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Educación crítica

Por: Leonardo Díaz 

Esta semana participé, a distancia, en un conversatorio académico sobre la función de las humanidades en tiempos de pandemia. Uno de los tópicos abordados fue la necesidad de replantearnos la finalidad de la educación en una sociedad democrática.

Durante décadas, muchos Estados asumieron el supuesto de que la educación tiene como fin la competitividad, adiestrar en una serie de habilidades necesarias para luchar por un puesto de trabajo en el mercado laboral.

Desde esta perspectiva, los sistemas educativos deben focalizarse en la enseñanza de una serie de competencias requeridas por el capitalismo corporativo, dirigidas a entrenar empleados generadores de riqueza para las grandes corporaciones y la industria del consumo.

No obstante, la realidad ha mostrado la insostenibilidad de un modelo semejante. El costo del daño al ecosistema, los ciclos periódicos de las crisis económicas -con sus secuelas de exclusión social e indignación-, el quiebre paulatino de las instituciones democráticas llamadas a sostener el modelo, así como el derrumbe del mito de que la apertura de los mercados lleva de modo inevitable a la apertura política, fuerzan a replantearse la necesidad de un tipo de educación dirigida a formar ciudadanos para una sociedad democrática sostenible.

El problema es que la democracia requiere de una ciudadanía informada, capaz de discriminar la información fidedigna de aquella que es falsa para la toma de decisiones prudente, especialmente en nuestra época, caracterizada por el ritmo avasallante de la información.

La pandemia que vivimos muestra, en toda su crudeza, las consecuencias de una educación que, durante años, se ha preocupado básicamente por servir al mercado, una educación que al marginar el cultivo de las actitudes democráticas, y de las disciplinas que las fomentan, se coloca al servicio de la barbarie, de las fuerzas del totalitarismo.

En un reseña reciente sobre la educación finlandesa, https://www.nobbot.com/educacion/finlandia-ensenan-defenderse-desinformacion-escuela/, Alberto Barbieri informa sobre el empleo de los saberes humanísticos con el fin de formar ciudadanos críticos. Es exactamente lo que considero necesario en un replanteamiento de nuestra educación. Podríamos aprovechar la actual situación para que nuestro estudiantado analice, en clase de Historia, otras pandemias del pasado y sus similitudes con el COVID 19. Podría incentivárselos a problematizar ¿Como se reaccionó ante pandemias de otras épocas? ¿Por qué se reaccionó de ese modo? ¿Qué similitudes y diferencias existen entre nuestras reacciones y las de otros períodos históricos? ¿Constituyen nuestras formas de ver el mundo concepciones más adecuadas para afrontar el COVID 19 que lo que representaron cosmovisiones pasadas para lidiar con otras pandemias?

Desde una clase de Artes, podrían analizarse las ideas del mundo expresadas en la historia, o como se representan nuestras fobias y esperanzas en las imágenes; una clase de Literatura puede proporcionar un magnífico escenario para contar y pensar los relatos o narraciones con las que intentamos dar sentido a nuestro mundo; las clases de Ciencias Sociales pueden servirnos para evaluar por qué una pandemia afecta de modo distinto a los grupos humanos si carece de intencionalidad.

En otras palabras, hablamos de fomentar una educación para la vida cuando la ilusión del mercado omnipotente se difumina. La palabra crisis proviene de un vocablo griego que significa “separar”, “punto de separación o de ruptura”. Si hay algo que esta crisis puede representar es un punto de inflexión en el modo de entender la finalidad de la enseñanza.  Podemos obviarlo y olvidarlo cuando la vida vuelva a la “normalidad”, o podemos aprovecharlo y comprender que una educación crítica no es un lujo para las clases acomodadas, sino la única vacuna efectiva contra las fuerzas del totalitarismo y la barbarie.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8808969-educacion-critica/

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En esta crisis, un desafío: construir la escuela de lo colectivo

Por: Julio Rogero

La realidad que estamos viviendo estos días de aislamiento físico nos invita pensar que ya estamos comenzando a construir una nueva realidad, también en la educación, desde la toma de conciencia de que así no podemos seguir y que caminaremos en una nueva dirección, tan inédita como lo que vivimos ahora.

Nuestro sistema educativo está condicionado por una sociedad que camina cada vez con mayor determinación por la senda de la alienación ideológica, del individualismo más feroz y desalmado, del aumento de los discursos del odio y del supremacismo blanco y machista. Esta realidad domina las relaciones sociales en la sociedad. La educación que tenemos fomenta con frecuencia la separación y el egoísmo imponiendo la competitividad para exaltar el éxito y la excelencia de unos pocos, sin pensar en los que quedan atrás, excluidos, puesta en evidencia, más todavía, en estos día de reclusión. Es lo que imponen las políticas educativas neoliberales en nuestro país.

Nosotros proponemos una escuela que promueva la cooperación, el mestizaje, la solidaridad, lo común, porque solo conectados con los demás, con los diferentes, formaremos una ciudadanía responsable, comprometida. La escuela que tenemos está controlada por el poder para ponerla a su servicio, vaciarla de contenido emancipador y comunitario, para impedir los lazos que hacen realidad un “nosotros” construido en la interdependencia y la convivencia positiva. Ahora, en el confinamiento y la pretensión de la normalidad académica, solo se tiene en cuenta a los mismos que antes seguían el ritmo de la escuela.

Muchos tenemos la firme convicción de que lo que nos une y se comparte es el nudo gordiano de la comunidad educativa. Por eso muchos queremos otras relaciones sociales y otra educación. Ante esta realidad nos parece necesario transitar, con la mayor urgencia posible, de lo individual egoísta a lo colectivo comunitario, desarrollando una educación basada en la dignidad humana, en los Derechos Humanos y de la Infancia, en la compasión, en las interdependencias y en una nueva conciencia en el ámbito de una comunidad educativa donde sea posible la realización de todos.

La escuela de lo colectivo es la que propone que toda su organización, su contenido convivencial y curricular tienen una dimensión comunitaria que hay que desarrollar y practicar de forma constante en la vida escolar. Se construye teniendo en cuenta la identidad, la singularidad y la diversidad de cada persona que se educa, y que nos hacemos personas en la conciencia de ser con los demás.

La escuela pública es un lugar privilegiado para consolidar lo que tenemos en común. Y no tanto como propuesta ideológica y teorizada, sino como lugar de prácticas colectivas y cooperadoras en la vida cotidiana. Es poner en marcha procesos educativos y de acción, de carácter compensador de forma consciente, donde se tenga en cuenta la dimensión colectiva de la vida del centro. Desde que se propone la construcción de un proyecto educativo, todo el proceso de deliberación, decisión y su puesta en práctica requiere una determinación decidida de que todo lo que se hace, desde el comienzo hasta el final, se haga entre todos. Conocemos experiencias de centros educativos que lo hacen así.

Sabemos que el sistema educativo tiene una clara función en una sociedad democrática: educar una ciudadanía culta, capaz de confiar en sí misma, que se informa críticamente, activa, justa, participativa, optimista, crítica, inclusiva, solidaria, comunitaria. Solo se construye la escuela de lo colectivo en el espacio público como un proyecto sociopolítico. Por eso exigimos que las leyes educativas en las democracias propongan proyectos educativos democráticos y convivenciales basados en la justicia social, en la equidad y en la inclusión. Construir la escuela pública comunitaria conlleva eliminar todos los obstáculos que hoy la hacen tan excluyente: las escuelas que discriminan y segregan porque son clubes privados, las que educan clientes y no ciudadanos, y los espacios de exclusión social (barrios gueto con centros estigmatizados). La escuela de lo colectivo enseña a reconocerse, a desmontar prejuicios mutuos, a erradicar discriminaciones, a socializarse y convivir, a cooperar y aprender juntos

Habitualmente se ponen en el centro de la enseñanza los programas, los contenidos, la burocracia, los exámenes, las calificaciones y los resultados. Las dinámicas individualistas dominantes de exaltación del “éxito” individual sobre los demás nos ponen de relieve lo que hacemos habitualmente en el aula y ahora en las casas-escuela. También cuando proclamamos nuestra neutralidad para “suspender” y segregar a los que no se ajustan al modelo de personas que nos imponen y a los resultados que se nos piden. Detengamos estas dinámicas destructoras. Con demasiada frecuencia olvidamos que en el centro está el alumnado que ha de ser el protagonista de su vida compartida con los demás, desde su propia singularidad y desde el pleno e integral desarrollo de cada uno. Sabemos que hay metodologías dirigistas, impositivas, autoritarias, que eliminan el protagonismo del alumnado y que impiden la construcción de la escuela de lo colectivo. También conocemos y practicamos metodologías colectivas y cooperativas que la favorecen: la asamblea en la escuela y el aula, los planes de trabajo, los textos de expresión libre y los escritos colectivos, el trabajo cooperativo en equipo, la reflexión individual y compartida, las comisiones de trabajo de gestión colectiva del centro educativo, etc. Son prácticas transformadoras que están cargadas de sentido emancipador.

Las propuestas de cómo se puede construir la escuela que queremos se hacen a través de diferentes tiempos y espacios, que hay que tener en cuenta dentro de los proyectos educativos, donde se reflexionan y se trabajan diferentes temáticas que forman parte de la educación y de la vida de cada escuela. En ellos se pueden ir desgranando las experiencias que ya se están viviendo en algunos centros y los aspectos nuevos que plasman los desafíos a los que hay que responder en la sociedad actual.

El proyecto de convivencia de cada centro educativo es el elemento clave para construir una comunidad educativa consolidada con todo lo que lleva consigo el vivir común y cooperativo. Sabemos que las comunidades educativas se quiebran con facilidad y, con frecuencia, son un vacío de vida compartida, precisamente por carecer de un proyecto vivo que la haga posible. Porque convivir en el respeto, en el reconocimiento mutuo, en la cooperación exige un aprendizaje constante. Requiere aprender a gestionar los conflictos a través de prácticas restaurativas que ayudan a reconstruir la convivencia positiva de la comunidad educativa. Es necesario conocer e incorporar a los proyectos de centro estas prácticas que nos ayudan en la formación de un clima convivencial comunitario más positivo.

La escuela de lo colectivo se hace posible lentamente y a lo largo de mucho tiempo, casi nunca de forma lineal. En muchas escuelas es una realidad la participación colectiva de las familias en las estructuras del centro y en diversas actividades de aula (comisiones de trabajo, talleres, cooperativa escolar…). Es una realidad el aprendizaje cooperativo del alumnado, su protagonismo en la toma de decisiones, su participación en la marcha del centro. El profesorado es un equipo docente implicado en toda la vida del colegio, con una clara conciencia de compartir su trabajo y su profesionalidad en la construcción constante de la escuela pública que queremos. Esta requiere del alumnado y del profesorado compromiso, tanto en el aprendizaje como en la enseñanza.

Hoy es ineludible trabajar la dimensión ecológica, feminista y de compromiso social del currículo escolar como toma de conciencia de la situación de crisis sistémica por la que atraviesa la humanidad en su relación con la naturaleza y con la vida. Entendemos que la educación ecosocial, para hacernos conscientes de nuestra necesaria conexión con la naturaleza que somos y transformar la conciencia ecológica de nuestra escuela, es condición necesaria para caminar en otra dirección.

La escuela no puede encerrarse en sus muros. Es necesario incorporar el análisis, reflexión y elaboración de propuestas en torno a lo que conocemos como “educación a tiempo completo”. Reconocemos que la educación formal de la escuela y la educación no formal, que se da en el espacio de la comunidad local (actividades extraescolares, oferta cultural, deportiva, de ocio, asociativa, etc.), están conectadas en las trayectorias vitales de cada uno de los alumnos y alumnas, y que pueden ser una invitación al compromiso con la transformación de la vida colectiva en nuestros entornos de proximidad. Por ello es necesario conocer y reconocer lo que implica esa relación de la comunidad educativa escolar con el medio y el contexto: sus redes, sus recursos diversos, sus propuestas y actividades, etc., para que puedan estar conectadas entre sí y se complementen en la educación integral colectiva del alumnado.

Después de lo experimentado en esta situación de emergencia es más necesaria la inclusión de todo el alumnado para hacer realidad la escuela pública comunitaria.. Sabemos que la construcción de esta escuela se encuentra con muchos obstáculos. Pero no son insalvables, porque cada vez somos más los que vemos que se están abriendo grandes grietas por donde se atisban posibilidades que nos impulsan a construir la educación y la escuela colectiva que queremos para una vida compartida. Es verdad que estos obstáculos y estas potencialidades requieren de un análisis más amplio y detallado. En definitiva, la construcción de la escuela de lo colectivo es un desafío en el que deseamos seguir implicados y no estamos dispuesta a renunciar a ella.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/13/en-esta-crisis-un-desafio-construir-la-escuela-de-lo-colectivo/

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Entrevista a Martin Paul: «Habilidades de aprendizaje y programas híbridos»

Por: Observatorio de Innovación Educativa

El presidente de Maastricht University, Martin Paul, habla sobre las habilidades de aprendizaje independiente, los programas educativos híbridos, la necesidad de repensar el modelo de la universidad europea y cultivar ciudadanos del futuro.

Transcripción de la entrevista

Habilidades de aprendizaje independiente

Martin Paul: Después de cuatro años de universidad ya no estamos ahí para ayudar a los estudiantes, así que pienso que, desde el día uno, necesitamos de verdad empoderar a los estudiantes para que sean aprendices independientes porque necesitan aprender después en sus vidas. Recibimos a estas personas, tienen 17, 18, 19 años, vienen de escuelas donde pasaron 12, 13 años en un pupitre con alguien hablando enfrente. Estas personas son muy inteligentes, están estimuladas, y ahora necesitamos darles la oportunidad de desarrollarse como personas, como personalidades.

Programas educativos híbridos

Martin Paul: Hace unos años creamos una universidad de humanidades y ciencias donde los estudiantes y tutores puedan integrar su propio currículum. Porque otra cosa es que cuando los estudiantes que van a las universidades hoy, él o ella, no sabe probablemente, “quiero ser abogado, quiero ser ingeniero” y así. Por ello les damos la opción de tomar programas híbridos. El estudiante piensa: “me interesa la filosofía y las ciencias computacionales”, así que pueden combinar estos cursos, y en este programa de humanidades y ciencias hay algunos cursos base que todos deben tomar, como historia, historia mundial, filosofía de la ciencia, ética, o lo que sea. Ya sea que quieras ser ingeniero o biólogo o persona de negocios, tienes que tomar estos cursos. Esta es la tendencia que vemos, como programa, va a tener más integración holística de diferentes áreas y cosas que son importantes como ciudadano activo en la sociedad.

Las universidades jóvenes

Martin Paul: Yo solía trabajar en una universidad muy vieja, y así que existe cierta diferencia. Yo solía trabajar en Charité en Berlín, la cual tiene más de 300 años, y si estás en una posición administrativa o gerencial, probablemente puedes cambiar de curso si empujas con fuerza el volante, un poco hacia la izquierda, un poco hacia la derecha. Las universidades jóvenes aún están creciendo, aún son ideas por desarrollar.

Así que, para nosotros es, desde mi punto de vista, es más fácil desarrollar nuevas cosas. Una de las cosas que desarrollamos es, como sabemos que las ingenierías y ciencias duras son extremadamente dominadas por hombres, un gran porcentaje de los estudiantes son hombres, empezamos con un programa de humanidades orientado hacia las ciencias, donde le damos a los estudiantes la flexibilidad para decir “quiero hacer algo con ciencias, pero no sé si quiero ser un ingeniero en materiales  o matemático o científico computacional”. Es un tipo de enfoque flexible para guiar a los estudiantes hacia alguna disciplina. También el 50% de nuestros alumnos son mujeres en este programa. Esto es algo que podemos hacer con mayor facilidad que en una universidad de la vieja guardia. Como universidad joven, todos los trabajadores que vienen a nosotros vienen no porque Maastricht sea una ciudad hermosa, lo cual es cierto, sino porque están intrigados con nuestra filosofía educativa y eso es diferente, diría yo, a comparación con las instituciones que son más viejas de Europa. 

Repensar la universidad europea

Martin Paul: Maastricht es nuestra ciudad europea y de verdad necesitamos repensar la universidad europea. La universidad es una invención de Europa, si lo piensas así, y todos hablan de las ideas de Von Humboldt. Yo trabajaba en la Universidad de Humboldt en Berlín, y él, claro, tenía contribuciones fantásticas, pero creo que él también estaba desarrollando esta idea en un estado muy centralista, con ideas muy elitistas, ¿sabes? Su idea de la universidad era la universidad sólo para la élite. Yo creo que hoy, cuando hay muchos más estudiantes que van a la universidad, tenemos que repensar este concepto. Así que esta llamada nos provocó, y dijimos “vamos a poner a un grupo de universidades jóvenes, una de esas universidades que son más flexibles para rebotar ideas” y encontramos esta idea de que la educación superior de hoy necesita ser accesible, necesita ser inclusiva.

Acuñamos la frase:“queremos ser excelentes pero no elitistas”, y eso no significa que todos deban ir a la universidad. No, digo, también hay un lugar para escuelas de ciencias aplicadas y entrenamiento vocacional, pero cualquiera debería tener acceso a la universidad, debería tener esa posibilidad basada en su talento, no en la riqueza de sus padres o en la red de compadrazgos y amiguismos que no es tan buena, así que esta es nuestra idea.

Somos los nuevos chicos en la cuadra. Todas somos universidades de menos de 50 años de edad, y presentamos esta idea de crear un piloto en un espacio abierto donde los estudiantes puedan seguir los cursos donde quieran y si lo quieren hacer de forma integrada o no. Fueron como 54 aplicaciones admitidas para las alianzas de universidad de las cuales se eligieron entre cinco y ocho universidades. Nosotros obtuvimos la calificación más alta, tuvimos 97 de 100 puntos, nunca habíamos tenido una calificación tan alta.

Estamos provocando algo en Europa, repensemos la educación desde un espíritu académico, desde la calidad y de muchas cosas de las ideas que tenemos en Maastricht y necesitamos también proveer ciudadanos activos en la sociedad. Así que lo estamos haciendo con esta red de alianzas. El diseño que queremos tener en los cursos es que puedas empezar tu programa en Roma, hacer el siguiente bloque en Madrid, y luego seguir en Chipre. Claro, lo puedes hacer a través de varias universidades, es un programa privado, pero sabes, diseñamos algunos temas específicos, uno de ellos es Europa, el futuro de Europa. Todo ese curso es sobre Europa, la sociedad digital. Estos son cursos que están presentes en todas las universidades. También se tratan temas como sustentabilidad y ciudadanía, así que, diseñamos algunos temas al inicio para ver cómo pueden funcionar estos cursos abiertos, y luego los evaluamos después de tres años. Así que es un piloto y la idea es si hay evaluación positiva, entonces cierta cantidad de alianzas en universidades también podrán obtener lo que llamamos como un estatuto europeo. No eres solo una universidad nacional sino también una marca europea. 

Ciudadanos del futuro

Martin Paul: Yo pienso, número uno, que se debe tener algún tipo de entendimiento cultural. Un entendimiento de que las personas son diferentes, tienen contextos distintos, diferentes necesidades, y en un salón de clases internacional como los que usamos, necesitamos crear una red, tratamos de crear esa atmósfera. Número dos, necesitamos deshacernos de la idea de inequidad, lo cual es muy difícil en el proceso a largo plazo. Pero si le das a los estudiantes las herramientas, por ejemplo, de una educación de ciudadanía global donde los eduquemos en cierta forma, no solo conocimiento sobre los hechos, pero también, de nuevo, con las habilidades que necesitas para abordar esto, entonces generas una buena contribución.

Muchos de nuestros graduados trabajan en ONGs y son activos, también, junto a sus estudios en esa área. Así que, es un proceso de largo plazo, pero al final, yo pienso que la solución al populismo y al nacionalismo es el conocimiento, es proveer una educación, es lograr tener a gente inteligente. Recuperar una generación para que no dependa de tweets como base de conocimiento. Así que es un proyecto a largo plazo, pero, le llamamos a esto, sabes, generación Maastricht, no, no son solo estudiantes de Maastricht, son estudiantes que nacieron después de 1992, nunca han visto a Europa disolver fronteras. Para ellos Europa significa otra cosa de lo que significa para las personas mayores de 50, quienes votaron en su mayoría por el BREXIT. Así que necesitamos construir esta nueva base de conocimiento y necesitamos hacerlo desde abajo para arriba. Es una perspectiva a largo plazo, no puedes resolver esto mañana pero tienes que poner algo, una alternativa en tierra, una alternativa al nacionalismo o populismo basado en conocimiento y basado en entendimiento y basado en habilidades culturales. 

El futuro de la educación superior

Martin Paul: Es muy difícil predecir el futuro, pero yo pienso que la educación superior tendrá mucha más variedad para las universidades y para los estudiantes. Seguiremos viviendo en un sistema basado en el campus. Los estudiantes van irán a las universidades, es decir, tendrán contacto uno a uno. Yo pienso que, dado a las innovaciones tecnológicas donde los estudiantes tienen muy buenas habilidades y técnicas que los maestros no, la posibilidad de escoger tu propio curso o modificarlo, creo que tendremos una forma más holística de acercarnos a esto. Será mucho mejor, será una mezcla de tecnología y orientación basada en campus, y probablemente será algo que los modelos educativos no serán puestos en contexto de cuatro o tres años. También serán esparcidos más hacia una vida de estudio. ¿Cuál será el valor de un título? Se necesitan desarrollar comunidades académicas donde todos estos aspectos puedan florecer. Así que será una tarea mucho más compleja el organizar a las universidades. Sigue siendo un sistema de un solo tamaño, así que tendremos más variedad.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/entrevista-martin-paul-maastricht-university

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El Salvador: PDDH registra 200 casos de abusos de autoridad

América Central/El Salvador/31-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Procurador adjunto explicó que en la mayoría de casos se trata de personas detenidas por incumplir la cuarentena.

La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) registró hasta el viernes anterior cerca de 200 denuncias de personas que dicen haber sufrido abuso de autoridad en el marco de las medidas de restricción implementadas por el Gobierno para limitar la libre circulación ciudadana para contener la propagación del coronavirus.

El procurador adjunto, Julio Bendek, manifestó el sábado que la mayoría de denuncias tiene que ver con detenciones realizadas por agentes de seguridad pública cuando los afectados transitaban en la vía pública, en algunos casos, para ir en buscar de alimentos.

DENUNCIAS DE PERIODISTAS

Entre las denuncias recibidas por la entidad están las de varios periodistas, quienes señalan que los funcionarios se niegan a responder preguntas sobre la situación del coronavirus. El procurador realtó que un periodista fue detenido en un retén en Morazán y los agentes le borraron las imágenes.

El caso más grave, dijo, es el de un ciudadano que fue vapuleado y detenido por policías en Santa Rosa Guachipilín, Santa Ana, por no cumplir la cuarentena. Por la misma razón, en Tepecoyo, La Libertad, unos policías pusieron a unas personas a hacer flexiones. Ambos casos fueron conocidos por vídeos difundidos en redes sociales.

“No estamos en guerra, estamos frenta a un virus; entonces las medidas tienen que ser consecuentes. Y si no nos ponemos vigilantes se pueden volver un despropósito en sí mismas y el miedo ya no va a ser un contagio sino el abuso de la autoridad”, expresó Bendek.

El funcionario recordó que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ordenó el viernes liberar a las personas que fueron detenidas desde el fin de semana anterior, porque habrían incumplido la cuarentena domiciliar, pero que aún están en las sedes policiales y no han sido llevadas a centros de resguardo.

Otra denuncia que se ha hecho frecuente, según el procurador adjunto, es la falta de información que están recibiendo de las autoridades las personas contagiadas de la enfermedad o que están hospitalizadas bajo observación así como sus familiares. En el hospital Nacional José Antonio Saldaña también hay quejas de pacientes portadores del virus que están mezclados con quienes están ahí por otror padecimientos.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/pddh-coronavirus/700775/2020/

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Coronavirus: lecciones para el mundo desde Italia, el nuevo epicentro de la pandemia

Europa/ Italia/ 23.03.2020/ Fuente: www.nytimes.com.

Mientras las infecciones por el coronavirus en Italia rebasaban los 400 casos y las muertes llegaban a las decenas, el líder del gobernante Partido Demócrata publicó una fotografía en la que brindaba por “un aperitivo en Milán”, e invitaba a la gente a “no cambiar nuestros hábitos”.

Eso fue el 27 de febrero. Menos de 10 días después, cuando el conteo llegó a 5883 infecciones y 233 muertes, el jefe del partido, Nicola Zingaretti, publicó un nuevo video, esta vez para informarle a Italia que él también tenía el virus.

Ahora Italia tiene más de 53.000 infecciones registradas y más de 4800 muertes, y el ritmo de contagio se sigue acelerando, pues más de la mitad de los casos y fallecimientos se registraron la semana pasada. El sábado, los funcionarios reportaron 793 muertes más, el incremento más grande que se ha visto en un solo día hasta el momento. Italia ha superado a China como el país con el mayor número de víctimas, lo cual lo convierte en el epicentro de una pandemia en movimiento.

El gobierno ha desplegado al Ejército a fin de imponer un cierre de emergencia en Lombardía, la región al norte de la nación que está al centro del brote, donde se han acumulado cuerpos en las iglesias. La noche del viernes, las autoridades reforzaron el bloqueo nacional con el cierre de parques y la prohibición de actividades al aire libre, como salir a caminar o correr lejos de casa.

La noche del sábado, el presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, anunció otra medida drástica en respuesta a lo que llamó la crisis más difícil que ha enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial: Italia cerrará sus fábricas y todas las líneas de producción que no sean indispensables, un enorme sacrificio económico que pretende contener el virus y proteger vidas humanas.

“El Estado está aquí”, dijo Conte en un esfuerzo por tranquilizar a la ciudadanía.

La tragedia de Italia ahora destaca como una advertencia para sus vecinos europeos y Estados Unidos, donde el virus se está propagando con la misma velocidad. Si algo podemos aprender de la experiencia de Italia es que las medidas de aislamiento de áreas afectadas y restricción al movimiento de la población en general tienen que implementarse de inmediato, con absoluta claridad, y cumplirse de manera rigurosa.

Si bien ahora han establecido algunas de las medidas más estrictas en el mundo, las autoridades italianas no emprendieron muchas de esas acciones a tiempo durante el contagio, cuando era más apremiante, en aras de preservar las libertades civiles al igual que la economía.

Los intentos graduales de Italia para frenar la propagación —primero mediante el aislamiento de localidades, luego de regiones y, a la postre, del país, en un bloqueo deliberadamente poroso— siempre estuvieron rezagados respecto de la trayectoria letal del virus.

ImageLa zona Navigli en Milán, habitualmente bulliciosa, estaba casi vacía durante la cuarentena de este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

“Ahora lo estamos persiguiendo”, dijo Sandra Zampa, subsecretaria del Ministerio de Salud, quien comentó que Italia hizo lo mejor que pudo con la información que tenía. “Hicimos cierres graduales, así como lo está haciendo toda Europa. Francia, España, Alemania y Estados Unidos están haciendo lo mismo. Cada día bloqueamos otro poco, renunciamos a una parte de la vida normal. Porque este virus no permite que llevemos una vida normal”.

Algunos funcionarios se dejaron llevar por pensamientos mágicos, y fueron reacios a tomar decisiones difíciles antes. Mientras tanto, el virus se alimentaba de esa autocomplacencia.

Otros gobiernos más allá de Italia ahora corren el riesgo de seguir sus pasos, repetir sus mismos errores y engendrar una catástrofe parecida. Y, a diferencia de Italia, que tuvo que adentrarse en un territorio desconocido para una democracia occidental, esos gobiernos no tienen tantos pretextos para justificarse.

Por su lado, los funcionarios italianos han defendido su respuesta, enfatizando que esta crisis no tiene precedentes en la era moderna. Afirman que el gobierno respondió con celeridad y capacidad, pues de inmediato llevó a la práctica los consejos de sus científicos y tomó medidas drásticas y económicamente devastadoras con más rapidez que sus contrapartes europeas.

Sin embargo, al analizar el registro de sus acciones sobresalen oportunidades desperdiciadas y tropiezos cruciales.

En los críticos primeros días del brote, Conte y otros altos funcionarios quisieron restarle importancia a la amenaza, lo cual creó confusión y una falsa sensación de seguridad que permitieron que el virus se propagara.

Atribuyeron la elevada cifra de infecciones en Italia a las pruebas diagnósticas excesivas de gente que no tenía síntomas en el norte, lo cual, según ellos, solo infundió el pánico y dañó la imagen del país en el extranjero.

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En el Palazzo Marino, sede del municipio de Milán, se colocaron sillas al aire libre y a una distancia segura antes de una reunión.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Incluso cuando el gobierno italiano llegó a la conclusión de que un cierre universal era necesario para combatir el virus, no comunicó la amenaza con la vehemencia suficiente como para persuadir a los italianos de apegarse a las reglas, las cuales parecían estar plagadas de escapatorias.

“No es sencillo hacer esto en una democracia liberal”, explicó Walter Ricciardi, miembro del consejo administrativo de la Organización Mundial de la Salud y consejero principal del Ministerio de Salud, quien arguyó que el gobierno italiano actuó conforme a la evidencia científica que estaba a su disposición.

Dijo que el gobierno italiano se había movido con más velocidad y tomó la amenaza mucho más en serio que sus vecinos europeos o Estados Unidos.

Sin embargo, reconoció que el ministro de Salud había batallado para convencer a sus colegas del gobierno de que se movieran más rápidamente y que las dificultades de navegar la división de poderes de Italia entre Roma y las regiones resultaron en una cadena de mando fragmentada y mensajes inconsistentes.

“En tiempos de guerra, como una epidemia”, ese sistema presentaba graves problemas, dijo, y agregó que tal vez retrasó la imposición de medidas restrictivas.

“Los hubiera hecho 10 días antes, esa es la única diferencia”.

En el caso del coronavirus, 10 días pueden ser una vida entera.

El 21 de enero, mientras los altos funcionarios chinos advertían que quien escondiera casos de infección del virus “quedará eternamente clavado al pilar de la vergüenza histórica”, el ministro de Cultura y Turismo de Italia recibió a una delegación china para un concierto en la Academia Nacional de Santa Cecilia que conmemoraba la inauguración del Año de Cultura y Turismo China-Italia.

Michele Geraci, el exsubsecretario del Ministerio de Desarrollo Económico de Italia y potenciador de las relaciones más estrechas con China, compartió un trago con otros políticos, pero miró a su alrededor con preocupación.

“¿En serio queremos hacer esto?”, dice que les preguntó. “¿Deberíamos estar aquí hoy?”.

En retrospectiva, la respuesta de los funcionarios italianos sin duda es no.

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En San Fiorano, una de las ciudades originales de la “zona roja” que fueron bloqueadas, los residentes vieron al primer ministro Giuseppe Conte anunciar restricciones de viaje en toda Italia.
Credit…Marzio Toniolo, vía Reuters

Zampa, la actual subsecretaria del Ministerio de Salud, dijo que ahora se da cuenta de que debió haber cerrado todo de inmediato. Pero en aquel momento, la decisión no era tan evidente.

A los políticos de todas las ideologías les preocupaba la economía y alimentar al país, y les costaba admitir su vulnerabilidad ante el virus.

Lo más importante, a decir de Zampa, es que Italia veía el ejemplo de China, no como una advertencia práctica, sino como una “película de ciencia ficción que no tenía nada que ver con nosotros”. Y cuando brotó el virus, Europa “nos miró de la misma forma en que nosotros veíamos a China”.

Sin embargo, en enero, algunos funcionarios de derecha ya estaban instando a Conte, su exaliado y ahora adversario político, para que pusiera en cuarentena a los niños en edad escolar que estaban llegando a las regiones del norte de sus vacaciones en China, una medida que pretendía proteger las escuelas. Muchos de esos niños eran de familias de inmigrantes chinos.

Muchos liberales criticaron la propuesta, tildándola de alarmismo populista. Conte rechazó la propuesta y respondió que los gobernadores del norte debían confiar en el criterio de las autoridades de educación y de salud, quienes, dijo, no propusieron tal cosa.

No obstante, Conte también demostró que estaba tomando en serio la amenaza del contagio. El 30 de enero, interrumpió todos los vuelos desde y hacia China.

“Somos el primer país en Europa que ha adoptado una medida de precaución como esta”, afirmó.

En el transcurso del mes pasado, Italia respondió a las amenazas del coronavirus a toda prisa. Dos turistas chinos enfermos y un italiano que había regresado de China fueron tratados en un destacado hospital para enfermedades infecciosas en Roma. Una falsa alarma hizo que las autoridades confinaran a los pasajeros de un crucero que atracó a las afueras de Roma.

El 18 de febrero, cuando un hombre de 38 años llegó a la sala de emergencias de un hospital en Codogno, una pequeña localidad en la provincia de Lodi en Lombardía, con síntomas graves de influenza, el caso no fue motivo de alarma.

El paciente se rehusó a internarse en el hospital y se fue a casa. Su condición empeoró, a las pocas horas regresó al hospital y fue ingresado en el área de medicina general. El 20 de febrero, lo enviaron a cuidados intensivos, donde dio positivo en su prueba del virus.

El hombre, quien se dio a conocer como el “paciente uno”, había tenido un mes muy ocupado. Estuvo presente en al menos tres cenas, jugó futbol y participó en una carrera con un equipo, todo esto lo hizo al parecer en un estado contagioso sin manifestar síntomas graves.

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El mes pasado  llegaron nuevas camas al hospital de Codogno, cerca de Lodi en el norte de Italia.
Credit…Luca Bruno/Associated Press

Ricciardi afirmó que Italia había tenido la mala suerte de tener a un superpropagador en un área densamente poblada y dinámica que además acudió al hospital no una, sino dos veces, por lo que contagió a cientos de personas, entre ellas médicos y enfermeros.

“Estuvo sumamente activo”, dijo Ricciardi.

Pero tampoco había tenido ningún contacto directo con China, y los expertos sospechan que contrajo el virus de otro habitante europeo, lo cual quería decir que Italia no tenía un paciente cero que se pudiera identificar ni una fuente de contagio que se pudiera rastrear para ayudar a contener el virus.

A estas alturas, el virus ya había estado activo en Italia durante semanas, según los expertos, y fue transmitido por personas que no tenían síntomas y a menudo lo confundían con una gripe. Se esparció por toda Lombardía, la región italiana que más comercia con China y que también contiene a Milán, la ciudad más dinámica del país en cuanto a cultura y negocios.

“Aquel a quien llamamos ‘paciente uno’ seguramente era el ‘paciente 200’”, comentó el epidemiólogo Fabrizio Pregliasco.

El domingo 23 de febrero, se registraron más de 130 infecciones, por lo que Italia acordonó once localidades con puestos de control militares y policiales. Los últimos días del Carnaval de Venecia fueron cancelados. En la región de Lombardía, cerraron las escuelas, los museos y los cines. Los milaneses hicieron compras de pánico en los supermercados.

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Desinfección alrededor de la estación central de trenes de Milán la semana pasada.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Sin embargo, aunque Conte elogió de nuevo a Italia por su mano dura, también buscó restarle importancia al contagio, pues atribuyó las altas cifras de infección a las pruebas excesivas en Lombardía.

“Hemos sido los primeros en implementar medidas de control muy rigurosas y precisas”, declaró en un discurso para la nación. “Tenemos más casos de infección porque hicimos más pruebas”.

Al día siguiente, la cifra rebasó las 200 infecciones, murieron siete personas y el mercado bursátil se desplomó. Conte y sus asesores de salud redoblaron los esfuerzos.

Culpó al hospital de Codogno por la propagación, diciendo que había manejado las cosas de una “manera no completamente adecuada” y argumentó que Lombardía y Véneto, otra región del norte, estaban exagerando la gravedad del problema al desviarse de las pautas globales y evaluar a personas que no presentaban síntomas.

Mientras los funcionarios de Lombardía luchaban por liberar las camas de los hospitales, y el número de personas infectadas aumentó a 309 con 11 muertos, Conte dijo el 25 de febrero que “Italia es un país seguro y probablemente más seguro que muchos otros”.

El viernes, la oficina de Conte ofreció una entrevista con la condición de que pudiera responder preguntas por escrito. Cuando se le enviaron preguntas, incluidas aquellas sobre sus declaraciones pasadas, se negó a responder.

El consuelo que daban los líderes confundía más a la población italiana.

El 27 de febrero, Zingaretti publicó su fotografía del aperitivo. Ese mismo día, el ministro de Relaciones Exteriores del país, Luigi Di Maio, exdirigente de uno de los partidos gobernantes, el Movimiento Cinco Estrellas, sostuvo una rueda de prensa en Roma.

“En Italia, pasamos del riesgo de epidemia a una ‘infodemia’”, declaró Di Maio, para luego desacreditar la cobertura mediática que realzó la amenaza del contagio, y agregó que solo “el 0,089 por ciento” de la población italiana estaba en cuarentena.

En Milán, a unos pocos kilómetros del epicentro del brote, el alcalde, Beppe Sala, publicitó una campaña de “Milán no se detiene”, y reabrió el Duomo, la histórica catedral de la ciudad que atrae a turistas de todo el mundo. La gente salió de sus casas.

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Un bar atestado en Milán en febrero, donde se organizó una campaña para alentar a la población a salir.
Credit…Andrea Mantovani for The New York Times

No obstante, en el sexto piso de la sede del gobierno regional en Milán, Giacomo Grasselli, coordinador de las unidades de cuidados intensivos en toda Lombardía, vio que las cifras aumentaban y pronto se dio cuenta de que sería imposible atender a todos los enfermos si no frenaban las infecciones.

Su equipo especial de trabajo se movilizó para enviar a los enfermos a unidades de cuidados intensivos en los hospitales más cercanos y abastecer los recursos necesarios faltantes. En una de sus juntas diarias con unos 20 funcionarios políticos y de salud, Grasselli le informó al presidente de Lombardía, Attilio Fontana, sobre las cifras crecientes.

Un epidemiólogo les mostró las curvas de infección. El respetado sistema de salud de la región estaba frente a una catástrofe. “Necesitamos hacer algo más”, declaró Grasselli ante los presentes.

El gobierno empezó a proporcionar más asistencia económica, a la que después sumó un paquete de ayuda de 25.000 millones de euros (28.000 millones de dólares), pero la nación se dividió entre los que reconocían la amenaza y los que no.

Zampa dijo que fue más o menos en ese momento que el gobierno se enteró de que las infecciones en el poblado de Vò, el epicentro del virus en la región de Véneto, no tenían ningún vínculo epidemiológico con el brote de Codogno.
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Un puesto de control policial en Viale Porpora en Milán en medio de un encierro en Italia este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

También comentó que el ministro de Salud, Speranza, y Conte deliberaron al respecto y ese mismo día decidieron cerrar gran parte del norte de la nación.

En una conferencia de prensa sorpresa a las dos de la mañana del 8 de marzo, cuando 7375 personas ya habían dado positivo en las pruebas de coronavirus y 366 habían fallecido, Conte anunció la medida extraordinaria de restringir el movimiento de aproximadamente una cuarta parte de la población italiana en las regiones del norte que representan el motor económico del país.

“Estamos frente a una emergencia”, declaró Conte en ese momento. “Una emergencia nacional”.

Un borrador del decreto, filtrado a los medios de comunicación italianos el sábado por la noche, empujó a muchos residentes de Milán a apresurarse a la estación de trenes en multitudes e intentar abandonar la región, causando lo que muchos consideraron más tarde una peligrosa ola de contagio hacia el sur.

Sin embargo, al día siguiente, la mayoría de los italianos todavía estaban confundidos sobre la gravedad de las restricciones.

Para aclarar el problema, el Ministerio del Interior emitió formularios de “autocertificación” que permitirían a las personas viajar dentro y fuera del área cerrada por trabajo, salud u “otras” necesidades.

Mientras tanto, de manera independiente, algunos gobernadores ordenaron que la gente que llegara de las zonas recién bloqueadas se pusiera en cuarentena. Otros no lo hicieron.

Las restricciones más extensas en Lombardía también acabaron, en la práctica, con la cuarentena en Codogno y otras localidades de la “zona roja” vinculadas con el brote original. Los puestos de control desaparecieron. Los alcaldes locales se quejaron de que sus sacrificios habían sido para nada.

Un día después, el 9 de marzo, cuando los casos positivos escalaron a 9172 y el total de muertes se disparó a 463, Conte endureció las restricciones y las extendió a todo el territorio nacional.

Pero para entonces, según los expertos, ya era demasiado tarde.

Italia sigue pagando el precio de esos primeros mensajes contradictorios de científicos y políticos. La gente que ha muerto recientemente en asombrosas cantidades —más de 2300 en los últimos cuatro días— se infectaron en su mayoría durante la confusión de hace una o dos semanas.

Roberto Burioni, un destacado virólogo de la Universidad San Raffaele de Milán, dijo que la gente se había sentido segura para seguir con sus rutinas habituales y atribuyó el aumento en los casos la semana pasada a “ese comportamiento”.

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Militares italianos custodiaban una barrera de camino al pueblo de Vo’Euganeo.
Credit…Claudio Furlan/LaPresse, vía Associated Press

El gobierno ha instado a la unidad nacional en la obediencia a sus medidas restrictivas. Pero el sábado, cientos de alcaldes de las zonas más afectadas dijeron al gobierno que esas medidas eran fatalmente insuficientes.

Los líderes del norte están desesperados por que el gobierno tome medidas enérgicas más duras.

El viernes, Fontana se quejó de que las 114 tropas desplegadas por el gobierno eran insignificantes y que deberían enviar al menos mil. El sábado cerró oficinas públicas, sitios de trabajo y prohibió correr. Dijo en una entrevista que el gobierno necesitaba dejar de jugar y “aplicar medidas rígidas”.

“Pienso que si hubiéramos cerrado todo al principio durante dos semanas probablemente ahora estaríamos cantando victoria”, dijo

Su aliado político, Lucca Zaia, presidente de la región Veneto, se adelantó al gobierno nacional con sus propias restricciones y dijo que Roma necesitaba imponer “un aislamiento más drástico” que incluyera el cierre de todas las tiendas y la prohibición de actividades públicas que no sean ir al trabajo.

“Los paseos a pie deberían prohibirse”, dijo.

Zaia tiene algo de credibilidad en el tema.

Mientras que las nuevas infecciones han proliferado en todo el país, han disminuido significativamente en Vò, una ciudad de aproximadamente 3000 personas que fue una de las primeras en cuarentena y que tuvo la primera muerte por coronavirus del país.

Algunos expertos gubernamentales atribuyeron ese cambio a la estricta cuarentena que había estado vigente durante dos semanas. Pero Zaia también ordenó que allí se realizaran pruebas generalizadas, en un desafío a las directrices científicas internacionales y al gobierno nacional. El gobierno ha argumentado que evaluar a las personas sin síntomas es un desperdicio de recursos.

“Al menos esto reduce la velocidad del virus”, dijo Zaia, argumentando que las pruebas ayudaron a identificar personas asintomáticas potencialmente contagiosas. “Y reducir la velocidad del virus le da un respiro a los hospitales”.

Si no, la abrumadora cantidad de pacientes afectaría los sistemas de atención médica y causaría una catástrofe nacional.

Fuente de la noticia: https://www.nytimes.com/es/2020/03/22/espanol/coronavirus-lecciones-italia.html

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Educar para reconstruir a Venezuela

Por: Antonio Pérez Esclarin.

Si es bien evidente que para salir del abismo en que estamos y empezar a construir una Venezuela  reconciliada y próspera, se necesitan  cambios radicales en la economía y la política, lo más difícil e importante va a ser cambiar la mentalidad y la cultura, lo que va a suponer emprender una  cruzada por una  educación verdaderamente humanizadora, que enseñe el respeto, la  honestidad, la solidaridad, la convivencia y el  valor del trabajo. Resulta evidente que la profunda crisis  que vivimos tiene  su origen, su sustento y razón  en la  profunda crisis moral que ha corrompido vidas y conductas,  ha exacerbado la ambición, la deshonestidad y la inmoralidad, y ha hecho de la ley y de la constitución algo inútil porque no se cumplen. Somos un país sin principios ni leyes, donde impera el vivismo, la especulación, la deshonestidad, la violencia. El fin justifica los medios. Todo parece lícito si produce poder o si produce dinero, que son los valores esenciales. Para obtenerlos se sacrifican vidas y personas, se especula y engaña sin el menor pudor y  se recurre a la violencia.

Por ello, cada  día ganan más y más terreno las llamadas economías subterráneas como el sicariato (de lo único que no hay inflación en Venezuela es del valor de la vida que cada día vale menos),  la corrupción, la delincuencia, el secuestro, la prostitución de adultos y de niños, la pornografía, el bachaqueo, la especulación abierta y descarada,   el tráfico de drogas, de  armas, de medicinas, de gasolina, y hasta de personas. El llamado de Jesús “Amaos los unos a los otros”, lo estamos traduciendo por “Armaos los unos contra los otros”. Por otra parte,   propuestas moralizantes y discursos con fervientes llamados a la ética, ocultan con frecuencia, la manipulación, el ansia de poder,  la corrupción, el engaño, la  mentira. Hoy se miente tan descaradamente que ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira, pues hemos matado el valor de las palabras, y todas son válidas para lograr los objetivos,

Ante esta realidad, urge una educación  que se oriente a gestar personas respetuosas y ciudadanos honestos, responsables y solidarios, preocupados por el bien común, defensores de los derechos y cumplidores de sus deberes y obligaciones. Y esta  debe ser la principal tarea no sólo de los educadores, sino  también de las familias, del Estado y de la sociedad. Resulta de un gran cinismo pedir a los educadores que eduquen en unos valores que son pisoteados abiertamente. ¿Cómo es posible que algunos gobernantes o connotados políticos que deberían dar ejemplo de probidad,  respeto y honestidad,  traicionan sus principios por dinero,  llevan vida de opulones frente a la miseria de los innumerables lázaros, ofenden, mienten descaradamente, amenazan  a cada rato y no pase nada?

Para ello,  es urgente que  la política se cimente sobre la ética,  y que  la educación recupere su importancia, vuelva a ser una verdadera prioridad nacional, tarea y compromiso de  todos… Padres y maestros deben  reencontrarse y proponerse vivir tanto en la casa como en la escuela  aquellos valores que consideran esenciales para el pleno desarrollo personal y la sana convivencia. Los políticos deben ser, parecer y actuar como ciudadanos ejemplares, y apoyar decididamente la educación, entendiendo que es el medio esencial para  lograr la convivencia, la prosperidad y la paz. No olvidemos que la educación es  tarea de  todos pues todos  educamos o deseducamos  con nuestra conducta y  nuestra vida.

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España: «La plantilla del 112 Andalucía nada tiene que celebrar en el Día Europeo del 112 de 2020»

Europa/España/16-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.tercerainformacion.es

El incoherente Gobierno de la Junta de Andalucía se enorgullece, de cara a la galería, de la buena labor de las y los profesionales del 112, mientras nos oprime, subyuga y niega el reconocimiento profesional y la condición de trabajadoras/es públicos, dejándonos en manos de Ferrovial, para que esta empresa del IBEX35 siga incrementando sus millonarias cuentas de resultados con dinero de los impuestos de toda la ciudadanía andaluza, a costa de maltratarnos como profesionales de las emergencias.

Un servicio esencial en manos de una empresa privada, cuyo objetivo es hacer caja con las desgracias humanas, un servicio imprescindible para la ciudadanía que tiene a su plantilla bajo el convenio explotador de telemarketing, que Ferrovial ni siquiera respeta, esa es la realidad de las personas que atendemos el 112 en Andalucía.

El Sr. Bendodo, los miembros de su Consejería y de la Dirección General de emergencias y protección Civil son los verdaderos instigadores de unas condiciones laborales irrespetuosas con la labor que se realiza en el 112 y cómplices absolutos de la situación de desamparo de quienes dedican su vida a hacer mejor la de otros y poner los medios para salvarlos, todo ello de la mano de Ferrovial, que aún a pesar de no haber debido ser dejada participar en la licitación, ante sus múltiples condenas por violar derechos fundamentales de sus trabajadores/as, ha sido adjudicataria del servicio para los próximos dos años, mientras el gobierno del PP y sus socios, echa en saco roto sus propuestas y votaciones de mociones en el Parlamento andaluz, cuando eran oposición, para rescatar este servicio de las garras de empresas buitre como la mencionada.

La profesionalidad de quienes gestionan las emergencias es la mejor carta de presentación de la plantilla, aunque esta no sea reconocida por la administración andaluza y no se exija a Ferrovial que sus empleados/as estén acreditados/as profesionalmente para estas tareas, ni se reconozca social y laboralmente a quienes si lo están.

Ayudar a los demás y hacerlo a pesar de las inclementes condiciones, son el día a día de quienes nada tienen que celebrar y mucho tienen que seguir reclamando a la administración en este día europeo del 112, para que se dignifiquen las condiciones sociolaborales de las plantillas y se eliminen las empresas subcontratistas de los servicios de emergencias en Andalucía.

En el día europeo del 112, CGT sigue reclamando dignidad, justicia  y empleo público.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2020/02/11/la-plantilla-del-112-andalucia-nada-tiene-que-celebrar-en-el-dia-europeo-del-112-de-2020

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