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La educación de pobres y ricos, canallas y desclasados

Argentina / 24 de junio de 2018 / Autor: Eduardo Ledezma / Fuente: El Litoral

“¿Es de equidad que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina llega hoy a la universidad?”, se preguntó hace unos días María Eugenia. La cuestión, además de estructurarse sobre datos falsos, pone de relieve una postura política e ideológica que ataca uno de los valores supremos de este país: la educación pública y gratuita. Y contradice el postulado meritocrático que sostiene, con bastantes recursos, el marketing de Cambiemos. Aquí, la carta de un pobre, correntino, que se volvió universitario.

 

 

Hola, María Eugenia. ¿Cómo le va, Gobernadora? Espero que bien. Iba a presentarme, pero creo que no vale la pena, ni que a usted vaya a importarle. Sí creo que resultaría útil y, por lo tanto, me gustaría hacerle llegar una historia que sucedió aquí en Corrientes, provincia lejana a la Buenos Aires que usted gobierna. Una de tantas.

Escuché y leí lo que dijo sobre las universidades públicas. Eso de que no fue justo llenar la provincia de universidades “cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina llega hoy a la universidad”.  Eso es falso,  ¿sabe?, además de canallezco.

Escuché, también, eso que dijo sobre las licencias de los docentes y sobre algo tan importante en este momento: que no será candidata a la Presidencia.

Qué bueno que lo diga, María Eugenia: tener una presidenta que piense lo que usted piensa sería, al menos, un retroceso. Porque no nos gustaría tener una presidenta que todavía no sabe que esto es Argentina y no el jardín de Noruega, Canadá o Suecia, donde se vive ciertamente mejor. O Finlandia, Singapur o Japón donde están los mejores niveles educativos. El punto de partida mayoritario, aquí, queda un tanto más lejos.

Qué bueno, de todos modos, que esté pensando en la plata de los docentes: en lo que deberían cobrar, María Eugenia. Usted fue votada para pensar en cómo gestionar el financiamiento de la educación pública, porque usted está en un gobierno, ¿sabe?, no en una empresa. Porque podemos estar de acuerdo en lo malo de los abusos y del costo de las licencias extendidas, María Eugenia, pero parece un tanto peligroso, además de demagógico -en ese contexto, claro-, ir a decir ante señoras y señores del Rotary Club que usted piensa que están mal algunos derechos que los trabajadores argentinos han conseguido a lo largo de muchos años de lucha. Las licencias, por mencionar una.

No se preguntó, en todo este tiempo, ¿por qué hay muchos maestros enfermos? ¿Por qué no pueden o no quieren dar clases? ¿Por qué necesitamos tantos reemplazos? O, en todo caso, ¿qué hizo usted para cambiar la matriz del problema que no sea la eliminación de derechos o recortes en el financiamiento?

En fin, María Eugenia. Igual, aquí estamos por otra cosa.

Déjeme contarle una historia que conozco: la de un muchacho pobre que se hizo universitario. Le va a encantar, a usted que es una leona, mamá corazón…

Nació en un pueblo que tenía menos de 10 mil habitantes a finales de la década del 70. En un pueblo chico de Corrientes, o sea, en el interior del interior, donde la igualdad de oportunidades, María Eugenia, no encuentra caminos asfaltados para entrar.

Su padre -el del muchacho-, trabajaba en una fábrica que cerró durante el menemismo. Su madre, ama de casa.

Sumada la miseria de ambos, no llegaba para hacer ni siquiera una pequeña gran miseria.

Con los años -dice el muchacho-, el padre le contó que en la época de Alfonsín conservaba al menos unas monedas que le permitían tener la cabeza despabilada. ¿Sabe por qué? Porque tenían que hacer malabares para gambetearle a la inflación. ¿Le suena?
Con Menem ya no hubo ni eso: ni monedas. El padre tuvo que poner todo su empeño en un oficio que tenía y sabía, porque había estudiado en una de esas misiones monotécnicas con las que el Estado, desde el primer peronismo, trataba de ayudar a la gente de las zonas alejadas o rurales como las nuestras.

El padre, pobre, cuenta el muchacho, hombreaba maderas que labraba en un taller al aire libre, resguardado del sol por la fronda de un naranjo, casi como un artesano, porque se imaginará, María Eugenia, lo que era para esa gente tener una máquina. Y si la tenía, lo que era pagar la energía. Bueno, no se aflija: es más o menos como ahora.

No alcanzaba la plata, claro, por eso el muchacho tuvo que salir a trabajar: tenía apenas 12 años. Vendía quiniela y diarios. Era canillita de El Litoral (como muchos lo fueron para pagarse sus estudios). Y estudiaba. Eso sí. Mucho estudiaba, María Eugenia, porque, ¿sabe qué?, el muchacho tuvo un momento de lucidez, y supo desde entonces que no quería para él eso que le estaba pasando a su familia.

Estudió y trabajó de chico, le hicieron bullying (que entonces no sabía que se llamaba así); algunos docentes lo ayudaban y otros le hacían zancadillas (siempre hubo esas cosas, ¿no?). Pero como el muchacho no se resignaba a que las cosas fueran así y no tenía fuerzas para cambiarlas, viajó a otro pueblo, haciendo dedo, cada semana (todos los lunes y viernes) para seguir estudiando. Los fines de semana volvía a su casa y salía a trabajar para poder costear la comida en el internado de una escuela pública, técnica, que hasta recibía especies como forma de pago. Comprenderá que el muchacho no tenía para bancarse una pensión. Pero el Estado estuvo otra vez allí. Y alguna gente, como la mayoría en Corrientes: gente que sabe dar la mano. ¿Entiende María Eugenia?

El muchacho siguió estudiando, se graduó con honores, fue abanderado, y entonces decidió que seguiría en la universidad. Sabía, por supuesto, que primero tenía que conseguir trabajo, porque no había nada que pudiera sacar de su casa, donde su madre ama de casa y su padre changarín, todavía tenían que alimentar otras 6 bocas. ¿Me sigue?

Pues el muchacho llegó a la Capital, como tantos correntinos del interior. Tuvo un trabajo que le permitió vivir: primero en un cuarto que le prestó un cura caritativo y después en una pensión y después en un departamentito que compartía con otros correntinos y chaqueños, estudiantes todos, pobres también.

Vino la crisis del 99 y tras cartón la de 2001. El Lecop nacional, el Patacón de ustedes, María Eugenia, y el Cecacor nuestro, que valía menos que papel higiénico. Comían salteado, María Eugenia, pero seguían estudiando.

“Teníamos pequeñas alegrías que nos permitían seguir” -me contó el muchacho-: el amor, la amistad, y algo que es casi una obligación entre los pobres: la solidaridad.

Gracias a la universidad pública, Gobernadora, el muchacho pudo salir del infierno. En este caso fue gracias a la Universidad Nacional del Nordeste, que tiene su sede en la Capital, porque Corrientes no tuvo la suerte de que le siembren universidades, ¿sabe?, cosa que evitaría la migración que nos desangra y nos vacía. Gracias a la Unne pudo seguir estudiando y trabajando. Le costó, pero pudo seguir, formar una familia, tener hijos, y hasta proyectar un futuro un tanto mejor para ellos, para sus hijos. No terminó la carrera en tiempo y forma, no, pero después de 14 años volvió, sacó materias y se lió con la tesis. Sigue intentando. Y allí sigue estando la universidad: pública y gratuita.

Sabe qué, María Eugenia: me dicen que el muchacho le mezquina los juguetes a los hijos, pero que gasta la fortuna que no tiene en libros. ¿Se imagina por qué, no?

El muchacho, gracias a la universidad pública, conoció amigos, amigos que le presentaron otros amigos que a su vez le presentaron a otros y fue haciendo una carrera. Le permite vivir, bien a veces: le permite saber que la comida, al menos, no es un problema. ¿Sabe qué?: hasta de vacaciones va. Y sueña con que algún día llevará a sus padres -que no saben lo que es eso-, tal vez a Asunción, que queda cerca. O al Brasil, más distante, pero a la vez más cerca y más barato que Mar del Plata. ¿Se imagina? Sus padres -los padres del muchacho- ¡de vacaciones! De ir, señora, por fin conocerán el mar.

***
El muchacho, María, es primera generación de universitarios en su familia de 7 hermanos. Y decidió quedarse. Porque señora, como usted sabrá bien, uno de cada tres correntinos se va: de su casa, su tierra, de su familia. Se va a Buenos Aires, por ejemplo, porque aquí escasea el trabajo. Aún hoy las oportunidades escasean, María Eugenia, y los sueños andan de a pie, ¿sabe?, y caminan lento, porque la cosa no mejora y cuesta más cada día. A los pobres por pobres, pero también le cuesta a nuestros mejores talentos, y aún a los más pudientes, para quienes esta provincia no tiene las redes de contención suficientes. Ni las necesarias tiene.

No quiero aburrirla, pero deje que le cuente algo: el muchacho trabajaba y estudiaba, y le costaba mucho el inglés. Pero ¿sabe qué?: gracias a la universidad pública pudo hacerlo una y otra vez. Y aprobó. Y gracias a la universidad pública leyó a Arlt, Walsh, Borges, García Márquez y Cortázar; a Hemingway, Capote, Wolf y Dostoievski; a Kafka y a Macedonio. Leyó a Ulrico Schmidl: ¡con eso le digo todo!

Gracias a la universidad pública, un día leyó a Piglia, y este le contó a través de uno de sus personajes que también a Arlt le costaba el inglés, por lo que, para leer literatura de afuera, “ilustrada”, el “maldito” leía traducciones. ¡Qué le parece!

Gracias a la universidad pública, me dijo el muchacho, puede discrepar con usted, María Eugenia. Tal vez no le importe, pero para este muchacho, que haya universidad pública en Corrientes no es una “prioridad equivocada”. Ojalá siembren más universidades en toda la provincia, porque como las carreras están mayoritariamente concentradas en Capital y en Resistencia, se abusan los inmobiliarios. Cuesta mucho alquilar una casa pequeña, un departamento o una pensión. Y ¿sabe qué?: en Corrientes hay cerca de 50 mil universitarios. Este año se inscribieron 21.865. ¿Sabe cuántos alumnos había hace 50 años?: había sólo 1.409. Ahora egresan anualmente cerca de 3.000 profesionales.

La Unne, además, da trabajo a 4.898 docentes y a 1.869 no-docentes. Casi sin presupuesto, en tanto, se las amañaron para crear gabinetes de investigación, con todo lo que eso significa. Pero hay más: unos 7.100 alumnos y alumnas estudian en las universidades privadas.

¿Se imagina lo que es eso para nosotros, María Eugenia, una provincia que aún hoy tiene el 40 por ciento de su población en la pobreza y el 10 por ciento más en la indigencia? Uno de cada dos…

La universidad pública le dio a ese muchacho una oportunidad. Se las da a miles de argentinos. De hecho, en Corrientes y Chaco estudian personas de muchas provincias. En las caras de esa gente se nota cuándo desayunaron y cuándo no, María Eugenia, pero van. Tenemos el mate, que sirve para la mañana, la siesta, la tarde y la noche. Para engañar al estómago y espantar al sueño. Si pueden comprar yerba, habrá para seguir soñando, pero despiertos. Para creer que es posible un mañana mejor.

Tal vez algunos tarden largos años y otros no se reciban nunca, pero ya no serán los mismos.

El muchacho que le cuento, María Eugenia, no fue el mismo después de leer el primer apunte fotocopiado. No fue el mismo después de leer a Tomás Eloy, Caparrós, Guerriero, Licitra, Cabezón Cámara o a Alarcón. No fue el mismo después de Lope de Vega: mire que lo que digo. De García Lorca. O de Godoy Cruz, que además daba clases en la facultad a la que iba. ¿Se imagina un pobre con esos libros? Conocer de Velázquez, saber de Rubens, Da Vinci, Picasso, Van Gogh, Goya, Monet o Manet…

Me contó una vez que sus cuadros preferidos son los románticos y heroicos. Le gusta mucho “La balsa…” de Géricault; “La libertad conduce…” de Delacroix; o Marat pintado por David. Si no fuera por la universidad pública, ese pobre muchacho, o muchacho pobre, no sabría de la Bauhaus, ni de Kandinski, ni de Pollock.

Me contó que una vez viajó a Cachi, Salta, donde estuvo estos días el Presidente. ¿Y sabe qué? Allí, en esa altura rocosa donde el diablo perdió el poncho, vio un par de niños collas con sus computadoras proveídas por el Estado. Estaban estudiando mientras cuidaban sus cabras.

¿Se figura lo que es eso, María Eugenia, para “los caídos” en la educación pública? Si no se hace la idea, sepa que mucha gente antes que usted, María Eugenia, no sólo lo imaginó, sino que lo llevó a la práctica, e hizo de Argentina un país distinto a los demás, donde la educación a secas, y más aún, la educación superior, es una cosa para pocos, como sugiere su pensamiento elitista, un tanto desclasado, que parece querer arrebatarle a los pobres tal vez la única puerta de salida que le ofrece el Estado cuando no llega tarde.

¿Sabe qué pasa cuando el Estado llega tarde, Gobernadora? Traslada a esos pobres en ambulancias o patrulleros a poblar terapias o calabozos.

La educación pública, la universidad, María Eugenia, en Corrientes provee como pocas cosas un aspiracional histórico: la movilidad social de los que no tienen dinero, pero sí tesón e inteligencia y eso que usted dice, citando a Einstein, que es la fuerza más grande del universo: la voluntad.

La historia de este muchacho que le cuento, María Eugenia, se repite por miles en Corrientes, como en toda la Argentina. Casi le diría que en esas historias se condensa el modelo meritocrático del que habla Cambiemos, ¿o eso es puro verso, eso también, María?

Bueno: no me haga caso. Pero, ¿me creería si le digo que aquí hasta los ricos estudian en la universidad pública? Es más, de allí salieron muchos de los dirigentes que integran Cambiemos, ¿sabe? Más aún: de ahí salieron muchos de los votos con los que Macri ganó el país y usted la provincia, María Eugenia. De la universidad pública salieron nuestros gobernadores, ¿sabe?, socios políticos suyos además, y una gran cantidad de funcionarios que cuando eran chicos, señora, eran pobres. Son los nombres propios de la movilidad social ascendente.

En fin. No quiero molestarla más. Usted ya tiene bastante poniéndose botas de goma y jeans y tapados de leona para ir de safari a las zonas carentes de Buenos Aires. Si viniera de safari a Corrientes, María, vería que de esos caseríos marginales salen pibes que van a la universidad, que trabajan y estudian y casi no comen y casi no duermen. Y pibas que, además de todo eso, en algunos casos tienen que criar también a sus chiquitos. Ideal para las selfies que tanto le gustan, señora.

***
P/D: Gobernadora. Me dijeron que sus lecturas favoritas son las novelas de Hosseini, y que le gusta mucho Jeffrey Archer y también Sidney Sheldon.

La lectura del muchacho que le cuento, María, es una especie de biblioteca mínima para las carreras de Comunicación, porque, me olvidé de decirle: siempre soñó con ser periodista, y viajar, conocer gente y lugares, tratar de señalar sandeces, custodiar valores -como los de la educación, por ejemplo-, y eventualmente alguna vez entrevistar a un presidente. ¿Qué le parece? ¿Nada mal, no? Nada mal para el hijo de un carpintero y una ama de casa. Para un muchacho nacido en el interior del interior, en un pueblo pobre de una provincia pobre insertada en una de las regiones más pobres de la Argentina.

Hay mucha voluntad ahí, María Eugenia, pero no sólo eso: también allí estuvo siempre la educación pública. Y gente que supo tender la mano.

Que le vaya bien, Gobernadora. Reciba nuestros pobres saludos desde Corrientes.

Fuente del Artículo:

https://www.ellitoral.com.ar/corrientes/2018-6-3-4-0-0-la-educacion-de-pobres-y-ricos-canallas-y-desclasados

ove/mahv

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Debate, Educación y Discurso de la Meritocracia

México / 15 de junio de 2018 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Este 12 de junio, durante el tercer debate entre candidatos a la presidencia de la República, en Mérida, veremos cómo algunos de ellos, especialmente Ricardo Anaya y Pepe Meade, emplearán el discurso de la «Meritocracia» en la Educación, como argumento para contrastarse ante las propuestas en esa materia, del puntero en la contienda, según los estudios de preferencias electorales, Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuál es el fundamento, el contenido y el sentido de ese discurso?

Funcionarios públicos (altos y medios), tecnócratas, líderes empresariales y de opinión, del sector privado, así como políticos «modernos» convencidos de las bondades del modelo neoliberal (cuyos valores imprescindibles son el «libre mercado», la globalización de las economías y un «Estado de bienestar disminuido o limitado», entre otros), consideran que la «Meritocracia«, como sistema de selección y formación de élites, es una condición indiscutible en la ruta por alcanzar una educación de «calidad».

El empleo, que hacen estos personajes, de un discurso con ese enfoque particular de la Meritocracia en la Educación, en México y el mundo, puede encontrarse en los textos de los pontífices de la Evaluación Educativa. Eduardo Backhoff, ex consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), por ejemplo, al tratar de contraargumentar las propuestas del candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre cómo resolver los problemas de la cobertura en educación superior, afirma lo siguiente: «…siempre habrá estudiantes que deseen estudiar en una institución, carrera o modalidad educativa (presencial o a distancia) y que por el cupo limitado de la institución no puedan acceder. En este caso, el único mecanismo que se me ocurre que AMLO puede estar pensando es el que utiliza la Universidad de la Ciudad de México (UCM): el sorteo de ingreso. Con este mecanismo se selecciona al azar a los estudiantes que ingresan a la institución… Sin embargo, este mecanismo presenta muchos inconvenientes. El primero de ellos es que rompe con la racionalidad del mérito y del esfuerzo. Ya no serán los estudiantes más destacados que ingresen a las mejores universidades, sino que todas las IES tendrán estudiantes igualmente formados (buenos, regulares y malos).» (ver SDP Noticias, 9 de junio, 2018)

El discurso de estos tecnócratas de «altos niveles académicos» (algunos, además, miembros del Sistema Nacional de Investigadores), como el ex consejero presidente del INEE, que ocupan puestos en las instituciones públicas con elevados ingresos económicos como «aristócratas de la intelectualidad» (diría Antonio Gramsci: como «intelectuales orgánicos»), sostiene que los estudiantes de Secundaria «deben» ser evaluados para ingresar a la Educación Media Superior, y que éstos a su vez, para ingresar a la Educación Superior, «deben» ser también sujetos (objetos) de la evaluación de ingreso o selección. No podría ser de otra manera, según ellos, porque se podría romper con la sagrada racionalidad meritocrática. Para ellos el «pase automático» en la UNAM, es una desviación insana. Como si el sistema de clasificación no fuera, en sí mismo, un sistema de reproducción de las prácticas de exclusión y de reciclaje de las desigualdades sociales.

Las historias reales de estudiantes que se han abierto camino, como individuos, por medio del sistema de méritos, han sido utilizadas por ciertas narrativas y en este tipo de discursos, para resaltar trayectorias de esfuerzo, trabajo, disciplina y «éxito». A través de esas biografías extraordinarias, se enfatizan los valores y las actitudes de dedicación y perseverancia para abrirse paso como personas, pese a las adversidades sociales, y alcanzar así un «lugar» en la sociedad.

Visto desde una mirada histórica superficial y desde un discurso simplista de la ruta Meritocrática, algunos personajes de nuestra historia nacional, serían ejemplos a seguir en la lógica de ese sistema. Sin embargo, hay que considerar que la noción de la «Meritocracia» es también una concepción ideológica, que busca legitimar un tipo específico de valores del ser humano para una sociedad de desigualdades. En ese sentido, la racionalidad del mérito es una construcción cultural e ideológica, que se basa en la creencia de que es posible generar, de manera libre, las élites profesionales o dirigentes como si se tratara de concretar, en lo social, los mecanismos de la «selección natural» darwiniana. Ideología que, al no considerar sus orígenes ni su estructura filosófica, como noción axiológica, corre el riesgo de dejar de lado las ideas de equidad, inclusión y democratización de la educación.

Tal como lo afirmó recientemente Adriana Puiggrós: «Marcar y establecer jerarquías o méritos entre los alumnos basándose en los logros de aprendizaje, en lugar de atender los obstáculos que se interponen para algunos, está al servicio de intereses que llamaré de la manera más directa: clasistas… Antediluviana es la pedagogía de la voluntad. Pero calza como anillo al dedo con el protocolo pedagógico destinado a formar al meritócrata. Definamos al meritócrata del Siglo XXI: es el que logra alcanzar metas que se imponen desde la sociedad del conocimiento corporativo, potenciadas por los prejuicios clasistas de los dueños del poder. Para ser meritócrata hay que ganarles a todos, meritócrata sólo hay uno, el que gana la carrera y se compra el Chevrolet. Pero no se trata de una rifa, sino de una carrera cruel que deja en el camino a miles y miles de niños y jóvenes, cuyo mérito destruye consignándolos como desertores en diversos escalones del sistema escolar, convertido en maquinaria de clasificación social. Sobre la correlación entre nivel de escolaridad y clase social hay una abundante literatura europea, norteamericana y latinoamericana. La relación entre ambos factores no es automática, pero la intención de usar las diferencias en el proceso educativo como instrumento que afirme a los alumnos en el sector de clase del cual provienen, ha cobrado fuerza en la era neoliberal. Hay cierto placer, cuando no saña, en ilusionarse con ser meritócrata. Hay que tener voluntad y esforzarse para no equivocar un renglón en los comportamientos y contenidos impuestos. Nada de imaginación. Es especialmente importante otorgar consenso a la evaluación. Esta sustituye la enseñanza pues en la pedagogía meritocrática lo que vale es medir bien, no saber. Sustituye el enseñar por la tasación de los conocimientos. Esa es la línea que rige la política educativa del gobierno.» (1)

Un estudiante que egresa de una Telesecundaria, ubicada en una zona rural, sin condiciones económicas favorables y sin servicios sociales ni culturales a su alcance; que no cuenta con oportunidades de desarrollo intelectuales y económicas, y que vive en un entorno con escasa conectividad con las nuevas tecnologías de la información, será con toda seguridad un estudiante expulsado del sistema meritocrático. ¿Qué hacer, entonces, con ese fenómeno social vigente, de la expulsión masiva de los jóvenes (400 mil cada año) del sistema educativo mexicano? ¿Continuar con la aplicación de las reglas y contenidos de la Meritocracia o hacer un cambio profundo, en el que consideren los criterios de equidad y apertura de oportunidades?

«El logro individual (basado en esfuerzo y mérito) versus adscripción o herencia es una imagen poderosa, una representación de las posibilidades del capitalismo moderno, una fuente de legitimación; una importante promesa de movilidad social, de las recompensas al individuo que estudia y se empeña. Al mismo tiempo es una representación que minimiza el papel de las desigualdades socioculturales preexistentes, en las posibilidades reales de movilidad social y en el funcionamiento de la presunta meritocracia (Young: 1958). También implica la “individualización” del éxito y del fracaso escolar y laboral, y la legitimación de la desigualdad (desigualdad “merecida” o deserved inequality) como el resultado objetivo de diferencias en mérito y en logros educativos.» (2)

El discurso de la meritocracia es eje lingüístico y racional de las élites políticas; de los círculos poderosos y cerrados del saber institucionalizado; de los privilegiados miembros del «establishment»; de los sectores dirigentes empresariales que deciden qué y cómo se habrán de seleccionar o reproducir los aspirantes a ocupar las posiciones de poder en los ámbitos económico, político, científico y cultural. El discurso meritocrático es el que esgrimen los «pontífices del saber» para reafirmar su propia autorrepresentación como líderes y como parte esencial de su imaginario social: alcanzar la «cima de la meritocracia». Sin embargo, ignoran, de manera contradictoria o intencional, que la racionalidad meritocrática es, sobre todo, un mecanismo excluyente, de reproducción de las inequidades y las desigualdades sociales.

 

(1) Adriana Puiggrós. Meritocracia o democracia en la Educación. Sociología de la Educación. Mayo, 2016. http://socioldelaeduc.blogspot.com/2016/05/meritocracia-o-democracia-en-la.html

 

(2) Gómez, V. M.; L. González y R. Forero.  Formación de élites y educación superior: meritocracia y reclutamiento en el Departamento Nacional de Planeación. Universidad Nacional de Colombia, Rev. Colombiana de Sociología. Nº 28, 2007.

 

jcmqro3@yahoo.com

 

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/06/11/debate-educacion-y-discurso-de-la-meritocracia

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El falso dilema de innovación educativa versus experiencia docente

España / 15 de junio de 2018 / Autor: Víctor Manuel Rodríguez / Fuente: El Diario de la Educación

Es necesario asumir, como docentes, que pueden hacerse aportaciones a nuestro trabajo en el aula desde disciplinas como la pedagogía, la psicología, la neurociencia o el feminismo. La práctica de aula no es la única fuente de conocimiento.

No es la primera vez que en este medio abordamos la cuestión de la innovación educativa como un asunto que sigue siendo muy controvertido, dado el contenido de muchas proclamas antipedagógicas y beligerantes con cualquier innovación y cambio que circulan cada día por las redes. Cabría decir también que dilemático si no fuera porque, en realidad, la mayor parte de los pronunciamientos más encendidos parten de una premisa que, desde mi punto de vista, es equivocada, conservadora y defensiva.

Muchas de estas consideraciones plantean la cuestión oponiendo innovación a experiencia docente. Alegan que la mayor parte de las propuestas de innovación se realizan desde sectores o profesionales –a los que suelen denominar gurús– que no han tenido una experiencia práctica en el aula. En realidad, las más de las veces, ni siquiera contrastan si esa experiencia existe. Por lo general, dan por hecho que todo lo que no provenga de una experiencia particular o no haya sido fruto de una especie de insight tras unos cuantos años de brega debe ser automáticamente denostado como ocurrencia, injerencia o delirio.

Imagino que estas prevenciones deberían ser aplicadas, con carácter retroactivo, a filósofos intrusos como Dewey; a psicólogos intrusos como Luria, Vygotski o Leontiev, o a un pedagogo agricultor como Pestalozzi. Entiendo que Piaget podría librarse por los pocos años que pasó por la escuela de Binet, aunque tal vez en aquel tiempo a más de uno/a le parecerían también sospechosas sus aportaciones desde el Instituto Rousseau, la Universidad de Lausana o la dirección de la Oficina Internacional de Educación.

Aunque tal vez, no. Es posible que el paso del tiempo nos haya hecho ver que algunas de las aportaciones que realizaron estas personas insignes pueden ayudarnos a organizar mejor nuestra complicada tarea en las aulas. Lo verdaderamente importante es rechazar con virulencia cualquier idea nueva, cualquier investigación o sugerencia que se realice hoy en día, en especial si proviene del ámbito de la pedagogía, la psicología, la neurociencia, el arte, el feminismo o la ecología. La consigna entre algunos docentes –espero que pocos– podría formularse de esta manera: “Si no se me ha ocurrido o lo he descubierto yo, con todos los años que llevo dando clase, tiene que ser que no vale o, en todo caso, no es necesario, porque no tengo problema en seguir haciendo lo que llevo haciendo toda la vida y además lo hago muy bien. Nadie que no trabaje en un aula está legitimado para hablar de nuestro quehacer”.

Los procesos de innovación y cambio no se gestan sólo en las aulas, aunque la experiencia debería enseñarnos a distinguir cómo podemos mejorar a partir de lo que otros y otras nos proponen y a rechazar también –al menos en nuestra práctica, no de manera generalizada, como suele hacerse– aquello que no tiene cabida, no es pertinente o no se ajusta a nuestra forma de ver y entender las cosas en un determinado momento.

En FUHEM, la experiencia docente acumulada a lo largo de los años nos ayuda precisamente a estar abiertos y abiertas al cambio y la innovación, aunque sin olvidar nuestras necesidades como profesionales y las de nuestro alumnado y familias. Resumo algunas de las conclusiones a las que hemos llegado tras años de experimentar y poner en marcha actuaciones de innovación, a veces con éxito y otras no tanto, por si pudiera ayudar a entender esta breve y precipitada reflexión:

  • Sabemos que la necesidad de innovar tiene que partir de un análisis real de la situación que vivimos cada día en nuestras aulas y centros y no tanto de mandatos y urgencias que llegan del exterior.
  • Entendemos que no todo vale, que pocas cosas funcionan igual en cualquier contexto y que no siempre las propuestas más novedosas o rompedoras son las adecuadas.
  • Sabemos también que, a la hora de poner en marcha procesos de innovación, hay muchas fuentes de las que beber y muchos profesionales o entidades que pueden ayudarnos.
  • Creemos que no es preciso cambiar lo que funciona bien, lo que nos satisface como docentes y lo que valoran nuestras familias y nuestro alumnado, aunque también somos conscientes de que siempre es posible mejorarlo.
  • Estamos convencidas de que promover estos procesos es, en sí mismo, un valor. Que el deseo, las ganas y la energía para cambiar es ya un activo para hacer mejor nuestro trabajo en el día a día, por modestos que sean los cambios que se promueven o incluso cuando no alcancemos todos los objetivos que nos habíamos propuesto.
  • Reivindicamos también que la innovación educativa no puede quedar circunscrita al marco metodológico. Que es preciso ambicionar también otra forma de entender los objetivos, las competencias, los valores o los contenidos que queremos trabajar con nuestro alumnado.
  • Y asumimos, por último, que los procesos de innovación deben ser participativos, consensuados y sostenibles. Y que, para lograrlo, deben partir de la iniciativa de los propios equipos de profesionales de los centros, deben emprenderse a través de procesos de reflexión colectiva, contando con las aportaciones de todas las personas que nos puedan aportar algo y deben ser encauzados a través de las estructuras de coordinación y participación del centro, incluyendo, tanto como sea posible, al alumnado y las familias.

Soy consciente de que esta perspectiva, con los matices que cada cual quiera incorporar, es compartida por muchos y muchas docentes y profesionales de la educación. La preocupación por la violencia con la que se ataca a la pedagogía la compartimos un buen número de personas. Recientemente, se planteaba un debate en una red social, organizado bajo el lema #VolverALapedagogia. A sus impulsores y a todas las que han realizado aportaciones sosegadas y dialogantes, sea cual sea su orientación, les dedico estas líneas. Por nuestra parte, seguiremos formándonos este verano, en compañía de muchos profesionales, para aprender cosas nuevas.

Fuente del Artículo:

El falso dilema de innovación educativa versus experiencia docente

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Aquí no sobra nadie: decálogo para una escuela inclusiva

España / 10 de junio de 2018 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«No hay calidad sin equidad. No hay equidad sin atención a la diversidad. No hay buena atención a la diversidad sin concepciones y actitudes presididas por el sentido de inclusión.» Miguel Ángel Santos Guerra

Todos somos iguales y todos somos distintos. Iguales en derechos y deberes, en oportunidades; todos somos distintos en intereses y talentos. Por ello, la verdadera revolución, la transformación radical que debe producirse en el mundo de la educación es que la escuela debe dejar de ser selectiva y debe pasar a ser inclusiva.
Creo sinceramente que el mundo es mejor cuando compartimos, que cuando competimos; creo que es más justo cuando incluimos, que no cuando seleccionamos y excluimos. Y la escuela debe ser un instrumento para que esto sea posible.
A continuación, propongo 10 ideas para una escuela inclusiva*:
1. Escuela de calidad para todos y todas. Todos tenemos derecho a recibir una educación de calidad que nos permita desarrollar al máximo nuestro potencial y nuestro talento y minimizar al máximo nuestras limitaciones.
2. Atender la diversidad del alumnado. Se trata de ofrecer a todos los alumnos y alumnas las mismas oportunidades y condiciones a través de una atención personalizada.
3. Formación docente continua y de calidad. La escuela inclusiva necesita que los profesores y profesoras estén permanentemente aprendiendo y formándose, compartiendo experiencias entre ellos.
4. Fomentar la creatividad y la innovación del profesorado.  Se trata de conocer y dominar las metodologías didácticas que den respuestas a los desafíos a los que se enfrentan ante sus alumnos y alumnas.
5. Educación emocional. Una escuela inclusiva no solo debe enseñar contenidos de las distintas áreas curriculares, sino que debe ayudar a que los alumnos y alumnas identifiquen y gestionen de forma eficaz sus emociones.
6. Afecto y confianza. Los alumnos y alumnas de una escuela inclusiva deben aprender a autogestionarse y a tener la máxima autonomía, sean cuales sean sus talentos y limitaciones.
7. Implicación de todos los agentes de la comunidad educativa. Docentes y familias deben participar activa y conjuntamente en la organización y el funcionamiento de una escuela inclusiva.
8. Favorecer la permanencia de los alumnos y alumnas en el sistema educativo. La orientación y la tutorización son herramientas fundamentales para conseguir que nadie quede fuera del sistema educativo, porque ello supondría su exclusión social.
9. Cambiar los sistemas de evaluación. En una escuela inclusiva se deben evaluar los procesos de aprendizaje y el esfuerzo por alcanzarlos y no solo los resultados.
10. Todo el alumnado, sin excepción, debe formar parte activa y responsable de la comunidad escolar. La escuela es una representación de la vida misma por lo que un funcionamiento democrático de la misma es una condición inexcusable.
*Parte de este decálogo está inspirado en las conclusiones y las actas del congreso Diversidad, calidad y equidad educativas, celebrado en diciembre de 2011… pasan los años y seguimos luchando por conseguir una escuela inclusiva.
Fuente del Artículo:
https://www.salvarojeducacion.com/2018/06/aqui-no-sobra-nadie-decalogo-para-una.html
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A los educadores les corresponde formar personas críticas

Colombia / 10 de junio de 2018 / Autor: Diego Arias Serna / Fuente: La Crónica del Quindio

Enseñar es organizar la confrontación con el saber y proporcionar las ayudas para hacerlo propio, nos lo dice el profesor de ciencias de la educación de Francia, Philippe Meirieu.

Si hay unos héroes anónimos en este país, son decenas de profesores que en lejanas veredas y en medio de todas las dificultades enaltecen su profesión.

Pocos días después de celebrarse el Día del Maestro, el gremio fue estremecido por las declaraciones de un hombre que como expresidente y ahora como senador ha polarizado a la sociedad, y en plena campaña electoral aviva las pugnas en vez de —como hombre público— concitar a la fraternidad, pero es mucho pedirle a un pendenciero.

La presencia de Uribe en Anserma, Caldas, el pasado sábado 28 de abril, en un acto político para impulsar la campaña presidencial de Iván Duque, interiorizado con el talante, nada tolerante y la actitud arrogante de su mentor, generó en ese pueblo, también llamado Santa Ana de los Caballeros, una oleada de inconformidad que perturbó al gremio del magisterio, a quienes han sido educadores y a un amplio sector social.

“(…). Lo único que tienen los profesores es la fuerza de la calumnia (…) los profesores les enseñan a los estudiantes es a gritar y a insultar, no les enseñan a debatir, les retuercen el cerebro”, dijo ese sábado, quien se ha creído el “salvador de Colombia” y quien con una “vara mágica” enriqueció a sus hijos cuando ejerció con ‘pulcritud’ la presidencia.

Varios personajes que están en contienda electoral, hicieron sentir sus voces ante semejante desatino, que es común en ese exmandatario. El candidato presidencial Sergio Fajardo expresó su orgullo de ser profesor y aseguró: “El liderazgo sereno de un profesor es el camino para sanar heridas” y agregó: “Vamos para esa segunda vuelta y evitar volver al pasado”.

El senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, recordó que él también ha sido profesor durante 26 años y afirmó: “Cómo estará de mal la política en Colombia, que puede ser presidente el que diga Uribe, que es capaz de agredir a maestros y maestras”. Asimismo, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación rechazó dicho pronunciamiento. De igual forma, cientos de usuarios en las redes sociales manifestaron su rechazo a esos ataques hacia los docentes del país y se unieron a la etiqueta #MiProfeSeRespeta.

La pasión política no puede ir tan lejos

Albert Einstein en su libro: Mi visión del mundo, nos legó una serie de enseñanzas de diferentes tópicos, desde temas sobre la física, hasta economía, educación, pacifismo. Uno de sus artículos lo tituló: ‘De la libertad de enseñanza’, y en él se refirió —en 1931— al “Caso Gumbel”. El profesor Emil Julius Gumbel —1891-1966—, perteneció al claustro de la universidad de Heidelberg desde 1923 hasta 1932.

Por sus críticas a los nacionalistas alemanes y cuando Hitler —con semejanzas al “salvador de Colombia”— empezaba a emerger, fue convertido en su enemigo después de que publicó sus trabajos estadísticos: “Cuatro años de crimen político”, “Libro Blanco del negro ejército del Reich” y “Traición de un Tribunal Decadente”. Por esos escritos fue expulsado de Alemania, continuando su actividad como profesor en Lyon, Francia, y luego en Nueva York.

Esa situación que vivió el profesor Gumbel fue el motivo del pronunciamiento de Einstein, que entre otras cosas expresaba: “Nos hemos reunido hoy para reflexionar sobre nosotros mismos. El motivo de esta reunión es el caso Gumbel. Este hombre llevado por su sentido de la justicia ha escrito con valentía y objetividad ejemplares sobre crímenes políticos despiadados, prestando con ello un gran servicio a la sociedad”.

Continúa: “Estos días vemos cómo los estudiantes y parte del profesorado de su propia universidad lo atacan, a la vez que intentan expulsarlo del claustro. La pasión política no puede ir tan lejos. Estoy convencido de que aquel que lea los libros de Gumbel con espíritu abierto tendrá una opinión perecida a la mía. Si queremos llegar a una sociedad políticamente sana, necesitamos hombres como este. ¡Que cada cual juzgue ateniéndose a su opinión personal, basada en sus propias lecturas, pero que no se base en lo que dicen otros!”.

Todo político debe contribuir a la fraternidad y la paz

Mal servicio le prestan a la comunidad personajes que con su poder económico y político siembran el odio y que con sus pasiones ideológicas dividen a la sociedad, y peor aún, cuando la enfrentan. Todo político respetuoso de la sociedad debe contribuir a la fraternidad y a la paz, en vez de estar lanzando dardos envenenados. Con razón el gremio de educadores exige que se le garantice la integridad y seguridad, pues en 8 años de gobierno de ese personaje dejó funestos antecedentes ante sus críticos.

Einstein en otro artículo que tituló: “Educación para una independencia en el pensar”, refiriéndose al profesor manifestó: “(…). Debe aprender a comprender las motivaciones, ilusiones y penas de la gente para adquirir una actitud recta respecto a los individuos y a la sociedad. Estas cosas tan preciosas las logra el contacto personal entre la generación joven y los que enseñan, y no —al menos en lo fundamental— los libros de texto”. Ese mensaje del físico más popular del siglo XX, debe ser tenido en cuenta en estos tiempos cuando, alegremente, se le da protagonismo a la “formación virtual”.

También manifestaba: “Dar importancia excesiva y prematura al sistema competitivo y a la especialización en beneficio de la utilidad, segrega el espíritu de la vida cultural, y mata el germen del que depende la ciencia especializada”. La palabra competencia es usada con frecuencia en todo el sistema educativo y poco se resalta la solidaridad y la cooperación.

Finaliza enseñándonos: “Para que exista una educación válida es necesario que se desarrolle el pensamiento crítico e independiente de los jóvenes, un desarrollo puesto en peligro continuo por el exceso de materias —sistema puntual—. Este exceso conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera. La enseñanza debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación”.

“No basta con saber leer para enseñar lectura a los niños”

Otro pensador que hace aportes a la educación es Philippe Meirieu —1948 Alès Francia) profesor de ciencias de la educación en la universidad Lumière-Lyon 2, especialista en pedagogía y quien ha dirigido el Instituto Nacional de Investigación Pedagógica. Después de varios años dedicados a la enseñanza universitaria solicitó que le destinasen a un liceo de los suburbios de Lyon para conocer de cerca la problemática escolar.

Ha investigado, entre otros temas, sobre la escuela y el aprendizaje, la filosofía y la educación. De sus libros retomaré: “Carta a un joven profesor: por qué enseñar”. En el subtítulo: “Entre el amor a los alumnos y el amor al saber, no tenemos por qué elegir”, manifiesta: (…) No basta con saber leer para poder enseñar lectura a los niños, de igual manera que no basta con saber practicar el salto de altura para ser profesor de educación física y deportes: también hay que poder enseñar esa técnica a un niño con sobrepeso y permitirle, a pesar de la inevitable mediocridad de su rendimiento en esta asignatura, adquirir una verdadera capacidad para practicarla…”.

Agrega: “Así que no se trata de enfrentar una profesión “centrada en el alumno”, que se dedicará a ayudarlo a comprender y superar obstáculos con que se encuentra, con una profesión “centrada en el saber”, que se contenta con transmitir los conocimientos a individuos a quienes se anima a realizar una labor personal, esforzarse día a día y comprometerse con ella de forma autónoma”.

Continúa: “En cualquier caso, el profesor debe a la vez permitir a cada alumno abordar un saber que lo sobrepasa y proporcionarle la ayuda para que lo interiorice. Al mismo tiempo debe solicitar el compromiso de la persona y poner a su disposición los recursos necesarios sin los cuales no podrá obtener buenos resultados en su aprendizaje”.

“Arrinconar lo absurdo, verificar las fuentes”

Meirieu además nos enseña que en la escuela se aprende a pasar progresivamente del punto de vista y los intereses propios, a la búsqueda del bien común; la academia debe permitir que los alumnos se asocien para trabajar en proyectos conjuntos y aprender a hacer sociedad.

También expresa refiriéndose al profesor: “(…) aliarnos con el alumno cada vez que quiere deshacerse de la escoria, salir del conformismo obligado, intentar una expresión personal, pensar por sí mismo… atrevernos a llevarle la contraria al jefe, al locutor de radio, o, incluso al profesor. Ésta es, efectivamente, la condición del devenir ciudadano: dejar de inclinarse ante cualquier forma de clericatura, examinar una palabra según su coherencia y no del prestigio de quien la dice, arrinconar lo absurdo, verificar sistemáticamente las fuentes”.

En la escuela está, en buena parte, el germen de los cambios sociales, el espacio para encauzar la decrépita democracia que ha servido para que emerjan gobiernos arbitrarios, autoritarios y corruptos, para lograrlo se necesitan profesores comprometidos con la sociedad. Como la ciencia y la tecnología se deben iniciar en la escuela, hay que terminar diciendo que el maestro, en su clase, debe alimentar la curiosidad de sus alumnos, algo innato, hacerlos enamorar del conocimiento y con su respeto enseñarles a respetar a los demás y a hacer tolerantes.

Fuente del Artículo:

http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-a-los-educadores-les-corresponde-formar-personas-criticas-cronica-del-quindio-nota-120485

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La educación en tiempos electorales

México / 10 de junio de 2018 / Autor: Manuel Alberto Navarro Weckmann / Fuente: Manuelnavarrow.com

Ha pasado un tercio de las campañas electorales y el debate sobre los diversos asuntos que marcan la vida política de la sociedad se encuentra en plena efervescencia. Mientras tanto, se debate el rumbo de la vida del país a costa de las experiencias y resultados de las acciones emprendidas desde el gobierno federal.

En mucho, la definición de temas en derredor de las campañas se ha ido decantando principalmente hacia los temas de seguridad, pobreza y corrupción sin embargo el tema educativo comienza a abrir camino en quienes aspiran a la presidencia.

En mucho se habla de la continuidad o no de la llamada reforma educativa, y se habla como si todo fuera una sola temática y se polarizan las opiniones en donde para defenderla, ciertos grupos empresariales, así como el actual gobierno federal, centran la base de su argumentación colocando a la niñez por delante, como si todo fuera el nuevo modelo educativo. No es así, puesto que fue lo último que importó, al ser lo que apenas se va a implementar, cuando incluso este gobierno ya no tenga el control del sistema educativo nacional.

Desde el planteamiento mismo de la reforma, fue incesante el llamado que el propio presidente Peña Nieto, así como los secretarios del Ramo Chuayfett, Nuño y Granados al expresar que los derechos del magisterio se encuentran a salvo y sin ninguna modificación, dejando en la población la noción de que el magisterio solo está en contra de los niños y niñas de México. No hay mentira más dañina ni terrible para polarizar las opiniones de la sociedad.

De tiempo para acá, un amplio sector magisterial hemos señalado situaciones que tienen que ver con el problema de la modificación del estatus laboral, la certeza en el trabajo, las prestaciones e incluso, la forma en que nos encontramos en la legislación.

En el caso de Chihuahua, cuando se abordó la problemática de adeudos de más de 8 meses, el propio secretario de gobernación afirmó que “en el caso del magisterio no aplica la Ley Federal del Trabajo”, lo cual deja el gremio en una indefinición y desamparo total, así como a las futuras generaciones.

No solo es pertinente, sino urgente, que la sociedad entera, así como quienes aspiren a dirigir la nación se den cuenta de la problemática y preocupaciones que aquejan al gremio, y poniendo por delante los años de trabajo dedicados en pleno a la niñez mexicana.

Fuente del Artículo:

La educación en tiempos electorales

Fuente de la Imagen:

Sigue las elecciones en México evitando las noticias falsas.

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Informe Odite 2018. Tendencias educativas

España / 10 de junio de 2018 / Autor: José Blas García Pérez / Fuente: Transformar la Escuela

Hoy voy a presentaros una publicación en la que he participado: Informe ODITE sobre Tendencias Educativas 2018.
Se trata del cuarto informe que este Observatorio de Innovación Tecnológica y Educativa (OdITE) ha editado desde el laboratorio de investigación e innovación educativa.
OdITE es un proyecto conjunto fruto de la colaboración que establecen dos instituciones influyentes en la educación actual: Asociación Espiral y Tecnología y Didactalia. El laboratorio está centrado en la observación, el descubrimiento y la experimentación de instrumentos así como la movilización de recursos y metodologías útiles `para diseñar m implementar, y poner en práctica actividades educativas que mejoren del aprendizaje.

TENDENCIAS EDUCATIVAS 2018

Este monográfico se ha clasificado en tres grados de integración en las aulas: En práctica, en desarrollo y en perspectiva, de acuerdo con su nivel de uso educativo.
Cuando se expone un informe como este, que habla de tendencias, solo se trata de ideas y experiencias que puede servir de inspiración y de guía para estimular el desarrollo metodologías que sean prácticas posibles, que resulten motivadoras y emocionantes para nuestro alumnado, y que nos hagan a los docentes repensar los modelos de enseñanza y aprendizaje que potenciamos en nuestras aulas. Vamos con ellas.

I

Tendencias educativas en práctica

 APRENDIZAJE BASADO ENPROYECTOS (ABP) – Juanfra Álvarez

Una metodología que avanza imparable en el panorama educativo en general. En el artículo podemos ver cuáles son los elementos pedagógicos que la sustentan y que la hacen tan atractiva para docentes y alumnado.

 Aprendizaje Basado en Proyectos, es una metodología activa que emerge actualmente en nuestro sistema educativo con bastante fuerza en todos los niveles educativos de Infantil a Secundaria. Con el ABP el alumno adquiere el protagonismo de su aprendizaje, un protagonismo que nunca debiera haber perdido. Muchas son las dificultades con las que se encuentra esta metodología, pues aplicarla correctamente representa una carga de trabajo considerable para el docente y muchas veces esta forma de trabajar no es del todo bien entendida y queda en un mero trabajo sin sentido.

ESCAPE ROOM EN EDUCACIÓN – Camino Lopez

La gamificación está alcanzando grandes cuotas de penetración en el aula. ¿Es posible conseguir la motivación y el aprendizaje de estándares a través el “escape room” o “escape classroom”? Trabajo en equipo, aprendizaje por descubrimiento,  resolución de problemas, aprender en la incertidumbre, resiliencia al  fracaso…

 La educación de hoy en día no tiene miedo a renovarse. Un claro ejemplo de ello es la integración de metodologías activas como la gamificación, interesadas en enfocar la
educación desde el punto de vista de la motivación del propio alumno, tratando de personalizar al máximo la experiencia educativa.  Dentro de esta metodología activa que es la gamificación, podemos encontrar algunas variaciones que tratan de aportar a la experiencia educativa nuevas estrategias que ofrezcan nuevos enfoques. Es el caso de los famosos Breakouts y los actualmente innovadores Escape Rooms.

HACER CIENCIA EN LAS NUBES- Amalia Hafner

¿Es preciso aprender sobre la ciencia de uso de los datos que almacenamos en el “cloud computing”? Un aprendizaje crítico y técnico de cómo se usan nuestros datos en la nube nos ayudará a gobernar mejor nuestra vida? Si las respuestas son sí, entonces esta «nueva ciencia» se convierte en una parte ineludible de la alfabetización digital.

La nube puede ser utilizada como un entorno de pruebas para desarrollar habilidades y conocimientos que permitan manipular y comprender críticamente el manejo de datos. Por otro lado, el trabajo con datos en la nube se constituye en un espacio para reflexionar sobre cuestiones éticas y legales, indispensables en la educación para la ciudadanía.
II
Tendencias educativas en desarrollo

APRENDIZAJE BASADO EN EVENTOS (ABE) – Paz Gonzalo

El Aprendizaje Basado en Eventos es una metodología avalada por el Informe sobre innovación pedagógica de la Open university que lo sitúa entre las “10 nuevas formas de enseñanza, aprendizaje y evaluación para un mundo interactivo, que ayuden a los maestros y legisladores en la innovación productiva”.

El ABE toma un evento como eje articulador de un proceso de aprendizaje. Un evento es un suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportiva. Los eventos son fechas señaladas, en las que se reunen personas aunadas por un mismo interés, afición, problema o motivo de celebración. Su preparación, celebración y posterior revisión, aunará los esfuerzos de los estudiantes y trazará el recorrido de aprendizaje.

MICROLEARNING O MICROAPRENDIZAJE. -Elena González de la Cámara

Los microcontenidos y el microlearning es una forma rápida al aprendizaje de conceptos o ideas. En el artículo se pueden ver ejemplos muy ilustrativos.

El microlearning o microaprendizaje es una estrategia de aprendizaje que contiene microcontenidos y consiste en la segmentación de la información en pequeñas unidades (píldoras.) con un alto tratamiento pedagógico.

NEUROEDUCACIÓN- Marta Portero

¿Nos permitirá el desarrollo de este campo  poder analizar, reflexionar o modificar las metodologías pedagógicas? Factores tan determinantes en el aprendizaje como la motivación,  el aprovechamiento del error como herramienta de aprendizaje, la utilización del movimiento en el aula, la necesidad de la eliminación del estrés elevado y crónico…son aspectos que analiza extensamente.

 

La neurociencia educativa es una nueva disciplina que nace de la interacción e integración entre tres ámbitos de conocimiento diferentes, las neurociencias, la Psicología y la Educación. Ofrece una visión de los procesos de enseñanza-aprendizaje basada en el funcionamiento del cerebro y desarrollar un marco teórico de referencia que permita fundamentar la práctica pedagógica desde la evidencia científica.

LA EDUCACIÓN PERSONALIZADA- José Blas García 

¿Es lo mismo posibilitar el aprendizaje personalizado, que atender a la diversidad?Cuando personalizamos la enseñanza ¿tendemos a individualizar? Inclusión y personalización tiene puntos comunes que solo a través de un diseño universal, es decir, para todos, podemos hacerlos realidad.
La personalización de la educación ha sido desde siempre ejemplo de buenas prácticas. Sin embargo, el término educación personalizada se ha envuelto de una polisemia que hace que profesionales de la enseñanza hablemos de personalización de la enseñanza y el aprendizaje refiriéndonos a cuestiones, si no distintas, por lo menos con perspectivas diferentes.

III

Tendencias educativas en perspectiva

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EDUCACIÓN: amenazas y oportunidades- Neus Lorenzo

Parece ser de consenso general entre los expertos que todo lo que pueda hacer un robot de forma más eficiente que un humano, lo hará un robot con AI. En las escuelas la mecanización de los procesos susceptibles de ser automatizados, se integrarán a medio o largo plazo a  la máquina que corresponda.
También parece claro que un robot no podrá sustituir al docente pero nos obligará cambiar de rol (guías, orientadores, inspiradores, animadores, arquitectos  y diseñadores de actividades, gestores de aula…) ya que instrucción magistral, nos guste o no,  la harán mucho mejor las máquinas. En este capítulo se ofrece una explicación sucinta sobre qué es y cómo funciona la Inteligencia Artificial, qué puede aportar a la educación en la actualidad, y cuáles son sus retos de futuro.
La    evolución de la AI y su capacidad de interactuar con objetos electrónicos y con humanos hiperconectados está aún por desarrollar.
Los sistemas de gestión de enseñanza y aprendizaje no eliminan la necesidad de disponer de escuelas o institutos, pero cambiarán decididamente su función, haciéndola más socializadora, cualitativa y abierta a la realidad que viven los alumnos, en su día a día presencial y virtual.

APRENDIENDO CON BIG DATA: El futuro de la educación – Ignasi Alcalde

Los Big Data han llegado y ya forman parte de nuestro paisaje natural. ¿Y si aprendiéramos a usar estos datos para que instructores y alumnos pudiéramos interactuar con el contenido y colaborar entre nosotros? Según el autor la tecnología nos permite, no solo ver el resultado, sino poder influir en él para mejorarlo. Cuantificar la motivación o el esfuerzo; recibir notificaciones y alertas y actuar en proceso; personalizar el proceso de aprendizaje… Un fascinante mundo se nos abre a los docentes con esta disciplina.
está creciendo la nueva disciplina del análisis de aprendizaje o learning analytics. El análisis del aprendizaje es un nuevo campo de conocimiento y es relevante para cualquier enfoque tecnológico que produce datos ya que, a partir de los datos, se extrae la información, que a su vez se convierte en “nuevo” conocimiento que se puede explotar de muchas maneras diferentes.

LOS SISTEMAS CONVERSACIONALES EN EDUCACIÓN- Ray Gallon

Los sistemas conversacionales son espacios conocidos por los estudiantes de hoy en día. Las plataformas de chatbot permiten a  profesores crear sus propios chatbots gratuitos. Una tecnología especialmente útil en métodos como la Flipped Classroom o clase inversa,  ABP,  en secuen

cias de aprendizaje basadas en la solución de problemas …

En entornos educativos reales, cada vez más interactivos y participativos, los chatbots se podrían utilizar para favorecer el pensamiento dialógico y desarrollar el aprendizaje inquisitivo. Los sistemas conversacionales generan un diálogo estructurado entre “profesor y alumno”, construyen relaciones que se interpretan en un contexto determinado y que aparecen como conjuntos de proposiciones conectadas (leyes físicas, teorías sociales) llamadas temas (topics).

TECNOLOGÍA WEARABLE- Bernat Llopis,

Las CardBoard o gafas de realidad virtual son un elemento impresionante para conocer abrir el aula al mundo. Visitar un bosque alejado cuando estás en aislamiento por un trasplante de médula, es una experiencia por la que he visto sonreír a mis alumnos… y respirar como si estuvieran en ese espacio lejano sin salir de su box o de nuestra aula.

Después de «normalizar» las tecnologías avanzadas como la Realidad Aumentada o la Realidad Virtual y su notable aportación en el mundo educativo, parece que el escalón siguiente está a punto de generalizarse: las tecnologías “usables”, o Wearable Technologies.

 Vienen tiempos nuevos, donde diferentes tecnologías van buscando su hueco en el desarrollo de la Industria 4.0 y también con aplicaciones en el sector educativo. Va a depender de la amplitud de miras de cada cual para soñar una sociedad mejor con el empleo de estas tecnologías.

EPÍLOGO

Solo tengo palabras de agradecimiento a la Asociación Ciberespiral, a los Co Directores del informe y a Didactalia, por su invitación a participar en este documento. Ha sido un honor colaborar y escribir  en este informe , y está siendo un lujo aprender con él a través de la lectura del mismo.

Puedes leerlo aquí en formato isuu

Y también descargar aquí en PDF  En este enlace te encontrarás con una ventana de registro que tiene el único  fin de hacer un seguimiento de las descargas y poder obtener un feedback del interés real que suscita el informe, y así plantear mejoras tanto en el contenido, formato y  difusiones futuras.

Fuente del Artículo:
http://www.jblasgarcia.com/2018/06/informe-odite-tendencias-educativas.html
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