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El dominio de la comunicación y la lucha por su democratización

Por Aram Aharonian

Lo primero que debemos recordar es que la comunicación es un derecho humano sostiene el autor y analiza desde diferentes autores cómo influyen la tecnología y la inteligencia artificial en esta etapa del capitalismo. Dice y explica que “Hoy vivimos en un feudalismo tecnodigital, lejos, muy lejos de la libertad y la equidad prometida por los mentores de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)”.

El mundo cambia, la tecnología avanza -hoy hablamos hasta de metaverso y discutimos si la inteligencia artificial sustituirá a los periodistas- pero parece que nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados, munidos de herramientas perimidas, mientras las corporaciones mediáticas hegemónicas desatan sus estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos escenarios, en guerras que pasaron de ser de cuarta y quinta generación a un nuevo formato acorde a esta etapa del capitalismo de plataformas y vigilancia.

El mundo cambia, la tecnología avanza -hoy hablamos hasta de metaverso y discutimos si la inteligencia artificial sustituirá a los periodistas- pero parece que nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados, munidos de herramientas perimidas, mientras las corporaciones mediáticas hegemónicas desatan sus estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos escenarios, en guerras que pasaron de ser de cuarta y quinta generación a un nuevo formato acorde a esta etapa del capitalismo de plataformas y vigilancia.

Lo primero que debemos recordar es que la comunicación es un derecho humano. Y hoy pretendemos pelear por su democratización, pero no bastan arcos y flechas contra los misiles informáticos, los drones, la inteligencia artificial.

Hoy vivimos enun feudalismo tecnodigital, lejos, muy lejos de la libertad y la equidad prometida por los mentores de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). El investigador argentino Alfredo Moreno, señala que bajo el manto de una retórica de democratización y acceso a la información, progreso e innovación se esconde el más puro y antiguo sistema de dominación

Nick Srnicek en Capitalismo de Plataformas, afirma que“internet se ha transformado en una suerte de utopía neoliberal desregulada y con pocos ganadoresLas plataformas no tributan en casi ningún país y muchas veces ni tienen oficinas, lo que impide cualquier tipo de verificación y sometimiento a las normas y leyes de nuestros países.

Los datos generados en la actualidad por los usuarios en internet constituyen una materia prima y las plataformas son quienes extraen la plusvalía de ésta. Es una forma de reorganización del capitalismo que, ante la caída paulatina de la rentabilidad de la manufactura en los últimos años,  se volcó hacia los datos como un modo de mantener el crecimiento económico y la producción.

Unas semanas atrás causó  conmoción  un robot que pasó exitosamente el test de Turing al producir mensajes difícilmente diferenciables de los que emite un ser humano. Lo cierto es que mecanismos informáticos nos suplantan progresivamente; cajeros automáticos; dispositivos cibernéticos conducen autos,  aeroplanos y drones; analistas artificiales diagnostican enfermedades o interpretan documentos jurídicos con mayor precisión que nosotros los humanos, sus colegas biológicos.

Las  máquinas redactan, componen música, elaboran  gráficas e incluso compiten en ajedrez mejor que el campeón mundial del juego ciencia. Incrementan su velocidad y capacidades de manera vertiginosa y exponencial, mientras que las nuestras permanecen estáticas. Los analistas anticipan que en pocos años la informatización hará desaparecer más del 40% de los puestos de trabajo.

Las grandes tecnológicas digitales han servido para el crecimiento de la desigualdad a escala mundial. Y hoy, cada vez se hacen más necesarias las políticas públicas que cuiden y promuevan el bien común del conocimiento, la seguridad sobre los datos y el acceso de la ciudadanía, de las comunidades, a los servicios basados en software e Internet. El mito del Silicon Valley californiano cayó junto a la acumulación escandalosa de ganancias, tecnoempresarios dictadores, desigualdades sociales indecorosas, desempleo crónico, millones de pobres suplementarios y un puñado de tecnooligarcas que acumularon fortunas jamás igualadas.

Pandemia y progresismo

Las medidas transitorias llegaron para quedarse y a medida que se prolongó la pandemia, los nuevos hábitos se incorporaron en la cotidianeidad, en un proceso paralelo al ritmo que las empresas privadas crean, implantan y expanden sus diversas plataformas digitales (durante el año 2020 se decuplicaron respecto a 2019).

Esta nueva situación está permitiendo registrar, recopilar, almacenar, mercantilizar y analizar las respuestas de la mayoría social. Porque con la implantación y obligación de las TIC, todos nuestros movimientos dejan una huella electrónica, datos al desarrollarse gran parte de las relaciones, transacciones y gestiones de forma telemática.

La pandemia impulsó un inédito y profundo cambio social, un gran salto cualitativo (y cuantitativo) respecto de la situación previa: se está consolidando y legitimando la cuarta revolución tecnológica (4.0), de forma silenciosa (paradójicamente) y sin resistencia social. La pregunta es quien impulsó la pandemia…

Más allá de la pandemia, lo cierto es que los gobiernos progresistas nunca creyeron en la necesidad de una política informativa, que redundara en la información y en la formación, y en la participación ciudadana. Se recitó el estribillo de la batalla de ideas, pero siempre desde el síndrome de plaza sitiada –hay que defenderse permanentemente de un eventual ataque enemigo-, síndrome que se apropió de los espacios oficiales de comunicación y en la reacción defensiva permanente y de corto plazo de los ataques hostiles, olvidando la agenda propia del diálogo con la ciudadanía y del debate con los adversarios políticos.

Para ello colaboraron los nuevos conquistadores, que desde universidades europeas nos vinieron a vender espejitos de colores e impedir locuras como la de Telesur, que insistía en vernos con nuestros propios ojos después de cinco siglos de colonización. Algunos reviven el Informe McBride 1980 (de hace 43 años) cuando hoy  el big data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, convirtiendo a la democracia en una dictadura de la información manejada por las grandes corporaciones. Seguimos en guerra y en ella no hay neutralidad posible.

El verso de la democracia 

Tal vez ningún término usado recurrentemente en el espacio público fue ultrajado de tal manera que no solo fue vaciado de contenido, sino que perdió todo sentido, como la voz democracia,  Hoy se exalta un concepto reduccionista de la democracia, que encierra y congela la soberanía y la participación popular en un palacio presidencial y un hemiciclo parlamentario.

En nuestros países, la forma más adecuada para garantizar la estabilidad gubernamental ha sido la democracia controlada o democracia de baja intensidad. Que consigue la estabilidad a través de la desinformación que promueven los medios de comunicación monopolizados, que se está revelando como más eficiente que las dictaduras militares.

La desinformación juega un papel relevante en el sostenimiento del orden sistémico occidental, que controla los principales medios que llegan a la población, que son los que asesinan la verdad y la democracia. Los mejores contenidos periodísticos no tienen, generalmente, ninguna consecuencia, porque el poder y los medios a su servicio los ignoran.

Es esencial que la redistribución de la riqueza esté en el tope de las prioridades de un gobierno del y para el pueblo. ¿Es esto posible sin hablar de la redistribución de la palabra? ¿O seguiremos siendo rehenes de la dictadura del discurso único de medios concentrados, meros apéndices del poder establecido? La deuda con la comunicación popular debe ser saldada con acción afirmativa valiente y no cosmética. En definitiva, con política pública que permita que la libertad de expresión no quede solo reservada a los patrones.

Se trata de crear medios propios, sin duda, pero no para competir por la opinión de las mayorías, sino para consolidar el campo popular, a los pueblos en movimiento, al abajo que se mueve y resiste. No es algo menor.

Para nuestro Sur, ese “modelo” siempre vino de la mano de la retórica de las potencias coloniales. La democracia fue asesinada en nombre de la democracia, para emplearla  como  instrumento de legitimación de las estructuras de poder, dominación y riqueza. Antes esos mismos habían asesinado la verdad usando las herramientas del terrorismo mediático de los medios corporativizados en todo el mundo.

Es evidente que la democracia no existe en los medios. Ese control casi absoluto ha conseguido algo que décadas atrás parecía imposible: erradicar el conflicto de la percepción del público. Los más brutales crímenes pueden pasar inadvertidos si los medios se empeñan en ello.

Cuando este control mediático se desborda, porque la realidad resulta demasiado evidente, ahí está la policía, el golpe de Estado permanente, para reventar las protestas, o la llamada justicia para deshacer, con el lawfare, los caminos democráticos. De nada han servido las leyes de medios, porque son carne de cañón para el aparato judicial  elitista y corrupto, aliado a los grandes intereses corporativos.

No existe algo llamado democracia, si es que alguna vez existió. Desde el momento en que las opiniones y las voluntades de las personas son moldeadas y manipuladas por gigantescas maquinarias que escapan a cualquier control que no sea el de las clases dominantes, entrar en el juego electoral parece no tener sentido ni futuro.

La derecha política y mediática regional repite eslóganes y prejuicios contra el Estado y su presencia en políticas públicas de inclusión social y cuidado en salud, mientras los gigantes del mundo digital abusan de la posición dominante de mercado y del mega flujo de datos que alimentan sus algoritmos como “armas de destrucción matemática”.

¿Inteligentes?

Creemos que portamos un teléfono personal, inteligente. Pensamos que el celular nos pertenece, pero no hay nada menos personal. El algoritmo está en nuestro querido celular, donde se esconde un tipo de sociedad, que es del conocimiento, de un sistema de poder, dicen que sostenido en una ideología algorítmica neutral.

Y uno va viendo cómo, de a poco, el celular se va apropiando de tu ser: te pide la huella digital mientras realiza sin que se lo pidas tu reconocimiento facial, lo tienes ligado a tu cuenta de correo digital, a tu tarjeta de crédito o de débito, y vas recibiendo notificaciones y noticias de instituciones y gente que ni siquiera sabías que existen. Y entonces te acuerdas que había algo que se llamaba intimidad y que lo fuiste perdiendo.

En un mundo capitalista donde el 1%  de la población posee el 50% de la riqueza, y el 10%  posee el 88%, la inmensa mayoría que no es propietaria de medios de producción y vive de la venta de su fuerza de trabajo  devendrá inútil en cuanto  las máquinas desempeñen sus labores de forma más rápida, barata y eficiente.

El capital ha esclavizado pueblos, exterminado naciones, desencadenado genocidios sin más objetivo que obtener dividendos.  ¿Qué hará con una fuerza laboral suplantada por mecanismos que no exigen salarios?, se pregunta el intelectual venezolano Luis Britto.

Hoy, bajo el manto de una retórica de democratización y acceso a la información, progreso e innovación que disparan desde las ONG europeas, se esconde el más puro y antiguo sistema de dominación

Seguimos negándonos a vernos con nuestros propios ojos. Seguimos viendo con ojos ajenos, del enemigo, copiando sus modelos, discutiendo las temáticas que agendan las ONG europeas, muy socialdemócratas ellas, olvidando a nuestras gentes en nombre de la lucha por nuestro futuro.

En Argentina, la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual materializó un marco legal propicio para avanzar en la democratización de un ámbito tan crucial para el ejercicio del poder en las sociedades actuales. En términos de balance, lo más evidente es la distancia entre ese marco legal y lo que se llegó a aplicar. De hecho, el poder de fuego y el peso económico de los “medios dominantes”, que la ley venía a regular y a limitar, hoy es mayor que entonces.

La desinformación (incluyendo el bombardeo de los fakenews) juega un papel relevante en el sostenimiento del orden sistémico occidental, que controla los principales medios que llegan a la población, que son los que siguen asesinando la verdad y la democracia. Construir abajo y a la izquierda, parece ser el único camino emancipatorio posible. Porque lo único que se construye desde arriba, es un pozo.

Aram Aharonian. Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

Fuente: https://estrategia.la/2023/03/19/el-dominio-de-la-comunicacion-y-la-lucha-por-su-democratizac

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Herramientas comunicativas para desmontar estereotipos

Fuentes: SEMlac

La cultura machista sigue condicionando las relaciones entre mujeres, hombres o personas con orientaciones sexuales no heteronormativas e identidades de género diversas y se afianza en estereotipos y normas sociales.

Desde la comunicación y el periodismo, un reto mayor es identificarlas para evitar naturalizarlas o reproducirlas.

Este y otros conflictos fueron ampliamente discutidos durante la edición de 2023 del Curso de Posgrado de Género y Comunicación, realizada en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí (Iipjm) del 20 al 24 de febrero.

Dedicado esencialmente a periodistas y comunicadores, el curso ofreció herramientas para desmontar esos mitos que agudizan las desigualdades y están en el origen de muchas violencias. Esta vez contó con el apoyo de Oxfam y la Embajada de Francia en La Habana y se construyó en alianza con SEMlac Cuba y Diakonia.

Los estereotipos se convierten en «estigma o etiqueta» cuando se conforman en sentido negativo por las normas establecidas desde el control social y «desembocan en prejuicios condicionados históricamente por la cultura, que los produce y reproduce», explicó la psicóloga Mayda Álvarez, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM), de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

En Cuba, la Encuesta Nacional de Igualdad de Género de 2016 confirmó la persistencia de estas creencias en el entramado social. Por solo poner un par de ejemplos, más del 65 por ciento de las personas interrogadas «siguen vinculando las expresiones de afectos a la feminidad» y poco más de la mitad (51 por ciento) consideró que «un hombre no puede darle el mismo cuidado a un niño que una mujer», ejemplificó Álvarez.

Identificar los estereotipos resulta imprescindible, pues su presencia en múltiples contextos de la cotidianidad contribuye a comportamientos discriminatorios, coincidieron participantes en la capacitación.

Esto, por ejemplo, ocurre en el espacio jurídico, cuando se valora de forma más severa a las madres que a los padres, en aquellos casos en que ambos son incumplidores de sus deberes con respecto a la responsabilidad parental.

La jurista Ivonne Pérez, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, coincide. A su juicio, «el enfoque de género tiene una importante influencia en el ámbito jurídico; está presente en la legislación, en la doctrina y en el actuar de quienes reclaman e imparten justicia», precisó durante su conferencia.

«La igualdad de derechos encuentra hoy respaldo normativo constitucional y especial; pero su significación como valor social implica la observancia de la categoría ‘género’», reconoció Pérez.

Es necesario «un análisis casuístico y un cambio de mentalidad. La mejor de las leyes debe ir acompañada de un saber y un querer hacer», insistió la jurista.

Para la socióloga Clotilde Proveyer Cervantes, profesora de la Universidad de La Habana, resulta fundamental ir a las raíces del problema, lo que implica comprender cómo la organización estructural del patriarcado favorece que estas creencias sobrevivan y se multipliquen.

Se trata de entenderlo «como un orden social que legitima la estructuración de la sociedad para garantizar el dominio masculino y la subordinación y desvalorización de lo femenino», precisó la también coordinadora del equipo asesor de la FMC en temas de igualdad de género y atención a la violencia.

El patriarcado también «es la base que sustenta la violencia de género mediante un sistema sexo-género que se perpetúa mediante normas, valores, creencias y a través de la división de espacios, acceso a recursos y a la educación, entre otros», precisó Proveyer Cervantes.

Especialistas y periodistas de otros espacios académicos o medios de prensa como la Universidad de La Habana, la Editorial de la Mujer, el Centro Martin Luther King y SEMlac formaron parte del programa del curso.

Como invitadas especiales, la periodista y escritora sueca Kajsa Ekis Ekman intercambió sobre la forma de abordar la prostitución en los medios y la doctora en Ciencias Mirtha Cucco García, directora del Centro de Desarrollo de Salud Comunitaria «Mary Langer», en España, reflexionó acerca de «cómo se piensa el género» desde la comunicación social.

Comunicación: cambiar el lente

Tanto el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM) como la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar, aprobadas en el país entre 2021 y 2022, focalizan en particular en el valor de la comunicación para cambiar herencias patriarcales que sostienen la discriminación de género en el país.

El curso del Iipjm también trabajó sobre las prácticas profesionales y rutinas productivas de los medios, en busca de mirar la comunicación y el periodismo desde una perspectiva de género.

De valor particular resultó la presentación de los resultados del más reciente Monitoreo Global de Medios, de la mano de las periodistas Sara Más Farías y Lisandra Fariñas, participantes de la investigación en Cuba.

El Monitoreo Mundial de Medios, que se realiza cada cinco años promovido por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (Wacc), es reconocido como una de las iniciativas más grandes de investigación y promoción sobre igualdad de género en las noticias.

Su sexto y último informe, emitido en 2020, incluyó datos de 116 países -entre ellos Cuba- y cubrió más de 30.000 historias publicadas en periódicos, transmitidas por radio, televisión y difundidas en sitios web de noticias y tweets.

Una de las buenas noticias que dejó para Cuba es que, en cinco años, se produjo cierto avance en la presencia de las mujeres en los medios. Ellas representaron, en total, 67 por ciento de los reporteros y crecieron en nueve puntos porcentuales como protagonistas y fuentes de las historias. Sin embargo, esa representación aún es baja, de 26 por ciento, respecto al 74 por ciento de los hombres.

«En general, en esta oportunidad, las mujeres tuvieron mayor presencia en las noticias en medios digitales que en los tradicionales de prensa, radio y televisión. Pero en ningún caso hay paridad respecto a los hombres, que mantienen ventaja en todos los espacios», precisó Más Farías, también corresponsal de SEMlac en Cuba, en un trabajo que resume toda la investigación.

Cuba se incorporó en 2005, bajo la coordinación nacional de Isabel Moya Richard (1961-2018), periodista feminista, investigadora y fundadora de la Cátedra de Género y Comunicación «Mirta Aguirre», del Iipjm, espacio académico desde donde se construyen estos posgrados desde el año 2004.
El curso fue también espacio para un homenaje a Moya, «la profe de las lentes violetas», al cumplirse 20 años de la cátedra que fundó.

Entre las recomendaciones nacidas de la construcción colectiva quedaron la necesidad de promover la participación política de las mujeres; de difundir sus derechos humanos y de reflexionar sobre la inequidad histórica que las ha invisibilizado sistemáticamente.

Fuente de la información: https://rebelion.org

Imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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Libro PDF: Una pedagogía de la comunicación de Mario Kaplún

Este texto es un instrumento de trabajo para aquellos que con una inquietud educativa ven la comunicación como una profesión y un medio de vida. Así, se hace necesario el conocimiento y dominio de una pedagogía comunicacional; no sólo para un coto exclusivo de especialistas sino para todos los interesados en que su mensaje realmente comunique.

Una pedagogía de la comunicación” escrito por Mario Kaplún. Es conocido por ser educomunicador, radialista y escritor. Además, se le conoce por promover el concepto de la comunicación transformadora en oposición a la comunicación bancaria, que más adelante comentaré.

Tras la introducción correspondiente, el autor discierne entre las distintas concepciones pedagógicas centrándose en dos fundamentales: la relacionada con un modelo “exógeno” (que se basa en la idea del educando como objeto de la educación), y la relacionada con el modelo “endógeno” (que percibe al educando como sujeto, en lugar de verlo como el objeto). Seguidamente, Kaplún asigna a cada modelo distintos tipos de métodos de enseñanza. Mientras que al modelo endógeno le asigna la metodología que pone énfasis en el proceso, considera como modelos exógenos las centradas en los contenidos y los efectos.

La educación centrada en los contenidos que, como ya hemos mencionado, se considera modelo exógeno, tiene su máximo exponente en la metodología tradicional, la cual se basa en la transmisión de dichos conocimientos sin una leve preocupación de la asimilación de estos por parte de los alumnos. La forma de evaluar al educando en este tipo de educación son los exámenes, los cuáles, bajo mi punto de vista, son útiles e incluso necesarios, pero no como forma principal para testar la capacidad de los receptores de la información. En relación a esto, veo necesario destacar la opinión de Paulo Freire, que describe este fenómeno como “educación bancaria”, pues ve a los profesores como personas que realizan ingresos de información en la mente de los alumnos que los memorizan como el sistema bancario guarda el dinero. Esta metodología, como indica el autor del presente texto, sirve para domesticar a las personas y capar, en la mayor medida posible, su individualización, a la vez que impide el desarrollo de su creatividad.

Descarga el libro aqui: Una Pedagogia de la comunicacion (Mario Kaplun)

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¿Todo es susceptible de empeorar?

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

Perspectivas de la guerra mediática en Latinoamérica

Al menos en tres frentes la derecha continental arreciará sus embates mediático-histriónicos, durante los meses venideros, para asegurarle a los “poderes fácticos” capacidad de control, acceso a los recursos naturales y garantías en el pago de las deudas:

1) culparán a las víctimas de todos los males que las aquejan.

2) expandirán la sociedad del espectáculo judicial.

3) hurgarán en la vida privada de líderes y organizaciones sociales para criminalizar su origen, logros y aspiraciones.

Ya “cacarean” reformas laborales, fiscales y políticas. Es decir, más de lo mismo pero empeorado. El Grupo Clarín, con O Globo, Mercurio, Televisa y demás latifundios mediáticos, orquestan las nuevas sinfonías de violencia simbólica. Nada de eso eclipsa algunos logros.

Veremos en el tinglado mediático un desfile variopinto de jueces e histriones armados con “denuncias” y “sospechas” (mayormente carentes de pruebas). Arengarán el fracaso del “progresismo latinoamericano” que no ha sido capaz de atender las necesidades de los electores; veremos todo género de gesticulaciones antidemocráticas para poner bajo sospecha las capacidades intelectuales de los pueblos a la hora de elegir a sus representantes y, tras ello, veremos a la moralina conservadora agitar peroratas pontificias sobre lo que más conviene para salvar al neoliberalismo “reseteándolo” todo. Por las bases los pueblos luchan de otro modo.

Argentina, por ejemplo, es un laboratorio crudelísimo convertido en caja de resonancia de Brasil y de Perú. Es una mascarada de la doble moral y el doble discurso deambulando con naturalidadentre la confusión inducida. Los “poderes fácticos” apelan a la crítica del bolsillo mientras depredan el poder adquisitivo entre carestías desaforadas y derrumbes salariales. Su moraleja es: te va mal porque eliges mal. Tratan de esconder la desesperación de una derecha que sólo cuenta con títeres judiciales y agencias de publicidad para enfrentar su vacío de ofertas y de discursos electorales. Todo depende del “éxito” de las calumnias y de cierto margen porcentual de electores resignados a promesas míseras que serán incumplidas meticulosamente. La derecha anhela continuar el saqueo de los recursos energéticos, hidráulicos y turísticos (sin estorbos “populistas”) además de regalar la mano de obra que en su depreciación descomunal (en tiempos de progresismo también) se hunde en descreimientos, decepciones y desesperaciones.

Su calendario mediático tiene marcadas las fechas que se le antojan al Fondo Monetario Internacional. Entregarán sumas inmensas mientras las penurias llegan inclementemente. En la agenda de las fuerzas progresistas no aparece, con la contundencia que se vive, el arsenal de penurias que agobian a la clase trabajadora y, para colmo, las habilidades comunicacionales de las fuerzas, con inspiración popular, siguen siendo una debilidad en más de un caso rayana en sospechosa, tanto para defenderse como para las contraofensivas que urgen.

Todas las ambiciones de poder están marcadas por el servilismo a los “fondos buitre” que no sólo no han mermado influencias, sino que han incrementado sus ganancias a precio de usura desaforada. No importó la pandemia ni importa la crisis económica desatada por el conflicto bélico en Ucrania, bien por el contrario, han aprovechado la “coyuntura” para exacerbar ganancias y discursos arrinconado a las democracias del “subdesarrollo” para agenciarse poderes y posiciones con acento ultraderechista y xenófobo. La creatividad propagandística de los “mass media” se regodea en los errores y las limitaciones gubernamentales de corte popular y las invectivas mediáticas oligarcas se adueñan del malestar social para acicalarse como salvadores en el albañal de penurias de las que fueron y son causantes directos. Espejismos y aberraciones a granel.

No contamos con una Carta Democrática para la Comunicación ni contamos con organizaciones internacionales, de base, capaces de enfrentar las arremetidas de la “plus mentira” cargadas con “fake news” o “fake books”, como es la moda en la “pos verdad”. No hay iniciativas para confrontar la “operación cóndor mediática” que se acicala con tecnologías digitales y metodologías neuro-publicitarias, tal cual proclama la OTAN en su “Guerra Cognitiva”, que elige el cerebro de los pueblos como campo de batalla predilecto. No está en la agenda de las organizaciones políticas el “nudo gordiano” de la guerra mediática y no se ven planes de empoderamiento comunicacional popular para enfrentar a la manipulación simbólica recargada que se anuncia en las campañas nacientes. Una estética de la resignación se cocina en los calderos de la decepción y las derechas apuestan por una democracia del “sálvese quien pueda” con ellos disfrazados de mesías en el centro de la escena electoral. Mientras la Revolución de la Conciencia va… pero va lenta. Un solo mundo con sus voces múltiples silenciadas.

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez, Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride​ de la ​Universidad Nacional de Lanús. ​Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Rector Internacional de la U​niversidad ​Internacional de las Comunicaciones UI​COM. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)

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¿Hay que defender la Filosofía? Reflexión y propuesta sobre la enseñanza del filosofar

Por: Alfonso Arriaga Juárez

 

“Siempre me ha parecido que quien expone oscuramente

es porque comprende oscuramente.

Si la exposición no es clara, es porque las ideas no están claras para quien las expone.”

Adolfo Sánchez Vázquez

Introducción

En los últimos tiempos, de los diferentes sistemas educativos tanto en América Latina como en España, se ha venido una andanada en contra de la enseñanza de la filosofía en los centros escolares que puede ir desde los niveles más básicos hasta el nivel superior. Se decide por parte de políticos y burócratas de la educación, que la enseñanza de la filosofía no es relevante en el conjunto de asignaturas de los diversos currículos escolares e, incluso, que las carreras de filosofía son prescindibles de las universidades.

Lo anterior se debe a que, dichos burócratas y políticos, no encuentran un beneficio a la enseñanza de ésta área del saber humano, tanto en los sistemas educativos como en el conjunto de la sociedad en general. Esto se debe a que, dicen ellos, “la filosofía no brinda grandes oportunidades profesionales” (González Férriz, 05/04/2022: El Confidencial) ni, obviamente, grandes oportunidades de negocios o empresariales que permitan el progreso material de una sociedad.

Debido a lo anterior, es que la comunidad filosófica, hasta entonces metida en un largo letargo y ensimismamiento, se levanta furiosa vociferando en sendos escritos donde intenta reivindicar el papel de la filosofía en la educación escolarizada destacando sus variadas y múltiples cualidades para la niñez y la juventud en el actual contexto de tecnologización deshumanizada y deshumanizante que fomenta el individualismo egoísta extremo que permea en todas las capas de la sociedad contemporánea.

Ésta defensa de las cualidades de la enseñanza de la filosofía en el aparato escolar por parte de la comunidad filosófica, parece tener solamente beneficios, como el desarrollo de un pensamiento crítico que permita a los estudiantes convertirse en seres autónomos que asuman la responsabilidad que tienen hacia consigo mismos, la comunidad y el entorno; pero casi ningún, o así lo pretenden mostrar, inconveniente, como si la enseñanza de la filosofía fuese un páramo de pureza, un oasis dentro del desierto de la enseñanza tecnologizante y deshumanizada.

Es una obligación de los que fuimos formados en ésta área del saber, someter todo a la duda e interrogación sobre todo a nosotros mismos y a nuestra actividad: la enseñanza de la filosofía. Sin embargo eso raramente sucede y, como vimos en las lineas anteriores, nos decantamos de antemano por las posturas extremas: o bien la filosofía no sirve para gran cosa en la educación escolarizada de la era informacional, o bien la enseñanza de la filosofía en el ámbito escolar tiene todos y sólo beneficios del desarrollo del pensamiento crítico y está exenta de los problemas y vicios que atañen a las otras áreas de la enseñanza y, además, poseemos su monopolio exclusivo por lo cual nadie mas puede ni debe enseñar este tipo reflexión de carácter crítico.

Por otra parte, se asume al parecer también acríticamente, que la Filosofía como área del saber humano, es lo mismo y corresponde univocamente con su enseñanza, si bien la enseñanza es una parte fundamental de la filosofía, no son lo mismo pues, si la enseñanza de ésta área del saber desapareciera de los currículos escolares, esto no implica que la filosofía como área del saber desaparezca, de hecho la filosofía sobrevivió muchos siglos sin formar parte de una estructura formal de enseñanza escolarizada, entre otras cosas porque no existió hasta finales del siglo XVIII una estructura formal de enseñanza generalizada y obligatoria.

Además, no está claro cómo la enseñanza de la historia de la filosofía pueda generar un pensamiento crítico, es decir, no es lo mismo informar que formar, no es lo mismo informar sobre los autores, problemas y corrientes filosóficas que formar en los procedimientos reflexivos y sistemáticos que conducen a un pensamiento de carácter filosófico que tradicionalmente denominamos filosofar, lo cual ya fue advertido por Kant en su Crítica a la Razón pura cundo argumentó que “nunca puede aprenderse, en cambio (a no ser desde un punto de vista histórico), la filosofía. Por lo que a la razón se refiere, se puede, a lo más, aprender a filosofar” (Kant, 2008: 650).

Con base en lo anterior, es que la duda sobre una supuesta defensa de la filosofía está más que justificada, es decir, ¿de verdad hay que defender a la filosofía?, pues como ya observamos ésta no necesita y no ha necesitado defensa pues el filosofar trasciende el tiempo y los sistemas e ideologías políticas históricamente determinadas al ser una necesidad humana imperiosa, ¿no será mejor dirigir nuestra energía a defender la enseñanza del filosofar en lugar de la enseñanza de la filosofía?

En el presente texto se pretende argumentar a favor de la postura de la enseñanza del filosofar más que de la filosofía en sí, ya que esta línea de pensamiento, la que pretende hacer de la enseñanza de la filosofía una materia más dividida en asignaturas (lógica, ética, estética, etc.), se dirige cada vez más hacia su normalización, esto es, hacia su homogeneización con los saberes científico­técnicos en una jerarquía inferior que logre, como hasta el momento, minimizar, controlar y neutralizar su rol efectivo como generadora de reflexión crítica, es decir, se mostrará cómo esta línea de pensamiento va en contra sentido de la defensa de la enseñanza del filosofar.

I.   Filosofía y Filosofar

Para entender la propuesta que deseo plantear es necesario, primero, que establezca lo que voy a entender por Filosofía y por Pensamiento filosófico (filosofar). Pues bien, podemos decir que la Filosofía es el producto del filosofar o del pensamiento filosófico, el cual se caracteriza por ser una reflexión constante, ordenada y coherente, acerca del Ser Humano y su entorno, que procede a través de un procedimiento metodológico, a expresar y sustentar las diversas conclusiones que de esta actividad cognitiva se derivan y cuyo propósito trascendental es desarrollar una enseñanza vital.

Una enseñanza para la vida en la que se busca la formación del espíritu humano, la formación de aquello que dota al Ser Humano de un carácter verdaderamente humano. Por lo cual, el pensamiento filosófico o filosofar se diferencia de otras formas de reflexión porque en ella su objetivo principal es la formación de sí mismo que surge en la interacción con los otros, pues se enseña a otros a formar su espíritu y a entender qué es aquello que los hace esencialmente humanos.

La enseñanza del pensamiento filosófico en aquellos que no tienen como propósito principal y explícito dedicarse a esta actividad profesionalmente, como en la filosofía para niños o en el bachillerato, no se debe centrar en los contenidos propiamente filosóficos, sino en el enfoque, metodología y propósito del pensamiento filosófico o filosofar. Aunque cabe aclarar que estos no serán desdeñados o excluidos, lo que digo es que el objetivo principal es formar el pensamiento filosófico a partir de la experiencia de vida de los que lo estudian y, a partir de ella, acercarlos a la Filosofía para que esta se torne en una enseñanza significativa, en una enseñanza para la vida.

Así pues, si el propósito de la enseñanza del filosofar en el nivel medio superior es la de formar un pensamiento crítico, sistemático y coherentemente fundamentado para la comprensión y transformación de sí mismo, así como del entorno en el que se vive, entonces lo que importa es enseñar a filosofar. Esta perspectiva se basa en la idea de que los problemas de carácter filosófico surgen primordialmente de la actividad cotidiana, puesto que es en la vivencia cotidiana donde surge estas problemáticas que el pensamiento filosófico aborda a través de una metodología propia.

Esto lo podemos ver en Platón, en donde el personaje principal de la mayoría de sus diálogos tempranos, Sócrates, comienza el análisis filosófico partiendo o con base en un problema, que sus interlocutores ya tienen y en el cual están inmersos, para tratar de clarificarlo. El método socrático, generalmente, comienza explorando la cuestión para establecer y delimitar el problema, posteriormente, se plantea una solución o respuesta provisional, misma que será explorada y sometida a un análisis riguroso en el que se platean tanto argumentos a favor como en contra. Si tal respuesta resiste el examen es aceptada y se continúa con otra cuestión, aunque en los Diálogos difícilmente sucede esto, sino que, por el contrario, la primera respuesta es refutada posteriormente al análisis, y se procede a encontrar una nueva respuesta que será sometida al mismo procedimiento.

En cualquiera de los dos casos, esto es, ya sea que se acepte o se rechace la respuesta, siempre se aprende algo, ya que en el peor de los casos lo que se aprende es que nuestra creencia es falsa. Es así que se pueden resumir las principales características del método socrático de la siguiente forma: “los argumentos son todos refutatorios, buscan examinar una cierta opinión o tesis y mostrar su implausibilidad; están construidos como conversación dialogada a base de preguntas y respuestas, en la que uno de los dialogantes hace preguntas y el otro responde; su forma más general es la de reducción al absurdo” (Vargas, 1986: 13­14).

En consecuencia, lo que debemos enseñar es, precisamente, este proceder, esta práctica, esta ascesis que permite el desarrollo del pensamiento crítico, sin embargo, esto requiere de oficio, y el oficio del filósofo no se limita a su propia formación, sino que, para dar un servicio, para que la comunidad se beneficie de éste oficio, es necesario enseñar a otros a formar su espíritu y a entender qué es aquello que los humaniza. Es por ello que el oficio del filósofo es doble: pensar y enseñar, por lo cual no basta que se domine el correcto interrogar sino también el correcto explicar. Por ende, el profesional en filosofía tiene que procurarse la excelencia en ambas ejecuciones de su oficio, de lo contrario, como nos dice Nicol, diremos que “este fulano no tiene oficio”. Sin embargo, muchos de los colegas de oficio no procuran dominar, sobre todo, el oficio de enseñar. Con lo cual estarían faltando también al otro oficio, al oficio del pensar, del interrogar, pues ya no estarían prestando el servicio, propio de todo oficio, a la comunidad.

Así pues, si no se domina el oficio del profesional de la filosofía, entonces ya no es profesional sino aficionado y, como lo señala perfectamente Nicol, “sin duda el aficionado es más libre que el profesional, tiene menos compromisos y responsabilidades. También tiene menos oportunidades de llegar a la verdad. O no dice nada, guardando para sí mismo el saber que pudo adquirir; o dice lo primero que le pasa por la cabeza, como un Jenófanes cualquiera. Éste es un pensador, diríamos, sin oficio ni beneficio” (Nicol, 1994: 28­32).

Es así, por tanto, que el enseñar a filosofar es enseñar una determinada forma de ser humanista y humanizante que comienza con la obligación de conocerse a uno mismo, lo cual conlleva al cuidado y cultivo de sí que exhorta a hablar con verdad sobre uno mismo y que privilegia el diálogo racional efectivo y afectivo el cual es siempre es una actividad que se realiza entre varios, una actividad que se realiza con los otros; es por ello que este diálogo, este hablar, este decir verdad sobre uno mismo con los otros, implica una determinada forma de hacer que obliga a actuar consecuentemente.

II.   Normalización de la filosofía

Así pues, enseñar a filosofar es enseñar una cierta actitud, una manera de ser y de hacer que se asemeja a lo que Aristóteles denominaría virtud dianoética, que implica determinados procedimientos, esto es, conocimientos que se encarnan en la práctica y que entrañan no sólo teoría sino todo un ejercicio (ascesis). No obstante y como es evidente, aquello que nos lleva a querer “defender la filosofía” , que en realidad debería ser una defensa de la enseñanza del filosofar, es la confrontación con la actual concepción de la enseñanza de una manera de ser y de hacer dominante, deshumanizante y excluyente que necesita del desconocimiento de uno mismo para evitar el cuidado y cultivo de sí, el cual llevaría inevitablemente a inhibir el decir veraz sobre uno mismo.

De esta forma es que se considera, ingenuamente, que introduciendo a la filosofía como una materia más, dividida en asignaturas y rechazándola como temática transversal, es como se “defiende a la filosofía”, se dice “La filosofía enseña a pensar, la lógica es su método, la ética aspira a convertirlo en norma de conducta común y la estética dota a la persona de la sensibilidad para lograrlo. Las cuatro disciplinas orgánicamente vinculadas son la trama y la urdimbre, el tejido ancestral que condujo al homo sapiens. Volverlo transversal es deshilacharlo” (Solana Olivares, 20/05/22: Milenio).

Sin embargo, esto no es del todo acertado, pues si así fuese, es decir, si de hecho esto es lo que ya se hace en la enseñanza de la filosofía y nos lo quieren quitar, entonces ¿por que vivimos un momento histórico de “creciente gravedad”?, ¿no se será que hemos llegado a este grave momento histórico precisamente porque la filosofía se ha normalizado a un sistema escolar que deshumaniza y que en lugar de que la filosofía enseñe a pensar, enseña historia de la filosofía, no será que en lugar de que la lógica sea su método, lo que se enseña son tablas de verdad, no será que en lugar de que la estética dote a la persona de sensibilidad, lo dota, a lo sumo, de la historia de la pintura, no será que en lugar de que la ética normalice cierta conducta, sea mejor que se analice por qué los valores supremos han perdido validez, han perdido su sentido?

La enseñanza de la filosofía, al insertarse a un modelo educativo rígido se normalizó, es decir, se le impuso un molde con un efecto clasificatorio dentro de un sistema rígido de conductas, esto es, la enseñanza de la filosofía se insertó en un modelo educativo disciplinario, en la que la filosofía fue clasificada dentro de una estructura curricular rígida que da como resultado la conformación de un determinado tipo de sujeto que responde a los intereses de esta sociedad disciplinaria que va en contra sentido a los efectos del pensamiento crítico propio del filosofar.

Es por ello que, en el Estado disciplinario desde el siglo XIX y hasta la primera mitad del XX, el objetivo de la educación era hacer del “hombre común” un súbdito que se somete a la autoridad para hacer de él un sujeto laborioso, útil y que además, según Ulrich Herrmann, debía aprender a trabajar desde la más tierna edad pues el trabajo debía convertirse en su segunda naturaleza. En este sentido es que, para Wehler, “la disciplina social, en el sentido de interiorización del orden, de la puntualidad, de la distribución del tiempo, de la capacidad de concentración, iba a producir, en unión con el estudio de materias didácticas formadoras del carácter y preparatorias de la acción, un súbdito del Estado” (Hermann, 2015: 108­109).

Es por ello que la actual “defensa de la filosofía” me parece contradictoria, en el sentido de que al solicitar y exigir que se inserte como una asignatura más dentro de un modelo educativo disciplinario en donde se homogeneizan procesos, mecanismos así como relaciones humanas y donde lo relevante es la calificación y los exámenes estandarizados, la enseñanza de la filosofía pierde, deja de lado o margina su principal deber: enseñar a pensar de forma crítica. Plegándose así a los requerimientos de la sociedad disciplinaria primero, y después, a los objetivos de la sociedad de control de la era neoliberal del capitalismo (Salinas Araya, 2015: 131).

Para Foucautl las sociedades disciplinarias comienzan en el siglo XVIII, se desarrollan en el XIX y llegan a su cúspide en la primera mitad del siglo XX, es decir, en la etapa industrial del capitalismo, posteriormente, comenzará un proceso de transición a las sociedades de seguridad, gubernamental, regulativa, o sociedades de control (como les diría Deleuze) en la llamada era de la información. En las sociedades disciplinarias, “El individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro, cada uno con sus leyes: primero la familia, después la escuela (“ya no estás en tu casa”), después el cuartel (“ya no estás en la escuela”), a continuación la fábrica, cada cierto tiempo el hospital y a veces la cárcel, el centro de encierro por excelencia” (Deleuze, 1999: 277).

En las sociedades disciplinarias, de un lugar de encierro se sale, luego se pasa a otro. Sin embargo, en el modelo del espacio abierto o “de la libre circulación, los controlatorios, nunca se acaban, no se termina de entrar en ellos y nunca se acaba de salir, nunca se sale de la escuela, por ejemplo, el modelo de la libre circulación, impone la formación permanente” (Salinas Araya, 2015: 134). Así pues, la disciplina queda superada frente a un trabajo que ya “no se materializa en un hacer corporal, directamente observable y potencialmente sistematizable, sino que se produce al interior de una experiencia cognitiva, afecto­ subjetiva” (Zangaro, 2013: 59).

Es por ello que, como mecanismo de control (controlatorio), se optó por una estrategia que vincule directamente los objetivos de trabajo con los objetivos del sujeto para que este se los apropie y desarrolle sus propias estrategias de autocontrol y, de esta forma, se desplaza el control del proceso en el que se enfocaba el capitalismo industrial, al control del resultado en el capitalismo cognitivo, garantizando así que los objetivos del capital se logren. De esta forma, los saberes incorporados y movilizados por el trabajo vivo no se limitan a su ejercicio dentro de la jornada de trabajo sino que se extienden a los tiempos sociales desdibujando las fronteras entre el tiempo de trabajo y de no trabajo.

Aunque las técnicas de la sociedad disciplinaria, como las instituciones de encierro, no desaparecen, sí van a entrar en crisis por lo cual comienzan a ceder su lugar a las técnicas controlatorias, esto es, se pasa de un modelo de encierro donde el control es hacia el individuo, a uno de espacio abierto donde el control es hacia la población­especie, en la cual, “ya no pretenden la imposición de un modelo rígido normalizante; sino que permiten cierta diferencia modulante, cierta absorción de lo diferente y también una mayor internalización de las conductas socialmente aceptables” (Salinas Araya, 2015: 135).

Como se pudo observar, la llamada “defensa de la filosofía” se reduce a la inserción o continuación de ésta área del saber en formato de asignatura dentro de un sistema rígido que la normaliza y la despoja de su carácter crítico tal y como se pretendía en las sociedades disciplinarias, no obstante, la propuesta de volverla una temática transversal responde al modelo de sistema abierto o de libre circulación propio de las sociedades de control, en donde se flexibiliza y se banaliza perdiendo, también, sus efectos formativos y autoformativos. Es por ello que ninguna de las dos opciones son congruentes con la enseñanza del filosofar, por lo cual es menester una alternativa una propuesta que englobe y se superponga a las dos anteriores, esto es, en necesaria una educación otra.

  • Acerca de una educación otra como Parrhesía y su mediación phronética

Como se pudo observar en lineas anteriores, la supuesta “defensa de la filosofía” se concentra en mantenerla como una asignatura más en una estructura rígida que terminó por normalizarla en el sistema educativo de la sociedad disciplinaria de la era industrial del capitalismo que, ingenuamente, pretende ser una oposición a la propuesta de mantenerla de forma transversal en el sistema educativo de la sociedad de control de la era informacional del capitalismo, la cual busca, a través de un modelo abierto o de libre circulación que modula o sintoniza (Tuning) el comportamiento de los individuos, el control de la población bajo un esquema de aparente diversidad e inclusión.

Es así que se nos pone ante una falsa dicotomía, o bien optamos por un modelo rígido normalizante donde la enseñanza de la filosofía se reduce a una asignatura que pierde su esencia y contribuye a la formación de “súbditos del Estado” o bien, optamos por su enseñanza transversal bajo un modelo de educación escolar excluyente que se disfraza de diversidad y de inclusión, y que en realidad niega la otredad y pretende la uniformidad, que busca una modulación o sintonización de un modo de ser único, como lo explica Valle:

Aunque intentemos hablar, vestir, comer, andar y habitar como europeos estamos aquí en América Latina. Lo que fagocita, lo que devora, es ser colocados, desde aquí y desde allá, en un lugar de otredad en tanto inferioridad. Lo que fagocita es la propia inclusión bajo parámetros de integración con lo europeo y lo moderno. Lo que devora es la búsqueda de la equidad desde la propia inequidad. La fagocitación se produce en un terreno invisible, está al margen de lo que oficialmente se piensa de la cultura, la ciencia o la civilización. (Valle, 2017: 107)

De esta forma, ambas opciones se nos presentan como si representaran otra educación pero, en realidad, tienen el mismo objetivo: satisfacer las demandas del mercado laboral, la primera del que necesitaba la fase industrial y la segunda la que necesita la fase informacional o cognitiva del capitalismo. Es por ello que se hace imperiosa la necesidad no de otra educación, sino de una educación otra, para la consecución del “cumplimiento de la verdadera vida, pero como exigencia de una vida radicalmente otra” en donde:

El maestro no debe limitarse a dar al alumno lecciones de competencia, transmitirle un saber, enseñarle la lógica o cómo refutar un sofisma, y tampoco es eso lo que el alumno debe pedirle. Entre ellos debe establecerse otra relación, una relación que es de cuidado, ayuda, socorro. Has venido aquí, dice [Epicteto] a su alumno, como a un iatreion (una clínica), estás aquí para que te atiendan. Y cuando vuelvas a tu casa, no lo harás simplemente como un individuo capaz por fin de resolver los sofismas o suscitar admiración por su capacidad en la discusión. Debes volver a tu casa como alguien que ha sido atendido, curado, y cuyos males se han apaciguado. (Foucault, 2011: 284)

De esta forma, el presente apartado tiene como propósito delinear una propuesta alternativa por lo cual primero, se definirá el termino parrhesía a partir del análisis genealógico que hace Foucault para, posteriormente, realizar el análisis de término phrónesis propuesto por Beuchot y, finalmente, el modo en que se constituiría un individuo autónomo a partir de la formación parrhesiástica­phronética. Así pues, lo que se pretende es una formación otra:

El objetivo es, desde luego, velar constantemente por los otros, ocuparse de ellos como si fuera su padre o su hermano. Pero ¿para conseguir qué? Para incitarlos a ocuparse, no de su fortuna, de su reputación, de sus honores y sus cargos, sino de sí mismo, es decir: de su razón, de la verdad y de su alma (phrónesis, alétheia, psykhé). Ellos deben ocuparse de sí mismos. Esta definición es capital. El uno mismo en la relación de sí consigo, el uno mismo en esa relación de vela sobre sí mismo, se define [en primer lugar] por la phrónesis, esto es, la razón práctica, por decirlo de algún modo, la razón en ejercicio, una razón que permite tomar las buenas decisiones y desechar las opiniones falsas [para] que cada individuo se ocupe de sí mismo [en cuanto] ser racional que tiene con la verdad una relación fundada en el ser de su propia alma. Y en ese aspecto estamos ahora ante una parrhesía centrada en el eje de la ética. (Foucault, 2011: 101­102)

El estudio de las prácticas del decir veraz (parrhesía) se abordan generalmente desde un eje central que es el principio socrático “conócete a ti mismo”, pero Foucault lo estudiará en un sentido más amplio en el cual incluye la noción de epiméleia heautóu, el cuidado de sí, el ocuparse de sí o cultivo de sí, el cual es coadyuvante del principio de decir la verdad sobre uno mismo, a la vez que está apoyado por el otro que exhorta a hablar y que habla, es decir, la actividad del decir veraz sobre uno mismo siempre fue una actividad realizada entre varios, una actividad con los otros.

Es por ello que la parrhesía se muestra como algo distinto de una técnica o un oficio, aún cuando en ella haya aspectos técnicos. La parrhesía es una actitud, una manera de ser y de hacer que se emparenta con la virtud, son procedimientos, medios dirigidos a un fin y por ello tiene que ver con la técnica pero no sólo eso sino, sobre todo, es una modalidad del decir veraz.

La parrhesía filosófica no es sólo un discurso sino que está relacionada directamente con la vida cotidiana, es por ello que parte de que ocuparse de sí mismo “consiste, en primer lugar y ante todo, en saber si uno sabe o no lo que sabe. Filosofar, ocuparse de sí mismo, exhortar a los otros a ocuparse de sí mismos, mediante el escrutinio, el examen y la prueba de lo que saben y no saben los otros” (Foucaul 2011b, 330), de esta forma se concibe la parrhesía filosófica misma que estará mediada por la capacidad del individuo de juzgar cuándo es conveniente decir la verdad, esto es, mediada por la phrónesis.

Como hemos podido observar, la parrhesía incita a ocuparnos de nosotros mismos y para ello requiere el conocimiento de uno mismo, no obstante también requiere de coraje para atreverse a decir la verdad, lo cual resulta ser muy violento pues, como dice Foucault (2011b: 72) “quien dice la verdad la arroja a la cara de ese interlocutor, una verdad tan violenta, tan abrupta, dicha de una manera tan tajante y definitiva que el otro no puede más que callarse”, características que la hacen anti pedagógica.

Es por ello que la parrhesía requiere de ponderación, esto es, de una mediación que permita su moderación o mesura y para ello se requiere de la capacidad de juzgar en cada situación lo que es conveniente, la capacidad de deliberar acerca del término medio de las acciones y de los medios conducentes a los fines, es decir, requiere de la phrónesis.

La phrónesis o formación del juicio es una de la virtudes cardinales establecidas por los pitagóricos; para estos la phrónesis es un término análogo ya que participa tanto de las virtudes teóricas (sophia, episteme, nous) como de las virtudes prácticas (templanza, fortaleza, justicia); ésta idea surge del estudio que hacían sobre la música en general y sobre la armonía en particular, la cual era vista como la concordancia de los contrarios, la cual era posible al encontrar la proporción, “la analogía es proporción, proporcionalidad, acercamiento aproximativo”. (Beuchot 2007: 16)

La característica principal de la phrónesis es la deliberación o procedimiento que permite evaluar razonablemente los pros y los contras de la acción, así como los medios con los que se cuentan para lograr ese propósito, “esta deliberación es una especie de diálogo argumentativo, consigo mismo o con otro(s), pero que, en definitiva, es una argumentación a favor de lo que uno se propone hacer y la manera de hacerlo” (Beuchot 2007: 23).

En este sentido, evaluar razones a favor y en contra de aquello que se quiere hacer es distinguir y separar las partes de aquello que se quiere realizar, esto es, la deliberación va acompañada del análisis “por eso tiene una parte de conocimiento, pero también de praxis concreta: por eso, de alguna forma, es una virtud mixta: teórico­práctica [por ello] la phrónesis no se reduce a una techne, técnica o arte, aunque también tiene su parte estratégica, instrumental o técnica” (Beuchot 2007: 25).

Hasta aquí podemos observar la relación directa de la phrónesis con la parrhesía pues, en primer lugar la veridicción tiene que ejercerse mediante la deliberación de los pros y los contras de ese decir veraz. Por otra parte, la finalidad de la parrhesía es la formación de uno mismo para poder ocuparse de sí mismo y ello requiere phrónesis, esto es, la capacidad de juzgar, de deliberar.

Lo que se propone como alternativa es una educación que desarrolle en el individuo un cierto procedimiento reflexivo en el cual se base su conducta, sus prácticas cotidianas, una ascesis que ejercite su inteligencia primero y que se torne hábito después. Este procedimiento consiste prima facie en un cuestionamiento constante que conduzca al individuo a la necesidad de indagar una posible respuesta a este, de tal forma que, una vez que se tiene la respuesta provisional, hipotética, sea menester el análisis de dicha respuesta, entendiendo por esto la búsqueda de los argumentos más significativos, tanto a favor como en contra de la respuesta provisional.

Una vez que se tienen los pros y contras explicados y fundamentados se pasa a la síntesis, entendiendo por esto la evaluación tanto de los argumentos a favor como en contra con el propósito de determinar cuáles argumentos son correctos, válidos y pertinentes y cuáles no. Dicha evaluación nos permitirá llegar a una conclusión ponderada, deliberada y fundamentada, misma que el individuo podrá defender en un escrito, diálogo o debate sobre el tema en cuestión. (véase el siguiente esquema)

  1. Dudar/preguntar/cuestionar
  2. (Creer) Respuesta provisional/hipótesis
  3. Análisis (argumentos a favor y en contra de la respuesta provisional)
  4. Síntesis (evaluación de los argumentos a favor y en contra
  5. (Saber)    5. Conclusión (confirmar o refutar la respuesta provisional)

 Tal ascesis no sólo abarca el sentido de la noción de competencias pues es un procedimiento teórico­ práctico basado en el desarrollo del know how y know that, y desarrolla tanto la parrhesía, en cuanto procedimiento/habilidad y conocimiento teórico­práctico (Foucault 2011b:59), como la phrónesis, en tanto procedimiento de deliberación analógico. De esta forma, se proporcionan los conocimientos y las capacidades técnicas o procedimentales que requiere la educación en competencias, pero va más allá en tanto que no se limita sólo a esta dimensión del ser humano, a la dimensión del empleo o laboral, sino que permite la formación del ethos, en tanto singularidad en su relación con los otros.

Conclusión

 

En consecuencia, en lo que se debe enfocar la comunidad filosófica es en la defensa de la enseñanza del filosofar, en la enseñanza de una ascesis que ejercite su inteligencia primero y que se torne hábito después, ya que a través de ello podrá genera un conocimiento de sí que le permitirá cuidar de sí mismo, ocuparse de sí mismo y exhortar a los otros, mediante el escrutinio, el examen y la prueba de lo que saben y no saben pues “esa vigilancia de sí que es también vigilancia de los otros, o la vigilancia de los otros que es también vigilancia de sí [da como resultado] un cambio en la conducta de los individuos y un cambio, asimismo, en la configuración general del mundo” (Foucault, 2011: 324).

Ee por ello que, seguir de forma irreflexiva y en rebaño la “defensa de la filosofía” como la instauración de una materia dividida en asignaturas en contra de su implementación como temática transversal es, en realidad, “defender” el modelo normalizador de las instituciones disciplinarias, de la educación de la era industrial del capitalismo por sobre el modelo del espacio abierto o de la libre circulación donde los controlatorios nunca se acaban. Sin embargo, en ambos casos la filosofía pierde su esencia y su propósito: la formación del pensamiento filosófico.

En ambos casos se pierde el objetivo del filosofar, pues ni las asignaturas ni la transversalidad generan un individuo singular con la capacidad de ocuparse ni de sí mismo ni de su entorno, por lo que ninguna es una alternativa ya que ambas impiden un cambio de conducta que impide la transformación del mundo pues esta alteración surge de la relación que se tiene de sí consigo, por lo cual, es un mundo otro el que debe surgir, por lo menos, como ideal regulativo, como el objetivo de la práctica (ascesis) del filosofar. Pero no se trata de otro mundo como el platónico o el judeo­cristiano a donde llegarán las almas luego de su liberación del cuerpo, sino que “se trata de otro estado del mundo, otra ‘catástasis’ del mundo” (Foucault, 2011: 326).

Como se puede observar, se trata de transformar éste mundo a partir de un modo otro de vida, el cual sólo será posible si se genera una forma de ser y de hacer otra, la cual sólo puede surgir del conocimiento de uno mismo que lleva al cuidado y gobierno de sí, el cual requiere de una determinada práctica educativa, una ascesis que genere un tipo de educación y enseñanza otra, misma que aquí se propone a partir de la phrónesis y la parrhesía.

Referencias.

 Beuchot, Mauricio (2007) Phrónesis, Analogía y Hermenéutica. México. FfyL­UNAM. Deleuze, Gilles (1999) Conversaciones 1972­1990. España. Pre­Textos.

Foucault, Michel (2011) El coraje de la verdad. Argentina. Fondo de Cultura Económica.

Foucault, Michel (2011b) El gobierno de sí y de los otros. Argentina. Fondo de Cultura Económica.

González Férriz, Ramón (05/04/2022) El Erizo y el Zorro: Enseñar Filosofía a los adolescentes no tiene ninguna lógica.    El    Confidencial.    Recuperado    de    https://www.elconfidencial.com/cultura/2022­04­05/filosofia­ alumnos­educacion_3403096/.

Herrmann, Ulrich (2015) Educación y formación durante la Ilustración alemana. En Aguirre Lora, María, Introducción a la pedagogía 1. Pedagogía­DSUAyED. México. FfyL­UNAM.

Kant, Immanuel (2008) Crítica de la razón pura. México. Editorial Taurus.

Nicol, Eduardo (1994) Del Oficio. En boletín de Filosofía y Letras núm. 1, UNAM, México, septiembre­octubre, pp. 28­32.

Salinas Araya, Adán (2015) La semántica biopolítica, Foucault y sus recepciones. Chile. CENALTES.

Solana Olivares, Fernando (13/05/2022) Requiem por la filosofía. Milenio. Recuperado de https://www.milenio.com/opinion/fernando­solana­olivares/pequeno­formato/requiem­por­la­filosofia­y­ii.

Valle, Ana M. (2017) Artificios de equidad e inclusión educativa en América Latina. En Murga, M. Dogmas de la educación. México. UPN.

Vargas, Alberto (1986) Las refutaciones socráticas. En Flores, Raúl Ed. Argumentación y Filosofía. Cuadernos universitarios 25. México. UAM­I.

Zangaro, Marcela (2013) Capitalismo industrial y capitalismo cognitivo: gestión del saber y estrategias de control. En Cuadernos de pensamiento biopolítico latinoamericano/1. Ruvituso, Mercedes Comp. Buenos Aires, Argentina. UNIPE.

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Venezuela: Ejes Territoriales en el marco de las Redes Lugarizadas de Investigación

Ejes Territoriales en el marco de las Redes Lugarizadas de Investigación

Yuleima Rodríguez Torcatt

Como punto fundamental, la organización y planificación por ejes territoriales es una nueva forma para el encuentro y el trabajo en equipo que busca seguir construyendo las Redes Lugarizadas de Investigación y la estructura de la universidad que soñamos.

La comunicación, organización, información y planificación a partir de 8 ejes Territoriales forma parte de las estrategias implementadas por la UNEM, contribuyendo así a los propósitos establecidos en el tercer Plan Socialista de Desarrollo de la Nación 2019-2025, para alcanzar principalmente dimensiones de integración, consensos, productividad y desarrollo social entre territorios.

Desde la UNEM debemos  establecer una construcción común, horizontal, sinérgica y ordenada en diversos procesos de formación e investigación, entre otros aspectos que vayan ajustados al tiempo histórico que vivimos y este consonó a la premisa de  integración multi e interdisciplinaria, donde las y los protagonista somos todos y todas. es así como el motor activante de nuestras prácticas transformadoras deben ser nuestras instituciones educativas y las comunidades, por esto es necesario ampliar la comprensión colectiva sobre la importancia del desarrollo, visto en su génesis desde la necesaria producción y la transformación social, del impulso cooperante entre los territorios que conforman cada uno de los 8 Ejes territoriales.

Es importante que se tenga en conocimiento que del análisis y estudio de los diversos planes operativos consignados por los territorios, sus experiencias y otros aspectos aflorantes conllevaron  a pensar en un nuevo momento organizativo que facilitara a las Redes Lugarizadas de Investigación atender de manera eficiente numerosos aspectos y necesidades institucionales y comunales, a su vez, ir tejiendo con otros y  con todos una gama de posibilidades transformantes de las realidades y carencias sociales. También superar los enfoques añosos del poder establecido en el sentido “de arriba hacia abajo”.

Es momento de empoderarnos verdaderamente de los postulados de nuestro maestro Simón Rodríguez y otros maestros y pensadores nuestroamericanos que, conciben el conocimiento y el saber como un proceso de construcción popular entre todos con todos, desde lo vivido, sentido, compartido e integrado basada en el encuentro, la comunicación y el entretejerse desde lo común y las diferencias.

Estos elementos también los estamos tratando de poner en práctica a nivel central, razón por la que desde las diversas coordinaciones y direcciones que nos encontramos participando en estos 8 ejes iniciaremos procesos cónsonos a lo que promulgamos, que no es otra cosa que, encaminarnos en juntura en lo informativo y comunicativo con todos y todas ustedes a través de este medio. La liberación empieza entonces con el dialogo, el encuentro y el consenso, donde la sumatoria en la apertura a la participación y el conocimiento de los procesos UNEM son de forma abierta y transparente.

Es en función de esto es que los 8 ejes territoriales operaran a partir de la realidad común. Esto quiere decir que tendrán las posibilidades de  crear y ejecutar proyectos, planes, otros, por ejes de integración bajo el  establecimiento de análisis y evaluación compartida e ir incorporando de manera progresivamente a instituciones, organizaciones, movimientos, comunas, redes y otras fuerzas activas de manera articulada y cooperativa. En concondancia podrían florecer otros elementos de carácter formativo e investigativo a través de la relación interejes, pero todo en el marco, génesis y fundamentación de las Redes Lugarizadas de Investigación que en su  conjunto interdependiente se encuentran, se enlazan y responden a una necesidad. En este sentido, los ejes deberán pasar en un primer momento por el estudio e indagación de los territorio en sus actividades económicas, aspectos sociales, culturales, ambientales, entre otros, que hagan de los planes y proyectos hechos pertinentes y necesarios para la sostenibilidad en el tiempo, en producción, desarrollo y transformación social, ambiental, institucional, educativa, política, cultural, entre otros.

En este mismo orden corresponde ahora referir que en los próximos meses daremos paso a la formación en el campo de la investigación, análisis, evaluación y producción de conocimientos basado en el comparativismo, como un elemento más que busca su implementación en el trabajo de ejes e interejes para mejor  operatividad, dinamismo y sinergia que pasara por procesos de discusión en grupos de trabajo multi e interdisciplinarios con organización, socialización y coordinación para Facilitar entre todos y todas los aportes, Participación, análisis y toma de decisiones, en la definición  colectiva de necesidades, propósitos, determinación de prioridades, análisis de alternativas, selección de las mejores  soluciones y ejecución.

Los grupos Whatsapp de ejes territoriales en un primer momento tendrán como participantes a responsables de direcciones y coordinaciones UNEM, responsables UTGU, ULGUS, tutores regionales y docentes investigadores. Al paso que nos vayamos encontrando, entendiendo y organizando iremos incorporando a otras personas.

Ejes Territoriales UNEM

  • Portuguesa, Lara y Falcón
  • Sucre, Anzoategui, Nueva Esparta y Delta Amacuro
  • Aragua, Miranda, Distrito Capital y La Guaira
  • Mérida, Trujillo, Táchira y Barinas
  • Yaracuy, Carabobo y Cojedes
  • Bolívar, Amazonas y Monagas
  • Zulia
  • Apure y Guárico

 

Fuente de la Información: CII OVE

 

 

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Praxis emancipadora congelada

Son muy extensas y diversas las bibliografías especializadas; son incontables las convenciones, asambleas y convenios internacionales; abundan las reuniones nacionales, las leyes y los acuerdos… se ha dicho mucho, muchísimo. Una y mil veces ha quedado de manifiesto la importancia y la trascendencia de garantizar el derecho de los pueblos a una Cultura y Comunicación libres, diversas y soberanas; se ha advertido el peligro de la dependencia y la infiltración en estructuras de la vida social tan sensibles y estratégicas y se ha subrayado la prioridad política acuciante que va expandiéndose geopolíticamente tratándose de la expresión de los pueblos genuina, compleja y multicolor. Y sin embargo crece la monopolización de las herramientas de producción y de las semánticas. Crece el control sobre los canales de distribución y sobre las instituciones educativas. El modelo odioso del “discurso único” ha dado pasos agigantados desde el final de la Segunda Guerra Mundial y lo que debiera haberse consolidado como derecho inalienable, se ha reducido a mercancías. Sálvense todas las excepciones.

Algunos países mantienen posiciones “intermedias” y tratan de avanzar con modelos de cultura y comunicación fragmentados, poco duraderos y generalmente decorativos. Otros países han liberado el terreno para que las industrias mediáticas y culturales hagan de las suyas al antojo del “mercado”. Y, los menos, han comprendido la responsabilidad de garantizar a sus pueblos una producción cultural soberana, coherente con la soberanía económica, tecnológica y política. Algunos ejercicios jurídico-políticos han elaborado leyes y reglamentos de gran valor para asegurar la libertad y genuinidad de la Cultura y la Comunicación como productos de la democracia participativa.

Pero ni con los mejores aportes se ha conseguido fundar una corriente mundial en defensa de la Cultura y la Comunicación emancipadoras y, todo lo contrario, nuestros atrasos en tales materias hoy constituyen una de nuestras más grandes debilidades y derrotas. Estamos entregando “malas cuentas”.

Ha proliferado un número enorme de buenas ideas. La UNESCO hace informes periódicos sobre iniciativas diversas y no son pocos los frentes de militancia que, aún minoritarios, se esfuerzan por impulsar un movimiento de acción directa para luchar contra la manipulación simbólica que se ejerce en los territorios de la Cultura y los latifundios mediáticos. Aquí y allá hablan los expertos, los profesores y los estudiosos. Hay discursos históricos y poemas emocionantes. Hay documentales, series televisivas y podcasts con materiales inéditos y con hallazgos estremecedores. Pero la realidad no se transforma como debiera ni en su semiosis, ni en su extensión, ni en su velocidad.

Tenemos dificultades teóricas y metodológicas. Algunos frentes fijan como meta de coyuntura la “resistencia”. Otros, más golpeados (o colonizados), abogan por la supervivencia individual y se amoldan a los subsidios, las becas, las prebendas o las canonjías. Algunos aguardan, hegelianamente, que el gobierno de los ilustrados derrame sapiencia y eso ennoblezca al pueblo. Otros francamente se entregan a la Cultura y la Comunicación de élite (como Octavio Paz y su palafrenero Vargas Llosa) y descreen en la fuerza de los pueblos como motor, incluso cultural y comunicacional, para su emancipación. No faltan los teóricos muy atentos al mundillo de las parrafadas doctas y muy indiferentes a la realidad cruda de un mundo donde sólo el 20% de los seres humanos posee la riqueza que produce el 80%. Estas “posturas”, cada una o combinadas, constituyen algunas de las “políticas” que priman en el escenario de las condiciones objetivas y subjetivas. Y a eso hay que añadir los tintes de las modas que una vez son adoradoras de las “artesanías” o de las “riquezas culinarias”; otras veces aman con pasión a las tecnologías y frecuentemente se deslumbran con la obra de algún artista o intelectual bien cotizado en los mercados. Y le llaman amor a la Cultura y a la Comunicación. Algunos elegidos cuentan con becas para lustrar sus “políticas culturales” reformistas, tarde o temprano.

De las condiciones reales de existencia de los trabajadores de la Cultura y la Comunicación, poco o nada se interesa el aparato burocrático, ni las iglesias, ni el voluntariado empresarial “culto”. No les interesa si los productores de Cultura y Comunicación ejercen plenamente sus derechos laborales o si cuentan con coberturas jubilatorias, médicas o recreativas. Si tienen apoyo para elevar los niveles semánticos, técnicos o estéticos. Si hay oportunidades y condiciones para sindicalizarse y defender, además de sus intereses laborales, los intereses de la clase trabajadora. En suma ascender al punto en que el productor de Cultura y Comunicación se conciban como clase trabajadora. Todo lo contrario la concentración monopólica en Cultura y Comunicación, como extensión práctica de la ideología de la clase dominante, se esmera puntillosamente en impedir, bloquear, disuadir o destruir toda forma de organización; en todo terreno. Eso también se ha vuelto cultura dominante.

Esto es un campo problemático, estructural y super-estructural, de primera importancia y son abundantes las advertencias sobre los peligros y las consecuencias de seguir manteniendo parque jurásico de monopolios parásitos que nos agobia y que, además de costosísimos, operan con espejismos e ilusionismos anestésicos para que las víctimas, además de financiar las máquinas de guerra ideológica del enemigo, aprenda a aplaudirles sus victorias alienantes. El colmo de los colmos. Hay “fundaciones culturales” que los gobiernos neoliberales entregaron al neoliberalismo bancario, y las usan para todo tipo de desfalcos intelectuales y financieros. Abominable.

Urge un mapa de las fuerzas en lucha por una Cultura y Comunicación emancipadoras. Urge un frente único que nos una en una batalla de trascendencia y complejidad enormes. Nos urge lo mejor de nuestra praxis pero organizada, puesta en rumbo de acción para desmantelar el aparato demencial de colonización capitalista que está atacando desde las raíces de nuestras identidades hasta formatearnos conductas, gustos serviles a la explotación económica, política, cultural y emocional. Nos urgen organización eficaz y eficiente, con instrumentos político-científicos para una Revolución Semiótica. Para la emancipación de la semiosis y la democratización de las herramientas de producción de sentido.


Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
, Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride Universidad Nacional de Lanús. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Miembro de la Internacional Progresista. Rector Internacional de la UICOM. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)

Fuente: https://rebelion.org/praxis-emancipadora-congelada/

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