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Entrevista a Carme Cols y Pitu Fernández: “Este virus nos ha hecho parar y ver las consecuencias. Cerrar los ojos puede ser la muerte de la escuela”

Entrevista/Autora: Diana Oliver/elpais.com

La vuelta a las aulas en septiembre ha despertado al fantasma de los patios escolares y los espacios al aire libre. Sabíamos que había mucho por hacer pero ese cambio se ha vuelto urgente. Carme Cols y Pitu Fernández además de maestros –ya jubilados– llevan ya 20 años acompañando a las escuelas a través del proyecto El safareig en la transformación de sus patios en espacios educativos que tengan un uso pleno y activo por parte de niños y jóvenes. Espacios para el intercambio, la convivencia y el aprendizaje, en los que la naturaleza está muy presente. Ahora también han participado en la construcción de la asociación Patios Habitables, desde la que un grupo de profesionales de diversos ámbitos trabaja para proporcionar a la infancia estos espacios haciéndolos más amables. Más “habitables”.

Dicen Carme y Pitu que en este tiempo han visto que el cambio del espacio no es tan complejo como el cambio en la mente y en el papel del maestro o maestra, que debe ser la figura que acompaña y no la que solo “imparte”. Pero se puede. Tras su jubilación han participado en la transformación de más de 400 centros. Su implicación no conoce límites. Su generosidad tampoco. A las comunidades que casi sin ningún tipo de ayuda han podido llevar a cabo su proyecto compartiendo una nueva visión sobre los patios escolares dedican un recuerdo y elogio al acabar la entrevista.

PREGUNTA: Llevan más de 20 años acompañando a escuelas en la transformación de sus espacios exteriores y ahora también han participado en la creación de la asociación Patios Habitables. ¿Por qué surge esta necesidad por parte de los centros escolares y las familias?

RESPUESTA: Los patios pueden ser un gran recurso y actualmente unos grandes aliados. Son un lugar privilegiado para las criaturas, su autonomía, el juego, la exploración, la observación. Pero un uso inadecuado de ese espacio, abandonando la posible función dinamizadora y observadora de los maestros, limitándola únicamente al control y la represión de los problemas, da como resultado la aparición de conflictos y se han convertido en lugares donde predominan el bullying y la pelota. Desde la asociación Patios habitables se pretende ser una iniciativa abierta al mundo para dar visibilidad a una verdadera necesidad de repensar estos espacios como oportunidades, pero también dar respuesta a las demandas a partir de la visión de este espacio como educativo implicando a todos los estamentos de la comunidad. En estos años nos hemos dado cuenta de que es la clave para el inicio de un proceso que va más allá de un simple cambio de diseño. Procuramos encontrar puntos comunes y alianzas que lo hagan posible.

P: Mencionan que son muchos los retos, ¿cuáles son esos obstáculos que se encuentran las escuelas y familias cuando quieren emprender la transformación de sus espacios?

R: El principal reto es solventar el gran desconocimiento –a nivel pedagógico, medioambiental, técnico y normativo– que supone transformar el patio. Y pensar cómo debemos preguntar a los niños en esta dirección para poder llegar a un proyecto de transformación realista y basado en las intenciones de toda la comunidad educativa. La transformación de los espacios va acompañada del proyecto educativo elaborado y participado por toda la comunidad educativa. Un proyecto vivo, que se modifica, se repiensa, y que va cobrando visibilidad a partir de muchos debates.

Es especialmente importante conseguir implicar a las familias no como “mano de obra” sino como copartícipes de un proyecto que implica la utilización del patio como un espacio educativo más allá de los 30 minutos del recreo. Porque, claro, definir bien lo que nos puede aportar este espacio es otro gran reto. También lo es conocer y aprender lo que nos ofrecen, por ejemplo, las plantas. Ellas son las grandes aliadas para distribuir el espacio, para delimitar o para recolectar flores, hojas, frutos; para perfumar el ambiente, para poder trepar y columpiarse; para imaginar, representar y fomentar el juego simbólico y creativo; y para atraer pájaros, insectos, caracoles.

Otros desafíos importantes son lograr no actuar con prisas, porque si queremos cambios rápidos desde el desconocimiento se genera una nube sin contenido duradero y un pozo de problemas; y encontrar los recursos que necesitamos. No se requiere de grandes inversiones pero sí es necesario encontrar las posibilidades que tenemos, y que muchas veces están frente a la puerta de la escuela sin que las veamos.

P: ¿Por parte de quiénes suele surgir el interés por estos cambios?

R: Inicialmente surgía de las familias, y entonces los maestros delegaban o pensaban “qué bien, pondrán cosas”. Más adelante es cierto que la complicidad y el éxito de los procesos ha ido uniendo a los equipos, a las familias y a la administración, haciendo protagonistas a las criaturas, que siempre tienen mucho que decir.

El tiempo y el coronavirus nos han ayudado a ver la necesidad de pensar en este espacio con urgencia y a organizarnos como comunidad educativa. Pero pensar solamente en esta necesidad puntual sería un error. El coronavirus nos ha avisado y ha puesto en debate lo que ya estábamos haciendo sobre el proceso de replantear los espacios de las escuelas. Necesitamos poner sobre la mesa por qué queremos estos cambios, cómo elaboramos la propuesta, qué necesitamos, y siempre desde la coherencia del proyecto educativo del centro y la voz de las criaturas.

P: Dicen que pensar solamente en esta necesidad como algo puntual sería un error. ¿Por qué es importante “aprovechar” este momento para transformar los espacios al aire libre como espacios educativos?

R: La nueva situación es una buena oportunidad para poner de relieve el significado de la educación al aire libre. Son espacios necesarios por su riqueza para una gran mayoría de aprendizajes de la vida. Necesitamos abrir las puertas, encontrar complicidades, encontrar perfiles de personas que nos ayuden a ver, conocer y poder actuar empezando a dar pasos para este tan necesario cambio de paradigma, para dar respuesta a la construcción de una escuela que cuida a las personas desde la salud física, intelectual y relacional y que todas las criaturas puedan desarrollar sus capacidades. Si hacemos este cambio de mirada, tendremos que salir afuera en busca de realidades que motiven a las criaturas abriéndoles nuevos horizontes de aprendizajes. Como hacían Freinet, Pestalozzi, Freire, la Institución Libre de Enseñanza, Rosa Sensat y tantas otras experiencias que no debemos olvidar.

R: ¿Se puede cumplir con el currículum desarrollándolo al aire libre en todas las etapas escolares?

P: El currículum nos habla de contenidos transversales, contenidos adaptables a diferentes realidades y a las habilidades de cada criatura. Ello conlleva trabajar de forma globalizada, en pequeños grupos, tiempos y situaciones. Está muy claro que necesitamos ampliar los lugares y escenarios para el aprendizaje. Si miramos e interpretamos bien el currículum, los contenidos los podemos encontrar afuera, en los parques, en las tiendas, en las calles, en los museos, en las bibliotecas, en talleres. En todas las etapas desarrollamos nuestras capacidades en el contexto en que vivimos. La escuela debe ofrecer diversidad de contextos y espacios para hacer posible una riqueza de aprendizajes que muchas criaturas no podrían tener. Y dar cabida a la entrada de nuevos saberes. Las criaturas necesitan pensar, vivir, aprender en espacios pensados y adecuados para vivir intensamente y que nunca se apague su curiosidad y su pasión por aprender.

P: ¿Creen que se sigue viendo aún los patios exclusivamente como lugares para el ratito del recreo?

R: Socialmente se considera que la educación se da en el aula y el patio es el lugar del recreo. Pero por suerte vemos que estos dos estereotipos están empezando a cambiar. En el interior de muchas escuelas ya hace años que se están utilizando salas, ambientes, pasillos, en un proceso de conquista de espacios que hacen posible nuevos planteamientos y situaciones de juego y de aprendizaje; y esta apertura también se está produciendo en los patios.

P: ¿Son posibles todos estos cambios tal y cómo están planteados los colegios en la actualidad?

R: Sí, es posible. El patio, como lugar, forma parte de un entorno en la ciudad y en los pueblos. Muchos lo recordamos como lugar abierto día y noche. El lugar de los recuerdos y de las aventuras. Los árboles, las escaladas con rodillas peladas y tantas otras situaciones y procesos que hoy pocos niños pueden realizar de una forma libre. Hoy estamos reconstruyendo y recuperando estos espacios. Luchamos y queremos una escuela arraigada a su pueblo, ciudad, una escuela abierta a la comunidad que participa y alimenta su proyecto educativo en los debates, en las formaciones, tomando decisiones.

P: ¿Y los maestros y maestras, dirían que están en general dispuestos, preparados, animados, a esta transformación?

R: No todos, pero después de estos tres meses de pandemia, de las consecuencias del cambio climático y del aislamiento general (en especial de la infancia) de la naturaleza, el patio se revela como un posible espacio especialmente saludable, de bienestar, de juego y de aprendizaje. Y creemos que ello contribuirá a un aumento del interés sobre sus posibilidades como espacio educativo.

Este virus nos ha hecho parar y sus consecuencias, muy reales, nos plantean que no podemos continuar como antes. Continuar cerrando los ojos puede ser la muerte de la escuela. Necesitamos una revolución. Las crisis pueden ser positivas si les damos respuesta construyendo una escuela de todos y para todos. El derecho a la educación que propone la Convención de los Derechos de la Infancia necesita maestros no para “impartir” sino que sepan encontrar las herramientas para provocar el conocimiento, la satisfacción de aprender con los demás.

P: ¿Cómo creen que debería ser la escuela después de confinamiento?

R: La escuela del cuidado. Cuidado de nuestro espacio interior, de uno mismo. Un espacio que debemos cuidar para dar el cien por cien ante dificultades como las que nos plantea el coronavirus. Ahora toca volver a la escuela. Cada uno elaborará y expresará el retorno de formas diferentes. Debemos acoger y poder expresar el estado emocional en cada realidad. Hemos de pensar y organizar los diferentes espacios para poder reducir las ratios: el aula, el dentro y el fuera, para dar vida a esta escuela abierta y herida. Del mismo modo, debemos acoger las realidades vividas de las familias y los niños. Encontraremos familias más vulnerables que han tenido que hacer frente a muchas dificultades a lo largo del confinamiento y otras que han podido disfrutar reencontrando espacios y tiempo con sus hijos. Debemos encarar un curso con protocolos que nos irán marcando desde fuera. No podemos disfrazar ni eludir esta realidad. Con una actitud positiva y activa, el virus no nos puede detener.

P: ¿Son optimistas?

R: Sí, somos optimistas. Muchos espacios en las etapas de los más pequeños ya dan visibilidad a unos escenarios lejos de los pavimentos de caucho “rebota niños” y repletos de plástico que se van convirtiendo en escenarios verdes no solo para plantar, sino para encontrar nuestro vínculo con la naturaleza sintiendo esta necesidad desde nuestro interior. Estamos esperanzados, lo que hagamos ahora incidirá en el futuro de la infancia.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/06/mamas_papas/1594030147_785486.html

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Entrevista a Noam Chomsky: «EE.UU. está dirigido por el sector empresarial para sus propios beneficios»

Por: Rebelion.org.

«El país, básicamente, durante mucho tiempo, ha sido prácticamente un estado de partido único: el partido empresarial», señaló el intelectual.

Millones de personas en EE.UU. están perdiendo el empleo y enfrentan posibles desalojos debido a la crisis económica provocada por la pandemia. Por su parte, la riqueza del 1% de la población del país ha aumentado enormemente. Entre los beneficiados está Jeff Bezos, fundador de Amazon y la persona más rica del mundo, que acaba de incrementar su patrimonio en un monto estimado de trece mil millones de dólares netos en un solo día.

El intelectual ha querido hablar de esta Noam Chomsky ha querido hablar de esta y otras cuestiones con Amy Goodman, para Democracy now! y ha afirmado que la ganancia inesperada de las empresas es una prueba más de que Estados Unidos está dirigido “esencialmente por el sector empresarial” para sus propios beneficios. “Simplemente, se están descontrolando”.

Chomsky detalla que «EE.UU. un país dirigido esencialmente por el sector corporativo, que tiene una influencia abrumadora en el gobierno y que está representado por el hombre más rico del mundo: Jeff Bezos, que ganó $ 13 mil millones en un solo día».

«Se están volviendo locos, usando a Trump y a la administración o usando la cobertura de la pandemia para enriquecer a los muy ricos y al sector corporativo que, por supuesto, se lo están comiendo. Ellos lo adoran», señala el intelectual.

El también lingüista afirma que «la industria militar es otro ejemplo de ello. Es un último esfuerzo para tratar de imponer la regla máxima de riqueza extrema y poder corporativo que corre paralelamente a la campaña de Mitch McConnell-Trump para empacar al poder judicial de arriba a abajo con jóvenes abogados de ultraderecha de la Sociedad Federalista que serán capaces de asegurarse de que no importa lo que el público quiera, mientras sus políticas ultra reaccionarias se implementen durante al menos una generación».

«Intentan mantener lo que han logrado en gran medida a través del período neoliberal, los últimos 40 años: una enorme concentración de riqueza, concentración de poder político, población general estancada, en declive, incluso hasta el punto donde hay un aumento de la mortalidad en los últimos años entre las personas en edad laboral, los hombres y mujeres blancos en edad laboral. Nada de esto sucede en las sociedades desarrolladas en funcionamiento», indica Chomsky.

«El país, básicamente, durante mucho tiempo, ha sido prácticamente un estado de partido único, el partido empresarial», sentencia el intelectual.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/estados-unidos-esta-dirigido-por-el-sector-empresarial-para-sus-propios-beneficios/

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Entrevista a Thaïs Gutiérrez : “La sociedad aún no digiere bien a los niños que no encajan con la masculinidad tradicional”

Entrevistas/Autora: Mar Calpena

A menudo, cuando se habla de educación para la igualdad, el énfasis se pone en las niñas. La periodista Thaïs Gutiérrez se ha propuesto explorar cómo la masculinidad tóxica marca a los niños más allá de la infancia. En Ni forts, ni valents –de momento, sin fecha aún de edición castellano–, Gutiérrez explora a través de su propia experiencia cómo la publicidad, los dibujos animados, la presión del grupo y la sociedad entera tejen un sistema que oprime también a los niños.

¿Cómo surge la idea del libro?

Fue por dos motivos. La primera, como madre de dos niños iba observando cosillas a nivel personal que creía que ya estaban superadas, y descubría que existían muchos estereotipos aún. La segunda, que en el periódico en el que trabajo hicimos un dossier sobre masculinidades, y yo me encargué de la parte de los niños. En una conversación con un antropólogo vasco que sale en el libro, Rixar Bacete, él me abrió mucho los ojos hacia este tema que quizás ya percibía como madre, y me hizo darme cuenta de que no estamos trabajando para librar a los niños de los estereotipos. Todos los expertos con los que hablé luego coincidían en una idea: estamos haciendo mucho trabajo con las niñas, las estamos empoderando, les estamos dando muchos recursos para que crezcan libres, todo ello muy necesario, pero nos hemos olvidado un poco de los niños. Y ellos también lo sufren. Me dije: “Necesito seguir investigando y tirando de este hilo”.

¿Cree que en esto la situación ha ido a peor desde hace unos años?

En general diría que no, que no ha ido a peor. Pero sí que en algunos campos se percibe un empeoramiento. Un ejemplo de ello es la publicidad infantil. En los años ochenta no tenía todos los estereotipos que tiene ahora. Lo peor es la campaña de Navidad, que desmonta todo el trabajo que se hace de educación durante un año. Está llena de estereotipos, en particular respecto a las niñas, que se presentan como cuidadoras de bebés, o con juguetes para estar guapas, para hacerse trenzas, maquillaje, diademas, todo siempre rosa… y a los niños se los presenta siempre en acción, yendo en bici, haciendo carreras de coches. El Consell de l’Audiovisual de Catalunya alertaba de que en la campaña de Navidad de 2019 en el 48,6% de los anuncios se usaban estereotipos sexistas. Es la peor tasa desde 2012. Y personalmente sí que noto este retroceso, porque no recuerdo este sesgo de género tan bestia en mi infancia. Sin embargo, poco a poco vamos avanzando como sociedad. Y luego está cómo los estereotipos afectan a los niños, que creo que es algo que dábamos por superado, que ya todos sabíamos que los niños no están obligados a ser fuertes y valientes y que si quieren pueden elegir el ballet en lugar del fútbol… pero esto no está superado. La sociedad aún no digiere bien a los niños que no encajan con el mandato de la masculinidad tradicional.

¿El trabajo para desmontar estos patrones debe comenzar por los adultos?

Lo ideal sería comenzar con los niños para no llegar a encontrarnos estos patrones en los adultos. Seguro que con los mayores también queda mucho por hacer, pero no quiero entrar mucho en eso porque se escapa un poco al alcance del libro y no lo tengo tan analizado. Si no se permite que los niños no expresen determinados sentimientos, los tienes castrados emocionalmente toda su infancia, negándoles quiénes son y dándoles un mensaje muy peligroso, que es que tienen que esconderse o el grupo no los aceptará, porque no son suficientemente hombres… Esto aún pasa, y hay niños que siguen sufriéndolo. Tener que crecer así, con esta carga, me parece muy duro.

¿Los modelos sociales que les damos refuerzan estos estereotipos?

Totalmente. Los referentes van todos a reforzar esta idea. Si miras quiénes son los referentes de los niños, normalmente son futbolistas, cantantes de reguetón, youtubers… muchos de ellos sólo refuerzan este mensaje. Y a nivel político, que quizás no sea el referente de los niños, pero sí que es lo que ven que sale en las portadas de los periódicos o en la tele, que son la gente que les presentamos como que merece ser escuchada, muchos de ellos encarnan la masculinidad tóxica, como los Trumps, los Bolsonaros, los Putins… El tema de los referentes es preocupante, porque es el espejo de los niños y cuesta mucho encontrar alternativas.

¿Qué papel jugamos las mujeres?

Mi conclusión es que es muy importante que las mujeres ofrezcamos a los niños referentes de mujeres interesantes y potentes, para que nos vean más allá de la imagen estereotipada de la publicidad o el cine, o de la idea de que las mujeres tenemos que ser jóvenes, bonitas, y simplemente un objeto. Por eso tenemos que presentarles mujeres que sean lo que ellos quieren llegar a ser. Para mí eso es fundamental. Lo intento hacer en casa a pequeña escala. Ojo, no hablo sólo de mujeres famosas. Tienen que entender que el trabajo de la abuela importa tanto como el del abuelo, revalorizar el trabajo que se hace en casa…

Precisamente en el libro usted comenta que muchos padres desean y apoyan que sus hijas ocupen lugares de poder, pero que nunca estimulan a sus hijos para que elijan hacer trabajos de cuidados…

Esto es prácticamente inexistente. Lo que te dicen los expertos es que, como los hombres ocupan una posición dominante en esta sociedad, si las mujeres acceden a trabajos tradicionalmente masculinos se acepta porque en el fondo viene a ser como si subieran un nivel. En cambio, como casi siempre se nos ha presentado a las mujeres en un escalafón inferior al de los hombres, cuando los hombres o los niños quieren entrar en espacios tradicionalmente femeninos se considera que van hacia atrás. Todo lo femenino sigue estando devaluado y hay que trabajar para revalorizarlo, y eso también pasa porque si el niño quiere hacer algo considerado tradicionalmente femenino, o ponerse alguna pieza de ropa que se consideraba “de niña”, no se le cuestione.

¿Qué es la “caja de la masculinidad”, que usted comenta en el libro?

Es un concepto que enunció el educador Paul Kivel, la caja de creencias de la masculinidad. Se desarrolla después en un estudio que a mí me gusta mucho, porque tuvo en cuenta datos de tres países distintos: Estados Unidos, México y Gran Bretaña. Lo llevó a cabo la organización Promundo, y desglosaba en siete puntos las creencias con las que los hombres “cargan”. Estas creencias consisten en ser autosuficiente, ser fuerte, ser atractivo, ceñirse a los roles masculinos tradicionales; ser heterosexual y menospreciar a los homosexuales, ser hipersexual y ser agresivo y controlador. Resumen muy bien la masculinidad tradicional. Me llama la atención que las conclusiones del estudio entre países tan distintos sean tan parecidas, y que apunten a que los chicos encuestados en su mayoría han sentido presión para encajar en estos conceptos.

En el libro dedica un tema al riesgo, y a cómo la masculinidad tóxica es la causa de conductas peligrosas. ¿Le sorprenden los estudios que apuntan que la incidencia de la covid sea mayor en hombres por esta razón?

Me sorprende sólo porque no los conocía, pero después de escribir este libro y hablar con los expertos en el tema, en realidad no, ya no me sorprende. La socióloga Marina Subirats me dijo que “los hombres se mueren de masculinidad”, que es una frase que es muy reveladora. En el caso de los niños, esto se traduce en conductas peligrosas para demostrar su virilidad, como los casos que cuento en el libro [sobre colgarse de un vagón de metro en marcha, y otros] y que vi en mis amigos en la adolescencia. Para demostrar tu virilidad tienes que hacer estas “pruebas” de riesgo absurdas, por todo el sistema de premios y castigos del grupo. Si las haces el grupo te premia y te trata como a un líder; mientras que si tienes un poco de criterio y no las llevas a cabo, el grupo te castiga. Y este mecanismo sigue muy activo. Está desprestigiado cuidarse y, como te decía antes, cuidar a los demás. Las estadísticas nos muestran que más chicos conducen bajo los efectos del alcohol o consumen drogas; tenemos que enseñarles a cuidarse. Porque luego, cuando son adultos, van menos al médico y no piden ayuda cuando tienen problemas de salud mental, según alerta la Asociación Americana de Psicología.

También aborda el tema del porno…

Tengo la sensación que con el porno estamos mirando hacia otro lado. Ponemos la excusa de la libertad de expresión para no abordar que la pornografía violenta se ha convertido en la educación sexual de los chicos. Se trata de pornografía agresiva, machista y cosificadora, en la que no aparece el placer de las mujeres, en la que siempre hay una dominación masculina, y que se convierte en el primer ejemplo de sexo que ven los jóvenes. No hablamos de adultos, los adultos que vean lo que quieran, eso me da absolutamente igual. Estamos hablando de niños de ocho años, que acceden a ello de forma casual, o que buscan a partir de los doce. Los sexólogos alertan de las consecuencias de jóvenes que llegan a la edad adulta con relaciones desiguales, que recurren a la prostitución porque las mujeres no quieren acceder a las prácticas que ellos han visto en el porno. La gente todavía se ríe cuando se habla de porno, y hace ver que no condiciona. Las escuelas tienen que mejorar el tema de educación sexual y afectiva, se debe implantar antes. Y hay que hablarlo con los críos desde pequeños, porque si se tropiezan con ello por primera vez a los ocho años, significa que deberían saber ya algo. A los padres les incomoda mucho hablar de sexo con sus hijos, pero tenemos que quitarnos esta incomodidad de encima.

Uno de los temas que subyacen en el libro es la del género como algo construido.

No he querido entrar en eso porque me parece un debate infinito. Lo que sí tengo claro es que las personas pueden sentirse como quieran, y que hay, es indudable, una construcción y una socialización de género, que no determinan los genitales. Si un niño se siente niña hay que acompañarlo y darle las herramientas, y que sus derechos se respeten. Tendríamos que dar a todo el mundo la misma educación y explicarles también que hay personas no binarias, que no se reconocen en ningún género, y que no son bichos raros si eso es lo que sienten. Queda mucho por hacer.

En concreto, ¿qué pueden hacer las administraciones?

No lo sé. En Cataluña el departamento de Educación ha anunciado que la educación afectivosexual, como te decía, se va a implementar a partir de P3 (educación infantil, a partir de tres años). Pero no creo que sea una prioridad de los políticos. Debería serlo, porque la educación en la igualdad de los niños es lo que determinará cómo son los adultos del día de mañana, así que tendría que haber una apuesta mucho mayor, y con recursos, por ella.

Fuente e imagen tomadas de: https://insurgenciamagisterial.com/la-sociedad-aun-no-digiere-bien-a-los-ninos-que-no-encajan-con-la-masculinidad-tradicional/

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Luis Rojas Marcos: “La pandemia nos marcará y formará parte de nuestra biografía”

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Luis Rojas Marcos, psiquiatra de formación, casi no necesita presentación. A sus 77 años ha sido una de las figuras referentes de la medicina en las últimas décadas. Lleva desde 1968 trabajando y viviendo en Nueva York, en donde ha sido nombrado por tres alcaldes diferentes para dirigir diferentes puestos del sistema sanitario de la ciudad. Hablamos con él de esta pandemia y de las cosas que podemos esperar en el futuro más o menos reciente.

Médicos Afiliados de Nueva York es una organización sin ánimo de lucro compuesta por 3.500 médicos y profesionales de la salud que prestan sus servicios en seis hospitales públicos y en las diez cárceles de la ciudad. Luis Rojas Marcos es el director ejecutivo de esta asociación, a la que dedica buena parte de sus energías. El estallido de la pandemia de la Covid-19 ha puesto de nuevo a prueba la capacidad de trabajo de este doctor que, recién licenciado en Medicina, se instaló en Nueva York en 1968. Quince años más tarde, el alcalde Edwar Koch le eligió para dirigir los servicios psiquiátricos de los 11 hospitales generales de la ciudad. Otro alcalde, David Dinkins, le nombró, en 1992, responsable de los servicios municipales de salud mental, alcoholismo y drogas. Y, en 1995, un tercer alcalde, Rudolph Giuliani, le encargó la presidencia del Sistema de Salud y Hospitales Públicos. A punto de cumplir 77 años, constata los efectos devastadores de la pandemia y se desvive por minimizar sus consecuencias sobre la salud de los neoyorquinos. Se considera un ‘vencedor lento’.

¿Qué impacto está teniendo la crisis de la Covid-19 en la salud mental de los ciudadanos?

Indudablemente, esta pandemia está teniendo efectos devastadores para la salud en su sentido más amplio: estado de bienestar físico, psicológico y social. En cuanto a la salud mental, está siendo un gran reto para nuestra resiliencia; la mezcla de resistencia y flexibilidad que necesitamos para afrontar y superar adversidades. Concretamente, este enemigo invisible socava el sentido de futuro: desde pequeños, en cada momento pensamos con ilusión sobre lo que vamos a hacer más tarde, el mes que viene o incluso dentro de unos años. Por eso, cuando nos sentimos incapaces de anticipar el porvenir nos invade el estrés, la incertidumbre, la vulnerabilidad y se agrieta el cimiento vital de la confianza en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea. Como resultado, han aumentado considerablemente los trastornos de ansiedad, la depresión y la incidencia de problemas personales y de convivencia asociados al consumo de alcohol y drogas.

¿Ese impacto es idéntico en los ciudadanos de Estados Unidos, China, España o cualquier país europeo o del mundo?

El impacto psicosocial varía según los valores culturales del país. Se dice que la cultura es como la sal en la sopa, no la vemos, pero tiene efectos importantes en nuestra forma de ver la vida. Así, en los países donde predomina el sentido de grupo o colectividad, se tiende a pensar que el impacto de la pandemia depende de los recursos y la colaboración del grupo y es responsabilidad de la comunidad. Por el contrario, en las sociedades individualistas, como Estados Unidos, en las que se piensa que el individuo es el principal responsable tanto de sus éxitos como de sus miserias, los efectos de la pandemia tienden a considerarse fallos personales.

En Nueva York, ¿se constata que los colectivos más vulnerables son los más afectados por la enfermedad? La pandemia ¿afecta de forma muy diferente a ricos y pobres?

Sin duda. Los recursos personales, sean económicos o sociales, determinan definitivamente la defensa ante la pandemia, tanto en el acceso a los remedios sanitarios como a los dispositivos protectores. Es evidente que los colectivos de niveles socioeconómicos más bajos –que suelen incluir las minorías étnicas e inmigrantes– sufren y mueren desproporcionadamente. Este hecho representa un enorme desafío a los principios fundamentales de justicia y a valores humanos muy básicos, incluyendo el derecho a acceder a cuidados médicos independientemente del nivel económico.

Parece como si esta pandemia se viviera a dos niveles por cuestiones de edad: los jóvenes, poco susceptibles de sufrir contagios graves, y los ancianos, con altos niveles de mortalidad

Así es. Los efectos patológicos del virus discriminan a la población según la edad y la presencia de dolencias como diabetes, hipertensión y trastornos pulmonares, que son más prevalentes entre los mayores. Un ejemplo tan evidente como conmovedor es el contraste entre las altas cifras de mortalidad entre los residentes de asilos y residencias de ancianos y el impacto del virus, a menudo asintomático, en la población menor de los 35 años. Este hecho reta a la sociedad a tomar medidas específicas para proteger a las personas mayores.

¿Qué efecto está teniendo ese hecho en la forma de reaccionar ante la crisis de unos y otros?

En numerosas situaciones vemos que mientras la población más joven, amparada por el sentido de invulnerabilidad, actúa a menudo imprudentemente ante los riesgos de infección, los mayores tienden a sentirse desamparados o incluso desahuciados al ser considerados fuente de contagio por unos o victimas irremediables por otros.

Esta crisis ha demostrado que vivimos en un mundo insolidario, egoísta, o, por el contrario, ha puesto de manifiesto las grandes dosis de solidaridad que hay en nuestras sociedades?

Creo que la pandemia está poniendo de manifiesto, una vez más, la impresionante capacidad para resistir y superar adversidades de la especie humana y el papel fundamental que juega la solidaridad en la supervivencia de las personas y, en definitiva, de la humanidad. Quizá los medios no ayuden a exponer este aspecto positivo de los seres humanos. No olvidemos que las buenas noticias no son noticia. Creo que el titulo de los informativos debería ser “Malas Noticias” o “Sucesos Aberrantes”.

¿Algunos sistemas sanitarios han reaccionado mejor que otros ante la pandemia? Son muchas las voces que reclaman ahora que la sanidad tiene que ser 100% pública para que sea el máximo de eficiente ante crisis como esta.

La reacción de los sistemas sanitarios ha variado dependiendo de los recursos disponibles, de la fiabilidad de la información recibida y de los mensajes de los profesionales de la salud y lideres sociales y políticos. Indudablemente, la sanidad de misión pública –algo que aún escasea en países potentados–, dotada de los recursos necesarios, está mejor preparada para afrontar las epidemias y demás amenazas a la salud de los ciudadanos.

¿La pandemia marcará esta generación? ¿Qué huella dejará en nuestras vidas y en la forma de organizar nuestra sociedad?

Nos marcará y formará parte de nuestra biografía. El tipo de huella va a depender de las consecuencias que haya tenido en nosotros y en nuestro entorno y de la interpretación o explicación que le demos a su impacto, a nuestras decisiones y al papel que hayan jugado en su momento los lideres sociales. Es reconfortante recordar que la humanidad no sólo ha sobrevivido a terribles epidemias y calamidades, sino que a menudo ha salido reforzada de ellas. Y es que son muchos los hombres y mujeres que en su lucha por superar la adversidad descubren cualidades en ellos mismos que desconocían, reconfiguran sus prioridades y afirman haber experimentado cambios positivos. Esto es lo que llamamos Crecimiento Postraumático.

¿La solución llegará con esa vacuna que todos esperamos?

La vacunación masiva de la población y la consiguiente prevención de futuras infecciones por la Covid-19 marcará el fin de la pandemia. La recuperación de los daños producidos por el virus requerirá un proceso de duelo para los que hayan sufrido perdidas de seres queridos y de rehabilitación para quienes hayan afrontado los efectos perniciosos de la pandemia sobre la convivencia familiar y social, la seguridad económica y laboral y el plan de vida.

Lidera la asociación Médicos Afiliados de Nueva York, que trabaja en hospitales públicos y cárceles. ¿Cómo ha impactado la Covid-19 en las prisiones que usted conoce?

En el escenario de las cárceles de NY, la pandemia ha adquirido un matiz especialmente desolador. El confinamiento involuntario de 9.000 reclusos en celdas construidas para un máximo de 4.000, que no permiten distanciamiento físico, ha planteado un enorme reto a la prevención de los contagios y ha creado un ambiente de alto riesgo y estrés en la población encarcelada y de gran tensión entre presos y guardias. Las intervenciones más frecuentes, aparte de las urgencias médicas, han sido crisis de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.

¿Saldremos de esta pesadilla con una sociedad más solidaria o crecerán los populismos y los nacionalismos?

Sin negar la persistencia de los prejuicios y la discriminación en muchos países, incluido Estados Unidos, donde coincidiendo con la pandemia hemos vivido de cerca pruebas desgarradoras de un racismo empedernido, la evidencia demuestra que la mayoría de las personas viven convencidas de que la tarea diaria más importante es convivir en armonía y que el mejor negocio es el bien común. De hecho, cuando afrontamos situaciones catastróficas como esta pandemia y nos invade el pesimismo, con el tiempo, el resplandor de la solidaridad se convierte en la fuente más segura de esperanza.

¿Cómo valora la gestión de Donald Trump ante esta crisis?

En mi opinión, la gestión del presidente Trump ha sido caprichosa, impulsiva, mal informada y ha estado empapada de motivaciones políticas personales y manipulada con el fin de encubrir la ignorancia y serios errores de juicio y culpar a fuerzas externas o a contrincantes políticos. Menos mal que han surgido lideres locales como los gobernadores de ciertos estados, incluido Nueva York, que han tomado las riendas, han absorbido la confianza de los ciudadanos y nos han guiado en la superación de la devastadora pandemia.

En noviembre quería correr la maratón de Nueva York. ¿Volverá la normalidad a nuestras vidas en unos pocos meses?

Como cabía esperar, la maratón de Nueva York ha sido cancelada por motivos de salud pública. Pero tenemos la oportunidad de correrla individualmente monitorizados por la organización. Esta opción ha sido una buena noticia para los que estamos enganchados a esta prueba anual -yo llevo 26-, acabadas a duras penas en más de una ocasión, ya que soy un vencedor lento. Este es mi lema que aprendí de Martin Luther King y recomiendo: “Si no puedes volar, corre; sino puedes correr, anda; si no puedes andar, gatea; pero hagas lo que hagas, ¡sigue avanzando!”.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/31/la-pandemia-nos-marcara-y-formara-parte-de-nuestra-biografia/

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Entrevista a Santiago Martín:“Los ecosistemas sanos frenan la propagación de enfermedades; son la vacuna más eficaz”.

Entrevista/20 Agosto 2020/Autor: Yayo Herrero/insurgenciamagisterial.com

Santiago Martín Barajas (Teruel, 1962)  es ingeniero agrónomo y vive en Madrid desde los tres años. Trabaja en su propia empresa en temas de ingeniería ambiental. Lleva cuarenta años formando parte del movimiento ecologista –y lo que le queda– y ha reflejado esa trayectoria en un libro titulado Río Arriba. Ha querido escribirlo porque “cuatro décadas de vida dan para mucho y, de vez en cuando, es bueno mirar hacia atrás, hacer memoria y aprender de lo andado”.

Ccuarenta años de ecologismo. En 1977 te hiciste socio de Adena y empezaste tu andadura en las organizaciones ecologistas. Apenas unos años antes se había publicado el informe sobre los límites al crecimiento del Club de Roma, y hoy la situación es mucho peor de la ya terrible que vaticinaba aquel informe. ¿Cómo vives esto?

Me entristece que, a pesar del trabajazo que hemos metido y de todo lo que hemos avanzado en materia de protección y de legislación, el estado de los ecosistemas sea cada vez peor y la crisis ecológica sea cada vez mayor. Cuando yo empecé, no se nombraba el cambio climático, ni muchos de los otros problemas estructurales que tenemos ahora, aunque ya había científicos que los habían denunciado. Yo me involucré de forma muy activa en la conservación de los ecosistemas y de las especies. Y ahí hemos tenido muchas satisfacciones. Tengo que confesar que, a veces, prefiero no mirar los problemas estructurales y dedicar cada momento a defender el territorio concreto. Soy consciente de que están y de que afrontarlos suponen un cambio de mentalidad, de visión y de organización social absolutamente radical pero también de que, por el momento, no hay voluntad política u osadía para afrontar la situación desde las raíces. Alguien lo tiene que hacer y nosotros somos parte de ese alguien. Recuerdo que Ladis (un compañero y amigo de Aedenat y después de Ecologistas en Acción) siempre decía que los ecologistas tenemos mucha más razón de la que nos gustaría tener.

Pero además, la defensa del territorio concreto es clave. Ante los problemas climáticos y de desbordamiento físico que tenemos ahora, la supervivencia dependerá de mantener y conservar los cada vez más escasos espacios naturales que tenemos. Por eso, cada valle, cada río, por pequeño que sea, importa.

Tu vienes de un ecologismo conservacionista ¿Por qué es tan importante la conservación?

La preservación de la mayor cantidad de territorio es el legado que le dejamos a las generaciones que vienen para que puedan construir su presente. Que tengan posibilidades de vivir y acceder a recursos básicos, como el agua, la energía o la alimentación, dependerá de que defendamos esos espacios del cemento, de las macrogranjas, de la sequía estructural, de los proyectos especulativos delirantes o de la construcción de infraestructuras innecesarias. Hay que conservar el territorio, los ríos, los valles… Puede que dentro de unos años, con lo que está cayendo, la sociedad haya cambiado y sea consciente de lo que se juega. Entonces, la posibilidad de sobrevivir y reconstruir una organización social diferente pasará por esos valles, ríos y bosques que hayamos sabido y podido conservar. Si no, no hay opción.

La lucha contra el cambio climático y las desigualdades atroces se juega también en estas acciones, en lo micro. Los daños ambientales en muchos casos son irreversibles. La satisfacción de las necesidades, la justicia y la conservación no son cosas separadas.

¿Cómo te haces ecologista?

Desde muy pequeño me gustaba la naturaleza, los animales, las plantas. Según iba creciendo me di cuenta de cómo iban desapareciendo. Tendría diez o doce años y recuerdo que en Moralzarzal destruyeron un bosque para meter una urbanización. Yo me bañaba en el río Samuriel que venía desde Becerril y desembocaba en el embalse del Manzanares. Tuvimos que dejar de hacerlo porque se contaminó con las aguas residuales de Becerril.

Recuerdo que una vez, íbamos a Teruel y mi padre paró en una gasolinera. Había un guarda de finca y llevaba atado un tejón muerto en la parte de atrás de la moto. Yo nunca había visto un tejón. Pensé pero ¿por qué?, ¿por qué le ha matado?

A mi padre le gustaba la naturaleza. Me señalaba las aves rapaces cuando aparecían planeando , indicándome que eran águilas. Me fue entrando la curiosidad y el cariño por la naturaleza. En mi casa aprendí que había que moverse por lo que te importaba. Si no quería que todo desapareciese, yo también me tenía que hacer responsable de la conservación. Tenía que organizarme para defenderlo y actuar.

Hace unos días, en el curso de verano sobre cambio climático que ha organizado La Marea, Héctor Tejero señalaba que parte del movimiento ecologista ha sido maximalista y algo cenizo. Plantea que, dado el orden de las cosas, sin perder el norte, hay que apostar también por el pragmatismo. ¿Cómo ves tú esa relación entre el cambio de modelo y el pragmatismo?

Creo que hay que ser pragmático. No creo, la verdad, que se pueda decir que el movimiento ecologista no lo haya sido. Es verdad que tenemos un análisis y propuesta de conjunto ambiciosa, que no es que no sea pragmática, sino que apunta a la línea de flotación de la economía en la que vivimos, a la forma de resolver las necesidades y el consumo que es lo que, de fondo, se nos está llevando por delante. Pero teniendo eso claro, nos hemos metido en todos los charcos. No da igual que un valle se haya salvado a que haya sido destruido. No se puede perder el horizonte. Queremos salvar el planeta en sí mismo y para la población. Nunca he tenido problemas en reunirme con cualquiera, pero los objetivos siempre los he tenido claros. El estar en un grupo ayuda, Si tú te pierdes, los compañeros te ayudan a encontrarte de nuevo.

Recuerdo, por ejemplo, el grupo de trabajo que estudió el Plan Hidrológico Nacional en el seno del Consejo Nacional del Agua. Nos miramos 60.000 alegaciones, y analizamos el plan con sumo detalle. Como consecuencia de ese trabajo, metimos varios artículos en la ley que llevan vigentes desde hace 19 años. Echamos abajo 13 proyectos de grandes embalses. Eso significa que se salvaron trece valles. En ese proceso, aguanté recriminaciones, críticas e incluso alguna amenaza velada de regantes. Estuvimos en medio del choque entre gobiernos autonómicos. Improperios muchos. Discusiones acaloradas también.

Somos radicales en los planeamiento pero nos hemos sentado en mesas con gobiernos y representantes políticos de todos los colores, y digo todos. Hemos hablado con empresarios y con quien nos ha querido escuchar. Hemos presionado y negociado leyes y decretos frase a frase y hemos conseguido algunos logros. Hemos elaborado proyectos y protocolos que le hemos dado hechos a la administración y que han aprobado y aplicado. Hemos realizado cientos de estudios rigurosos, hasta tal punto que las propias administraciones públicas los han tomado como referencia. Nos hemos metido en todos los charcos que se nos han puesto delante. No hay denuncia o juicio por corrupción en el que no estemos personados. Y nuestros abogados y abogadas, todas ellas activistas, han conseguido doblarle el brazo a corruptos que tenían a los mejores bufetes de abogados detrás. Otra cosa es que las sentencias se cumplan.

No perdemos el norte de dónde están los problemas estructurales, pero eso no ha impedido que nos hayamos arremangado y entrado en las cosas más prácticas de forma pragmática… Ha sido una satisfacción y creo que es un trabajo útil. Creo que merecía la pena y a mí desde luego me compensa.

Insisto, no hay nada más pragmático que saber que te moviste para preservar un río, un valle o un espacio público en la ciudad y que ese valle seguirá ahí porque nosotros y nosotras nos movimos para defenderlo.

¿Cuáles han sido los peores momentos, los que te han hecho sufrir?

Que los regantes o los cazadores te llamen de todo la verdad es que no me afecta mucho. Pero sí que me ha dolido perder algunas campañas en las que invertimos mucho tiempo y energía: Riaño, Itoiz, el desdoblamiento de la M-501… No es que me hayan hecho sufrir, pero sí que me preocuparon, sobre todo por mi familia, algunas campañas de acoso y amenazas. Cuando todo el follón del desdoblamiento de la M-501, un periódico de la Sierra Norte (en 2006) sacó su número y en la portada en letras enormes ponía Santiago Martín Barajas: enemigo público de la Sierra Oeste. La revista se regalaba en los ayuntamientos y comercios, y la portada se colocó en los tablones de anuncios de bastantes ayuntamiento de la zona, incluyendo el del pueblo donde vivo. Finalmente los tribunales nos dieron la razón. El desdoblamiento era ilegal, pero hacía varios años que Esperanza Aguirre lo había inaugurado. De todos modos, lo que llevo peor son los problemas internos de las organizaciones. Es mi talón de Aquiles. Al principio lo único que veía eran escisiones y eso lo llevaba fatal.

Fuiste una de las personas clave para la conformación de Ecologistas en Acción…

Yo entré en Aepden (Asociación Ecologista para la Protección de la Naturaleza) a finales de 1979. En los años siguientes me di cuenta de que el movimiento ecologista estaba atomizado y era poco eficaz. Volvemos a lo de antes del pragmatismo, el ecologismo no era un fin en sí mismo, tenía sentido solo si se conseguían cosas. Apostamos por la unificación del movimiento por razones fundamentalmente de eficacia. Yo no veía diferencias ideológicas insalvables, más bien transformábamos problemas de egos en diferencias ideológicas. Trabajamos mucho, yo lo hice sobre todo con Theo Oberhuber , para unificar, primero a través de la Coda (Coordinadora para la Defensa de las Aves, que después pasó a llamarse Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental) y luego ya en la constitución de Ecologistas en Acción. Lo empezamos a gestar a finales de los ochenta y lo conseguimos en 1998.

La clave fue el respeto a la gente y las ideas de los demás. Fue compleja la unificación pero lo que vino después no fue tampoco fácil, cuando hubo que mantener lo unificado y surgían los conflictos. Ahí aprendimos que la mediación y el abordaje de los conflictos era muy importante. Tuvimos que ir aprendiendo y hubo compañeros y compañeras que, con mano izquierda y no dejando pudrirse las cosas, ayudaron a conseguirlo. La constitución de Ecologistas fue muy satisfactoria. La mayor parte de los colectivos que se quedaron fuera hoy ya no existen. Se ha ido incorporando mucha gente joven al colectivo y hoy podemos decir que no desaparecerá según se vayan ‘jubilando’ los activistas más mayores.

La confederación supuso también el encuentro entre un ecologismo conservacionista y otro más político que anteriormente estaban separados e incluso algo enfrentados.

Con el tiempo fuimos penetrando unos en las ideas de otros y aprendimos mutuamente. Todos fuimos acercando nuestras posturas y entendiendo que las dos miradas eran complementarias. No había posibilidad de conservar nada en un sistema económico que lo transforma todo en mercancías, ni había posibilidad de construir un mundo alternativo sin tierra, agua, biodiversidad… Recuerdo especialmente los debates y la relación con Ramón Fernández Durán y Ladislao Martínez, dos compañeros que ya no están. Con los dos tuve muy buena relación. De Ramón apreciaba su inteligencia ligada a una coherencia personal impresionante. Era una persona tremendamente valiosa. Ladis también era muy inteligente, aportaba un gran empuje, y tenía una enorme capacidad para crear plataformas y mover gente.

Ahora, la diferencia entre los “pajareros”, que nos llamaban así, y los de la ecología política ya apenas existe. Ha sido una homogeneización enriquecedora. Hay veces que la homogeneización pasa por perder riqueza y dejarte casi todo por el camino. Aquí no. Todos hemos ido asumiendo. Ese es el mayor valor. Creo que lo hemos conseguido porque hacemos cosas en común: las manis, los proyectos, las acciones , los informes, las fiestas, salir de vez en cuando al campo… Lo ves de otra manera si hay aprecio. También por el tiempo que se le ha metido a la mediación y resolución de conflictos. Lo que hemos conseguido permite que podamos llegar prácticamente al último rincón de España, donde casi siempre hay un pequeño grupo de Ecologistas en Acción.

Llama la atención que en el movimiento ecologista casi todas las personas de más edad sean hombres. Son muy pocas las mujeres que han aguantado ¿por qué?

Se ha producido un cambio espectacular. En los ochenta teníamos la teoría clara pero la realidad era la que era. A las mujeres se las relegaba a puestos muy poco visibles. Nosotros creíamos que eran ellas las que se autorrelegaban, luego vimos que no era así, que las formas de relacionarnos eran importantes y que para dejar hueco había que quitarse de en medio. Entonces, teníamos muchas compañeras potentes pero la mayor parte de las que pintaban pancartas eran mujeres y nosotros teníamos las tareas más visibles. Mi compañera llevó la tesorería muchos años, la colocación de stands en ferias y similares, y yo no hubiera dedicado el tiempo que he dedicado al activismo si ella no hubiese asumido una buena parte de la organización cotidiana de nuestra casa.

Para cambiar ha sido fundamental la llegada de mujeres feministas a la organización. Ellas se han dado la palabra y se han dado visibilidad, aunque hay que estar vigilantes porque, en cuanto nos despistamos, se puede volver a lo de antes. Nosotros en las cosas más visibles y ellas en las menos visibles. Esta organización se ha enriquecido mucho con la presencia masiva de mujeres.

Has tocado muchos “palos ecologistas”, pero tu línea de trabajo más constante ha estado vinculada al agua ¿cómo está ahora la situación?

En nuestro país, los recursos hídricos disminuyen a causa del cambio climático pero el regadío no para de crecer. Supone más del 85% del consumo. Vivimos al día con el agua. Antes, los embalses eran almacenes, ahora son prácticamente estaciones de transferencia. Hemos tenido una primavera lluviosa este año pero los embalses están más de siete puntos por debajo de la media anual. Como falle una primavera y un otoño seguidos, sufriremos un colapso hídrico y tendrá que haber cortes de agua en núcleos de población importantes. Cuando el Plan Hidrológico ya advertíamos de ello. Recuerdo una reunión de la Comisión Permanente del Consejo Nacional del Agua en la que estaba el consejero de Agricultura de Murcia y, después de que yo dijese que no se había tenido en cuenta la reducción de recursos hídricos a causa del cambio climático, interrumpió y dijo que eso del cambio climático era una tontería y que lo único que se había publicado hasta el momento sobre el tema eran poco más que “hojas parroquiales”. Qué peligro que nos gobierne gente que llama a los informes científicos hojas parroquiales…

¿Resolvería el problema hacer más embalses?

Es un mantra repetido lo de hacer más embalses, pero la construcción de los mismos no implica que esa agua aparezca como por arte de magia. No llueve más ni hay más agua por construir más embalses. Hay que pensar en la utilización racional del agua, en las necesidades reales y más con el cambio climático que se está produciendo.

¿Y la desalación?

La desalación no es una solución. Se puede recurrir a ella puntualmente, en caso de apuros, pero no es una solución estructural. Por una parte se genera un problema de vertidos de salmuera (70 gramos de sal por litro). Esos vertidos al ir a parar al mar, liquidan las praderas de posidonia y expulsan a los peces. Además está el problema del consumo energético, ya que hay que quemar carbón o fuel para desalar, lo que conlleva un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. No puede ser un continuo, puede ser un apoyo puntual. Si las metemos de forma continua, lo único que conseguiremos es estimular el crecimiento de las demandas y generar un efecto rebote. Se disparará aún más el consumo de agua.

Tenemos ya más de 4.000.000 de hectáreas de regadío. No debería haber más de 3.000.000. Con esa cantidad se puede dar de comer a toda la población y sigue quedando parte para la exportación. Si no se reajusta el riego a lo físicamente posible, se reconvertirá por las malas, cuando llegue la siguiente sequía plurianual.

El problema está en que la conservación del planeta es incompatible con un crecimiento económico ilimitado, y establecido como principal objetivo. Esto hay que tenerlo claro. Porque si no, lo que sucede es que se agravan los problemas y se agudizan las desigualdades.

Otro de los temas sobre los que insistes recurrentemente es la importancia de la biodiversidad…

Sí. Estamos viviendo una pérdida de biodiversidad aceleradísima. Es tirar piedras contra nosotros mismos. La pérdida de biodiversidad supone perder un patrimonio genético irrepetible e irrecuperable que nos ha servido y nos puede seguir sirviendo para curar enfermedades, producir alimentos en ámbitos climáticamente hostiles, para la fabricación de útiles de todo tipo, etc.

En los años setenta u ochenta, ya no me acuerdo, había un anuncio en la tele que decía “el ser humano ha llegado a la luna, ha creado ciudades inmensas, pero somos incapaces de fabricar una flor.” Perder biodiversidad supone condenar a montones de personas de antemano. Los ecosistemas sanos frenan la propagación de enfermedades, son la más eficaz vacuna.

Cada especie que se extingue, significa que desaparece para siempre el fruto de un proceso evolutivo de miles de años. Me resulta tremendo pensar en la extinción de algo que estuvo vivo durante milenios en apenas unas décadas. ¿Quiénes somos nosotros para hacerla desaparecer?

¿De qué te sientes especialmente orgulloso?

Es un orgullo haber podido contribuir a la conservación y mejora de muchas áreas naturales. He dedicado, con otros, muchos y muchas, años a ello. Comarca a comarca, laguna a laguna, río a río, monte a monte, hemos ido consiguiendo territorios liberados para la vida natural. Pero uno de los proyectos que me ha hecho más feliz ha sido la renaturalización del Manzanares. Una buena parte de la actividad ecologista tiene que ver con oponerte a las burradas que se hacen sistemáticamente y a nadie nos gusta el conflicto. Este fue un proyecto en positivo. No nos hemos tenido que enfrentar con casi nadie. Teníamos la intuición de que funcionaría y la naturaleza ha estado a la altura, e incluso ha superado nuestras expectativas. Se ha generado un bosque de ribera espectacular. Ahora los madrileños y madrileñas nos felicitan. Gente de más de ochenta años que pasea por allí y te dice que nunca había mirado al río y que se sienten orgullosas de él. Ahora todos los grupos municipales apoyan plenamente el proyecto de renaturalización.

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/los-ecosistemas-sanos-frenan-la-propagacion-de-enfermedades-son-la-vacuna-mas-eficaz/

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Entrevista a Guillermo Churuchumbi, alcalde de Cayambe«El Municipio actualmente se encarga de salud y educación, aunque estas sean competencias del gobierno central»

Entrevistas/20 Agosto 2o20/rebelion.org

En referencia al escaso, casi nulo, apoyo del gobierno central, dice: «Nosotros compramos pruebas PCR, pruebas rápidas, etc. Al estar en el territorio, las Alcaldías sentimos los problemas, sentimos la angustia de nuestra gente, entonces a medida de nuestras posibilidades hemos respondido y dado alternativas».

¿Qué ha ocurrido con el abastecimiento de alimentos en el cantón Cayambe durante la pandemia?

En Cayambe, desde hace cuatro años venimos fortaleciendo la construcción de redes de producción agroecológica. Tenemos más de 13 asociaciones de productoras agroecológicas, una asociación de tanques fríos de leche, y de productores de cebolla, quienes no han parado durante la pandemia. Hace más de dos años aprobamos una ordenanza de apoyo a la soberanía alimentaria desde el gobierno Municipal como política pública, para garantizar la comercialización de productos agroecológicos. Antes, las productoras agroecológicas eran perseguidas por la Policía Municipal en los espacios públicos, por denuncia de las señoras del mercado que monopolizaban las ventas.

Este trabajo previo, nos ha permitido enfrentar la pandemia de forma organizada, con experiencia productiva y de comercialización para organizar las ferias. En ese contexto, me atrevo a decir que la experiencia que teníamos anteriormente, la activamos con mucha fuerza. Hasta el momento hemos tenido más de 300 ferias productivas agroecológicas en las 8 parroquias (6 rurales y 2 urbanas) que ha sido una respuesta muy importante; en los primeros dos meses de pandemia, fue un éxito total. En medio de la pandemia, esto nos ha permitido evitar que la gente baje a la ciudad de Cayambe. Así, las ferias intercomunitarias y comunitarias permitieron evitar el contagio, las aglomeraciones y, lo más importante, fortalecimos y dinamizamos la economía local.

Hablando del tema del empleo rural ¿Cuáles han sido los efectos locales de los despidos masivos?

En Cayambe tenemos plantaciones florícolas (más de 2500 hectáreas) y lastimosamente, en el primer y segundo mes de pandemia, hubo serias dificultades para la exportación. Por lo tanto, algunos empresarios florícolas, aunque no todos, aprovecharon la coyuntura y despidieron a cerca de 5000 jefes de familia quienes habían trabajado 10, 15 y 25 años. Usaron el pretexto de la pandemia para no cumplir con las obligaciones laborales ni con las compensaciones. Despidieron a miles de personas, violentando sus derechos laborables, los derechos de las mujeres; no respetaron a mujeres embarazadas y no respetaron años de trabajo.

¿Qué medidas ha tomado el GAD Municipal para ayudar a las personas despedidas?

Desde el gobierno municipal, recogimos con las juntas parroquiales y los presidentes de las comunidades la información relevante, y se hizo un pedido a la Defensoría del Pueblo para que se investigue y se protejan los derechos laborales. Esto es un trabajo duro y realmente es responsabilidad del Ministerio de Agricultura, del MIPRO (Ministerio de Producción), de la Prefectura, etc.

Entonces, no solo estamos viviendo la crisis sanitaria sino también la crisis económica. La gente que vive del día a día se ha acabado sus ahorros, por lo cual nosotros estamos apoyando a las personas que están sin empleo desde la reactivación productiva, la agroecología, la producción y entrega de plántulas. Estamos desarrollando la promoción y organización de la agricultura urbana a través de los barrios federados y no federados, y dando asistencia técnica para las huertas orgánicas a nivel urbano. Entonces tenemos, por un lado, el proyecto de soberanía alimentaria y por otro, un proyecto de desarrollo económico.

En este grave contexto de los despidos y crisis económica, se plantea la alternativa de la producción agroecológica y huertos urbanos. ¿Cómo está el tema del acceso a la tierra?

Algunas familias lastimosamente no tienen tierra, sobre todo las familias pobres que viven en la ciudad. Por lo cual estamos haciendo un proceso de levantamiento de información barrio por barrio para que juntos, busquemos alguna alternativa: capacitación y emprendimientos, cómo buscar y canalizar micro créditos, etc. Igualmente, apoyar con el tema de las plántulas y de los abonos, aunque no tengan tierra, para que siembren en el patio de los hogares, o algún espacio disponible. Así mismo, tenemos un proyecto para las mujeres que han sido maltratadas que se llama «Casa Dolores», quienes cuentan con un pequeño de terreno donde trabajan, siembran, se recrean y cuando está la cosecha, entre ellas mismo se reparten como un espacio de intercambio y solidaridad.

Actualmente, algunas instituciones están manejando el discurso de que se avecina una crisis alimentaria. Como GAD cantonal ¿cuál es la proyección a largo plazo en cuanto a la producción y abastecimiento de alimentos?

En el norte de Cayambe, en Ayora y Olmedo, se dedican mucho a la producción de la leche. Tenemos aproximadamente 420 000 litros de leche diarios de las familias campesinas e indígenas, quienes entregan la leche al ordeño a través de un convenio con el Ministerio de Educación. Lastimosamente, el Ministerio no está realizando clases presenciales y por lo tanto el Estado no está comprando, ni pagando la alimentación escolar. Ahí vamos a tener una dificultad, probablemente incluso podríamos llegar a tener una crisis lechera y por ende, va a afectar la economía de las familias. De todas maneras, muchas familias ya están preparando sus huertos, recuperando las semillas, etc. Entonces de pronto, puede llegar la crisis lechera, pero tendrían otras alternativas de sostenibilidad y de consumo para la alimentación propia.

También estamos levantando esta información, para poder intervenir y llegar a aquellas personas que no tienen ninguna posibilidad. En los últimos meses de pandemia, hemos estado entregando kits alimentarios a las familias que no tienen empleo, o que han sido despedidas, que viven del día a día, etc. Sin embargo, no es suficiente, por lo cual también promocionamos «Cayambe Solidario». Esto significa que no solamente el gobierno central o el Municipio entregan kits alimentarios, sino buscamos generar lazos familiares de solidaridad y espacios para compartir.
Entonces, por ejemplo, cuando tenemos que entregar a una persona mayor el kit alimentario, inmediatamente nosotros empezamos a preguntar: ¿quiénes son sus hijos? ¿tiene o no tiene hijos? A veces los hijos tienen carros de lujo y enormes casas, pero se han olvidado de sus adultos mayores y nosotros abogamos para que también se hagan responsables. La familia tiene que ser corresponsable de sus familiares mayores y la comunidad para superar estos tiempos de crisis y pandemia. Inclusive empieza a funcionar el tema de los pisos ecológicos: se intercambian productos entre las tierras bajas con las tierras altas.

Finalmente, ¿cómo se diferencia la gestión de un GAD como institución de función descentralizada, a comparación de otras instituciones del Estado central durante la pandemia?

Primero decir que los alcaldes, incluido el alcalde de Cayambe, caminan en el territorio. Sentimos la necesidad de nuestra gente y damos respuesta a estas necesidades en la medida de nuestras posibilidades económicas. Siempre que existen problemas, las personas recurren a la Alcaldía; y por eso, recién se acabaron nuestros fondos municipales. Sin embargo, el Municipio actualmente está cargando con todo: con salud y educación, aunque estas sean competencias del gobierno central. El tema del internet es una competencia fundamental del Ministerio de Telecomunicaciones, sin embargo, nosotros tenemos que cargar con el muerto, tanto humana, técnica y financieramente. Encima de eso, el gobierno nos debe fondos de tres a cuatro meses; no tenemos ingresos propios. Sin embargo, nosotros hacemos los esfuerzos institucionales, organizativos y asociativos, con la finalidad de hacer una gran Minga por la soberanía alimentaria, por la solidaridad y por la agroecología.

En el caso de la Alcaldía de Cayambe, a pesar de la crisis económica, de manera participativa y transparente, hemos administrado cada centavo y nos han alcanzado los recursos. Estamos ampliando la red de internet para el sistema educativo de nuestros niños, inclusive desde la Escuela Municipal estamos haciendo educación domiciliaria y ahora el Ministerio de Educación nos ha seguido. Equipamos el Hospital Raúl Maldonado con insumos médicos, cuando esa es una responsabilidad del Ministerio de Salud. Nosotros compramos pruebas PCR, pruebas rápidas, etc. Al estar en el territorio, las Alcaldías sentimos los problemas, sentimos la angustia de nuestra gente, entonces a medida de nuestras posibilidades hemos respondido y dado alternativas.

En Cayambe tenemos una Alcaldía participativa, intercultural, de puertas abiertas y democracia horizontal. Si bien es cierto en la ciudad existen contagios y también tenemos muertes por coronavirus, sin embargo, en relación a los cantones similares como Rumiñahui y Mejía tenemos tres veces menos. Eso se debe no solamente a la participación y coordinación interinstitucional, sino también a la participación comunitaria y la corresponsabilidad de su gente, los controles comunitarios. Nosotros fortalecemos a una sociedad organizada y también a una sociedad que puede trabajar de forma horizontal. En la democracia en tiempos de pandemia, hay que construir desde abajo, desde la horizontalidad, desde la participación, desde la toma de decisiones conjuntas.

Por ejemplo, para decidir sobre la semaforización, nosotros hicimos un proceso de amplia consulta con los sectores productivos, juntas parroquiales, presidentes de las comunidades, presidentes barriales. Decidimos con todos; la sociedad organizada decidió quedar en el semáforo rojo y luego así mismo, todos decidimos salir al semáforo amarrillo. No hacemos decretos desde la verticalidad, sino construimos desde la horizontalidad. Esa es una nueva forma de construir una democracia, de construir una nueva sociedad y de comprender el Estado en conjunto con la sociedad, para responder los problemas desde el territorio.

Fuente: https://rebelion.org/el-municipio-actualmente-esta-cargando-con-salud-y-educacion-aunque-estas-sean-competencias-del-gobierno-central/
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Entrevista a Ignacio Ramonet: “La pandemia está estableciendo la crisis del modelo neoliberal”

Por: Miguel Muñoz 

 

Su nombre está asociado desde hace décadas a la publicación periodística Le Monde Diplomatique tanto en Francia como nuestro país. Este periodista y catedrático de teoría de la comunicación fue también el impulsor del movimiento ATTAC, protagonistas en el movimiento antiglobalización con eventos tan destacados como el Foro Social de Porto Alegre y las sucesivas ediciones. Prolífico autor de libros, premiado en diferentes ocasiones y Doctor Honoris Causa por varias universidades. Durante el inicio del confinamiento estuvo en Cuba. Desde allí, Ignacio Ramonet (Redondela, Galicia, 1943) escribió un extenso ensayo con su reflexiones sobre el mundo actual y futuro en medio de una pandemia sin precedentes. De esos pensamientos, y ya desde París donde reside habitualmente, tenemos el placer de hablar con él en cuartopoder.

-Ha definido la pandemia como un “hecho social total”. ¿Qué significa?

Es una expresión que algunos sociólogos utilizan. En particular, un sociólogo de gran referencia como Norbert Elias. ¿Qué es un hecho social total? Pues a veces en la historia se producen acontecimientos, por ejemplo una guerra, que tienen repercusiones en todos los ámbitos de la sociedad. Primero en la organización misma de la sociedad, en la economía, en la cultura, en la política, en la organización de la vida de la gente. La pandemia, tal y como nos ha sorprendido, ha funcionado y está funcionando como un hecho social total. Realmente hay pocos espacios en nuestra vida cotidiana y en la de las sociedades que no se hayan visto afectadas de manera particularmente impactante por la pandemia.

-Ha señalado, al igual que otras muchas personas, que el mundo y la vida no va a ser igual cuando acabe todo. Parece que lo tenemos todos claro

-Yo creo que sí. Bueno, todos no, ha habido una serie de intelectuales que han dicho que todo sería exactamente igual. Por ejemplo aquí en Francia, Michel Houellebecq escribió un texto diciendo que después de la pandemia todo será igual. ¿En qué sentido todo seguirá igual? Bueno, seguiremos en una sociedad vertical, el capitalismo no se habrá derrumbado, las grandes empresas seguirán teniendo un rol determinante…En ese aspecto no cabe duda de que la estructuración, el esqueleto portador de la sociedad, probablemente no se va a mover, al menos en un primer tiempo. Pero sí que muchas cosas ya se están moviendo. Y podemos decir quizás que muchas han cambiado ya. Por ejemplo la cuestión del teletrabajo. Hoy día es conocido que, en particular en nuestras sociedades desarrolladas, cantidad de gente piensa que ir a la oficina cada día tiene cada vez menos sentido. Y que durante estos meses se ha demostrado que se puede trabajar perfectamente igual desde casa.

«Vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia»

Por otro lado, una parte del consumo virtual se ha podido hacer de manera virtual. Globalmente la aceleración de toda la virtualidad, de todo el universo de internet, no cabe duda de que aunque ya estaba bien anclada en nuestras sociedades, ha conocido una aceleración muy notable. No es una casualidad que precisamente las empresas del GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) sean las que más han ganado y las que menos han sufrido con esta pandemia. Así podríamos decir que muchas cosas se han modificado. Probablemente también, aunque decía antes que el capitalismo se va a mantener, el neoliberalismo como lo habíamos conocido hasta ahora probablemente no va a ser posible. Porque esta pandemia tiene tres tiempos. Estamos viviendo el tiempo sanitario, que es el más importante en esta fase. Pero ya está viniendo el tiempo económica, y la pandemia económica va a ser de una brutalidad desconocida. Las cifras últimas publicadas sobre las expectativas de la economía española, la situación de los bancos en España…Todo esto da una idea de la colosal tempestad que están viviendo las economías. Y el tercer tiempo va a ser el social. No cabe duda de que si las economías sufren, quienes van a sufrir van a ser los trabajadores a todo nivel. Por consiguiente eso va a producir aquí y allá protestas o revueltas. Y sea electoralmente o por otras vías, vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia.

-Se está haciendo también mucho hincapié, especialmente a nivel europeo, en que la crisis no la paguen los de siempre como ocurrió en 2008. ¿Debemos ser algo optimistas con esto?

-Por ejemplo, un país del Sur cualquiera. ¿De qué vive? La mayoría viven de tres cosas. La mayoría de países de África, América Latina, de gran parte de Asia, viven de tres cosas. O bien de las exportaciones de los productos del suelo o subsuelo, la minería o la agricultura. Segundo, de las remesas que envían sus trabajadores emigrados. Y tercero, en algunos de ellos, del turismo. Estas fuentes de recursos hoy día están muy impactadas por la pandemia. El turismo está con un encefalograma plano. Las remesas, como la mayoría de estos trabajadores está en los países desarrollados, y que evidentemente, van a entrar en una crisis colosas, van a disminuir masivamente. Como por otra parte la economía está medio paralizada, las exportaciones también están de capa caída. Entonces, imagina cuando en un país se caen estos tres recurso, obviamente el número de quiebras va a ser colosal. Cuando quiebran las empresas, quienes sufren son los bancos. Porque han dado créditos para que las empresas funciones. Por tanto, el propio sistema bancario se puede derrumbar en muchos países.

«En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar»

Esto es lo que normalmente podría haber ocurrido en Europa. No va a ocurrir por el acuerdo que se logró. Porque la UE que ve venir esta situación, está dispuesta a endeudarse sin límite para que precisamente todo el sistema bancario, que es un poco el sistema de riego sanguíneo de la economía europea, no dé quiebra y colapse. En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar. Pero eso no va a cambiar el hecho de que mucha gente vaya a perder su empleo. En Francia, por ejemplo, el propio presidente anunció hace dos semanas que se espera en otoño próximo la pérdida de un millón de puestos de trabajo. Es enorme, si piensas que cada puesto de trabajo hace vivir a dos o tres persona.

-Cambiando de tema, hay muchas referencias, y también las describía usted en el artículo, sobre la irrupción de la vigilancia masiva digital. Supongo que en este tipo de situaciones hay riesgos y beneficios dentro de una crisis sanitaria

-La era digital, en la que ya estábamos desde hace unos 30 años, ahora ha alcanzado una normalidad. El mundo actual es el mundo de la virtualidad. Para los que aún dudaban de si estábamos en una prolongación de la era industrial, pues ahora estamos en la era virtual y de la ciber actividad. Por consiguiente, eso significa que cada vez que toco una tecla en mi computadora, teléfono o Ipad, estoy dejando una huella de lo que hago. Por consiguiente, no cabe duda de que ahora sí que se confirma algo que algunos ya habíamos predicho desde hace bastante tiempo. Y es que los datos que cada uno damos de nosotros pasan a ser una materia prima de alto valor y que probablemente pueden transformarse en la materia prima de la era digital. Eso va a tener un valor económico en la medida en la que en el mundo del 5G y Big Data, se va a trabajar exclusivamente con datos. En el mejor de los casos para conocer mejor desde el punto de vista comercial o publicitario todas las simpatías y deseos de los individuos. Pero además eso va a permitir a las grandes empresas digitales y a los Gobiernos e institutos de inteligencia para tener un conocimiento muy fino de cada uno de nosotros.

Entonces, la idea de que precisamente haya una especie de Big Brother que conozca a cada uno de los 7.000 millones de habitantes del planeta, o los 5.000 que usan constantemente internet, eso, que era ciencia ficción cuando Orwell escribió 1984, está siendo cada día más real. Yo escribí hace poco un libro llamado El imperio de la vigilancia y creo que me quedé corto. Porque con la pandemia esto se ha confirmado completamente. Antes podían decir que era un poco paranoico y cosas así pero ahora es la realidad.

-Una de las cosas por las que más se le conoce fue su lucha en el movimiento antiglobalización y la fundación de ATTAC. Han pasado varias décadas pero, ¿cómo se relacionan las críticas que ya se hacían entonces sobre el mundo con la realidad actual en plena pandemia?

-Nosotros lanzamos el movimiento hace unos 20 con la idea de “Otro mundo es posible” y con el Foro Social. La crisis de 2008, que fue financiera y de crédito, ya nos dio la razón de que obviamente la globalización, es decir el neoliberalismo globalizado, nos conducía hacia un mundo en el que cada vez habría más gente cada día más rica y gente cada vez más pobre relativamente. Hoy, el 1% de la población más rica posee más de la mitad de la riqueza del mundo. Hoy día, si quieres esta desigualdad salta tanto a la vista que el escándalo se ha generalizado.

La pandemia está estableciendo también la crisis del modelo neoliberal. Por ejemplo, hemos visto como muchos países se han cerrado, como muchos países apuestan por el mercado interior. La crisis ha demostrado que, por ejemplo, en Europa no se fabricaban mascarillas, paracetamol, respiradores…Sabemos que habrá otras crisis, porque en los últimos 15 ha habido otras tres crisis epidemiológicas aunque no hayan concernido a Europa. El SARS y el MERS han sido crisis muy graves para Asia. Nadie puede decir que no habrá otra crisis pandémica de aquí a 5 o 10 años. No tenemos autonomía en materia de producción de lo que es mínimamente indispensable para combatir una amenaza de este tipo. Todo este modelo que consistía en fabricarlo todo con trabajadores mal pagados en el otro lado del mundo es que el hoy tenemos, a la vez por razones económicas, sanitarias y ecológicas. No nos olvidemos de una importante, que la pandemia no es más que una manifestación de la crisis ecológica. Porque el virus ha surgido por el desprecio a la naturaleza, por el ataque constante a ella y en particular a los animales salvajes. Y el virus ha saltado precisamente por ese desprecio. No podemos seguir fabricando una camisa al otro lado del mundo que va a ser transportada y consumiendo una cantidad excepcional de petróleo y energía para luego ser vendida a un precio ridículo. Es impensable. Este tipo de modelo es al que hoy, por razones económicas, ecológicas y políticas, la sociedad debería rechazar.

-A nivel geopolítico nos preguntamos mucho el papel que van a cumplir ahora China y EEUU. ¿Podemos ver algún cambio en el equilibrio entre fuerzas?

«Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista»

-En el aspecto geopolítico vamos a decir algo que es lo más central. Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista. Esto no se ha visto nunca hasta ahora. Su intervención en la I Guerra Mundial fue decisiva, en 1944 también. Y desde los años 50, EEUU ha estado en todas las partes. Esta vez no han enviado una mascarilla a nadie. No han enviado una jeringuilla ni personal médico a nadie. Esta ausencia da una idea de la debilidad de EEUU. El país más impactado por la pandemia es EEUU, por una conducción política completamente errática, equivocada, con un problema de liderazgo enorme que pone en riesgo la continuidad de Trump, tal y como lo dicen los sondeos. Solo esto ya es una indicación de cómo la pandemia está modificando la geopolítica. Por otra parte también, la pandemia detuvo todos los conflictos en el mundo durante unas semanas, con mucha más eficacia que la ONU. Otra cosa, las Naciones Unidas han estado absolutamente ausentes en esta crisis. No se han oído iniciativas. Por tanto, hay algo en la estructuración y funcionamiento geopolítico hasta ahora que demuestra que tal y como funcionaba el mundo, éste no era eficaz.

Sobre China podríamos decir dos cosas. Primero, tiene una responsabilidad en la medida que el virus surgió allí y no pudo impedir que saliera. Por otra parte, China ha combatido con gran eficacia la pandemia y es el país que ha ayudado enormemente a otros países, enviando medicamentos, médicos, etc.

-Estuvo en Cuba durante las primeras semanas de confinamiento. Ha alabado su gestión de la pandemia, ¿por qué?

-Cuba ha combatido la pandemia con mucha eficacia sin declarar un confinamiento obligatorio, pero con mucha disciplina social, con mucho voluntarismo y de manera bastante inteligente, y con una organización social muy eficaz. Por otra parte también, Cuba no ha dudado en enviar a cerca de 45 países brigadas médicas con personal: Italia, Andorra, las posesiones de Francia en el Caribe, en América Latina o África. Cuba sí ha dado muestras de un internacionalismo solidario y creo que esto vale la pena subrayarlo. Infelizmente los grandes medios de comunicación europeos no lo subrayan. Por otra parte observamos que la UE ha publicado una lista de los países con los que se puede aceptar viajero y veo que no está Cuba, que es uno de los países que menos casos tiene en el mundo. Para darte una idea, Cuba tiene más o menos la misma población que Bélgica, 10-11 millones de habitantes. Bélgica tiene 9.000 muertes. Cuba sólo 85. Entonces, evidentemente hay una manera de afrontar esta cuestión desde el punto de vista sanitaria que demuestra lo que se sabía ya, que Cuba es una gran potencia médica. Pero que es una gran potencia con una generosidad y solidaridad espectacular cuando muy pocos países en el mundo han enviado ayuda a tantos países.

Fuente e imagen: cuartopoder

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