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La Crisis del Reformismo Educativo en México

 Juan Carlos Miranda Arroyo

“La Crisis del Reformismo Educativo en México. Observaciones críticas del período 2013-2020”, (En prensa, 2020), son el título y subtítulo del proyecto de nuevo libro que en estos días preparo, y del cual ya concluí el primer borrador general.

Aprovecho este espacio para compartirles, con gusto, que este libro es el producto de una serie de reflexiones que he escrito y publicado en los últimos cuatro años, en torno a las dos iniciativas de Reformas Educativas diseñadas y aplicadas en México durante la década pasada: La Reforma Educativa “reactiva”, que ha sido impulsada por el gobierno del presidente López Obrador, en lo que va del actual sexenio político (2018-2024); así como los intentos fallidos de cambio educativo del sexenio anterior (2012-2018), a través de la autoproclamada Reforma Educativa “Estructural” (“Pacto por México”) del ex presidente Peña Nieto.

Con este volumen se complementa también la caracterización e interpretaciones que propuse, hace dos años, sobre la Reforma Educativa 2012-2018, en el libro “Cambio Educativo y Políticas Públicas en México” (UPN, Unidad Querétaro, 2018). En esta oportunidad, incluyo, así mismo, textos que combinan los artículos gentilmente publicados en el sitio “SDP Noticias.com”, y algunas notas complementarias que he recopilado durante estos dos últimos años.

La pretensión de esta colección de ensayos breves, escritos a través de una narrativa de los hechos y de un análisis de las contradicciones y problemas, que derivaron, a mi parecer, en una crisis del “reformismo educativo”, es proponer un conjunto de observaciones críticas acerca de las Reformas Educativas puestas en marcha durante los últimos 10 años. El fenómeno de estudio que se construye, así, se organiza en dos campos o movimientos de reformas educativas iniciadas y diseñadas por las cúpulas dirigentes de este país. En ello está enfocado el análisis crítico, pues muestro sus semejanzas, discrepancias y coincidencias; sus elementos de ruptura y continuidades; sus precisiones e indefiniciones, entre otros aspectos.

Al mismo tiempo, introduzco una discusión informada acerca de las inconsistencias de la Reforma Educativa (2018-2020) que busca reemplazar a la anterior y que, lamentablemente, terminó por sólo convertirse en una reforma “reactiva”, no propositiva ni transformadora, de raíz”, como se propuso originalmente (al menos eso se percibe en lo que va del periodo sexenal). Este libro representa, en otras palabras, un análisis crítico de la narrativa y las agendas educativas oficiales de las dos reformas educativas ensayadas durante el período 2013-2020.

De manera esquemática, comparto con ustedes los títulos de los 10 capítulos generados al calor de la labor de integración de los textos: 1. Reforma Educativa: Continuidad o Cambio de Rumbo; 2. Rasgos del Reformismo en Educación; 3. Los núcleos de la discusión; 4. Alcances y perspectivas; 5. Lógicas del Reformismo Educativo; 6. Reforma Educativa: Mirar a la Escuela de otra manera; 7. Los sinsabores de las Reformas; 8. Orientaciones con mirada hacia el futuro; 9. Reflexiones y consideraciones finales; y Epílogo: Prioridades educativas (y obstáculos) 2020-2024.

Espero que este material de lectura y de análisis propuesto o sugerido, aporte algunos elementos esenciales al debate actual sobre las reformas educativas y sobre el complejo proceso de trazado-aplicación de las políticas públicas de este sector en México, durante el periodo mencionado.


*Fragmentos de la sección de ´presentación´ del libro: ““La Crisis del Reformismo Educativo en México. Observaciones críticas del período 2013-2020”, (En prensa, 2020), del autor de esta columna, y de próxima publicación.

Fuente:  https://profelandia.com/la-crisis-del-reformismo-educativo-en-mexico/

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Andy Hargreaves: “Se necesita toda una escuela para cuidar a un niño”

El académico inglés creador del Centro Internacional para el Cambio Educativo dio una conferencia sobre el trabajo colaborativo.

América del Sur/Uruguay/Ladiaria.uy

“Las comunidades docentes marcan la diferencia”: así tituló Andy Hargreaves su primera conferencia en Uruguay. El académico inglés es una de las voces más escuchadas en el debate educativo desde que se convirtió en cofundador y director del Centro Internacional para el Cambio Educativo de Canadá. Ganador de múltiples premios por sus investigaciones en educación, autor de más de 30 libros y profesor visitante en nueve universidades del mundo, Hargreaves llegó a Uruguay invitado por Fundación Ceibal para participar este martes en el ciclo de conferencias y aprendizajes que antes tuvo como exponentes a Meryl Alper y Andrew Przybylski.

Hargreaves es uno de los directores de Atlantic Rim Collaboratory (ARC), una red colaborativa internacional que busca reunir expertos y tomadores de decisiones para generar estrategias educativas que lleven hacia el bienestar ciudadano, a la que se incorporó Uruguay hace pocas semanas. Tomando la experiencia de ARC y la de sus propias investigaciones, el inglés dio una conferencia para las 1.400 personas que colmaron la sala de eventos del Laboratorio Tecnológico del Uruguay.

Empezó su charla advirtiendo a los presentes que iban a tener que conversar entre ellos como parte de la dinámica. La primera pregunta para dialogar fue: ¿Si su escuela fuera un caballo, qué tipo de caballo sería? y los murmullos de docentes conversando llenaron el lugar. Explicó que hay cuatro tipos de escuela/caballo: por un lado, los que no hacen nada para mejorar, son caballos muertos; aquellos que mejoran pero no innovan son caballos de carrera; están los caballos alados, que no existen, esas son las escuelas que quieren innovar sin pensar en cómo mejorar, y finalmente están las locomotoras o “caballos de hierro”, en inglés, que son las escuelas a las que se debe llegar. “Buscamos que los estudiantes tengan logros más positivos en sus vidas, acortar las brechas entre las familias pudientes y las pobres, innovar para mejorar, y para eso hay que pensar en la enseñanza”, subrayó.

Capital profesional

Uno de los libros más famosos de Hargreaves es el que escribió con Michael Fullan: Capital profesional. “La idea detrás de este concepto es que si no se invierte en los docentes, no se va a obtener ningún resultado, y es importante entender que hay diferentes formas de invertir”, señaló.

“La evidencia dice que si lo único que hacemos es compartir las prácticas no se genera ningún impacto en las clases; hay que colaborar, trabajar juntos, hacer un esfuerzo compartido desde la acción”.

“Enseñar no es fácil; no es solamente difícil emocionalmente sino técnicamente”, sostuvo el autor, y agregó: “Si tenemos estudiantes con autismo o asperger, si tenemos inmigrantes de Venezuela en nuestra clase, si tenemos chicos con familias que sufren problemas de violencia doméstica, ¿cómo los incluimos? Eso es algo técnicamente difícil, no se aprende en pocas semanas y no se aprende estando solo. La educación requiere formación y experiencia. No podemos usar la tecnología en vez de enseñar, necesitamos a los docentes”.

En su planteo Hargreaves describe tres tipos de capital que hacen al capital profesional. Por un lado, lo humano, lo que cada docente aporta como persona con su experiencia, sabiduría y capacidad de empatizar con el niño y adolescente. Por otro lado, el capital de disposición, es decir, qué tan dispuesto está el docente a mejorar sus juicios y criterios a lo largo del tiempo; y finalmente, el relacionado con lo social: “Funcionamos trabajando juntos; la evidencia muestra que el capital social agrega al capital humano, porque si se trabaja en equipo el promedio de los docentes mejora su trabajo”. Al decir esto Hargreaves mencionó una de las debilidades del sistema educativo uruguayo: “Ustedes cambian mucho de una escuela a otra, es algo que tienen que cambiar, porque les hace mal a ustedes y a los estudiantes”.

Colaborar más que compartir

Uno de los aspectos centrales de la conferencia de Hargreaves fue el concepto de colaborar. Para él una institución educativa que no colabora tiene docentes frágiles, porque al no tener comentarios sobre sus prácticas, no se animan a tomar riesgos. “Cuando trabajamos con otros tenemos apoyo moral y también tenemos acceso a las ideas de otras personas; si uno está en una escuela individualista con alumnos difíciles no puede conversar, en una escuela colaborativa se puede hablar y tratar de solucionar el problema”, argumentó.

“Las escuelas no son una sala de espera para algo que va a pasar después”.

Para el académico inglés hay veces en que la colaboración es débil: esto sucede cuando los docentes simplemente comparten ideas, escuchan sobre lo que el otro hace en su clase y toman nota. “La evidencia dice que si lo único que hacemos es compartir las prácticas no se genera ningún impacto en las clases; hay que colaborar, trabajar juntos, hacer un esfuerzo compartido desde la acción”. A su vez, la colaboración a veces puede ser muy fuerte: “Algún director puede querer forzar la colaboración en su institución, a veces son tan entusiastas que dicen con quién, cómo, cuándo y con qué resultados se debe colaborar; eso es artificial y hay que tener cuidado”, advirtió.

Hargreaves resaltó que hay mucha evidencia que sostiene que un ambiente colaborativo hace que los docentes permanezcan más tiempo en la institución y en la profesión, además de que el beneficio es para el profesional tanto como para el estudiante. Agregó que el trabajo colaborativo impulsa objetivos de enseñanza más importantes y complejos porque se enfrentan en conjunto, y eso es fundamental para el desarrollo humano de los estudiantes: “Los jóvenes pasan un cuarto de su vida en la escuela. No podemos hacer que pasen simplemente preparándose para el mundo del trabajo que llega luego, las escuelas no son una sala de espera para algo que va a pasar después. La enseñanza tiene valor para los niños como sujetos de derechos ahora, y los docentes lo deben tener presente”.

Asimismo, aseguró que el trabajo colaborativo en las instituciones facilita la contención de los estudiantes. Hargreaves contó que cuando tenía 12 años su padre falleció y él tuvo que hacerse cargo de su familia. Su rendimiento escolar empeoró pero nadie en la institución lo notó. Se preguntó por qué nadie se ofreció a ayudarlo y por qué todo ese esfuerzo que invirtió en su adolescencia no podía ser valorado desde lo académico. Hargreaves enfatizó: “No enseñamos una materia, tomamos al chico como un todo, pero es muy difícil para un docente cuidar holísticamente a un estudiante; no son la Madre Teresa, Buda o Jesucristo, no pueden hacerlo solos, se necesita toda una escuela para cuidar de un niño”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/11/andy-hargreaves-se-necesita-toda-una-escuela-para-cuidar-a-un-nino/

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Políticas efectivas de desarrollo infantil

Por: Luis Bonilla-Molina.

 

Una de las prioridades de las reformas educativas en marcha en América latina y el Caribe es la educación inicial (maternal y preescolar). Para poder contar con una base mínima que permita la implementación de reformas estructurales en el sector se requieren políticas efectivas de desarrollo infantil.

Estas iniciativas no son neutras, sino que tenemos que valorarlas en el marco de la reestructuración económica, política y social en curso para la tercera década del siglo XXI. Ciertamente hay mucho discurso panfletario que se opone a las iniciativas de los organismos internacionales sin estudiarlas previamente. Por otro lado, conocemos de una sobrevaloración de las propuestas de cambio educativo provenientes de las bancas de desarrollo y los organismos multilaterales, como si estas estuvieran desprovistas de intencionalidad. En consecuencia, pareciera urgente encontrar un punto intermedio, que permita de manera objetiva analizar el cambio en marcha; ello no significa de manera alguna esconderse detrás de una supuesta neutralidad, sino apelar a la rigurosidad en los análisis y a la ruptura con los pre-juicios.

Toda política pública en materia educativa que se pretenda implementar hoy, en la mayoría de los casos está atada a las definiciones, metas e indicadores de los Objetivos de desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y, muy especialmente al ODS4. Desde EEUU, Rusia, China, México, Panamá, Venezuela, hasta naciones con una posición diferenciada del resto de países de la región como Venezuela, Bolivia o Cuba, han suscrito los ODS, por lo cual toda política pública está llamada a armonizar y encuadrar en su marco consensuado. No se trata de asumir acríticamente sus enunciados, sino de subrayar el carril en el cual decidieron estos países construir las definiciones nacionales en diecisiete aspectos claves de las políticas públicas.

El ODS4 se denomina de calidad educativa y aunque su definición real nos siga siendo esquiva, este es el lugar de enunciación desde el cual organismos como el Banco interamericano de Desarrollo formulan sus iniciativas en materia de políticas efectivas para el desarrollo infantil. Precisamente el BID acaba de lanzar un curso en línea sobre esta materia el cual he decidido hacer para estudiar en profundidad los contenidos de las propuestas que formula este importante organismo financiero regional. En próximos artículos iré socializando con mis lectores las reflexiones que se deriven del abordaje de los cinco módulos previstos: 1) Bases del DIT (desarrollo infantil temprano); 2) Familias y comunidad en DI, 3) Sistemas y políticas de Promoción de DIT; 4) diseño de políticas y programas de DIT, y 5) Evaluación de Políticas y Programas en DIT. Felicito la iniciativa y espero construir un análisis al respecto, que sea coherente con la perspectiva de las pedagogías críticas.

Fuente del artículo: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2019/04/12/politicas-efectivas-de-desarrollo-infantil/

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Sobre educación e infancia

Por: Renato Opertti.

La propuesta de cambio educativo impulsada por Eduy21 (www.eduy21.org) considera a la primera infancia como una de las áreas estratégicas de la transformación educativa.

El objetivo fundamental es fortalecer los avances que en primera infancia y educación inicial el país ha realizado desde el retorno al régimen democrático de gobierno en 1985. Destacamos seis avances.

En primer lugar, la universalización de la cobertura en la edad de cinco años, próxima a lograrla en cuatro, y mayor al 70% en tres. En segundo lugar, la obligatoriedad de asistencia a los centros educativos desde los cuatro años establecida por la Ley General de Educación 18.437 (2008).

En tercer lugar, los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), que atienden a los niños de 0 a 3 años priorizando poblaciones en situaciones de pobreza y/o vulnerabilidad social (INAU, 2017). En cuarto lugar, la incorporación de la primera infancia al Sistema Nacional de Cuidados como un intento de fortalecer las prestaciones sociales en los grupos de edades más vulnerables. En quinto lugar, la elaboración de un “Marco curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos. Desde el nacimiento a los seis años”, liderado por el Ministerio de Educación y Cultura (2014). En sexto lugar, el proyecto de ley de Garantías para el Desarrollo, Educación, Atención y Protección Integral de la Primera Infancia, que impulsa la diputada Cristina Lustemberg, y que tiene por finalidad optimizar la coordinación y los recursos de las políticas con foco en mujeres embarazadas y en población infantil de hasta 6 años.

Entendemos la necesidad de apuntalar estos avances bajo el marco de una política social de infancia de 0 a 6 años, y de una educación unitaria y compacta de 3 a 18 años. Cinco son los aspectos que singularizan la propuesta de Eduy21: compromiso intergeneracional, integralidad, especificidad, diversidad y jerarquización del educador. Veamos cada uno de ellos.

El primer aspecto, compromiso intergeneracional, tiene que ver con la necesidad de agendar como prioridad combatir la infantilización de la pobreza. Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, la pobreza, medida por insuficiencia de ingresos, alcanza, en el 2017, al 17.4% entre los menores de 6 años, más de dos veces superior a la registrada entre la población total (7.9%) y más de trece veces superior a la constatada entre los de 65 años y más (1.3%). Por otra parte, los quintiles de menores ingresos con población entre 0 y 6 años, son los que menos acceden a la educación inicial. Mientras que solamente uno de cada dos, de la franja más baja de ingresos (Quintil 1), en la edad de 3 años, accede a la educación inicial, esta relación es más de nueve de cada diez en el quintil de mayores ingresos.

Estos datos son reveladores de profundas brechas sociales entre generaciones. Se señala que desde el nacimiento hasta los 5 años, los niños desarrollan capacidades fundacionales para el resto de la vida. Esas capacidades son claramente cognitivas y lingüísticas, pero también emocionales, sociales y morales. Por otra parte, la apoyatura familiar, esto es, la capacidad de cuidar, sostener y estimular al niño o la niña, puede marcar una diferencia decisiva en su bienestar y desarrollo a presente y a futuro.

A la luz de esta situación, Eduy21 plantea universalizar la cobertura en la edad de tres al 2022, con foco en los dos quintiles de más bajos ingresos que concentran la mayoría absoluta de los niños y que son una vía crítica de la reproducción biológica y social de la pobreza.

El segundo aspecto, la integralidad, supone la intersección y las sinergias entre política social y educativa de infancia. Se trata de priorizar el bienestar y el desarrollo integral y balanceado del pequeño o pequeña. En una etapa de cambios acelerados, lo que se logre o no, dependerá de los intercambios que el niño o la niña tenga con su medio. Una adecuada higiene y alimentación son básicas, por supuesto, pero de ningún modo suficientes: hay un sistema nervioso inmaduro que deberá alcanzar hitos como la marcha, la prensión, la atención y el lenguaje. Todos estos hitos deberán estar en relación con otros tantos, como las acciones de compartir, aceptar límites y aprender a confiar.

El tercer aspecto, la especificidad, implica que la propuesta educativa en la infancia no debe ser reducida a un rol de aprestamiento para la educación primaria atendiendo precisamente al enfoque de integralidad que se mencionara en el párrafo anterior.

El cuarto aspecto, la diversidad, que resulta de enfoques y propuestas para las edades de 0 a 6 años, generadas desde el estado, la sociedad civil, las comunidades y el sector privado, y que permiten llegar a poblaciones con puntos de partidas, expectativas y necesidades diferentes. La diversidad se fortalece y se ampara con la clara e insustituible presencia de un estado garante en orientar, observar y evaluar la calidad de las prestaciones y su alineamiento con una concepción integral del desarrollo en las edades de 0 a 6 años.

El quinto aspecto, la jerarquización del educador, es clave para universalizar una atención de calidad para las edades de 0 a 6 años. Con un atraso en el tiempo considerable, recién se reconoce en el 2017 la necesidad de una formación para los menores de tres años con la oferta de Maestro en Primera Infancia en el ámbito del Consejo de Formación en Educación (CFE). Sin embargo, existen en el país formaciones profesionales y técnicas privadas para el trabajo con primera infancia. Estas propuestas son variadas, y van desde formación de auxiliares y educadores que llegan hasta los dos años de duración, hasta una oferta universitaria de cuatro años con la formación de licenciados.

Quienes egresan como docentes de formaciones privadas no pueden acceder al circuito de ANEP. En un panorama de escasos recursos, desaprovechar aquellos en los que la sociedad en su conjunto invierte, resulta un despropósito. Sería posible y deseable establecer un único formato de ingreso al trabajo como docente para primera infancia, valorando el tipo de formación recibido (técnica o profesional), indistintamente del prestador de la misma, estableciendo estándares que estos deberán cumplir, con base a los cuales puedan acceder a la carrera.

En síntesis, Eduy21 propone fortalecer avances significativos en primera infancia como un rutero posible para que en una década se logre que las poblaciones más vulnerables estén cubiertas por diversas modalidades de atención integral y de tiempo extendido. De esta forma contribuiremos decididamente a revertir los efectos regresivos de la infantilización de la pobreza.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/renato-opertti/educacion-infancia.html

 

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Libro: Luchas por la reforma educativa en México

Por CLACSO

 

 

Las propuestas gubernamentales de cambio educativo en el siglo XXI son fundamentalmente reformas laborales que forman parte de nuevos paquetes de ajuste estructural que se adelantan en correspondencia a la nueva generación de políticas neoliberales en curso. Algunas de sus expresiones más evidentes son la despedagogización del hecho educativo, el ataque a la profesión docente, la destrucción de la educación pública y las limitaciones para el desarrollo de formas organizativas autónomas de los y las trabajadoras de la educación.

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1433&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1329

Luchas por la reforma educativa en México 
Notas desde el campo
Roberto González Villarreal. Lucía Rivera Ferreiro. Marcelino Guerra Mendoza. [Autores] 

Colección Grupos de Trabajo. 
ISBN 978-987-722-347-7
CLACSO.
Buenos Aires.
Agosto de 2018

Link para descargar: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20180803115555/Luchas_reforma_educativa.pdf

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Ecuador: El desmontaje del sistema educativo

Ecuador / 22 de julio de 2018 / Autor: Rhonny Rodríguez / Fuente: Expreso

Las autoridades trabajan desde varios ámbitos por darle a la educación un giro a lo que estuvo establecido durante los diez años del correísmo.

El cambio del modelo educativo que rigió al país durante la última década va cambiando de a poco. La decisión la han llevado adelante desde varios flancos las autoridades de Gobierno, esto es, desde la educación general básica hasta la superior. Como resultado de ello se evidencia un desmontaje del modelo correísta.

Varios son los ejemplos. El Ministerio de Educación lleva adelante las evaluaciones a docentes y estudiantes con visiones diferentes a las que estuvieron establecidas. Ahora los docentes deben ser evaluados hasta psicológicamente para ser contratados, esto debido, a los más de 700 casos de abuso sexual en el sistema educativo que han sido denunciados en la Fiscalía.

Además, ha llevado adelante un trabajo con los Departamento de Consejería Estudiantil (DECE), que es la instancia responsable de la atención integral de los estudiantes. Su propósito es brindar apoyo y acompañamiento psicológico, psicoeducativo, emocional y social, en concordancia con el marco legal vigente.

Sin embargo, uno de los temas en el que más se ha trabajado es en encontrar un mejor sistema de ingreso a las universidades públicas. Las nuevas autoridades del sector plantearon varios cambios a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), que entrará en vigencia en los próximos días una vez que la Asamblea tramitó el veto parcial del Ejecutivo. La normativa fue enviada al Registro Oficial para su publicación.

Los cambios inician por la Prueba Ser Bachiller, que cumplen los estudiantes del tercer año de bachillerato para el ingreso a la educación superior. Con las reformas se tomarán en cuenta otros criterios para acceder a la universidad. Se sumará el récord académico del bachiller y su situación social, económica y de territorio. Aspectos que se considerarán en en el examen a cumplirse en el régimen Costa al término del actual año lectivo.

Así también se ha dado impulso a la educación intercultural bilingüe. Para el representante del Contrato Social para la EducaciónMilton Luna, este tema es uno de los aspectos que marca la diferencia con el anterior modelo, porque es el reconocimiento de la diversidad, que antes fue inobservado.

Los cambios no quedan ahí. Estos también pasan por la infraestructura educativa. Ya no será un modelo único de estructuras físicas para las unidades educativas. En esto se trabaja desde el Ministerio de Educación que espera tener listo para agosto.

La viceministra de Gestión Educativa, Mónica Reinoso, dijo a EXPRESO, que ahora se trabaja en el tema de “La Nueva Escuela”, propuesta que pasa por eliminar el modelo único de infraestructura que estableció el Gobierno anterior.

“Nosotros como Ministerio estamos trabajando en un nuevo prototipo de escuela. Este nuevo prototipo lo que marca es: primero que se va a trabajar con materiales propios de la zona, en la costa seria con bambú, caña guadua, madera, es decir, materiales que son mucho más amigables con el medio ambiente; segundo que van a ser estructuras que no van a romper con el entorno inmediato, es decir, serán unidades educativas que estén acordes a la zona donde se construye; en tercer lugar está el de las buenas prácticas ambientales; y, lo más importante serán los procesos de participación, que es lo que está marcando lo que lo hemos denominado “La Nueva Escuela”, dijo.

Este trabajo lo cumplen también quienes son parte del Contrato Social para la Educación, quienes están poniendo sus propuestas sobre lo que debe ser la nueva educación en el país, contó Miltón Luna.

Fuente de la Noticia:

http://www.expreso.ec/actualidad/eduacion-sistema-gobiernoecuador-evaluaciones-YL2278607

ove/mahv

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Habilidades del docente del siglo XXII

España / 15 de julio de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: Xarxa TIC

No, no me he equivocado de siglo por culpa de un error tipográfico. Tengo muy claro a qué me estoy refiriendo y qué quiero decir cuando hablo del siglo XXII. Al igual que a algunos se les queda corto el 2.0 y llegan hasta el infinitopuntocero, creo que la perversión del concepto docente del siglo XXI obliga a plantearse un paso más allá. Y, en este caso, las recomendaciones van muy poco encaminadas a las habilidades que deben poseer y, mucho más, a las precauciones que debe tener ese docente que, al final, va a ser parte del cambio educativo. Bueno, quizás lo sea poco porque todos los que estamos en el aula sabemos lo que prima el contexto, pero sí que debe ser capaz de ver, denunciar y aplicar ciertas cuestiones en su día a día.

Lo primero que debe hacer un docente del siglo XXII es tener sentido común y aplicar el principio de precaución ante todo lo que le están vendiendo. No puede tomarse acríticamente una moda o metodología educativa contando solo con la visión de quienes la usan o la venden. Una metodología debe ceñirse a un contexto y, quizás, no todas las estrategias metodológicas sean tan fácilmente exportables como nos las están vendiendo. No es malo conocer metodologías; lo erróneo es no preguntarse qué hay tras las mismas o por qué, si tan maravillosas son, la mayoría carecen de evidencia de mejora de aprendizaje.

Muy relacionado con lo anterior es ir construyendo, mezclando experiencia con inteligencia, una forma propia de dar clase. La comodidad es algo que nos hace ser mejores docentes por mucho que nos vendan que debemos estar saliendo continuamente de nuestra zona de confort. Si uno se siente a gusto dando clase, encuentra las estrategias que le permiten, dentro de las posibilidades ya comentadas anteriormente de afección sobre el alumnado, tiene un punto de partida más avanzado que empezar curso tras curso a hacer pruebas. No siempre son buenas las pruebas y, al final, hay maneras de dar clase que, adaptándolas, siguen teniendo su validez. Más aún si las combinamos con otras estrategias de esas que nos venden como únicas pero que, si son tomadas en la parte justa, nos pueden acabar de ayudar a definir nuestra manera de ser docentes.

La tecnología también es clave y la competencia digital exigible. Y cuando me refiero a la necesidad de que los docentes tengan competencia digital no me estoy refiriendo a que sean hábiles en el uso de programas de una determinada multinacional, se certifiquen por la misma o, simplemente, usen esa tecnología como base metodológica. La tecnología siempre debe ser una ayuda y jamás algo que complique dar clase. Si vemos que usar una herramienta complica el uso de tiza pues, sinceramente, yo me decantaría por la tiza. Un detalle, usar un libro de texto en pdf, meter PowerPoints a tutiplén o usar la última herramienta de moda no es ser competente digitalmente. Tampoco lo es tener un curso en Moodle donde vamos subiendo pdfs. Lo digo por aclarar el asunto.

Otra clave es el respeto por lo que están haciendo otros docentes en su aula. Claro que todos seguramente pensamos que nuestra metodología es fantástica pero, ¿no hemos quedado en que cada docente debe encontrar su manera propia de dar clase? Lo anterior es algo muy relacionado con la democracia dentro de los centros educativos, el ambiente de trabajo y la necesaria consideración de los compañeros como docentes capaces. Algo que para mí está claro. Por cierto, nada tiene que ver ese respeto que se ha de tener con la necesaria denuncia de determinadas prácticas que carecen de evidencia científica o empeoran, de forma demostrada y demostrable, el aprendizaje de los chavales. Y no hace falta ser muy hábil para entender que me estoy refiriendo a las inteligencias múltiples, a la creencia de determinados neuromitos, a la defensa de dar ciencias en inglés de algunos o a cualquiera que, seguramente, os viene a la cabeza.

Debemos ser también muy críticos con la formación docente y exigir a la administración una formación de calidad, alejada de determinados modelos centrados en personajes cuya relación con el aula (en forma de docencia o investigación seria -me refiero a algunas de las grandísimas investigaciones que se hacen desde la Universidad-) es, o ha sido, muy limitada. Más aún hemos de huir de aquellos que siempre nos cuentan la misma anécdota o nos defienden una metodología sin fisuras, dentro de un discurso que consiste solo en denostar a los demás. Si oís metodología tradicional frente a innovadora ya podéis huir. No existen los conceptos porque, al final, tan innovador es alguien que sabe dar una clase magistral (no lo que nos venden como clase magistral) que uno que trabaje por proyectos. Ya veis que no he entrado en el tema de metodologías activas porque, como todos deduciréis y más si estáis en el aula dando clase, viene de fábrica.

Las principales habilidades del docente del siglo XXII serán la de poder aislarse del ruido, de los cantos de sirena y, con todo lo que vaya aprendiendo (en las redes, en formaciones o, de la forma más fácil y eficaz, que es con sus compañeros de centro) poder configurar la mejor manera de dar clase. Seguro que aún así nos equivocamos pero, al menos, que nadie pueda decir que no lo estamos intentando, porque dar clase es más difícil de lo que parece. Y, por suerte, nuestros alumnos no son tornillos que salen de una fábrica de producción automatizada.

Seguro que como siempre me estoy dejando muchas cosas en el tintero pero creo que, a grandes rasgos, se entiende qué quiero decir. Bueno, eso espero.

Fuente del Artículo:

http://www.xarxatic.com/habilidades-del-docente-del-siglo-xxii/

ove/mahv

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