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Filosofía forestal

07 de diciembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Rodrigo Arce Rojas

La búsqueda de pistas que nos conduzcan a definir los criterios, pautas y atributos del desarrollo forestal nos deben llevar irremediablemente a la indagación del pasado y del futuro para construir nuestro presente.

Muchas de las raíces profundas de los problemas actuales forestales tienen que ver con el reconocimiento del momento (que debió haber sido más bien un proceso) en el que el ser humano rompe su relación con la naturaleza y su pretensión de dominio a la naturaleza queda legitimada social y culturalmente. Esta disyunción se traduce “científicamente” en la economía que hace que finalmente solo interesen los actores que están en la transacción de bienes (y luego abarca incluso los servicios del bosque) que son perfectamente apropiables, se les puede asignar precios y pueden ser vendibles.

Se construyen entonces discursos legitimantes del valor del crecimiento económico que a fuerza de poderosos mecanismos de domesticación ideológica nos las terminamos creyendo y entonces se edifican culturas y estructuras psíquicas profundas que imponen sutilmente el discurso del desarrollo forestal fundamentalmente asociado al mercado.

Es claro que el desarrollo forestal colectivo que tenemos en el imaginario social lo asocia fuertemente a la contribución económica de la comercialización de bienes y servicios ecosistémicos. Todo aquello que ha podido traducirse en mercado de una u otra manera ha sido abordado por el desarrollo forestal. Ha habido dificultades para tratar aquellos servicios ecosistémicos que no son fácilmente asimilables en términos de mercado y tampoco son capitalizables en términos políticos. Así, los servicios ecosistémicos de regulación (control del clima y de las enfermedades); apoyo (ciclos de nutrientes y la polinización de cultivos), y cultural (beneficios espirituales) han recibido poca atención en los esquemas de desarrollo forestal.

Los evidentes límites del modelo de desarrollo hegemónico basado fundamentalmente en la teología del mercado han llevado a países y centros de excelencia a buscar nuevas formas de medir el desarrollo. Es así que se ha ido incorporando mediciones de desarrollo que incorporan temas como la desigualdad, la igualdad y equidad de género, índices de desempeño ambiental, índices de desempeño de sostenibilidad, índices de vida mejor, bienestar, bienestar subjetivo, entre otros.

Resulta ilustrativo el concepto de Progreso Multidimensional entendido como un espacio de desarrollo con límites normativos contundentes: “nada que disminuya los derechos de las personas y las comunidades, ni nada que amenace la sostenibilidad ambiental del planeta, puede considerarse progreso” (PNUD, 2016). Interesante mencionar que todos estos valiosos esfuerzos todavía se dan en el marco del desarrollo asociado al mercado.  Pero no solo se trata de ajustes sino también de esfuerzos para ir definiendo otros marcos epistemológicos para la construcción de modelos alternativos de desarrollo. El sector forestal no es una isla y tampoco escapa de estas corrientes que van superando a pasos raudos un enfoque que solo se concentra en el mercado.

También es importante mencionar los esfuerzos, dentro de una lógica de mercado, para tratar de superar las fallas de mercado a través de la economía institucional que nos habla de la necesidad de contar con buenas políticas, normas, acuerdos, pactos; organizaciones reguladoras, organizaciones que protegen a los consumidores, organizaciones que luchan contra los monopolios. Inclusive los conceptos de gobernanza, inclusión social, asistencia social forman parte del paquete de herramientas para amortiguar los efectos de una economía demasiada enfocada en el crecimiento económico. No obstante, todos estos esfuerzos, la corrupción aparece como una enfermedad de difícil tratamiento y eliminación.

Desde las empresas también se dan corrientes de revisión de un modelo excesivamente concentrado en el lucro y aséptica de los actores y el espacio en el que desarrollan sus actividades. Esto es producto tanto de la influencia de corrientes de pensamiento que vienen de la sociedad civil, organismos internacionales como de la propia sensibilidad de algunas empresas. A las corrientes de las certificaciones ambientales, certificaciones de responsabilidad social se suman las Empresas B que “combina el lucro con la solución a problemas sociales y ambientales aspirando a ser la mejor empresa PARA el mundo y no solo del mundo” (Sistemab). 

En términos de visión de futuro es importante mirar las tendencias que incluyen no solo el cambio de la demanda de productos procedentes de bosques naturales hacia productos forestales que proceden de plantaciones forestales. Pero además es importante mencionar la aparición de nuevos materiales que producto del desarrollo tecnológico serán más flexibles a la vez que más resistentes. También es importante mencionar la emergencia de consumidores más responsables que demandan productos orgánicos, productos que den cuenta de su procedencia y de su cadena de valor más respetuosos con el ambiente, la sociedad y los derechos humanos de los trabajadores forestales.

No podemos desconocer el hecho que todavía tenemos un modelo de desarrollo forestal fuertemente influenciado por la economía de mercado, como tampoco la necesidad de seguir explorando nuevas opciones que abran el abanico de posibilidades para una relación más respetuosa con la naturaleza y el cosmos, más respetuosa con la sociodiversidad de los actores forestales, sus derechos, sus sueños, sus indicadores propios de bienestar. En el modelo de desarrollo forestal que aspiramos buscamos que la corrupción no sea un concepto negado o maquillado y que se la ataque frontalmente para erradicarla, que la improvisación no sea el reflejo de una institucionalidad descoordinada e incomunicada.

Buscamos un desarrollo forestal basado en el amor a la naturaleza (lo que no impide el aprovechamiento forestal respetuoso y cuidadoso de los procesos ecológicos, su capacidad de adaptación y resiliencia); que signifique oportunidades sostenibles para todos (para la gente y para los bosques); que implique institucionalidad al servicio del bienestar de la gente y de sus bosques; que implique grandes acuerdos, espacios de diálogo y espacios para procesar las diferencias con sentido de sostenibilidad; que conceptos como ética, estética, valores no sean ajenos; que la ingeniería conviva con la poesía, con la intuición, con las emociones, con la filosofía.

Buscamos que el desarrollo forestal sea capaz de dialogar de manera empoderada y contributiva con otros sistemas, procesos, programas, planes, estrategias y acciones ligadas al desarrollo rural, lucha contra la erradicación de la desnutrición infantil, derechos humanos, igualdad y equidad de género, vivienda digna, entre los múltiples aspectos del desarrollo multidimensional del cual el sector forestal forma parte consustancial.

Para avanzar hacia ello necesitamos impulsar procesos de desarrollo forestal con enfoque territorial que construya confianza, capacidades, emprendimiento, creatividad, innovación pero sobre todas las cosas que construya solidaridad, reciprocidad y que se manifieste en bienestar subjetivo, con tanta importancia como los números de la contabilidad de contribución tangible al desarrollo nacional.


Bibliografía revisada.

PNUD. (2016). Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso. Informe regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe. New York: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Sistemab. La Empresa B.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-filosofia-forestal/

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La gestión de paradigmas para hacer frente al cambio climático

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Rodrigo Arce Rojas

La palabra crisis es el signo de los tiempos. Se habla de crisis ambiental, crisis climática, crisis económica, crisis política, crisis de liderazgos. Todo ello refiere a la diversidad de manifestaciones del cambio global. Una de estas expresiones refiere al cambio climático, uno de los más grandes retos que nos corresponde enfrentar como sociedad.

Existen diferentes perspectivas para hacer frente al cambio climático, algunos prefieren las soluciones de mercado, otros privilegian las soluciones tecnológicas, mientras que otros enfatizan las soluciones de tipo institucional o legal. Es claro que abordar un tema complejo e incierto como el sistema climático y sus alteraciones producto de las emisiones de gases de efecto invernadero requiere también respuestas complejas e integradoras.

El cambio climático pone de manifiesto la forma cómo la humanidad ha ido construyendo histórica, cultural y simbólicamente un sentido a lo que se ha dado en llamar desarrollo. No existe un único modelo (si es que cabe el término) económico, un único modelo de desarrollo, ni un único modelo civilizatorio, no obstante, es innegable desconocer el peso específico que ha ganado el proyecto económico de acumulación, del triunfo del consumismo, materialismo, hedonismo, de valoración del éxito personal.

El sur, especialmente los países de las zonas tropicales, se caracterizan por una alta diversidad en todos los planos. Esta diversidad se presenta como de manera ambigua como una oportunidad de negocios pero también como un obstáculo de crecimiento del mercado que busca uniformizar a los consumidores o cuando es posible segmentarlos en estratos de consumidores.

Históricamente occidente se ha desarrollado con un enfoque de fragmentación. Así, hemos separado el hombre, de la naturaleza; hemos fragmentado las ciencias en ciencias naturales y sociales; la razón, de la emoción; el sujeto que estudia, del objeto estudiado. Así mismo simplificamos la naturaleza humana y la reducimos al éxito individual, la conducta humana a su orientación al egoísmo, al materialismo, al hedonismo.

Separamos también lo urbano de lo rural que lo sentimos tan lejos y tan distante afectivamente. Olvidamos que lo que pasa en los bosques y en los glaciares también nos afectan y las emisiones de GEI desde las ciudades también afectan los bosques y los glaciares. Estamos fuertemente entrelazados por los ciclos biogeoquímicos, por el ciclo hidrológico. Todos somos parte de la trama de la vida y de la naturaleza.

También nos hemos propuesto simplificar los ecosistemas y agroecosistemas. De esta manera prosperan las plantaciones y las ganaderías por facilidad de manejo tecnológico y para producir grandes cantidades de materias primas a economías de escala que demandan los mercados.

La pretensión de dominio del ser humano sobre la naturaleza nos ha llevado a verla únicamente como proveedora de recursos y depósito de desechos. Así, las dimensiones sociales y ambientales son considerados como barreras o limitantes al desarrollo y por tanto hay que eliminarlos o maquillarlos.

En todo este proceso hemos ido olvidando que formamos parte indesligable de la naturaleza; que el altruismo, la solidaridad, la compasión, la empatía forman parte del acervo de la humanidad; que somos parte de la trama de la naturaleza y el cosmos y que las relaciones, vínculos y afectos forman parte intrínseca de nuestra naturaleza social.

Por todo ello, para hacer frente al cambio climático, necesitamos no solo más mercado o más tecnología, necesitamos, sobre todo cambiar nuestras creencias más profundas y nuestra manera de pensar y actuar. Por ello se sustenta que abordar seriamente el cambio climático implica un cambio del modelo civilizatorio. Revisar la forma cómo pensamos y actuamos, la forma cómo producimos y consumimos.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-la-gestion-paradigmas-frente-al-cambio-climatico/

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República Dominicana: Seis provincias en alerta verde por paso de tormenta Matthew

Centroamérica/República Dominicana/30 de septiembre de 2016/hoy.com.do

El Centro de Operaciones de Emergencias(COE) informó hoy que mantiene el nivel de alerta verde sobre seis provincias, por el paso este viernes de la tormenta tropical Matthew por la costa sur del territorio dominicano.

El COE dijo que tales provincias son Azua, Peravia, San Cristóbal, San José de Ocoa, Pedernales y Barahona.

El organismo dijo que desde tempranas horas de la mañana comenzarán a llegar algunos campos nubosos asociados a la Tormenta Tropical Matthew que se mueve en el mar Caribe. En la tarde y noche se pronostica la ocurrencia de aguaceros con tormentas eléctricas y ráfagas de viento.

Los valores acumulados de lluvias asociados a este fenómeno oscilan entre 50-150 milímetros, pudiendo ser superiores hacia las regiones Suroeste y zona fronteriza.

Tomado de: http://hoy.com.do/seis-provincias-en-alerta-verde-por-paso-de-tormenta-matthew/

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Apostar a que todos aprendan

Agustina Blanco

La sociedad del conocimiento requiere una educación adaptada a las necesidades del siglo XXI. Existe un cierto grado de consenso en relación al tipo de competencias, tanto académicas como socio-emocionales, que nuestros niños y jóvenes necesitan desarrollar para poderse insertar con éxito en la sociedad actual. La escuela debe preparar para el trabajo colaborativo, el pensamiento crítico y creativo, la selección y aplicación del conocimiento, y la resolución de problemas reales. Así mismo, debe enseñar a sus alumnos a perseverar, reflexionar sobre el propio aprendizaje, y a desarrollar un sentido de compromiso y ética. Las escuelas enfrentan una meta sumamente desafiante, pero indispensable a la vez. Desde la etapa de escolarización formal, el docente cumple un rol esencial para que las probabilidades de que los niños alcancen su potencial aumenten profundamente.

La variable de mayor influencia en el logro de desempeños es la creación de entornos propicios para el aprendizaje, o bien, un buen clima en el aula. El clima del aula es aquel que motiva, genera curiosidad, desafía dentro de niveles de estrés adecuados, permite el error, dialoga con respeto, escucha a todos, valora el esfuerzo y el logro de metas. Además, aquellas aulas donde el punto de partida del docente es la convicción de que todos los alumnos, sin excepción, pueden aprender. El docente que demuestra altas expectativas para todos de manera sistemática, es aquel que prepara las mejores condiciones para que el aprendizaje ocurra.

La autora es magister en Educación, consultora en temas de mejora escolar y miembro de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés @AgusblacoE

Fuente del articulo: http://www.lanacion.com.ar/1851446-apostar-a-que-todos-aprendan

Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c8/Jugando_a_aprender_BAJA.jpg

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Plásticos

27 de julio de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/

Los plásticos son un gran invento; no son malos porque producen basuras, ni la electricidad lo es por producir carbono. Mas nos conviene asumir todos un problema que nos superó.

La medida que anunció @MinAmbienteCo sobre las bolsas plásticas es buena. Punto de partida para que los empresarios replanteen su responsabilidad con el ambiente y el clima. Desde sus procesos, productos, comercialización y residuos. Hace 25 años, los industriales del plástico de este país, alertados por la ciencia sobre la peligrosidad de sustancias empleadas en el PVC (cloro, plastificantes, ftalatos), enfrentaron el problema insertándose en las tendencias internacionales.

En el 2001 se firmó el Convenio sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que actúa sobre dioxinas y furanos. Muchos países, encabezados por los nórdicos, avanzan para eliminar estos químicos de los plásticos. En el 2005, el convenio de Barcelona pidió reducir la entrada al medio marino de sustancias potencialmente cancerígenas. Pero algunos sospecharon que el problema no se reduciría a los riesgos de los químicos, sino que abarcaría el tratamiento global de los residuos.

Hace menos de 15 años conocimos las islas de plásticos que flotan en el Pacífico. Y el problema pasó de ser químico a físico y químico. Pues en él participan no solo los plásticos ‘malos’, como Greenpeace llamaba al PVC en virtud de su molécula de cloro (diablo químico), sino también los buenos, familias de polímeros sin cloro. El tiempo demostró que el asunto no es de ángeles o demonios y que, como en la crisis del clima que vivimos, no conviene dividir al mundo entre malos y buenos. Los plásticos son el gran invento de la ciencia y la tecnología, y han resuelto problemas en muchos campos de la vida que no se hubieran podido resolver de otra manera. Ni son malos porque producen basuras, ni la electricidad lo es por producir carbono. Mas nos conviene asumir todos, productores, consumidores y Estados, un problema que nos superó. El de haber crecido ilimitadamente y el de seguir estimulando una economía intensiva en carbono.

Actuar responsablemente frente a él es la única alternativa inteligente. Por eso llama la atención que entre la infinita maraña de soluciones propuestas para tratar las islas de plásticos que flotan en el mar, y que hoy superan en extensión a muchos Estados, descuelle una, que llama precisamente a la responsabilidad, apelando al más lúcido sentido común. @BoyanSlat, de 19 años, trabaja sobre la idea de que todo este plástico debe ser comprado por quienes lo produjeron para que lo reciclen.

Manuel Guzmán Hennessey
@GuzmanHennessey

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/plasticos-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16563906

Foto: http://www.plasticosuamat.com/reduccion-del-consumo-de-bolsas-de-plastico/

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