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Película: The Bad Kids

Reseña: esta cinta traslada al espectador hasta una remota escuela de secundaria del desierto de Mojave (Estados Unidos) para contarnos cómo son las clases que allí imparten sus educadores. El enfoque empleado -diferente y poco convencional- quiere ayudar a los alumnos que allí estudian para que puedan cambiar sus vidas. Opinan que la empatía o las habilidades para la vida es lo que dará a estos alumnos en situación de riesgo el control de su propio futuro. The Bad Kids muestra a la educación como un instrumento para combatir los efectos paralizadores de la pobreza en las vidas de estos llamados “chicos malos”.

Link de Descarga: https://www.youtube.com/watch?v=-gHRZKRuuRk

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España: 10 bibliotecas on line para docentes

España/ Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

Los profesores tienen a su disposición en Internet bibliotecas on line pensadas para sus necesidades. En ellas, además de consultar información referida a libros (algunos de ellos descargables), tienen acceso a recursos y materiales didácticos de apoyo para utilizar en clase. Hemos seleccionado diez de estos espacios, ¿os animáis a compartir con nosotros otras alternativas?

 

Hace tan sólo unas semanas que Educatribu empezó a dar sus primeros pasos. Creada por un grupo de profesores jubilados aragoneses de Tecnología, Música y Física y Química, su punto fuerte es que todos aquellos profesores interesados en compartir sus materiales pueden hacerlo para que los contenidos de esta biblioteca vayan creciendo. Los contenidos se clasifican por etapas académicas (Educación Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional), y también se ha incluido un espacio dedicado a la educación de adultos. Por el momento, los contenidos disponibles no son muchos, aunque la intención de sus creadores es ir alimentando este espacio con sus aportaciones y la del resto de usuarios de la página.

La versión online de la Biblioteca Nacional de España en la que se puede acceder de forma gratuita a los documentos de los últimos 500 años. Ofrece la posibilidad de consultar, leer y descargar sus títulos.

Perteneciente al CITA (Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas), la Biblioteca Escolar Digital es un espacio en el que los docentes tienen la oportunidad de consultar un extenso abanico de opciones. Por ejemplo, cuentan con un área dedicada a informes, investigaciones, reseñas bibliográficas y bibliografías que permiten la consulta de  libros relacionados con la educación. Los recursos también son una parte importante de esta biblioteca digital: es posible consultar aplicaciones destinadas a la asignatura de Geografía o la técnica de Stop Motion, vídeos, herramientas para trabajos colaborativos, la creación de webquests, presentaciones en 3D… En esta biblioteca virtual también encontramos una sección de actualidad con noticias y cursos para estar al día de las últimas novedades relacionadas con la enseñanza.

Enlaces a la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Digital, el Centro Virtual Cervantes, lecturas dedicadas a las asignaturas de Matemáticas, Plástica y Química, vídeos sobre el aparato respiratorio y circulatorio… son algunas de las posibilidades de esta página web. Además, hay que señalar que, junto a la clásica biblioteca para libros, los docentes tienen a su disposición un directorio de aplicaciones con enlaces a enciclopedias virtuales, diccionarios on line, links para trabajar las competencias básicas…

Fundada en el año 1999, incluye más de 135.000 referencias bibliográficas y su objetivo prioritario es difundir la cultura hispánica. Es posible consultar desde revistas a estudios críticos y de investigación, pasando por archivos audiovisuales y materiales educativos. Cuenta con un buscador de contenidos, aunque para navegar de manera más cómoda en la parte izquierda del portal se ha incorporado la siguiente clasificación: Literatura Española, Biblioteca Americana, Biblioteca Joan Lluís Vives, Biblioteca de Signos, Letras Galegas, Literatura Infantil y Juvenil, Historia y Lengua.

Tienen cabida lecturas relacionadas con los Idiomas, Física, Química, Matemáticas, Ciencias Sociales, Informática… Este portal, que recoge textos pedagógicos, manuales y libros interés para la comunidad docente, sigue la filosofía de Wikipedia: los usuarios pueden editar estos textos y aportar sus conocimientos, otras referencias bibliográficas…

Esta biblioteca digital depende de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y de la UNESCO. Con fecha de creación en 2009, actualmente cuenta con un amplio número de contenido en español gracias a la colaboración de los diferentes países de habla hispana.

La última propuesta es la Biblioteca de Literatura Infantil y Juvenil: cuenta con un extenso catálogo de autores españoles e hispanomericanos dedicados a este tipo de literatura e incluye la sección ‘Biblioteca de autores’, con enlaces a las páginas web de escritores como Jordi Sierra i Fabra o Gloria Fuertes, pudiendo consultar su obra, leer determinados fragmentos… También cuenta con un apartado de materiales didácticos para que los profesores preparen distintos ejercicios alrededor de una serie de obras.   

Gestionada por la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ofrece a los ciudadanos una valiosa y creciente colección de reproducciones facsímiles digitales de manuscritos, fotografías históricas, libros impresos, materiales cartográficos, partituras y otros materiales que se conservan en instituciones de la memoria (archivos, biblioteca y museos) y forman parte del Patrimonio Bibliográfico Español.

 

Esta biblioteca digital lleva en funcionamiento desde 2008 y se nutre gracias a los diferentes países de la Unión Europea. Ofrece cientos de documentos de diferentes países como mapas, pinturas, libros o películas.

 

 

Fuente de la Reseña:

https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/bibliotecas-on-line-docentes/17634.html

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Informe: La enseñanza y formación técnico profesional en América Latina y el Caribe. Una perspectiva regional hacia el 2030

CRÉDITOS

Este informe ha sido elaborado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América
Latina y el Caribe, OREALC/UNESCO Santiago, bajo la coordinación de Elspeth McOmish con el
apoyo de Borhene Chakroun y Cecilia Barbieri.

Este informe ha sido preparado por Paola Sevilla y Guillermo Dutra.

La comunidad internacional ha establecido una ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que cuenta con el consenso de todos los países de América Latina y el Caribe en sus objetivos, metas e indicadores. Esta agenda se compromete con un enfoque integrado de desarrollo, apostando a la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, al crecimiento económico inclusivo y sostenible, a la lucha contra la desigualdad, la preservación del planeta y al trabajo decente para todas las mujeres y los hombres.

La UNESCO en su calidad de organismo de las Naciones Unidas especializado en educación, y consecuente con esta Agenda, específicamente con su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)4: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, promueve la agenda de Educación 2030 que es integral, desafiante y recoge las aspiraciones del programa Educación Para Todos de no dejar a nadie rezagado.

Esta nueva hoja de ruta, aprobada en Incheon en mayo de 2015, otorga un papel preponderante a la Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP) para el cumplimiento de sus aspiraciones. En particular, las metas en relación a esta educación se dirigen a propiciar el acceso igualitario a una EFTP de calidad a mujeres y hombres, personas vulnerables, incluidas personas con discapacidad y pueblos originarios; así como también a aumentar el número de jóvenes y adultos con competencias técnicas y profesionales, con miras al empleo, el trabajo decente y el espíritu empresarial, promoviendo el crecimiento económico sostenible e inclusivo y apoyando la transición
a las economías ecológicas y la sostenibilidad ambiental. Al ser la agenda de Educación 2030 parte integral de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidades, estas metas son en aspiraciones a nivel mundial de todos sus países miembros, desafiando a los sistemas nacionales de EFTP a contribuir con el desarrollo sostenible. Es decir, con el desarrollo capaz de satisfacer las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

La Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y El Caribe (OREALC/ UNESCO), a fin de apoyar el protagonismo que la EFTP adquiere en la región en el marco de estas agendas -según los compromisos asumidos globalmente-, ha elaborado este documento que analiza los desafíos existentes, revisa el estado de la situación de esta educación y propone un conjunto de directrices específicas para la región con miras al 2030. Estas directrices surgen del reconocimiento de la existencia de una amplia heterogeneidad de sistemas de EFTP en los paísesde la región, en relación a su estructura, institucionalidad y gobernanza, pero de la existencia
de problemáticas y desafíos comunes. Además están en línea con la estrategia general para la Enseñanza y Formación Técnica Profesional 2016-2021 de la UNESCO que en consonancia con el ODS 4, aspira a apoyar los esfuerzos de los Estados Miembros para aumentar la pertinencia de sus sistemas de EFTP y dotar a todos los jóvenes y adultos con las competencias necesarias para el empleo, el trabajo decente, el espíritu empresarial y el aprendizaje a lo largo de la vida, y a contribuir a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su conjunto. El objetivo del documento es motivar y orientar a los gobiernos a trabajar en políticas integrales de EFTP, que favorezcan la
capacidad de respuesta de esta educación a las múltiples demandas de naturaleza, económica, social, y ambiental que emergen en el nuevo escenario.

Dos encuentros convocados por la UNESCO han nutrido con antecedentes directos esta iniciativa regional. El primero, el Foro Regional de EFTP denominado “Mirando hacia 2030: fortalecer el desarrollo de competencias laborales, medio de un mejor futuro para todos”, realizado en Montevideo, Uruguay, en noviembre de 2015. El segundo, la Reunión de Expertos en EFTP de América Latina y el Caribe que se llevó a cabo en mayo de 2016 en Santiago de Chile. En ambas instancias, a través del dialogo entre países, el intercambio de experiencias y la identificación de preocupaciones compartidas, se trazaron las primeras líneas en relación a los desafíos comunes de
los países de la región que son recogidas en esta propuesta.

El documento se divide en dos partes. La primera presenta el contexto y los principales desafíos de desarrollo sustentable que tiene la región y que pautan las tendencias de la EFTP; a partir de ello, se repasan brevemente los orígenes, evolución, y retos persistentes en ámbitos claves de esta educación. La segunda parte, contiene un conjunto de principios ordenadores y propuesta de directrices para avanzar en los desafíos contenidos en la agenda de Educación 2030.

Para finalizar se señala que la mirada hacia 2030 que aquí se propone debe ser tomada como un punto inicial del despegue de una reflexión y debate más amplio sobre la EFTP en América Latina y el Caribe, y no como una visión estática y acabada. La EFTP produce cambios en las personas, las economías y las sociedades, y a la vez está profundamente afectada por los resultados de estos cambios. En ese sentido, requiere ser cada vez más consciente de sí misma y de su entorno, manteniéndose en constante evolución, para ser relevante y valiosa, y contribuir al desarrollo sostenible.

 

Para descargar, haga clic en el enlace:

http://unesdoc.unesco.org/images/0026/002607/260709s.pdf

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Of investment in education: is Nigeria still Africa’s giant?

By Adekunle Adebajo

For as far as most Nigerians can remember, this country has been proudlyreferred to astheGiant of Africa. This title was earned by virtue of her intimidating economy, her huge population and her big brother role during the years immediately following her independence from British rule. However, the country is fast losing the respect accorded to her in the past, not only in Africa but across the globe. The factors responsible for this are not far-fetched: poor supply of electricity, poor state of infrastructure, notoriousness for internet fraud, corruption, an inferior quality of education among others.

Homing in on the last, it has been discovered that the state of the country’s schools can be easily explained financially. Comparing the budgetary behaviour of Nigeria and some other countries across Africa reveals that Nigeria’s giant status is not found where it matters the most, particularly in the level of attention paid to the education sector. While other African countries seem to have recognised the potency of education as a midwife to development, a better economy, a safer society and a more prosperous population, Nigeria’s priorities are still found in sustaining an excessively expensive system of governance and in national security, the funds for which often reflect better in foreign bank accounts rather than local battlefields. Rather than set the pace in implementing global standards, Nigeria evidently has a lot to learn from smaller and younger countries across the continent.

Kenya
Kenya’s education sector has traditionally received the lion’s share of the country’s national budget to take care of teachers’ salaries, and primary and secondary school subsidies; and this tradition was upheld in the 2015 budget.In April 2016, the Kenyan government tabled its 2016/17 national budget estimates before the National Assembly. The Budget Policy Statement (BPS) ceilings in all the sectors summed up to 1,498 Kenyan shillings; but the Gross Expenditure Estimates, after the increase by the Treasury, amounted to 1.667 trillion Kenyan shillings. Based on the BPS, education received a total of 346.6 Ksh, which in other words is 23.1% of the entire budget. This figure is topped only by the allocation to Energy, Infrastructure and ICT, some of the projects under which are also academic in nature, for instance the laptop project gulping Ksh 17.58 billion.

South Africa
In the 2016/17 budgetary year in South Africa, the country spent R213.7 billion on basic education, which is about 15% of the total budget; and, according to the National Treasury, the allocation is projected to rise an average of 7.4% annually over the following three fiscal years. In terms of percentage, this allocation, according to data from the United Nations, trumps those of the United States, United Kingdom and Germany. As projected, more recent figures are even more education-friendly. According to aUnited Nations Children Fund (UNICEF) document titled, “Education Budget, South Africa, 2017/2018”, the budget for school children is presently 17% of total government expenditure.

Ghana
Ghana has also established herself as one of Africa’s big spenders on education. In 2013, she committed a whopping 31% of her budget to education as against Nigeria’s 8% in the same year. The following year, the figure dropped to 20.5%; and it declined even more in 2015 to 17.8% and in 2016 to 13.5%. In 2017, however, the Ministry of Education’s budget experienced a 20.7% increase from the previous year’s figure; that is from 7.55 billion Ghanaian cedes to 9.12 billion Ghanaian cedes. And in 2018, the allocation has increased by another 11.6% as the government proposed last year to spend GHS 10.18 billion on the Ministry. This amounts to 16.42% of the total budget of GHS 62 billion.

Egypt
As for Egypt, one country whose universities alwaysstand out on the continental ranking, the government proposed to spend EGP 104 billion on education in the 2016/2017 fiscal year, which amounted to 11.1% of government spending in that year. This is an improvement on the allocation of EGP 99.3 billion the previous year. The increment in the allocation is partly attributable to the Egyptian Constitution. According to the document, the government is required to spend at least 3 per cent of the Gross National Product (GNP) on healthcare and at least 4 per cent on education every year. It is noteworthy that the global average education budget in relation to GDP stands at 5%.

Lesotho
This country is renowned to spend most part of its GDP on education. According to the budget speech to the parliament for the 2017/2018 fiscal year presented by Dr.MoeketsiMajoro, the Minister of Finance, the government proposed to spend a total of M2.423 billion on education and training in 2018. This, to put it differently, is 19.2% of the entire budget. The previous year, the government had spent 20.7% on

the same sector.

Now to Nigeria
In the acclaimed giant of Africa and home to the largest black population on earth, regard for education appears to be an anathema to all forms of government, whether led by a military dictator or a democratically elected individual, a Northerner or a Southerner, a Major General or a Ph.D. holder. An assessment of the trend from 1999 shows that the lowest allocation, 4.46%, to education was in 1999, and the highest, 11.44%, was in 2015. The average allocation in all 16 years of democratic rule is 9.14%. In the pre-1999 years of military rule, the sector did not fare any better as a study has shown that the average allocation to education between the years of 1981 and 1998 was a meagre 4.18%.

The situation has in fact worsened under the present administration. The first budget presented by President MuhammaduBuhari in December 2015 for the 2016 fiscal year was in stark contrast to the double digits legacy left by his predecessor. Education received ₦369.6 billion, which was 6.07% of the entire budget. In the 2017 budget proposals, N448.01billion was allocated to education, representing about 6% of the ₦7.30 trillion budget. And in the 2018 Appropriation Bill, the government proposed an allocation of ₦435.01 billion to education, which is just 7.04% of the total budgeted amount of ₦8.612 trillion.

Nigeria against the world
Across Africa, most countries are spending more and more on education by the year. As a matter of fact, government expenditure on education in Sub-Saharan Africa increased from US$12 billion in 2000 to US$67 billion in 2013 representing over 450% growth. This trend has resulted in higher literacy rates, lesser numbers of out-of-school children, improved quality of learning, and more foreign investments as well as greater industrialisation owing to greater availability of skilled labour. It has also led to a gradual increase in GDP for many of these countries as educated citizens naturally earn more than those who do benefit from formal learning.

Nigeria, on the other hand, especially under the presidency of MuhammaduBuhari, has yet to board the train of progress, despite cries from various corners. For this country, it has become an unending cycle of budgetary disregard for education, and complaints from stakeholders, accompaniedby silence from the government. The same pattern is repeated year in year out. This habit has affected us greatly, because not only are our schools not reckoned with on the international stage, the culture of academic tourism has seen our economy shed weight to the benefit of such countries as the United States, the United Kingdom and even Ghana.

In 2012, the Chairman of Exam Ethics International, Ike Onyechere, said Nigerians spend over ₦1.5 trillion annually on students studying abroad. ₦160 billion out of this goes to Ghana, while ₦80 billion goes to the United Kingdom. Likewise, in 2016, the Chairman of the Senate Committee on Tertiary Institution and Tertiary Education Trust Fund, Senator BintaMasi, said Nigeria spends over $2 billion annually as capital flight on education abroad. With this figure alone, Nigeria can build one or two world-class universities every year, considering the fact that Pakistan planned to spend $750 million for each of its new universities of engineering, science and technology and Qatar’s Cornell University spent the same amount establishing its School of Medicine in 2002.

The country’s lacklustre attitude towards education equally reflects in the ranking of universities across the globe and in Africa. According to the 2016 Times Higher Education World University Rankings, there is only one Nigerian university in the top 15 ranking in Africa, and that university, the University of Ibadan, is number 14 on the list. On the same list, we have six universities from South Africa, three from Egypt, two from Morocco, one from Uganda (ranked fourth), one from the Ghana (ranked seventh), and one from Kenya (ranked eighth). A similar pattern recurred in the 2018 ranking.

Finally
It is high time the Nigerian government recognised that recognising the good in education is for the good of the country. We do not have to go as far as the extreme West or the far East to get examples of countries reaping bountifully from great investments in education. Right here in Africa, there are more than sufficient instances. The Nigerian National Assembly should adopt the Egyptian legislative model by incorporating, into the constitution, a benchmark for budgetary allocations to the education sector. This preferably must not fall below 5% of the nation’s GDP or 20% of government’s annual spending.

Our schools are ailing; and it is not by scrapping Post UTME or quelling industrial actions that they will get better. We must make conscious, radical efforts by investing all we can to turn things around for good. Before we complain that our graduates are unemployable, we must ask first if our schools are habitable and if our facilities are universally acceptable. But beyond just dumping huge sums of money into the sector in theory, the government has to also ensure a balance in recurrent and capital expenditures as well as an effective implementation of whatever plans are laid out on paper. If we can do this, then the return of the giant to her rightful place is not only inevitable but will happen before long, before our very eyes.

Source:

https://www.thenigerianvoice.com/news/263557/of-investment-in-education-is-nigeria-still-africas-giant.html

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Un nuevo estudio demuestra que se aprende más de los libros que de las pantallas

Autor: Eva Rodríguez de Luis

¿Prefieres leer el periódico o en tu móvil? ¿Dónde leerías las cláusulas de tu hipoteca? ¿Y la cartelera del cine? ¿Son mejores las pantallas que el papel?

Los estudiantes de hoy en día son auténticos nativos digitales, es decir, son la primera generación que ha crecido rodeada de tecnología como los smartphones, tablets, eReaders, etc. Obviamente lo asumen como algo natural y es difícil encontrar un niño que no sepa manejarse con ellos.

De hecho, dedican tantas horas durante su adolescencia que pasan varias semanas al año pegados al móvil. Con esa dependencia tan brutal, no es de extrañar que nuestro cuerpo se esté modificando para el uso continuado de estos dispositivos.

Profesores, padres y políticos saben de la influencia de la tecnología y por ello intentan ganarse el favor de los más jóvenes con el uso de las redes sociales y promocionando el aprendizaje a través de los medios digitales, invirtiendo en iPads o libros de texto electrónicos. Y es que, si a los chavales les gusta la tecnología, ¿por qué no meterles los reyes visigodos desde la tablet? Igual así entran mejor.

Craso error. Un estudio reciente publicado por Business Insider evidencia que leer en medios digitales o en papel es diferente. Y es que puede que los libros electrónicos sean más ligeros y accesibles, pero el aprendizaje es peor, aunque les gusten más los gadgets.

¿De qué sirve leer rápido si no te enteras de nada?

Los estudiantes dicen que prefieren leer en pantallas y que incluso se cansan menos, pero su rendimiento no dice lo mismo. Por ejemplo, asimilan mejor textos largos (que implican más de una página) de forma impresa que haciendo scroll en la pantalla, por su efecto de dispersión. En resumen, que se concentran menos teniendo que saltar. No es casualidad que estés leyendo párrafos cortos en este artículo.

La demostración no pudo ser más flagrante: el mismo texto, visto en pantalla o impreso. Tras su lectura, los sujetos tuvieron que completar tres tareas: describir la idea principal de lo leído, listar los puntos claves y añadir cualquier otro tema que considerasen relevante. Después tuvieron que hablar sobre la experiencia.

Para ellos, la lectura en una pantalla era algo así como la panacea: no solo les gusta más leer en una pantalla, sino que leen más rápido.

Sin embargo, los evaluadores del ejercicio mostraron que la comprensión era abrumadoramente superior en el texto en papel. Más o menos todos se quedaron con la idea general del texto, pero en cuanto había que hablar de los detalles, los que habían leído en una pantalla apenas pudieron retener información concreta.

Con estos resultados, la estrategia a tomar por profesores, padres y políticos sobre el incremento de contenido digital en la aulas debe tener en cuenta varios factores.

Niños en el aula aprendiendo con iPads. Mater Purísima

¿Por qué leemos?

Puedes leer por muchos motivos: por placer, por obligación, para aprender, para informarnos para pasar el rato… Parece algo obvio, pero deberíamos tenerlo en cuenta. No es lo mismo levantarnos por la mañana a leer los titulares de la prensa que preparar unas oposiciones, por ejemplo. Ni es lo mismo leer la cartelera del cine que leer el contrato de la hipoteca.

Cada propósito puede tener un medio que se le ajuste mejor. Vamos, que no vale aplicar con rotundidad la máxima de que el papel es siempre mejor para todo.

Sin embargo, para algunas tareas, el medio es irrelevante. Si a un estudiante le das un medio u otro y le dices que se tiene que quedar con la idea principal, da igual papel o pantalla. Pero si se requiere más concentración y comprensión, siempre será mejor un texto impreso. Aunque te gusten más las pantallas.

¿Leer rápido o leer mejor?

En otro experimento, los investigadores fueron capaces de crear un perfil de los estudiantes basados en la forma en la que leían y comprendían los textos. Concretamente, había un grupo bastante atípico que leía más despacio los textos cuando estos estaban en una pantalla que cuando estaban en un libro, y por ello, llegaban a comprenderlo mejor. Vamos, que no se limitaban a la archiconocida lectura diagonal. Lo que demuestra que no solo se trata de un tema de elegir el medio, sino de concentración.

Sí, retirar el papel de las aulas tiene enormes beneficios medioambientales y económicos, pero sin perder el objetivo del aprendizaje. A lo largo de nuestra vida académica, hay una serie de textos a los que volvemos de forma regular, algo que en un medio digital costaría bastante. Por ello, no debería haber miedo en invertir en libros que vamos a utilizar muchas veces: leer, releer, subrayar, tomas notas al margen…

No es que nos olvidemos de los gadgets y volvamos a los 80, sino que no perdamos nivel académico por satisfacer el gusto de los más jóvenes, que a la larga lo agradecerán.

Fuente del Artículo:

https://urbantecno.com/ciencia/tecnologia-aprendizaje-colegios

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La afectualidad como potencia social de los cuerpos para educarlos en una convivencia alternativa

Por Iliana Lo Priore.

Como señalamos en un anterior trabajo publicado, “La resignificación de la afectividad infantil en la educación como base de sustentación y expansión de la socialidad empática”, en el que nos aproximamos a una redefinición trascendente de la afectividad como afectualidad, con la intencionalidad de destacar la capacidad o potencia de los cuerpos  de afectar y ser afectados por empatía para favorecer nuevas relaciones intersubjetivas que propicien una transformación radical de la sociedad actual a favor de otro tipo de convivencia basada en la convicción de que el ser es relación con los demás, en la que se supere la separación moderna entre individuo y sociedad, una socialidad empática, donde unos dejen de ser usados como instrumento (económico, político, sexual, etcétera) de los intereses de otros. Donde desaparezcan el miedo y la  desconfianza hacia los demás. Inducidos por los poderes para propiciar irreconciliables disociaciones o separaciones, pretextando mediáticamente que los otros son competidores y potenciales o manifiestos enemigos al ser aparentemente distintos por su diversa otredad o condición sociocultural diferente (de clase social, étnica, política, religiosa, género, etcétera); y con su  desaparición, se posibilite un encuentro comunitario fraterno, igualitario, solidario, libertario y justiciero, dignificador de la condición ética de todos.  Relaciones intersubjetivas que expresen una distinta manera de percibir, sentir y pensar el mundo.

Es de destacar que el pueblo latinoamericano en su diversidad sociocultural  asienta su convivencia fundamentalmente en un tipo de relacionamiento de naturaleza afectiva.  Principalmente las mujeres establecen redes vinculantes de solidaridad, auxilio mutuo y compañerismo en sus comunidades que se sustentan en la afectividad.  Con base en ello es que creemos que la potenciación y redefinición de la afectividad relacionante de tipo popular, puede ser el basamento para redefinir las sociedades latinoamericanas y edificar una mejor vida social.

La afectualidad que suscribimos tiene su asiento en una sensibilidad convivencial con el otro, en la “experiencia de/con el otro”, los otros y lo otro. Pese a que esa experiencia sea en ocasiones afectivamente refractaria. Esta sensibilidad no se restringe a la capacidad sensorial de los individuos, de sus sentidos.  Ella sobrepasa la condición de los órganos sensoriales y sus funciones en el cuerpo biológico como organismo. Es una capacidad principalmente de registro racional-sensible y actuación existencial vitalista de los cuerpos frente al entorno-mundo y a sí mismos.  Desde esta posición racio-vitalista se reivindica la corporeidad considerada como un cuerpo-sin-órganos, concepto formulado por Deleuze y Guattari (1988), para resaltar la potencialidad de lo que puede hacer un cuerpo consigo mismo y con los otros cuerpos en su devenir, de lo que es capaz por las intensividades o fuerzas energéticas que lo conforman o afectan en su integralidad trascendente según sea su modo de reproducirse en la interacción sociocultural.

Comprender esa razón sensible (Maffesoli, 1997), supone, a su vez, una sensibilidad intelectual para aprehender sus expresiones en la realidad social en quien trata de entender la incidencia conformante de  lo sensible, sin relegarlo o subordinarlo ante la razón instrumental prevaleciente que convierte todo en un medio, herramienta o instrumento, cosa que pervertiría la comprensión de las relaciones de afectualidad que son anti-instrumentales.

Ello requiere que se supere la concepción racionalista mecánica en su pretensión científica positivista hegemónica que rechaza lo que no sea objetivable y cuantificable como objeto, ya que las relaciones de afectualidad son transobjetuales  en la interacción social; siendo para ésta la afectualidad, por tanto,  algo subjetivo, ambiguo, difuso o impreciso para su mirada de racionalidad cientificista.

La socialidad empática reclama, en consecuencia, otro tipo de intelección o ciencia que asuma la racionalidad de la  empatía intelectual con ella, la congruencia de la razón-sensible,  para compaginar lo sensible con lo inteligible, sin que ello signifique que se desdeñe el necesario distanciamiento subjetivo y relativista requerido para estudiarla en las modificacio

nes sociales que está produciendo la Posmodernidad, a través de las experiencias que afectan empáticamente a los cuerpos y que producen socialidad.

Para que esta afectualidad sea una experiencia densa se propone la pedagógica como condición de posibilidad.  La Pedagógica es,  una racionalidad ético-pedagógica en tanto envuelve una fundamentación  metódica coherente de pensamiento y acción que atiende a fines éticos que conlleva a una crítica y prácticas transformadoras de  la cultura o contracultura dominante de la modernidad o colonialidad,  y entraña o agencia la deseducación para la dominación y la reeducación liberadora, descolonizadora y transmoderna.  La Pedagógica contribuiría además a:  a) una erótica sin relaciones de dominación, reivindicando o revalorizando la afectividad o amorosidad entre hombre-mujer, padres-hijos, hermano-hermano, docente-estudiante, etcétera, y b) una política empoderadora del pueblo-víctima contraria a la prevaleciente por antidemocrática e injusta al no promover la distribución de la riqueza producida socialmente por el trabajo de todos los que trabajan.

Para ejemplificar la relación entre la erótica y la pedagógica dusselianas, se puede señalar que el niño o la niña, o los hombres y las mujeres, los seres humanos en general,  no advienen primeramente al mundo a encontrarse con/entre los entes u objetos como proponen las epistemologías que pretenden apoyarse en la inicial relación o  interacción sujeto-objeto; por el contrario, advienen al mundo en una relación fundante de sujeto-sujeto, de tipo erótica, afectiva o amorosa, que se produce en el vientre de la madre con ella, que es precedida de una relación también erótico-sexual entre hombre-mujer.  De aquí que la primera relación ético-pedagógica, madre-hijo(a), es erótica, y desde este enfoque se puede sustentar la continuidad escolar de la pedagógica.

La relación docente- niñx, niña (a)-niña (o) asumida desde esta perspectiva es ética amorosa, pedagógica, elementos claves para asumir la afectualidad como potencia social de una convivencia alternativa.

Por todo lo expresado hasta aquí, se trataría de reflexionar en torno a posibles experiencias pedagógicas densas “de/con los otros y lo otro”, que potenciarían la corporeidad favoreciendo una educación que ella misma fuera manifestación de la socialidad empática con base en el desarrollo de una sensibilidad convivencial entre los participantes y autores educativos.  No se trataría tan solo de innovar, ni de crear a partir de la nada, sino de crear, re-crear y reconvertir experiencias desde el acervo de profesionalidad que muchos docentes han agenciado autopoiéticamente o producido y acumulado autónomamente por medio de su praxis educativa. La afectualidad en la educación al trascender la relación del sí mismo-consigo mismo a la relación con la otredad, en una circularidad pedagógica,  humanizaría todos los procesos educativos abriendo ventanas a la estética, integralidad, dignidad y a una convivencia-otra pertinente y urgente en la construcción de la ciudadanía que nos ocupa.

Referencias

Deleuze, G. y Guattari, F.  (1988)  Mil Mesetas. Valencia: Editorial Pre-Textos.

Dussel, E.  (1980).  Filosofía ética latinoamericana.  Bogotá: Editorial C.E.D.

Maffesoli, M. (1997)  Elogio de la razón sensible. Una visión intuitiva del mundo contemporáneo.

                  Barcelona: Editorial Paidós.

Lo Priore, I. (2018). Resignificación de la afectividad infantil en la educación como base de sustentación y expansión de la  socialidad empática. En OVE: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269074.

Lo Priore, I. (2017). ¿Desde dónde asumo el pensamiento pedagógico? Material de mimeo, Universidad de Carabobo, Facultad de Ciencias de la Educación, Valencia.

* Correo: ilianalopriore11@gmail.com

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Resignificación de la afectividad infantil en la educación como base de sustentación y expansión de la socialidad empática

Por: Iliana Lo Priore.

El presente texto recoge una propuesta de investigación y difusión colectiva e institucional que desde la necesidad de problematizar la noción de afectividad que ha predominado hasta ahora en el medio educativo escolar de la niñez, de la adolescencia y de la juventud, busca  reconsiderarla como afectación al  tratar de trascender  lo emotivo como límite de su significado, ya que la replantea como capacidad de los cuerpos de afectar y de ser afectados por su tipo de relacionamiento con los otros seres y entes con los que interactúa en el mundo.  De aquí que propongamos el término afectualidad en vez de afectividad, ya que no se trata de algo tan solo inmanente o inherente a cada cuerpo y no trascendente, su capacidad afectiva, sino que planteamos hacer trascendente  esa inmanencia afectiva como potencia relacional, de afectación de los cuerpos, o corporeidad.  Renombrar la emoción afectiva, en tanto cualidad adjetiva o predicativa, como sustantivo-sujeto, la afectualidad, es imprescindible para referir y resaltar una significación-otra. La  problematización  deviene de los cambios que ha experimentado el contexto sociocultural e institucional moderno de nuestros países latinoamericanos, así como  los de otras regiones en el mundo, producto de una dilatada crisis estructural profunda por la que atravesamos a nivel planetario, y que repercute  en la experiencia vital de las relaciones y encuentros que forman a la corporeidad.

Son numerosos los investigadores sociales y de otros campos que,  pese a sus diferencias,  concuerdan en que la crisis general que asola al modo civilizacional que prevalece en el mundo , y que conocemos como época Moderna, obedece al agotamiento o “fin” de dicho modo de producir y reproducir la vida-muerte en el planeta, y que el tránsito epocal  convulsivo en todos los planos que en consecuencia vivimos de crisis civilizacional en lo económico, social, ecológico, político, educativo, en las racionalidades, en el conocimiento, etcétera, se  debe denominar Posmodernidad, aunque algunos opten por nombrarlo “modernidad tardía o tardomodernidad”, “sobremodernidad”, “transmodernidad” , etcétera. Crisis que nos obliga éticamente a buscar alternativas a ese “modo civilizatorio” que por sobradas  razones ha sido calificado como depredador de la naturaleza y de la humanidad.

Entre los efectos culturales del agotamiento de la Modernidad destaca la deriva semiótica, por falta de correspondencia o anclaje en la realidad de los signos como lo tuvieron imaginaria o simbólicamente en el pasado, de los significantes o ideas-fuerza de progreso, desarrollo, igualdad, justicia social, evolución histórica, humanización, educabilidad, etcétera (Lanz, 1998).  Ideas-fuerza que alimentaron, principalmente desde el siglo XVIII con el movimiento ideológico-cultural de la Ilustración europea, la esperanza de millones de seres que guiados por aquellas promovieron los ideales sociales del capitalismo liberal y del socialismo o capitalismo de Estado, así como las conflagraciones de las dos guerras mundiales del siglo XX que condujeron a la muerte de millones de seres humanos y a un reparto geopolítico del mundo entre las potencias guerreras.  Geopolítica de las potencias que nos mantiene en vilo ante una siempre amenazante tercera conflagración mundial.

Es de resaltar para nuestros efectos, que el concepto de Posmodernidad ha sido usado por destacados investigadores educativos en la región para aproximarse a la comprensión de la repercusión de la crisis de la Modernidad en la educación, por ejemplo, Peralta (2017), lo ha usado parcialmente, –sin las implicaciones que aquí apuntamos en función de la educación de niños y niñas–, y considerar su incidencia en la elaboración de lo que denomina currículos posmodernos para la infancia.

No obstante esa disolución de los fundamentos de la Modernidad y sus realizaciones prometidas, y que han dejado un gran manto de incertidumbre por el derrumbe de las grandes teorías, relatos y narraciones o  presuntas verdades generales establecidas (Morin, 1995), hay investigadores de la Posmodernidad que paralelamente han evidenciado el surgimiento de un nuevo tipo de relacionamiento sociocultural como efecto inverso posmoderno, que han denominado socialidad en tanto nueva forma de sociedad o de agregación entre los hombres y mujeres, que despunta desde fines del siglo pasado (Maffesoli, 1990).  Una socialidad de tipo empática que se traduce en la sensibilidad de una comunidad emocional, que llama Maffesoli por sus formas de agregación por empatía, neotribalización o nuevas tribus.  Noción ésta que ha resultado muy productiva en las investigaciones en torno a los nuevos comportamientos y tendencias que manifiestan los adolescentes y jóvenes en los diferentes países latinoamericanos. Esta socialidad empática, que actúa como una “nebulosa afectual” permea  diversos ámbitos de la vida cultural que propicia nuevas sensibilidades por proximidad afectiva y gustos compartidos desde el deporte,  la música, la estética, etcétera, hasta la ética y la política, llegando incluso a transfigurar a ésta última en el ámbito de lo público: “la política como antipolítica” por el rechazo a las formas tradicionales burocráticas de participación en los asuntos de interés general, por ejemplo, los partidos políticos; así como el rechazo ético-corporal a las instituciones gubernamentales o estatales que son consideradas administradoras parcializadas de políticas del poder o dominio de unos grupos o intereses sobre los demás, como ha sido el caso manifestado por los movimientos de los “indignados” en Europa.  Incluso la prevalencia  de la imagen, no se debe tan solo a su mediatización tecnológica digitalizada, sino a la recuperación sinérgica  que ésta favoreció  por su existencia previa como tendencia cultural posmoderna.

La breve consideración hecha sobre la condición posmoderna nos ha servido para resaltar una de sus tendencias: su socialidad empática que promueve comunidades o tribus por afinidad afectiva de duración efímera, según Maffesoli.  Una tendencia que contrarresta al prevaleciente narcisismo individualista  disolvente de vínculos sociales orgánicos cohesionadores, producido por el modo civilizatorio moderno depredador-competitivo, sin que por ello la tribalización deje de  expresar como potencia afirmativa  la individuación de modo colectivo que busca la realización o satisfacción  personal de cada quien de manera conjunta, por más efímeras que estas experiencias asociativas puedan ser.  Experiencias que deseamos estudiar o investigar, repotenciar institucionalmente y dar mayor afirmación sociocultural a través de la educación de los niños y niñas para fortalecer los relacionamientos sociales por medio de la afectualidad para provecho de una mejor sociedad o una sociedad-otra.

Cabe aquí, por consiguiente, aproximarnos  a lo que se ha entendido por afectividad, sin que ello escamotee lo que debe ser investigado colectiva e institucionalmente al respecto. Lo hacemos para evidenciar con una comparación crítica la inconsistencia de seguir sustentando una representación de la afectividad desactualizada para dar cuenta de las nuevas realidades socioculturales que la implican.

Aunque existen diversas conceptualizaciones sobre la afectividad que responden principalmente a enfoques disciplinarios (psicológicos, antropológicos, sociológicos, etcétera), queremos recuperar resumidamente la perspectiva filosófica de Baruch de Spinoza (1980).  Para él no existe una sola clase de afecto, sino varias, o una afectividad múltiple: afectio y afectus. El afectio es el estado de un cuerpo cuando afecta a otro o es afectado por otro, mientras que el afectus consiste en la modificación continua o intensiva que sufre el cuerpo como aumento o disminución de su capacidad o poder de acción.  Para él el afecto es inmanencia concreta y abstracta o virtualidad potencial realizable de los cuerpos.  Por ello, para otro filosofo que lo comenta, Gilles Deleuze (1984), el afecto es inmanencia de la inmanencia, o inmanencia del poder puro, poder de afectar otros cuerpos. No obstante, reiteramos que para nosotros el afecto en tanto afectualidad, es una inmanencia de la corporeidad que se puede manifestar de manera trascendente en la transformación de las relaciones sociales y sus instituciones para que sea también poder emancipador de los cuerpos por sí mismos.  Trascendencia que nos es muy cara a los educadores para reconsiderarla como potencialidad manifiesta en una socialidad que la expresa posmodernamente para refundar o cambiar la sociedad desde su reconfiguración educativa, particularmente en la formación de la infancia.

Por ello creemos que es relevante y urgente acometer la tarea de investigar colectivamente las posibilidades que encierra la afectualidad al superar las limitaciones que la representación de la afectividad prevaleciente obstaculiza e impide, y, por otra parte, registrar y  potenciar las experiencias educativas en distintos planos y aspectos que desde esta nueva perspectiva acometan los educadores por su proyección sobre la afirmación de una socialidad empática transformadora de la sociedad.

Para desarrollar esa tarea indagativa y experimental es necesario articularnos con base en proyectos de investigación, seminarios itinerantes, conferencias, encuentros, conversatorios, talleres, etcétera.  En esta dirección estratégica destacan los educadores de la infancia por cuanto es parte de su acervo pedagógico-educativo la valoración de la afectividad en el desarrollo socioemocional y cognitivo del niño para su desenvolvimiento social presente y futuro. De aquí que la revisión crítica y experimental o práctica de esa valoración para adecuarla a los nuevos tiempos y al “espíritu de la época”, no sea extraña u ajena a su quehacer profesional. Centrándose para ello, en la revisión del tipo de agenciamiento pedagógico de  encuentros relacionales empáticos densos o  intensos que subjetiven  las experiencias relacionales de afectualidad, su  composición u organización para desarrollar la capacidad o poder de afectar y ser afectados individual y  colectivamente por esa clase de socialidad.

Con base en lo planteado, y por la dimensión y exigencias que se desprenden, vemos como un requerimiento encontrar una forma de articulación entre quienes compartan esta propuesta para facilitar su promoción y realización.  Para efectos de las temáticas a ser abordadas desde las diferentes formas señaladas, sugerimos las siguientes, sin que ello implique un orden agotado y cerrado:

– Contexto sociocultural de crisis de la Modernidad y advenimiento de la socialidad posmoderna, y sus derivaciones para la infancia principalmente.

– Implicaciones epistémicas y epistemológicas de una racionalidad sensible o empática ante las racionalidades modernas, particularmente para la “racionalidad educativa moderna”.

– Surgimiento de nuevos dispositivos de subjetivación de los cuerpos: sujeción y des-sujeción en los niños y niñas.

– Antecedentes teóricos sobre la afectividad y nuevos desarrollos: la afectualidad.

– Derivaciones educativas del “fin de la Modernidad” y crisis escolar para reconsiderar la función pedagógica de los docentes.

– Consideraciones, acciones y experiencias educativas orientadas en función  del agenciamiento  de la afectualidad infantil o de su potencia relacional.

REFERENCIAS

Deleuze, M.  (1984)  Spinoza: filosofía práctica.  Tusquets editores: Barcelona

Lanz, R.  (1998)  Temas posmodernos. Crítica de la razón formal. Fondo Editorial de la Asamblea  Legislativa del Estado Miranda: Caracas

Maffesoli, M.  (1990)  El tiempo de las tribus.  Editorial Icaria: Barcelona

Morin, E.  (1995)  Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa: Barcelona

Peralta, M.V.  (2017)  Construyendo currículos posmodernos en la Educación Inicial Latinoamericana.  Homo Sapiens Ediciones: Rosario

Spinoza, B.  (1980)  Ética demostrada según el orden geométrico. Editorial Orbis: Madrid

 

  • Correo: ilianalopriore11@gmail.com

 

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