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Los tres principales problemas que hay que superar para mejorar el aprendizaje.

España / 13 de mayo de 2018 / Autor: Ángel Fidalgo / Fuente: Innovación Educativa

En  educación, independientemente del sector y ámbito, se dan  una serie de situaciones comunes que dificultan tremendamente el proceso de aprendizaje. Es importante identificarlas para así poder abordar una estrategia para su resolución.

Los tres principales problemas que afectan al normal funcionamiento del proceso de aprendizaje son:

Pasividad del alumnado. Habitualmente el alumnado permanece pasivo durante la mayor parte del proceso de aprendizaje, sobre todo en las clases magistrales. Desde el punto de vista cognitivo escuchar para tratar de reproducir lo escuchado es un medio muy pobre de aprender. Es necesario que, incluso en una clase magistral, nuestro alumnado esté activo, por tanto el reto es lograr que adquiera el hábito activo. Las metodologías activas ayudan, pero no son suficientes. De hecho, según los resultados de un reciente estudio que hemos realizado seguir una metodología activa no garantiza que el alumnado adquiera hábitos activos.

Carencia de conocimientos previos. Para abordar con éxito la gran mayoría de nuestras asignaturas es necesario que nuestro alumnado tenga una serie de conocimientos previos. Sin embargo es muy habitual que no los posean, bien porque se les ha olvidado, bien porque no los ha  recibido o sencillamente porque los obtuvo  de forma muy somera. En cualquier caso, el profesorado se enfrenta al siguiente dilema: si dedica tiempo a formar en los conocimientos previos no tendrá tiempo para finalizar el temario de la asignatura, pero  si no forma en dichos conocimientos los estudiantes no  entenderán la  asignatura (y se producirá, como es lógico, una gran tasa de abandono). Es bastante habitual que el profesorado de un determinado nivel educativo eche la culpa al nivel anterior. Sin embargo, la realidad es que el tipo de formación donde el alumnado está inactivo no consolida conocimientos y por tanto se olvidan o incluso se pierden.

Carencia de la competencia de cooperación. Se supone que la mayoría de nuestro alumnado (en distintos niveles educativos) ha realizado trabajo cooperativo. Pero normalmente  lo que ocurre realmente es que distribuyen o reparten las tareas  y posteriormente lo juntan.

Evidentemente esta acción ni es cooperar ni es trabajar en equipo. El alumnado, por tanto, no suele tener la competencia individual de trabajo en equipo (responsabilidad, compromiso, transparencia, seguimiento, ayuda, participación, cooperación, colaboración, liderazgo,….).

Esta situación hace que formar en la competencia de trabajo en equipo sea difícil y complicado, ya que únicamente se suele evaluar el trabajo. Además, todas las personas que componen el equipo de trabajo reciben la misma nota, desde la que más ha trabajado a la que menos.

Realmente estas tres situaciones están estrechamente relacionadas y posiblemente el cambio de  una de ellas afecte al resto. Es cierto que parte del profesorado está sensibilizado con estas carencias y trata de paliarlas a través de proyectos basados en innovación educativa. Sin embargo, esta acción es totalmente insuficiente, principalmente porque es minoritaria y puntual. Es necesario replantearse la forma de solucionarlo.

Lo triste de todo esto es que hay líneas de innovación educativa que han demostrado su eficacia, que tienen definido a la perfección el proceso de implantación y que además no suponen ni una inversión económica ni un cambio en el modelo educativo.

Si tenemos identificados los problemas y la forma de resolverlos ¿por qué siguen vigentes?

Nota.

Este post forma parte del planteamiento que he realizado en la charla impartida en el congreso “Tools and Methods of Competitive Engineering”. TMCE 2018 el día 7 de Mayo de 2018.

 

Fuente del Artículo:

Los tres principales problemas que hay que superar para mejorar el aprendizaje.

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Como cambia nuestro cerebro al aprender (Video)

España / 13 de mayo de 2018 / Fuente: Centro Escuela Claridad / Fuente: Vimeo

David Bueno explica cómo cambia nuestro cerebro al aprender.
David Bueno es un científico rodeado de preguntas: ¿Cómo aprendemos? ¿Cómo piensa un adolescente? ¿Cuál es la mejor edad para comenzar con un segundo idioma? No quiere dejar ninguna sin respuesta porque como anuncia en su último libro, su pasión es contar todo lo que siempre hemos querido saber sobre el cerebro de nuestros hijos y nunca nadie se atrevió a explicarnos. Profesor de genética en la Universidad de Barcelona, David Bueno explica que la neurociencia ofrece claves que modificarán nuestra forma de enseñar y aprender.

 

https://vimeo.com/269060602

 

Fuente: https://vimeo.com/269060602

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Colombia: Jardines infantiles, un sector lleno de informalidad

América del sur/Colombia/10 Mayo 2018/Fuente: Semana

Pese a su importancia, los jardines infantiles cuentan con poca reglamentación nacional, cada secretaría de educación decide cómo debe ser su funcionamiento. Semana Educación y Revista Dinero explican cuál es la realidad que define su funcionamiento.

Jardines infantiles, sin Dios ni ley

Las trasformaciones sociales que ha experimentado Colombia en las últimas décadas, con más mujeres en el mercado laboral, han llevado a nueva valoración de la primera infancia. Esta etapa de la vida se considera hoy uno de los momentos más importantes en el desarrollo del ser humano, lo que a su vez, ha convertido a los jardines infantiles en espacios claves para la sociedad.

Sin embargo, Colombia no cuenta con una legislación que regule formalmente los jardines, aunque el Plan Nacional de Desarrollo lo establece como prioritario.

En el Ministerio de Educación están trabajando en dicha reglamentación, pero esta iniciativa aún no tiene fecha final, lo que hace que no existan herramientas para hacer seguimiento y control de la educación inicial, en particular, de la prestada por el sector privado. La meta es ordenar este sector para asegurar su calidad.

Aprendizaje por años: lo que un niño debería saber/aprender entre 1 y 6 años

0-1 año: caminar, responder a instrucciones, primeras palabras y gestos para poder comunicarse.

2-3 años: desarrollo psicomotriz; construcción de las primeras frases; nociones simples de escritura y matemáticas; interacción con su contexto y el resto de niños; iniciación a la literatura.

4-5 años: entendimiento y desarrollo de valores como la dignidad y la empatía; expresión correcta y con fluidez; capacidad de diferenciar y clasificar objetos, colores y situaciones.

5-6 años: desarrollo comunicativo significativo, lectura comprensiva y dominio de la escritura; establecimiento de relaciones significativas; coordinación y control del movimiento; apreciación de la belleza y la sensibilidad.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/jardines-infantiles-sin-dios-ni-ley/566366

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La teoría de la elección, el método de enseñanza del siglo XXI

Por: El Espectador/Juan Pablo Aljure

A diferencia del colegio, en el mundo real las personas necesitan saber usar los conocimientos; no es suficiente con adquirirlos. Instituciones y organizaciones alrededor del mundo trabajan por formar a estudiantes con destrezas y conocimientos que les permitan enfrentar los retos de esta época.

La mayoría de las personas que pasaron por el colegio saben lo tedioso que era tener que memorizar los 18 grupos de elementos de la tabla periódica, las tablas de multiplicar, historias como la teoría del Big Bang, las capitales del mundo, los presidentes de cierto número de países y un sinfín de conceptos que hasta hoy muchos no han utilizado. Se trataba de un método de estudio tradicional que medía al ser humano con calificaciones que valoran más su capacidad de memorizar la información, que su habilidad de ponerla en práctica para solucionar los problemas de su vida real y hacerla mejor.

Fue así como se formaron varias generaciones alrededor del mundo y como aún se siguen formando muchos niños y adolescentes, con un modelo de transmisión, repetición y reproducción de conocimiento que no logra educar a los estudiantes para vivir y desenvolverse con éxito en la era globalizada del conocimiento.

Conscientes de esta falencia, gobiernos, organizaciones e instituciones alrededor del mundo hoy les apuntan a las habilidades que una persona necesita para enfrentar el mundo real, habilidades que han sido llamadas competencias del siglo XXI. Dentro de ellas se incluyen destrezas, conocimientos y actitudes necesarias para enfrentar exitosamente los retos de esta época. Pues la globalización y el uso de las tecnologías han cambiado sustancialmente la forma en que las personas se comunican y colaboran, y, por ende, la forma en que se produce conocimiento.

No se trata de algo nuevo. Hacia el año 1965, William Glasser, médico psiquiatra y psicólogo, creó la Teoría de la elección. Dicha teoría explica el funcionamiento del cerebro, de la mente y del comportamiento humano, y plantea que las personas aprenden más y mejor cuando se retan, se motivan y actúan por su propia elección.

Para Glasser, “el método educativo tradicional castiga con bajas calificaciones y reprobación a los estudiantes que se rehúsan a aprender de memoria información, que tanto ellos como sus profesores saben que pronto olvidarán. El castigo por no aprender de memoria es una práctica educativa destructiva. Se trata de tiempo que podrían usar en la lectura, investigación de información en libros y utilización de lo que han consultado”.

Cambiar el chip de enseñanza y aprendizaje no resulta tan sencillo. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) considera que cambiar el modelo educativo tradicional es un deber en el que todos los sectores de la sociedad a escala mundial deben intervenir si se desea una nueva generación productiva y feliz.

“El método tradicional debe ser reemplazado, ya que el desarrollo social y económico actual exige que los sistemas educativos ofrezcan nuevas habilidades y competencias que les permitan a los estudiantes beneficiarse de las nuevas formas emergentes de socialización y contribuyan activamente al desarrollo económico bajo un sistema cuya base principal es el conocimiento”, señala un informe de la organización.

Para ellos, “las personas deberán poseer un conjunto de habilidades y competencias que se ajusten a la gestión del conocimiento, que incluye procesos de selección, adquisición, integración, análisis y colaboración en entornos sociales en red. Para muchos jóvenes, las escuelas son el único lugar en el que se aprenden tales competencias”.

En Colombia, el tema no es aislado. El colegio Rochester, ubicado en Bogotá, cuenta con calidad Glasser en Latinoamérica, certificación otorgada por el Instituto William Glasser International a organizaciones educativas alrededor del mundo que basan su sistema pedagógico en la Teoría de la elección.

Para Juan Pablo Aljure, presidente de la Fundación Educativa Rochester, “los niños y jóvenes de hoy requerirán para el mañana mayores habilidades analíticas y comunicativas, capacidad para resolver problemas, creatividad e iniciativa, así como trabajo en equipo, adaptabilidad y dominio de las relaciones públicas para colaborar de manera constructiva y efectiva con otros”.

La metodología, implementada en el colegio desde 1997, permite ver cambios rápidos y evidentes como que los niños se interesan por ir al colegio, no porque de lo contrario les pongan una mala calificación, sino porque conviven en un ambiente de respeto, confianza y cooperación.

“El objetivo inicial es eliminar las relaciones de adversarios, es decir, llenas de miedo. El miedo es el enemigo del aprendizaje. Bajo estrés crónico las personas sobreviven, no aprenden. Después de esto lo que empezamos a ver es gente alegre y en ese contexto sucede todo el cambio curricular para que los estudiantes desarrollen competencias basadas en un aprendizaje útil, donde los estudiantes resuelvan asuntos de la vida cotidiana, creen soluciones, conserven la biodiversidad, tengan y mantengan una salud mental y física, aprendan a liderar sin autoritarismo, y a ser sistémicos al pensar y actuar”, puntualizó Juan Pablo Aljure.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/la-teoria-de-la-eleccion-el-metodo-de-ensenanza-del-siglo-xxi-articulo-752720

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La asignatura pendiente de África, la educación

África/05 de Mayo de 2018/La Vanguardia

«En cuarto curso (entre 10 y 11 años), menos del 10% de los niños pueden leer un párrafo», explica la directora para África y Educación de BM, Sajitha Bashir

Pese al aumento de las tasas de escolarización, África afronta una «crisis de enseñanza» y su reto es mejorar la calidad educativa, explica a Efe la directora para África de Educación del Banco Mundial (BM), Sajitha Bashir. «Hay una crisis de enseñanza en África. Hay más niños en la escuela, que es algo bueno, pues necesitan estar en la escuela; pero relativamente pocos están aprendiendo algo», resume Bashir, que esta semana asistió en Nairobi a una reunión panafricana de alto nivel sobre educación organizada por la Unesco y el Gobierno de Kenia.

Esto supone que «en cuarto curso (entre 10 y 11 años), menos del 10% de los niños pueden leer un párrafo» en muchos países, dice la experta india.

Según un informe del BM sobre educación, con estadísticas de 40 países africanos del primer al noveno curso (6 a 14 años) divulgado en la reunión de Nairobi, en Kenia y Senegal casi todos los niños de 10 y 11 años pueden leer una letra, pero poco más del 20% puede leer un párrafo.

En los primeros cursos no aprenden el abecedario, cómo leer o cómo hacer matemáticas simples y una de las razones es que no van asiduamente al colegio»

En países como Tanzania o Uganda, el porcentaje de quienes pueden leer un párrafo en cuarto curso es muy cercano a cero. ¿Por qué no son capaces? Porque, según la directora del BM, «en los primeros cursos no aprenden el abecedario, cómo leer o cómo hacer matemáticas simples y una de las razones es que no van asiduamente al colegio».

Sin embargo, «África Subsahariana no debería seguir siendo tratada como un grupo», explica la experta. En el informe se distinguen cuatro grupos: avanzados (Sudáfrica, Kenia, Zimbabue o República del Congo, entre otros), emergidos (Camerún, Tanzania, Ruanda o República Democrática del Congo), emergentes (Mauritania, Angola, Etiopía o Nigeria) y atrasados (la mayoría de países del Sahel, incluido Senegal).

El primer grupo tiene prácticamente universalizada la educación primaria y los primeros cursos de secundaria, con tasas de escolarización muy próximas al 100%, mientras que el último grupo sigue estancado en el 80% de escolarización en primaria y se reduce a entre el 40 y el 60% en el comienzo de secundaria.

África Subsahariana no debería seguir siendo tratada como un grupo»

En los países intermedios, el reto está en conseguir que los escolares se queden en el colegio y no abandonen. Pero en todos ellos, la calidad de la educación es deficiente.

El problema, según Bashir, responde a un cúmulo de circunstancias, como la falta de formación de los maestros, la masificación de las aulas, la falta de material o que la lengua de enseñanza sea diferente a la que entiende el alumnado.

En el informe se muestra, por ejemplo, que ningún docente de matemáticas o lengua consigue sacar la nota máxima en un examen de una clase de cuarto curso, sin llegar siquiera a aprobar una prueba de redacción.

Además, al subir las cifras de escolarización en los primeros cursos, pero no conseguir que los niños progresen en el aprendizaje, las clases aumentan el número de estudiantes y comienza un círculo vicioso donde salen perdiendo los alumnos y la educación, según la experta.

«A veces, a los niños se les enseña en una lengua que con la que no están familiarizados», por lo que los países deberían mejorar sus políticas idiomáticas, como ya hacen algunos como Etiopía, donde los futuros profesores reciben formación y los materiales se elaboran en medio centenar de lenguas.

Por eso, subraya Bashir, lo que hace falta es «una cultura de aprender del otro, especialmente de aprender de buenos ejemplos en África», sin la necesidad de mirar más lejos.

La directora del BM también recuerda que muchas familias africanas afrontan para sus hijos el dilema de trabajar con el fin de aportar dinero al hogar familiar o ir al aula.

La solución -opina- sólo tiene que pasar por la concienciación, ya que la balanza siempre se suele decantar hacia el trabajo.

«Para los mayores que han salido del colegio, tenemos que ser capaces de proveer formas más flexibles de educación», asevera la experta.

Pero «en los primeros años -concluye-, tiene que hacerse una gran sensibilización en la población para concienciar de que estudiar es lo más importante».

Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20180428/443093651609/africa-crisis-de-ensenanza-banco-mundial.html

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El celular como herramienta educativa

Por: Rodolfo E. Salazar A.

Es una lástima escuchar a altos funcionarios del Ministerio de Educación, directivos, profesores y maestros opinando que el uso del celular en las aulas es un distractor y que por eso está prohibido.

A ellos los invito a buscar información sobre el uso de esta herramienta, que puede ser educativa según las posibilidades pedagógicas del docente.

Para que ello sea así, es necesario que el docente tenga una formación constante en estas tecnologías. Su uso puede ser el punto inicial de motivación en una sesión de clases, a la par del uso de una evaluación permanente y formadora, en la que lo primero sea explorar cuáles son los conocimientos iniciales del estudiante, para a partir de allí enseñar los contenidos o, en caso de ser necesario, reforzarlos a través de algún uso real de lo que aprenden.

A pesar de ello, es importante resaltar que la tecnología por sí misma no promoverá ningún cambio, por lo que los docentes debemos tener claro qué vamos a enseñar, cómo enseñar y a quiénes enseñamos. Además, para insertar este tipo de tecnología en el proceso de enseñanza-aprendizaje, específicamente dentro del constructivismo y su enfoque competencial, se requiere, como lo plantea la pedagogía emergente TPACK, que todo docente tenga conocimientos pedagógicos (primordialmente), disciplinares y tecnológicos, a fin de desarrollar su tarea adecuadamente.

En este enfoque, podemos usar herramientas como Kahoot y Socrative, en las que, a través de preguntas, los alumnos aprenden divirtiéndose; en realidad aumentada, el recurso de los códigos QR, que permiten acceder a la web para profundizar conocimientos o información sobre algún tema; los códigos Quiver que posibilitan al estudiante acceder, por ejemplo, a los elementos del interior de una célula. También dentro de la realidad virtual hay recursos como CoSpaces, plataforma para crear y explorar escenarios reales o imaginarios tridimensionales, en los que el estudiante puede usar la programación, un contenido a través de un modelaje para facilitar su explicación. Secondlife es un entorno para visitar lugares virtuales como oficinas, universidades e incluso lugares históricos en otro país. Y también está el uso de P360 para tomar fotos en 360°.

Todas estas aplicaciones son gratuitas y tienen usos que pueden complementarse con metodologías de aprendizaje basadas en proyectos como Flipped classroom y gamificación, entre otras.

Hoy, muchos maestros saben lo beneficioso de las actividades lúdicas al aprender y los juegos serios para educar, entrenar e informar. Por ello, el uso educativo del celular en el aula no depende de los estudiantes, sino docentes y autoridades, que promuevan la gamificación en el aula y su uso como herramienta educativa.


Fuente: https://www.prensa.com/opinion/celular-herramienta-educativa_0_5003499702.html

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‘La hora de los deberes’: La película que demuestra la ineficiencia del sistema educativo

Reseña/02-05-2018

Un tiempo que debería servir para jugar y disfrutar de la relación paterno-filial, se convierte en una tortura durante los cuatro años filmados por el director Ludovic Vieuille.

«60 minutos. Es el tiempo que tardo en hacer los deberes con mi hijo Angelo. Los días pasan marcados por el ritmo de esta hora que pasamos juntos. Una hora que siempre alarga la jornada laboral. Una hora que pasa, que nos apremia, que se resta y que luego nos falta. Una hora que, a veces, no es suficiente«.

Así justifica una voz en off introductoria el título de esta película dirigida por el cineasta francés Ludovic Vieuille, un sumario de esas horas diarias dedicadas a las tareas escolares a lo largo de cuatro años cruciales en la vida de su hijo Angelo.

¿Acaso la inteligencia de un niño puede medirse por la rapidez en cantar la lección del próximo examen? ¿Por su capacidad para permanecer inmóvil en una silla? ‘La hora de los deberes‘ pone en tela de juicio los métodos de un sistema que en lugar de servir para fomentar el hambre de aprendizaje de los niños y niñas, se ha convertido en una máquina de robots. Y si los códigos que utilizan para acercarse a la vida no encajan en ese sistema, se les excluye de él y, con ello, se les arrebata la oportunidad de, por qué no decirlo, constituirse como ciudadanos de pleno derecho.

La perspectiva adulta de Ludovic le permite adelantarse a ello, previsualizar con temor las consecuencias que tendrá en la vida de su hijo quedarse atrás en la carrera por el mejor expediente académico. Pero, sobre todo, se pregunta hasta qué punto está desaprovechando unas horas fundamentales en hacer unos deberes que no motivan ni a su hijo ni lo motivaban a él cuando tenía su edad, en lugar de dedicar ese tiempo a disfrutar el uno del otro.

A Angelo las tareas escolares no deberían llevarle más de una hora diaria (al menos eso según su profesora), sin embargo, la mayoría de los días terminan duplicándose. Mientras el padre coge el diccionario para descifrar qué demonios es el cociente de la división euclídea o una oración de relativo, transcurren cuatro años fundamentales en la vida de ese niño. Y, como en la suya, en la de muchos otros que no encajan en un sistema educativo que acumula cada curso un nivel de fracaso escolar de más de un 10%.

Para los profesores, Angelo no es más que eso, un obstáculo en las estadísticas de excelencia. Para el sistema educativo, un número grueso dentro de ese 10%. Para su padre, Angelo es un niño inquieto y creativo que queda fuera de un sistema que elimina toda diversidad. Para Angelo, su fracaso en la institución escolar podrá tener consecuencias irremediables en su autoestima y desarrollo emocional.

 A continuación puedes ver el tráiler de la película

Fuente: http://www.fotogramas.es/peliculas-para-ninos-cine-infantil/la-hora-de-los-deberes-pelicula-Ludovic-Vieuille

 

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