de destrucción, de mercancías de la muerte, le interesa potenciar todo conflicto que exija un aumento de la violencia y con ello del gasto militar en cualquiera de sus formas. La guerra cognitiva, bien planteada, puede convencer a un Estado para que se lance a una guerra muy costosa para su población pero muy rentable para en un primer momento para la burguesía: este es el caso de guerra psicopolítica y propagandística que EEUU está aplicando en Australia9 para que su pueblo acepte ser carne de cañón en la guerra que el imperialismo organiza contra China Popular.

Antes de la industria de la matanza humana, el desarrollo de los reinos, Estados e imperios exigía el desarrollo paralelo de aparatos militares cada vez más complejos con creciente impacto en sus sociedades. En el plano de la abstracción del concepto de modo de producción, cada uno de ellos ha tenido su correspondiente método de manipulación de masas que utilizaba planificadamente todos los recursos disponibles en su época al estilo de la actual guerra cognitiva. Desde su origen en el –III milenio y con altibajos, Asiria construyó una doctrina, un sistema, una estrategia y unas tácticas sobre este tema: «Asiria se distinguió como la primera sociedad militar en el mundo. La organización jerárquica de la sociedad era el ejército. En efecto, las propias cargas administrativas fueron designadas en términos militares»10.

La religión asiria cumplía el papel de muchos de los componentes de la actual guerra cognitiva: «en todas las guerras en las que luchó Asiria desde el siglo XIII AC en adelante, es posible apreciar este imperativo teológico reforzando el impulso expansionista.»11, con un muy efectivo sistema de espionaje12 o Inteligencia, que es una clave de la guerra cognitiva actual. Siglos después, Roma practicaba una forma de lo que se hoy denomina guerra cultural, inserta en la guerra cognitiva: «toleraba las religiones ajenas mientras no supusieran una amenaza para su dominio, pero no vacilaba en aplastar las costumbres religiosas que fortalecían la identidad local de sus súbditos más revoltosos»13. La Biblia y en especial el cristianismo, jugaron el mismo papel:

«Hasta finales del siglo II ni siquiera se planteó la cuestión de si un cristiano podía ser soldado. En el siglo IV era ya algo incuestionable. Mientras que en el siglo tres los cristianos hacían sólo excepcionalmente el servicio militar, en el siglo IV eso se convirtió en norma para ellos. Si hasta el año 313, los obispos excluían del seno de la Iglesia a los soldados que no desertaban en caso de guerra, con posterioridad a esa fecha los excomulgados eran los desertores. Si anteriormente hubo objetores de conciencia que sufrieron el martirio, ahora sus nombres fueron rápidamente tachados de martirologio. Había pasado la era de los soldados mártires y llegaba la de los obispos castrenses. Viviendo aún Constantino salían ya en campaña con entusiasmo»14.

Aceptar, propagar e imponer el militarismo imperial demuestra el giro de ciento ochenta grados del cristianismo de la época no solo en el mantenimiento del esclavismo como veremos más adelante, sino su apoyo práctico a la opresión nacional-esclavista. Aunque sea hacer un salto espacio-temporal de la Roma del siglo IV al México precolombino del siglo XV, aquí descubrimos en el mismo método: la intervención directa del poder manipulando a las clases explotadas al borrar de un plumazo la anterior historia colectiva y escribir otra nueva en beneficio de la clase dominante.

Según A. Cruz García: «Ciertamente, resulta muy difícil establecer una historia rigurosa desde sus orígenes hasta el reinado de Itzcoatl en 1427, pues los mismos mexicas se encargaron de quemar sus propios archivos y de reelaborar su historia»15, tras la conquista de la independencia, cuando se asentaron las separaciones sociales internas entre ‘pipiltin’ o señores y los ‘macehualtin’ o gente del común. Fue en este contexto cuando fueron destruidas todas las referencias pasadas sobre episodios que podían resultar vergonzosos, o sobre el origen humilde de la nación azteca, etc., a la vez que también se buscaba «reinventar la tradición para justificar la división de la sociedad en señores y vasallos»16. Además, los jóvenes ricos iban a escuelas selectas donde aprendían a escribir y la lengua culta; los pobres iban a las escuelas comunes o ‘telpochcalli’17. La nueva historia sancionaba la explotación interna y la opresión externa, y su ferocidad en la guerra.

Al poco, la expansión del colonialismo y del mercantilismo europeo forzó una especie de «revolución militar» impulsada desde la alianza empresarial y el Estado, que hizo que se creara una mentalidad militar obediente, mecánica y hasta suicida, en defensa de la clase dominante. Los militares europeos estudiaron con rigor a los militares grecorromanos y aprendieron de ellos la utilidad de la disciplina mental y psicológica antes incluso que la física: «la aceptación de las reglas establecidas desde arriba se hizo normal, no sólo porque los hombres temían los duros castigos por las infracciones de la disciplina, sino también porque los soldados rasos encontraban una satisfacción psicológica real en una obediencia ciega e irreflexiva, así como con los rituales de la rutina militar […] La creación de semejante Nuevo Leviatán –quizás casi inadvertida– fue ciertamente uno de los mayores logros del siglo XVII, tan notable como el nacimiento de la ciencia moderna o cualquiera de los grandes avances de la época»18.

Desde finales del siglo XVIII se sentaban las bases para el desarrollo imparable de la industria de la matanza humana, desarrollo acelerado desde la segunda mitad del siglo XIX, en un contexto de «temor a la revolución»19, y definitivo con la IGM. Se trataba de una estrecha colaboración entre ciencia, técnica, plusvalía y guerra, todo ello unido a la disciplinarización cuasi-militar del trabajo explotado sometido al dictado del reloj y de la jerarquía de mando estratégicamente centralizado para ganar la «batalla de la producción». La «obediencia ciega e irreflexiva» surgida en el siglo XVII ayudó al avance de la disciplina cuasi-militar, que es inherente a la explotación capitalista que empezó siendo «disciplina de la miseria»20 para ser ahora disciplina de la degradación humana. En el orden del capital, el adoctrinamiento infantil, la mala educación pública y la educación privada, la disciplina militar y laboral, más la permanente fetichización, sostienen la castración mental sin la cual se hundiría la industria de la matanza humana.

En 1878 Engels profundizó aún más en el contenido de esta la industria inhumana al mostrar que «La moderna nave de combate no es sólo un producto de la gran industria moderna, sino hasta una muestra de la misma; es una fábrica flotante –aunque, ciertamente, una fábrica destinada sobre todo a dilapidar dinero»21. La fábrica flotante de muerte rinde al máximo cuando su disciplina militar es la adecuación de la disciplina laboral de industria civil al contexto de guerra. Sin ambas disciplinas, aquellos barcos no hubieran podido bombardear Alejandría en 1882, por ejemplo, engordando así las rentas de la industria de la matanza. Pero Engels hace muy bien al advertir que la fábrica flotante queda obsoleta muy rápidamente porque enseguida se crean otros barcos mejores que el anterior: dinero desperdiciado a la larga que frena o dificulta la acumulación ampliada.

Engels y Marx sabían que la obsolescencia de la industria de la matanza humana venía impulsada, además, por las victoriosas y tenaces resistencias de las clases y pueblos explotados, lo que dificultaba la obtención de plusvalía media y retrasaba la salida de la crisis si la burguesía no intensificaba la guerra social contra ellos. La historia ha confirmado esta unidad y lucha de contrarios entre la industria de la matanza humana y la humanidad explotada. De este modo, la fusión entre lo «civil» y lo «militar» se fue haciendo total abarcando todas las áreas en las que podía haber lucha de clases que frenara la ganancia: la «pacificación del cerebro»22 de los y las explotadas para reprimir sus resistencias ya se estaba aplicando en el otoño de 1967 «marcado por estallidos de violencia y desorden en los ghettos de muchas ciudades» yanquis. Para 1973 la «represión suave»23 investigada por la OTAN manipulaba los deseos, miedos, frustraciones y ansias en el comportamiento «agresivo en los niños, los adolescentes y los adultos».

Debemos insistir en que tamaño esfuerzo venía exigido por las enormes dificultades que el imperialismo, cuando no derrotas aplastantes, que el imperialismo encontraba en los pueblos a los que pretendía expoliar. D. Rushkoff escribió a inicios del siglo XXI que:

«En la década de los ochenta, todas estas técnicas de guerra psicológica fueron reunidas en un volumen de la CIA bajo el nombre de Counter Intelligence Study Manual, utilizado principalmente en los conflictos de América Central […] Para reunir información sobre una determinada población, los agentes se mezclan entre la gente y asisten a “actividades pastorales, fiestas, cumpleaños e incluso velatorios y entierros” con el fin de estudiar sus creencias y aspiraciones. También organizan grupos de discusión para medir el apoyo local a las acciones planeadas. El proceso de manipulación se pone en marcha y los agentes identifican y reclutan a “ciudadanos bien situados” para que sirvan como modelo de cooperación, ofreciéndoles trabajos inocuos aparentemente importantes. A continuación, transmiten conceptos difíciles o irracionales a través de eslóganes simples […] En los casos en que los intereses de la CIA se oponen de modo irreconciliable a los de la población, el manual sugiere la creación de una organización que actúe como tapadera, con una serie de objetivos muy diferentes a sus verdaderas intenciones. Finalmente, todos los esfuerzos por garantizar la conversión deben adaptarse a las tendencias preexistentes de la población seleccionada: “Debemos inculcar a la gente toda esta información de forma sutil, para que esos sentimientos parezcan haber nacido por sí mismos, espontáneamente”»24.

3.-

Desde aquí, y de más atrás como veremos, hasta la actual guerra cognitiva solo faltaba que el imperialismo sufriera derrotas y descalabros profundos para que no tuviera más remedio que ir innovando partes o la totalidad de sus doctrinas, sistemas, estrategias y tácticas de guerra social contra el proletariado, a la vez que impulsaba una nueva revolución tecnocientífica aplicable a la «pacificación del cerebro», a la «represión suave», a la planificada manipulación imperceptible en el interior de la vida colectiva e individual, afectiva e inconsciente de las clases y pueblos explotados. Según D. Rushkoff:

«El fundamento histórico de la comunicación de masas se encuentra en siglos de coerción cultural imperialista. Financiados principalmente por sus gobiernos, antropólogos bien intencionados –y unos cuantos no tan bienintencionados—desarrollaron métodos de análisis y dirección mientras estudiaban pueblos primitivos con culturas extrañas. Conscientes o no de las intenciones de sus patrocinadores, estos antropólogos prepararon el terreno a las posteriores invasiones militares […] Invariablemente, el proceso de dominación cultural seguía los tres mismos pasos que hoy utilizan los especialistas en relaciones públicas: primero, descubrir los mitos dominantes de la población y, durante el proceso, conseguir su confianza; segundo, encontrar supersticiones o lagunas en sus creencias; y tercero, reemplazar la supersticiones o incrementarlas con hechos que modifiquen las percepciones o lealtad del grupo»25.

Desde inicios del siglo XXI, acompañando estos métodos e impulsados por ellos, se creaban ejércitos «privados»26 tan importantes en la contrainsurgencia y en el momento crítico de las «revoluciones naranjas», cuando el terror fascista intenta quemar sindicatos, parlamentos, periódicos y hasta personas. Un salto decisivo fue la militarización27 de grandes corporaciones que intervendrán activamente en la guerra cognitiva, destacando la factoría Disney por su omnipresente industria de la manipulación de masas. A la vez se intensificó la guerra cultural con la interacción entre servicios de inteligencia y presión cultural es innegable, como ha demostrado J. Petras en su estudio sobre las estrechas conexiones entre la CIA y la Fundación Ford28, que como es sabido tiene una especial incidencia en la evolución de las modas culturales burguesas. Según E. Acosta Matos, debe ser entendida de forma amplia, a escala mundial, y no meramente restringida a escala estatal, entre diversos componentes de la »cultura” de un país, porque es el conjunto de presiones ideológicas, culturales, artísticas, científicas, etcétera, que el imperialismo realiza contra los pueblos que se niegan a plegarse a sus exigencias:

«Las guerras culturales forman y formarán parte destacada en las estrategias mundiales de dominación y expansión imperialistas en el Siglo XXI, de hecho su originalidad radica, precisamente, en que son las que mejor expresan, y de manera más concentrada, los cambios sufridos por los mecanismos de penetración, dominación y reconquista del imperialismo en nuestros días, que a su vez reflejan, a fin de cuentas, los cambios experimentados en la profundidad de su sistema productivo y reproductivo. No son las fronteras terrestres, aéreas o marítimas las que deberán ser vulneradas para implantar el dominio universal del capital; no son ejércitos enemigos a los que hay que derrotar en el campo de batalla para izar sobre territorio ocupado las banderas de las metrópolis ni obligar a las naciones vencidas a abrirse a su insaciable sed de mercados y ganancias. Hoy los arrolladores avances en las ciencias, las telecomunicaciones y las tecnologías hacen de la esfera cultural y de la mente de los hombres el campo de batalla definitivo, la última frontera a conquistar, el último reducto enemigo a asaltar»29.

Desde 2014, mientras la OTAN perfilaba en secreto lo que sería la guerra cognitiva, ya funcionaba al máximo «la ciencia de la contrainsurgencia»30 que golpeaba duramente a las izquierdas revolucionarias. Hemos insistido siempre que la «izquierda del capital», o «de su majestad» ni quiere, ni sabe ni puede plantar cara a estos ataques. Sí lo hace la praxis revolucionaria: en agosto de 2018 Aram Aharonian advertía que: «Una inmensa gama de organismos gubernamentales y partidos políticos, sobre todo en Occidente, explotan las plataformas y redes sociales para difundir desinformación»31. El autor presta especial atención a Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook como empresas muy especializadas en crear y divulgar mentiras, versiones ambiguas y rumores con finalidad sociopolítica y socioeconómica. Poco antes, en febrero de ese 2018, Cuba divulgó un muy riguroso informe sobre cómo el Pentágono había creado una «Fuerza de tarea en Internet»32 para desestabilizar y hundir la Isla Heroica y agredir a los pueblos del mundo.

En junio de 2020, J. Gómez Sánchez resumió así la esencia de la nueva táctica de guerra cognitiva recién diseñada por la OTAN: «Las acciones mediáticas que despiertan la emotividad e inhiben la racionalidad de cada segmento se modifican y amplifican desde espacios comunes o diferentes. La acción de páginas webs y youtubers orientados a la población más amplia, se combina con espacios digitales «alternativos» pensados para un sector con desenvolvimiento social y profesional en las artes, las universidades y el propio mundo periodístico o del sistema de la cultura. […] Secuestrar causas sociales y temas como el racismo, los derechos sexuales y los roles de género, cuyos logros educativos y legislativos han sido llevados adelante precisamente por su integración con las instituciones como parte de la agenda gubernamental y de la transformación que la Revolución ha producido, es otro de los objetivos. Trastocar la sensibilidad en fanatismos irracionales, para lograr que aquellos que antes fueron discriminados ahora se muestren tan o más intolerantes, en contra de las propias instituciones que defienden tales derechos»33

En octubre de 2021 Ben Norton avisó de la «batalla por tu cerebro» que estaba iniciando la OTAN como nueva táctica de control y teledirección psicopolítica de masas que se suma a la guerra híbrida, informativa, propagandística, cibernética, de cuarta y hasta de quinta generación, etc. Según el autor: «La OTAN está desarrollando un tipo de combate completamente nuevo que ha calificado como «guerra cognitiva». Descrita como «armarse con las ciencias del cerebro», el nuevo método implica «piratear al individuo» explotando «las vulnerabilidades del cerebro humano»

[principalmente sesgos, filias y fobias]

para implementar una «ingeniería social» [aún] más sofisticada»34.

En noviembre de 2021 Leonid Savin denunció cómo la OTAN utilizaba como cobayas humanas a los pueblos de Canadá explotando esa vulnerabilidad del cerebro humano. El autor resume el proyecto Innovation for Defence Excellence and Security (IDEaS), también conocido como Innovation Hub. Para el objetivo de este texto –cómo vencer a esta nueva táctica militar– lo más importante es saber que la OTAN manipula fríamente la estructura psicosomática de nuestra especie en base a las debilidades de nuestro cerebro: Incapacidad de determinar si una información concreta es correcta o incorrecta; imposibilidad para verificar rápidamente la validez de los mensajes en caso de que se produzca una sobrecarga de información; tendencia a creer que ciertas afirmaciones o mensajes anteriores son verdaderos, aunque sean falsos, y aceptar afirmaciones como verdaderas en caso de que estén respaldadas con pruebas, sin tener en cuenta tampoco la autenticidad de las mismas35.

En febrero de 2022 Ricardo Chang se preguntaba en una revista online con nombre muy apropiado para nuestro tema de reflexión –www.puebloenarmas.com– si una de las más recientes tácticas de guerra, llamada «guerra cognitiva», sería una «nueva amenaza para Venezuela»36. Pensamos que sí es una amenaza nueva que se suma a la larga guerra que el imperialismo y sus lacayos internos hacen al pueblo venezolano. Para vencer a esta nueva modalidad de guerra imperialista debemos estudiar críticamente las lecciones que aporta la historia de la lucha de clases y en especial en su forma de lucha por la independencia socialista de las naciones trabajadoras.

En agosto de 2022 Alejandro Kirk investigó cómo la OTAN adaptaba los puntos básicos de la guerra cognitiva contra el pueblo de la republicas populares del Donbass y contra Rusia, explicando así esos puntos básicos: «La «guerra cognitiva» consiste en desarticular el raciocinio cartesiano y reemplazarlo por uno que «parece» lógico, pero en realidad es una representación manipulada de la realidad. Se planta una idea matriz en el colectivo, asimilada en cada persona, que pasa a ser la premisa desde donde se juzga todo lo que ocurre. Esto hace que personas con educación formal y un elevado nivel intelectual comiencen a aceptar incondicionalmente información dirigida y arbitraria de múltiples fuentes -formales e informales-, para elaborar conclusiones que en su mente aparecen como reflexión propia»37.

En diciembre de 2022 Jonás Tögel desarrolló los principales puntos de la guerra «por la mente de la gente» que practicaba la OTAN, terminando su aportación refiriéndose a la guerra cognitiva que desarrolla la OTAN en Ucrania y mostrando la urgencia de estudiar esta nueva agresión, y combatirla:

«Para salir victorioso en la guerra, hay que ganar también la batalla por la opinión pública. Esto se viene haciendo desde hace más de 100 años con herramientas cada vez más modernas, las llamadas técnicas de poder blando. […] La desconfianza en los gobiernos y los militares va en aumento, mientras que la OTAN intensifica sus esfuerzos para utilizar una guerra psicológica cada vez más sofisticada en la batalla por las mentes y los corazones de la población. […] las técnicas convencionales de poder blando ya no son suficientes, lo que se necesita es una guerra cognitiva, es decir, relacionada con la mente, una «propaganda participativa» en la que «todos tomen parte». […] la neurociencia como arma […] Los estrategas rara vez admiten abiertamente que estas técnicas pueden utilizarse no sólo en poblaciones enemigas sino también dentro de los países de la OTAN. Las declaraciones al respecto suelen ser vagas. Sin embargo, hay indicios de que la OTAN también tiene como objetivo a su propia población. […] Teniendo en cuenta que la guerra cognitiva ya está en marcha y que las últimas técnicas de manipulación se están utilizando actualmente en la guerra de Ucrania para dirigir los pensamientos y sentimientos de las poblaciones de todas las naciones implicadas en la guerra, la aclaración sobre las técnicas de poder blando de la guerra cognitiva sería apreciada y debería ser más urgente que nunca»38.

«Son incapaces de razonar con evidencias (de hecho las excluyen o las tergiversan). Son incapaces (literalmente) de pensar de manera «compleja», considerando la integración dinámica de cinco o más variables, cada una de ellas portadora de vectores de clase en pugna, de historia, de matices y de identidades no subordinadas a la estrechez de la ideología mercantil, lineal y rígida como los intereses de la acumulación del capital. Sus razonamientos más humanos son refritos del vocabulario filantrópico más banal, difundido en seminarios de autoayuda o coaching empresarial.»39.

En enero de 2023 Fernando Buen Abad expuso así los efectos destructores que causa la manipulación cognitiva en sus víctima, en las personas que se resisten al imperialismo: «Son incapaces de razonar con evidencias (de hecho las excluyen o las tergiversan). Son incapaces (literalmente) de pensar de manera «compleja», considerando la integración dinámica de cinco o más variables, cada una de ellas portadora de vectores de clase en pugna, de historia, de matices y de identidades no subordinadas a la estrechez de la ideología mercantil, lineal y rígida como los intereses de la acumulación del capital. Sus razonamientos más humanos son refritos del vocabulario filantrópico más banal, difundido en seminarios de autoayuda o coaching empresarial.»40.

En marzo de 2023 Southfront destripa con estilete la que probablemente sea ahora mismo la experimentación más sofisticada de las revoluciones naranjas y de la guerra cognitiva en sus plasmación práctica: «la derecha dirigida por EEUU busca el derrocamiento del gobierno legítimo en Georgia. Se inspira en los beneficios personales que les ofrecen en caso de derrota de Rusia en su lucha contra la OTAN, supuestamente factible tras el estallido de una nueva ola de hostilidades en sus fronteras del sur»41. Los «beneficios personales» siempre han sido anzuelos de cooptación, colaboración con el invasor y traición al propio pueblo. Las agresiones a Venezuela, Nicaragua, Cuba y una infinidad de naciones también han intentado sostenerse en los traidores comprados con dólares, libras, francos, ducados…, en definitiva por aquél «oro persa» con el que tantos griegos fueron sobornados para destrozar desde dentro a su país hace 2500 años, por no retroceder más en el tiempo.

4.-

¿Cuál es el secreto de la efectividad que tiene el «oro persa» para corromper ideales y comprar voluntades? De la respuesta a esta pregunta depende en buena medida la praxis contra la guerra cognitiva, y para entender mejor lo que sigue nos adelantamos un poco leyendo esto: «La política actual se encadena a los vicios electorales puestos en práctica por griegos y romanos: el soborno del voto, no sólo en dinero, sino en especie. Alimentos, despensas familiares, vales de mercancías diversas, ropa, plumas, herramientas de trabajo, rifas. El merchandising es arma política que funciona en una gran variedad de artículos gratificantes, que se entregan en convenciones y concentraciones; en actos y juntas, incluso en visitas domiciliarias. El ciudadano tratado como consumidor, el consumidor atraído como votante; el votante, subsidiado y su voluntad objeto de canje»42.

Llegamos así el punto crítico de la guerra cognitiva como parte de la guerra imperialista: la mercantilización de la política, la ley del valor aplicada al precio del voto electoral, el trabajo abstracto y el valor como las relaciones sociales imperceptibles a simple vista que sin embargo dirigen las estrategias y tácticas de manipulación de la estructura psíquica para generar revoluciones naranjas mediante la excitación de la irracionalidad con las tecnologías más recientes que crean traidores prometiéndoles todas las formas materiales e ideales, posibles e imposibles del «oro persa», sobre todo de las inaccesibles en sí mismas para que creen frustración, rabia y odio, fuerzas reaccionarias que sostienen las violencias fascistas que cohesionan las «democráticas» revoluciones naranjas y las guarimbas.

Hemos visto y veremos a lo largo del texto la omnipresencia de la corrupción, del soborno y de la traición colaboracionista por dinero o por prebendas de cualquier tipo. No hay duda alguna que la guerra cognitiva también se basa en y a la vez propaga la venta del «alma», o mejor de la dignidad, al opresor por las inhumanas treinta monedas. Siempre debemos insistir en que la conciencia sociopolítica es central en la lucha contra el «oro persa», pero también lo es la coherencia ética, especialmente en la praxis comunicacional ya que es central para que el pueblo venza en la permanente guerra cognitiva. Carlos Sierra tiene toda la razón cuando insiste en la ética comunicacional como vacuna contra la manipulación reaccionaria inserta en las redes del capital:

«Las redes sociales digitales no sobreviven sin el chisme, las mentiras, la rapidez que no da lugar a la verificación de la información, la inmediatez que reclama la adhesión ipso facto, la repetición o viralización que integra a millones de personas en la falsedad. En estas redes lo más importante no es la calidad o verdad del contenido, sino la rapidez con que es transmitido […] se viola la privacidad e intimidad de las personas, se montan videos que comprometen reputación, se estafa, se amenaza, y se acosa. Es muy difícil controlar estas prácticas antiéticas. Algunos Estados han avanzado en disposiciones jurídicas al respecto, pero falta mucho por hacer»43.

Vemos la importancia crítica que tiene la cuestión del poder del Estado en manos del pueblo obrero para controlar las redes sociales reaccionarias que son parte de la guerra cognitiva. Uno de entre los millones de ejemplos lo tenemos ahora mismo en Georgia: en marzo de 2023 Fabricio Cesari informa que « Al fin y al cabo, la indisoluble cadena que une a USAID, NED y las ONG golpistas ubicadas en países “hostiles” a EEUU está sobradamente probada y documentada. Y no hace falta ningún talento especial para el periodismo de investigación, ya que los desembolsos de sus fondos a los golpistas en sus respectivos países son públicos, dada la exigencia de rendición de cuentas debida a la recepción de fondos públicos. En cualquier caso, como dijo su vicepresidente, “USAID hace el trabajo que la CIA ya no puede hacer” […] Los disturbios callejeros fueron organizados y dirigidos por miembros de ONG financiadas por Estados Unidos y la UE. El objetivo es la caída del gobierno»44.

Exacto: la caída de los gobiernos que no obedecen al imperialismo, su derrocamiento si es posible desde dentro o mediante una combinación de «presión democrática» interna reforzada con presiones externas de las «comunidad internacional». En caso de fallar estas vías, que pueden ser apoyas por golpes judiciales o «golpes blandos» en los que la manipulación psicopolítica en todos sus niveles juega un papel central45 desde hace al menos una década, puede lanzarse una invasión si el imperialismo tiene superioridad militar. Pero, como hemos visto, la guerra cognitiva también se aplica contra la propia clase trabajadora para mantenerla atada e inmóvil con las invisibles cadenas mentales:

«Teniendo en cuenta que la tecnología de los medios audiovisuales modernos crea un desfase en la capacidad de análisis consciente del ser humano, gran parte del mensaje se percibe directamente desde un plano subconsciente (el hábito cotidiano de su contemplación, modifica nuestros estados perceptivos y por tanto nuestra relación con la realidad). McLuhan, Eco, estudiosos del fenómeno comunicativo lo calificaron como narcótico o hipnótico, genera respuestas de las que ni siquiera nos damos cuenta. Nos encontramos pues, ante una relación de sumisión con los medios que nos absorben y dominan, imponiéndonos una dictadura que exige la obediencia ante los parámetros creados por la realidad mediática teledirigida desde los centros manipuladores del poder»46.

La aceptación acrítica de «verdad» creada por los medios del capital se sostiene en varios pilares irracionales, entre los que destacamos el miedo según veremos, pero sobre todo en el efecto de inseguridad ante lo desconocido que es una de las consecuencias del fetichismo de la mercancías. Tampoco debemos olvidar la plomiza dependencia que nos han hecho tener del miope sentido común y del vuelo corto de la lógica formal. El dogma se chulea prepotente y autoritario allí donde el la dialéctica no puede desplegar su potencia crítica devastadora:

«El pensamiento dialéctico se distingue por la noción de que el análisis y la exposición teóricos no son extrínsecos al objeto de conocimiento. Frente a la «cognición externa», que impone un método predeterminado a aquello que busca comprender, la dialéctica procede a través de una crítica inmanente y aspira a dibujar el movimiento y la estructura interna de su objeto de estudio. Más que atraer el fenómeno a sus propias exigencias, las investigaciones dialécticas adquieren su forma a partir de las características del objeto que está siendo explorado. Esto hace de los análisis dialécticos ejercicios que son literalmente fenomenológicos a la hora de explicar la lógica interna de los fenómenos»47.

Descubrir la lógica interna de la guerra cognitiva es la precondición inexcusable para vencer en ese frente concreto de la guerra social entre el capital y el trabajo, y sobre todo en esa guerra misma en su total extensión mundializada, como veremos al final.

5.-

La guerra cognitiva también golpea a las clases trabajadoras de los Estados miembros de la OTAN. J. Tögel nos remite al comienzo del siglo XX como el momento en el que se inventan los rudimentos de esta nueva forma de guerra, aunque veremos que en realidad son mucho más antiguos. El impacto de la IGM fue decisivo en este sentido porque inauguró la fase de la «destrucción absoluta» que caracteriza desde entonces a la guerra como recurso último para salir de las crisis del capital que entonces era la segunda Gran Depresión, mediante la «gran aceleración»48 de la identidad producción/destrucción capitalista, La velocidad acelerada de la unidad productivo/destructiva del Estado-capital es la que explica cómo y por qué se ha llegado a la guerra cognitiva pocos años después de estallar la tercera Gran Depresión.

Es incuestionable que el Estado como forma político-militar del capital juega un papel clave en crear las condiciones necesarias para el triunfo de la guerra cognitiva tanto contra sus explotados como contra los pueblos que pretende oprimir. Volviendo a la IGM como momento de salto de una fase a otra, en 1915 Freud impactado por su brutalidad, escribió: «El Estado exige a sus ciudadanos un máximo de obediencia y de abnegación, pero les incapacita con un exceso de ocultación de la verdad y una censura de la intercomunicación y de la libre expresión de sus opiniones, que dejan indefenso el ánimo de los individuos así sometidos intelectualmente, frente a toda situación desfavorable y todo rumor desastroso»49. Es cierto que, entre otras carencias, Freud no prestó la atención debida al papel del Estado, de la lucha de clases, de la represión burguesa, etc.,50 y es por estas limitaciones que tiene tanto valor el texto de él que estamos analizando.

Debemos profundizar un poco más en esta tesis cierta porque es una de las puertas de entrada a la fase de modernización capitalista de lo que ahora se llama guerra cognitiva. En efecto, Freud había reconocido en una página anterior su sorpresa y «terrible decepción»51 por la IGM, como le sucedió también a Lenin. Pero desde 1916 la moral de combate de los ejércitos enfrentados empezó a debilitarse surgiendo negativas, desobediencias, motines y hasta sublevaciones52. Aprendiendo de aquella y de otras idénticas posteriores, un objetivo de la actual guerra cognitiva en el propio Estado es preparar mentalmente a su población explotada para que no se decepcione por la guerra que inicia su burguesía, sino para que la apoye con fanatismo hasta el final.

Freud comprendió que la «indefensión de ánimo» creada por el Estado incapacita a los ciudadanos a reaccionar frente a las situaciones desfavorables. Precisamente es en esas cuando se constata el peso reaccionario de la obediencia individual y colectiva, y la extrema debilidad de las personas obedientes ante la manipulación estatal, que les impide desarrollar una crítica que analice cuantitativamente y sintetice cualitativamente los problemas a los que se enfrentan. Freud sostuvo que nunca ceja la presión coercitiva global sobre la persona, contra ella y dentro de ella, asegurando que: «durante la vida individual se produce una transformación constante de esta coerción exterior en coerción interior»53.

Freud constató que: «La aparición de estos productos de la reacción es favorecida por las circunstancias de que algunos impulsos instintivos surgen casi desde el principio, formando parejas de elementos antitéticos, circunstancia singularísima y poco conocida, a la que se ha dado el nombre de ambivalencia de los sentimientos […] la frecuente coexistencia de un intenso amor y un odio intenso en la misma persona […] el carácter de un hombre […] sólo muy insuficientemente puede ser clasificado con el criterio de bueno o malo. El hombre es raras veces completamente bueno o malo; por lo general, es bueno en unas circunstancias y malo en otras, o bueno en unas condiciones exteriores y decididamente malo en otras”54.

Manipular la ambivalencia de los sentimientos es una prioridad de las clases explotadoras para introyectar en las masas oprimidas la creencia de que lo bueno es la obediencia y la sumisión, y lo malo es la libertad y la subversión. Es una guerra por el sentido, que ha sido desde siempre una de las tareas centrales de la guerra ideológica, pedagógica, psicológica, propagandística… o cognitiva desde su origen. Es cierto que hay diferencias entre estas formas específicas de guerra; es cierto que la cognitiva tiene, como veremos, letalidades nuevas inherentes a los avances de la tecnociencia burguesa y a su industria de la matanza de seres humanos, para utilizar la terminología de Marx y Engels, pero primero debemos tener una perspectiva histórica que precisamente empieza en la fase imperialista del capitalismo.

Freud escribió lo que acabamos de leer en 1915. Para 1921 existía el Instituto Tavistock que investigaba cómo utilizar la estructura psíquica deteriorada de los ex soldados que habían sufrido las conmociones de la guerra de 1914-18 para producir «generaciones de idiotas» obedientes al imperialismo, Instituto que recibió fuertes apoyos económicos de grandes capitalistas y Estados burgueses55. Otro estudioso de esta problemática descubrió en sus buceos en la historia lo que sigue: “Más allá del parecido entre las líneas ideológicas de la «guerra psicológica» y las del Congreso por la Libertad de la Cultura que muestran la coherencia relativa del plan concebido por Wisner y los dirigentes de la CIA, se puede notar que los especialistas de la «manipulación de masas» son frecuentemente marxistas arrepentidos. Un ejemplo de ello es la carrera de Paul Lazarsfeld. A fines de los años 20, el que será uno de los principales ideólogos de la «comunicación de masas» es un socialista activo. En Francia, tiene relaciones con la SFIO y con Leo Lagrange. En 1932, la Fundación Rockefeller le ofrece una beca de dos años para estudiar en Estados Unidos. Considerando que existe «una correspondencia metodológica entre la compra de jabón y el voto socialista», se da a conocer escribiendo artículos de marketing”56.

Al fin y al cabo: «Fue un sobrino estadounidense del propio Freud, Edward Bernays, el primero en percatarse del incalculable potencial que las teorías de su tío ofrecían al capitalismo y su visión del mundo, de la economía y del papel que el individuo debe jugar en la nueva sociedad consumista-capitalista que estaba emergiendo. El razonamiento propuesto por este hombre, aunque con efectos devastadores para la libertad humana, fue sencillo: si es verdad eso de que el hombre está sometido por una serie de fuerzas, pulsiones, deseos y necesidades inconscientes que ni si quiera él mismo conoce, y que operando desde un oscuro lugar de la mente tienen capacidad para influir en la conducta del hombre, también lo será que, manipulando convenientemente estas pulsiones, deseos y necesidades ocultas, quien sea capaz de realizar tal manipulación será capaz también de influir directamente, sin que ellos lo sepan, en la conducta, el pensamiento y el comportamiento de estos sujetos, y todo ello, además, mientras que por la vía de los mecanismos conscientes habituales se les está diciendo que se hace justamente lo contrario»57.

Edward Bernays tuvo una larga vida, entre 1891 y 1995, años dorados de la expansión yanqui, pese a sus muchas derrotas y problemas. Además de sus pioneras investigaciones sobre la utilización de algunos principios del psicoanálisis para manipular los deseos inconscientes de los consumidores, creando la llamada ciencia del márquetin, también volcó sus conocimientos en mejorar las relaciones empresariales y políticas del capitalismo. Fue consejero de varios presidentes estadounidenses pudiéndose decir que la Casa Blanca era casi su segunda vivienda. De este modo, se fue fusionando el márquetin comercial y las relaciones empresariales y políticas del imperialismo en una sola metodología que al fusionarse cada vez más desde finales de la IGM con los intereses militares, fue mejorando los métodos de la manipulación de masas hasta llegar, como veremos, a la actual guerra cognitiva.

Si la IGM abrió la fase de la aceleración bélica imperialista y con ella la aceleración de la lucha de clases y de liberación nacional, con la IIGM se dio otro salto que, para nuestro objetivo en este texto, es muy importante saber cómo su ferocidad racista, su irracionalidad violenta y fanática en extremo, sus genocidios, etc., dieron pie a serias investigaciones sobre la «personalidad autoritaria»58, sobre la manipulación de la agresividad59 orientándola hacia el terror planificado, sin poder extendernos más. Aunque más adelante la guerra cognitiva explorará otros campos de batalla más individualizados, buscando que las frustraciones consumistas previamente creadas mediante el bombardeo «inmaterial» a personas y grupos seleccionados, se transformen además de en actos violentos contrarrevolucionarios, también en movilizaciones «democráticas» de las revoluciones naranjas organizadas por el imperialismo, siendo esto cierto, no lo es menos que por debajo de semejante «pacifismo» presiona en nuestro inconsciente lo que se llama la «función de Führer»60 o dicho en otros términos: la «figura del Amo»61.

Tiene razón M. Brinton cuando explica cómo en los momentos angustiosos, quienes no han desarrollado suficiente independencia psicológica, afectiva y emocional, crítica y autocrítica, teórica y política, ética y moral, tienden a adoptar «actitudes infantiles cuando se ponen frente a frente con los que simbolizan la autoridad, con los que representan en la escala de la sociedad la imagen de sus padres (es decir, los dirigentes del Estado, los jefes de las fábricas, los curas, los políticos consagrados, etc.)»62.

Como ha afirmado D. Rushkoff al estudiar los mecanismos de coerción y de obediencia en la sociedad y en las sectas, grupos y colectivos: «La CIA recomienda utilizar las recompensas y los castigos al azar, de forma ilógica, para que los sujetos regresen a un estado de dependencia infantil. De esta manera, el confundido adepto acaba experimentando un estado de regresión y transfiere la autoridad paterna al líder. Por esta razón, muchos líderes insisten en ser llamados padre madre»63. Pero esta producción de miedo social no se limita a espacios concretos y relativamente reducidos, sino que busca plasmarse en toda la sociedad siguiendo un modelo ya activado y minuciosamente investigado en el marketing de ventas y en el diseño de los grandes hipermercados: la aplicación de la “coerción pasiva” estudiada al detalle por especialistas que llegaron a la conclusión de que “el truco consiste en crear la sensación de que no existe –ni hace falta– ninguna alternativa. La atmósfera coercitiva definitiva es aquella que no se parece a una atmósfera porque recrea un mundo entero: el mundo real»64.

La guerra cognitiva incrementa su efectividad cuando previamente el Estado de la clase explotadora fabrica una estructura psíquica de masas sumisa e indefensa ante los posteriores desarrollos de la psicopolítica militarizada. Se trata, en suma, de lograr lo que R. Osborn expresó así estudiando el proceso educativo: «Hacer de la obediencia una virtud es socavar la autonomía individual»65. Sin embargo, la autonomía individual es una de las precondiciones para vencer a la guerra cognitiva, aunque nosotros preferimos decir independencia personal antagónica a la «máquina de la obediencia» estatal, definida así por Portinaro:

«Para un análisis de la trayectoria de los Estados, es ineludible considerar las técnicas, las prácticas y las ideologías en acción a los efectos de producir obediencia. Los Estados son aparatos para producir obediencia o para persuadir a la obediencia […] Miedo, interés, honor son los resortes que en cada coyuntura histórica resultan activados para conseguir un comportamiento adecuado: a través del monopolio de la coerción, el Estado atemoriza; recurriendo a los discursos a su disposición, dispensa ventajas materiales y honorabilidad social (ya para Bodin, como se ha visto, un imprescindible requisito de la soberanía). Pero el temor, el interés material, la consideración social no bastan para garantizar la estabilidad del poder. Existe un factor ulterior: la creencia en su legitimidad, entendida como cualidad peculiar, de carácter personal, del poseedor del poder, o bien como validez de un ordenamiento impersonal […] Una vez más, el modelo de esta evolución está constituido por la Iglesia, que durante siglos había dado pruebas de su capacidad disciplinadora y de su virtuosismo para conjugar el elemento activo del mando con el pasivo de la obediencia, educando para el autocontrol a los pastores y para la obediencia a la grey»66.

6.-

Efectivamente, la Iglesia y en general las burocracias religiosas han sido muy efectivos medios de guerra cognitiva aunque entonces no se la calificase así. Luego volveremos al importante papel de la mayoría inmensa de las iglesias en lo que ha sido la historia de la teledirección del pensamiento desde la primera infancia, pero ahora preguntémonos desde cuándo y por qué es tan efectivo ese «oro persa».

En el neolítico, antesala del modo tributario de producción, sucedió algo que va más allá del desarrollo agrícola, textil, cerámico, armamentístico, de domesticación de animales, etc., para avanzar en una nueva forma de orden social inherente a la propiedad privada: la obediencia disciplinada y mansa a las órdenes de la jefatura. Entre el -10.000 y el -2.500 se domesticó el perro, la oveja, la cabra, el cerdo, la vaca, el caballo, el asno, el búfalo acuático, la llama y la alpaca, el camello y el dromedario67. Los animales gregarios tienen una estructura social que ha permitido su domesticación y su explotación por la especie humana. No faltan estudios que sugieren que las minorías sociales que se iban enriqueciendo porque eran propietarias de ganado domesticado aprendieron a manipular, «domesticar» y mandar a otros congéneres adaptando las lecciones aprendidas en la domesticación de esos animales:

«Esta estructura social es ideal para la domesticación, porque en realidad los humanos asumen la jerarquía de dominación. Los caballos domésticos de una recua siguen al líder humano como seguirían normalmente a la yegua que ocupa el primer lugar. Las manadas o rebaños de ovejas, cabras, vacas y perros ancestrales (lobos) tienen una jerarquía semejante. A medida que los animales jóvenes crecen en un grupo de esas características, aprenden de los animales que habitualmente ven cerca de ellos. En condiciones naturales, se trata de miembros de su misma especie, pero los animales jóvenes de manadas que están en cautividad también ven a los humanos cerca y también los siguen.

Estos animales sociales se prestan a ir en manada. Dado que son tolerantes con los otros miembros del grupo, pueden ser agrupados, dado que instintivamente siguen a un líder dominante y toman a los humanos como líderes, pueden ser conducidos fácilmente por un pastor o un perro pastor. Los animales gregarios se comportan bien cuando están encerrados en condiciones de hacinamiento, porque están acostumbrados a vivir en grupos densamente atestados en la naturaleza»68.

La especie humana es social, pero hay seres humanos que por la educación que han sufrido han sido reducidos a gregarios necesitados de la protección del rebaño dirigido por una autoridad y por sus perros; personas sin conciencia crítica devenidas en objetos pasivos y no en sujetos activos. La aparición de cacicazgos, castas y clases dominantes fue simultánea a la domesticación animal siendo muy probable que esas minorías propietarias de los rebaños, también aprendieran a «domesticar» humanos contando con la ayuda de las primeras religiones burocráticas que ya para el -285069 eran capaces de alienar a personas para que se dejasen matar con el fin acompañar a reyes en su vida de ultratumba, creyendo que en ella serían felices.

La primera obra escrita conocida hasta ahora y destinada a la idiotización de los y las esclavas para reprimir el malestar social creciente, reforzando la dominación de la minoría sobre la mayoría, es el Poema de Gilgamesh de aproximadamente el -2100. Es la primera referencia escrita disponible sobre la lucha de clases y contra la explotación patriarcal en su forma más salvaje previa al asesinato, la violación sexual. Se trata de la escrituración de un mito religioso transmitido oralmente durante siglos antes, cuya figura principal, Gilgamesh, tenía dos tercios de dios y un tercio de humano. Era soberbio, vanidoso, autoritario, explotador y violaba a todas las mujeres… Todo ello provocó la reacción de los hombres que piden al dios Aruru que cree a Enkidu, parecido a Gilgamesh para que lo destruya70.

En la Tablilla XII del Poema se cita dos veces a Lilith la mujer mítica símbolo de la libertad, de la rebeldía…, peligrosa referencia que el patriarcado ha perseguido siempre: «En la edición católica de la Biblia la palabra Lilith está escamoteada […] Cuando las mujeres cayeron en la esclavitud del varón y se las obligó a parir en beneficio de aquél, es probable que algunas se resistieran bien a entregar los hijos, bien a tenerlos para perderlos después. Todo indica que Lilith estaría entre esta clase de mujeres»71.

El Poema cuenta que, antes de los humanos, existían los semidioses agigi explotados por los dioses anunakis: Los agigis se rebelan, son derrotados y uno de sus dirigentes, We, es apresado y descuartizado. Los anunakis comprenden que tienen que conceder alguna reforma para aplacar la lucha de clases, y crean a los humanos como lumpen proletarios para que hagan los peores trabajos, pero también se sublevan. La astuta diosa Ea72 dice a los humanos que hagan un barco gigantesco –el Arca– para salvarse de la muerte porque los dioses quieren destruirlos con un Diluvio Universal. La astuta Ea se pregunta: ¿Quién trabajará para nosotros si exterminamos a los humanos?: hay que salvar a unos pocos y a algunos animales en un gran barco para reproducir el lumpemproletariado.

Aunque Gilgamesh sea un mito, es innegable el trasfondo de explotación social generalizada, de resistencias, rebeliones y masacres, así como de tácticas divisionistas y hasta de promesas de solución –crear el Arca salvadora- por parte de facciones de las clases dominantes. Debajo de todo mito cargado socialmente, subyace una realidad que el poder quería negar, ocultar o tergiversar en su beneficio, más aún cuando ese mito, como el de Gilgamesh, fue tomando cuerpo en medio de la incipiente rotura de la unidad colectiva bajo las presiones sísmicas de la incipiente propiedad privada en la fase de tránsito del comunismo primitivo al modo tributario de producción.

De hecho el Poema fue escrito en la misma época en la que el rey del Estado de Lagash llamado Uruinimgina –«un hombre del pueblo»73— realizó importantes «reformas sociales»74 para aplacar el malestar de los «grupos sociales intermedios», proteger a viudas y huérfanos, suprimir impuestos, controlar la usura, reprimir el robo, atraerse a la casta sacerdotal, etc. Fue durante esta larga fase cuando, según ciertas investigaciones, se produjo la «derrota de la diosa», su expulsión del panteón politeísta, o su degradación a un segundo nivel, por no hablar de su desaparición. Esta «derrota» de produjo tras una «guerra» larga: entre el -3000 y el -1000 en Medio Oriente cuando vencieron definitivamente los dioses guerreros y crueles, que dominaban sobre diosas reducidas a la obediencia o esclavizadas75.

No hace falta decir que lo esencial y permanente, el núcleo, de las técnicas de manipulación y represión se creó en estos decisivos milenios en los que el poder de una minoría domesticó animales no humanos y humanos, explotó a la mujer, oprimió o exterminó pueblos, e impuso su propiedad privada destruyendo o reduciendo al máximo los modos comunales de producción. Así que avancemos un poco: En la China de -720 el mandarín Fuh-Tsien fundó la doctrina de la manipulación propagandística al sostener que «La repetición es la base del conocimiento, incluso si éste es falso»76. Goebbels no inventó nada nuevo, excepto la utilización sistemática de la radio, el cine, la imprenta, el teléfono, el telégrafo, el avión, etcétera, para controlar a mucho más millones de personas tecnologizando el método de Fuh-Tsien, del mismo modo que la guerra cognitiva actual recurre a nuevas tecnologías desconocidas por los nazis y mandarines para evitar el hundimiento del imperialismo.

En el siglo –IV Sun Tzu escribió en el Arte de la guerra: « Todo el arte de la guerra está basado en el engaño […] Ofrece un señuelo a tu enemigo para hacerle caer en una trampa […] Ponle en aprietos y acósale […] Si está unido, divídele […] Atácale donde no esté preparado»77, o también «Impalpable e inmaterial, el experto no deja huellas; misterioso como una divinidad, es inaudible. Así pone al enemigo a su merced»78. Pero leamos esto que sigue porque nos da una idea exacta de cómo permanece lo esencial de las técnicas de control de masas, aprendiendo de las lecciones extraídas por el ejército opresor en su trato a los soldados de las clases explotadas:

«Si las tropas son castigadas antes de tener la seguridad de que son leales, serán desobedientes. Si no obedecen, resulta difícil emplearlas. Si las tropas han quedado ligadas con usted, pero no se puede imponer la disciplina, no pueden ser empleadas. Por ende, deles órdenes con cortesía pero manténgalas bajo control con una disciplina de hierro, y se puede decir que la victoria es segura. Si se cumplen firmemente las órdenes de instruir las tropas, obedecerán. Si no se cumplen en forma consecuente, desobedecerán […] Un general considera a sus hombres como infantes que marcharán con él por los valles más hondos. Los trata como hijos queridos, y ellos estarán a su lado hasta la muerte. Si un general tiene indulgencia con sus hombres pero es incapaz de utilizarlos, si los ama pero no puede imponer sus órdenes, si son desordenados y es incapaz de controlarlos, se pueden comparar con los hijos consentidos, que resultan inútiles»79.

Trasladamos estas lecciones a la forma de control de las clases trabajadoras y vemos cómo la lógica militar no se diferencia en nada sustantivo de la lógica de control sociopolítico incluso de la burguesía «democrática». Pero lo que nos interesa es saber que la lucha de clases redujo tanto la efectividad del sistema de orden basado en la aplicación parcial del control militar al control sociopolítico que, desde final del siglo III, el budismo mahayana fue impulsado por la burocracia china como «instrumento de cohesión social»80, pasando de tener ciento ochenta centros y más de tres mil quinientos monjes a comienzos del siglo IV a tres mil monasterios y dos millones de monjes a comienzos del siglo VI. De este modo, la dureza militar más o menos subterránea o notoria según los momentos, tuvo que ser reforzada por el pacifismo colaboracionista con el poder del budismo mahayana. Recordemos que esta creencia religiosa surgió en el mismo país, India, en el que en -273 en los Nueve Desconocidos se lee: «De todas las ciencias la más peligrosa es la del control del pensamiento de las multitudes, pues es la que permite gobernar el mundo entero»81.

Vamos a saltarnos varios siglos y detengámonos en Gengis Khan, uno de los maestros de la manipulación en todas sus formas y muy probablemente el mejor militar de la historia. Redactó la famosa Yassa82 o código de leyes del que no tenemos una versión completa. La hizo gravar en piedras que colocó en todas las vías y cruces de caminos, y en las puertas de ciudades y pueblos. Este implacable conquistador conocía los efectos de la propaganda en cualquiera de sus formas sobre todo la que azuzaba el egoísmo disolvente, de la guerra psicológica aplicada contra los pueblos que iba a invadir y del terror controlado que los paralizaba. Sabía que la corrupción y el debilitamiento de las costumbres podían hundir a su pueblo, y por eso hizo que el penúltimo artículo de la Yassa, el No 21, condenase a muerte a los espías, a los falsos testigos, a los hechiceros y a todos los hombres con «vicios infames»83.

Si nos fijamos, hay tres cosas en común que recorren a estas categorías de seres: Una, obtener información importante sobre el pueblo al que van a atacar para conocer sus debilidades; dos, propagar falsa información y creencias infundadas para romper su unidad, infundir terror, reforzar a la oposición para que se subleve a favor de los atacantes; y tres, propiciar la corrupción de las costumbres para aumentar los colaboradores, corruptos y saboteadores internos a sueldo del invasor. Las tres mantienen hoy, en el capitalismo, la misma o más importancia que hace casi 800 años pero en otra sociedad precapitalista. Además, para mantener la firme unidad y conciencia colectiva interna, los soldados mongoles que retrocedían o abandonaban su unidad podían ser ejecutados por sus compañeros. Gengis Khan «favoreció el ascenso de jefes guerreros capacitados, de origen humilde y que, en consecuencia, estaban en deuda con él»84, con lo que reforzaba la unidad basada en lazos de agradecimiento personal.

Gengis Khan conocía el poder disolvente y desmoralizador de estas tácticas y métodos que hoy denominaríamos de guerra cognitiva y de represión atroz, y los usaba sin piedad contra los pueblos que iba a invadir, para debilitarlos y dividirlos, o que ya dominaba para mantenerlos impotentes, si es que les había le perdonado la vida, Por eso mismo, fue tajante en la represión de tales métodos cuando se descubrían contra los mongoles o entre ellos. Por ejemplo, «Los mongoles instituyeron, pues, en China una estricta compartimentación social prohibiendo los matrimonios entre los grupos étnicos definidos por ellos. Pero esta compartimentación es general: sirve tanto para la aristocracia mongola, cuyas funciones son hereditarias, como para las clases inferiores a las que se mantiene por fuerza en su condición»85. La efectividad normativa de la Yassa era tal que las clases «inferiores» tenían asumido el destino impuesto por la clase dominante que no se conocen por ahora revueltas ni sublevaciones contra él.

7.-

Habiendo visto rápidamente algunos métodos de manipulación que adelantaban componentes significativos de la presente guerra cognitiva, vamos ahora a ver un poco la importancia del cristianismo en expresión nuclear resumida así Pablo en su carta A los colonenses, 3.22-4: «Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no con obediencia externa, como para complacer a los hombres, sino con sencillez de corazón y temor a Dios… sabiendo que recibiréis del Señor la herencia por galardón: a Cristo Señor servís»86. Aunque Pablo se dirigía aquí a los esclavos en la Roma del siglo I, es cierto que el mandato divino es aplicable por siempre a todos los cristianos y cristianas.

Pero lo que nos interesa es la mezcla de sumisión obediente y temerosa de dios, con la promesa de una buena vida eterna por el haber aceptado con sencillez de corazón la explotación esclavista. Como no era posible gozar de una vida libre según el concepto de libertad en la Roma de entonces –ni siquiera en el sentido marxista de libertad como emancipación87–, el amo esclavista por boca de Pablo y recurriendo a todos los métodos disponibles en la época, hacía creer al esclavo que, si aceptaba su dolor, sería recompensado tras la muerte. La guerra cognitiva se basa en la misma promesa de salir de un mundo pobre, oscuro y helado, creando con todas las tecnologías actuales una realidad que no existe excepto en la irrealidad introyectada en la mente atemorizada, necesitada de la figura del Amo, sea dios, el Führer o Guaidó.

Pablo y el Pentágono hacen creer que la esperanza es factible si se reinstauran los valores del capital aunque sea por la violencia más atroz, la esclavista de entonces y la fascista de ahora, como muy bien advierte Luís Delgado Arría: « La guerra cognitiva es un sádico experimento con humanos desplegado y comandado por el imperialismo capitalista/ psicópata en todo el mundo. […] En un nivel geopolítico, la guerra cognitiva necesita naturalizar e imponer a nivel global la ética y la política nazi/ fascista, funcional a la reconfiguración del imperialismo financiero y la contracultura de la modernidad. Para lograrlo necesita suprimir las soberanías nacionales, la historia y las culturas endógenas nacionales, éticas y locales.»88.

Tiene plena razón L. Delgado Arria, tanta que nos abre el camino a la crítica de las relaciones entre fascismo y cristianismo –«cristofascismo»89— que tanto explota ahora la contrainsurgencia imperialista y su guerra cognitiva, pero que viene de mucho antes: las relaciones de Roma con Hitler premonitoriamente denunciadas por Henry Laconte en 1933, en un texto demoledor en el que, además, bucea hasta algunas prácticas extremadamente crueles y asesinas de la política interna del Estado Vaticano:

Por ejemplo: Constantino I (siglo VIII) hizo clavar cuchillos candentes en los ojos del arzobispo de Rávena por desobediencia. Gregorio V (s. X) hizo cortar los pies, las manos, la nariz, la lengua y las orejas al cónsul Crescentius y su compañero Juan por no complacerle, y después los llevó en procesión por Roma antes de ahorcarlos. Inocencio III (s. XIII) mando quemar, saquear e incendiar la ciudad de Béziers asesinando a 60.000 personas, y un día ordenó arrojar por las ventanas del palacio papal a 11 personas que discrepaban de sus opiniones. Sixto VI (s. XV) ordenó acuchillar a Laurent y Julien de Medici en una misa, durante la consagración de la hostia. Alejandro Borgia o Alejandro VI (s. XV, inicio del XVI) incestuoso, fratricida, asesino, usurero, experto en venenos, obseso sexual y padre de bastardos. Gregorio XIII (s. XVI) exultaba de gozo al recibir en un lujoso cofre la cabeza decapitada del almirante francés Coligny, regalo de Catalina de Médicis, asesinado con otros miles de hugonotes durante la Matanza de San Bartolomé en verano-otoño de 1572 en el reino de Francia…90.

En 1980 Juan Pablo II canonizó al Padre Anchieta, jesuita que dirigió la cristianización de zonas de Brasil en la segunda mitad del siglo XVI asegurando que «La espada y la vara de hierro son los mejores predicadores»91. Si a esta violencia descarnada le sumamos las buenas promesas de la Biblia sobre un mundo mejor si se obedece a dios, tenemos una prefiguración de la actual guerra cognitiva perfeccionada con las «revoluciones naranjas» que unen las manifestaciones fascistas más sanguinarias y las promesas de una arcadia capitalista.

Partiendo del hecho de que «La conquista de México fue una cruzada religiosa»92, como así lo demuestra Rosaura Hernández, lo que explica la práctica inquisitorial de quemar vivos a quienes se resistieran a la cristianización, hasta 1540, salvajismo que no logró destrozar la tenaz resistencia religioso-identitaria de los invadidos. Para lograrlo, la Iglesia optó por intentar subsumir parte de la identidad étnico-religiosa mexicana en la nueva identidad de los invasores, recurriendo a tácticas que anunciaba de algún modo lo que sería más adelante guerra cognitiva: los clásicos métodos europeos de construir basílicas e iglesias sobre templos paganos, integrar dioses y diosas mexicas en el catolicismo, etc., y crear milagros y apariciones de santos y vírgenes, como la de Guadalupe93.

La «cruzada» para destruir México era parte del expolio español de Nuestramérica, extremadamente violenta, tuvo en el cristianismo una efectiva fuerza integradora porque –releamos a Pablo– prometía la vida eterna y a la vez la participación subsidiaria en una parte del tributo, pero sin poder ni economía del ocupante en esta vida terrenal. ¿Qué mayor ejemplo de las excelencias de aquella guerra cognitiva en Nuestramérica que lo que nos explica R. E. Wolf?:

«A la alta nobleza india se le asimiló formalmente dentro de la nobleza española y se le confirmaron sus pretensiones a tributos, propiedades y pensiones, pero se le privó de todo al mando y al poder. Su conversión al cristianismo aseguró su rompimiento con las fuentes de influencia ideológica anteriores a la Conquista, y las integró a las actividades en curso en la Iglesia […] Al igual que los jefes africanos que tres siglos después los ingleses pusieron a mandar sobre las poblaciones africanas en “gobierno indirecto”, esta nobleza acabó mediando entre conquistadores y conquistados». Además, en la medida en que las exigencias económicas españolas permitían un aumento relativo de las riquezas de los miembros del “gobierno indirecto” mediador entre conquistados y conquistadores: «muchos se inclinaron a bajar el nivel de su celo como defensor del pueblo». Simultáneamente, esta dinámica se veía reforzada por la expansión de la lengua y cultura extranjera ya que «cuando lo que hablaba era el dinero, hablaba en español, no en náhuatl o quechua»94.

L. Ugalde ha prestado especial importancia a la política educativa española como eficaz método de desnacionalización india y de imposición de una nueva identidad mediante un proceso educativo que, como mínimo, reunía tres características básicas: se ocultaban sus objetivos últimos, o sea, borrar la identidad propia e imponer la extranjera; se buscaba obtener el apoyo e implicación de los caciques como garantía del proceso, pues los indios desconfiaban inmediatamente de todos los españoles y de sus promesas; y, se recurría a regalos, premios, dinero y otras ganancias inmediatas para mostrar cuantas cosas se podían obtener aceptando la cultura española95.

Reaparece el «oro persa» que hemos visto arriba pero ahora en forma del dinero de los invasores europeos del primer capitalismo de los siglos XVI-XVIII, y en forma de regalos, prebendas, baratijas…. Entramos en la fase de definitiva expansión del fetichismo de la mercancía bajo la fuerza imparable del capitalismo, que es una de las bases de la guerra cognitiva actual. Pero llegados a este punto, tenemos que hacer referencia al Concilio de Trento que supuso en varias cuestiones un salto cualitativo en el tema que tratamos, sobre todo para derrotar el avance de la Reforma Protestante que era el cemento ideológico de la burguesía ascendente de aquellos siglos.

La reacción católica pasó a la ofensiva con la Contrarreforma y con el Concilio de Trento (1545-1563). Fueron los luteranos96 quienes primero hablaron de Contrarreforma como simple reacción, pero, con la visión que da el tiempo, este Concilio fue todo un intento de una solución global y nueva a la crisis de Roma de los siglos XV-XVI, aunque terminó fracasando porque la monarquía medieval que la dirigía iba contra el avance capitalista sin tener un modelo de explotación social generalizado alternativo y superior al burgués. Realmente, en vez de una Contrarreforma fue una contrarrevolución97 internacional cuyo objetivo era derrotar el contenido interno de las revoluciones burguesas que se estaban librando bajo la forma religiosa externa. Fue la reacción desesperada del dios feudal ante el avance del dios burgués.

Además del empleo sistemático de la guerra, la contrarrevolución aplicó una estrategia global que combinaba además de la nueva tarea de los papas, también la de las órdenes religiosas, muy en especial la Compañía de Jesús: «Los Ejercicios espirituales, de San Ignacio, fueron uno de los más eficaces instrumentos de educación de la fe y el compromiso católico. Su atención especial a las élites, a las personalidades más fuertes y a las jóvenes generaciones les garantizaron una eficacia en su cuenta de resultados incomparable a lo logrado por otras instituciones»98.

Además, desarrollaron cuatro medios de acción que la actual guerra cognitiva ha perfeccionado con la tecnociencia: nuevas formas de seducción propagandística; sistemática educación reaccionaria; potenciar el asociacionismo en forma de cofradías, hermandades, etc., para llegar a todos los rincones de la sociedad; y control social sobre todo en su forma individualizada mediante la confesión y masiva con la Inquisición99. La información así obtenida mediante sacerdotes, la Inquisición y «La terrible “Compañía de Jesús”»100 era puesta a disposición de las clases dominantes, de sus Estados y fuerzas militares. Guerra secreta realizada por especialistas a cargo de los aparatos de Estado, y que siempre se sostuvo –y sostiene- sobre la base de la lucha entre fracciones de las clases propietarias.

Recordemos que «En el siglo XVI la Compañía de Jesús proporciona un estilo de obediencia insólito hasta entonces en comunidad alguna, porque exige nada menos que el asentimiento del intelecto a cuanto a uno se le ordena hacer. Los miembros de la orden han de convertirse, mediante una violenta y costosa ascesis, en autómatas; las Constituciones de la Compañía equiparan literalmente a los jesuitas a muertos que caminan bajo la voz del superior, o a bastones en manos del anciano que hace con ellos lo que quiere. Nace así una obediencia que suprime la conciencia personal del bien y del mal ya que la salvación depende del ciego cumplimiento de las órdenes del Superior: el que obedece a éste jamás de equivoca, por cuanto sirve a la voluntad de Cristo encarnado en él»101. Dicho en otros términos, quien sirve a la voluntad del capital jamás se equivoca.

Nada más empezamos a leer la impresionante investigación de E. Paris sobre los jesuitas, nos encontramos con estas palabras: «Loyola escribió: «Estemos convencidos de que todo es bueno y correcto cuando lo ordena el superior». También declaró: «Incluso si Dios les diera un animal sin raciocinio como señor, no vacilarán en obedecerle como amo y guía, porque Dios ordenó que así fuera». Hay algo aún mejor: el jesuita debe ver en su superior, no a un hombre falible, sino a Cristo mismo. J, Huber, profesor de teología católica en Múnich y autor de una de las obras más importantes acerca de los jesuitas, escribió: «He aquí un hecho comprobado: las Constituciones repiten 500 veces que uno debe ver a Cristo en la persona del General».»102.

La unidad Estado-capital, tiene un contenido de guerra y disciplina militar innegable, y ese contenido fue adelantado por la Compañía de Jesús, como quedó confirmado por las Encomiendas en Nuestramérica: Los jesuitas llegaron al Río de la Plata en 1585 con la orden de reducir a pueblos indígenas aún rebeldes como, entre otros, guaraníes, guaycurúes, matacos y pampas. Fracasaron en la mayoría de los casos porque eran pueblos nómadas e irreductibles que escapaban de un lugar a otro cuando se veían en inferioridad de condiciones. Antes de la invasión española, grupos de guaraníes atacaron incluso al imperio Inca en el altiplano, y algunos lograron establecerse en su interior resistiendo todos los ataques incas para expulsarlos. En un principio se llevaron bien con los españoles porque eran enemigos de sus enemigos, pero «las nuevas formas de vida trajeron la dominación, la explotación y el régimen de encomienda» debido a lo cual se sublevaron algunas tribus guaraníes103.

En 1609 el cacique guaraní Arapisandú pidió ayuda a los jesuitas para cristianizar y reducir mediante la guerra a su propio pueblo104. Uno de los secretos de la efectividad jesuita fue la integración en el credo católico de partes de la religión guaraní. Bien pronto la efectividad jesuita hizo económicamente muy rentable la planificación del trabajo en las “encomiendas” guaraníes, lo que suscitó la envidia de portugueses y españoles, y de los traficantes de esclavos, quienes entre 1612 y 1638 esclavizaron unos 300.000 indígenas105.

Vamos a concluir haciendo una especie de resumen de la relación interna entre esclavitud, servidumbre y aparición de la explotación asalariada en el desarrollo del capitalismo europeo, gracias a Y. Moulier-Boutang especialmente en lo que define como «formas deformes» refiriéndose a la «segunda servidumbre» en Europa central y oriental106. Las identidades aparecen también en este caso de la «segunda servidumbre» en las prácticas de los métodos de terror y de terrorismo cotidiano para maximizar los beneficios de la explotación. Por su parte, Zs. P. Pach detalla las torturas más salvajes para destrozar las resistencias de las masas campesinas reducidas a la servidumbre, mostrando la interacción entre las diferentes violencias opresoras: «Al margen de la violencia física había otro medio de presión extra-económica de gran importancia: la violencia moral, la doctrina de la fe, la resignación, el abandono y la obediencia incondicional al señor». Este autor hace especial hincapié en el papel de la Iglesia como instrumento de la clase propietaria de las fuerzas productivas y reproductivas107.

8.-

La victoria obrera y popular en la guerra cognitiva nunca será definitiva mientras exista la dictadura del capital porque su férrea lógica de acumulación le exige sacrificar, vampirizar cada día más trabajo vivo para transformarlo en trabajo muerto, en mercancía y en ganancia burguesa. Es una lógica de muerte y fetichismo ante la que, tarde o temprano, se termina rebelando la humanidad explotada. Ahora mismo, por ejemplo, la lucha de clases que ha renacido en el interior de los Estados imperialistas empieza a superar el límite de la simple presión económico-salarial vehiculizada por el sindicalismo integrado en el orden del capital, para empezar a plantear reivindicaciones políticas. Lo que explica por qué la guerra cognitiva también empieza a golpear al proletariado de los países imperialistas: hay que alienar al proletariado antes de que se ponga en pie, o hay que aplastarlo con violencia extrema, lo cual exige una castración mental, cognitiva, previa que desmoralice y corrompa a sus sectores menos concienciados.

Decimos esto para mostrar que la guerra cognitiva no es invencible, de hecho encuentra muchas resistencias en los pueblos trabajadores y Estados a lo que ataca. No debemos subestimarla porque de vencer, su victoria sería arrasadora, pero sí debemos conocer sus debilidades para atacar por ellas hasta vencerla. Tras lo aquí expuesto, proponemos a debate estos puntos:

La principal causa de derrota de la guerra cognitiva, que es la misma que la de la civilización del capital pero a escala menor, es la propia naturaleza social, colectiva, solidaria y comunal de la especie humana como «especie genérica». La antropogenia es comunista por esencia y la propiedad privada es individualista, es decir, inhumana. Por tanto, la lucha contra esta «nueva» forma de guerra debe partir de y volver siempre a este choque antagónico en todas las facetas de la vida.

Crear e impulsar organizaciones que luchen por la recuperación de lo comunal y colectivo en la vida social, en el trabajo, en las necesidades económicas y políticas, en la lucha cultural y mediática…, es prioritario, y más aún lo es plantear la necesidad de la toma del poder, de la creación de un Estado obrero que, con el apoyo de la democracia socialista, implemente leyes que faciliten la intercomunicación concienciadora horizontal, y a la vez regulen, controlen o prohíban la impunidad depredadora de las redes sociales burguesas.

Naturalmente, esta dinámica de liberación sólo puede sostenerse si se ha acabado con la propiedad privada de la industria de la alienación, de las redes reaccionarias, y se han socializado los medios de pensamiento, creación intelectual y debate colectivo dentro del país propio y en alianza internacionalista con otros pueblos para una lucha mundial contra la mundial guerra cognitiva. Ello implica prohibir totalmente o restringir al máximo el llamado «libre mercado», que no es sino la libertad de mentira para el imperialismo.

A la vez la ética comunal y solidaria ha de estar presente en el interior de todos y cada uno de estos espacios críticos de liberación. La ética no es un «factor externo» que ayuda desde fuera, sino el cemento cohesionador en y desde las mismas entrañas de las mil facetas de la libertad como emancipación, como superación consciente de las necesidades impuestas tanto por el aún limitado desarrollo cualitativo de las fuerzas productivas y reproductivas, como por las relaciones sociales de explotación que son inherentes a la propiedad privada que, por serlo, es inconciliable con la ética humana.

Además, la emancipación será imposible y la guerra cognitiva se recuperará temprano o tarde de sus derrotas parciales si no se impulsa materialmente la derrota del machismo, de la esclavitud patriarcal, del racismo y de la xenofobia, de las dependencias de todas las lacras que conlleva la dictadura del mercado, del consumismo y de la envidia, del culto a Baal, al «oro persa». Aquí es vital otra pedagogía desde la primera infancia, que empiece en la familia y que se extienda y se mantenga durante toda la vida social. La pedagogía socialista es imprescindible.

Por último, la guerra cognitiva tiene un arma secreta que le ayuda a triunfar y que ya fue descubierta por Marx pero olvidada por las izquierdas: el mundo ideal, ilusorio, creado por el fetichismo de la mercancía. Malvivimos en un dimensión ficticia de relaciones sociales inexistentes pero que creemos que existen, lo que nos hace actuar como si existieran de hecho, aceptando sumisamente sus exigencias. Las tecnologías actuales, el márquetin global, conocen casi todas nuestras miserias, frustraciones y temores. A partir de esos datos masivos analizados con detalle elabora programas de manipulación para cada «segmento de consumo» en el templo de la adoración fetichista del mercado del deseo teledirigido.

Son deseos falsos, artificiales, creados por la industria de la fascinada subyugación consumista compulsiva y por ello insaciables, que nunca podrán ser plenamente satisfechos, que siempre exigen y exigirán más y más sacrificios y renuncias, más colaboracionismo y más traiciones, más egoísmo e indiferencia ante el dolor ajeno. El capital nos ha vampirizado y nos ha convertido en vampiros de los demás para convertirlos en esclavos de él, para engrandecerlo. Las redes sociales reaccionarias, las nuevas tecnologías de la manipulación inconsciente, los esfuerzos por controlar la vida cerebral, afectiva e intelectiva, la privatización de la vida en suma se sostienen en la adoración irracional al fetichismo de la mercancía. La derrota de la guerra cognitiva será irreversible cuando el trabajo abstracto y el valor, la propiedad de las fuerzas productivas y reproductivas hayan sido arrojadas al basurero de la historia.

Notas:

1 Luís Delgado Arria: Para una definición provisoria de la guerra cognitiva. 9 de marzo de 2023 https://redsocialcodi.com/para-una-definicion-provisoria-de-la-guerra-cognitiva/

2 Terry Eagleton: Por qué Marx tenía razón. Península. Barcelona 2011, p. 177.

3 Javier Echeverría: La revolución tecnocientífica. FCE. Madrid 2003, pp. 72-77.

4 Corsino Vela: Capitalismo terminal. Traficantes de Sueños. Mapas. Madrid 2018, p. 219.

5 Josep Fontana: Por el bien del imperio. Pasado & Presente, Barcelona, 2013, pp.156-167.

6 Elíades Costa Matos: Imperialismo del siglo XXI: las guerras culturales. Casa Editorial Abril. La Habana, 2009, pp. 69 y ss.

7 Fernando Buen Abad: Filosofía de la comunicación. Amanecí de bala. Caracas, 2007, pp. 195-197.

8 Marx: «Carta a Engels, 7 de julio de 1866». Cartas sobre El Capital. Ediciones Bolsillo. Barcelona, 1974, p. 119.

9 Pablo Heraklio: Infiltración estadounidense en Australia y la formación Acelerada del Frente Pacífico contra China. 15 de marzo de 2023 https://kaosenlared.net/infiltracion-estadounidense-en-australia-y-la-formacion-acelerada-del-frente-pacifico-contra-china/

10 Gerard Chaliand: Guerras y civilizaciones. Paidós, Barcelona 2006, pp. 69-70

11 Mark Healey: Los antiguos asirios. Ediciones del Prado, Madrid 1996, pp. 4-5.

12 F. Espejel y Cristina López Regueiro: «Dajjâlu: los servicios de inteligencia asirios». Desperta Ferro. El Imperio asirio. Madrid Nº 10, pp. 37-39.

13 Roger Osborne: Civilización. Una historia critica del mundo. Critica, Barcelona, 2007, p. 131.

14 Karlheinz Deschner: Opus Diaboli. Yalde. Zaragoza. 1990, p. 89.

15 Álvaro Cruz García: Los Aztecas. Edimat Madrid 6, pp. 23-24.

16 Álvaro Cruz García: Los Aztecas. Edimat Madrid 6, pp. 39-40.

17 Manuel Lucena: Así vivían los aztecas. Anaya. Madrid 1992, p. 42 y ss.

18 W. H. McNeill: La búsqueda del poder. Siglo XXI. Madrid 1988, pp. 146-147.

19 Lutz Raphael: Ley y orden. Siglo XXI, Madrid 2008, pp. 135-139.

20 Lewis Mumford: Técnica y civilización. Altaya. Barcelona, 1998, T. 1, pp. 191 y ss.

21 Engels: Anti-Dúhring, Grijalbo, México, 1968, p, 166.

22 Stephan L. Chorover: Del Génesis al genocidio. MUY. ORBIS. Barcelona 1986, pp. 179 y ss.

23 George Menahem: La ciencia y la institución militar. Icaria, Barcelona. 1977, p. 261.

24 Douglas Rushkoff: “Coerción. Por qué hacemos caso a lo que nos dicen”. Ops. Cit. Págs.: 164-165.

25 Douglas Rushkoff: “Coerción. Por qué hacemos caso a lo que nos dicen”. La Liebre de Marzo. Barcelona 2001. Pág.: 160

26 José María Pérez Gay: Los nuevos mercenarios. 21 de septiembre de 2007 https://www.jornada.com.mx/2007/09/21/index.php?section=opinion&article=024a1pol

27 Jeremy Scahill: Disney, Chevron y Monsanto han contratado los servicios de inteligencia, entrenamiento y seguridad de Blackwater, de septiembre de 2010, https://rebelion.org/disney-chevron-y-monsanto-han-contratado-los-servicios-de-inteligencia-entrenamiento-y-seguridad-de-blackwater/

28 James Petras: Imperio vs resistencia. Casa Editora Abril La Habana 2004, pp. 38-42.

29 Eliades Acosta Matos: “Las guerras culturales: intimando con la historia”. www.rebelion.org 27/12/2008

30 Redacción: La ciencia de la contrainsurgencia. 18 de octubre de 2014 https://borrokagaraia.wordpress.com/2014/10/18/la-ciencia-de-la-contra-insurgencia/

31 Aram Aharonian: ¿Enfrentar la guerra de quinta generación con arcos y flechas? 25 de agosto de 2018. https://www.lahaine.org/mundo.php/ienfrentar-la-guerra-de-quinta

32 Elsudamericano: La «Nueva Fuerza de Tarea en Internet» y la estrategia de guerra contra Cuba. 1 de febrero de 2018 https://elsudamericano.wordpress.com/2018/02/01/la-nueva-fuerza-de-tarea-en-internet-y-la-estrategia-de-guerra-contra-cuba-y-los-pueblos-del-mundo-en-video/

33 Javier Gómez Sánchez: Guerra mediática: de la racionalidad a la emotividad. 28 de junio de 2020. https://www.granma.cu/pensamiento/2020-07-28/guerra-mediatica-de-la-racionalidad-a-la-creatividad-28-07-2020-22-07-24

34 Ben Norton: Detrás de la «Guerra Cognitiva» de la OTAN: La «Batalla por tu cerebro» de los militares occidentales. 27 de octubre de 2021 https://www.tercerainformacion.es/opinion/27/10/2021/detras-de-la-guerra-cognitiva-de-la-otan-la-batalla-por-tu-cerebro-de-los-militares-occidentales/

35 Leonid Savin: La OTAN desarrolla nuevos métodos de guerra cognitiva. 2 de noviembre de 2021 https://rebelion.org/la-otan-desarrolla-nuevos-metodos-de-guerra-cognitiva/

36 Ricardo Chang: El advenimiento de la guerra cognitiva anunciada por la OTAN ¿Será una nueva amenaza para Venezuela? (I)) 25 de febrero de 2022 https://puebloenarmas.com/el-advenimiento-de-la-guerra-cognitiva-anunciada-por-la-otan-sera-una-nueva-amenaza-para-venezuela-i/

37 Alejandro Kirk: Ucrania y guerra cognitiva. 8 de agosto de 2022 https://www.telesurtv.net/opinion/Ucrania-y-la-guerra-cognitiva-20220808-0008.html

38 Jonas Tögel: ‘Guerra cognitiva’: La OTAN planea una guerra por la mente de la gente. 26 de diciembre de 2022. https://www.geopolitika.ru/es/article/guerra-cognitiva-la-otan-planea-una-guerra-por-la-mente-de-la-gente

39 Fernando Buen Abad: Guerrilla semiótica contra modos burgueses de manipular conciencias. 5 de enero de 2023. https://www.granma.cu/pensamiento/2021-01-05/guerrilla-semiotica-contra-modos-burgueses-para-manipular-conciencias

40 Fernando Buen Abad: Guerrilla semiótica contra modos burgueses de manipular conciencias. 5 de enero de 2023. https://www.granma.cu/pensamiento/2021-01-05/guerrilla-semiotica-contra-modos-burgueses-para-manipular-conciencias

41 Southefront; Las protestas en Georgia revelaron sus verdaderos objetivos. 13 de marzo de 2023 https://www.lahaine.org/mundo.php/las-protestas-en-georgia-revelaron

42 E. Ferrer Rodríguez: De la lucha de clases a la lucha de frases, Taurus, México 1995, p. 387.

43 Carlos Sierra: ¿Con qué moral? Vadell Hermanos. Caracas 2022, p. 102.

44 Fabrizio Casari: Georgia, Occidente intenta otro golpe. 14 de marzo de 2023 https://rebelion.org/georgia-occidente-intenta-otro-golpe/

45 Maurice Lemoine: La era de los golpes de Estado suaves en América Latina. Agosto de 2014 https://mondiplo.com/la-era-de-los-golpes-de-estado-suaves-en-america

46 Juan López Páez: La guerra cognitiva. 16 de febrero de 2023 https://elcomun.es/2023/02/16/la-guerra-cognitiva/

47 David McNally: Monstruos del mercado. Levanta Fuego. Madrid 2022, pp. 188-189.

48 Maurizio Lazzarato: Guerra o revolución. Porque la paz no es una alternativa. Tinta Limón. Buenos Aires, 2022, pp. 42 y ss.

49 Sigmund Freud: Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Obras Completas. RBA. Barcelona 2006. Volumen III, pp. 2104 y ss.

50 Fritz Sternberg: «Marxismo y represión». Marxismo, psicoanálisis y represión. Gránica Editor. Buenos Aires 1972, Tomo I, pp. 95-111. También en https://elsudamericano.wordpress.com/2023/03/18/marxismo-y-represion-por-fritz-sternberg/

51 Sigmund Freud: Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Obras Completas. RBA. Barcelona 2006. Volumen III, p. 2103.

52 J. M. Winter: La Primera Guerra Mundial. Aguilar. Barcelona 1991, pp. 155 y ss.

53 Sigmund Freud: Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Opus. Cit. p. 2106.

54 Sigmund Freud: Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Opus. Cit. p. 2105.

55 Andrés Solíz Rada: Generaciones de idiotas. 04/09/2007 https://dial-infos.org/spip.php?article1595

56 Denis Boneau: Las ciencias de la dominación mundial. 7/03/2005 https://www.voltairenet.org/article124110.html

57 Pedro Antonio Honrubia Hurtado: La ilusión de la libertad en el Consumismo-Capitalismo: Libre de derecho, esclavo de hecho. 11-06-2008 https://rebelion.org/la-ilusion-de-la-libertad-en-el-consumismo-capitalismo-libres-de-derecho-esclavos-de-hecho/

58 José Antonio Rodríguez Ibáñez: La personalidad autoritaria. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.º 12, julio-diciembre, 2006, pp. 155-200. ISSN: 1139-5737. https://www.redalyc.org/pdf/2971/297124008008.pdf

59 Juan L. Linares: Agresividad e ideología. Fontamara, Barcelona, pp. 73 y ss.

60 AA.VV.: Reich ante Marx y Freud. AKAL, Madrid, pp. 6 y ss.

61 Daniel Sibony: «De la indiferencia en materia de política». Locura y sociedad segregativa. Anagrama. Barcelona 1976, p. 108.

62 Maurice Brinton: Lo irracional en política. Aguilera. Madrid 1977, p. 81.

63 Douglas Rushkoff: Coerción. Por qué hacemos caso a lo que nos dicen. La Liebre de Marzo. Barcelona 2001, p. 248.

64 Douglas Rushkoff: Coerción. Por qué hacemos caso a lo que nos dicen. La Liebre de Marzo. Barcelona 2001, p. 117.

65 Reuben Osborn: Marxismo y psicoanálisis Ediciones de Bolsillo. Barcelona 1969, p. 177.

66 Pier Paolo Portinaro: Estado. Claves. Buenos Aires. Argentina 2003, p. 87.

67 Jared Diamond: Armas, gérmenes y acero. Debolsillo, Barcelona 2010, p. 193.

68 Jared Diamond: Armas, gérmenes y acero. Debolsillo, Barcelona 2010, p. 201.

69 Pepe Rodríguez: Dios nació mujer. Punto de Lectura. Madrid 2000, p. 177.

70 Juana Gamero de Coca: Los príncipes nubios y el mito perdido de la historia de la prostitución. Septiembre de 2011, https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-81102011000100009

71 Victoria Sau: Diccionario ideológico feminista. Icaria, Barcelona 1990, pp. 168-170.

72 Abel Rebollo: «Una historia de rebelión y diluvio». Días rebeldes. Octaedro, Barcelona 2009, pp. 10-12.

73 Josep Pedró: «La época arcaica de Sumer y de Akkad». GHU.CIL. Madrid 1986, Vol. IV, p. 74.

74 Gonzalo Bravo: Historia del mundo antiguo. Alianza Editorial. Madrid 2000, p. 100.

75 Pepe Rodríguez: Dios nació mujer. Ediciones B. Barcelona 1999, pp. 307 y ss.

76 E. Ferrer Rodríguez: De la lucha de clases a la lucha de frases, Taurus, México 1995, p. 26.

77 Sun Tzu: El arte de la guerra, Fundamentos, Madrid 1974, pp. 49-53.

78 Sun Tzu: El arte de la guerra, Fundamentos, Madrid 1974, p. 90.

79 Tao Hanzhang: El Arte de la Guerra de Sun Tzu. Una interpretación china moderna. Distal. Buenos Aires. 1997, pp. 107-110.

80 Isabel Cervera: «China», Historia de la humanidad, Arlanza, Madrid 2000, Tomo 14, p. 42.

81 E. Ferrer Rodríguez: De la lucha de clases a la lucha de frases, Taurus, México 1995, p. 27.

82 Harold Lamb: Genghis Khan, emperador de todos los hombres, Altaya Madrid 1998, pp. 186-189.

83 Harold Lamb: Genghis Khan, emperador de todos los hombres, Altaya, Madrid 1998, p. 188

84 Gérard Chaliand: Guerras y civilizaciones. Paidós. Barcelona 2007, p. 197.

85 Jacques Gernet: El mundo chino. Crítica. Barcelona, 1991, p. 323.

86 K. Hopkins: Conquistadores y esclavos, Península, Barcelona 1981, p. 151.

87 Stevens Lukes: «Emancipación». Diccionario del pensamiento marxista. Tecnos, Madrid 1984, pp. 263-264.

88 Luís Delgado Arria: Para una definición provisoria de la guerra cognitiva. 9 de marzo de 2023 https://redsocialcodi.com/para-una-definicion-provisoria-de-la-guerra-cognitiva/

89 Lu Sudré: Brasil vive un escenario de «cristofascismo», dice evangélica exiliada por amenazas. 27 de junio de 2019. http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/06/27/brasil-vive-escenario-de-cristofascismo-dice-evangelica-exiliada-por-amenazas/

90 Henry Leconte: «El Papa ha bendecido a Hitler». La tragedia del proletariado alemán. Colección Socialismo y Libertad. El Latinoamericano, Nº 153. Marzo 2019, pp. 94-99 https://elsudamericano.files.wordpress.com/2019/03/153.del-proletariado-aleman.juan-rustico.pdf

91 Karlheinz Deschner: Opus Diaboli. Yalde. Zaragoza, 1990, p. 243.

92 Rosaura Hernández: «Rasgos de identidad nacional en la conciencia novohispana», Identidades y nacionalismos, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, México, 1993, p.93

93 Rosaura Hernández: «Rasgos de identidad nacional en la conciencia novohispana», Identidades y nacionalismos, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, México, 1993, pp. 95-98.

94 E. R. Wolf: Europa y la gente sin historia. FCE, México 1994, pp. 181-185.

95 Luis Ugalde: El tesoro de los indios ¿Cómo hacerlos más útiles a la economía española? UCAB. Caracas 2000, p. 49 y ss.

96 Miguel Avilés: «La Contrarreforma». GHI. CIL. Madrid 1986, Tomo 15, pp. 63-64.

97 Neil Faulkner: De los neandertales a los neoliberales. Pasado & Presente, Barcelona 2013, p. 153.

98 Miguel Avilés: «La Contrarreforma». GHI. CIL. Madrid 1986, Tomo 15, p. 91.

99 Miguel Avilés: «La Contrarreforma». GHI. CIL. Madrid 1986, Tomo 15, pp. 92-97.

100 E. Cherniak: Cinco siglos de guerra secreta, Arte y Literatura, La Habana, 1979, Vol. I. pp. 73-82.

101 Antonio Castro Zafra: Los círculos del poder. Editorial Popular, Madrid 1987, p. 335.

102 Edmond Paris: La historia secreta de los jesuitas. Chick Publivations. Ontario. USA, 2007, p. 28.

103 L. Cabrero Fernández: «Las culturas de la América austral». Historia de la Humanidad. Arlanza Ediciones. Madrid 2000. Tomo 21., p. 49.

104 P. O’Donnell: El Rey Blanco. La historia argentina que no nos contaron. Debolsillo. Buenos Aires 2004. pp. 125-127.

105 P. O’Donnell: El Rey Blanco. La historia argentina que no nos contaron. Debolsillo. Buenos Aires 2004. pp. 156-158.

106 Yann Moulier-Boutang: De la esclavitud al trabajo asalariado. Akal. Madrid 2006, p. 127 y ss.

107 Zs. P. Pach: «El desarrollo agrario de Hungría durante los siglos XVI y XVII». La segunda servidumbre en Europa central y oriental. Akal. Madrid 1980, pp. 230-232.

EUSKAL HERRIA, 19 de marzo de 2023

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/vencer-en-la-guerra-cognitiva/

 

Comparte este contenido:

8 claves para transformar la educación según la UNESCO

8 claves para transformar la educación según la UNESCO

Constanza Carmi

Desde Naciones Unidas, a través de UNESCO, se planteó en 2022 un nuevo contrato social para la educación, cuyo objetivo es explicar cómo el conocimiento y el aprendizaje pueden conformar el futuro de la humanidad y del planeta. ¿Complicado? No tanto, se logra en 8 pasos.

Hacer un nuevo contrato social parece un proceso difícil, y si además ese nuevo compromiso conformará el futuro del planeta, se complejiza todavía más. Pero, tenemos buenas noticias: ¡requiere solo 8 pasos!

Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, señaló en el estudio Repensar juntos nuestro futuro: un nuevo contrato social para la educación, que este nuevo contrato es una «oportunidad de reparar las injusticias del pasado y transformar el futuro. Se basa en el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida, considerando la enseñanza y el aprendizaje como esfuerzos sociales compartidos y, por lo tanto, como bienes comunes».

 

Las claves transformadoras de la educación del futuro

 

  1. Dar a la educación mayor inversión económica:

UNESCO llama a los gobiernos a dotar a la educación de más y permanente inversión económica. Principalmente después de la pandemia de Covid-19 que dejó grandes desigualdades educativas.

¿Cómo se hace? A través de las políticas públicas y en ese sentido, no solo los gobiernos están llamados a empujarlas, sino también las comunidades educativas. Es lo que señala Alejandro Carrasco, Decano de la Facultad de Educación UC, en una entrevista con Elige Educar. Carrasco explica por qué es tan importante que los docentes manejen estos temas y dice que “si un profesor no sabe de políticas públicas, va con la realidad cortada”.

 

2.Garantizar el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida:

«Deberíamos dejar de pensar en la educación como algo que acontece sobre todo en la escuela y durante determinadas edades, y ampliar las oportunidades de aprendizaje para todos en cualquier tiempo y lugar», dice la UNESCO.

Entonces, las personas deberían tener oportunidades educativas significativas y de calidad en todo momento de su vida, con educación formal o informal y en diferentes entornos culturales y sociales.

Eso es justamente lo que hace Alejandra Montoya, semifinalista de la sexta edición del Global Teacher Prize Chile en 2021. Esta docente de Lenguaje del Colegio Juan Luis Vives, enseña a adultos de educación media, privados de libertad, en la Cárcel de Casablanca y el Complejo Penitenciario de Valparaíso. Desarrolla actividades multidisciplinarias y alienta a sus estudiantes a buscar oportunidades fuera de la cárcel.

 

3. Estimular las pedagogías cooperativas y solidarias basadas en la diversidad:

UNESCO dice que la práctica pedagógica debe promover la cooperación, la colaboración y la solidaridad de los alumnos, basándose en la diversidad y el pluralismo, y no en las clases impartidas por un docente y centradas en la realización individual.

Esto permite fomentar las capacidades intelectuales, sociales y morales de los estudiantes para trabajar juntos y transformar el mundo con empatía.

Es lo que hace la Escuela Emilia Lascar, de la Región Metropolitana, una de las ganadoras de la segunda versión del premio Elige Innovar en 2022. Ellos desarrollaron el programa Emilia TV. Un espacio de encuentro, que consistió en la realización de un canal de YouTube con distintos espacios de creación colectiva, donde participaron estudiantes, docentes, directivos, apoderados, equipos técnicos y profesionales de la educación.

👀 2 profesoras latinoamericanas que son innovadoras e INSPIRADORAS 👀

4.Reforzar la educación sobre el cambio climático:

«Necesitamos que la educación contribuya plenamente al desarrollo sostenible, por ejemplo, integrando la educación sobre el cambio climático en todos los planes de estudios y formando a los docentes en este ámbito», dijo Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.

El informe Repensar juntos nuestro futuro: un nuevo contrato social para la educación, recomienda que los planes de estudio adquieran una comprensión ecológica de la humanidad para que las personas aprendan a relacionarse con la Tierra.

Así lo hace Jacqueline Zúñiga, docente de la Escuela Especial de Lenguaje Kimkumtun, de San Bernardo, creadora del proyecto Los héroes Sanitos salvan el planeta, que busca abordar temáticas de vida saludable y sustentable.

 

5.Más educación para la ciudadanía activa y la alfabetización mediática:

La UNESCO cree importante frenar la difusión de información errónea, a través de una alfabetización mediática, científica, digital y humanística que permita distinguir la mentira de la verdad. Además, de incluir contenidos, métodos y políticas que promuevan una ciudadanía activa y participación democrática.

Es lo que hace Geisha Bonilla, una de las finalistas del Global Teacher Prize 2021, como docente de Lenguaje en el Colegio Lorenzo Baeza Vega de la isla Rapa Nui. Allí enseña formación ciudadana, trabajo socioemocional y educación contextualizada.

 

6.Mejorar la capacitación y condiciones laborales de los docentes:

La UNESCO dice que para transformar la educación es muy importante mejorar las condiciones laborales y formativas de los docentes, aumentando los sueldos, garantizando un número apropiado de estudiantes por clase, dando seguridad escolar, entregando reconocimiento simbólico, legitimidad y apoyo institucional.

Esto se relaciona con los motivos que señalan los docentes al abandonar el aula o al elegir permanecer en ella. Según el estudio Trayectoria Docente: Retención, rotación, salidas de aula y reincorporación docente, de Elige Educar, los movimientos de los profesores chilenos dentro y fuera del sistema, responden a diversos factores que afectarían el sistema educativo.

 

7.Apostar por la docencia colaborativa:

La labor docente debería caracterizarse por ser colaborativa y por el trabajo en equipo, según la UNESCO. La reflexión, la investigación y la creación de conocimientos y nuevas prácticas pedagógicas deberían ser parte integrante de la enseñanza.

Es también lo que aconseja Gilberto Martínez, profesor de Lenguaje con 30 años de aula en el Colegio San Mateo en Osorno, a los nuevos profesores. Él convence a sus estudiantes y colegas de que son parte de un proyecto de trabajo colectivo. Por ejemplo, con los directores de ciclo se junta casi todos los días para ver el trabajo, lo que viene y los nudos que surgen.

 

8.Potenciar la investigación y la innovación educativas:

Un nuevo contrato social para la educación requiere la creación de un programa conjunto de investigación a escala mundial, centrado en el derecho a la educación a lo largo de toda la vida.

Similar a lo que busca el premio Elige Innovar, que visibiliza buenas prácticas de innovación educativa que inspiran y son reflejo del trabajo colaborativo, una reflexión pedagógica y orientada a incluir a los estudiantes con un rol protagónico en su aprendizaje.

¿Cómo lo ves, crees que son fáciles de aplicar estas 8 claves? ¿Qué otras acciones podrían realizarse para transformar la educación del futuro?

Fuente de la Información: https://eligeeducar.cl/acerca-del-aprendizaje/8-claves-para-transformar-la-educacion-segun-la-unesco/

 

Comparte este contenido:

Guatemala: Los ladrones al poder

Los ladrones al poder

Carolina Vásquez Araya

Si durante la campaña electoral que ha comenzado -incluso desde antes de dar el toque de salida- el pueblo tuviera una bola de cristal capaz de mostrar el futuro, probablemente exigiría que los comicios se declararan desiertos, como se hace con los concursos en los cuales ninguno de los competidores tiene nada bueno que ofrecer. Es lo mínimo que puede esperarse de una ciudadanía harta de los abusos pero que no logra hacerse escuchar, ya sea porque su voz es inaudible o porque, simplemente, ni siquiera se ha manifestado explícitamente sobre la amenaza que se cierne sobre su destino.

Ya no es vergonzoso. Es aberrante la manera como algunos funcionarios, mientras saquean al país, se dan maña para construir todo un entarimado -supuestamente legal- con el propósito de impedir la inscripción de candidatos idóneos para los cargos de elección popular. ¿El motivo detrás de esas maniobras escandalosas? Muy simple: es porque esas opciones constituyen una amenaza contra sus intentos de mantenerse libres de una más que merecida acción de la justicia por los delitos cometidos a la sombra del poder.

Quienes han jurado defender la Constitución y las leyes, justifican sus actos de corrupción bajo el argumento de ser víctimas de persecución política, aun cuando es más que evidente cómo, durante las sucesivas etapas de mandatos presidenciales y parlamentarios, han logrado acabar con la poca credibilidad de las instituciones, apañar los delitos de sus cómplices en otras instancias y, lo que es aún más grave, han usado todos los mecanismos a su alcance para perpetuar su dominio sobre los recursos del Estado.

Las amenazas y atentados contra la libertad de prensa, por lo tanto, no son una mera casualidad, han surgido como respuesta a investigaciones y denuncias sobre los delitos cometidos por funcionarios públicos durante su gestión, así como las maniobras perpetradas a la sombra -dado que ni siquiera se cumple con el libre acceso a la información pública- con las cuales se pretende ocultar delitos cuyos castigos -de existir justicia- llevarían al Presidente, su gabinete y sus cómplices en las Cortes, directo a la cárcel.

Mientras el gobierno de Guatemala se blinda contra cualquier intento de retornar hacia un régimen democrático, como demuestra el esfuerzo de partidos de oposición para llevar a las elecciones a candidatos con un perfil acorde con las necesidades de cambio, el mandatario y sus huestes protegen a lo más granado de la podredumbre política: candidatos aliados con las organizaciones criminales (narcos, traficantes de personas, saqueadores del Estado y otras joyas de catálogo). Eso, porque ha sido tal el abuso de poder de las dos últimas administraciones, que solo transando con ese tipo de candidatos mantendrán la impunidad sobre sus actos.

Por eso y mucho más, su arma se ha centrado en el encarcelamiento o el exilio forzoso de quienes -desde la prensa o desde el sistema de justicia- representan voz de alerta, denuncias basadas en hechos comprobables o acciones decididas contra quienes han hecho de los actos de corrupción un remedo de gobierno. Guatemala merece una limpieza a fondo de las lacras que la conducen al desastre total. Los listados de candidatos a cargos de elección popular demuestran que el país ha alcanzado ya la más profunda degradación política.

Guatemala se debate impotente ante la realidad de un sistema colapsado.

Carolina Vásquez Araya

Periodista y analista política chilena, con más de 30 años de experiencia. Radica en Guatemala. Su columna se publica desde 1993 en el periódico más influyente de Guatemala y está centrada en derechos humanos, justicia, ambiente, derechos de la niñez y violencia de género.
Visite su bitácora en: https://carolinavasquezaraya.com

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/actualidad/a320296.html

Comparte este contenido:

Soplan vientos nuevos desde China

Soplan vientos nuevos desde China

SERGIO RODRÍGUEZ GELFENSTEIN


El pasado 7 de marzo, durante una conferencia de prensa celebrada en el marco de la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) en Beijing el recientemente designado Canciller de China Qin Gang afirmó que: «Si EEUU no pisa el freno y sigue acelerando por el camino equivocado, no habrá barrera que pueda evitar el descarrilamiento y seguramente habrá conflicto y confrontación». Agregó que la política de la potencia norteamericana en relación a China se había desviado completamente de la “vía racional y sensata”.

Este lenguaje, alejado de la tradición diplomática china sustentada en la mesura y el autocontrol, es expresión de cambios que se manifiestan no solo en la retórica y el discurso, sobre todo en la práctica y la propuesta. En algún momento, Deng Xiaoping expuso que la diplomacia china se debía caracterizar por “esconder la fuerza y aguardar el momento”.

Es evidente que eso ha quedado en el pasado. Los meses transcurridos de este año 2023, han sido testigo no sólo de una transformación de la retórica, también ha sido ostensible una intensa actividad diplomática por parte de China que pareciera querer ocupar el lugar que verdaderamente le corresponde en el sistema internacional como actor destacado y protagonista del proceso de trasformación que a todas luces, está iniciando.

Qin Gang, que el próximo 19 de marzo cumple 57 años, es parte de una nueva generación, tenía 10 años cuando fallecieron Mao Zedong y Chou Enlai y 12 cuando dio inicio la política de Reforma y Apertura en 1978. Es completamente ajeno a esa época. A los 26 años ingresó en el servicio exterior y tenía 46 cuando Xi Jinping fue electo como Secretario General del Partido Comunista de China por primera vez en 2012. En ese momento, ocupaba el cargo de director general adjunto del Departamento de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores. En sólo 12 años ascendió a la más alta responsabilidad de la cancillería de su país.

Esta nueva generación que se caracteriza por sostener una intensa actividad en las redes sociales no deja pasar afrenta alguna a su país respondiendo con dureza en cada caso, al mismo tiempo que da a conocer sus propuestas y proyectos en todos los rincones de la Tierra. Con un lenguaje en el que no se escatima el sarcasmo, la ironía y la burla, la novel diplomacia china ha sido bautizada como “Guerreros Lobos” por los medios transnacionales de Occidente. El nombre da cuenta de los miembros de las Fuerzas Especiales de China que enfrentan exitosamente a mercenarios estadounidenses en una serie de televisión que con ese nombre paralizó el país durante dos temporadas en 2015 y 2017.

Con respecto a las relaciones de China con Rusia, un aspecto cardinal de la política exterior de su país en el momento actual, Qin Gang, manifestó que con ambos “trabajando juntos, el mundo tendrá la fuerza motriz para la multipolaridad y la democracia en las relaciones internacionales y el equilibrio estratégico global estará mejor garantizado», haciendo de esa manera una exposición precisa y de carácter estratégico de los vínculos entre los dos países. No se puede pasar por alto que en esta definición, en un solo párrafo, el nuevo canciller chino ha exteriorizado tres categorías que definen el campo de acción a futuro de la diplomacia china: multipolaridad, democracia y equilibrio estratégico global.

Para quien pudiera tener dudas respecto de la nueva orientación de la diplomacia china, fue el propio presidente Xi Jinping quien el día anterior, 6 de marzo, en su discurso durante la primera sesión del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino se encargó de trazar el curso que adoptará el país para los próximos años después de diagnosticar que: «Las condiciones exteriores para el desarrollo de China han cambiado drásticamente, con un aumento significativo de factores inciertos e impredecibles, sobre todo porque los países occidentales, encabezados por EEUU, han sometido a nuestro país a una contención, asedio y represión totales, lo que supone retos graves y sin precedentes para nuestro desarrollo»

Xi estableció que ante la situación creada, China debía modernizar su ejército y convertirlo en una «Gran Muralla de Acero». Además, insistió en que el país debe alcanzar la autosuficiencia tecnológica. Todo esto enmarcado en una gran reestructuración gubernamental que tendrá una profunda influencia en la economía y la sociedad del país. Para ello, también se avanzará en una intensa reforma y control estatal del sistema financiero.

De la misma manera, Xi anunció que el plan de transformación estructural para afrontar los nuevos tiempos incluye la reforma de varios órganos del Partido Comunista y del gobierno. Esta reforma, que busca fortalecer la dirección del partido, involucrará a sus instituciones locales y centrales, la Asamblea Popular Nacional, el Consejo de Estado y el gabinete, así como a la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el máximo órgano asesor de la nación.

Como expresión de esta tendencia, en el marco de la política exterior, en febrero China dio a conocer una “Iniciativa de Seguridad Global”. La propuesta se sustenta en seis principios: mantener el compromiso con la visión de una seguridad común, global, cooperativa y sostenible; respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países; respetar los objetivos y principios de la carta de la ONU; tomar en serio las preocupaciones de seguridad legítimas de todos los países; resolver las disputas entre las naciones de manera pacífica a través del diálogo y, finalmente, preservar la seguridad en los ámbitos tradicionales y no tradicionales.

No solo cambios en el discurso y la retórica se han comenzado a producir en China este año. El nombramiento del nuevo Canciller el 30 de diciembre pasado y el lanzamiento de la “Iniciativa de Seguridad Global” en febrero, han sido acompañadas por una clara intencionalidad de empezar a jugar un papel mucho más relevante en el escenario internacional.

En este ámbito, en días recientes, se ha anunciado que, con la mediación de China, el reino [dictadura] de Arabia Saudí y la república islámica de Irán han decidido establecer relaciones diplomáticas, incidiendo con ello en una modificación radical del escenario político regional e incluso del global, asestándole un duro golpe al esquema de dominación de EEUU en esa región, que tiene como eje el sostenimiento del régimen sionista como plataforma de lanzamiento de la política imperial en el área, para lo cual Washington se proponía crear fuertes alianzas del sionismo con algunos países árabes y musulmanes, todo lo cual ha retrocedido a partir de la silenciosa y paciente diplomacia china.

Este hecho reducirá de forma significativa la posibilidad de un conflicto armado entre estos rivales regionales, ya sea en enfrentamientos directos o indirectos, lo cual podría incidir en la creación de condiciones que propicien un acuerdo político que detenga y le ponga fin a la prolongada guerra en Yemen, tal como se comenzado a conjeturar en algunas capitales de Asia Occidental.

En otro ámbito, pero también como expresión del gran esfuerzo diplomático de China a favor de la paz mundial, hace unas semanas se dio a conocer una propuesta de 12 puntos elaborada por Beijing para finalizar el conflicto en Ucrania a través de la negociación y el diálogo. Por ello, el presidente Xi realizará una visita a Moscú donde se reunirá con su colega ruso Vladimir Putin después de lo cual, sostendrá una conversación telemática con el ucraniano Zelenski.

De esta forma, mientras desde Washington y Bruselas soplan vientos de tormenta y tempestad, Beijing hace esfuerzos para, sin bajar la guardia, al mismo tiempo que rechaza las acometidas imperiales, trabaja para disminuir tensiones y hacer un aporte real y significativo a la paz y el desarrollo del planeta.

La Haine

Fuente de la Información: https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/soplan-vientos-nuevos-desde-china

 

Comparte este contenido:
Page 94 of 2675
1 92 93 94 95 96 2.675