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Entrevista a Laura Pérez Granados: Las oposiciones ni se ajustan ni se acercan a las necesidades reales de nuestro sistema educativo

Por: educaweb.com.

Laura Pérez Granados (1982) es profesora del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga (UMA). Pedagoga y Doctora en Ciencias de la Educación. Sus principales líneas de investigación giran en torno a la innovación educativa, la formación del profesorado y la evaluación educativa. Su tesis doctoral titulada La selectividad universitaria en España y Finlandia. Criterios, estrategias e instrumentos de selección de candidatos para la formación inicial de profesorado, aborda el estudio de los procedimientos de selección de candidatos a la formación inicial de docentes.

1. ¿Cuál es su opinión respecto a las oposiciones de magisterio como herramienta para avalar la calidad de los profesionales que se incorporan a la escuela pública? ¿Facilitan realmente la incorporación de talento en los centros educativos?

El tema de la selección de docentes, tanto inicial como de acceso a la función pública, se ha convertido en los últimos años en el centro del debate público y en el foco principal de las decisiones políticas en materia educativa.

Los cambios sustantivos en las formas de vivir y de entender el mundo en las últimas décadas, han producido una  manera diferente, más compleja, de definir lo que supone ser docente en el siglo XXI. Estos nuevos retos que se plantean a los docentes, exigen a su vez nuevos procesos selectivos en los que se puedan detectar a las personas que se ajusten en mayor medida al perfil que dicha profesión necesita. Según están formuladas las tradicionales oposiciones, centradas excesivamente en los contenidos disciplinares, no constituyen un procedimiento válido ni fiable para garantizar el acceso de aspirantes que cumplan con las distintas dimensiones que contempla la profesión docente en la actualidad.

2. ¿Qué mejoras o estrategias recomendaría para garantizar la calidad del profesorado que se incorpora en la escuela pública?

En primer lugar, creo que una cuestión a tener en cuenta, y que está estrechamente unida a la calidad docente, es la confianza en el profesorado, en sus posibilidades. Lo que ocurre en este país es que ponemos en tela de juicio y sospechamos de cada actuación que realizan los docentes en el aula, cuando en realidad deberíamos admirar la labor que realizan a diario planificando el trabajo y atendiendo a las particularidades de los contextos en los que se encuentran.

Una segunda cuestión clave para mejorar la calidad del profesorado que se incorpora a la escuela pública, es contar con una buena formación inicial. A este respecto, el foco se centra en reformular los programas de formación en coherencia con los cambios que ha experimentado nuestra sociedad. En ellos, además de contar con una sólida formación pedagógica y práctica, se debe promover la innovación e investigación educativa como herramientas que ayuden a perfeccionar la labor del docente, así como formar para la inclusión y para la atención de un alumnado cada vez más diverso (de distinto origen familiar, con diferentes intereses, capacidades, inquietudes..).

En definitiva, se trata de creer en la autonomía de los docentes que han sido formados en un currículum acorde con los tiempos actuales. Para el diseño de este nuevo planteamiento, se requiere la coordinación tanto de la administración competente como de todos los agentes que forman parte de la comunidad educativa.

3. ¿Considera que la estructura y los temarios de las oposiciones están adaptados realmente a las necesidades de la escuela? ¿qué cambios propondría?

El acceso a la función pública docente no puede seguir enfocado principalmente a la realización de pruebas que intentan medir los contenidos acumulados en la formación inicial.
Como ya avanzábamos en la primera cuestión de esta entrevista, las pruebas diseñadas para tal fin deben orientarse en otro sentido.

En los últimos años los debates sobre formación docente ponen el punto de mira en las cualidades o predisposiciones personales que deben tener aquellos que quieran dedicarse a la docencia. Se habla de que los docentes deben ser unos apasionados de su trabajo, mostrar empatía, responsabilidad, profesionalidad, además de ser innovadores, trabajar en equipo… Pero esta aparente sencillez, en los términos que se utilizan para describir las cualidades o actitudes hacia la docencia, contrastan con la posibilidad de elaborar unos criterios que definan lo que es ser un «buen maestro», y por supuesto con la dificultad de incluirlos en un nuevo procedimiento de selección. ¿Cómo se puede valorar de un candidato el nivel de compromiso con la educación? ¿O cómo medir el grado de responsabilidad hacia la profesión que se aspira?

Si éste es el escenario predominante, está claro que los actuales temarios de las oposiciones ni se ajustan ni se acercan a las necesidades reales de nuestro sistema educativo. Estas pruebas, en todo caso, miden la capacidad de memoria que se tiene, pero no pueden medir otras capacidades más relevantes para ejercer la docencia, como son la capacidad de reflexionar, analizar, formular propuestas, experimentar y crear. Por lo tanto, el gran reto consiste en diseñar pruebas que puedan valorar esos aspectos que hemos señalado. Y ahí es donde realmente está la complejidad, en dar respuesta a las propias cuestiones que planteo. La clave está en pensar estas pruebas desde la perspectiva del paradigma de competencias, donde también entren en juego las distintas dimensiones que conforman este concepto.

4. ¿Qué opina respecto a que las interinidades den puntos en las oposiciones?

Creo que a aquellas personas que han demostrado su idoneidad y capacidad para integrarse al cuerpo de docentes y que han trabajado durante años en la función pública se les tiene que reconocer sus derechos. Las administraciones deberían realizar un esfuerzo y consolidar la situación de los interinos.  Abordar el posible estancamiento de los que ya llevan años «dentro» del sistema, ya que los jóvenes que desean acceder a la docencia se ven excluidos por los que acumulan puntos por su antigüedad. Por eso, el sistema de acceso debe reformularse, porque no beneficia ni a los que ya llevan años ejerciendo su labor como docentes, ni a los nuevos aspirantes que estando bien preparados ven mermadas sus posibilidades de acceder a la función pública en igualdad de oportunidades que el resto.

«Estas pruebas, en todo caso, miden la capacidad de memoria que se tiene, pero no pueden medir otras capacidades más relevantes para ejercer la docencia, como son la capacidad de reflexionar, analizar, formular propuestas, experimentar y crear».

5. ¿Cree que las oposiciones deberían centrarse en las competencias del profesorado y no tanto en sus conocimientos?

Las oposiciones deberían buscar el equilibrio entre los diferentes componentes curriculares, tales como dominar unos contenidos, es decir, conocer la materia, saber emplear las distintas técnicas didácticas, conocer y comprender los procesos de enseñanza y aprendizaje y, desde la perspectiva comentada anteriormente, contemplar los aspectos actitudinales.

6. ¿Qué buenas prácticas en Europa y otros países del mundo propondría como referentes para seleccionar al profesorado y tratar de avalar su calidad?

El caso que mejor conozco es el del sistema educativo de Finlandia, contexto de estudio de mi Tesis Doctoral, donde la sociedad confía plenamente en el profesorado, y esto tiene mucho sentido ya que una vez adquirida la condición docente no hay motivo para pensar lo contrario.

Creer en la autonomía de un profesorado bien formado es la clave de éxito de su sistema educativo. Subrayo de su procedimiento, aunque cada centro tiene sus propias herramientas de selección, el hecho de no utilizar exámenes para elegir a los candidatos, sino contemplar otros mecanismos que les ayuden a valorar de los aspirantes no solo las capacidades intelectuales sino también poseer excelentes habilidades interpersonales. Estos procedimientos incluyen principalmente entrevistas personales y pruebas prácticas que ponen al aspirante en situaciones problemáticas reales. Los destaco porque están en la línea con lo que comentaba anteriormente, sobre la coherencia de establecer pruebas que valoren más los distintos componentes que forman parte de las competencias docentes.

7. ¿Qué buenas prácticas en cuanto a selección de profesorado y métodos para avalar sus competencias destacaría del sistema concertado y privado?

Precisamente hace pocos días leí un estudio sobre la opinión de los docentes en torno al sistema de acceso a la función docente, donde se incluían tanto los centros de titularidad pública como concertada o privada. Los resultados eran abrumadores porque cerca del 70% de los encuestados, incluyendo a docentes de las distintas etapas educativas, señalaban la necesaria reforma del sistema actual de selección para acceder a la profesión docente en el sistema público.

Los procedimientos empleados en los centros de titularidad concertada y privada, los cuáles suelen utilizar entrevistas personales como instrumento de selección, tampoco convencen a aquellos aspirantes que tienen que someterse a ellos. En este sentido, subrayo aquellos procesos que de forma no arbitraria seleccionan a los candidatos a través de pruebas que permitan conectar adecuadamente la formación inicial recibida con el ejercicio de la profesión, donde se valoren no solamente las cuestiones técnicas, sino también una sólida formación pedagógica y práctica, como ya hemos comentado en cuestiones anteriores.

8. ¿Qué alternativas sugiere valorar para acreditar las competencias del profesorado en su tarea educativa?

Creo que no se trata de imaginar sofisticados sistemas de evaluación docente, sino de diseñar actividades que nos aporten información relevante sobre el quehacer diario del profesorado, con la idea de conocer, comprender, valorar y mejorar sus competencias profesionales.

Es interesante la idea de elaborar, por parte de los docentes, portafolios que recojan evidencias de los procesos de aprendizaje del alumnado, sus opiniones y valoraciones sobre la labor docente; así como materiales de trabajo, tareas, proyectos y demás actividades que nos permitan entender mejor cómo se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje. Esto nos ayudará a tomar decisiones y a mejorar nuestra labor.

Otra estrategia muy potente de evaluación de nuestras competencias es la observación entre iguales, es decir, compartir con otros colegas la enseñanza en el aula para analizar la práctica, comprenderla y mejorarla.

9. ¿Cómo se pueden garantizar las competencias del profesorado a lo largo de su carrera profesional? ¿Qué tipo de herramienta de control de calidad propondría y cada cuánto tiempo?

Creo que hay que alejar al docente de los procesos que pretenden «controlar» su labor profesional, al menos de aquellos que ejercen presiones hacia la rendición de cuentas de manera estandarizada y bajo la aplicación de normas que en nada se corresponden con conocer la labor educativa que desarrollan en los centros. Por ello, en esta última cuestión, insisto en reivindicar la autonomía profesional como un derecho que debe acompañar a los docentes en el ejercicio de sus funciones.

Además, aquí entra en juego la calidad de la enseñanza, un tema extremadamente controvertido, donde no existe un consenso general acerca de qué entendemos por una educación de calidad y cuáles son los mejores medios para conseguirla. Pero salvando la ambigüedad que caracteriza al término cuando se aplica al sector educativo, los docentes que ejercen su labor en los centros públicos deberían asumir el compromiso de un desarrollo profesional que contemplen planes de mejora profesional, de participación en el desarrollo curricular, de elaboración de proyectos de investigación e innovación y de su puesta en marcha… En definitiva, consiste en mejorar sus competencias profesionales y someterlas a una continua revisión. Hacerlo de forma transparente y abierta ante la sociedad es indispensable, de la misma manera que la evaluación de su desempeño deberá hacerse desde la perspectiva que busque la mejora de la función docente de forma relevante, libre de amenazas, y que sea realmente formativa.

También es necesario liberar al docente de las excesivas tareas burocráticas que le han sido asignadas y que han ido aumentando con cada ley educativa soportada en nuestro país. Este aspecto resta tiempo para la docencia, la innovación y la investigación, ejes fundamentales para mejorar las competencias docentes. Por ello, la administración educativa no puede primar la burocracia frente a la pedagogía, y el control de resultados, del que hablábamos anteriormente, frente a la autonomía pedagógica.

Fuente de la entrevista: https://www.educaweb.com/noticia/2018/09/26/oposiciones-ni-se-ajustan-ni-se-acercan-necesidades-reales-nuestro-sistema-educativo-18564/

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Daniel Wilson: «La calidad de los alumnos depende de la calidad de los profesores»

Por: DiarioDeNavarra. 

Daniel Wilson, director de «Project Zero», el grupo investigador de la Facultad de Educación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), ha asegurado este viernes en Pamplona que «la calidad del aprendizaje de los alumnos depende de la calidad del aprendizaje de los profesores» y ha destacado que los docentes necesitan una «transformación» debido a la creciente complejidad social.

Wilson, que participa en un congreso sobre innovación educativa organizado por la Universidad de Harvard, ha señalado en conferencia de prensa que, “si queremos transformar la educación y cambiar su estructura, tenemos que cambiar las relaciones que nos rodean. Necesitamos nuevos sistemas de educación».

«Este es un momento de gran complejidad en muchas sociedades. Este viernes en día la responsabilidad de los profesores es enorme y necesitan una transformación. Ya no podemos depender de los sistemas tradicionales”, ha declarado Wilson, que ha estado acompañado por Mikel Elía, director del Colegio Irabia-Izaga, que acoge el congreso, y Patricia Alocén, directora del Departamento de Acción Educativa de la Fundación “La Caixa”, entidad impulsora del evento.

El director de «Project Zero», un centro de la Universidad de Harvard creado en1968, ha explicado que el objetivo primordial de esta iniciativa es «el potencial humano», en concreto la naturaleza de la inteligencia y de la creatividad, que es «lo que nos hace humanos».

Así, ha comentado, un padre que entra en un aula en la que se aplican los conceptos desarrollados por «Proyect Zero» observa tres cosas, la primera de ellas que el pensar y el aprender son «visibles», ya que se encuentran por todo el recinto y en las paredes, y no solo «en las cabezas de los alumnos».

También observa que hay «flexibilidad y movimiento» en el aula, porque «aprender es un proceso social, no individual», y que la inteligencia de los alumnos se muestra y se evalúa de diferentes maneras a las tradicionales, como, por ejemplo, el lenguaje corporal.

Bajo el lema “Comprensión para un mundo complejo”, el simposio reúne en Pamplona a 630 docentes e investigadores de todo el mundo, con el objetivo de que asimilen estos conceptos, los transmitan en sus centros educativos y creen redes de colaboración entre ellos.

Se trata de docentes provenientes de Argentina, Australia, Azerbayán, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca, Ecuador, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Perú, Singapur, España, Emiratos Árabes Unidos, y Reino Unido.

El congreso se celebra en España por primera vez desde que comenzó su andadura en el año 2010. En este sentido, Wilson ha señalado que este foro «es una oportunidad para reformular las relaciones entre los profesores de este país, de ahí que uno de nuestros retos era conseguir el acceso a este congreso también a docentes de escuelas públicas”.

El catedrático de Educación en la Escuela de Graduados de Harvard y miembro del Comité Ejecutivo de Project Zero, David Perkins, ha abierto el congreso con una sesión inaugural en la que ha apostado por una enseñanza en la que el profesor sea capaz transmitir conocimientos al alumno “haciendo dócil lo salvaje y salvaje lo domado”, aludiendo así a la búsqueda de “fórmulas para el aprendizaje que ayuden a comprender la complejidad de la sociedad en la que vivimos entusiasmando al alumno, haciendo la educación accesible e interesante”.

Project Zero ha impulsado docenas de proyectos de investigación, ha publicado más de 90 libros y cientos de artículos e informes, y colabora con un gran número de organizaciones asociadas a nivel nacional e internacional.

Hasta ahora, el congreso solo había salido de Estados Unidos en cuatro ocasiones: Londres (Reino Unido), Amsterdam (Países Bajos), Melbourne y Sidney (Australia).

Fuente de la reseña: https://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/2018/10/26/daniel-wilson-investigador-harvard-calidad-alumnos-depende-calidad-profesores-617977-300.html

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España: La Educación precisa de un nuevo humanismo y enfoque sobre el cambio de civilización

Europa/ España/ 29.10.2018/ Fuente: www.larazon.es.

Así lo asegura el consejero Fernando Rey en el encuentro protagonizado por Olegario González

El consejero de Educación, Fernando Rey, echa en falta en el sistema educativo actual un nuevo humanismo y otro enfoque sobre lo que significa el ser humano en una sociedad como la actual tremendamente tecnológica, así como para poder responder al cambio de civilización al que estamos asistiendo.

«Cuando hablamos de Educación, la mayoría de las veces nos enredamos en cuestiones técnicas que de un día para otro pierden fuerza y valor, y nos olvidamos de otras también importantes, como son los valores», asegura el consejero, para quien en la Educación de hoy es necesario que se impartan conocimientos tecnológicos, pero también humanísticos. En este sentido, apunta que en Castilla y León se está trabajando en ambas direcciones; por un lado, facilitando el aprendizaje de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y el bilingüismo en las aulas y, por otro, trasladando a las universidades que en los títulos de grados tecnológicos el currículo incluya una gran parte de temas de humanidades y Ciencias Sociales como Literatura, Arte, Ética o Filosofía, y viceversa. «Es un tema complejo y cambiar los planes de estudio es complicado y no se hace de un día para otro, pero estamos insistiendo porque creemos que es necesario para que los estudiantes conozcan mejor la realidad que nos rodea», afirma Rey.

El consejero se expresaba de esta forma momentos antes de presentar la conferencia del quinto y último de los Encuentros «Pensando en Educación», que protagonizaba el teólogo Olegario González de Cardedal.

Esperanzas y límites

El también miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas resumía durante su intervención que para él educar no es otra cosa que acompañar a hombres y a mujeres en las escuelas para que descubran su naturaleza y su vocación, sus necesidades reales y falsas, pero mostrándoles cuales son sus posibilidades, esperanzas y sus límites.

«La Cultura y la Educación tienen sus glorias y sus limitaciones, y depende de en qué manos estén ambas y para qué medios o fines se utilicen», advertía De Cardedal, quien invitaba también a todos a preguntarse quienes son los educadores en la sociedad actual: los profesores, las técnicas utilizadas, los poderes o las amenazas existentes.

Satisfacción por cómo se han desarrollado las jornadas

Con la conferencia de Olegario González, la Consejería de Educación ha cerrado este ciclo de encuentros, con cinco en total, en los que se ha tratado de abordar diferentes temas que afectan a la Educación en España desde distintos puntos de vista y con personalidades relevantes. «Estamos satisfechos por cómo se han desarrollado estos encuentros y por las ideas que se han planteado», destacaba Fernando Rey.

Fuente de la  noticia: https://www.larazon.es/local/castilla-y-leon/la-educacion-precisa-de-un-nuevo-humanismo-y-enfoque-sobre-el-cambio-de-civilizacion-JI20287482

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Simón Rodríguez, el gran educador de América y mentor de Simón Bolívar

Por: Alberto López.

La historia nunca le ha correspondido a Simón Rodríguez con el reconocimiento que merece el empeño vital que siempre tuvo por la educación de las clases populares. Influenciado por los filósofos franceses de la Ilustración, promovió la formación de los ciudadanos por medio del saber para que alcanzaran la libertad a través de revoluciones del conocimiento. Sin embargo, ni la originalidad de sus pensamientos, ni la excentricidad de sus métodos lo ayudaron a ser comprendido ni entendida la trascendencia de lo que proponía: aplicar los revolucionarios métodos europeos del siglo XIX a la colonizada América para librarse de sus opresores.

La educación fue lo que dio sentido a su existencia: lectura, aprendizaje de idiomas, viajes,… Se convirtió en un cosmopolita ansioso por aplicar su pedagogía educativa en cualquier lugar del mundo donde requirieran su presencia y también por este motivo se arruinó en varias ocasiones.

A pesar de haber demostrado ser un gran pensador, ensayista y educador, su vida va aparejada a la de Simón Bolívar, de quien fue tutor y mentor, y también a la de Andrés Bello. La injusticia histórica define a Simón Rodríguez como “el maestro del libertador”, cuando en realidad con los años la amistad y el trabajo en común convirtieron su relación de maestro-alumno en otra de reciprocidad por las ideas comunes que defendían.

Simón Narciso Jesús Rodríguez nació en la capital de Venezuela, Caracas, tal día como hoy de hace 249 años, el 28 de octubre de 1769. Las imprecisiones sobre su vida comienzan con el nacimiento, ya que lleva el nombre del santo del 28 de octubre, Simón, pero también el del 29, Narciso. Su procedencia tampoco está clara. Se sabe que fue abandonado en las puertas de un monasterio y que se crio en la casa de un clérigo de nombre Alejandro Carreño, que se barrunta que pudiera haber sido su padre porque llevó durante un tiempo su apellido. Simón Rodríguez tuvo un hermano, Cayetano Carreño, que se convirtió después en un famoso músico de la capital venezolana.

De apariencia fornida y buena estatura, su extravagante forma de vestir, que era motivo de burlas a su paso, no le desvió nunca de su objetivo: aprender para poner en práctica sus ideas educativas e instruir al pueblo, especialmente a las personas con menos posibilidades de acceder al conocimiento.

La carrera educativa de Simón Rodríguez comienza cuando el Cabildo de Caracas le otorga el permiso para ejercer de maestro en la única escuela pública de esa ciudad en 1791. Apenas tenía 20 años y ya había leído a Rousseau y conocía la ‘Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano’. Eran tan altos sus propósitos que en 1794 presentó al ayuntamiento de Caracas un estudio titulado ‘Reflexiones sobre los efectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento’. En él argumentaba la necesidad de crear nuevas escuelas y de formar buenos profesores con mejores salarios, de incorporar más alumnos a la educación y extenderla a todas las etnias, a la vez que debía disminuirse la enseñanza particular.

En estos años de incipiente carrera educativa fue cuando tuvo entre sus alumnos al entonces inquieto Simón BolívarSimón Rodríguez, al que además de maestro le encargaron ser tutor del más tarde apodado como ‘El Libertador’, estuvo con él hasta que el pequeño cumplió los 14 años.

En 1797 salió de Venezuela para nunca volver. Una teoría dice que fue por el fracaso de una tentativa revolucionaria en la que se vio involucrado y que fue expulsado, y otra asegura que se fue él por el descontento con el régimen español. Sea como fuere, Jamaica se convirtió en el primer destino de su exilio, en el que pasó 20 años viajando cuanto pudo con la idea de formarse continuamente.

En Kingston Simón Rodríguez invirtió sus ahorros para aprender inglés en una escuela de niños, a los que también él enseñaba castellano. Dos años después viajó a Estados Unidos, concretamente a Baltimore, donde consiguió trabajo como cajista de imprenta, lo que más tarde le permitiría a él mismo componer los moldes de imprenta de sus obras. Después viajó a Francia, donde se registró bajo el nombre de Samuel Robinson de la siguiente manera: “Samuel Robinson, hombre de letras, nacido en Filadelfia, de treinta y un años”; y esta identidad la mantendría durante su estancia en el viejo continente.

En París conoció a fray Servando Teresa de Mier, un sacerdote revolucionario mexicano, y juntos abrieron una escuela en español. Simón Rodríguez estudió allí Física y Química y tradujo al castellano la novela ‘Atala’, de Chateaubriand, para acreditar sus conocimientos, pero Mier se atribuyó la traducción.

Simón Bolívar, que se encontraba en París desde 1803, ya formaba parte de las amistades más cercanas de Simón Rodríguez. En 1805 emprendieron un largo viaje hasta Italia, cruzando a pie los Alpes. Fueron a Milán, luego a Verona y Venecia, Padua, Ferrara, Florencia y Perusa.

En Milán ambos presenciaron la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia. La gira culminó en Roma, donde el 15 de agosto de aquel año de 1815, Bolívar, junto a Rodríguez y el amigo común Fernando Toro, juró dedicarse por completo a la causa de la independencia de Hispanoamérica. Gracias a que el texto quedó grabado en la memoria de Simón Rodríguez pasó a la posteridad de la manera siguiente: “Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.

En 1806 Simón Rodríguez inicia un largo peregrinar de 17 años en soledad por Europa. Vivió en Italia, Alemania, Prusia, Polonia, Rusia y Londres, donde coincide con Andrés Bello, que también fue alumno suyo. En la capital británica inventó un novedoso sistema de enseñanza destinado al buen aprendizaje y uso de la escritura, de la que era un apasionado al ver en ella grandes capacidades expresivas. De hecho, solía escribir utilizando muchos signos de puntuación, admiración y exclamación, mayúsculas, subrayados, esquemas de fórmulas, símbolos, paréntesis y llaves para transmitir el espíritu y la complejidad de sus pensamientos.

En 1823, animado por las esperanzadoras noticias que le llegaban del otro lado del Atlántico, Simón Rodríguez regresó a América, concretamente a Colombia después de un largo exilio en el que había madurado sus ideas sobre la educación y la política, nutriéndose, fundamentalmente, del pensamiento de Montesquieu. Cuando Bolívar se enteró del regreso de Rodríguez le escribió una carta para invitarlo a encontrarse. En Bogotá, sus primeros pasos conjuntos se encaminaron a instalar una Casa de Industria Pública para habilitar maestros de todos los oficios. Sin embargo, el proyecto no fructificó por la falta de recursos económicos, por lo que Rodríguez seguiría intentándolo hacia el sur del continente.

En Lima Simón Rodríguez le presentó a Bolívar sus planes pedagógicos para implantarlos en las escuelas que el conocido como ‘El Libertador’ ya trataba de fundar en toda América y que estarían bajo la dirección del educador. De esta forma, Rodríguez quedó incorporado a su equipo de colaboradores.

En abril de 1825 inició, junto con Bolívar, un recorrido por Perú y Bolivia. Simón Rodríguez organizó una casa de estudios; después fundó un colegio para varones en Cuzco y otro para niñas, un hospicio y una casa de refugio para discapacitados. Bolívar nombró a Rodríguez director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y Artes, y también director general de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana. El primer día del año 1826 comenzó a funcionar la llamada Escuela Modelo, que en apenas unos meses ya tuvo 200 alumnos.

El plan de enseñanza diseñado por Simón Rodríguez era muy original: se agrupaba a los alumnos y se mezclaba la técnica y el espíritu. Los niños, entregados por entero a las tareas de aprendizaje, incluso en los ratos de ocio, eran observados por personal facultativo para identificar las inclinaciones de cada alumno. Pero aquellos métodos no eran comprendidos ni aceptados al ser excesiva la inversión que se necesitaba, por lo que Rodríguez acabó renunciando a su cargo y, muy decepcionado, escribió una carta a Bolívar en la que se quejaba amargamente de la incomprensión que había padecido.

Endeudado y arruinado se marcha a Arequipa (Perú) y fundó una fábrica de velas con la que pretendía conseguir vivir, pero el éxito de la empresa fue que los padres empezaron a recurrir a él de forma masiva para que educase a sus hijos. En 1828 publicó su primera obra, titulada ‘Sociedades americanas en 1828; cómo son y cómo deberían ser en los siglos venideros’. Defendía en ella el derecho de cada persona a recibir educación por su importancia para el desarrollo político y social de los nuevos estados americanos. También publicó una obra en defensa de Bolívar, muerto en 1830, titulada ‘El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social’.

De Lima se trasladó en 1834 a Concepción (Chile), invitado por el intendente de la ciudad para llevar a cabo “el mejor plan posible de educación científica” en el Instituto Libertario de Concepción. Allí publicó su libro ‘Luces y virtudes sociales’. Seguidamente editó en la misma ciudad el ‘Informe sobre Concepción después del terremoto de febrero de 1835’. Aquel terremoto acabó con todo, incluyendo la estancia de Simón Rodríguez en esa ciudad. Se marchó a Santiago de Chile y tuvo un reencuentro con Andrés Bello, del cual surgiría el impulso de la universidad fundada por el humanista.

También estuvo en Valparaíso, ciudad en la que también se dedicó a la enseñanza, aunque con un método bastante original para la época en la clase de anatomía, ya que se desnudaba y caminaba por el salón para que los alumnos se hicieran una idea del cuerpo humano. Por supuesto, esta didáctica también fracasó y sufrió el rechazo de la sociedad, volviendo a terminar arruinado.

Su situación personal y, sobre todo profesional, con los continuos fracasos, le hicieron temer por sus ideas y sus obras, hasta tal punto que en 1842 escribió: “La experiencia y el estudio me suministran luces, pero necesito un candelero donde colocarlas: ese candelero es la imprenta. Ando paseando mis manuscritos como los italianos sus Titirimundis. Soy viejo y, aunque robusto, temo dejar, de un día para otro, un baúl lleno de ideas para pasto de un gacetillero que no las entienda. Si muriera, yo habría perdido un poco de gloria, pero los americanos habrían perdido algo más”.

A pesar de ser mayor, su aspecto y su altura daban una imagen muy saludable de él, por lo que siguió dedicando su tiempo a viajar y a enseñar. En Lima reeditó la obra ‘Sociedades americanas’ y de ahí viajó a Ecuador. Fue acogido por un sacerdote, quien se empeñó en que fuera maestro de Agricultura en el Colegio de San Vicente. Sin embargo, Simón Rodríguez terminó siendo profesor de Botánica en el centro escolar.

No le bastaba con dictar clases, así que también fundó una fábrica de pólvora y publicó un folleto sobre la ‘Fabricación de pólvora y armas con otras enseñanzas generales’, en cuyo prólogo escribió que “la pólvora es aquí el pretexto para tratar de la educación del pueblo”. Más tarde partió a Quito y fundó otra fábrica de velas, antes de regresar a Colombia y, desde ahí, nuevamente a Quito en el año 1853. En Guayaquil, en un incendio, se perdió gran parte de su obra.

A los 82 años ofreció una conferencia que sorprendió por sus experiencias y por sus ideas. Finalmente, en 1853, a pesar de haber manifestado su intención de volver a Europa con la ilusión de que allí todavía se podía “hacer algo”, se trasladó a la localidad peruana de Amotape, acompañado de su hijo José y Camilo Gómez, compañero de este. Fue este último, quien lo asistió en el momento de su muerte, ocurrida el 28 de febrero de 1854, a los 83 años de edad.

Setenta años después de su fallecimiento, los restos de Simón Rodríguez fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al cumplirse un siglo de su fallecimiento, devueltos a su Caracas natal, donde reposan en el Panteón Nacional desde el 28 de febrero de 1954.

El legado de Simón Rodríguez va mucho allá de formar la personalidad de Simón Bolívar o el pensamiento humanista de Andrés Bello: fue el primero que quiso aplicar en América del Sur los métodos educativos que empezaban a utilizarse a comienzos del siglo XIX en Europa, e intentó imponer en las atrasadas Bolivia y Colombia las novedosas y revolucionarias teorías sobre la educación de la infancia y el acceso al conocimiento de las clases populares.

 

Fuente de la reseña: https://elpais.com/internacional/2018/10/28/america/1540732409_091457.html

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España: La tasa de abandono escolar en Europa

Europa/ España/ 29.10.2018/ Fuente: www.idealista.com.

España se encuentra a la cola de los países de la Unión Europea en fomentar que los jóvenes sigan recibiendo educación tras cursar la educación primaria y secundaria. La tasa de abandono escolar entre los jóvenes entre 18 y 24 años sin estudios superiores es de las más altas del Viejo Continente, hasta un 18,3% en 2018, aunque ha conseguido reducirla frente a años anteriores.

En 1992, el 40,4% de los jóvenes de entre 18 y 24 año sin estudios superiores no recibía ningún tipo formación en España. 20 años después, la tasa se redujo hasta el 24,7%, y sigue bajando con el paso de los años al 18,3% actual. La media de la UE se quedó en el 10,6%. España solo se ve superada por Malta.

Fuente de la noticia: https://www.idealista.com/news/finanzas/laboral/2018/10/24/769245-imagen-del-dia-la-tasa-de-abandono-escolar-en-europa

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Pacto por la educación ¿Truco o trato? | Debate en Badajoz (Video)

España / 28 de octubre de 2018 / Autor: Coordinadora Estudiantil Badajoz / Fuente: Youtube

Publicado el 23 oct. 2018
Charla organizada el pasado 15 de marzo de 2018 por el Consejo de Estudiantes de la Facultad de Educación junto a la asociación APEVEx (Asociación Pedagógica «Escuela de Verano de Extremadura») Grabada por la Coordinadora Estudiantil de Badajoz. https://www.estudiantesbadajoz.org

ove/mahv
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Móviles: ¿prohibir o educar?

España / 28 de octubre de 2018 / Autor: Víctor Bermúdez / Fuente: El Periódico Extremadura

Acerca de la idea del Gobierno de eliminar de las escuelas el uso del teléfono móvil

El gobierno español considera prohibir a los alumnos el uso de teléfonos móviles en la escuela. La idea se inspira en un reciente decreto del gobierno francés, y aduce motivos parecidos: prevenir la adicción al móvil y proteger a niños y adolescentes de ciertas disfuncionalidades cognitivas (falta de atención), sociales (aislamiento) o morales (acoso escolar), presuntamente asociadas al uso del móvil y otras tecnologías.

¿Es cierto todo esto? A mi juicio, no. Por lo que la medida me parece injustificada, amén de demagógica, impracticable y humillante para el que tenga que sufrirla (y aplicarla).

Es una medida desproporcionada en tanto los problemas que genera el uso del móvil en el recinto escolar (no en las aulas, en las que, salvo excepciones, está ya prohibido) son nimios, si es que son algo, y no requieren de una medida gubernamental de este cariz.

En cuanto a la presunta adicción al móvil de los adolescentes, existe una enorme confusión en que se mezclan la parte más infusa de la ciencia psicológica y los prejuicios generacionales. Los que observan alarmados el tiempo que los jóvenes dedican a sus terminales electrónicos no acaban de entender (ni, por tanto, de apreciar) que multitud de actividades (informarse, entretenerse, hacer gestiones, aprender, opinar, comunicarse con los demás…) se realizan ahora normalmente a través del móvil. Lo que muchos conciben como ‘patología’ no es, pues, más que un cambio generalizado (e imparable) de costumbres que son incapaces de comprender (no hay nada más viejo que depreciar lo nuevo). Es obvio que muchos jóvenes se inquietan si se quedan sin móvil. ¡Y yo! ¡Y usted! Y todos los que hemos aprendido que se vive mejor teniendo al lado una centralita permanentemente actualizada de información y comunicación. Es algo tan ‘adictivo’ como lo fue en su tiempo tener agua corriente o disponer de vehículos a motor.

De otro lado, no conozco un solo estudio serio que demuestre que el uso de las nuevas tecnologías genere cambios cognitivos significativos. Y si los hubiera, ¿por qué tendrían que ser necesariamente perjudiciales –en lugar de beneficiosos para adaptarse al modo en que se procesa hoy la información–? Particularmente, yo no noto en mis estudiantes menos capacidad de concentración (salvo, como siempre, para lo que es un rollo macabeo), y si, por ejemplo, un ingenio y una rapidez mental asombrosa cuando se manejan en el medio digital que les es propio.

En cuanto al presunto aislamiento social que generan las nuevas pautas de comunicación tampoco lo veo mayor ni distinto al que podían generar las antiguas. Personas con ‘problemas de relación’ las ha habido siempre (con la ventaja de que hoy tales personas pueden mantener un hilo mínimo de interacción a través de las redes). La idea de que los chicos interaccionan mejor sin móvil y jugando al corro en el patio es un prejuicio de gente que se ha criado (obligatoriamente)… jugando al corro en el patio.

Se alude, también, a los usos ‘perversos’ del móvil. Es cierto que se puede utilizar para acosar o violentar. ¿Pero qué cosa no es susceptible de usarse para agredir a otros? De lo que se trata es de educar en el uso correcto del móvil, ¡no de prohibirlo! ¿No es de educar de ‘lo que va’ la escuela? Si la solución de cada problema fuera prohibir, no harían falta institutos ni profesores, solo cárceles, juzgados y policías.

Finalmente, hay que recordar que el móvil no es solamente un objeto más o menos útil (incluso como herramienta educativa), sino un medio de gestión y expresión de la vida privada y la libertad individual (especialmente valioso en un entorno tan alienante como puede ser el de la escuela). Arrebatarle a un adolescente su móvil en un pasillo o el patio es, en este sentido, un acto de humillación e intimidación injustificable.

Pero pese a todo lo dicho, ya verán como se impone la medida, absurda y antipedagógica, pero popular, de prohibir el móvil – que, por supuesto se seguirá usando, tal como lo hacen los mismos profesores, con completo desparpajo, por todo el centro –. Así, de paso, se nos distraerá un poco de los problemas que de verdad asolan al sistema educativo.

Fuente del Artículo:

https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/moviles-prohibir-educar_1112707.html

ove/mahv

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