Page 14 of 21
1 12 13 14 15 16 21

Argentina: Reprogramaron para agosto el seminario “El arte como pensamiento crítico”

Redacción: María-Mines/La Nota

El profesor en Ciencias Sociales de la UBA, Eduardo Grüner, brindará un seminario intensivo en el MUNT. La Nota conversó con Ana Claudia García y Andrea Ocón, quienes impulsaron su organización.

Inicialmente, el seminario El arte como pensamiento crítico, fue organizado para dictarse en marzo de este año, pero debido a problemas de salud del profesor Grüner, la fecha se reprogramó para el mes de agosto; desde el martes 7, hasta el viernes 10 de agosto, de 9:00 a 12:00 y de 15:00 a 19:00 hs. El seminario está dirigido a profesionales, docentes, egresados y alumnos avanzados de carreras de Ciencias Sociales y se dictará en la Sala Multimedia del MUNT. Las inscripciones serán desde el 23 de julio hasta el 2 de agosto y el precio es de $1000 para profesionales, docentes y egresados y $400 para estudiantes.

Un referente de las Ciencias Sociales

De acuerdo a una publicación de Revista Anfibia, Eduardo Grüner es uno de los profesores más queridos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En un intento de resumir los datos más relevantes de su vasto CV, podemos decir que Grüner es sociólogo, ensayista, crítico cultural y Doctor en Ciencias Sociales de la UBA. Fue Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y Profesor titular de Antropología del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras y de Teoría Política en la Facultad de Ciencias Sociales, ambas de dicha Universidad. También es autor, entre otros, de los libros: Un género culpable (1995), Las formas de la espada(1997), El sitio de la mirada (2000), El fin de las pequeñas historias (2002) y La cosa política (2005). Escribió un centenar de ensayos en publicaciones locales e internacionales, es coautor de catorce libros en colaboración y prologó libros de Foucault, Jameson, Zizek, Balandier y Scavino, entre otros. Grüner, también dirige la colección de Antropología Política de Ediciones del Sol de la editorial Colihue de Buenos Aires.

 Grüner en San Miguel de Tucumán

El seminario fue organizado por la profesora Ana Claudia García, y lalicenciada Andrea Ocón. “Dos años atrás le propuse a la licenciada Ocón, colega de la FAUNT, que invitemos al profesor Grüner para que venga a Tucumán en el marco de un seminario. Andrea fue alumna de él en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, razón por la que fue el nexo entre el proyecto y él”, explicó Ana Claudia a La Nota.

“Entre las dos quisimos tentar a varias instituciones para organizar el seminario y, por cuestiones económicas e ideológicas, no hubo eco al respecto. Por este motivo, lo organizamos desde el Proyecto PIUNT “Prácticas artísticas y culturas digitales” de la Escuela Universitaria de Cine, Televisión y Video de la UNT (EUCVyTV) y desde la cátedra de Historia del Arte de EUCVyTV, de la que soy profesora titular concursada. Paralelamente, propusimos el proyecto a la Secretaría Académica de la misma escuela y felizmente, su Secretaria, la doctora María Lenis lo recibió con mucho entusiasmo. Posteriormente, el Director de la EUCVyTV,  el Mgter. Juan Carlos Veiga, también se sumó al proyecto. Estoy muy agradecida a la EUCNyTV y al MUNT, debido a que en otras oportunidades contamos -desde la cátedra que dirijo- con sus apoyos, para desarrollar proyectos de esta naturaleza”, agregó García.

Fuente: https://lanotatucuman.com/reprogramaron-para-agosto-el-seminario-el-arte-como-pensamiento-critico/

 

Comparte este contenido:

Investigación y derechos humanos en la época de la pragmatización de las ciencias sociales

Autor: Alberto Quiñónez

Introducción

La situación actual de los derechos humanos alrededor del mundo ha llevado al reconocimiento, por parte de distintas comunidades científicas y de diversos movimientos sociales, de que la investigación social sobre los derechos es un escaño fundamental en el proceso de su garantía1. Esto se ha traducido en la constitución de agendas de investigación sobre los derechos humanos desde las más variadas posturas de aproximación teórico-práctica, abriendo muchas posibilidades para el diálogo interdisciplinar e intercultural.

Sin embargo, una situación paralela ha venido desarrollándose en el ámbito científico y académico: la pragmatización creciente de las ciencias sociales, que hace referencia a la subsunción del pensamiento social ya sea, por un lado, ante las necesidades de los mercados o ante los requerimientos técnicos de la administración pública y de las organizaciones de la sociedad civil, por otro lado. Aunque es claro que las intenciones de estos actores son distintas, no lo ha sido en muchos casos el proceso de subsunción pragmática de las ciencias por ellos operado ni los resultados en la esfera política.

La investigación en derechos humanos también ha sido presa de esa pragmatización del conocimiento científico-social, supeditando la investigación a los intereses políticos y reduciéndola al campo del monitoreo y la evaluación de las políticas públicas, o a la discusión meramente coyuntural de temáticas propias de los derechos humanos, discusión que a pesar de la virulencia con que a veces se manifiesta carece de una agenda realmente comprometida con el desarrollo de la teoría y de la práctica (epistemológica y política) correspondientes a esos temas, mucho menos desde una visión crítica.

El presente ensayo se estructura en 3 apartados sustantivos, el primero de los cuales aborda la importancia de la investigación para la garantía de los derechos humanos. El segundo apartado trata el tema de la pragmatización de las ciencias en el momento actual y de cómo ésta se manifiesta en el campo de los derechos humanos. El tercer apartado desarrolla brevemente uno de las principales consecuencias de la problemática tratada. Finalmente, se cierra con las principales conclusiones que pueden extraerse del tema tratado.

Investigación y derechos humanos

En las últimas décadas se ha vuelto notoria la necesidad de que las luchas sociales y los compromisos estatales en materia de derechos humanos deben ser acompañados por sendos procesos de investigación que den cuenta de la realidad social, a nivel macro y micro, en la que efectivamente los seres humanos se ven enfrentados a un mundo de relaciones políticas, económicas y culturales que no siempre les son beneficiosas y que, en muchos casos, se sostienen sobre la deshumanización de los individuos o las comunidades humanas2.

Si por un lado, la investigación ha permitido fundamentar mejor las demandas que son realizadas a los Estados, gobiernos o instituciones públicas, sirviendo así como herramienta del enfoque dominante de los derechos humanos; también resulta cierto que es gracias a la investigación misma que se han abierto fuertes críticas a tal enfoque dominante, aun cuando dichas críticas no se hayan generalizado y tengan un camino largo aún por recorrer en materia de fundamentación.

En efecto, ha sido gracias a la investigación que ha podido tomarse una distancia crítica con respecto a las dinámicas sociales y a las gestiones sociales estatales, problematizando y planteando mejor los procesos para la garantía de los derechos humanos, lo cual incluso se ha realizado en algunos casos mediante procesos desarrollados al interior del Estado mismo. Así, puede decirse que la investigación puede coadyuvar a una mejor comprensión de las dinámicas humanas que son lesivas de los derechos, posibilitando su abordaje y transformación.

La investigación social, que engloba muchísimos campos, variadas disciplinas y enfoques teóricos no siempre coincidentes al interior de una misma disciplina, aún dista de una tradición epistemológica que haya tratado de forma sistemática los derechos humanos. Situación similar ocurre en humanidades como la filosofía en donde, salvo por la filosofía del derecho, son aún contados los abordajes desde la antropología filosófica, la filosofía política, la ética o la epistemología, de temas propios del estudio de los derechos humanos, sobre todo a un nivel propiamente filosófico3.

Pese a ello, la investigación en el campo de los derechos humanos ha resultado ser uno de los más promisorios no sólo por las posibilidades que abre para una comunicación entre las distintas ciencias sociales y humanidades, sino también por sus consecuencias políticas. Respecto al primero de estos aspectos, los derechos humanos han abierto la posibilidad de comunicación –no siempre inmediata, pero sí muy fructífera- entre disciplinas tan diversas como la antropología filosófica, la teoría democrática y la psicología social4, o entre la economía y el derecho5, solo por poner dos ejemplos.

En el plano de las consecuencias políticas, difícilmente puede objetarse el hecho de que, en el marco de la lucha por los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales, pueblos de todo el mundo han logrado avances significativos en sus estructuras y dinámicas sociales, estatales y/o comunitarias. Es innegable que el enfoque de derechos, pese a sus limitaciones intrínsecas y a la incapacidad del Estado burgués liberal de asumirlo totalmente, ha logrado situar en un primer plano de la movilización social el respeto de la dignidad humana6.

Si el enfoque de derechos humanos, a pesar de sus taras, ha tenido una influencia sobre los procesos políticos, la vinculación –aunque no inmediata- entre investigación y práctica política resulta indudable. Sin embargo, la forma en que la investigación se traduce en prácticas políticas de menor o mayor alcance depende del contexto social en que se desarrolla y de los sujetos que asumen una agenda investigativa, la traducen en una agenda política determinada y la logran impulsar a un nivel social e institucional.

Pragmatización de las ciencias sociales

De la mano del espíritu mercantil del capitalismo, el poder hegemónico ha subsumido la mayoría de esfuerzos científicos a las necesidades del mercado. En el ámbito del conocimiento científico-social ha ocurrido, como ya denunciaban Adorno y Horkheimer para el caso del arte y la cultura7, la configuración de una industria y un mercado cuyo norte de operación es fundamentalmente la tasa de ganancia del capital, fenómeno que cada vez va ganando mayores espacios en los recintos universitarios que, pese a todas las dificultades que sufren hoy en día, aún ha logrado mantener alguna autonomía en relación al mercado8.

De hecho, esta tendencia hacia la subsunción de la ciencia al mercado no es exclusiva de las instancias de acumulación capitalista por antonomasia, es decir, de las empresas privadas, sino que además engloba a otros actores presentes en las dinámicas sociales, como pueden ser las organizaciones de la sociedad civil (ONG), las ya mencionadas universidades o las instituciones mismas del Estado, actores que tradicionalmente se han regido por reglas distintas a las de la acumulación del capital y cuya vocación es social y no privada.

La pragmatización de las ciencias hace referencia a esta orientación utilitaria de la ciencia que busca dar respuestas inmediatas, las más de las veces superficiales y sin postura crítica, a problemas sociales complejos, sin profundizar –y por esto es que puede considerarse superficial- en sus causas últimas y determinantes y sin profundizar tampoco –y por esto es que se dice que es acrítica- en las implicaciones epistemológicas, políticas y éticas de ese hacer parcializado, superficial y avocado hacia el mercado. La pragmatización no se refiere a una instrumentalización de la ciencia en general, pues la ciencia es siempre un medio; sino su instrumentalización por y para los fines del mercado (en un sentido global) y la creciente brecha entre el hacer científico y el desarrollo humano, entre el hacer teórico crítico y el hacer teórico fetichizado.

La concentración en tareas inmediatas, utilitarias, escasamente reflexivas, lleva a una parálisis de la crítica, para decirlo en la fórmula con que Herbert Marcuse abre El hombre unidimensional9, parálisis en este caso específicamente científico-social y que hace mella no sólo en la posibilidad de “avanzar” en términos de aprehensión de la realidad, sino en la contrastación de postulaciones teóricas aún en discusión. Esto quiere decir que además de que la ciencia pragmática se vuelve incapaz de conocer la realidad, también deshecha el debate teórico, situándose apriorísticamente en una opción teórica y relegando otras; las más de las veces (y esto es incluso intencional) la ciencia social se sitúa en el plano de la corriente hegemónica. Ejemplo de ello son la economía y la sociología, que cada vez parecen estar más avocadas a la formación de proyectistas y administradores que de científicos y teóricos10.

Cabe mencionar que en muchos casos esta pragmatización de las ciencias sociales es promovida por agentes no siempre identificados inmediatamente con la acumulación capitalista (es decir, con las empresas privadas), como pueden ser las organizaciones multilaterales de cooperación, las agencias de asistencia técnica y acreditación, los gobiernos de los países centrales e incluso por organizaciones políticas de dichos países en sus lazos de “cooperación” con los partidos políticos (muchos, de izquierda) o movimientos sociales de los países subdesarrollados.

Resulta notorio por ejemplo como la mayoría de estudios de las ONG carecen cada vez más de aparato crítico o de fundamentación teórica, concentrándose en las evaluaciones de impacto o en los informes de ejecución de proyectos, que al final de cuentas tiene una utilidad financiera más que social y política. Cabría también mencionar que estas organizaciones, consideradas en su conjunto, no sólo ejecutan un tipo de investigación pragmática, sino que con su funcionamiento coadyuvan al mantenimiento de las relaciones sociales de producción vigentes11.

Por otro lado, la pragmatización de la ciencia no se reduce a una praxis científica superficial o repetitiva (contraponiéndola en este último sentido a una ciencia creativa), sino que tiene la particular característica de que es una postura científica que ha renunciado a plantearse como horizonte de su realización la transformación de las realidades que estudia, al menos para el caso de las ciencias sociales que son las que aquí nos importan.

Minimización de la problemática de los derechos humanos

Con la pragmatización de las ciencias sociales ocurren, en el ámbito de los derechos humanos, dos fenómenos: por un lado, la creación de barreras a las grandes posibilidades del enfoque de derechos para desarrollarse en la teoría y en la práctica; y por otro lado, la minimización de las problemáticas propias de la lucha por los derechos humanos, pues estos pasan a un segundo plano con respecto a otros fenómenos como la rentabilidad de la inversión empresarial, la gestión presupuestaria estatal o el cumplimiento de metas con cooperantes, entre otros.

Al respecto del primer fenómeno, ya se ha mencionado que la priorización de estudios inmediatos y pragmáticos supone rebajar los parámetros teóricos y epistemológicos de la investigación; con esto el enfoque de derechos –que es un terreno todavía en disputa- se ve cercenado de poder desarrollarse a través del diálogo o la confrontación de distintas posturas teóricas, de visibilizar nuevas problemáticas dentro de las posturas ya existentes o de formular nuevos posicionamientos teóricos12. Por ejemplo, el enfoque de derechos predominante hoy es de ascendencia liberal, apegado a la institucionalidad propia de una democracia representativa y burguesa, pero la sola posibilidad de confrontarlo teóricamente con un enfoque materialista histórico es de suyo deslegitimado por el “sistema científico” y jurídico.

En relación al segundo fenómeno mencionado, es importante destacar la tergiversación que se efectúa cuando las problemáticas de los derechos humanos pasan a convertirse en una pura y llana evaluación de políticas o programas, normalmente concebidas como monitoreo o medición de impacto. En estas, la concepción crítica de la ciencia caracterizada por un fuerte ejercicio teórico, da paso a una instrumentalización del conocimiento que sólo busca aplicar una serie de herramientas de medición e informar a partir de los datos obtenidos sobre una situación particular y desvinculada de otros fenómenos sociales.

Con ello, es claro que se pierde la visión de “totalidad”, reivindicada por algunas ramas de la filosofía y la ciencia social crítica13. Por el contrario, la realidad se parcelariza, se escinde en ámbitos desconectados entre sí. La parcelarización de la realidad es además realizada desde una orientación positivista, demostrativa, por lo que las investigaciones correspondientes siguen más una línea empirista que crítico-reflexiva. La pragmatización de la ciencia, unida a estas dos características, influye también en que la investigación lejos de ser un proceso novedoso sea una mera reproducción de formatos preestablecidos, una praxis repetitiva antes que una creadora y creativa.

Al perder la visión de conjunto, la ciencia pragmatizada se vuelve incapaz de poder visualizar que las problemáticas propias de los derechos humanos –esto es: tanto su vulneración como su garantía- también poseen un carácter estructural y que no pueden ser comprendidas por la segmentación de lo social, creando parcelas autárquicas y auto explicadas, sino antes bien por la concepción de que todos los ámbitos de la praxis humana se encuentran estrechamente vinculados y recíprocamente influidos, en tanto pertenecientes a una misma etapa histórica.

De esta forma, la garantía de los derechos humanos pasa a concebirse únicamente como el logro de ciertos indicadores. En el plano de lo político, tal visión apunta hacia la consolidación de taras internas al enfoque de derechos humanos, que hacen inasequible el logro de su garantía para las grandes mayorías populares pues se asienta sobre una concepción reducida y pobre de la realidad, que no logra remover o conmover las dinámicas estructurales, sistémicas, que reproducen la explotación, la miseria, la discriminación y la dominación de unos seres humanos sobre otros.

Conclusiones

La investigación social es hoy uno de los pilares para la defensa de los derechos humanos, situación que ha sido poco a poco reconocida por los diferentes involucrados en la garantía de estos derechos, pero que aún dista de desarrollarse en la práctica. La investigación permite no sólo conocer la realidad inmediata sino también posicionarse críticamente frente a ella. Por eso mismo, un impulso a las tareas de investigación fortalecería la defensa de los derechos humanos siempre que, claro está, la investigación logre mantenerse fuera de la órbita de valorización del capital.

Sin embargo, la tendencia general de las ciencias sociales es a estar cada día más opacadas por la lógica del capitalismo, dedicándose al estudio, las más de las veces superficial, de aquellas facetas de la realidad que no sean incomodas para el capital o que, siendo incomodas, puedan abordarse desde posturas acordes a dicho sistema. La ciencia se convierte así en un instrumento de y para la valorización del capital que, en el caso del ámbito de los derechos humanos, implica reducir su capacidad crítica a la mera medición de algunos aspectos de la realidad, aspectos que cada vez son más parcializados. Este fenómeno se conoce como la pragmatización de las ciencias.

Hay que destacar el hecho de que las problemáticas en materia de derechos humanos se minimizan o trivializan como consecuencia de la pragmatización de las ciencias sociales que las estudian. Esto quiere decir que, en función de hacer potable el conocimiento de los derechos humanos para un enfoque epistemológico con grandes limitantes, las problemáticas de derechos se ven paulatinamente reducidas al marco que dicho enfoque epistemológico hace asequible.

La pragmatización de la ciencia que está detrás de esta problemática que convierte al conocimiento científico en tributario directo de la acumulación del capital o de las conveniencias de la planificación operativa de la administración pública; por ello, no puede entenderse sin referencia a los grandes procesos de la acumulación capitalista a nivel global que, cada día más, gana y subsume esferas de valorización (como la academia o las instituciones públicas). Cabe recordar que el carácter parcializado e instrumental son notas características de la “ciencia burguesa”, para decirlo en términos luckasianos.

Por ello, la lucha en el plano epistemológico no está desvinculada de la lucha política, real, en contra del capitalismo y de sus manifestaciones intelectuales. La construcción de un nuevo enfoque sobre derechos humanos es una tarea crítica que debe asumirse desde la academia y desde la defensa militante de los derechos; ambos son brazos de un mismo esfuerzo reivindicativo que en el futuro próximo debe consolidar sus miras políticas y radicalizarlas. Además de aportar en el diagnóstico de la ciencia social actual, el materialismo histórico tiene mucho que decir en la construcción de un enfoque nuevo sobre los derechos de los seres humanos.

Bibliografía

  • Adorno, T. y Horkheimer, M. Dialéctica de la Ilustración. Trotta. Madrid, España. 1998.
  • Beristain, C. Manual sobre perspectiva psicosocial en la investigación de derechos humanos. HEGOA. Bilbao, España. 2007.
  • Cárdenas Rivera, M. “Economía social y derechos humanos”. En: Derecho y realidad. No 23, I semestre 2014. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UPTC.
  • De Sousa, B. (Coord.) Conhecimento prudente para uma vida decente . Edições Afrontamento. Lisboa, Portugal. 2003.
  • De Sousa, B. La universidad en el siglo XXI. CIDES-UMSA. La Paz, Bolivia. 2007.
  • Follari, R. La selva académica. Homo Sapiens Ediciones. Santa Fe, Argentina. 2008.
  • González Butrón, M. “Ética de la economía, sujeto y derechos humanos”. En: Polis, Revista de la Universidad Bolivariana. Vol. 11, No 33. 2012. Págs. 235-253.
  • Harrison, M. “Reflexiones sobre el estudio de los derechos humanos y su fundamentación”. En: Universitas. Revista de Filosofía, Derecho y Política. No 2, 2005. Págs. 13 – 36.
  • Herrera Flores, J. El vuelo de Anteo: derechos humanos y crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao, España. 2000.
  • Hinkelammert, F. La religión neoliberal del mercado y los derechos humanos. Editorial Arlekín. San José, Costa Rica. 2017.
  • Lukács, G. Historia y conciencia de clase. Quimantú. Chile, 2008.
  • Marcuse, H. El hombre unidimensional. Editorial Planeta. México. 1993.
  • PROVEA. La investigación, una herramienta para defender los derechos humanos. PROVEA. Caracas, Venezuela. 2011.
  • Quiñónez, A. “Sobre el capital inorgánico. Apuntes para el debate”. Mimeo. San Salvador, El Salvador. 2011.
  • Sánchez Rubio, D. Filosofía, derecho y liberación en América Latina. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao, España. 1999.

Notas:

1 Ver: PROVEA. La investigación, una herramienta para defender los derechos humanos. PROVEA. Caracas, Venezuela. 2011.

2 En efecto, PROVEA señala que “la investigación surge de la necesidad de saber que hay más allá de lo que tenemos a simple vista, de indagar sobre todo lo que nos rodea, sus causas y consecuencias […] Aprender a investigar nos fortalece a la hora de hacer contraloría social en las oficinas públicas, […] sustentar las denuncias frente a las instancias de gobierno […]”. PROVEA. Ibíd. Pág. 7; estos son algunos de los elementos que forman parte de la argumentación que busca defender, en el marco de las relaciones sociales prevalentes en la actualidad, la dignidad de los seres humanos.

3 Con las excepciones del caso, el abordaje de los derechos humanos en la filosofía sólo se ha dado principalmente a nivel de las ramas “aplicadas”, como la bioética, campo en donde ha habido una amplia producción en los últimos años, producción cuyos hallazgos más radicales aún faltan por sistematizar. Pese a ello pueden citarse los siguientes trabajos: Hinkelammert, F. La religión neoliberal del mercado y los derechos humanos. Editorial Arlekín. San José, Costa Rica. 2017. Herrera Flores, J. El vuelo de Anteo: derechos humanos y crítica de la razón liberal. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao, España. 2000. Sánchez Rubio, D. Filosofía, derecho y liberación en América Latina. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao, España. 1999.

4 Cfr.: Beristain, C. Manual sobre perspectiva psicosocial en la investigación de derechos humanos. HEGOA. Bilbao, España. 2007.

5 Cfr.: Cárdenas Rivera, M. “Economía social y derechos humanos”. En: Derecho y realidad. No 23, I semestre 2014. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UPTC.

6 En efecto, los genes liberales que dan origen al enfoque de los derechos humanos y la traslación de nociones propias de la teología cristiana a la filosofía política de la ilustración, hacen que el paradigma de los derechos humanos actualmente vigente tenga limitaciones ingénitas. Parte de ello ya ha sido denunciado incluso por Habermas, muy afín a la democracia deliberativa del Estado de bienestar europeo, pero muy alejado de la utopía de la transformación radical de la sociedad.

7 Adorno, T. y Horkheimer, M. Dialéctica de la Ilustración. Trotta. Madrid, 1998.

8 Cfr.: De Sousa, B. La universidad en el siglo XXI. CIDES-UMSA. La Paz, Bolivia. 2007; De Sousa, B. (Coord.) Conhecimento prudente para uma vida decente. Edições Afrontamento. Lisboa, Portugal. 2003; Follari, R. La selva académica . Homo Sapiens Ediciones. Santa Fe, Argentina. 2008.

9 Marcuse, H. El hombre unidimensional. Editorial Planeta. México. 1993.

10 Aunque el punto de partida de este escrito es la defensa de una postura científica crítica y políticamente situada, que busca la transformación revolucionaria de la realidad, lo cierto es que hoy la academia ni siquiera produce científicos y teóricos en un sentido positivista y neutro.

11 En otros momentos he sostenido el hecho de que los fondos de cooperación que sustentan a las ONG forman parte de un “capital inorgánico”, que en un sentido marxista significaría la vinculación funcional pero no inmediata de estos fondos con el mantenimiento del sistema mundial de producción y dominación. Cfr.: Quiñónez, A. “Sobre el capital inorgánico. Apuntes para el debate”. Mimeo. San Salvador, El Salvador. 2011.

12 Esto es claramente distinto del posicionamiento doctrinario o jurídico, pues implica una fundamentación filosófica o científica más que un mero cambio de términos, como muchas veces sucede en la adecuación política de los instrumentos legales. Por ejemplo, en el enfoque de derechos dominante se denomina “personas de escasos recursos” a las clases empobrecidas y explotadas o “países en vías de desarrollo” a los países subdesarrollados y dependientes, en ambos casos se argumenta que los segundos términos son peyorativos. La posibilidad crítica de las categorías marxistas o estructuralistas es sustituida por una adecuación terminológica que, cabe aclarar, es factible de contrarrestar con un análisis científico pero éste mismo es a priori desechado por la “ciencia social oficial”.

13 En el marxismo, es Lukács uno de los principales autores que pone el énfasis en la categoría de “totalidad”, hasta el punto de considerarla como uno de los puntos irrenunciables del “marxismo ortodoxo”. Ver: Lukács, G. Historia y conciencia de clase. Quimantú. Chile, 2008.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=244425

 

Comparte este contenido:

Noruega: La evaluación más extensa de las ciencias sociales publicada

Europa/Noruega/universityworldnews.com

En la evaluación más grande de las ciencias sociales en Noruega, cinco instituciones de investigación y 22 grupos de investigación han sido evaluados como líderes mundiales en una o más asignaturas. Sin embargo, la ciencia social noruega es «introvertida» y debería «fortalecer significativamente» su alcance internacional, concluyó la evaluación.

La evaluación , publicada el 19 de junio por el Consejo de Investigación de Noruega, involucró a 48 miembros del panel, principalmente de otros países nórdicos pero con un número significativo del Reino Unido, Italia, los Países Bajos, Austria y Alemania, y se llevó a cabo en el pasado dos años. Fue presidido por la profesora Katarina Eckerberg del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Umeå, Suecia.

La evaluación abarcó seis áreas de investigación: geografía, economía, ciencias políticas, sociología, antropología social y el área de investigación económico-administrativa. Incluía 3.005 científicos sociales y 42 instituciones: 26 facultades o departamentos en universidades y colegios universitarios, y 16 institutos de investigación de ciencias sociales financiados con fondos públicos. La evaluación incluyó además 136 grupos de investigación dentro de esas instituciones.

Se publicaron seis informes de panel de aproximadamente 1.500 páginas y un informe principal escrito por el presidente Eckerberg más el presidente de cada uno de los seis paneles, junto con informes estadísticos sobre la producción científica y el impacto. El informe principal contiene 17 recomendaciones para las universidades, 12 recomendaciones para el Consejo de Investigación de Noruega y seis recomendaciones para el Ministerio de Educación e Investigación.

Los evaluadores usaron una escala de cinco grados, donde la posición más alta se caracterizó como: «Investigación original a la vanguardia internacional. La unidad tiene una productividad muy alta. La unidad [la institución o grupo de investigación] emprende una investigación excelente y original y la publica en canales internacionales sobresalientes para publicaciones científicas y académicas.Sus investigadores presentan regularmente investigaciones periódicas en reconocidas conferencias científicas internacionales. »

Cinco instituciones noruegas obtuvieron las mejores notas en algunos temas, dirigidas por la Universidad de Oslo con cuatro calificaciones principales en tres materias: economía, sociología y antropología social, con dos facultades que lograron la mejor grado en sociología – sus facultades de derecho y estudios sociales.

La Escuela Noruega de Economía (NHH) en Bergen logró dos calificaciones principales, en economía, economía y administración.

Las otras mejores calificaciones fueron logradas por BI Norwegian Business School, en economía y administración; el Peace Research Institute Oslo (PRIO), en ciencias políticas; y la Universidad de Bergen, en antropología social.

Veintidós grupos de investigación también obtuvieron un puntaje máximo. De ellos, siete están en la Universidad de Oslo, cinco en la NHH, tres en la Universidad de Bergen y tres en la BI Business School de Noruega.

Además, un puntaje máximo cada uno fue logrado por grupos de investigación de PRIO, la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (NMBU), el Centro de Investigación Climática Internacional (CICERO) y el Instituto Noruego de Asuntos Internacionales (NUPI).

Los 22 grupos de investigación se encuentran en Oslo o Bergen o en las afueras de Oslo (NMBU).

«Tenemos que mirar más allá de las fronteras de Noruega», dijo el Director General del Consejo de Investigación de Noruega, John-Arne Røttingen, durante el lanzamiento del informe. «Los temas de investigación noruegos deberían verse en un contexto teórico más amplio ya que la investigación realizada a menudo también es muy relevante internacionalmente», dijo. «Y las instituciones noruegas también deberían mejorar en la contratación de investigadores internacionales».

Introversión a ser desafiada

«La evaluación demuestra que la antropología social es» la joya de la corona «entre las ciencias sociales noruegas. Esta investigación es de muy alta calidad y está a la vanguardia de la investigación internacional en este campo «, afirmó.

«También se nos dice que la movilidad de los científicos sociales noruegos es baja.En primer lugar, rara vez cambian el trabajo entre los sectores y las instituciones a nivel nacional. En segundo lugar, el comité de evaluación afirma que muchas de las instituciones no tienen buenas estrategias para la contratación internacional. Y tercero, los científicos noruegos viajan muy poco fuera de la región nórdica. »

Las principales recomendaciones están dirigidas a las instituciones para encontrar mecanismos para cambiar esto», dijo. «No nos sirve ser tan introvertido como esto.Tenemos que levantar los ojos más y más de lo que lo hacemos hoy «.

Superficial en investigación interdisciplinaria

Tanja Storsul, directora del Instituto de Investigación Social, dijo que la evaluación habría sido más interesante si hubiera sido» menos desequilibrada «.

Al escribir en su página de blog, dijo: «No evalúa todos los aspectos de las ciencias sociales noruegas. Es principalmente una evaluación disciplinaria de las seis ciencias sociales realizada por expertos de estos campos, que ha evaluado la calidad científica de la investigación dentro de cada disciplina. »

Dijo que hubiera sido interesante si la evaluación se hubiera centrado no solo en cómo la investigación interdisciplinaria en el las ciencias sociales son un desafío para las disciplinas, pero también evaluaron «cómo se posicionan las ciencias sociales noruegas con respecto a la investigación interdisciplinaria y qué se necesita para mejorar».

Ella se opuso a la afirmación del informe de que la investigación interdisciplinaria genera análisis mecanicistas y que los científicos sociales que trabajan en un equipo interdisciplinario durante un largo tiempo correrán el riesgo de perder el contacto con su disciplina.

Fuete: http://www.universityworldnews.com/article.php?story=20180629085944951

Comparte este contenido:

El Mundial entra a las aulas y los educadores debemos aprovecharlo

Por: Gustavo Roberto Martínez

Como cada cuatro años, el Mundial de fútbol inunda todos los medios de comunicación y acapara la atención de gran parte de la sociedad. Las instituciones educativas, que son una caja de resonancia de lo que sucede en la comunidad, se ven inundadas por esa «ola» mundialista, que atraviesa todos los espacios escolares.

Ante esta realidad, a los educadores nos quedan dos opcionesesperamos el 15 de julio que el encuentro deportivo finalice, o tomamos la iniciativa y utilizamos todo lo que genera el Mundial, para motivar el aprendizaje de nuestros alumnos y optimizar el proceso educativo.

Estoy convencido que “el conocimiento tiene que ser significativo no solo en términos de inversión a futuro, sino también en la vida presente del alumno. Y esto sólo puede lograrse tendiendo puentes entre los intereses percibidos del alumno y el programa escolar. Es esta conexión la que permite dar sentido al aprendizaje. En una situación ideal, cuando uno siente verdadera pasión por aprender algo, el esfuerzo está garantizado hasta el punto que no llega a ser percibido como tal”. (Grimson Alejandro y Tenti Fanfani Emilio – “Mitomanías de la educación argentina” – Ed. Siglo XXI – Bs. As. – 2015). Creo humildemente, que el Mundial es una oportunidad única para motivarlos y optimizar nuestras clases.

Existen infinidad de actividades o proyectos para llevar al aula, en los distintos niveles del sistema educativo, que pueden atravesar tangencialmente todas las áreas. A modo de ejemplo y como un simple disparador, me gustaría enunciar algunas posibilidades:

– En las Ciencias Sociales, se puede investigar sobre la organización económica, social y política, de los países intervinientes, realizando una tabla de posiciones en cada una de las áreas trabajadas, para obtener el “campeón”.

– En literatura, se pueden abordar infinidad de bibliografías alusivas al fútbol; componer cuentos o poesías sobre algún suceso particular y luego compartirlos con toda la comunidad.

– En la parte artística, todas las producciones alusivas, pueden quedar plasmadas en dibujos, canciones o expresiones corporales.

– La tecnología siempre tiene un papel preponderante, pudiendo elaborar audiovisuales y hasta un “noticiero” diario o semanal, donde se puedan compartir las novedades deportivas y culturales.

Como se puede apreciar, hay actividades de distinta complejidad y que pueden adaptarse a las etapas evolutivas de nuestros alumnos. El desafío es poner toda nuestra capacidad y creatividad profesional, para que el mundial sea nuestro mejor aliado cada vez que ingresamos al aula.

Fuente: https://www.minutouno.com/notas/3076324-el-mundial-entra-las-aulas-y-los-educadores-debemos-aprovecharlo

Comparte este contenido:

Diversidades y decolonialidad del saber en las Ciencias Sociales y el Trabajo Social

Desde la Universidad de Costa Rica nos remiten un libro gratis para descargar:” Diversidad y Decolonialidad en las Ciencias Sociales y el Trabajo Social”.

Diversidades y decolonialidad del saber en las Ciencias Sociales y el Trabajo Social / Gómez H. Esperanza y otros. —

Medellín : Pulso & Letra Editores, 2014.

252 páginas ; 24 cm.

ISBN 978-958-58091-9-2

Este libro cuestiona Las Ciencias Sociales ancladas en nuestra sociedad e intenta dar respuesta a una serie de preguntas sobre la situación de América Latina, donde se mezcla el colonialismo y la ciencia social. Propone un nuevo escenario social para las ciudades y una nueva visión del Trabajo Social  más adecuado para solucionar muchos problemas  que seguimos arrastrando a día de hoy.

Contenidos

Diversidades y saberes. Nuevos escenarios en las Ciencias Sociales y el Trabajo Social en perspectiva decolonial. A manera de presentación 11

I. CIENCIAS SOCIALES Y SABERES

La originalidad de América Latina o cómo dejar de mirar desde “la proa de las Carabelas” Jorge Eduardo Suárez Gómez 19

Ciencias Sociales en América Latina: entre el eurocentrismo y el pensamiento crítico Jaime Rafael Nieto López 29

Ciencias Sociales en clave decolonial Gerardo Váquez Arenas 45

II. DIVERSIDADES Y SABERES

Ciudadanías Emergentes y Diversas: los otros rostros de las ciudadanías en América Latina John Mario Muñoz Lopera 63

La construcción de las subjetividades masculinas. Aportes para el Trabajo Social Nora Eugenia Muñoz Franco 83

Enfoque diferencial, interseccionalidad y género: actual reto para la formación del Trabajo Social Sara Yaneth Fernández Moreno 97

Raza y derechos humanos: una reflexión impostergable para el Trabajo Social María Edith Morales Mosquera 111

Mitos y prejuicios sobre las personas LGTB Hernando Muñoz Sánchez 127

Identidades y des-identidades campesinas Martín Humberto Román Cárdenas

137 Transformación de la vida campesina Orlando Atehortúa 143

III. COLONIALIDAD, DIVERSIDAD Y SABERES

La política desde el territorio. Minga, liberación de la madre tierra y las ciencias sociales decoloniales Vladimir Betancur Arias 151

Diversidades, saberes y Trabajo Social en perspectiva intercultural y decolonial Esperanza Gómez-Hernández 165 Colonialidad y política social en el Estado de Bienestar Esterla Barreto Cortez 191

La Decolonialidad, el Buen Vivir y el respeto a la diversidad en la construcción de conocimiento, formación e investigación en Trabajo Social Marisol Patiño Sánchez 205

La institucionalidad de los Derechos Humanos desde la perspectiva decolonial: implicaciones para el Trabajo Social Jessenia Rivera Ortega 221

La “Deserción Escolar”: una manifestación de la Colonialidad en el modelo de educación pública secundaria de Puerto Rico Francisco Javier González Parés 235

 

Si quieres descargarte el libro haz click aqui: Diversidades y decolonialidad

Comparte este contenido:

México Graue propone alcanzar el 50% de cobertura en educación superior

México/20 de febrero de 2018/Fuente: http://www.proceso.com.mx

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, propuso que la cobertura en el nivel superior crezca por arriba del 50%, porque la educación, dijo, es un motor de desarrollo y de equidad social, no sólo en México sino en toda Iberoamérica.

“Al elevar su nivel educativo, los jóvenes tienen mejores ingresos; hay mayor capacidad de desarrollo social y más posibilidades de entendernos y tolerar las diferencias y diversidades”, destacó Graue ante sus homólogos durante el décimo primer Congreso Internacional de Educación Superior, organizado por la Universidad de La Habana, Cuba.

Comparte este contenido:

Cuba tiene cerca de 200 Doctores en Ciencias Pedagógicas

Centro América/Cuba/13 Enero 2018/Fuente: Radio Reloj

En homenaje al Día de la Ciencia, Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, felicitó a educadores con resultados científicos y los exhortó a no descansar en esa actividad, que demanda de la introducción y generalización constante de lo que hacemos.

Al resumir el Encuentro de Doctores del organismo, afirmó que la aplicación de la ciencia nos fortalece para formar a las futuras generaciones que tenemos y tendremos, garantía del presente y el futuro.

Regla Silva, asesora del primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz Canel, dijo en la cita que las Ciencias Pedagógicas necesitan del alcance para ubicarse en el contexto de las Ciencias Sociales e indicó que el perfeccionamiento es una vía para introducir resultados.

En el Encuentro de Doctores del MINED se reconocieron a Gilberto Aeriel Hernández y Saeris Serrano Suárez, por haber defendido las mejores tesis del año pasado.

Casi 200 Doctores en Ciencias de la Educación

Actualmente, el Ministerio de Educación, el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas y las direcciones provinciales de ese organismo, cuentan con 193 Doctores en Ciencia, aseguró Eva Escalona Serrano.

La directora de Ciencia y Técnica del MINED agregó en el Encuentro de Doctores de la entidad dedicado al Día de la Ciencia, la importancia de que los docentes investiguen a favor del desarrollo nacional y la humanidad.

Silvia Navarro, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas y Gilberto Garcá Batista, presidente de la Asociación de Pedagogos de Cuba coincidieron en que la investigación socializa y favorece los resultados del trabajo.

Rolando Forneiro, viceministro de Educación, apuntó que el experimento, el perfeccionamiento y la validación de los programas educacionales constituyen un campo para investigar y hacer ciencia.

Fuente: http://www.radioreloj.cu/es/noticias-radio-reloj/educacion/cuba-con-cerca-de-200-doctores-en-ciencias-pedagogicas/

Comparte este contenido:
Page 14 of 21
1 12 13 14 15 16 21