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India: La historia de los niños de Kothapalli que estudian el cambio climático y han aprendido a atrapar la lluvia

Asia/India/26 Septiembre 2019/El país

Este pequeño pueblo de India ha logrado superar sus problemas con el agua con ayuda de una estación meteorológica instalada en el colegio y manejada por los alumnos

El colegio del pueblo de Kothapalli, en el sur de India, dispone de muy pocos medios: pizarras, pupitres, sillas, y un patio con un banco de madera bajo un árbol. Sin embargo, cuenta con un recurso poco corriente: una estación meteorológica automática. El centro, acurrucado entre las casas de los agricultores, es la única escuela pública del estado indio de Telangana, y posiblemente de todo el país, con una de estas herramientas en sus instalaciones, aseguran los científicos encargados de su supervisarla.

Los alumnos de tercero de Secundaria, todos ellos hijos de los agricultores locales, registran las precipitaciones, la humedad, la velocidad del viento y la temperatura del aire como parte de un proyecto más amplio dirigido por un instituto internacional de investigación de los cultivos cuyo objetivo es adaptar la agricultura del pueblo al agua disponible.

«Entiendo cómo funciona. Sé que, si el día anterior ha llovido lo suficiente, es un buen momento para abonar las cosechas», explica Vamshi Voggu, de 14 años, un estudiante al que no le gustan mucho las clases de ciencias, pero que disfruta con la tarea de seguimiento de las condiciones meteorológicas que realiza en el colegio por la mañana. «Mis padres son agricultores y esta información los ayuda», añade durante una pausa entre clases mientras sus risueños amigos interrumpen para contar lo mucho que los campesinos del pueblo se benefician del dispositivo.

Hace dos décadas, Kothapalli se enfrentó a una grave crisis en el suministro de agua. Los recursos disponibles eran insuficientes para regar los campos o para beber, y las mujeres tenían que caminar kilómetros para ir a buscarla. Los habitantes del pueblo cuentan que casi la mitad de los niños no estaban escolarizados, y muchos de ellos pastoreaban el ganado para complementar los ingresos familiares. Más o menos al mismo tiempo, los empleados de una oficina del Instituto Internacional de Investigación de los Cultivos para los Trópicos Semiáridos (ICRISAT, por sus siglas en inglés), situada a unos 60 kilómetros de Kothapalli, proyectaban reproducir en algún pueblo un proyecto de gestión de cuencas experimentado en laboratorio.

El estudiante Vamshi Voggu revisa la estación meteorológica instalada en el colegio de Kothapalli, India.ampliar foto
El estudiante Vamshi Voggu revisa la estación meteorológica instalada en el colegio de Kothapalli, India. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

Un político local llamó su atención sobre la falta de agua en la aldea. El proyecto, que trajo consigo pozos para la recogida del agua de la lluvia, diques, balsas agrícolas y la estación meteorológica ha dado como resultado cosechas abundantes en los últimos años. Además, el nivel freático ha subido unos cuatro metros y la agricultura está cada vez más en sintonía con la pluviometría. Mientras que, en los últimos años, la lucha por el agua en India se ha intensificado, y en numerosos pueblos y ciudades este precioso recurso está agotándose, Kothapalli se mantiene a flote.

«El número de días de lluvia en la zona está descendiendo, lo que supone periodos de sequía más largos y mayor cantidad de lluvia en un día», explica el agroclimatólogo Kesava Rao, miembro honorario del ICRISAT en Hyderabad. Con la alteración de los patrones climáticos y el mejor acceso al agua del subsuelo, las prácticas agrícolas tradicionales de Kothapalli han cambiado. Los campos en los que se cultivaba principalmente algodón se han diversificado para incluir especies que permiten un uso eficiente del agua, como el sorgo, el maíz, el guandú, las hortalizas y también las flores. Registrar por primera vez las precipitaciones que recibe el pueblo ha proporcionado igualmente indicadores clave de la humedad de los suelos para ayudar a planificar las pautas de cultivo, añade Rao.

Al principio, los científicos del ICRISAT visitaban la estación meteorológica una vez al mes para realizar las lecturas, afirma. «Pero se nos ocurrió involucrar a la comunidad, así que la trasladamos al colegio hace una década. Cada año formamos a los niños durante dos días para que sepan realizar las lecturas. Ahora los alumnos están orgullosos de lo que tienen en la escuela», explica el especialista.

Una labor matutina

Cuando, hace cuatro años, Binkam Sudhakar llegó al instituto de Kothapalli para ocupar el cargo de director, nunca había visto una estación meteorológica. Ahora piensa que es la mejor herramienta que tiene el centro para dar clases prácticas sobre el cambio climático, muy diferentes del método de memorización habitual en el sistema educativo indio.

Cada mañana, antes de la asamblea escolar, dos alumnos se dirigen a la estación con un cuaderno y un lápiz, extraen el monitor en forma de teléfono móvil y comprueban los registros de lluvia y temperatura pulsando unos cuantos botones. A continuación, apuntan las mediciones en el gráfico multicolor del tiempo pintado en la pared exterior de la escuela.

Los agricultores locales aseguran que los boletines diarios les son de gran ayuda. «Es muy importante. De camino al trabajo, comprobamos aquí la lluvia que ha caído», cuenta Voggu Anjaiah, de 50 años y propietario de 2,5 hectáreas de terreno, que consulta cada día los valores registrados. «Yo cultivo algodón, melón amargo, judías verdes y guandú. Antes solo tenía algodón. No sabíamos cuánto llovía. Ahora sabemos también cuándo la humedad del suelo es la adecuada, así que hemos empezado a cultivar hortalizas», explica.

Vamshi Voggu y Gurulingam Goud, apuntan los registros de la estación meteorológica instalada en su colegio.ampliar foto
Vamshi Voggu y Gurulingam Goud, apuntan los registros de la estación meteorológica instalada en su colegio. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

Sin embargo, como muchos agricultores del pueblo son analfabetos, menos de la mitad consultan los registros de la estación como hace Anjaiah. Hay niños que leen en voz alta la información del tablón a sus padres, que nunca fueron al colegio. Otros notifican las novedades importantes cuando vuelven a casa después de clase como, por ejemplo, si llovió bastante el día anterior. Los jóvenes «hombres y mujeres del tiempo» piensan que participan en una tarea importante. «Nunca falto a mi turno», declara Vamshi.

Un giro radical

Cuando Venkat Reddy, de la organización proderechos de los niños Mamidipudi Venkatarangaiya, visitó Kothapalli por primera vez en 1991 vio grandes extensiones de secano y niños trabajando como peones. Al cabo de cuatro años, tras varias campañas intensivas en las que participaron jóvenes que iban de puerta en puerta instando a los padres, los empresarios y los funcionarios del Ayuntamiento del pueblo a que mandasen a los niños al colegio, Kothapalli fue declarado municipio sin trabajo infantil por parte del Gobierno local.

«Todo el pueblo se unió en defensa de sus niños», cuenta Reddy por teléfono desde la ciudad de Hyderabad, en el sur del país. El número de alumnos de la escuela primaria del pueblo aumentó, y ahora hay suficientes estudiantes que han seguido con su educación para que exista también un instituto que ofrece clases hasta cuarto de Secundaria.

Razia Begum y us marido Mohammad Sarvar en su granja de Kothapalli.
Razia Begum y us marido Mohammad Sarvar en su granja de Kothapalli. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

A medida que más estudiantes se matriculaban en el colegio, las mediciones de la estación meteorológica se volvieron accesibles para más agricultores. «Mis padres nunca obtenían beneficios de la agricultura. Éramos muy pobres. Me sacaron del instituto después de cuarto de ESO», recuerda Malleshwar Goud, cuyo hijo Gurulingam, de 13 años, cursa tercero en el instituto local. Goud cultiva legumbres, soja, maíz y hortalizas en sus tierras, y dice que ya no depende de una sola cosecha para sobrevivir todo el año. Nunca consulta los datos meteorológicos, ya que su hijo le informa de las mediciones cuando vuelve del instituto.

Los activistas y los científicos reconocen que, aunque nadie lo planificase, Kothapalli se ha convertido en un laboratorio de experimentos para el cambio social. Según Reddy, de la Fundación Mamidipudi Venkatarangaiya, su organización reprodujo la campaña de Kothapalli para acabar con el trabajo infantil en los pueblos del estado de Telangana y su vecino Andhra Pradesh, mientras que el ICRISAT amplió su innovador proyecto de gestión a 13 pueblos de diferentes estados del país. Mientras, Goud espera que una buena formación y la mejora de los rendimientos de sus cosechas a lo largo del año protejan el futuro de su hijo. «Seguirá estudiando hasta que encuentre un buen trabajo», afirma el agricultor.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/29/planeta_futuro/1567088422_743860.html

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¡Impulsemos la acción por el clima con la igualdad de género!

Por: Ulrika Modéer y Anita Bathia

Las mujeres padecen más las consecuencias de los desastres naturales y soportan una mayor carga de trabajo doméstico

El cambio climático ya se está dejando notar en nuestro planeta. Las investigaciones disponibles demuestran que será necesario esforzarse al máximo a lo largo del próximo decenio para limitar el calentamiento global a 1,5 grados y mitigar los catastróficos riesgos que plantean el aumento de las sequías, las inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, las medidas que adoptemos no resultarán eficaces a menos que incluyan actuaciones dirigidas a mejorar la justicia social, la igualdad y la perspectiva de género. ¿Cómo podemos integrar la igualdad de género en la lucha contra el cambio climático?

El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas debido a las desigualdades de género existentes. Además, amenaza con socavar los avances socioeconómicos logrados en las últimas décadas. Al carecer o disfrutar de un acceso muy limitado a la tierra y a otros recursos —como la financiación, la tecnología y la información—, las mujeres y las niñas padecen en mayor medida las consecuencias de los desastres naturales y soportan una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados. Esto no es solo una teoría. Por ejemplo, las mujeres y las niñas representaron más del 96% del total de las personas afectadas por las inundaciones repentinas que sufrieron las islas Salomón en 2014; en Myanmar, por su parte, el 61% de las personas que murieron a causa del ciclón Nargis en 2008 eran mujeres. Además, como consecuencia de las sequías, las inundaciones y la deforestación, las mujeres y las niñas también tienen más dificultades y deben dedicar ahora mucho más tiempo a la recogida de agua, leña y forraje. Un tiempo que, de otro modo, podrían invertir en su educación o en actividades de ocio.

Asimismo, las mujeres y las niñas continúan marginadas en las esferas de toma de decisiones, desde el nivel comunitario hasta los parlamentos o las negociaciones internacionales sobre el clima. La financiación mundial para el clima destinada a programas de mitigación y adaptación continúa fuera del alcance de las mujeres y las niñas por su falta de información y de capacidad para aprovechar dichos recursos.

Pese a estos desafíos, las mujeres y las niñas desempeñan un papel crucial en sectores clave relacionados con el clima y han desarrollado estrategias de adaptación y fomento de la resiliencia y técnicas de adaptación. Por ejemplo, gracias a ellas ha aumentado la demanda de energía renovable en los hogares y las comunidades para el alumbrado o para su uso en la cocina u otros propósitos productivos, soluciones que ahora deben contar con el apoyo de la comunidad internacional. Las mujeres conocen los métodos agrícolas tradicionales, son las primeras en responder en situaciones de crisis y, además, son fundadoras de cooperativas, emprendedoras en el terreno de la energía limpia, científicas e inventoras, además de tomar decisiones con respecto al uso de los recursos naturales.

Las mujeres representan alrededor del 43% de la población que trabaja en el sector agrícola en los países en desarrollo y se encargan de satisfacer el 90% de las necesidades de agua y leña de los hogares en África. Algunos estudios han puesto de manifiesto que si las mujeres disfrutaran del mismo grado de acceso a los recursos productivos que los hombres, su producción agrícola superaría a la de estos últimos entre un 7% y un 23%. Por lo tanto, es esencial poner en marcha y ampliar las iniciativas del 51% de la población mundial.

En épocas recientes, las mujeres y las niñas han utilizado su conocimiento y su experiencia para liderar los esfuerzos de mitigación, desde el desarrollo de aplicaciones para llevar a cabo un seguimiento del carbono emitido como resultado del consumo individual y reducir dichas emisiones hasta la disminución de la cantidad de alimentos mediante la conexión entre los vecinos, las cafeterías y las tiendas locales para compartir los alimentos sobrantes y no vendidos. Jóvenes científicas, como la adolescente sudafricana Kiara Nirghin, están marcando la diferencia en la lucha contra el cambio climático. Estas muchachas siguen la estela y toman el testigo de otras mujeres y niñas que las precedieron, como la ganadora del Premio Nobel Wangari Maathai, que trabajó para que las comunidades fueran capaces de gestionar sus recursos naturales de manera sostenible.

Al mismo tiempo, el PNUD y ONU Mujeres colaboran para promover la igualdad de género y el liderazgo de las mujeres en la lucha contra el cambio climático. En Ecuador, por ejemplo, ambos organismos de las Naciones Unidas han unido fuerzas con el Gobierno para apoyar la inclusión del género en los planes de acción por el clima de este país. Ambos organismos han establecido asimismo una colaboración en todo el mundo para garantizar que la perspectiva de género continúe siendo un factor clave cuando los líderes mundiales adopten decisiones cruciales en relación con el cambio climático.

Si las políticas y los proyectos tienen en cuenta los cometidos, las necesidades y las contribuciones específicas de las mujeres a la acción por el clima y apoyan su empoderamiento, aumentarán las posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5 grados en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Debemos continuar implicando a las mujeres y a las organizaciones de mujeres, aprendiendo de sus experiencias sobre el terreno para conocer las buenas prácticas y contribuir a reproducir intervenciones más inclusivas en el ámbito climático.

La Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General de las Naciones Unidas, que se celebrará en Nueva York el 23 de septiembre de 2019, constituye una oportunidad única para elevar al máximo nivel la necesidad de que las mujeres y las niñas participen de manera sustantiva en la lucha contra el cambio climático.

En dicha cumbre se presentarán diversas iniciativas dirigidas a combatir el cambio climático, incluida una centrada en la igualdad de género. La iniciativa reconoce los efectos diferenciados del cambio climático sobre las mujeres y las niñas y busca apoyo para conseguir que estas lideren las actuaciones en favor del clima con el objetivo de que resulten más eficaces. Insta a integrar los derechos, las necesidades específicas y las contribuciones de las mujeres y las niñas en todas las intervenciones, incluso en las relacionadas con la financiación para el clima, la energía, la industria y la infraestructura. Fomenta apoyarlas en el desarrollo de herramientas innovadoras y en la participación en iniciativas de mitigación y adaptación, y exige rendición de cuentas mediante el seguimiento y la presentación de informes sobre los avances en pos de estos objetivos.

Para que la acción por el clima logre un mayor impulso y sea eficaz, necesitamos que un número suficiente de Gobiernos y otras partes interesadas firmen la iniciativa específica sobre igualdad de género que se presentará durante la Cumbre sobre la Acción Climática. El mundo no puede permitirse continuar limitando el potencial de las mujeres y las niñas en la definición de las acciones en favor del clima, dado que todas las pruebas apuntan a los beneficios que ofrece su participación.

Los Estados Miembros de las Naciones Unidas ya han manifestado su interés, como demuestra la mayor integración de las consideraciones de género en sus planes nacionales de lucha contra el cambio climático; sin embargo, se necesita un movimiento más amplio. Es preciso forjar alianzas entre múltiples partes interesadas e involucrar a una masa crítica de Gobiernos, entidades de las Naciones Unidas, mecanismos financieros y organizaciones de la sociedad civil que apoyen la iniciativa sobre igualdad de género de la Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General.

La acción por el clima debe ser sensible al género y para ello es urgente adoptar medidas inmediatas.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/18/planeta_futuro/1568817776_358146.html

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200 líderes y lideresas ambientales y de derechos humanos se comprometen a abordar juntos la emergencia climática

En una iniciativa sin precedentes, más de 200 representantes de los pueblos indígenas, la esfera laboral y el mundo académico, así como de grupos ambientalistas y de derechos humanos, aprobaron una declaración histórica en la que piden a gobiernos y grandes empresas que aborden con carácter de urgencia la emergencia climática para garantizar la supervivencia de la humanidad.

La lucha más urgente que libra el planeta necesita contar con el poder y la diversidad que puede darle el movimiento global de personas en favor de los derechos humanos. Aportamos a la lucha por la justicia climática energía, conocimientos y bases de apoyo fundamentales.

Su reunión en la Cumbre de los Pueblos sobre el Clima, los Derechos y la Supervivencia Humana tiene como objetivo generar aún más potencia, energía y recursos que impulsen un movimiento de masas conectado, diverso y orientado hacia la acción para vencer la crisis climática, poniendo en el centro de sus soluciones a las personas y los derechos humanos.

Estos líderes y lideresas y sus grupos tratan de presionar a gobiernos y grandes empresas para que incrementen sus compromisos en materia climática. Entre otras iniciativas, quieren emprender más litigios conjuntos por cuestiones climáticas, poner en el punto de mira el financiamiento de los combustibles fósiles por parte del sector financiero, utilizar de forma más eficaz los mecanismos de rendición de cuentas en materia de derechos humanos y coordinar más campañas de movilización de masas en el ámbito nacional y regional. También tienen previsto acordar la aplicación de planes de acción conexos en los próximos meses.

Craig Mokhiber, director de la Oficina en Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha declarado:

“Para quienes lo sufren en primera línea, el cambio climático ya está erosionando los derechos a la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda digna, la salud, la seguridad personal e incluso la vida. Muchas personas que viven en pequeños Estados insulares, comunidades costeras y zonas sometidas a la desertificación progresiva ven cómo se esfuma su derecho a la libre determinación. Los desplazamientos masivos por razones climáticas amenazan con obligar a millones de personas a emprender viajes de vulnerabilidad e incertidumbre. En definitiva, los efectos adversos del cambio climático desgarran la estructura misma de la sociedad humana. Cada país debe tomar medidas urgentes y significativas para abordar esta amenaza a los derechos humanos. Al agrupar las muchas vertientes del movimiento en pro de la justicia climática, tratamos de movilizar ya una acción por el clima transformadora, basada en los derechos e inclusiva.”

Jennifer Morgan, directora ejecutiva internacional de Greenpeace Internacional, ha declarado:

“La crisis climática es una crisis de derechos humanos. Las consecuencias humanas de las catástrofes meteorológicas extremas pueden ser sobrecogedoras, como demuestra la gran devastación y la destrucción que dejó el huracán Dorian tras de sí.

Esta declaración marca una nueva era en el activismo contra el cambio climático. Liderados por los jóvenes y junto con nuestros aliados, todos actuaremos y confrontaremos a los responsables. Los gobiernos débiles y el poder de las grandes empresas tóxicas tendrán que dar la cara cuando pongamos a la gente en el centro de nuestras exigencias y busquemos justicia climática para las comunidades menos responsables de esta emergencia climática, que son las más vulnerables ante ella.”

Carroll Muffett, presidenta y directora general del Centro de Derecho Ambiental Internacional, ha declarado:

El coste de la inacción constante ante la crisis climática se mide en términos de derechos humanos, vidas humanas y medios de vida. Como nos recuerda dolorosamente el huracán Dorian, este coste es real y cada vez mayor. La declaración de hoy refleja el compromiso común de la comunidad de derechos humanos de situar estos derechos en el centro de la crisis climática, disminuir progresivamente los combustibles fósiles que impulsan esa crisis y exigir responsabilidades a gobiernos y empresas cuando se interponen en el camino.”

Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional, ha declarado:

“La lucha más urgente que libra el planeta necesita contar con el poder y la diversidad que puede darle el movimiento global de personas en favor de los derechos humanos. Aportamos a la lucha por la justicia climática energía, conocimientos y bases de apoyo fundamentales. Pero hasta ahora no hemos explotado ni mucho menos todo nuestro potencial.

“Amnistía se propone contribuir en la medida que le corresponde a cambiar esta situación. Queremos que la Cumbre ayude a activar el potencial del movimiento global de derechos humanos para proteger a las generaciones presentes y futuras. Si nos unimos, podemos.”

Craig Mokhiber, director de la Oficina en Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha declarado:

“Para quienes lo sufren en primera línea, el cambio climático ya está erosionando los derechos a la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda digna, la salud, la seguridad personal e incluso la vida. Muchas personas que viven en pequeños Estados insulares, comunidades costeras y zonas sometidas a la desertificación progresiva ven cómo se esfuma su derecho a la libre determinación. Los desplazamientos masivos por razones climáticas amenazan con obligar a millones de personas a emprender viajes de vulnerabilidad e incertidumbre. En definitiva, los efectos adversos del cambio climático desgarran la estructura misma de la sociedad humana. Cada país debe tomar medidas urgentes y significativas para abordar esta amenaza a los derechos humanos. Al agrupar las muchas vertientes del movimiento en pro de la justicia climática, tratamos de movilizar ya una acción por el clima transformadora, basada en los derechos e inclusiva.”

Jennifer Morgan, directora ejecutiva internacional de Greenpeace Internacional, ha declarado:

“La crisis climática es una crisis de derechos humanos. Las consecuencias humanas de las catástrofes meteorológicas extremas pueden ser sobrecogedoras, como demuestra la gran devastación y la destrucción que dejó el huracán Dorian tras de sí.

Esta declaración marca una nueva era en el activismo contra el cambio climático. Liderados por los jóvenes y junto con nuestros aliados, todos actuaremos y confrontaremos a los responsables. Los gobiernos débiles y el poder de las grandes empresas tóxicas tendrán que dar la cara cuando pongamos a la gente en el centro de nuestras exigencias y busquemos justicia climática para las comunidades menos responsables de esta emergencia climática, que son las más vulnerables ante ella.”

Ellen Dorsey, directora ejecutiva del Fondo Mundial Wallace, ha declarado:

“El sector y los movimientos de derechos humanos de todo el mundo están aportando al movimiento en favor del clima nuevos recursos, una poderosa base de apoyo global de simpatizantes y una singular labor de defensa de los derechos humanos, pidiendo que gobiernos y grandes empresas tomen medidas que sean proporcionales a la magnitud y la rapidez del cambio climático con el fin de garantizar la supervivencia de la humanidad.

Philip Alston, del Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Universidad de Nueva York, ha declarado:

“Se ha dicho que el cambio climático es una ‘falsa alarma’, pero es una alarma que acabará matando a muchos de nuestros hijos e hijas, y al menos a algunos de nosotros. A diario leemos noticias de muchas personas que mueren por exposición a altas temperaturas, se ahogan en inundaciones, perecen en incendios o simplemente se ven obligadas a abandonar sus hogares, pero nos engañamos pensando que eso no nos va a pasar a nosotros. Mientras la mayoría nos distraemos con las redes sociales o decidimos continuar con nuestra vida normal, los futuros desastres producto del cambio climático se van convirtiendo de posibilidades en en certezas. Los derechos humanos tal como los conocemos tendrán cada vez menos sentido si no actuamos inmediatamente.”

Fuente de la información: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2019/09/200-environmental-and-human-rights-leaders-pledge-to-tackle-climate-emergency-together/

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Una especial “huelga” sobre el clima en la escuela

Por: Carmelo Marcén Albero

Durante esta semana ha cientos de acciones que culminarán el próximo 27 de septiembre en la huelga por el clima. La escuela puede ser un buen lugar para reflexionar sobre las causas y consecuencias de la emergencia climática.

Entre los días 20 y 27 de septiembre, cuando se reúnen en Nueva York los mandamases del mundo, hay planteada una rebelión contra el cambio climático que se quiere hacer visible con una huelga/acción por el clima a escala mundial. No es sencillo manejar una estrategia de este tipo en la escuela, confluyen muchas variables. No se trata de hacer un paro generalizado en las aulas, o de que los más mayores decidan si asisten a clase o no; pero sí que se pueden tratar los motivos que la han podido provocar. Para ello hay que encontrar momentos para reflexionar sobre el asunto, para posicionarse y emprender actuaciones propias o ante los demás.

Para empezar una acción conducente a la formación del pensamiento crítico, será necesario reconocer si en clase, claro está que en relación con las capacidades del alumnado, hay conocimiento/malestar por los desafíos de la crisis climática. De poco sirven los grandes postulados si no hay una aproximación a su entramado en aspectos tan sencillos como los que componen la vida cotidiana. En segundo lugar, hay que enterarse y debatir sobre causas y consecuencias de lo que se ha dado en llamar crisis/emergencia climática global; el alumnado tiene noticias del asunto y quizás ha visto de cerca alguna consecuencias. Es posible que no llegue a comprender del todo dicha crisis. La simple enumeración no es suficiente; es necesario encontrar entre toda la clase, mejor si se ocupa de ello el centro al completo, las causas del desaguisado climático que nos amenaza y, de alguna forma, ordenarlas en importancia e intensidad, proximidad y afección a más o menos gente.

Seguro que tras esas reflexiones/indagaciones se generarán momentos de asombro, acaso incredulidades y, por qué no decirlo, ganas de actuar. Por eso, en tercer lugar, deben identificarse cuáles son los destinatarios de la queja, porque si se protesta por algo se debe hacer ante alguien.

Puede que sea conveniente conocer al detalle iniciativas como “Fridays for Future” (Viernes para un futuro) que tuvo visibilidad en la huelga de los viernes que hacían chicas y chicos, también en nuestros institutos y en alguna universidad, para denunciar el silencio cómplice de los políticos y gobiernos frente a la crisis climática. A lo que parece, estos estudiantes tenían claro quiénes eran los destinatarios de sus demandas y protestas; al menos lo expresaban con claridad en sus llamadas a los políticos y grupos empresariales.

Habría que preguntarse en clase qué hace ponerse de acuerdo a tanta gente para hablar de cosas parecidas al mismo tiempo. Sepa el alumnado que la fecha elegida para la huelga, 27 de septiembre de 2019, coincide con la Cumbre de Acción Climática impulsada por la ONU que estos días tiene lugar en Nueva York. Allí están muchos de los que mandan en este mundo (políticos, empresas, organismos internacionales, etc.) y que son responsables de una buena parte de los desafíos que tiene delante la gente. Pero ojo, hay que tener presente siempre que una protesta simple no resuelve un tema tan complejo como la crisis climática.

La huelga, que ha sido respaldada por muchas organizaciones (más de 300 en España), está impulsada por los jóvenes; son quienes más tienen que perder. Quienes ahora están en nuestras aulas, desde educación primaria hasta la universidad, se van a ver afectados en mayor o menor medida. Con seguridad, buena parte conocen “Youth for Climate”, también la figura de Greta Thumberg. Por eso, han de decidir si quieren mostrar fuera del centro educativo su disconformidad con el devenir de los acontecimientos climáticos. Cuando hayan pasado unos años podrán reconocer si la iniciativa, y su figura más visible y mediática, ha modificado la historia de la participación social y, ojalá, comprobarán el cambio de rumbo que en esos años frenó la grave crisis climática. ¿Quién sabe si alguien de nuestras clases no quiera emular a las chicas y chicos que alzan la voz ahora y llegue a ser una activista de referencia en España? Unamos las voces de nuestros alumnos a las de los jóvenes de todo el mundo que desde hace unos años cantan su futuro, cual partisanos, en “Sing for the climate”, también en español:

En fin, parece claro que quienes más culpa tienen en la generación del cambio climático son los entramados políticos y empresariales que dominan el mundo, pero no solo ellos. Convendría que quienes en la comunidad educativa se posicionen contra la irresponsabilidad de los otros, ya sean centros escolares o no, lo hagan con madurez crítica, acompañada de actos de reducción personal de sus impulsores climáticos. Da más fundamento a cualquier acción reivindicativa. Pueden enterarse de lo que ha programado para estos días la Alianza por la Emergencia Climática.

No está de más recordar que el Objetivo núm. 13 urge a adoptar medidas para frenar el cambio climático. Por desgracia, por ahora, está rodeado de la maldición del aluvión de declaraciones, poco más; a pesar de fundamentar sus urgencias en evidencias y en investigaciones científicas. Pero la dejadez mundial acalla a quienes se manifiestan contra una situación crítica.

“Verdad, compromiso y acción”, dice el manifiesto que anima a la huelga. En la escuela, la huelga se hace al menos trabajando un poco cada día por el clima. La educación debería ser una estrategia de construcción social y de reparación ambiental. ¡Qué mejor manera de readaptar sus currículos!

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/09/20/una-especial-huelga-sobre-el-clima-en-la-escuela/

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¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo?

Por: El País.

El curso escolar acaba de comenzar en España en unas aulas que emiten múltiples señales de alarma. Las plantillas de profesores y numerosas instalaciones escolares están pendientes de renovación tras años de recortes, existe una temporalidad laboral elevada, el modelo de formación de los docentes y los currículos escolares están cuestionados, los centros deben lidiar con problemas sociales sin disponer de los recursos necesarios para ello y persiste la ausencia de un gran pacto educativo que dé una ley estable al sistema.

¿Eres miembro de la comunidad educativa? Participa en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

«Hay que dejar de dar bandazos»

Un pacto educativo en el que los partidos se comprometan a dar estabilidad al sistema es lo que urge en este momento. Se necesita tiempo para asentar las bases, y que las bondades de ese sistema, con tiempo puedan salir a la luz. El profesorado no puede estar cada dos años cambiando la organización del centro al arbitrio del partido que esté en su Administración. Después de recortes, LODES, LOES, LEAS y LOMCES a los colegios de Andalucía llegaron en junio unas instrucciones que nos han cercenado la autonomía y nos han cambiado toda la organización del centro, aumentando la religión y poniéndola, en carga horaria, por encima de la musica, la plastica, el segundo idioma e igualándola con naturales y sociales. En esta situación de incertidumbre y con carga burocrática brutal se trabaja con la sensación de ser parte de la tripulación de un barco que va dando bandazos sin rumbo fijo. Un pacto educativo a largo plazo es lo que se necesita.

TERESA SIMONET | Maestra de Música y Primaria en Chiclana (Cádiz).

«Se sigue dando clases como cuando yo estudiaba»

Hay muchos temas que repensar en el mundo de la educación pero el que creo que no es negociable es cómo se atiende la diversidad en centro y el aula. Cuál es mi desilusión cuando aún hoy en día mucha parte del profesorado no tiene formación para atender la diversidad y la mayoría de clases siguen siendo magistrales, aburridas y poco motivantes. No es necesario que la educación sea innovadora, pero sí conectada con la realidad. Por ejemplo, se está librando una batalla social, política, humana y económica sobre el cambio climático y se hace muy poco para abordar el tema, integrarlo en el día a día, trabajarlo en profundidad en las clases. A veces hago de apoyo en las clases y las cosas se cuentan exactamente de la misma forma que cuando yo iba a clase. De eso ya hace algunas décadas y todo sigue prácticamente igual. Los centros educativos están faltos de capacidad de reinvención. La mayoría del profesorado solo está preocupado por dar la materia y que los alumnos sigan el ritmo, sin importar si saben trabajar en equipo, expresarse oralmente, resolver conflictos, gestionar sus vidas, buscar qué les motiva. Los centros educativos parecen centros de producción en cadena de nuevos sujetos que alimenten al sistema… y deberían ser algo distinto, deberían ser lugares donde cada alumno pudiera sacar y aprovechar su potencial. A excepción de algunos centros, la situación no parece que vaya a cambiar, quizás porque no interesa o porque, en el fondo, cambiar y mover ficha asusta.

FRANCESC BOSCH | Profesor de Orientación Educativa en Premià de Dalt (Barcelona).

 

«El sistema necesita respeto y reconocimiento»

Lo que el sistema educativo necesita con mayor urgencia es respeto y reconocimiento. Frente al discurso catastrofista promocionado por numerosos medios de comunicación, que dan altavoz a expertos que pocas veces han pisado un aula, empresas deseosas de ampliar su negocio u opiniones partidistas y parciales que buscan réditos electorales, debe valorarse el trabajo realizado por decenas de miles de profesionales, las leyes aprobadas durante décadas y el esfuerzo presupuestario, todavía insuficiente, de las Administraciones. Sin pretender revoluciones utópicas, sin recetas mágicas y sin utilizar la innovación como un mantra vacío de contenido, podemos comenzar a conocer lo hecho hasta ahora y mejorarlo, aumentar la inversión y apostar por una escuela como una pata imprescindible del estado de bienestar y, en general, de la cohesión social. Pero de verdad, con más docentes, más recursos y un trato equitativo para todo el alumnado.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/09/22/actualidad/1569168639_213851.html

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Estados Unidos: Jóvenes denuncian en ONU inacción ante cambio climático

América del Norte/Estados Unidos/telesur/www.telesurtv.net

Los activistas insistieron que el mundo exige mayores acciones ambientales, las cuales deben demostrarse con unión y prácticas contundentes contra la contaminación.

Jóvenes activistas en pro del medio ambiente denunciaron este sábado la inacción ante el cambio climático, en el marco de la Cumbre del Clima de la Juventud, que se celebra en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Greta Thunberg, adolescente sueca inspiradora del movimiento juvenil contra el cambio climático, el argentino Bruno Rodríguez, la keniata Wanjuhi Njoroge y Komal Karishma Kumar, de las islas Fiji, pidieron un mundo sin emisiones de contaminantes y aseguraron que insistirán en que los líderes del mundo rindan cuentas si quieren seguir siendo elegidos.

En la reunión estuvo presente el secretario de la Asamblea General, Antonio Guterres, quien precede la Cumbre del Clima, la cual los mandatarios deben acudir con planes concretos y realistas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 por ciento en la próxima década y un 100 por ciento para el año 2050.

Luis Alfonso de Alba

@ladealba

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Por su parte, Wanjuhi Njoroge, destacó que el evento organizado por la ONU ha permitido a los jóvenes estar en “la mesa de conversaciones” e insistió en que los países más afectados por la crisis climática son los que menos responsabilidad tienen en ella..

Greta Thunberg

@GretaThunberg

If you belong to the small number of people who feel threatened by us, then we we have some very bad news for you:
This is just the beginning. Change is coming – like it or not.

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Guterres, quien animó a los jóvenes activistas a continuar la lucha, indicó que,en gran medida, su generación ha fracasado a la hora de salvaguardar la justicia y el planeta, «mi generación tiene una gran responsabilidad y la suya tiene que exigirnos que rindamos cuentas», agregó.

El secretario General de la ONU se hizo eco del reclamo de los ponentes para insistir en que los más pobres son quienes sufren la crisis climática, a su vez arremetió contra los combustibles fósiles y los subsidios pagados con el dinero de los contribuyentes al diesel o al carbón.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/news/onu-jovenes-denuncian-inaccion-cambio-climatico-20190921-0018.html

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Brasil se junta a movimento global pelo clima com críticas a Bolsonaro e pedido de defesa da Amazônia

América del Sur/Brasil/22-09-2019/Beatriz Jucá/ El País

Protestos aconteceram em ao menos cinco Estados e no Distrito Federal. “Ei, você aí, sem Amazônia não tem açaí”, entoavam os manifestantes na Paulista.

Manifestante na avenida Paulista, nesta sexta.
Manifestante na avenida Paulista, nesta sexta. BEATRIZ JUCÁ

A crise ambiental na Amazônia provocada pelo aumento expressivo das queimadas na região e a reação pouco incisiva do presidente Jair Bolsonaro para conter o problema tem colocado o Brasil sob os holofotes na defesa ambiental internacional. O presidente, que já vinha sendo cobrado por líderes internacionais e mesmo pelo mercado financeiro sobre a questão, agora vê essa pressão chegar às ruas. Nesta sexta-feira, acompanhando o movimento mundial de protestos que reuniu milhões de pessoas em mais de 150 cidades no mundo, estudantes e ativistas brasileiros cobraram políticas efetivas do Governo contra o desmatamento e pediram a defesa dos povos indígenas. Ao menos cinco Estados (São Paulo, Bahia, Ceará, Minas Gerais e Pernambuco), além do Distrito Federal aderiram aos atos.

«Se você não mudar, não vai dar pra respirar”, entoavam estudantes secundaristas na avenida Paulista, que recebeu a marcha mundial pelo clima na tarde desta sexta. Na capital paulista, estudantes, ativistas, indígenas, militantes partidários e até crianças se reuniram na tentativa de chamar a atenção do Governo e da sociedade por ações concretas contra o aquecimento global. Pediram a saída do ministro do Meio Ambiente, Ricardo Salles, criticaram Bolsonaro e aproveitaram para reclamar também sobre os recentes cortes na educação. O foco, entretanto, era mesmo a Amazônia. “Ei, você aí, sem Amazônia não tem açaí”, entoavam os manifestantes, em ironia a uma das grandes fixações paulistanas. A boliviana Olga Flores, por exemplo, pedia união da América Latina para conter os incêndios na floresta e criticava a política ambiental do presidente de seu país, Evo Morales. “Peço que nos apoiem também contra os incêndios na Bolívia”, dizia ela, no palanque.

Ará Mirim, da etnia Guarani, foi do Jaraguá (na zona norte) à Paulista com um grupo de indígenas para participar do ato, em um momento em que o Governo afirma que não demarcará mais terras indígenas. Ela diz que a manifestação pelo clima é importante para conscientizar as pessoas da importância de preservar as florestas, mas pondera que o ato precisa estimular ações concretas tanto dos governantes quanto da sociedade. “Todos temos que agir pra regenerar a terra. Nós, indígenas, fazemos isso por todo o planeta. Não precisamos de terra para fazer nossa casa, mas para comer e cuidar dela”, diz.

Por volta das 16h, famílias inteiras se aglomeravam no vão livre do MASP. Na concentração do ato, faziam oficinas de cartazes. “O clima está mudando, mas e você?”, questionava um deles. “+ Amazônia – Ruralistas”, dizia outro. As mensagens tentavam alertar para espécies em extinção, defendiam a necessidade de preservar o planeta e até os dados ambientais, muitas vezes criticados pelo Governo durante este ano. A professora Diambas Franzem levou o filho e o marido porque entende que atos como este são uma oportunidade de fortalecer os movimentos sociais nas ruas. “Essa pauta deveria ser uma luta da esquerda e da direita”, defendeu.

BEATRIZ JUCÁ

Fumaça preta

No dia anterior às manifestações, São Paulo e outras cidades das regiões Sul e Sudeste foram encobertas, novamente, pela fumaça de queimadas trazidas pelos ventos úmidos da Amazônia. Imagens de satélite do Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (Inpe) mostram que a fumaça que encobriu cidades dos Estados de São Paulo e do Paraná haviam se deslocado tanto de Mato Grosso e do Mato Grosso do Sul quanto da Bolívia e do Paraguai. O encontro dessa fumaça com uma frente fria tem causado chuvas no Sul e no Sudeste. No mês de agosto, a cidade de São Paulo já havia sofrido impactos das queimadas, quando a cidade escureceu no meio da tarde por conta da fumaça vinda do Norte e do Centro-Oeste.

Os protestos para deter o aquecimento global acontecem às vésperas da Cúpula do Clima de Nova Iorque, um encontro internacional contra o aquecimento global, que não terá o discurso de um representante do Brasil. A Organização das Nações Unidas (ONU) havia solicitado aos países que apresentassem um plano com seus compromissos climáticos e selecionou os 63 que tinham os discursos mais inspiradores. A proposta do Brasil, que tinha interesse em falar na reunião, foi vetada. O presidente Jair Bolsonaro, no entanto, confirmou que participará da Assembleia da Organização das Nações Unidas (ONU), na próxima terça-feira, um dia depois da Cúpula do Clima. Lá, ele fará um discurso centralizado em críticas aos regimes políticos da Venezuela e de Cuba, mas diz que também dará uma resposta às recentes declarações do presidente francês Emmanuel Macron de que o debate sobre a internacionalização da floresta amazônica estava «em aberto». Bolsonaro defenderá a soberania do Brasil sobre a Amazônia.

As posturas do presidente sobre a questão ambiental têm gerado fortes pressões internacionais sobre Bolsonaro. O presidente assumiu o mandato prometendo não demarcar mais nenhum centímetro de terra indígena e defendendo a exploração de minérios na Amazônia. Se por um lado seu Governo vem desidratando a fiscalização da região, Bolsonaro colocou ainda mais combustível na crise com declarações nas quais minimiza a mudança climática e o desmatamento ilegal. O Brasil registrou entre janeiro e a terceira semana de agosto um total de 71.497 focos de incêndio, o maior número do mesmo período nos últimos sete anos, e pouco mais da metade ocorreu na maior floresta tropical do mundo.

Tudo isso acontece em um contexto em que a responsabilidade ambiental, social e de governança (conhecida sob a sigla em inglês ESG) tem se tornado um critério crescente nas carteiras de fundos de investimento em todo o mundo. A reação do mercado financeiro à crise amazônica veio forte. Neste mês, empresas como H&M, VFcorp, Vans e The North Face anunciaram que deixariam de comprar couro brasileiro até que o país apresentasse um plano crível de que esse material não contribuía para o desmatamento da Amazônia.

A resposta mais dura, porém, aconteceu nesta semana: na última quarta-feira, um total de 230 fundos de investimento internacionais publicaram um manifesto, colocando mais pressão para que o Governo brasileiro apresente medidas efetivas para proteger a floresta amazônica e deter o desmatamento. Juntos, esses fundos administram 16 trilhões de dólares (cerca de 65 trilhões de reais), um valor equivalente a cerca de nove vezes o PIB do Brasil referente a 2018.

Referência de informações: https://brasil.elpais.com/brasil/2019/09/20/politica/1568998640_977541.html

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