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Recetas para fomentar la lectura en adolescentes

29 de marzo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Germán Cánovas

El fomento de la lectura a partir de la adolescencia (me refiero aquí a la lectura como fuente de placer, de descubrimiento del mundo y de autoconocimiento) debe ser, a mi entender, un ejercicio honesto, liberado de prejuicios y alejado del sermón. Resulta horrible escuchar a un alumno admitir, cuando es cuestionado sobre el asunto, que debe leer para tener cultura “y esas cosas”. Me parece una tarea improductiva la de promover la lectura entre los jóvenes si se hace desde una perspectiva evangelizadora y universal. El alumno entiende el sermón, lo incorpora a su discurso y probablemente consigamos, con el tiempo, que se sienta culpable por el hecho de no leer. Nada más.

Leer no es una necesidad, pero empezar a leer puede generar la necesidad de seguir leyendo. La lectura no nos salvaguarda de la estrechez de miras, de la intolerancia o de la idiotez. Nunca he intentado introducir la medicina adoctrinadora entre las mieles de lo literario, por la sencilla razón de que creo que la miel ya es suficiente medicina, y no querría que mis alumnos acabarán pensando que la literatura es una golosina inconsistente que sirve para hacer pasar mejor el mal trago de la cultura.

Más de la mitad de los adultos no lee si no es por cuestiones de trabajo. Miren a su alrededor en una sala de profesores (y hablo de profesores) y pregúntense cuántos libros han leído en los últimos seis meses. No tienen tiempo, se ve. Lo mismo que me dicen los alumnos antes de que yo les responda que el problema no es el tiempo, sino que no les gusta lo suficiente. Y no pasa nada. La amenaza de que la falta de lectura va a tener graves consecuencias en sus vidas nunca se cumple, y por lo tanto es una estrategia que hay que empezar a replantearse.

En fin, en las recetas que ofrezco a continuación para el fomento de la lectura tengo en cuenta siempre estas cuestiones: que la mayoría de los adultos no lee, que la lectura como prejuicio no crea lectores, que la verdadera lectura es un descubrimiento, que existen otras opciones para experimentar placer estético y para evadirse de la realidad, que la lectura de novelas nunca ha estado bien considerada o ha sido considerada incluso como perniciosa y que fue en estos contextos cuando la novela vivió sus etapas de auge y esplendor. En fin, que la mejor manera de fomentarla es no adoctrinar ni mostrarse desesperado por fomentarla. La desesperación está reñida con la capacidad de seducir. Prefiero dejarles intuir un espacio infinito y riquísimo al que están invitados a entrar y dejar la puerta entreabierta. Que no entre nadie cuya alma no tenga sed, les digo fingiendo que, por bromear, me pongo estupendo. Quien quiera entender, que entienda.

Por si a alguien le sirve de inspiración, ofrezco algunas recetas que empleo con mis alumnos para fomentar la lectura a partir de la adolescencia en Europa International School.

  1. No les imponemos en el colegio lecturas obligatorias, les damos a escoger entre una larga lista de lecturas optativas y cuando las han leído me reúno con ellos en el recreo o después de clase para hablar de sus impresiones.
  2. Intento evitar prejuicios hacia lo que ellos leen, acepto recomendaciones de lectura y procuro leerlas porque a ellos les hace ilusión que sea el profesor quien descubre un libro gracias a su recomendación.
  3. No controlo si se ha leído un libro con un cuestionario. Prefiero evitar un clima de sospecha y desconfianza. No hay ninguna razón para pensar que me están engañando. ¿Por qué deberían hacerlo? La lectura es voluntaria, solo para subir nota.
  4. Arranco novelas en clase. Leo las primeras páginas en una sesión e intento despertar en ellos la necesidad de seguir leyendo.
  5. Llego a clase diciendo que me siento apenado porque acabo de leer una novela que me encantaría recomendarles pero que no puedo hacerlo porque es “demasiado fuerte”. Siempre caen.
  6. Nunca les hago sentir inferiores intelectualmente por el hecho de no querer leer novelas o poesía. Entre otras cosas porque no creo que sea así. Les hago notar, eso sí, que creo que son más infelices.

¿Se te ocurren más ideas para fomentar la lectura sin convertirla en algo obligatorio? ¿Crees que son más efectivas? ¡Comparte con nosotros tus opiniones!

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/recetas-para-fomentar-la-lectura-en-adolescentes/

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Elena Escribano: “Los alumnos son un reflejo de la pasión del profesor”

22 de marzo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Elena Escribano

La poesía es uno de los géneros que más cuesta trabajar con los niños y los adolescentes. ¿Por qué cree que sucede esto?
Yo creo que porque los profesores no leen bien poesía en clase y no la comunican como es debido. La poesía es un género para ser leído en voz alta, aunque ahora se cultive el placer de la lectura individualmente. No es fácil hacerlo, hay que saber entonar, marcar los tiempos, las pausas y, sobretodo, comunicar la emoción del poema. Por eso es imprescindible que la lectura sea en voz alta. No hacerlo así hace perder el sentido al texto.

¿Y cómo se transmite ese sentido?
Algunos piensan que es el lector el que debe emocionarse para transmitir ese sentido y no es así: el secreto está en transmitir la emoción a quién escucha, y eso se logra con unas buenas pautas de lectura en voz alta. El profesor que lee a menudo a sus alumnos consigue que les encante la poesía.

¿Qué se necesita para atrapar a los más pequeños en este género?
Tres cosas: es imprescindible que al profesor le guste la poesía, para empezar. En segundo lugar, hay que leerla en voz alta y, por último, el profesor debe seleccionar los poemas adecuados a los intereses de cada edad.

¿Qué pautas daría a los profesores para hacer una selección óptima?
La selección debe variar según la edad del alumnado. De los 12 a los 14 años, les gustan los poemas sonoros, divertidos, que tengan rasgos de humor, las fábulas de animales, etc. Tienen un nivel de maduración pequeño, así que hay que elegir poemas con poca carga o adecuada a su edad. Pero a partir de los 14 años, que empiezan a madurar y las hormonas empiezan a tomar protagonismo, se puede empezar con poemas que toquen el tema amoroso. Cuando cumplen 17-18 años, sin embargo, enganchan mucho los poemas sociales que tratan sobre la paz, la libertad, el matiz filosófico, la percepción del mundo, etc.

Entonces, el problema no es que a los niños y niñas no les guste la poesía…
Es imposible que no les guste porque están conectados todos los días a la música, y la poesía es canción. El truco está en seleccionar la adecuada a sus intereses.

¿Qué pautas le daría a un profesor de ESO para seleccionar poesía?
La primera, que tenga una selección propia. Los poemas que más le llaman la atención al docente deben formar su antología. Es importante también mezclar clásicos con autores modernos.  A mí me ha funcionado muy bien pedirles las canciones que más les gustan. Entonces las leo en voz alta, y también busco poemas que más o menos traten ese asunto. Así ven que la estructura de la canción moderna se corresponde con los poemas clásicos. Si les demuestras que son parecidas, los tienes en el bolsillo.

¿Es interesante que los alumnos también aporten y compartan sus gustos?
Por supuesto, y que participen de la poesía. Otro recurso es que los chicos y chicas pongan música a las letras, que las canten en clase, que se animen. A partir de ahí, el salto a la poesía clásica es solo un empujoncito.

¿Se puede enseñar a escribir poesía?
Sin duda alguna. Hay talleres para enseñar a escribir poesía, pero la clave está en enseñar a leer poesía, en aficionarlos a leer. Luego los que tienen capacidad creativa la escribirán ellos mismos.

¿Y los que son menos creativos?
Ellos también. Si aprenden las estructuras de las anáforas o de los paralelismos,  después se divertirán escribiéndolas. Hay que enseñar cuatro o cinco recursos muy básicos: la antítesis, la comparación, la metáfora, etc.

En cuanto a los temas, ¿sobre qué recomienda escribir?
Hay que perder el miedo también a la temática. Los chicos y chicas deben escribir cosas divertidas, incluso provocadoras. Cada uno a su gusto, no hay que asustarse de que sean subidas de tono. Vas añadiendo recursos uno tras y otro, y con eso hacen poemas divinos.

Hemos hablado hasta ahora de secundaria. ¿En primaria se puede trabajar la poesía?
Claro, a los pequeños les encantan los trabalenguas y los juegos de lenguaje. También tenemos fábulas sencillas. Los pequeños disfrutan con la poesía más que los adultos porque no tienen tantos prejuicios, no temen hacer el ridículo. Se lanzan con mayor facilidad. Si al profesor le gusta la poesía, va a encontrar el camino de hacer partícipes a sus alumnos, igual que a uno que le gusta la narrativa acaba contagiando a sus chicos y chicas. Los alumnos son un reflejo de la pasión del profesor.

¿Es recomendable hacer estudios y trabajos del autor del poema y su contexto?
En primero y segundo de la ESO no. Lo primero es que se enamoren de la música, de la poesía. En tercero y cuarto está bien que vean un poco quien es el autor, pero sin abrumarles con información. En cuarto un folio de poemas adecuados a la edad de autores clásicos viene muy bien. Hay que mezclar con autores modernos. A los niños hay que enseñarles que la poesía tiene una actualidad absoluta.

¿Y esto cómo podemos hacerlo?
Un recurso interesante es coger cantautores que tengan letras muy bonitas. A mí me funcionaron muy bien las canciones de Serrat, de Lluís Llach, de Nacho Cano, Luis Eduardo Aute, etc. También Fito y los Fitipaldis tienen unas letras fabulosas para trabajar. A la poesía no se puede entrar con Garcilaso; llegarán, pero lo harán más tarde. A la poesía hay que entrar con Fito y los fitipaldis. Hay que empezar siempre por la canción, los profesores estamos locos y empezamos por lo clásico y es ahí donde nos equivocamos.

Los clásicos para el final entonces.
El camino es la canción moderna con una buena letra. Analizar esa canción como si fuera un soneto de Garcilaso. Es mucho más fácil explicar los recursos literarios con una canción de Fito que hacerlo con un clásico. Una vez que han entendido los recursos estilísticos y empiezan a hacer canciones es cuando puedes entrar al clásico.

¿Y valoran los clásicos de la misma forma que lo hacen con las canciones de hoy día?
Cuando los niños entienden los recursos que en los cantantes actuales son fáciles se dan cuenta que en los poetas clásicos están elevados a la cima. Es entonces cuando pueden valorarla.

Se ha utilizado la poesía como una herramienta para entrenar la memoria. ¿Se pueden desarrollar otro tipo de competencias?
¡Claro! La poesía es el camino de la arquitectura. Tengo muchos alumnos arquitectos en la Universidad Politécnica con premios nacionales de poesía. Nuestro género no deja de ser una construcción y la connotación que tiene las palabra dentro de un verso es arquitectónica.  Pero sí, la poesía hay que aprenderla de memoria. Los chavales deben tener en la memoria una alacena de poemas, esto enriquece la sensibilidad y la memoria. Además, sirve para organizar el pensamiento.

¿Qué capacidades cree que favorece la poesía?
Para empezar la capacidad de síntesis, la de sugerencia, pero sobre todo, te pone en contacto con no lo que no tiene nombre, con el yo más íntimo. La poesía le pone nombre a los sentimientos más complicados. Todos tenemos corazón de poeta, lo que no tenemos son sus palabras. Lo sentimientos son comunes para todos, pero no todos los sabemos expresar igual. Con la poesía definimos sentimientos complejos, profundos, difíciles de definir. Reconocemos en la poesía situaciones y sentimientos que vivimos todos.

¿Esto sirve para trabajar emociones? Sobre todo en edades complicadas, como en la adolescencia.
La poesía es, en esa edad, absolutamente terapéutica. Para empezar, la poesía, como todo acto de lenguaje, ordena los sentimientos en el espacio-tiempo. Hay que poner una palabra delante de otra. Un adolescente en una etapa confusa tiene desasosiego y como no lo entiende lo tapa, lo tapa mal, como puede, con alcohol, con violencia. Si a ese adolescente le desatas la pasión de la escritura, para empezar tiene que escribir ese pensamiento confuso. La escritura en esta edad es pura terapia, lo repito. El resultado es tan bonito que por feos que sean los sentimientos, la forma les gusta. Los adolescentes que escriben tienen menos problemas que los que no escriben.

¿Y esta “terapia” puede acabar convirtiéndose en profesión?
Con el tiempo y el oficio se convierte en arte.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/elena-escribano-los-alumnos-son-un-reflejo-de-la-pasion-del-profesor/

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Los jóvenes argentinos, con los niveles más bajos de bienestar emocional del mundo

Por: Luciana Vázquez

Según una encuesta, apenas un 20% dice sentirlo; el país ocupa el segundo lugar en el ranking de malestar emocional.

Son pocos. Ni siquiera llegan al 20%. El porcentaje de adolescentes y jóvenes argentinos de entre 15 y 21 años que dicen que sienten un buen grado de bienestar emocional apenas alcanza el 18%.

Es decir, más de cuatro de cada cinco chicos y chicas de la llamada generación Z, los nacidos entre 1995 y 2001, la están pasando mal en la Argentina, que así se convierte en el segundo país, después de Brasil, en el ranking de malestar emocional que experimentan sus adolescentes y jóvenes. En Brasil, el porcentaje de adolescentes y jóvenes que dicen que disfrutan de bienestar emocional es de tan sólo 16 puntos, mientras que el promedio mundial es de 30 puntos.

Así surge del estudio global «Generación Z: encuesta de ciudadanía mundial. Lo que piensan y sienten los jóvenes del mundo», realizado en veinte países a más de 20.000 jóvenes, mil por cada país, y divulgado hoy en todo el mundo. La encuesta, implementada de forma online, es una iniciativa de la Fundación Varkey, una ONG con base en Londres que desde hace tres años entrega el Global Teacher Prize.

El trabajo es el primer estudio comparativo internacional a gran escala de las actitudes de jóvenes y adolescentes. Se trata de un intento abarcativo de comprender cómo piensan y sienten los adolescentes y jóvenes de hoy, los «bebes del milenio», según los llama el estudio, que serán los protagonistas del rumbo que el planeta tome en los próximos sesenta años.

La encuesta recoge información valiosa acerca de las actitudes, los comportamientos y los valores de adolescentes y jóvenes de Brasil, además de la Argentina, en América latina; de Estados Unidos y Canadá; de Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia; de Rusia, China, Corea del Sur y Japón; de la India, Indonesia, Turquía e Israel, y de Australia y Nueva Zelanda.

¿Hasta qué punto los jóvenes y los adolescentes de hoy se sienten felices con sus vidas? Ésa es la primera cuestión que instala el reporte, que tiene en cuenta una serie de factores que impactan en esa percepción de felicidad, cuantificados a partir de frases positivas a las que los encuestados responden asignándoles una frecuencia: «nunca experimenté» o «siempre».

En términos generales, el 68% de los adolescentes y los jóvenes del mundo se sienten felices. En la Argentina, ese porcentaje llega al 70%, lo que la deja sexta en el ranking mundial de felicidad de los jóvenes. En Brasil, un 69% de los adolescentes y los jóvenes se siente feliz. El porcentaje más alto se da en Indonesia, con el 92%, y el más bajo, en Japón, con el 45%.

La foto es menos optimista cuando se ve el resultado de la percepción de las distintas variables que hacen a la felicidad. El bienestar emocional, el segundo entres los más bajos del ranking en el caso argentino, es uno de esos factores y registra el grado en que los adolescentes y los jóvenes no piensan demasiado en problemas y no se sienten en general ansiosos, acosados, poco amados o solos.

El porcentaje de jóvenes que experimentan bienestar emocional es mayor en Indonesia, con 40%. Le siguen Israel, con 38%; Alemania, con 36%; China, con 36%, y Nigeria, con 34%. En países como Estados Unidos y Canadá, el porcentaje es de 30% y 27%, respectivamente.

Las relaciones personales con padres y amigos son otra variable clave para la felicidad general. En la Argentina, el porcentaje de chicos que sienten que tienen una buena relación con sus padres y un vínculo sólido con sus amigos llega al 61%, y aunque es de los más bajos registrados por el estudio, está cerca del promedio mundial, de 67 puntos porcentuales. Además de la Argentina, Brasil y Rusia, con 60 y 57% de sus jóvenes expresando esta insatisfacción, respectivamente, son los que presentan menor cantidad de casos de vínculos sólidos.

En Indonesia y China, en cambio, la proporción de jóvenes que responden positivamente es mucho mayor, con el 81 y el 80%, respectivamente. En Canadá y Estados Unidos, la proporción es de 68 y 62%, respectivamente.

La relación con los padres

La relación con los padres es central para la generación Z en todo el mundo, para la cual en promedio los padres son el factor con más influencia en sus valores: un 89% destacó esa influencia. El 70% encontró en los docentes el factor de mayor influencia. Sólo el 30% atribuye ese poder a las celebridades, factor que pesa menos en la Argentina que en ningún otro país. Y para apenas un 17% de los adolescentes y los jóvenes los políticos influyeron en sus valores.

La autopercepción del bienestar físico, sentir que se duerme y se ejercita lo suficiente y se dedica suficiente tiempo a descansar y reflexionar, es otro factor que hace a la felicidad, de acuerdo con el reporte.

En ese caso, el 16% de los adolescentes y jóvenes de la Argentina dice que goza de bienestar físico, casi en el promedio mundial, del 17%. La proporción mayor de jóvenes con esta percepción se da en Nigeria, con un 41%. Rusia, con el 12%; Corea del Sur, con el 11%, e Israel, con el 8%, están entre los lugares más bajos del ranking. En Estados Unidos, el porcentaje de jóvenes que se sienten bien físicamente es del 18%, y en Canadá, del 14%, lo mismo que en Brasil.

En cualquiera de los casos, la proporción de chicos que dicen que gozan de bienestar físico es alarmante por los bajos niveles que alcanza: menos de una quinta parte de los jóvenes encuestados.

En otras dimensiones la excepcionalidad argentina resulta destacable. Por un lado, en el altísimo grado en que sus adolescentes y jóvenes apoyan la libertad de expresión. El 70% de los argentinos de entre 15 y 21 años apoya la libertad de opinión aun cuando resulte ofensiva para una religión y el 64%, aun cuando pueda ofender a una minoría. En este caso, la Argentina ocupa el segundo puesto en el ranking mundial de apoyo a la libertad de expresión por parte de jóvenes y adolescentes. Lidera Turquía, con 78 puntos porcentuales.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1982977-los-jovenes-argentinos-con-los-niveles-mas-bajos-de-bienestar-emocional-del-mundo

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UNICEF-Global Infancia: Acompañamiento parental para adolescentes en el uso seguro de las Tics

América del Sur, Paraguay, 15 de enero de 2016. Fuente: Global Infancia /Unicef

Global Infancia realizó en 2016 un estudio denominado «A mí no me va a pasar». Dicha investigación recogió información a través de encuestas realizadas a 2.208 adolescentes sobre el uso de las TICs.

Los resultados muestran que:

• 76 de cada 100 adolescentes encuestados accede todos los días o casi todos los días a Internet.

• 16 de cada 100 lo hace de 1 a 3 días por semana.

• 87 de cada 100 tiene un celular propio.

• 93 de cada 100 usa el celular para ingresar a Internet.

• 67 de cada 100 no son supervisados en cuanto a su acceso a Internet.

• 47 de cada 100 usa Internet entre una y cinco horas por día.

Estos datos nos muestran con cuánta facilidad las y los adolescentes acceden hoy a las tecnologías de información y comunicación. Son inmensos los beneficios de las TIC en la vida del ser humano y de los/as adolescentes, pero también crecen enormemente los peligros a los que ellos/as se exponen cuando no les acompañamos o no les formamos para el autocuidado.

Niños, niñas y adolescentes que usan las TIC de manera inadecuada o no protegida, están expuestos a situaciones de violencia de todo tipo, y particularmente a la violencia sexual. Los y las delincuentes encontraron en las TIC mecanismos que les ayudan a captar a sus víctimas de manera más fácil y rápida.

Esta Guía fue elaborada para ayudar a responder esas preguntas; para construir puentes de diálogo con nuestros hijos e hijas, y acercarnos a su mundo tecnológico de manera amigable. Así podremos lograr que se sientan protegidos y seguros.

Para descargar la investigación completa hace clic aquí.

Fuente: http://www.globalinfancia.org.py/?p=9168

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Tres enfoques que han guiado las políticas de prevención del embarazo adolescente

12 de enero de 2017/Fuente  y autor: BID/Por Xiomara Alemán, Pedro Cueva y Sebastián Insfrán.

El embarazo adolescente se ha convertido en una problemática que obstaculiza el desarrollo de América Latina y el Caribe (ALC). Hoy, la región se encuentra con la segunda mayor tasa de fertilidad adolescente promedio por país a nivel de regiones. Su asociación con un empeoramiento de la salud materno-infantil, así como con la perpetuación de situaciones de vulnerabilidad ha motivado a las autoridades gubernamentales de la región a aumentar sus esfuerzos de prevención en este campo.

A continuación presentamos tres enfoques que han guiado la formulación de políticas de prevención del embarazo adolescente en la región.

  1. Enfoque tradicional: Provisión de información para la toma de decisiones

Tradicionalmente, las intervenciones de prevención se basan en la provisión de educación en salud sexual y reproductiva (SSR) fundamentándose en que un mayor acceso a la información mejoraría la toma de decisiones por parte de los adolescentes, de manera a que puedan evitar por sí mismos conductas de riesgo que resulten en un embarazo no planeado. Sin embargo, como explican Rodriguez y Hopenhayn en un informe preparado para la CEPAL, la provisión de SSR en ocasiones ha tenido un perfil conservador y restrictivo caracterizado por una persistente negación de la autonomía sexual de los adolescentes que condujo al ocultamiento de las relaciones sexuales, además de un acceso limitado a información y servicios relevantes para la prevención de embarazos no deseados.

Es por ello que en la actualidad, los currículos sobre SSR aún mantienen un mensaje sobre la importancia de comportamientos sexuales saludables como la abstinencia sexual o la reducción del número de parejas sexuales, pero se complementan con provisión de información más amplia y moderna sobre una prevención que empodere a los adolescentes en el control en la toma de decisiones basado en información sustantiva. De esta manera los programas se han ido adaptando a la compleja realidad que viven los adolescentes en la región.

En este sentido, en los últimos años se ha prestado especial atención a las características psicosociales de los adolescentes y la mayoría de los programas de educación han incorporado herramientas de negociación y planeación de vida que intentan mejorar capacidades como autoestima, empatía y autocontrol.

Adicionalmente, se observa una tendencia en innovar la provisión de información sobre SSR para hacerlos más amigables y confidenciales para asegurar así un compromiso más activo de los adolescentes. Ejemplos de esto son los servicios complementarios como consejería y atención especializada, distribución de métodos anticonceptivos, actividades extracurriculares recreacionales (deportes, teatro, etc.) y laborales (capacitaciones y pasantías) y la utilización las plataformas digitales y las redes sociales para transmitir estos tipos de mensajes.

  1. Enfoque de derechos: Propiciar un contexto que respete los derechos de los adolescentes

La perspectiva de derechos surge en parte como una reacción contra el enfoque tradicional de prevención enfocado en cambiar el comportamiento de los adolescentes como solución, ya que es muy probable que el contexto que los rodea conspire contra una capacidad real de poder tomar decisiones significativas.

Los expertos que apoyan este enfoque apuntan principalmente al desarrollo de una institucionalidad y un marco sociocultural donde se respeten los derechos fundamentales de las niñas y adolescentes para que dispongan de opciones válidas para tomar decisiones más saludables en relación a su sexualidad y reproducción. Una coyuntura mejorada en este sentido ofrecería oportunidades que permitirían romper con aquella percepción y valoración cultural que la única opción de las niñas y adolescentes para realizarse como mujeres es la maternidad. Esto permitiría una transición exitosa de las mismas a la adultez donde la visualización de un proyecto de vida más amplio es posible.

Entre estas intervenciones se encuentran aquellas que evitan las uniones a edad temprana y la violencia y coacción sexual a partir de un fortalecimiento del marco legal y una disminución de los prejuicios culturales-tradicionales. También aquellas que garantizan una mayor participación escolar en el mediano plazo y oportunidades laborales en el largo plazo como reformas educativas que amplíen el horario escolar o convenios estudiantiles-laborales, entre otros.

En este grupo de intervenciones también se pueden identificar aquellas de sensibilización y comunicación que promuevan una familia empática con la situación de los adolescentes de hoy. Por último, como el fenómeno del embarazo adolescente está asociado con un contexto de vulnerabilidad, en este grupo también se incluirían políticas gubernamentales que intentan mejorar factores socioeconómicos como la pobreza, la desigualdad y el empleo.

Como ejemplo de este tipo de intervenciones se encuentra la reforma educativa llevada a cabo en Chile entre 1997 y 2006, que extendió la jornada escolar de tiempo parcial a tiempo completo. Un estudio sobre este programa estimó que un aumento en 20 puntos porcentuales de la cobertura municipal de escuelas a tiempo completo redujo la probabilidad de embarazo adolescente en aproximadamente un 3%

  1. Enfoque integral: Intervenciones multicomponentes, multisectoriales y multiniveles

Teniendo en cuenta lo expuesto, existe un consenso general en la actualidad de recomendar políticas que puedan integrar ambos aspectos: intervenciones que mejoren la capacidad de tomar decisiones por parte de los adolescentes hacia comportamientos menos riesgosos con aquellas que permitan una coyuntura donde se respeten sus derechos teniendo en cuenta sus deseos, planes e inquietudes y ofreciendo mayores oportunidades que promuevan su desarrollo.

Por lo tanto, de acuerdo a nuestra visión, las políticas de prevención deben caracterizarse como:

a) Multicomponente: Deben presentar criterios transversales mediante múltiples líneas de acción simultánea y complementaria que atiendan diferentes factores de riesgo.

b) Multisectorial: Debe involucrar a sectores gubernamentales, de la sociedad civil y del mundo empresarial en diferentes ámbitos (educación, salud, juventud, etc.) haciendo partícipes a diferentes actores (adolescentes, familia, educadores, servidores comunitarios, agentes sanitarios, etc.).

c) Multinivel: Requiere diferentes decisiones a nivel local/comunitario, departamental/provincial, y nacional.

Este tipo de intervenciones integrales encajan con la noción de que el embarazo adolescente en ALC es un fenómeno complejo por la multiplicidad de factores que lo influencian y que, consecuentemente, deben ser atendidos simultáneamente para ocasionar los impactos deseados.

¿Qué otras medidas y soluciones aportarías para reducir esta problemática en América Latina y el Caribe? Escríbenos un comentario con tu opinión aquí o mencionando a @BIDgente en twitter.

Xiomara Alemán es especialista en protección social en las oficinas del Banco Interamericano de Desarrollo en Venezuela.

Pedro Cueva Rodríguez es licenciado en Economía por las universidades de Oviedo (España) y Maastricht (Países Bajos), con maestría en ‘Economía: Instrumentos del Análisis Económico’. Actualmente trabaja en la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.

Sebastián Insfrán es economista graduado de la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay), con una maestría en desarrollo internacional de la American University (Washington, D.C.). Actualmente es consultor en la División de Salud y Protección Social del Banco Interamericano de Desarrollo.

Fuente: http://blogs.iadb.org/salud/2017/01/09/prevencion-del-embarazo/?mc_cid=7156577d9b&mc_eid=37402ddfd1

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Asignatura pendiente

Por: Ana Lilia Herrera Anzaldo

Erradicar de raíz la discriminación, la violencia y los feminicidios es un tema de formación.

En la antesala de la segunda década del siglo XXI, va siendo hora de que nuestro país erradique, para siempre, cualquier práctica de inequidad o desigualdad motivada por el género.

Ello exige la premisa fundamental de fijar que la fuerza y la talla no son símbolo de superioridad, pues los seres humanos nos convertimos en una especie superior no por nuestra fuerza, velocidad o agudeza de los sentidos, sino por la inteligencia. Lo relevante es ejercitar la razón.

El propósito de la igualdad entre hombres y mujeres, y los principios de no discriminación están orientados a destacar la dignidad del ser humano y establecer los valores de las personas como un baluarte para la vida y para el desarrollo social, tomando en cuenta un ámbito cultural y educativo que otorgue mejores condiciones sociales a la gente.

Son muchos los documentos y manifiestos que a lo largo de la historia se han esmerado en proclamar la equidad de la mujer respecto al hombre, tal como la Carta o Declaración Internacional de los Derechos Humanos, la cual expone la necesidad de un pleno desarrollo y progreso de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

Hoy, en México y el mundo, tenemos marcos normativos, información e indicadores que ya desagregan por género diferentes fenómenos, pero erradicar de raíz fenómenos como la discriminación, la violencia y los feminicidios es un tema de formación.

La desigualdad social no es superioridad. Se debe de convencer de que el rico no es superior al pobre, o el blanco sobre el moreno, el más instruido sobre el menos educado; el católico sobre otras religiones; el que nació aquí sobre el que nació allá; el mestizo sobre el indígena; el religioso sobre el ateo; el sano sobre el enfermo; el capacitado sobre el discapacitado; el joven sobre el viejo; o el adulto sobre el niño. La igualdad debe ser un horizonte en todos los ámbitos.

Es urgente, desde la escuela, fijar la idea de que los hombres y las mujeres somos y seremos diferentes, pero ello no nos hace superiores o inferiores entre nosotros. La percepción y la inequidad son construcciones sociales que reclaman con urgencia cambios sociales dirigidos, como el que se logró con la política de población implementada en nuestro país en la década de los años 70 y que redujo de manera notable el número de hijos por pareja.

Así como las máquinas no pueden estar construidas de partes iguales, la sociedad se compone de seres diferentes que, en conjunto, deben perseguir el mismo fin: el bienestar de todos. Equidad no es que todos hagan lo mismo, sino que todos nos pongamos de acuerdo en función de nuestras capacidades y habilidades.

La inequidad de género que aún persiste en diversas regiones de nuestro país es –a querer o no– una forma de discriminación. Es urgente consolidar la idea de que el tratamiento subordinado de la mujer es una forma de discriminación tan atroz como la discriminación racial, religiosa, de clase o por alguna discapacidad.

Sin duda, hoy debemos plantearnos la formación en valores y en la defensa de nuestros derechos como personas desde el hogar, pero la escuela debe constituirse en una plataforma de inclusión, solidaridad y promoción de la igualdad.

El objetivo es extender la igualdad y el respeto de nuestros derechos a todos los campos de la vida social, empezando por la relación hombre-mujer, a través de asignaturas que desde la educación básica eduquen para lograrlo.

Por ello, hoy resulta indispensable una auténtica herramienta de cambio en el desarrollo de mujeres y hombres, como la implementación de una estrategia educativa transversal en materia de derechos humanos de las mujeres y perspectiva de género, que se centre en transformar los patrones culturales y enseñe a las niñas, niños y adolescentes, entre otras cosas, a identificar la violencia, a no generarla y a denunciarla.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/asignatura-pendiente

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Educando para formar hijos independientes y autónomos

Por: Bertrand Regader

Varias claves para acompañar a los niños en la búsqueda de su propio camino.

Hacer que niños, niñas y adolescentes lleguen a ser personas independientes y autónomas es uno de los principales objetivos que los padres y madres se han fijado en algún momento de su vida.

Y lo cierto es que aunque este proceso de educar a jóvenes para que sean más libres suena muy bien, no es un camino de rosas, y muchas veces presenta grandes dificultades: adolescentes rebeldes que prefieren no esforzarse, padres y madres que sabotean de manera inconsciente las tentativas de sus hijos de hacer las cosas de manera autónoma, falta de pautas a seguir, etc.

A continuación mostraré claves para entender cómo debe ser el proceso de aprendizaje y de educación para formar a niños y jóvenes más independientes.

Claves para educar en autonomía centradas en los padres

Parte de los cambios a realizar para impulsar la independencia de los pequeños deben realizarse en la manera de pensar y en el comportamiento de los adultos que los cuidan. Estas son las pautas que hay que tener en cuenta.

1. Creer en su capacidad

El primer paso a la hora de facilitar el proceso de aprendizaje autónomo de los niños y adolescentes es creer que son capaces de llevarlo a cabo. Algo que escrito parece muy simple pero que, en realidad, no lo es tanto; supone ver con otros ojos tanto el comportamiento de los hijos como el rol de uno mismo como padre, madre o tutor legal.

Una persona joven no empezará a actuar de manera autónoma si el mensaje implícito que le comunica quien le anima a ello es que esa es una tarea que otro debe hacer por él, dándole órdenes o decidiendo lo que debe ser hecho.

2. Perderle el miedo a la situación

Muchos padres y madres frenan el aprendizaje autónomo de sus hijos de manera inconsciente porque tienen miedo de lo que pueda ocurrir. Como la existencia de una hija o un hijo independiente supone que uno mismo pierde el control sobre lo que esta persona hace, ideas pesimistas acerca de lo que puede ocurrir pueden asaltar nuestra imaginación con frecuencia. Por ejemplo, se piensa en las amistades peligrosas que puede realizar, el consumo de drogas al que se puede exponer, los accidentes que puede sufrir por no andar con cuidado, etc.

Estas ideas tienen un impacto emocional tan fuerte que, cuando los padres ven que sus hijos o hijas empiezan a ganar independencia, su atención se centra en estos pensamientos catastrofistas, como si su existencia fuese en sí un peligro real. De ahí se pasa a la rumiación, es decir, el pensamiento en bucle acerca de aquello que produce estrés: en este caso, los peligros (relativos) de tener hijos o hijas más independientes que antes. Los adultos se sienten mal porque imaginan esas situaciones, e imagina esas situaciones porque se sienten mal.

Para solucionar esto, es necesario pasar por dos fases:

Reestructuración de ideas

Hay que tener claro que los peligros ante los que se enfrentan las personas autónomas por el hecho de no contar con la vigilancia constante de una figura protectora son muy relativos, y que las posibilidades reales de que se cumplan esos presagios son muy bajas. Por el otro lado, hay que recordar que el peligro mucho más probable es criar a una hija o un hijo que permanezca desvalido incluso cuando ya hace tiempo que ha entrado a la adultez, si no se cambia de actitud.

Romper con la rumiación

Gestionar el estrés inicial que en algunos casos puede suponer eder más autonomía a los niños y adolescentes se vuelve necesario en algunos casos. Para ello, puedes leer este artículo sobre lo que es la rumiación y cómo puede neutralizarse.

3. Admitir la necesidad de esforzarse más

Educar a hijos e hijas independientes es una tarea más dentro de la serie de actividades que supone la educación de las nuevas generaciones y, por lo tanto, requiere un esfuerzo extra. Aunque pueda parecer que controlar constantemente a los pequeños y a los adolescentes sea una molestia mayor, en realidad no lo es: ayudar a que los hijos se empoderen supone enseñarles las herramientas para hacerlo, y eso es algo que cuesta, especialmente al principio.

Por otro lado, la impaciencia y las ganas de no dedicarle mucho tiempo a una actividad que se está aprendiendo hace que muchos padres impidan la posibilidad de que se aprendan tareas fundamentales como vestirse o bañarse, en los niños más pequeños, o salir a comprar y mantener unos ahorros, en los adolescentes. Por eso hay que tener en mente que las primeras veces siempre son lentas y cuestan, y que «acelerar» esos momentos interviniendo uno mismo sobre lo que debería estar haciendo el joven es una manera de sabotear el aprendizaje, por muy conveniente que pueda resultar de cara a la propia comodidad.

 Por eso, los padres y los cuidadores deben tener en cuenta que muchas veces la falta de iniciativa y de autonomía de sus hijos nace del hecho de que ellos mismos prefieren seguir ejerciendo el control, porque eso es más cómodo y sencillo, y que esa actitud hace que los intentos de comportarse de manera independiente sean rechazados y castigados.

4. Saber detectar las peticiones de independencia

En su posición de personas que realmente saben lo que está pasando mejor que los niñas y niños a los que educan, los padres y tutores muchas veces minusvaloran el criterio propio y las peticiones de los pequeños, creyendo que saben interpretar mejor que ellos lo que realmente quieren. Este razonamiento es falaz y, además, es una manera de crear una serie de ideas sobre la propia relación con los hijos que nunca se verá retada ni será forzada a adaptarse al ritmo de su crecimiento.

Cuando un niño dice «yo solo» al realizar una tarea que está aprendiendo, es necesario que el cuidador o cuidadora dedique al menos unos segundos a pensar si oponerse a esta petición es realmente razonable o no lo es. Del mismo modo, hay que tener en mente que las peticiones de autonomía por parte de los más pequeños son muy diversas y, en algunos casos, sutiles, y que es necesario desarrollar una cierta sensibilidad para saber detectarlas.

Estrategias para educar en independencia centradas en los jóvenes

Ahora que hemos visto qué actitud deberían adoptar las personas adultas a la hora de educar a jóvenes y niños para que sean independientes, veamos cómo se puede promover el cambio en estos últimos.

1. Pasar más tiempo juntos

Algo tan sencillo como pasar más tiempo junto a los jóvenes es un ingrediente que promueve el aprendizaje de manera exponencial. Por supuesto, deben ser ratos en el que el tiempo compartido sea de calidad: estar en la misma habitación viendo dos pantallas diferentes con cuenta, porque no hay diálogo.

Las conversaciones y los juegos que aparecen de manera espontánea en esos contextos son una fuente de conocimiento que hacen que los más jóvenes vean el mundo con otros ojos, se planteen nuevas incógnitas y se interesen por más temas. Esto último es lo fundamental, ya que la curiosidad es el motor del aprendizaje.

2. Indagar en sus gustos e intereses

La manera más eficaz para hacer que los niños y jóvenes tengan interés por aprender nuevas actividades que les brinden más autonomía es relacionarlas con los temas que les interesan, ya sea creando narraciones en las que se encuadren los temas de interés y aquellos que deban ser aprendidos, como ejercicios en los que se encuentren ambos elementos.

3. Experimentar con sistemas de recompensas

En algunos casos, sistemas de incentivos similares a la economía de fichas pueden ser útiles para impulsar el aprendizaje y la independencia: cada vez que se hace un progreso lo suficientemente significativo, se da una recompensa que no debe ser demorada.

Lo ideal es que las recompensas sean escasas y más simbólicas que materiales, ya que de esta manera simbolizan la obtención de una serie de competencias y capacidades que son consecuencia del aprendizaje en sí mismo, en vez de ser una cosa totalmente ajena a esto y, por eso, están más relacionadas con la motivación intrínseca.

Esta estrategia, sumada a la anterior, puede hacer que los incentivos sean más atractivos. Por ejemplo, si el niño o niña tiene mucho interés en las ficciones basadas en un mundo mágico, las recompensas pueden ser medallas relacionadas con esos universos ficticios.

Fuente: https://psicologiaymente.net/desarrollo/educando-formar-hijos-independientes-autonomos

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