Page 218 of 936
1 216 217 218 219 220 936

España: El absentismo escolar toca techo pero inquieta más el ‘ausentismo’

Redacción: Deia

El último curso hubo 1.870 menores que faltaron al menos al 20% de las clases del mes.

El absentismo escolar sigue sin remitir, pero las autoridades cada vez están más preocupadas por el “ausentismo”. Año a año crece el número de estudiantes que si bien acuden a su centro escolar, no participan ni tienen una conducta activa hacia el aprendizaje. Son meros muebles, en el mejor de la casos. Lograr que este alumnado cambie de actitud se ha convertido en el “nuevo reto” para el sistema educativo. Así lo recoge el informe del programa para la erradicación de la desescolarización y del absentismo escolar del Departamento de Educación, la Diputación de Bizkaia y Eudel.

A pesar de que los últimos años los controles son más exigentes, el absentismo tocó techo el último curso, con 1.870 absentistas. Esto supone que el 1,7% de la población de Enseñanza Básica faltó al menos al 20% de las clases en un mes. El 76% de los expedientes fueron derivados a Servicios Sociales Municipales;17, a la Diputación foral, y 51 acabaron en manos de la Fiscalía. Por redes, el problema se concentra en los centros de titularidad pública. Según el estudio, 82 centros públicos de Bizkaia tienen más de seis estudiantes con comportamiento absentista, por 23 en colegios concertados.

La distribución de este colectivo por el Territorio no es uniforme, sino que se concentra en dos zonas: Bilbao y Alto Nervión, junto a Ezkerraldea, Meatzaldea y Enkarterri. La mayoría de los casos, 1.021, se produjeron en Primaria, lo que “nos refuerza a seguir insistiendo en edades tempranas”, afirma el informe.

Aunque la dimensión del problema es pequeño, la instituciones no bajan la guardia porque el absentismo es un buen “detector” de otras problemáticas como el maltrato, el bullying o problemas de salud. Inquieta sobre todo la situación de 788 menores que faltaron al menos al 10% del curso y, por tanto, no se logró corregir la conducta absentista. Hubo 394 chicas y el mismo número de chicos. Una posible explicación al mantenimiento de los registros puede deberse al seguimiento que se hace desde los distintos servicios y, en concreto, a la mayor incidencia en los niveles iniciales de Primaria. Desde hace tres años todos los centros, hayan tenido registros de absentismo o no, están obligados a volcar su situación en la aplicación Notas y faltasdel Departamento de Educación. Y al cerrarla se envía esa información directamente a Inspección educativa y a los ayuntamientos que lo hayan solicitado.

Fuente: https://www.deia.eus/2019/06/15/sociedad/euskadi/el-absentismo-escolar-toca-techo-pero-inquieta-mas-el-ausentismo

Comparte este contenido:

España: Sin exámenes y sin títulos: en esta escuela los alumnos deciden cada día qué quieren aprender

Redacción:  El País

Un grupo de emprendedores y expertos crea en Barcelona un programa piloto para que la innovación deje de ser un fenómeno minoritario y se extienda a todo el sistema educativo.

En esta escuela de Barcelona no hay ni aulas, ni exámenes, ni asignaturas. Tampoco profesores, ni al terminar se consigue un título. Se llama Learnlife y es el nuevo proyecto de innovación educativa que se ha asentado en la ciudad. El resumen suena muy parecido a lo que decenas de centros innovadores están haciendo en todo el mundo, también en España. Excepto que esto no es una escuela y desde aquí se quiere revolucionar por completo la educación en todo el mundo.

Se trata, en realidad, de un laboratorio y centro de operaciones que un grupo de emprendedores y expertos en innovación ha abierto en Barcelona para cocinar lo que será el aprendizaje del futuro. Su propósito es de lo más ambicioso: empujar a escuelas y Gobiernos de todo el planeta para que la innovación educativa sea una realidad y no solo un tema con el que rellenar horas de conferencias y páginas de libros. En la próxima década quieren llegar a 100 millones de niños y 100.000 centros educativos. Todo desde este espacio piloto que han creado en Barcelona para mostrar al mundo lo que ya es posible hacer hoy.

Son las 11 de la mañana y un grupo de adolescentes está enfrascado en sus cuadernos y sus portátiles. No hay filas de pupitres ni un profesor dirigiendo el aula. El espacio en el que estudian, amplio y diáfano, era apenas un par de horas antes escenario de una clase de yoga y ahora se ha reconvertido en una zona de recogimiento y concentración. Es la hora de matemáticas, aunque aquí lo llaman numeracy. Sobre uno de los bancos azules, Mila practica álgebra. “Nunca he entendido las mates bien, estoy intentándolo porque realmente las voy a necesitar en el futuro”, explica. En lugar de llegar a clase y escuchar la lección que toca ese día, ella misma es quien ha decidido que el plan de estudio para hoy es hincarle el diente a las fracciones.

A su lado, un profesor la acompaña a ella y al resto de alumnos. Aunque como en el caso de las matemáticas, ni el profesor se llama profesor ni los alumnos son alumnos. Él es un guía de aprendizaje y ellos, learners o aprendices. Cada uno ha creado su propio plan de estudio para los próximos dos días y trabajan en ello de forma independiente. Con la máxima de que todo lo que aprenden tiene que estar conectado con algo que les interese. En el caso de Mila, que quiere ser bailarina profesional, ha elegido el álgebra porque cree que va a ser útil en general para su vida. Su ejemplo encierra lo que en este laboratorio se está cocinando como el nuevo paradigma de la educación: un aprendizaje que el propio estudiante dirige, con una clara aplicación en la vida real y en el que siempre tiene que haber un propósito concreto.

“El objetivo es ayudar a crear innovación a nivel mundial para que cualquier escuela en el mundo pueda pasar a la acción”, resume Christopher Pommerening, uno de los fundadores del proyecto, del que también es impulsor el experto en innovación educativa Stephen Harris. “Cajas” es la palabra que, de forma recurrente, utiliza para explicar el porqué de Learnlife. La escuela está llena de ellas, dice. Una para las asignaturas. Otra para los grupos divididos por edades. Otra para los exámenes. Otra para los títulos… Una concepción compartimentada que, en su opinión, conduce a la estandarización.

“En 2030, la automatización se habrá comido 800 millones de empleos. Pero al mismo tiempo, todavía promocionamos sistemas educativos estandarizados con exámenes estandarizados. Es la combinación perfecta porque precisamente lo que mejor se puede automatizar es lo que está estandarizado”, argumenta. “Todos los niños que salgan de la escuela en la próxima década con una mente estandarizada se van a encontrar en el callejón sin salida más grande de la historia”.

El reto es, por lo tanto, darle la vuelta a la educación en todo el mundo en apenas una década. “No tenemos más tiempo”, apremia. La idea surgió hace cuatro años, cuando Pommerening y su esposa buscaban guardería para el mayor de sus hijos. Se dieron cuenta de que la educación en su Alemania natal apenas había cambiado desde sus años en el colegio. Al echar un vistazo a su alrededor, detectaron que era un problema común en todos los sistemas educativos. “En los últimos 30 años, el mundo y la sociedad han dado un gran salto hacia delante, pero la educación no. Hay una desconexión cada vez más grande”.

A falta de sistemas innovadores, decidieron buscar escuelas innovadoras. Crearon un grupo de 40 expertos —entre los que figuran, por ejemplo, el psicólogo Alfredo Hernandola diseñadora Rosan Bosch y el chef Ferran Adrià— y viajaron a más de un centenar de escuelas en 40 países para trazar el mapa de la innovación educativa en el mundo. Tras un año y medio de investigación, llegaron a dos conclusiones. La primera, que había toda una batería de metodologías y escuelas innovadoras ya en marcha, pero desconectadas las unas de las otras. Y la segunda, que en la inmensa mayoría de los centros educativos el principal freno a la innovación es que no hay una idea clara de hacia dónde se quiere llegar con ello.

“Pongamos el ejemplo de las escuelas Montessori”, explica Pommerening. “Son proyectos fantásticos que, sin embargo, solo han llegado a unas 14.000 escuelas en todo el mundo. ¿Por qué? Porque son modelos de aprendizaje ya estructurados. Pero si tú ya tienes tu propio proyecto, muchas veces choca”. ¿El antídoto? Crear una caja de herramientas llena de ingredientes para que cada escuela componga su propia receta innovadora. La clave es ofrecer recursos accesibles y escalables para que la innovación no sea cosa solo de unas cuantas miles de escuelas, sino de los dos millones que hay en el mundo.

Por el momento, Learnlife ha abierto una plataforma online, que pretende ser abierta y colaborativa, con los resultados de su investigación. Es un repositorio con 25 metodologías y un catálogo de buenas prácticas con ejemplos concretos de qué se puede hacer ya para innovar en el aula. El problema, como en cualquier debate sobre innovación educativa, es pasar de la teoría a la práctica. “Si solo es una cuestión de hablar, de leer libros o de ver la siguiente TED Talk sobre innovación, es muy bonito pero después no pasa nada. La comunidad educativa necesita hechos”, explica Pommerening.

Y los hechos, en su caso, se han materializado en un espacio de 1.200 metros cuadrados, en pleno Eixample de Barcelona, en el que 40 adolescentes llevan varios meses aprendiendo. Un piloto en el que aplicar ese nuevo paradigma de la educación que huye de lo estandarizado y que pretende demostrar cómo serán las escuelas del futuro, pero a fecha de hoy.

Este primer grupo de aprendices lo componen adolescentes que o bien tenían dificultades por sus altas capacidades o bien venían de casos de fracaso escolar. No se les separa por edades, aunque a la hora de trabajar con ellos sí se les distingue por fases de aprendizaje. La teoría sobre la que se apoya el proyecto es que hay que pasar de la actual estandarización que prima en la educación a un concepto de aprendizaje autodirigido. Sin embargo, en el camino es necesario pasar primero por la fase de la personalización, en la que el debate educativo lleva un tiempo enfrascado, y después por la cocreación, en la que el alumno diseña su camino de aprendizaje con la ayuda de un guía o mentor.

Tres alumnos de Learnlife practican acrobacias.

Así, en la hora de numeracy, el grupo de alumnos que todavía necesitan ese acompañamiento trabaja en un taller sobre cómo construir una silla. Aprenden sobre volúmenes, pero también sobre finanzas y presupuestos pues tienen que optimizar el uso de materiales y calcular cuánto cobrarían por entregarla. En el mismo espacio, un taller maker en el que lo mismo se puede trabajar manualmente con maderas que con máquinas CNC, Gerard avanza por su cuenta en su proyecto de diseñar su propia impresora 3D. Ya está buscando inversores.

En línea con ese afán por eliminar las cajas en las que se ordena cada pequeño aspecto de la educación, aquí no hay inicio ni fin de curso, sino ciclos de tres meses en los que cada alumno emprende su propia “aventura de aprendizaje”. Todo gira en torno a un proyecto personal que cada joven tiene que definir. El aprendizaje se va construyendo en torno a ese proyecto, aunque de forma equilibrada para que todos lleguen a un mínimo de conocimientos y competencias que Learnlife ha establecido tras examinar los currículums de sistemas educativos de todo el mundo.

En el caso de Gerard, su proyecto personal es diseñar esa impresora 3D. Antes de entrar, él ya tenía clara que esa era una de sus pasiones, pero lo normal es que los chavales lleguen aquí sin tener ni idea de lo que quieren hacer. Ayudarles a descubrirlo es la espina dorsal de este modelo educativo, con el que se pretenden atajar cifras preocupantes, como ese 17,9% de abandono escolar temprano en España o el 80% de estudiantes de Bachillerato que no saben qué hacer con su futuro. “Aquí tenemos niños de 12 años que saben perfectamente dónde van. Si confían en sí mismos, el mundo es una autopista para ellos”, asegura Pommerening.

Cada estudiante decide cuánto tiempo quiere pasar en Learnlife. Una de sus aprendices pasó con ellos seis meses hasta que descubrió lo que quería estudiar en la universidad, mientras que Gerard espera estar allí al menos hasta los 18 y después, “ya decidiré”. Sus padres están preocupados porque no va a recibir un título una vez que termine (aunque algunos alumnos sí se sacan secundaria en paralelo). “El objetivo no es el bachillerato, o la universidad, o algo que te marcas a 10 años”, argumenta Pommerening. “El objetivo es cómo aprendo hoy. Es crear autoconfianza y propósito: es la gran diferencia entre aprender para los demás o para el sistema y aprender para mí”.

Y lo mismo que no se entregan diplomas, tampoco hay exámenes al uso. Se hace una evaluación llamada 360 grados en la que se huye de cualquier aspecto que suene a comparación o competencia. Y se trabaja en fomentar la autorresponsabilidad de cada joven. “Tenemos por ejemplo un listado en el que ellos se autoevalúan del uno al cuatro en 50 competencias numéricas”, explica Adrià Balcázar, uno de los guías de aprendizaje, ingeniero con experiencia docente en un colegio concertado. “Lo más interesante es que se ponen más o menos el mismo valor que les pondríamos cualquiera de los guías”.

Esa filosofía no es fácil de encajar. Sobre todo porque se construye al margen del sistema educativo oficial. En Learnlife utilizan un símil tecnológico para explicar que este piloto va dirigido a los early adopters, ese grupo que se pirra por la última novedad digital. Tampoco es apto para cualquier bolsillo: la matrícula cuesta 800 euros al mes. ¿Cómo puede servir entonces de paradigma para cualquier escuela, pública o privada, sin importar sus recursos? Sus responsables señalan que la base del proyecto no es una única receta de innovación, sino un conjunto de herramientas para que cada centro defina su propia fórmula.

El próximo paso es crear 200 centros de este tipo en todo el mundo —el siguiente en la lista será en Ruanda, el año que viene— que sirvan para conectar toda una red de innovación. Para ello, acaban de conseguir tres millones de euros en una ronda de inversión. En su punto de mira sitúan a los Gobiernos. Ya están en conversaciones con departamentos de educación de varios países y quieren que esta red innovadora dé el empujón final para alcanzar ese punto de no retorno en el que la innovación educativa deje de ser algo minoritario para convertirse en la norma. “Queremos demostrar que esto no es una utopía. Existe, es sostenible, funciona y tiene mucho más sentido que cualquier cosa que estamos viviendo ahora”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2019/06/11/actualidad/1560269031_164897.html

 

Comparte este contenido:

España: Sin exámenes y sin títulos. En esta escuela los alumnos deciden cada día qué quieren aprender

Europa/España/13 Junio 2019/Fuente: El país

Un grupo de emprendedores y expertos crea en Barcelona un programa piloto para que la innovación deje de ser un fenómeno minoritario y se extienda a todo el sistema educativo

En esta escuela de Barcelona no hay ni aulas, ni exámenes, ni asignaturas. Tampoco profesores, ni al terminar se consigue un título. Se llama Learnlife y es el nuevo proyecto de innovación educativa que se ha asentado en la ciudad. El resumen suena muy parecido a lo que decenas de centros innovadores están haciendo en todo el mundo, también en España. Excepto que esto no es una escuela y desde aquí se quiere revolucionar por completo la educación en todo el mundo.

Se trata, en realidad, de un laboratorio y centro de operaciones que un grupo de emprendedores y expertos en innovación ha abierto en Barcelona para cocinar lo que será el aprendizaje del futuro. Su propósito es de lo más ambicioso: empujar a escuelas y Gobiernos de todo el planeta para que la innovación educativa sea una realidad y no solo un tema con el que rellenar horas de conferencias y páginas de libros. En la próxima década quieren llegar a 100 millones de niños y 100.000 centros educativos. Todo desde este espacio piloto que han creado en Barcelona para mostrar al mundo lo que ya es posible hacer hoy.

Son las 11 de la mañana y un grupo de adolescentes está enfrascado en sus cuadernos y sus portátiles. No hay filas de pupitres ni un profesor dirigiendo el aula. El espacio en el que estudian, amplio y diáfano, era apenas un par de horas antes escenario de una clase de yoga y ahora se ha reconvertido en una zona de recogimiento y concentración. Es la hora de matemáticas, aunque aquí lo llamannumeracy. Sobre uno de los bancos azules, Mila, de 15 años, practica álgebra. “Nunca he entendido las mates bien, estoy intentándolo porque realmente las voy a necesitar en el futuro”, explica. En lugar de llegar a clase y escuchar la lección que toca ese día, ella misma es quien ha decidido que el plan de estudio para hoy es hincarle el diente a las fracciones.

A su lado, un profesor la acompaña a ella y al resto de alumnos. Aunque como en el caso de las matemáticas, ni el profesor se llama profesor ni los alumnos son alumnos. Él es un guía de aprendizaje y ellos, learners o aprendices. Cada uno ha creado su propio plan de estudio para los próximos dos días y trabajan en ello de forma independiente. Con la máxima de que todo lo que aprenden tiene que estar conectado con algo que les interese. En el caso de Mila, que quiere ser bailarina profesional, ha elegido el álgebra porque cree que va a ser útil en general para su vida. Su ejemplo encierra lo que en este laboratorio se está cocinando como el nuevo paradigma de la educación: un aprendizaje que el propio estudiante dirige, con una clara aplicación en la vida real y en el que siempre tiene que haber un propósito concreto.

“El objetivo es ayudar a crear innovación a nivel mundial para que cualquier escuela en el mundo pueda pasar a la acción”, resume Christopher Pommerening, uno de los fundadores del proyecto, del que también es impulsor el experto en innovación educativa Stephen Harris. “Cajas” es la palabra que, de forma recurrente, utiliza para explicar el porqué de Learnlife. La escuela está llena de ellas, dice. Una para las asignaturas. Otra para los grupos divididos por edades. Otra para los exámenes. Otra para los títulos… Una concepción compartimentada que, en su opinión, conduce a la estandarización.

“En 2030, la automatización se habrá comido 800 millones de empleos. Pero al mismo tiempo, todavía promocionamos sistemas educativos estandarizados con exámenes estandarizados. Es la combinación perfecta porque precisamente lo que mejor se puede automatizar es lo que está estandarizado”, argumenta. “Todos los niños que salgan de la escuela en la próxima década con una mente estandarizada se van a encontrar en el callejón sin salida más grande de la historia”.

El reto es, por lo tanto, darle la vuelta a la educación en todo el mundo en apenas una década. “No tenemos más tiempo”, apremia. La idea surgió hace cuatro años, cuando Pommerening y su esposa buscaban guardería para el mayor de sus hijos. Se dieron cuenta de que la educación en su Alemania natal apenas había cambiado desde sus años en el colegio. Al echar un vistazo a su alrededor, detectaron que era un problema común en todos los sistemas educativos. “En los últimos 30 años, el mundo y la sociedad han dado un gran salto hacia delante, pero la educación no. Hay una desconexión cada vez más grande”.

A falta de sistemas innovadores, decidieron buscar escuelas innovadoras. Crearon un grupo de 40 expertos —entre los que figuran, por ejemplo, el psicólogo Alfredo Hernandola diseñadora Rosan Bosch y el chef Ferran Adrià— y viajaron a más de un centenar de escuelas en 40 países para trazar el mapa de la innovación educativa en el mundo. Tras un año y medio de investigación, llegaron a dos conclusiones. La primera, que había toda una batería de metodologías y escuelas innovadoras ya en marcha, pero desconectadas las unas de las otras. Y la segunda, que en la inmensa mayoría de los centros educativos el principal freno a la innovación es que no hay una idea clara de hacia dónde se quiere llegar con ello.

“Pongamos el ejemplo de las escuelas Montessori”, explica Pommerening. “Son proyectos fantásticos que, sin embargo, solo han llegado a unas 14.000 escuelas en todo el mundo. ¿Por qué? Porque son modelos de aprendizaje ya estructurados. Pero si tú ya tienes tu propio proyecto, muchas veces choca”. ¿El antídoto? Crear una caja de herramientas llena de ingredientes para que cada escuela componga su propia receta innovadora. La clave es ofrecer recursos accesibles y escalables para que la innovación no sea cosa solo de unas cuantas miles de escuelas, sino de los dos millones que hay en el mundo.

Por el momento, Learnlife ha abierto una plataforma online, que pretende ser abierta y colaborativa, con los resultados de su investigación. Es un repositorio con 25 metodologías y un catálogo de buenas prácticas con ejemplos concretos de qué se puede hacer ya para innovar en el aula. El problema, como en cualquier debate sobre innovación educativa, es pasar de la teoría a la práctica. “Si solo es una cuestión de hablar, de leer libros o de ver la siguiente TED Talk sobre innovación, es muy bonito pero después no pasa nada. La comunidad educativa necesita hechos”, explica Pommerening.

Y los hechos, en su caso, se han materializado en un espacio de 1.200 metros cuadrados, en pleno Eixample de Barcelona, en el que 40 adolescentes llevan varios meses aprendiendo. Un piloto en el que aplicar ese nuevo paradigma de la educación que huye de lo estandarizado y que pretende demostrar cómo serán las escuelas del futuro, pero a fecha de hoy.

Este primer grupo de aprendices lo componen adolescentes que o bien tenían dificultades por sus altas capacidades o bien venían de casos de fracaso escolar. No se les separa por edades, aunque a la hora de trabajar con ellos sí se les distingue por fases de aprendizaje. La teoría sobre la que se apoya el proyecto es que hay que pasar de la actual estandarización que prima en la educación a un concepto de aprendizaje autodirigido. Sin embargo, en el camino es necesario pasar primero por la fase de la personalización, en la que el debate educativo lleva un tiempo enfrascado, y después por la cocreación, en la que el alumno diseña su camino de aprendizaje con la ayuda de un guía o mentor.

Tres alumnos de Learnlife practican acrobacias.
Tres alumnos de Learnlife practican acrobacias. CONSUELO BAUTISTA

Así, en la hora de numeracy, el grupo de alumnos que todavía necesitan ese acompañamiento trabaja en un taller sobre cómo construir una silla. Aprenden sobre volúmenes, pero también sobre finanzas y presupuestos pues tienen que optimizar el uso de materiales y calcular cuánto cobrarían por entregarla. En el mismo espacio, un taller maker en el que lo mismo se puede trabajar manualmente con maderas que con máquinas CNC, Gerard avanza por su cuenta en su proyecto de diseñar su propia impresora 3D. Está a punto de cumplir los 16 años y ya está buscando inversores.

En línea con ese afán por eliminar las cajas en las que se ordena cada pequeño aspecto de la educación, aquí no hay inicio ni fin de curso, sino ciclos de tres meses en los que cada alumno emprende su propia “aventura de aprendizaje”. Todo gira en torno a un proyecto personal que cada joven tiene que definir. El aprendizaje se va construyendo en torno a ese proyecto, aunque de forma equilibrada para que todos lleguen a un mínimo de conocimientos y competencias que Learnlife ha establecido tras examinar los currículums de sistemas educativos de todo el mundo.

En el caso de Gerard, su proyecto personal es diseñar esa impresora 3D. Antes de entrar, él ya tenía clara que esa era una de sus pasiones, pero lo normal es que los chavales lleguen aquí sin tener ni idea de lo que quieren hacer. Ayudarles a descubrirlo es la espina dorsal de este modelo educativo, con el que se pretenden atajar cifras preocupantes, como ese 17,9% de abandono escolar temprano en España o el 80% de estudiantes de Bachillerato que no saben qué hacer con su futuro. “Aquí tenemos niños de 12 años que saben perfectamente dónde van. Si confían en sí mismos, el mundo es una autopista para ellos”, asegura Pommerening.

Cada estudiante decide cuánto tiempo quiere pasar en Learnlife. Una de sus aprendices pasó con ellos seis meses hasta que descubrió lo que quería estudiar en la universidad, mientras que Gerard espera estar allí al menos hasta los 18 y después, “ya decidiré”. Sus padres están preocupados porque no va a recibir un título una vez que termine (aunque algunos alumnos sí se sacan secundaria en paralelo). “El objetivo no es el bachillerato, o la universidad, o algo que te marcas a 10 años”, argumenta Pommerening. “El objetivo es cómo aprendo hoy. Es crear autoconfianza y propósito: es la gran diferencia entre aprender para los demás o para el sistema y aprender para mí”.

Y lo mismo que no se entregan diplomas, tampoco hay exámenes al uso. Se hace una evaluación llamada 360 grados en la que se huye de cualquier aspecto que suene a comparación o competencia. Y se trabaja en fomentar la autorresponsabilidad de cada joven. “Tenemos por ejemplo un listado en el que ellos se autoevalúan del uno al cuatro en 50 competencias numéricas”, explica Adrià Balcázar, uno de los guías de aprendizaje, ingeniero con experiencia docente en un colegio concertado. “Lo más interesante es que se ponen más o menos el mismo valor que les pondríamos cualquiera de los guías”.

Esa filosofía no es fácil de encajar. Sobre todo porque se construye al margen del sistema educativo oficial. En Learnlife utilizan un símil tecnológico para explicar que este piloto va dirigido a los early adopters, ese grupo que se pirra por la última novedad digital. Tampoco es apto para cualquier bolsillo: la matrícula cuesta 800 euros al mes. ¿Cómo puede servir entonces de paradigma para cualquier escuela, pública o privada, sin importar sus recursos? Sus responsables señalan que la base del proyecto no es una única receta de innovación, sino un conjunto de herramientas para que cada centro defina su propia fórmula.

El próximo paso es crear 200 centros de este tipo en todo el mundo —el siguiente en la lista será en Ruanda, el año que viene— que sirvan para conectar toda una red de innovación. Para ello, acaban de conseguir tres millones de euros en una ronda de inversión. En su punto de mira sitúan a los Gobiernos. Ya están en conversaciones con departamentos de educación de varios países y quieren que esta red innovadora dé el empujón final para alcanzar ese punto de no retorno en el que la innovación educativa deje de ser algo minoritario para convertirse en la norma. “Queremos demostrar que esto no es una utopía. Existe, es sostenible, funciona y tiene mucho más sentido que cualquier cosa que estamos viviendo ahora”.

MÁS DE 1.000 CENTROS INTERESADOS

El próximo curso, Learnlife va a empezar a probar los resultados de su investigación con más de 1.000 escuelas de 16 países. Desde hace seis meses, han abierto ya sus puertas a centros educativos y profesores llegados de Nueva Zelanda, Australia, Suecia, Estados Unidos… que quieren saber qué se cuece en sus no-aulas.

Otro de los planes a corto plazo pasa por convertirse en un apéndice de los colegios de Barcelona. Quieren ofrecerles su espacio para que cualquier profesor pueda llevarse a su clase un día entero allí, para probar nuevas metodologías y dinámicas en un entorno que nada tiene que ver con el de un aula convencional.

En la escuela Momo, con un proyecto muy similar para primaria e infantil, ya se han fijado en ellos y han empezado a aplicar algunas de sus prácticas. Su responsable, Marisa Blanco, ha hecho además un doble camino, pues su hija Alejandra, de 12 años, ha comenzado a estudiar en Learnlife. No le da miedo que, al finalizar, no haya ningún título. “No veo que estemos en lucha con el sistema educativo, a nivel de competencias vamos muy de la mano con los currículums oficiales. Decimos cosas muy parecidas, lo diferente es el cómo se lleva a cabo”.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/economia/imagenes/2019/06/11/actualidad/1560269031_164897_1560269884_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/economia/2019/06/11/actualidad/1560269031_164897.html

Comparte este contenido:

Álvaro Bilbao: «Los niños deben pasar los seis primeros años de su vida sin tecnología»

Por: Nieves García Álvarez.

El neuropsicólogo y psicoterapeuta Álvaro Bilbao aboga por retrasar el uso de las nuevas tecnologías y primero enseñar al cerebro «a pensar, a estar atento, a imaginar»

Álvaro Bilbao, doctor en Psicología, neuropsicólogo y padre de tres niños, visitó el pasado 4 de noviembre el colegio Compañía de María de A Coruña para hablar sobre ‘El cerebro del niño explicado a los padres’ en una charla en la que también abordó indicaciones sobre cómo establecer límites y motivar las conductas positivas de los niños, potenciar su autocontrol, tolerancia a la frustración y otras estrategias para ayudar a los más pequeños a desarrollar su inteligencia y mejorar sus probabilidades de éxito académico y social. En esta entrevsita el experto ofrece algunas claves sobre el uso de dispositivos tecnológicos

-¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en el desarrollo del cerebro de los niños?
-Lo primero que siempre digo es que las nuevas tecnologías son positivas para la sociedad y algo importante. Sin embargo, en el cerebro en desarrollo de los niños, y sobre todo de los más pequeños, están saliendo investigaciones que hablan de que su efecto puede ser negativo.

-¿En qué sentido?
-En primer lugar pueden reducir su capacidad de tener autocontrol. Las nuevas tecnologías, los videojuegos sobre todo o estar mirando cosas en Internet continuamente, hacen que el niño esté constantemente estimulado y tiene menos oportunidad de ejercer autocontrol, porque todo el control lo lleva la máquina. Otro efecto es que si los estímulos a los que está expuesto son muy intensos, muy rápidos, como en los videojuegos, el niño puede perder el interés por cosas que son un poco más lentas o menos intensas, como la maestra, la pizarra, un libro o jugar en la calle con los amigos; el niño se acostumbra a tener estímulos muy rápidos y cuando bajan de velocidad se empieza a aburrir.

-¿Hasta qué edad cree que los niños deberían estar alejados de móviles, tabletas u ordenadores?
-Sin lugar a dudas, y de acuerdo con la Sociedad Americana de Pediatría y la Clínica Mayo, hasta los tres años no deberían estar en contacto con estas tecnologías en ningún momento. Esa imagen que tenemos de un niño de un año o dos que no sabe hablar y que casi no anda pero que empieza a pasar el dedo por la tableta deberíamos borrarla de nuestra cultura porque los padres que tienen en mente que es positivo y muy beneficioso están muy equivocados; sabemos que es precisamente lo contrario.

-¿Y a partir de ahí?
-Yo voy un poco más allá. Creo que es importante que los niños pasen los seis primeros años de su vida sin tecnología porque es una edad muy importante en el desarrollo de la imaginación, que si no se desarrolla en esos años, luego cuesta mucho. Cuanto más tiempo pasan jugando a lo que llamamos el juego libre –que no va de la mano de otra persona o de un dispositivo o tecnología– mucho más desarrollan la imaginación. El aburrimiento es la madre de la imaginación y si el niño está constantemente entretenido no tiene tiempo para aburrirse ni para imaginarse o crear sus propios mundos donde jugar.

-¿Pero hoy en día es posible mantener a los niños lejos de la tecnología?
-Sí. Yo doy charlas en muchos sitios y hay muchos padres que desde hace tiempo lo tienen claro. A ver, es importante equilibrar. Yo no digo que vayas de vacaciones con el niño, hagas una foto con el móvil y por la noche no se la puedas enseñar, eso es ridículo, porque es bueno que vean fotos, les ayuda a construir su memoria. De la misma manera que es normal que le pongamos al teléfono a la abuela. Pero sí deberíamos limitar todo lo posible esos tiempos que el niño está tumbado en el sofá pasando el dedo por delante de la pantalla. Y se consigue con una palabra mágica que es ´no´.

-Esto va en contra de lo que se vende actualmente que los niños de hoy son nativos digitales…
-Esa frase en el fondo es un mito porque el mundo digital no es un idioma en sí mismo. Cuando el niño juega con un dispositivo no está activando las zonas del cerebro que tienen que ver con el lenguaje sino con el movimiento de la mano y la visión. Sí que es positivo enseñar programación, el tema de robótica, porque sí estamos enseñando a los niños ese lenguaje y estamos ayudándoles a pensar en otro idioma distinto. Pero que esté sentado jugando a un videojuego no quiere decir que sea nativo digital; a una señora de 70 años le das un iPad y en dos o tres días es capaz de enviar correos, whatsapps y buscar cosas en Internet porque es sencillo e intuitivo.

-¿Y que los niños demanden la tecnología desde muy temprano se debe a que es lo que ven en sus casas, en sus padres?
-Sí. Los niños tienen desarrolladas una serie de neuronas que se llaman neuronas espejo y lo que hacen es imitar todo lo que ven en los padres. Cuanto más tiempo pasan los padres delante del iPad es más fácil que el niño intente jugar con esa tecnología. También lo demandan mucho porque sus amigos lo tienen y porque es un estímulo muy interesante para ellos. Es como la Coca Cola: si se las das a un niño de tres años te pedirá al día siguiente y al otro, porque tiene mucha azúcar, cafeína, que le estimula y le encanta; pero que le encante no quiere decir que se la tengamos que dar todos los días porque es muy perjudicial para él.

-¿Pero existe alguna ventaja en el uso de las nuevas tecnologías en niños pequeños?
-No. Hay estudios que dicen que puede aumentar la velocidad de procesamiento, hacer que tenga una atención más rápida, pero son pocos, y hay tantos que van en dirección contraria de estos… Además, que tengan una atención más rápida no es necesariamente bueno: para ser pilotos de combate eso puede ser beneficioso, pero hoy en día lo que piden a los ejecutivos, a las personas mayores, es tener una atención más calmada, que te permita estar concentrado más tiempo. Y tener una atención más rápida también implica que el niño no sea capaz de esperar el tiempo suficiente para que aparezcan los estímulos que interesan.

-Pese a todo esto está de moda introducir pronto la tecnología en las escuelas con ordenadores, pizarras digitales. ¿Es acertado?
-Es distinto usar las nuevas tecnologías como soporte educativo a que el niño esté en casa sentado en el sofá. Yo defiendo que el niño no debe pasar la tarde en el sofá usando el iPad, que es mejor que esté aburriéndose, pintando, haciendo cosas que salgan de su cabeza, y no del ordenador. Aun así, hay estudios que dicen que un niño aprenderá matemáticas mucho antes jugando con unas cuentas, con garbanzos, que utilizando programas de ordenador que están diseñados para que aprenda.

-¿Por qué?
-Porque el cerebro une mucho la parte física y la parte cognitiva. Es decir, que maneja las dos partes y la del razonamiento está estrechamente ligada a la parte de la movilidad de la mano. Entonces, si el niño no tiene que hacer un movimiento de contar, de tocar, físicamente, es más difícil que aprenda todas estas cosas. Yo soy partidario de una metodología basada en el contacto físico con objetos, sobre todo los primeros años, como Montessori, a otra con el mejor dispositivo programado para estudiar matemáticas. Luego, más adelante, es maravilloso que estén en clase y que puedan estudiar por proyectos, hacer un trabajo sobre el descubrimiento de América y sean capaces de mirar en Internet.

-Precisamente hace unas semanas una noticia explicaba que la mayoría de los hijos de empleados de grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley estudian en colegios sin ordenadores ni dispositivos electrónicos.
-Estos directivos llevan a sus niños a un colegio tipo Waldorf, donde no hay dispositivos electrónicos y aprenden todo de forma más tradicional. Es que con el hecho, por ejemplo, de algo tan sencillo como estar sentado a la mesa y no levantarte hasta que no terminas de comer se está cultivando la tolerancia a la frustración, el autocontrol, que es una de las capacidades cerebrales que más influye en determinada nota de Selectividad que sacará el niño 15 años más tarde. O sea que fíjate si esas cosas tradicionales son importantes. Ahora las estamos volviendo a poner en valor, pero durante mucho tiempo se ha pensado que ir más deprisa, que el niño aprenda a hablar siete idiomas con cinco años, es más beneficioso. Ahora sabemos que tienen que respetarse una serie de pasos.

-¿Y no es desaprovechar el potencial de la tecnología el introducirla más tarde?
-Desde mi punto de vista no, porque primero tenemos que enseñar al cerebro a pensar, a estar atento, a imaginar, y luego ya le podemos enseñar a dominar las herramientas que tiene a su disposición. Si introducimos las tecnologías demasiado pronto, el niño conseguirá conectar con ellas de una forma muy rápida pero se desconectará de otras cosas más importantes para su desarrollo.

-¿Qué claves daría a los padres para ayudar a desarrollar el potencial cerebral de sus hijos?
-Ir poco a poco, ayudar al cerebro a madurar a su propio ritmo y saber que su hijo dará los frutos en el momento que los tenga que dar. Y algo muy importante que tienen que hacer cuando estén con los niños, independientemente de que les dejen la tableta a los tres, cuatro o cinco años, es enseñarles a tener autocontrol, tiempos limitados, para que cuando digan ´hasta aquí´, el niño sea capaz de soltarla sin gritar ni enfadarse. En eso los dispositivos electrónicos pueden ayudar. De hecho hay autores que dicen que es mejor que el niño empiece a utilizarlos a los tres años con reglas muy claras, entrenando el autocontrol, a que empiece con ocho o diez años y comenzar a entrenarlo ahí.

-Pero ese fijar tiempos se complica si los padres utilizan las tecnologías para que los niños estén entretenidos mientras ellos se ocupan de otras cosas…
-Efectivamente. Los dispositivos no solo son un refuerzo para los niños, sino un refuerzo enorme para los padres, porque los niños demandan en muchos momentos atención, cariño, que les hablemos… Como cuando hacemos un viaje largo en coche, ponen la televisión atrás y así el niño va tranquilo y el padre, relajado. Es importante también que el niño experimente la frustración, aprenda a dominarla, a aburrirse y a esperar que pase ese momento.

-Los padres se apoyan en esto…
-Es un refuerzo para los padres y esto es una de las cosas que ha hecho que la tecnología sea tan popular y esté tan extendido que los niños estén todo el día enchufados. Muchos padres se engañan porque dicen: ´No, yo dejo a mi hijo media hora´, y en realidad están conectados no solo a la tableta, teléfono móvil o videojuegos, sino a la televisión también dos o tres horas al día. Y sabemos que eso está relacionado con más probabilidades de tener déficit de atención, obesidad infantil, depresión infantil, problemas de conducta, y con más prevalencia de fracaso escolar.

Fuente de la entrevista: https://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2016/11/09/ninos-deben-pasar-seis-primeros/1123687.html#

Comparte este contenido:

España: La PNL sobre los centros de educación especial aprobada en Andalucía contraviene los derechos de las personas con discapacida

Por: tercerainformacion.es/12-06-2019

  • La aprobación por unanimidad de esta Proposición No de Ley demuestra un absoluto desconocimiento por parte de todos los grupos políticos de lo que significa en el siglo XXI la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y perpetúa una visión mermada del estatus cívico de este colectivo social.

  • Sólo caben dos opciones honestas: avanzar hacia un sistema educativo inclusivo como un bien común o trabajar de forma explícita para que nuestro país denuncie la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y salga de ella.

Desde la Plataforma por Una Escuela Extraordinaria manifestamos nuestro rechazo a la Proposición No de Ley sobre el mantenimiento de los centros educativos especiales aprobada en el Pleno del Parlamento de Andalucía el pasado 30 de mayo de 2019 por varios motivos: porque contraviene la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidadporque contribuye a frenar las necesarias reformas del sistema educativo para hacerlo más inclusivo y porque oculta el grave problema de segregación escolar que existe en España y que la propia ONU ha denunciado en sus informes de mayo de 2018 y abril de 2019.

La aprobación por unanimidad del texto de esta Proposición No de Ley es tremendamente preocupante porque el texto parte de la carencia de un diagnóstico mínimamente riguroso sobre la inclusión escolar de las personas con discapacidad. Se basa en un análisis superficial del sistema educativo y demuestra un profundo desconocimiento de los tratados internacionales suscritos por España. Sin embargo, lo más rotundo del texto no es lo que dice, sino lo que calla, contribuyendo a la confusión y a la creación de un estado de opinión indiferente, cuando no hostil, hacia la educación inclusiva.

Esta Proposición No de Ley oculta clamorosamente que el derecho fundamental que prevalece por encima de otros en nuestro ordenamiento jurídico es el derecho a la educación inclusiva de todas las personas y este derecho es, precisamente, el que se está vulnerando sistemáticamente. En cuestión de educación inclusiva la ley es clara y según el artículo 24 de la Convención de la ONU, así como la Observación general número 4 (2016) sobre el derecho a la educación inclusiva, las personas con discapacidad no deberán ser excluidas del sistema general de educación, entendiendo por educación general todos los entornos de enseñanza ordinaria. Para ello, obviamente, es imprescindible dotar de los apoyos y realizar los ajustes necesarios a las escuelas comunes. Este es el mandato al que nuestro país se sumó libremente cuando ratificó sin ninguna reserva la Convención y su protocolo facultativo en 2008 y que es de obligado cumplimiento según el artículo 10.2 de la Constitución Española. ¿Todo esto se les ha olvidado a sus señorías?

Asimismo, esta proposición intenta confundir a las familias poniendo el foco en una supuesta desaparición inminente de los centros de educación especial que, además de ser una falsedad, sirve para ocultar el verdadero problema de exclusión de las escuelas ordinarias de gran parte del alumnado con discapacidad. Este problema de segregación forzosa está siendo sistemáticamente denunciado en los informes de la ONU de mayo de 2018 y de abril de 2019. Son procesos de exclusión que afectan a miles de familias y que se producen de forma directa, cuando la administración obliga a escolarizar en centros de educación especial; o indirecta, cuando la administración incumple su obligación y no dota a la escuela ordinaria de los recursos necesarios para atender a la diversidad, viéndose el alumnado más vulnerable en la tesitura de tener que marcharse a escuelas segregadas. Por si fuera poco, estos procesos están obligando a las familias a pasar por durísimos procesos judiciales para defender sus derechos.

¿No deberían ser las administraciones públicas las que garantizasen los derechos que ya están reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico?

Por otra parte, ¿cómo se puede hablar sin ruborizarse de libertad de elección para las familias cuando la opción de permanecer en la escuela ordinaria no existe porque en muchos casos no se dota de los apoyos y los ajustes razonables para las personas que los necesitan? Plantear este problema como una cuestión de elección entre modalidades escolares es falaz y supone responsabilizar injustamente a las familias de la segregación de sus hijos, ocultando que es la Administración quien debe garantizar en todos los casos las condiciones óptimas para el ejercicio del derecho a ser educados con calidad junto a sus hermanos, sus vecinos, etc.

Por si fueran pocas las distorsiones que propone el texto y que aprueba el Parlamento Andaluz unánimemente, se dice que no existen razones pedagógicas que justifiquen la educación inclusiva, cuando las evidencias científicas dicen lo contrario. No hay más que leer las últimas revisiones bibliográficas de la Agencia Europea para las Necesidades Educativas Especiales o la Declaración Incheon 2030, promovida por la UNESCO como Marco de Acción para la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible, por ejemplo. ¿Por qué no se han molestado sus señorías en hacer una revisión de fuentes antes de votar?

La parte propositiva de la iniciativa se resume en dos puntos: instar al mantenimiento de los centros de educación especial – cuando no están en peligro-, e instar a garantizar la libertad de elección de las familias -a sabiendas de que la Administración no dota en muchos casos de las condiciones necesarias para la educación inclusiva en todas las modalidades educativas-. Así, resulta fácil comprender que el núcleo del texto se reduce a dos brindis al sol vacíos de contenido que solo sirven para intentar frenar los procesos de mejora del sistema educativo.

En definitiva, esta Proposición No de Ley y su aprobación por unanimidad demuestra un absoluto desconocimiento por parte de todos los grupos políticos de lo que significa en el siglo XXI la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y perpetúa una visión mermada del estatus cívico de este colectivo.

Por tanto, solo caben dos opciones honestas: avanzar decididamente hacia un sistema educativo inclusivo como un bien común, o trabajar de forma explícita para que nuestro país denuncie la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y salga de ella. Les pedimos a nuestros representantes políticos que se posicionen, señorías, y que sean consecuentes.

Fuente de la Información: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2019/06/11/la-pnl-sobre-los-centros-de-educacion-especial-aprobada-en-andalucia-contraviene-los-derechos-de-las-personas-con-discapacidad

Comparte este contenido:

España: Educación Infantil-Disney versus Realidad Natural, Rural y Animal

Por: cazawonke.com/12-06-2019

El pasado mayo, se emitió en el programa “Masterchef” de TVE1 un proceso de desollado y eviscerado de liebres para su posterior elaboración culinaria. Esta situación ha generado múltiples quejas de colectivos animalistas, obligando a la propia cadena a emitir un comunicado para justificar dicha emisión.

Como técnico veterinario residente en el medio rural me asombra que un proceso evolutivo natural y necesario para la obtención de un alimento apto para el consumo humano, no se encuentre normalizado en la educación ciudadana del siglo XXI y genere una revolución de tal calibre en las redes sociales y en los medios de comunicación.

Una de las mayores amenazas para las actividades rurales vinculadas a los animales […] es la concepción de la naturaleza desde la óptica de los dibujos animados de Walt Disney

Sin embargo y por analogía de crudeza visual, la emisión de videos o imágenes sobre matanzas, asesinatos, atentados y un largo etcétera de actos macabros hacia las personas se encuentra al orden del día y no origina ningún tipo de repulsa, crítica, reflexión o censura.

¿Es normal esta situación o la estamos normalizando mediante herramientas educativas sesgadas y poco realistas?

Una de las mayores amenazas para las actividades rurales vinculadas a los animales (ganadería, equitación, colombofilia, cetrería, residencias caninas, perreras deportivas, agrupaciones zoológicas, granjas escuelas, ferias de ganado, actividades turísticas con animales, pequeñas clínicas veterinarias, y por supuesto la caza o la tauromaquia…) es la concepción de la naturaleza desde la óptica de los dibujos animados de Walt Disney.

La visualización del medio natural y de las cadenas tróficas del reino animal (predador-presa) a través de la humanización y sensibilización de los individuos no racionales.

Esto, añadido a la normalización de la violencia humana en actividades lúdicas mediante películas, televisión o videojuegos, etc., genera una distorsión educativa y moral en edades inmaduras que adoctrina en el animalismo fundamentalista de los futuros legisladores, políticos, comunicadores, etcétera.

Desde los agentes implicados como las federaciones de caza, los sindicatos agrarios y cualquier colectivo custodio del territorio, es necesario divulgar y transmitir coordinadamente a la autoridad competente y a la sociedad, la absoluta necesidad de revertir esta tendencia apocalíptica (que actualmente ya padece el medio rural y es causa de gran parte de su abandono).

Conceptos científico-técnicos básicos

Para ello, es fundamental establecer algunos conceptos científico-técnicos básicos como premisas o pilares de las asignaturas vinculadas a Ciencias Naturales, Biología, etcétera, en la educación infantil de nuestras próximas generaciones, que, sin ánimo de agotar el catálogo, expondré en el siguiente esquema conceptual:

1. La realidad ambiental: desde hace miles de años, la naturaleza no se estructura como el jardín del Edén o el paraíso terrenal; se basa en un ecosistema agrosilvopastoral alternado de infraestructuras humanas necesarias asociadas a la propia evolución como especie (asentamientos de población, vías de comunicación….).

Tanto en lo agrícola como en lo ganadero y en lo forestal es fundamental la actuación sostenible del ser humano para el equilibrio natural y para el mantenimiento de la biodiversidad.

2.La realidad rural: España es uno de los países con mayor biodiversidad mundial. Es necesario asumir desde la infancia que esto no es casualidad, fruto del azar o de la autorregulación de la naturaleza.

Los ciudadanos debemos reconocer y entender que el patrimonio natural no sólo depende de los factores ecológicos abióticos como la orografía, la topografía, la climatología, etc., sino que verdaderamente depende del mantenimiento sostenible del medio rural que sus pobladores realizan día a día.

Este axioma es necesario para entender y solucionar el concepto de la “España vacía y vaciada”, que tras las elecciones se ha diluido del debate político nacional.

3. La realidad animal: la humanización de los animales es un atentado directo frente a su bienestar. Por desgracia, muchas personas (y cada día más, si no revertimos esta tendencia antropomorfista del “síndrome Bambi”) imponen moral y normativamente al resto de la gente que lo que es bueno para ellas es bueno para los animales, en ocasiones de forma sectaria y radical e, incluso, ocasionando un deterioro de la salud de los seres vivos objeto de cuidado y protección por la especie humana.

Es necesaria la reorientación urgente de la educación infantil conforme a los argumentos científico-técnicos, y en consonancia a la realidad del medio ambiente, del medio rural.

Como ejemplo gráfico podemos citar negligencias no intencionadas e irresponsables en la tenencia de mascotas, que pueden afectar de forma severa a la salud de nuestros animales: mayor aporte calórico que el necesario en la dieta, suplementación láctea de la dieta habitual, aportación de dulces como premio del adiestramiento, aporte excesivo de vitaminas, permitir comidas o bebidas inadecuadas en épocas festivas (por ejemplo, el turrón en navidad), dar medicamentos humanos, inhibir el instinto de caza en perros seleccionados durante miles de años para realizar la práctica cinegética, establecer los mismos requerimientos ambientales de temperatura, humedad, luminiscencia, confort… a los animales que a las personas racionales (como en el caso de vestirlos con ropas asimilables a las humanas), llegando a las nuevas y esperpénticas modas del veganismo o el movimiento antivacunas para los animales de compañía…

En conclusión, es necesaria la reorientación urgente de la educación infantil conforme a los argumentos científico-técnicos, y en consonancia a la realidad del medio ambiente, del medio rural y de las relaciones tróficas de los animales.

Este es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la ganadería, la caza o cualquier actividad humana relacionada con los animales, el cual debe ser coordinado y liderado desde la profesión y las Ciencias Veterinarias.

Por Nicolás Urbani, veterinario y asesor técnico de la Real Federación Española de Caza

Fuente de la Información: https://cazawonke.com/opiniones/84099-educacion-infantil-disney-versus-realidad-natural-rural-y-animal

 

Comparte este contenido:
Page 218 of 936
1 216 217 218 219 220 936