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La memoria histórica, ausente en el nuevo currículo escolar: otra anomalía democrática española

Por: Enrique Javier Díez Gutiérrez/Isabel Alonso Dávila

Un grupo de profesores defiende en este artículo la necesidad de que en los desarrollos de la nueva ley educativa “se garantice el conocimiento veraz de la represión franquista y la lucha antifranquista”

El Manifiesto por una verdadera inclusión de la memoria histórica democrática en el currículum escolar lleva recogidas más de 33.000 firmas. En este manifiesto pedimos a la ministra de Educación, Pilar Alegría, que la enseñanza de la historia deje atrás el relato equidistante de “los dos bandos” y garantice el conocimiento veraz de la represión franquista y la lucha antifranquista. Es crucial en este momento de trámite parlamentario de la Proposición de Ley de Memoria Democrática en el Congreso y de concreción de las enseñanzas mínimas del currículum con la nueva ley de educación (LOMLOE).

Hace tiempo que se lo enviamos a la ministra de Educación para evitar que sucediera lo que ha ocurrido con las leyes de memoria histórica de las comunidades autónomas que establecían la obligación de introducir estos contenidos en los libros de texto y el currículum escolar. Pero lo cierto es que, en muchas de ellas, no ha pasado realmente de las intenciones o las declaraciones y en otras se han cercenado radicalmente las tímidas iniciativas que empezaban a ponerse en marcha con el crecimiento de la extrema derecha y su llegada a las instituciones parlamentarias.

Los documentos ministeriales sobre los reales decretos de enseñanzas mínimas de la LOMLOE que vamos conociendo nos hacen temer que, una vez más, la memoria histórica democrática quedará ausente del nuevo currículo. Pensábamos que esta anomalía democrática española se corregiría. Pero no parece que vaya a ser así. Esta situación es de enorme gravedad y más si tenemos en cuenta que el estudio de la historia en la escuela es el único momento de las vidas de buena parte de la población en que tienen contacto directo con la historia académica.

En otros países no pasa lo que lleva sucediendo tanto tiempo en España. De hecho, hasta la ONU, en 2014, emitió un informe que cuestionaba la aplicación de la Ley de Memoria Histórica[aprobada en 2007]. Y en 2020, en el nuevo informe de la ONU sobre derechos humanos en España, insistía en pedir progresos en esta materia y reiteraba la necesidad de avanzar en el derecho a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

En el actual borrador del real decreto de Educación Secundaria Obligatoria solo aparece explícitamente el “Holocausto judío”. En las 375 páginas del borrador nada se plantea sobre el “holocausto español”, según la terminología acuñada por el historiador Paul Preston, ni sobre la lucha democrática antifranquista. Es decir, se obvia la memoria histórica democrática de la nueva Educación Secundaria Obligatoria.

En el de Bachillerato, que sigue manteniendo la anomalía de separar la Historia de España de la Historia del Mundo —separación inédita en los cursos equivalentes en los países de nuestro entorno—, dentro de los “saberes básicos” se habla de La Guerra Civil y el Franquismo con términos que parecen blanquear la dictadura: “aproximación a la historiografía sobre el conflicto y al marco conceptual de los sistemas totalitarios y autoritarios”. Términos, estos últimos, que plasman los usados en el polémico Diccionario Biográfico Español y por el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), para definir la represión franquista: un régimen autoritario. Reduciendo además la memoria democrática a una genérica e inespecífica frase: “reconocimiento de las acciones y movimientos en favor de la libertad en la historia contemporánea de España”. También sitúa en “saberes básicos” relacionados con el compromiso cívico la memoria democrática como “reconocimiento, reparación y dignificación a las víctimas de la violencia”, utilizando el término violencia de forma genérica, donde se pueden incluir desde víctimas de la dictadura franquista a las víctimas del terrorismo o de la violencia de género.

No es de extrañar por eso que las investigaciones concluyan que la memoria histórica de aquel período permanece invisibilizada y ocultada en el currículum. Y, al parecer, así seguirá siendo. Si en las enseñanzas mínimas, en el currículo básico establecido en los reales decretos del Ministerio de Educación (para primaria, secundaria y bachillerato) está ausente y se prevé invisibilizarla aún más, esto implica además que siga desaparecida también en los libros de texto escolares, que son los que en la mayor parte de las ocasiones establecen en la práctica los contenidos docentes que se imparten y se desarrollan en las aulas.

Además, la organización de la asignatura de Historia en Bachillerato es otra de las anomalías españolas, respecto a cómo se hace en los países de nuestro entorno. Aquí se separa la Historia de España de la Historia del Mundo Contemporáneo como si no estuvieran profundamente interrelacionadas. A esto se suma que, al establecer unos contenidos que van desde la Antigüedad hasta el tiempo presente (otra anomalía española injustificable en este nivel), temas como la II República y la dictadura quedan relegados al final del programa y, con la presión que supone la preparación para la prueba de acceso a la universidad, se quedan sin el tiempo necesario para abordarlos con la profundidad imprescindible.

Esto es lo que nos ha llevado a promover este Manifiesto por una verdadera inclusión de la memoria histórica democrática en el currículum escolar. Ha sido apoyado también por más de 70 asociaciones memorialistas, colectivos docentes, sindicatos y partidos políticos y encabezado por expertos y expertas de reconocido prestigio como Paul Preston (Universidad de Reading), Julián Casanova (Universidad de Zaragoza), Mirta Núñez Díaz Balart (Universidad Complutense de Madrid), Angel Viñas (Historiador y diplomático), Ángeles Egido León (UNED), Francisco Erice Sebares (Universidad de Oviedo), Matilde Eiroa San Francisco (Universidad Carlos III de Madrid) y Alberto Reig Tapia (Universidad Rovira i Virgili de Tarragona), entre otros muchos.

La ministra nos convocó a una reunión para hablar del manifiesto a mediados de noviembre, pero solo nos recibieron técnicas del departamento. Por eso, entregaremos próximamente las firmas recogidas y esperamos que la ministra de Educación concrete en breve un encuentro para analizar cómo incluir de forma efectiva la memoria histórica democrática en los nuevos decretos del currículo que su ministerio está diseñando. Y establecer que en la formación de todo el profesorado (y no solo de los especialistas en Historia) se incluyan estos temas, para que desde toda la comunidad educativa y sus profesionales se impulse el derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. En suma, para prevenir la reaparición del fascismo.

En definitiva, lo que pretendemos es evitar la tragedia de la desmemoria actual. Porque si un solo alumno o una alumna acaba el período de educación obligatoria sin conocer esto, es una tragedia en pleno siglo XXI. Es que algo estamos haciendo mal en el sistema educativo. El olvido de la memoria histórica en la escuela ha supuesto que las generaciones que han llegado todos estos años a su etapa adulta carezcan de una formación sólida sobre lo que supuso la dictadura franquista y la lucha antifranquista que se mantuvo frente a ella.

Como advierten los historiadores, “la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado”. No se puede construir un futuro con un pasado basado en la impunidad. Las víctimas de la dictadura sufren una doble violencia: la de sus verdugos y la de borrarlos de la memoria colectiva. Las nuevas generaciones necesitan conocer y comprender su pasado, la historia de su comunidad social, porque tienen derecho a la verdad. La memoria histórica es la recuperación de la verdad desde la memoria herida de las víctimas y los valores que defendió la resistencia antifranquista y que dieron lugar a los derechos sociales y las libertades que hoy tenemos.

https://elpais.com/educacion/2021-12-04/la-memoria-historica-ausente-en-el-nuevo-curriculo-escolar-otra-anomalia-democratica-espanola.html

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España: ANELE contra la desaparición de los libros de texto anunciada en Castilla-La Mancha

ANELE contra la desaparición de los libros de texto anunciada en Castilla-La Mancha

Sorpresa por el anuncio de una medida para la que no se ha contado “con ninguno de los sectores implicados dentro de la Comunidad Educativa.” Esta es la respuesta de ANELE, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza, por boca de su presidente, José Moyano, al anuncio hecho por Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha de que su gobierno se plantea como objetivo eliminar los libros de texto en sus centros educativos para el año 2025, dentro de su estrategia de digitalización.

García Page también anunciaba el compromiso de que, igualmente para esa fecha, el 100% de la región esté conectada digitalmente y desaparezca el papel en la administración pública. «Todos los trámites se harán de forma digitalizada«, explicaba García-Page, que anunciaba «un periodo de adaptación» para ayudar a las personas que tengan dificultades para llevarlo a la práctica. El presidente castellanomanchego no entró en más detalles sobre esa anunciada desaparición de los libros de texto, asegurando que las cosas «están cambiando muy deprisa».

«Sin contar con los sectores de la Comunidad Educativa»

José Moyano, en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO, ha subrayado precisamente esa falta de detalles, asegurando que “a la espera de conocer más en profundidad en qué consiste la medida anunciada por el presidente de Castilla-La Mancha, debemos señalar nuestra sorpresa ante esta. Se plantea la adopción de una medida – ha añadido – sin contar con ninguno de los sectores implicados dentro de la Comunidad Educativa. Eso, a pesar de que mantenemos un contacto habitual con la Consejería.”

Moyano también ha subrayado el esfuerzo de modernización que desde hace tiempo realiza “el sector editorial de contenidos educativos, que lleva muchos años trabajando en la nueva generación de libros de texto que supone un modelo híbrido, es decir tanto en papel como digital.”

Por último, ha cuestionado que la desaparición total de los libros en papel, sea buena para los estudiantes. “Creemos que hay suficiente evidencia científica que muestra que apostar por una educación en diferentes soportes enriquece el proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que – ha concluido – privar del acceso a contenidos en alguno de ellos puede no contribuir a la calidad de la enseñanza del alumnado.”

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/anele-contra-la-desaparicion-de-los-libros-de-texto-anunciada-en-castilla-la-mancha/

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La educación a distancia, motor de la enseñanza superior privada en 2020

La educación a distancia, motor de la enseñanza superior privada en 2020

Las universidades privadas sintieron el impacto de la pandemia de COVID-19, tal vez en menor medida de lo que muchos analistas habrían esperado. Esa es una de las conclusiones del Observatorio Sectorial DBK de INFORMA, según el cual las universidades privadas y escuelas de negocios alcanzaron un volumen de negocio de 2.715 millones de euros en 2020, lo que supone un aumento del 3,4% respecto a 2019.

Este crecimiento se apoyó en el incremento de la demanda y particularmente, en el ámbito de las universidades no presenciales. Estas alcanzaron unos ingresos de unos 370 millones de euros con un robusto crecimiento del +15,9%. Incluso las universidades presenciales aumentaron su facturación un 5,2%, llegando a un total de 1.580 millones de euros. Son las universidades privadas las que de llevan la parte más importante del pastel de la enseñanza superior, con un 72% de este mercado – por un 28 de las escuelas de negocios – y unos ingresos de 1.955 millones de euros, un 7,1% más que en el ejercicio precedente.

Las escuelas de negocios, penalizadas por el COVID el curso pasado

Por el contrario, los ingresos de las escuelas de negocios cayeron un 5% en 2020, hasta una cifra de 760 millones de euros. El negativo comportamiento de la demanda empresarial y la disminución del alumnado internacional por las restricciones a la movilidad ocasionadas por el COVID, penalizaron a este sector.

Si nos fijamos en el número de alumnos, las universidades privadas han mantenido el crecimiento del porcentaje sobre el total del alumnado universitario. El pasado curso alcanzaron una cifra del 21,4%. El número total de matriculados en grados y másteres universitarios en universidades privadas se situó en unos 340.000 alumnos en el curso 2020/2021, incrementándose un 8% con respecto al curso anterior.

Mejora de las expectativas para el curso 2021 – 2022

Para el curso que acaba de comenzar, la situación parece más optimista. La progresiva recuperación de la capacidad de gasto de las familias y de la inversión empresarial tras la crisis, y la recuperación de la matriculación de alumnado extranjero, están permitiendo fortalecer la demanda. Se espera que los ingresos totales del sector puedan crecer en torno a un 4% en el conjunto de 2021, hasta los 2.800 millones de euros.

Tampoco la pandemia ha frenado nuevos proyectos universitarios. A comienzos de curso, en octubre de 2021 había un total de 36 universidades privadas reconocidas por ley y con actividad docente, lo que supone tres más que un año antes. Por lo que se refiere a las escuelas de negocio, a esa fecha había cerca de un centenar con una actividad significativa. En este sector hay una alta concentración de facturación en las escuelas más importantes. Las cinco primeras concentraron el 27% del valor total del mercado en 2020, mientras que las diez primeras acumulaban prácticamente la mitad del negocio, con un 46%.

Este estudio ha sido elaborado por INFORMA D&B, filial de CESCE que se presenta como la compañía líder en el suministro de Información Comercial, Financiera, Sectorial y de Marketing en España y Portugal.

 

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/la-educacion-a-distancia-motor-de-la-ensenanza-superior-privada-en-2020/

 

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España: El Gobierno financiará escuelas privadas de 0 a 3 años tras haber prometido fondos sólo para la pública

La presión de varias CCAA permitirá que los 660 millones de Bruselas para crear escuelas puedan emplearse en concertadas y cheques educativos.

Pedro Sánchez anunció el 13 de noviembre una ayuda de 660 millones de euros para crear plazas públicas de educación infantil de 0 a 3 años. El proyecto lo había liderado la exministra Isabel Celaá y tenía como fin crear nuevas plazas en escuelas públicas. Ahora, y por presión de varias Comunidades Autónomas, la ministra de Educación, Pilar Alegría, se ve obligado a dar marcha atrás y abre la puerta a que estos fondos, provenientes de la UE, se destinen a la privada.

El departamento de Alegría ha tenido que rectificar después de que los gobiernos de varias Comunidades Autónomas aseguraran que iban a rechazar la partida si no se les permitía «seguir con su modelo de educación de 0 a 3 años».

Fuentes de la Conferencia Sectorial de Educación han confirmado el cambio de posicionamiento del Ministerio después de que regiones como País Vasco, Cataluña o Madrid se posicionaran en contra. Andalucía y Castilla y León, que habían mostrado su desacuerdo, finalmente, se abstuvieron.

En un primer momento, Pilar Alegría tenía pactado con Bruselas que el plan de tres años sería el que sentaría las bases de la universalización del primer ciclo de educación infantil. O lo que es lo mismo, que los alumnos de 0 a 3 años de España pudieran tener esta formación de forma gratuita siempre en plazas públicas.

Ahora se ha dado un giro y, aunque durante el primer año sí se destinarán todas las partidas a crear plazas públicas, los siguientes años no ocurrirá así. Educación se ha comprometido con Andalucía a que estos fondos se usen para financiar servicios como el comedor o concertar plazas privadas. Regiones como Madrid apuestan por un cheque educativo.

Para los andaluces, el proyecto suponía trastocar completamente su modelo de 0 a 3 años que cuenta con la privada. Los centros de gestión no pública conciertan la mayoría de sus plazas mediante cheques ayuda. Algo similar a lo que hace Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

Última palabra de Bruselas

Las Comunidades ya estaban molestas con Educación porque aseguraban que los fondos se habían negociado con Bruselas sin la participación regional. Un «agravio», según los gobiernos de Cataluña y País Vasco.

Por su parte, la Comunidad de Madrid se ha mostrado en desacuerdo con el reparto de los fondos. A su juicio, Madrid tiene el 14,8% de los alumnos de España y «solo ha recibido el 10% «.» Mientras que otras comunidades autónomas con menos alumnos han recibido más dinero», añaden.

A su parecer, el reparto de los fondos discrimina a los centros. «Solicitamos que los fondos puedan destinarse indistintamente a plazas públicas, concertadas o a becas para las familias que deciden llevar a sus hijos a centros privados, para de esa manera respetar la libertad de enseñanza de nuestro texto constitucional», apuntan.

Finalmente, lo que Educación ha conseguido negociar con las Autonomías más díscolas es que puedan dedicar el dinero europeo a lo que «consideren» siempre que sea dentro de la etapa de 0 a 3 años. Esto atrasa el proyecto de Pedro Sánchez de universalizar esta formación.

Las Comunidades todavía no quieren decir cuáles son sus planes para estos fondos y la patronal también lo desconoce. Fuentes de la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE) agradecen el gesto de las Comunidades Autónomas, pero aseguran desconocer cómo se van a gestionar los fondos a partir del año que viene.

Entre las opciones que se barajan está el de convertir plazas privadas en públicas, concertarlas o dedicar los fondos a servicios como el comedor. La última palabra, confirman las Comunidades que sí están de acuerdo con Pilar Alegría«la tendrá Bruselas, que es quien pone los fondos».

Fuente: https://www.elespanol.com/espana/politica/20211204/gobierno-financiara-escuelas-privadas-prometido-fondos-publica/631937903_0.html

 

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España: «Ellos son más listos, pero ellas se esfuerzan más»: cómo influyen los sesgos de género en la educación

Por: Cristina Gómez/elespanol.com

Un estudio realizado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya refleja revela cómo persisten los estereotipos de género entre el profesorado de secundaria.

Los estereotipos de género todavía permanecen en las aulas y podrían influir en el rendimiento académico y las opciones de estudio del alumnado. Así lo ha revelado un estudio liderado por Milagros Sáinz Ibáñez, investigadora líder del grupo Género y TIC (GenTIC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Entre sus principales conclusiones, está que «de las alumnas se espera más esfuerzo, mejor rendimiento académico y un comportamiento más positivo», mientras que «con los alumnos se es más permisivo y se espera menos de ellos, lo que desanima a muchos a ser buenos académicamente».

Para llegar a estos resultados, Sáinz ha realizado 36 entrevistas a profesores de secundaria y las ha plasmado en el artículo Secondary School Teachers’ Views of Gender Differences in School Achievement and Study Choices in Spain, publicado en Sage Open. Un trabajo realizado junto a Sergi Fàbregues, también de GenTIC, y Jordi Solé, investigador líder del grupo Laboratorio de Educación Social, ambos profesores de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, así como con Sara García Cuesta, investigadora de la Universidad de La Laguna.

Según explicó Sáinz en la nota de prensa publicada por la UOC, el objetivo del trabajo es «constatar, de forma empírica, en qué medida una parte del profesorado de secundaria sigue teniendo actitudes sexistasrespecto a los logros académicos diferenciales entre hombres y mujeres y la elección de estudios».

Entre los resultados más destacados está cómo perciben los profesores la capacidad de los alumnos y las alumnas. Tal y como expone en el estudio, «cuando se habla de estudiantes excelentes (es decir, éxito académico), algunos profesores lo atribuyen a la mayor predisposición de las niñas al trabajo escolar. En este sentido, los maestros consideraban que las niñas eran muy responsables o ‘abejas ocupadas'». Esto significa, según los autores, que «el rendimiento académico de las niñas se atribuyó más al esfuerzo que a la inteligencia. Por el contrario, varios profesores reconocieron la tendencia habitual a asociar el buen rendimiento académico de los chicos con la inteligencia».

Además, tal y como indica la experta en declaraciones a la UOC, «algunos integrantes del profesorado consultado opinan también que el hecho de que las chicas maduren antes favorece su rendimiento, porque las hace ser más responsables y estar más atentas en clase».

Este estereotipo relacionado con la menor madurez de los chicos, provoca que los profesores tiendan a ser más permisivos con ellos, algo que también puede ser negativo para los alumnos, puesto que se espera menos de ellos. «Casi la mitad de los docentes cree que las niñas se adaptan mejor a la escuela durante los primeros años de la secundaria que sus contrapartes masculinas. Sorprendentemente, varios maestros justificaron la mala adaptación de los niños a las demandas del sistema educativo, diciendo que los niños tienden a ser más distraídos, irresponsables, inmaduros o carentes de disciplina escolar. Por lo tanto, para estos maestros, los niños estaban más predispuestos a las actitudes disruptivas hacia la escuela que las niñas», reza el estudio.

Elección de estudios

Pese a estas claras diferencias, el profesorado consultado en el estudio considera que con su docencia no influye en la brecha de género en la elección de estudios y la achacan a otros factores, como por ejemplo al papel de las familias (sus antecedentes socioeconómicos y culturales) o los medios de comunicación.

Sea como sea, estas diferencias tienen consecuencias en los resultados de los alumnos. Y es que ellos tienen mayor predisposición a abandonar la escuela antes de que sus homólogas femeninas. «En el año 2019, como ejemplo, el 21,4% de los chicos y el 13% de las chicas abandonaron sus estudios», explica Sáinz.

Por otra parte, persiste la brecha de género en la elección de estudios, sobre todo en aquellos relacionados con las profesiones tecnológicas y las humanidades. En 2019, de los primeros solo hubo un 27,41% alumnas, mientras que en los segundos solo 35,05% de los alumnos eran chicos. Por su parte, en las carreras de salud y ciencias sí que ha aumentado considerablemente la presencia de mujeres hasta el 74,29% y el 58,75 %, respectivamente.

https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20211130/listos-esfuerzan-influyen-sesgos-genero-educacion/630937776_0.html
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España: ¿Va a facilitar la LOMLOE el conocimiento y cuidado de la naturaleza?

¿Va a facilitar la LOMLOE el conocimiento y cuidado de la naturaleza?

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Uno de los objetivos explícitos que persigue la nueva ley educativa, la LOMLOE, es adecuar el currículo escolar al contexto de crisis ambiental que vivimos y apostar decididamente por una formación para la sostenibilidad. ¿Lo consigue realmente? En el informe El conocimiento y la defensa del medio natural en la LOMLOE intentamos responder a esa pregunta.

La principal conclusión a la que llegamos es que la propuesta educativa de la LOMLOE constituye una mejora significativa con respecto a la ley educativa anterior en cuanto a la perspectiva de cuidado y defensa de la naturaleza.

Uno de los elementos en los que se sustancia esta afirmación es que la ecodependencia (y la interdependencia), así como la valoración de la importancia de la biodiversidad se recogen en el currículo, tanto en primaria como en ESO. También se abordan el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los límites de recursos en nuestro planeta.

Un cambio significativo respecto a la LOMCE es que la ciudadanía organizada aparece en el currículo como un actor en el devenir colectivo. Esto, unido a un desarrollo de la empatía, el pensamiento crítico y holístico, la capacidad de desenvolverse en la incertidumbre o el desarrollo de la creatividad, ayudan a capacitar al alumnado como un agente social activo hacia la construcción de sociedades sostenibles.

Los contenidos vinculados con el desarrollo personal están presentes en el currículo. También aparecen recogidos contenidos que promueven una cultura del cuidado. A esta lista se podrían sumar los que tienen que ver con la justicia social y la democracia, ambos componentes indispensables de sociedades realmente sostenibles.

Pero los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas que analizamos en el estudio solo son un 50% del currículo. El resto tendrá que ser definido por parte de las comunidades autónomas y, en el caso que así lo decidan las administraciones autonómicas, también por los centros escolares. Por lo tanto, es pertinente nombrar los elementos en los que se podría mejorar el currículo en los desarrollos legislativos por venir.

Un primer aspecto es que, si bien se valora nuestra ecodependencia, esto no se realiza con la suficiente profundidad como para comprender la biosfera como un todo (se analiza solo de manera fragmentada), y tomar a la naturaleza como un modelo para organizar nuestro metabolismo económico. Esta falta de profundidad también aparece cuando se analizan los distintos aspectos de la crisis ambiental (climática, ecosistémica, material, energética), que no se enlazan con el modelo económico, entre sí y con la ecodependencia. De este modo, no se concluye que estamos viviendo una crisis civilizatoria, aspecto que no aparece en el currículo. Sin partir de un diagnóstico adecuado, que relacione la situación de emergencia planetaria y social con el actual modelo económico, no se pueden atisbar los cambios estructurales que necesitamos.

La toma de conciencia de la gravedad del problema debe llevar en paralelo propuestas e imaginarios deseables (a distintas escalas), que combatan la ecofatiga y alienten a formar parte activa de los procesos de cambio necesarios. Esto pasa por mostrar (y vivenciar), modelos de cómo vivir con menos materiales y energía, y maximizar la articulación comunitaria y la cooperación social. Todo ello es fundamental y no está suficientemente reflejado en la LOMLOE o, en algunos casos, no aparece.

La tecnología tiene un espacio importante en el currículo, especialmente en lo relativo al uso de aparatos digitales. Sin embargo, es importante aplicar el pensamiento crítico al desarrollo científico-tecnológico, sin negar el reconocimiento del valor positivo que han tenido en muchos aspectos de nuestra vida. Es necesario conocer la huella material, energética y social de la tecnología en todo su ciclo de vida (desde la extracción de las materias primas a la fase de residuo), con el fin de evaluar los impactos ecosociales que lleva asociada y reflexionar sobre su implantación en un futuro cercano de escasez de combustibles fósiles y minerales. Probablemente, este es el aspecto en el que la LOMLOE muestra una mayor carencia en su concreción en los criterios de evaluación y saberes básicos, pues es un elemento que aparece en los perfiles de salida, pero que después se pierde.

En términos generales, el currículo de primaria permite capacitar mejor al alumnado en el cuidado y defensa del medio natural que el de ESO, algo que no debería ser así y todavía se puede subsanar. En ESO, mientras las asignaturas de Geografía e Historia y Valores éticos y cívicos incorporan bastante bien la mirada sostenible, en Biología y Geología, y especialmente en Física y Química, esta dimensión está poco presente. En Valores éticos y cívicos, se llegan a abordar con mucho acierto y valentía temas como el decrecimiento, el ecofeminismo, la economía circular, los derechos de los animales, la soberanía alimentaria o las comunidades en transición.

Confiamos que las comunidades autónomas sepan realzar los avances que se han producido en las enseñanzas mínimas marcadas por la LOMLOE, al tiempo que cubrir las carencias. Nos va mucho en ello.

Fuente de la Información: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/29/va-a-facilitar-la-lomloe-el-conocimiento-y-cuidado-de-la-naturaleza/

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¿Qué es la brecha epistémica en educación?

Luis Bonilla-Molina

  1. Introducción

Estamos viviendo una coyuntura bisagra para el sostenimiento de las conquistas sociales en general y de manera particular del derecho a la educación. En tal sentido, y, como lo hemos venido señalado en otros textos, durante la cuarentena por la pandemia del covid-19 se produjo un asalto brutal al derecho a la educación, al no garantizar muchos Estados Nacionales las condiciones mínimas para desarrollar los procesos de enseñanza aprendizaje.  Autoridades educativas guardan silencio sobre la neo privatización que ocurrió durante el cierre de escuelas por cuarentena preventiva, en virtud que gobiernos, al mejor estilo del modelo de sociedad educadora neoliberal, transfirieron sus responsabilidades a las familias, estudiantes y docentes, teniendo estos últimos que asumir los costes de acceso a internet, compra de equipos de conexión, pago de plataformas, apropiación de la producción de contenidos digitales y el manejo virtual. Insistimos en ello, porque esta situación amenaza con sostenerse en el retorno a la presencialidad y más allá en la post pandemia, a partir del anunciado modelo educativo de presencialidad + virtualidad.

Con una dosis de cinismo sui generis, las autoridades educativas comienzan a hablar de su preocupación por el abandono escolar de los niños, niñas, adolescentes y estudiantes de educación universitaria. ¡¡¡No fueron los/alas alumnos/as quienes dejaron las escuelas, bachilleratos y universidades, sino los Estados quienes les abandonaron a su suerte durante la pandemia; sin equipos de computación y sin internet fueron empujados a la periferia de los sistemas escolares!!!

El atasco en el debate al respecto y la acción reflejo del avestruz que ha caracterizado a sectores del pensamiento alternativo y del propio magisterio, pareciera deberse a los problemas para comprender la orientación estratégica en materia educativa del capital, en la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial y su impacto en la agenda de los sistemas escolares. La vorágine de cambios y el giro de 180 grados causa desorientación y vértigo ante el peso de las rutinas y el performance escolar que vivimos en el último siglo.  Este atasco tiene sus orígenes en la brecha epistémica.

 

  1. ¿Qué es la brecha epistémica?

La brecha epistémica no es otra cosa que la in-compresión de la distancia existente entre lo que hacemos y lo que demanda la sociedad y el modo de producción. Se expresa en limitadas posibilidades para tomar conciencia crítica respecto a esta situación, fenómeno derivado de paradigmas, arquetipos, rutinas, narrativas e imaginarios que se corresponden a otro momento histórico, al pasado.

La brecha epistémica es más peligrosa que la brecha tecnológica, porque la segunda se subsana con la compra de equipos y tecnología, mientras que la primera demanda procesos de aprendizajes y razonamientos lógicos que permitan apropiarnos de las características del cambio. Salir del atasco requiere una didáctica contextualizada del cambio incesante, propia de una propuesta pedagógica emancipadora, liberadora contextualizada en el siglo XXI.

En la medida que la distancia existente entre lo que sucede y nuestra comprensión del fenómeno sea mayor, la tendencia defensiva es a negar el hecho y su permanencia. Asignándole a las evidencias estatus de fortuitas e irrepetibles. Por ejemplo, muchos docentes ven la virtualidad como un fenómeno coyuntural de la cuarentena por pandemia y se resisten a ver en ello una dinámica que se sostendrá en el tiempo con distintos grados de aplicación.

La brecha epistémica genera un caos cognitivo tremendo, al evidenciar los y las docentes numerosos signos de cambio en una coyuntura histórica como la actual y, sentirse desprovistos de las herramientas teóricas y experienciales para afrontar, comprender y actuar en lo nuevo.

Al no conseguir las claves para entender lo nuevo se corre el riesgo de forjarse un espíritu conservador, que se resiste a abrirse al aprendizaje para el cambio o, peor aún se corre el riesgo de creer que es suficiente con no hablar de ello para que la nueva realidad se disipe.

La brecha epistémica individual debería resolverse mediante el auxilio de la institucionalidad educativa, pero la actual brecha epistémica tiene dimensiones organizacionales, es decir abarca a los ministerios de educación y una parte importante de universidades y centros de formación permanente del profesorado.

La brecha epistémica es mucho más profunda que las crisis paradigmáticas descritas por Khun (1922-1996), porque en este caso, implica repensar el mundo en su totalidad y en la “comunidad educativa”, producto de la despedagogización, curricularización de las pedagogías y la pragmática neoliberal, no existe un cuerpo teórico, ontológico y de creencias compartidos ni consenso respecto a la aplicación de la teoría y los modelos de soluciones de problemas.

Los gobiernos neoliberales, acostumbrados a obedecer sin pensar mucho, parecieran no entender la orientación estratégica del capital y sus demandas educativas y, cada administración hace una reforma educativa de carácter nacional con pinceladas de lo que dice la OCDE BM o UNESCO, las cuales lejos de resolver los problemas que las generan terminan anarquizando aún más los sistemas educativos.

La apelación a lo “local” de las reformas educativas no es necesariamente el resultado de una valoración del desarrollo desigual y combinado del capitalismo que le impone roles diferenciados a los territorios, sino un tareismo de cambiar algunas cosas para dar la sensación de estar haciendo algo y dar muestras de lealtad al centro capitalista. Sin embargo, estas reformas educativas como parches que atacan síntomas, pero no los problemas, terminan siendo iniciativas sin teleología producto de la brecha epistémica.  El paradigma de la burocracia educativa, de subordinación de los sistemas educativos al modo de producción capitalista no resulta suficiente para entender la transición de lo educativo entre la tercera y cuarta revolución industrial. La brecha epistémica está haciendo disfuncional a las burocracias educativas para el funcionamiento del sistema mundo capitalista.

 

La estructura de la institucionalidad educativa es la propia de una maquina newtoniana; por ello surge la ilusión que el cambio de paradigmas es cuestión de reformas (partes, piezas de la máquina) curriculares, didácticas, evaluativas, o de creación de nuevos departamentos (piezas complementarias). Es una castración epistemológica que impide pensar -y mucho menos poner en marcha- la organización, carreras y dinámicas internas de manera radicalmente distinta a las rutinas y protocolos existentes. Esta limitación para pensar lo nuevo en sus expresiones organizacionales concretas suele interpretarse como desactualización. Pero los intentos de actualización se hacen aproximándose a la institucionalidad como si fuera una máquina y las propuestas de cambio terminan siendo ajustes o sustitución de las oxidadas piezas. Las recientes olas de reformas educativas y universitarias han sido eso, con resultados poco alentadores que terminan auspiciando el inmovilismo educativo y un espíritu pedagógico conservador.

La resistencia al cambio derivada de la brecha epistémica es evidencia de serias limitaciones para comprender el horizonte qué, para colmo, está en permanente movimiento. La respuesta reflejo resultante de la brecha epistémica, se asemeja a la solución cognitiva que se produce ante la fragmentación del vidrio delantero del auto que hace que terminemos viendo la realidad a través del retrovisor.

La brecha epistémica tiene dimensiones territoriales. No es lo mismo la brecha epistémica en el centro del sistema mundo capitalista que en sus periferias. Los(as) ciudadanas(os) del centro capitalista tienen posibilidades mayores de ver las manifestaciones concretas del horizonte de la brecha epistémica, allí donde los(as) habitantes de la periferia capitalista solo observan brumas difusas. Para un habitante de Múnich, Ámsterdam o París la virtualidad está más próxima a una cotidianidad donde el internet es accesible, la electrificación estable, el acceso a equipos de computación relativamente fácil, donde los vídeos juegos hacen parte del paisaje, mientras que en Ocosingo (México), Rubio (Venezuela) o Carcasí (Colombia) su aproximación más extendida es a través de los contenidos de las películas y noticieros de televisión por limitaciones de conectividad y equipos.

Es decir, la brecha epistémica tiene expresiones diferenciadas conforme al desarrollo desigual y combinado del capitalismo, sin embargo, como aprendimos como Wallerstein (1930-2019) el sistema mundo no deja un territorio inhabitado de sus dinámicas. Es decir, la aceleración de la innovación y la cuarta revolución industrial llegará a todos los rincones del planeta en el corto y mediano plazo, ya sea modificando tu realidad o excluyéndote.

Algo similar ocurre en los países respecto a la ciudad y el campo, las metrópolis y los territorios ancestrales. En América Latina el sector urbano concentra la mayor cantidad de posibilidades de acceso a servicios mientras en el mundo rural la precariedad se convierte en signo de identidad. No es lo mismo hablar de mundo digital en las capitales de los países que territorio adentro en el campo. La proximidad y las posibilidades de comprensión de los nuevos fenómenos de comunicación, educación, consumo, participación y sociabilidad es mayor en los centros urbanos que en las comunidades rurales. Eso puede generar la falsa percepción que lo nuevo no es propio del campo, sino que ese es un tema citadino.

La brecha epistémica puede generar la imaginaria esperanza que si desde la periferia capitalista nos convertimos en ostras encerradas en la concha nos haremos impermeables a la lógica del mercado en la cuarta revolución industrial. Pero la realidad es que la ostra sobrevive porque protege “lo suyo” dentro de la coraza, pero no pierde contacto con la realidad externa. Una falsa conducta de ostra reside en oponer saberes ancestrales y desarrollo científico-tecnológico, cuando de lo que se trata es de construir una dialéctica territorial que permita establecer las bondades y límites de uno y otro.

La brecha epistémica pretende ser presentada como una cuestión generacional. Es una especie de pulsión de fuga recubierta de narrativas esperanzadoras, basada en el supuesto que los y las más jóvenes hallarán las respuestas que le resultan esquivas a quienes nacieron antes de la década de los noventa del siglo veinte. Teóricos como Prensky con sus ideas sobre los nativos digitales y migrantes digitales alimentan esta ilusión que sedimenta la brecha epistémica. Como hemos señalado no es un tema de edades, sino de lectura freireana de la realidad a partir de precisar el impacto en el modo de producción capitalista, de los pliegues y giros que imponen las revoluciones industriales y como estos dobleces marcan una nueva agenda educativa. Si mayores y jóvenes no logran comprender el impacto de la tercera y cuarta revolución industrial en el sistema mundo capitalista y lo que ello implica para la educación y los sistemas escolares, la brecha epistémica se sostiene.

La brecha epistémica tiene una expresión concreta el campo popular, derivado de la precaria comprensión de la relación dialéctica entre el uso de tecnologías alternativas y la aceleración de la innovación científica-tecnológica. Lo alternativo no es ajeno al impacto de la aceleración exponencial de la innovación en sus imaginarios, narrativas y usos. Las tecnologías alternativas no son un petroglifo de un museo, sino que, mantienen una interacción simbólica entre pasado y presente, tradición e innovación. El inmovilismo de las tecnologías alternativas, la negación a interactuar con lo nuevo sin ceder con ello a su horizonte paradigmático, el no pensar críticamente la novedad valorando sus relaciones con la realidad y los contextos, evidencia la brecha epistémica. Tal vez a ello contribuya la inusitada velocidad de lo emergente, el creciente volumen de expresiones de lo radicalmente nuevo.

La brecha epistémica facilita la minería digital y el extractivismo de identidades humanas. En los últimos dos años hemos visto la inusitada penetración de dispositivos móviles en comunidades no solo urbanas, sino también rurales.  El uso ingenuo de estos equipos facilita el extractivismo de información personal y la minería de datos. La prospectiva de avatares en el mundo virtual se está construyendo a partir de esta minería, proceso que amenaza la identidad de poblaciones que se acercan a lo tecnológico con una brecha epistémica.

La brecha epistémica es estructuralmente más consolidada en varones que en mujeres, debido al papel reproductor del patriarcado en la sociedad capitalista. El patriarcado implica una aproximación conservadora respecto a las relaciones sociales, una de ellas con la ciencia y la tecnología emergente, sobre todo las innovaciones propias de la transición a la cuarta revolución industrial que desafía las rutinas y performance societal.  Por ello, mientras los varones se resisten al impacto de los nuevo desde la incredulidad y la sátira, las mujeres se aproximan a esta situación desde lo práctico, las posibilidades y su impacto en la vida cotidiana. Por ello, el feminismo es una posibilidad para resolver la brecha epistémica superando la tecnofobia y la tecnofilia.

La brecha epistémica posibilita nuevas expresiones de huella ecológica, pues no permite comprender el giro del modo de producción hacia nuevas fuentes energéticas, más allá del petróleo, gas y carbón. Esto permite la continuidad de la crisis ambiental con variantes no conocidas de impacto ecológico. La brecha epistémica limita las posibilidades de respuestas anticapitalistas a un modelo de sobreproducción de mercancías que quiere parecer ecológico al cambiar de fuentes energéticas, independientemente que las nuevas causen otros impactos ambientales.

La racialización de la brecha epistémica se muestra de manera más evidente en el sur global, donde las precarias situaciones materiales de vida hacen ver la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial como un tema ajeno. En contraste el blanco del norte imperialista se muestra como el civilizado capaz de comprender los desarrollos y el horizonte teleológico de la aceleración de la innovación.

Todas estas expresiones de la brecha epistémica facilitan el inicio con impunidad del reseteo mundial. A mediados de 2020 Schwab y Millaret presentaron las líneas maestras de este proceso en el libro Covid-19 el gran reinicio (2020) que sirvió de base para la reunión de Davos de 2021 que se convocó con el mismo lema. El giro dramático de la economía, modelo político y social, así como de la educación fue presentado con absoluta impunidad gracias a la brecha epistémica que impide vislumbrar el impacto profundo en la calidad d vida de la clase trabajadora y países de bajo ingreso, que acarreará esta iniciativa. Enfrentar el reseteo mundial pasa por resolver de manera colectiva la brecha epistémica, algo en lo cual el magisterio puede tener un especial protagonismo.

La brecha epistémica es mucho más dramática que la brecha del conocimiento. La segunda, se resuelve con procesos de aprendizaje ubicados en fuentes del saber, ya sean institucionales o populares. Mientras que la primera, implica desconstruir y crear una nueva epistemología de la sociedad que dé cuenta de las implicaciones de la transición de la tercera a la cuarta revolución industrial, en las comunidades, la educación y los sistemas escolares: tarea pendiente en el plano organizacional y comunitario.

En fin, la brecha epistémica constituye el problema central de las resistencias anticapitalistas en educación porque impide la construcción de alternativas epocales que construyamos respuestas cabalgando sobre una realidad tan dinámica como la actual y el contexto de la inusitada aceleración de la innovación científica y tecnológica.

 

  1. ¿Por qué surge la brecha epistémica en educación?

Los y las trabajadores(as) de la educación fuimos formados con el arquetipo de la sociedad capitalista de la primera y segunda revolución industrial. El sistema escolar conocido es una puesta en marcha de la estructura de ciclos de Comenio, de la lógica escolar gradual, donde todo marcha a semejanza de una máquina compuesta por partes, con dificultades que se incrementan según los patrones de edad y año escolar. La pedagogía fue fragmentada y cada una de sus partes autonomizada; el currículo pasó a ser el centro de lo educativo, las didácticas una feria de propuestas de dinámicas educativas muchas veces en conflicto con la evaluación o el modelo de gestión escolar.

Nos acostumbramos a pensar que la educación del sistema educativo era disciplinar, porque así lo requería el sistema mundo capitalista en las dos primeras revoluciones industriales; ante ello oponíamos la transdisciplinariedad como ruptura con el conocimiento estanco. Pero no nos enseñaron a ver el proceso de mutación del capitalismo como resultado de la tercera revolución industrial; no comprendimos que lo alternativo, la transdisciplinariedad se convertía en la tercera revolución industrial en requerimiento del modo de producción.

Tuvimos -y tenemos aún- dificultad para comprender el impacto de la aceleración de la innovación científico-tecnológica en la educación. En algún momento se borró de la agenda transformadora la conquista alcanzada después de muchas luchas respecto a la democratización del conocimiento científico, tecnológico y los saberes comunitarios como una de las tareas centrales de la escuela, bachillerato y universidad. Democratización del conocimiento que para el capital consistía en la habilitación de los egresados para ser parte del modo de producción conforme a los requerimientos de cada momento histórico, mientras que para el proletariado significaba la posibilidad que sus hijos e hijas pudieran apropiarse de la ciencia y el conocimiento que pretendía ser administrado a cuenta gotas por la burguesía. Esta pérdida de centralidad educativa de la democratización del conocimiento de punta en lo escolar contribuyó a la brecha epistémica.

Esto fue creando “certezas” que resultaban impermeables a lo contingente. Esta petrificación de las rutinas y protocolos se fue estandarizando hasta hacer prácticamente imposible ver otra manera de actuar pedagógicamente. La taxonomía de Bloom, que emergió en el contexto de los informes Coleman (EEUU,1966) y Fauré (Unesco, 1972) se convirtió en la forma no solo más popular sino idónea de elaborar currículo por sus posibilidades para la evaluación del desempeño docente y del desarrollo de aprendizajes entre los y las estudiantes. El currículo fue convertido en corazón de lo educativo y de allí pasó a sustituir el ejercicio pedagógico. Los docentes fueron convertidos en administradores curriculares y sus procesos como dinámicas de una máquina, con ritmos, metas y temporalidad.

Esta forma única (o unificada) de entender el acto pedagógico inhabilitó al sistema educativo y a la labor docente para dialogar dialécticamente con la innovación. La educación contextualizada se convirtió en narrativa que escondía la relación insustituible entre lo local y lo global en los procesos de enseñanza-aprendizaje. La creciente mirada localista derivó en la actual brecha epistémica, funcional a la lógica de un sector del capital interesado en la destrucción de la escuela pública presencial.

La brecha epistémica está siendo usada por sectores del capitalismo vinculados a las grandes trasnacionales de la tecnología para presentar a los y las docentes como desactualizados y la escuela presencial como ineficiente. Es decir, está resultando funcional al nuevo modelo de privatización educativa (educación en casa + virtualidad + conexión + contenidos digitales con costos asumidos por las familias).

 

  1. ¿Cómo se evidencia la brecha epistémica?

Cuando llevo a mis hijos(as) más chicos(as) a la escuela veo con asombro, como los rituales educativos, estructura escolar y dinámicas pedagógicas se parecen demasiado a las que viví como estudiante hace 50 años o en las que participaron mis hijos mayores hace treinta años. Antes de la pandemia, instituciones educativas prohibían el uso del celular en las aulas y tenían dificultad para incorporar esos dispositivos a los procesos de enseñanza-aprendizaje. En medio de la sociedad de la información, como lo ha demostrado la pandemia, muchas escuelas no solo no tienen internet, computadoras para cada estudiante, ni nubes educativas propias, sino que tienen dificultad para entender las posibilidades de lo digital y virtual. Muchos docentes se resisten a aproximarse a lo digital y virtual con el único argumento que son iniciativas generadas por el capital trasnacional, sin que estos cuestionamientos vayan acompañados de generación de caminos alternativos.  Ciertamente lo digital y virtual construido por las trasnacionales de la tecnología fomenta el pensamiento reproductor, pero eso no justifica que no se presenten alternativas desde lo virtual-digital.

Esta resistencia de lo educativo a construir propuestas pedagógicas alternativas en el mundo virtual y digital, con sus dimensiones curriculares, didácticas, evaluativas, de planificación y gestión, que transiten entre lo presencial+virtual+digital de manera armónica evidencia la brecha epistémica.

 

  1. ¿Qué podemos hacer para superar la brecha epistémica?

No me gustan las recetas y me inquietan quienes las formulan. Así que sólo me atrevo a señalar aspectos a ser tomados en cuenta a la hora de construir una hoja de ruta. Primero, abrir un debate que inicie formulando como puede ser la escuela/universidad presencial en un giro de 180 grados. Segundo como esa nueva institucionalidad educativa incorpora vitualidad+digital (VD) a los procesos de enseñanza -aprendizaje, no como complemento sino como parte constitutiva de las dinámicas pedagógicas. Tercero, pensar lo curricular, didáctico, evaluativo, planificación y gestión desde una perspectiva de presencialidad liberadora y de programación informática emancipadora. Cuarto, abrir un proceso de alfabetización popular en algoritmos y programación que permita construir conocimiento digital y virtual desde las escuelas y universidades. Quinto, entender las dinámicas de desarrollo desigual y combinado en una orientación común del sistema mundo capitalista en la cuarta revolución industrial.

Esto pasa por reconstruir los mecanismos dialógicos de recuperación de saberes y construcción de conocimiento, entre docentes, estudiantes y familias.

La brecha epistémica expresa las desigualdades e injusticias sociales, que generan exclusión e impiden condiciones materiales de posibilidad para resolverla. La brecha epistémica es una condena del poder global que impide a las mayorías entender la realidad en cambio incesante, en contextos de impacto profundo de la creciente aceleración de la innovación.

 

  1. Los gremios y sindicatos docentes a la vanguardia de la superación de la brecha epistémica

Las organizaciones de los y las docentes representan la fuerza organizada más importante del magisterio. Han construido una tradición defensiva que hoy resultan especialmente importantes para defender la profesión docente y la escuela presencial. Los gremios y sindicatos docentes son espacios privilegiados para discutir y entender colectivamente lo que está pasando y generar alternativas de resistencia.

No idealizamos lo sindical y gremial; estamos conscientes de que muchas organizaciones del magisterio son patronales y burocráticas, por lo que proponemos, está fundamentalmente dirigido a organizaciones democráticas y no coaptadas.

El año 2022 debería ser aprovechado para abrir un amplio debate sindical al respecto. Romper con la brecha epistémica es la única posibilidad de salvar la escuela pública presencial, ante la tormenta tecnológica en ciernes y los anuncios del estallido de la burbuja educativa.

 

Lista de referencias

Bonilla-Molina, Luis (2021) La nueva fase del Apagón Pedagógico Global (APG). Ediciones Ove. Caracas. Disponible en https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/11/17/la-nueva-fase-del-apagon-pedagogico-global-2022-2030-y-alla/

Coleman (1966) Informe del Estado de la Educación / Igualdad de oportunidades en Educación. Disponible en  https://drive.google.com/file/d/0Byhtrdi1KzqBRmdDQlhfM3NLeDA/view?resourcekey=0-S8ipvya7I3gSmpTY5-oYMQ

Faure (1973). Aprender a ser: la educación del futuro. Ediciones unesco. Disponible en https://www.berrigasteiz.com/monografikoak/inklusibitatea/pubs/unesco_aprender%20a%20ser.pdf

Kuhn, Tomas (1970). Segundos pensamientos sobre paradigmas. Texto mimeografiado.

Prensky. Marc (2010) Nativos y migrantes digitales. Disponible en https://marcprensky.com/writing/Prensky-NATIVOS%20E%20INMIGRANTES%20DIGITALES%20(SEK).pdf

Schwab. K & Millaret (2020) Covid-19 el gran reinicio. Libro digital  Amazon book.

Wallerstein (1999). Sistema mundo – moderno. (4 tomos). Ediciones siglo XXI. México

 

 

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