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La tragedia brasileña

Por: Atilio Boron

No está demás recordar que al capitalismo jamás le interesó la democracia: uno de sus principales teóricos, Friedrich von Hayek, decía que aquella era una simple “conveniencia”, admisible en la medida en que no interfiriese con el “libre mercado”, que es la no-negociable necesidad del sistema.

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Una banda de “malandros”, como canta el incisivo y premonitorio poema de Chico Buarque -“malandro oficial, malandro candidato a malandro federal, malandro con contrato, con corbata y capital”- acaba de consumar, desde su madriguera en el Palacio Legislativo de Brasil, un golpe de estado (mal llamado “blando”) en contra de la legítima y legal presidenta de Brasil Dilma Rousseff. Y decimos “mal llamado blando” porque como enseña la experiencia de este tipo de crímenes en países como Paraguay y Honduras, lo que invariablemente viene luego de esos derrocamientos es una salvaje represión para erradicar de la faz de la tierra cualquier tentativa de reconstrucción democrática. El tridente de la reacción: jueces, parlamentarios y medios de comunicación, todos corruptos hasta la médula, puso en marcha un proceso pseudo legal y claramente ilegítimo mediante el cual la democracia en Brasil, con sus deficiencias como cualquier otra, fue reemplazada por una descarada plutocracia animada por el sólo propósito de revertir el proceso iniciado en el 2002 con la elección de Luiz Inacio “Lula” da Silva a la presidencia. La voz de orden es retornar a la normalidad brasileña y poner a cada cual en su sitio: el “povao” admitiendo sin chistar su opresión y exclusión, y los ricos disfrutando de sus riquezas y privilegios sin temores a un desborde “populista” desde el Planalto. Por supuesto que esta conspiración contó con el apoyo y la bendición de Washington, que desde hacía años venía espiando, con aviesos propósitos, la correspondencia electrónica de Dilma y de distintos funcionarios del estado, además de Petrobras. No sólo eso: este triste episodio brasileño es un capítulo más de la contraofensiva estadounidense para acabar con los procesos progresistas y de izquierda que caracterizaron a varios países de la región desde finales del siglo pasado. Al inesperado triunfo de la derecha en la Argentina se le agrega ahora el manotazo propinado a la democracia en Brasil y la supresión de cualquier alternativa política en el Perú, donde el electorado tuvo que optar entre dos variantes de la derecha radical.

No está demás recordar que al capitalismo jamás le interesó la democracia: uno de sus principales teóricos, Friedrich von Hayek, decía que aquella era una simple “conveniencia”, admisible en la medida en que no interfiriese con el “libre mercado”, que es la no-negociable necesidad del sistema. Por eso era (y es) ingenuo esperar una “oposición leal” de los capitalistas y sus voceros políticos o intelectuales a un gobierno aún tan moderado como el de Dilma. De la tragedia brasileña se desprenden muchas lecciones, que deberán ser aprendidas y grabadas a fuego en nuestros países. Menciono apenas unas pocas. Primero, cualquier concesion a la derecha por parte de gobiernos de izquierda o progresistas sólo sirve para precipitar su ruina. Y el PT desde el mismo gobierno de Lula no cesó de incurrir en este error favoreciendo hasta lo indecible al capital financiero, a ciertos sectores industriales, al agronegocios y a los medios de comunicación más reaccionarios. Segundo, no olvidar que el proceso político no sólo transcurre por los canales institucionales del estado sino también por “la calle”, el turbulento mundo plebeyo. Y el PT, desde sus primeros años de gobierno, desmovilizó a sus militantes y simpatizantes y los redujo a la simple e inerme condición de base electoral. Cuando la derecha se lanzó a tomar el poder por asalto y Dilma se asomó al balcón del Palacio de Planalto esperando encontrar una multitud en su apoyo apenas si vió un pequeño puñado de descorazonados militantes, incapaces de resistir la violenta ofensiva “institucional” de la derecha. Tercero, las fuerzas progresistas y de izquierda no pueden caer otra vez en el error de apostar todas sus cartas exclusivamente en el juego democrático. No olvidar que para la derecha la democracia es sólo una opción táctica, fácilmente descartable. Por eso las fuerzas del cambio y la transformación social, ni hablar los sectores radicalmente reformistas o revolucionarios, tienen siempre que tener a mano “un plan B”, para enfrentar a las maniobras de la burguesía y el imperialismo que manejan a su antojo la institucionalidad y las normas del estado capitalista. Y esto supone la organización, movilización y educación política del vasto y heterogéneo conglomerado popular, cosa que el PT no hizo.

Conclusión: cuando se hable de la crisis de la democracia, una obviedad a esta altura de los acontecimientos, hay que señalar a los causantes de esta crisis. A la izquierda siempre se la acusó, con argumentos amañados, de no creer en la democracia. La evidencia histórica demuestra, en cambio, que quien ha cometido una serie de fríos asesinatos a la democracia, en todo el mundo, ha sido la derecha, que siempre se opondrá con todas la armas que estén a su alcance a cualquier proyecto encaminado a crear una buena sociedad y que no se arredrará si para lograrlo tiene que destruir un régimen democrático. Para los que tengan dudas allí están, en fechas recientes, los casos de Honduras, Paraguay, Brasil y, en Europa, Grecia. ¿Quién mató a la democracia en esos países? ¿Quiénes quieren matarla en Venezuela, Bolivia y Ecuador? ¿Quién la mató en Chile en 1973, en Indonesia en 1965, en el Congo Belga en 1961, en Irán en 1953 y en Guatemala en 1954?

Fuente: http://kaosenlared.net/la-tragedia-brasilena/

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Educación pública, pedagogía y debate estratégico

Por: La Izquierda Diario

A lo largo de la historia docentes y educadores de todo el mundo han planteado diversos métodos y programas pedagógicos tratando de desarrollar modelos de una educación orientada a los intereses de los trabajadores y los sectores populares.

En Argentina luego de la crisis del 2001 resurgió el debate acerca de una educación que problematice y cuestione las relaciones de opresión y de desigualdad producto de la sociedad capitalista.

Tras años de neoliberalismo y de vaciamiento de los espacios educativos públicos, ante la necesidad de encontrar respuestas a la crisis educativa muchos docentes desarrollaron profundas críticas al sistema educativo y a la enseñanza tradicional, planteando reformas en los diseños curriculares, programas pedagógicos, metodologías y nuevos contenidos. Llevándolos a la práctica en diferentes espacios educativos y culturales como en escuelas estatales, programas y planes educativos, bibliotecas y bachilleratos populares, universidades públicas y centros culturales.

Si bien muchos de los espacios educativos “no formales” se vieron limitados a proyectos personales y aislados de la pelea de las masas en defensa de la educación pública, la exigencia por los salarios para todos los trabajadores es un reclamo legítimo por los derechos laborales, así como lo es la pelea por integrar a estos espacios al sistema educativo, en consecuencia a la lucha en defensa de una educación pública, laica y científica, tomando las conquistas históricas de la educación pública como pilares de resistencia hacia la disputa política por los plenos derechos del pueblo trabajador.

La educación pública y las conquistas de los trabajadores y estudiantes

La lucha por una educación que este dirigida por los intereses de las clases trabajadoras y populares, a partir de la cual se genere una democracia interna en cada espacio educativo y se formen sujetos críticos y políticos bajo una cultura participativa, es la contrapropuesta al modelo de educación meritocrática basada en la individualidad, las jerarquías, la productividad y las normas de premios y castigos, con lineamientos que responden a los intereses del mercado y la ideología capitalista.

En este sentido las contradicciones en cada espacio educativo deben abrir el debate acerca de los derechos políticos y las libertades democráticas, la propiedad privada, la lucha de clases y el poder político del estado capitalista. Sin ser neutrales ante las reformas educativas que van en sintonía con los monopolios de empresas, junto a la intromisión de la iglesia y su influencia conservadora en los lineamientos educativos como en educación sexual o en la enseñanza de las ciencias naturales, por lo contrario es fundamental promover la educación científica a partir de la cual los trabajadores y la juventud puedan apropiarse de los conocimientos acumulados por la humanidad a lo largo de la historia.

Asimismo se debe fomentar la enseñanza artística y la defensa por los derechos laborales, sindicales y democráticos de los trabajadores y estudiantes, apoyar la organización de delegados docentes y estudiantiles y la democratización de los sindicatos como organismos de la clase trabajadora.

En los hechos una educación que prepare los cimientos para la transformación de la sociedad está íntimamente relacionada a la política revolucionaria y a la lucha de clases.

Tomar el poder para cambiar al mundo

Aun considerando la importancia de la educación en la generación de conciencia y en la producción y transmisión de conocimiento, los cambios estructurales de una sociedad van más allá de los espacios educativo y de la educación, lo que no significa que no haya que poner en duda ni disputar la orientación y los marcos del programa político-educativo del estado. No solo se lo debe cuestionar sino que también debe cuestionarse todo orden capitalista, incluyendo al propio estado, su carácter de clase y su aparato represivo, es decir desnaturalizando por completo un sistema social de represión, miseria y explotación.

Precisamente es por eso que no puede haber transformación de una sociedad sin tomar el poder del estado, sin alterar orgánica y sistemáticamente su orden y su carácter de clase capitalista, es decir sin que la clase productora expropie a la clase explotadora y organice la sociedad basándose en sus derechos autodeterminados.

Teniendo esto en cuenta, la estrategia política de que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder resulta un planteo en abstracto mientras una minoría ejerce el poder sin ser cuestionada por las mayorías trabajadoras y populares.

En este sentido en el mismo recorrido de luchar por una escuela democrática y científica en función de las necesidades de la clase trabajadora y los barrios populares, en donde se cuestione la sociedad dividida en clases y se pongan de manifiesto las causas de las injusticias sociales, es necesario el desarrollo de la organización y la estrategia revolucionaria de la clase trabajadora, de los explotados y oprimidos para hacerse del poder político del estado y generar a partir de los organismos obreros y populares una democracia de los trabajadores.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Educacion-publica-pedagogia-y-debate-estrategico

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¿Por qué nos Gusta lo que nos Gusta?

Por. Fernando Buen Abad

Paráfrasis inspirada por Simón Bolívar: Por nuestros gustos nos han dominado más que por la fuerza.

Un porcentaje no pequeño de nuestras decisiones y conductas se anima por el “juicio del gusto”. No pocas veces involucran sentimientos muy profundos. Compras, ventas, matrimonios, partos o sepulturas… suelen asumirse por un desplante patente o latente del “gusto” que nos impone e inspira un objeto o un sujeto. ¿De qué depende que algo nos guste, nos disguste o deje de gustarnos?  ¿Somos, acaso, una especie hedonista y frágil a la que se ha victimado fácilmente por la vía de seducirla con sus “gustos”. Nos guste o no aceptarlo?

También el capitalismo aprendió a dominarnos por nuestros “gustos” y nos enseñó a gustar de la dominación misma. Luego de chantajearnos por los alimentos, por nuestros miedos, por la vivienda… por lo básico, el capitalismo entendió que podía vendernos lo que nos place y hacer con la dominación de los “gustos” un negocio inmenso. Rápido nos educaron para que nos gustaran los “gustos” del patrón, su forma de vida, sus valores, sus comodidades y su poder. Rápido nos educaron para que dejaran de gustarnos nuestros pares y comenzaran a ser de nuestro “gusto” todas las personas y las cosas que nacen, crecen y se reproducen en el seno de la clase que nos explota. Y nos educaron para comprar y comprar todo lo que ellos inventan pero, eso si, con “gusto”, como el “buen gusto”.

Parece ser factor decisivo ante los “gustos” el -nada infrecuente- componente irracional de sus causas y sus efectos. ¿Por qué se gasta lo que se gasta en el mundo en juguetes bélicos para niños? ¿Por qué se invierte lo que se invierte en bebidas alcohólicas, gaseosas y todo género de cotillón para “animar” fiestas o celebraciones variopintas? ¿Por qué se consume con ”gusto” la masa ingente de películas, series televisivas, programas, música, noticieros y en general mercancías ideológicas burguesas? ¿Por qué la adquisición de ropa, maquillajes y parafernalia de moda a cualquier costo y con calidades dudosas?¿Por qué nos gusta endeudarnos, por qué nos gusta embrutecernos, por qué nos gusta pelearnos?.

Y a pesar de todos los enigmas que rodean al “juicio del gusto” (es decir a nuestra capacidad de afirmar o negar algo sobre lo que nos gusta) nada de lo que se diga sobre los “gustos” está exento de la lucha de clases ni de la influencia histórica que imprime, en toda conducta, la ideología de la clase dominante. Simplismos al margen. En el objeto o sujeto de nuestros “gustos” o disgustos se objetiva la escala completa de lo que sabemos y de lo que ignoramos. Todos nuestros parámetros se cimbran. ¿Lo que nos gusta o disgusta proviene de lo que nos enseñaron en casa, en la escuela, en el trabajo, en la iglesia o en la tele? ¿Nos “gusta” sólo aquello que conocemos o lo que desconocemos también, nos gusta lo que les gusta a todos o lo que nos hace distintos? ¿Nos gustan las combinaciones, las mezclas o las ambigüedades? ¿De dónde sacamos que nos gusta lo que nos gusta?

Y más complejo es saber por qué nos “gusta” lo que nos daña. Por qué aceptamos con gusto hacer, decir, pensar e imponer como modelos de vida “gustos” cuya consecuencia -de corto o largo plazo- será algún daño a la salud, a las relaciones sociales, a la política o al planeta entero. ¿Nos gustan las películas de Hollywood, las telenovelas, las tele-series, fumar, alcoholizarnos, drogarnos… financiar dependencias de todo tipo y contribuir a enriquecer mafias a granel?

Por colmo, transferimos “gustos” a nuestros hijos o amigos porque esa transferencia es un ejercicio de poder con el que hacemos reinar la parte más individualista de nuestra “estética” que, por cierto, suele no ser tan individual como creemos. Por una y muchas razones la crítica a los “gustos” suele tomarse como una agresión que ofende fibras muy sensibles y suele irritarnos hasta lo irreconciliable. Incluso quedan aun zonas de pudor que se lastiman cuando alguien descubre algo que nos gusta y que nos es difícil de aceptar. De ese alguien se espera la complicidad y silencio con que se forjan asociaciones estéticas que incluyen, no sin frecuencia, alianzas patológicas en sentidos varios. Adictos se les llama. ¿Por puro “gusto”?

En el almacén demencial de mercancías -que el capitalismo nos impuso como si fuese la vida misma- abarrotado con no pocos objetos inalcanzables e inútiles, se impuso un criterio resbaloso para impulsar el consumismo a destajo y ese criterio se funda en el “gusto”. Se compra el televisor que “gusta” para ver los programas que “gustan” y toda la publicidad que “gusta” a un pueblo anestesiado con “gustos” de mercado y estética de clase. Se compra la licuadora que “gusta”, el abrigo, las cucharas, los muebles… y principalmente el “status”, lo distintivo, la plataforma ideológica que facilita la ilusión de pertenencia al mundo del patrón y al universo de sus “gustos”. Cueste lo que cueste.

La dictadura de los “gustos” es una batalla económica y es una batalla ideológica. Los “gustos” son metralla letal de las máquinas de guerra ideológica. Todo junto y en simultáneo. Se mueven en el seno de esa dominación las intensiones más perversas tanto como las ingenuidades más asombrosas. Y es verdad que no todo esta milimétricamente calculado cuando se imponen los “gustos” más rentables y que hay un grado de apuesta que la burguesía asume como riesgo a la hora de invertir en “gustos” nuevos para millones de consumidores. No olvidemos que en la producción de “gustos” oligarcas la masificación es indispensable porque es vital para el negocio. Y eso ha generado sus “gustos” particulares y sus cánones ideológicos que norman, por ejemplo, la lógica, la ética y la estética mercenaria de los publicistas. Excepciones salvadas.

Es un imperativo de nuestro tiempo desarrollar corrientes científicas especializadas en la crítica y la revolución de los “gustos”. Mientras el a-criticismo cuente con la justificación y la envoltura de los “gustos” para esconder y para eludir todo análisis -y transformación- serio, tenderemos a hundir buena parte de nuestros problemas en los pantanos del subjetivismo y el relativismo “placentero” más inmovilizantes. La justificación “porque me gusta” no siempre es la mejor en sinnúmero de casos.

También es verdad que existe una zona de los “gustos” (la más promisoria sin duda) que, bajo ciertas condiciones especiales, logra escapar al imperio ideológico burgués (como en el caso, no exclusivo, de algunas experiencias artísticas) y está claro que se trata de episodios no ordinarios y difíciles de multiplicar mientras estemos dominados por el capitalismo. No hay peor enemigo del arte emancipador que el capitalismo. La complejidad de la estética en los seres humanos admite -en sus expresiones menos contaminadas- un ejercicio de emancipación o de libertad que tiene deparadas muchas promesas a la revolución social que terminará con el capitalismo en lo objetivo y en lo subjetivo. Pero no esperaremos a la muerte del capitalismo para insistir en la necesidad de la educación del “gusto” (su re-educación) y eso requiere de riqueza de conocimientos y experiencias, diversidad amplitud y hondura con moral y ética del placer no basadas en someter a los seres humanos. Re-educación que es trabajo especializado que reclama su espacio en los frentes de lucha (de la praxis) porque es ahí, mejor que en cualquier otro lugar, donde lo que nos “gusta” logrará sintetizarse con lo que necesitamos y logrará transformarse para dejar de ser -el “gusto”- un embriagante placentero para convertirse en una fuerza emancipadora. Esa es la escuela de la lucha y así son las alquimias de la revolución.

Dedicado a Adolfo Sánchez Vázquez y a Abel Prieto

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Por-que-nos-Gusta-lo-que-nos-Gusta-20160817-0004.html

Imagen: http://www.chilango.com/media/2010/03/01/marcel-duchamp.jpg

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En el Capitalismo, la teología concreta del Dinero y el Crédito, ha reemplazado al Dios inexistente

Rusia/Julio de 2016/kaosenlared

Por: Hersh Zakheim

Con el auge de las ciencias, se inició el ocaso en la búsqueda de Dios. Las clases explotadoras reemplazaron a las religiones, en el manejo de la ignorancia y el dominio sobre los pueblos, con el Dinero y el Crédito. Hoy este Dios del Capitalismo, comparte su reinado con las religiones.

Lo que voy a comentar en este artículo,  no constituye novedad alguna,  para aquellos que militan en el anticapitalismo conscientemente.

Tampoco  pretende este articulo,  disertar sobre el concepto  Dinero,  cuyo análisis  se profundiza objetivamente,  en la Teoría del Valor de Marx.

Pero tiene un objetivo concreto,  especialmente en estos días,  contrastar el rumbo y el ejercicio de  esta  “religión” capitalista, con lo que la experiencia directa me proporciono,  en los años que estuve en la ex URSS.

No quiero que me crean nostálgico, pues muchas veces  les cuento mi experiencia personal en la ex URSS, donde tuve la oportunidad durante más de 40 años, de conocer las características del experimento Socialista en la realidad,  pero es que justamente en este tema del Dinero,  es imposible evitar la comparación.

Y comprobar una vez más,   el ocultamiento interesado de aquella experiencia socialista,  ante los ojos de la juventud actual, operada por todos los medios de comunicación del capitalismo,  y de la mano de los intelectuales que le sirven.

Táctica basada  en la utilización publicitaria,  de la derrota sufrida  por el experimento socialista de la URSS,  en manos de la codicia oscura de sus burócratas,   herederos de la dictadura estalinista.

Combinada con  la tergiversación permanente,  de la realidad de la vida en la ex URSS,  en los 70 años que duro el ejercicio de ese socialismo real.

En un mundo enloquecido,  por los cambios estructurales dentro del capitalismo actual, donde la vaciedad doctrinaria  de la  financiarizacion, reemplaza la impronta productiva,  que constituía la bandera histórica  del Capital.

Donde además vivimos una época de desintegración. Hay varias guerras  en curso Afganistán, Siria, Yemen, Libia, Irak, Nigeria,  Somalia, además de Turquía contra los Kurdos, conflictos permanentes ente Israel y Palestinos,  etc., configuran el panorama de la decadencia capitalista,  que ya no puede detener,  la anarquía de sus objetivos y organizadores. En medio de este mundo  insisto, es necesario analizar los elementos y las ideas, que construyen la subjetividad de los seres humanos de la época  .Entre ellos ocupa un  lugar fundamental,  el Dinero y el Crédito.

Como medio de  la satisfacción inmediata  del deseo,  el Dinero  ha resultado  un somnífero,  a la angustia existencial  ancestral,   que produce el  sin sentido de la vida.

Todo lo que se mueve en las relaciones económicas y sociales de estas últimas décadas,  con el avance incluso de la tecnología,  la informática etc., colaboran con las  prácticas de formato religioso, que giran alrededor del Dinero y del Crédito.

Aquella ideología política,  que logre el consenso,  para anular en la economía de la sociedad humana el uso del Dinero, podrá sin duda ejercer el dominio de las conciencias humanas,  en un mundo mejor.

Para ingresar en una sociedad más justa, más solidaria, y posiblemente más feliz, no se trata solo de reemplazar la función actual en el uso práctico del dinero,  como representación de los bienes materiales y los servicios de todo tipo,  sino fundamentalmente impedir su posibilidad de utilizarse  como unidad de atesoramiento y acumulación individual.

Y eso significa explicarles a los trabajadores,   cómo funciona la Biblia del Capitalismo

De allí surge la necesidad  de  concientizarlos,  sobre la apropiación por las clases dominantes,  de los medios de producción y la acumulación de lo robado, en el proceso de explotación de la mano de obra ajena.

Hay que explicar que el Dinero,  siendo la   representación física del valor de los bienes  producidos  por  los trabajadores, también representa el excedente apropiado  por los patrones explotadores.

El dinero representa en este sistema social el valor del trabajo humano y es de allí la importancia que tiene entender  lo ideológico,  que encierra su uso y acumulación. El que acumula dinero está acumulando trabajo humano, robado a los muchos trabajadores,  por los pocos  dueños de los medios de producción

Para ello hay que explicar simultáneamente, todas las formas del culto al dinero, empezando por  el Crédito, y los Bancos Privados, como institución madre y su representación más común,  que como las tarjetas de crédito,   crean el dinero después de haberse terminado el dinero.

En la ex Unión Soviética, las características de una economía basada en los principios socialistas , existió con los vaivenes propios de un nuevo experimento en la vida real, durante 70 años desde 1917 a 1987, allí   existía el Dinero, pero  no existía el Crédito. No era necesario.

El Dinero cumplía la función práctica,  a la que está destinado en la sociedad pre comunista. Representar el valor de los bienes y los servicios,  mientras la producción no alcanzara a cubrir las necesidades de todos, e  hiciera  innecesario el uso del Dinero.

No se utilizaba para el atesoramiento individual,  pues este estaba prohibido. Nadie podía acumular más,  de lo que necesitaba básicamente para vivir.

El Crédito no era necesario, pues no existía la empresa privada, no existía la publicidad comercial, que empujara a la compra compulsiva,  no existían  los productos pensados exclusivamente  para vender,   y la economía nacional estaba planificada,  en consecuencia el Crédito no tenía sentido alguno.

Y menos aún,  el que cumple en la sociedad capitalista,  adelantar en el tiempo la satisfacción  del deseo individual,  independientemente de que el objeto de  ese deseo tuviera carácter superfluo. Ya que  la satisfacción de necesidades materiales,  en el régimen socialista planificado, tenía en cuenta la importancia de los bienes requeridos y respetaba un orden de  prioridades, basadas en un principio de solidaridad con los más necesitados.

Los ahorros en dinero, que no eran excesivos ni generalizados,  pues el salario,  único ingreso de todos los soviéticos,  estaba calculado por la economía planificada,  para cubrir sin excesos las necesidades básicas.

Los soviéticos los depositaban en el Banco del Estado,  único existente. Y este les pagaba el 3% anual de intereses. Por otra parte la seguridad  de la atención sanitaria, educativa gratuita y la jubilación asegurada igual al salario, hacían  innecesaria la acumulación de ahorros en el Banco.

Y como tampoco existía la renta,  pues nadie  era dueño de propiedades,  más allá de la suya donde vivía, el movimiento del Dinero era escaso y se utilizaba fundamentalmente para la alimentación y vivienda.

Recordar que con el 10 % de su sueldo,  el trabajador soviético cubría el costo de su vivienda, la energía que utilizaba, gas electricidad, Todas las demás prestaciones en Salud, educación y esparcimiento era provisto por el Estado.

Revivir permanentemente ante los jóvenes,  lo positivo de los 70 años de experimento socialista en la Ex URSS, es obligación de aquellos que creemos, en la viabilidad del Socialismo en la sociedad humana.

Afectuosamente

Hersh Zakheim

Fuente: http://kaosenlared.net/en-el-capitalismo-la-teologia-concreta-del-dinero-y-el-credito-ha-reemplazado-al-dios-inexistente/

 

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Contaminación mental en tiempos de canibalismo ambiental

Por: Carlos Ruperto Fermín

Durante los milagrosos 365 días del año, existe una luz de inconciencia gravitando en el Medio Ambiente, que tanto los niños como los jóvenes y los adultos, no son capaces de reconocer por sus propias voluntades, para alcanzar una mejor calidad de vida.

Todos los días dormimos en la cama con nuestro querido Smartphone, recibimos la eucaristía con un sabroso cordero en el estómago, bailamos reguetón frente a la cara de los más pobres, compramos hasta morir en los divertidos centros comerciales, olvidamos el legado de los aburridos pueblos originarios, respiramos el tremendo smog del alérgico semáforo, y omitimos la regla del método anticonceptivo.

Queda claro que la costumbre nos transforma en humanos robotizados. Primero adoptamos una sofisticada tendencia social, que dicta el esquema de nuestra cotidianidad. Y luego adaptamos ese rutinario esquema social, en todas las actividades ordinarias que realizamos a diario.

Es como llevarse a la boca una hamburguesa, y comerla con una lengua sin papilas gustativas. Sabes que estás comiendo carne, pero no puedes identificar el sabor de la carne. Por desesperación, seguiremos comiendo, masticando y tragando, para encontrarle el gusto a la grasosa hamburguesa. Pero al final del incontrolable deseo de satisfacer a nuestro paladar, degustaremos un trastorno obsesivo compulsivo que jamás se dará por vencido.

Por miedo a la derrota, nunca caemos rendidos en la tumba. Por miedo a la soledad, nos reproducimos a cualquier hora y en cualquier colchón. Y por miedo al fracaso, nos apuñalamos con los billetes ensangrentados del éxito.

No hay duda que nuestros brillantes cerebros, sufren las consecuencias de un legendario traumatismo craneal, que nos dejó ciegos, sordos y mudos, en un enfermizo proceso de Transculturación global.

Por eso siempre sabemos decir hola en Inglés, pero nunca sabemos decir hola en Quechua. Siempre podemos escribir hola en Inglés, pero nunca podemos escribir hola en Wayuunaiki. Y siempre conocemos el significado del Inglés, pero nunca conocemos el significado del Quechua, del Wayuunaiki y del Español.

Sin embargo, NO es obligatorio experimentar un choque frontal en la veloz carretera, para sentirnos accidentados y agonizando en nuestra propia vida. Es probable que la amnesia que borra todos los recuerdos del alma, sea la mejor respuesta ante un memorable estado de culpa. Y quizás formatear el disco duro de nuestra computadora personal, sea el primer paso para reconectarnos con la triste realidad lobular.

Gracias a la evolución de la Ciencia, sabemos que el hemisferio cerebral izquierdo, se encarga de controlar las funciones del lenguaje, escritura, numeración y lógica racional. Mientras que el hemisferio cerebral derecho, se encarga de proyectar los sentimientos, emociones, creatividad y expresiones artísticas.

Gracias a la involución de la Conciencia, sabemos que el hemisferio cerebral izquierdo, se encarga de comprar, vender e hipotecar los recursos naturales de la Tierra, con una intachable firma en la bolsa de valores. Mientras que el hemisferio cerebral derecho, se encarga de sonreír, aplaudir y fotografiar la firma del jugoso contrato, que los empresarios capitalizarán en el bosque.

Ambos hemisferios demuestran ser apáticos, ambidextros y analfabetos, cuando se trata de reflexionar sobre la crisis social, cultural y ecológica del siglo XXI.

Por desgracia, el omnipotente Sistema que carcome cada milésima de segundo, fue carcomiendo las últimas neuronas del segundero, y aunque usted ya NO quiere comportarse como un perfecto idiota, el Sistema te obliga a comportarte como un perfectísimo idiota.

Al Sistema no le importa apoderarse de tu dinero, pues le interesa apoderarse de tu discernimiento, para fácilmente obtener tu preciado dinero. Una vez esclavizada la cabeza hueca, el Sistema te convierte en un objeto de consumo masivo, en una mercancía al detal, y en una etiqueta de liquidación.

El Sistema es muchísimo más inteligente que un pulpo, por lo que sus infinitos tentáculos de acción y reacción, pueden hacerte calzón chino en plena luna de miel, pueden convertir el sueño americano en una gran pesadilla, y pueden contagiarte la enfermedad de la mediocridad.

Nos preguntamos ¿Cuál es el supuesto Sistema que te obliga a sacrificar el pobre intelecto? ¿Qué gana el Sistema esclavizando tu estilo de vida? ¿Quién o quiénes son los culpables de imponernos al Sistema?

Quizás sea culpa del Entorno, tal vez sea culpa de la Sociedad, o probablemente sea culpa del Fútbol. Puede que sea culpa de Jesucristo, puede que sea culpa de Mickey Mouse, o puede que sea culpa de Hitler. También podríamos culpar a la Madre Tierra, podríamos culpar a la Vía Láctea, y podríamos culpar al mismísimo Universo.

El Sistema es un cáncer que compra, corrompe y descompone a la Humanidad. Es como el diablo que se viste de santo, y le regala lecciones de ética y moral a su querido prójimo. Todos saben que el santo es realmente el diablo, pero nadie lo desmiente porque luce muy bien, porque dice lo que la gente quiere escuchar, y porque es muy generoso con su pueblo.

Siempre fingimos ser los reyes del ring de boxeo, y la culpa siempre debe caer y recaer en las manos de los adversarios. Cuando ganamos en la vida, la culpa es toda nuestra. El ego jamás comparte la victoria, porque le alzamos los brazos a la suerte, y todo el crédito de la película se lo lleva nuestro nombre y apellido.

Pero cuando perdemos en la vida, la grandísima culpa se la disputan los gobiernos de turno, los políticos corruptos, las loterías tramposas, los familiares envidiosos, los vecinos chismosos, los colegas del trabajo, los profesores malhumorados, los ladrones de oficio, los animales silvestres y las supremas deidades.

Algo o alguien siempre se lleva el grito, la ofensa, el mal de ojo, el empujón, el hematoma, la bala, la sangre, y las cenizas de todos nuestros problemas. Permitimos que lo externo defina nuestro interior, y en ese espacio y tiempo siempre hay cabida para la moda, la indiferencia, la traición, la violencia, la frivolidad y la codicia.

En los medios de comunicación social nacionales y extranjeros, se enaltecen los antivalores, la negatividad, y la putrefacción del todopoderoso Sistema capitalista.

Vemos que para domar y dominar a las masas, se va amasando una tentadora orgía de consumismo, sexismo y propagandismo, que se difunde durante las 24 horas del día en la televisión, en la radio, en la prensa, en la Internet y en las calles pavimentadas.

Los televidentes, los radioescuchas, los lectores, los cibernautas y los ciudadanos, son obligados a santificar la pornografía del espectacular show circense, mediante la compra y venta de todos los productos y servicios, que se comercializan con un longevo arsenal publicitario, el cual incluye la desinformación del morbo, del adulterio, del divorcio, del embarazo precoz y del aborto.

En un abrir y cerrar de ojos, la audiencia se vuelve adicta al sexo, a las drogas y al racismo, para ser cómplice de lo simple, de lo estúpido y de lo infame.

Las famosas redes sociales como Twitter, Facebook y WhatsApp, van maximizando el borreguismo de los tontuelos, ya que los usuarios necesitan un ficticio sentido de pertenencia, para no sentirse rechazados y aislados de la comunidad virtual, por lo que odiarán todo lo que el mundo odie, y amarán lo que todo el mundo ame.

Debido a que esos jóvenes tontuelos representan la popularidad, el Sistema festeja sus tonterías y los considera ovejas sagradas, para seguir idiotizando al resto del rebaño.

No olvidemos que somos inestables y débiles por naturaleza, por lo que cualquiera puede sembrar cotufas en nuestros cerebros. A medida que brotan las semillas del cultivo mental, vamos aumentando el precio y el valor de todas las sabrosas cotufas, buscando que nuestros pensamientos enriquezcan la tierra fértil, y así podamos venderle nuestra espiritualidad a la relatividad de los hechos.

Yo boté mucha basura en la calle, porque tenía mucha hambre. Yo prendí por muchas horas el aire acondicionado, porque tenía muchísimo calor. Yo malgasté mil litros deagua potable, porque tenía mucha sed de venganza. Yo asesiné a sangre fría, porque Dios todo lo perdona.

Ahora bien, cuando nos referimos a la contaminación ambiental, generalmente exponemos una serie de daños ecológicos que sufre el planeta Tierra, por culpa de los dedos abusivos, de las manos industrializadas, y de los brazos destructores de los inhumanos Seres Humanos.

Si lanzamos la moneda e inhalamos el dióxido de carbono, gritaremos ¡Bingo! con lacontaminación del aire.

Si lanzamos la moneda y quemamos la capa vegetal, gritaremos ¡Bingo! con lacontaminación del suelo.

Si lanzamos la moneda y envenenamos los ríos, gritaremos ¡Bingo! con lacontaminación del agua.

Si lanzamos la moneda y amplificamos los vidrios rotos, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación acústica.

Si lanzamos la moneda y encandilamos el cielo nocturno, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación lumínica.

Si lanzamos la moneda y desnudamos a la hermosa cerveza, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación visual.

Si lanzamos la moneda y saturamos las redes inalámbricas, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación electromagnética.

Si lanzamos la moneda y bebemos la lluvia ácida, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación radiactiva.

Si lanzamos la moneda y la moneda no alza el vuelo, gritaremos ¡Bingo! con la contaminación espacial.

Pese a que reconocimos tantísimas fuentes de polución, creemos que la crisis ambiental se origina, va creciendo y se intensifica, con un tipo de contaminación que NO concentra la atención de las colectividades, escapando de la punzante línea del tiempo, y evadiendo la realidad del libre albedrío.

Detrás de la archiconocida contaminación ambiental, se halla escondida la gran Contaminación Mental, que es la madre de todas las contaminaciones en el planeta Tierra, representando el verdadero punto de partida hacia la autodestrucción planetaria, y situándose como el histórico obstáculo cognitivo que ha imperado a lo largo de las civilizaciones.

La mayoría de los Seres Humanos no reciclan los desechos sólidos, no practican la eficiencia energética, y no reducen el consumo del agua potable, porque se encuentran ecológicamente bloqueados por causa de una terrible contaminación mental, que los convierte en cosas apáticas, desechables y desleales, en el cuidado que ameritan los ecosistemas y la biosfera.

Millones de corazones a escala mundial, sufren las consecuencias físicas y psicológicas de la atroz Contaminación Mental. Los individuos de todas las edades son perjudicados con la presencia de estrés, migrañas, cuadros de ansiedad, hiperactividad, insomnio, depresión, frustración, gastritis, y muchísimas más alteraciones diagnosticadas por el saludable Sistema.

La Contaminación Mental infecta a los perversos corazones llenos de chips, apps y tags, que nunca tienen un megabyte disponible para instalar en sus cerebros la Educación Ambiental, y así descargar una visión conservacionista de un Mundo que se cae a pedazos, porque ni siquiera los virus informáticos son tan nocivos para la Pachamama, como los trágicos ecocidios que provocan los hombres y las mujeres de carne y hueso.

Aceptamos y aplaudimos la criminal deforestación, los gigantescos derrames petroleros, la extinción de la biodiversidad, la quema de combustibles fósiles, el uso de los agrotóxicos, los megaproyectos mineros y la demoníaca fractura hidráulica, porque NO comprendemos el significado y el significante del gran manuscrito Voynich.

Negamos la existencia del Calentamiento Global, porque jamás desenchufamos el freezer del tomacorriente. Negamos la existencia del Efecto Invernadero, porque hibernamos durante las cuatro estaciones del año. Y negamos la existencia del Cambio Climático, porque somos incapaces de observar los rayos del Sol.

No deseamos investigar, no podemos recapacitar, y no queremos sobrevivir.

Nuestra ignorancia socio-ambiental que afianza el desarraigo cultural, solo piensa en vestir muchísima más ropa fashion, en comer carne en restaurantes de comida rápida, en imprimir La Biblia con tres toneladas de hojas de papel, en conducir el carro último modelo por la selva asfaltada, en comer maíz transgénico para curar la borrachera, en sintonizar los canales de deportes internacionales, en bautizar a más engendros fecundados por el Tío Sam, y en seguir sobre-poblando el oscuro nido de la miseria.

El agresivo proceso de Transculturación que padecemos en la actualidad, se fue robando el santísimo sacramento del sagrado corazón. Los más fieles devotos de la Madre Tierra, se quedaron llorando de dolor sin fuerza, sin electricidad, sin agua, sin gas, sin techo, sin comida, sin amor y sin sueños.

Las cotufas vencieron a las neuronas, y las hamburguesas del Sistema exigen un nuevo teléfono móvil, una nueva tableta, una nueva laptop, una nueva videoconsola, un nuevo televisor, una nueva máquina tragamonedas, un nuevo árbol holográfico, una nueva descarga de piratería, y un nuevo androide para la artillería de guerra.

Todos estamos mentalmente contaminados, y el Sistema no se cansa de pisotearnos el cráneo con su magistral fatalidad. Así seguiremos cargando la cruz hasta el fin de los tiempos, salvo que por un segundo de la vida, te detengas a pensar un segundo en tu vida.

Pensar no es solo capricho de los dioses, tú también puedes despertar del siniestro letargo mental, y encapricharte con una vida mucho más responsable, sostenible y sustentable.

En vez de comprarte el maldito nuevo Iphone, puedes donar esa plata a una fundación que rescate a los perros y a los gatos de las calles. En vez de adquirir el maldito nuevo Galaxy, puedes donar esa plata a instituciones que ayudan a los lisiados sin hogar. En vez de fumarte un maldito nuevo Cigarrillo, puedes donar esa plata a una asociación que alfabetice a los más desamparados.

Imagina cómo sería el Mundo, si fuéramos un poquito más empáticos. Imagina cómo sería Latinoamérica, si fuéramos un poquito más solidarios. Imagina cómo sería la Vida, si fuéramos un poquito más altruistas.

Si ya no puedes imaginar, el Sistema ganó la apuesta del casino. Si ya no puedes rezar, el Sistema te apuñaló por la espalda. Si ya no puedes creer, eres el Sistema.

Te pedimos un mayor compromiso con el bienestar del Medio Ambiente, una mayor preocupación por el futuro de Gaia, y un mayor interés en compartir la gracia salvadora de la misericordia.

No dejemos que la maldad le gane a la racionalidad. Hoy es un buen día para hacer lo correcto, sin correr ningún riesgo. Si ayudas de corazón te sentirás mejor, y harás que otros hermanos se sientan todavía mejor.

  • tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Contaminacion/Contaminacion-mental-en-tiempos-de-canibalismo-ambiental
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Enfoques cooperativos; Hoy: El cooperativismo ante la incompatibilidad capitalista con la vida.

Por: José Yorg, el cooperario.
 
 
“Lo que urge es reaccionar contra las malas costumbres políticas, contra los errores endémicos, contra la absurda organización de nuestras repúblicas, si es que hemos de llamar «organización» al dominio de una oligarquía o de una plutocracia que nunca tuvo más visión de la patria que sus conveniencias”. Manuel Baldomero Ugarte.
 
Nos permitimos una observación: El cooperativismo actual tiene que clarificar qué es lo que quiere ser porque-a todas luces- lo que es no alcanza para atraer de sí y para sí la entusiasta atención.
 
Aunque, claro está, existen percepciones disimiles, y todas ellas justificadas, sobre lo que es y lo que debiera ser un cooperativismo actualizado, son las realidades cotidianas y concretas del momento histórico quien impone verdades.
 
Hablando de momento histórico, precisamente, el cooperativismo es producto de una determinada condición social y económica histórica del capitalismo en su etapa industrial, la que empujó a las grandes mayorías a buscar y encontrar la solución cooperativa.
 
Pero los Pioneros no solamente pretendían resolver sus adversidades, sino también y sobre todo, “transformar las estructuras socio-económicas del mundo”, buscaron la “Sociedad para Todos”.
 
Nos limitamos a formular  una convicción frente a la bestialidad capitalista que está recorriendo su etapa financiera.
 
 Desde la perspectiva que nos brinda el economista y ex ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires Aldo Ferrer (1927-2016) sobre el pensamiento de su colega en un artículo publicado por la Revista CEPAL denominado “Raúl Prebisch y el dilema del desarrollo en el mundo global”:
“La globalización plantea desafíos y oportunidades. Prebisch enfrentó este dilema del desarrollo en el mundo global y dejó tres mensajes que son el gran legado de su obra. Primero, los países centrales conforman visiones del orden mundial funcionales a sus propios intereses. Es necesario rebelarse contra ese esquema teórico para resolver el dilema. Segundo, es posible transformar la realidad y lograr, con los centros de poder mundial, una relación simétrica no subordinada. Tercero, la transformación requiere un cambio profundo en la estructura productiva para incorporar -en la actividad económica y social- el conocimiento, que es el instrumento fundamental del desarrollo. Estos mensajes conservan plena vigencia en la actualidad”.
 
De nuestro análisis de esta lectura concluimos que el capitalismo actual estaría en una encrucijada y por tanto se torna económicamente inviable:
 
1.-Los circuitos financieros se alejan de la producción económica y adquieren preponderancia propia y política sobre las decisiones de los gobiernos y esas decisiones no son en manera alguna insignificantes, pues afectan la calidad de vida de millones de personas de carne y huesos.
 
2.- La especie humana y la naturaleza necesitan otra economía, una economía compatible con la vida sostenible. La destructiva utilización de agro-químicos aniquila cada día esa continuidad social.
 
Nos asalta la idea de que tal vez la razón de la arremetida neoliberal en su afán de retrotraer derechos adquiridos sobre una vida mejor, tales como los derechos del trabajador, jubilación digna, derecho a una educación y salud accesible, responde al temor de ruina del capitalismo, en su afán de mantener, a su interés, el status quo: Un mundo desigual.                  
 
Ante ese mundo desigual, en conflicto y penurias evitables, es hora de mirar al modelo cooperativo, nobleza de producción y vida, compatible con la existencia en armonía, por tanto, que no nos despojen esta oportuna esperanza.
 
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!                                       
 
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Filosofía imprescindible

España/ Julio de 2016/La Estrella de Panamá

Por: Adela Cortina

Nuestras sociedades son sumamente contradictorias en lo que hace a la enseñanza de la filosofía y de esa parte esencial suya que es la ética.

En la ESO la ética se ha reducido a una materia de escuálidos ‘Valores éticos ‘, alternativa a la religión por más señas, con lo que se abona la falsa convicción de que hay una moral para ateos y otra para creyentes. Cuando lo cierto es que todos deberían compartir la misma ética cívica. En el Bachillerato la Historia de la Filosofía, que en un tiempo fue obligatoria, se pierde entre una maraña de optativas. Y en las universidades, las Humanidades, entre ellas la Filosofía, se devalúan con la coartada de que no parecen engrosar el PIB de los países.

Y, sin embargo, responder con altura humana a los desafíos de nuestro tiempo sigue exigiendo contar con un bagaje como el que proporciona muy especialmente la filosofía. Para muestra, algunos botones.

Se repite hasta la saciedad que la falta de ética es una de las causas de las crisis económica y política, se insiste en la perversidad de la corrupción, en la falta de responsabilidad de los líderes, que ponen su ego frente al bien común, se habla de la importancia de las emociones en la vida pública y de que no pueden llevarnos, sin embargo, a olvidar los argumentos. Catástrofes como la victoria del Brexit en el referéndum británico nos instan a construir una mejor Europa, fiel a su compromiso con los derechos económicos y sociales de las personas, leal a las exigencias de la hospitalidad con quienes no tienen más alternativa que la desesperación y la muerte. Seguimos creyendo que el camino para construir democracias auténticas es una ciudadanía lúcida y madura, capaz de reflexión, crítica y argumentación, convencida del valor de la autonomía y de que solo puede conquistarse desde la solidaridad. Nombramos comités de bioética en distintos niveles y, salvo honrosas excepciones, ninguno de sus miembros se ha formado en ética. Criticamos las consecuencias nefastas del capitalismo financiero y abjuramos verbalmente de la pobreza y la desigualdad.

Y si nuestras convicciones son estas, ¿no es una contradicción flagrante abandonar en las aulas aquellos saberes que, codo a codo con los demás, cobran su sentido de potenciar la reflexión y la crítica, la argumentación frente al fundamentalismo y los dogmatismos, la deliberación y la apuesta por los mejores valores?

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/filosofia-imprescindible/23952500

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=filosof%C3%ADa&biw=1024&bih=529&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwi77viw_IrOAhVTBx4KHdxgBJcQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=fuJqkyHFCbQ9AM%3A

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