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Jordi Salat : “Cualquier actividad humana sobre el medio ambiente debería someterse siempre al principio de precaución”

Entrevista: Salvador López Arnal

Jordi Salat es matemático por la Universidad de Barcelona (1973), y oceanógrafo del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC) desde 1974. Trabaja en oceanografía física descriptiva; interacciones físico-biológicas en ecosistemas marinos naturales y, dinámica de poblaciones marinas. Ha sido también profesor a tiempo parcial en la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona (1993-2010).

Tiene una amplia experiencia investigadora, con artículos publicados en revistas científicas y comunicaciones a congresos internacionales. Ha participado en unos 50 proyectos científicos y en más de 40 expediciones oceanográficas.

Tiene también experiencia en colaboración con agencias de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, así como con organismos nacionales, administraciones y fundaciones, como experto en oceanografía, medio ambiente marino, pesquerías y clima.

*

Nos habíamos quedado aquí. ¿El cambio climático, el calentamiento global, está relacionado con lo que ocurre en los océanos?

La respuesta a la pregunta es sí. El cambio climático está relacionado con todos los componentes del sistema climático. El océano es un componente del sistema climático, luego el cambio climático está relacionado con el océano. Puro silogismo. La pregunta es ¿por qué el océano es un componente del clima?

De acuerdo, formulémosla así, como me enseñas.

La respuesta sencilla ya la he comentado antes, diciendo que el océano es el “sistema de calefacción” a escala planetaria. Quizás deberíamos decir, de climatización puesto que no sólo calienta sino que refresca, a veces. En realidad, hablar de clima es hablar de como se reparte la energía que el planeta recibe desde el Sol, la mayor parte de la cual se devuelve al espacio pero una fracción se queda y permite, entre otras cosas, que nosotros estemos hablando. Los cuerpos asimilan esta energía en forma de lo que llamamos “calor” y se “ponen” a una determinada temperatura de acuerdo con este calor. Un recipiente con agua a 80°C contiene más calor que si el agua está a 20°C. Lo que ya no es tan evidente es que si en vez de llenarlo de agua, le ponemos arena seca a 80°C contendría menos calor que con agua a 20°C. Es decir, el calor específico del agua es superior al de la arena, por lo que ésta es más fácil de enfriar o calentar que el agua. Si comparamos el calor específico del aire y el agua, la diferencia es de 1 a 5 pero, además, como el agua es mucho más densa, si comparamos la capacidad calorífica de toda la atmósfera con la de todo el océano, la diferencia es de 1 a más de 1.000. Esto se complica con la evaporación y condensación. En estos procesos, los requerimientos de energía son muy superiores a los que hacen falta para modificar la temperatura. Cuando el agua del mar se evapora, se lleva energía del mar. Es decir, éste se enfría. Es lo que hacemos para enfriar la sopa, soplando sobre el plato para facilitar la evaporación de una pequeña parte del agua que contiene la sopa. Cuando este vapor condensa en forma de diminutas gotas de agua que forman una nube, el calor extraído al mar se devuelve a la atmósfera, etc.

En resumen, el océano, no sólo es un componente esencial del clima sino que es el más importante.

Remarco lo que señalas: el océano es el componente más importante. ¿Trata bien nuestra especie a los océanos?

Yo creo que nuestra especie no trata bien ni al medio ambiente terrestre, que es el que la sustenta de manera directa. Su propio hábitat. El medio del que forma parte como entidad biológica que es. Entonces, ¿cómo no va a maltratar un medio del que ni tan solo forma parte? Que le es “ajeno” y no percibe que pueda afectarle. Pero lo cierto es que el Océano es donde va a parar todo lo que se lleva el agua (y el viento, a veces), y no tiene un desagüe para poderlo vaciar, limpiar y llenar de nuevo.

La única salida a la situación es concienciarse de que nuestro hábitat no es un producto de la tecnología. Aunque a veces, lo parezca, en realidad la tecnología no va más allá de hacernos la vida más confortable, pero son los ecosistemas de los que formamos parte, los que nos sustentan. La tecnología no es más que un «añadido» (unos gadgets como se dice ahora) y, además, tiene un precio (en el sentido de «transacción»). Lo que llamamos «Naturaleza» pone las cosas en su sitio de vez en cuando. Supongo que los ecologistas parten de esta concienciación y, a partir de este punto, surgen posturas que podrían corregir la tendencia de ir de mal en peor. Entiendo que si hay alguna solución tiene que ser por esta vía. De momento, mientras haya combustibles fósiles por lo menos, tendremos suficiente energía externa como para «forzar» situaciones que nos hagan creer que seguimos siendo los «amos de la Tierra». Después, lamentaremos no haber usado la energía que el Sol nos proporcionó durante millones de años –y que la Tierra ha guardado celosamente– para prevenir el futuro. Estas «baterías» ya no estarán disponibles para que el Planeta pueda seguir manteniendo la anomalía que representa nuestra especie.

De todas formas, incluso así, si se consiguiera esta conciencia (que «no está ni se le espera»), veo difícil que lleguemos a una solución «razonable». Es decir, a que no prenguem mal. No veo indicios esperanzadores pero… ¿quién sabe?

Me pongo filósofo ahora: “Todo es agua”. ¿Es un aforismo-idiotez de Tales de Mileto o este antiguo matemático, de célebre teorema [1], tenía razón en alguna o mucha medida?

A la vista del teorema que hizo famoso a este señor, no me cabe ninguna duda de que era un buen observador, capaz de sacar conclusiones de sus observaciones. Me gustaría saber algo más de esta frase. Si es que se conserva. Las frases, por brillantes y sintéticas que sean, suelen ser incompletas. Es algo así como «¡toma frase!». Quedan bien en los calendarios, y últimamente en los twit. El enunciado del Teorema de Tales, no obstante, no «cabría» en un tuit.

Volviendo a la frase, podríamos verle una faceta de «visionario», con la información que tenemos hoy día porque imaginamos lo que le falta decir a «nuestro favor», es decir, como si él ya lo hubiera sabido. Si era así, es lástima que no nos lo contara en detalle (o se perdiera esta información). Si era una intuición, estamos en lo del principio. Era un gran observador, capaz de sacar conclusiones de sus observaciones. Lo repito porque creo que es la base de la intuición y creo que ésta es una gran herramienta para avanzar en ciencia (lo cual no quita que haya que seguir el procedimiento, como supuestamente hizo Tales con su teorema).

Cuando se afirma que la vida surgió en el agua, ¿qué se está afirmando exactamente?

Sería bueno preguntárselo a quien lo afirma. Yo no lo he afirmado. Entre otras cosas porque lo desconozco. Mis conocimientos de biología son sobre cuestiones algo más recientes. Aunque ciertamente hay quien afirma que el origen de la vida no es algo del pasado, sino que se está continuamente «generando». Por decir, que no quede. De hecho antes de Pasteur se hablaba de «generación espontánea»…

Como todo esto suena a «escaqueo» voy a entrar en el tema y convertir tu pregunta en lo siguiente: «¿es el agua el medio más adecuado para que en ella se origine la vida?». Mi respuesta es: «de los medios que hay hoy en día, sí». Porque es un buen «disolvente» a temperaturas en las que la vida se puede desarrollar fácilmente, sin muchas complicaciones. Así pues, es un buen medio para poner en contacto diversas sustancias que podrían haber originado toda esta “movida”. Pero, insisto, no sé suficiente biología para decir más.

Una pregunta demasiado general tal vez: ¿qué es para ti la ciencia?

Pregunta corta en la que cabe todo. Pregunta trampa en un examen. Si intento definir la ciencia, «la ciencia es…» No encuentro qué. No sé si esto significa que desconozco su esencia. Aquí me tendrás que ayudar.

Mi ayuda: haz lo que puedas, a tu aire.

De acuerdo, pues me olvido de pretender decir lo que es y hablo de lo que yo entiendo como ciencia. Ello incluye, por lo menos, una manera de razonar para estudiar el mundo que nos rodea, intentar explicarlo y comprenderlo. Para mí, lo más esencial − y ¡dale con la esencia! − son las reglas del juego. Si a lo largo del proceso de estudio se cumplen, estamos dentro de la ciencia, y lo más importante, el recíproco, si no se cumplen, no estamos en ella. Es pseudociencia − que suena mejor que «ciencia falsa». No se trata de descalificar a nadie por no seguir las reglas. Simplemente, no es ciencia. Y no hay que «venderla» como tal, como se observa a diario en el terreno de la publicidad (incluyendo la política). Tampoco vamos a entrar en detalles, pero habría que denunciar una clara perversidad y malas intenciones en algún tipo de «pseudociencia». Por lo menos en el sentido de confundir a la Sociedad, ¿pongo ejemplos?

Por supuesto, algún ejemplo será muy ilustrativo.

La mayoría de ejemplos que he encontrado se refieren a temas de salud. Seguramente porque son los que más preocupan a la gente, de manera que es fácil vender soluciones “milagrosas” a sus problemas. Estos anuncios suelen encontrarse en las páginas web de periódicos y revistas en general pero a menudo también se encuentran en webs de servicios públicos que, a causa de su infrafinanciación, se ven obligados a contratar publicidad (lamentablemente sin ningún control). Aprovechando el marco de esta entrevista, pongo un ejemplo basado en el agua del mar.

En un anuncio encontramos frases como las siguientes: “…a finales del siglo XIX, un investigador francés, desarrolló una auténtica teoría científica sobre la terapia marina que estipula que las enfermedades son, en realidad, una intoxicación del medio interno a nivel celular. Según este científico, las células, para poder desarrollar sus funciones correctamente, deben disfrutar de un medio interno equilibrado como método para evitar que los órganos terminen por deteriorarse. Y ese medio interno es análogo al agua del mar. Distintos médicos, expertos o periodistas de la época resaltaron sus evidentes éxitos a la hora de tratar enfermedades como tuberculosis, enfermedades de la piel o desnutrición, entre otras muchas que veremos a continuación.” Aquí te venden el producto y siguen “… otra alternativa es consumir agua de mar en botella. Eso sí, si esta va a ser tu elección, procura elegir siempre agua envasada en botella de vidrio para no perjudicar el medio ambiente” (por lo menos, anima a respetar el medio ambiente). “Una buena fórmula es tomar un taponcito de agua de mar disuelta en la botella de agua dulce de un litro que bebamos habitualmente. Aunque lo mejor es, sin duda, que si quieres utilizar el agua de mar con fines terapéuticos te pongas, como siempre, en manos de un especialista que te indique las cantidades en relación a la afección que quieras tratar, tu edad, sexo y circunstancias personales” (por lo menos, avisa de que puede haber riesgos en tomar agua de mar, así, por las buenas)

Quizás este investigador siguió en su momento el método científico, pero su teoría a dia de hoy no creo que se mantenga, por lo menos para curar la tuberculosis, por ejemplo.

Por lo demás, perdóname que insista: ¿qué reglas del juego son esas en tu opinión?

Las reglas básicas son: observaciones objetivas, es decir, que no dependan del observador. A partir de ellas, se elabora una teoría en la que se formulan unas hipótesis que hay que comprobar, de manera objetiva, mediante nuevas observaciones. Siempre que sea posible hay que contrastar los resultados de las observaciones mediante experimentación o verificación. Si ello no es posible hay que preparar modelos adecuados para simular las posibles variaciones y estar preparado para verificarlas cuando se den las situaciones simuladas. La teoría será científicamente válida bajo estas premisas. Asimismo, cualquier teoría científica puede ser rebatida si se dan nuevos resultados, obtenidos mediante las mismas reglas del juego, que la modifiquen o, incluso la contradigan.

En el mundo oceanográfico, por ejemplo, hemos pasado de “ver” las corrientes como algo más o menos fijo en el espacio: “por aquí pasa la corriente tal o cual” y el resto del mar prácticamente estático, a “ver” como el agua se mueve por todas partes, formando remolinos, filamentos, ondulaciones, etc. y las zonas donde “pasan” las corrientes tal o cual son donde en promedio el agua se mueve en una determinada dirección a una cierta velocidad. Se trata de una nueva interpretación basada en la información sinóptica que ofrecen los satélites. ¿Contradice las observaciones anteriores? No. Simplemente la complementa y da una nueva interpretación a aquellas observaciones.

Una información de la Coalición para la Conservación de las Aguas Profundas (DSCC en inglés): “Grupos de conservación urgen a los países participantes en la Reunión de la Autoridad Marítima Internacional a garantizar la transparencia y proteger la diversidad biológica del mar profundo”. ¿Qué pasa con la biodiversidad de los mares profundos? Se comenta en el artículo que la minería en aguas profundas para metales como cobre, cobalto, níquel, manganeso y plata está a un paso más de hacerse realidad.

Los ecosistemas profundos son muy “delicados” , pues mantienen equilibrios muy ajustados y la diversidad biológica es un indicador de la “calidad” de los ecosistemas. “Calidad” en el sentido de que el ecosistema funciona y se puede mantener por sí mismo. No conocía la existencia de esta coalición pero ciertamente las actividades que afecten las aguas profundas pueden tener graves consecuencias sobre los ecosistemas. La más conocida, por lo menos para mí, es el impacto de la pesca de arrastre sobre los fondos. Está muy documentado que el paso de estas redes destruye la trama biológica que se sustenta sobre el fondo –y que sirve de base de alimentación u ofrece refugio ante depredadores, a las especies que pescamos. La recuperación de esta trama, cuando la hay, es muy lenta. En general, tanto más cuando más profunda. Esto ha llevado a prohibir la pesca de arrastre en profundidades superiores a los 1.000 m, creo.

En todo caso, cualquier actividad humana sobre el medio ambiente, debería siempre someterse al Principio de Precaución, según fue formulado en la “Declaración de Rio de Janeiro” en la “Cumbre de la ONU” de 1992 en aquella ciudad. Es decir, en caso de incertidumbre, suponer la actividad humana causa impactos negativos sobre los ecosistemas, por lo que sólo podrá ser aceptable si se demuestra que no es así. De alguna manera, sería aplicar a estas actividades el recíproco de la presunción de inocencia. Lamentablemente, este principio sigue siendo de difícil aplicación a causa de las presiones que ejercen las grandes corporaciones y muchos gobiernos “afines” o que “dependen” de ellas.

¿Quieres añadir algo más?

Si viene a cuento, contar una pequeña “gamberrada” en la que participé cuando era estudiante.

Por aquel entonces, 1970, empezaba a funcionar la nueva Universitat Autónoma de Barcelona, cuya sede provisional era el monasterio de Sant Cugat del Vallès. Un compañero de curso tenía un amigo que cursaba Filosofía y Letras en aquella universidad, donde un profesor les introducía en lo que ahora se diría la “modernidad” . Hablaba del fenómeno underground y de personajes como Andy Warhol, por ejemplo. El caso es que a nuestro amigo se le ocurrió “gastar una broma” y nos pidió ayuda para presentar una película de “cine matemático”, como expresión del movimiento underground. El título de la película era White y su autor sería un matemático estadounidense conocido (espero que jamás le llegara esta información…). Se trataba de una película basada en el “operador blanco” –un cuadrito, □, que aparecía en los libros de este autor. La película no era más que un trozo de cinta velada, de 10 minutos de duración, a la que añadimos los títulos de crédito y el The end correspondiente. Mi compañero de matemáticas y yo hicimos una presentación de 40 minutos sobre el operador blanco y de cómo la película encajaba dentro del movimiento underground, y proyectamos la película ante unos 80 estudiantes en una aula del monasterio. Fue un éxito rotundo, o por lo menos, nadie se enfadó, ni puso en riesgo nuestra integridad ni la del proyector que habíamos alquilado. Eran otros tiempos y, por supuesto, ahora sería incapaz de hacerlo.

No se me ocurre mejor forma de cerrar esta conversación, todo un honor para mí. Mil gracias por tu tiempo, tu generosidad y tus enseñanzas.

*

Nota:

(1) Son de hecho los siguientes:

1. Si en un triángulo se traza una línea paralela a cualquiera de sus lados, se obtiene un triángulo que es semejante al triángulo dado (los triángulos semejantes son los que tienen ángulos congruentes; deriva en que sus lados homólogos sean proporcionales y viceversa).

2. Sea B un punto de la circunferencia de diámetro AC y centro O, distinto de A y de C, entonces ABC es un triángulo rectángulo donde el ángulo ABC es un recto (este teorema desentraña una propiedad esencial de los circuncentros de todos los triángulos rectángulos, que a su vez es ampliamente utilizado en la construcción geométrica para imponer condiciones de construcción de ángulos rectos).

3. Si diversas rectas paralelas son intersecadas por dos transversales, los segmentos determinados por las paralelas y correspondientes entre transversales, son proporcionales.

Primera parte de esta entrevista: Entrevista al matemático y oceanógrafo Jordi Salat (I). “El mar pone sus condiciones y hay que respetarlas. Tener muy claro que eres invitado y él manda en su casa. Lo sabe muy bien la ‘gente de mar’” https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260754

Segunda parte: Entrevista al matemático y oceanógrafo Jordi Salat (II). “Hay un desconocimiento muy general de lo que es el océano y de cómo influye en nuestras vidas” https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260755

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260740

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Se han robado mi infancia: Con 16 años, Greta Thunberg da un contundente discurso a líderes en la ONU

Redacción: Entre Pren Eur

Greta Thunberg, la activista ambiental sueca de 16 años, acusó ante la ONU a diversos líderes mundiales de la falta de compromiso ante la crisis sobre el cambio climático.

Apenas tiene 16 años, navegó por el Atlántico durante dos semanas para llegar a Estados Unidos y esta semana alzó la voz en la sede la ONU para demandar acciones respecto al estado del planeta con un duro discurso a los líderes mundiales que están reunidos en la Cumbre de Acción Climática de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es Greta Thunberg.

“Todo esto está mal. Yo no debería estar parada aquí. Debería estar de vuelta en la escuela al otro lado del océano. A pesar de todo, ¿ustedes acuden a nosotros, los jóvenes, buscando esperanza? ¡¿Cómo se atreven?”, demandó la joven ambientalista sueca al inicio de su duro discurso.

«Ustedes me han robado mi infancia y aún así yo soy una de las afortunadas. La gente está sufriendo y muriéndose y ustedes solo pueden hablar de dinero»

«Si nos fallan no se los vamos a perdonar», un emotivo y fuerte discurso de @GretaThunberg en la Cumbre de

Video insertado

En agosto de 2018, Thunberg, quien ha sido diagnosticada con síndrome de Asperger, inició su pequeña revolución en solitario y se plantó delante del Parlamento sueco con un cartel que decía “huelga escolar por el clima”.

La joven activista no paró de protestar aún después de las elecciones en su país, pero lo hacia todos los viernes, una acción que ha inspirado el movimiento Fridays For Future, protagonizado por jóvenes que imitan sus huelgas escolares en cientos de ciudades de todo el mundo.

Las palabras de Greta y la contundencia con las que ha dado sus discursos han movilizado a centenares de chicos de la llamada Generación Centennial en todo el mundo, quienes han escuchando hablar de cambio climático por años, sobre todo en su niñez, pero han visto en su mayoría pocas acciones para mitigar sus efectos.

Es por eso que ahora se plantan frente a la inacción política para tomar las medidas necesarias y hacer algo por el planeta.

Foto: Instagram Greta Thunberg

La Cumbre reúne en Nueva York a unos 60 líderes de diferentes países que han prometido profundizar sus planes contra las emisiones de gases de efecto invernadero.

El objetivo más ambicioso es evitar que el aumento de la temperatura global por esas emisiones sea menor a 1.5 grados respecto a los registros previos a la era industrial, para lo cual la ONU advirtió que se precisa un compromiso global de mayor impacto.

Aquí el mensaje íntegro de la joven activista sueca Greta Thunberg:

Mi mensaje hoy para ustedes es que los vamos a estar vigilando.

Todo esto está mal. Yo no debería estar parada aquí. Debería estar de vuelta en la escuela al otro lado del océano. A pesar de todo, ¿ustedes acuden a nosotros, los jóvenes, buscando esperanza? ¡¿Cómo se atreven?! 

Han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras huecas. Y sin embargo, soy una de los afortunados. 

La gente está sufriendo. La gente se está muriendo. Ecosistemas enteros se están derrumbando. Estamos en la antesala de una extinción masiva. Y ustedes de lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de un eterno crecimiento económico. ¡¿Cómo se atreven?!

Por más de 30 años, la ciencia ha sido tan clara como el cristal. ¿Cómo se atreven a seguir desviando la mirada y venir aquí a decirnos que están haciendo lo necesario, cuando las políticas y las soluciones que necesitamos no las vemos por ningún lado?

Dicen que “nos están escuchando” y que entienden la urgencia. Pero no importa lo triste o enojada que esté, no quiero creer eso. Porque si entendieran completamente la situación y aún así siguen sin actuar al respecto, entonces serían malvados. Y me niego a creer eso.

La popular idea de reducir nuestras emisiones contaminantes a la mitad en 10 años solo nos da un 50% de posibilidades de mantenernos por debajo de un aumento a la temperatura de 1.5 grados centrígrados, y alejarnos del riesgo de desencadenar reacciones ambientales en cadena irreversibles que podrían ir más allá del control humano.

Quizá un 50% es aceptable para ustedes. Pero esos cálculos no incluyen puntos de quiebre, ni la mayoría de los circuitos de retroalimentación, ni el calentamiento adicional oculto por la contaminación tóxica del aire ni aquellos temas relacionados con justicia y equidad. Confían en que mi generación y la de mis hijos lidiaremos con cientos de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono con tecnologías que apenas empiezan a desarrollarse. Entonces, ese riesgo de 50% simplemente no es aceptable para nosotros: nosotros, que tendremos que vivir con las consecuencias.

Para tener un 67% de posibilidades de mantenernos por debajo de un aumento de la temperatura global de 1.5C -las mejores probabilidades que propone el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático- al mundo le quedaban 420 gigatoneladas* de dióxido de carbono para emitir hasta el 1 de enero de 2018. Para la fecha de hoy, esa cifra ya es de menos de 350 gigatoneladas. ¿Cómo se atreven a fingir que esto se puede resolver con medidas cotidianas y algunas pequeñas soluciones técnicas? Si continuamos con los niveles de emisión de contaminantes actuales, esa ventana restante de dióxido de carbono que podemos permitirnos emitir desaparecerá por completo en menos de ocho años y medio.

Hoy no se presentarán soluciones o planes en línea con estos pronósticos, solo porque estos números son demasiado incómodos y porque ustedes aún no son lo suficientemente maduros para decir las cosas tal como son.

Nos están fallando… pero los jóvenes estamos empezando a entender su traición. Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes. Y si eligen fallarnos, yo les digo que nunca los perdonaremos. No dejaremos que te salgan con la suya. Justo aquí y ahora es donde dibujamos la línea. El mundo está despertando. Y se avecinan cambios, les guste o no.

Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/339932

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India: La historia de los niños de Kothapalli que estudian el cambio climático y han aprendido a atrapar la lluvia

Asia/India/26 Septiembre 2019/El país

Este pequeño pueblo de India ha logrado superar sus problemas con el agua con ayuda de una estación meteorológica instalada en el colegio y manejada por los alumnos

El colegio del pueblo de Kothapalli, en el sur de India, dispone de muy pocos medios: pizarras, pupitres, sillas, y un patio con un banco de madera bajo un árbol. Sin embargo, cuenta con un recurso poco corriente: una estación meteorológica automática. El centro, acurrucado entre las casas de los agricultores, es la única escuela pública del estado indio de Telangana, y posiblemente de todo el país, con una de estas herramientas en sus instalaciones, aseguran los científicos encargados de su supervisarla.

Los alumnos de tercero de Secundaria, todos ellos hijos de los agricultores locales, registran las precipitaciones, la humedad, la velocidad del viento y la temperatura del aire como parte de un proyecto más amplio dirigido por un instituto internacional de investigación de los cultivos cuyo objetivo es adaptar la agricultura del pueblo al agua disponible.

«Entiendo cómo funciona. Sé que, si el día anterior ha llovido lo suficiente, es un buen momento para abonar las cosechas», explica Vamshi Voggu, de 14 años, un estudiante al que no le gustan mucho las clases de ciencias, pero que disfruta con la tarea de seguimiento de las condiciones meteorológicas que realiza en el colegio por la mañana. «Mis padres son agricultores y esta información los ayuda», añade durante una pausa entre clases mientras sus risueños amigos interrumpen para contar lo mucho que los campesinos del pueblo se benefician del dispositivo.

Hace dos décadas, Kothapalli se enfrentó a una grave crisis en el suministro de agua. Los recursos disponibles eran insuficientes para regar los campos o para beber, y las mujeres tenían que caminar kilómetros para ir a buscarla. Los habitantes del pueblo cuentan que casi la mitad de los niños no estaban escolarizados, y muchos de ellos pastoreaban el ganado para complementar los ingresos familiares. Más o menos al mismo tiempo, los empleados de una oficina del Instituto Internacional de Investigación de los Cultivos para los Trópicos Semiáridos (ICRISAT, por sus siglas en inglés), situada a unos 60 kilómetros de Kothapalli, proyectaban reproducir en algún pueblo un proyecto de gestión de cuencas experimentado en laboratorio.

El estudiante Vamshi Voggu revisa la estación meteorológica instalada en el colegio de Kothapalli, India.ampliar foto
El estudiante Vamshi Voggu revisa la estación meteorológica instalada en el colegio de Kothapalli, India. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

Un político local llamó su atención sobre la falta de agua en la aldea. El proyecto, que trajo consigo pozos para la recogida del agua de la lluvia, diques, balsas agrícolas y la estación meteorológica ha dado como resultado cosechas abundantes en los últimos años. Además, el nivel freático ha subido unos cuatro metros y la agricultura está cada vez más en sintonía con la pluviometría. Mientras que, en los últimos años, la lucha por el agua en India se ha intensificado, y en numerosos pueblos y ciudades este precioso recurso está agotándose, Kothapalli se mantiene a flote.

«El número de días de lluvia en la zona está descendiendo, lo que supone periodos de sequía más largos y mayor cantidad de lluvia en un día», explica el agroclimatólogo Kesava Rao, miembro honorario del ICRISAT en Hyderabad. Con la alteración de los patrones climáticos y el mejor acceso al agua del subsuelo, las prácticas agrícolas tradicionales de Kothapalli han cambiado. Los campos en los que se cultivaba principalmente algodón se han diversificado para incluir especies que permiten un uso eficiente del agua, como el sorgo, el maíz, el guandú, las hortalizas y también las flores. Registrar por primera vez las precipitaciones que recibe el pueblo ha proporcionado igualmente indicadores clave de la humedad de los suelos para ayudar a planificar las pautas de cultivo, añade Rao.

Al principio, los científicos del ICRISAT visitaban la estación meteorológica una vez al mes para realizar las lecturas, afirma. «Pero se nos ocurrió involucrar a la comunidad, así que la trasladamos al colegio hace una década. Cada año formamos a los niños durante dos días para que sepan realizar las lecturas. Ahora los alumnos están orgullosos de lo que tienen en la escuela», explica el especialista.

Una labor matutina

Cuando, hace cuatro años, Binkam Sudhakar llegó al instituto de Kothapalli para ocupar el cargo de director, nunca había visto una estación meteorológica. Ahora piensa que es la mejor herramienta que tiene el centro para dar clases prácticas sobre el cambio climático, muy diferentes del método de memorización habitual en el sistema educativo indio.

Cada mañana, antes de la asamblea escolar, dos alumnos se dirigen a la estación con un cuaderno y un lápiz, extraen el monitor en forma de teléfono móvil y comprueban los registros de lluvia y temperatura pulsando unos cuantos botones. A continuación, apuntan las mediciones en el gráfico multicolor del tiempo pintado en la pared exterior de la escuela.

Los agricultores locales aseguran que los boletines diarios les son de gran ayuda. «Es muy importante. De camino al trabajo, comprobamos aquí la lluvia que ha caído», cuenta Voggu Anjaiah, de 50 años y propietario de 2,5 hectáreas de terreno, que consulta cada día los valores registrados. «Yo cultivo algodón, melón amargo, judías verdes y guandú. Antes solo tenía algodón. No sabíamos cuánto llovía. Ahora sabemos también cuándo la humedad del suelo es la adecuada, así que hemos empezado a cultivar hortalizas», explica.

Vamshi Voggu y Gurulingam Goud, apuntan los registros de la estación meteorológica instalada en su colegio.ampliar foto
Vamshi Voggu y Gurulingam Goud, apuntan los registros de la estación meteorológica instalada en su colegio. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

Sin embargo, como muchos agricultores del pueblo son analfabetos, menos de la mitad consultan los registros de la estación como hace Anjaiah. Hay niños que leen en voz alta la información del tablón a sus padres, que nunca fueron al colegio. Otros notifican las novedades importantes cuando vuelven a casa después de clase como, por ejemplo, si llovió bastante el día anterior. Los jóvenes «hombres y mujeres del tiempo» piensan que participan en una tarea importante. «Nunca falto a mi turno», declara Vamshi.

Un giro radical

Cuando Venkat Reddy, de la organización proderechos de los niños Mamidipudi Venkatarangaiya, visitó Kothapalli por primera vez en 1991 vio grandes extensiones de secano y niños trabajando como peones. Al cabo de cuatro años, tras varias campañas intensivas en las que participaron jóvenes que iban de puerta en puerta instando a los padres, los empresarios y los funcionarios del Ayuntamiento del pueblo a que mandasen a los niños al colegio, Kothapalli fue declarado municipio sin trabajo infantil por parte del Gobierno local.

«Todo el pueblo se unió en defensa de sus niños», cuenta Reddy por teléfono desde la ciudad de Hyderabad, en el sur del país. El número de alumnos de la escuela primaria del pueblo aumentó, y ahora hay suficientes estudiantes que han seguido con su educación para que exista también un instituto que ofrece clases hasta cuarto de Secundaria.

Razia Begum y us marido Mohammad Sarvar en su granja de Kothapalli.
Razia Begum y us marido Mohammad Sarvar en su granja de Kothapalli. ROLI SRIVASTAVA THOMSON REUTERS FOUNDATION

A medida que más estudiantes se matriculaban en el colegio, las mediciones de la estación meteorológica se volvieron accesibles para más agricultores. «Mis padres nunca obtenían beneficios de la agricultura. Éramos muy pobres. Me sacaron del instituto después de cuarto de ESO», recuerda Malleshwar Goud, cuyo hijo Gurulingam, de 13 años, cursa tercero en el instituto local. Goud cultiva legumbres, soja, maíz y hortalizas en sus tierras, y dice que ya no depende de una sola cosecha para sobrevivir todo el año. Nunca consulta los datos meteorológicos, ya que su hijo le informa de las mediciones cuando vuelve del instituto.

Los activistas y los científicos reconocen que, aunque nadie lo planificase, Kothapalli se ha convertido en un laboratorio de experimentos para el cambio social. Según Reddy, de la Fundación Mamidipudi Venkatarangaiya, su organización reprodujo la campaña de Kothapalli para acabar con el trabajo infantil en los pueblos del estado de Telangana y su vecino Andhra Pradesh, mientras que el ICRISAT amplió su innovador proyecto de gestión a 13 pueblos de diferentes estados del país. Mientras, Goud espera que una buena formación y la mejora de los rendimientos de sus cosechas a lo largo del año protejan el futuro de su hijo. «Seguirá estudiando hasta que encuentre un buen trabajo», afirma el agricultor.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/29/planeta_futuro/1567088422_743860.html

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¡Impulsemos la acción por el clima con la igualdad de género!

Por: Ulrika Modéer y Anita Bathia

Las mujeres padecen más las consecuencias de los desastres naturales y soportan una mayor carga de trabajo doméstico

El cambio climático ya se está dejando notar en nuestro planeta. Las investigaciones disponibles demuestran que será necesario esforzarse al máximo a lo largo del próximo decenio para limitar el calentamiento global a 1,5 grados y mitigar los catastróficos riesgos que plantean el aumento de las sequías, las inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, las medidas que adoptemos no resultarán eficaces a menos que incluyan actuaciones dirigidas a mejorar la justicia social, la igualdad y la perspectiva de género. ¿Cómo podemos integrar la igualdad de género en la lucha contra el cambio climático?

El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas debido a las desigualdades de género existentes. Además, amenaza con socavar los avances socioeconómicos logrados en las últimas décadas. Al carecer o disfrutar de un acceso muy limitado a la tierra y a otros recursos —como la financiación, la tecnología y la información—, las mujeres y las niñas padecen en mayor medida las consecuencias de los desastres naturales y soportan una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados. Esto no es solo una teoría. Por ejemplo, las mujeres y las niñas representaron más del 96% del total de las personas afectadas por las inundaciones repentinas que sufrieron las islas Salomón en 2014; en Myanmar, por su parte, el 61% de las personas que murieron a causa del ciclón Nargis en 2008 eran mujeres. Además, como consecuencia de las sequías, las inundaciones y la deforestación, las mujeres y las niñas también tienen más dificultades y deben dedicar ahora mucho más tiempo a la recogida de agua, leña y forraje. Un tiempo que, de otro modo, podrían invertir en su educación o en actividades de ocio.

Asimismo, las mujeres y las niñas continúan marginadas en las esferas de toma de decisiones, desde el nivel comunitario hasta los parlamentos o las negociaciones internacionales sobre el clima. La financiación mundial para el clima destinada a programas de mitigación y adaptación continúa fuera del alcance de las mujeres y las niñas por su falta de información y de capacidad para aprovechar dichos recursos.

Pese a estos desafíos, las mujeres y las niñas desempeñan un papel crucial en sectores clave relacionados con el clima y han desarrollado estrategias de adaptación y fomento de la resiliencia y técnicas de adaptación. Por ejemplo, gracias a ellas ha aumentado la demanda de energía renovable en los hogares y las comunidades para el alumbrado o para su uso en la cocina u otros propósitos productivos, soluciones que ahora deben contar con el apoyo de la comunidad internacional. Las mujeres conocen los métodos agrícolas tradicionales, son las primeras en responder en situaciones de crisis y, además, son fundadoras de cooperativas, emprendedoras en el terreno de la energía limpia, científicas e inventoras, además de tomar decisiones con respecto al uso de los recursos naturales.

Las mujeres representan alrededor del 43% de la población que trabaja en el sector agrícola en los países en desarrollo y se encargan de satisfacer el 90% de las necesidades de agua y leña de los hogares en África. Algunos estudios han puesto de manifiesto que si las mujeres disfrutaran del mismo grado de acceso a los recursos productivos que los hombres, su producción agrícola superaría a la de estos últimos entre un 7% y un 23%. Por lo tanto, es esencial poner en marcha y ampliar las iniciativas del 51% de la población mundial.

En épocas recientes, las mujeres y las niñas han utilizado su conocimiento y su experiencia para liderar los esfuerzos de mitigación, desde el desarrollo de aplicaciones para llevar a cabo un seguimiento del carbono emitido como resultado del consumo individual y reducir dichas emisiones hasta la disminución de la cantidad de alimentos mediante la conexión entre los vecinos, las cafeterías y las tiendas locales para compartir los alimentos sobrantes y no vendidos. Jóvenes científicas, como la adolescente sudafricana Kiara Nirghin, están marcando la diferencia en la lucha contra el cambio climático. Estas muchachas siguen la estela y toman el testigo de otras mujeres y niñas que las precedieron, como la ganadora del Premio Nobel Wangari Maathai, que trabajó para que las comunidades fueran capaces de gestionar sus recursos naturales de manera sostenible.

Al mismo tiempo, el PNUD y ONU Mujeres colaboran para promover la igualdad de género y el liderazgo de las mujeres en la lucha contra el cambio climático. En Ecuador, por ejemplo, ambos organismos de las Naciones Unidas han unido fuerzas con el Gobierno para apoyar la inclusión del género en los planes de acción por el clima de este país. Ambos organismos han establecido asimismo una colaboración en todo el mundo para garantizar que la perspectiva de género continúe siendo un factor clave cuando los líderes mundiales adopten decisiones cruciales en relación con el cambio climático.

Si las políticas y los proyectos tienen en cuenta los cometidos, las necesidades y las contribuciones específicas de las mujeres a la acción por el clima y apoyan su empoderamiento, aumentarán las posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5 grados en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Debemos continuar implicando a las mujeres y a las organizaciones de mujeres, aprendiendo de sus experiencias sobre el terreno para conocer las buenas prácticas y contribuir a reproducir intervenciones más inclusivas en el ámbito climático.

La Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General de las Naciones Unidas, que se celebrará en Nueva York el 23 de septiembre de 2019, constituye una oportunidad única para elevar al máximo nivel la necesidad de que las mujeres y las niñas participen de manera sustantiva en la lucha contra el cambio climático.

En dicha cumbre se presentarán diversas iniciativas dirigidas a combatir el cambio climático, incluida una centrada en la igualdad de género. La iniciativa reconoce los efectos diferenciados del cambio climático sobre las mujeres y las niñas y busca apoyo para conseguir que estas lideren las actuaciones en favor del clima con el objetivo de que resulten más eficaces. Insta a integrar los derechos, las necesidades específicas y las contribuciones de las mujeres y las niñas en todas las intervenciones, incluso en las relacionadas con la financiación para el clima, la energía, la industria y la infraestructura. Fomenta apoyarlas en el desarrollo de herramientas innovadoras y en la participación en iniciativas de mitigación y adaptación, y exige rendición de cuentas mediante el seguimiento y la presentación de informes sobre los avances en pos de estos objetivos.

Para que la acción por el clima logre un mayor impulso y sea eficaz, necesitamos que un número suficiente de Gobiernos y otras partes interesadas firmen la iniciativa específica sobre igualdad de género que se presentará durante la Cumbre sobre la Acción Climática. El mundo no puede permitirse continuar limitando el potencial de las mujeres y las niñas en la definición de las acciones en favor del clima, dado que todas las pruebas apuntan a los beneficios que ofrece su participación.

Los Estados Miembros de las Naciones Unidas ya han manifestado su interés, como demuestra la mayor integración de las consideraciones de género en sus planes nacionales de lucha contra el cambio climático; sin embargo, se necesita un movimiento más amplio. Es preciso forjar alianzas entre múltiples partes interesadas e involucrar a una masa crítica de Gobiernos, entidades de las Naciones Unidas, mecanismos financieros y organizaciones de la sociedad civil que apoyen la iniciativa sobre igualdad de género de la Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General.

La acción por el clima debe ser sensible al género y para ello es urgente adoptar medidas inmediatas.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/18/planeta_futuro/1568817776_358146.html

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200 líderes y lideresas ambientales y de derechos humanos se comprometen a abordar juntos la emergencia climática

En una iniciativa sin precedentes, más de 200 representantes de los pueblos indígenas, la esfera laboral y el mundo académico, así como de grupos ambientalistas y de derechos humanos, aprobaron una declaración histórica en la que piden a gobiernos y grandes empresas que aborden con carácter de urgencia la emergencia climática para garantizar la supervivencia de la humanidad.

La lucha más urgente que libra el planeta necesita contar con el poder y la diversidad que puede darle el movimiento global de personas en favor de los derechos humanos. Aportamos a la lucha por la justicia climática energía, conocimientos y bases de apoyo fundamentales.

Su reunión en la Cumbre de los Pueblos sobre el Clima, los Derechos y la Supervivencia Humana tiene como objetivo generar aún más potencia, energía y recursos que impulsen un movimiento de masas conectado, diverso y orientado hacia la acción para vencer la crisis climática, poniendo en el centro de sus soluciones a las personas y los derechos humanos.

Estos líderes y lideresas y sus grupos tratan de presionar a gobiernos y grandes empresas para que incrementen sus compromisos en materia climática. Entre otras iniciativas, quieren emprender más litigios conjuntos por cuestiones climáticas, poner en el punto de mira el financiamiento de los combustibles fósiles por parte del sector financiero, utilizar de forma más eficaz los mecanismos de rendición de cuentas en materia de derechos humanos y coordinar más campañas de movilización de masas en el ámbito nacional y regional. También tienen previsto acordar la aplicación de planes de acción conexos en los próximos meses.

Craig Mokhiber, director de la Oficina en Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha declarado:

“Para quienes lo sufren en primera línea, el cambio climático ya está erosionando los derechos a la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda digna, la salud, la seguridad personal e incluso la vida. Muchas personas que viven en pequeños Estados insulares, comunidades costeras y zonas sometidas a la desertificación progresiva ven cómo se esfuma su derecho a la libre determinación. Los desplazamientos masivos por razones climáticas amenazan con obligar a millones de personas a emprender viajes de vulnerabilidad e incertidumbre. En definitiva, los efectos adversos del cambio climático desgarran la estructura misma de la sociedad humana. Cada país debe tomar medidas urgentes y significativas para abordar esta amenaza a los derechos humanos. Al agrupar las muchas vertientes del movimiento en pro de la justicia climática, tratamos de movilizar ya una acción por el clima transformadora, basada en los derechos e inclusiva.”

Jennifer Morgan, directora ejecutiva internacional de Greenpeace Internacional, ha declarado:

“La crisis climática es una crisis de derechos humanos. Las consecuencias humanas de las catástrofes meteorológicas extremas pueden ser sobrecogedoras, como demuestra la gran devastación y la destrucción que dejó el huracán Dorian tras de sí.

Esta declaración marca una nueva era en el activismo contra el cambio climático. Liderados por los jóvenes y junto con nuestros aliados, todos actuaremos y confrontaremos a los responsables. Los gobiernos débiles y el poder de las grandes empresas tóxicas tendrán que dar la cara cuando pongamos a la gente en el centro de nuestras exigencias y busquemos justicia climática para las comunidades menos responsables de esta emergencia climática, que son las más vulnerables ante ella.”

Carroll Muffett, presidenta y directora general del Centro de Derecho Ambiental Internacional, ha declarado:

El coste de la inacción constante ante la crisis climática se mide en términos de derechos humanos, vidas humanas y medios de vida. Como nos recuerda dolorosamente el huracán Dorian, este coste es real y cada vez mayor. La declaración de hoy refleja el compromiso común de la comunidad de derechos humanos de situar estos derechos en el centro de la crisis climática, disminuir progresivamente los combustibles fósiles que impulsan esa crisis y exigir responsabilidades a gobiernos y empresas cuando se interponen en el camino.”

Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional, ha declarado:

“La lucha más urgente que libra el planeta necesita contar con el poder y la diversidad que puede darle el movimiento global de personas en favor de los derechos humanos. Aportamos a la lucha por la justicia climática energía, conocimientos y bases de apoyo fundamentales. Pero hasta ahora no hemos explotado ni mucho menos todo nuestro potencial.

“Amnistía se propone contribuir en la medida que le corresponde a cambiar esta situación. Queremos que la Cumbre ayude a activar el potencial del movimiento global de derechos humanos para proteger a las generaciones presentes y futuras. Si nos unimos, podemos.”

Craig Mokhiber, director de la Oficina en Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha declarado:

“Para quienes lo sufren en primera línea, el cambio climático ya está erosionando los derechos a la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda digna, la salud, la seguridad personal e incluso la vida. Muchas personas que viven en pequeños Estados insulares, comunidades costeras y zonas sometidas a la desertificación progresiva ven cómo se esfuma su derecho a la libre determinación. Los desplazamientos masivos por razones climáticas amenazan con obligar a millones de personas a emprender viajes de vulnerabilidad e incertidumbre. En definitiva, los efectos adversos del cambio climático desgarran la estructura misma de la sociedad humana. Cada país debe tomar medidas urgentes y significativas para abordar esta amenaza a los derechos humanos. Al agrupar las muchas vertientes del movimiento en pro de la justicia climática, tratamos de movilizar ya una acción por el clima transformadora, basada en los derechos e inclusiva.”

Jennifer Morgan, directora ejecutiva internacional de Greenpeace Internacional, ha declarado:

“La crisis climática es una crisis de derechos humanos. Las consecuencias humanas de las catástrofes meteorológicas extremas pueden ser sobrecogedoras, como demuestra la gran devastación y la destrucción que dejó el huracán Dorian tras de sí.

Esta declaración marca una nueva era en el activismo contra el cambio climático. Liderados por los jóvenes y junto con nuestros aliados, todos actuaremos y confrontaremos a los responsables. Los gobiernos débiles y el poder de las grandes empresas tóxicas tendrán que dar la cara cuando pongamos a la gente en el centro de nuestras exigencias y busquemos justicia climática para las comunidades menos responsables de esta emergencia climática, que son las más vulnerables ante ella.”

Ellen Dorsey, directora ejecutiva del Fondo Mundial Wallace, ha declarado:

“El sector y los movimientos de derechos humanos de todo el mundo están aportando al movimiento en favor del clima nuevos recursos, una poderosa base de apoyo global de simpatizantes y una singular labor de defensa de los derechos humanos, pidiendo que gobiernos y grandes empresas tomen medidas que sean proporcionales a la magnitud y la rapidez del cambio climático con el fin de garantizar la supervivencia de la humanidad.

Philip Alston, del Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Universidad de Nueva York, ha declarado:

“Se ha dicho que el cambio climático es una ‘falsa alarma’, pero es una alarma que acabará matando a muchos de nuestros hijos e hijas, y al menos a algunos de nosotros. A diario leemos noticias de muchas personas que mueren por exposición a altas temperaturas, se ahogan en inundaciones, perecen en incendios o simplemente se ven obligadas a abandonar sus hogares, pero nos engañamos pensando que eso no nos va a pasar a nosotros. Mientras la mayoría nos distraemos con las redes sociales o decidimos continuar con nuestra vida normal, los futuros desastres producto del cambio climático se van convirtiendo de posibilidades en en certezas. Los derechos humanos tal como los conocemos tendrán cada vez menos sentido si no actuamos inmediatamente.”

Fuente de la información: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2019/09/200-environmental-and-human-rights-leaders-pledge-to-tackle-climate-emergency-together/

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Una especial “huelga” sobre el clima en la escuela

Por: Carmelo Marcén Albero

Durante esta semana ha cientos de acciones que culminarán el próximo 27 de septiembre en la huelga por el clima. La escuela puede ser un buen lugar para reflexionar sobre las causas y consecuencias de la emergencia climática.

Entre los días 20 y 27 de septiembre, cuando se reúnen en Nueva York los mandamases del mundo, hay planteada una rebelión contra el cambio climático que se quiere hacer visible con una huelga/acción por el clima a escala mundial. No es sencillo manejar una estrategia de este tipo en la escuela, confluyen muchas variables. No se trata de hacer un paro generalizado en las aulas, o de que los más mayores decidan si asisten a clase o no; pero sí que se pueden tratar los motivos que la han podido provocar. Para ello hay que encontrar momentos para reflexionar sobre el asunto, para posicionarse y emprender actuaciones propias o ante los demás.

Para empezar una acción conducente a la formación del pensamiento crítico, será necesario reconocer si en clase, claro está que en relación con las capacidades del alumnado, hay conocimiento/malestar por los desafíos de la crisis climática. De poco sirven los grandes postulados si no hay una aproximación a su entramado en aspectos tan sencillos como los que componen la vida cotidiana. En segundo lugar, hay que enterarse y debatir sobre causas y consecuencias de lo que se ha dado en llamar crisis/emergencia climática global; el alumnado tiene noticias del asunto y quizás ha visto de cerca alguna consecuencias. Es posible que no llegue a comprender del todo dicha crisis. La simple enumeración no es suficiente; es necesario encontrar entre toda la clase, mejor si se ocupa de ello el centro al completo, las causas del desaguisado climático que nos amenaza y, de alguna forma, ordenarlas en importancia e intensidad, proximidad y afección a más o menos gente.

Seguro que tras esas reflexiones/indagaciones se generarán momentos de asombro, acaso incredulidades y, por qué no decirlo, ganas de actuar. Por eso, en tercer lugar, deben identificarse cuáles son los destinatarios de la queja, porque si se protesta por algo se debe hacer ante alguien.

Puede que sea conveniente conocer al detalle iniciativas como “Fridays for Future” (Viernes para un futuro) que tuvo visibilidad en la huelga de los viernes que hacían chicas y chicos, también en nuestros institutos y en alguna universidad, para denunciar el silencio cómplice de los políticos y gobiernos frente a la crisis climática. A lo que parece, estos estudiantes tenían claro quiénes eran los destinatarios de sus demandas y protestas; al menos lo expresaban con claridad en sus llamadas a los políticos y grupos empresariales.

Habría que preguntarse en clase qué hace ponerse de acuerdo a tanta gente para hablar de cosas parecidas al mismo tiempo. Sepa el alumnado que la fecha elegida para la huelga, 27 de septiembre de 2019, coincide con la Cumbre de Acción Climática impulsada por la ONU que estos días tiene lugar en Nueva York. Allí están muchos de los que mandan en este mundo (políticos, empresas, organismos internacionales, etc.) y que son responsables de una buena parte de los desafíos que tiene delante la gente. Pero ojo, hay que tener presente siempre que una protesta simple no resuelve un tema tan complejo como la crisis climática.

La huelga, que ha sido respaldada por muchas organizaciones (más de 300 en España), está impulsada por los jóvenes; son quienes más tienen que perder. Quienes ahora están en nuestras aulas, desde educación primaria hasta la universidad, se van a ver afectados en mayor o menor medida. Con seguridad, buena parte conocen “Youth for Climate”, también la figura de Greta Thumberg. Por eso, han de decidir si quieren mostrar fuera del centro educativo su disconformidad con el devenir de los acontecimientos climáticos. Cuando hayan pasado unos años podrán reconocer si la iniciativa, y su figura más visible y mediática, ha modificado la historia de la participación social y, ojalá, comprobarán el cambio de rumbo que en esos años frenó la grave crisis climática. ¿Quién sabe si alguien de nuestras clases no quiera emular a las chicas y chicos que alzan la voz ahora y llegue a ser una activista de referencia en España? Unamos las voces de nuestros alumnos a las de los jóvenes de todo el mundo que desde hace unos años cantan su futuro, cual partisanos, en “Sing for the climate”, también en español:

En fin, parece claro que quienes más culpa tienen en la generación del cambio climático son los entramados políticos y empresariales que dominan el mundo, pero no solo ellos. Convendría que quienes en la comunidad educativa se posicionen contra la irresponsabilidad de los otros, ya sean centros escolares o no, lo hagan con madurez crítica, acompañada de actos de reducción personal de sus impulsores climáticos. Da más fundamento a cualquier acción reivindicativa. Pueden enterarse de lo que ha programado para estos días la Alianza por la Emergencia Climática.

No está de más recordar que el Objetivo núm. 13 urge a adoptar medidas para frenar el cambio climático. Por desgracia, por ahora, está rodeado de la maldición del aluvión de declaraciones, poco más; a pesar de fundamentar sus urgencias en evidencias y en investigaciones científicas. Pero la dejadez mundial acalla a quienes se manifiestan contra una situación crítica.

“Verdad, compromiso y acción”, dice el manifiesto que anima a la huelga. En la escuela, la huelga se hace al menos trabajando un poco cada día por el clima. La educación debería ser una estrategia de construcción social y de reparación ambiental. ¡Qué mejor manera de readaptar sus currículos!

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/09/20/una-especial-huelga-sobre-el-clima-en-la-escuela/

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¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo?

Por: El País.

El curso escolar acaba de comenzar en España en unas aulas que emiten múltiples señales de alarma. Las plantillas de profesores y numerosas instalaciones escolares están pendientes de renovación tras años de recortes, existe una temporalidad laboral elevada, el modelo de formación de los docentes y los currículos escolares están cuestionados, los centros deben lidiar con problemas sociales sin disponer de los recursos necesarios para ello y persiste la ausencia de un gran pacto educativo que dé una ley estable al sistema.

¿Eres miembro de la comunidad educativa? Participa en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

«Hay que dejar de dar bandazos»

Un pacto educativo en el que los partidos se comprometan a dar estabilidad al sistema es lo que urge en este momento. Se necesita tiempo para asentar las bases, y que las bondades de ese sistema, con tiempo puedan salir a la luz. El profesorado no puede estar cada dos años cambiando la organización del centro al arbitrio del partido que esté en su Administración. Después de recortes, LODES, LOES, LEAS y LOMCES a los colegios de Andalucía llegaron en junio unas instrucciones que nos han cercenado la autonomía y nos han cambiado toda la organización del centro, aumentando la religión y poniéndola, en carga horaria, por encima de la musica, la plastica, el segundo idioma e igualándola con naturales y sociales. En esta situación de incertidumbre y con carga burocrática brutal se trabaja con la sensación de ser parte de la tripulación de un barco que va dando bandazos sin rumbo fijo. Un pacto educativo a largo plazo es lo que se necesita.

TERESA SIMONET | Maestra de Música y Primaria en Chiclana (Cádiz).

«Se sigue dando clases como cuando yo estudiaba»

Hay muchos temas que repensar en el mundo de la educación pero el que creo que no es negociable es cómo se atiende la diversidad en centro y el aula. Cuál es mi desilusión cuando aún hoy en día mucha parte del profesorado no tiene formación para atender la diversidad y la mayoría de clases siguen siendo magistrales, aburridas y poco motivantes. No es necesario que la educación sea innovadora, pero sí conectada con la realidad. Por ejemplo, se está librando una batalla social, política, humana y económica sobre el cambio climático y se hace muy poco para abordar el tema, integrarlo en el día a día, trabajarlo en profundidad en las clases. A veces hago de apoyo en las clases y las cosas se cuentan exactamente de la misma forma que cuando yo iba a clase. De eso ya hace algunas décadas y todo sigue prácticamente igual. Los centros educativos están faltos de capacidad de reinvención. La mayoría del profesorado solo está preocupado por dar la materia y que los alumnos sigan el ritmo, sin importar si saben trabajar en equipo, expresarse oralmente, resolver conflictos, gestionar sus vidas, buscar qué les motiva. Los centros educativos parecen centros de producción en cadena de nuevos sujetos que alimenten al sistema… y deberían ser algo distinto, deberían ser lugares donde cada alumno pudiera sacar y aprovechar su potencial. A excepción de algunos centros, la situación no parece que vaya a cambiar, quizás porque no interesa o porque, en el fondo, cambiar y mover ficha asusta.

FRANCESC BOSCH | Profesor de Orientación Educativa en Premià de Dalt (Barcelona).

 

«El sistema necesita respeto y reconocimiento»

Lo que el sistema educativo necesita con mayor urgencia es respeto y reconocimiento. Frente al discurso catastrofista promocionado por numerosos medios de comunicación, que dan altavoz a expertos que pocas veces han pisado un aula, empresas deseosas de ampliar su negocio u opiniones partidistas y parciales que buscan réditos electorales, debe valorarse el trabajo realizado por decenas de miles de profesionales, las leyes aprobadas durante décadas y el esfuerzo presupuestario, todavía insuficiente, de las Administraciones. Sin pretender revoluciones utópicas, sin recetas mágicas y sin utilizar la innovación como un mantra vacío de contenido, podemos comenzar a conocer lo hecho hasta ahora y mejorarlo, aumentar la inversión y apostar por una escuela como una pata imprescindible del estado de bienestar y, en general, de la cohesión social. Pero de verdad, con más docentes, más recursos y un trato equitativo para todo el alumnado.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/09/22/actualidad/1569168639_213851.html

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