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Entrevista a Facundo Manes: “Tenemos que preparar a los alumnos para manejar la incertidumbre, y no estoy seguro de que la escuela esté preparando para eso»

31 agosto 2017/Fuente: Diario de la Educación

Facundo Manes es un importante neurocientífico argentino que ha estado en Madrid presentando el Observatorio Iberoamericano sobre Neurociencia y Educación. Hablamos con él de la relación entre ambas.

Facundo Manes (Quilmes, 1959) es un neurocientífico argentino que hace unos días estuvo en España para la presentación del Observatorio Iberoamericano de Neurociencia y Educación, creado por su Fundación Ineco en colaboración con la Fundación Telefónica.

Es un hombre afable, capaz de responder sin dudar mientras mira el móvil que, intuímos, no puede dejar un momento. Preside la Fundación que montó, en la que investiga, da clase en universidades americanas y australianas es un investigador prestigioso en diferentes centros internacionales de investigación.
¿En qué consiste el Observatorio?
Yendo al foco de tu pregunta, primero tengo que explicar qué es la neurociencia. Es una área que estudia el sistema nervioso. La neurociencias cognitivas, estudian los procesos mentales.
En las últimas décadas ha habido muchos avances porque hay miles de investigadores conectados porque las preguntas que intentamos resolver son difíciles como para hacerlo aisladamente.

La educación es, básicamente, reforzar el aprendizaje. Y también es y se da entre dos cerebros. Y resulta obvio pensar que entender el cerebro impactará en la educación. Entender el cerebro es entender cómo el cerebro aprende. Y también entender cómo dos cerebros se comunican.

Hay un problema. Neurociencia y eduación son dos mundos diferentes. Uno de los desafíos es trabajar, sin jerarquías, entre docentes y neurocientíficos o neurólogos o psiquiatras. La neurociencia y sus avances, en mi opinión, van a impactar en todo lo que hacemos puesto que desde respirar hasta resolver los dilemas morales complejos, todo, lo hacemos con el cerebro.

Para mí sería un error, y esa es una de las funciones del Observatorio, que todos estos datos que puedan transmitirse de la neurociencia a la docencia, sean unidireccionales. Tienen que ser discutidos. La neurociencia tienen que aportar datos de su área a la educación y los educadores tienen que aportarnos datos a nosotros.

De eso se trata ese observatorio entre la Fundación Telefónica y la Fundación Ineco, que en Latinoamérica haya un debate entre educadores y neurocientíficos sin jerarquía, codo a codo, para discutir los aportes actuales, los mitos que circulan.

¿Qué mitos son esos?
Pues, por ejemplo, que hay técnicas de aprendizaje con el cerebro derecho o el izquierdo, basadas en cada hemisferio. Eso no tiene una evidencia científica. Hay escuelas que aseguran educar con cierta lateralidad. Hace décadas, a gente con epilepsia intratable se le cortaba la conexión entre ambos hemisferios, el cuerpo calloso. Los investigadores estudiaron a esos pacientes y vieron que el cerebro izquierdo tenía funciones más lógicas y el derecho más holísticas. Pero la mayoría de nosotros vivimos con ambos hemisfeios unidos, con un solo cerebro. Otro mito es el de que usamos el 10% del cerebro. No hay evidencia científica.

¿Cómo aprende el cerebro?
Sabemos desde la ciencia que nuestro cerebro fundamentalmente aprende cuando algo nos inspira, nos motiva y nos parece un ejemplo.

Y en esta época el docente se encuentra ante un desafío. Cuando muchos de nosotros éramos chicos, el docente tenía información que nos pasaba y esto generaba un respeto. Hoy la información está disponible. Un chico que tiene un celular y acceso a Internet, tiene más información de la que tenía el presidente de Estados Unidos cuando decidió conquistar la Luna.

La información era lo que daba poder al docente, y hoy está disponible y cada vez va a estar más disponible. Pero eso no quiere decir que el docente va a desaparecer, porque hoy sabemos desde la ciencia que el factor humano es clave para el aprendizaje.

Hubo un experimento en Estados Unidos, con chiquitos de 4 o 5 años, que nunca habían estado expuestos a otro idioma que no fuera el inglés. Los dividieron en tres grupos. El primero, con un chino, en contacto con ellos, les enseñaba chino con una técnica determinada, durante cierto tiempo. Al segundo grupo, con el mismo chino, la misma técnica, el mismo tiempo, pero por televisión. Al tercer grupo, el mismo chino, la misma técnica,el mismo tiempo, pero con auriculares. Quienes tuvieron contacto personal con el chino podían diferenciar palabras como chiquitos de su edad en Pekín. Los otros dos grupos no aprendieron nada.

El contacto personal es clave, y por eso la educación a distancia, que es importante, no reemplazará el contacto humano. Como neurocientífico te puedo decir que la educación acabará siendo mixta, a distancia, pero también personal. No desaparecerá el docente, el mentor.

Estas son las cosas que queremos hablar en este observatorio en América Latina. Queremos hablar desde las evidencias científicas hasta de los mitos que no tiene sentido tenerlos presentes.

La idea es generar en España y América Latina un foro donde se una más gente, se haga debate y se genere una mezcla de especialidades.

¿Entre los docentes falta mucha formación e información sobre neurociencia?
Sí, pienso que es así. Mi grupo de investigación hizo un trabajo sobre los mitos y los docentes en América Latina, que muestra que falta información, pero también que hay mucho interés sobre qué sabemos y qué no sabemos…

¿Qué sabemos hoy?
Muchas cosas, por ejemplo, que una alimentación adecuada es muy importante para el cerebro. La desnutrición, sobre todo en muchos países de América Latina, produce atrofia cerebral. Si queremos educar, primero tenemos que tener un cerebro bien nutrido.

Vivir en un contexto de pobreza genera conductas que perpetúan la pobreza. Sabemos desde la ciencia que aunque uno coma bien, si vive en un contexto de pobreza, esta y el contexto generan conductas que perpetúan la pobreza. Hay un sector que no puede jugar el partido de la educación.

Hay un sector que tiene que nutrirse bien y tiene que mejorar el contexto de pobreza, no solo porque es inmoral, sino también porque esos chicos no van a tener las aptitudes como alguien bien nutrido y en un contexto más positivo.

También el ejercicio físico es importante para el cerebro. Esto ya lo sabe el docente intuitivamente, o por experiencia, pero hoy sabemos que genera nuevas conexiones neuronales, baja la ansiedad, mejora el ánimo, refuerza el pensamiento creativo. Dormir bien… el sueño es clave para consolidar la memoria. Cuando uno duerme mal, está irritable, tiene menos atención… Evitar el estrés. Las situaciones de estrés no permiten aprender de forma óptima.

También sabemos que fomentar la lectura es algo importante para el cerebro y generar un contexto positivo. Los contextos son muy importantes. Sabemos que aprender una nueva lengua es bueno para el cerebro, más allá de tener otro idioma, porque mejora ciertos controles ejecutivos del lóbulo frontal.

Otra de las cosas que sabemos es que jugar es muy bueno, jugar, inclusive cuando somos adultos. No jugamos y hay que jugar. Y los chicos tienen que hacerlo, es muy importante para el aprendizaje.

Hablabas de contextos, ¿las aulas son el mejor sitio para aprender?
Si agarrás este celular (un iPhone) y uno de hace 15 años, son totalmente diferentes. Un auto actual y uno de hace 15 años. El docente y las clases son iguales. Todavía hay aulas donde están todos los chicos sentados. Esto tiene que ver con la revolución industrial, donde todo era seriado. Creo que eso tiene que ser revisado.

Volviendo al docente, tiene que reinventarse, porque la información ya está disponible, y básicamente transmitía informacón; pero ahora ya está libre, y lo estará más. Tenemos que reinventar al docente. Nunca va a desaparecer pero tendremos que reinventarlo para que, a partir de la información que ya está, enseñe, inspire, o motive para que se genere nueva información, para que se trabaje en equipo, para presentar la información, para comunicar la información… El docente tiene un rol, pero el de transmitir la información necesita un cambio, como el de la colocación de las aulas.

Todavía no sabemos a dónde ir, pero sabemos que nuestros hijos (yo tengo dos hijos de 11 y 8 años) van a tener 6 o 7 trabajos que todavía no han sido inventados. ¿Te acordás del fax, te acordás de Blockbuster (tienda de alquiler de vídeos y DVD que quedró)?.

Tenemos que preparar a los chicos para manejar la incertidumbre, para generar nuevos trabajos. Y no estoy seguro de que la escuela esté preparando para eso. Sabemos que el docente tiene que motivar, inspirar. Y hoy el docente no sabe cómo hacerlor. Es un tema con el que tenemos que ayudar entre todos.

En los últimos años ha habido muchas reformas basadas en evaluaciones como PISA. Las administraciones, ¿han mirado hacia la neurociencia? ¿le hacen suficiente caso a lo que podéis aportar en educación?

No tengo claro qué está pasando en cada sistema educativo, pero mi intuición es que la presión viene del docente. Cuando el docente se da cuenta de que necesita nuevas técnicas, conocimientos, reinventarse, busca la neurociencia como una herramienta. Y nuestro rol, desde el Observatorio, va a ser decirle que no todas las respuestas pueden venir de la neurociencia.

¿Cómo consige el docente inspirar a sus alumnos?
No tengo la respuesta, pero los alumnos tienden a aprender más cuando están intrínsecamente motivados por lograr algo. Esa es una tarea que tiene que hacer el docente.

Otro aspecto es que la inteligencia no es algo fijo con lo que uno nace, innato, que tiene un destino. El esfuerzo es muy importante. En muchos lugares está el concepto de: “Alguien es muy inteligente, porque no estudió y le fue bien”. Esto es un error que genera un sesgo mental negativo. Cuando alguien tiene una habilidad, que puede ser para la matemática, para la música, para las ciencias, y le va bien, es un error de la familia o el docente decirle: “Qué bien, sos inteligente”. Hay que valorar el esfuerzo, más que la habilidad innata.

Hay muchos casos que chicos que rendían bien en matemáticas en séptimo grado, con el tiempo decayeron, porque se confiaron en su inteligencia. Sabemos que hay que enfocar en el esfuerzo, y este, es hacer sentir al alumnos intrinsecamente motivado por lograr algo.

Recalcar o felicitar una habilidad es un error. La inteligencia y las habilidades requieren esfuerzo, y no ideas fijas de que alguien puede o no. Esto puede ser tóxico. La inteligencia se modula, como la creatividad. Que por cierto, también sabemos en qué contextos se produce.

¿En cuáles?
Primero, necesita preparación. Esto puede llevar años.

Cuando yo era chico pensaba que antes de morirme iba a tener una idea que iba a influir en la humanidad. Esto no va a pasar si no hay ciertos procesos previos. Lo primero es tener preparación. Preparación en un tema o en varios, porque el conocimiento se genera en equipo.

Luego hay que tener una obsesión en el dilema, que puede ser una pintura, una melodía musical, una fórmula matemática, en un experimento científico, una programacón de software. Lo que sea. Pero hay que obsesionarse con un dilema. El pensamiento obsesivo, no ser obsesivo compulsivo, correlaciona con creatividad.
Luego hay que relajarse. Los momentos “eureka” o “ajá”, suceden cuando estamos dormidos, entre dormidos… en un taxi, en el tren. Además de estar un poco loco, no mucho pero un poco.

Y, también, hay que estar preparado para equivocarse. Equivocarse es necesario y acá tenemos un problema porque la educación estigmatiza el error: “Uy me equivoqué, me voy a equivocar. Uy, se va a equivocar”. Hay que equivocarse. Mucho.

Y hay que vivir en un contexto creativo. ¿El Renacimiento qué fue? Un contexto creativo; por eso Miguel Ángel, por eso Leonardo. Silicon Valley ¿por qué produce tanta tecnología? Porque hay un contexto creativo.

Paul McCartney soñó la melodía de Yesterday. Y se despertó y la escribió. Ahora, yo puedo dormir 30 años y no voy a soñar la melodía de Yesterday, porque no soy músico, no tengo preparación. Él sí; además estaba obsesionado en las últimas semanas con una melodía que no salía,estaba en periodo de incubación. Luego se relajó y cuando el cerebro se relaja procesa información que adquirió cuando estaba atento. Y luego surgió el momento “eureka”.

Si bien no sabemos bien cómo se genera la creatividad sabemos qué procesos son necesarios para que surja o tengamos más chance de ser creativos. Y sabemos que el azar favorece a las mentes preparadas.

Otro aspecto, y ya creo que no hay más aspectos, es el impacto de la tecnología. Tenemos recursos cognitivos limitados y cambiar de tarea permanentemente como hacemos de Twitter, WhatsApp, mail, diario 1, diario 2, Instagram, Facebook… nos hace menos productivos y nos estresa, nos agota mentalmente. La tecnología es fantásticas pero hay recursos limitados y cuando hacemos cambios de tarea rápidos, hay un impuesto mental tremendo.

¿La parcelación del conocimiento en asignaturas debería cambiar?
Yo creo que estamos en una revolución educativa en el mundo, una revolución 4.0 y necesitamos una revolución de la educación. Si bien, no creo que la neurociencia tenga la respuesta, puede ser una de las herramientas para pensar cómo hacer este cambio que necesitan todas las sociedades. Todo el mundo necesita un cambio del paradigma educativo.
Lo que tenemos que hacer básicamente es preparar a los chicos paramanejar la incertidumbre, para generar nuevo conocimiento a partir de la información que tenemos y sabemos que hay que aprender toda la vida.

Este es otro de los aspectos en que puede ayudar la neurociencia: hoy sabemos que el cerebro nunca se tiene que jubilar de lo que le gusta. Hasta el último día de la vida hay que vivir apasionado y aprendiendo cosas. Si no, hay un impacto en el cerebro. Tenemos que estar educándonos toda la vida.

Hoy sabemos que la educación es un factor de protección cerebral. Mi padre me decía: “Estudiá, estudiá”, yo no sabía para qué me decía, pero igual le hice caso. Estudiar genera mayor conexión cerebral, motivación, perspectivas de futuro… de verdad que es un buen protector cerebral la educación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/07/tenemos-que-preparar-a-los-alumnos-para-manejar-la-incertidumbre-y-no-estoy-seguro-de-que-la-escuela-este-preparando-para-eso/

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Xavier Melgarejo: “Es en las facultades de Educación donde más hay que invertir”

30 de agosto de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Xavier Melgarejo

En Finlandia, ¿no basta con querer ser maestro para serlo?
Para nada. Si una persona es excelente en todo, pero no tiene empatía, no tiene estima por los niños, no puede ser de ninguna manera profesor. Buscan una combinación de diferentes aptitudes y son muy estrictos con esto: personas abiertas a la investigación, creativas…

¿Qué tienen en particular los profesores finlandeses?
La formación extraordinaria de los maestros y su proceso de selección. Es un paquete. Buscan un tipo de persona muy concreto, buscan un molde que debe cumplir muchos requisitos: debe ser competente en las materias que va a impartir, pero también debe ser socialmente abierta, debe tener un compromiso social. El modelo finlandés es diferente al del resto de países nórdicos, por eso es tan interesante.

¿Qué perfil reúne un profesor finlandés?
El modelo de profesor no se puede definir si la sociedad no tiene claro qué tipo de personas quiere para sí misma. Ellos han decidido que quieren profesores muy competentes, creativos, abiertos de mente. Esto hace que sea muy difícil acceder a la profesión. Pero ser profesor en Finlandia tiene tanto prestigio y la gente les quiere tanto, que ser maestro es un gran honor. No es una cuestión económica, es la valoración social.

¿Hay muchos candidatos a profesor?
En Helsinki puede haber 1400 personas aspirantes para cubrir 90 plazas. La criba es muy estricta. Allí no hay oposiciones, pero cuando tienes la plaza difícilmente te la quitan. De todas formas,  si la comunidad del país no lo valorara mucho, no sé si ser profesor tendría este atractivo. A profesores solo llegan los mejores.

Los profesores en España hasta no hace mucho también eran profesionales valorados. ¿Por qué ahora no sucede?
Yo creo que la población sí que valora a los profesores, pero lo profesionales de la educación no lo perciben así. Las encuestas muestran cómo los ciudadanos consideran su profesión una de las más importantes. Pero los maestros ven cómo muchas veces sus demandas hacia las familias no son tenidas en cuenta.

Muchos maestros consideran que no se respeta su profesionalidad.
Hay una sensación real de que el profesor no tiene autoridad. No hay un apoyo a la profesión. En Finlandia, los padres inculcan a los hijos que la palabra del maestro está por encima de todo y que deben respetarlo. Esto aquí no pasa, incluso nos encontramos con casos de acoso o de padres que cuestionan la toma de decisiones de los profesores delante de los niños. Los profesores se sienten agredidos y asediados, y esto es intolerable e inaceptable.

Muchos profesores se quejan de que están atados de pies y manos a causa del currículum.
Esto es lo que no puede ser así, ojalá tuviéramos tiempo para enumerar todas y cada una de las cosas que debemos cambiar de nuestro sistema. En mi libro Gracias Finlandia apunto varias ideas al respecto. No es un libro para profesores, está escrito pensando en la comunidad, en la gente sencilla, porque todos debemos implicarnos en la educación.

¿El currículum, entonces, debería ser más flexible?
En Finlandia, quien diseña el currículum es el municipio y el profesor, porque está todo descentralizado. Para poder diseñar un currículum, has de estar bien formado. Esto también motiva mucho a la gente a ser maestro, porque es una profesión creativa en la que tú tienes un gran papel a la hora de decidir qué hacer y cómo hacerlo. Los profesores tienen una enorme flexibilidad y, también, responsabilidad.

Pero, ¿que cada municipio o cada profesor diseñe su propio currículum no produce grandes diferencias entre lo que aprenden los alumnos?
Pese a la gran diversidad y creatividad de cada profesor, los resultados de los informes de PISA destacan que los resultados en todo el país son homogéneos y son muy buenos. Formar a la gente para que puedan adecuar las necesidades curriculares a su entorno y a lo que precisan sus alumnos es una buena idea.

¿Esto es extrapolable a otros países?
En España, en la última gran reforma educativa ya se buscó un poco dar esta libertad, pero a los profesores no se les formó. Es uno de los grande problemas que tenemos, que introducimos cambios en el campo educativo, pero no formamos a los docentes para que puedan adaptarse y sacar el máximo rendimiento.

Pero, ¿sería válido importar el modelo educativo de un país como Finlandia para implementarlo en un país como España?
¡No! Igual que un olivo no lo puedes plantar en Finlandia porque se morirá de frío y no puede vivir, no puedes implementar el sistema educativo de allí aquí, porque no es su ecosistema. Lo que nosotros podemos hacer es ver cómo funciona la vida allí y cómo funciona aquí, y comparar. Y a partir de eso ver qué hacemos con nuestro ecosistema. Copiar un sistema educativo es una tontería, nuestra sociedad tienen valores muy diferentes.

¿En qué sentido?
Pues quizá la motivación para ser profesor aquí debe cambiar. Quizá haya que proponer medidas políticas para que el profesorado se sienta reconocido y valorado,  y seguramente no son las mismas medidas que en Finlandia. Quizá aquí tengamos que poner incentivos económicos o sociales. Algún día nos tendremos que sentar y ver cómo lo hacemos.

Y este cambio de modelo, ¿debería implementarse de golpe o es mejor hacerlo de forma gradual?
Gradual sin duda.

¿Y por dónde hay que empezar con el cambio?
En primer lugar, y pese a que los políticos digan que no, sí que hay un problema de recursos. En Finlandia, los niños que tienen unas necesidades educativas especiales tienen una persona que les acompaña en el aprendizaje todo el tiempo que están en clase. No suele haber más de 9-10 niños por clase. Todo esto señala que hay un presupuesto para ello. El gobierno competente en educación debería apostar por los niños y pagar el importe íntegro de lo que cuesta la escolarización de todos los alumnos.

¿Sabemos a cuánto asciende esta cifra?
El Gobierno finlandés creó una comisión para calcular lo que vale una plaza escolar. En España también se ha hecho, pero no se ha publicado nunca el resultado porque es una cifra muy peligrosa… Los números aquí no están claros.

¿Cree que no se destinan suficientes recursos a la educación?
Sea cual sea la cantidad que se destina, está mal repartida. Hay comunidades que tienen aulas llenas de ordenadores muertos de risa que no saben ni cómo encenderlos. Pero luego no hay dinero para pagar el comedor de los niños. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza.

En Finlandia todos los niños comen en la escuela, ¿no?
Sí, los de Primaria y los de Secundaria. Y la comida la paga el Estado, es una política de igualdad de oportunidades. ¿Cómo vas a pedir a nuestros chicos y chicas que rindan, si algunos llegan sin estar bien alimentados? Muchas familias pasan hoy por dificultades económicas graves.

¿Por dónde seguiría el cambio?
Por la descentralización hacia el municipio. Esto fomentaría una educación a medida, acorde con el entorno del niño.

¿Cuál sería el modelo de escuela por el que usted apostaría?
Por uno basado en una escuela que quiera ser a la vez comunidad de aprendizaje y que sea abierta a la comunidad. Que esté insertada y que sea permeable de fuera hacia dentro y de dentro hacia fuera con su entorno. Pero este modelo ni siquiera se ha planteado.

Y para los profesores, ¿qué pediría?
Autonomía para el profesorado. Hay tantas regulaciones que no sirve de nada que el profesor o profesora sea creativo, porque si viene el Ministerio y te dice que si un alumno no se sabe los ríos de España no pasa de curso, evidentemente los profesores se centrarán en eso. El Gobierno en este sentido tiene una mentalidad tan controladora y tan “igualizadora” que no permite que la vida que hay pueda crecer. ¡Esto es un error!

Quizá sea uno de los motivos por los que la gente no quiere ser profesor…
Tenemos que empezar a preguntarnos porqué los mejores perfiles, los mejores alumnos de Secundaria, no quieren ser profesores. Las notas de corte de las carreras de Magisterio son muy bajas, son muy poco exigentes. Yo creo que ser profesor es un gran honor. Tenemos el honor de trabajar con el tesoro del país, que son nuestros chicos y chicas. Somos responsables de la supervivencia cultural y moral de todas estas personas, es uno de los trabajos más bonitos que hay, seguro. Ser maestro es un gran honor.

¿Las nuevas tecnologías pueden favorecer este cambio del que hemos hablado?
¡Seguro! Todo puede implicar un cambio, hasta el mobiliario o el diseño del aula, pero solo si hay un profesorado que sepa sacar provecho. Está muy bien que haya nuevas tecnologías en las aulas, pero donde no pueden faltar, y sobretodo deben ser las mejores, es en las facultades de Educación. Es ahí donde hay que invertir mucho. Si los futuros maestros no tienen a su disposición las mejores herramientas mientras se están formando, cuando lleguen a las aulas no sabrán sacar provecho de nada. Las TIC son imprescindibles, pero no funcionarán si no se hace un trabajo previo con los profesores.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/xavier-melgarejo-es-en-las-facultades-de-educacion-donde-mas-hay-que-invertir/

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Jenifer Fox: “Cada estudiante tiene una fortaleza”

30 de agosto de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

¿Qué entendemos por fortalezas y cuáles tenemos?
Son actividades que desarrollas y te hacen sentir lleno de energía. Existen tres tipos de fortalezas. Las relacionales, que tienen que ver con las cosas que hacemos para y con otras personas y que te hacen sentir valioso y competente. Después encontramos las fortalezas relacionadas con las actividades, es decir, las tareas que llevas a cabo y que te hacen sentir comprometido y lleno de energía.

¿Y por último?
Las de aprendizaje, ya que algunas personas aprenden haciendo cosas y otras leyendo o escuchando. El problema en las escuelas, al menos en Estados Unidos, es que tienden a reconocer a los estudiantes que aprenden únicamente con una de estas fortalezas.

Y no les otorgan importancia a las demás…
El hecho es que hay estudiantes muy inteligentes que no tienen éxito. Pero si el sistema lograra potenciar sus puntos fuertes y su forma de aprender, entonces se involucrarían mucho más y serían más activos.

Si todos aprendemos de formas distintas, ¿cómo puede un profesor enseñar en una clase de 30 estudiantes?
Lo primero es reconocer que el aprendizaje no se limita a transmitir información, sino que consiste en el desarrollo de actividades vinculadas con el mundo real, que permitan a los estudiantes participar y hacer contribuciones en función de sus puntos fuertes.

¿Por ejemplo?
Pensemos en el rodaje de una película. Se necesitan personas que actúen, que escriban el guión, que filmen… Todos ellos contribuyen de manera significativa en el proceso, pero cada uno de ellas desarrolla diferentes tareas. Y así es la vida real. Por tanto, en las escuelas deberían impulsarse proyectos reales, en los que los estudiantes puedan contribuir al desarrollo de tareas que aporten valor.

¿Cómo podemos ayudar a los niños a reconocer sus fortalezas?
Se pueden desarrollar proyectos vinculados a muchas actividades para dejar que los trabajen fuera de su zona de comprensión y así permitir que fracasen. De esta manera contribuimos a que puedan  descubrir lo que no les gusta o las actividades en las que realmente son buenos.

Fracasar no está bien visto…
Por esto las escuelas deben alejarse de la competición, en la que solo los que obtengan mejores notas son reconocidos. Al fin y al cabo en el mundo real deberán encontrar un trabajo para muchos años que sea capaz de motivarles. Y para ello, ya desde la escuela, hay que conseguir que puedan descubrir lo que les gusta hacer y con lo que puedan tener éxito, aunque ello pueda derivar en algún fracaso momentáneo.

¿Están los profesores preparados para satisfacer las necesidades actuales o debemos mejorar su formación?
Cada vez están mejor preparados pero, aun así, debemos mejorar su formación básicamente en los programas docentes de nivel universitario. Actualmente el principal problema es que los profesores se limitan a repetir lo que se lleva haciendo desde hace 200 años.

En este sentido, ¿qué cambios deben aplicarse?
Mi trabajo se basa en la idea de que todo el mundo viene a este mundo con una contribución única a realizar, por lo que los profesores deben enfocar su enseñanza en base a las contribuciones únicas de sus alumnos y olvidarse de las cosas que los niños no pueden hacer. Básicamente deben dejar de ver a sus alumnos como ganadores y perdedores y observarles como personas que tienen algo que aportar. En este proceso, su papel es ayudarles a encontrar sus fortalezas.

¿Cuál es el papel de los padres?
Deben plantear muchas preguntas a sus hijos para animarlos a probar cosas diferentes y permitirles renunciar si no se lo pasan bien. No se trata de que se rindan de inmediato, pero sí dejarles encontrar lo que les hace disfrutar. También considero importante intentar no alentar el logro por la mera recepción de elogios al conseguirlo.

¿Cuál es su opinión acerca del actual sistema educativo?
Pienso que no es bueno y que los cambios se aplican muy lentamente. Soy un agente de cambio, por lo que es realmente frustrante ver como la gente acuna tan lentamente nuevas ideas y cómo descubrimos con tanta lentitud nuevos métodos para inspirar a los niños. Debemos alejarnos del método basado en la memorización de hechos que luego los alumnos deben repetir y volcar en un examen.

¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías en este proceso de cambio?
Son muy importantes y creo que pronto constataremos un gran paso adelante que ayudará a promover cambios. El problema actual es que los profesores aún no han descubierto la manera de cambiar el plan de clase utilizando estas herramientas, sino que solo las utilizan como un valor adicional.

Finalmente, ¿cómo imagina la educación dentro de cinco años?
Desafortunadamente, cinco años en el sistema escolar no es mucho, pero imagino la escuela más personalizada. Algo como puede ser, por ejemplo, una experiencia de compra online. La educación tiene la oportunidad y la capacidad de hacer lo mismo por lo que se refiere a la personalización de los objetivos de aprendizaje.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jenifer-fox-cada-estudiante-tiene-una-fortaleza/

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Entrevista: Mercy esa dama que nos honra.

CentroAmérica/Cuba/29.08.2017/Autor y Fuente:http://www.adelante.cu

Pudimos conversar con ella entrada la tarde; los preparativos del nuevo curso escolar ya la traen de aquí para allá recorriendo escuelas rurales y urbanas. De inicio le preocupó su “facha” para la foto de entrevista porque andaba en “ropa de campaña”, mas ante la promesa de la reportera de que el polvo del camino no sale en las instantáneas accedió a regalarnos estas confesiones.

—Más allá de cargos y responsabilidades, ¿quién es Mercedes Escuredo Olazábal?

—Soy una mujer que se sabe realizada profesionalmente y muy comprometida con su responsabilidad; que siente mucho amor por la familia, que es muy corta: mi papá, mi hija, dos nietos, mi esposo. Soy responsable de mis actos, trato de mantener una buena comunicación con mis compañeros, tanto subordinados como superiores. Soy respetuosa. Me gusta estar actualizada de las cuestiones de mi profesión, el magisterio.

“En lo personal procuro mantener una buena apariencia, desde muy joven he sido cuidadosa. Me place ver televisión cuando tengo oportunidad, y leer; no soy amante de la música ni de la cocina, lo hago por necesidad. Eso sí, me agrada en el tiempo libre estar en casa con la familia”.

—¿Dónde están sus raíces?

—Soy floridana. Procedo de una casa humilde; mi madre era ama de casa y mi papá trabajaba en una panadería. Un hogar de bajo nivel cultural, pero me educaron bien, de forma respetuosa, con muy buen lenguaje, nada de discusiones, ni bebida, ni cigarros; una familia estable; mis padres tuvieron un matrimonio para toda la vida, igual que el mío. Me casé en el ‘70 y aún estoy con mi esposo, quien ha sido estoico, estoico… porque desde muy joven tengo responsabilidades.

—¿El magisterio llegó por vocación o por azares de la vida?

—Empecé a estudiar Química en La Habana, pero como era hija única mi mamá casi se enferma y tuve que regresar a Florida. Después de abandonar los estudios trabajé en una secundaria básica sin ser maestra, apenas tenía 17 años y nivel escolar de 10mo. grado. Tuve alumnos mayores que yo. Mi novio en aquel momento, ahora mi esposo, era maestro y me apoyó en ese empeño. Después estudié por encuentros y luego cursé la licenciatura en la Universidad.

“Eso sí, siempre fui monitora de Español y Química, prefería esas asignaturas. Era buena alumna, muy aplicada y en casa había círculos de estudio. Mis padres siempre me apoyaron para que yo estudiara y aprovechara las oportunidades que tenía.

“Luego de graduada me inicié como profesora de Química en la secundaria básica José Martí, en Florida; allí comenzaron las responsabilidades, jefa de cátedra, subdirectora docente, metodóloga municipal, subdirectora y directora municipal en Florida, de donde me promovieron a subdirectora provincial en el año ‘88 y hasta el ‘96. Aquí trabajé con Freddy Arias, del cual aprendí muchísimo.

“Entonces me eligieron como miembro del Buró Provincial del Partido para atender Turismo, Servicio, Comercio y la Alimentaria, una actividad que nada tenía que ver con lo que soy. Después me promovieron a vicepresidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, donde estuve unos meses, y resulté electa presidenta de la Asamblea, pero no pude terminar el mandato porque mi mamá se enfermó gravemente, y luego falleció.

“Tras reincorporarme en la Dirección Provincial de Educación, en el 2007 fui a cumplir misión a Venezuela, año en que recuerdo con mucha alegría que el sector en la provincia alcanzó primer lugar nacional. Allá fui asesora del Ministro de Educación y jefa de la misión educativa por dos años. Cuando retorné me volvieron a nombrar Directora Provincial. De eso hace siete años”.

—A la vuelta de tantos años, ¿qué le han dejado el magisterio y las labores de dirección?

—El magisterio me ha regalado momentos preciosos. Cuando más cansada y tensa estoy, la visita a un círculo infantil, a una escuela primaria o a la casa de niños sin amparo familiar me reconforta, me relaja. Estuve poco tiempo dando clases y aun así me encuentro alumnos que me recuerdan. Siempre cuidé los límites entre alumno y maestro, y maestro y familia, cuestiones que hoy hay que rescatar y preservar.

“A mí en lo personal el magisterio me deja mucha satisfacción. La labor de educar es dar sin pedir nada a cambio. En las tareas de dirección he tratado de hacer las cosas bien y puedo decir que duermo tranquila. Preparar a las personas más jóvenes para que asuman como cuadros, y respetar a los otros, subordinados y superiores, para que sean recíprocos, me complace. El respeto no se gana por el cargo, sino por tu conducta, tu trabajo, por el día a día. El cargo da una autoridad formal, pero la autoridad real te la da tu conducta: dirigir sin gritar, con rigor y con responsabilidad y decir las cosas en su momento y en su lugar. Reconozco que me molesta que las cosas salgan mal, eso “me pica”. Tales premisas me han ayudado en la vida”.

—Conjugar los roles hogareños, la maternidad y la dirección no es tarea sencilla. ¿Cómo maniobrar con tantas responsabilidades?

—Hace mucha falta el respaldo de la familia. En mi caso fue gracias a mi mamá, que me apoyó con mi hija, y a mi esposo, que se ocupa de los nietos y de mi papá, que tiene 93 años. Él es mi retaguardia, y muy comprensivo con los horarios, pues llego a la casa todos los días después de las ocho de la noche. Ha sido posible porque compartimos las tareas.

“Con el paso de los años comprendí que en determinadas circunstancias debí dar más atención directa a mi hija. Una se da cuenta de que hay algunas carencias, tal vez porque pude hablar más, te percatas después que pasa el tiempo y ya están las personalidades formadas, pero es una realidad de las mujeres que asumen roles en la dirección”.

—Existe en Cuba igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. ¿Está pensado también para las féminas el estilo de dirección en el país?

—La igualdad de oportunidades en Cuba es un hecho, y la Federación de Mujeres Cubanas es una organización que ha luchado mucho por esas conquistas, pero la mujer sigue teniendo una doble jornada. Responsabilidades con la familia, en la casa, que no suele delegar. Es una cuestión que hay que seguir atendiendo.

“En materia de coeficiente intelectual usted se da cuenta de que las mujeres tienen una primacía en el país, pero en materia de dirección hay cuestiones pendientes. Nosotras mismas, las que dirigimos, debemos ser cuidadosas. En mi caso evito por todos los medios convocar una reunión en la noche, por ejemplo. Es una cuestión con la que hay deudas todavía, y necesitamos atender para que las más jóvenes aprecien que dirigir no tiene por qué provocar un fracaso matrimonial, familiar o con los hijos”.

—¿Retos que tenga por delante?

—Tengo dos, lograr que mi nieta pequeña, que tiene 15 años, llegue a ser una profesional comprometida. Creo que la jubilación me ayudará en ese propósito. El otro es el compromiso de terminar la preparación en el curso escolar venidero de los jóvenes que me sustituirán, porque estoy pasada en los años. Sé que ellos lo van a hacer bien.

Mercedita o Mercy, como cariñosamente le dicen, es una de esas mujeres que nos honran con su impronta, su carácter, su compromiso, con su apariencia camagüeyanísima; es parte ya de la estirpe de mujeres plenas, cultas, educadas y revolucionarias del Camagüey.

Fuente: http://www.adelante.cu/index.php/es/a-fondo/25-entrevistas/10431-mercy-esa-dama-que-nos-honra

Imagen:  http://www.adelante.cu/images/2017/08/21/zperez/mercy/mercy.JPG

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Entrevista: Escuelas inclusivas: la necesidad de derrumbar los prejuicios

 

Entrevista a Emilio Ruiz, especialista en psicología educativa, que brindó este fin de semana una conferencia formativa a padres, familiares y docentes que trabajan con personas con Síndrome de Down, en el marco de las Jornadas 2017 de la fundación Down Is UP: «El camino hacia una vida plena».

Emilio Ruiz es Diplomado en Profesorado de educación General Básica y licenciado en Psicología Clínica y Psicología educativa, lo que le permitió tener una experiencia directa en la enseñanza ordinaria de su ciudad natal Cantabria, al norte de España. Luego realizó una especialización de Postgrado en Educación especial y finalmente obtuvo la Licenciatura en Enamorado de la enseñanza. Como tal, Ruiz lleva 25 años observando de cerca la relación entre la educación y la psicología en los colegios de enseñanza pública, y ha llegado a ser director del Equipo Psicopedagógico en Reinosa. Actualmente es coordinador del Equipo de Interculturalidad en Torrelavega, y junto a la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, dirige proyectos de investigación educativa y psicológica. Ha escrito numerosos artículos relacionados con el síndrome de Down, en los que destacan tanto su documentación obtenida del estudio como su valor práctico derivado de su conocimiento y trato directo.

“Trabajamos en la inclusión para que todos los niños con síndrome de Down asistan a las escuelas como cualquier otro niño”, responde al ser consultado sobre su tarea.

Como profesional tiene una doble perspectiva de orientador en contacto con los centros escolares, y de psicólogo viviendo la realidad actual del síndrome de Down en Cantabria. Respecto al síndrome de Down, Ruiz define que la realidad de la integración en España se encuentra en una fase de cierta “comodidad”, algo que no valora como demasiado positivo. “Tras el revuelo que provocaron en los colegios las experiencias de integración de los alumnos con necesidades educativas especiales en los años 90, ahora todos asisten con cierta naturalidad. Los niños pueden asistir a cualquier escuela que quieren ir”, remarcó Ruiz.

No obstante, aclara que “el profesorado sigue teniendo sus dudas, sigue teniendo ese temor a lo desconocido. Pero de a poco comienzan a acostumbrarse a que los chicos con Síndrome de Down tienen su lugar en la escuela, con sus capacidades y características particulares como cualquier otro niño”.

“Una maestra o maestro puede que nunca haya tenido un niño con Síndrome de Down en su vida, así que cuando le llega el primero es como si hubiera nacido de nuevo. Al principio tienen temor porque no saben qué hacer”, agregó. Para superar esos miedos, el especialista recomienda a los docentes a cambiar de actitud hacia el niño. “Lo que más importa aquí es la actitud del maestro. Si el maestro tiene ganas de que ese chico participe de la escuela y sea uno más, de que juegue y comparta los recreos con los demás, de que aprenda con los demás, este chico se sentirá que es igual a todos. La confianza del profesor hacia las posibilidades de ese niño es lo que hace que a ese niño le vaya bien en la escuela”, subrayó.

Para lograr esto, es necesario aprender de los niños, dice Ruiz. “Los demás chicos lo toman con una total naturalidad. Los adultos estamos llenos de prejuicios, prejuicios que se nos fueron formando durante nuestra vida. Se nos ha instalado al Síndrome de Down relacionado con el sufrimiento. Ese prejuicio los niños no lo tienen. Cuando llega un niño con Síndrome de Down a la escuela, los demás chicos lo toman con total naturalidad, es uno más”, sostuvo.

En este mismo marco, Ruiz recomienda a los padres a que confíen en sus hijos y sus posibilidades. “A los padres les digo que crean en sus hijos, que sepan que pueden lograrlo. Esa confianza es la que hará que el niño crea en sí mismo y vaya a la escuela con naturalidad. A partir de ahí, sólo es cuestión de enfrentar el día a día”, dijo y remató: “la inclusión empieza desde que los padres sacan al chico a la calle por primera vez. Es importante como se lo presenta a sus conocidos. Son los padres los que tienen que incluir a sus hijos y ser ejemplos para la sociedad”.

Por otro lado, también los exhortó a unirse y a exigir a las autoridades competentes más y mejores leyes de inclusión. “Padres únanse y creen entidades para luchar por la inclusión. Padres unidos siempre llegan mucho más lejos”, sentenció.

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Entrevista a Raúl Céspedes: “La transformación en la educación debería surgir del cambio de mentalidad del profesorado”

28 agosto 2017/Fuente: Educación Tres Punto Cero 

Doctor en Educación, Máster en Investigación e Innovación en Educación Infantil y Educación Primaria, maestro de Educación Primaria e investigador de la Universidad de Murcia, Raúl Céspedes Ventura, reflexiona en este artículo sobre la evolución que debería seguir la educación para una innovación eficaz. En su opinión, es imprescindible primero investigar para no realizar un cambio sin base ni sentido. 

Vivimos en una época caracterizada por el cambio, un fenómeno que define nuestra sociedad al igual que lo hace la información, la tecnología o el conocimiento. Sin embargo, hay que puntualizar que ese cambio es recurrente y, aunque parezca que es el momento perfecto para evolucionar, precisamente lo que nos envuelve es un entorno inestable de constante generación de información y proliferación descontrolada de propuestas de mejora. Hoy todo el mundo se apunta al cambio: youtubers con aspiraciones de influencers que dan consejos sobre cómo introducir la innovación en el aula o bloggers que se convierten en expertos en Aprendizaje Basado en Proyectos, Flipped Classroom o cualquier otro movimiento educativo o tuiteros con hashtags ingeniosos que hacen correr como la pólvora asuntos como la insufrible temperatura en las aulas, el bullying o el estrés del profesorado.

Aunque parezca que es el momento perfecto para evolucionar, lo que nos envuelve es un entorno inestable de constante generación de información

Este entorno afecta de lleno a nuestra educación, que en términos del psicólogo estadounidense Urie Bronfenbrenner se considera un ecosistema en el que organismos vivos interdependientes (alumnos, docentes, administradores y políticos) comparten el mismo hábitat intelectual, formativo o educativo, formal o informal. Innovar, en mi opinión, requiere analizar ese ecosistema educativo en profundidad y establecer estrategias y acciones encaminadas a mejorar. Pero ¿qué mejora, por ejemplo, introducir una metodología que, aun siendo muy vistosa y altamente atractiva para las redes sociales, multiplica el trabajo de los profesores y no produce aprendizajes evidentes en un porcentaje considerable de los alumnos?

Cuando se le pregunta a los docentes por los aspectos a mejorar en la educación, estos apuntan a la enseñanza tradicional y la dependencia al libro de texto; los horarios estancos que no posibilitan la realización de proyectos; la falta de tiempo para poder organizar actividades centradas en el alumno; la cantidad excesiva de contenidos en el currículo; la falta de coordinación entre niveles y etapas; la falta de formación del profesorado en materia de innovación y la falta de consenso entre el colectivo docente sobre el enfoque de cualquier innovación. Todos estos factores en conjunto tienen sentido si consideramos la escena educativa como el complejo ecosistema que propone Bronfenbrenner, no podemos eliminar el libro de texto y el estilo de enseñanza tradicional porque es lo que funciona con el actual sistema, el currículo, la organización y diría que hasta con la arquitectura de centros y aulas. Todo esto forma parte de un engranaje perfecto depurado en el tiempo.

Los centros deben tomar el control para poder realizar proyectos reales, globales, no encorsetados por un currículum cerrado y asfixiante

Los centros deben tomar el control para poder realizar proyectos reales, no encorsetados por un currículum cerrado y asfixiante. Para ello, debe haber un planteamiento que respalde esa capacidad y libertad de actuación, y que a su vez esté respaldado por evidencias de investigaciones realizadas tanto por agentes externos como por los propios centros. Es un objetivo bastante alto, que se presenta como una alternativa a la negligencia que se observa en las aulas. Seguramente pensáis que introducir, por ejemplo, la realidad aumentada en el aula no perjudica a los alumnos, pero ¿y si utilizo solo unas tabletas y la participación de alguno de mis alumnos es mínima o prácticamente nula?

Debemos abandonar la idea del cambio y unirnos a la de la investigación, ya que el cambio vendrá como consecuencia, de forma natural. Los centros deben tener la capacidad de reclutar a docentes con ideas comunes, que puedan trabajar en equipo, aportando cada uno su especialidad. Personalmente, abogo por una evolución, no por una revolución. Para ello propongo un cambio natural que debe surgir de la transformación de la mentalidad del profesorado. Los docentes deben coger fuerza y dotar de rigor, eficiencia y eficacia su práctica en el aula para lograr los objetivos al máximo rendimiento, con el mínimo esfuerzo y uso de recursos, sin quemarse, guiando de manera activa el curso de la evolución educativa, es decir, no dejando que las cosas pasen solas pero tampoco forzando el cambio. Lo que propongo es una evolución activa de la educación.

Hay que repensar y calmar un poco esta vorágine de innovación que nos rodea y aplicar una buena dosis de actitud crítica

Solo con una programación y planificación real, sin fugas pedagógicas, con acciones basadas en evidencias científicas y una buena evaluación podremos detectar las verdaderas necesidades y por tanto demandarlas al resto del ecosistema educativo. Hay que repensar y calmar un poco esta vorágine de innovación que nos rodea hoy en día, aplicar una buena dosis de actitud crítica, dar paz y tranquilidad a los docentes y valorar su capacitación, experiencia, potencial y ganas de trabajar, al fin y al cabo como ya dijo hace veinticinco siglos Platón: “La educación de los niños es algo tan importante que no puede ser confiado a cualquiera”. Oiga, no somos cualquiera, somos docentes.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/raul-cespedes-transformacion-educacion-cambio-mentalidad-profesorado/52409.html

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Las siete claves para una buena educación

Colombia / 27 de agosto de 2017 / Autor: Simón Granja / Fuente: El Tiempo

Michele DiPietro, autor del libro  ‘¿Cómo funciona el aprendizaje?’, estuvo en Colombia. Entrevista.

¿Cómo aprenden los estudiantes? La respuesta a esta pregunta no solo la tienen los profesores. Y los padres de familia, primeros y continuos educadores de sus hijos, deberían planteársela con más frecuencia e intentar buscar nuevas respuestas.

Guiados por ese interrogante y con el ánimo de descubrir cuáles son las claves a la hora de generar espacios de aprendizaje, el italoamericano Michele DiPietro y otros cuatro expertos en educación se embarcaron en una investigación que les permitió establecer los siete principios fundamentales para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Cada uno de los autores del ‘bestseller’ ‘Cómo funciona el aprendizaje’ tiene, en promedio, 24 años de experiencia en el mundo de la educación. DiPietro, líder de la investigación, es director ejecutivo del Centro de Excelencia en Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad Estatal de Kennesaw, en Georgia (Estados Unidos) y es miembro del Consejo de Administración del Consorcio Internacional para el Desarrollo Educativo.

Para construir este libro, los autores se basaron en investigaciones de distintas áreas del conocimiento tales como la neurociencia cognitiva, la psicología social y del desarrollo, la antropología, la demografía y los estudios del comportamiento y el aprendizaje organizacional.

Con más de 60.000 copias vendidas, el libro se ha convertido en un éxito editorial en Estados Unidos. El Centro para la Excelencia Docente y la Editorial de la Universidad del Norte lo tradujeron al español por primera vez e invitaron al autor a Colombia. EL TIEMPO lo entrevistó.

Los libros de educación no suelen ser ‘bestsellers’, ¿por qué este fue tan bien recibido?

Creo que su éxito radica en el tono que utilizamos. Las investigaciones y los datos que citamos no contradicen su practicidad. El libro cuenta con sugerencias comprensibles y aplicaciones a las que profesores y padres de familia puede acceder.

El libro se titula ‘¿Cómo funciona el aprendizaje?’, ¿cuál es la respuesta a esa pregunta?

Los expertos han ofrecido muchas respuestas a ese interrogante; algunas de ellas, a mi parecer, bastante equivocadas. Para contestarlo, nosotros recogimos las teorías que han sido sustentadas con mayor rigurosidad en los últimos 15 años, y desarrollamos algunos puntos prácticos para que el lector comprenda cómo funciona el aprendizaje.

¿A qué se refieren esos puntos?

En síntesis, al clima social, emocional e intelectual del entorno educativo; al bagaje cultural y los saberes de los estudiantes; a la organización del conocimiento, a la motivación, y al conocimiento práctico.

¿Y cómo funciona la enseñanza?

La enseñanza depende del nivel de comprensión que el educador tiene de los procesos de aprendizaje. Cuando los entiende, sus prácticas educativas son más adecuadas y eficaces. La enseñanza depende, en otras palabras, de cómo pensamos el aprendizaje y de cómo adquirimos, procesamos, analizamos, aplicamos y transmitimos la información.

Los padres también son educadores. ¿Cómo les puede ayudar este libro a ellos?

Todas las teorías que se exponen se pueden aterrizar en la cotidianidad. El libro contiene sugerencias para resolver cuestiones tan básicas como motivar a un hijo a hacer sus deberes o a limpiar su cuarto.

¿La educación va por buen camino?

El uso de la tecnología ha ampliado el acceso a la educación y ha abierto paso a nuevas formas de aprendizaje que nos obligan a preguntarnos ¿cómo están aprendiendo los estudiantes? ¿Cómo sabemos si lo están haciendo? Y si no están aprendiendo, ¿qué podemos hacer para que lo hagan?

 

Los principios

1. Reconocer los conocimientos adquiridos previamente

Los estudiantes llegan a sus clases con un bagaje de conocimientos, creencias y actitudes que pueden facilitar u obstaculizar el aprendizaje. Conocer sus raíces culturales permitirá integrar la información que se les proporciona con la que ellos ya poseen.

2. La forma en que los estudiantes organizan sus conocimientos influye en el proceso de aprendizaje y en la posterior aplicación de sus conocimientos

Los estudiantes construyen conexiones con la información que reciben. Si esas conexiones están correctamente organizadas y estructuradas, es probable que el aprendizaje sea mucho más efectivo y eficiente.

3. La motivación de los estudiantes determina, mantiene y orienta el aprendizaje

La motivación se ve afectada por al menos 3 elementos: las metas y expectativas de los estudiantes; la idea que ellos tengan respecto de su propia capacidad para aprender, y por sus experiencias emocionales frente al aprendizaje. El aprendizaje requiere, por tanto, una buena dosis de desafío, de seguridad y de diversión.

4. Para desarrollar su máximo potencial, los estudiantes deben adquirir habilidades, practicar para integrarlas a su comportamiento, y saber cuándo y cómo aplicar lo aprendido 

La práctica es indispensable no solo para entender los contenidos de las asignaturas, sino para asimilarlos de tal forma que, cuando se presenten situaciones reales fuera de la escuela, en otro contexto, el estudiante pueda aplicar sus conocimientos con agilidad.

5. Las prácticas dirigidas a metas, con la apropiada retroalimentación, mejoran la calidad del aprendizaje

Las prácticas deben tener objetivos identificables por el estudiante y un apropiado nivel de dificultad.

6. La capacidad que tiene el estudiante para desarrollarse depende del clima emocional, social e intelectual de su grupo y de su ambiente, e influye en su aprendizaje

El clima que crean los maestros en sus clases, al igual que los padres en sus casas, tiene importantes implicaciones para los estudiantes.

7. Para volverse capaces de dirigir su propio aprendizaje, los estudiantes tienen que aprender a autocriticar su desempeño y ajustar sus estrategias de estudio y práctica

Ningún aprendizaje escolar puede estar completo sin que el estudiante haya hecho suyo el hábito de aprender por su cuenta, y sin que sea capaz de dirigir ordenadamente su aprendizaje.

Fuente de la Entrevista:

http://www.eltiempo.com/vida/educacion/michele-dipietro-habla-de-las-claves-del-aprendizaje-124098

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