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Paolo Zellini: “No todo puede ser resuelto con algoritmos”

Redacción: El Cultural

El autor de la celebrada “Breve historia del infinito”, analiza el alcance actual de los números en “La matemática de los dioses y los algoritmos de los hombres”

Profesor de Análisis Numérico de la Universidad de Roma Tor Vergata, Paolo Zellini (Trieste, 1946) no consigue, pese a su prestigio como matemático, estructurar su jornada diaria con horarios preestablecidos. Sólo la enseñanza hace que en su día a día brote la precisión. Su mente siempre está trabajando, aun cuando parece que descansa. «Cuando dormimos –dice- también pensamos». Tras el éxito de su Breve historia del infinito nos vuelve a sorprender con La matemática de los dioses y los algoritmos de los hombres (Siruela), una monumental síntesis científica y humanística en la que nos desvela la identidad, el concepto y la historia de los números, desde la tradición grecolatina, védica y mesopotámica hasta las teorías actuales más avanzadas, incluidas las que analizan el algoritmo que nos encadena.

P. ¿Es la era digital la lógica evolución de la historia de las matemáticas?

R. En cierta manera, sí. La era digital es la evolución de una ciencia del cálculo que a su vez es la realización del principio teórico, difundido entre los científicos de finales del siglo XIX, de que toda la matemática se puede reconducir a la noción básica de número entero. Ahora este principio se ha convertido en un desafío en el plano de la computación real, porque el cálculo digital efectivamente lo reduce todo a operaciones entre cadenas de unos y ceros.

Pregunta. Se habla mucho de la belleza de las matemáticas. ¿Qué ecuación o fórmula le ha seducido especialmente?

Respuesta. Es cierto, se habla mucho de la belleza de las matemáticas, quizás demasiado, haciendo referencia principalmente a la perfección de las teorías, a la atracción que ejercen ciertas construcciones o figuras que sacuden nuestra imaginación. Pero la belleza se encuentra sobre todo en la relación entre aquello que podemos imaginar y construir y lo que no comprendemos. Es precisamente cuando elaboramos las teorías más claras y cristalinas cuando somos conscientes de no saber. Este carácter enigmático y secreto de los números nos atrae más que cualquier otra cosa.

Respondiendo a su pregunta, me siento atraído sobre todo por aquellas fórmulas que deciden qué cosas podemos resolver y qué otras se sustraen inevitablemente a nuestro conocimiento. Me atraen los casos extremos en los que se dibuja con precisión lo que realmente podemos saber y lo que debemos ignorar. Existen teorías extraordinarias, como las elaboradas por John von Neumann o Alan Turing hacia la mitad del siglo pasado, que logran establecer límites superiores al error en el caso de computaciones a gran escala, cuando las operaciones digitales necesarias para resolver un problema son millones o miles de millones. Lo finito, cuando es muy grande, presenta problemas análogos a lo infinito.

P. ¿De qué  forma puede conectarse la vida y los números?

R. Para poder vincular vida y números haría falta ante todo leer a Platón. En sus Diálogosencontramos consideraciones sobre el placer y el dolor que utilizan el mismo lenguaje con el que la matemática griega afronta el cálculo de las relaciones y las proporciones. Se puede hacer una observación parecida en la Ética a Nicómaco de Aristóteles, obra en la que la perfección moral asume el significado de un vértice casi inalcanzable, abordable sólo aproximadamente, por exceso o por defecto, algo análogo a cuando redondeamos un número  irracional con una sucesión de números racionales. En tiempos más recientes encontramos intuiciones increíbles sobre el significado de las matemáticas griegas en las obras de Simone Weil.

Encontramos también vinculaciones entre vida y números, de manera más problemática, en las obras de Robert Musil, especialmente en El hombre sin atributos, donde se explica toda la ambigüedad del impacto del conocimiento matemático, más o menos especializado, en nuestras vidas. Eminentes científicos del siglo XX también sabían muy bien que el hombre debe enfrentarse de una manera u otra a las matemáticas. A principios del siglo XX el holandés Luitzen Egbertus Jan Brouwer explicaba que las matemáticas tenían que ser refundadas como un pensamiento esencialmente ligado a nuestra conciencia. En el mismo periodo, Pavel Florenskij, profundo teólogo, filósofo y matemático, encontraba extraordinarios nexos simbólicos entre las teorías del infinito matemático y nuestra vida. Para Norbert Wiener, padre de la cibernética moderna, existían vínculos precisos entre la ciencia más abstracta y los actos de nuestra vida cotidiana.

P. ¿Está nuestra existencia vinculada a los números? ¿Cómo se integran dentro del universo?

R. Los números están por todas partes y a menudo los usamos sin saberlo. Cuando apretamos la tecla de un ordenador o activamos un motor de búsqueda en la red, deberíamos saber qué potentes algoritmos se ponen en funcionamiento para responder a nuestras preguntas. Sin embargo, por lo general ignoramos la estructura y el grado de fiabilidad de estos algoritmos y delegamos nuestras decisiones a un mecanismo que permanece oculto incluso para los programadores más expertos, porque no podemos seguir al detalle los miles de millones de operaciones digitales de los que consta un proceso de cálculo.

P. ¿Qué momento de la historia fue crucial para las matemáticas?

R. Han sido varios. En la Antigüedad fue fundamental el descubrimiento de la magnitud inconmensurable. Por ejemplo, no existe una sola línea, por pequeña que sea, que mida bien el lado o bien la diagonal de un cuadrado. En las matemáticas modernas las relaciones entre magnitudes inconmensurables se han convertido en números (irracionales), símbolos con los que calculamos y construimos los modelos matemáticos del mundo natural y artificial. Estos símbolos son entidades finitas con las que es posible representar el infinito. La introducción explícita del infinito en los cálculos ha sido otro momento crucial, iniciado en el siglo XVII y culminado a finales del siglo XIX, cuando se pensó que toda la  matemática se podía fundar en operaciones elementales de la mente, como reagrupar objetos diversos en un solo conjunto, finito o infinito.

En el siglo XX, ha sido el descubrimiento de que dicho acto de fundación es imposible. Al mismo tiempo, nacen los algoritmos, que parecen ofrecernos una certeza y una seguridad al abrigo de las antinomias que afectan a los conjuntos infinitos. Ahora, el punto decisivo está en el descubrimiento de que no todo puede ser resuelto mediante los algoritmos, es decir, no todo puede ser automatizado.

P. ¿Qué tipo de matemática consideraría más elevada?

R. Ciertamente, no las matemáticas más abstractas. Creo que el recorrido matemático va de lo concreto a lo abstracto y viceversa, de lo abstracto a lo concreto. La matemática más elevada puede ser, de manera indiferente, el análisis o la teoría de los números, la geometría o la estadística, pero debe evidenciar de alguna manera este doble recorrido. Se puede sostener que las matemáticas son muchas, pero también es cierto que la matemática es una sola, y que es «elevada» cuando consigue resolver de manera elegante problemas insólitos y difíciles.

P. ¿Qué científico ha abierto más puertas al conocimiento humano? ¿qué lugar ocuparía Newton en ese ránking?

R. En la Antigüedad diría que Arquímedes, en la época moderna no sabría elegir, pero los primeros nombres que me vienen a la mente son Bolzano, Hilbert, Einstein, Gödel, Turing y  Von Neumann. Las listas me dan siempre apuro, aunque sin duda Newton estaría en los primerísimos puestos. A él le debemos, junto con Leibniz, el nacimiento del cálculo infinitesimal en el siglo XVII y el primer intento de definir la noción matemática del límite. Algunos algoritmos ideados por Newton (cuyos antecedentes se remontan sin embargo a los árabes y a los babilonios) son todavía una piedra angular de la ciencia del cálculo y de todo el pensamiento matemático en sentido amplio.

P. ¿Qué piensa de la conexión esotérica de las matemáticas?

R. Las matemáticas son una ciencia positiva, en principio accesible a todos, y sus teoremas son publicados en revistas que todos pueden leer. Las demostraciones de estos teoremas son procesos objetivos y repetibles, no experiencias meramente privadas y subjetivas. Sin embargo, también es cierto que, en la historia, los primeros problemas matemáticos han sido formulados o inspirados por los dioses. Esto es evidente tanto en la tradición griega como en la védica, y quizás vale también para las tradiciones egipcias y mesopotámicas.

P. ¿Diría que es una ciencia «divina»?

R. Hacia finales del siglo XIX Richard Dedekin decía que los matemáticos son de raza divina y tienen el poder de crear… Por otra parte, el propio Von Neumann, a quien debemos en buena parte la concepción y la creación  del ordenador digital moderno, parecía sostener que las matemáticas, la más útil de todas las ciencias, es también una ciencia divina. Pero el hecho decisivo es que las matemáticas, como se ha dicho muchas veces, es la ciencia del infinito y como tal desarrolla la tarea de representar de alguna manera, con instrumentos finitos. Lo invisible y lo indecible.

Fuente: https://elcultural.com/paolo-zellini-no-todo-puede-ser-resuelto-con-algoritmos

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Stranger Numbers: el cálculo mental gamificado

España / 7 de julio de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

La finalidad de Stranger Numbers es acercar a los niños y niñas las matemáticas de una forma atractiva. En esta experiencia también se fomenta el trabajo cooperativo y la cohesión de equipo. Nos lo cuenta Isabel Izquierdo León, profesora de 6º de Primaria en el CEIP Andrés Segovia de Ciempozuelos (Madrid).

¿Qué ocurre en Stranger Numbers? Una extraña criatura denominada ‘demogorgon’, que habita en el mundo del revés del colegio, ha abierto seis portales. Cada portal está vigilado por los seis protagonistas de la serie ‘Stranger Things’: Eleven, Dustin, Mike, Lucas, Max y Will.

Para cerrarlos, los alumnos necesitarán puntos de experiencia (individuales) y puntos de sabiduría (grupales). Con los primeros, subirán de nivel en la categoría profesional del ‘Departamento de Cálculo Mental’ del colegio, pasando por aprendiz, becario, agente en prácticas, agente junior y agente sénior hasta llegar a agente máster, seis niveles en total.

Con estos puntos conseguirán cartas de recompensa y cartas de edición coleccionista. Las he realizado con una estética similar a las que se utilizan en los juegos de mesa y utilizando los muñecos Funko de la serie de ‘Stranger Things’. Los niños se identifican más con ellos que con las imágenes reales de la serie.

funko stranger numbers

Recompensas especiales

Cada carta tendrá una recompensa, como cambiarse de sitio durante la hora de matemáticas, no hacer los deberes un día, preguntar una duda en un examen… Las de coleccionista no tienen recompensa, solo el placer de tenerlas.

Por su parte, los puntos obtenidos en las pruebas de sabiduría (grupales) se canjearán por una moneda denominada ‘dartañanes’ con la que los niños comprarán tres objetos para cerrar el portal. Cada personaje de la serie va asociado a tres herramientas.

Pruebas para conseguir puntos de experiencia

Las sesiones serán breves, de no más cinco minutos. La información obtenida en cada una de las pruebas será siempre para mejorar la nota del alumno, en ningún caso para lo contrario. La progresión de los ejercicios debe estar relacionada con los niveles de conocimientos del alumno.

  • Prueba de algoritmos: una ficha con 30 operaciones sencillas (sumas, restas, multiplicación, división, potencias…), basadas en el método Quinzet de Lluis Segarra, que tendrán que realizar nuestros alumnos en cuatro minutos.
  • Prueba de problemas orales: cinco problemas sencillos tipo “en un plato tengo 4 peras y en otro tengo 2, ¿cuántas tengo en total?”.
  • Prueba de estrategia numérica y de cálculo: número posterior de…, anterior de…, número siguiente de una serie…
  • Reto: problemas de lógica, de acertijos…
experiencia stranger numbers

Pruebas para conseguir puntos de sabiduría

La idea es que cada diez o quince días realicen un prueba de bingo, a los diez días una de problema reto y la última, la prueba de dados:

  • Bingo matemático: se cantará el número en forma de operación: por ejemplo, “cinco por quince, ocho decenas y cuatro unidades, los minutos de media hora”, etc.
  • Problemas Reto: cuadros mágicos, sudokus…: más difíciles que los retos individuales. Se realizarán en clase.
  • Juego de dados. Conseguir mediante operaciones la cifra (o la más próxima) a la sacada por los dados de múltiples caras que contienen números altos.

Narrativa y resultados

Para mantener la atención de los niños es fundamental una narrativa que incluya novedades. Los personajes, en este caso representados a través de los muñecos Funko, tienen que tener una comunicación frecuente con el alumnado. Para ello utilizo vídeos realizados por mí cada vez que todos los grupos cierran un portal. En los vídeos el personaje que guardaba el portal les da las gracias.

Otro aliciente para ellos es que, cuando cierran un portal en Stranger Numbers, le doy a cada alumno un diploma. También aparecen de vez en cuando objetos como el chocolate de Eleven, la gorra de Dustin, un puzle con un mensaje o cartas de los personajes escondidas en diferentes sitios del aula o colegio.

resultado stranger numbers

Incremento del rendimiento

A nivel académico, el alumnado han mejorado mucho en el cálculo mental y, por ende, ha aumentado el rendimiento en el área. Esto ha reforzado su autoestima, ya que muchos niños pensaban que no “valían” ­–como dicen ellos– para las matemáticas. Ahora, se ha convertido para muchos en su asignatura favorita.

Pero lo más importante es que ‘Stranger Numbers’ ha fomentado el compañerismo entre ellos, la cohesión de grupo y con ello han disminuido los conflictos en clase. Un ejemplo de este compañerismo es que muchos niños “compran” con sus propios puntos cartas a otros compañeros. Otras veces un grupo regala ‘dartañanes’ a otro equipo que los necesita para  llegar a un portal.

Fuente de la Reseña:

https://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/stranger-numbers-calculo-mental-gamificado/108270.html

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 7 de julio de 2019: hora tras hora (24×24)

7 de julio de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 7 de julio de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – UNESCO trabaja en el reconocimiento de estudios en educación superior para América Latina y el Caribe

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314855

01:00:00 – Usos del Office 365 en educación #infografia #infographic #education

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314846

02:00:00 – Honduras: maestros y docentes irán a paro si el gobierno continúa con las “amenazas” y sanciones

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314896

03:00:00 – ¿Debería renovarse el término “maestro”? Un educador dice que sí

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314890

04:00:00 – ¿Cómo consiguió Portugal pasar del 45% de analfabetismo a convertirse en el modelo de la educación?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314923

05:00:00 – Mariángeles de Zan: «hay una muy estrecha relación entre la gestión escolar y la calidad de la educación»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314917

06:00:00 – Libro: La expresión de la diferencia. Universidades estatales comprometidas con el arte en la educación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314926

07:00:00 – De Kenia a Chile: el mejor profesor del mundo llega al país para inspirar con su labor

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314958

08:00:00 – 25 Libros Gratis de Neurociencia en PDF – (Ayuda Docente)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314946

09:00:00 – ¿Cómo aprende nuestro cerebro? #Infografía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314852

10:00:00 – Otros 15 libros que todo docente debe leer

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314955

11:00:00 – La ventana de la SEP

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314901

12:00:00 – Carta abierta de una chica de 13 años: «Nos duele que nadie se proponga cambiar el sistema educativo»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314929

13:00:00 – Colombia: 45° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa VII)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314949

14:00:00 – La educación en Chile está ‘abandonada’

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314934

15:00:00 – …Y la maestra explotó (Chernobil educativo, segunda parte)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314878

16:00:00 – Educadores del mundo acuerdan contribuir al logro de la Agenda 2030

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314937

17:00:00 – Stranger Numbers: el cálculo mental gamificado

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314920

18:00:00 – China: Escuelas de Guangzhou abrirán cursos piloto en inteligencia artificial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314940

19:00:00 – ¿Qué es la ‘ansiedad matemática’ y cómo se coló en las aulas?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314893

20:00:00 – Unesco exhorta a redoblar esfuerzos contra acoso escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314943

21:00:00 – Entrevista a Carl Honoré. Periodista: «La escuela es la burbuja ‘edadistas’ por excelencia»

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22:00:00 – Argentina: Los excluidos de las becas Progresar

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23:00:00 – Cortometraje – Educacion Rural

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/314952

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Andrew Smart: “Los algoritmos son invenciones culturales: pueden ser más racistas que nosotros”

Entrevista a Andrew Smart

El autor de ‘El arte y la ciencia de no hacer nada’ se pregunta qué podemos entender sobre nuestra conciencia gracias al despertar de la inteligencia artificial

El 16 de abril de 1943, el químico suizo Albert Hofmann se convirtió en el primer hombre en consumir LSD aquella tarde en la que percibió “un flujo continuo de imágenes fantásticas y formas extraordinarias con un juego de colores caleidoscópico”. El 11 de mayo, el ordenador Deep Blue venció en una partida de ajedrez a Gary Kaspárov. Y el 6 de mayo de 2010, el día del “crack relámpago”, el Dow Jones cayó 600 puntos en cinco minutos a causa de un ataque informático. Son tres acontecimientos sin aparente relación que, no obstante, forman parte de la narrativa de ‘Más allá de ceros y unos‘, el último libro del científico e ingeniero Andrew Smart.

En el volumen, el colaborador de la Universidad de York se pregunta acerca del funcionamiento del cerebro humano desde una perspectiva neurológica y filosófica y sobre la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda desarrollar una verdadera conciencia; entre nuestro cerebro y el fantasma en la máquina, el LSD se convierte en la bisagra olvidada que nos puede ayudar a entender por fin nuestra subjetividad. Una pregunta pertinente en un momento en los avances en inteligencia artificial nos hacen preguntarnos si en muy poco tiempo no podremos encontrarnos con un robot tan humano como cualquiera de nosotros. Smart no está muy seguro sobre dicha posibilidad, sugiriendo que aunque posible, quizá estemos exagerando las probabilidades.

Pero lo que de verdad interesa a Smart es comprender el funcionamiento de la conciencia humana, mucho más que el producto de un simple órgano gestor de información como la neurociencia actual parece defender. Como él mismo concluye en el libro, no cree “que sea una locura empezar a intentar diseñar ordenadores con el propósito de ofrecerles experiencias psicodélicas, pues es posible que al intentarlo logremos resolver por fin el misterio de la consciencia natural y artificial, y con ello salvar a la raza humana”. ¿De qué? Smart nos da la respuesta a través del correo electrónico.

Asusta que ni siquiera los ingenieros que construyeron esos sistemas puedan explicar cómo funcionan

PREGUNTA. Una idea que se repite en el libro es que estamos aún muy lejos de crear una verdadera inteligencia artificial, y que estamos exagerando las consecuencias negativas de que ello ocurra. Entonces, ¿quién y por qué esta interesado en que pensemos que una inteligencia artificial divina nos gobierne dentro de 30 años?

RESPUESTA. Mi sensación es que la tecnología de aprendizaje de las máquinas está acercándose a lo que los humanos hacen en determinadas áreas, como jugar al Go o reconocer una voz y mantener conversaciones aparentemente humanas. La gente se asusta porque nos estamos acercando al valle inquietante, así que atribuimos poderes mágicos a esos sistemas. Pero es importante recordar que la inteligencia artificial (o el aprendizaje de las máquinas) es una abstracción estadística de unos datos dados. No es más que utilizar una cantidad inimaginable de información con ordenadores súper rápidos y poderosos y algoritmos sofisticados para hacer predicciones cada vez mejores. Por supuesto que asusta que ni siquiera los ingenieros que construyeron esos sistemas puedan explicar cómo funcionan; por ejemplo, el aprendizaje profundo funciona muy bien en ciertas áreas, pero nadie sabe por qué.

La creencia en un Dios de la inteligencia artificial probablemente se deriva de ciertos impulsos religiosos residuales entre algunos grupos de Silicon Valley. Dios, en el sentido religioso, no existe, pero puede que ahora seamos capaces de resucitar (valga la redundancia) esa creencia en fuerzas sobrehumanas. Para mí la idea de una inteligencia artificial divina, como un oráculo que puede predecirlo todo, es ridícula. Es cuestionable si es posible, e incluso si lo es no quiero vivir en un mundo de dioses, sean ordenadores o no. En parte, hablar de dioses de la inteligencia artificial mola en términos de ciencia ficción, y hay mucha gente en Silicon Valley intentando llevar esas fantasías a la vida real.

P. Tendemos a creer a pies juntillas en la metáfora del cerebro como un ordenador. Una vez más, señala que es incorrecto. ¿A quién le conviene? ¿A compañías como Google/Alphabet, que comercian con información?

R. Es cierto que entre la gente que trabaja con la inteligencia artificial hay una visión profundamente arraigada de que el cerebro es, literalmente, un código que ejecuta algoritmos, neuronales en su caso. Intento refutar esta idea en el libro. No estoy seguro de quién puede beneficiarse económicamente de ello, pero es una conjetura popular incluso en la neurociencia –existe un campo llamado neurociencia computacional– que asume que el cerebro es un sistema de ordenador.

El autor, Andrew Smart.
El autor, Andrew Smart.

Esta idea que apenas se ha discutido ha sido reforzada por los recientes avances en inteligencia artificial que han sido inspirados por las teorías sobre el funcionamiento del cerebro. Así que la lógica es la siguiente: desarrollamos algoritmos basados en las teorías del cerebro y funcionan muy bien, así que el cerebro está hecho de algoritmos. En el libro señalo que son modelos. Buenos, pero nada más que modelos. Esto nos lleva al debate filosófico sobre el realismo, y diría que soy un realista científico, pero no entendido como información o algoritmos. Creo que son invenciones culturales: el mundo no está hecho ni de información ni de algoritmos.

P. Al final del libro, recuerda que Google es ya un poco como una inteligencia artificial maligna, al reducir la experiencia humana a algoritmos. ¿Cuál es el peligro de herramientas como esa, ahora y en el futuro?

R. Lo que más asusta es que nuestro comportamiento está influido por nuestras interacciones con los ordenadores en formas de las que no somos conscientes, por lo que los algoritmos se perfeccionan y predicen mejor lo que haremos, lo que nos lleva a hacer aquello que han predicho los algoritmos, y nos empuja a un ciclo de retroalimentación donde nuestra libertad está constreñida a ser consumidores perfectos, clicando en las cosas en las que el sistema quiere que pinchemos. Tengo miedo de que el mundo algorítmico nos haga menos conscientes de nuestras decisiones, y que seamos empujados a patrones predecibles de consumo.

P. ¿Qué piensa de gente como Ray Kurzweil, Sergey Brin, Larry Page o Elon Musk? ¿Creen realmente en lo que dicen sobre el futuro, o simplemente están sirviéndose a sí mismos vendiendo trucos de magia?

R. No creo que crean de verdad en ello; si tienes razón o no, es otra cuestión.

P. Al mismo tiempo, muestra que, al contrario de lo que Kurzweil defiende, hay un gran margen para que ocurran graves errores de funcionamiento en los ordenadores que empleamos, por ejemplo, en el ‘high speed trading‘, que puede tumbar la bolsa en cuestión de segundos. ¿Estamos ciegos ante los problemas a los que podemos enfrentarnos si estos sistemas se viniesen abajo de repente?

R. Sí, es un área de investigación muy activa. Los defensores de la inteligencia artificial piensan que esta corregirá nuestros sesgos y debilidades humanas, pero recientes investigaciones recientes han mostrado que es al revés: el aprendizaje de las máquinas de hecho amplifica nuestros prejuicios. Por ejemplo, en la política predictiva o el sistema de justicia criminal, los algoritmos son más racistas que los policías y jueces humanos. Esto se debe a que los datos que alimentan los algoritmos vienen de informes policiales sesgados, que vigilan especialmente determinados barrios, así que si utilizas dichos datos un algoritmo estadístico preverá que hay más crimen donde hay una mayor presencia policial. Y sí, en términos de sistemas complejos y seguridad, puede haber eventos catastróficos acechando de los que no somos conscientes porque damos por hecho determinadas probabilidades. A medida que somos más dependientes de estos sistemas, más frágil será la economía global.

La creencia de que la naturaleza está formada por información es ideológicamente útil

P. ¿Nos hemos convertido en neoplatónicos que consideran que todo es información? ¿Cuál es el problema con este nuevo paradigma?

R. Científicamente es importante dirigir nuestras conjeturas sobre la naturaleza de la realidad en la dirección correcta, de lo contrario nos perderemos en cuestiones absurdas, por ejemplo, buscando información en el cerebro. El otro problema que veo es que esta creencia de que la naturaleza está formada por información puede funcionar a un nivel ideológico, ya que se supone que todos somos consumidores racionales de información. Esto puede entorpecer los movimientos críticos y la organización social contra el poder del capital. También me resulta interesante la relación entre la información y el capital: nadie piensa que el universo esté formado por capital, y aun así hay una equivalencia entre el capital y la información como ideas abstractas que sin embargo tienen un impacto real en el mundo. ¿Por qué somos tan rápidos al asumir que las cosas están hechas de información, y suena absurdo decir que los átomos son capital?

P. Una de las posibilidades relacionadas con la inteligencia artificial es que terminemos creando algo muy parecido a una conciencia, que hable como una conciencia, se comporte como una conciencia e incluso piense como una conciencia… pero que para nada sea una conciencia. ¿Es imposible saber si hemos creado realmente una conciencia semejante a la humana, o siempre habrá un margen de duda?

R. Es una pregunta muy difícil de contestar pero estoy de acuerdo en que muy pronto tendremos sistemas que no será fácil diferenciarlos de los humanos. No estoy seguro de si habrá un robot humanoide así, pero mientras interactúes con un ordenador, será cada vez más difícil saber si es una persona o una inteligencia artificial. Si no estás seguro, siempre habrá preguntas que solo un humano con cierta experiencia pueda responder. Esta prueba de conciencia subjetiva es muy difícil: por ejemplo, asumimos que todos con los que interactuamos son también conscientes, pero no podemos comprobarlo más que observando un comportamiento que asumimos que el de un humano consciente. Podemos medir toda actividad cerebral relacionada con las distintas etapas de la conciencia; pero incluso en esos casos, no sabemos si “objetivamente” alguien está experimentando algo. Así que una vez los ordenadores comiencen a comportarse de formas cada vez más humanas, ¿cuál es la diferencia? No conozco la respuesta, porque por supuesto, si le preguntas al ordenador si es consciente, te dirá “sí”. Pero a menos que veamos a una persona desmayarse, no le vamos a preguntar “¿estás consciente?”

P. Mientras leía el libro, recordé su anterior trabajo, ‘El arte y la ciencia de no hacer nada‘. Me hizo pensar que quizá no hacer nada, ser un poco vago, puede jugar un papel semejante al del LSD que propone en su libro: ¿podría una inteligencia artificial decidir ser vaga, al igual que los humanos pueden hacerlo? ¿Qué demostraría?

R. Por ahora la inteligencia artificial no tiene sus propios objetivos. La arquitectura de la red neuronal está creada por humanos, así como los datos que los alimentan, y el algoritmo de aprendizaje, y las tareas… y por ahora ninguno ha aprendido a cambiar sus objetivos o su propio algoritmo, pero esto está evolucionando, y probablemente más rápido de lo que algunos creen. Pronto serán capaces de aprender a aprender: es lo conocido como “metaaprendizaje”. Pero no está fuera de nuestras posibilidades que en el futuro cercano un sistema de inteligencia artificial pueda ser capaz de entender algo sobre su proceso de aprendizaje, y entonces darse cuenta que determinadas cosas le pueden ayudar, ¡como descansar! Si esto ocurre, puede ser muy interesante.

Albert Hofmann.
Albert Hofmann.

P. En el libro defiende que el LSD es una herramienta para comprender cómo funcionan nuestra percepción y conciencia (tanto para humanos como para robots). ¿Cuál es el mito más peligroso que existe sobre el LSD?

R. El LSD, junto a la terapia de conversación, tiene un enorme potencial para ayudar a la gente adicta a otras sustancias o al alcohol. Aunque suene paradójico, hay muchas investigaciones sobre esto en los años sesenta que se han perdido a causa de la histeria que existe sobre la droga en EEUU. Así que durante 50 años podríamos haber disfrutado de un tratamiento muy efectivo para la adicción que nadie podía conseguir a causa de esta controversia sobre la droga. Albert Hoffmann terminó decepcionado por lo que ocurrió con el LSD, ya que realmente creía en su potencial terapéutico y creo que tenía razón. Afortunadamente ahora está resurgiendo esta clase de investigaciones.

P. ¿Qué cree que ocurrirá con el LSD en el futuro inmediato? ¿Volverá a ser investigado desde un punto de vista médico? ¿Se convertirá en una forma habitual de conocernos a nosotros mismos en las sociedades occidentales, quizá poniéndose de moda en Silicon Valley?

R. Sinceramente espero que las investigaciones continúen desde un punto de vista médico, y esto está ocurriendo de forma exponencial. Puede llegar a generalizarse. Sin embargo, espero que la cultura cambie para integrar la experiencia del LSD, en lugar de simplemente utilizarlo para ser más productivo como alguna gente hace con las microdosis. Incluso la gente en Silicon Valley se ha dado cuenta de que estamos en crisis y que se necesita una transformación cultural fundamental para atajar el cambio climático, la desigualdad y la fragmentación/polarización. El LSD por supuesto que podría facilitar esta clase de cambio, como empezó a hacer en los años 60, pero hay poderosos intereses que no desean que se produzca una transformación cultural a un mundo más consciente, medioambientalmente viable, igualitario y justo. Como en los 60, podría haber una especie de reacción si comienza a cambiar la cultura. Lo veo como una coproducción: la cultura debe ser receptiva a ser transformada y el LSD puede conseguirlo.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-06-21/andrew-smart-robots-psicodelia-conciencia_1581609/

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Algoritmos sesgados y machistas: más educación contra los prejuicios de las máquinas inteligentes

España/28 de Abril de 2018/El Diario

La amenaza de la Inteligencia Artificial tiene que ver más con los prejuicios sociales que con un apocalipsis final al estilo de Hollywood, como se puso de manifiesto en una jornada de la Cátedra de Participación del Ayuntamiento de Zaragoza

La tecnología Big Data, utilizada por las grandes compañías, favorece prejuicios machistas o racistas con algoritmos que contienen sesgos implícitos

“Un algoritmo puede establecer que interese más la opinión de un hombre que la de una mujer; esto ha pasado”, afirma el catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Zaragoza, Francisco Serón

¿Acabará la inteligencia artificial por controlar al ser humano? Esta cuestión, que ha sido argumento de innumerables películas, fue planteada también en una jornada sobre Inteligencia Artificial y Democracia celebrada en la Universidad de Zaragoza. Allí, los ponentes intentaron desmitificarla, aunque alertaron de sus riesgos, pero en su justa medida.

En definitiva, defendieron la inteligencia artificial como una herramienta útil, lejos de la creencia de que las máquinas acabarán con la especie humana. Porque, en realidad, como quedó patente en este encuentro, la amenaza de la Inteligencia Artificial va por otro camino; tiene que ver más con los prejuicios sociales que con un apocalipsis final al estilo de las películas de Hollywood.

La tecnología Big Data utilizada por las grandes compañías favorece en ocasiones la discriminación debido a algoritmos sesgados. En el mundo digital, existen ejemplos de algoritmos que favorecen prejuicios machistas o racistas, porque ante todo buscan acertar con los resultados que muestran al usuario.

El catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Zaragoza Francisco Serón, quien participó en este encuentro organizado por la Cátedra de Participación del Ayuntamiento de Zaragoza, afirma que algunos algoritmos contienen sesgos implícitos: “Por ejemplo, pueden establecer que interese más la opinión de un hombre que la de una mujer; esto ha pasado”.

Sostiene, además, que es algo que no se va a poder evitar porque el ámbito de la inteligencia artificial es global. La Unión Europea (UE) puede orientar la estrategia acorde a unos criterios éticos y legislar esta materia, pero ahora “díselo a otros países o a una empresa que quiera hacer dinero”. “Hay gente que no está dispuesta a pasar por ahí”.

Por ello, la educación se perfila como la única forma de poner freno a este impacto digital. Pero formar al usuario para que pueda interpretar los resultados que recibe no está en los planes educativos. Ni siquiera se está planteando, indica Serón. “En un mundo en el que los algoritmos impactan sobre nosotros, ¿tiene sentido formar juristas que no tengan ni idea de lo que es un algoritmo? Necesitamos formación para generar criterios”, precisa.

En esta línea insiste también el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada Juan Francisco Sánchez. Aunque es una materia que excede al ámbito nacional de los países, y que se ha comenzado a regular a nivel europeo, también los estados miembros pueden adoptar decisiones.

“El problema es que en España tenemos un debate público débil, donde vemos el problema más inmediato sin pensar a varios años vista”, subraya. Y apunta que la decisión política en materia de Inteligencia Artificial que se podría adoptar en España, a nivel nacional y autonómico, es en el ámbito de la educación. “Es ahí donde tenemos que tomar la decisión más inmediata, formar ciudadanos que sean capaces de actuar de manera responsable en la sociedad digital donde estamos”, recalca.

Sobre todo, porque el denominador común en el binomio inteligencia artificial y democracia es la globalización. La Inteligencia Artificial se mueve en un ámbito global y, en este contexto, lo que haga la Unión Europea se sigue con interés.

 «Si la UE fracasa, Google podrá entrar en el mercado europeo sin controles. Si la UE es fuerte, le puede poner límites a los motores de búsqueda de Google. Hay mucho interesado en que el proyecto europeo no salga”, puntualiza.

Fuente: https://www.eldiario.es/aragon/Algoritmos-machistas-educacion-prejuicios-inteligentes_0_762574534.html

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