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España: El arte de atender al niño hospitalizado

Europa/España/16 de agosto de 2016/Fuente: redaccionmedica

Juegos con payasos, parques infantiles, terapias con animales; todo vale para hacer más llevadero el tiempo de ingreso.

El ingreso hospitalario siempre supone una ruptura temporal con la rutina de cada persona. En el caso de los niños, ese cambio brusco, unido al motivo del internamiento, puede suponer un auténtico calvario que muchos profesionales y asociaciones intentan mitigar con propuestas que lo hagan más llevadero.

Teniendo en cuenta que se entiende por “niño” a toda persona menor de 18 años, es normal que dentro de las
unidades de hospitalización haya también separación por edades, diferenciando entre los más pequeños y los adolescentes. A este criterio se une el de la enfermedad por la cual se ha tenido que ingresar al menor. Precisamente para adaptar todo lo posible los distintos servicios a las necesidades del paciente, varios hospitales han creado una red de ofertas que intentan que estos pacientes rompan lo menos posible con su día a día y no recuerden los días de ingreso como algo traumático.

En este tipo de actividades se distingue a niños de adolescentes para adaptarla a sus características.

“Lo primero que hay que diferenciar son aquellas actividades que se ofrecen con un objetivo lúdico, de entretenimiento, de aquellas que son terapia y que buscan la recuperación o tratamiento de la enfermedad”, explica a LA REVISTA de Redacción Médica Núria Serrallonga, enfermera y psicóloga del Hospital San Joan de Déu.

Este centro concertado es uno de los paradigmas de la atención especializada para niños, y desde hace años trabaja en el proyecto Hospital Amigo, un “programa para intentar que los menores ingresados, en el hospital de día o en consultas externas, mantengan sus actividades de niños aunque estén enfermos. Lo que les toca por su edad infantil”, señala Serrallonga.

Oferta variada

Por ello, los menores tienen a su disposición talleres con fines lúdicos, salas de juego, equipos de música y musicoterapia, aulas de seguimiento escolar, ‘arteterapia’ o el equipo de ‘payapupas’, payasos de hospital que se están instalando también en otros centros españoles y que intentan sacar sonrisas a los más pequeños. Además, en el centro catalán han sido pioneros en instalar un modelo exportado de Estados Unidos llamado ‘Child-Life’ del que Serrallonga es coordinadora. “Es un programa con indicación para prepararles para una cirugía, un ingreso o unas pruebas diagnósticas, y ayuda a que el niño sepa lo que va a pasar y cómo será todo, el seguimiento post operatorio, explicarle cada procedimiento o tratamiento, en qué consisten y por qué se aplican. No es tan lúdico a nivel distractivo, pero tiene detrás una fundamentación para colaborar en esa estancia hospitalaria”, dice Serrallonga.

La enfermera afirma que lo que se intenta con ‘Hospital Amigo’ es acercarse a los niños de manera amigable, mostrando un hospital pensado para ellos, y como tal desarrollan sus actividades, diseñadas en principio para todos, aunque con ciertas restricciones. “Si hay un niño con una enfermedad infectocontagiosa y puede transmitírsela a otro, no podrá entrar en la sala de juegos, por ejemplo, del mismo modo que si está bajo de defensas, como ocurre con los pacientes oncológicos, tampoco podría acudir allí; pero en esos casos se les lleva la actividad a su habitación”, explica la especialista del centro catalán.

La proliferación de parques infantiles en los hospitales ha aumentado notablemente en los últimos años.

Jardines de altura y amigos de cuatro patas

Otra de las iniciativas que se ha ido abriendo paso en los centros españoles es la que desarrollan desde la Fundación Juegaterapia bajo el nombre  ‘El jardín de mi hospi’, y que se ha propuesto sembrar las azoteas de muchos centros sanitarios de parques y jardines para los más pequeños ingresados. El 12 de Octubre de Madrid o el Hospital Universitario de La Paz ya tienen sus tejados “sembrados” de columpios y zonas de ocio para los menores, y está en proceso el correspondiente en el Hospital de La Fe de Valencia.

También el Hospital Ramón y Cajal inauguraba hace unas semanas una zona de juego educativapara los menores de la Unidad de Endocrinología y Diabetes Pediátrica. Esta ‘Play Zone’ busca también crear un entorno hospitalario más amable y acogedor para los pacientes.

Sin embargo, entre todas las propuestas que gestionan diferentes fundaciones y centros quizás la más llamativa sea la Terapia Asistida con Animales, una ‘perroterapia’ que está revolucionando el modo de afrontar la enfermedad en varios proyectos a nivel nacional. Uno de ellos es ‘Sonrisas perrunas: terapia asistida con perros para niños hospitalizados’, una iniciativa del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid que ha dejado entrar a los perros en el Hospital Gregorio Marañón –después de las autorizaciones correspondientes, estricto protocolo de zoonosis incluido-.

“Era un programa piloto que empezó el pasado mes de mayo. Hemos estado dos meses con dos sesiones semanales de una hora con pacientes del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Los profesionales, que han estado presentes viendo cómo se trabaja, querían que fuera algo muy lúdico para no cargar a los chavales de terapias. Han hecho un estudio y los resultados son muy positivos. La idea es que tras el verano continuemos en esa misma unidad y comenzar también en Psiquiatría de adultos y en rehabilitación infantil”, explica a este diario Luz Jaramillo, coordinadora de programas de la Asociación Perros Azules.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El programa se ha llevado a cabo en una terraza acondicionada del hospital, pero en caso de ampliarse a servicios como rehabilitación se trasladarán al gimnasio en el interior del centro, al igual que para el acompañamiento en pruebas diagnósticas y valoraciones de los pacientes más pequeños, momentos en los que los perros consiguen bajar los niveles de ansiedad de los niños. Como limitaciones solo existen dos muy establecidas: alergias claras y fobias, que hacen incompatible la terapia.

“Padres y niños están encantados. El hospital quería humanizar la visión de la unidad, complicada por los trastornos mentales con cuadros agudos que presentaban los chicos, y ha sido un éxito. La incidencia que tengamos va a depender un poco de la financiación externa que vayamos logrando, porque el sector está en auge y tenemos datos objetivos que avalan los resultados, pero tenemos que ir más allá del ‘qué bien se lo pasan los niños dándole premios al perro’. La idea es llegar a lo que se tiene en el Sant Joan de Déu, donde han sido capaces de crear una unidad canina dentro del propio hospital”, sentencia Jaramillo.

No son los únicos ejemplos, ya que tanto el Hospital de Villalba como el de Torrejón también han apostado por los terapeutas de cuatro patas para los menores en sus instalaciones, el primero para un ensayo clínico con niños que sufren síndrome de intestino irritable y dolor abdominal y el segundo en procesos rehabilitadores tras una cirugía.

Mientras estas terapias se van implantando, los niños que se vean obligados a pasar un tiempo ingresados deberán tener, según los estándares de calidad del Ministerio de Sanidad, algunos recursos siempre disponibles. Además de poder estar acompañados por padres y familiares las 24 horas al día y tener contacto con compañeros, hermanos o amigos, deberán disponer de libre acceso a ordenadores con conexión a internet, televisión, consolas de videojuegos y lectores de DVD, cualquier recurso que pueda hacer de su periodo de estancia en el centro una simple etapa más en su desarrollo y que le permita seguir con su vida habitual.

Fuente: http://www.redaccionmedica.com/la-revista/reportajes/el-arte-de-atender-al-nino-hospitalizado-1106

Imagen: http://www.redaccionmedica.com/images/destacados/larevista/el-arte-de-atender-al-nino-hospitalizado-1106.jpg

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España: La Junta ‘castiga’ a los sindicatos que no tienen liberados totales

Europa/España/16 de agosto de 2016/ Fuente: elmundo

Restringe las reducciones horarias a las organizaciones que apuestan por la liberación parcial

Esta discriminación motivó ya en 2011 una sentencia que condenó a la Junta.

La Junta de Andalucía prefiere los modelos clásicos de representación sindical, con liberados que se dedican exclusivamente a las tareas vinculadas al sindicato. Pero, al menos en el ámbito educativo, hay ya dos organizaciones que rechazan por principio ese modelo y apuestan por que sus representantes sindicales sigan en contacto con las aulas, para evitar que la labor de representación se convierta en un privilegio y se pierda conexión con el mundo real. Ésa es al menos la apuesta de APIA y PIENSA que, sin embargo, se han visto ‘castigadas’ por la administración precisamente por negarse a liberar de manera total a sus representantes.

«La Consejería de Educación ha decidido incrementar las horas de reducción a aquellos sindicatos que se acogen a un modelo de liberación total. El incremento es de un 33 por 100 más o menos. En cambio, a los sindicatos que optan por la liberación parcial (APIA y PIENSA) no les ofrece absolutamente ningún incremento», explica esta última organización a EL MUNDO.

Ese trato discriminatorio motivó ya en 2011 una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en favor del sindicato APIA. La Consejería recurrió y el Tribunal Supremo ratificó la sentencia. En ambos casos con expresa condena en costas a la administración, recuerda PIENSA.

El procedimiento se había iniciado en 2006. «Es decir, tuvieron que pasar 7 años para que se hiciera justicia creando un perjuicio irreparable», añaden.

PIENSA, por su parte, exige ahora lo mismo que planteó APIA en 2006 y que es res iudicata, ‘cosa juzgada’. La solicitud fue presentada el pasado mes de febrero. Pero la dirección general de Recursos Humanos de la Consejería de Educación ya les ha hecho llegar su negativa a admitir su reclamación, negando por un lado que exista tal discriminación (cosa que los tribunales ya sentenciaron) y, argumentando que la liberación total resulta «más cómoda» para la administración en lo que afecta a la organización de las plantillas de los centros.

Por contra, el sindicato responde a la administración que actualmente existen muchas fórmulas para todo el profesorado que implican reducción de jornada (que son equivalentes a la liberación parcial): «En consecuencia, es absurdo negar a un sindicato un trato análogo sobre esta base».

Por otro lado, PIENSA sostiene que «el modelo de reducción que aparece en Ley Orgánica de Libertad Sindical como natural es el de la reducción parcial. La posibilidad de acumular los créditos en una liberación total tiene un carácter contingente y subsidiario. Si hay algo que no necesita ser incentivado es la liberación total, precisamente por la ‘comodidad’ que supone para los liberados sindicales y sus sindicatos».

El sindicato PIENSA ha interpuesto ante la Consejería de Educación una demanda por vulneración de derechos fundamentales. De momento, los servicios jurídicos de la administración consideran que la Consejería no es competente y que ese tipo de demandas deben plantearse ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

El sindicato teme que se trate de una maniobra dilatoria que conseguirá de nuevo retrasar varios años el reconocimiento de una situación de discriminación, que perjudica a los representantes de los trabajadores y sobre la que la Justicia ya había resuelto.

Fuente: http://www.elmundo.es/andalucia/2016/08/16/57b1e572268e3e271d8b45ec.html

Imagen: http://e01-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/08/15/14712763758652.jpg

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Rosa Molero: «La promoción de los derechos de la infancia es una tarea de todo el Consell»

Europa/ España/ Entrevista/16/08/2016

VALENCIA. La reciente remodelación en el segundo y tercer escalón del Consell implicó la creación de una nueva dirección general de la Infancia y Adolescencia dentro de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas al frente de la que estará Rosa Molero, psicóloga y logopeda con más de 18 años de experiencia.

Entre sus 26 páginas de currículum destacan calificaciones «cum laude», numerosas publicaciones, estancias en otras universidades de España y su papel como consultora de EMDR, una terapia avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento del trauma.

Dentro de la labor que desempeñará, su formación como «experta en orientación y mediación familiar», su papel como especialista europeo en psicoterapia o su desarrollo como mediadora familiar le ayudará a encaminar su trabajo hacia un cambio del modelo de institucionalización del acogimiento del menor. Un término que se ha esquivado, por otra parte, en el nombre del cargo por motivos que a continuación describe.

La directora general de Infancia y Adolescencia recibe a Valencia Plaza para realizar su primera entrevista. Habla con pasión de los retos que tiene esta nueva dirección y, de la misma manera que acostumbra su consellera, no deja pasar la ocasión para distanciarse de las políticas llevadas a cabo en esta materia por el gobierno anterior.

¿Con qué carencias y necesidades se encuentra la Conselleria de Igualdad para crear esta nueva Dirección General de la Infancia y Adolescencia?

Necesidades todas y carencias también. Esta dirección general nace desde la necesidad de darle una entidad propia y visible a la infancia y adolescencia. De hecho, todos los partidos políticos que tienen representación parlamentaria se unen y junto a entidades que trabajan con la infancia como Unicef, Save the Children, Cáritas o Cruz Roja, firman un Pacto en el mes de junio. Este Pacto por la Infancia es un punto de salida de las políticas que tenemos que hacer y es lo que verdaderamente permite darle forma a lo que queremos hacer, aunque el modelo aún tenemos que construirlo.

¿Qué perfil debía tener la persona que ocupara este cargo? 

Es una dirección general transversal. Era muy importante tener una perspectiva holística, ponernos unas gafas para mirar con perspectiva y reconocerlo no con los principios, sino con los derechos del interés superior de los niños y las niñas. Era importante tener presente el precepto del niño y adolescente de ser escuchado. Por tanto, esto son dos máximas que debía tener clarísimas la persona que ocupara este cargo. Esta dirección general es de la Infancia y Adolescencia, no es de aquellos niños llamados «menores» que es un término jurídico, pero ni es amable ni es inclusivo.

¿Cuáles son las líneas básicas de esta nueva dirección general?

La infancia es todo y, precisamente por eso, pensamos que quien ostenta este cargo tiene que generar o tener clara una idea, nosotros la llamamos las cuatro P: Promoción, Participación, Prevención y Protección. El antiguo gobierno tenía olvidados los tres primeros ámbitos y solo aplicaba el de la protección. Pero la promoción de los derechos de la infancia y la participación tienen que ser apuestas muy potentes. Queremos promover políticas en este sentido de manera que se potencien espacios y recursos.

Pero sobre todo el bastión más importante es el de la prevención, ya que es la política más adecuada para evitar la protección. Sin embargo, antes se fomentaba la protección dentro de un lenguaje adultocentrista. Un lenguaje del que nosotros queremos huir. Hasta ahora la protección ha sido un espacio para atrapar a los niños. Con la protección lo que se hace es decidir que un niño se debe retirar de su espacio convivencial porque no es el adecuado, pero la administración pública, el antiguo gobierno no tenía los recursos, ni la voluntad, además de no tener implantado el modelo para trabajar con su familia biológica. Trabajar para el retorno. De manera que el niño y la niña quedaba atrapado en el sistema de protección hasta que tenía la mayoría de edad y cuando la tenía, en un acto absolutamente demencial, lo que hacían era echarlo a la calle sin herramientas con las que buscarse la vida.

Queremos hacer unas políticas donde la emancipación y los procesos de fomento de los recursos personales se establezcan especialmente para estos chicos y chicas que están en el sistema de protección y cumplen la mayoría de edad en ella, para que tengan un espacio de tiempo mayor y puedan desarrollar ámbitos que les permitan tener o cumplir los aspectos que te permiten tener un futuro, es decir, la preparación para el trabajo.

¿Podemos entender entonces que habrá acciones conjuntas con Educación, Sanidad y otras consellerias?

Sí. Una de las premisas fundamentales de este gobierno es entender qué es la transversalidad. En particular la vicepresidenta ha liderado y está liderando estos espacios transversales para, entre otras cosas, poder trabajar aspectos muy complejos como son los niños, niñas y adolescentes que tienen problemas de salud mental, dificultades en la escolarización o que necesitan espacios de ocio para facilitar la inclusión e igualdad de oportunidades. Es decir, no es una tarea exclusiva de esta dirección general que quiere fomentar e impulsar todo esto, sino que es una tarea de todos: Educación, Trabajo, Vivienda… La dirección general de la Infancia y Adolescencia es una tarea de todas las consellerias.

El Pacto por la Infancia que comentaba antes se crea tras conocerse el último informe sobre ‘El Estado Mundial de la Infancia’ del Fondo de la ONU, que refleja que en la Comunitat Valenciana hay más de 330.000 niños y niñas en riesgo de exclusión, ¿qué políticas debe poner en marcha esta dirección general para solucionar este problema?

Tenemos dos líneas de trabajo. Por un lado paliar y por otro prevenir. Ya tenemos este problema encima, tenemos algo más de un 37% de niños y niñas en situación de riesgo de exclusión social y tenemos un problema importante también en cuanto a la transmisión intergeneracional del empobrecimiento.

Pero es que estos 330.000 niños necesitan, se merecen, y la sociedad civil -que no solo el gobierno-, tenemos la obligación de paliar estas carencias a través de, por ejemplo, la ley que se va a trabajar y promulgar de renta básica. Es un aspecto que se va a tener muy en cuenta. Yo estoy muy esperanzada con el Pacto por la Infancia porque se reconoce, además del interés superior de los niños y de ser escuchados, la necesidad de incrementar a nivel presupuestario la dotación para este segmento de la población. Necesitábamos un modelo nuevo, pero también necesitamos una economía que nos permita llevar a cabo todo lo que queremos poner en marcha.

¿Con qué expectativas se llega a este nuevo cargo?

Con todas, con estas cuatro P. Pero somos conscientes de que tenemos que empezar por le principio y nuestra tarea es muy compleja porque se basa en construir deconstruyendo lo que ya había implantado. Además, a su vez, tenemos que ilusionar a los profesionales. Es verdad que necesitamos que estén más preparados, requieren de una formación muy específica porque, sobre todo los niños que están en el sistema de protección, son niños muy dañados que necesitan unos trabajos muy particulares. Pero el primer paso y el primer reto para nosotros es organizar. No digo reorganizar porque eso implicaría que había algo organizado y se ha desorganizado, sino que tenemos que organizar desde el principio lo que tenemos, conocerlo y territorializar los recursos.

Por ejemplo, los centros de día para niños y niñas están fundamentalmente en la costa, ¿qué pasa, que el interior no tiene niños con dificultades que necesitarían estos trabajos de prevención? El reto de organizar es fundamental. Hemos tenido durante muchos años una política fragmentadora, contenedora y asistencialista y esto ha hecho mucho daño. Sobre todo porque ha construido una manera de entender que a estos niños había que esconderlos, apartarlos.

¿Cuál es el reto más importante para usted?

Hay un reto que para mí es muy importante quizá por mi formación, porque aparte de psicóloga soy logopeda, y es el de la lengua. Para mí el lenguaje es fundamental. No se llama de infancia y adolescencia por casualidad, hemos huido del término «menor» porque es un término jurídico que no respeta la intimidad, la potencialidad. Siempre hablamos de necesidades y, ¿dónde quedan las potencialidades de los niños y niñas? Este reto del lenguaje permitirá generar un cambio de pensamiento, el pensamiento modificará las actitudes y las actitudes nos pondrán gafas para mirar con perspectiva, como decía antes… Y eso va a ser desde mi punto de vista fundamental.

«NO HAY CULTURA DE LA PREVENCIÓN, PERO LA PROTECCIÓN ESTABA EXTRAEXPLOTADA»

Otro reto es generar un cambio amable, tranquilo. Que no sea amenazante para la gente que está trabajando en los centros, no queremos decir que lo hayan hecho mal, simplemente seguían otro modelo que no es el nuestro ni el que nos gusta. Un modelo que queremos cambiar y que está muy interiorizado. Por eso queremos hacer un cambio respetuoso y que refuerce y trabaje mucho la pedagogía, que relaje la inquietud sobre las diferentes cosas que queremos modificar. Luego tenemos muchos más retos, por ejemplo en el campo de la protección tenemos que cambiar tantísimas cosas…

¿Cuáles?

Tanto la promoción como la participación y prevención son campos que no están explorados. No hay cultura de la prevención, pero la protección estaba extraexplotada. Por ejemplo, en el campo del acogimiento familiar nosotros apostamos por la desinstitucionalización. Queremos pasar del acogimiento residencial, al familiar. Creemos que es la forma más normalizada y natural para que un niño desarrolle de forma óptima sus capacidades.

De hecho, en octubre pondremos en marcha una campaña de desinstitucionalización llamada «Mejor en familia» de niños de 0 a 6 años. No queremos que ningún niño con esa edad esté en ninguna institución. Es verdad que los niños que tenemos institucionalizados tienen unas necesidades, pero estoy segura que hay una sociedad civil ahí fuera que responde a las necesidades que tenemos y no las conoce. Así que haciendo este tipo de campañas, aparte de hacerles conocedores de la situación, conseguiremos encontrarles familias a estos chicos.

Desde enero las familias de acogida no reciben las ayudas. ¿Cuándo podrán recibirlas?

Hay una diferencia importante entre las familias educadoras –que son las familias ajenas– que no tienen consanguinidad con el niño o la niña que tienen y luego las familias extensas. Estas eran las que estaban cobrando un módulo de cuatro euros frente a las familias educadoras que estaban cobrando nueve. Esto no sólo lo hemos paliado, sino que se ha igualado y subido a máximos, todas cobran 12 euros diarios. Es verdad que las familias educadoras, cobran el modulo por todo el año y lo que haremos el año que viene es que cobren por meses, como hacen las familias extensas.

Las familias educadoras han cobrado ya prácticamente todas, a excepción de alguna casuística, pero en principio las familias de urgencia y diagnóstico ya han cobrado todas y las de acogimiento permanente y temporal también. Lo que falta es que cobren las familias extensas. Y este retraso se debe a dos variables: en primer lugar, tuvimos que sacar una orden de base, esto fue un caramelito envenenado que nos dejó el antiguo gobierno y conllevó mucho tiempo. Además como queríamos que fuera un derecho subjetivo, no graciable, tuvimos que convertirlo en un decreto y posteriormente tuvo que salir la orden. Todo eso lo ha retrasado, pero es algo que no se repetirá en 2017. Y otra cosa que ha influido es que todavía hay ayuntamientos que no han firmado un convenio con nosotros.

¿Cree que era necesaria la obligatoriedad de incluir un informe sobre el impacto en la infancia que tienen todos los anteproyectos de ley que aprueba el Consell?

Esto es como todo. La perspectiva de infancia no ha estado nunca presente, ni se la esperaba. Es muy importante desde mi punto de vista que se haga un análisis de todo aquello que salga como norma. De hecho es un precepto legal, la propia legislación te obliga. Pero aunque no obligara, sería ética y moralmente un precepto, porque el interés superior del niño tiene que estar por encima de cualquier otro. Por lo tanto, esto no era algo cuestionable. Era una necesidad.

¿Qué nivel de participación tendrá la dirección general en estos informes? 

Nosotros hemos liderado la defensa de este precepto siempre. Lo que hicimos fue introducir un curso con los profesionales que habían creado la guía para Unicef para crear estos indicadores para estudiar cuál era el impacto generado por las normas que se aprobaran y hemos introducido un curso en el Instituto Valenciano de la Administración Pública (IVAP) para que las distintas consellerias puedan prepararse. La idea es que quien genere la norma, genere el informe. Lo que pasa es que evidentemente, desde nuestra conselleria, no solo nos importa, sino que nos gusta liderar algo que es tan necesario. Pero simplemente ofreceremos una orientación.

Respecto a esta transversalidad que comentaba anteriormente, ¿podemos esperar interacción con los servicios municipales?

Sí, para nosotros los servicios de proximidad, el municipalismo es una máxima. Pero tenemos que tener en cuenta que los ayuntamientos han estado muy dejados de la mano, están muy faltos de personal, tienen muchas tareas asignadas y esta transición, por lo tanto, también debe ser muy amable. Y además debe ir acompañada de presupuestos que le permitan precisamente generar los recursos necesarios. Es una apuesta firme desde el primer momento.

¿Qué objetivos se marca a corto y largo plazo?

A medio plazo la reorganización, el cambio de lenguaje y tener claro el modelo. A largo plazo, que la brecha que existe de desigualdad, la inequidad desapareciera. Este es un trabajo de todos, de la dirección general, que la prevención fuera tan potente que no existieran porque no hicieran falta medidas de protección que arranquen a los niños de sus espacios vitales, etc. Pero esto es casi una utopía. No obstante, si invertimos en prevención, tendremos una sociedad mucho más justa y unos adultos –que ahora son niños– con muchas más posibilidades y romperemos la transmisión generacional del empobrecimiento. Esto sería todo un reto.

¿Cree que hay consenso en todos los partidos políticos respecto a la infancia valenciana?

Yo soy muy positiva. Por lo tanto, para mí este Pacto supone, y así se lo recordaré a cada partido que lo haya suscrito, que hay una promesa, un firme compromiso por incrementar los presupuestos para infancia.

Fuente: http://valenciaplaza.com/compromis-propone-declararnon-grata-a-ana-pastor-por-eldesorden-ferroviario

Imagen: http://valenciaplaza.com/public/Image/2016/8/EvaRosaMolero1_NoticiaAmpliada.jpg

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España: Reclaman medidas para ayudar a la emancipación de los jóvenes

Europa/España/ 16 de agosto de 2016/ Fuente: elperiodicoextremadura

Lanza propuestas en áreas de educación, calidad de vida, cultura y participación. El organismo pide reconocer la labor del voluntariado, «un pilar de una juventud fuerte»

La presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura (Cjex), Elena Ruiz Cebrián, reclamó ayer a las administraciones públicas medidas para que los jóvenes puedan avanzar en cuestiones como su emancipación, su calidad de vida ante la pobreza, su participación en áreas como la educación y la cultura, y el voluntariado.

Así lo señaló en una rueda de prensa en Mérida en la que presentó, con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Juventud, una iniciativa en la que muestra un tablero de 12 reivindicaciones que afectan a los jóvenes y en las que el organismo trabaja desde hace tiempo. La presidenta del Cjex informó de que cada una de las demandas de la acción, que se denomina «Buscamos 12 respuestas para…», están relacionadas con cada una de las áreas.

Así, las propuestas están agrupadas en las áreas de educación y cultura, igualdad, economía, coordinación general, calidad de vida, participación y emancipación. Ha destacado la petición de reconocer la labor del voluntariado, que desarrolla las actitudes gracias a la educación no formal, ya que es uno de los pilares para «una juventud fuerte».

En este sentido, ha afirmado que los jóvenes tienen poca experiencia laboral pero tienen mucha práctica en el asociacionismo, algo que se reclama cada vez más en los puestos de trabajo. Para Ruiz, el objetivo es presentar algo más visual que centre la atención en las necesidades de la juventud puesto que «tiene el doble significado de que se plantea a modo de juego pero se destaca que con los jóvenes no se puede jugar».

Que sea una docena el número de reivindicaciones está ligado a que el Día Internacional de la Juventud se realice el 12, pero también a que hace un año el Cjex plasmaron los 12 compromisos para concienciar a los grupos parlamentarios sobre la importancia de los problemas de la juventud.

«Afortunadamente varios grupos lo firmaron y ahora estamos en proceso de seguimiento de esos compromisos», ha añadido. El CJEx se suma así al tema escogido este año por las Naciones Unidas para celebrar el Día de la Juventud, «la juventud lidera la sostenibilidad».

AGENDA 2030 En concreto, está basado en la implantación de la agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con lo que la ONU quiere resaltar el papel de las personas jóvenes para liderar y garantizar el consumo responsable y la erradicación de la pobreza.

Por otra parte, el organismo regional refleja el Día Internacional con la etiqueta «elmesmásjoven» en las redes sociales, para que las entidades aporten preguntas y quejas. En el conjunto del país también se ha realizado una campaña con el nombre «JovenconPasta», otro doble sentido entre el dinero que no tiene la juventud y la comida tan barata y asequible que tienen éstos, sobre todo cuando se independizan. La finalidad es concienciar sobre el riesgo de pobreza y exclusión social que padecen las personas de entre 16 y 29 años, que ha pasado de un 36,4 por ciento en 2014 a 38,2 en 2015, motivo por el que Ruiz Cebrián considera que no se realizan «buenas políticas».

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/reclaman-medidas-ayudar-emancipacion-jovenes-antetit-107-cjex-presenta-administracion-12-reivindicaciones-motivo-dia-mundial-juventud_955003.html

Imagen: http://zetaestaticos.com/extremadura/img/noticias/0/955/955003_1.jpg

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¿Puede y debe ser evaluado el profesorado?

Europa/España/Agosto del 2016/José Gimeno Sacristán/politica.elpais.com

por: José Gimeno Sacristán

Una vez más ocurre. Es al final de la legislatura cuando el Gobierno se plantea la necesidad de abordar la formación, la carrera docente y la evaluación del profesorado.

La razón de la preocupación por estos temas se asienta en la creencia de que el profesorado tendrá más reconocimiento si está bien formado y es evaluado, así como más dispuesto a implicarse en estrategias de innovación.

Lo que se conoce como carrera docente consiste en un sistema de promoción por una escalera de grados en dirección ascendente, que son acumulados. Los profesores pueden optar o no a esa posibilidad. Se mejora el salario de quienes logran superar los requisitos previstos y a quienes no lo logren, o no quieran ascender, no se les “castiga”.

Se presupone que con ese ascenso mejoran las buenas prácticas de los profesores. Un supuesto que no siempre se da en la realidad, Por eso se piensa que, en verdad, estos mecanismos sirven más bien como instrumentos de la política de redistribución salarial.

Cuando no se puede, o no se quiere mejorar las remuneraciones de todo el colectivo docente, se establece la distinción por méritos reconocidos para unos y no para otros. Y con los “malos” profesores, ¿qué hacemos?

Para hacer de la evaluación un instrumento para la mejora de la calidad de la enseñanza se recomienda:

En primer lugar, que entre los méritos reconocidos se contemple la valoración de la práctica del profesorado en el aula y en el centro, pues, de lo contrario, el procedimiento tenderá a burocratizarse.

El profesorado teme ser valorado, a veces por inseguridad profesional. Pero no le faltan motivos para resistirse cuando hemos conocido algunas formas de proceder, por ejemplo de la inspección; cuando desde la Administración se difunden modos burocráticos de planificar y desarrollar el currículo, ajenos a lo que son las prácticas largamente experimentadas en la educación, y cuando se le culpa al profesor de los malos resultados que obtienen los alumnos.

En segundo lugar, existe una dificultad técnica para establecer la carrera docente, pues se ha de determinar qué se acepta por mérito. ¿La antigüedad? ¿Los certificados infinitos de asistencia a cursos de los cuales nada sabemos de su enjundia? ¿La adquisición de titulaciones más altas que las necesarias? ¿El aprendizaje de idiomas?  ¿El ejercer el oficio en situaciones de especial dificultad? ¿Contribuir a la formación del profesorado novel? ¿Participar en proyectos de investigación? … o cuándo se les quiere condicionar el pago de salarios a los resultados académicos de los alumnos(as).

En tercer lugar, el rol de los docentes es bastante parecido en todos ellos, pues las prácticas se han estandarizado muy notablemente en las instituciones. Esa homogeneidad es una dificultad para determinar qué distingue claramente a unos profesores de otros. Aunque, no obstante, se tiene evidencia –especialmente la tienen los alumnos- de notorias singularidades entre el profesorado.

Es indudable que existen apreciables diferencias en las formas de desarrollar el currículo, las maneras de controlar la dinámica del grupo, que realicen o no actividades complementarias, o que incorporen adecuadamente las nuevas tecnologías.

Fuente:

http://politica.elpais.com/politica/2015/12/08/actualidad/1449602673_246482.html

Fuente Imagen: http://fotos02.laprovincia.es/2015/07/01/318×200/catedratico-jose.jpg

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Película: El libro de la selva

Europa/ España/ Agosto del 2016/www.elseptimoarte.net

Sinopsis:

‘The Jungle Book’ es una nueva epopeya de acción real sobre Mowgli (Neel Sethi), un niño al que cría una manada de lobos. Pero Mowgli comprende que debe dejar la selva ya que el tigre Shere Khan (voz de Idris Elba), que lleva las cicatrices del Hombre, promete eliminar lo que considera una amenaza. Mowgli se ve obligado a abandonar el único hogar que ha conocido en toda su vida y se embarca en un fascinante viaje de autodescubrimiento. Sus guías son la pantera Bagheera convertida en su mentor (voz de Ben Kingsley), y el oso Baloo, un espíritu libre (voz de Bill Murray).

Por el camino, Mowgli se cruza con criaturas de la selva que no son muy de fiar que digamos. Entre ellas está Kaa (voz de Scarlett Johannsson), una serpiente pitón cuya voz y mirada seductoras hipnotizan a Mowgli, y el embaucador Rey Louie (voz de Christopher Walken), que coacciona al pequeño para que le enseñe el secreto de la mortal flor roja: el fuego. El reparto estelar incluye a Lupita Nyong’o que presta su voz a Rakshan, la superprotectora madre loba, y a Giancarlo Esposito, la voz de Aleka el macho alfa de la manada de lobos.

ProductoraWalt Disney PicturesDirectorJon FavreauGuiónJustin MarksRepartoNeel Sethi, Bill Murray, Idris Elba, Scarlett Johansson, Lupita Nyong’O,Ben Kingsley, Christopher Walken, Giancarlo Esposito

Fuente :

http://www.elseptimoarte.net/peliculas/the-jungle-book-8668.html

Fuente Imagen: http://www.elseptimoarte.net/carteles/341/el_libro_de_la_selva_49582.jpg

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¿Es posible una Cultura de colaboración entre el profesorado?

Europa/ España/ Agosto del 2016/ María Clemente Linuesa/ www.mecd.gob.es

 

Por: María Clemente Linuesa

 

 La implantación de la Reforma de los noventa en España ha intentado potenciar una política de autonomía en los centros escolares, a los que insta a elaborar proyectos educativos propios. En este artículo voy a a analizar varios aspectos de esta nueva forma de trabajo: en primer lugar, qué significados puede adoptar el concepto de autonomía de los centros como política descentralizadora y cuál es su relación con el concepto de colaboración. En segundo lugar, relataré a través de distintas técnicas de obtención de datos cómo se ha llevado a cabo la elaboración de los Proyectos Curriculares de Centro en la práctica y si ha supuesto una forma nueva de trabajo para el profesorado. Por último, concluiré valorando si es posible, a pesar de los problemas analizados, que progrese una cultura de colaboración entre los docentes y bajo qué condiciones debe potenciarse.

 

La Reforma Educativa de 1990, en su intento de adecuar la institución escolar a la sociedad, propone distintas transformaciones, unas son de carácter formal, por ejemplo una nueva estructura del sistema educativo, un nuevo currículum escolar básico, etc. Pero también propone cambios funcionales que atañen a las tareas que tiene que llevar a cabo el profesorado tanto en el diseño como en el desarrollo curricular. Uno de esos cambios del que me ocuparé en este trabajo se refiere a la exigencia hecha a los profesores de planificar su acción educativa a través de proyectos comunes: los Proyectos de Centro.

 Lo que me propongo analizar son algunos aspectos de este inédito y reciente cometido de la labor docente. En primer lugar, enmarcaré el sentido y significado de esa nueva actividad curricular. En segundo lugar, analizaré cómo se ha llevado a cabo en estos años la planificación en centros, tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria, a partir de sendos trabajos de investigación realizados en los dos niveles educativos’. Terminaré con una valoración del sentirlo y posibilidades de  la deseada nueva cultura escolar: la colaboración de los docentes.

AUTONOMÍA Y COLABORACIÓN: SU SENTIDO PARA LA EDUCACIÓN

 Diseñar el currículum en los centros no tiene ninguna tradición en nuestro país. Es una actividad relativamente novedosa para el profesorado, que, aún cuando surge como es normal en el terreno de la innovación educativa, la Reforma la hace suya. Los propios documentos de ésta avalan la necesidad de elaborar proyectos de centro con una serie de consideraciones: la creación de equipos, que presumiblemente mejorarán la eficacia y la competencia docente; la reflexión sobre la práctica educativa, como aspecto relevante en la formación del profesorado y mejora del currículum y finalmente la necesidad de atender las peculiaridades de cada contexto particular. En estos tres pilares: equipos, reflexión y contexto se justifica la necesidad y al tiempo la exigencia de que el profesorado realice la nueva tarea de diseñar un proyecto realista y adaptado a cada situación. Los proyectos de centro tienen dos versiones o modalidades: el proyecto educativo, y el proyecto curricular de etapa.

El primero recoge las ideas asumidas por toda la comunidad escolar en relación a las opciones educativas fundamentales y la organización general del centro. Los proyectos curriculares de etapa serán decisiones particulares de cada una de las etapas que se impartan en el mismo; deberán estar sustentados en aquél y las decisiones propias de esos proyectos curriculares se referirán a qué enseñar (objetivos y etapa), cuándo hacerlo (secuenciación de objetivos y contenidos), cómo enseñar (estrategias metodológicas), qué, CÓMO, cuándo evaluar y medidas de atención a la diversidad (MEC, 1992).

La propia Administración es quien toma la decisión de que los profesores constituyan equipos, realicen proyectos no sólo particulares para su aula o área de conocimiento, sino para el centro como lugar común. Además, dicta normas sobre qué y cómo debe ser un proyecto de centro, asunto éste sobre el que volveré después. Escudero Muñoz (1994) publicó en esta misma revista un amplio trabajo sobre cómo se trazó desde instancias administrativas la idea del desarrollo curricular a través de los proyectos de centro, así como los significados ideológicos que a esa propuesta pueden otorgarse.

La filosofía de esta nueva manera de configurar la enseñanza, tal como la propone la Reforma, está claramente en la línea teórica; otra cosa será la práctica de dotar al centro de autonomía para que analizando sus peculiaridades y necesidades se lleven a cabo propuestas educativas que generen igualdad para los alumnos que integran el sistema educativo. No hay que olvidar las características propias de cada centro que, de no ser observadas como punto de  partida, no harían más que generar desigualdades dentro de dicho sistema.

En el documento del MEC (1994) sobre centros educativos y calidad de la enseñanza justamente al destacar la idea de igualdad de oportunidades como un eje de la calidad de la enseñanza la sustenta entre otros factores, en la autonomía del centro. Se señalan dos aspectos, que sin duda son aceptados de forma general como importantes indicadores de la calidad de la enseñanza: la educación en valores y el grado de consecución de la igualdad de oportunidades, y se destacan cuatro factores que tienen una influencia inmediata y directa en la misma, la autonomía y organización de centros, su dirección y gobierno, el profesorado y la evaluación e inspección. (MEC 1994, 10).

La autonomía en los centros está apoyada en diversos argumentos, uno de los más relevantes es la tendencia a la descentralización, lo que no sólo se aplica al nivel administrativo, desde las administraciones centrales a las autonómicas, por ejemplo; sino también a instancias más netamente escolares ligadas a la práctica, como son los centros, a los que se otorga ciertos grados de autonomía para tomar decisiones.

El concepto de descentralización, que ostenta un alto grado de imprecisión según Lauglo (1996), podemos entenderlo como una fórmula que permite diseminar la toma de decisiones desde instancias más o menos próximas al vértice del poder central hacia otras más locales, como puede ser, dentro del sistema educativo, el centro escolar. Lauglo (1996) subraya tres valores que suelen aludirse para justificar la descentralización: dispersión legítima de la autoridad, calidad de los servicios prestados y uso eficiente de los recursos. Weiler (1996), por su parte, manifiesta que la idea de descentralización, unida a la de autonomía, participación, igualdad cle oportunidades es una aspiración desde hace algún tiempo, no sólo en los sistemas educativos, sino también en los ámbitos políticos y económicos.

 En lo educativo, esta idea se defiende con tres argumentos similares a los que enuncia Lauglo, en la obra citada: redistribución del poder. Eficacia de recursos disponibles y descentralización de contenidos educativos. Los conceptos de autonomía y descentralización, no obstante, pueden tener lecturas diferentes. La más positiva está claramente unida a la visión de  la participación democrática y del protagonismo en la toma de decisiones de todos los agentes educativos.

Lauglo (1996) resalta la impronta que las ideas de democracia participativa tuvieron en la educación desde de los años setenta. Surgió un gran interés por mejorar la educación desde abajo, buscando soluciones concretas a los problemas que se generan en cada situación, uniendo así la descentralización a la idea de mejora y calidad; aunque lo que se reivindicaba sobre todo era la cíe participación.

En este sentido quiero recordar el papel jugado en España por los movimientos de renovación pedagógica durante los setenta y parte de los ochenta en ese deseado cambio hacia una mayor autonomía y participación. Esta demanda fue un germen para la democratización de los centros, sobre todo en relación con la dirección y gestión de los mismos. Una segunda visión pretende dar significado y expresión a la noción de diversidad, cuyo sentido no se garantiza en diseños generales.

Esta interpretación permite el ajuste o acomodación de las decisiones curriculares a contextos muy singulares. La idea tiene que ver un docente que necesita disponer cle una gran autonomía para tomar las decisiones que mejor se adapten a su situación, despreciando, en cierto modo, la perspectiva de una educación general e igual para todos. Currículum y organización al servicio de los destinatarios de la educación. Es el rechazo a un currículum general y homogéneo y en su versión más crítica y supone la denuncia a la existencia de un currículum hegemónico, al que hay que sustituir por otros que sean acordes con los intereses de clase, género e incluso raciales de los alumnos.

La justicia (social) requiere un currículum contrahegemónico, diseñado para materializar los intereses y las perspectivas de los menos favorecidos. En la práctica, esto significa que el currículum debe ser decidido por profesores que trabajen en diferentes situaciones. (Connell, 1997, 64) Por último, tendríamos el punto de vista neoliberal que entendería la autonomía y descentralización como factores para la competencia entre centros.

Aunque no vamos a entrar en profundidad en este aspecto ideológico, queremos subrayar que se han realizado análisis de gran interés sobre la manipulación que desde instancias neoliberales se hacen sobre términos y conceptos cuyo origen ideológico es bien distinto, como en el trabajo de Gimeno (1994) o el cíe E Beltrán (1994), quien desenmascara lecturas «nuevas» de conceptos como: participación, comunidad, profesionalismo, descentralización, responsabilidad, autonomía, democracia, cultura, evaluación, propios del discurso progresista de los años sesenta y que según el autor la nueva derecha reinterpreta para justificar políticas neoliberales y legitimar sus propuestas en educación. Igualmente revelador es el planteamiento de Lauglo (1996) sobre los efectos de esta visión basada en la utilización de criterios de mercado para justificar la autonomía otorgada a las escuelas.

 Tras una revisión de otras formas por las que asumir la descentralización, ofrece un análisis detallado de los «riesgos» de llevarla a cabo bajo los principios del liberalismo, entre los que destaca: que las escuelas se muestren tan sólo interesadas en matricular a los alumnos aventajados; que se llegue a una clara desigualdad de oportunidades y con ella a una inevitable descompensación e incluso división social y que la competencia rompa la cooperación entre centros.

Además, hay que reconocer la casi imposibilidad de que se pudiera dar una oferta al menos parecida a todos los ciudadanos entre otras causas por sus lugares de residencia. Podemos, pues, entrever un sentido incluso negativo en la idea de descentralización, si esta opción por la autonomía del centro deriva en la práctica en una política de competitividad, desigualdad e insolidaridad que todo sistema educativo debería evitar. Se trata, en este caso, de una noción de descentralización basada en los resultados y no en los medios; sustentada en el contexto no como punto de partida desde el que se tenga en cuenta las diferencias de los sujetos, sino como lugar donde se valoren resultados sin apreciar los distintos medios socioculturales.

¿Estas desviaciones hacia fines espurios deben hacernos pensar que la autonomía de los centros no es deseable, que es nefasta para la justicia escolar, que es una trampa para la igualdad ante la educación, que es un invento más propio de la empresa capitalista, que de quien busca en la educación un lugar de equilibrio social? Evidentemente no.

Sin duda la descentralización va con los tiempos, buscando en la autonomía formas más eficientes de trabajo. Aunque como decía la idea de descentralización se refiere a bastantes aspectos del sistema educativo, como por ejemplo la regionalización administrativa, en mi trabajo me centraré tan sólo en lo que concierne a la autonomía de los centros escolares y la relación que esto tiene con otra idea, la de colaboración.

Desde luego, la imagen de autonomía para los centros es tentadora porque supone reconocer la competencia de los profesores para tomar decisiones relevantes, realizar la selección cultural a través de proyectos educativos singulares; porque subraya la solvencia profesional del profesor, protagonista no sólo de acciones, que otros pudieran dictar, sino de la toma de decisiones adecuadas y pensadas para su práctica; porque puede ser fuente de decisiones para la propia formación del profesor, y sobre todo, es tentadora por su repercusión para los alumnos, ya que conlleva la posibilidad de acercar las decisiones a la realidad, de manera que ésta sea el marco interpretativo de la práctica educativa.

La autonomía puede ser, pues, portadora de valores importantes para la escuela; sin embargo, es preciso reivindicarla unida a la idea cíe colaboración máxime cuando nos estamos refiriendo al diseño educativo en los centros, integrados por un número importante de personas que toman decisiones sobre la enseñanza.

 Estos conceptos unidos pueden propiciar centros llenos de vitalidad y realismo, descartando la pasividad y competitividad, fomentando acciones educativas ricas no sólo para los alumnos destinatarios primeros de cualquier decisión, sino para los propios profesores, pues como dice Pérez Gómez (1998) la colaboración tiene dos aspectos fundamentales que se implican mutuamente: el contraste cognitivo que fomenta entre los participantes y el clima de confianza que propicia para abrirse a nuevas alternativas. La colaboración conlleva una serie de aspectos que apreciamos como valiosos para el profesorado, que Hargreaves (1996).

Enuncia, y de los que señalaremos los que nos parecen más relevantes: apoyo moral de unos profesores a otros, superando los fracasos y frustraciones; aumento de la eficiencia, eliminando esfuerzos duplicados; mejora de la eficacia, si se mejora la calidad de los profesores, sin duda será mejor la calidad de la docencia; reducción del excesivo trabajo al compartirlo; certeza situada, la colaboración sustituye las falsas certezas, que a veces son una especie de escudo individual, por certezas sacadas de la sabiduría profesional colectiva, fruto del debate y la confrontación de las mismas.

También reduce la incertidumbre de la propia acción individual; asertividad política, al tener más confianza en las decisiones, se está en mejores condiciones de afrontar, incluso provocar innovaciones; mayor capacidad de reflexión, sin duda, la cooperación y el diálogo incitará a los profesores a reflexionar sobre su acción educativa, al establecerse la comparación y el intercambio cíe puntos de vista; perfeccionamiento continuo. La colegialidad en las organizaciones parece algo natural por el mero hecho de tratarse cíe un conjunto de sujetos que se ven implicados en la consecución de un asunto en común.

En este sentido la escuela al ser una organización, y además educativa, parece abocada a ser un lugar donde la colaboración fuera una característica desu funcionamiento. Sin embargo, la realidad no confirma este deseable rasgo; de hecho, parece funcionar más bien con la suma de individualidades que con proyectos comunes, todo bajo la poderosa bandera de la independencia personal, que ampara frecuentemente una suerte de individualismo, desde el que cada uno en su clase es un libre y soberano para hacer su tarea como crea oportuno’. Además, no todas las formas de colaboración parecen igualmente válidas.

De hecho la noción de colaboración no es una categoría cerrada, sino que más bien parece un concepto con diversos grados cuyos extremos estarían flanqueados, de un lacio, por lo que llamaremos colaboración espontánea y del otro, por la denominada colegialidad burocrática o artificial. Como afirma Hargreaves (1996) tanto la colegialidad como la colaboración presentan tantas facetas que no deben tratarse como conceptos inequívocos, lo que hay son distintas formas de colaboración que tienen consecuencias distintas. En el apartado siguiente nos ocuparemos de ir definiendo estas categorías de colaboración, para al tiempo explicar, con las pruebas que tenemos, cómo se ha implementado esta forma de trabajo en los centros a partir de la Reforma.

LA REALIDAD DEL DISEÑO CURRICULAR EN CENTROS A PARTIR DE LA REFORMA DE LOS NOVENTA

 Hay varios datos que nos van a permitir afirmar con cierta contundencia que el diseño curricular en centros no ha tenido las consecuencias pretendidas por los legisladores, al menos en términos generales. En todo caso, no creo que se haya logrado un cambio en la línea cle autonomía y colaboración deseadas. Ello se ha debido a una serie de problemas, situaciones y rasgos que han caracterizado su implantación en los centros durante estos años, motivos que constataré en este apartado. Para efectuar este análisis voy a utilizar varias fuentes: Me basaré en la categorización que hacen Hargreaves (1996) y Pérez Gómez (1998) sobre las referidas formas de colegialidad (burocrática y espontánea) e iré dando cuenta de a cuál de ellas se ha ido imponiendo en la realidad de los centros.

 Para apoyar mis razones utilizaré dos fuentes de datos, fruto, cle mi propia investigación; por un lado, opiniones directamente obtenidas de un grupo de discusión entre profesores que habían realizado el Proyecto Curricular de Centro; por otro, los datos de un cuestionario realizado en el curso 1997-98, cuando en Primaria ya se estaban llevando a cabo las revisiones de los proyectos cle centro y en Secundaria se hacían por vez primera, en él se recoge la opinión de los profesores sobre distintos temas relativos al PCC.

 Una de las principales razones para afirmar que el diseño de proyecto de centros no ha tenido las consecuencias esperadas es que la idea de realizar un nuevo tipo de planificación en grupo, que fomente la colaboración como fuente de mejora e incluso de enriquecimiento para el profesorado, no ha surgido de la iniciativa de los grupos de profesores, sino que ha sido una petición u orden de la Administración, por lo cual toma la forma de lo que se denomina colegialidad artificial (burocrática) Hargreaves (1996) y Pérez Gómez (1998).

La colegialidad burocrática no evoluciona espontáneamente a partir de la iniciativa de los profesores, sino que es una imposición administrativa que exige que los docentes se reúnan y trabajen juntos. (Hargreaves 1996, 221) Las características de la colegialidad burocrática podemos concretarlas siguiendo el perfil que han señalado estos autores, cuyos rasgos iremos comparando e interpretando con el modo en cómo se realizaron los proyectos curriculares en nuestros centros, en la primera exigencia de colaboración entre el profesorado, hecha en el desarrollo de la Reforma.

La primera nota es que está claramente reglamentada por la Administración, no parte de la iniciativa espontánea de los profesores, sino que se exige a éstos que se reúnan y trabajen (planifiquen, sobre todo) juntos.

Es obligatoria en tanto que exige trabajar con los compañeros, esto incluso puede hacerse de forma directa, imponiendo la obligación sin más, o de forma indirecta, en el sentido que el trabajar juntos pueda traer algún tipo de ventajas de promoción o de otro tipo. Fija en el tiempo y en el espacio, la colegialidad artificial se lleva a cabo en tiempos y espacios fijados de antemano, hasta el punto de que esto forma parte cle la reglamentación administrativa, pretendiendo asegurar de forma obligatoria la colaboración. Estas cualidades podrían aplicarse, sin duda, al modo en cómo se realizaron los Proyectos Curriculares en los Centros.

En los de Primaria, en los que se solicitó esta tarea en primera instancia, señalaremos que su realización reprodujo los rasgos propios cle la colaboración burocrática. La Administración exigió a los profesores a fecha fija la confección de Proyectos de Centro, para ello otorgó un tiempo concreto, incluso suspendiendo las clases por la tarde durante el mes de mayo, con el fin de que los profesores dispusieran de tiempo dentro de su jornada laboral. Se estableció un calendario por fases, secuenciando qué tipo de decisiones se tomarían en distintos momentos (MEC, 1992). Otra importante característica es la cle estar orientada a la implementación de lo que normalmente otros han ordenado, sea en forma de programas o de normas.

 También en el caso de la realización de los PCC este rasgo se cumplió cle forma fidedigna: en primer lugar, la propia legislación que emana de la Administración dicta expresamente todo un documento didáctico sobre el diseño curricular, en el se exponen las fuentes para la elaboración del mismo y un apartado que se enuncia como decisiones para realizar el diseño curricular; donde se proponen unos ejes, que son como la columna vertebral de todo diseño y que son seguidos por el profesorado como un esquema establecido que hay que rellenar. Nos permitimos recordar ese guión en el que deben constar: qué ense- ñas; cuándo enseñas; cómo enseñar, qué, cómo y cuándo evaluar y medidas de atención a la diversidad (MEC, 1992).

A través de un Real Decreto se dictaminó la necesidad de elaborar estos proyectos, estableciendo lo siguiente: En relación con este cometido, parece conveniente que la Administración educativa regule la elaboración y aprobación cle Proyectos Curriculares y ofrezca directrices que orienten a los profesores para facilitarles, tanto la elaboración de Proyectos y Programaciones, como el desarrollo de los mismos en el aula.

 Las propuestas para llevar a cabo determinadas innovaciones en el sistema educativo suponen a veces la toma de decisiones sobre otros muchos asuntos colindantes sin los cuales es imposible la realización de cambios o mejoras y la consecuencia es que generan cansancio, escepticismo, la desazón de pensar que no se pueden realizar o que no mejoran la práctica, lo que mata las ilusiones de quienes (probablemente muchos todavía, pero cada vez menos) creen en la institución educativa como un lugar cie búsqueda constante de una mayor profesionalidad. Si la concesión de autonomía a los centros es una poderosa razón para hacerlos mejores, el empeño debe ponerse en preparar para ello y crear las condiciones para hacerlo posible, además debe analizarse su verdadero sentido y el peligro de sus posibles desviaciones no deseables.

En esta línea, Fullan (1994) cuestiona por ficticia y superficial lo que él llama la gestión 215 basada en el centro si ésta no se sustenta en ciertos cambios internos en el mismo, que se refieren a dos asuntos: una nueva cultura de colaboración en la escuela y una redefinición del papel del profesorado y de su desarrollo profesional, cuyo sentido esboza en ese trabajo.

 La imagen pesimista que venimos dibujando, tanto en posibles desviaciones ideológicas que hemos enunciado, como en la constatación de hechos, no nos aboca irremediablemente hacia la negación del valor que tendría la realización de proyectos en los centros con todo lo que ello implica, como es rescatar la primigenia ideología de esas prácticas, y crear una cultura de la colaboración entre el profesorado.

Como señala Gimeno: Merece la pena trabajar la cultura de la colaboración democráticamente entendida en los centros, porque es la forma de salir de la anomia indeseable desde el punto de vista profesional para los docentes y por las repercusiones negativas que tienen en la descoordinación cle la educación que reciben los alumnos, además de por la imagen externa de calidad que provoca. (Gimeno, 1994) La colaboración tiene ventajas y valores que no podemos desestimar en la diná- mica de los centros y en la formación del profesorado, entre ellos debemos destacar tanto las de orden intelectual como las de orden afectivo.

La cultura colaborativa lleva a procesos de enriquecimiento propiciados por el diálogo, el debate, y hasta la confrontación y discusión, de donde provienen, quizá sus dificultades, pero que sin duda son menores que sus beneficios. Además, permiten la puesta en común de las propias incertidumbres, y dudas que el proceso educativo, lleno de valores, suscita.

El compartir los problemas comunes es una manera de aprender a resolverlos, el miedo al fracaso es fruto muchas veces, de la soledad; la colaboración permite un clima de confianza y de apertura a experiencias ajenas que otorga confianza al profesor. Por ello, ante la pregunta sobre si tiene sentido hacer proyectos de centro creo que puede contestarse en sentido afirmativo, no sólo porque se hayan formulado teorías que constaten lo interesante de tal asunto o porque, como señala Sirotnik (1994).

La escuela sea el auténtico motor que impulsa la evolución de la educación a través cíe lo que llama la actividad reflexiva, sino porque además hemos podido observar cambios en grupos de profesores de algunos centros que, aunque comenzaron colaborando por motivos meramente burocráticos, puesto que iniciaron sus proyectos a petición de la Administración y no por un interés propio, van evolucionando lentamente hacia una colaboración real, libremente elegida, fruto de un interés por  mejorar su práctica escolar y profesional.

 

¿ES POSIBLE UNA CULTURA COLABORATIVA EN EL PROFESORADO?

Trás el análisis efectuado tanto de los aspectos teóricos como de los casos prácticos nos preguntamos si puede darse un salto desde la colegialiclacl artificial a la colegialidad espontánea. En definitiva si es posible una cultura de colaboración entre el profesorado y, en su caso, bajo qué condiciones debe darse. Trataremos cle ofrecer algunas respuestas a estas cuestiones en lo que sigue.

ALGUNOS EJEMPLOS DE COLABORACIÓN ESPONTÁNEA

A pesar de las características claramente burocratizantes con que se ha iniciado esta forma de trabajo en colaboración, en algunos casos ha sido un punto de arranque hacia una perspectiva nueva que apuesta por la participación y el trabajo en común. En esa idea de cultura participativa, hay que constatar que algo va cambiando, lo que nos produce cierto optimismo sobre la posibilidad cde crear culturas colaborativas.

En lo que sigue daré cuenta cle algunas iniciativas en centros de Salamanca donde hemos podido apreciar cómo algunos profesores, tras hacer un proyecto burocrático y dejarlo «reposar», es decir, cumplida la misión burocrática encomendada por la Administración, han decidido emprender tareas realistas, concretas y exentas de burocracia, concretando sus proyectos hacia problemas o áreas de especial interés para su centro.

 Podemos dar cuenta de la existencia de tal tendencia en algunos colegios que mencionaremos, aunque sin duda habrá más. Tales escuelas han decidido la realización de proyectos concretos, que a medio plazo produzcan algún cambio beneficioso en una o a lo sumo dos temáticas cle especial relevancia para ellas, bien porque hayan constatado problemas, fallos o deficiencias, bien porque debido a motivos sociales sea de interés desarrollar propuestas que mejoren algunas de las condiciones de sus alumnos, en aras de una mayor igualdad cle oportunidades.

Podríamos decir que el proyecto burocrático cla paso a un auténtico reto de colaboración que producirá mejoras en los procesos educativos de sus alumnos y, sin chucha, en el desarrollo profesional de los propios profesores. Los ejemplos que voy a describir a continuación han surgido espontáneamente desde la propia escuela, y han elegido como núcleo de sus proyectos inmediatos problemas, deficiencias, de su realidad, en definitiva aspectos relevantes para mejorar la práctica escolar y con ello la calidad de su centro.

Uno de esos centros de Primaria de la ciudad de Salamanca es el colegio ~no Blanco. Los profesores empiezan a constatar, que a partir de 3″ cle primaria se produce un deterioro ostensible en el área de lenguaje, por lo cual deciden crear en el colegio un seminario permanente de estudio sobre este tema, en el que se implican de forma voluntaria profesores de Educación Infantil y Educación Primaria.

Los seminarios tienen carácter abierto, y en ellos los profesores analizan los motivos que pueden causar la situación que nos preocupa y estudian propuestas y soluciones (por el momento no se ha avanzado hacia otras fases, dado lo reciente de la experiencia). Se ha invitado a participar a especialistas en el tema, quienes les asesorarán en lo que los profesores demanden, enriqueciendo así las discusiones de sus problemas, de sus experiencias, como una fuente más de conocimiento y colaboración básicamente de naturaleza científico-teórica. Este proyecto que se forjó en el curso 1997-98 se desarrollará, por el momento, sin límite de tiempo a lo largo de cursos sucesivos.

 Otro proyecto de enorme interés es el surgido en el colegio público Nuestra Señora de la Asunción, también de la ciudad de Salamanca. En este centro eligen un tema prioritario para ellos: plan de mejora de la convivencia, un programa para desarrollar los procesos de socialización de los niños, la creación cle habilidades sociales y la aceptación de las normas como modo de una convivencia democrática.

Se trata de un centro situado en la periferia de la ciudad con una población socialmente algo deprimido y sobre todo heterogéneo, donde hay una presencia importante de minorías étnicas, que sin duda generan una problemática más compleja en las relaciones, por lo que ésta es una cuestión prioritaria para ellos.

Metodológicamente el primer paso en ese proyecto fue un diagnóstico preciso de la situación del centro, marcándose como objetivo la mejora de la convivencia. Los profesores se reúnen en sesiones de trabajo periódicamente, estudiando el tema y discutiendo soluciones.

También asisten a éstas profesores invitados según el asunto que traten en cada sesión. Fruto del trabajo de análisis y reflexión colegiada se proponen decisiones concretas de mejora en cuya puesta en marcha se comprometen los profesores. Posteriormente se valoran los cambios realizados, avanzando en el estudio y desarrollo del programa.

BASES Y CONDICIONES PARA UNA CULTURA DE LA COLABORACIÓN La colaboración real y productiva se ha presentado como una labor con muchos obstáculos y trabas que hay que superar como, por ejemplo, cierto grado de incertidumbre; el hecho de que miembros del centro se autoexcluyan; insuficiencia de tiempo en la jornada laboral para llevarlo a cabo; falta, quizás, de un sistema de trabajo colectivo que también tendrá que construirse; inestabilidad de algunos profesores en el centro etc. Sin embargo, un factor muy importante hace fuerte esta iniciativa: nace de forma espontánea, no promovida por instancias administrativas de ningún tipo, ni siquiera por compensaciones laborales, ni pecuniarias, sino que emana de una valoración positiva que los profesores ven en el trabajo colaborativo y una apuesta por la construcción de propuestas reales y necesarias para el centro.

 

Por lo demás quiero señalar algunos aspectos que estimo deben darse para hacer posible la colaboración entre docentes:

En primer lugar, un cambio de mentalidad entre el profesorado, en relación a ciertos rasgos que sustentan una buena colaboración (Hargreaves 1996) y sería interesante que los profesores observaran. Un cultura colaborativa espontánea y voluntaria surge de los docentes, aunque no cabe clucla que puede y debe estar facilitada por la Administración y sobre todo por la dirección del propio centro. Conlleva ser omnipresente en el tiempo. y en el espacio, aún cuando se reserven espacios para tareas concretas, la colaboración requiere una predisposición a tratar los temas de forma espontánea en cualquier situación, sin encorsetamientos espacio-temporales, en realidad es una implicación con las personas que tienen un objetivo común. Por último, hemos de admitir la imprevisibilidad como característica, la colaboración unas veces da unos frutos y otras da otros distintos en cantidad y calidad, pero siempre serán frutos reales, no ficticios.

Finalmente, subrayar que el valor de la autonomía y la colaboración no cambiará ni mejorará el centro si, además de lo expuesto, no se incentiva a los profesores para ello, se renuevan sus condiciones de trabajo o se aumentan los medios que requiere esa nueva cultura participativa. Ni las palabras ni los documentos curriculares o legislativos cambian solos las cosas en la escuela, la renovación depende de manera incuestionable de la preparación y actitud de los profesores. El desarrollo profesional del docente, que consiste en concebir la práctica docente como un proceso constante de aprendizaje, experimentación y reflexión compartida, provocará la elaboración cle proyectos que interesarán y satisfarán, no sólo a los estudiantes, sino a los propios docentes, protagonistas de su propio desarrollo creador.

Bibliografía

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Fuente: http://www.mecd.gob.es/revista-de-educacion/numeros-revista-educacion/numeros-anteriores/1999/re320/re320_10.html

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