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La calidad educativa como caballo de Troya del mercado en la educación

Por: José María Navajas Puerta

El carácter mercantil y empresarial del término ‘calidad’ en la actualidad parece de común consenso para los especialistas del mundo de la educación y la enseñanza, pero de la misma manera es ya claro y evidente su traspaso al ámbito educativo en los mismos términos.

La LOMCE es el acrónimo para la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Encontrándose en el mismo título de la ley, y tratando explícitamente de la misma, la calidad educativa debería ser algo bien concreto y transparente a ojos de la comunidad educativa o, como poco, del legislador. Sin embargo, esto no es así. Es más, nos topamos con que ya sólo el término calidad resulta enormemente difuso, y esto es algo que debería evitarse especialmente en una ley, más aún tratándose de una ley que se refiera a la educación.

Calidad proviene del término griego “kalos”, esto es, “bueno”, “excelente”, “bello”. “Kalos” era el término que designaba uno de los pilares de la Paideia griega pues, como refiere Werner Jaeger, indicaba el ideal de aspiración en la misma:

La educación no es posible sin que se ofrezca al espíritu una imagen del hombre tal como debe ser. En ella la utilidad es indiferente o, por lo menos, no es esencial. Lo fundamental en ella es kalos , es decir, la belleza, en el sentido normativo de la imagen, imagen anhelada, del ideal

Autores como José Antonio Pérez Tapias o Juan Manuel Escudero Muñoz nos señalan que en la actualidad, sin embargo, y a partir especialmente de la década de los 90, la calidad aparece como una “categoría difusa, general y abstracta” donde “se han ubicado demasiadas cosas y muy confusamente” y, a todas luces, estrechamente ligada al “lenguaje de la publicidad, propaganda o marketing”.

El carácter mercantil y empresarial del término “calidad” en la actualidad parece de común consenso para los especialistas del mundo de la educación y la enseñanza, pero de la misma manera es ya claro y evidente su traspaso al ámbito educativo en los mismos términos. Su índole difusa y debidamente edulcorada ha servido como tapadera o caballo de Troya para intereses de clase, defensa de la reinstauración de nuevos privilegios, la segregación y exclusión en la educación desde una ideología manifiestamente (neo) liberal.

Pero el uso retórico del término no hace sino legitimar y justificar una práctica que sustituye la calidad como excelencia -en el primer sentido que le dimos, como ideal de aspiración en la educación- por un mero producto del capital cuyo fin es satisfacer clientes y, por tanto, que compita en un nuevo “mercado educativo”, pues este es el fin último del interés privado.

Una de las pruebas más evidentes de este ataque privado sobre una institución pública como la educación fue el Modelo Europeo para la Gestión de Calidad (EUFQM), una serie de criterios tomados de la gestión empresarial  ( TQM: Total Quality Management) y aplicados a los centros escolares para medir su “calidad”.

De hecho, si uno busca en la LOMCE la referencia a la calidad educativa en los centros, nos encontramos con el Artículo 122 bis. Acciones destinadas a fomentar la calidad de los centros docentes.

  1. Se promoverán acciones destinadas a fomentar la calidad de los centros docentes (…) Dichas acciones comprenderán medidas honoríficas tendentes al reconocimiento de los centros, así como acciones de calidad educativa, que tendrán por objeto el fomento y la promoción de la calidad en los centros.

  2. Las acciones de calidad educativa partirán de una consideración integral del centro, que podrá tomar como referencia modelos de gestión reconocidos en el ámbito europeo…

En efecto, como advierte Daniel Escribano, la instauración de leyes abiertamente (neo)liberales y reaccionarias como la LOMCE, van en la dirección señalada: ayudas a la enseñanza privada, financiación de centros que practican la segregación por razón de género, supresión de la asignatura de educación para la ciudadanía, reimposición del carácter obligatorio de la religión, establecimiento de pruebas de evaluación final al finalizar la enseñanza secundaria y bachillerato, etc.

Ahora bien, como señala Pérez Tapias, a pesar del secuestro del término calidad, “no basta la voluntad de emplear un término desde otras perspectivas y supuestos distintos del campo semántico del que proviene para que se logre liberarlo de determinada carga ideológica, máxime si la procedencia no es sólo de un determinado campo semántico, sino de un campo semántico atravesado por intereses sociales y económicos”.

En mi opinión, debería de optarse por la “excelencia” como sinónimo no tan profusamente viciado y pervertido por el interés del mercado, para referirse a ese deber ser de la educación como derecho y que, siguiendo un esquema similar propuesto por la presidenta del Learning Policy Institute Linda Darling-Hammond se caracterizaría por:

  1. La educación como derecho humano, y por tanto asegurado y protegido por sólidas instituciones públicas que garanticen su universalidad y gratuidad.

  2. El acceso universal a docentes cualificados, con la mejor preparación y certificación.

  3. La dotación material de centros y docentes, lo que permite su libertad, independencia y autonomía profesional.

  4. La implicación de la sociedad civil para promover comunidades de aprendizaje humanas e intelectualmente vigorosas.

Pues, como señalaba Kant en su Pedagogía: “No se debe educar a los niños conforme al presente, sino conforme a un estado mejor, posible en lo futuro, de la especie humana: es decir, conforme a la idea de humanidad y de su completo destino”.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/cantabria/amberes/educativa-caballo-Troya-mercado-educacion_6_581701827.html

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La Universidad de Glasgow impartirá una clase de filosofía sobre Homero Simpson

Europa/Escocia/26 Noviembre 2016/Fuente: Semana

La prestigiosa universidad del Reino Unido dará un curso en el que el icónico personaje y su pensamiento serán el tema central. ¿Se inscribiría?

Cuando oímos el nombre Homero Simpson, muy seguramente lo último que se nos viene a la mente es la Filosofía. Y aunque se nos haga increible, el personaje más querido de la televisión será el tema central de un peculiar curso que impartirá la prestigiosa Universidad de Glasgow en Escocia.

Los Simpson se convirtieron desde 1989 en una sátira del sueño americano moderno y la sociedad contemporánea que aborda con ironía y humor negro temas populares que van desde la política, hasta los fenómenos culturales más relevantes del momento. En la serie de Matt Groening lo más absurdo de nuestra existencia queda expuesto y de una forma u otra gracias a ella podemos entender las teorías de filósofos como Aristóteles, Camus y Kant, y es por esto que el doctor John Donaldson decidió impartir el curso “D´Oh! The Simpsons Introduce Philosophy”.

Pero, ¿qué fue lo que llevó a que al profesor de esta institución decidiera impartir un tema de filosofía relacionado con la serie en Glasgow? El profesor Donaldson está convencido de que Los Simpson y Homero tienen una gran relevancia cultural y filosófica.Para él, Homero representa al típico hombre trabajador de la clase media americana y, de acuerdo a su testimonio en entrevista con la BBC, es un personaje complejo al que es difícil no querer.

El curso se impartirá del 14 al 21 de enero y  busca, de acuerdo a la página de la universidad, expandir las habilidades críticas y filosóficas de los alumnos mientras exploran algunas de las ideas más relevantes de la filosofía a través de la popular serie.

Entre ellas se abordará el comportamiento del personaje respecto a temas como la moral, ética y religión y tomará momentos de la serie para explicar cuestiones filosóficas. El objetivo es examinar la teoría clásica de Aristóteles sobre los hombres virtuosos y la ética, y compararlos con los comportamientos y actitudes de Homero Simpson. Así, los futuros filósofos debatirán si el personaje es o no un hombre virtuoso.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/universidad-de-glasgow-dara-una-clase-sobre-homero-simpson/506654

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Educación mercantilista y género

Por: Carmen Rodríguez y Marina Melgarejo 

Es indudable que en la segunda mitad del s. XX se han producido cambios en la concepción de la igualdad y de los roles de género, lo que ha repercutido en la vida de muchas mujeres, pero estos cambios no han revertido el orden patriarcal e, incluso, han surgido nuevas fórmulas para retroceder en los logros conseguidos.

Las políticas neoliberales, competitivas y dirigidas al éxito, han hecho que las libertades individuales dominen sobre los valores democráticos, desplazando la igualdad. Nos hacen creer libres en cuanto a nuestras elecciones y con plena disposición de un futuro que en realidad se verá limitado por las condiciones en las que nacemos y crecemos, quiénes somos y qué tenemos.

Estas ideologías liberales hacen de la educación un medio para competir por trabajo, estatus y dinero y no un fin en sí misma, haciéndonos títeres del modelo consumista existente. En este marco las chicas y adolescentes vivirán una situación de mayor debilidad que antes, porque nacen en una supuesta igualdad conseguida, que no deja de ser un sexismo consentido, supuestamente elegido.

Mientras en épocas anteriores se justificaban las desigualdades sexuales existentes, ahora son las políticas de ajustes estructurales y los recortes del estado de bienestar, bajo el paraguas de la eficacia económica, las que crean nuevas desigualdades al desmantelar las políticas sociales que protegían a las personas más vulnerables.

La despolitización de los derechos sociales que son comunes a las mujeres, los convierte en problemas individuales y de libertad de elección; así la violencia de género es vista como un problema individual, de un cónyuge abusador, sin relación con la estructura patriarcal, la dependencia o las relaciones de poder. La prostitución, los vientres de alquiler y la discriminación sexual son problemas de elección particular y los cuerpos de las mujeres mercancías para la utilización de los hombres.

La situación de las mujeres se ve doblemente perjudicada: por un lado, por la pérdida de derechos sociales y, por otro, por el sometimiento a situaciones de empleo precarias, sobre todo para las mujeres de países del sur, que tiene consecuencias para la pérdida de derechos ya conseguidos, retrocediendo la igualdad.

La interdependencia mundial hace que lo que actúa sobre las mujeres de un lado del mundo afecte a las del otro. En primer lugar, los flujos migratorios de mujeres, el turismo sexual y el tráfico internacional de mujeres muestran cómo la estructura patriarcal se ve reforzada. En segundo lugar, la precarización de los empleos hace que las mujeres se incorporen cada vez en mayor medida al mundo del trabajo, pero como trabajadoras secundarias; reciben los peores trabajos y pagarán el “impuesto reproductivo”, que hará que tengan que multiplicar sus esfuerzos e incorporarse de una manera discontinua y más servil.

En este marco globalizado, donde priman los intereses del mercado sobre los derechos sociales, la educación colabora en el mantenimiento del sistema, por su intervención o por la ausencia de esta. Destacamos cuatro aspectos de la educación mercantilizada que perjudican especialmente a unas relaciones igualitarias entre los sexos.

La desvalorización de la vida íntima

Nos imponen una educación dirigida al mundo del trabajo y a competir, que ignora la vida íntima, las emociones, el cuidado y el bienestar común. Las mujeres siguen ocupándose mayoritariamente de la vida de los demás, quedando sin tiempo personal o para el compromiso político y social.

Hemos pasado en muy poco tiempo de una escuela de masas caracterizada por el pensamiento único que en vez de crear personas críticas forma a sumisos al sistema, a la deriva mercantilista y privatizadora de nuevas políticas educativas que solo buscan el éxito profesional y se caracterizan por la competitividad.

Este modelo excluye la vida con y para los demás porque fortalece la competitividad y la mentalidad práctica y egoísta que nos convertirá en sujetos devoradores del resto. La privatización de los centros y el modelo que persigue, que se limita a evaluar la capacidad memorística, segregando entre peores y mejores alumnos, no atiende a las diferencias, no enseña a convivir y se aleja de un modelo educativo personal que considere las necesidades del alumnado y esté vinculado al afecto, las emociones, el pensamiento y la creatividad.

El hecho de que las funciones de cuidado y atención no sean compartidas por los varones, ni valoradas en la escuela y socialmente, supone una pérdida para el bienestar de toda la sociedad y para el estatus y estilo de vida de las mujeres.

La hiper-sexualidad como nueva liberación

En esta desvalorización de la vida íntima, en oposición al trabajo y al mercado capitalista, entra una nueva consideración del cuerpo de las mujeres exaltando la hiper-sexualidad como una nueva liberación.

Las adolescentes y jóvenes son las más expuestas porque los medios culturales y de comunicación, el consumo y la sociedad les reclama “gustar a toda costa”.

Los medios de comunicación construyen mujeres inseguras a partir de cánones de belleza imposibles, para que consuman productos y ropa que “resalte su belleza” y así puedan afianzar su autoestima. Así las jóvenes llevan ropa y exhiben fotos solo con la intención de gustar y someterse a lo que a ellos les gusta, excusándose en su libre elección y en un falso feminismo.

La escuela es ajena a esta nueva esclavitud, que está originando una alta violencia de género que empieza en la adolescencia.

Lejos del antiguo dominio del cuerpo de las mujeres con el recato y la posesión por parte de las parejas, esta hiper-sexualidad, de formas perfectas, no es más que una nueva dominación que vuelve a esclavizar el cuerpo de las mujeres y sus sentimientos. Se refuerza a su vez la objetivación de su propiedad individual para que sea responsabilidad de cada persona, mientras se invisibilizan los factores externos que condicionan las elecciones y la desigualdad.

El mito de la libertad de elección

La libertad de elección es un postulado neoliberal que plantea que se puede acceder a todo lo que se desea, sin existir barreras y sin estar determinados por la pertenencia a una clase social, etnia o género. Se considera que las elecciones no están condicionadas y que todas las personas tienen las mismas posibilidades de realizarlas.

La elección es otra opción ideológica de las políticas mercantilistas que perjudican a las chicas en su derecho a la educación fomentando la segregación por sexos. La enseñanza diferenciada por sexos está planteada por la LOMCE y por movimientos conservadores en todo el mundo representando una vuelta atrás en los derechos conseguidos en la educación de las niñas. La condición de matricular a una niña en un centro de estas características no da lugar a la libertad de elección, al menos para ella, ya que es educada de una forma diferenciada y posiblemente estereotipada.

En nuestro país se ampara en un Convenio de la UNESCO del año 1960, que se estableció para garantizar la escolarización de las niñas en aquellos países con legislaciones muy restrictivas con respecto a las libertades de las mujeres.

Aunque las razones utilizadas para reclamar una enseñanza diferenciada por sexos son los mejores rendimientos conseguidos por las chicas, el hecho es que son los colegios de ideología religiosa ultraconservadora, Opus Dei y Legionarios de Cristo Rey, los que mantienen las diferencias entre sexos defendidas por la ideología de la Iglesia Católica y amparadas en que hombres y mujeres se eduquen separados porque tienen destinos diferentes.

El conocimiento escolar

No es nuevo el análisis de los contenidos escolares en su contribución al mantenimiento del sexismo, aunque ahora adquiere una nueva dimensión en una educación dirigida a la formación individual y competitiva para el mundo laboral. Los usos, las costumbres y lo esperado de forma estereotipada adquiere carta de naturaleza cuando los libros de texto lo convierten en el conocimiento legítimo.

Actividades y atribuciones diferentes para mujeres y hombres, relaciones afectivas caracterizadas sexualmente, representaciones ante la vida que distinguen entre quien domina y quienes ocupan un papel complementario, pasivo e invisible; protagonismo masculino y mujeres ausentes. Todo ello reafirma la realidad presente de la que los textos solo dan cuenta en un modelo de conocimiento estático y nada transformador.

La fuerte concentración en el presente, la creencia en las certezas del conocimiento y la falta de de-construcción crítica del pasado, sirven de reclamo para teorías conservadoras. Renace de nuevo el determinismo biológico que considera los comportamientos de chicos y chicas como la consecuencia de su naturaleza diferenciada y no como la consecuencia de sus contextos y experiencias, y se convierte, por su propia esencia, en una teoría de límites para chicas y chicos. Argumentos que vienen a apoyar la existencia de escuelas segregadas porque el rendimiento es mayor en las chicas que en los chicos. La eficacia del sistema educativo se mide por el desempeño de unos objetivos disparatados, no por la formación ciudadana. Los estereotipos sexuales actúan hoy día de forma más potente que nunca porque se promociona el determinismo biológico como la línea de pensamiento más moderna y rompedora, sin tener en cuenta su larga historia anterior, múltiples veces desmentida.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/04/educacion-mercantilista-genero/

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España: Crean un nuevo centro educativo para alumnos con trastornos de conducta

Europa/España/26 Noviembre 2016/Fuente: La vanguardia

El Departamento de Enseñanza ha creado un nuevo Centro de Recursos Educativos para Alumnos con Trastornos del Desarrollo y la Conducta (CRETDIC).

Según ha explicado el departamento, este nuevo centro tiene como objetivo asesorar a los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógicos (EAP) y a los centros y los docentes, sobre las necesidades de los alumnos con trastornos del espectro autista, mentales, de desarrollo y conducta, de adaptación al entorno escolar, así como orientar a las familias en este proceso.

Se trata de un nuevo recurso, previsto en el decreto que prepara el departamento sobre la atención educativa al alumnado que requiere soporte para su desarrollo personal, social y curricular, dentro de un «sistema inclusivo».

En el CRETDIC trabajan psicólogos, especialistas en pedagogía terapéutica, audición y lenguaje y en orientación educativa, y da servicio a todo el territorio catalán a través de diez delegaciones.

Actualmente, a parte de este nuevo centro, existen otras instituciones como los centros de recursos para deficientes auditivos (CREDA) y para alumnos con problemas de visión (CREDV), con la colaboración de la ONCE.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20161124/412139146530/crean-un-nuevo-centro-educativo-para-alumnos-con-trastornos-de-conducta.html

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Los deberes como pretexto para reinventar la escuela

Por: Jaume Carbonell

El problema no es tanto si los hay o si no, sino el modelo de deberes que se imponen, así como el modelo de escuela y sociedad que los fomenta

¿Más o menos deberes? ¿Hay que prohibirlos como se hace en varios países y piden algunos colectivos? ¿Continúan hoy teniendo algún sentido? ¿De qué hablamos cuando hablamos de deberes? ¿Se entiende siempre lo mismo o ello depende de la concepción educativa, del modelo de escuela y de los modos de enseñar y aprender? En torno a estos y otros interrogantes discurre el libro Hartos de los deberes de nuestros hijos (Lectio, 2016). Su autor, Jaume Funes (Calatayud, 1947), es un reputado psicólogo, educador y periodista con muchas horas de vuelo observando, escuchando, conversando, acompañando e interviniendo cerca de la infancia y la adolescencia: en la calle y en las instituciones. Pocos como él han sabido meterse en la piel de los adolescentes para encontrar las razones de su desconexión de la escuela y, en consecuencia, de una de las rutinas más tediosas y discutidas como son los deberes.

Hay que agradecerle a Funes su prosa ágil y directa -trufada de vivencias de los diversos actores educativos- que no rehúye la precisión conceptual pero sí el academicismo. Su tesis queda perfectamente sintetizada en el último párrafo del libro: “Vale. Sí. Tienen que hacer ‘deberes’ si no son deberes, si la escuela que los pone es diferente, si no impiden jugar o salir, si son la continuación de un deseo de saber que ha nacido en la escuela, si estudian en casa y hacen los deberes en la escuela, si no tienen fichas, si pueden utilizar el móvil, si la escuela ha explicado a los padres lo que están aprendiendo, si…. Temo que pocos deberes de los que en la actualidad hacemos padres e hijos reúnen estas características”.

En efecto, el modelo dominante sigue siendo el tradicional de toda la vida. El autor lo ilustra con algunas secuencias extraídas de su experiencia de abuelo: “En la ficha de mi nieta había que diferenciar los diptongos. ¿A qué niño de 5º de Primaria le interesa qué diptongos son ascendentes y cuáles descendentes?”. Se trata de una prolongación o repetición de lo que se hace en la escuela, porque no ha habido tiempo de terminar las tareas académicas o porque se piensa que machacando una y otra vez el alumnado terminará aprendiendo más.  Nada más lejos de la realidad: los deberes no inciden en la mejora del rendimiento del alumnado como han señalado numerosos informes e investigaciones. Es más, con frecuencia, provocan aburrimiento, desmotivación, desconexión y rechazo escolar. Y, en efecto, los padres están hartos.

La escuela desfasada del siglo pasado alimenta algunas falsas creencias pedagógicas y sociales aún hoy muy arraigadas -pero también contestadas- como el que la imposición de deberes constituyen un sello de calidad del centro o que el aumento del horario escolar y la carga de trabajo en casa suponen una mejora de la enseñanza. La calidad no tiene que ver con la cantidad de horas, conocimientos y actividades que tienen lugar a lo largo de la jornada sino con el sentido y la relevancia que adquiere el aprendizaje. “La pregunta principal que los educadores y las educadoras se hacen hoy día no es lo que se enseña, sino cómo se enseña y, sobre todo, cómo aprenden los alumnos y alumnas”. Aunque también cabría añadir un matiz a modo de objeción a esta afirmación tan contundente: también adquiere relevancia lo qué se enseña, los contenidos que se seleccionan del currículo -porque los hay de básicos e imprescindibles y también abundan los prescindibles y manifiestamente inútiles- que, obviamente, nunca pueden deslindarse de las habilidades, competencias y valores.

Sostiene Funes, por otro lado, que los deberes son una importante fuente de desigualdad, como lo son las actividades extraescolares porque, a diferencia de la escuela, ni la ayuda familiar está siempre garantizada ni la oferta de educación no formal es accesible a toda la infancia y adolescencia. La clase social, el nivel adquisitivo y el capital cultural son condicionantes que lo dificultan tal como han mostrado numerosos estudios. Todo el mundo disfruta hoy en España del derecho a la escolarización pero no necesariamente del derecho a la plena educación: porque el aprendizaje y la formación se adquiere cada día más fuera de la escuela, en los ámbitos familiar y comunitario, y en Internet y las redes sociales. Y en estos escenarios las oportunidades educativas son muy desiguales. Ésta es sin duda una de las grandes asignaturas pendientes de presente-futuro: transitar de la inclusión escolar a la inclusión cultural y social.

Cabe subrayar que en esta obra no se mencione nunca el término prohibición al referirse a los deberes, ya que el relato trasciende la simple dicotomía para adentrarse en la complejidad de unas escuelas en construcción que se van reinventando cada día de manera reflexiva y colectiva, contando con las miradas y complicidades de todos los agentes educativos. Por eso se apuesta por hacer las cosas de otra manera y preparar lo que aprenderemos mañana: “Los deberes pueden llegar a servir cuando provienen de acuerdos de los equipos educativos para que el alumnado lea, investigue y comparta, tratando que su experiencia en casa sirva para que sus aprendizajes de clase pasen a ser más significativos”. Pero se añade una precisión que figura ya en el subtítulo de la obra: “Queremos ayudarlos a aprender”, que no a hacer los deberes al uso convencional. Ahí está la clave.

¿Qué pueden hacer en concreto los padres y madres? En primer lugar, observar, escuchar e interesarse por lo que sus hijos hacen en la escuela, estar en contacto con el profesorado, participar en diversas actividades del centro para estrechar la relación familia-escuela, interesarse por el proyecto educativo y por estas otras formas de aprender que se basan, sobre todo, en provocar el interés y la curiosidad hacia el conocimiento. Algo que se logra cuando este se acerca a la realidad cotidiana y conecta con las experiencias vitales de una infancia y adolescencia que sabe apreciar el valor y la utilidad -que no el mero utilitarismo- de un aprendizaje con sentido que, al propio tiempo, les hace más competentes y más felices. Dos propósitos que en las escuelas innovadoras forman una pareja indisociable. Como lo son el juego y el aprendizaje ¡Cuánto saber puede llegar a proporcionar el juego!

Y la de cosas que pueden aprenderse en casa y con la familia: con los cuentos y otros relatos, con las visitas a la biblioteca, con documentales y series televisivas compartidas, con los videojuegos y las redes sociales, con las preguntas y consultas en torno a un proyecto de trabajo, en la cocina, en el camino a la escuela o en el paseo por el campo y la ciudad. Porque cualquier edificio, cualquier paisaje, conforman un amplio y rico contenedor de palabras, números, imágenes, conceptos, pensamientos, dilemas, conflictos, sentimientos, fantasías e historias. Todo escenario y ocasión es propicia para desarrollar habilidades básicas como la comparación, el cálculo, el razonamiento, la comprensión o la creatividad. Aunque ello requiere, obviamente, tiempo y disponibilidad para ejercer relajadamente de madres y padres, algo que no lo favorece actualmente la complicada conciliación laboral y familiar.

Por último, o quizás en primer lugar, este sabio psicólogo no se olvida de algo esencial: que la condición de alumno debe ejercerse solo en la institución escolar, y no prolongarse fuera de sus muros y más allá del tiempo lectivo. Y de que la escolaridad, mediante los deberes, actividades extraescolares y otras rutinas abusivas y a menudo perversas, no pueden colonizar la infancia y la adolescencia. El derecho a la educación ha de compaginarse con el derecho al ocio, al juego y a la felicidad. Sus vidas no pueden imitar la de sus progenitores con agendas repletas de tareas y actividades que les roban tiempo de juego y, simplemente, de no hacer nada. Porque también tienen derecho al aburrimiento. Es evidente que la presión y el estrés son malas compañías para cualquier ser humano. Pero para los menores es un suplicio mayor que debe evitarse a toda costa. Para ello, sostiene Jaume Funes, hay que ir más allá del sí o el no a los deberes y otear un horizonte más complejo y sistémico.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/07/los-deberes-pretexto-reinventar-la-escuela/

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UE pide ayuda para ofrecer educación a niños vulnerables

Europa/Unión Europea/26 Noviembre 2016/Fuente: Excelsior

En un evento en el que participarán organizaciones humanitarias, líderes políticos e instituciones internacionales, se buscarán oportunidades para los menores afectados por situaciones de crisis

UE pide ayuda para ofrecer educación a niños vulnerables

La Unión Europea (UE) organizará el próximo 30 de noviembre un foro internacional destinado a recaudar apoyo para la oferta de educación de calidad para niños afectados por situaciones de crisis.

El evento, presidido por el comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, reunirá en Bruselas a representantes de organizaciones humanitarias, líderes políticos e instituciones internacionales.

Entre los participantes destacan Gordon Brown, el exprimer ministro de Reino Unido, quien actúa como enviado especial de Naciones Unidas (ONU) para la educación, y el ministro turco de Asuntos Europeos, Ömer Çelik.

La UE anunció este año un aumento en la ayuda destinada a proyectos de educación para niños en situaciones de emergencia, que sumará un total de 52 millones de euros.

El monto supone el 4.0 por ciento del presupuesto europeo para ayuda humanitaria y beneficiará más de 2.3 millones de menores en 42 países.

La educación en situación de emergencia es una prioridad de la respuesta humanitaria de la UE”, afirmó Stylianides.

Debemos ayudar los niños vulnerables a tener mejor acceso a la educación. Otros actores en la comunidad internacional pueden ejercer un papel importante y ese Foro de Educación creará oportunidades para ello”, destacó a través de un comunicado.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/global/2016/11/24/1130139

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Las desigualdades en el sistema escolar francés. ¿qué falla en el modelo?

Europa/Francia/26 Noviembre 2016/Fuente: Euronews

En la escuela de secundaria Jean Moulin de Marsella, las manos se alzan, los alumnos preguntan, estudian, también hay disciplina y respeto.

El centro está situado en uno de los barrios más desfavorecidos y problemáticos de la ciudad francesa. Hay muchos estudiantes becados cuyos padres ganan menos de mil euros al mes. El centro forma parte de una REP red de educación prioritaria.

Arnaud Sallaberry profesor en este centro afirma que están “un poco por debajo del número de alumnos que un colegio normal en donde hay clases de 27, 28, 29, 30 alumnos. Aquí hay 24 por aula. Es más confortable. Y además hemos puesto en marcha clases de apoyo escolar. Los alumnos se reparten en “grupos por niveles”. Con dos clases, creamos tres”.

El sistema de educación prioritaria se introdujo en Francia en 1982 para ayudar a las escuelas de las zonas más desfavorecidas, y hace un año se aplicó una reforma. El 19’8 % de los alumnos de primaria y el 20’5 % de los estudiantes de secundaria franceses acuden a centros de la red de educación prioritaria.

Dominique Dupperay ha dirigido un centro de primaria durante cinco años. Para él el cambio ha sido espectacular. “Antes de la reforma sólo el 40% de los alumnos aprobaban el examen y a penas la mitad iban al instituto. Ahora hemos tenido años buenos con cerca del 70% de aprobados y un 100% de alumnos que optan por la secundaria general o por la formación profesional. El hecho de haber contado con más medios en la enseñanza prioritaria, unido a la implicación y a la reflexión de los equipos pedagógicos sobre metodologías más innovadoras, nos han permitido mejorar la trayectoria escolar del alumnado”, asegura.

Pero cabe preguntarse si este centro es la excepción que confirma la regla en el sistema educativo francés. Sobretodo teniendo en cuenta que Francia encabezó en 2013 la lista de la OCDE de países en los que las desigualdes son más flagrantes, y otro informe reciente del CNESCO lo confirma.

Hay más de nueve mil establecimientos de primaria y secundaria calificados como centros de educación prioritaria en Francia. Uno de cada cinco alumnos va a ellos.

En Bobigny, en el extrarradio de París, nos han denegado todas las peticiones para filmar en escuelas prioritarias. La razón oficial: están inundados de demandas desde que se publicó el informe.

Véronique Decker ha trabajado en Bobigny durante treinta años. Y aunque su escuela primaria, el colegio Marie Curie está en una red de educación prioritaria, dice que el montante que ha recibido es mínimo.

Los estudiantes y sus familias, la gran mayoría emigrantes, viven en viviendas sociales. A ella no le extraña que Francia encabece ese ranking. Decker asegura que
“no hay igualdad entre las escuelas públicas y las privadas. La escuela privada percibe dinero de los padres, escoge a sus alumnos, mientras que nosotros no recibimos fondos de los padres – de lo cual me alegro – ni podemos escoger a nuestros alumnos – de lo cual también me alegro – pero el caso es que no hay igualdad entre la pública y la privada. No hay igualdad tampoco entre las diferentes escuelas públicas; ya que el Estado francés acepta que en su territorio existan barriadas relegadas, en las que las escuelas de esos barrios son percibidas como escuelas de un gueto”.

Laurence Blin clama justicia para sus hijos. El mayor va a un centro de educación prioritaria en Bobigny, pero lo de prioritaria, ella no lo tiene tan claro. Las horas lectivas se han reducido en un 25 %, el dinero prometido para contratar y formar al profesorado no ha llegado, a persar de que el año pasado llegaron cincuenta alumnos más. Laurence y un grupo de padres han redactado una queja formal. Estiman que sus hijos son víctimas de desigualgad, algo contrario a los códigos educativos escritos en la constitución gala. Para Laurence Blin “es un problema enorme. No se remplaza a los profesores. Mi hijo está en sexto de primaria, y durante todo un trimestre han estado sin profesor de inglés. En quinto, igual, se quedaron sin profesor de historia y geografía durante tres meses y estuvieron dos trimestres sin profesor de artes plásticas. En cuarto, el primer mes no tuvieron profesor de ciencias. Es dantesco. ¿Cómo se puede pretender que luego en el instituto estos alumnos tengan el mismo nivel que los alumnos que han tenido profesores durante todo el año?”, dice.

Pero entonces ¿qué es lo que ha fallado en el sistema educativo francés? Nathalie Mons del CNESCO, el consejo nacional francés encargado de evaluar el sistema escolar, admite que los resultados son limitados. “Hace treinta años que Francia ha puesto en marcha políticas escolares que son muy similares y que no han tenido efectos significativos en la lucha contra las desigualdades sociales en la escuela. Por ejemplo, desde principios de los ochenta estamos aplicando una política de educación prioritaria que no ha podido reflejar resultados positivos. Es evidente que es muy importante dar más recursos pedagógicos a los centros con dificultades. Es necesario; pero nos hemos dado cuenta de que los recursos extraordinarios que se dieron tenían muy poca relación con el aprendizaje”, comenta.

En Marsella los estudiantes que se diplomaron el año pasado, tienen cita para recuperar sus certificados escolares. Los resultados de este centro están mejorando y desde las instituciones se espera que ésta sea la tónica en otros establecimientos de educación prioritaria.

Según Dominique Duperray, director del centro de secundaria Jean Moulin “en Francia, la escuela no cumple la función de trampolín social y debería serlo. Hay que restaurar la confianza en la escuela, como reclaman las familias y los alumnos.”

Fuente: http://es.euronews.com/2016/11/25/las-desigualdades-en-el-sistema-escolar-frances-que-falla-en-el-modelo

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