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Entrevista a Nano Balbo. “Hoy hasta Google le rinde homenaje a Freire”

Por: Yazmín Muñoz Sad

Terminando el año del aniversario número cien del nacimiento de Paulo Freire, publicamos esta entrevista con Nano Balbo, a propósito de la actualidad de su obra, sus problemas y su legado, incluido el debate con quienes se presentan hoy como “freireanos”.

Hablemos de Freire…

Se habla de Freire como si hubiera nacido de un repollo. Freire es la continuidad de un proceso que se venía viviendo, es un sujeto histórico. No se puede entender a Freire si no entendemos toda la pedagogía de la rebeldía que había en América Latina en ese momento; si no entendemos a Martí, a Simón Rodríguez, a Frantz Fanon que tienen una gran incidencia. En el borrador de Pedagogía del oprimido que le regala a su amigo chileno le hace una dedicatoria que es bien de Fanon. Freire fue un gran rebelde y hay que contextualizarlo en ese momento que vivía América Latina, porque él fue cambiando su pensamiento; una cosa es el Freire de Brasil, otra en el exilio, otra lo que vivió en Guinea-Bisáu en África. Un Freire que va evolucionando hacia el marxismo sin renegar de su formación cristiana y de su fe. Entonces ese Freire rebelde era un Freire molesto para todo el mundo, primero en Brasil, haciendo una campaña de alfabetización en el nordeste brasilero y lo meten preso y el después va Bolivia y a Chile. Cuando dicen “qué jodida la dictadura, solo por alfabetizar”, lo que pasa es que no era cualquier alfabetización, la ley brasilera decía que para integrar un padrón electoral tenías que saber leer y escribir. Si eras analfabeto no podías votar, entonces Freire lanza una campaña de alfabetización que no era un método sino una concepción de la educación, por la cual los campesinos del nordeste brasilero aprendían a leer en 40 días y se incorporaban al padrón, eso podía dar vuelta las elecciones en el nordeste. Había que parar eso, no era una cuestión pedagógica. Pero además investiga y va creando lo que después va a ser Pedagogía del oprimido y es ahí cuando surge y trasciende la acción de Freire; que él lo escribe en el ’68 pero se edita por primera vez en 1970 en Estados Unidos, en inglés.

¿Qué pasó con Pedagogía del oprimido?

Freire no lo tenía escrito, lo tenía discutido, porque él planteaba que los libros eran así: debates inter y transpersonales que después precipitaban en un libro, hasta que la hija le dice que lo escriba. Él lo hace y -después de leerlo un amigo- le dice que lo deje en remojo un tiempo. Cuando lo vuelve a leer después de dos o tres meses, se da cuenta de que le falta lo que después van a ser los capítulos 3 y 4, que son los más potentes. Pedagogía del oprimido molesta porque plantea tres cosas: el concepto de la educación bancaria saca del lugar de invisibilización en que habían puesto al alumno y lo pone en el centro del problema pedagógico; porque nuestra escuela que venía del iluminismo, derrapa hacia el positivismo y su racionalidad instrumental y derrapa hacia el funcionalismo y al alumno nunca nadie le da pelota. Hoy tampoco. Todos los debates se dan en torno al qué enseñar, cómo enseñar y nunca a quién enseñamos. Ese planteo molesta a varios sectores; en primer lugar a la iglesia, su propia institución. Él había redactado el capítulo de educación de la Conferencia de Medellín (mirá hasta qué punto está comprometido con la Iglesia), pero cuando plantea que, por el contrario de lo que decían los curas, no había que ser la voz de los que no la tienen sino que había que escucharla, porque ellos tienen y hay que escuchar su voz, pero se la niega, se la invisibiliza, al punto tal que se avergüenzan ellos mismos de su propia voz. Eso es lo que hay que revertir, no necesitan voceros. Entonces a la iglesia eso la deja medio pedaleando.
También molesta a un sector de la izquierda, porque va a plantear que nadie se educa solo sino que lo hacemos mediatizados por la realidad; siguiendo este esquema dice que nadie se libera solo sino que nos liberamos todos en un proceso social, es decir este concepto ataca cierto concepto de la vanguardia revolucionaria y entonces se lo acusa de basista y Cuba lo acusa de voluntarista.
El academicismo también lo cuestiona, porque no tiene una obra, porque es contradictorio y porque les viene a serruchar el piso sobre todo cuando dice: señores el conocimiento es uno, es el conocimiento de la realidad y, cuando yo enseño por disciplinas o materias, enseño un concepto de la realidad como compartimentos estancos.
Freire, con todo esto, mete una crisis muy fuerte. Los sistemas en manos de dictaduras lo descalifican, lo persiguen. El único lugar donde puede hacer pie es en aquellos procesos de educación popular que se vienen haciendo por afuera del sistema porque el sistema los había expulsado: en comisiones vecinales, sindicatos, organizaciones juveniles; por eso se creó el falso concepto de que Freire y la educación popular es alternativa al sistema. No era así, lo dejaron afuera y no podía entrar y eso también ayudó a que la academia lo descalificara. Quiero aclarar que Cuba llegado el momento analiza todo la propuesta de Freire y se hace una autocrítica fuerte y sale a bancar a Freire.
En Argentina, en la academia, Freire va a entrar por Servicio Social (a mí el primer libro me lo da una estudiante de Servicio Social) con “Educación y comunicación”, ya que era bibliografía de esa carrera; y no por Pedagogía.

Pero, volviendo a Pedagogía del oprimido, Freire es invitado por Harvard a dar un seminario por un año y él acepta. Muchos pensaron ¿qué va a hacer este allá? Es más, él no tenía pasaporte porque había sido expulsado de su país. Estaba en Chile exiliado trabajando con la gente que después va a ocupar lugares distintivos en el gobierno de Allende, sobre todo la gente del MAPU que es un desprendimiento de la democracia cristiana por izquierda. Es muy amigo de Jacques Chonchol, que está casado con una brasilera, allá vive mucho con él y le regala el manuscrito de Pedagogía del oprimido, escrito con un letra chiquita muy prolijita. Bueno, cuando aparece el problema del pasaporte, sus amigos chilenos le hacen un pasaporte trucho que dice que es de Chile pero que había nacido en Brasil y pasó….
Freire fue y estuvo 11 meses hasta que se va a Ginebra y publican ahí Pedagogía del oprimido. Obviamente él escribe en portugués y hubo que hacer traducciones; del inglés se lo fue traduciendo a los otros idiomas y eso fue deformando el texto. Hay dos versiones en italiano que no son iguales, después al francés, al alemán, al portugués en Portugal, no en Brasil. Así se van agravando y arrastrando los errores. Hay una versión en español, que se publica en los ’70 en Uruguay que está censurada con el consentimiento de Freire para quitar partes que pudieran ser usadas como excusa para que el libro no se publicara. Sobre esa versión nos formamos nosotros y cuando empiezan a llegar otras versiones nos encontramos que ningún libro es igual al otro y eso genera confusión. En Brasil, se va a editar después una versión que trae los arrastres de los errores. En la edición 15 de Brasil, Freire agarra el libro y ve esto y empieza a corregir, corregir, corregir. Esto lo sabemos porque le regala un libro a Moacir Gadotti diciéndole “esta versión es bastante más prolija”. Y ahi nos damos cuenta todo lo de las traducciones. Mientras tanto, recuerda Freire que está el original que tiene Chonchol y le escribe para recuperarlo. Ese original tiene una vida propia también: cuando viene el golpe militar de Pinochet, Chonchol no está en Chile, eso lo salva. Los militares entran y le revientan la casa y se llevan todo. Una carpeta de cartón manuscrita la miran y la tiran, no le dieron bolilla, y eso era Pedagogía del oprimido. Cuando Chonchol se entera que está a salvo, pide que se la lleven a Francia, porque en un principio tiene pensado darla a la UNESCO. Después no lo hace y la conserva; cuando vuelve a Chile se la trae, pero no la manda por correo, siempre lo hace a través de una persona. Entonces cuando Freire le escribe, le dice sí lo tengo y Freire le dice lo necesitamos porque es un despelote esto, por lo de las traducciones. Y empiezan a ver cómo no mandarlo por correo sino que alguien lo vaya a buscar y en ese ínterin muere Freire.

Hace poco, el hijo de Freire se junta con una copia certificada del original y la da al instituto Paulo Freire de Brasil, donde escribiendo te mandan la versión digital gratis del original de Pedagogía del oprimido. Y ahí vamos a ver, aunque está en portugués, cuántas cosas faltaron. Además tiene una introducción que es impecable. Yo a veces cuestiono cuando los maestros entregan un capítulo de Pedagogía del oprimido, mas vale entregá la introducción, porque te invita a leer el resto del libro, pero un capítulo es descuartizarlo.
Por supuesto que a esta idea de la educación bancaria, él le contrapone el conocimiento único con una metodología que es el diálogo de saberes, porque, como dice en Pedagogía del oprimido, el alumno no solamente ya sabe cosas sino que tiene una metodología de construcción y de transmisión de saberes y la escuela si la ignora, lo coloniza. ¿Qué tiene que hacer la escuela? construir condiciones para un diálogo de saberes, que la cultura del alumno pueda dialogar con la escuela y ahí, como la cultura es una opción, aportar a que ese alumno se pueda mover con fluidez en su cultura, sin necesidad de renunciar a ella y acceder a la cultura dominante. Porque, y este es otro concepto de Fanon, los oprimidos que no conocen la cultura dominante, no se pueden liberar. Porque la única manera de combatir a la cultura dominante es conocerla, vos no combatís lo que no conoces.
Bueno, todo este planteo lo va a retomar en varios escritos y va a seguir cambiando algunas cosas, porque es como él dice “mi cabeza piensa donde mis pies pisan”, para justificar un poco que, cuando está en África, en la experiencia de Guinea-Bisáu, una experiencia revolucionaria, el va a cambiar muchas cosas, no lo sustantivo pero le va a dar otro enfoque a su pensamiento pedagógico. Con todo, el alumno sigue estando en el centro del debate. La pedagogía es el instrumento fundamental de la educación y reniega contra la sobredeterminación que se hace de la pedagogía, hasta que al final en Pedagogía de la esperanza, hace todo una síntesis y prácticamente se cuestiona a él. Ahí hay un hecho interesante, él dice: cuando escribí Pedagogía del oprimido, era muy machista y me lo hicieron ver las mujeres norteamericanas que mi discurso era machista Al principio me ofusqué, después vi que sí, que tenían razón. Entonces, creo que toda la obra de Paulo Freire, con la infinidad de libros que escribió, va dejando un pensamiento, un legado de una concepción de la educación hecha desde el territorio, ya no son conceptos que vienen de Europa y entran acá a la escuela nuestra que es una escuela añejamente urbana, eurocéntrica, etnocentrista y patriarcal. El contrapone otra escuela que, surgiendo desde la realidad, puede construir el mundo.

Hay algo que me preocupa que está muy vigente, Freire tiene un estilo de escritura muy poético, a veces repite las frases, repite conceptos varias veces y lo remata con una frase potentísima. Por ejemplo, nosotros teníamos una que nos gustaba mucho: «si la educación no es popular el sueño del oprimido es convertirse en opresor » -eso deberíamos pensar cuando hablamos de Milei. Por ahí viene el fenómeno Milei- y esto hizo que nosotros, malos lectores de Freire, porque nos llegaba mal, llegaban manuscritos o apuntes, artículos escritos por otros, nos agarrábamos de esta frase contundente y nos llenábamos los bolsillos. Y las usábamos para ganar la discusión, pero era una muy mala lectura porque no comprendíamos todo el proceso de pensamiento y elaboración que había detrás de esa frase potente. Yo siempre digo que me alfabeticé en Freire durante la CREAR (Campaña de Reactivación Educativa de Adultos, 1973-74). Nos dieron una capacitación y ahí es donde lo conocí más a Freire, fue en el ’73 en el gobierno de Cámpora.
A mí me preocupa además, que hoy hasta Google le rinde homenaje a Freire, todo el mundo cita y recita a Paulo Freire, como una manera de no comprometerse con sus ideas. Obviamente que Freire no conoció todo este desarrollo tecnológico pero creo que Freire es una manera de ir a ese legado pedagógico para interpelar el presente y poder construir el futuro. Porque ahora se habla mucho del cambio curricular y todo esos maquillajes si no ponemos realmente al alumno en el centro del proceso de aprendizaje no tienen sentido.

¿Pero eso no está relacionado con que no hay un proyecto político colectivo que piense la educación en ese sentido?

La educación es una variable dependiente del proyecto político pero también es interviniente, por ejemplo el caso de la experiencia con la escuela de Uncal [1]. Ahí hubo un proceso de la comunidad que obligó al gobierno a hacer algo que no le interesaba.

Está bien. Es un proceso interviniente pero los docentes estamos formados en esta cultura y en esta escuela ¿cómo hacemos para ser factores de cambio?

Pero cuando el docente cierra la puerta del aula, hay experiencias muy interesantes muchas y muy buenas. El docente cierra la puerta del aula y es Gardel ahí adentro, puede iniciar un proceso distinto, de reconocimiento de la cultura del alumno, nadie le va a hacer un sumario por eso. Hasta hace poco enseñaban la “conquista del desierto” como una gesta épica porque lo pedía el programa. Cuando lo empezaron a enseñar de otra manera nadie les hizo un sumario. Tiran la bronca 4 nacionalistas con z porque la escuela tiene 3 banderas, porque ponen la bandera mapuche, pero no pasó nada. El docente debiera comprender, siguiendo a Paulo Freire, que el currículum es su herramienta de trabajo. No tiene que esperar que se la hagan otros, la tiene que hacer él, con sus alumnos, con la comunidad, con la realidad y entonces cuando hace eso es un trabajador de la educación, sino no es un docente, está renunciando paulatinamente al rol docente para transformarse en un funcionario administrativo que distribuye cosas que decidan otros.
Ese es el debate que va a plantear Freire. Por eso Freire pone en el centro la pedagogía, ponerla al centro del debate, porque es la ciencia que le a sentido a mi práctica, la que construye mi identidad y me da herramientas, donde la didáctica juega un rol fundamental, la psicología también pero sin pedagogía no hay educación. Yo creo que hace ruido también, desde hace mucho tiempo como discurso tranquilizador decir que la educación es una variable dependiente del sistema político. Yo digo que es también interviniente, por partes iguales, porque cuando vos hagas un proyecto político distinto seguramente va a haber resistencias. Siempre hay gente que va a resistir, cómo se resistió la Ley Federal de Educación, acá en Neuquén, por ejemplo. Todo el país con la Ley federal, nadie resistía, todo el mundo decía la ley tiene cosas buenas y cosas malas; Neuquén fue la única que resistió y la Ley Federal era el proyecto político de país que se venía. Bueno, esa resistencia llegó un momento que prendió e intervino y así Neuquén fue la única provincia donde no se aplicó la Ley Federal. Y el próximo gobierno no la aplicó en todo el país. Entonces para mí no tenemos que quedarnos en ese concepto de que es variable dependiente solamente.
Yo tengo que estar comprometido en enseñar cómo funciona el mundo y para eso tengo que enseñar las relaciones de poder que se dan en el mundo. Sin decir después voten a fulano o voten a Mengano. Creo que ese es el déficit del docente hoy, incluso del docente con mayor nivel de conciencia que está sindicalizado, que está organizado y terminan solamente peleando por la cuestión salarial y no por sus condiciones de trabajo. No pelean por la libertad de cátedra, que tendrían que tener tanto como tiene la Universidad, porque el trabajo mío preexiste al universitario entonces poner libertad de cátedra y autonomía académica en la cúspide del sistema donde llegan pocos…ah bien, democraticemos todo.

Pero la despolitización social hace muchas veces que quienes deberían ser sujetos de ese cambio estén igual de despolitizados como las comunidades en las que se insertan. Ahí cómo hacemos?

Es cierto que la escuela se fue resignando a su rol de administradora de los valores de la clase dominante. Fue resignando su rol en el espacio en disputa y contribuyó a despolitizar la sociedad. Muchas veces, para los docentes es más tranquilizador aplicar el currículum que les mandan desde el ministerio que pensar cómo enseñarle al chico a interpretar el mundo y generar un proceso de diálogo, que no es la charla de café. En el diálogo educativo se disputan sentidos, modos, lenguajes, miradas y concepciones del mundo, se disputa una ética.
Pero para que haya diálogo en serio no tiene que haber colonización, imposición. Pasa con los maestros que tienen alumnos evangélicos y se asustan, se agarran la cabeza. ¡¡Que sea evangélico!! Yo en la escuela tengo que enseñar que hay muchas religiones, tal vez le tengo que enseñar que las religiones estuvieron atadas al poder y que la religión evangélica es la que creó el capitalismo porque el catolicismo no le servía. Y para eso tenés que fundamentar y argumentar y estudiar. No puedo entregar un capítulo de Pedagogía del oprimido y con eso sacar chapa de progresista y de freireano. Yo tengo que trabajar sobre la premisa que las consideraciones del sujeto que aprende son el punto de partida y de llegada de cualquier proceso pedagógico.
El chico viene con un nivel de politización hoy que a veces el maestro se la asfixia, porque viene con su planificación. El maestro debería prepararse para manejar los acontecimientos que se dan en el aula a través de los cuales la vida se hace presente. Yo tengo una anécdota mía, del campo. Mi viejo o mi vieja me llevaban a la escuela en Sulky, en tractor a veces íbamos, parados en el enganche de atrás y agarrados al asiento (un riesgo era, porque si nos resbalábamos…). Yo me había criado con un perro, ese perro era mi amigo, mi juguete. Mi vieja no me dejaba salir del campo sin el perro, entonces cuando yo me iba a la escuela lo encerraban en un galpón para que no nos siguiera.
Cuando yo me preparaba para ir a la escuela el perro se ponía adelante del Sulky, entonces el viejo lo cazaba y lo mandaba al galpón y cerraba la puerta del galpón.
Un día yo estaba en la escuela, en verano, ladridos, corridas, todos miramos para la puerta y ahí veo a mi perro que miraba para todos lados y olfateaba, hasta que me encuentra y corre, me ladra, me salta (los chicos gritaban, la maestra también). Llega, me lengüetea y yo tratando de calmarlo porque estaba enloquecido.
La maestra me grita ¡afuera el perro! y yo le digo que no se va a quedar afuera pero me obliga a sacarlo, le digo que va a romper la puerta y me dice que lo haga igual y ¡claro! el perro arañaba la puerta, así que la maestra me sacó afuera con el perro.
Me fui afuera y -apenas me senté en el mástil- él se echó al lado mío y se durmió, estaba cansadísimo. El nunca había estado en el pueblo, había llegado olfateando, imaginate, estaba agotado. Suena la campana. Recreo. Todos los chicos al patio. El perro chocho, todos querían tocarlo, jugaban con el perro. Vino la maestra y me mandó al patio de tierra, que era un patio donde se hacía Huerta, ahí no había recreo. Ahí estaba yo con el perro. Porque no me podía ir al campo, no me podía ir a mi casa. Viene la portera, qué era campesina y me dice: ¿qué te pasó? Y yo le pregunto ¿por qué no me deja entrar (la maestra) a la escuela con el perro sí está limpio y es manso? Es un ovejero, si me deja entrar con él a la escuela se va a echar al lado mío y no va hacer nada. Va la portera a hablar y la maestra aceptó pero me dejó al fondo con el perro y corrió a todos los chicos con sus bancos hacia adelante. Mucho tiempo después me di cuenta qué oportunidad perdió esa mujer para rescatar este perro, convertirlo en objeto de estudio, los chicos nunca habían tocado un animal, no sabían cómo había llegado al pueblo, cómo me encontró. Sin embargo no, la escuela mandaba que los animales en el aula no, que para eso están las láminas.
Esto fue lo que Freire viene a meter en crisis. Por eso lo negaron, lo censuraron, quemaron sus libros. Usar a Freire era condenado porque la escuela se protegía con represión. Todos los sistemas autoritarios lo censuraron. Pero también molestó a los docentes porque Freire los venía a desapoltronar de ese rol de echarle la culpa al sistema. Y de esa idea de que no va a haber otra escuela mientras no haya una revolución, y no, donde hubo revoluciones en la escuela hubo cambios antes ¡eh!, como parte del proceso.
Freire debe haber pasado 12 años exiliado y cuando volvió todavía seguía interdicto en varios departamentos de Brasil, recién después de muerto lo admitieron totalmente. No pudo volver a dar clases porque seguía con un decreto que lo consideraba persona no grata. Recién cuando muere, con el gobierno de Lula, hay una reconciliación con su obra. Y la última estrategia de la derecha es hacerlo digerible, ahora todo el mundo cita a Paulo Freire, hasta Google, porque aparentemente el viejo ya no molesta.
Yo creo que un error o una asignatura pendiente de los que nos formamos con Freire es no dejar que lo vacíen de contenido, es sostener que es un sujeto histórico que dejó un legado que puede ser potentísimo para pensar otra escuela hoy. Porque las cuestiones fundamentales que Freire trabajó siguen existiendo: la educación bancaria, la invisibilización del alumno…

¿Qué es la educación bancaria?

Freire dice que la escuela se comporta como un banco donde vas con un cheque y el cajero te entrega dinero. El chico va a la escuela y la maestra le entrega saberes. En una relación totalmente asimétrica en la que no importa la cultura del chico, los saberes o su deseo. Varias veces discutimos: ¿por qué si todos los deseos satisfechos generan placer, nuestra escuela no es placentera? Es que el deseo está puesto al bando en esta sociedad. Solamente los psicólogos hablan del deseo y desde un punto de vista sexual solamente. Bueno, en la escuela hay que entender por qué en la educación sexual que se da no está el deseo. Es importante lo que se está haciend,o pero no va a ser completo hasta que no instalemos el deseo. Además esto se lleva a las patadas con las prácticas de motivación. El deseo no se motiva. El deseo es hasta irracional Pero mueve a la persona.

Si tuvieras que criticarle algo a Freire: ¿qué sería?

Yo creo que hay que entenderlo. Hizo lo que pudo en condiciones de desarraigo e hizo mucho más que algunos que se venden como los grandes pedagogos y que hoy utilizan a Freire. Creo que Freire es uno de los padres fundadores de todo lo que es la educación latinoamericana, fue continuador de lo que hicieron otros. Yo la crítica se la haría a los freireanos, a los que ignoran la presencia de otros pedagogos en el discurso de Freire, como Martí, como Simón Rodríguez o Frantz Fanon o Luckács más allá de América Latina o como Gramsci, que Freire lo va a tomar y todo el mundo saca las citas. Porque así le sacan la rebeldía a Freire. Y él era un tipo rebelde y molesto, muy molesto. Molestaba a aquellos que hoy son apasionados de Freire ahora que el viejo no jode mas… yo no me animo a criticar a Freire hasta que semos capaces de poner en práctica las cosas que él puso en práctica. Mirá: Freire viene a Brasil y su amiga es intendenta de San Pablo y le pide ayuda y se pone a trabajar y le propone ser ministro de educación de ese Estado y él acepta. ¿Vos crees que alguno de estos pedagogos, algunos de estos pseudo próceres, iba a aceptar hipotecar todo su prestigio dedicándose a administrar unas escuelas todas destruidas? El viejo acepta y visita las escuelas y habla con los docentes y no hace tan mal papel. Es un tipo que fue muy humilde en ese sentido y la critica siempre le llegó tarde porque él ya se la había hecho. Cuando le dijeron que era contradictorio dijo “sí, sí y orgulloso de mis contradicciones”, sin contradicciones vos no crecés; sale a reivindicar el conflicto como situación necesaria para el aprendizaje.
Una de las criticas se las hace la academia comparándolo con Gramsci, diciendo que ninguno de ellos tenia una obra completa terminada. El tano escribía en cana y por morirse, cómo le puedo pedir una obra con todo. Y encima cuando la sacó, el partido (comunista) lo censuró. Se lo ”tituló”, dicen ellos ¡ma qué titular! Entonces hay veces que desde sectores del retro progresismo se lo cuestiona a Freire pero no veo que sean críticas sustantivas. Creo que tenemos que preocuparnos por ponerlas a actuar esas ideas.

Hoy, con todas las desigualdades que hay entre países y entre clases: ¿Freire se puede aplicar en todos esos niveles? y ¿cuál sería el cruce con las nuevas tecnologías?

Si vos ponés al alumno como punto de partida e iniciás un proceso de diálogo con conocimientos que no sean compartimentos estancos, pueden resultar apasionantes los procesos que se van a encontrar. Porque esta cultura dominada tiene estrategias de supervivencia, construye saberes potentes pero que la escuela niega y no reconoce; y a veces más que los que tienen todas las condiciones, pero si no tienen todos los artefactos no saben cruzar la calle. Yo creo que sí, pero para eso hay que cambiar la escuela. Esta escuela no, esta escuela va a agudizar las desigualdades y va a convertir las diferencias en desigualdades, que es lo más grave. Se puede, si se deja de pensar en el conocimiento como compartimentos estancos. Una critica a la academia es que el conocimiento es una sumatoria de saberes, contradictoria y conflictiva, no es una epistemologia y blabla. Son saberes, que hoy son científicos y mañana no lo son. Pero tienen el certificado de cientificidad y dicen esto no es científico. Algunas cosas son lo más científico que tenemos hoy y mañana dejan de serlo. Ahora las tecnologías son convergentes, para crear un mundo artificial. Hoy con todo eso no podemos seguir con la escuela de la cadena de montaje. El currículum es el paradigma de la revolución industrial: la evaluación, el tiempo, todos los elementos de la cadena de montaje tiene. ¿Hoy? si no hay esa cadena de montaje. Seguimos creando trabajadores que no van a conseguir trabajo. Y mientras tanto hay pibes que con una computadora programan y te ganan 400 mil pesos por mes porque se meten en las ATECH.

Creo que el paradigma ese de la escuela marginada y la del centro se sostiene con la escuela tradicional. Hay que construir otra escuela pero esa construcción no pasa por un cambio curricular, es un cambio pedagógico el que se necesita. El pibe del oeste nunca va a acceder a la conectividad de un pibe del centro. Si yo en lugar de poner el peso en la conectividad lo pongo en los saberes que trae cada alumno y en la metodología de construcción de esos saberes previos que pueden ser objeto de estudio, vamos a ver qué sabe el pibe del centro (se ríe), no quiero hacer una visión romántica de la pobreza, pero un pibe que tiene que sobrevivir en la calle construye saberes que después la escuela ignora, cuando no condena.

[1Esta experiencia está narrada en el libro Un maestro, de Guillermo Saccomanno.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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Entrevista a Paula Guerra: «Cuando crees que el racismo sólo es una cuestión de conductas individuales de gente loca, nazi, dejas de prestar atención a la dimensión social e institucional del racismo»

Por: Pablo Sánchez

En los CIE han muerto personas por falta de atención médica oportuna, hay hacinamiento, poco acceso a higiene personal, la alimentación es lamentable, en invierno muchas veces el frío no se soporta.

Paula Guerra Cáceres (Santiago de Chile, 1976), es Comunicadora Social. Llegó a España el año 2006 para estudiar un doctorado y lo que pensó que serían tres años, se convirtieron en los quince que lleva actualmente viviendo en Madrid.

Al poco tiempo de llegar, debido a su propia experiencia y también por lo que presenciaba en las calles, en su barrio, y en los medios de comunicación, decidió tomar parte activa en la lucha contra el racismo. Fue presidenta de SOS Racismo Madrid entre 2018 y 2020, y actualmente colabora como columnista en diversos medios en los que aborda la problemática del racismo estructural.

¿Qué es el racismo institucional y a quiénes afecta?

Para comprender el fenómeno del racismo lo primero que hay que entender es que el racismo es estructural. El racismo es una estructura de dominación basada en una jerarquía políticamente construida de superioridad e inferioridad, en relación a distintos marcadores raciales (color de piel, identidad étnica, identidad religiosa, etc.). Este racismo estructural se expresa a nivel institucional, social e individual.

La dimensión institucional por la que me preguntas se refleja en todas aquellas leyes y aparatos racistas de Estado que se crean con el fin de subalternizar a las poblaciones racializadas. Por ejemplo, la Ley de Extranjería, que crea ciudadanos y ciudadanas de segunda y tercera categoría según su lugar de nacimiento, y que condena a miles de personas a la venta ambulante, ya que las trabajas burocráticas les hacen imposible conseguir papeles.

Otros ejemplos de este racismo institucional son las trabas con que se encuentran algunas personas migrantes sin papeles para poder acceder a la sanidad pública, las tasas universitarias más elevadas que deben pagar los alumnos y alumnas extranjeras no comunitarias, las identificaciones por perfil étnico/racial que efectúa a policía, las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla; las deportaciones exprés, la existencia de los Centros de Internamiento para Extranjeros, que son cárceles racistas donde se recluye a personas que solo están en una falta menor como es no tener papeles, etc.

¿Cuáles serían la dimensión social e individual?

La dimensión social del racismo estructural tiene que ver con cómo se nos ha construido socialmente, cómo se nos representa ante el mundo. Es la narrativa de Occidente la que ha construido una imagen sobre nosotros y nosotras, siempre como personas inferiores. Nuestros países nunca se consideran cuna de conocimiento, o de arte, más bien se nos ridiculiza o folcloriza. Para el relato occidental todo lo bueno surge en Occidente y Europa. En esto han contribuido los medios de comunicación, el cine, la literatura y el arte.

La dimensión individual del racismo es la persona concreta que ejerce racismo. Aquí entra, por ejemplo, el profesor que hace un comentario racista a la alumna con hiyab, el que te grita «sudaka de mierda» o «vete a tu país», el que insulta por las redes, el que golpea, el que hace chistes racistas, etc. Y también, ojo, la que hace comentarios paternalistas.

Muchísimas personas confunden el racismo individual con «el» racismo.  Cuando hacen esto, invisibilizan el racismo social e institucional relegando el racismo solo a una cuestión de gente loca, o nazi.

Estas tres dimensiones, la institucional, social e individual, están interrelacionadas y se enmarcan en una estructura político-social que valida el que algunas personas sean consideradas inferiores y tengan menos derechos, es decir, que sean consideradas como sub-humanas o no humanas.

En cuanto a quiénes son las personas que se ven afectadas por estas tres dimensiones del racismo estructural, pues todas las que pertenecen a las comunidades y pueblos históricamente oprimidos por Occidente, es decir, gitanos, africanos/afrodescendientes, latinoamericanos, asiáticos y árabe/musulmanes.

¿Qué responsabilidad tiene el gobierno en la proliferación de mensajes de odio que ponen en la diana a las personas racializadas?

Es muy importante comprender la dimensión estructural del racismo. Cuando crees que el racismo solo es una cuestión de conductas individuales de gente loca, nazi, dejas de prestar atención a la dimensión social e institucional del racismo.

Liberas al estado y a la sociedad en su conjunto de su responsabilidad en lo concerniente al racismo. Contestando a tu pregunta, el estado ampara la reproducción del racismo y, en consecuencia, de los mensajes de odio, a través de sus leyes y aparatos racistas de Estado, porque mediante ellos refuerza la idea de que las poblaciones migrantes y racializadas son inferiores, y que merecen tener menos derechos y ser tratadas de la forma en que son tratadas.

¿Qué va a pensar una persona europea sobre los hombres sudamericanos, por ejemplo, si siempre ve que son parados por la policía en la vía pública? Va a pensar «algo habrán hecho». Esa persona probablemente no va a tener idea que existe una práctica policial institucionalizada que son las paradas racistas, que consisten en parar a personas en la vía pública en base a un criterio étnico-racial con el fin de pedirles su documentación para ver si tienen o no papeles.

Esta práctica policial, juntos con otros aparatos racistas de Estado que enumeré antes, crea un discurso estigmatizante y criminalizante sobre determinadas poblaciones, discurso que está en la base de los mensajes de odio.

Paula Guerra Caceres. Foto: Berta Delgado. YanMag

La política migratoria española provoca decenas de muertes cada año. ¿Por qué España continúa por el mismo camino, ineficaz en sus objetivos de reducir las llegadas al país?

Para empezar, España debería habilitar vías legales y seguras para migrar. Es muy conocido que a las personas africanas prácticamente les es imposible conseguir un visado de estudiante, de turista o de trabajo. Imposible. Se ha escrito mucho sobre ello. Da igual que cumplan todos los requisitos, simplemente les niegan la posibilidad de tener un visado.

Ante esta situación, ¿qué hace una persona que, por la razón que sea, quiere o necesita migrar? Migra sea como sea, jugándose incluso la vida. En este sentido, la política migratoria del estado es cruel, es perversa. Los gobiernos, todos ellos, de derecha o de izquierda, saben las consecuencias de esta política migratoria y ninguno la cambia.

Al final lo que ocurre es que miles de personas mueren por el camino y que una buena parte de la que llega termina trabajando en la economía sumergida en jornadas interminables y por sueldos de miseria. ¿Quién se beneficia de ello?, ¿se beneficia acaso el trabajador migrante? A veces pienso que es muy conveniente mantener todo este sistema perverso.

¿Cuáles son los efectos de la ley de extranjería actual?

Alguna de las cosas que comentaba antes. La Ley de Extranjería crea ciudadanos y ciudadanas de segunda o tercera categoría, según su lugar de nacimiento, impone mil trabas burocráticas para conseguir un visado de estudiante o de trabajo, impone otras mil cuando quieres renovar alguno de estos visados, dificulta la homologación de titulaciones, impone tasas universitarias más altas a estudiantes no comunitarios y condena a miles de personas a la venta ambulante.

¿Por qué se encierran a las personas migrantes en CIE por una simple falta administrativa? ¿Cuál es su objetivo?

El objetivo de los CIE es recluir a las personas que están sin papeles con el fin de abriles un expediente y luego deportarles. ¿Pero por qué van a recluir en una cárcel -porque por mucho que lo nieguen, los CIE son cárceles- a personas que solo están en una falta administrativa?

El propio código penal español dice que no tener papeles es una falta menor, algo comparable a saltarse un semáforo en rojo… a las personas que se saltan un semáforo en rojo no las encierran, nos las privan de libertad ni las someten a vejaciones físicas y verbales. En los CIE han muerto personas por falta de atención médica oportuna, hay hacinamiento, poco acceso a higiene personal, la alimentación es lamentable, en invierno muchas veces el frío no se soporta. Esto lleva años denunciándose por innumerables colectivos y asociaciones, pero ahí siguen. A ningún gobierno se le ocurriría levantar cárceles racistas para poblaciones blancas.

¿Cuál debería ser la respuesta de la sociedad civil frente a todos estos abusos?

La lucha antirracista es una lucha que debe emprender la sociedad en su conjunto. Todas las personas deberían ser agentes activos contra el racismo, visibilizarlo y denunciarlo. Apoyar las manifestaciones antirracistas, denunciar los abusos policiales cuando los presencien, denunciar el racismo que ven en sus trabajos, en sus centros educativos, en la calle, etc.

No se puede callar ante estos abusos, no se puede ser cómplice de ellos.

Fuente de la información e imagen:  https://contrainformacion.es

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Entrevista a Alba Díaz: “Las redes sociales y la continua sobreexposición banalizan en cierto modo la carga emocional, íntima e intransferible de cada fotografía”

Por Angelo Nero

Alba Díaz, viguesa afincada en Lugo, es maestra de inglés en la enseñanza pública de profesión y fotógrafa de vocación. Sus retratos se antojan radiografías de las almas de gente comprometida con su país y con su cultura, como pude comprobar cuando la descubrí, a partir de su Making of de “Acorda”, el documental que bajo la dirección artística de Uxía Senlle y Marina Carracedo, nos ofrece una cartografía musical de la Memoria Antifascista.

Queremos comenzar por aquí, por ese precioso trabajo de documentación del rodaje de “Acorda”, en el que junto al equipo del film dirigido por Lucas Terceiro, recogistes muchos de los escenarios del terror fascista en la provincia de Pontevedra, y conociste a testimonios de esa represión, como los de Telmo Comesaña o Queta Molas, y a artistas que pusieron música a nuestra Memoria.

¿Cómo fue esa experiencia de participar en este proyecto, promovido por el departamento de Memoria Histórica de la Diputación, que, además del documental fue completado con una exposición de tus fotos en el Archivo Provincial de Pontevedra?

Fue una experiencia enormemente enriquecedora e interesante, por la naturaleza de la misma, relacionada con una parte fundamental de nuestra memoria colectiva y, por otro lado, supuso la oportunidad de trabajar con grandes artistas y bajo la dirección de Uxía –amiga y persona de referencia a muchos niveles- y Marina Carracedo. Supuso también un importante ejercicio de concentración en cada uno de los emplazamientos elegidos para el rodaje. En definitiva, un gran orgullo, pero también cierta responsabilidad. En cuanto a la exposición en el Archivo Provincial de Pontevedra, estoy agradecida al Departamento de Memoria Histórica de la Diputación por su confianza en mi trabajo y la oportunidad de que este pueda ser visibilizado y disfrutado por la ciudadanía.

Making of Acorda. Foto: Alba Díaz

En 2019 participas y comisarías la exposición Ha(v)belas, en el Vello Cárcere de Lugo, donde, con otras seis mujeres, ofrecíais, desde un marco multidisciplinar, una mirada femenina a ese mundo de nuestra cultura donde, todavía hoy, parece estar dominada por un patriarcado académico. ¿Cuál era la intención de esta muestra, y qué recorrido tuvo?

Nuestra idea en cuánto a Ha(v)belas era precisamente esa: visibilizar el trabajo artístico de mujeres compañeras que, con frecuencia, son relegadas a un segundo plano. Queríamos ocupar espacios y recibimos el apoyo en ese momento de la Concellalía de Cultura del Concello de Lugo a través de Carmen Basadre, que apostó por nuestra idea. El comisariado de la exposición lo compartí con Ana Díaz Anusca y en ella participaron también, además de nosotras dos, Bego Pérez, Camino Casabella, Isabel Somoza, María Mata y Susana Vilanova, junto a Sabela Díaz, diseñadora de las artes de la exposición y la cantante Ruth León, que clausuró la misma con un excelente concierto.

Este pasado 2020, traes una muestra muy original “Miradas en la ducha”, a un lugar también muy especial, el IES Santiago Basanta Silva, en Vilalba. ¿Cómo surgió la idea de ese proyecto tan íntimo, y cómo se desarrolló el trabajo, imagino que había un alto grado de complicidad con las mujeres que se prestaron a colaborar contigo?

La posibilidad de exponer estas fotografías allí surgió por idea de dos profesoras de este centro, Verónica Santiso y Sabela Figueira, dos mujeres con una gran sensibilidad que me dieron todo tipo de facilidades para llevar adelante la exposición. Además, hacen unas actividades maravillosas con el alumnado y cuentan con una enorme implicación en su trabajo que trasciende lo exclusivamente académico.

Serie Mulleres na ducha: Rosalia. Foto: Alba Díaz

El desarrollo de este trabajo, efectivamente, tuvo lugar con una gran complicidad, pues las protagonistas son, o bien mujeres de familia (mi madre y hermanas) o bien buenas amigas. Concebí la ducha como un lugar donde despojarse de las máscaras y las preocupaciones que arrastramos en el día a día, un lugar de luz y tranquilidad. A partir de ahí, procuré buscar un diálogo íntimo con cada una de ellas que de algún modo se plasmase finalmente a modo de confesión fotográfica.

Paralelamente, expusiste en la galería Vieiros de Lugo, “María Violencia”, una muestra con la que intentas visibilizar el sistema de dominación sobre el que, como tienes afirmado en alguna entrevista anterior, se asienta el resto de dominación y violencias. ¿Qué sigue fallando en esta sociedad, donde parece que la violencia sobre las mujeres se haya normalizado? ¿Esta muestra es una nueva llamada de atención para sensibilizarnos ante esa violencia cotidiana que todas las semanas pone una nueva víctima sobre la mesa?

Lo que falla básicamente es que estamos presas de un sistema patriarcal, donde todos los ámbitos de decisión que podrían hacer cambiar las cosas de manera efectiva están copados en su mayoría por hombres. Los ejemplos más claros son la política y, especialmente, la justicia. Sólo así se entiende la perpetuación de esta problemática o sentencias tan polémicas e injustas que ponen de manifiesto un absoluto desconocimiento de nuestra realidad, nuestro sufrimiento y el sesgo machista que sigue presidiendo nuestra vida en sociedad. Además, es el caldo de cultivo ideal para el resurgimiento desvergonzado de ciertas ideologías –fascistas, retrógradas y profundamente machistas- que encuentran justificación y acomodo ya no sólo en estos ámbitos sino también en los medios de comunicación, que también tienen una responsabilidad importante.

Es una llamada de atención a esta situación,  que en ningún caso una sociedad que no esté profundamente enferma puede normalizar –como hasta cierto punto está ocurriendo- el maltrato, la violencia y el terrorismo machista.

Serie María Violencia. Foto: Alba Díaz

En esta muestra de “María Violencia” haces una interpretación de esa realidad tan dura, le quitas el color, desenfocas el rostro, para reflejar el drama en el que están atrapadas muchas mujeres, una realidad en blanco y negro, difuminada, como en una pesadilla, ¿Qué importancia tiene el modo de tratar una imagen para que nos hable del drama que esconde detrás?

Si las fotografías te sugirieron la palabra pesadilla, debo pensar que acerté en el modo de concebirla. Efectivamente, una mujer que se encuentra en una situación de maltrato y sufriendo la violencia machista, es alguien que probablemente vive una realidad distorsionada, por el sufrimiento, el padecimiento y el acoso. Y en cierto modo, también su propia persona se difumina y se borra. Ese era el sentido con el que quise trabajar en esta muestra y agradezco también la confianza de Alfredo Bongianni, fotógrafo y director de la Galería Vieiros, que confió en mí para esto.

En este mundo digital, en el que tenemos una sobreexposición de imágenes sobre víctimas de guerras, migrantes hacinados en campos o jugándose la vida en el mar, ¿no corremos el riesgo de inmunizarnos ante el sufrimiento de esos nadies de los que hablaba Galeano?

Vivimos rodeados de imágenes a todas horas. Las redes sociales y la continua sobreexposición banalizan en cierto modo la carga emocional, íntima e intransferible de cada fotografía. Lo digital transforma el relato fotográfico en simple información y de algún modo anula lo transcendente y substantivo de la imagen, su carga de profundidad. En lo digital se anula también el paso del tiempo –lo digital no sufre- y dimensiones como lo lejano o lo próximo se ven también anuladas. Al tiempo, las redes alimentan el ego, que se consume y acaba en uno mismo, donde los problemas ajenos ocupan cada vez menos lugar. Todo esto implica una pérdida evidente del grado de conciencia sobre los problemas tan serios que a esta hora sufren muchas personas en distintas partes del planeta. Afortunadamente, sabemos que también hay mucha gente concienciada y aún existen modos válidos y acertados de para llegar a la gente. Creo que Acorda o estas fotografías son muestra de ello: se puede buscar lo estético y lo bello al tiempo que se busca la justicia y se denuncian los problemas que nos afectan como sociedad.

Trabajaste junto al actor y poeta Lois Pérez en un libro sobre una viaje que hicisteis a los EEUU para asistir a un concierto de los Rolling Stones en Philadelphia, en la que, probablemente sea su última gira, No Filter Tour, 57 años después de la fundación del mítico grupo de rock. Cuéntanos como fue esta experiencia, y cuándo podremos tener el libro en nuestras manos.       

Parece que haya pasado ya más tiempo… Pero fue una experiencia memorable, porque tuvimos la oportunidad de ver algo irrepetible –Charlie Watts ya no está- y aunar algunas de nuestras pasiones: el rock, viajar, la fotografía y la poesía. Los viajes a Estados Unidos están llenos de contradicciones y paradojas, pero también de oportunidades.

El libro, que aparecerá en la primavera de 2022, se titulará Lugo Philadelphia Dous peles roxas no corazón de Babilonia y será publicado por Edicións Xerais. Tenemos cierta ilusión de que sea del agrado del público.

Foto: Alba Díaz

En cualquier materia artística, es inevitable hablar de las influencias. ¿Cuáles son las tuyas, los y las maestras de la fotografía que te han influido en tu manera de retratar el mundo o los mundos que se ponen delante de tu cámara?

Me gusta Cristina García Rodero, Isabel Muñoz. También Tina Modotti, Vivian Maier, Baldomero Pestana, García Álix, Cartier Bresson, Diane Arbus… Pero una cosa es que sean artistas de enorme agrado y otra que se puedan manifestar directamente en mi fotografía, que pudiese sonar algo pretencioso. En todo caso, su trabajo me fascina, cada una por cosas diferentes: el trabajo artesanal de Isabel Muñoz, el espíritu aventurero de García Rodero; la naturalidad de Baldo, la percepción de Maier…

Por último, ¿en qué nuevos proyectos estás trabajando? 

He trabajado últimamente en algunas cuestiones relacionadas con la música y continúo explorando posibilidades que, tal vez en el futuro, puedan nutrir nuevos proyectos.

Serie A Resistencia: A gravadora Isabel Somoza. Foto: Alba DíazFuente de la información e imagen: https://nuevarevolucion.es
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Entrevista a Paola Sotomayor, socióloga y especialista en investigación visual de la Universidad Nacional Autónoma de México

Por: J. Fernanda Sánchez Jaramillo

Es socióloga y especialista en investigación visual de la Universidad Nacional Autónoma de México. Magister en comunicación política y doctora en ciencias sociales, con especialidad en sociedad y territorio en la Universidad Autónoma metropolitana.

Como parte de su activismo en pro de los animales, desarrolló la Brigada Animal México, el tour de activismo a nivel nacional y global más grande de la historia, visitando universidades, centros comunitarios y poblaciones activistas en 32 sedes del país. Ha sido coordinadora global y asesora de campañas antiespecistas para organizaciones internacionales, latinoamericanas e hispanohablantes, presentado conferencias magistrales sobre el especismo y las crisis que genera, creado contenido divulgativo, crítico, en medios audiovisuales y académicos; además, acciones disruptivas, legislativas, artivismo y de acción directa.

FSJ: ¿Cuándo nació tu vocación por la defensa de los demás animales?

PS: A los 12 años cuando empecé en el activismo.

FSJ: ¿Hubo algún referente en tu familia sobre el respeto y cuidado de las demás especies?

PS: No, pero me fue inculcado el interés por la lucha social vinculada a los derechos de lxs campesinxs y la soberanía.

FSJ: ¿Cómo enfrentas la lucha contra el especismo en un país como México?

PS: Con valentía, ante los riesgos que implican ser mujer y hacer activismo en un país misógino, armado, corrupto y profundamente desigual que apoya poco la lucha anti especista, donde hay una relación entre la industria alimentaria especista y lxs creadores de políticas públicas dañinas.

FSJ: ¿Cómo involucras elementos como etnia, clase y género en la defensa de los demás animales?

PS: Desde el estudio y enfoque interseccional, pues ninguna violencia es aislada. El especismo es un sistema de opresión que opera a través de mecanismos de control y normalización en las esferas: cultural, económica y política.

La violencia hacia lxs demás animales convive con otras formas de opresión, que se potencian unas a otras. La lucha anti especista no puede ser efectiva sin pensar sus estrategias desde el contexto capitalista y patriarcal. Esta perspectiva se encuentra en todas mis propuestas.

FSJ: ¿Crees que el movimiento animalista, liderado especialmente desde la academia, utiliza las herramientas adecuadas, materiales y discursivas, para persuadir a la comunidad en general de la importancia de esta causa?

PS: No. Creo que hay un esfuerzo importante por la divulgación, pero también autoritarismo, poca colaboración hacia el veganismo popular y carencia de pragmatismo, así como una ausencia de urgencia y radicalidad ante las crisis planetarias de origen especista y de consecuencias terribles para el resto de lxs animales

FSJ: ¿Cómo debe abordarse, desde tu perspectiva crítica, el problema del especismo en pueblos originarios -históricamente colonizados-para acercarse a ellos respetando su concepción del mundo?

PS: sin la perspectiva colonialista y romántica de que hay quienes «no entienden» o «sus costumbres deben ser respetadas sin cambio», puesto que la mayoría de los pueblos originarios no explotaba animales para la alimentación hasta la llegada de la invasión europea a nuestro continente, así como tampoco reproducía costumbres patriótico-cristianas que imponen la explotación animal bajo pretextos de «cultura».

Las comunidades indígenas también viven las consecuencias del especismo, en términos éticos, ambientales, políticos y económicos. Por lo que no debe ser menor su consideración, tanto desde el rol que juegan como violentadores, como el rol que les vulnera al imponerles prácticas alimentarias como la dieta estándar americana y costumbres judeocristianas especistas que reproducen desde contextos de vulnerabilidad sistemática.

FSJ: ¿Es el veganismo el ideal último en la defensa de los demás animales?

PS: lo es el veganismo popular.

FSJ: ¿Si es así, qué pasa con el problema del consumo y el capitalismo detrás de la ingesta de comida vegana o de la promoción de alimentos como el aguacate y la soya, ambos monocultivos, que comprometen la pervivencia de múltiples comunidades?

PS: Esos problemas no son del veganismo ni de «la comida vegana» puesto que sus productores son empresas especistas como: Cargill (dueña de Purina, principal productora de alimento para animales de diversas especies), Nestlé y otras. La producción de alimentos y su consumismo conflictivo son problemas de la cultura capitalista no de la práctica ética y política que es el veganismo. Sus autores son las mafias empresariales o del narcotráfico (en el caso del aguacate), que reproducen prácticas especistas y contrarias a los derechos humanos, no lxs productores y consumidores veganxs.

No predomina en las personas veganas el consumo de aguacate. En promedio, solo el 10% de la población es vegana, pero no así el consumo de aguacate que es generalizado, en un país como México, por ejemplo. Por otro lado, más del 75% del cultivo de soya en el planeta corresponde a soya destinada a la alimentación de lxs animales presxs en las granjas, de manera que su producción es especista y una consecuencia de la alimentación con animales y poco tiene que ver con productores o consumidores veganxs. Incluso la producción de productos alimentarios de origen vegetal poco tiene que ver, en términos generales y estadísticos, con la «comida vegana». Se puede argumentar que la producción agrícola actual es contraria al veganismo.

No deben confundirse el problema de la agricultura capitalista y la cancelación de la soberanía alimentaria con el veganismo, pues responden a sujetos políticos distintos. La soberanía alimentaria, así como la práctica ética detrás de toda actividad laboral, incluida la agrícola, debe sostener valores de justicia integral, así como la búsqueda de un veganismo popular.

FSJ: La defensa de los derechos de los animales es una apuesta eurocéntrica y anglosajona, que está siendo ampliamente difundida por académicos y activistas latinoamericanos. ¿Qué características debería tener esta causa en el contexto de Abya yala, reconociendo el colonialismo ya existente? ¿cómo podría construirse un movimiento que tenga en cuenta la interseccionalidad y la diversidad cultural nuestra?

PS: en nuestros contextos existen abundantes colectivos, comunidades y pensadores de habla hispana, que conocen y viven el especismo en Latinoamérica. Estos son los trabajos que debemos divulgar, no las perspectivas extranjeras, que si bien son interesantes no son más valiosas que las propias ni corresponden a nuestras realidades ni valores ni tampoco son propuestas imprescindibles, sobre todo tomando en consideración que la lucha por los derechos de lxs demás animales ha estado presente desde cientos de años atrás, previo a toda interacción academicista del elitismo extranjero. Por otro lado, sí es imprescindible recordar que el especismo, como sistema de opresión, es una imposición de lxs europexs invasores y el imperialismo por demás violento del norte global. Mientras que, en nuestros contextos, las propuestas por un veganismo popular y consciente de la interseccionalidad son abundantes.

FSJ: Finalmente, en una reciente ponencia dijiste que no crees en la regulación para avanzar en la defensa de los demás animales. ¿Cuál es la ruta por seguir y cuál la radicalidad, entendida como ir al origen del problema, propones?

PS: la regulación, como vía jurídica en la lucha por los derechos de lxs demás animales, es insuficiente, y muchas veces especista; por lo tanto, contradictoria porque toda regulación implica mantener el estatus de propiedad sobre lxs demás animales.

No es suficiente regular contra el «maltrato», es imprescindible una postura radical contra la opresión, es decir, abolicionista, que impulse cambios estructurales, e integrales, en las áreas del sistema social, no solo en la normatividad. Pero, particularmente en las leyes se debe velar por la vida de lxs demás animales y no por el libre mercado como en la legislación actual.

El antiespecismo debe involucrarse en la implementación y popularización de prácticas de producción, laborales, culturales, etcétera, que sean éticas, porque aún si, en el caso hipotético, mañana fuera ilegal matar animales de cualquier especie mientras las prácticas sociales éticas (como la alimentación basada en plantas o la vestimenta de corte textil y local) no sean accesibles para todxs difícilmente habrá algún cambio estructural.

El antiespecismo no debe velar solo por los derechos de lxs demás animales, sino por una soberanía alimentaria y justicia ambiental que garanticen la reproducción del veganismo como puntero ético en todas las facetas de la vida humana. Solo una comprensión compleja, sin divisionismos, dará lugar al respeto, libertad y dignidad para todxs lxs animales sin distinción de especie.

Ninguna violencia debe ser tolerada y, si lxs activistas no practican la radicalidad desde esta óptica; entonces no estamos trabajando por la justicia, sino por mantener el statu quo desde el antropocentrismo (con todas sus opresiones), algo que, desafortunadamente, sucede mucho en el regulacionismo lo cual, en muchos casos, no construye el fin último (la liberación animal), sino por aquello que puede hacerse sin «ofender» los intereses humanos. El asunto es que ningún interés humano es más valioso que el de cualquier otro animal.

Más información sobre su trabajo en: www.polifaceticaenlaweb.com y www.brigadaanimal.com

J. Fernanda Sánchez Jaramillo, abogada, comunicadora social y periodista, magister em relaciones Internacionales y doctoranda en derecho.

“Ningún interés humano es más valioso que el de cualquier otro animal”

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Mónica Martínez: “La oratoria no tiene la importancia que se merece en el sistema educativo”

Por: Jennifer Tejada

Entrevistamos a Mónica Martínez, periodista, presentadora de televisión y formadora en oratoria sobre la importancia de esta disciplina y los beneficios de aprender cuanto antes a hablar en público.

¿Miedo escénico, sudores fríos o nervios al hablar en público? La periodista y presentadora de televisión Mónica Martínez acaba de publicar ‘Método Suéltate’ (Editorial Alienta), un libro que recoge consejos para “dominar una grabación, una reunión o cualquier encuentro en público”. Con una dilatada trayectoria profesional delante de la cámara, ha decidido compartir algunos trucos para ayudar a cualquiera que desee hablar con seguridad, controlar su lenguaje corporal y, en definitiva, transmitir un mensaje con éxito.

En su opinión, la oratoria se puede practicar y aprender de muchas formas y a cualquier edad, pero defiende que cuanto antes se empiece más fácil resultará. Conversamos sobre la importancia de la memoria y el resto de habilidades que se desarrollan al aprender oratoria o sobre qué es estrés virtual.

Pregunta: ¿Puede todo el mundo hablar en público de forma eficaz? 

Respuesta: Como cualquier habilidad, será más fácil ejecutarla para los que “lo traen de serie”, pero estoy segura de que el éxito llega si hay esfuerzo, trabajo y mucho entrenamiento detrás. Si te comprometes, lo conseguirás seguro.

Hablar en público - claves de la oratoria

P: ¿A partir de qué edad se debería aprender? ¿Debería impartirse en la escuela? 

R: Nuestro sistema educativo, al contrario que el anglosajón, no le ha dado aún la importancia que merece a la oratoria, aunque sí hay algunos colegios privados y concertados que empiezan a incluir sesiones quincenales o mensuales. Cuanto antes empecemos a mostrarnos delante del público o la cámara, antes superamos ese freno del juicio y más fácil nos resultará. Pero no hay edad para empezar. He formado a mujeres y hombres de cincuenta años y lo han logrado sin problema.

P: ¿Qué tipo de actividades pueden proponer los docentes de Secundaria para trabajar esta disciplina?

R: Hay tantas actividades como formadores: juegos, concursos… No es suficiente con evaluar presentaciones de algún tema si no se les han dado las herramientas para hacerlo correctamente. Deben poder expresar cualquier cosa frente a los compañeros y sin apoyarse en un PowerPoint.

“No hay edad para empezar a hablar en público. He formado a mujeres y hombres de cincuenta años y lo han logrado sin problema”

P: ¿Qué beneficios ofrece a los jóvenes y adolescentes? 

R: El principal es la libertad que te regala el ser capaz de transmitir todo lo que quieras o necesites, sentirte libre en la elección de tus palabras, conocer qué está diciendo tu cuerpo y tu rostro mientras hablas. Además, permite tener más conocimiento sobre lo que ven los demás de ti. En ese sentido, ganar seguridad y autoestima a esa edad es básico y les ayuda mucho también en sus relaciones personales.

Una mujer joven habla con un micrófono en público.

P: ¿Cómo influye la comunicación no verbal en el discurso? 

R: Influye mucho más de lo que uno piensa. Al espectador le llegamos por la vista en un primer lugar y no hay una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión. Si lo que decimos no coincide con lo que ven de nosotros, se genera una disonancia cognitiva y ¿adivina quién gana? Siempre nuestra comunicación no verbal. Esto es porque la audiencia, el que nos escucha y nos mira, tiende a pensar que eso es más difícil de falsear, por lo que cree que lo que muestra tu cara y tu cuerpo es la verdad.

P: ¿Cómo se puede aprender a controlar los nervios y perder (o reducir) el miedo escénico?

R: Lo primero es ir al origen para tener claro de dónde viene ese miedo escénico o nervios, para poder trabajarlos y vencerlos. Los nervios son necesarios porque nos mantienen alerta y mucho más presentes en el momento actual, lo cual es muy necesario cuando estamos hablando en público o delante de una cámara; te aportan una especie de ‘subidón’ necesario para exponerte frente a los demás, pero deben estar en su justa medida. Hay que saber utilizarlos en tu favor y que no te supongan un impedimento para mostrarte tal y como eres.

P: En su libro habla del ‘estrés virtual’. ¿En qué consiste?

R: Durante la pandemia muchas personas de distintas profesiones se han tenido que mostrar delante de una cámara para participar en reuniones virtuales, lo cual crea un estrés virtual o fatiga porque no estamos acostumbrados. En la comunicación virtual estresamos a nuestro cerebro que está ‘aquí’, pero quiere estar ‘allí’ (con su interlocutor) al otro lado del ordenador o la tablet. Es decir, quiere poder leer su comunicación no verbal pero no puede, porque la imagen solo nos muestra un rostro (si es que se conecta la cámara).

Aún así, nuestro cerebro lo intenta una y otra vez y se siente frustrado mientras sigue expresando su mensaje. Sacamos entonces nuestras armas para intentar que el otro nos sienta más cerca, forzamos la voz en ocasiones, intentamos mantener la mirada a ese punto en el que está la cámara… y todo eso nos genera ese estrés o fatiga virtual.

P: ¿Qué diferencias hay entre hablar delante de un público presencial y hacerlo delante de una cámara? 

R: En ambos casos nos exponemos al juicio de los demás. La principal diferencia  es que no hemos nacido hablando a una cámara, por lo que nos cuesta mantener la mirada, retener el texto, expresarnos como queremos con este dispositivo enfrente. Al final la cámara es un objeto, es algo frío y somos seres sociales acostumbrados al contacto.

La cámara no nos devuelve el feedback que nos ofrecen las personas, no sabemos qué están pensando al escucharnos y vernos y eso nos crea inseguridad. Por este motivo, tendemos a pensar que nos están juzgando, aparece nuestra falta de confianza y nos hacemos ‘pequeñitos’… Hay que ganar mucha seguridad para que eso no te frene cuando se encienda la luz de la cámara.

Oratoria delante de la cámara

P: ¿Qué importancia tiene la memoria a la hora de hablar en público? ¿Qué trucos se pueden usar para entrenarla?

R: Te hace ser más capaz de expresar lo que te habías preparado con mayor seguridad porque no necesitas leerlo de un papel o tarjetón y eso te aporta, a ojos de tu audiencia, mayor capacidad y autoridad en la materia.

La memoria también se entrena y hay muchas técnicas para recordar aquello que quieras decir: mi opinión es que si lo dices de memoria no debe notarse y eso es un arte también. Aunque yo soy partidaria de trabajar mucho ese texto para que lo controles tanto que lo puedas decir en cualquier situación por complicada que sea. Me encanta cuando mis alumnos recitan sus textos con su música preferida a todo volumen. Si así lo consiguen, ese mensaje está más que preparado.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/oratoria-educativo/

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Entrevista a Virgine Eubanks: “Detrás de los algoritmos hay una profunda voluntad de programación social”

Por: Sandra Vicente

Virgine Eubanks describe en ‘La automatización de la desigualdad’ cómo los algoritmos no son las herramientas neutrales que nos quieren hacer creer y que, por el contrario, perpetúan un sistema asistencial injusto

Los algoritmos están entre nosotros. Dictan lo que vemos en Twitter y organizan la jornada laboral de cientos de trabajadores. Incluso deciden quién tiene derecho a qué dinero y por qué. Y es que las políticas públicas de asistencia social cada vez se basan más en las decisiones tomadas por estas herramientas digitales. Pero, a pesar de que nos digan que son objetivas, neutrales y basadas en complejas ecuaciones matemáticas, solo son una automatización de las decisiones humanas de toda la vida. Los algoritmos los diseña alguien, y ese alguien vive en el mismo sistema capitalista y desigual que todos nosotros.

Virginie Eubanks (Estados Unidos, 1972) conoce bien este sistema de ayudas públicas y la injusticia de los algoritmos. Lo vivió en primera persona cuando su marido sufrió un robo y recibió una paliza que le llevó a tener que recibir caros tratamientos médicos. Esta agresión se dio justo después de cambiar de seguro y el algoritmo que gestionaba la empresa congeló todos los pagos durante meses, dejándoles con una enorme deuda. Esta experiencia traumática con la tecnología fue el inicio de dos décadas de investigación cualitativa que se plasma en el libro La automatización de la desigualdad (Capitán Swing). El libro fue escrito justo antes de la pandemia, pero la COVID-19 no lo ha desactualizado en absoluto: “Nos ha dado una prueba más de cómo de injustas y frágiles son estas herramientas”.

Empecemos por el principio. Se nos dice que los algoritmos son objetivos, pero no lo son. ¿Por qué y quién los hace?

En el libro hablo de los algoritmos como herramientas digitales de decisión política. Muchas veces no tenemos en cuenta que lo son y por eso pensamos que son más neutrales que las decisiones humanas. Eso simplemente no es cierto, pero es una creencia que nos vamos repitiendo a nosotros mismos y que parte de la concepción de que la tecnología sale de la nada, como Venus de la concha. Es por esa creencia que empiezo el libro hablando sobre la asistencia social en Estados Unidos: hay una profunda voluntad de programación social detrás de los algoritmos. Cosas que están ahí, pero no las vemos.

Los algoritmos son como casas de la caridad digitales; simplemente son una versión moderna de las herramientas para asistir a los trabajadores pobres a cambio de controlar parte de sus derechos como el derecho a voto, a casarse, a criar… Nos encontramos con el mismo escenario de control político y social a cambio de un subsidio que había en el siglo XIX. Sé un ciudadano ejemplar y recibirás tu ayuda. El pensamiento político no ha cambiado y los algoritmos están diseñados por este mismo sistema discriminatorio. Pero el problema con los algoritmos es que se relacionan y se complementan entre sí, aumentando exponencialmente y sistematizando las consecuencias discriminatorias, haciendo que sean más difíciles de detectar y de esquivar.

Dice que somos nosotros los que nos contamos el cuento de la neutralidad tecnológica. Pero ¿nos lo contamos o nos lo cuentan las compañías y gobiernos? En el libro habla del mathwashing (lavado matemático): ¿diseñamos políticas desiguales en nombre de la objetividad?

Creo que es una combinación de ambas cosas. Hay una tendencia a negar que detrás de estas herramientas digitales hay sesgos humanos y políticos diciendo que las decisiones las toma un algoritmo, sabiendo que ese algoritmo es algo que la ciudadanía no va a entender. Y es ahí donde entra el mathwashing, que es venderle a la gente que la tecnología es algo demasiado difícil para las personas normales. Lo cual no es cierto.

¿Eso cree?

Sí creo que la gente lo cree, pero no es así. Pongo un ejemplo. En Los Ángeles tuvieron el llamado Sistema de Entrada Coordinada [una fórmula para conectar personas en riesgo de exclusión con servicios de apoyo económico y de vivienda]. Se supone que estaba formado por dos algoritmos: uno evalúa el grado de vulnerabilidad y el otro conectaba con los recursos. Pues bien, el primero de ellos era simplemente una encuesta y el segundo era un tipo sentado en una silla, haciendo trabajo manual con una pestaña de Google abierta. Pero se vendió como un sistema complicado y sofisticado para que nadie se quejara.

Es cierto que hay algunas herramientas que sí son complicadas, como aquellas que usan Inteligencia Artificial para entrenar sistemas que se enseñen a sí mismos, sin intervención humana. Pero en esos casos, lo que he encontrado en mis investigaciones es que la gente, si bien quizás no entiende cómo funcionan los algoritmos, sí saben qué impactos tienen en sus vidas. Y pueden hacer suposiciones realmente buenas sobre su funcionamiento.

¿Qué clase de suposiciones?

Otro ejemplo. El gobernador de Indiana firmó un gran contrato con IBM para automatizar los sistemas de elegibilidad de todos los programas sociales del Estado y antes de que el contrato siquiera estuviera firmado, la gente ya sabía lo que pasaría. Automatizar el proceso es una manera de no hablar del problema; la digitalización rompe la relación entre los trabajadores sociales y los usuarios para deshumanizar el proceso y hacer que sea más difícil llegar a las prestaciones. Eso decía la gente que pasaría y eso fue lo que pasó.

Ese contrato le costó un billón de dólares a Indiana y fue tan mal que el pueblo forzó al gobernador a cancelar el acuerdo. IBM demandó al Estado por incumplimiento de contrato y acabó ganando 50 millones en indemnizaciones. Tuvo un gran coste económico, pero mayor fue el coste social. 15 años después, todavía trabajan en compensar a las personas que perdieron sus prestaciones. Una de mis fuentes dentro del gobierno me dijo que si hubieran querido diseñar un sistema para denegar prestaciones sistemáticamente, no lo podrían haber hecho mejor.

¿Cree que nos faltan garantías de información sobre estas herramientas? En España tenemos la Ley Rider, que reconoce el derecho de los trabajadores de plataformas a conocer el funcionamiento de sus algoritmos, pero los usuarios y trabajadores externalizados no están contemplados. 

Creo que, más que darnos información para que la recibamos pasivamente, lo que necesitan estas herramientas es escuchar la voz de las personas que se ven afectadas por ellas. Cuando las diseñamos, nos dirigimos a programadores, oficinistas, políticos, académicos… La conversación tiende a volverse abstracta rápidamente y se plantean preguntas filosóficas sobre si los robots nos robarán el trabajo, pero no nos preguntamos cómo afectan a la vida diaria de una persona que depende de una prestación. Esta abstracción es parte del problema, porque nos impide reconocer el impacto real que tienen los algoritmos.

Reconocer el derecho de participación de la ciudadanía es una asignatura pendiente desde mucho antes de la llegada de los algoritmos. 

Supondría un gran cambio y no necesariamente funcionaría. En Estados Unidos tenemos un gran problema cultural basado en la creencia de que las personas pobres suponen una pequeña parte de la población que, además, tienen la culpa de su pobreza. Incluso muchos trabajadores pobres piensan eso y están a favor de diseñar el sistema más punitivista posible para reprimir a las personas pobres. Necesitamos combatir estas creencias y hacer ver a la gente que muchos de nosotros estamos cerca del lindar de la pobreza. Pero no es una verdad que estemos preparados para oír.

En el libro menciona la opción de establecer un juramento hipocrático entre las personas que diseñan estas herramientas. ¿Cómo funcionaría?

Precisamente he cambiado de opinión respecto a eso. Creí que los lectores del libro serían políticos y trabajadores públicos, diseñadores y técnicos, pero no lo son. Me han leído personas afectadas por el sistema. Es interesante porque, a menudo, desde el mundo editorial asumimos que las personas que solicitan prestaciones no leen. Pero no es cierto. Normalmente, cuando escribes, lo haces pensando en la audiencia que crees que tiene las soluciones y yo me equivoqué. Ya no creo que la solución esté en hacer que los ingenieros sean más simpáticos y sensibles. La tecnología son las nuevas finanzas, así que imagínate que alguien hubiera planteado en los años 80 arreglar la desigualdad económica haciendo que los agentes de bolsa fueran más simpáticos. Sonaría estúpido, ¿verdad? Pues así es ahora.

Creo que la solución está donde ha estado siempre. No se consigue nada sin protestar y miro con bastante optimismo a los movimientos sociales, las comunidades y los barrios que son capaces de cambiar políticas, como pasó en Indiana. Aquella fue una protesta a la antigua usanza, con octavillas, ocupando bancos y saliendo a la calle. Y funcionó.

Quizás haya mucha gente que crea que para combatir a la alta tecnología tienes que ser hacker. Pero no. 

No. Siempre ayuda tener un hacker a bordo, por su experiencia, pero no es la única valiosa. De hecho, creo que la experiencia de un hacker puede ser un poco limitante. Hay una ingeniera de Nueva Zelanda que estaba diseñando una herramienta que fue rechazada y fue comprada en Pittsburgh. Esta ingeniera escribió un artículo en que aseguraba que los científicos de datos acabarían por reemplazar toda la burocracia, ya que lo que hace la burocracia es recoger la información y dársela a las personas correctas en el momento correcto, pero que ese proceso a menudo fallaba. Y decía que, si los políticos fueran capaces de tener la información correcta en el momento correcto, todo el mundo estaría, por fin, de acuerdo en lo que se debe hacer.

Ella es una mujer muy inteligente, pero tremendamente estúpida en lo que concierne a la política. La información es poder y no necesariamente vamos a estar de acuerdo aunque tengamos los mismos datos, porque la política es la tarea humana y contenciosa de evaluar datos. Su opinión era criminalmente naif y simplista, como simplista son las respuestas que pueden ofrecer estas herramientas, que tienen un alcance de miras muy corto. Creo que los algoritmos tienden a encoger el problema para encajarlo en una solución ya existente y lo que necesitamos es mantener los problemas tan grandes como sean para afrontarlos como tal.

Antes ha comentado que detrás de los algoritmos hay una voluntad de programación social. Hemos hablado del papel de estas herramientas en las políticas públicas, pero ¿qué hay de las redes sociales? Hace poco conocimos los Facebook Papers. Es posible que le han preguntado esto muchas veces, pero ¿caminamos hacia un mundo como el de 1984?

¡Realmente eres la segunda persona que me lo pregunta! Facebook no es una empresa de amistades, sino una empresa de anuncios y no deberíamos sorprendernos cuando salen filtraciones como estas. La gente debería ser consciente del papel que juegan estas plataformas en el control social por parte del estado. Es posible que estemos caminando hacia un mundo como el que describió George Orwell, pero ¿lo escogemos nosotros? Es cierto que tenemos libertad para decidir compartir nuestros datos en Facebook, pero si necesitas asistencia pública, no puedes escoger pedir o no ayuda para comer.

¿Hay relación entre estas plataformas sociales y las políticas públicas?

Hay un montón de vínculos entre las decisiones que toma el sistema y el control social. Y esto no es nuevo de la economía de plataforma. La asistencia económica cada vez está más politizada y desde que es fácil relacionar nuestras vidas e identidades con nuestras necesidades sociales y económicas, el vínculo se hace más fuerte. Que el sistema de vigilancia y el de asistencia compartan información es muy preocupante; es importante mantenerlos separados aunque realmente nunca lo hayan estado. Antes, en los asilos para gente sin hogar, había personas que eran llevadas allí por la policía.

¿Llevamos ahora a la policía en el bolsillo?

En países como Estados Unidos, la pobreza está muy criminalizada y las cosas que se tienen que hacer para sobrevivir son vistas como ilegales, sobre todo para las personas sin hogar. Así que, cuando vas a pedir ayuda, admitir la realidad de tu vida supone criminalización. Son sistemas que se hablan mutuamente, lo cual tiene consecuencias muy peligrosas, sobre todo en cómo los trabajadores sociales entienden sus trabajos. Según algunos de ellos me han contado, en el pasado pensaban que acompañaban a personas a través de un trauma, pero ahora se ven como investigadores. Policializar en lugar de acompañar es peligroso y eso se ha intensificado con las herramientas digitales.

Escribió el libro antes de la pandemia. ¿Añadiría algo?

La pandemia ha puesto muy en claro los límites de estas herramientas: no hay ningún estado de EEUU en que los sistemas para el desempleo no colapsaran. La mayor lección de la pandemia es que todas esas cosas que creemos imposibles, pueden volverse reales en cualquier momento. Ahora nos toca pensar como responder al clima que se ha generado. No quiero caer en el tópico de decir que es una oportunidad política, porque sería inhumano, pero estamos ante un momento muy interesante. Soy conscientemente optimista, porque confío en el potencial de los movimientos sociales y creo que podremos afrontar lo que vendrá.

Esta iba a ser la última pregunta: ¿se consideras optimista sobre la tecnología?

No creo que ser optimista sea una característica, sino una práctica. Una de las grandes lecciones me la he llevado de las personas con las que he trabajado: a pesar de pasar por graves situaciones vitales, son optimistas y consiguen ser divertidos, generosos y dedicados a la comunidad. Frente a esto, para mí, no ser optimista es una traición. Pero no es un optimismo naíf. Mi madre me dice que no sabe cómo no me deprimo con lo que veo en mi trabajo, pero yo creo que soy muy afortunada de ver a la gente luchar y todavía creo que se pueden cambiar las cosas. Y la tecnología puede ser útil para ello.

Fuente de la información e imagen:  https://www.lamarea.com

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Entrevista a la escritora y traductora Anne Weber : La historia de una heroína moderna, Anne Beaumanoir

Fuentes: La brújula [Foto: Anne Beaumanoir y Anne Weber en abril de 2020. 

Con su primer libro traducido al español, la escritora y traductora Anne Weber (Offenbach, 1964) rescata del olvido a la activista y neurofisióloga Anne Beaumanoir en Annette, una epopeya (AdN). Solo reconocida por algunos cuantos nostálgicos de la Resistencia, Anne es una mujer de carne y hueso que participó en muchos episodios clave de su época, como la lucha contra los nazis desde la clandestinidad o su colaboración con el FNL (Frente Nacional de Liberalización) en Argelia, lo que le costó permanecer en prisión durante diez largos años. Una vida de epopeya que se origina en 1923 y sigue hasta la fecha, aunque de una manera más tranquila.

La historia del libro comenzó hace cuatro años cuando la autora y la autobiografiada, Annette Beaumanoir, coincidieron por casualidad en el sur de Francia: “Entonces ella me explicó su vida y el ‘flechazo’ fue inmediato”, comenta Anne Weber. Annette le confió sus recuerdos a Anne, que en un primer momento no supo qué hacer con ellos: “Me puso en la tesitura de demostrarme a mí misma si tenía escrúpulos”. Podría haber construido una historia novelada, con diálogos inventados y florituras, pero “la vida de Annette no requiere de ninguna de esas cosas, la historia de por sí es una aventura y quería ceñirme a lo que me había dicho”. Por eso, Anne se decantó por ese viejo género ya solo recordado por unos pocos donde se cantaban las hazañas de los héroes, “y no de las heroínas”, para “transmitir la historia de una heroína moderna a través del ritmo”, aclara la autora.

ANNETTE, UNA EPOPEYA (ADN) | ANNE WEBER | Casa del Libro

Anne Beaumanoir o Annette (como se refiere a ella de una manera amigable) se crió en un ambiente humilde, con padres revolucionarios y con una abuela cariñosa, ¿cómo le marcó esta infancia?

Le marcó mucho el hecho de que sus padres provinieran de familias con diferente estatus socioeconómico. Por un lado, su madre, se había criado en un hogar humilde; la abuela materna, por ejemplo, no sabía ni leer ni escribir. El padre provenía de una familia más adinerada, con posibles económicos, pero el matrimonio con la madre de Anne no sentó nada bien a su abuela paterna, que rompió la relación con su hijo, aunque éste nunca dejó de hablar con su madre. Creo que dicha coyuntura fortaleció la sensación de desigualdad y fue el motor fundamental que le empujó a luchar por la justicia.

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Annette es una adolescente, ¿cómo es esa transición de un hogar apacible al contexto de la invasión alemana?

De hecho, el cambio que usted señala no se produjo de la noche a la mañana. Su entrada en la Resistencia fue lenta, primero desarrollando trabajos menores como entregar paquetes para luego aventurarse en actividades más complejas y peligrosas. Lo que sí supuso una anomalía abrupta para Annette fue la victoria de los alemanes, que aún hoy sigue siendo una humillación para los franceses.

Tuvo que superar dos baches: su edad y su género, ¿es así?

Sí. Fueron dos obstáculos que le impidieron un ascenso más rápido dentro de la Resistencia, que le dieran funciones más importantes y, por supuesto, que participara en la lucha armada. No obstante, ese obstáculo también la salvó de ser apresada por los alemanes. Cuando contaba con 20 años aparentaba 15, la gente pensaba que no había roto ni un plato y mucho menos que formara parte de la Resistencia.

¿Quién es el amor de su vida?

Es difícil determinar cuál fue su amor más importante. Sin duda, Roland, el amor de su juventud, dejó una huella imborrable en su vida porque ambos eran muy jóvenes cuando se conocieron (unos 20 años) y murió asesinado por milicianos franceses durante la ocupación alemana. El padre de sus hijos, con quien llegó a contraer matrimonio, sin duda, también fue importante, al igual que un novio/amante argelino que se echó durante su estancia en Túnez. Es difícil determinar, pero yo creo que fueron los tres y alguno más.

Termina la guerra y ella forma parte de los comités de depuración, ¿qué opina Annette de estos comités?

“Comité de depuración” puede sonar horrible, pero en realidad su función era mucho más que juzgar a personas, también las protegían de posibles venganzas. Se hizo común que una persona, para librarse de su vecino bien porque era un competidor comercial o bien porque le hubiera quitado a su amante, lo acusara de colaboracionista. La gente enseguida recurría al linchamiento, incluso hubo ejecución de inocentes. Precisamente con el fin de evitar estas injusticias y que un tribunal pudiera determinar en qué grado colaboró con los alemanes, se crearon estos comités. A Annette no le disgusta esta idea.

Al leer su poema épico da la sensación de que la búsqueda de peligros la instó para unirse a la Resistencia, cosa que ya no percibo en su compromiso con el pueblo argelino.

En cierto modo sí, la aventura jugaba un papel importante, ella misma lo reconoce. Pero la razón principal de que se uniera a la Resistencia tenía más que ver con la lucha antifascista y liberar a Francia de los invasores. Al cabo del tiempo, cuando tuvo a sus hijos la aventura ya no tiene ningún aliciente para ella, pero sí pervive ese afán de liberar a las sociedades de las tiranías invasoras. Es un elemento de continuidad que está muy presente en el momento que decide aliarse con el FNL en Argelia y luchar contra el mismo Estado francés. Ella no podía soportar que su país empleara las técnicas de tortura usadas por la Gestapo contra los judíos.

¿Qué supuso para ella que Francia, país por el que había luchado, la metiera en la cárcel?

No estaba preparada para ello. Es más, de verdad creyó que no le iba fallar su buena estrella y que como en las anteriores ocasiones se libraría de entrar en prisión. Fue algo doloroso y repentino esa condena de 10 años; se tuvo que separar de sus hijos durante todo ese tiempo. A los colaboradores franceses con el FLN o con el OAS no se les aplicó el indulto o se hizo muy tarde, a diferencia de los propios argelinos que con el fin de la guerra y la llegada de la independencia recibieron su libertad.

¿Qué supuso para Anne que su héroe literario, André Marlaux, entrara a formar parte del Gobierno de Gaulle y negara que el ejército francés estuviera empleando la tortura contra los argelinos?

Nunca le hice esa pregunta, y no sé por qué. De todos modos, dudo mucho que Annette lo tuviera en un pedestal. Ella es muy consciente de que la obra literaria de un escritor no tiene por qué equivaler a su crédito personal. Además André Marlaux tiene dos caras: por un lado, es un escritor fascinante, pero, por el otro, ciertas actitudes suscitan sospecha. No es sencillo encasillarlo.

¿Qué enseñanzas sacó de su etapa revolucionaria que luego pudo aplicar en la práctica política?

Aplicables al Gobierno argelino creo que ninguna. Tenga en cuenta que ella empleó sus conocimientos médicos para estabilizar un sistema sanitario que tras la independencia había quedado destruido, pues gran parte de los sanitarios eran franceses y regresaron a su país de origen. El país es muy extenso con regiones muy recónditas, el personal sanitario a disposición no podía cubrir toda la región. Pero sí sacó una serie de enseñanzas que ha tratado de aplicar a lo largo de su vida como leer las intenciones de la gente, no confiar en ellas desde un primer momento y, sobre todo, ser precavida.

Tengo entendido que ella no se considera una heroína, pero Francia ¿la considera una heroína?

La conocí cuando ella tenía 94 años y el Gobierno francés no le había hecho ningún reconocimiento. En los años 90 la organización judía Yad Vashem le otorgó un galardón, “Justa entre las Naciones”, por haber salvado a judíos de manera altruista durante la guerra. Es un premio otorgado por Israel y ella está muy orgullosa por el reconocimiento. Si solo hubiera luchado en la Resistencia, el Estado francés la hubiera concedido honores, pero su paso por el FNL, grupo que hoy en día siguen considerando terrorista, ha impedido cualquier tipo de reconocimiento. Aun así, si hubiera sido una persona reconocida,

Fuente: https://librujula.publico.es/la-historia-de-una-heroina-moderna-anne-beaumanoir/

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