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Argentina: Resistencias a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral en Salta.

América del Sur/Argentina/15 Octubre 2016/Autor: Balderrama Alicia/Fuente: Izquierda Diario

En octubre, por única vez, se harán las jornadas de Educación Sexual Integral en escuelas públicas. Paradojas de un sistema donde es obligatorio estudiar religión pero no se aplica una ley nacional.

La Ley de Educación Sexual Integral se votó en el año 2006, cuando Néstor Kirchner era el presidente de la Nación. Luego de 10 años, varias provincias siguen sin implementarla y la ley sigue quedando, allí donde supuestamente se aplica, a merced de la voluntad de cada docente. La situación es más acuciante en Salta ya que es, junto con Tucumán y Catamarca, una de las 3 provincias donde la educación religiosa es obligatoria.

La Ley sostiene que “la comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural”, y en la provincia eso se extiende a la identidad provincial donde la Iglesia católica es un pilar de gobernabilidad, gobierne quien gobierne, del PJ o el Partido Renovador.

Mientras en las escuelas públicas y privadas durante los 7 años de la primaria cada alumno “goza” de dos horas de religión a cargo de profesoras que en su mayoría son catequistas, los contenidos de educación sexual quedan invisibilizados, o directamente anulados. Y en el nivel medio, la propuesta del gobierno para este año consiste en repetir la jornada que ya se hizo en el 2015, para la cual capacita a ciertos docentes por escuela, para que ellos luego reproduzcan el taller.

Resistencia a la implementación de la Educación Sexual Integral

Durante un recreo en un colegio comercial de la capital salteña, docentes charlan sobre los alcances de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en Salta. Sólo tres pudieron ir en representación de la escuela, a razón de una cada 100, a la capacitación. El dato contrasta con los planteos de la Ministra de Educación, Analía Berruezo, quien sostuvo hace unos meses en un diario local que “el 70% de los docentes recibieron la capacitación que dio el Ministerio, el resto también la tuvo por postítulos, la UNSa o la Universidad Católica”.

Una docente pregunta si la negativa a que se garantice la ESI es “por la injerencia de la educación religiosa en las escuelas”. “Es un tema netamente cultural donde la religión tiene mucho peso”, sostiene otra y arriesga que, por ese motivo, eso pasa sólo en el noroeste. “Los colegios religiosos acá no tienen ESI. Han contratado a psicólogos y sacerdotes para que le armen el taller para dar ellos desde el amor y la fe católica. Pareciera que los chicos de la escuela católica no tienen relaciones sexuales, y los de la pública sí (risas). Si yo voy a dar ESI al Bachillerato Humanista (NdR, donde estudió el gobernador Juan Manuel Urtubey) al cura le da un infarto”.

Sin embargo, una docente que se acerca tímidamente a la ronda en la Sala de Profesores, recuerda que “cuando se planteó que no se diera educación religiosa en las públicas y que mandaran a los chicos en horario extra escolar, (las familias, NdR) no quisieron, y ahí te das cuenta que no quieren religión. Porque eso es algo que le compete a la Iglesia, no a la escuela. La iglesia decide sobre el Ministerio de Educación en Salta. Eso es lo malo”.

De lo que se empieza a hablar

En Salta no sólo no se aplica la ESI, como afirman las docentes, sino que se aplica la otra ley, en referencia al dictado “oficial” de religión con maestras a cargo, luego de la modificación de la ley 7.546 de educación provincial. Fue a propuesta del gobernador Juan Manuel Urtubey que se promulgó en 2008, cuando Cristina Fernández era la presidenteHan pasado 8 años y muchas son las docentes a lo largo y ancho de la provincia que más allá de su creencia religiosa, totalmente respetable, empiezan a cuestionar la educación religiosa porque entienden que la escuela tiene un rol social que trasciende la sumatoria de individualidades a la vez que notan que la iglesia salteña realmente le pone un freno mayor a la aplicación de la ESI.

Los diálogos se repiten en cada escuela, de cada barrio, en cada rincón. En la sala de Profesores del Comercial alguien dejó un volante que dice: “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir”. Docentes empiezan a hablar sobre el derecho a la Educación Sexual, cansadas de ver que Salta encabeza todas las estadísticas contra las mujeres, las cifras del horror: violencia hacia las mujeres, femicidios, trata.

Piensan en Belén, la joven tucumana condenada y presa dos años por haber sufrido un aborto espontáneo. Se preguntan qué habría sido de Juana, la niña wichi violada en patota en Alto La Sierra y a la que se le negó el más elemental derecho al aborto no punible, si la ESI realmente se aplicara.

Trabajadoras de la educación que se organizan con la agrupación Pan y Rosas, para viajar al Encuentro Nacional de Mujeres los días 8,9 y 10 de octubre, toman estas demandas en sus manos y llevarán esas voces a Rosario.

Disponible en el Link: http://www.laizquierdadiario.com/Educacion-sexual-en-Salta-la-Iglesia-es-el-verdadero-Ministerio

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“Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación” Entrevista a Jamil Salmi

América del Sur/Chile/15 Octubre 2016/Autora: María Cecilia González/Fuente: Qué pasa

Jamil Salmi fue uno de los redactores del informe de la OCDE que el movimiento estudiantil usó en 2011 como fundamento para exigir la gratuidad. De visita en Santiago para exponer en un seminario organizado por la Red Universitaria Nacional, Reuna, explica cómo, a su juicio, la reforma no distinguió entre lo bueno y lo malo del sistema de educación superior chileno.

Jamil Salmi nació en Marruecos, pero conoce Chile de cerca. Desde que viajó a Temuco en 1998 para dirigir la primera reunión del Mecesup (Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad en la Educación Terciaria) como coordinador de Educación Superior del Banco Mundial, sus viajes nunca se detuvieron.

En los últimos 18 años ha sido asesor de los gobiernos de Bachelet y Piñera, fue nombrado profesor emérito de la Universidad Diego Portales y fue uno de los redactores del informe que en 2008 el gobierno le encargó a la OCDE para evaluar el sistema de educación superior chileno, el mismo documento que tres años más tarde se convertiría en una de las banderas de lucha del movimiento estudiantil para pedir la gratuidad.

Y aunque fue uno de los primeros en sugerir que Chile necesitaba una reforma, no vio venir la fuerza con la que el tema se instalaría en la agenda. “Jamás anticipé un cambio tan fuerte como lo que está sucediendo hoy en día a raíz de las protestas”, comenta por el teléfono desde Fiyi la primera vez que conversó con Qué Pasa.

Salmi es uno de los expertos en educación superior más reconocidos del mundo. Economista con un doctorado de la Universidad de Sussex, a lo largo de su trayectoria en el Banco Mundial y en Tertiary Education, la consultora que dirige desde 2012, ha trabajado con los gobiernos y las universidades de más de 90 países del mundo. Pero el caso chileno, que nunca ha dejado de seguir, no deja de sorprenderlo.

—¿Cuál era su impresión de Chile cuando elaboró el informe de la OCDE en 2008?
—Me parecía que estaba a la vanguardia de la educación superior en América Latina, porque tiene uno de los sistemas más desarrollados. A Chile no le va tan mal como la sociedad lo percibe. La verdad es que lo que he visto en los últimos cinco años me da mucha tristeza, porque es como si estuviéramos deshaciendo todo sin ver lo bueno que tiene el sistema chileno. Por ejemplo, que es un sistema estructuralmente diversificado: es bueno tener universidades privadas y públicas, además de instituciones no universitarias, como los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP). Y si miras el número de publicaciones científicas en relación al tamaño de la población, Chile tiene mucho mejores resultados que los grandes países, como Brasil, México o Argentina.

«¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado mañana decide dejar de darle recursos, van a terminar de destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología».

—Pero se detectaron problemas. En ese informe usted ya recomendaba una reforma.
—Había muchos instrumentos financieros que no eran coherentes entre ellos mismos, como el Aporte Fiscal Indirecto (AFI), y había que simplificarlos. Tampoco entendía por qué había dos sistemas de crédito educativo, el fondo solidario para el CRUCh y el CAE.

—¿Qué medida habría tomado usted?
—Antes de eso, cuando Pilar Armanet era jefa de la División de Educación Superior y se iba a lanzar el predecesor del CAE, le pregunté por qué, si ya existía un sistema de créditos, no mejor ampliarlo en vez de crear otro sistema para las universidades fuera del CRUCh . Me respondió: “Tú no entiendes este país, no se puede tocar el CRUCh”. Creo que ese fue el drama de Chile: la incapacidad de ver qué cosas históricas, que quizás tuvieron su sentido en alguna época, ya no servían.

—Usted es muy crítico del CRUCh. ¿Por qué?
—No he visto en ningún otro país del mundo que haya un grupo de universidades como el CRUCh, que funcione como un club que recibe todos los subsidios del Estado, mientras que hay muchas otras universidades que no reciben nada. Es como decir que los chilenos que están en las otras universidades no son ciudadanos a tiempo completo, y no califican para los subsidios del Estado de la misma manera. Por eso yo he usado la palabra apartheid: discriminación entre dos grupos de chilenos. La primera vez que sugerí reformar el CRUCh fue en 1998, cuando vine por primera vez a Chile. Me da risa y tristeza, porque hoy, casi 20 años más tarde, la situación sigue igual.

—Las protestas estallaron dos años después de que se publicara el informe, a comienzos de 2009, ¿cree que se pudo haber hecho algo para evitarlas?
—A mi juicio hubo dos errores. Primero, fue muy valioso de parte del gobierno de Bachelet haber pedido una evaluación de la OCDE, pero el informe puso problemas sobre la mesa y no se hizo nada para solucionarlos. El segundo error fue que el nuevo gobierno fue muy arrogante al no dialogar con los estudiantes, lo que provocó que las demandas escalaran, y después perdió el control de la agenda en educación.

—¿Ha tenido experiencia con otros países donde la calle pese tanto?
—Hay pocos países en que los movimientos hayan durado tanto. Al mismo tiempo que en Chile, surgieron protestas en Corea y Canadá, pero duraron tres meses y desaparecieron. Quizás la única situación similar hoy en día es Sudáfrica, donde llevan casi dos años protestando. Pero es difícil hacer reformas de fondo, bien pensadas, si todo se hace bajo la presión de la calle. Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación. Si tú, como gobierno, aceptas esa presión, hay que poner a los dirigentes para que vean lo difícil que es implementarlo.

—Ella no llegó al ministerio, pero sí al Parlamento.
—Tuve un diálogo con algunas personas cercanas a ella. Quería explicarles que cuando tienes un país donde todas las instituciones son públicas, pasar a la gratuidad es muy fácil. Pero en Chile, donde el 70% de los estudiantes estudian en instituciones privadas, es muy complicado.

—Entonces, ¿para usted la gratuidad no era la solución?
—En la medida en que se logra ofrecer gratuidad al 30% o 40% de los deciles más bajos, se soluciona al menos el problema de la barrera financiera. Pero la gratuidad, como se entiende hoy en Chile, no es el único camino.

—¿Cuáles son las otras opciones?
—Más que eliminar el cobro de la matrícula, para mí es más importante el concepto de costo neto, cuánto va a tener que pagar un estudiante de bajos recursos al final de la carrera. Es más realista, porque si no, los hijos de los ricos van a recibir subsidio de los pobres.

—En Chile, una de las razones por las que la reforma ha sido criticada es por mantener el sistema de créditos.
—Una cosa es que el CAE haya sido problemático, pero no por eso todos los créditos son malos. Para mí, uno de los mejores sistemas de financiamiento es el australiano. Ahí ningún estudiante paga, pero automáticamente se constituye un crédito que se llama Income Contingent Loan (crédito vinculado al ingreso). A la hora empezar a trabajar, los egresados tienen que pagar un impuesto que es una proporción muy baja de sus ingresos, y que se condona si estos están por debajo de un mínimo.

—¿Los países donde hay gratuidad son más equitativos?
—Depende. Los países nórdicos, sí, pero porque su sistema de impuestos es muy alto. Pero en otros casos, si no sientes el costo de tus estudios, no tienes incentivos para estudiar, lo que provoca altos niveles de deserción o de repitencia.

—¿Se refiere a los sistemas latinoamericanos?
—Definitivamente, y se agrava en los países donde no hay selección al ingreso, como Argentina. Aunque la matrícula es más alta, la repitencia y la deserción son enormes.

—¿Cree que puede haber lucro en la educación?
—No comparto la idea de ganar dinero con la educación, pero al final lo que importa es la calidad. Si el Estado lo puede hacer todo, está bien, pero la realidad de la mayoría de los países es que no hay suficiente plata. Si hay gente dispuesta a invertir en educación superior, ¿por qué no? Pero tiene que haber algunas cosas presentes: calidad, pertinencia, un sistema de acreditación y una regulación muy rigurosa. El gran problema de Chile es que se quedaron en la ambigüedad, porque había instituciones de educación superior donde todos sabían que había lucro, pero, como no existía la figura del lucro, se les permitió seguir sin los controles adecuados.

Contra la competencia

Salmi fue uno de los expositores principales del seminario “Investigación y educación en red: Colaborar para avanzar”, que organizó la Red UniversitariaNacional, Reuna. Su tesis es sencilla: las universidades deben trabajar en conjunto para crecer y convertirse en universidades de rango mundial, aquellas que tienen los mejores resultados al formar profesionales egresados de alto nivel.

—¿Existen universidades así en América Latina?
—No. Me parece inaceptable que la Universidad de São Paulo, que no es una universidad pobre, no sea mejor. Una paradoja en América Latina es que cuando van al Mundial de Fútbol no van para ser el número 150 o 47, sino para ser campeones, pero en la educación no veo este mismo afán ni por parte de los estados ni de la sociedad.

—¿Qué pasa en Chile?
—Las universidades privadas tiene un buen nivel de gobernanza, y las públicas son mucho más flexibles en comparación al resto de América Latina. El nivel de recursos sigue siendo muy básico. Pero el principal problema es que hay un nivel de internacionalización muy bajo, con muy pocos estudiantes y académicos extranjeros.

—¿Y ve más colaboración o competencia?
—La sociedad chilena está muy dividida, y las universidades son un reflejo de eso. Hay mucha competencia, lo que me parece peligroso porque Chile es un país muy pequeño. La colaboración podría ayudar a crear universidades más fuertes en el ámbito internacional.

—¿Cuál es su definición de universidad pública?
—La definición legal es que pertenece al Estado, es decir, más del 50% de sus ingresos son públicos. Pero para mí esa no es una buena definición. Si fuese así, uno podría cuestionar si la Universidad de Chile es una universidad pública, porque menos del 30% de sus ingresos son del Estado. Lo que hay que preguntarse es si las universidades cumplen con una visión de bien público. Y si ese es el caso, la Universidad Católica también cumple.

—¿Qué entiende por “visión de bien público”?
—Hay varios componentes, pero el más importante es cómo atiende a estudiantes de clases más bajas, si hay esfuerzo para incluirlos.

—En Chile, el debate más álgido desde que se conoció la reforma ha sido para definir esos conceptos, porque de eso va a depender quién recibe más recursos.
—¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado decide dejar de darle recursos, van a destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología. Por eso encuentro muy peligroso que la reforma, por las complicaciones políticas, no haya permitido una reflexión de fondo que reconozca lo bueno en el sistema chileno, versus lo que hay que reformar.

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El Salvador: Sindicato de educadores denuncia acoso y descuentos de salario por protestar

Centroamérica/ El Salvador/ 15 octubre 2016/ Autora: Evelia Hernández/ Fuente: El Salvador.com

Los empleados dicen que debido  las protestas en que participaron, sus jefes  les aplican descuentos en planilla, traslados injustificados y otras sanciones.

Empleados  de Salud, Educación y Seguridad Pública denunciaron que las jefaturas de esas carteras de Estado están promoviendo procesos sancionatorios contra ellos, debido a que participaron en una marcha el pasado 29 de septiembre, para exigir el pago del escalafón y otros beneficios laborales.

Para los sindicatos, la sanciones de las jefaturas  pretenden “sembrar cizaña y discordia entre los  trabajadores  de las diferentes instituciones”, dijo Juan Antonio Tobar, presidente del Colegio Médico.

Los denunciantes expusieron que  tienen  descuentos en planillas, traslados injustificados, y  se crean calumnias promoviendo campañas de desprestigio en  su contra, denunció Tobar.

Como prueba de su denuncia, los sindicalistas del Ministerio de Salud mostraron un documento en donde  los directores de primer nivel de atención  ordenan a los directores Regionales de Salud y directores de hospitales públicos  que se individualice las denuncias en contra de las acciones de Sitrasalud el día 22 de septiembre, en el Hospital San Juan de Dios de San Miguel. Y que se denuncie a los participantes ante las Fiscalía, Tribunal de Ética Gubernamental, Tribunal de Servicio Civil.

También les ordenan que  inicien sanciones disciplinarias de acuerdo a la Ley de Ética Gubernamental, Código de Salud en contra de los empleados que realizaron acciones en los diferentes centros de establecimiento de atención en protesta para que se le cumpla la Ley de Escalafón.

“Creemos que estas medidas de represión no abonan en nada al proceso que queremos llevar a cabo de una manera legal”, dijo Tobar.

Al consultar al Ministerio de Salud, a través del departamento de Comunicaciones, sobre el documento mostrado por los denunciantes; un vocero de la institución expuso que no podían dar información al respecto.

“Lo que quieren es callar la voz de los trabajadores,  y con eso no lo van a  lograr, destacó Marvin Reyes, del Movimiento de policías.

Según datos de los sindicalistas, en la Policía Nacional Civil hay 37 procesos sansionatorios; mientras que en Educación hay 40 denuncias contra sindicalistas, a nivel nacional.

“Estamos preparados con nuestros abogados”, expuso el profesor Francisco Zelada,  de Simeduco, Organización Sindical de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvador.

Fuente: http://www.elsalvador.com/articulo/nacional/sindicatos-denuncian-acoso-descuentos-salario-por-protestar-128184

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Paraguay: El país de las vacas que vuelan y escuelas que caen

América del Sur/Paraguay/15 octubre 2016/Fuente: Kurtural- Global Voices.

Este texto es el primero de una seria publicada por el medio paraguayo «Kurtural», y es reeditado y republicado por Global Voices con permiso. 

La educación es el centro de enfrentamientos y de insatisfacciones en Paraguay de hoy por un sistema agrietado desde hace décadas. Miles de estudiantes exigieron en las calles de la capital mejoras en infraestructura porque sus escuelas se caen, a pesar de las amenazas del ministro de Educación de Paraguay Enrique Riera. Advirtió que los alumnos que asistan a la protesta serían sancionados y a las maestras se les recortaría el salario.

Al mismo tiempo, en la Universidad Nacional de Asunción, estudiantes se movilizaron para defender el proceso de reforma a pesar de las fracasadas órdenes de captura de la Fiscalía a universitarios líderes. Por primera vez en la historia, todas las facultades fueron a paro. Algunos de los reclamos extendidos por la reforma que se pidió buscaban que se declarara la emergencia en cuanto a la infraestructura de las escuelas y que se aumentara la calidad de la docencia. De acuerdo con los sistemas de ranking internacionales, la educación paraguaya se encuentra en los renglones más bajos de calidad educativa.

Estos hechos son los síntomas de una profunda crisis de la educación en Paraguay y de un conflicto de dos partes: una clase minoritaria y poderosa que ha secuestrado el sistema educativo para mantener sus privilegios contra los muchos que buscan devolver a la educación un sentido de oportunidad. Un trabajo de Camila Vollenweider publicado por el CELAG ilustra parte de esta pugna:

Lo han puesto en evidencia los estudiantes paraguayos durante las luchas de estos años: de las 53 Universidades que hay en el país, 45 son privadas, y las 8 públicas son igualmente aranceladas; asimismo, de 32 de las 53 Universidades no han conseguido acreditar ninguna carrera por parte de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, haciendo que proliferen las llamadas “Universidades de garage”, que han sido denunciadas recientemente por estafar a 6.000 estudiantes […]

Y continúa:

[El] presupuesto de 4,1% del PIB que destina el Gobierno a esta materia está muy lejos del 7% que recomienda la UNESCO […] La política educativa vigente data de la dictadura de Stroessner [cabeza de la dictadura paraguaya que duró de 1954 a 1989], y no ha cambiado demasiado hasta Cartes [el Presidente actual]: insuficiente presupuesto educativo -aunque este último lo haya incrementado-, endurecimiento de las condiciones de acceso a la universidad pública, criterios políticos en la designación de rectores y decanos, promoción e incremento de subsidios y becas a centros educativos privados en detrimento de la financiación del sistema público.

Educación no garantizada: Un negocio y una “llave para la acumulación de poder político”

Las historias de «Vacas que vuelan, escuelas que caen» nos acercan a este conflicto. Esta serie tiene protagonistas que le ponen cara a la batalla diaria de las mayorías por acceder al derecho a la educación. Una batalla que no debería ser tal si fuera un derecho pleno en este país.

El alto costo del acceso se puede ver en la historia de Christian Quiñónez, que se despide de sus hijos todos los días antes de ir a la universidad y cruza el río Paraguay para estudiar derecho, sin saber si retornará vivo. O los docentes de la escuela Maricevich, en el norte del país, que deben resistir al acoso de grupos armados, militares, policías, narcos y sicarios para enseñar en sus comunidades. O en el relato de cómo para acceder a escuelas, 46 mil niñas y niños deben someterse al criadazgo, un sistema de servidumbre que los explota laboralmente.

Cuando el derecho a la educación no está garantizado, se vuelve o bien un negocio, o bien la llave para la acumulación de poder político. La crisis de la educación pone en cuestionamiento el mismo modelo de producción actual, que debería generar los recursos para el bienestar de todos y todas. Si somos capaces de exportar vacas vivas por avión, ¿cómo es posible que escuelas se caigan sobre maestras y alumnos mientras dan clase?

Fuentes:

Global Voices: https://es.globalvoices.org/2016/10/11/paraguay-el-pais-de-las-vacas-que-vuelan-y-escuelas-que-caen/

Kurtural: http://kurtural.com/tag/escuelasquecaen/

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Brasil: Estudiantes secundarios ocupan 420 escuelas en Paraná

América del Sur/ Brasil/ 15 octubre 2016/Prensa Latina.
Estudiantes secundarios brasileños mantienen ocupadas 420 escuelas en el sureño estado de Paraná, en protesta contra la Medida Provisoria (MP 746) dictada por el gobierno de Michel Temer para reformar la enseñanza media.

Según el sitio web del movimiento «Ocupa Paraná», además de los centenares de planteles secundarios, están tomados seis campus de tres universidades.

A la creciente protesta estudiantil se sumará, a partir del lunes 17 de octubre, el paro por tiempo indeterminado decidido por los profesores paranenses en respuesta al pedido del gobernador Beto Richa, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para que los diputados estaduales modifiquen la Ley Presupuestaria de 2017.

Además de Paraná, también se reportaron ocupaciones de centros de enseñanza secundaria en Sao Paulo, Río Grande do Sul, Río Grande do Norte, Goiás, Minas Gerais y el Distrito Federal de Brasilia.

La MP 746 altera trechos de la Ley de Directrices y Bases de la Educación para adoptar, entre otras cosas, el turno integral y la reducción de las disciplinas obligatorias, que actualmente son 13, aplicando una metodología de enseñanza por módulos temáticos elegidos a criterio de los alumnos y según los intereses profesionales.

De aprobarse este cambio, la enseñanza de Artes, Educación Física, Sociología, Filosofía y Español pasa a ser facultativo.

En opinión de la líder de la bancada del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) en la Cámara de Diputados, Jandira Feghali, los cambios propuestos son un desastre para la educación. «Es un retroceso profundo que precisamos impedir», manifestó.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=33842&SEO=estudiantes-secundarios-ocupan-420-escuelas-en-parana-brasil
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Argentina: Se aprobó el boleto estudiantil en la Ciudad de Buenos Aires

América del Sur/Argentina/15 octubre 2016/ Fuente: Notas Periodismo Popular.

“Es una victoria enorme de todo el movimiento estudiantil de la Ciudad”, dijo a Notas Tomás Nieto Scirica, presidente del Centro de Estudiantes Mariano Moreno y referente de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB).  “Pero”, agregó el joven que también es dirigente de la organización estudiantil Lobo Suelto, “sin dudas hay que seguir luchando para ampliar este derecho hacia todos los estudiantes, que incluya a los estudiantes terciarios y universitarios, a los docentes y todos los trabajadores de la educación”.

Nieto Scirica también planteó que seguirán reclamando por algunas modificaciones como contra el límite de 50 viajes al mes que impone la legislación, porque “siendo 20 días hábiles al mes no nos alcanza”. Desde el movimiento estudiantil exigen que se pueda usar el boleto hasta 100 veces al mes. A su vez, sumó que debería poder tramitarse el beneficio para el transporte no sólo por internet sino también por teléfono y en las sedes comunales.

Notas también consultó a Julieta Escars, coordinadora del Centro de Estudiantes del Terciario Normal 7 (CETEN), quien en primer lugar felicitó a las y los estudiantes secundarios por la conquista, a la que consideró una “lucha histórica del movimiento estudiantil” y luego insistió con la importancia de que los terciarios también sean contemplados.

“Las carreras de terciarios son mayoritariamente orientadas a lo técnico y a la salida laboral, son carreras que la gente elige para poner tener mejores condiciones de vida y mejor trabajo, con lo cual la población es mayoritariamente trabajadora”, contextualizó. Aseguró también que en ese nivel educativo hay muchas jefas de familia y “se sintió muchísimo este año la deserción en los terciarios por la dificultad para poder llegar a los lugares de estudio debido al aumento del transporte y las dificultades para comprar los materiales”.

Por esos motivos los estudiantes terciarios se organizan “hace años” por políticas públicas de incentivo a la formación docente, becas y por que existan las garantías necesarias para que “se formen más docentes en un contexto de emergencia educativa”. Escars aseguró: “Faltan docentes para la escuela pública y las carreras son excluyentes para la mayoría de los compañeros y compañeras por la carga horaria que tienen”.

El miércoles los terciarios se movilizaron al Ministerio de Educación pidiendo una mesa de trabajo que contenga a la comunidad educativa “para pensar políticas públicas que sí incentiven esas carreras y que tengan en cuenta las realidades y las problemáticas que atraviesan los estudiantes en sus trayectorias”, contó la coordinadora del CETEN. “No hemos recibido respuesta, nos siguen bicicleteando”, comentó.

El movimiento de estudiantes terciarios, aseguró Escars, sumó el reclamo del boleto educativo porque “llegar a los lugares de estudio es uno de los problemas que enfrentan los compañeros y compañeras a la hora de poder formarse, cursar y seguir con sus carreras”.

Por último, desde otro de los niveles excluidos de la legislación porteña se expresó Adrián Lutvak, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) quien aseguró: “Este es un gran paso en la defensa de la educación pública y celebramos la victoria de los estudiantes primarios y secundarios. Sin embargo, es incorrecto dejar a los estudiantes universitarios fuera del boleto estudiantil y desde la federación seguiremos peleando por el mismo”.

“En contextos económicos difíciles las tasas de deserción universitarias aumentan de manera preocupante. En ese sentido es que reclamamos ser incluidos en el boleto estudiantil gratuito y seguiremos reclamando nuestro derecho”, concluyó Lutvak, dirigente de La Mella.

Fuente: https://notas.org.ar/2016/10/14/aprobo-boleto-estudiantil-ciudad-buenos-aires/

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España: Una veintena de asociaciones se une contra la falda obligatoria en el uniforme del colegio

Europa/España/15 octubre 2016/Autores: José Precedo y Sofía Pérez Mendoza/ Fuente: El Diario.es

 

Reclaman una prenda única que no limite el juego de las niñas en los centros escolares.

La sentencia del Tribunal Supremo que condenó la obligatoriedad de la falda en el trabajo no tiene efecto en los centros escolares.

El Tribunal Supremo determinó en 2011 que obligar a las mujeres a llevar falda en el trabajo mientras se permite a sus compañeros varones utilizar pantalón implica una discriminación por razón de sexo que contraviene el artículo 14 de la Constitución. El fallo, dictado a propósito de una sociedad que gestiona hospitales y forzaba a las ATS a ir con falda y cofia mientras los hombres usaban pijama sanitario, motivó que muchas empresas tuviesen que retocar sus normas de vestuario para evitar nuevas condenas.

Pero en los colegios los uniformes siguen perpetuando los roles de género: falda o pichi, las niñas; pantalón, ellos. La mayoría de centros privados y concertados –pocos públicos mantienen la indumentaria obligatoria– no han afrontado un debate sobre si la ropa constituye en las aulas un problema de discriminación.

Un manifiesto de 18 asociaciones se ha propuesto poner fin a la obligatoriedad de la falda. El escrito Porque en los colegios solo se educan personas: uniforme único argumenta que la misma discriminación se da en un puesto de trabajo que en las aulas. «No podemos obviar que el uso de la falda condiciona de forma evidente la libertad de movimiento de las niñas, lo que está directamente relacionado, en muchos casos, con el abandono de juegos en horas de recreo (fútbol, baloncesto, carreras, saltos..) y de cualquier otra actividad difícilmente compatible con una prenda que, al menor movimiento las limita, incluyendo el hecho de dejar al aire su ropa interior». Lo suscriben asociaciones como el Colectivo Ca-minando Fronteras, la Asociación Feminismo en Red, la Asociación de Mujeres Juezas de España, Gafas Lilas, y otras 14 entidades.

La falda viene en el ‘pack’

Con el curso empezado, las asociaciones de madres y padres no lo consideran un problema urgente. La confederación de ampas mayoritaria en la escuela concertada asegura: «No ha surgido el debate porque se da por hecho que es así. Cuando una familia escoge un cole, escoge todo el pack del cole, con su uniforme y sus normas», justifica su presidente Pedro Caballero. Concapa admite que las normas sobre vestimenta «limitan algunos juegos», pero resta importancia «a los conflictos que han surgido por esta cuestión».

María del Mar, Silvia, Carmen, Samuel y Juan tienen entre ocho y diez años y debaten sobre el colegio y los juegos en Radio Ecca, una emisora de Canarias donde se les pregunta por los uniformes. Otra niña, Sina, es la primera en abalanzarse sobre el micrófono: «Yo quiero llevar pantalón, se lo he dicho mi madre». Surge el siguiente diálogo:

–María del Mar: «Yo no quiero llevar falda porque al final no puedes hacer cosas que quieres como a diario cuando vas con el chándal, no puedes correr, no puedes saltar porque posiblemente se te levante la falda y a mí me gustaría estar más cómoda con el pantalón que puedo hacer lo que quiero».

–Silvia: «También más cómoda con el pantalón».

–Carmen: «Yo, pantalón».

–Samuel: «Yo, pantalón, claramente, pero advierto es muy incómodo el del uniforme que no te puedes mover con él».

–Juan: «Yo con pantalón porque se levanta, como dijo María del Mar, no debe de ser muy cómoda».

Por un «recreo igualitario»

Un par de meses después del programa de radio, emitido en octubre, Sina decidió con ocho años abandonar la falda en compañía de una de sus mejores amigas, Menchu, de la misma edad. Un fin de semana Sina tomó dos pantalones de su hermano –uno para ella y otro para Menchu– y con el acuerdo de su familia acudió a su colegio privado de Canarias con ellos. Ya nunca más volvió a ponerse falda.

Con nueve años cumplidos, lo cuenta así al otro lado del teléfono: «Un día estaba jugando al baloncesto y se me subía la falda todo el rato. Al llegar a casa pedí permiso a mi madre para llevar pantalón al colegio. Me dijo que lo íbamos a intentar. Y desde entonces ya siempre lo llevo. Algunas niñas me miran raro, pero no me importa. Estoy mucho más cómoda».

María Luisa Segoviano es una de las magistradas que firmó la sentencia que revocó la obligatoriedad de llevar falda en la empresa de hospitales José Manuel Pascual Pascual SA y que crea jurisprudencia. «Aquel fallo y su filosofía pueden servir como guía orientadora también en la escuela pero hemos de admitir que el ámbito de las relaciones laborales no es equiparable a la escuela. Puede ser una pauta interpretativa. Y debería haber una cierta libertad para que los padres pudieran optar por el tipo de uniforme que les resulta más cómodo».

Que el uniforme de falda limita el juego es una evidencia incontestable para niñas como Sina, pero también para algunas instituciones públicas que llevan años trabajando por «un recreo igualitario». Por romper, en otras palabras, con el reparto desigual del espacio en el patio del colegio. «La distribución del espacio en el recreo sigue siendo sexista: los niños, aquellos cuya masculinidad es la normativa, sobre todo, suelen situarse en el espacio central y las niñas quedan arrinconadas», dice el  Plan de Coeducación con el que trabaja Euskadi.

«Pasa siempre y no es una consecuencia del uniforme, sino de la estructura patriarcal. Ahora bien, la indumentaria impuesta no ayuda. Con una falda no puedes moverte igual que con un pantalón y, si lo haces, puede levantarse, descubrir la ropa interior… y que las chicas tengan que soportar insultos machistas. Es una forma de que ellas empiecen a sentirse coaccionadas», argumenta Carmen Ruiz Repullo, doctora en Sociología que imparte talleres de coeducación en institutos andaluces.

La socióloga se refiere a «la sexualización del uniforme». «¿Por qué las chicas tienen que llevar falda? Es una manera más de binarismo en la escuela, de diferenciarlas, pero también de identificarlas como un cuerpo. Ellas lo aprenden porque así se lo enseñan desde pequeñas: con falda siempre te dicen que vas guapa y se concibe como un elemento que feminiza», explica. «La escuela –remata– es androcéntrica y el uniforme es un ejemplo de ello. También los libros de texto o el lenguaje».

«El 90% lleva falda, aunque pueden elegir»

¿Tanto pesan los roles de género en los centros educativos? Según los colegios consultados, sí. El CEIP Emperador Carlos V de Getafe (Madrid), un centro público cuyos estudiantes van uniformados, permite a las niñas elegir entre falda o pantalón pero el 90% se decanta por la primera opción. «Las que escogen el pantalón son casos aislados. En invierno se suman más por el frío y hay algunas chicas que alternan los dos uniformes si tienen uno sucio», explica la jefa de estudios.

La posibilidad de elegir se explica a las familias al principio de curso y forma parte del reglamento del régimen interior del colegio, donde no se especifica, sin embargo, que los niños también pueden decidir si quieren llevar pantalón o falda. «No nos hemos encontrado con ningún chico con esta voluntad, pero si así fuera lo aceptaríamos», responde la directora, que también admite que «habría que trabajarlo desde dentro del centro con el resto de niños y niñas».

«Los niños que no cumplen los estereotipos de género –como los que se sienten a gusto con falda o los menos líderes– están en la periferia con las chicas. La masculinidad hegemónica los castiga», apunta la doctora Carmen Ruiz al respecto.

En el colegio Leónes, un concertado religioso, las chicas no están obligadas a vestir con falda. Es así, asegura su director, desde el primer día que las niñas y niños empezaron a llevar esta indumentaria en los años noventa. «El objetivo último es que vayan cómodos. Imponer una prenda si el alumno o alumna no se siente confortable con ella es un grave error», argumenta. Igual que en el Carlos V, en este centro de León las niñas continúan optando por el uniforme asociado a su rol de género.

Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/obligatoria-uniforme-femenino-discriminacion-trabajo_0_563094393.html

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