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Protestan artesanos indígenas en demanda de apoyos ante COVID-19 / México

América/México/ 13/05/2020/ Autor y fuente: rubenluengas.com

Los manifestantes señalaron que se han visto afectados debido a las bajas en sus ventas por el confinamiento recomendado por autoridades.

La mañana del pasado martes, un grupo de artesanos indígenas protestó en inmediaciones del Zócalo de la Ciudad de México en demanda de apoyos ante las bajas ventas por la crisis sanitaria del COVID-19.

Con cartulinas en manos, personas de la tercera edad, niños y adultos bloquearon el circuito de la Plaza de la Constitución, en busca de ser atendidos por el Gobierno de la Ciudad de México.

Los manifestantes señalaron que se han visto afectados debido a las bajas en sus ventas por el confinamiento recomendado por autoridades ante la crisis sanitaria por el COVID-19.

Expusieron que muchas son madres solteras, por lo que solicitan el apoyo económico para poder sostener a sus familias. Tras reunirse en el Zócalo capitalino, los inconformes se trasladaron a la Plaza Tlaxcoaque.

Los artesanos originarios de la comunidad mazahua de San Antonio Pueblo Nuevo, municipio San José del Rincón, Estado de México, pero que radican en la capital del país venden sus productos en la vía pública, en diversas calles del Centro Histórico como Moneda, avenida Reforma y Valerio Trujano.

Fuente: http://rubenluengas.com/2020/05/protestan-artesanos-indigenas-en-demanda-de-apoyos-ante-covid-19/

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Navegando la pandemia: Estrategias para lidiar con el caos

Por: Rubí Román Salgado

“No te presiones esperando que todo salga perfecto, al contrario, está bien equivocarse, está bien ser humano, está bien no estar bien”.

Afrontar los desafíos que trajo consigo la pandemia del COVID-19 puede ser abrumador. Tratar de lidiar con el confinamiento, el estrés y la ansiedad que esto provoca. Más aún, cuando en medio del caos intentas cumplir con tus responsabilidades del día a día, como es trabajar o estudiar, cuidar de tus hijos, de su educación o simplemente cuidar de las personas que dependen de ti. Estamos viviendo una especie de ‘trauma colectivo’. Es importante comprender que por más que tratemos de “normalizar la situación” está bien no estar bien, reconociendo nuestros sentimientos sin minimizarlos. Así lo explicó el profesor Luis Gerardo González en nuestro webinar del mes de abril “Navegando la pandemia.

En esta sesión en línea, Luis Gerardo nos compartió recursos para enfrentar los impactos significativos que genera la pandemia. Explicó que la construcción de un modelo mental que nos permita comprender lo que está sucediendo, no es nada sencillo. La razón es que, si bien, como humanidad hemos sido testigos de eventos catastróficos en épocas recientes como: huracanes, terremotos, guerras, incendios, etc., cuyos efectos son visibles, por ejemplo, en edificios destruidos, personas que han perdido sus hogares, ciudades completas bajo el agua, miles de hectáreas de bosque y selva afectadas, etc., en esta ocasión es distinto, con la pandemia nos enfrentamos a un “enemigo invisible” el COVID-19, lo cual hace más difícil que nuestro cerebro asimile la situación de emergencia.

Le preguntamos a la audiencia que nos acompañó ese día en el webinar ¿Qué es lo primero que harás cuando concluya el confinamiento?. Estas fueron algunas de las respuestas:

“Abrazar a mis padres y amigos”, “aprovechar la vida al máximo”, “retomar con alegría mi vida y el trabajo”, “ser feliz”, “salir a caminar por la naturaleza”, “seguir estudiando para graduarme”, “ver a la gente feliz de reunirse con sus seres queridos”, “viajar”, “ser mejor maestra, empática, innovadora y organizada”, “buscar oportunidades de negocio”, “valorar más lo momentos y las personas”, “intentar retomar mi rutina”, “abrazar más”.

¿Qué podemos hacer para navegar la pandemia?

A continuación, te comparto las recomendaciones del profesor Luis Gerardo para navegar la pandemia y con ello, elaborar un plan de acción personal. La siguientes son solo algunas herramientas. En el video de este webinar podrás consultar todas las herramientas e informarte más a fondo sobre cada estrategia. Te compartimos la presentación que utilizó el profesor en la sesión para que la puedas consultar.

Recomendaciones para navegar la pandemia

  • Establece rutinas. Define un horario y momentos para hacer las cosas. Esto genera una sensación de ‘normalidad’ en medio del caos que vivimos, esta sensación de ‘control’ tranquiliza al cerebro y le sirve como antídoto frente al miedo derivado de nuestra incapacidad de controlar el ambiente.

  • Busca un balance en tus actividades. Más que decidir qué actividades hacer o qué dejar de hacer y cuánto tiempo dedicar, te debes preguntar, ¿cómo te hace sentir eso que estás haciendo? y ¿qué podría ayudarte a sentirte mejor? para así tener un balance que te genere bienestar.

  • Cuida tus pensamientos. No alimentes tu cerebro con una sobreexposición a los medios de comunicación. Esto evitará que se disparen pensamientos estresantes, catastróficos o pensamientos anticipatorios preocupantes que te lleven a un estado de estrés.

  • Sin negar lo negativo… encuentra algo positivo. Identifica qué cosas positivas puedes resaltar de todo esto que estamos viviendo, por ejemplo: la vida en familia, la recuperación de la naturaleza, las plataformas de educación virtual que nos permiten tener una comunicación constante con tus cercanos o conocidos.

  • Permanece en el aquí y el ahora. No busques resolver los problemas de la humanidad en tres o seis meses, más bien ocúpate de lo que sí está en tus manos en este momento.

  • Ejercita la gratitud. Encuentra todos los días algo que agradecer y qué apreciar, sobre lo que estás viviendo.

  • Ve pocas noticias (así como lo leíste). La sobreinformación puede llevar a preocupaciones innecesarias. Busca fuentes de información confiables y modera el consumo. No veas noticias antes de dormir.

  • Comunícate de manera constructiva y compasiva. Aprovecha esta convivencia intensiva con tu familia para darte cuenta de que tiene sus retos, pero también sus gozos. Es una oportunidad para construir juntos una relación más fuerte.

  • Respeta la vivencia del otro. No todos tenemos los mismos ‘recursos’ para asimilar y comprender lo que está pasando. La pandemia es una oportunidad de ser empáticos con los demás, ser compasivos y servir de apoyo a otras personas.

  • Honra el servicio que estás dando. Poder ayudar a otras personas con tu trabajo mientras estas viviendo tú también una situación de estrés o de miedo, es una tarea noble. No dejes de valorar lo que estás haciendo y para qué lo estás haciendo.

Vivimos un momento histórico para la humanidad. Si alguien nos hubiese anticipado que el mundo se detendría, no lo hubiéramos creído. Pero aquí estamos, llenos de preguntas e incertidumbre porque nadie sabe qué pasará. Lo que sí sabemos es que hacemos lo mejor que podemos para adaptarnos a esta nueva realidad y sobrellevarlo de la mejor manera. Es tiempo de ser empáticos y solidarios, no pierdas la oportunidad de serlo tú también. ¡Juntos saldremos adelante!

Luis Gerardo González, es profesor del departamento de Gestión y Liderazgo de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey. Fue galardonado como Profesor Inspirador 2018. Actualmente es líder del equipo de diseño de la carrera de Desarrollo de Talento y Cultura Organizacional.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/navegando-la-pandemia-estrategias-para-lidiar-covid19

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Un debate sobre los contenidos del curriculum. ¿Qué saberes son socialmente necesarios?

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Brasil: deforestación en la Amazonía sube casi un 64 por ciento

América del Sur/Brasil/10-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.dw.com

Las mediciones realizadas por el INPE demuestran que en los primeros meses de este año se ha incrementado la tala ilegal del principal pulmón verde del planeta.

El sistema de monitorización del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil detectó que el área deforestada ilegalmente en la Amazonía del país más grande de Sudamérica creció un 63,75 por ciento en abril respecto al mismo mes del año anterior, informaron las autoridades este viernes (08.05.2020). Se trata de una tendencia preocupante tras los devastadores incendios que afectaron a esa región en 2019.

Las informaciones de las imágenes obtenidas por el sistema Deter-B indicaron que durante el mes de abril fueron emitidas señales de alerta en 405,6 kilómetros cuadrados de los seis estados de la región norte de la Amazonía, más Tocantins (centro), Mato Grosso (occidente) y Maranhao (nordeste). El aumento de la deforestación coincide con las medidas de aislamiento social, cuarentena y en algunos casos de confinamiento total para contener el avance del coronavirus.

Durante los primeros cuatro meses del año fueron talados 1.202 km2 de selva, un aumento de 55 por ciento en relación al mismo período del año pasado y la cifra más alta para el período enero-abril desde 2016, cuando se iniciaron las mediciones. Estos datos cuestionan nuevamente la política del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro respecto a la protección de la mayor selva del planeta, de la que Brasil alberga el 60 por ciento.

2020 puede romper marcas

Justo la víspera, Bolsonaro autorizó el envío de las Fuerzas Armadas a diferentes estados del país para combatir la deforestación y prevenir incendios en la Amazonía. El decreto con la autorización fue publicado el jueves en el Diario Oficial y limita, por ahora, la actuación del Ejército entre los días 11 de mayo y 10 de junio para combatir la destrucción de la selva amazónica.

Solo en 2019, los incendios contribuyeron con la pérdida de 10.123 km2 de bosques en la región amazónica brasileña, superando por primera vez desde 2008 la marca de los 10.000 km2. La tendencia para 2020 es aún más preocupante debido a que el período de incendios comienza apenas en mayo, con el inicio de la estación seca. Si la Amazonía vuelve a registrar incendios gigantescos este año, 2020 podría romper todos los récords de deforestación.

La deforestación es provocada en gran parte por la actividad de madereros ilegales, la minería y la agricultura en áreas protegidas. Tras derribar los árboles, los invasores los dejan secar y los prenden fuego para despejar los terrenos.

DZC (EFE, AFP)

Fuente e Imagen: https://www.dw.com/es/incendios-en-el-amazonas-repercuten-en-ecuador-per%C3%BA-y-bolivia/a-50119801

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«Relatos en femenino» en tiempos de confinamiento

Hay libros que son perfectos para leer en tiempos de confinamiento. Y el que acaba de publicar Maria Carme Alerm es uno de ellos: A sota veu. Relats en femení (En voz baja. Relatos en femenino), en Stonberg editorial. En nuestro confinamiento hemos tenido tiempo de reflexionar sobre cómo era la vida antes del encierro y en cómo será a partir de ahora. Y eso ha dado para mucho. Como también se han puesto a prueba nuestras relaciones familiares y con los amigos. O con nosotros mismos, desde nuestra soledad. Muchos de los textos de este libro tratan cuestiones semejantes.

Las historias conectan con el lector por la actualidad de sus temas, de forma que las inquietudes y aspiraciones de sus protagonistas nos son muy cercanas: los problemas de la gente mayor, los amores deseados y los rechazados, las enfermedades que invalidan, los trabajos  alienantes, los recuerdos… Las protagonistas de los relatos son mujeres de diferentes edades que se enfrentan a situaciones difíciles de superar. Situaciones que todos –de una manera u otra- hemos vivido en primera persona o a través de amigos o familiares. A partir de los conflictos de estas mujeres, de sus sentimientos y de sus emociones, los lectores podemos reflexionar sobre la manera que el ser humano se  enfrenta a la vida.

Maria Carme Alerm es catedrática de Lengua y Literatura de instituto, y doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) . Fue cofundadora de la revista digital El Pasajero. Revista de estudios sobre Ramón del Valle Inclán, con la que mantiene una estrecha colaboración. Su principal ocupación es la docencia y conoce la importancia de enseñar. Y de hacerlo de diferentes maneras. La literatura es una de las que ha escogido. Estos once relatos que nos ofrece son testimonio de ello.

Carme, tu libro está circulando en un periodo de confinamiento. Es una más de   las actividades afectadas por el COVID-19. ¿Cómo crees que influirá en el futuro a la comunicación literaria?

El mundo de la cultura y el de los libros en particular se ha visto afectado de lleno por el confinamiento, sobre todo porque ha impedido la celebración de la fiesta de Sant Jordi, que se ha visto sustituida por vídeos grabados o por encuentros virtuales en el mejor de los casos. Las editoriales han hecho esfuerzos para adaptarse, aun cuando una pantalla nunca podrá reemplazar el contacto directo entre autores y lectores entre decenas de puestos de libros y de rosas.

Parece que ante la imposibilidad de acceder al libro en papel, se han potenciado los ebooks. Tal vez esto contribuya a difundir más la lectura en este formato. Si así fuera, la comunicación literaria estaría asegurada, porque de lo que se trata, al fin y al cabo, es de promover la lectura, sea cual sea el soporte que utilicemos.

EnA l’altra banda del balcó” (Al otro lado del balcón) –como si fuera una premonición- la protagonista padece ‘sensibilidad química múltiple’, una enfermedad que le impide salir a la calle -entre otras cosas- y, cuando lo hace, utiliza una mascarilla. Esta situación cambia su relación con su marido. Es un caso similar a lo que estamos viviendo estos días. Desde tu punto de vista,  ¿este confinamiento puede cambiar nuestras relaciones familiares y nuestras relaciones con los demás?

Me temo que mientras no se logre la vacuna y se pueda extender a toda la población, inevitablemente sí van a cambiar nuestras relaciones con los demás. A corto plazo podremos tener un contacto presencial, pero no físico. Y nos va a costar porque besos y abrazos están presentes por doquier en nuestra cultura, tan mediterránea.

Confiemos, sin embargo, en que no dure demasiado tiempo… En este sentido, la situación de los afectados por la Sensibilidad Química Múltiple es mucho más dura, porque el virus tal vez pueda desaparecer de nuestras vidas, pero los productos químicos, no. Y para ellos, por desgracia, el confinamiento y las mascarillas seguirán formando parte de su día a día, pues hasta la fecha no se ha encontrado ningún tratamiento efectivo contra esa enfermedad tan cruel.

El cuento “Ja no tornarem a Ribes” (Ya no volveremos a Ribes)   trata el tema de la gente mayor y de las residencias de ancianos. Después de la que está cayendo con los ancianos en las residencias, ¿cómo ves la condición de los mayores en la sociedad actual?

Este relato se sitúa en una residencia, aunque el centro de atención no es el mundo de los geriátricos en sí, sino las vivencias de un personaje en concreto que está bien atendido, pero que no se siente a gusto con el trato a veces demasiado “infantilizado” que recibe. Se trata de una perspectiva muy personal: la protagonista mantiene su lucidez, pero tiene limitaciones físicas que le impiden llevar una vida independiente; por eso no es feliz.

Sin embargo, ello no significa que en los geriátricos no haya grandes profesionales que lleven a cabo una labor encomiable. En los medios de comunicación están apareciendo noticias escalofriantes sobre determinados centros en los que no se ha atendido debidamente a los residentes y han proliferado los decesos; pero me consta que, por fortuna, no en todos es así. Y en este sentido, tienen toda mi admiración, respeto y agradecimiento.

Otro tema que está presente en “La fressa del riu” (El ruido del río) es la dificultad de algunas personas para hacer frente al pago de los alquileres y el consiguiente desahucio. ¿Con la crisis  que se nos viene encima,  qué crees que hemos aprendido sobre ello?

La protagonista del relato es vicedirectora de una entidad bancaria que vendió productos tóxicos -pensemos en las preferentes- a sus clientes. Al estallar la crisis del 2008 esos clientes sufrieron grandes pérdidas y la protagonista sufre hostigamiento y amenazas, lo que le provoca una severa depresión. Trata de romper con todo ello cambiando de oficina y mudándose a un pueblo; pero la vivienda que acaba de comprar, a buen precio, procede de un desahucio…

Esperemos que algo hayamos aprendido de esas malas prácticas, aunque, sinceramente, no soy demasiado optimista.

Sabemos que te dedicas a la enseñanza de la literatura en un instituto. Ahora estarás experimentando la enseñanza a distancia con el cierre de los centros educativos. ¿Cómo lo valoras?

Es una situación insólita para la que no estábamos preparados. Los primeros días fueron de mucho desconcierto. Después nos hemos ido organizando, pero, aun así, es duro tanto para los profesores como para los alumnos. Estamos preparando y enviando un montón de materiales, y además impartimos una clase virtual a la semana por asignatura; pero los alumnos se sienten sobrecargados y nosotros, también. Tengo la suerte de que todos mis alumnos cuentan con ordenador y wifi, pero echan mucho de menos la enseñanza presencial porque el contacto directo en el aula, el calor humano al fin, es crucial para el aprendizaje.

¿Cómo crees que será el futuro de la educación tras la pandemia? ¿Piensas que será posible mantener la distancia de seguridad en los centros educativos?

El futuro es muy incierto en todos los ámbitos y, por supuesto, en la educación de un modo especial. En mi instituto, un edificio ya antiguo, convivimos unos ochocientos alumnos y más de sesenta profesores. Siendo así, mantener la distancia de seguridad en las actuales condiciones lo veo prácticamente imposible. Tal vez deba recurrirse a la construcción apresurada de barracones, no lo sé. Desde luego, nosotros haremos cuanto podamos para adaptarnos, pero serán las autoridades quienes deban ofrecernos alternativas.

Con el confinamiento muchos de nosotros hemos ocupado nuestro tiempo en escribir diarios, cuentos, historias…. En tu libro también mencionas que la literatura tiene un valor terapéutico, ¿cómo ves este valor justo en estos momentos?

El confinamiento ha abierto una brecha en nuestras vidas y nos ha inducido a reflexionar. Eso es lo positivo. Cada día recibo por whatsapp las reflexiones de un amigo mío, exprofesor de instituto y autor y director teatral. Lo titula “Diario de un confinamiento” y ahí va enhebrando ideas, impresiones, sensaciones, recuerdos… Entiendo que es como una terapia para él. Ahora bien, yo creo que ese torrencial no debe ser un fin en sí mismo, sino la materia prima para una reelaboración posterior en clave literaria. Precisamente, hay un relato de mi libro donde la protagonista también vierte sus zozobras en un diario, pero más adelante decide depurarlo. Ello le permite tomar distancia y a la vez el esfuerzo que exige esa obligada destilación literaria se convierte también para ella en una especie de terapia interna.

El libro consta de 11 relatos bastante diversos, pero hay  tres que se desarrollan durante la guerra civil o la posguerra. ¿Parece que el tema de la guerra civil es uno de tus preferidos?. ¿Por qué la guerra civil sigue siendo un tema tan recurrente? ¿Qué experiencia indirecta tuviste tú de ella?

Sí, ese tema aparece en varios relatos y también en otros que no se recogen en el libro. Pertenezco a una generación en la que la guerra civil y la primera postguerra era algo ya muy lejano, pero nuestros padres y nuestros abuelos nos hablaban a menudo de ello: el hambre, la represión, el miedo… Siempre me habían llamado particularmente la atención los comentarios que oía sobre los campos de concentración franquistas. Recuerdo que en mi infancia un familiar mío me contaba horrores de su paso por varios de ellos, pero en aquel momento no se hablaba del tema. Estaba relegado a la memoria oral, por así decirlo. Hace unos años empezaron a publicarse estudios y pude comprobar la veracidad de lo que me contaba y sentí la necesidad de reflejarlo en mis relatos. Paralelamente, fui incorporando otros aspectos no siempre relacionados con las vivencias de mi familia, pero que me impresionaron mucho, como el papel de las mujeres en la guerra civil, por ejemplo. He procurado que mis personajes sean gentes sencillas, con sus debilidades y sus contradicciones, y cómo no, con ciertas trazas de un heroísmo anónimo que sin duda los dignifica.

Tu libro tiene un subtítulo, Relats en femení (Relatos en femenino), ¿por qué? ¿Qué tiene que ver con el título, A sota veu (En voz baja)?

Los relatos son heterogéneos porque tratan varios temas, pero tienen en común el protagonismo de la mujer en diferentes etapas de su vida. Con todo, no están destinados a un público exclusivamente femenino. En estos textos se reflejan sentimientos, conflictos o ideas que también afectan a los hombres, aunque muchas veces hombres y mujeres solo se atrevan a expresarlos en voz baja, a modo de soliloquio.

En tus relatos las palabras adquieren un valor simbólico acercándonos a otras realidades. O se convierten en un rito para dar paso a mundos poco visibles. ¿crees que esta es la función de la literatura?

Sí, porque la literatura, ante todo, es un arte, el arte de la palabra. Indagar en sus valores simbólicos, en la carga connotativa que las impregna, permite contemplar la realidad desde otros ángulos y ahondar en ella. Aquí radica, en mi opinión, la verdadera magia de la literatura.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/relatos-en-femenino-en-tiempos-de-confinamiento/

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Acoso escolar: cómo detectar si un niño sufre ‘cyberbullying’ en el confinamiento

Noticia/07 Mayo 2020/elpais.com

En el Día Mundial contra el ‘bullying’, es fundamental que padres y profesores sepan cómo reaccionar ante él, aprovechando que muchos alumnos no volverán a clase hasta septiembre

Las crisis sanitaria, económica y social, y todas sus derivadas, en las que estamos inmersos nos tienen tan absortos, que, a veces, no nos detenemos a pensar en algunas realidades que se están colando en nuestras casas. Y nosotros, sin enterarnos. En este Día Internacional del Bullying, cabe señalar que el confinamiento puede hacernos creer que es un alivio para aquellos niños que sufren o han sufrido el peso del acoso escolar. Al estar cerrados los centros educativos, parece que esta lacra se esfuma, no hay enemigo con quien encontrarse, no hay que levantarse con el sufrimiento que implica saber que hay que acudir diariamente a la escuela, ese nido donde para quien lo padece crece el miedo. Los pensamos más liberados aún, con la medida anunciada por el Gobierno sobre cómo muchos alumnos no retornarán a las clases antes de septiembre. Ese tiempo que ganamos. Pero, efectivamente, el alivio es solo inicial.

Del acoso escolar al ciberbullying

Desde hace tiempo –concretamente desde que Internet irrumpió en nuestras vidas- el acoso escolar ha traspasado las fronteras del aula para colarse también en la Red y alcanzar a sus víctimas allá donde estén. Los niños que acosan a otros encontraron una nueva vía de hostigamiento para maltratar a través de las nuevas tecnologías. Es lo que conocemos como ciberbullying. Si consideramos que, desde que empezó el confinamiento, el uso de Internet había subido en un 72% a principios de abril, y que las vías de comunicación de los menores es justamente esa, podemos deducir que el acoso escolar no ha acabado. Y puede estar convirtiéndose en una tortura para muchos.

Lo cierto es que las nuevas tecnologías están permitiendo esa educación en remoto y que los niños, de mejor o peor manera, puedan superar el trimestre a través de TICS, clases virtuales, plataformas, WhatsApp -todos también canales de ciberbullying. “Hablamos todo el rato de las bondades de la tecnología como método pedagógico, pero nos olvidamos que a nadie le llaman ya la atención todas las horas que pasan los niños frente a las pantallas, una preocupación que antes del confinamiento era una constante. Pero también hay que pensar que el pasar más horas conectados a internet no solo ofrece más opciones al acosador, sino que la víctima puede estar más horas mirando lo que se ha escrito o difundido sobre él o ella”, dice Miguel del Nogal, psicólogo de la Asociación Española de Prevención del Acoso Escolar (AEPAE).

Ciberbullying durante la cuarentena

El acoso escolar y el ciberbullying no son realidades aisladas. De hecho, son un continuo que empieza en clase y acaba cuando el niño desconecta sus redes sociales. O más tarde porque el tormento a veces puede impedirles el sueño. “El ciberbullying es un canal más y la diferencia entre uno y otro es que las TICS y redes son medios masivos, que llegan en un solo click, a distancia, siendo más fácil para el acosador porque no hay una relación cara a cara. Además, puede actuar las 24 horas los siete días de la semana, de manera gratuita, sin filtros, sin administrador. Es un campo libre”, explica del Nogal. El ciberbullying se comporta igual antes y después del confinamiento, pero con matices. “Preocupan dos fenómenos: que aquellos niños que no sufrían acoso escolar, lo sufran ahora, y que el hostigamiento contra aquellos que ya eran víctimas de acoso escolar antes, se haya multiplicado ahora”.

Los perfiles de la víctima y el acosador

“El perfil de la víctima es amplio, porque puede ser cualquier niño o adolescente, que sea percibido como diferente, con rasgos tanto positivos como negativos”, explica Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda de ANAR, Fundación de Ayuda de Niños y Adolescentes en Riesgo. “El acosador puede haber sido víctima de bullying, pero también estar expuesto a un entorno de violencia”. Pero, la característica principal es su falta de empatía y que entiende al otro como un instrumento. Y hay que añadir a un tercer grupo de actores: los observadores. “El acoso existe porque hay observadores que lo aplauden, y en este tiempo de confinamiento el público está presente desde la mañana hasta por la noche, y en tiempo real, en todas las redes”, explica el psicólogo.

Los niños acosadores conocen a sus víctimas. “Eligen a sus iguales y existe una intencionalidad. Van a esa persona, porque saben que pueden agredirla”, dice del Nogal. Para que haya ciberbullying, ambas partes “tienen que ser compañeros o alumnos del mismo centro escolar. Pertenecen a los mismos chats y foros digitales, y consiste en que uno va minimizando la importancia del otro, lo va rechazando, se burla, inventa motes y hasta amenazas. En muchos casos, la víctima acaba expulsada del grupo, lo que es una forma de aislarla y agredirla. El aislamiento presencial es muy visible, pero el telemático también está existiendo”, añade la experta de ANAR.

Esta ONG han reforzado durante la cuarentena su servicio de ayuda a través de su chat. “Hemos observado que la curva de la violencia contra los niños crece día a día durante el confinamiento”, comenta Díaz. Y, sin duda, una forma de violencia es el acoso escolar, cuyas consultas a través del chat, afortunadamente, “han bajado; hay una ligera tregua. No obstante, un 3,3% de las consultas siguen haciendo referencia al ciberbullying”. Quizá no parezca un porcentaje muy alto, pero con un solo niño que esté sometido a un tipo acoso, sea este presencial o telemático, ya es demasiado. “Por eso, no hay que bajar la guardia. Las tecnologías están siendo el escenario alternativo del acoso escolar, con todas sus posibles consecuencias: miedo permanente, ansiedad, baja autoestima, indefensión, depresión…».

Cómo detectar las señales

Cambios bruscos en el comportamiento y en el ánimo. Pueden estar mucho más melancólicos, retraídos, sobre todo, si nunca han sido así. O al contrario, se encuentran más nerviosos de lo normal.

Cuando se quedan alterados o tristes tras su conexión a Internet. Los padres debemos estar muy atentos a sus vías de comunicación. “Hay casos en que los padres han podido descubrir que su hijo sufría acoso, al investigar sus vías de comunicación”, cuenta Diana Díaz.

Estar muy atentos a sus redes y chats. Hay padres que han descubierto que su hijo sufría acoso escolar, al investigar sus vías de comunicación digitales, durante el confinamiento, cuando vieron a su hijo comportarse de manera inusual después de cerrar el ordenador.

Más aislados aún. Si van más a su habitación a encerrarse, no quieren contactar con sus amigos, no socializan…

Síntomas psicosomáticos. No están enfermos, pero se quejan de molestias, malestar y siempre les duele algo. O si adelgazan mucho, si tienen problema con la comida o el sueño; estos son indicadores.

Cómo reaccionar frente al ciberbullying

Abrir canales de comunicación. No es fácil que los niños que sufren de acoso lo comenten, ni siquiera a sus padres. En la medida que lo hagan, habrá luz para resolverlo, pero mientras tanto es importante fomentar la comunicación familiar. “Les da vergüenza y sienten culpa. De hecho, se ha observado que tardan entre dos a tres años, de media, en contárselo a los mayores”, sostiene del Nogal. “Existe una idea preconcebida de que lo van a resolver solos y hay una sensación de fracaso”, agrega Díaz.

Darle apoyo incondicional. Es fundamental que la víctima de un ciberbullying, sepa que sus padres siempre van a estar ahí, no importa lo que pase.

Identificar los cambios serenamente. Si se recoge con demasiada ansiedad, el niño se estresa y se retrae más por miedo a las represalias.

No hacer juicio. Dejarle claro que a cualquiera le puede pasar, que no es su culpa. Tampoco pedirle explicaciones de no haberlo dicho antes.

Involucrar a toda la comunidad educativa. Las medidas a partir de que el niño lo cuenta deben ser tomadas y aplicadas en conjunto por los padres, el centro educativo y el niño. Esto es importante para que el niño sienta que está participando de las soluciones.

Enseñar un uso responsable de las redes y TICS. Nadie está a salvo de un ciberbullying, pero evidentemente las posibilidades se reducen si educamos a nuestros hijos en el uso de las TICS, sin exponerse demasiado, manteniendo medidas de seguridad digital, etc.

LA CARA AMABLE DEL CONFINAMIENTO

Pero podemos darle la vuelta a la cuarentena y fijarnos en algunos aspectos que juegan a favor. Primero, que nuestra casa es un entorno seguro. Diana Díaz opina, además, que “es una oportunidad excelente para comunicarnos más tranquilamente. Tenemos más espacios en común, lo que puede generar buenos momentos para valorar la confianza con nosotros”.

Y añade que “ahora, en confinamiento, es cuando hay que prepararlos para que a la vuelta a clases. Los niños deben contar con las habilidades necesarias y suficientes para enfrentar emocionalmente a quien le haga daño. Ese es el fin que persigue también el campamento de verano que organiza AEPAE. Ahora es buen momento porque si las vacaciones suelen ser un parón del acoso escolar y la víctima se puede sentir algo más aliviada, ahora el centro educativo está activo y también puede intervenir.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/05/01/mamas_papas/1588312439_219353.html

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El Covid-19 dispara la pandemia de estúpidos

Por: Marcos Roitman Rossenmann

 

El virus no es inteligente, no tiene conciencia ni es reflexivo. Los seres humanos poseen, en teoría, dichas cualidades. Sin embargo, en esta crisis, donde es obligado ser prudentes y no buscar chivos expiatorios, emerge una especie que se multiplica, los estúpidos.

El combate es contra prelados, deportistas, cantantes, académicos, periodistas, premios Nobel, científicos, políticos de tres al cuarto o expertos. Luchar contra la estupidez constituye una necesidad vital. Hay quienes se escudan en títulos, publicaciones o sus instituciones para decir estupideces.

Como ejemplo, el manifiesto de la Fundación Internacional para la Libertad, encabezado por Vargas Llosa, y seguido de expresidentes, escritores, periodistas, políticos, empresarios y economistas, entre otros José María Aznar, Álvaro Uribe, Macri, Zedillo, Sanguinetti, Cristiani, Castañeda, Krause, Savater, Jorge Edwards, Albert Rivera, Esperanza Aguirre, María Corina, Álvarez de Toledo, exministros, politólogos y gente de bien, hasta más de un centenar.

Ellos, llaman la atención a un confinamiento que impi­de trabajar, producir, generar riqueza, persigue políticamente, ataca la empresa privada, la democracia liberal y la economía de mercado. El enemigo, como siempre, la Internacional Comunista y el populismo.

En esta dirección de estúpidos, sobresale el canciller de Brasil, Ernesto Araújo, quien, en sincronía con el manifiesto declara que el coronavirus, camuflado bajo la ideología de género, el cientifismo y el alarmismo climático, es una invención del marxismo y una conspiración para implantar el comunismo, usando la Organización Mundial de la Salud a fin de “consolidar un orden sin naciones y libertades y sin espíritu”.

Carlo Cipolla, uno de los historiadores más destacados del siglo XX, escribió Las leyes fundamentales de la estupidez humana. Cipolla abría el ensayo: “La humanidad se encuentra … en un estado deplorable”.

La especie humana posee el privilegio de cargar con un peso añadido a los problemas cotidianos, representado por un grupo de personas más poderoso que la mafia, que el complejo militar industrial o la Internacional Comunista. “Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue actuar en perfecta sintonía, como que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la actividad de todos los demás miembros”.

Se refería a los estúpidos. Luego estableció cinco leyes para explicar su comportamiento. Primera ley: siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo; segunda ley: la probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona; tercera ley o ley de oro: un estúpido es alguien que causa daño a otro u otros sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo perjuicio; cuarta ley: los no estúpidos subestiman siempre el potencial nocivo de los estúpidos.

Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con estúpidos se manifiesta infaliblemente como costosísimo error; y quinta ley: la persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. Corolario: el estúpido es más peligroso que el malvado.

Cipolla no ha sido el único en escribir sobre la estupidez. Jean Paul Richter dijo en su Elogio de la estupidez (1782) : “Están demasiado imbuidos por una sensación de superioridad que hace que la expresen mediante el odio y el desprecio… Tendrían que no quererse tanto para no odiar al hombre ilustrado”. Igualmente, el potencial de los estúpidos para perjudicar a los demás, dirá Cipolla, está en función del grado de poder y la autoridad que atesoren.

El manifiesto es buen ejemplo de la variedad de especímenes que lo integran. Pero Cipolla va más lejos; subraya que las acciones de los estúpidos no se ajustan a la racionalidad: “nos pillan por sorpresa…, incluso cuando se tiene conocimiento del ataque no es posible organizar una defensa racional, porque el ataque carece de cualquier tipo de estructura racional… ante comportamientos erráticos es extremadamente difícil cualquier contraataque”. Su conclusión es demoledora: “Con la sonrisa en los labios […], el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder tiempo…, el buen humor, el apetito… y todo… sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente”.

En este orden, podemos situar a Trump, Bolsonaro, Boris Johnson o Sebastián Piñera. Pero no menos un sinnúmero de expertos a posteriori que dicen conocer las causas y plantean soluciones a la pandemia, todos en el poder político.

Asimismo, estúpidos que hablan de un cambio, para mejor, en los comportamientos sociales colectivos. Seremos más responsables, solidarios y comprometidos con el ambiente. Los corruptos mutarán en honrados, los narcotraficantes se entregarán a la justicia, los empresarios darán beneficios entre sus trabajadores, los bancos darán préstamos a cero por ciento de interés, se financiará la sanidad pública, se perseguirá el fraude, se acabará con los paraísos fiscales, y por fin la cultura gozará de buena salud.

La pobreza desaparecerá, las trasnacionales dejarán de sobrexplotar la naturaleza y las empresas contaminantes se volverán ecológicas. No se puede ser más estúpido. Recuerden: no se junten con ellos porque se contagia.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/opinion/El-Covid-19-dispara-la-pandemia-de-estupidos-20200428-0020.html

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